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Las relaciones en la adolescencia son muy importantes de analizar, para ver

características trascendentes de esta etapa de la vida. Durante esta fase del


desarrollo, la identificación con los pares va a moldear la personalidad del
adolescente y establecerá bases importantes, para el futuro adulto.

Como señalaba en otros artículos, la adolescencia es una etapa difícil para el joven
y también para su familia ya que el adolescente se desarrolla físicamente, pero aún
tiene una madurez afectiva infantil.
La pérdida de la niñez y los cambios fisiológicos entre otras cosas hacen que el
adolescente atraviese por momentos complicados y le de a su entorno una imagen
de extrañeza. La identidad del adolescente será un continuo proceso de
construcción pero buscando sobre todo, identificaciones externas a su grupo
primario, es decir, fuera de su familia.
Los modelos trasmitidos por medio de los grandes medios de comunicación
audiovisuales serán moldeadores de su personalidad, pero sobre todo sus pares
serán un grupo de referencia importante.
Es muy importante que este grupo de pares sea positivo en el sentido de que esté
formado por adolescentes sanos, que tengan buenos hábitos de estudios y
deportes, así como de entretenimiento.
Siempre puede haber actos de rebeldía, ya que es algo casi natural en esta etapa,
que casi sin motivos, el adolescente confronte con el adulto y más aún, si se le dan
motivos, ya que es una forma de afirmar su identidad.
El primer grupo al que se pertenece es la familia. Luego, llega el colegio, donde los niños
conocen a nuevos compañeros y adultos. Ya en la adolescencia, la referencia de la familia
se debilita, al mismo tiempo que los jóvenes intercambian experiencias e interaccionan
socialmente en multitud de espacios. A continuación detallamos cómo se desarrolla este
cambio.
La emancipación respecto a la familia es lo más característico de la nueva situación social
que vive una persona en su etapa adolescente. Sin embargo, esto no quiere decir que
durante esa época los padres dejen de influir en él o ella ni que la autoridad de sus iguales
sea más fuerte que la de los progenitores. Se trata de un proceso de adquisición de
autonomía personal, que debe abordarse desde tres ángulos distintos:
1.- El adolescente desarrolla una nueva comprensión de sí mismo.

Adopta una nueva perspectiva de su persona, además de cambiar su relación con los
demás. Esto incide en los siguientes aspectos:

 Independencia: Tiene que ver con la toma de decisiones personales y la capacidad de


actuar con pensamiento y criterio propios. En el proceso, aprenderá a resolver sus
problemas sin intervención externa. Aumentan sus capacidades cognitivas e intuitivas y
empieza a enfrentarse a nuevas responsabilidades y a disfrutar la independencia de
pensamiento y acción.
 Identidad: Es la percepción que tiene de sí mismo. Durante la adolescencia, debe lograr un
sentido de identidad y solidez personal. Cuando aparecen dificultades para definir sus
conflictos acerca de su personalidad, independencia o sexualidad, el adolescente ve
frustrado el desarrollo de su identidad o del concepto de sí mismo.
 Autoestima: Son los sentimientos que una persona tiene hacia sí misma. Es frecuente que
los adolescentes vean mermada su autoestima al mismo tiempo que tienen lugar los
cambios físicos y que surgen pensamientos y reflexiones sobre cuestiones que les
empiezan a preocupar.
 Comportamiento: Los adolescentes pueden pasar por etapas de incomodidad por su
apariencia. También experimentan dificultades en lo referente a la movilidad y a la
coordinación física a causa de los cambios físicos que experimenta el cuerpo.
 Seguridad: La fuerza y la agilidad se desarrollan en los adolescentes antes de que
adquieran las destrezas para tomar decisiones acertadas. Esto les puede empujar a intentar
actos que implican riesgo: conducción, ciertos deportes, consumo de sustancias adictivas,
etc.
2.- El adolescente cambia su manera de relacionarse con la familia.
A medida que el adolescente se convierte en un adulto joven e independiente, se irá
emancipando de su familia. Los padres no deben preocuparse si los jóvenes demuestran
necesidad de separarse y establecer su propia identidad. En concreto, la relación con la
madre tiende a cambiar más que la que mantienen con el padre. A pesar de esto, con el
paso del tiempo, los adolescentes buscan el consejo de la figura adulta de su mismo sexo.
Cuando consigan la emancipación psíquica, pueden sentir nostalgia de la protección de sus
padres.
3.- El adolescente desarrolla nuevas relaciones con el grupo de iguales.
En la infancia, la amistad se basaba en las actividades comunes. En la adolescencia, esto
se amplía y también se incluyen las actitudes, los valores, la lealtad y la intimidad en el
sustento de la amistad, además de un mismo nivel de compromiso en relación a los
intereses académicos y educativos. Sin embargo, las amistades de los chicos adolescentes
no suelen ser tan íntimas como las de las chicas, ya que desarrollan la intimidad
interpersonal más despacio y más tarde. Además, hay que tener en cuenta que en la
adolescencia tienen lugar los primeros enamoramientos, que tanto ellos como ellas suelen
magnificar debido a que no tienen pasado afectivo y no pueden relativizar sus propias
vivencias.

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