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Universidad Nacional Autonoma De Mexico

Facultad de Derecho

“CRITICA A LA TESIS JURISPRUDENCIALDE LITIS ABIERTA”

Materia: Practica Forense de Fiscal

Profesor: José Miguel Buitron Pineda

Alumno: Campillo Alavez Carlos Alberto


Antes de comenzar la crítica y análisis de la tesis relacionada con la Litis
abierta en materia administrativa, es impórtate mencionar que esta proviene de
una contradicción de tesis producto de dos resoluciones diferentes emitidas en
sentidos contrarios por el Segundo Tribunal Colegiado de Circuito del Centro
Auxiliar de la Segunda Región y el Segundo Tribunal Colegiado en Materia
Administrativa del Cuarto Circuito, respecto del principio de “Litis abierta”

En ese orden de ideas, el Segundo Tribunal Colegiado de Circuito del Centro


Auxiliar de la Segunda Región al resolver un aparo directo, promovió con
relación a un juicio contenciosos administrativo, fundamento la resolución en el
siguiente criterio jurisprudencial

CONTENCIOSO ADMINISTRATIVO. LAS PRUEBAS DEBEN


ADMITIRSE EN EL JUICIO Y VALORARSE EN LA SENTENCIA, AUN
CUANDO NO SE HUBIERAN OFRECIDO EN EL PROCEDIMIENTO.

De la interpretación armónica de lo dispuesto en los artículos 197, último


párrafo y 237, cuarto párrafo, del Código Fiscal de la Federación, se
desprende que en el caso de que se interponga algún recurso, y en la
resolución que a él recaiga no se satisfaga el interés del recurrente y la
controvierta, se entenderá que también controvierte la resolución materia
del recurso en la parte que continúa afectándolo y, en consecuencia, el
actor podrá expresar conceptos de anulación tendentes a demostrar la
nulidad de aquélla, aun cuando éstos no hayan sido planteados en la
instancia administrativa, por lo que para acreditar su acción podrá
aportar las pruebas conducentes y la Sala respectiva del Tribunal
Federal de Justicia Fiscal y Administrativa deberá admitirlas, aun cuando
no se hubieran ofrecido en el procedimiento administrativo previo al
juicio y valorarlas al pronunciar la resolución correspondiente, a efecto
de resolver la cuestión planteada. Lo anterior es así, puesto que al
establecer el legislador en dichas disposiciones la litis abierta en la
materia contenciosa fiscal, se apartó de los principios en materia
procesal recogidos por otros ordenamientos adjetivos, según los cuales
los actos deben ser analizados por el revisor tal como hayan sido
probados ante la autoridad revisada, es decir, en el juicio respectivo se
plantea una litis distinta a la del recurso que le precedió, en virtud de
distintos cambios de situación jurídica surgidos desde el dictado del acto
administrativo primigenio. Esto es, en un procedimiento administrativo de
inspección o de verificación, por un lado, una situación jurídica queda
determinada cuando los hechos y circunstancias en que se da o se
presume una infracción o incumplimiento del gobernado, son
considerados en el acto administrativo que se dicte y, por otro, diversa
situación jurídica se fija cuando contra ese acto se promueve un recurso
administrativo, pues respecto de aquélla surgen argumentos distintos
que pueden hacerse valer y ser materia de prueba. Además, la
determinación de dicha nueva litis y situación jurídica se corrobora con el
diverso carácter jurídico que asume el órgano de la administración
pública involucrado, pues mientras en el juicio de nulidad es sólo una de
las partes en la controversia y está sujeta a la jurisdicción del citado
tribunal en plena igualdad con las demás partes en el juicio, al emitir el
acto administrativo y al resolver el recurso conducente, actúa como
autoridad ejerciendo su imperio sobre los particulares, siendo además
revisor de sus propios actos. Sostener lo contrario, atentaría contra las
normas especiales expresas que regulan el juicio contencioso fiscal y
contra el derecho que tiene todo gobernado de probar los hechos
constitutivos de su acción en el procedimiento jurisdiccional en materia
fiscal, es decir, el derecho del demandante para que el juzgador o el
tribunal administrativo admita las pruebas que se ofrezcan y sean
pertinentes e idóneas para acreditar los hechos en que sus argumentos
de impugnación se funden, así como de que dichas pruebas se
desahoguen y sean valoradas conforme a derecho.

