Вы находитесь на странице: 1из 29

I

REVISORIA FISCAL, UNA LABOR BAJO LA LUPA DEL GOBIERNO

SIRLEY YANETH PEREZ ROMAN

KEYLI MARTINEZ VEGA

JORGE CAMPO JARABA

CORPORACION UNIVERSITARIA REMINGTON

FACULTAD DE CIENCIAS ECONOMICAS Y ADMINISTRATIVAS

CONTADURIA PÚBLICA

10º SEMESTRE

SINCELEJO-SUCRE
II

REVISORIA FISCAL, UNA LABOR BAJO LA LUPA DEL GOBIERNO

SIRLEY YANETH PEREZ ROMAN

KEYLI MARTINEZ VEGA

JORGE CAMPO JARABA

TRABAJO DE GRADO PARA OPTAR AL TITULO DE CONTADOR


PÚBLICO

XXXXXXXXXXXX

CORPORACION UNIVERSITARIA REMINGTON

FACULTAD DE CIENCIAS ECONOMICAS Y ADMINISTRATIVAS

CONTADURIA PÚBLICA

10º SEMESTRE

SINCELEJO-SUCRE
III

Copyright © 2017 por Sirley Pérez Román, Keyli Martinez Vega & Jorge campo
Jaraba. Todos los derechos reservados.
IV

Nota de aceptación

El trabajo de grado titulado Revisores


fiscales, una labor bajo la lupa del Gobierno;
realizado por los estudiantes SIRLEY
PEREZ ROMAN, KEYLI MARTINEZ
VEGA Y JORGE CAMPO JARABA,
cumple con los requisitos exigidos en la
Corporación Universitaria Remington, para
optar al título de Contador Público.

___________________________

FIRMA DEL TUTOR

Sincelejo, 02 de Julio de 2017.


V

DEDICATORIA

Trabajo de Grado dedicado a todas aquellas


personas que hicieron posible la realización
del mismo, a mis profesores que me han
ayudado en mi formación académica, y a
mis padres quienes han sido mi mayor
motivación.
VI
CONTENIDO

PAG.

1. RESUMEN……………….………………………………………………… VII

1.1 ABSTRACT……………………………………………………………… VIII

2. INTRODUCCION………………………………………………………….. IX

4. LA REVISORIA FISCAL Y SU AUSENCIA EN LOS DESCALABROS


ECONOMICOS DEL PAIS…………………………………………………... X
VII

RESUMEN

La revisoría fiscal en Colombia, fue instituida e implementada para el año de


1935, con el fin de que fuese un órgano garante de la buena administración y transparencia en las
operaciones comerciales, administrativas y financieras de las empresas y a su vez poder evaluar
procesos y tomar acciones correctivas en caso de estar incurriendo en alguna falta en procura de
una rendición de cuentas veraz.

No obstante por numerosos factores, el ejercicio de esta labor se está viendo


empañada por una serie de actos de corrupción que se han venido descubriendo a lo largo de la
historia ocasionando descalabros monumentales a la economía nacional, lo cual ha hecho que se
ponga en tela de juicio la calidad de las funciones que desempeñan y en ultimas, cuestionar si
realmente es necesaria la existencia de esta figura para la implementación de un sistema de
anticorrupción de los organismos de control.

PALABRAS CLAVES

Contador, Corrupción, Ética profesional, Ley, Revisor fiscal, Revisoría fiscal.


VIII

ABSTRACT

The fiscal auditorium in Colombia was instituted and implemented in


1935, in order to be a guarantor of good administration and transparency in the
commercial, administrative and financial operations of the companies and, in turn, to
evaluate processes and take Corrective actions in the event of a fault in the pursuit of
truthful accountability.
However, due to numerous factors, the exercise of this work is being
marred by a series of acts of corruption that have been discovered throughout history
causing monumental disruptions to the national economy, which has made the fabric Of
judging the quality of the functions they perform and, finally, to question whether the
existence of this figure is really necessary for the implementation of a system of
anticorruption of the control organisms.
KEYWORDS

Accountant, Corruption, Professional Ethics, Law, Tax Auditor, Tax Revisor.


IX

INTRODUCCION

La revisoría fiscal en Colombia al día de hoy presenta una larga vida institucional
representada en aproximadamente 82 años y establecida formalmente mediante la Ley 73 de
1935, la cual surgió ante la necesidad de regular y controlar la creciente actividad económica,
financiera y comercial en las empresas que para ese entonces existía.

No obstante a pesar de que han transcurrido muchos años desde su legislación, la


finalidad sigue siendo la misma, objetivar, evaluar y auditar los procesos financieros,
comerciales y económicos de una institución sin importar su naturaleza jurídica o el sector que
financie su capital, avalando así el fiel cumplimiento de la Ley o en su defecto el incumplimiento
de la misma.

En este orden de ideas, se hace necesaria no solo la formación profesional en el


área sino también la investidura ética y moral que el ejercicio de sus funciones confiere,
robustecida en principios como la honradez, integridad, y la responsabilidad, que le permita
emitir juicios e informes imparciales y objetivos en procura del cumplimiento de los deberes
legales y estatutarios.

Pese a ello, el carácter objetivo e imparcial de los revisores fiscales, actualmente


está puesto en tela de juicio debido a la cantidad de escándalos empresariales y descalabros a la
economía nacional por parte de las entidades públicas y privadas que hoy día se encuentran
intervenidas e investigadas al descubrirse operaciones fraudulentas e ilegales que se encuentran
en la mira de todos los Colombianos.

