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CONTADURIA PÚBLICA
10º SEMESTRE
SINCELEJO-SUCRE
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CONTADURIA PÚBLICA
10º SEMESTRE
SINCELEJO-SUCRE
III
Copyright © 2017 por Sirley Pérez Román, Keyli Martinez Vega & Jorge campo
Jaraba. Todos los derechos reservados.
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Nota de aceptación
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DEDICATORIA
PAG.
1. RESUMEN……………….………………………………………………… VII
2. INTRODUCCION………………………………………………………….. IX
RESUMEN
PALABRAS CLAVES
ABSTRACT
INTRODUCCION
La revisoría fiscal en Colombia al día de hoy presenta una larga vida institucional
representada en aproximadamente 82 años y establecida formalmente mediante la Ley 73 de
1935, la cual surgió ante la necesidad de regular y controlar la creciente actividad económica,
financiera y comercial en las empresas que para ese entonces existía.
Plantearse un interrogante como este resulta complejo, ya que implica tener que
estudiar a fondo muchos factores, situaciones e incluso organismos de control que podrían estar
influyendo al desvío de carácter imparcial que debe caracterizar esta profesión, obstaculizando
así el fiel cumplimiento del propósito por el cual la revisoría fiscal se consolidó en Colombia.
Ante esta problemática se hace necesario adoptar una posición crítica, analítica y
calificativa la cual permitirá ir más allá de la realidad en búsqueda de por lo menos identificar lo
que está ocurriendo realmente en el ejercicio de una labor que aunque se vista de oveja más bien
parece lobo.
Una de las principales razones por la cual la Revisoría Fiscal posee vital
importancia lo conforma el hecho de que sea un garante de la legalidad y transparencia en las
operaciones que este evaluando y de este modo de fe del fiel cumplimiento a la Normatividad
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que los cobija; paradójicamente este es el mismo punto en donde se cuestiona la eficacia de esta
labor ante los innumerables casos de corrupción hoy día descubiertos en el País.
Así pues, se describe la catástrofe nacional de una epidemia que desde muchos
años atrás viene socavando los cimientos de un país tambaleante y que con el correr del tiempo,
sus efectos adquieren dimensiones cada vez más importantes con el consecuente deterioro de las
arcas en el sector público, ante lo cual se ve menguada la posibilidad de adelantar obras de
infraestructura en bien de la comunidad, y en el sector privado se observa la bancarrota en vastos
sectores de la economía real, en detrimento de lograr un pleno empleo. (Carvajal, 2013)
Otros autores han ido más allá estableciendo una relación estrecha entre este
fenómeno y la vulnerabilidad de los derechos humanos, tal como el concepto de la Fundación
Pro Derechos Humanos (FAPDH) la cual la define como todo aquello que “constituye una
vulneración de los derechos humanos (ya sea en forma de tráfico de influencias o en forma de
obtención de favores ilícitos a cambio de dineros u otros favores) por cuanto generalmente
entraña una violación del derecho a la igualdad ante la ley, y en ocasiones, llega a suponer una
vulneración de los principios democráticos, conduciendo a la sustitución del interés público por
el interés privado de quienes se corrompen” (s.f., parr.1).
Ahora bien, sea cual sea el concepto encontraremos tres términos claves que no
pueden estar ausentes: soborno, vulnerabilidad de derechos, encubrimiento, ya que estos serán
los ingredientes infaltables en cualquier actividad de carácter deshonesto e inmoral, definimos el
primero como el medio inapropiado de obtención de acciones favorables a alguien, el segundo
como la consecuencia nefasta del primer término y el tercero como la acción auspiciadora de un
acto o hecho corrupto; todas presentes en la Administraciones públicas de los Departamentos lo
que se evidencia en el deterioro de la calidad de vida de los ciudadanos al socavar en todos los
sectores de la economía, agropecuario, industrial o de servicios siendo el ultimo el más afectado.
muchas familias en cada una de sus regiones, no obstante ocupan los primeros puestos según las
estadísticas publicadas por el DANE como es el caso del Censo correspondiente al año 2016 en
donde se destaca el Chocó, la Guajira, el Cauca, el Huila, Córdoba, el Magdalena y Sucre, son
solo algunos por mencionar. Y es que si se estudia a fondo esta oposición entre idea y realidad,
nos encontraremos con un fenómeno de descomposición social que viene atacando fuertemente
estos sectores truncando los “planes de desarrollo” de cada Departamento, frustrando los sueños
de miles de Colombianos quienes confían en una mejor calidad de vida en el que tengan más
oportunidades y acceso a los beneficios de los programas de Inversión Social del Gobierno.