Para determinar que, “el principio de litis abierta es absoluto y faculta a la parte
actora a formular argumentos novedosos en el juicio contencioso
administrativo, de lo que se sigue que la Sala del Tribunal Federal de Justicia
Fiscal y Administrativa está obligada a analizar todos los conceptos de
invalidez y, en consecuencia, todas las pruebas ofrecidas en el escrito inicial de
demanda, aun cuando no se hayan aportado en el procedimiento administrativo
de origen”, como lo redacta la segunda sala de la Suprema Corte de Justicia de
la Nación

En contraposición, el Segundo Tribunal Colegiado en Materia Administrativa del


Cuarto Circuito, al resolver un recurso de revisión, derivado de un juicio de
amparo en materia administrativa, emitió en su resolución la siguiente tesis
aislada, en relación con el principio de “Litis abierta”:

LITIS ABIERTA EN EL JUICIO CONTENCIOSO ADMINISTRATIVO


FEDERAL. DICHO PRINCIPIO NO IMPLICA UNA NUEVA
OPORTUNIDAD PARA DEMOSTRAR SITUACIONES RESPECTO DE
LAS CUALES LA LEY ESTABLECE EXPRESAMENTE, DENTRO DEL
PROCEDIMIENTO ADMINISTRATIVO DE ORIGEN, EL MOMENTO
PROCESAL, LAS PRUEBAS Y LA FORMA PARA ELLO.

Del artículo 1o., segundo párrafo, de la Ley Federal de Procedimiento


Contencioso Administrativo, así como de la jurisprudencia 2a./J.
69/2001, de la Segunda Sala de la Suprema Corte de Justicia de la
Nación, publicada en la página 223 del Tomo XIV, diciembre de 2001,
Novena Época del Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, de
rubro: "CONTENCIOSO ADMINISTRATIVO. LAS PRUEBAS DEBEN
ADMITIRSE EN EL JUICIO Y VALORARSE EN LA SENTENCIA, AUN
CUANDO NO SE HUBIERAN OFRECIDO EN EL PROCEDIMIENTO.",
se advierte que con base en el principio de litis abierta, la parte actora en
el juicio contencioso administrativo federal puede impugnar tanto la
resolución recaída a un procedimiento administrativo como la dictada en
el recurso que contra ésta haga valer, y podrá hacerlo a través de
argumentos y pruebas que no se hayan expuesto en el recurso de
revocación o que incluso reiteren lo propuesto en él para combatir la
resolución de origen en la parte que continúe afectándola, o bien,
mediante argumentos que controviertan directamente la resolución
recaída al recurso mismo; todo esto en virtud del cambio de situación
jurídica que tiene la autoridad, pues primero funge como emisora del
acto, luego como Juez y parte al resolver el recurso en sede
administrativa y después como demandada en el juicio; sin embargo,
conviene precisar que el mencionado principio no implica una nueva
oportunidad para demostrar situaciones respecto de las cuales la ley
establece expresamente, dentro del procedimiento de origen, el
momento procesal, las pruebas y la forma para ello, de modo que el
actor no podrá lograr que la Sala Fiscal analice pruebas que no hayan
sido aportadas en el momento procesal señalado por la ley, cuando en
ésta se regula su ofrecimiento, preparación y desahogo, así como el
plazo para proponerlas dentro del propio procedimiento administrativo,
pues considerarlo así implicaría dar al indicado principio un alcance
jurídico que no le corresponde ni encuentra justificación alguna en los
motivos que el legislador dejó plasmados en el citado artículo 1o.