Ahora bien, hablar de la Corrupción en Colombia supone el hecho estrictamente


necesario y obligatorio de tener que relacionar a la revisoría fiscal con dicha descomposición
social, principalmente por ser esta la razón por la cual surgió y se normatizó hace 82 años en
procura de garantizar la transparencia y veracidad de la gestión financiera y administrativa de
X
una organización; pero… realmente si está siendo la revisoría fiscal un medio eficaz para
combatir la corrupción o antes por el contrario, para auspiciarla?.

Plantearse un interrogante como este resulta complejo, ya que implica tener que
estudiar a fondo muchos factores, situaciones e incluso organismos de control que podrían estar
influyendo al desvío de carácter imparcial que debe caracterizar esta profesión, obstaculizando
así el fiel cumplimiento del propósito por el cual la revisoría fiscal se consolidó en Colombia.

Ciertamente lo planteado anteriormente despierta un espíritu investigador y


perspicaz en quien dimensione la magnitud de esta problemática que constituye uno de los
principales flagelos de la sociedad y que hoy por hoy desestabiliza sin piedad alguna la economía
de un país y amenaza la sostenibilidad de las generaciones presentes y las venideras.

En esta monografía pueden resultar comprometedores los comentarios y juicios


que se emitan respecto a una profesión e imagen creada bajo una consigna de transparencia,
honradez e integridad en aras de generar una confianza pública, la “revisoría fiscal” que con tan
solo mencionar su nombre da cuenta de la auditoria y revisión minuciosa de los dineros que
corresponden en última instancia al estado representado en obras de mejora publica y bienestar
social y que actualmente se encuentran en bolsillos de terceros.

Ante esta problemática se hace necesario adoptar una posición crítica, analítica y
calificativa la cual permitirá ir más allá de la realidad en búsqueda de por lo menos identificar lo
que está ocurriendo realmente en el ejercicio de una labor que aunque se vista de oveja más bien
parece lobo.

El control interno como medida de apoyo y seguridad a los procesos y


operaciones administrativas, comerciales y financieras de una organización, constituye un
sistema de evaluación en el que se pretende medir el impacto de su contribución ya sea positiva o
negativa al entorno en el que se desenvuelven, razón por la cual se diseñó la Revisoría Fiscal
como modelo para hacer posible esta tarea.

Una de las principales razones por la cual la Revisoría Fiscal posee vital
importancia lo conforma el hecho de que sea un garante de la legalidad y transparencia en las
operaciones que este evaluando y de este modo de fe del fiel cumplimiento a la Normatividad
XI
que los cobija; paradójicamente este es el mismo punto en donde se cuestiona la eficacia de esta
labor ante los innumerables casos de corrupción hoy día descubiertos en el País.

Bajo este panorama se hace necesario el estudio de este fenómeno de


descomposición social el cual está socavando en todos los sectores de la economía a nivel
público y privado, siendo el primero con mayores índices de corrupción poniendo en riesgo la
estabilidad de un sistema justo y equitativo de bienestar social para los colombianos.

Estudiar el fenómeno de corrupción implica ahondar en múltiples ramificaciones


y sectores que favorecen su existencia, no obstante en esta monografía estudiaremos el impacto y
el aporte que representa la Revisoría Fiscal en este sistema visto desde dos ángulos, uno como
medio de contrarresto a la corrupción y otro como medio facilitador de la misma, enfocándolo
tanto al sector público y privado en los Departamentos que han sido protagonistas de los
escándalos más sonados a nivel nacional dejando al descubierto la aberrante administración de
los recursos asignados para la Inversión social del pueblo Colombiano.
XII

LA REVISORIA FISCAL Y SU AUSENCIA EN LOS DESCALABROS


ECONOMICOS DEL PAIS

Colombia asiste a un fenómeno de descomposición social que trasciende todas las


fronteras sin excepción alguna, lo cual se ha manifestado en un afán desmedido, en alguna parte
de las Administraciones de hoy, por acumular riquezas y poder por encima de quien sea y de lo
que sea, guiada por un camino facilista y utilizando maniobras para lograrse un posicionamiento
económico, social y profesional. Los efectos de tales maniobras alcanzan a generar unos
impactos insospechados en la economía de nuestro país, comprometiendo el bienestar y la
sostenibilidad de toda una generación.

Lo anteriormente queda demostrado en el ránking global de la ONG


Transparencia Internacional en el que se determinaron los países con mayores índices de
corrupción en el mundo, en el que Colombia ocupa el puesto Nº 90 y en América Latina se ubica
en el puesto Nº 5 lo que deja entrever la situación de descomposición que existe en el sistema.

Así pues, se describe la catástrofe nacional de una epidemia que desde muchos
años atrás viene socavando los cimientos de un país tambaleante y que con el correr del tiempo,
sus efectos adquieren dimensiones cada vez más importantes con el consecuente deterioro de las
arcas en el sector público, ante lo cual se ve menguada la posibilidad de adelantar obras de
infraestructura en bien de la comunidad, y en el sector privado se observa la bancarrota en vastos
sectores de la economía real, en detrimento de lograr un pleno empleo. (Carvajal, 2013)

Si bien es cierto este fenómeno de descomposición social busca perpetrar en todos


los sectores de la economía de nuestra geografía, haciendo presencia en cualquier entidad,
proyecto, presupuesto e inversión en busca de la obtención de poder que otorga la posesión del
dinero, valiéndose de todos los mecanismos que faciliten conseguir tal macabro objetivo, en
donde juega un papel fundamental el soborno o cohecho, la cual consiste en la utilización de las
XIII

funciones y medios económicos o de otra índole en provecho y beneficio particular de sus


gestores . (RAE, 2007, p. 410).

