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CAPÍTULO GRATIS
Colección
Ciencias de la Salud
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Dirección General: Marcelo Perazolo
Diseño de cubierta: Lucila Avalle
Diagramación de interiores: Guillermo W. Alegre
© LibrosEnRed, 2014
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Índice
Editorial LibrosEnRed 24
Capítulo 26
Verduras y hortalizas
Las verduras, así como las frutas, en general, son los alimentos más impor-
tantes que un ser humano debe consumir en el transcurso de la vida. Exis-
ten evidencias grandes en diferentes estudios sobre el papel fundamental
en los diversos procesos fisiológicos del cuerpo humano.
El sinergismo entre los componentes bioactivos de las plantas puede arrojar
resultados metabólicos no esperados entre las plantas y los animales que
los consumen. Los efectos principales en la salud humana son secundarios
en forma principal al contenido y concentración de fitoquímicos o polifeno-
les en cada verdura (ver capítulo de fitoquímicos). Los efectos en la mayoría
son mejores si los polifenoles son consumidos con la verdura total y no a
través de suplementos dietarios. Los vegetales y las frutas altamente pig-
mentados tienen gran actividad antioxidante (ver Figura 1).
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Figura modificada de: Tuohy, K. M.; Conterno, L.; Gasperotti, M.; Viola, R. Up-regulating the
Human Intestinal Microbiome Using Whole Plant Foods, Polyphenols, and/or Fiber. J. Agric.
Food Chem., 2012; 60(36): 8776-8782.
Potencial redox
Interacción de polifenoles
(Ejemplo: inhibe en el intestino la oxidación e intestino
del colesterol de la dieta)
- Otros componentes dietarios
Inhibe enzimas digestivas
- Amilasa y lipasa - Ácidos biliares
Vegetarianismo
El ser vegetariano implica no consumir alimentos provenientes de animales,
lo que significa que la carne y el pescado son excluidos. Respetando este
requisito, las dietas vegetarianas son tan diversas como las dietas conven-
cionales. La variante más común, la lacto-ovo-vegetariana, incluye leche,
queso y huevos. En contraste, el veganismo excluye también todos los pro-
ductos lácteos y el huevo. Las dietas con alimentos crudos son basadas en
alimentos no cocinados, usando los productos de la tierra y la fermentación
para realzar la digestibilidad. Los frutarianos consumen una dieta limitada
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a frutos y nueces. Otras dietas, como la macrobiótica, son parte de una fi-
losofía de la vida. La dieta macrobiótica favorece los alimentos producidos
localmente con procesamiento mínimo —buscando un equilibrio entre ali-
mentos yin y yang— e incluye aves de corral o pescado, una a dos veces a la
semana, pero excluye los productos lácteos.
Beneficios
Existen, en la actualidad, grandes evidencias acerca de los beneficios de la
dieta vegetariana. Los vegetarianos tienen un índice de masa corporal me-
nor y más baja mortalidad por enfermedad isquémica cardiaca y cerebrovas-
cular que las personas omnívoras. Este efecto protector está enlazado con
el alto consumo de productos vegetales no refinados, semejantes a granos
integrales, legumbres, nueces, frutas y vegetales. El mismo efecto benéfico
en la salud puede ser obtenido al llevar una dieta omnívora prudente, limi-
tando el ingreso de carne, combinada con un ingreso elevado de alimentos
de plantas enteras, patrón dietético que ha sido denominado flexitariano.
Estudios de cohortes han demostrado un crecimiento y desarrollo similares en
niños y adolescentes lacto-ovo-vegetarianos en relación a niños omnívoros,
mientras que los niños veganos tienden a ser más delgados y pequeños. Lo
importante no es asumir una tendencia ciega en la alimentación, sino lograr
un equilibrio en el tipo y constituyentes de la alimentación que consumimos.