Tesis conforme a lo cual, el colegiado determino que “el principio de Litis


abierta implica la posibilidad de formular argumentos y ofrecer pruebas que no
se hicieron valer en el recurso de revocación, pero ello no significa una nueva
oportunidad para demostrar en el juicio contencioso administrativo situaciones
que, de acuerdo con la ley, debieron acreditarse en el procedimiento
administrativo de origen”

De este modo, la segunda sala de la suprema corte de justicia de la nación,


para resolver la contradicción planteada, tuvo que adentrarse al estudio y
análisis del criterio jurisprudencial “CONTENCIOSO ADMINISTRATIVO. LAS
PRUEBAS DEBEN ADMITIRSE EN EL JUICIO Y VALORARSE EN LA
SENTENCIA, AUN CUANDO NO SE HUBIERAN OFRECIDO EN EL
PROCEDIMIENTO”, dado que ambos colegiados partieron de dicho criterio
para emitir sus resoluciones, en donde claramente se establece que en
atención al principio de litis abierta, el promoverte es libre de ofrecer en el juicio
contenciosos administrativo, diversas pruebas, aunque estas no hayan sido
ofrecidas en el procedimiento o recurso de origen.
Sin embargo, derivado del estudio que realizo el máximo órgano judicial de
nuestro país, se resolvió modificar dicho criterio jurisprudencial, para que
prevaleciera con carácter jurisprudencial el siguiente:

JUICIO CONTENCIOSO ADMINISTRATIVO. EL PRINCIPIO DE LITIS


ABIERTA QUE LO RIGE, NO IMPLICA PARA EL ACTOR UNA NUEVA
OPORTUNIDAD DE OFRECER LAS PRUEBAS QUE, CONFORME A
LA LEY, DEBIÓ EXHIBIR EN EL PROCEDIMIENTO DE ORIGEN O EN
EL RECURSO ADMINISTRATIVO PROCEDENTE, ESTANDO EN
POSIBILIDAD LEGAL DE HACERLO [MODIFICACIÓN DE LA
JURISPRUDENCIA 2a./J. 69/2001 (*)].

Esta Segunda Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación


modifica la jurisprudencia referida, al considerar que el principio de litis
abierta derivado del artículo 1o. de la Ley Federal de Procedimiento
Contencioso Administrativo cobra aplicación únicamente cuando la
resolución dictada en un procedimiento administrativo se impugna a
través del recurso administrativo procedente, antes de acudir ante el
Tribunal Federal de Justicia Fiscal y Administrativa, y se traduce en la
posibilidad para el actor de formular conceptos de impugnación no
expresados en el recurso, pero tal prerrogativa no implica la oportunidad
de exhibir en juicio los medios de prueba que, conforme a la ley, debió
presentar en el procedimiento administrativo de origen o en el recurso
administrativo respectivo para desvirtuar los hechos u omisiones
advertidos por la autoridad administrativa, estando en posibilidad legal
de hacerlo. De haber sido esa la intención del legislador, así lo habría
señalado expresamente, como lo hizo tratándose del recurso de
revocación previsto en el Código Fiscal de la Federación en el que, por
excepción, se concede al contribuyente el derecho de ofrecer las
pruebas que por cualquier motivo no exhibió ante la autoridad
fiscalizadora, para procurar la solución de las controversias fiscales en
sede administrativa con la mayor celeridad posible y evitar su
impugnación en sede jurisdiccional, esto porque la autoridad
administrativa puede ejercer cualquiera de las acciones inherentes a sus
facultades de comprobación y supervisión, como lo es, entre otras,
solicitar información a terceros para compulsarla con la proporcionada
por el recurrente o revisar los dictámenes emitidos por los contadores
públicos autorizados, lo que supone contar con la competencia legal
necesaria y los elementos humanos y materiales que son propios de la
administración pública. Por tanto, tal prerrogativa no puede entenderse
extendida al juicio contencioso administrativo, pues no sería
jurídicamente válido declarar la nulidad de la resolución impugnada con
base en el análisis de pruebas que el particular no presentó en el
procedimiento de origen o en el recurso administrativo, estando obligado
a ello y en posibilidad legal de hacerlo, como lo prescribe el artículo 16
de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, al indicar
que los gobernados deben conservar la documentación indispensable
para demostrar el cumplimiento de las disposiciones fiscales y exhibirla
cuando sea requerida por la autoridad administrativa en ejercicio de sus
facultades de comprobación. Estimar lo contrario significaría sostener
que el Tribunal Federal de Justicia Fiscal y Administrativa puede
sustituirse en las facultades propias de la autoridad fiscal y declarar la
nulidad de sus actos por causas atribuibles al particular.