Otros autores han ido más allá estableciendo una relación estrecha entre este
fenómeno y la vulnerabilidad de los derechos humanos, tal como el concepto de la Fundación
Pro Derechos Humanos (FAPDH) la cual la define como todo aquello que “constituye una
vulneración de los derechos humanos (ya sea en forma de tráfico de influencias o en forma de
obtención de favores ilícitos a cambio de dineros u otros favores) por cuanto generalmente
entraña una violación del derecho a la igualdad ante la ley, y en ocasiones, llega a suponer una
vulneración de los principios democráticos, conduciendo a la sustitución del interés público por
el interés privado de quienes se corrompen” (s.f., parr.1).

En este orden de ideas, numerosas organizaciones a nivel mundial han tratado de


hacer frente al problema, vale la pena mencionar algunas como Transparencia Internacional (TI),
La Organización de Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE), La Organización de los
Estados Americanos (OEA), La Organización de las Naciones Unidas (ONU), entre muchas
otras las cuales han buscado reducir desde diferentes ángulos, estos altos índices de corrupción.
De otro lado, se han “atezado” los controles administrativos y se han implementado mecanismos
de prevención, investigación y sanción en actos de corrupción como fue el caso del Estatuto
General de Contratación Publica (Ley 80 de 1993 y Ley 1150 de 2007), el Código Único
Disciplinario (Ley 734 de 2002); el Código Penal (Ley 599 de 2000), la Ley 43 de 1990, entre
otras.

Dentro de esos mecanismos de sanción en pro de una disminución de estos


niveles, se han modificado leyes en la que ponen en alerta el accionar de contadores públicos y
revisores fiscales, al ser estos los facilitadores perfectos para hechos delictivos de corrupción, tal
como la Ley 43 de 1990 específicamente el numeral 5: “Será causal de la cancelación de la
inscripción de contador público cuando actuando en calidad de revisor fiscal no denuncie o
ponga en conocimiento de la autoridad disciplinaria o fiscal correspondiente, los actos de
corrupción que haya encontrado en el ejercicio de sus cargo, dentro de los seis meses siguientes a
XIV

que haya conocido el hecho o tuviera la obligación de conocerlo, actos de corrupción. En


relación con actos de corrupción no procederá el secreto profesional”, todo esto con el fin de que
la revisoría fiscal pueda contextualizarse como lo concibe Cuellar (2012):

Proceso que consiste en el examen crítico, sistemático y representativo del sistema


de información de una empresa o parte de ella, realizado por un experto con independencia y
utilizando técnicas determinadas, con el propósito de emitir una opinión profesional sobre la
misma, que permitan la adecuada toma de decisiones y brindar recomendaciones que mejoren el
sistema examinado (Jairo Emiro Cuenú Cabezas, 2014)

El hecho de que se implementen sanciones en el sistema regulador de los revisores


fiscales, los afecta directamente ante cualquier evento sentándolos así constantemente en la silla
de los acusados, atribuyéndoles responsabilidades y protagonismos en escándalos de dudoso
cumplimiento de su función de vigilancia y control sobre todo cuando salen a la luz pública los
desgreños administrativos en organizaciones tanto públicas como privadas.

Ahora bien, sea cual sea el concepto encontraremos tres términos claves que no
pueden estar ausentes: soborno, vulnerabilidad de derechos, encubrimiento, ya que estos serán
los ingredientes infaltables en cualquier actividad de carácter deshonesto e inmoral, definimos el
primero como el medio inapropiado de obtención de acciones favorables a alguien, el segundo
como la consecuencia nefasta del primer término y el tercero como la acción auspiciadora de un
acto o hecho corrupto; todas presentes en la Administraciones públicas de los Departamentos lo
que se evidencia en el deterioro de la calidad de vida de los ciudadanos al socavar en todos los
sectores de la economía, agropecuario, industrial o de servicios siendo el ultimo el más afectado.

Haciendo una radiografía general, rápida somera a algunos de los Departamentos


de nuestro país, encontramos que aquellos que registran mayor índice de pobreza y atraso son los
mismos que paradójicamente poseen mayores riquezas naturales, cuentan con potencial turístico,
tienen importantes renglones en la economía ya sea en agricultura, ganadería, minería,
generación de energía, construcción, transporte o pesca, de los cuales se deriva el sustento de
XV

muchas familias en cada una de sus regiones, no obstante ocupan los primeros puestos según las
estadísticas publicadas por el DANE como es el caso del Censo correspondiente al año 2016 en
donde se destaca el Chocó, la Guajira, el Cauca, el Huila, Córdoba, el Magdalena y Sucre, son
solo algunos por mencionar. Y es que si se estudia a fondo esta oposición entre idea y realidad,
nos encontraremos con un fenómeno de descomposición social que viene atacando fuertemente
estos sectores truncando los “planes de desarrollo” de cada Departamento, frustrando los sueños
de miles de Colombianos quienes confían en una mejor calidad de vida en el que tengan más
oportunidades y acceso a los beneficios de los programas de Inversión Social del Gobierno.