Como hemos mencionado en el prólogo, existen, afortunadamente para
la humanidad, diferentes hortalizas —lechuga, rúcula, endivia, espinaca,
etcétera— y verduras —alcachofa, berenjena, palmito, espárrago, rábano,
etcétera— que creemos tienen los mismos beneficios que los alimentos que
vamos a describir. Desafortunadamente, y como es el objetivo de este li-
bro, lo que describimos es basado en revistas científicas de alto impacto y
en cuanto a muchos de estos alimentos no encontramos artículos funda-
mentados, por lo cual nos vemos en la incapacidad de poder describir sus
efectos a nivel del cuerpo humano. Hablaremos de los que tienen evidencia
científica en revistas especializadas de salud.
Brócoli
Los alimentos crucíferos son vegetales del género Brassica y se incluyen el
brócoli, la col, la coliflor, el repollo verde y la col de Bruselas. El brócoli es
conocido como la joya de la corona de la nutrición.
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Una práctica culinaria común es cortar, triturar, cortar en dados las verduras
antes de cocinarlas. Esto puede disminuir el contenido de glucosinolatos
mediante la exposición a la mirosinasa. Solo el triturado fino tiene un efec-
to marcado en el contenido de glucosinolatos. Por otra parte, un período
mayor a una hora después de la trituración produce una disminución signi-
ficativa en el contenido de glucosinolatos en las verduras.
En la col marina, después del proceso de congelación y descongelación, se
produce la pérdida casi total del contenido de glucosinolatos.
La mayoría de las hortalizas del género Brassica son cocinadas antes del
consumo. La col de Bruselas, el brócoli, la coliflor y el repollo se comen
crudos en ensaladas o en forma de escabeche. En el Reino Unido es común
hervir las Brassicas antes de su consumo. Hervir las verduras en agua causa
una pérdida significativa de glucosinolatos por la lixiviación en el agua de
cocción. Hay una degradación térmica limitada de los aralkis glucosinolatos
a temperaturas mayores a 100°C. Los glucosinolatos se mantuvieron esta-
bles en los procedimientos de extracción que implican ebullición en agua
durante 10-15 minutos. Si la cocción en microondas se realiza en gran volu-
men de agua, esto da lugar a una pérdida significativa de glucosinolato por
lixiviación en el agua de cocción.
El cocinar al vapor, en horno de microondas y fritar revolviendo tiene efec-
to pequeño en el contenido total de glucosinolatos de los vegetales Brassi-
ca. El cocinar al vapor es un método popular en los países asiáticos; produce
disminución de niveles de sulforafanos y sus productos de degradación,
debido a inactivación de la mirosinasa.
Si al cocinar al vapor hay un volumen significativo de agua condensada al
extender los tiempos de cocción —por ejemplo: 45 minutos—, puede haber
lixiviación de glucosinolatos, pero en menor cantidad que cuando las ver-
duras son hervidas. La biodisponibilidad de isotiocianatos del brócoli es tres
veces mayor en la verdura fresca que cuando es cocinada.
El cocinar con microondas ha sido usado para inactivar la mirosinasa, con
pérdida de glucosinolatos. El cocinar el repollo en microondas —ocho mi-
nutos, 850W— con 10 por ciento de agua produce pérdida de un 8 por cien-
to de sinigrina. La cocción en microondas —seis minutos, 650W— utilizada
para escaldar la col de Bruselas disminuye el contenido de alkil glucosinola-
to en porcentajes variables: de 2 a 44 por ciento en experimentos diversos.
Un estudio reciente muestra que cocinar el brócoli en poder elevado —cin-
co minutos, 1000W— produce una disminución significativa del contenido
de glucosinolato: glucoiberina: 100 por ciento; progoitrina: 81 por ciento;
y gluconapina, 100 por ciento. Estas pérdidas no fueron asociadas con el
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escaldado del glucosinolato dentro del agua de cocción. Estos estudios su-
gieren que investigaciones previas que demuestran pérdidas significativas
están erradas.
El cocinar fritando y revolviendo es uno de los métodos de cocción más po-
pulares en países americanos. Al cocinar verduras Brassica por este método
por 3-5 minutos, previo calentamiento de aceite a 200°C, no cambió el con-
tenido de glucosinolatos en forma significativa. Los glucosinolatos experi-
mentan degradación térmica por encima de los 100°C. Este procedimiento
de cocción inhibe la actividad de la mirosinasa, rápidamente, sin efectos en
el contenido de glucosinolatos.
