SABEMOS QUE LOS MONOLITOS Y LOS FRAGMENTOS MURALES HALLADOS
EN KUNTUR WASI TRAEN CONSIGO UNA FUERTE CARGA SIMBÓLICA PARA
INTERPRETAR, PERO ¿QUE OTRO PAPEL CUMPLE CON RESPECTO A LAS INVESTIGACIONES? El simbolismo en kuntur wasi es muy marcado y diverso, y conforme se han dado las investigaciones y excavaciones se han obtenido objetos pertenecientes para cada fase, en los cuales se aprecian las distintas representaciones. Por otro lado, con respecto a los monolitos estos fueron los causantes de la fama de kuntur wasi, pues estos objetos tallados en piedra son muy interesantes tanto para los arqueólogos en investigación como para el público como un atractivo. Se hallaron 14 monolitos conforme se dieron las excavaciones, primero por los arqueólogos de J.C Tello y luego la misión japonesa hizo lo suyo. Gracias a estos hallazgos se pudo apreciar representaciones de felinos, figuras zoomorfas, cabezas humanas, serpientes, ojos excéntricos de forma cuadrangular y ojos redondeados. Esto nos da entender un poco del entorno de estos habitantes y las creencias que tenían. Pero también nos damos cuenta que existe otro rol, y es que gracias a estos hemos podido saber que la evolución o cambio de fase no siempre trae cosas nuevas en su totalidad, que significa esto, que las características que se tienen en una fase son tan fuertes que se siguen manteniendo con el tiempo, y este es el caso de los monolitos pues, los arqueólogos han logrado definir que todas estas esculturas en piedra se encontraban dentro de la fase copa, y es que esto se encontró en la capa de fase respectiva, esto hacia indicar que los monolitos se habrían originado en esta fase, dando entender un tipo especialización para las representaciones. Sin embargo, el estilo y los detalles de las representaciones muestran mucha semejanza, con la correspondiente a los objetos óseos, de oro y de cerámica de la fase Kuntur Wasi. Esta observación lleva a los arqueólogos a la conclusión de que la mayoría de los monolitos fueron fabricados y distribuidos en el templo durante la fase Kuntur Wasi y que fueron reutilizados en el templo de la fase Copa. La persistencia del complejo ceremonial desde la fase Kuntur Wasi hasta la fase Copa y la continuidad básica de la cerámica también corroboran esta interpretación. Ya que en el edificio se reiteraban las actividades de renovación y reconstrucción. Otro punto adicional es que además de que se logra interpretar el simbolismo presente en los monolitos y fragmentos murales, estos últimos han permitido establecer relaciones. Pues se ha podido encontrar varios diseños, como la de dos cabezas de serpiente, estableciéndolas en la fase copa, y que estas representaciones se asemejan a las de Huaca de luna en Trujillo. También se ha encontrado el perfil de la una serpiente que tiene el labio superior con los dientes y colmillos en blanco, y la cabeza y cuello pintados en amarillo. Una de sus características notables son el labio superior largo que lleva dientes y colmillos, y la ausencia de mandíbula. Al parecer, el labio superior estaba arqueado originalmente, es de suponer que la boca de reptil sin mandíbula que tiene el labio superior muchas veces arqueado corresponde al de un caimán. Se sabe que labio arqueado con dientes y colmillos también aparece en un mural del templo de la fase Huacaloma Tardío en el sitio de Huacaloma. también existe un plato del estilo Tembladera que pertenece a una colección privada cuyo diseño consiste de cuatro rostros de caimán con el labio arqueado. También es interesante observar que en los frisos del Templete de Limoncarro existe la representación de un caimán con un labio arqueado sin mandíbula, por lo que los investigadores han planteado que la representación de este reptil se hallaba en esta forma característica desde el valle bajo de Jequetepeque hasta la cuenca de Cajamarca. El motivo del caimán forma parte de los mitos que se compartían en las sociedades de la sierra norte y el valle de Jequetepeque durante la parte temprana del Periodo Formativo, y es por eso que los arqueólogos piensan que es probable que se difundiera con la cerámica más característica en las fases contemporáneas en Pacopampa, Huacaloma, Cerro Blanco, Kuntur Wasi (fase Ídolo) y Tembladera.