Ahora bien, adentrándonos un poco más a fondo de esta problemática y dejando


de lado la situación de extrema pobreza en la que se encuentran sumergidos algunos
Departamentos, podemos establecer que entre la asignación y desembolso de recursos de las
entidades gubernamentales hasta la ejecución de los planes de desarrollo e inversión social algo
aterrador ocurre, algo se atraviesa en el “camino” que recorren los recursos puesto que no llegan
completos y en casos peores sencillamente no llegan, se pierden, se desaparecen, se desvían en
fin no se ven. En esta macabra ruta de los recursos emitidos por el gobierno a las entidades
gubernamentales hay un sin número de actores que se valen de cualquier artimaña para que los
recursos vayan a parar a los bolsillos de unos cuantos, siendo aquí donde cobra vital importancia
la siniestra figura de un personaje que les dé “vía libre” y les permita hacer y deshacer o que
sencillamente se haga el de la vista gorda y avale los movimientos financieros dando fe de que
todo se está cumpliendo a cabalidad como fue dispuesto en sus inicios, siendo así entonces la
figura predilecta y facultada bien sea para aprobar o desaprobar dichos movimientos en las
operaciones financieras sería un auditor o con más exactitud un revisor fiscal quien por medio de
un estudio y análisis exhaustivo de documentaciones y registros contables tendría la
responsabilidad en sus manos.
XVI

En este punto de aprobación o desacuerdo es que el carácter ético del profesional


de esta especialidad cruza su punto más crítico ya que el buen desempeño de su labor no se
fundamenta solamente en que cuente con preparación académica en esta profesión sino que así
mismo cuente con una formación ético, moral y social para así emitir juicios veraces e
independientes de la entidad sobre la cual se emitan los informes financieros, velando en todo
momento por dar estricto cumplimiento a las normas contables, administrativas y legales que le

sean aplicables, para la toma de decisiones que permitan el mejoramiento en la productividad,


pero…porque es este considerado el punto más crítico? Veamos.

La “relación o dependencia laboral” entre el revisor fiscal y su empresa


contratante, es uno de los principales factores que afecta la objetividad de los revisores fiscales
en el desempeño de sus funciones ya que es contradictorio e ilógico que devengue un sueldo por
acusar, delatar o denunciar a su contratante, a sabiendas de que depende laboralmente de él;
teniendo en cuenta que los revisores fiscales son elegidos por la asamblea de accionistas de las

empresas, de la cual hacen parte en muchos casos los mismos accionistas quienes influyen en
dicha elección obstaculizando así la autonomía de los revisores fiscales. En este orden de ideas,
los revisores fiscales se ven supeditados en gran parte a ser partícipes, conocedores e incluso
cómplices de ciertos movimientos y operaciones financieras de carácter dudoso e incorrecto a
cambio ya sea de permanencia en la relación laboral o de dadivas económicas para subsanar
dicha falta lo que tarde o temprano terminara por perjudicar gravemente a quien lo acolita.

Sumándole a esto el carácter permisivo de la Junta Central de Contadores, en lo


que respecta al sistema sancionatorio de la misma el cual carece de sanciones y castigos
ejemplares que busquen a toda costa bajar los altos índices de corrupción a manos de Revisores
fiscales y contadores, dicho de otro modo las multas son muy leves y las faltas son muy graves lo
que incentiva a la reincidencia de faltas de revisores y contadores castigados, tal como lo planteó
XVII

la Revista Dinero en su edición del día 03 de Febrero de 2017 en su artículo “Revisores Fiscales
al Banquillo ¿Ciegos o con exceso de funciones?”:

Si el tribunal disciplinario de la Junta detecta a un contador o revisor fiscal que,


por ejemplo, avala pasivos inexistentes, omite ingresos, tramita devoluciones ante la DIAN por
exportaciones ficticias –como ocurrió con algunas exportaciones de chatarra–, máximo le pueden
imponer una multa de $12 millones o cancelarle la tarjeta profesional por un año. Unos castigos
muy leves para la gravedad de sus faltas, razón por la cual no hay forma de impedir que en poco
tiempo los profesionales inescrupulosos vuelvan a sus andanzas. (Revista Dinero, Revisores
fiscales al banquillo ¿Ciegos o con exceso de funciones?, 2017)

De otro lado, se tiene a la figura del revisor fiscal como una ayuda para los entes
de control del Estado que supervisan las empresas, por ello tienen a su cargo gran cantidad de
responsabilidades que deben realizar eso por una parte, ahora bien de la otra tienen a cargo las
funciones de control que le han conferido la junta directiva y la gerencia lo que conlleva a una
sobre carga laboral que disminuye en cierto porcentaje el nivel de desempeño.

Ahora bien, no siempre los revisores fiscales necesariamente son participes o


cómplices en conflictos empresariales (entendiéndose estos como sobornos, desfalcos y malos
manejos), antes por el contrario desconocen este tipo de situaciones ya que los desfalcos no
siempre se hacen a puertas abiertas, sino que son delitos que se concretan por debajo de la mesa
y a puertas cerradas, lo cual en ocasiones los revisores fiscales le cuesta detectar, ahora como
bien sabemos el desconocer una norma, una ley, no nos exime de la culpabilidad que en cierto
momento podamos afrontar, por lo cual los revisores fiscales a parte de tener una preparación
intelectual en su área deben tener cierta malicia, suspicacia o desconfianza en movimientos
irregulares que le pongan a alerta sobre alguna situación, por lo que queda más que claro que esta
profesión requiere de experiencia que la mayoría de las veces los profesionales jóvenes no
poseen.
XVIII

Para el caso de Colombia, hay ejemplos de sobra en los que gigantescas


compañías han desfalcado los presupuestos nacionales destinados a mejorar la calidad de vida de
los Colombianos como fue el tan sonado caso del “carrusel de la contratación” a cargo del Grupo
de los Hermanos Nule, las catorce EPS involucradas en el cartel de la salud, la defraudación a la
DIAN, el carrusel de las pensiones, la quiebra de Interbolsa… y pare de contar, son solo algunos
de los escándalos que salieron a la luz pública como resultado de inmensas investigaciones
adelantadas por el actual gobierno en cumplimiento de uno de sus propósitos, erradicar la
corrupción o al menos minimizar el fenómeno en su actual administración.

