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Universidad Nacional Autónoma de México

Facultad de Estudios Superiores Acatlán


Filosofía
Filosofía del Lenguaje
Alumno: Héctor Noé Gutiérrez Fuentes
El Lenguaje como acto de habla: reflexiones sobre la experiencia comunicativa

Introducción

Nuestra experiencia del habla se nos presenta sumamente compleja. La complejidad de la


experiencia se debe a la complejidad del Lenguaje. El lenguaje nos permite tener
comunicación, pero si “se puede hablar del ser en varios sentidos”1 entonces ¿cómo es
posible para nosotros la comunicación? A esta pregunta podemos agregarle lo siguiente: el
lenguaje no sólo permite la comunicación, sino que entrama una cierta comprensión del
mundo, y para nosotros es la posibilidad de comprensión del mundo. Por un lado, el lenguaje
es complicado por la comunicación, por otro, por la extensa cantidad de formas en que uno
puede decir algo sobre algo. Es indudable que el lenguaje es un serio enigma, y que nuestra
experiencia comunicativa lo es aún más.

En este escrito evaluaremos una perspectiva sobre el Lenguaje que pretende dar cuenta de la
pregunta: ¿cómo es nuestra experiencia comunicativa?; es decir, evaluaremos la propuesta
de John Searle en su texto: Actos de habla. Revisaremos sus argumentos principales con el
fin de tener clara su propuesta sobre el lenguaje, y preguntarnos: ¿da cuenta de nuestra
experiencia comunicativa? La obra de Searle me parece adecuada para preguntarnos esto,
pues aporta ciertos elementos para comprender el lenguaje, que van más allá de la
predicación, o locución; sin embargo, el texto de Searle no es lo único que tomaremos en
cuenta, partiremos de la primera conferencia de Austin en su texto: ¿Cómo hacer cosas con
palabras? A partir de la propuesta de Austin observaremos los elementos que Searle agrega
a la comprensión del Lenguaje.

Es muy importante que pensemos acerca del Lenguaje, pues en la experiencia comunicativa
suceden cosas que sólo es posible ver prestando atención y reflexionando sobre ello. Cuando
hablamos podemos sostener relaciones de poder, o cuando nos hablan, esas relaciones pueden
hacerse patentes, y en ese sentido al hablar pueden pasar cosas de las que no nos damos
cuenta. Reflexionar sobre el Lenguaje, al tiempo que nos permite comprender mejor al

1
Aristóteles, Metafísica, 1003a
lenguaje mismo, nos lleva a ver aquellas cosas que están en juego al hablar que no son del
todo evidentes.

Hago esta reflexión en este escrito con el propósito de esclarecer la experiencia comunicativa.
Reflexionar sobre el lenguaje permitirá observar nuevos elementos, que han aportado los
filósofos citados, y que pueden cambiar la manera en que pensamos al lenguaje. Por mi parte,
reflexionar sobre el lenguaje es, al mismo tiempo, reflexionar sobre la posibilidad del
conocimiento, y en esa medida tengo interés en la reflexión filosófica sobre el lenguaje.

§ 1.- El Lenguaje como acto de habla

Antes de entrar a la propuesta de Austin, es necesario ver que nuestra experiencia del habla
no se reduce al acto de emisión de palabras. Cuando hablamos hacemos emisión de palabras,
pero ellas por sí mismas no tienen como tal el significado de una oración completa con
sentido. Emitir palabras como: árbol, perro, cama, estudiante; ello no tiene significado por
sí, entonces no es por las palabras en sí por lo que nuestra experiencia del habla hace posible
la comunicación, el significado y la comprensión. La experiencia comunicativa no se da en
las palabras en sí, sino que deben entrar en juego elementos más complejos que la hagan
posible. Algunos de esos elementos son, el significado de las palabras, que al mismo tiempo,
presupone la unidad en la diversidad. También está en juego un contexto específico en el que
un conjunto de palabras con significado tiene un campo de significación, es decir, que nos
dice algo gracias a que está inscrita en cierto contexto. Entonces, debemos concluir dos cosas:
primero, que la experiencia del habla no está en la emisión de las palabras; segundo, que la
experiencia del habla no sólo es indicativa, sino que va más allá, éste debe quedar claro a lo
largo de la exposición.

Austin en su texto: ¿cómo hacer cosas con palabras? abre una discusión acerca de estos
elementos que nos explican la experiencia del habla. Austin parte de hacer una distinción
entre enunciados, y enunciados realizativos: un enunciado es describir cierto estado de cosas,
o enunciar un hecho con verdad o falsedad. Este enunciado es la experiencia llana del
lenguaje, con ello no me refiero a que sea sencilla de comprender, sino que es una primera
instancia de la experiencia. Al hablar describimos cierto estado de cosas según nos parece
que son, pero ello no agota lo que las palabras pueden hacer; además de los enunciados,
Austin agrega una clase nueva que denomina enunciado realizativo. Un enunciado de esta

2
clase tiene las siguientes características: 1.- No registra nada y no son verdaderos o falsos;
2.- El acto de expresar la oración es realizar una acción. Dicha acción no sería descrita como
consistente en decir algo.

