Aportes de la televisión.

Disonante

En la expansión de los nuevos medios, la televisión rompe con la distancia entre las
artes y su recepción a públicos específicos, ampliando su alcance como dispositivo de
comunicación y como aparato comercial y convencional, que se establece en los
diferentes ámbitos de las sociedades, desde la familia hasta las grandes instituciones.
El alcance pues, de la televisión a un mayor numero de población fue utilizada
como medio para comunicar el arte con los nuevos números de sujetos interpelados
por ella, permitiendo la re-conceptualización de medio en el arte, ya que este nuevo
dispositivo, permitía distribuir y transmitir de manera pronta aunque muchas veces
efímera, el arte en sus diversos medios ‘específicos’, tales como pintura, música, cine,
fotografía, etc. Que no solo permitía su exhibición, sino también un diálogo entre ellas,
y con la inclusión de nuevas tecnologías, abre y redefine el concepto de medio,
creando conexiones entre las viejas definiciones del medio y estableciendo nuevas
interconexiones entre ellos, surgiendo nuevas alternativas, prácticas y posibilidades,
re-apropiaciones del espacio público televisivo por parte de artistas como es el caso
de Chris Burden, incidiendo también en las nuevas condiciones y definiciones no solo
del medio en el arte sino del arte mismo, la ciencia o su vida contemporánea, prácticas
políticas o activistas. La televisión permite el acercamiento a fenómenos estructurales
de nuestra constitución social, la programación televisiva propiedad de corporaciones
es insertada bajo códigos y símbolos que pertenecen a realidades específicas y son
dispuestas en función del público a tratar, lo que propicia una relación entre
marginalidades y sus condicionantes que no eran del todo posible alcanzar con otros
medios a esa escala, y aunque sí con los medios clásicos eran utilizados para llevar a
cabo resistencias políticas, su relación con las grandes instituciones conlleva una
cooperación y una dialéctica en espacios bien específicos en los cuales se confunden
realidades antagónicas.
Así, es curioso observar en un espacio particular y con prácticas específicas
bajo corporaciones e instituciones delimitadas por discursos hegemónicos de
reconocimiento, exposiciones como Realidad programada en el museo Jumex. La cual,
mediante instalaciones particulares, hacen uso de métodos de interpelación
específicos de instituciones como TELEVISA; empresa que cuenta con una larga
historia de injerencia política en el país, y que bajo su Fundación (Fundación Televisa)
, podemos encontrar que intenta legitimar en sus prácticas (sean estas las que sean)
mediante una narrativa de cooperación y fomento a las artes y cultura, (lo que eso
signifique) pero que a su vez, ese mismo material, inserto en juegos de poder y
artísticos, conllevan no solo la cooperación y legitimización de dichos medios, sino,
con un poco más de detenimiento, la interrogación y el cuestionamiento a sus
prácticas, a sus métodos de interpelación, y a su contenido emitido en las diferentes
escalas dentro de los medios de comunicación, como lo son noticieros o telenovelas,
las cuales, crean y modifican la realidad de los espectadores, con participaciones
activas, con procesos artísticos; permiten desarticular esas narrativas ficticias que
muchas veces son emitidas por ellas, lo cual, permite dislocarlas y replantearlas,
convirtiendo el medio televisivo en un campo de crítica ampliamente dominado por
las grandes corporaciones, pero no ajeno ni ineficaz ni cerrado a diferentes
colectividades que buscan la independencia de la pretendida hegemonía que conlleva
el uso de medios de comunicación masivos bajo el poder de grandes capitales
adquisitivos y abrasivos.
En alguna instalación de la exposición, me pareció interesante la adecuación de
lo que pareciera una representación de sala de cine futurista (¿progresista?
¿vanguardista?), en la que se llevaba a cabo una presentación de una pos novela INSert
que permitía al espectador’ identificar los personajes aun cuando eran utilizados
diferentes actores para representar al mismo personaje en el mismo plano secuencia,
cada uno con características diferentes, siendo hombres o mujeres, travestis,
representando al mismo personaje, permitía distanciarte de la trama y cuestionar la
experiencia misma obtenida en dicho ejercicio pero también, hilar la trama
independientemente de las distinciones entre realidad y ficción, ya que la
presentación se asemejaba más a un performance pero con las bases telenovelescas
(permitiendo observar la diferencia entre lo que las telenovelas muestran), el cambio
de actor de cada personaje, la grabación desde fuera del set donde ocurría la escena, la
sobre actuación o la trama, permitían observar no solo una representación ficticia de
alguna posible realidad de una familia aburguesada, sino, permitía observar la
representación de la representación de esas filmaciones extravagantes.
La televisión permitió la difusión de contenidos disonantes, pero que
permitieron cuestionar dicho dispositivo, con lo que hasta ahora, quizá vuelve en
modo de streaming mediante el internet y las aplicaciones móviles, que permiten la
comunicación entre más sujetos y la diseminación de contenidos diversos, incluyendo
los viejos y los nuevos, independientes, teóricos, críticos, en general, conocimientos
diversos.