Ahora para el caso de las grandes compañías que contratan directamente con el
Estado y que manejan parte del presupuesto nacional contratan a su vez firmas auditoras las
cuales son las que se encargan de “vigilar y dar fe” de que las ‹‹cosas›› se están haciendo bien al
interior de ellas y así cumplir con uno de los tantos requisitos que le son necesarios para poder
licitar con el estado, pero a medida que avanza los contratos se destapa la farsa y salen a relucir
los grandes desfalcos que hoy por hoy tienen desangrado a nuestro país como es el caso de las
empresas que se relacionan a continuación y cuyas investigaciones solo nos llevan a
preguntarnos

¿DONDE ESTABAN LOS REVISORES FISCALES?

¿SI ESTABAN, DE QUE LADO ESTABAN?

¿SE HICIERON LOS DE LA VISTA GORDA?

¿QUE PASA CON LOS MECANISMOS DE CONTROL?

¿Y LOS CULPABLES?,

Son solo algunos interrogantes que aún siguen sin ser respondidos:
XIX

EMPRESA CONTRATISTA REVISOR FISCAL (FIRMA AUDITORA)


INTERBOLSA GRANT THORNTON FAST & ABS AUDITORES
RENTAFOLIO BURSATIL CR FINANCIAL & LEGAL SERVICES COLOMBIA SAS
ESTRAVAL BALANCES LTDA
CONALVIAS GONZALO MILLAM C & ASOCIADOS
METRA PETROLEUM (FILIAL DE PACIFIC) ERNST & YOUNG AUDIT SAS
REFICAR ERNST & YOUNG AUDIT SAS
NAVELENA PWC
CONSTRUCTORA NORBERTO ODEBRECHT DE PWC
COLOMBIA SAS
CAMARGO CORREA SUCURSAL COLOMBIA DELOITTE
ELITE CONSULTANT GROUP SAS Y MOORE STEPHENS SCAI
FUENTE: SUPERSOCIEDADES.

Inevitablemente ante estos casos es necesario cuestionar la tarea de los auditores y


revisores fiscales, ya que ellos representan la primera línea de defensa del sistema frente a los
abusos que los administradores (empresas) pueden cometer contras los ciudadanos a través del
mal uso de recursos públicos. Haciendo referencia a uno de los escándalos más sonados como lo
es el carrusel de la contratación, El Grupo Nule era una maraña de empresas de papel que se hizo
a partir de grandes concesiones del Estado y cuya quiebra suma 1,5 billones, según la liquidación
de pasivos registrada al momento. Otro caso más de corrupción como el cartel de la salud era una
operación de 14 empresas prestadoras de servicios de salud que, a través de recobros ilegales o
falsos de medicamentos e intervenciones, defraudaron al Estado en por lo menos $ 30.000
millones de pesos. En los anteriores casos, existe una particularidad en común y es que en ambos
se pagaron millonarias “mordidas” a funcionarios públicos y a otros intermediarios, que
recibieron comisiones a cambio de trámites y adjudicaciones. Se forjaron acuerdos al estilo
“narcos”, en los que se concedían beneficios, contratos, cargos y dineros, y fallaron los
mecanismos de contratación del Estado, en especialmente en el sector de las concesiones viales y
a la salud” (dinero.com, mayo de 2011), cuyos sectores son los más flagelados por este
fenómeno.
XX

Definitivamente resultan comprometedores los comentarios que se hacen en torno


al desempeño de una figura que en Colombia fue creada para generar confianza pública en las
personas que ven en el patrimonio de las compañías una garantía para sus inversiones y que ante
tal cuestionamiento, los revisores fiscales y contadores públicos deben replantear sus acciones y
considerar la importancia que posee la formación ética y moral en este tipo de profesiones. Con
base en todos los antecedentes mencionados, este escrito ha mostrado un cuestionamiento
preocupante de cara a la responsabilidad del revisor fiscal, por lo tanto, es necesario asumir una
posición ante esta realidad y para ello es necesario ahondar en el tema y estudiar sus
responsabilidades y sus obligaciones con el fin de definir hasta qué punto en realidad les
compete la ocurrencia de actos corruptos.

El Consejo Técnico de la Contaduría Pública presenta una definición sobre


Revisoría Fiscal en su orientación Profesional, que dice así: “La Revisoría Fiscal es una
institución de origen legal, de carácter profesional a la cual le corresponde por ministerio de la
ley, bajo la responsabilidad de un profesional contable, con sujeción a normas que le son propias
vigilar integralmente los entes económicos, dando fe pública de sus actuaciones” (CTCP, junio,
2008).
En esta definición, el concepto de “institución” resulta de toda la importancia que
se deriva al vincular el revisor fiscal con la comunidad, aquí se denota una responsabilidad
social. Ahora bien, el Consejo Técnico de la Contaduría Pública continua con el tema de la
siguiente forma:
La institución de la Revisoría Fiscal en Colombia, es de vital importancia en los
entes económicos de distinta índole; a ella le corresponde por ministerio de la ley el control de
fiscalización de estos entes, para garantizar el correcto desempeño y la transparencia e idoneidad
de las operaciones económicas, su sujeción a las normas legales, así como la eficacia y eficiencia
en la gestión administrativa. Todo ello sin perjuicio de la responsabilidad social con la
comunidad en protección del interés público. Su labor se adelanta de forma independiente, en
representación de los diferentes agentes que interactúan de manera directa o indirecta en la
economía nacional” (CTCP, 2008, 2)
XXI

En estos dos planteamientos del Consejo Técnico, se observa una clara


manifestación con respecto a la trascendencia del quehacer de la Revisoría Fiscal a la
comunidad, en tanto no se circunscribe específicamente a las funciones definidas en el Código de
Comercio, Ley 43 de 1990, la Ley 222 de 1995 y demás normas legales, sino que por primera
vez se reconoce que la Revisoría Fiscal en su función de fiscalización asume compromisos frente
a terceros, por los cuales debe responderse oportuna y satisfactoriamente . Por ejemplo, el solo
hecho de dictaminar sobre unos estados financieros, acción que implica emitir una opinión
profesional sobre la confiabilidad de esa información, ya de suyo implica un serio compromiso
con socios y terceros, usuarios de esa información, quienes a partir de esos datos registrados en
una contabilidad van a tomar decisiones que afectarán positiva o negativamente su patrimonio.

