El ministerio a la familia, tanto dentro como fuera de la iglesia,
procura suplir las necesidades espirituales, físicas, emocionales, sociales o mentales de ellos. El propósito de este estudio es ayudar a los cabezas de hogar, a ministrar a sus familias. 1. ¿Cuáles son las necesidades de los niños? Cuando un árbol está tierno y pequeño, lo podemos doblar en cualquier dirección que queremos que crezca. Pero después de unos pocos años, es muy difícil o imposible cambiar la manera en que el árbol está creciendo. En Proverbios 22:6 Salomón dice: “Instruye al niño en su camino, y aun cuando fuere viejo no se apartará de él”. Enseñe a los pequeños a amar y obedecer a Dios y ellos, por lo general, serán adultos fuertes en la fe. El Pentateuco nos ordena enseñar a los niños. Ministrar la verdad a los niños significa: - enseñarles a amar, honrar y obedecer al Señor. En Éxodo, el Señor dijo a Moisés que instruyera al pueblo a que celebrara la fiesta de la pascua. Moisés lo hizo y además dijo a los israelitas que sus hijos preguntarían la razón de esta fiesta (Éx 12:26-28). Entonces ellos deberían contarles cómo Dios protegió a sus familias cuando eran esclavos en Egipto. Igualmente nosotros deberíamos contar a nuestros hijos lo que Dios ha hecho por nosotros y enseñarles fidelidad a Dios. El plan de Dios no es que enseñemos a los niños por unas pocas horas cada semana en la iglesia. La casa es la primera aula de clases y los padres deben ser los primeros maestros. ¿Cómo lo haré? Dt. 6:6-7. ¿Por qué se dio a los padres el mandamiento de enseñar a los hijos? Porque los niños reciben mejor la enseñanza cristiana de quienes más los aman, o sea sus padres. Los pastores y líderes somos el complemento. La enseñanza a los niños produce bendiciones. Dios dijo a Moisés, (Dt. 5:29 ¡Quién diera que tuviesen tal corazón, que me temiesen y guardasen todos los días todos mis mandamientos, para que a ellos y a sus hijos les fuese bien para siempre!). La obediencia produce bendiciones de Dios, instruir a los niños, Dios los bendice a ellos y a nosotros también.
Jueces 2:10-11 Y toda aquella generación también fue
reunida a sus padres. Y se levantó después de ellos otra generación que no conocía a Jehová, ni la obra que él había hecho por Israel. Los padres deben pasar su fe a los que vienen después de ellos en la carrera. Debemos entrenar y preparar a la siguiente generación para servir al Señor de una generación a otra.
2. ¿Cuáles son las necesidades de los adolescentes?
La cultura del adolescente Diferencia entre «cultura» y «subcultura». La «cultura» es el ambiente social en el cual se desarrolla la vida humana. Se compone de normas de conducta, costumbres, forma de vestir, actitudes y valores religiosos que hereda y transmite una sociedad a través de sus idiomas y sus tradiciones. La «subcultura» es la cultura propia de los grupos pequeños que forman parte de una sociedad. Por regla general, estos grupos tienen sus propias creencias, valores y normas de conducta.
La necesidad del evangelio y la adolescencia
Para enseñar al adolescente primero debemos conocerlo La adolescencia es una etapa muy importante en el desarrollo humano. Por lo regular, esta etapa comienza a los 12 años y se extiende hasta los 15. Durante esta etapa se llega a la pubertad, alcanzando la madurez sexual. Y es Anunciada por rápidos cambios físicos: Son independientes. Preocupación por la imagen corporal (apariencia y atractivo). Pérdida de interés en las actividades de los padres (Son solitarios). (Las personas solitarias están expuestas a tener más enfermedades y a morir jóvenes). No aceptan consejos y críticas. Frecuente comparación con otros adolescentes. Interés creciente en su sexualidad, anatomía y fisiología (menstruación y sueños húmedos). Autoestima puede verse afectada (por barros, espinillas y obesidad). Son haraganes y enojados. Es «electrónica» ¿Cuáles son las necesidades de los jóvenes?