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INDICE

Portada 1
Índice 2
Introducción 3
Efecto Mariposa- Teoría del caos 4
Conclusión 8

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INTRODUCCIÓN

El “efecto mariposa” es un concepto que hace referencia a la


noción del tiempo a las condiciones iniciales dentro del marco de la
teoría del caos. La idea es que, dadas unas condiciones iniciales de
un determinado sistema caótico, la más mínima variación en ellas
puede provocar que el sistema evolucione en formas completamente
diferentes. Sucediendo así que, una pequeña perturbación inicial,
mediante un proceso de amplificación, podrá generar un efecto
considerablemente grande a mediano o corto plazo de tiempo.
Un ejemplo claro sobre el efecto mariposa es soltar una pelota
justo sobre la arista del tejado de una casa varias veces; pequeñas
desviaciones en la posición inicial pueden hacer que la pelota caiga
por uno de los lados del tejado o por el otro, conduciendo a
trayectorias de caída y posiciones de reposo final completamente
diferentes. Cambios minúsculos que conducen a resultados
totalmente divergentes.
Su nombre proviene de las frases: “el aleteo de las alas de una
mariposa se puede sentir al otro lado del mundo” (proverbio chino) o
“el aleteo de las alas de una mariposa pueden provocar un Tsunami
al otro lado del mundo” así como también “El simple aleteo de una
mariposa puede cambiar el mundo”.
Teoría del caos es la denominación popular de la rama de las
matemáticas, la física y otras ciencias que trata ciertos tipos de
sistemas dinámicos muy sensibles a las variaciones en las
condiciones iniciales. Pequeñas variaciones en dichas condiciones
iniciales pueden implicar grandes diferencias en el comportamiento
futuro; complicando la predicción a largo plazo. Esto sucede, aunque
estos sistemas son en rigor determinísticos, es decir; su
comportamiento puede ser completamente determinado conociendo
sus condiciones iniciales.

