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I - INTRODUCCION
Las aislaciones hidrófugas en las construcciones deben concebirse como
materializadas por una sola y continua superficie aislante que envuelve toda la
obra, como está graficado en los ejemplos presentados en las Figuras 1 y 2.
Las acciones del agua A corresponden al agua proveniente de la que está
contenida en la tierra (humedad del terreno), y las B y C de las precipitaciones
pluviales. Esta misma descripción es aplicable a todo tipo de edificios.
La denominación de las capas aisladoras se corresponde con las mencionadas
acciones que actúan sobre el edificio:
II - CAPILARIDAD
El agua de las acciones A proviene de la humedad contenida en la tierra e ingresa
a las construcciones como consecuencia del fenómeno de capilaridad que se
produce en mamposterías, revoques y contrapisos (y en menor medida en el
hormigón).
El fenómeno de capilaridad en los materiales compuestos de la albañilería
reproduce en sus intersticios y poros el fenómeno físico por el cual el agua
asciende en un tubo de diámetro capilar (del tamaño de un cabello) debido a la
combinación de tensión superficial del líquido, y las fuerzas de cohesión y
adherencia a las paredes del tubo, de sus moléculas.
Por esta causa es imprescindible interponer una superficie o plano con capacidad
de aislación hidrófuga, tal como para las acciones B y C de agua de lluvia, cuyo
mecanismo de invasión es más obvio.
Soluciones:
Si se detectara que el agua ingresa por las juntas de dilatación mal selladas, se
podrá colocar nuevamente un sellador. Se deberá ante todo, preparar la
superficie, que deberá estar limpia, seca, libre de polvos, grasa o pintura. Los
productos elásticos, a base de poliuretanos son los aconsejables para las fisuras o
rajaduras.
Cuando el problema se ha generalizado y abarca toda la superficie, se debe
realizar un aislamiento continuo. Con la aparición de las membranas asfálticas, se
ha logrado crear una barrera impermeable muy efectiva, desplazando los
laboriosos trabajos de ejecución de los llamados “techos en caliente”,
disminuyendo además costos y tiempo.
Otra Opción
MEMBRANA LIQUIDA PARA IMPERMEABILIZACIÓN
Se trata de un material líquido a base de un elastómero puro de poliuretano.
Por su consistencia puede aplicarse sobre cualquier tipo de superficie,
consiguiendo una membrana continua, elástica, resistente a la intemperie; que
además permite la difusión del vapor.
Es especialmente recomendado como coating de espumas de poliuretano,
resultando en una estanquización perfecta y una duración superior a diez años.
Ofrece resistencia a las fisuras, al impacto y a la abrasión debido a su alta
elasticidad. Se aplica a pistola, rodillo o pinceleta, sobre chapa, hormigón, vidrio,
madera, plástico, etc.; y puede hacerse en días húmedos, ya que cura con la
humedad ambiente. A mayor humedad, se acelera el proceso de curado.
Se presenta líquido en latas de 6 y 25 Kg. y los colores estándar son blanco, gris
cemento y rojo teja.
Se ofrece una garantía media de 10 años si se coloca un mínimo de 1kg/m2, con
lo que se obtiene una membrana de 1 mm de espesor. Puede utilizarse para
impermeabilización de cubiertas, techos, balcones, baños, muros contra graffitis,
pisos, jardineras, piscinas, tanques, bebederos. Protección de espuma de
poliuretano. Es lavable para su aplicación en cámaras frigoríficas, furgones que
transportan alimentos, etc.
IX - REFERENCIA HISTORICA
Los hidrófugos químicos son desarrollados inicialmente por una firma suiza que
comienza a introducirlos en nuestro país en la década del '50, circunstancias en
que se ven obligados a competir con los hidrófugos orgánicos (designados así
para diferenciar los nuevos, llamados inorgánicos) de uso habitual y afianzados en
la plaza.
