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Área: Social

Ética profesional

M1 Base de la reflexión Ética


Módulo: 1
Curso: Ética profesional

Mapa de Contenido

Base de la reflexión Ética

Conceptos Principales La persona


Moral y sociedad
iniciales sistemas Éticos humana

Intelectualismo Moral de
Ética y Moral Normas Culturales
Sócrates

Virtud y Eudaimanía de
Valores Norman Sociales
Aristólteles

Deontología Búsqueda de la Redención


Normas Morales
Ética Profesional Cristiana

Moral Provisional de
Descartes

Emotivismo Moral de
Hume

Teoría Moral de Kant


Módulo: 1
Curso: Ética profesional

Índice

Introducción ............................................................................................................................................................................................................ 4
1. Base de la reflexión ética .............................................................................................................................................................................. 5
1.1. Conceptos iniciales ........................................................................................................................................................... 5
1.1.1. Moral y Ética ............................................................................................................................................................. 6
1.1.2. Valores ...................................................................................................................................................................... 7
1.1.3. Ética Profesional ........................................................................................................................................................ 7
2. Moral y sociedad .............................................................................................................................................................................................. 8
2.1. Normas culturales............................................................................................................................................................ 8
2.2. Normas sociales ................................................................................................................................................................ 9
2.3. Normas morales ............................................................................................................................................................. 10
3. Principales sistemas éticos ......................................................................................................................................................................... 10
3.1. El Intelectualismo Moral de Sócrates ............................................................................................................................. 11
3.2. La Virtud y Eudamonía de Aristóteles ............................................................................................................................ 12
3.3. La búsqueda de la Redención Cristiana .......................................................................................................................... 14
3.4. La Moral Provisional de Descartes ................................................................................................................................. 15
3.5. El Emotivismo Moral de Hume ....................................................................................................................................... 17
3.6. La Teoría Moral de Kant ................................................................................................................................................ 18
4. La persona humana ....................................................................................................................................................................................... 20
Cierre ....................................................................................................................................................................................................................... 21
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Resultado de aprendizaje

Identifica los principales conceptos que permiten la reflexión Ética para su actuar en el ámbito social y
profesional.

Introducción
Una característica inherente del ser humano es el cuestionamiento sobre
las grandes problemáticas que cotidianamente debemos enfrentar, es así
que preguntas tales como “¿qué es la persona?”, “¿cuál es la finalidad del
ser humano?” o “¿qué acción se debe realizar frente a una situación dada?”,
comienzan a adquirir sentido para entender la realidad que nos toca vivir.
Es precisamente la última pregunta la que nos llevará a una Reflexión Ética,
pues nos hará plantearnos la validez de nuestras acciones, si son correctas
o no, o si se ajustan con el aprendizaje de los valores adquiridos tanto en
el seno familiar como en los años de educación primaria y secundaria.

Por lo tanto, para el desarrollo de este módulo “Base de la Reflexión Ética”, es necesario abordar algunas temáticas
relevantes para el logro de esta habilidad.

En primer lugar, revisaremos algunos conceptos importantes al momento de entender por qué debemos realizar
las acciones de un modo en particular, que consideramos correcto, y no de otro, que sería lo incorrecto; estos
conceptos son “Ética”, “Moral”, “Valores” y “Ética Profesional o Deontología”. En la actualidad, el término “ética” se
ha repetido en múltiples ocasiones debido a hechos de gran revuelo noticioso que nos llevan a cuestionar las
acciones de empresas de diversos giros comerciales que son parte de nuestra sociedad, pero realmente sabemos
¿qué es la “ética”?, ¿qué relación tiene con la “moral”? o ¿por qué exigimos alguna sanción frente a las acciones de
esas empresas?, este tipos de cuestionamientos serán reflexionados con mayor exactitud gracias a la aclaración de
dichos conceptos.

En segundo lugar, debemos entender la función de la “moral” en la sociedad. Pues, si bien a través de los años
logramos aprender por qué debemos hacer el bien y no el mal, también debemos comprender que aquello se
establece precisamente porque vivimos con otros, nos relacionamos con otras personas, es ahí que cobra sentido
la moral, pues vamos estableciendo los parámetros de conducta para respetar la libertad y espacio de otras
personas, quienes a su vez deben respetar la libertad y espacio míos.