Aquí se atribuye una gran responsabilidad con ese segmento de sociedad, y resulta
claro que estos inversionistas e interesados ven en esas acciones de control un medio efectivo de
proteger sus intereses. El siguiente concepto constituye un aporte cuando se apropia del termine
interés público: “Esta actividad no solo interesa a los asociados, sino también a los terceros y a la
comunidad en general, es decir, la revisoría fiscal se debe a todo un escenario colectivo. Además,
este autor habla de uno de los flagelos más determinantes en la inmoralidad pública, la
corrupción; aclara que en el estatuto anticorrupción (Ley 190 de 1995) se visualiza al revisor
fiscal como un aliado más en su lucha y es por ello que le asigna unas funciones. (Peña, 2007, p)

En este sentido, resulta más que claro entonces que definitivamente la revisoría
fiscal asume una responsabilidad ante la sociedad por sus omisiones, y es precisamente en ese
sentido que van encaminadas las diferentes críticas en los casos anteriormente expuestos, pues
siempre se ha dicho que el revisor fiscal debe estar ajustado a la ley y a partir de allí informar
oportunamente de todo lo que observa, tal como lo plantea el numeral 2 del artículo 207 del
Código de Comercio, donde se estipula como función del revisor fiscal: “Dar oportuna cuenta,
por escrito, a la asamblea o junta de socios o al gerente, según los casos, de las irregularidades
XXII

que ocurran en el funcionamiento de la sociedad y en el desarrollo de los negocios”. El


cumplimiento estricto de esta exigencia, le genera un parte de tranquilidad a la comunidad y esto
es validado desde el Consejo Técnico de la Contaduría Pública:

“Así pues, las atribuciones del revisor fiscal debidamente ejercidas, protegen a
terceros que encuentran en el patrimonio del ente la prenda general de sus créditos, brindan
confianza sobre el manejo de los recursos del ahorro privado, la inversión y en general del
correcto desenvolvimiento de los entes económicos, atendiendo principios de transparencia,
economía, eficiencia y eficacia en sus actividades, todo ello con el debido respeto por la ley”
(CTCP, 2008, p. 18)

Ahora, dejando de lado estos conceptos del Consejo Técnico de la Contaduría


Pública que a la larga no son más que regulaciones generales para todos aquellos que ejerzan esta
profesión, la problemática va muchísimo más allá y es justo aquí donde se le sale de las manos a
la Junta Central de Contadores y al Consejo Técnico de la Contaduría Pública y nos lleva a
preguntarnos ¿Basta con disponer de normas y estatutos para que un revisor fiscal no actué
viciado por la corrupción? La respuesta es No, no basta con solo eso.

Hay que tener en cuenta que la rectitud en una persona no se forma a partir de
leyes, eso es bien claro. Para ser recto hay que tener convicción de la rectitud. Si bien es cierto la
Ley 43 de 1990 (reglamentaria de la profesión de contador público) presenta un código de ética
profesional entre sus artículos 35 al 40, cuando define principios como integridad, objetividad,
independencia, responsabilidad, confidencialidad, competencia, respeto entre colegas, conducta

ética, esto por sí solo NO asegura que actuará automáticamente bien, la formación de la persona
viene desde su niñez. Siendo así esto, entonces ¿Cómo regularía la Junta Central de Contadores y
el Consejo Técnico de la Contaduría Pública esto? Sencillamente es imposible determinar que
XXIII

profesionales en Revisoría Fiscal cuentan con una base ética y moral sólida, es imposible
pasarles un “detector” y agrupar los honestos y los deshonestos, por lo que ante esta
imposibilidad toca ajustar el sistema sancionatorio con castigos ejemplares que los haga pensar
más de dos veces ceder ante una mordida millonaria.

Así las cosas, denotamos una preocupante grieta en el sistema sancionatorio que
favorece la ocurrencia de este tipo de casos, ya que los castigos son insignificantes ante las faltas
cometidas y es que no puede ser de otra manera ya que como lo planteamos anteriormente no
solo atentan con el patrimonio de unas cuantas personas, antes por el contrario desangran un
país, engañan una sociedad que ven en las inversiones de interés social una mejora de la calidad
de vida, esto aplica especialmente para aquellas compañías que contratan con las entidades
gubernamentales.

Continuando con la temática del sistema sancionatorio para revisores fiscales y


contadores viciados, el panorama parece aclararse pues se espera que con la implementación de
las Normas Internacionales de Información Financiera, que están aplicando desde ya la mayoría
de las empresas nacionales y las Normas de Aseguramiento de la Información (NIAS) refuercen
la labor de los auditores pues el objetivo de la Auditoría moderna ha cambiado ya no solo es
informar a los accionistas, sino a toda la sociedad, es tan así que entre las novedades
implementadas por las NIAS se destaca que en los informes suministrados por los revisores
fiscales pueden advertir sobre su inminente liquidación, lo que antes no está permitido hasta que
tal liquidación era oficial y se mostraba a la luz, aspecto favorable al momento de entablar
relaciones comerciales con dichas compañías.