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“El aleteo de las alas de una mariposa se puede sentir al otro lado
del mundo”. Este proverbio chino es el origen, junto a las
investigaciones del matemático y meteorólogo Edward Lorenz, de
una de las más cinematográficas teorías físicas: el efecto mariposa.
Según este concepto vinculado a la Teoría del Caos, el aleteo de un
insecto en Hong Kong puede desatar una tempestad en Nueva York.
Pero, en realidad, ¿es factible que el aleteo de una mariposa en Sri-
Lanka pueda provocar un huracán en EE. UU?
En un sistema no determinista, pequeños cambios pueden
conducir a consecuencias totalmente divergentes. Una pequeña
perturbación inicial, mediante un proceso de amplificación, puede
generar un efecto considerable a medio y corto plazo. El movimiento
desordenado de los astros, el desplazamiento del plancton en los
mares, el retraso de los aviones, la sincronización de las neuronas;
todos son sistemas caóticos o «dinámicos no lineales».
La teoría del caos y el efecto mariposa viene a explicar que algo
tan complejo como el universo (un sistema caótico flexible) es
impredecible. La teoría del caos explica sistemas como la atmósfera
o las condiciones climatológicas que impiden realizar pronósticos del
tiempo fiables más allá de tres días y es particularmente útil para
abordar el estudio de los fenómenos sociales, difíciles de resolver en
términos de relaciones lineales causa-efecto.
La idea germen del efecto mariposa es que la secuencia
interminable de hechos, aparentemente desencadenados entre sí,
acaban por tener consecuencias completamente impredecibles. Si
imaginamos un universo dividido en dos y en uno de ellos
introducimos una variable (por ejemplo, el sutil aleteo de una
mariposa o una variación de cifras en decimales), cada una de las
partes de ese universo reaccionará de forma distinta a los cambios y
evolucionará de forma diferente e imprevisible.
Más que el aleteo de una mariposa, algunos investigadores
prefieren hacer referencia al experimento del doble péndulo. Éste
son dos péndulos acoplados, es decir un péndulo unido al extremo
de otro péndulo. Cuando se trata de uno solo, el movimiento es
bastante simple, pero cuando son dos los que oscilan, se vuelve
impredecible y caótico.
Edward Lorenz, el padre de la teoría del caos, consideró el tiempo
atmosférico como un caso de este tipo, en la medida que nunca se
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podrán conocer con exactitud las condiciones iniciales. De hecho, en
1963, Lorenz estaba realizando una investigación sobre previsiones
climatológicas a través de ecuaciones con ordenador y decidió
repasar algunos de los datos que había obtenido. Mientras se hacía
un café (esto es literal), el ordenador simuló los resultados de dos
meses que en nada se parecían a los que ya tenía. ¿De dónde
procedía el error? De un simple redondeo.
Para simplificar las operaciones y porque la impresora no
aceptaba más de tres decimales, Lorenz decidió reducir de seis a tres
los decimales de uno de los parámetros con los que calculaba las
predicciones (por ejemplo: de 53,453765 kilómetros por hora, pasó a
usar 53,453 kilómetros por hora). El paradigma estaba claro: una
variación mínima inicial puede producir alteraciones a corto y medio
plazo.
Lorenz fue el salto de las leyes deterministas de Newton y la
aplicación de ecuaciones a las simulaciones de hoy en día. La
astrofísica emplea potentes ordenadores para conocer la evolución
del universo a través de simulaciones que toman en consideración
diferentes elementos y patrones, pero siempre hay una incertidumbre
en todos los experimentos. La consecuencia práctica del efecto
mariposa es que en sistemas complejos tales como el estado del
tiempo o la bolsa de valores es muy difícil predecir con seguridad, por
eso hablamos de probabilidades.
Los sistemas dinámicos se pueden clasificar básicamente en:
Estables, Inestables y Caóticos.
Un sistema estable tiende a lo largo del tiempo a un punto, u
órbita, según su dimensión (atractor o sumidero). Un sistema
inestable se escapa de los atractores. Y un sistema caótico
manifiesta los dos comportamientos. Por un lado, existe un atractor
por el que el sistema se ve atraído, pero a la vez, hay “fuerzas” que
lo alejan de éste. De esa manera, el sistema permanece confinado
en una zona de su espacio de estados, pero sin tender a un atractor
fijo.
Una de las mayores características de un sistema inestable es
que tiene una gran dependencia de las condiciones iniciales. De un
sistema del que se conocen sus ecuaciones características, y con
unas condiciones iniciales fijas, se puede conocer exactamente su
evolución en el tiempo. Pero en el caso de los sistemas caóticos, una
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mínima diferencia en esas condiciones hace que el sistema
evolucione de manera totalmente distinta. Ejemplos de tales sistemas
incluyen el Sistema Solar, las placas tectónicas, los fluidos en
régimen turbulento y los crecimientos de población.
El cuerpo humano es un sistema caótico, flexible e impredecible.
La medicina no puede predecir la evolución del cuerpo de
determinado individuo. Sin embargo, el cuerpo humano, es resistente
a los cambios, mantiene una forma más o menos parecida durante
más de 70 años, a pesar de que ningún átomo de los que hoy forman
nuestro cuerpo era el mismo hace 7 años, y resiste a las
enfermedades y condicionantes externos.
La explicación de que un sistema tan impredecible como el cuerpo
humano sea tan estable es que el sistema siempre es atraído hacia
un determinado modelo de conducta; si cambiamos algo en el
sistema este vuelve cuanto antes hacia el atractor extraño. La
conducta es impredecible, pero sabemos hacia dónde va a tender. El
caos permite al corazón un abanico de comportamientos que le
permiten volver a su ritmo normal después de un cambio.
Tomemos como referencia la autoorganización de las colonias de
hormigas para comprender la flexibilidad del caos. Si contamos el
número de individuos activos, comprobaremos que el número fluctúa
con una periodicidad de unos 25 minutos. Cada cierto tiempo ningún
elemento está activo. Ese ciclo de actividad podría ser sólo un reflejo
de sincronización, sin embargo, la actividad individual es totalmente
aperiódica, caótica. Al aumentar el número de individuos aparece un
comportamiento colectivo hasta que, para cierta densidad de
hormigas, comienzan a aparecer oscilaciones regulares.
El ejemplo de las hormigas se puede comparar con una red
neuronal fluida en la Inteligencia Artificial. La fluidez en un sistema
caótico se manifiesta cuando las conexiones entre elementos
cambian con el tiempo como consecuencia del movimiento al azar o
por otras causas.
Son varios los ejemplos universales que se han tomado para
explicar la teoría del caos: el batir de las alas de una mariposa, el
experimento del doble péndulo o una pelota botando en el quicio de
un tejado que repetirá patrones diferentes. El matemático
estadounidense John Bush, del Instituto Tecnológico de
Massachusetts (MIT), añadió una respuesta más a la pregunta:
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¿cuáles son los ingredientes mínimos para el caos? Una gota de
agua colocada sobre una película jabonosa. La manera en la que
rebota la gota de agua depende de la amplitud –la variación máxima
del desplazamiento– y de la frecuencia –el número de repeticiones–
de la vibración. Y estos elementos describen con precisión la
trayectoria de la gota hasta que sucumbe al caos.
La teoría del caos y el efecto mariposa explican desde el
comportamiento de la naturaleza y el cuerpo humano hasta la
trayectoria de una gota de agua. Pero la gran pregunta sigue vigente:
¿podría en un sistema caótico e impredecible el aleteo de una
mariposa causar un huracán? Todos nuestros actos y decisiones
están conectados y las posibilidades de interrelación son
impredecibles.

