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Bizet murió de un ataque al corazón, a los 36 años de edad, el 3 de junio de 1875, sin llegar a saber
nunca cuán popular iba a ser su Carmen. En ella Bizet no sólo transformó el género de la ópera
cómica que había permanecido estático a lo largo de medio siglo, sino que virtualmente puso fin al
mismo, pues, en pocos años, desapareció la tradicional distinción entre la ópera (seria, heroica y
declamatoria) y la ópera cómica (ligera, burguesa y con diálogos hablados).
OPERA CARMEN
Opera comica del compositor francés Georges Bizet, basada en la novela Carmen de Prosper
Mérimée, la cual a su vez posiblemente estuviera influida por el por poema Los gitanos del ruso
Aleksander Pushkin.
La historia de “Carmen” esta ambientada en Sevilla, España, alrededor de los años 1820, y lo
protagoniza una bella gitana de fuerte temperamento.
ESTRENO:
Exactamente 3 meses después del estreno de Carmen, el 3 de junio de 1875, y con sólo 37 años el
compositor Georges Bizet falleció, el mismo día que su Carmen alcanzó las 33 representaciones en
Paris. En esas funciones parisienses no tuvo mucho éxito, la gran fama de Carmen que dura hasta
nuestros días empezó el 23 de octubre de ese mismo año cuando se estrenó en Viena en una versión
en alemán, mixta, con partes habladas y recitativos en música.
PERSONAJES:
ACTO I
ACTO II
En la taberna de Lillias Pastia. Carmen se reúne con unos contrabandistas que están planeando un
nuevo golpe, pero ella se niega a participar porque está esperando a su nuevo amor, Don José. Poco
después, llega el torero Escamillo, quien va camino de Granada y pasa por la taberna. Se toma una
copa y queda prendado por Carmen. Después, sigue su camino hacia Granada. Don José llega y
Carmen intenta convencerlo de que se una a los contrabandistas. Don José se niega inicialmente.
Repentinamente, llega el oficial de la guardia y se produce una pelea entre ellos, lo que fuerza a Don
José a abandonarlo todo y unirse a Carmen y a los contrabandistas.
ACTO III
En un paraje salvaje en las montañas, la guarida de los contrabandistas. Carmen empieza cansarse
de los celos de Don José. Cuando se echa las cartas con Frasquita y Mercedes, prevé su próxima
muerte. Micaela acude a buscar a Don José para que asista a su madre moribunda. Escamillo,
interesado en Carmen, va también a la sierra para invitar a los contrabandistas a su próxima corrida.
ACTO IV
En una plaza de toros. Aclamado por la muchedumbre, Escamillo, en compañía de Carmen, entra a
la plaza. Empieza la corrida. Don José busca a Carmen y le pide que se vaya con él y que olvide a su
nuevo amante. Carmen se ríe de él y Don José, cegado por la ira, la apuñala hiriéndola mortalmente.
En ese momento, sale Escamillo triunfante, mientras el público entusiasta lo vitorea.
Argumento:
De principio, no hay que confundir ésta, también conocida como Canción del
Toreador, con La Marcha de Entrada de Escamillo a la Plaza. El torero Escamillo está
llegando a una reunión donde todos están brindando por él. Él agradece el brindis y empieza
a contar anécdotas relacionadas a cómo vive él los momentos en que torea ante los
asistentes que quedan asombrados. Ahí conocerá a la gitana Carmen, quien hará de todo
para llamar su atención.
LETRA
LEGADO
Tras la muerte de Bizet, la mayoría de sus manuscritos se perdieron; sus obras fueron revisadas por
terceros y publicadas en versiones no autorizadas por lo que a menudo es difícil distinguir qué partes
son realmente auténticas.
El mundo musical no reconoció inmediatamente a Bizet como un maestro y, quitando Carmen y la
suite L'Arlésienne, pocas de sus obras fueron interpretadas tras su muerte. Sin embargo, durante el
siglo XX tuvo lugar un aumento del interés por sus obras.
Harold Charles Schonberg conjetura que si Bizet hubiera vivido más años, habría revolucionado la
ópera francesa, dado que el verismo fue encabezado principalmente por italianos,
destacando Giacomo Puccini quien, según Dean, estiró la idea «hasta desgastarla». Bizet no fundó
ninguna escuela en particular, aunque Dean menciona a Emmanuel Chabrier y Maurice Ravel como
compositores directamente influidos por él. Dean también sugiere que la fascinación de Bizet por
los héroes trágicos —Frédéri en L'Arlésienne, José en Carmen— se refleja en las últimas sinfonías
de Chaikovski, en particular su Sinfonía en si menor «Patética». Macdonald escribe que el legado de
Bizet estuvo limitado por lo corto de su vida y por proyectos descartados y la falta de enfoque que
persistió hasta sus últimos cinco años. «El espectáculo de grandes obras inconclusas, ya sea porque
Bizet tenía otras distracciones, o porque nadie le pidió que las escribiera, o debido a su muerte
prematura, es infinitamente desalentador, sin embargo, el brillo y la individualidad de su mejor
música es inconfundible. Ha enriquecido aún más un período de la música francesa llena de
compositores de talento y distinción».