Ahora bien, el comentario que me permito hacer al respecto, es que en el


estudio, así como en la redacción del criterio jurisprudencial se establece a la
sede administrativa ante quien se interpone el recurso como si fuera una
primera instancia y al Tribunal Federal de Justicia Fiscal, en donde se presenta
una demanda relacionado con la resolución dicho recurso, como una segunda
instancia, en donde se le priva a este de allegarse de pruebas que no fueran
ofrecidas en la tramitación del recurso.

Ello lo considero totalmente erróneo, puesto que ni la sede administrativa ni el


tribunal fiscal, responden a una relación a quo – ad quem, puesto que su
naturaleza es distinta. Uno es una autoridad administrativa con las facultades
para hacer cumplir la legislación fiscal y el otro es un órgano jurisdiccional
autónomo

Incluso la naturaleza de los procedimientos que se ambos resuelven es


diferente, a pesar de las relación que guardan, y para dilucidar cualquier duda
a continuación se detallan las características que conforman tanto el recurso de
revocación como el juicio contenciosos administrativo.

En primer lugar, respecto al recurso, es importante señalar que Dionisio J.


Kaye, considera al Recurso Administrativo como “un medio legal directo, del
que dispone el particular afectado en sus derechos o intereses, por un acto
administrativo, para obtener de la propia autoridad una revisión del acto, a fin
de que sea revocado, anulado o modificado en caso de que se compruebe su
ilegalidad que se caracteriza por:

1. La existencia de una resolución administrativa que se recurre.


2. Que el acto o la resolución afecte un derecho o interés del particular.
3. Que la ley señale ante qué autoridad debe agotarse el recurso, que
puede ser la misma que dictó el acto o la autoridad jerárquica superior.
4. La fijación de un plazo dentro del cual el particular pueda hacer valer el
recurso.
5. El señalamiento en la ley de ciertos requisitos de forma.
6. La fijación de un procedimiento que deba seguir la autoridad en la
revisión del acto, la determinación de formalidades que hayan de
cumplirse, la especificación de pruebas al rendirse, entre otras.
7. Que la autoridad revisora quede obligada a dictar una nueva resolución
en cuanto al fondo. “

En ese sentido, como se puede apreciar en la definición, el recurso como un


medio de defensa para que el particular combata el acto administrativo debe
de constar en una ley, la que señalara los requisitos fundamentales de este.

Es así que encontramos en el Código Fiscal Federal, los requisitos y la


descripción en cuanto a la tramitación del recurso de revocación en los
siguientes numerales:

En primero lugar los actos contra los cuales es procedente el recurso

Artículo 116.- Contra los actos administrativos dictados en materia fiscal


federal, se podrá interponer el recurso de revocación.

Artículo 117.- El recurso de revocación procederá contra:

I.- Las resoluciones definitivas dictadas por autoridades fiscales


federales que:

a) Determinen contribuciones, accesorios o aprovechamientos.


b) Nieguen la devolución de cantidades que procedan conforme a la Ley.
c) Dicten las autoridades aduaneras.
d) Cualquier resolución de carácter definitivo que cause agravio al
particular en materia fiscal, salvo aquéllas a que se refieren los artículos
33-A, 36 y 74 de este Código.