En tercer lugar, revisaremos algunos sistemas éticos relevantes para entender las reflexiones sobre por qué debemos
comportarnos correctamente en nuestra relación con otros. Para esto estudiaremos cómo, a través de la historia de
la filosofía, algunos importantes pensadores han entendido el comportamiento ético, por lo que analizaremos el
intelectualismo moral de Sócrates, la virtud y búsqueda de la felicidad para Aristóteles, la redención cristiana, la
moral provisional de Descartes, el emotivismo moral de Hume y la teoría moral de Kant.

Finalmente, en cuarto lugar, nos centraremos en el ser que efectúa estas acciones consideradas buenas o malas,
nos referimos a la persona humana, pues es en quien recae toda reflexión de carácter ético.

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Por consiguiente, analizaremos los cuatro puntos anteriores para identificar y apreciar la importancia de la Reflexión
Ética en las diversas instancias de las acciones humanas, esperando que el estudiante desarrolle esta habilidad
cognitiva y la aplique en sus futuras interacciones sociales.

1. Base de la reflexión ética


Para iniciar una revisión de qué entendemos por ética, es necesario situarla dentro del estudio de la filosofía, en la
cual adquiere un lugar de importancia en la reflexión con las conductas del ser humano, que es precisamente lo
que pretendemos abordar en el desarrollo de este módulo, vale decir, identificar los principales conceptos que
permiten la reflexión filosófica para el actuar de las personas tanto en el ámbito social como en el ámbito
profesional.

Ahora bien, la problemática surge cuando nos preguntamos qué es la filosofía, ya que pareciera tener tantas
definiciones como filósofos existentes, sin embargo, a pesar de esta dificultad se podría establecer alguna idea
común, así, Abbagnano, en su Diccionario de Filosofía señala:

La disparidad de las Filosofías se refleja, obviamente, en la disparidad de los significados

“ ”
de “Filosofía”, lo que no impide reconocer algunas constantes. Entre ellas, la que mejor se
presta para relacionar y articular los diferentes significados del término, es la definición
que aparece en el Eutidemo platónico: la Filosofía es el uso del saber para ventaja del
hombre. Platón observa que de nada serviría la posesión de la ciencia de convertir
piedras en oro si no nos supiéramos servir del oro; de nada serviría la ciencia que nos
hiciera inmortales si no supiéramos servirnos de la inmortalidad, y así sucesivamente. 1

Recuerda

Filosofía: Uso del saber para ventaja del hombre.

Siguiendo esta definición y uniéndola al estudio específico de su rama ética, podemos comprender la necesidad de
utilizar esta disciplina para la reflexión de nuestras acciones y, por consiguiente, establecer los parámetros de
conducta para poder convivir de la mejor manera posible en la sociedad, y como consecuencia en nuestras prácticas
laborales. Con el fin de llegar a esta constante en nuestras acciones, primero observaremos algunos conceptos
claves para establecer reflexiones filosóficas.

1.1. Conceptos iniciales


Entre los conceptos que debemos distinguir de manera clara para reflexionar éticamente se encuentran los
siguientes: Ética, Moral, Normas, Sanciones, Valores y Ética profesional o Deontología. Es probable que en más de
una ocasión hayas escuchado o utilizado algunas de estas palabras, ahora veremos si ha sido de manera correcta
o no.

