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Nombre: Endal T´haren

Profesión: Caballero Jedi (Antiguo General de las Guerras Clon)

Planeta natal: Coruscant (Realmente Generis)

Como caballero jedi al servicio de la república, Endal ha formado parte de varias misiones como
mediador de la paz y defensor de la justicia, habiendo ido a planetas como Saleucami, Dantoine,
Bakura, Cato Neimoidia en pos de negociador y mediador para mantener el orden dentro de
estos planetas, conseguí ganarme algún que otro contacto de valor dentro de estos planetas.
Una vez ordenado caballero jedi me centré además en misiones de espionaje e investigación
sobretodo en planetas donde el nivel criminal es alto como Nar Shadda, Nal Hutta, Malaster,
Nar Kreeta y Lannik. Durante mi etapa de Caballero Jedi tuve bajo mi tutela a un padawan
llamado Ardhen K´Lanh el cual adiestré lo mejor que pude durante 5 años cuando comenzaron
las Guerras Clon. Durante las Guerras Clon estuve destinado en varios planetas a combatir y
defender sobre todo a la población local, misiones de escoltar y rescatar, destrucción de puntos
clave, yendo a planetas como Kamino, Brentaal IV, Ryloth, Anaxes, Coruscant. Durante dos años
de batallas y constantes conflictos tan solo veía como todo el ideal por el que los jedi habían
luchado era pisoteado y destruido, ver compañeros y amigos con los que he entrenado y
compartido misiones no volver al templo jedi, todo aquello solo llenaba mi mente de duda sobre
el sentido de que la Orden Jedi participase en las guerras clon. Fue durante una de las muchas
escaramuzas en Ryloth que estaba en la vanguardia atendiendo al comandante clon asignado a
mí, el cual había sido abatido por un tiro en el torso, veo de un transmisor suyo como de pronto
parpadea y lo enciendo escuchando el mensaje del supuesto canciller supremo dando un
argumento de que los jedis se habían sublevado y que ejecutasen una tal orden 66, mientras
escuché eso solo podía sentir rabia de haberme sentido como un títere dentro de este juego
que suponían las guerras clon pero pude percatarme a tiempo para notar como el comandante
clon sacaba su pistola para matarme por la espalda, sin titubear me giré y reflecté ese disparo
terminando por matarlo, en ese planeta al menos habían 6 comandantes más por lo que debía
actuar rápido para encontrar a mi padawan, me guardé el comunicador de aquel comandante y
fui a buscarlo pero sin ningún tipo de éxito podía, cada vez eran más los soldados clon que
estaban buscando a los “traidores” jedi, al final impotente solo pude irme hasta el hangar y huir
mientras suplicaba a la Fuerza por el bien de mi padawan. Tras eso me fui a mi planeta natal
(Generis), un lugar tranquilo que por suerte no había sido afectado por la guerra que asolaba a
media galaxia, una vez allí me despojé de todos mis atuendos jedi, incluso mi sable láser y
holocrones de entrenamiento los dejé ahí ocultos en una antigua bóveda sin que nadie lo
supiera, una vez abandoné ese planeta ya había desistido del camino del jedi, usé mis contactos
en planetas clandestinos como Nar Shadda para poder meterme a trabajar como mecánico y así
mantener un perfil bajo, además de que podía enterarme de algunas noticias de cómo iba todo
por el resto de la galaxia, así pude saber de qué las guerras clon terminaron, la República se
transformó en el Imperio Galáctico, los jedi se habían convertido en el enemigo público de la
galaxia y ahora eran perseguidos y repudiados, veía pasar soldados imperiales poniendo carteles
de jedis que se buscan. Durante los próximos años recibí visitas de algunos jedi como Jaren
Oslak, A´Shared Hett, Jaden Korr, Mari Amithest entre otros antiguos compañeros de la orden
para pedirme que me uniera a ellos, algunos venían con ideas de organizar una rebelión en
contra de los sith que ahora controlan la galaxia, otros más en el camino de formar una nueva
orden jedi lejos del Imperio donde podamos volver a reconstruir nuestro credo, sin embargo,
aunque en el caso de Jaren y Mari les di una señal de comunicación porque aún sentía cierto
resentimiento por cómo todo había acabado tanto para la orden jedi como para mi padawan, la
idea de poder redimirme adoctrinando una nueva generación era algo que ciertamente me
agradaba, aunque ahora mismo no me sentía con la suficiente determinación y voluntad para
ello por lo que les pedí tiempo para pensarlo, además durante todos estos años había perdido
bastantes habilidades aunque más con la Fuerza debido a que no la usaba para evitarme
cualquier tipo de problemas, mis habilidades de combate estaban bien pulidas al usar armas
más rudimentarias para combatir alguna que otra amenaza.

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