II.- Los actos de autoridades fiscales federales que:


a) Exijan el pago de créditos fiscales, cuando se alegue que éstos se han
extinguido o que su monto real es inferior al exigido, siempre que el
cobro en exceso sea imputable a la autoridad ejecutora o se refiera a
recargos, gastos de ejecución o a la indemnización a que se refiere el
artículo 21 de este Código.
b) Se dicten en el procedimiento administrativo de ejecución, cuando se
alegue que éste no se ha ajustado a la Ley, o determinen el valor de los
bienes embargados.
c) Afecten el interés jurídico de terceros, en los casos a que se refiere el
artículo 128 de este Código.

En segundo lugar la autoridad ante la que ha de tramitarse y el plazo para ello:


Artículo 121. El recurso deberá presentarse a través del buzón
tributario, dentro de los treinta días siguientes a aquél en que haya
surtido efectos su notificación,…

El escrito de interposición del recurso también podrá enviarse a la


autoridad competente en razón del domicilio o a la que emitió o ejecutó
el acto, a través de los medios que autorice el Servicio de Administración
Tributaria mediante reglas de carácter general…

Por último, los requisitos que debe satisfacer el recurso así como los
documentos

Artículo 18.-…
Las promociones deberán enviarse a través del buzón tributario y
deberán tener por lo menos los siguientes requisitos:
I. El nombre, la denominación o razón social, y el domicilio fiscal
manifestado al registro federal de contribuyentes, para el efecto
de fijar la competencia de la autoridad, y la clave que le
correspondió en dicho registro.
II. Señalar la autoridad a la que se dirige y el propósito de la
promoción.
III. La dirección de correo electrónico para recibir notificaciones

Artículo 122.- El escrito de interposición del recurso deberá satisfacer


los requisitos del artículo 18 de este Código y señalar además:
I. La resolución o el acto que se impugna.
II. Los agravios que le cause la resolución o el acto impugnado.
III. Las pruebas y los hechos controvertidos de que se trate

Artículo 123.- El promovente deberá acompañar al escrito en que se


interponga el recurso:
I. Los documentos que acrediten su personalidad cuando actúe a
nombre de otro o de personas morales, o en los que conste que
ésta ya hubiera sido reconocida por la autoridad fiscal que emitió
el acto o resolución impugnada o que se cumple con los
requisitos a que se refiere el primer párrafo del artículo 19 de este
Código.
II. El documento en que conste el acto impugnado.
III. Constancia de notificación del acto impugnado, excepto cuando el
promovente declare bajo protesta de decir verdad que no recibió
constancia o cuando la notificación se haya practicado por correo
certificado con acuse de recibo o se trate de negativa ficta. Si la
notificación fue por edictos, deberá señalar la fecha de la última
publicación y el órgano en que ésta se hizo.
IV. Las pruebas documentales que ofrezca y el dictamen pericial, en
su caso

Adicionalmente el propio código establece, y con ello también determina, que el


recurso es un procedimiento diferente y optativo a la tramitación del juicio
contencioso administrativo en el siguiente artículo:

Artículo 120.- La interposición del recurso de revocación será optativa


para el interesado antes de acudir al Tribunal Federal de Justicia Fiscal y
Administrativa.

Cuando un recurso se interponga ante autoridad fiscal incompetente,


ésta lo turnará a la que sea competente

Es así que de los numerales ya citados, se cumple con todos los elementos
aportados en la definición de “recurso administrativo” entendiendo a este como
un medio de defensa que tiene el particular ante los actos de autoridad en
materia administrativa.

Incluso sirve como introducción al tema del juicio contenciosos administrativo,


pues como ya se ha mencionado, el propio código reconoce que optar por el
recurso antes de acudir a una instancia judicial, no acarrea la perdida de algún
derecho o cualquier otra consecuencia jurídica, el simplemente una
determinación que particular realiza, para agotar los medios de defensa que la
ley le proporciona ante la autoridad.