1
Abbagnano, Nicola. 2004. Diccionario de Filosofía 4° Ed., p. 485. México D.F., México: Fondo de Cultura Económica.

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1.1.1. Moral y Ética


Es común utilizar de manera indistintas los conceptos “Ética” y “Moral”, esto provocado por el significado
etimológico de ambos términos, pues “ética” proviene del término griego “éthos” que significa costumbre y “moral”
proviene del latín “mos, moris” que también se asocia al término costumbre o manera de vivir. Sin embargo, para el
estudio de esta disciplina se hace necesario establecer una diferencia entre ambos términos, por tal motivo aparece
la ética como una ciencia que reflexiona sobre las normas establecidas en una sociedad, es decir, reflexiona
entregando los fundamentos sobre la moral, y a su vez, la moral se entiende como el conjunto de normas que se
establecen en una sociedad para vivir armónicamente determinando lo correcto o incorrecto de acuerdo con
los valores que son esenciales para cada sociedad en particular. Por tal motivo, la moral es exclusiva de cada
sociedad, ya que los valores que podrían regir a una sociedad varían en cada caso, en este sentido, una sociedad
centrada en la libertad del individuo se rige por valores distintos a los de una sociedad más ligada a los parámetros
valóricos que determina una creencia religiosa; por ejemplo, si tomamos el tema del aborto, Chile que es un país
más cercano a los dictámenes de las religiones, despenalizó la práctica del aborto sólo en casos de violación, de
inviabilidad fetal y de vida de la madre, en el año 2017, en cambio, en los Países Bajos (Holanda), que es un país
que propicia la libertad del individuo, el aborto provocado está regulado legalmente por la Ley de Interrupción del
embarazo desde 1984.

Recuerda

Ética: Ciencia que reflexiona sobre las normas.

Moral: Conjunto de normas que se establecen en una sociedad.

Ahora bien, al hablar de moral dijimos que se refería al conjunto de normas que se establecen en una sociedad,
esto nos lleva a preguntarnos “¿qué es una norma?”, las normas se entienden como las reglas de comportamiento
de los individuos que conviven en una sociedad. Cada vez que actuamos de acuerdo con lo establecido en la
moral de la sociedad, estamos hablando de actos que son regidos por la moralidad, pero si los actos realizados son
contrarios a lo que dictan las normas de la sociedad, serán reconocidos como inmoralidad; además, existe un
concepto menos utilizado pero que también se aplica a los actos morales, nos referimos a la amoralidad, que se
emplea para distinguir a aquellas acciones de personas que actúan sin uso de su conciencia moral, vale decir,
aquellos que no son capaces de distinguir una acción buena de una acción mala.

Otro concepto que está estrechamente relacionado con la moral es el de sanción, término que hace referencia al
castigo que debe atribuirse a la persona que comete un acto inmoral. Estas sanciones se establecen de acuerdo
a lo que considera correcto o incorrecto una sociedad determinada, estipulando también diferencias de castigo
dependiendo de la gravedad y reincidencia de la acción, pudiendo ser de carácter legal, aplicando multas, o penal,
señalando tiempo de reclusión.

Recuerda

Normas: Reglas de comportamiento.

Sanción: Castigo que debe atribuirse a la persona que comete un acto inmoral.

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1.1.2. Valores
El término “valor” tiene varias acepciones, entre algunos ejemplos tenemos: el costo de algún producto, la valentía
para realizar alguna acción, la fuerza para enfrentar situaciones o las cualidades o características positivas que
podemos desarrollar las personas. Es precisamente esta última idea de valor la que se relaciona con la Moral, vale
decir, los valores son aquellas cualidades que desarrollan las personas y que se entienden como un fin para
poder vivir armónicamente en sociedad.

En definitiva, los valores son importantes porque determinan la moral de cada sociedad, ya que de acuerdo a los
valores que se consideran relevantes en una sociedad es que se establecen las normas que determinarán qué será
correcto o incorrecto en ella, esto se desarrolla de manera explícita, como, por ejemplo, el respeto a la propiedad
privada (por lo que su no cumplimiento deriva en castigos concretos como pagar una multa o ir a la cárcel), o
implícita, como la solidaridad frente a la desgracia de una persona (que se refleja en un rechazo social si es que no
se ayuda a esa persona).

Entre las características de los valores se encuentra la polaridad, es decir, cada valor tiene su contrario, si existe la
bondad en las acciones humanas, también debemos asumir que existe maldad en algunas de ellas, por ejemplo, un
valor sería ayudar a alguien en problemas (bondad) y su contrario sería mofarse o incrementar la angustia de esa
persona en problemas (maldad).

