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Descripción general
1.1. Ficha Técnica
Duración:
2. Marco Teórico
La atención es una función cognitiva compleja que implica varios subsistemas y que ha intentado
ser explicada mediante diferentes maneras. Según Luria (1975), La atención consiste en un
proceso selectivo de la información necesaria. Según este autor, se pueden dar dos tipos de
atención:
Para Kahneman (1973,1997), La atención implica la existencia de un control por parte del
organismo para la elección de los estímulos, la cual controla su conducta, siendo la atención algo
más que la selección porque se relaciona también con la cantidad o la intensidad. Para Tudela
(1992), La atención es un mecanismo central de capacidad limitada cuya función es controlar y
orientar la actividad del sujeto de acuerdo con un objetivo determinado y para García Sevilla
(1997), la atención es de igual un mecanismo que está directamente relacionado en la activación
y el funcionamiento de los procesos y operaciones para la selección, distribución y mantenimiento
de la actividad psicológica.
Por consiguiente, según el modelo expuesto por Posner y Peterson (1990), nos postulan que existen
áreas determinadas que se encargan de las fuentes y el origen de la atención y otras en las cuales
actúan los procesos atencionales. A pesar de que la atención se desarrolla en varias partes del
cerebro, la fuente principal de esta son pequeñas áreas entrelazadas en una red (Fernández-Duque
y Posner, 2001).
Existen tres redes anatómicas atencionales contrastadas, que funcionan a modo de “redes de mundo
pequeño” conectadas a gran escala:
Por otra parte, la atención posee unas características o atributos los cuales son importantes. Tuleda
(1992) y Zaragoza (1993), exponen las siguientes características:
Amplitud: Se refiere tanto a la cantidad de información que se puede atender a la vez como
al número de tareas que se pueden realizar simultáneamente.
Actividad: La atención supone un incremento en la actividad del sistema nervioso e
intelectual del alumno.
Selectividad: Se refiere al tipo de estímulos o de tareas que se seleccionan. Esta
selectividad viene marcada por la limitación de información que una persona puede
procesar. Esta característica hace que se establezcan jerarquías, prioridades, filtrando la
información y dejando pasar solo aquello que es importante o relevante.
Intensidad: Se refiere a la cantidad de atención que prestamos a un objeto o tarea. Está
directamente relacionada con el nivel de alerta y vigilancia y no es constante.
Desplazamiento: Se refiere al continuo cambio que realiza la atención cuando el sujeto
tiene que atender diferentes tareas o procesar dos o más tipos de información al mismo
tiempo.
Control: el control es una de las funciones más importantes de la atención pues caracteriza
la mayoría de las actividades que responden a unos objetivos y requieren unas respuestas
determinadas.