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Friedrich August Von Hayek (1983) en su libro desnacionalización del dinero abrió un nuevo
eje de discusión, al plantear la supresión del monopolio del gobierno en la regulación del
dinero en circulación como medida de reducción de la inflación y los ciclos económicos.
Comienza analizando la unificación de la Unión Europea en un mercado de libre circulación
y una moneda única, observó que no se mejoran las condiciones de ningún país, sino al
contrario, ya que se encontrará regidos bajo un mismo emisor de dinero, fomentando un
monopolio supranacional.
“Impedir que el gobierno pueda proteger la moneda emitida por él de las nocivas
consecuencias derivadas de las medidas que él misma adopta. [..]este plan sólo provocaría
la desaparición de las valutas nacionales si las autoridades monetarias de cada país no
actuaran correctamente” (Hayek, F. 1983, pág. 21).
“Lo cierto es que el curso legal es simplemente una estratagema jurídica para obligar a la
gente a que acepte como cumplimiento de un contrato algo que nunca pretendió cuando lo
firmó” (Ibidem, 1983, pág. 37).
En este sentido las personas dejan de ser libres para tomar sus decisiones en una economía
impuesta a comodidad del gobierno. En consecuencia, la banca privada debe tener la
oportunidad de ingresar al mercado de dinero, es decir, si existe libre competencia en el
mercado de bienes, también puede haber en la generación de monedas, y por lo tanto las
personas deberán tener la misma capacidad para elegir como con otros bienes. Para Hayek la
elección estará dada por: a) compras de contado, b) reservas, c) pagos futuros, d) unidad
contable.
¿La competencia puede conducir a una mejor moneda? Para Hayek la competencia en todo
momento lleva a mejorar las condiciones y la estabilidad del valor de la moneda. Los bancos
privados pueden participar y las monedas tanto públicas como privadas no se afectarían, pues
“cada emisor podría regular la cantidad de su valuta para hacerla aceptable al público”
(Ibidem, 1983 pág. 50).
“La institución emisora podría conseguir este resultado regulando el volumen de emisión; y
tal regulación del volumen de cada divisa constituiría el mejor método practico para regular
la cantidad de medios de cambio para todos los efectos posibles” (Ibidem, pág. 51).
Para lograr la estabilidad las empresas pueden realizar dos acciones: vender o comprar
moneda en circulación y reducir o incrementar sus préstamos; y la buena disposición de las
personas en mantener su cartera (la prensa jugara un papel importante a publicar los
resultados y la estabilidad de los bancos en cuanto a circulación de moneda).
Pero ¿acaso todas las empresas privadas pueden emitir su propio circulante? no, no todas las
empresas lo podrán hacer, según Hayek aquellas sin capacidad deberán adoptar las monedas
de otras entidades. En este sentido, no habrá reglamentación que pueda impedir la
reproducción de monedas; no obstante, el banco de emisión original podría optar por otorgar
dinero líquido a estas empresas.
“Los billetes que emitiera el emisor secundario tendrían que especificar claramente que no
eran los "ducados" originales emitidos por el banco que poseía la marca comercial, sino que
eran meros títulos transformables en "ducados", ya que de otra forma serían falsificaciones”.
(Ibidem,1983, pág. 64).
Los argumentos de Hayek establecen un esquema sin intervención del estado, pues solo
aplican políticas entorpecedoras y la emisión de monedas por bancos privados es la mejor
opción. Aunque en un principio las personas pueden continuar eligiendo las monedas del
banco central, tenderán a comprender la lógica de libre competencia y la selección de
monedas estará dada por su propio valor y no por efectos exógenos.
Otros autores consideran que “los bancos privados ni pueden poner en circulación cualquier
cantidad de dinero. La cantidad de dinero que ponen los bancos no puede rebasar las
reservas […] este factor lo determina el banco central” (Rojas, 1996, pág. 48).
Por su parte Miller, Riel, y Barrie confirman la participación del estado como un ente
regulador y de confianza para alcanzar la jerarquía del espacio monetario, de no hacerlo
puede llevar al desplazamiento de la moneda local por la internacional llevando consigo a la
formación de un espacio monetario hegemónico.