Ejemplo

Ejemplos de valores y sus contrarios tenemos: Libertad – Esclavitud, Justicia – Injusticia, Belleza – Fealdad,
Conocimiento – Ignorancia, Felicidad – Tristeza, Amor - Odio, etc.

Otra característica de los valores es la jerarquía, que establece un orden entre los valores considerados más y menos
importantes, esto último varía dependiendo de cada grupo o sociedad, quizás para una sociedad es más importante
el valor “amor”, pero para otra es más importante el valor “justicia” o “libertad”.

1.1.3. Ética Profesional


Tratar de definir Ética profesional o Deontología presenta algunas problemáticas, pues es complejo llegar a
establecer un solo parámetro para determinar qué es lo primordial para el conjunto de todas las profesiones. Sin
embargo, se podría establecer la deontología como la teoría de los deberes particulares propios de una
profesión o situación, por lo que cada vez que estemos pensando en las reglas fundamentales de una profesión
nos estaremos refiriendo a la ética profesional o deontología.

En este sentido, los deberes que estudia y prescribe la deontología nos permiten referirnos a una serie de principios
o códigos de acuerdo con los cuales debe vivir y realizarse el individuo que ejerce una profesión. Por lo tanto, cada
vez que un individuo ejerce una profesión tendrá que asumir que tiene el deber de cumplir con el conjunto de
reglas o normas que se establecen como esenciales para el correcto desempeño de dicha profesión. Así nos
encontramos con que un médico establecerá normas que propicien la salud de los enfermos, un profesor buscará
que sus alumnos aprendan e internalicen contenidos esenciales para la vida, un abogado hará cumplir las leyes
establecidas en la sociedad, etc.

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2. Moral y sociedad
Anteriormente señalamos que moral es el término con el que nos referimos al conjunto de normas o reglas que se
establecen en una sociedad con la finalidad de convivir armónicamente. Ahora nos centraremos un poco más en
está conceptualización, aclarando algunos puntos de la definición. Al hablar de una convivencia armónica debemos
considerar, en primer lugar, que necesariamente debemos vivir con otros, esto ya que las necesidades que tienen
las personas no se pueden abarcar de manera individual, vale decir, que para lograr todas estas exigencias y poder
subsistir de acuerdo al mundo globalizado en el que nos vamos desarrollando necesitamos de los otros, de lo que
hacen los otros, de la relación con otros, por lo tanto, se ha formado una especie de obligatoriedad el convivir con
otras personas. Pero no se trata solo de tener que vivir con otros, sino que además, esta convivencia se debe realizar
del mejor modo posible, a eso nos referimos al hablar de “armónicamente”, a que las acciones de unos no afecte
las acciones y vida de otros, por eso, con el transcurso del tiempo, la “tolerancia” cobra tanto sentido para poder
vivir en sociedad.

Ahora bien, tampoco se trata de aceptar todo lo que hagan las otras personas, porque eso nos llevaría, de manera
exagerada, a tener que aceptar dictaduras o violaciones a los derechos humanos, por ejemplo. Entonces, debe haber
alguna forma de regularización de esas conductas que podrían afectar la convivencia armónica, por lo que
observamos tres tipos de normas que se desarrollan en la realidad social, revisémoslas.

2.1. Normas culturales


Para comprender las normas culturales, primero tendremos que saber a qué nos referimos con el término “cultura”,
una definición que aparece en el Diccionario de la Real Academia de Española es la siguiente:

“ ”
Conjunto de modos de vida y costumbres, conocimientos y grados de desarrollo artístico,
científico, industrial, en una época o grupo social. 2

Considerando esta definición de cultura, podemos deducir que son todas las acciones que se consideran identitarias
de una época o sociedad, pues abarca todo tipo de conocimiento propios de cada lugar, por lo que, podemos
identificar la cultura chilena con el modo en que se celebran las fiestas patrias, con artistas que muestran en sus
obras el rasgo característico de lo campesino o de una época en específico, o con la capacidad para explorar y
adaptar tecnologías digitales.

Si unimos la reciente descripción de cultura a la noción de moral, vista anteriormente, observaremos qué se entiende
por normas culturales, entonces obtenemos que son el conjunto de normas que se caracterizan por hacer referencia
a las acciones que son típicas de un lugar o sociedad.

