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—Muy bien, como sabes hoy iré a la exposición del testigo y me siento entusiasmada, aunque
por los comentarios de quienes ya fueron a ver dicha exposición, esta suele tocarte el corazón.
Le respondí.
Mientras comía wafle con mi jugo favorito, llame a mi novio, su nombre es Kevin, para que
el me acompañara a la exposición a lo que respondió afirmativamente y a lo cual agrego que
su familia quería ir. Yo considero a la familia de mi novio como mi segunda familia y para
mí fue muy satisfactorio que ellos fueran, pero antes debíamos hacer ciertas diligencias como
ir a misa y visitar a la abuela materna de mi novio en el centro de Bogotá. Así es como a las
10:00 am nos dirigimos a una iglesia ubicada en el barrio “El Dorado”. Ir allí, represento para
mi un cambio de panorama ya que antes de ir tenia ciertos prejuicios acerca del centro de
nuestra ciudad, para mi sorpresa este barrio es muy limpio, ordenado y las personas son muy
cálidas. Después de ir a la iglesia nos trasladamos a la casa de la abuela de Kevin, desde la
terraza es posible apreciar una gran vista de la ciudad, fue hermoso en realidad. Unas horas
más tarde, aproximadamente a las 2:00 de la tarde empezamos a almorzar, en ese momento
yo estaba estresada porque la exposición cerraba a las 6:00 pm, lo que me preocupaba mucho
porque quería presenciarla en su totalidad. Una hora después fuimos a el centro histórico de
Bogotá, lo que nos demoro de 5 a 10 minutos en carro. En dicho carro íbamos 8 personas, lo
que aumento en cierta medida el estrés que ya tenía.
Cuando llegamos a la plaza de Bolívar, estaba cerrado con vallas el camino más corto, así
que tuvimos que rodear por toda la carrera 5, hasta llegar al claustro de San Agustín, mientras
caminábamos empezó a llover por lo que tuvimos que acelerar el paso como se dice
coloquialmente. Al llegar subimos de inmediato al segundo piso en donde se encontraba la
exposición de Jesús Abad, mejor conocido como el fotógrafo y compañero de las víctimas.
Él es un fotoperiodista colombiano que por medio de su trabajo cuenta las historias de
víctimas y victimarios inmersos en el conflicto armado colombiano.
Al entrar a la primera sala de la exposición, observe variedad de fotos unas más que otras me
conmovieron, pero al entrar a la sala número 2, observe la siguiente foto:
Después de la foto de la foto de la familia, seguí con la próxima sala, en esta había una
pantalla que proyectaba dibujos de niños, en donde ilustraban como las mujeres eran violadas
por los guerrilleros de las FARC, también se encontraban dibujos relacionados con armas y
como las usaban para matar a toda su familia. Fue un golpe con la realidad.
En las siguientes salas, era posible ver tanto la vida ilustrada en una foto de los combatientes
de las FARC como de las víctimas, es admirable como Jesús Abad tiene la habilidad de
mostrar ambas caras de una misma moneda. Una de las cosas que mas me impactaron fue la
reacción de la familia de mi novio, su disposición para con la exposición, en sus rostros se
podía visibilizar su sensibilidad y empatía.
Una cosa que note de la exposición es que en todas las salas había arboles hechos de hojas
de papel, fue un detalle que me pareció muy original, también era arte, a David el hermano
menor de Kevin especialmente, le gustaron mucho estos árboles.
Alrededor de las 5:40 ya estaban cerrando. Así fue como a las 6:00 de la noche abandonamos
el recinto. Para mi fue literalmente una cachetada de la realidad que sufren muchos de mis
hermanos colombianos, logre hacer empatía con todas estas personas que de una u otra
manera han sufrido el frio y el olvido de tanto el Estado como de las personas que vivimos
en las grandes ciudades, solo me queda por decir lo siento porque en la ciudad siempre nos
olvidamos de su dolor, a veces sentimos que el conflicto es ajeno a nosotros y no le damos
la importancia que se debería dar, nosotros tenemos que alzar nuestras voces para no seguir
promoviendo el conflicto con nuestra indiferencia.
Aproximadamente a las 7:30 de la noche, llegue a mi casa, con el rostro de felicidad que
llevaba y sin mencionar ni una palabra mis papas concluyeron que fue un buen día.
Por último, me acosté reflexionando de lo afortunada que fui al adquirir tantas experiencias
nuevas y enriquecedoras como persona. Como dice el título de esta crónica, todos
visibilizamos la realidad de nuestro país y de nuestros compatriotas.
Img. 1 Esta foto fue capturada cerca a las escaleras del recinto, al finalizar la experiencia. En aquella foto estamos el
hermano menor de mi novio y yo junto a una estatua.