Ante la acusación de la debilidad en el sistema sancionatorio por parte de la Junta


Central de Contadores, el tribunal disciplinario de la Junta se defiende y señala que recibe y
tramita muchas denuncias, así como da inicio a procesos de oficio, tanto así que se están
adelantando las investigaciones a los contadores públicos, revisores fiscales y a las firmas
XXIV

revisoras de la Organización Odebrecht y a sus consorcios, destacando como uno de sus


principales casos resueltos la cancelación del registro profesional de la firma GRANT
THORNTON FAST & ABS AUDITORES, firma que según la Junta Central, ejercía la revisoría
fiscal de Interbolsa, y que por la gravedad de la falta se recurrió a la cancelación de su registro
para el año 2014.

Mientras en el país sigue el debate sobre qué tanta responsabilidad les cabe a los
revisores fiscales en casos de corrupción, en Brasil la firma de contadores afiliada a Deloitte que
llevaba la auditoría de la aerolínea local Gol fue multada con US$8 millones por emitir un falso
informe de auditoría de las cuentas financieras de 2010 de la aerolínea.

Y más allá de mirar la paja en el ojo ajeno, lo que se debería es buscar cómo evitar
que se repitan este tipo de situaciones en el país, hoy imbuido en medio de escándalos
empresariales. Eric Rodríguez, decano de los Andes, dice que una solución puede estar en el
proceso educativo de las nuevas generaciones de contadores. En su caso, por ejemplo, están
sacrificando parte de la profundidad del conocimiento normativo para darle más énfasis a la
formación en valores y ética y no solo desde el punto de vista teórico, sino con cursos prácticos
en donde los estudiantes deben enfrentar dilemas profesionales y casos de estudio.

No obstante, esta es una solución de largo plazo y, mientras tanto, lo que se espera
es que los entes de control ejerzan su labor cumpliendo con el debido proceso en sus
investigaciones, pero sin olvidar lo que señala Wilmar Franco, presidente del Consejo Técnico
de la Contaduría Pública: en casos como los del Grupo Nule, Reficar, Conalvías, Interbolsa,
Odebrecht y las compañías de libranzas, por mencionar algunos, la labor de la revisoría fiscal no
fue efectiva para identificar con tiempo las irregularidades. Esperemos que las nuevas normas
contables y de auditoría que se están aplicando en el país ayuden a empoderar a estos
profesionales, tan necesarios para el buen desempeño de las empresas.
XXV

Otro aspecto clave que habría que considerarse para la disminución de casos de
corrupción a manos de revisores fiscales, sería la rotación de los mismos en las empresas puesto
que el hecho de que el revisor fiscal pueda ser reelegido, constituye un factor limitante a su
independencia y que por ende le impide ser absoluta como la de un auditor externo, puesto que
así los revisores fiscales trabajarían para conseguir su reelección y por ende evitarían tocar
puntos sensibles de la administración y de la junta directiva, en procura de tener a sus “jefes
contentos”, así las cosas Sería de gran beneficio para la independencia del Revisor Fiscal que se
prohibiera su reelección, para que de esta manera se dedicara a trabajar realizando una auditoría
integral sin preocuparse de que sus actuaciones molesten a la administración o a la Junta
Directiva e impidan su reelección, además, esto traería también una gran movilidad en el
ejercicio de la Revisoría Fiscal, con las ventajas para el Contador Público, quien conocería
muchas empresas, enriqueciendo de este modo el entendimiento del entorno en el cual se
mueven las empresas que examina.

Es tan así, que en una reciente encuesta realizada por SUPERSOCIEDADES en


5.572 compañías, se evidencia la poca rotación que existe entre quienes ejercen como revisores
fiscales, lo que atenta contra las pautas actuales de dicha profesión, lo anterior se puede detallar
en la siguiente tabla:
XXVI

Ante esta situación, la recomendación es que a los revisores fiscales se le roten


cada dos años con el fin de garantizar su autonomía y que no puedan ser reelegidos sino cada 8
años, es decir recortar los periodos de rotación y pasar de 5 años a 2, pero peor aún la situación
es más preocupante en el resultado de la encuesta al presentar un porcentaje de 40,7% de
revisores que nunca se han rotado, es decir son las mismas personas naturales o las mismas
personas jurídicas, ante esto es imposible no pensar que los revisores fiscales tengan cierto
favoritismo y cierta complicidad en algunas cosas.

La inminente llegada y establecimiento obligatorio de las NIIF, exige que los


profesionales en la Contaduría Pública y Revisores Fiscales, no solo realicen cambios en la
forma de realizar su labor, (como por ejemplo en la forma de presentar los Estados financieros, el
valor razonable de los activos, la revisión anual de las vidas útiles, la amortización de los
intangibles, entre otros), sino que unido a los estamentos gremiales de la profesión y el gobierno,
deberán plantear soluciones a los inconvenientes que se vayan presentando, y a todos los efectos
posibles de una manera conjunta, articulada y apegada a la norma orientado a generar un valor
adicional a las prácticas contables tradicionales, por lo que no deben considerar esta transición
como una amenaza sino que por el contrario, se podrá convertir en el punto de partida para una
realidad más próspera y fructífera para la profesión, lo que indudablemente ira limpiando la
buena imagen que otros han puesto en tela de juicio y disminuir así el escepticismo y recelo que
se ha creado en el medio.

Con base en todo lo dicho anteriormente, es el momento de responder a la


pregunta: ¿Ha contribuido la revisoría fiscal a la disminución de la corrupción en Colombia?
Ciertamente hay que admitir que desde la mirada de la función de la revisoría fiscal, están dadas
las condiciones para que un revisor fiscal contribuya con la disminución del flagelo de la
corrupción, toda vez que al cumplir su función de fiscalización dispone de las herramientas para
inspeccionar y darse cuenta de lo que está sucediendo. Ahora bien, la norma legal le exige
documentarse debidamente en todos su hallazgos (evidencias) e informarlo oportunamente a
XXVII

quien corresponde. Y por último, habida cuenta de que se trata de una institución, la actitud del
revisor fiscal habrá de ser absolutamente imparcial, sin ningún sesgo.

