Verbos transitivos: son aquellos verbos que necesitan de
un objeto directo es decir sobre quien recae la acción,
para que la oración tenga un sentido completo. Verbos intransitivos: son aquellos verbos que no necesitan de un objeto directo para completar la oración. Por ejemplo sonreí durante todo el mes. Verbos reflexivos: los verbos de este tipo son verbos que se forman a partir de un verbo y un pronombre reflexivo como me, te, se, nos y os. Verbos recíprocos: son verbos que presentan un cambio de acción entre dos cosas o seres. Verbos auxiliares: estos verbos se caracterizan por complementar a otros verbos que se encuentran en su forma participio, gerundio o infinitivo. Estos verbos explican la acción del verbo que le sigue. Verbos regulares: son todos los verbos que son conjugados uniformemente sin cambiar su raíz. Se usan con las terminaciones correctas según el tiempo y su configuración. Por ejemplo amar, vivir, correr. Verbos irregulares: son aquellos verbos que al ser conjugados su raíz cambia. Por ejemplo el verbo contar que pasa a ser cuento.