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El campo eléctrico se define como la fuerza eléctrica por unidad de carga. La dirección del campo
se toma como la dirección de la fuerza que ejercería sobre una carga positiva de prueba. El campo
eléctrico está dirigido radialmente hacia fuera de una carga positiva y radialmente hacia el interior
de una carga puntual negativa.
Está cuantizada, debe ser un múltiplo entero de la unidad de carga fundamental, que es la
carga del electrón. qe = 1,602 x10-19 C
Las fuerzas entre cargas son inversamente proporcionales al cuadrado de la distancia que
las separa.
Las fuerzas entre cargas son conservativas, es decir, el trabajo realizado por ellas a lo largo
de una trayectoria cerrada es nulo.
Los campos eléctricos pueden tener su origen tanto en cargas eléctricas como en campos
magnéticos variables.
La intensidad del campo eléctrico en un punto es la fuerza que actúa sobre la unidad de carga
positiva situada en ese punto.
Una carga eléctrica puntual q (carga de prueba) sufre, en presencia de otra carga q1(carga fuente),
una fuerza electrostática. Si eliminamos la carga de prueba, podemos pensar que el espacio que
rodea a la carga fuente ha sufrido algún tipo de perturbación, ya que una carga de prueba situada
en ese espacio sufrirá una fuerza.
Campo eléctrico creado en el punto P por una carga de fuente q1 positiva (a)
y por una otra negativa (b).
El campo eléctrico E creado por la carga puntual q1 en un punto cualquiera P se define como:
Cuando tenemos una única carga puntual, la expresión del campo resulta entonces ser:
Para un conjunto de cargas puntuales, que se conoce como distribución discreta de cargas, la
suma vectorial produce un campo que, como consecuencia del principio de superposición, viene
dado por:
En muchas situaciones no se tienen distribuciones discretas de carga, sino que los puntos donde
se encuentran las cargas están tan próximos entre sí que puede suponerse que se trata de
una distribución continua de cargas. Para poder considerar estos casos, hay que considerar la ley
de Coulomb mediante un paso al límite. Esto nos lleva a considerar el concepto de densidad de
carga. En efecto, si consideramos un volumen en el que se encuentra una distribución continua de
carga con una carga total q, si consideramos un elemento de volumen D V, la cantidad de carga
contenida en ese elemento será D q. De este modo, llamamos densidad volúmica de carga al
cociente
Cuando en el cuerpo material que tiene la carga existen una y dos dimensiones despreciables
frente a la tercera - es decir, el cuerpo es básicamente superficial o lineal - se definen
respectivamente las densidades superficial y lineal de carga:
Con ayuda de las densidades de carga se puede obtener la expresión del campo eléctrico creado
por una distribución continua. Para ello consideramos un cuerpo con un determinado volumen V y
una densidad volúmica de carga r . Si tomamos en cuenta un elemento diferencial de volumen, la
carga almacenada valdrá dq = r�dv, y el campo creado por este elemento en un punto de
observación, según la ley de Coulomb , valdrá
Para calcular el campo total debido a toda la distribución, y aprovechando el principio de
superposición, hay que sumar todos las contribuciones de todos y cada uno de los elementos de
volumen que forman el cuerpo cargado. Para ello habrá que hacer una suma integral:
Hay que tener en cuenta que tanto R como r dependen de la posición en el cuerpo y por lo tanto
hay que parametrizar correctamente estas variables para poder efectuar la integración.
Análogamente se pueden obtener las expresiones para distribuciones superficiales y lineales de
carga:
Una partícula cargada que está en una región donde hay un campo eléctrico, experimenta una
fuerza igual al producto de su carga por la intensidad del campo eléctrico Fe=q·E.
Si la carga es positiva, experimenta una fuerza en el sentido del campo
Si la carga es negativa, experimenta una fuerza en sentido contrario al campo