2
Edwards García-Huidobro, L. y Figueroa Velasco, A. (2016). Manual de Filosofía (2° Ed., p. 70). Santiago, Chile:
Editorial Andrés Bello.

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Ejemplo

Ejemplos de este tipo de normas son: sacarse los zapatos al ingresar a un hogar en algunos países asiáticos,
como Japón o Corea del Sur, tener horarios específicos para alimentarse, por ejemplo, en el caso de los
chilenos “tomar once”; o utilizar un implemento característico en el vestuario, por ejemplo, el hijab que usan
algunas mujeres islámicas para cubrirse el pelo, o la burka que cubre el cuerpo desde la cabeza a los pies,
incluyendo los ojos que quedan detrás de una malla.

2.2. Normas sociales


Las normas sociales son las que más se acercan a la definición de normas que señalamos anteriormente, ya que
estas son aquellas reglas que regulan el comportamiento de las personas en la sociedad, se establecen de
acuerdo a lo que es socialmente aceptado para relacionarse de la mejor manera posible, este tipo de normas se van
transmitiendo de generación en generación a través de las relaciones e interacciones sociales, básicamente se
aprenden en los primeros años de vida en la familia y los estudios formales iniciales. Entre los ejemplos de normas
sociales encontramos: el modo en que nos saludamos y despedimos, en los utensilios que utilizamos al comer, el
respeto a los turnos de espera, o en no decir groserías en la mesa al momento de comer.

Son aquellas normas que cuando una persona no las cumple solo es considerada mal educada, y no conllevan una
sanción mayor, pues son las más variadas y dinámicas, ya que van cambiando constantemente de acuerdo a los
intereses sociales y temporales.

A modo de explicación de este tipo de normas, Montaige señala:

(…) Las leyes de la conciencia, que decimos nacen de la naturaleza, nacen de la

“ ”
costumbre; cada cual, guardando veneración interna por las opiniones y las costumbres
recibidas y aprobadas en su entorno, es incapaz de desprenderse de ellas sin
remordimiento, o de aplicarse a ellas sin aplauso. (…)
Pero el principal efecto de su poder es cogernos y atraparnos de tal modo que apenas
esté en nosotros poder liberarnos de su influjo y volver a nosotros, para discurrir y
razonar sus órdenes. A decir verdad, como las sorbemos con la leche materna, y como la
faz del mundo se nos presenta en ese estado ante nuestra primera mirada, parece que
hemos nacido con la condición de seguir esa conducta. Y las opiniones comunes, que
encontramos vigentes a nuestro alrededor e infusas en el alma por la semilla de nuestros
padres, parece que sean las generales y naturales.3

3
Edwards García-Huidobro, L. y Figueroa Velasco, A. (2016). Manual de Filosofía (2° Ed., pp. 71 – 72). Santiago, Chile:
Editorial Andrés Bello.

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Entonces, nos encontramos con un tipo de normas que nos resultan difíciles de erradicar de nosotros después de
haberlas aprendido, incluso pasan a ser acciones casi inconscientes y totalmente naturales al momento de
relacionarnos con otras personas.

2.3. Normas morales


A diferencia de los tipos de normas revisados anteriormente, estas normas tienen su enfoque en la realización de
una acción considerada “buena”, por lo tanto, las normas morales son aquellas reglas de conducta que buscan como
fin último la realización de una acción “buena”, ya sea de manera individual o de manera colectiva. El fundamento
de este tipo de normas se encuentra en los principios que puedan tener personas o sociedades, estos principios
pueden venir desde alguna creencia religiosa o desde algún pensamiento filosófico, generalmente están ligados a
un valor principal que orienta todas las acciones humanas.

Ejemplo

Un ejemplo claro de este tipo de normas es cuando ocurre una desgracia transversal en Chile, ya sea un
tsunami, incendios o devastaciones generadas por terremotos. La mayoría de los chilenos intenta cooperar
guiados por la solidaridad y la necesidad de ayudar frente a alguna de estas desgracias. Por lo que, advertimos
que son acciones que se realizan solo por querer hacer el bien, no hay intenciones ocultas más allá de ayudar.