Estos habían comenzado a fabricarse en la década del '40 ó quizás del '30, por
inmigrantes italianos que los elaboraban en base a grasa de pescado (despedían
un olor desagradable característico); se vendían en forma de pasta soluble y su
marca más difundida era "Ceresita". Se incorporaba a la mezcla en forma similar a
los hidrófugos actuales.
Los hidrófugos orgánicos se degradan con el transcurso del tiempo; en casas
antiguas se observan los revoques y mamposterías muy deteriorados por la
humedad, pero en sus orígenes eran viviendas sin esos defectos.
Las capas aisladoras horizontales de muros siempre fue la mayor preocupación de
los constructores; utilizando concreto + hidrófugo orgánico se construían de la
misma forma y con el mismo cuidado que en la actualidad. En cambio, a las capas
aisladoras verticales de muros, no se les asignaba la misma importancia
(posiblemente debido al mayor grosor promedio de muros que confería mayor
aislamiento), no siendo poco frecuente que se aislaran solamente los paramentos
expuestos al sur. Capas aisladoras bajo pisos de mosaicos con contrapisos sobre
tierra, no eran imaginables.
En algunos casos se reforzaba el efecto del concreto + hidrófugo orgánico
agregándole un fieltro asfáltico; o sólo el fieltro asfáltico en caso de paredes de
ladrillos y mezcla de barro.
Contemporáneamente con este hidrófugo y aún antes, también se aplicaba como
capa aisladora horizontal, brea en caliente, y con menor frecuencia, láminas de
plomo o de bronce. Estos materiales tenían la suficiente elasticidad como para
acompañar sin fisurarse los movimientos de las paredes de ladrillos asentados con
barro.
Antes de la difusión del hidrófugo orgánico y posteriormente hasta bien entrada la
década del '40, los pisos de las habitaciones y lugares de estar se construían con
tablas machimbradas (pino tea) apoyadas sobre tirantes de madera que a su vez
descansaban en pilares de mampostería de 30 x 30 cm. Bajo este piso se dejaba
o excavaba un vacío o cámara de entre 0,40 y 1 m. de profundidad, que ventilaba
al exterior por medio de rejillas en los muros de los cimientos, con lo cual se
aseguraba la disipación de la humedad ascendente de las paredes evitando que
alcance el nivel del piso y se separaba el piso de la humedad natural del terreno.
Soluciones disponibles.
Existen diversas soluciones propuestas para el problema de humedades
provenientes del suelo y que ascienden dentro de los muros por capilaridad.
En cada situación particular se deberá adoptar el procedimiento que sea adecuado
y aplicarlo correctamente según las indicaciones técnicas para el caso específico.
1 - Corte de paredes.
Una de las soluciones más comunes, consiste en efectuar cortes en la pared, a
nivel del piso, de aproximadamente 0,80 m de ancho, cada 0,80 m entre sí, con
una altura de 0,20 a 0,25 m. Luego se procede a recomponer la pared en esos
sectores con ladrillos asentados con mortero hidrófugo, o a la colocación de algún
tipo de membrana o capa impermeabilizante.
Este trabajo se hará cuidando de acuñar firmemente los nuevos ladrillos, para
evitar asentamientos en el muro.
El mortero hidrófugo usualmente se obtiene mediante el agregado a la mezcla del
mortero (arena y cemento) de un producto con características hidrófugas, es decir
que repele el agua. Luego de esto, y una vez fraguado, se deberá repetir el mismo
proceso de corte de paredes en los sectores restantes, y proceder a su
reconstrucción con ladrillos asentados y revocados, con hidrófugo.
Como finalización, se revoca nuevamente la pared de ambos lados con una capa
impermeabilizante de mortero hidrófugo, se hará la terminación que corresponda,
y finalmente se colocarán los zócalos. Si estos van amurados o pegados, se
deberá cuidar que el agua no pueda ascender por ellos o por el material usado
para amurarlos.
Para efectuar este procedimiento se deben emplear muchos jornales de albañil y
se genera mucho escombro, polvo y residuos durante el tiempo de obra. Pero si el
trabajo se realiza correctamente, se habrá acabado por completo el problema de
humedades por capilaridad.