empresas, de la cual hacen parte en muchos casos los mismos accionistas quienes influyen en
dicha elección obstaculizando así la autonomía de los revisores fiscales. En este orden de ideas,
los revisores fiscales se ven supeditados en gran parte a ser partícipes, conocedores e incluso
cómplices de ciertos movimientos y operaciones financieras de carácter dudoso e incorrecto a
cambio ya sea de permanencia en la relación laboral o de dadivas económicas para subsanar
dicha falta lo que tarde o temprano terminara por perjudicar gravemente a quien lo acolita.
la Revista Dinero en su edición del día 03 de Febrero de 2017 en su artículo “Revisores Fiscales
al Banquillo ¿Ciegos o con exceso de funciones?”:
De otro lado, se tiene a la figura del revisor fiscal como una ayuda para los entes
de control del Estado que supervisan las empresas, por ello tienen a su cargo gran cantidad de
responsabilidades que deben realizar eso por una parte, ahora bien de la otra tienen a cargo las
funciones de control que le han conferido la junta directiva y la gerencia lo que conlleva a una
sobre carga laboral que disminuye en cierto porcentaje el nivel de desempeño.
Ahora para el caso de las grandes compañías que contratan directamente con el
Estado y que manejan parte del presupuesto nacional contratan a su vez firmas auditoras las
cuales son las que se encargan de “vigilar y dar fe” de que las ‹‹cosas›› se están haciendo bien al
interior de ellas y así cumplir con uno de los tantos requisitos que le son necesarios para poder
licitar con el estado, pero a medida que avanza los contratos se destapa la farsa y salen a relucir
los grandes desfalcos que hoy por hoy tienen desangrado a nuestro país como es el caso de las
empresas que se relacionan a continuación y cuyas investigaciones solo nos llevan a
preguntarnos
¿Y LOS CULPABLES?,
Son solo algunos interrogantes que aún siguen sin ser respondidos:
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Aquí se atribuye una gran responsabilidad con ese segmento de sociedad, y resulta
claro que estos inversionistas e interesados ven en esas acciones de control un medio efectivo de
proteger sus intereses. El siguiente concepto constituye un aporte cuando se apropia del termine
interés público: “Esta actividad no solo interesa a los asociados, sino también a los terceros y a la
comunidad en general, es decir, la revisoría fiscal se debe a todo un escenario colectivo. Además,
este autor habla de uno de los flagelos más determinantes en la inmoralidad pública, la
corrupción; aclara que en el estatuto anticorrupción (Ley 190 de 1995) se visualiza al revisor
fiscal como un aliado más en su lucha y es por ello que le asigna unas funciones. (Peña, 2007, p)
En este sentido, resulta más que claro entonces que definitivamente la revisoría
fiscal asume una responsabilidad ante la sociedad por sus omisiones, y es precisamente en ese
sentido que van encaminadas las diferentes críticas en los casos anteriormente expuestos, pues
siempre se ha dicho que el revisor fiscal debe estar ajustado a la ley y a partir de allí informar
oportunamente de todo lo que observa, tal como lo plantea el numeral 2 del artículo 207 del
Código de Comercio, donde se estipula como función del revisor fiscal: “Dar oportuna cuenta,
por escrito, a la asamblea o junta de socios o al gerente, según los casos, de las irregularidades
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“Así pues, las atribuciones del revisor fiscal debidamente ejercidas, protegen a
terceros que encuentran en el patrimonio del ente la prenda general de sus créditos, brindan
confianza sobre el manejo de los recursos del ahorro privado, la inversión y en general del
correcto desenvolvimiento de los entes económicos, atendiendo principios de transparencia,
economía, eficiencia y eficacia en sus actividades, todo ello con el debido respeto por la ley”
(CTCP, 2008, p. 18)
Hay que tener en cuenta que la rectitud en una persona no se forma a partir de
leyes, eso es bien claro. Para ser recto hay que tener convicción de la rectitud. Si bien es cierto la
Ley 43 de 1990 (reglamentaria de la profesión de contador público) presenta un código de ética
profesional entre sus artículos 35 al 40, cuando define principios como integridad, objetividad,
independencia, responsabilidad, confidencialidad, competencia, respeto entre colegas, conducta
ética, esto por sí solo NO asegura que actuará automáticamente bien, la formación de la persona
viene desde su niñez. Siendo así esto, entonces ¿Cómo regularía la Junta Central de Contadores y
el Consejo Técnico de la Contaduría Pública esto? Sencillamente es imposible determinar que
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profesionales en Revisoría Fiscal cuentan con una base ética y moral sólida, es imposible
pasarles un “detector” y agrupar los honestos y los deshonestos, por lo que ante esta
imposibilidad toca ajustar el sistema sancionatorio con castigos ejemplares que los haga pensar
más de dos veces ceder ante una mordida millonaria.