Infortunadamente, a lo largo de la historia se han presentado casos reiterativos


donde la conducta ética de los revisores fiscales queda cuestionada a partir de actuaciones
permisivas en su labor de vigilancia y control, y que han comprometido seriamente la confianza
pública, patrimonio invaluable de la profesión. Desde luego que es muy fácil llegar a verse
comprometido en un acto de corrupción, pues muchas veces al revisor fiscal se le plantean
situaciones difíciles en donde está de por medio su estabilidad laboral, más grave aún, su
sustento.
Solo una definitiva convicción hacia la rectitud generaría en el revisor fiscal una
actitud encaminada hacia la disminución de la corrupción. No obstante lo anterior y teniéndose
en cuenta que han existido casos de demandas por actuaciones de algunos revisores fiscales poco
éticas y con un marcado incumplimiento de las normas, no dejan de ser puntuales y, por lo tanto,
sigue siendo igualmente válida la visión de que es el revisor fiscal en su labor de fiscalización
quien históricamente ha contribuido a generar esa confianza pública con base en su evaluación
permanente del control interno, la sujeción a las normas y unos criterios de rectitud, objetividad e
independencia mental.

La revisoría fiscal tiene varios propósitos, pero uno es fundamental: controlar. Por
esto, el Revisor Fiscal es un delegatario para ejercer inspección permanente a la administración y
validar los informes que ésta presenta rindiendo informes a los mismos en las reuniones
estatutarias. Igualmente, para el Estado, el Revisor Fiscal debe fiscalizar para el interés de la
comunidad. El problema de éste está en cómo controlar la organización con una filosofía
burocrática y tener independencia, ya que ésta con su estructura lo controla, pues el Revisor
Fiscal no es tratado como un “tipo ideal” individualizado, sino como una persona que íntima con
el poder burocrático, e intimidad significa también guardar silencio, hacer lo que la cumbre
estratégica le solicita.
XXVIII

Nos preguntamos qué herramientas prácticas entrega el Estado más allá de la


normatividad para respaldar efectivamente el ejercicio del Revisor Fiscal. Ya que la cumbre
estratégica es la que formaliza la organización y formalizar significa el modo de quedar de la
organización a través de la estructura organizacional, se formaliza la intencionalidad de la
cumbre estratégica, intencionalidad que logra a través del poder, el poder es un medio de
formalizar la organización. Y el poder categoriza al individuo, lo marca por su propia
individualidad, lo construye como un sujeto individual, con el fin de tener intimidad con él.

Es necesario para los científicos contables, antes de proponer soluciones frente a


la objetividad de los contadores en sus dictámenes, estudiar la vida cotidiana de las
organizaciones, estudiar cómo el contador “juega” o participa en la cotidianidad organizacional,
investigar acerca de la posibilidad de otro modelo de control por parte del Estado para ponerlo en
práctica las organizaciones, es decir, un modelo que en realidad permita al contador tener
objetividad en su quehacer organizacional.

El control que debe ser ejercido por el Revisor Fiscal dentro de las organizaciones
puede estar, en muchas ocasiones, en contravía con ese objetivo de producción y acumulación de
riquezas. Así, las posibles actuaciones del revisor en este sentido pueden ser sancionadas como
irracionales dentro de la organización, y generan algún tipo de sanción social en las relaciones
que construye dentro de la organización.

En este sentido, es necesario generar estudios o investigaciones que permitan


conocer la racionalidad de la vida organizacional o la vida cotidiana organizacional frente al
revisor o revisores fiscales.

La estructura organizacional, como se señaló en el caso de Enron y Parmalat, es


una muestra de que representa la manera de darse las relaciones sociales en las organizaciones, y
lo hace en términos de intimidad y anonimia. La cumbre estratégica, por su poder de formalizar
la organización decide la manera y los miembros con los que tendrá intimidad/ anonimia.
XXIX
Obviamente, el Revisor Fiscal y los contadores serán definidos en términos de intimidad y el
núcleo operativo en términos de anonimia, lo cual origina problemas para la objetividad de los
contadores.

No es suficiente para la labor que realiza el Revisor Fiscal establecer una


normatividad que le exige no tener lazos de consanguinidad o tener independencia mental. Ésta
no es una medida efectiva para el ejercicio de la revisoría fiscal. La revisoría fiscal, como
institución, necesita de medidas efectivas que permitan al revisor tener autonomía, para que de
esta forma genere confianza pública. En otras palabras, como institución o sistema de reglas,
cuáles serian las nuevas reglas aceptadas colectivamente para el ejercicio autónomo de la
revisoría fiscal como institución, ya que toda institución es un sistema de reglas aceptadas
colectivamente (procedimientos, prácticas) que permiten crear hechos institucionales.

Es necesario, a partir de lo anterior, abrir un espacio de discusión sobre el


respaldo efectivo del Estado para el ejercicio de la revisoría fiscal. En este sentido, la invitación
al mundo académico contable es estudiar la manera como se da la vida cotidiana en la
organización, ya que es en la vida cotidiana organizacional donde se rompen las reglas
aceptadas, tomando como referencia a los revisores fiscales, pues desde ellos se encontrarán los
elementos necesarios para lograr que su ejercicio sea realizado con autonomía, estudios que
permitirán proponer al Estado una manera efectiva de respaldarlos, es decir, escuchar la voz de
los actores.

Вам также может понравиться