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INTERCULTURALIDAD EN LA SOCIEDAD PERUANA

Pese a que es un término que nació recientemente, la interculturalidad se ha


convertido en uno de los puntos más tocados, si es que de problemas sociales
se refiere. Pero, para hablar de este tema, primero debemos definir lo que es
“interculturalidad”.

El concepto de interculturalidad describe una relación entre dos o más culturas


de un modo cooperativo. Esto favorece la integración y la convivencia armónica
de todas las personas. Aunque es inevitable el desarrollo de conflictos, éstos se
resuelven con respeto, diálogo y acuerdos mutuos.

Cabe resaltar que la interculturalidad trae consigo muchas consecuencias


positivas tanto para la sociedad como para la persona en lo particular. Hace que
las posibilidades de formar una cultura de paz y armonía sean cada vez mayores,
donde podremos entrar en contacto con otras culturas totalmente diferentes a
nosotros, sin perder nuestra propia identidad y enriqueciéndonos ampliamente.

Para promover la interculturalidad se debe empezar primero por la familia, donde


los hijos tengan una crianza libre, es decir, sin imponerles conocimientos o ideas
estrictas; logrando inspirarlos en perder el miedo a aquellos que es diferente. En
segundo lugar, las comunidades deben ir eliminando poco a poco los perjuicios
a ciertas personas o grupos. Por último, se debe promover esto desde el
gobierno, permitiendo que todos los ciudadanos accedan a sus derechos sin
distinción alguna.

Hay que tener en cuenta que para la efectividad de la interculturalidad se


necesita: pensar que la unificación de las personas se logra mediante la
comunicación, construir una ciudadanía donde exista la igualdad de derechos, y
tener una visión dinámica de las culturas.

En nuestro país, territorio de abundante diversidad cultural, está faltando este


ideal a pesar de que la mayoría de la población tenemos los mismos orígenes.
Lo más impactante de esto, es que no es un problema reciente, sino que se viene
presentado desde época tan remotas que alcanzan los años de reconocidos
escritores como Ciro Alegría. Este problema llevó a que muchos escritores
internacionales de esas épocas como Alejo Carpentier, se interesen en ello y lo
plasmen en sus obras. Nos damos cuenta que la sociedad ha ido dejando de
tomarle importancia a mejorar tanto social como culturalmente y se va
encaminando a sumergirse progresivamente en el interés económico y en el
crecimiento de éste. ¿Cuál sería la alternativa para mejorar como sociedad y
dejar de lado las distinciones entre personas?

Para aclarar esta situación, nos remontamos a inicios del siglo XX, época de
grandes revoluciones y conflictos bélicos, entre ellos la primera y segunda guerra
mundial, la revolución mexicana, etc. En el Perú fue una etapa de desarrollo
comercial, donde la sociedad era dominada por la oligarquía y en la sierra, por
los gamonales. En esta etapa el país estuvo marcado por las clases sociales (las
más poderosas se aprovechaban de indios y obreros) que se determinaban
económicamente. Todo esto lo podemos apreciar en las obras del escritor Ciro
Alegría, donde se reconocen los abusos hacia los más pobres por parte de las
autoridades y donde sale a relucir el indigenismo.

Obras como “Calixto Garmendia”, que nos narra la historia de un hombre justo
que no dudó en alzarse cuando fue despojado de sus tierras sin siquiera haber
hablado con él, dan a entender como la gente desde ese entonces buscaba una
igualdad de derechos. Este cuento se asemeja a la historia de don José Alegría,
padre de Ciro Alegría, ya que ellos vivieron rodeados de indios en el caserío de
Quilca. También se puede apreciar que el personaje de Calixto Garmendia
presenta las características de un buen líder que lucha por su pueblo y no teme
en luchar por la justicia, tal y como lo menciona el autor: “Oía de lo que se trataba,
si le parecía bien aceptaba y salía a la cabeza de la gente, que daba vivas y
metía harta bulla, para hacer el reclamo. Hablaba con buena palabra. A veces
hacía ganar a los reclamadores y otras perdía, pero el pueblo siempre le tenía
confianza.” Los “mandones” - como se menciona en el cuento - esperaban que
las personas les tuviesen miedo, les pidieran o les debieran algo, para que,
haciendo uso de su poder, abusaran del pueblo.

Por otro lado, obras como “Los advertidos” del escritor cubano Alejo Carpentier
nos muestra la forma como tribus enemigas pueden trabajar juntas, buscando
un mismo fin: la construcción de la canoa. De este cuento se puede extraer que
las personas pueden convivir en armonía si todas buscan un el mismo objetivo
que es la construcción de la interculturalidad. Además, apreciamos en Amaliwak
las características que nuestros líderes peruanos deben poseer y que debe
entender que al igual que él, otros líderes también buscan…el bienestar de
todos.

En conclusión, la sociedad se va proyectando un desarrollo netamente


económico, dejando de lado la convivencia armoniosa y pacífica. Por ello es que
todos debemos buscar construir la interculturalidad y, por consiguiente, la
democracia. Esto solo se logra si todos trabajamos juntos encaminados a
conseguir paz y justicia entre las culturas.

Autor: Jorge Enrique Huaripata Ascate

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