Así las cosas, denotamos una preocupante grieta en el sistema sancionatorio que
favorece la ocurrencia de este tipo de casos, ya que los castigos son insignificantes ante las faltas
cometidas y es que no puede ser de otra manera ya que como lo planteamos anteriormente no
solo atentan con el patrimonio de unas cuantas personas, antes por el contrario desangran un
país, engañan una sociedad que ven en las inversiones de interés social una mejora de la calidad
de vida, esto aplica especialmente para aquellas compañías que contratan con las entidades
gubernamentales.
Mientras en el país sigue el debate sobre qué tanta responsabilidad les cabe a los
revisores fiscales en casos de corrupción, en Brasil la firma de contadores afiliada a Deloitte que
llevaba la auditoría de la aerolínea local Gol fue multada con US$8 millones por emitir un falso
informe de auditoría de las cuentas financieras de 2010 de la aerolínea.
Y más allá de mirar la paja en el ojo ajeno, lo que se debería es buscar cómo evitar
que se repitan este tipo de situaciones en el país, hoy imbuido en medio de escándalos
empresariales. Eric Rodríguez, decano de los Andes, dice que una solución puede estar en el
proceso educativo de las nuevas generaciones de contadores. En su caso, por ejemplo, están
sacrificando parte de la profundidad del conocimiento normativo para darle más énfasis a la
formación en valores y ética y no solo desde el punto de vista teórico, sino con cursos prácticos
en donde los estudiantes deben enfrentar dilemas profesionales y casos de estudio.
No obstante, esta es una solución de largo plazo y, mientras tanto, lo que se espera
es que los entes de control ejerzan su labor cumpliendo con el debido proceso en sus
investigaciones, pero sin olvidar lo que señala Wilmar Franco, presidente del Consejo Técnico
de la Contaduría Pública: en casos como los del Grupo Nule, Reficar, Conalvías, Interbolsa,
Odebrecht y las compañías de libranzas, por mencionar algunos, la labor de la revisoría fiscal no
fue efectiva para identificar con tiempo las irregularidades. Esperemos que las nuevas normas
contables y de auditoría que se están aplicando en el país ayuden a empoderar a estos
profesionales, tan necesarios para el buen desempeño de las empresas.
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Otro aspecto clave que habría que considerarse para la disminución de casos de
corrupción a manos de revisores fiscales, sería la rotación de los mismos en las empresas puesto
que el hecho de que el revisor fiscal pueda ser reelegido, constituye un factor limitante a su
independencia y que por ende le impide ser absoluta como la de un auditor externo, puesto que
así los revisores fiscales trabajarían para conseguir su reelección y por ende evitarían tocar
puntos sensibles de la administración y de la junta directiva, en procura de tener a sus “jefes
contentos”, así las cosas Sería de gran beneficio para la independencia del Revisor Fiscal que se
prohibiera su reelección, para que de esta manera se dedicara a trabajar realizando una auditoría
integral sin preocuparse de que sus actuaciones molesten a la administración o a la Junta
Directiva e impidan su reelección, además, esto traería también una gran movilidad en el
ejercicio de la Revisoría Fiscal, con las ventajas para el Contador Público, quien conocería
muchas empresas, enriqueciendo de este modo el entendimiento del entorno en el cual se
mueven las empresas que examina.
quien corresponde. Y por último, habida cuenta de que se trata de una institución, la actitud del
revisor fiscal habrá de ser absolutamente imparcial, sin ningún sesgo.
La revisoría fiscal tiene varios propósitos, pero uno es fundamental: controlar. Por
esto, el Revisor Fiscal es un delegatario para ejercer inspección permanente a la administración y
validar los informes que ésta presenta rindiendo informes a los mismos en las reuniones
estatutarias. Igualmente, para el Estado, el Revisor Fiscal debe fiscalizar para el interés de la
comunidad. El problema de éste está en cómo controlar la organización con una filosofía
burocrática y tener independencia, ya que ésta con su estructura lo controla, pues el Revisor
Fiscal no es tratado como un “tipo ideal” individualizado, sino como una persona que íntima con
el poder burocrático, e intimidad significa también guardar silencio, hacer lo que la cumbre
estratégica le solicita.
XXVIII
El control que debe ser ejercido por el Revisor Fiscal dentro de las organizaciones
puede estar, en muchas ocasiones, en contravía con ese objetivo de producción y acumulación de
riquezas. Así, las posibles actuaciones del revisor en este sentido pueden ser sancionadas como
irracionales dentro de la organización, y generan algún tipo de sanción social en las relaciones
que construye dentro de la organización.