2 - Las "inyecciones".
Otra solución habitual, consiste en la aplicación de un producto líquido que se
introduce en la pared, recomponiendo la impermeabilización del muro.
Luego de retirar las capas de revoque que se encuentran en mal estado, se
efectuarán orificios con mecha de widia de 13 a 16 mm y taladro eléctrico en el
muro, de acuerdo al caso particular y según las indicaciones del fabricante
(generalmente en tresbolillo, con una separación de 20 cm entre capas y entre
perforaciones y a 10 cm desde el piso a la primer capa, siempre perforando a 45º
hacia abajo).
Luego, se introducirá por esos orificios el producto líquido, el cual obturará los
poros y capilares de la pared.
Finalmente, se revocará en ambos lados la pared, con una capa de mortero
hidrófugo, al igual que en el procedimiento anterior.
Esta solución es muy efectiva, y es particularmente adecuada para aplicar en
muros de ladrillos de espesor hasta 0,30 m, y los trabajos no consumen tanto
tiempo.
Su efectividad depende de la capacidad de absorción de los materiales del muro,
debe aplicarse de acuerdo a las indicaciones del fabricante o proveedor, y no es
apto para casos donde exista presión freática.
Existen también otros procedimientos que intentan dar solución a este problema, y
que por diversos motivos son muy poco empleados en nuestra región. Algunos
son:
Corte de pared y colocación de placas metálicas o asfálticas en la ranura
resultante.
Colocación a presión de placas metálicas en el muro.
Instalación de sistemas eléctricos, que por inducción electromagnética,
invierten el fenómeno de ósmosis en el muro.
Revoque con morteros sumamente porosos, que facilitan la evaporación del
agua a través de ellos. La pintura que se aplique debe ser igualmente porosa.
Colocación de revestimientos adecuadamente ventilados, permitiendo que la
humedad se disipe por evaporación en el ambiente.
Pisos de madera y cámaras de aire.
Es oportuno recordar que en la tecnología constructiva de viviendas antiguas con
pisos de madera, se solía dejar una cámara de aire bajo los pisos de madera, por
el cual se ventila y disipa la humedad de los muros y el ambiente. De este modo,
la humedad proveniente del suelo, no llega al nivel de los revoques de la
habitación.
Es conveniente, en los trabajos de reparación o reforma de estas edificaciones,
considerar cuidadosamente que la eliminación o modificación de estos sotanillos
puede ocasionar la futura aparición de humedades capilares en las paredes de la
habitación.
Maquillajes y parches.
Para evitar los trabajos anteriormente descriptos, o simplemente por ignorancia, es
habitual que los habitantes de las viviendas afectadas por estas humedades "de
cimientos", intenten cubrirlas con nuevos revoques o con diversos revestimientos.
(Por ejemplo, madera machimbrada.)
Estos son "maquillajes", que sólo sirven para ocultarlas momentáneamente.
Las humedades y hongos continuarán estado presentes, y es probable que se
produzcan nuevos afloramientos en la pared, a un nivel más arriba.
Truco
Deshumidificación.
A veces necesitamos retirar vapor de agua del aire de un local, o debemos
secar rápidamente una mancha de humedad de la que recientemente
reparamos su causa.
Primero intente ventilar el aire de la zona afectada.
Se pueden adquirir y emplear deshumidificadores eléctricos o químicos.
O también se puede inducir el secado rápido de humedades, colocando en
la habitación un pequeño recipiente abierto con piedras de cal viva, la que se
puede comprar en una calera o en un comercio de artículos de construcción,
y es barata.
La cal viva absorbe con avidez la humedad excedente del ambiente, incluso de
paredes y muebles cercanos, aproximadamente en 1,50 metros a la redonda,
convirtiéndose en cal hidratada.
Ésta última se presentará en forma de pasta o polvo, y puede deshecharse sin
afectar al medio ambiente.
Es una solución sencilla, económica, eficaz.