3. Principales sistemas éticos


A lo largo de la historia han aparecido diversas formas de fundamentar qué es lo que rige a la ética o cuál es su
valor principal para justificar nuestros actos. Anteriormente, al hablar de la filosofía, dijimos que existen tantas ideas
de lo que es la filosofía como filósofos existentes, por lo que, el fin último de la ética también resulta ser así de
variado. En este capítulo revisaremos los principales sistemas éticos que han aparecido a lo largo de su historia.

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3.1. El Intelectualismo Moral de Sócrates

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Biografía y aspectos relevantes de su filosofía. Sócrates habría nacido cerca de Atenas aproximadamente
el año 470 a.C. Su padre era escultor y su madre comadrona. En periodo de guerra, fue soldado de infantería.
Acusado de negar los dioses del Estado y de corromper a la juventud, fue condenado a muerte, aceptando la
sentencia bebe la cicuta el año 399 a. C.

Sócrates, luego de enterarse que el oráculo de Delfos afirmó que no había ateniense más sabio que él, inicia
una búsqueda para encontrar hombres sabios en Atenas. Para llevar a cabo este trabajo, utiliza su método
llamado mayéutica, cuya finalidad es llegar a la verdad que está en el interior de las personas, a través del
diálogo que se desarrolla entre los interlocutores, es la pregunta la que adquiere relevancia; el primer paso de
este método consiste en hacer preguntas a quienes eran considerados expertos en algún área dentro de la
ciudad, Sócrates continuaba con preguntas generadas de las respuestas dadas anteriormente hasta llegar a
contradicciones lógicas en sus argumentaciones, es aquí que aparece el segundo paso del método, Sócrates
a través de la ironía le demostraba a sus interlocutores que estaban equivocados y que realmente ignoraban
ese tema del que eran expertos. Evidentemente, esto lo llevó a no ser muy querido por los ciudadanos de
Atenas, que incluso lo veían como una especie de moscardón que sólo se dedicaba a molestar. Sin embargo,
este método lo lleva a hacer un gran descubrimiento, su máxima: “sólo sé que nada sé”, la que se debe
entender como un punto de partida para poder conocer, pues al reconocer la propia ignorancia se inicia la
búsqueda del conocimiento, la definición, la esencia de las cosas.

Para Sócrates, todas las personas pueden llegar a la virtud (areté), entendida como una cualidad basada en los
valores intelectuales y morales. Desde esta posición, todas las personas pueden ser consideradas buenas o malas,
independientemente de la posición social que tenga, pues es la conciencia de cada una de ellas la que nos guía a
realizar acciones consideradas buenas y a rechazar las acciones regidas por la maldad.

Un punto importante es que, solo gracias al uso de la razón es que podemos llegar a ser buenas personas, pues si
se quiere llegar a tener una conducta moralmente correcta es necesario entender cuáles serían sus características,
vale decir, para ser bueno es necesario saber qué es la bondad, para ser justo se debe saber qué es la justicia, para
ser solidario se debe entender qué acciones implican solidaridad, etc. Finalmente, solo quien entienda, a través
del uso de su razón, qué es lo correcto y cómo puede aplicarlo podrá ser considerado una persona virtuosa.

(…) Estoy plenamente convencido de que ningún hombre inteligente cree que alguien

“ ”
falte adrede o haga expresamente cosas feas y malas, ya que los inteligentes saben muy
bien que aquellos que hacen cosas feas y malas lo hacen sin darse cuenta.
-Pues bien –dije yo-, si lo agradable es bueno, nadie que sepa, o que piense saber, que
una cosa es mejor que la que hace, y que además es posible, después no hará la que hace,
pudiendo hacer una cosa mejor; y dejarse vencer por uno mismo no es sino ignorancia,
mientras que superarse a sí mismo es sabiduría.4

4
Platón, Protágoras, 345a-358c. En, Vallmajó Riera, L. (1999). Historia de la Filosofía (1° Ed., p. 27). Barcelona, España:
Ediciones Edebé.