Ahora, en lo que respecta al Juicio contencioso Administrativo, el magistrado


Arturo Iturbe Rivas parte de la consideración de que “el proceso administrativo
se distingue en que entraña el enjuiciamiento de la administración publica por
parte, obviamente, de un órgano jurisdiccional; es decir constituye la serie de
actos que tienen a resolver, mediante el dictado de una sentencia, una
controversia suscitada con motivo de un acto administrativo que es tachado de
ilegal”

En ese tenor, al igual que el recurso el juicio contencioso administrativo, es un


medio de defensa que tiene el particular contra un acto de autoridad que es
reputado como ilegal, sin embargo a diferencia del recurso, el juicio es un
proceso que se lleva ante un juez, es decir un órgano jurisdiccional, el cual
emitirá un sentencia para resolver la controversia.

Es así que encontramos la reglamentación de dicho proceso, en la Ley Federal


del Procedimiento Contencioso Administrativo, en los diversos numerales que a
continuación se transcriben:
En primer lugar la presentación del escrito, ya sea físico o digital, y los plazos
para ello

ARTÍCULO 13.- El demandante podrá presentar su demanda, mediante


Juicio en la vía tradicional, por escrito ante la sala regional competente
o, en línea, a través del Sistema de Justicia en Línea, para este último
caso, el demandante deberá manifestar su opción al momento de
presentar la demanda…

La demanda deberá presentarse dentro de los plazos que a continuación


se indican:

I. De treinta días siguientes a aquél en el que se dé alguno de los


supuestos siguientes:
a) Que haya surtido efectos la notificación de la
resolución impugnada, lo que se determinará conforme a la
ley aplicable a ésta, inclusive cuando se controvierta
simultáneamente como primer acto de aplicación una regla
administrativa de carácter general.
b) Hayan iniciado su vigencia el decreto, acuerdo, acto
o resolución administrativa de carácter general impugnada
cuando sea auto aplicativa.
II. De treinta días siguientes a aquél en el que surta efectos la notificación
de la resolución de la Sala o Sección que habiendo conocido una queja,
decida que la misma es improcedente y deba tramitarse como juicio.
Para ello, deberá prevenirse al promovente para que, dentro de dicho
plazo, presente demanda en contra de la resolución administrativa que
tenga carácter definitivo.
III. De cinco años cuando las autoridades demanden la modificación o
nulidad de una resolución favorable a un particular, los que se contarán
a partir del día siguiente a la fecha en que éste se haya emitido, salvo
que haya producido efectos de tracto sucesivo, caso en el que se podrá
demandar la modificación o nulidad en cualquier época sin exceder de
los cinco años del último efecto, pero los efectos de la sentencia, en
caso de ser total o parcialmente desfavorable para el particular, sólo se
retrotraerán a los cinco años anteriores a la presentación de la demanda

En segundo lugar, los requisitos de la demanda

ARTÍCULO 14.- La demanda deberá indicar:


I. El nombre del demandante, domicilio fiscal, así como domicilio
para oír y recibir notificaciones dentro de la jurisdicción de la Sala
Regional competente, y su dirección de correo electrónico.
Cuando se presente alguno de los supuestos a que se refiere el
Capítulo XI, del Título II, de esta Ley, el juicio será tramitado por
el Magistrado Instructor en la vía sumaria.
II. La resolución que se impugna. En el caso de que se controvierta
un decreto, acuerdo, acto o resolución de carácter general,
precisará la fecha de su publicación.
III. La autoridad o autoridades demandadas o el nombre y domicilio
del particular demandado cuando el juicio sea promovido por la
autoridad administrativa.
IV. Los hechos que den motivo a la demanda.
V. Las pruebas que ofrezca
VI. Los conceptos de impugnación.
VII. El nombre y domicilio del tercero interesado, cuando lo haya.
VIII. Lo que se pida, señalando en caso de solicitar una sentencia de
condena, las cantidades o actos cuyo cumplimiento se demanda.