Sobre estos enunciados, enunciar no es propiamente decir algo, sino hacer algo. En estos
enunciados, la palabra es acompañante de una acción. El ejemplo más claro es el de la
promesa: cuando digo te prometo que, al pronunciar las palabras estoy llevando a cabo esa
acción. Aunque pueda o no cumplir la promesa, ello no implica que de hecho no se lleve a
cabo la promesa.

A lo anterior hay que agregar la distinción austiniana de los actos del habla, a saber: “actos
de habla locucionarios, ilocucionarios y perlocucionarios (…) La locución es una expresión
con significado. La ilocución incluye la intención del hablante, y la perlocución es la acción
resultante.”2 Esta distinción es de suma importancia, pues Searle la desarrollará como parte
sustancial de su teoría. Por ahora, tenerlo en mente sólo nos proporciona la distinción entre:
significado, intención y acción resultante.

Adentrarnos en la posición de Searle, requiere que expongamos algunos elementos de su


obra. En primer lugar hay que señalar que el texto Actos de habla no tiene introducción,
asunto que es muy sugerente, pues no necesitamos una introducción a los actos de habla si
ya estamos insertos en el lenguaje; en segundo lugar, la noción del lenguaje en la obra va
más allá de lo descriptivo y realizativo, más allá que lo propuesto por su maestro Austin. Si
se habla de actos de habla, es porque de hecho suceden, y Searle lo prueba por la posibilidad
de calificar los actos de habla: “Y si esas cosas suceden se sigue que les es posible suceder,
y, si les es posible suceder, debe ser posible plantear y dar respuesta a las preguntas que
examinan esa posibilidad.”3

Searle considera que hablar un lenguaje es llevar a cabo actos de habla, por ello no se necesita
una introducción a ellos y podemos estudiarlos. Para él, si todo hablar es un acto de habla,
significa que las palabras llevan ya consigo una conducta, y que al pronunciarlas estamos
haciendo algo más. De este modo, una intención siempre forma parte de un acto de habla, y

2
Balbachán, Fernando, La noción de referencia en Searle y el sustrato semántico pragmático de los actos de
habla en Boletin de Lingüística, vol. XX, núm. 30, julio-diciembre, 2008, pp. 40-61
3
Searle, John, Actos de habla: un ensayo de filosofía del Lenguaje, Planeta: Barcelona, 1994, pp.13
3
por ello Searle considera inseparables a la teoría de la acción y al estudio de los actos del
habla. La visión de Austin sobre el lenguaje es un aspecto fundamental para Searle, sin
embargo, lo lleva más lejos. Para Searle no hay sólo emisión de palabras, sino que siempre
estamos en un acto ilocusivo, así el enguaje es un acto de habla, pues siempre va más allá del
significado de las palabras, va más allá del simple hablar.

Searle menciona: “Hablar un lenguaje es participar en una conducta ordenada por reglas
(…) hablar consiste en realizar actos conforme a reglas.”4 Esas reglas son las reglas básicas
del lenguaje. En todo hablar siempre se realizan ciertos actos. Siempre hay un referirse a, un
mencionar, o designar un objeto. Así, decir algo tiene las siguientes partes esenciales: 1)
emisión de palabras; 2) referencia y predicar; 3) acto de habla; estos tres elementos no son
separables, eso significa, que en todo acto de haba hay una emisión de palabras y una
predicación. Sin embargo, (1) si puede referirse sin un sentido.

El caso (2) es fundamental para el acto de habla. Hacer una referencia o predicar es designar
un objeto. Designar un objeto mediante el lenguaje es decir qué es una cosa, o por lo menos
señalarlo como algo. Cuando yo digo: “eso es una puerta” estoy designando como puerta a
un objeto que antes no tenía identificado; por otro lado, la predicación es la noción de
enunciado asertivo, es decir, decir algo sobre algo. De modo que en la predicación entra en
juego un sujeto y un predicado. (2) nos describe nuestra experiencia más sencilla sobre el
lenguaje, pero no es por ello la más fácil de explicar. Desde la teoría de Searle, a diferencia
de Austin, (2) ya es un acto de habla, en palabras de Searle: “(…) un acto de habla, y los
actos de habla son realizados no por las palabras, sino por los hablantes al emitir palabras.
Decir que una expresión hace referencia (…) es, en mi terminología, o un sinsentido o una
abreviatura para decir que la expresión se usa por los hablantes para hacer referencia (…)”5

A lo anterior, Searle agrega los actos perlocucionarios, el cual es el efecto que nuestro hablar
tiene sobre un oyente. Por ello, todo acto de habla toma en cuenta nuestra intención, y el
efecto que lo dicho tiene en el oyente, que puede cumplirse o no de acuerdo a nuestra
intención. Además, todo acto de habla se realiza al emitir palabras dentro de oraciones, en
ciertos contextos, bajo ciertas condiciones y con ciertas intenciones.

