La creación, en 1990, del Sistema Nacional de Ciencia y Tecnología (SNCyT)
marca un hecho importante en el posicionamiento de la ciencia y la tecnología
como una de las bases fundamentales para el desarrollo del país. En 2009 se transforma el SNCyT en el Sistema Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación (SNCTI), definido por la ley 1286 de 2009 como un “sistema abierto del cual forman parte las políticas, estrategias, programas, metodologías y mecanismos para la gestión, promoción, financiación, protección y divulgación de la investigación científica y la innovación tecnológica, así como las organizaciones públicas, privadas o mixtas que realicen o promuevan el desarrollo de actividades científicas, tecnológicas y de innovación" El contar con una estrategia nacional de ciencia, tecnología e innovación (CTI) es clave para los diferentes grupos de interés que se articulan frente a una serie de objetivos y prioridades donde la CTI contribuyen a la generación de nuevo conocimiento, y esta se transforma en un motor fundamental para el desarrollo económico, el crecimiento sustentable y lograr viabilizar una mayor equidad social, afianzando la paz y la democracia y con ello favorecer la soberanía del país. Se deben priorizar una serie de objetivos nacionales donde el país cuenta con ventajas competitivas, planear y evaluar estratégicamente el Sistema Nacional de Ciencia y Tecnología e Innovación con una política coordinada y prioritaria para los intereses de todo el conjunto de la sociedad. Este sistema debe tener como principal intencionalidad la generación de riqueza, desarrollo social y bienestar, lo que implica la incorporación y el compromiso sobre la CTI buscando su expansión y robustecimiento de todo el sistema. El proceso de construcción del SNCTI se ha venido formando de la mano de diversas leyes, políticas, mecanismos e instrumentos que buscan incrementar las oportunidades para el desarrollo científico y tecnológico del país, para avanzar hacia la consolidación del Sistema Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación, en el Plan Nacional de desarrollo se estableció posicionar a Colombia desde el conocimiento, la producción científica y tecnológica, y la innovación como el eje central de la competitividad, elementos fundamentales para llevar al país a ser uno de los tres más innovadores de américa latina en el 2025; hoy Colombia es el quinto país de la región de acuerdo a la última medición del índice global de innovación 2017. En todo esto para llevar a cabo estos propósitos de innovación se fijaron varias metas en este cuatrienio, entre ellas la formación de 3.000 nuevos doctores; según el Observatorio de Ciencia y Tecnología en 2008 teníamos 7.438 doctores, a 2016 en Colombia contamos con 17.224. Para el 2009 teníamos 139 doctores graduados anualmente de universidades nacionales, para el 2016 alcanzamos 615, indicador que seguirá creciendo en los próximos años ya que se cuenta con 3.765 estudiantes beneficiarios de Colciencias adelantando estudios de doctorado. Otro hecho relevante durante el periodo 2009 – 2017 fue la inversión por parte del gobierno nacional que superó los $1.7 billones de pesos. Así mismo, Olaya afirmó que se otorgaron 5.473 becas, que corresponden al 72% del total otorgado por Colciencias en toda su historia, Para el sector empresarial se hicieron varios esfuerzos para que todo este conocimiento se transfiriera y que estas fueran más productivas y competitivas. Entre el 2010 y 2014 se apoyaron 1.254 empresas, entre 2015 y 2017 se logró un incremento a 5.864 empresas que creen y hacen de la innovación su aliado estratégico, esto ha permitido aumentar la inversión privada en ACTI, del 29.59 % en 2009 al 55.21% en 2017. Alejandro Olaya, resaltó los esfuerzos que se han hecho desde el gobierno nacional y citó la estrategia de beneficios tributarios, que luego de las mejoras introducidas, logró llevar la asignación del 39,3% en el año 2010 a 100% del cupo en el año 2017. El cupo total asignado desde 2010 asciende a $2.8 billones de pesos. Así mismo, con la reforma tributaria del año 2017 (ley 1819 de 2016), se modificó el mecanismo pasando a un esquema de deducción y descuento; la principal novedad de esta mejora fue incrementar el retorno de la inversión de un 18.7% a un 25%.