Por último los documentos que deberán adjuntarse a la demanda

ARTÍCULO 15.- El demandante deberá adjuntar a su demanda:


I. Una copia de la misma y de los documentos anexos para cada
una de las partes.
II. El documento que acredite su personalidad o en el que conste
que le fue reconocida por la autoridad demandada, o bien señalar
los datos de registro del documento con la que esté acreditada
ante el Tribunal, cuando no gestione en nombre propio.
III. El documento en que conste la resolución impugnada.
IV. En el supuesto de que se impugne una resolución negativa ficta,
deberá acompañar una copia en la que obre el sello de recepción
de la instancia no resuelta expresamente por la autoridad.
V. La constancia de la notificación de la resolución impugnada.
VI. Cuando no se haya recibido constancia de notificación o la misma
hubiere sido practicada por correo, así se hará constar en el
escrito de demanda, señalando la fecha en que dicha notificación
se practicó. Si la autoridad demandada al contestar la demanda
hace valer su extemporaneidad, anexando las constancias de
notificación en que la apoya, el Magistrado Instructor procederá
conforme a lo previsto en el artículo 17, fracción V, de esta Ley. Si
durante el plazo previsto en el artículo 17 citado no se
controvierte la legalidad de la notificación de la resolución
impugnada, se presumirá legal la diligencia de notificación de la
referida resolución.
VII. El cuestionario que debe desahogar el perito, el cual deberá ir
firmado por el demandante.
VIII. El interrogatorio para el desahogo de la prueba testimonial, el que
debe ir firmado por el demandante en el caso señalado en el
último párrafo del artículo 44 de esta Ley.
IX. Las pruebas documentales que ofrezca.

Así mismo, el principio de Litis abierta se encuentra consagrado en el artículo


primero de la citada qué ley, que está vinculado con el recurso de revocación,
al efecto menciona lo siguiente:

ARTÍCULO 1o.- Los juicios que se promuevan ante el Tribunal Federal


de Justicia Fiscal y Administrativa, se regirán por las disposiciones de
esta Ley, sin perjuicio de lo dispuesto por los tratados internacionales de
que México sea parte. A falta de disposición expresa se aplicará
supletoriamente el Código Federal de Procedimientos Civiles, siempre
que la disposición de este último ordenamiento no contravenga las que
regulan el juicio contencioso administrativo federal que establece esta
Ley.

Cuando la resolución recaída a un recurso administrativo, no satisfaga el


interés jurídico del recurrente, y éste la controvierta en el juicio
contencioso administrativo federal, se entenderá que simultáneamente
impugna la resolución recurrida en la parte que continúa afectándolo,
pudiendo hacer valer conceptos de impugnación no planteados en el
recurso.

Asimismo, cuando la resolución a un recurso administrativo declare por


no interpuesto o lo deseche por improcedente, siempre que la Sala
Regional competente determine la procedencia del mismo, el juicio
contencioso administrativo procederá en contra de la resolución objeto
del recurso, pudiendo en todo caso hacer valer conceptos de
impugnación no planteados en el recurso.

En palabras de la licenciada Maricela Jiménez Hernández, el principio de Litis


abierta “está vinculado con el recurso de revocación, específicamente en
relación con el estudio de agravios de fondo, porque se trata de un beneficio
que el particular puede ejercer como parte de una estrategia de defensa, que
no se tiene cuando se acude directamente al juicio de nulidad”.

En ese tenor, el principio de Litis abierta, tal cual aparece en el artículo antes
mencionada, y con apoyo de las ideas aportadas por la licenciada Jiménez
Hernández, otorga al particular una defensa amplia, la cual debería permitir al
promovente aportar las pruebas que considere pertinentes en el momento que
lo considere prudente, y no sujetar la valoración de las pruebas en el juicio
contencioso administrativo a la condición de haber sido presentadas en el
recurso anterior al juicio.