La formación de isotiocianatos de glucosinolatos fue encontrada después
del picado fino de los vegetales Brassica, cuando la actividad endógena de
la mirosinasa convierte los glucosinolatos a isotiocianatos en forma parcial,
lo que significa que se forman otros productos.
Funcionalidad
Los químicos organosulfurados, denominados glucosinolatos, las S-metil
cisteína sulfóxido y los productos derivados del brócoli son los responsables
de sus grandes propiedades nutricionales. La ingesta de estos vegetales
está relacionada en forma inversa al cáncer, en especial de vejiga, pulmón
y colon. Las dosis elevadas bloquean la tiroides.
Los isotiocianatos —productos de la ruptura de los glucosinolatos que con-
tienen azufre— son los productos activos que exhiben actividad antican-
cerosa y mutagénica en etapas tempranas, y son antioxidantes, al reducir
el estrés oxidativo sistémico, regular enzimas y controlar la apoptosis en el
ciclo celular.
Los crucíferos también contienen otros componentes bioactivos, incluyen-
do flavonoides —ejemplo: quercetina—, minerales —ejemplo: selenio— y
vitaminas —ejemplo: vitamina C—. El brócoli tiene en sus flores al menos
dos tipos de glicósidos flavonoles —quercetina 3-O-soforoside y kaempfe-
rol 3-O-soforoside—, polifenoles que corresponden al 90 por ciento del
contenido total.
La luteína y la zeaxantina son xantofilas de la familia de los carotenoides
que se encuentran en alimentos comunes, como los vegetales Brassica y
en especial en el brócoli, la espinaca y la arveja. Estos compuestos únicos
se hallan en concentraciones elevadas en la región macular de la retina y
funcionan como antioxidantes y filtros para la alta energía de la luz azul.
Estudios en humanos han demostrado su papel preventivo en el daño por
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Otros fitoconstituyentes
El brócoli contiene aminoácidos esenciales, como isoleucina, leucina, lisina,
fenilalanina, trotófano, metonina, valina y treonina, además de ácidos gra-
sos benéficos.
El contenido de proteínas total varía de 29.5 a 32.5 g/kg y 47.2 g/kg en flores
frescas y congeladas. Similarmente, el contenido total de lípidos varía entre
5.9 y 9.5 g/kg para el brócoli fresco, cocinado y enlatado. Los ácidos gra-
sos identificados fueron: láurico (C:12:0), mirístico (C:14:0), palmítico (C:16:0),
hexadecanoico (C:16:1), hexadecadienoico (C:16:2), oleico (C:18:1), linoleico
(C:18:2) y linolénico (C:18:3).
Minerales en el brócoli
El brócoli es una buena fuente de elementos minerales mayores, como so-
dio, potasio, calcio, magnesio, cloro, fósforo, azufre, hierro, zinc, cobre,
manganeso y selenio.
Varios estudios han demostrado que el brócoli es una excelente fuente de
calcio en poblaciones con ingresos limitados de productos lácteos.
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Anticáncer
El consumo de vegetales crucíferos se ha asociado a la prevención del cán-
cer de pulmón, páncreas, vejiga, próstata, tiroides, piel, estómago y colon.
Estudios diferentes han demostrado hasta un 67 por ciento de relación in-
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Vitaminas
La semillas de crucíferas y los brotes de estos alimentos son una fuente rica de
vitaminas K, B1 y B2. El brócoli contiene > 100 ug de fitoquinona/100 g de vege-
tales, crudo o cocinado. Además, tiene gran cantidad de antioxidantes, llamados
tocoferoles, ácido ascórbico y carotenoides luteína y zeaxantina. La vitamina C es
muy abundante en el brócoli. La cantidad de vitaminas varía según la especie y
depende de varios factores, como el genotipo, estrés medioambiental, condicio-
nes de crecimiento, depósito y procesamiento de alimentos.
