La jurisdicción voluntaria constituye una serie de procedimientos, reconocidos y
amparados en ley, en los que no hay Litis, y que de manera potestativa, al requerimiento del o los promovientes puede tramitarse y resolverse en forma judicial o notarial, a efecto de dar certeza jurídica en diversidad de situaciones jurídicas, que corresponden a la aceptación del negocio jurídico en sentido amplio, pero que no adquieren la calidad de cosa juzgada.
El Decreto Número 54-77 del Congreso de la República de Guatemala, Ley
reguladora de la Tramitación notarial de asuntos de jurisdicción voluntaria, tomando en cuenta el recargo en el volumen de trabajo que soportan los tribunales, mediante este decreto se decide que es conveniente ampliar la función del notario a fin de que pueda llevar a cabo los distintos actos en que no hay contención. Regula los principios fundamentales de la tramitación de jurisdicción voluntaria notarial; consentimiento unánime, actuaciones y resoluciones, colaboración de las autoridades, audiencia al Ministerio Público (ahora Procuraduría General de la Nación en base al Decreto 25-97), ámbito de aplicación de la ley y opción al trámite, inscripción en los registros, remisión al Archivo General de Protocolos; de los asuntos que pueden tramitarse ante notario: ausencia, disposición y gravamen de bienes de menores incapaces y ausentes, reconocimiento de preñez o de parto, partidas y actas del Registro Civil, patrimonio familiar, adopción (queda derogado por el decreto número 77-2007, Ley de Adopciones), para lo cual en las siguientes páginas se encontrará una serie de cuadros que nos indican el fundamento legal de los asuntos que se tramitan ante notario, así como otras leyes relacionadas a los mismos.
Es preciso aclara que la adopción se ha institucionalizado, tal y como lo regula el
articulo 2 literal a) de la Ley de Adopciones, que esta debe entenderse como aquella institución social de protección y de orden público tutelada por el Estado, por la cual una persona toma como hijo propio al hijo biológico de otra persona. La institucionalización es el proceso por el cual la unidad social y actividad social se organizan de forma relativamente duradera y permanente.
Anteriormente se podía llevar este asunto en jurisdicción voluntaria ante notario,
hoy en día son solamente dos causales que permiten acudir directamente ante un notario y con dictamen favorable de Autoridad Central (Art. 39, 12 literal e y f Dto 77-2007).
El Estado con el objeto de asegurar la protección del niño crea la Ley de
Adopciones que deroga los artículos 28, 29, 30, 31, 32 y 33 del Decreto 54-77. Dejando así sin efecto la tramitación de la adopción ante notario, ya que el notario no realizaba muchas de las actuaciones que la ley de adopciones hoy regula, no requería de una previa aprobación judicial, solicitaba únicamente una partida de nacimiento, el testimonio de dos personas y audiencia al Ministerio Publico; quedando de esta manera desprotegido el niño, ya que no se aseguraba el crecimiento integral y el mantenimiento en el seno familiar.
La ley de Adopciones señala requisitos que se deben cumplir, ya que se
considera de interés nacional la protección de los niños, huérfanos y abandonados, para lo cual el Estado adopta medidas que responden a los derechos fundamentales del niño. Para establecer quien o quienes reúnen las condiciones necesarias u óptimas como adoptantes se lleva un procedimiento de valoración que incluye un estudio psicológico, médico, social y personal para comprobar no solo que la futura familia adoptante es idónea sino también sus deseos de adoptar, cuestión que no realizaba el notario.
También la Ley y su reglamento regulan lo referente al Equipo Multidisciplinario el
cual tiene a cargo la formación de un registro histórico social, legal, médico y psicológico de los niños, permitiendo así asegurar la salud física, mental y social.
En base a lo anteriormente expuesto podemos establecer que el procedimiento
ante el notario carecía de medios por los cuales se asegurará la integridad, protección, salud física, mental, social y garantía migratoria, que podrían haber sido causales de delitos, así como la violación a los derechos del niño contemplados en la Convención sobre los Derechos del Niño, la cual se encuentra vigente desde 1990 y que ha sido ratificado por el Estado de Guatemala.