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CONCLUSIÓN

Se concluye que el efecto mariposa es una hipótesis más o menos


moderna, aunque se remonta a un proverbio chino que dice "el aleteo
de las alas de una mariposa se puede sentir al otro lado del mundo".
Físicos y científicos utilizaron este proverbio para realizar una
hipótesis que tiene que ver con la teoría del caos, pero que la
psicología también ha querido adueñarse de su contenido.
Las pequeñas variaciones, a primera vista inofensivas, pueden
provocar un comportamiento y tener efectos más grandes en el lado
opuesto. Lo que viene siendo la teoría causa-efecto estudiada por
tantos filósofos. Así, por ejemplo, podemos tirar una colilla en medio
de un bosque, que al poco tiempo este comenzará a arder y el fuego
se extenderá por los alrededores. También puede ocurrir lo que viene
a decir el proverbio antes mencionado; si una mariposa bate sus alas
en Hong Kong, puede provocar un tornado en Nueva York.
Este estudio se ha convertido en una parte importante de la
psicología del comportamiento. Aquí decimos que nuestros actos
tienen efectos en el futuro, tanto nuestro como de la gente que nos
rodea, por lo tanto, de una u otra manera estamos conectados y
depende de nosotros que nuestras decisiones salgan bien o mal.
A pesar de tener la responsabilidad de asumir nuestros actos, este
efecto también nos enseña a vivir, pues en la vida no dejamos de
elegir y cada elección tiene unas consecuencias que tendremos que
asumir para poder seguir adelante.
No vale la pena pensar en "¿y si hubiera hecho esto? o ¿y si no
hubiera hecho lo otro?". Lo pasado, pasado está y no va a cambiar
por más remordimientos que tengamos dentro. No vale la pena
arrepentirse si en ese momento era lo que querías, pero sí que hay
que recordar que nuestros deseos pueden hacerse realidad y por ello
hay que tener cuidado con lo que queremos. Lo único que podemos
hacer es volver a elegir, tomando una decisión que cambie el rumbo
de nuestra vida.

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