Vitamina A
La vitamina A es una vitamina soluble en grasa derivada de dos fuentes: re-
tinoides preformados y carotenoides provitamina. Los retinoides semejan-
tes al ácido retinoico y el retinal son encontrados en fuentes animales como
el hígado, riñón, huevos y productos lácteos. Los carotenoides semejantes
a los betacarotenos —los cuales tienen la mayor actividad de vitamina A—
son encontrados en plantas como los vegetales oscuros o amarillos y las
zanahorias.
La vitamina A es también conocida como retinol, ácido retinoico, aeroftol
—vitamina antixeroftálmica—, alcohol de vitamina A y vitamina A1.
Vitamina D
La adición de vitamina D interrumpe la mitogénesis de las células T, debido
a que suprime en forma preferencial la diferenciación de las células CD4+
al subtipo TH1, con desviación subsecuente al subtipo TH2. Los niveles bajos
muestran efectos negativos en la esclerosis múltiple y la enfermedad infla-
matoria intestinal (EII).
Vitamina E
De las ocho sustancias naturales que ejercen actividad como vitamina E
—α-, β-, γ- y δ- tocoferoles; y α-, β-, γ- y δ-tocotrienoles—, el α-tocoferol
ha sido tradicionalmente recordado como la vitamina más importante, que
ejerce gran actividad biológica en los estudios animales.
Estudios in vitro sugieren un papel de la vitamina E en el desarrollo de la
respuesta inmunocelular. El tratamiento de células dendríticas inmaduras
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Cebolla
La cebolla es un alimento importante, debido a que proporciona fitomolé-
culas activadas semejantes al ácido fenólico, flavonoides, copaenos, tiosulfi-
natos, compuestos organosulfurados (OSC) y antocianinas. La composición
fitoquímica de la cebolla se cree varía de acuerdo con las especies y técni-
cas de cultivo. Entre las especies de cebolla, la cebolla roja es abundante
en polifenoles, flavonoides, flavonoles y taninos. Algunos investigadores
informan que la cebolla roja tiene niveles de quercetina catorce veces ma-
yores que el ajo y dos veces mayores que la cebolla blanca. Adicionalmente,
la cáscara de la cebolla contiene niveles de flavonoides 48 veces mayor que
la pulpa. Las investigaciones basadas en las células encuentran que la cás-
cara tiene gran capacidad de controlar la peroxidación lipídica, más que la
pulpa. En un estudio realizado en ratas, las que consumen cáscara tienen
mayores niveles antioxidantes y bajos niveles de peróxidos de lípidos en
relación a ratas que consumen la pulpa.
La quercetina (3, 3’, 4’, 5.7-pentahidroxiflavona) es el flavonoide prototipo
y se encuentra principalmente en el brócoli, las frutas y la cebolla (Allium
cepa), particularmente en la forma glucósido.
Una clase única de compuestos organosulfurados constituye el determinan-
te primario del olor de la cebolla. Tres precursores de sabor inodoros no vo-
látiles colectivamente referidos como S-alk(en)il cisteína sulfóxidos (ACSO)
son depositados en el citoplasma de la cebolla intacta. La intensidad del
picante puede ser predicha por las diferencias en la concentración de estos
precursores. La alliinasa, una enzima compartimentalizada en la vacuola ce-
lular, es liberada cuando el tejido es roto y reacciona con estos precursores
no volátiles. El balance entre el picante y los niveles de azúcar determina la
percepción de dulzura de la cebolla. Debido a su poco picante, la cebolla
dulce se come primariamente en bruto y se añade a alimentos como ensa-
ladas, sándwiches, salsas, aderezos y platos fríos.
La cebolla y sus constituyentes tienen grandes beneficios en la salud, espe-
cialmente por su actividad antiplaquetaria —antiagregante—, antimicro-
biana, antiinflamatoria y antiasmática.