4
Ibíd. pp.31
5
Ibíd. pp. 36-37

4
Finalmente, para Searle todas las veces que hablamos tenemos actos ilocucionarios. Esto
permite negar en definitiva los actos locucionarios, pues no hay vez que no hablemos sin una
intención. No hay manera en que una vez que hablamos estemos en un acto de habla. Así,
cuando hablamos, aún si sólo pronunciamos palabras, tiene un sentido, pues hay algo que
con ello deseamos expresar, que va más allá de la mera emisión de palabras. Para Austin, esa
distinción no es posible, aunque no de argumentos para ello. Por otro lado, dado que Searle
parte de Austin, ve que en todo acto de habla hay una expresión, y por lo tanto, un contenido
que el locutor desea emitir y que otro entienda. Searle sobre esto expresa lo siguiente: “Los
actos proposicionales no pueden ocurrir solos; esto es, no se puede referir y predicar sin
más, sin hacer una aserción, plantear una pregunta, realizar algún otro acto
ilocucionario.”6

Conclusiones

La teoría de Searle va mucho más allá de lo propuesto por Austin para la comprensión del
Lenguaje. Mientras que Austin propone (A) actos de habla locucionarios; (B) actos de habla
ilocucionarios; y (C) actos de habla perlocucionarios, “proporcionando así la distinción entre
significado, intención y acción resultante.”7 Por otro lado, Searle rechaza esta distinción en
ciertos puntos, pues recordemos (1), (2) y (3) descritos más arriba, pero él “considera que
toda emisión contiene un indicador de su fuerza ilocucionarios como parte de su significado
y por tanto, todos los actos son ilocucionarios.”8 en nuestra reflexión, ¿qué significa todo
esto?

Considero que con la teoría de Searle podemos dar cuenta de un mejor modo de nuestra
experiencia del habla. El título del libro Actos de habla es ya muy sugerente con respecto a
lo que Searle piensa del lenguaje. El hablar es un acto, es una acción, que encierra en sí otras
acciones. Desde su perspectiva podemos afirmar que a todo acto de hablar le son intrínsecos
otros actos. Cuando yo prometo algo, efectivamente, estoy prometiendo que haré cierta cosa.
El ejemplo de la promesa nos ilustra mucho este asunto, pues al prometer estoy determinando

6
Ibíd. pp.34
7
Soler, Marta, Desde los actos de habla de Austin a los actos comunicativos. Perspectivas desde Searle,
Habermas y CREA, en Revista Signos, vol.43, núm. 2, 2010 pp. 363-375
8
Ibíd. pp. 366
5
un estado de cosas que aún no tiene lugar, estoy adquiriendo cierta conducta, y mis palabras
tienen un efecto en el oyente, pues él bien podría creernos o no hacerlo.

Al mismo tiempo, con otros modos de hablar podemos observar distintos actos que se llevan
a cabo desde nuestro pronunciar palabras. Pongamos de ejemplo el brindar un argumento:
cuando brindamos argumentación se tiene la intención de convencer a alguien con respecto
a algo. Ese alguien puede o no convencerse. Entendiendo lo anterior, podemos observar que
todo hablar es acto de habla.

Para comprenderlo no hay que ir más allá de nuestra experiencia del habla. Incluso, hay veces
que podemos decir cosas o comprenderlas, sin la necesidad de la emisión de las palabras. Es
decir, el lenguaje se puede llevar a cabo en actos, como el acomodar los muebles de cierta
forma, o asentir con la cabeza o determinada expresión corporal. Así, el lenguaje no queda
limitado a la pronunciación de palabras, pues lo principal es la comunicación, y podemos
comunicarnos y dar mensajes claros sin la necesidad de decir una palabra.

La teoría de Searle nos permite observar ese espectro amplio de cosas que podemos llevar a
cabo con el hablar, que no está limitado al pronunciar palabras. Justo por ello es que podemos
comprobarlo en nuestra experiencia. En última instancia, lo que podemos observar es que el
significado del hablar no está limitado por los significados de las palabras. Pues con una
misma estructura sintáctica podemos explicar, emitir, distinguir, preguntar, exclamar, etc.

Finalmente, el lenguaje desde estas reflexiones puede comprenderse, no como una entidad a
la cual llamamos lenguaje y que tiene ciertas características, sino que intentamos
comprender el lenguaje como un acto, en tanto que su investigación se realiza en la
experiencia humana del habla, en nuestra experiencia comunicativa. Así, el lenguaje antes de
ser un sustantivo, es un verbo, es un acto de habla.

Bibliografía

Austin, John, ¿cómo hacer cosas con palabras?, Paidos: Barcelona, 1981

Aristóteles, Metafísica.

Balbachán, Fernando, La noción de referencia en Searle y el sustrato semántico pragmático de los actos de habla en Boletín
de Lingüística, vol. XX, núm. 30, julio-diciembre, 2008, pp. 40-61

Searle, John, Actos de habla: un ensayo de filosofía del Lenguaje, Planeta: Barcelona, 1994, pp.13
Soler, Marta, Desde los actos de habla de Austin a los actos comunicativos. Perspectivas desde Searle, Habermas y CREA,
en Revista Signos, vol.43, núm. 2, 2010 pp. 363-375

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