Ello entre otras cosas porque como ya se había planteado, aunque la materia
del juicio contenciosos administrativo haya derivado o sea producto de un
recurso de revocación, no significa en ning8un momento que es exista una
relación de supra subordinación entre las autoridades que llevaron dichos
procesos, unas es una autoridad y la otra un órgano jurisdiccional, ambas
independientes

De lo anterior, me gustaría señalar que a mi consideración incluso el rubro de


la tesis que se comenta es incorrecto, puesto que señala al recurso como un
procedimiento de origen, sobreentendido que habría un procedimiento
consecuente en este caso el juicio, y como lo he preciado anteriormente, no
hay primera ni segunda instancia, puesto que ambos procedimientos para mí
son independientes.

Así mismo me parece que el criterio jurisprudencial, materia de este ensayo,


pasó por alto lo establecido en el artículo 40 de la ley Federal del
Procedimiento Contenciosos Administrativo

ARTÍCULO 40.- En los juicios que se tramiten ante este Tribunal, el


actor que pretende se reconozca o se haga efectivo un derecho
subjetivo, deberá probar los hechos de los que deriva su derecho y la
violación del mismo, cuando ésta consista en hechos positivos y el
demandado de sus excepciones.

En los juicios que se tramiten ante el Tribunal, serán admisibles toda


clase de pruebas, excepto la de confesión de las autoridades mediante
absolución de posiciones y la petición de informes, salvo que los
informes se limiten a hechos que consten en documentos que obren en
poder de las autoridades.

Las pruebas supervenientes podrán presentarse siempre que no se


haya dictado sentencia. En este caso, se ordenará dar vista a la
contraparte para que en el plazo de cinco días exprese lo que a su
derecho convenga.

Ello porque en dicho numeral contempla que al juicio se podrán presentar todo
clase de pruebas, exceptuando, a la confesional de las autoridades por la
naturaleza misma de la prueba.

Sin embargo, el artículo nunca hace un especial pronunciamiento, en las


pruebas que han de ofrecerse en los juicios que versen sobre la resolución y
materia de un recurso de revocación
Por último, en síntesis no considero que la tesis emitida por la segunda sala de
la SCJN sea verdaderamente en favor de los particulares, puesto que en lugar
de facilitar el acceso a la justicia, pone trabas para aportar pruebas tendiente a
generar convicción en el juzgador en un proceso total y completamente
diferente al que se llevó ante la autoridad administrativa..

Incluso podría decir que dicha tesis favorece a las autoridades administrativas,
puesto que ellas no tendrán que preocuparse que el particular no quede
conforme al finalizar el recurso de revocación, ya que incluso al llegar al juicio
contencioso, aun cuando pueda formular nuevos conceptos de impugnación,
no podrá aportar más pruebas que estuvieran relacionadas con la materia del
recurso, siendo entonces inútil porque la mediocridad y mala praxis de la
autoridad seguirán presentes sin que importe el juicio.

Trabajos citados
Esquivel Vazquez, G. (2000). La prueba en el juicio fiscal federal. Mexico : Porrua.

Iturbe Rivas, A. (2004). Elementos de Derecho Porcesal Administrativo. Mexico :


Porrua.

Jiménez Hernández, M. (s.f.). EL RECURSO DE REVOCACIÓN COMO ALTERNATIVA DE


DEFENSA PARA EL PARTICULAR. Recuperado el 03 de Mayo de 2019, de
http://cesmdfa.tfja.gob.mx/investigaciones/historico/pdf/recursoderevocacion
.pdf

Kaye, D. J. (2009). Nuevo Derecho Procesal Fiscal y Administrativo. Mexico : Themis.

Sánchez Pichardo , A. (2006). Los medios de impugnación en materia administrativa.


Mexico : Porrua.

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