Investigaciones previas han sugerido que la actividad antiplaquetaria in-
ducida por la cebolla es atribuida a sus compuestos organosulfurados. Los
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Col lombarda
La col lombarda —Brassica oleracea L. var. capitata f. rubra DC— perte-
nece a la familia Brassicaceae. Es uno de los vegetales más importantes
en el mundo. El colorante de la col ha sido usado como indicador de pH
en formulaciones farmacéuticas y como colorante de alimentos. Estudios
han demostrado que el extracto de la col tiene la habilidad de suprimir el
estrés oxidativo in vivo, es anticáncer, antiinflamatorio y antidiabético, y
hay dos estudios que muestran su poder antiinfeccioso. Entre las sustancias
responsables de la actividad biológica de la col lombarda están los polife-
noles; las antocianinas son las predominantes sobre otros polifenoles. La
gran estabilidad y las propiedades antioxidantes fuertes en el extracto de
col son dadas por las antocianinas, con una relación importante de la dosis
versus el efecto. La cebolla roja tiene poderes similares a la col lombarda.
Otro componente importante de la col, fuera de los flavonoides, son los
glicosinolatos similares a los del brócoli, con funcionalidad similar.
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Remolacha
La remolacha en una fuente rica de nitratos inorgánicos.
Las raíces de la remolacha (Beta vulgaris L.) —remolacha común o de mesa,
betabel— tienen once saponinas triterpenos, consistentes en ácido oleanó-
lico o aglicona hederagenina, y un número variable de azúcares.
Los nitratos inorgánicos (NO3-) controlan la presión arterial. Los nitratos
inorgánicos de la dieta son absorbidos rápida y completamente en el in-
testino delgado proximal, con 100 por ciento de biodisponibilidad. Aproxi-
madamente 25 por ciento de los nitratos circulantes en el plasma son luego
concentrados en las glándulas salivares y secretados en la boca, donde cer-
ca del 20 por ciento —o ≈ 5-8 por ciento de la ingesta— son convertidos
a nitritos (NO2-) por las bacterias comensales de la lengua y tragados pos-
teriormente. Después de alcanzar el estómago, los NO2- son rapidamente
absorbidos en forma directa o reducidos a óxido nítrico, como resultado del
medio ambiente ácido del estómago. El ON y el NO2- producidos endóge-
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Tomate
Numerosos estudios han mostrado que el tomate y sus productos derivados
están asociados a riesgo reducido de enfermedades degenerativas. Por lo
tanto, un ingreso elevado de jugo de tomate previene la oxidación de la
LDL y la formación de especies reactivas tiobarbitúricas (TBARS) en hombre
sanos.
Las personas saludables o bien entrenadas, y los vegetarianos tienen pro-
tección aumentada contra lesión inducida por los radicales libres de oxíge-
no (ROS). Por esto, se sugiere que el ejercicio físico regular y una dieta rica
en antioxidantes pueden tener efecto protector contra el daño por las ROS,
en particular, la lesión en el DNA.
Los niveles de oxidación en el suero humano se incrementan en forma sig-
nificativa después de veinte minutos de actividad física, causado posible-
mente por un aumento en los niveles de ROS intracelular. Ningún aumento
se observó después de que los deportistas tomaron diariamente 150 mL de
jugo de tomate durante un período de cinco semanas, lo que sugiere que el
depósito de nucleótidos no se afecta y están bien protegidos de los efectos
deletéreos de los ROS. Esto es dado por el contenido de licopenos sobre el
estrés oxidativo inducido por el ejercicio físico intenso.
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Zanahoria
Las zanahorias son ricas en fibra, carotenoides, potasio —disminuye la pre-
sión sistólica—, nitratos —los cuales pueden ser convertidos en óxido nítrico
e incrementar la vasodilatación—, vitaminas C y E, y compuestos fenólicos,
como los ácidos p-cumárico, clorogénico y caféico. La ingesta de jugo de
zanahoria aminora la lesión oxidativa en el DNA, aumenta los niveles de
antixoidantes plasmáticos y reduce la inflamación.
En un estudio se evaluó la ingesta de 16 onzas de jugo de zanahoria, que
equivalen a una onza de zanahoria fresca, lo que arrojó una disminución
en la presión arterial sistólica en un 5 por ciento. Debemos recordar que
en este trabajo, fuera de añadir jugo de zanahoria, no hubo ningún otro
cambio dietético. Además, disminuye la peroxidación lipídica.
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Lecturas recomendadas
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