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Entonces, como se aprecia en el texto, Sócrates creía que las personas tenían una tendencia hacia el bien, por lo
tanto, si aprendemos a reconocer que una acción es mala, asumimos que no debemos realizarla, reiterando solo las
acciones que nos llevan al desarrollo de la virtud y la búsqueda de la sabiduría.

Ejemplo

Un ejemplo, de este intelectualismo moral lo encontramos en el mismo Sócrates, todas sus acciones buscaban
ser un buen ciudadano, esto implicaba que debía cumplir con los dictámenes de quienes regían el Estado, lo
que en este caso significa que debía aceptar su condena a muerte, pues no podía cometer la injusticia de
actuar en contra de lo establecido por los jueces atenienses.

3.2. La Virtud y Eudamonía de Aristóteles

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Biografía y aspectos relevantes de su filosofía: Aristóteles nace en Estagira el año 384 a.C. Su padre era
médico de la corte del rey de Macedonia. A los 17 años se dirige a Atenas e ingresa a la Academia de Platón,
quien fue su maestro durante 20 años. El año 342 a.C. fue llamado por el rey Filipo II de Macedonia para
hacerse cargo de la educación de su hijo Alejandro, quien más tarde sería conocido como el Emperador
Alejandro Magno. Cuando vuelve a Atenas forma su propia escuela de pensamiento llamada Liceo, que se
caracterizaba por dar sus lecciones caminando por los jardines, por este motivo, fueron conocidos como los
peripatéticos.

Para Aristóteles, por naturaleza todos los hombres desean saber, pues la curiosidad y las ganas de entender
lo que nos rodea son características de la naturaleza humana (sólo hay que observar a los niños de entre 4 y
6 años que constantemente están preguntando por todo). Esta curiosidad o ansias de saber nos llevan a la
obtención del conocimiento, que para Aristóteles puede ser de tres tipos: teórico, se distingue por ser
especulativo o contemplativo y sólo busca poder entender la realidad; práctico, sirve para guiar u orientar las
acciones y comportamiento de las personas, aquí se encuentra el pensamiento ético; y técnico, se caracteriza
por el estudio de las creaciones o producciones humanas. Ahora bien, cómo podemos acceder al
conocimiento, para Aristóteles, se logrará a través del uso de los sentidos, de la observación y posterior
investigación de la realidad, llegando a la abstracción que proporciona un conocimiento objetivo y universal.

Otro aspecto importante de su pensamiento es su método filosófico, denominado Lógica, la que se caracteriza
por centrarse en el uso de la razón, contraponiendo opiniones, que van pasando de una afirmación a otra,
hasta llegar a una conclusión particular.

Como ya hemos revisado, la ética es un saber práctico y que además, las personas pueden pensar y reflexionar
sobre sus propias acciones y comportamientos. Lo que agrega Aristóteles, es que esta reflexión de las acciones y
costumbres tiene un objetivo o finalidad, este fin es la felicidad, que es fin es sí misma y así lo sostiene en su “Ética
a Nicómaco”:

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(…) la felicidad no es un modo de ser, pues de otra manera podría pertenecer también al

“ ”
hombre que pasara la vida durmiendo o viviera como una planta, o al hombre que
sufriera las mayores desgracias. Ya que esto no es satisfactorio, sino que la felicidad ha de
ser considerada, más bien, como hemos dicho antes, y si, de las actividades, unas son
necesarias y se escogen por causa de otras, mientras que otras se escogen por sí mismas,
es evidente que la felicidad se ha de colocar entre las cosas por sí mismas deseables y no
por causa de otra cosa, porque la felicidad no necesita de nada, sino que se basta a sí
misma, y las actividades que se escogen por sí mismas son aquellas de las cuales no se
busca nada fuera de la misma actividad.5

Observamos, entonces, la supremacía que le otorga Aristóteles a la Felicidad, que sería el bien supremo, por lo
tanto, superior al resto de los valores. Para poder acceder a este valor es necesario ejercitar la actividad intelectual
o racional logrando excelencia o eficiencias teóricas, a las que llama virtudes dianoéticas, que son aquellas que nos
permiten la capacidad de reflexión y deliberación, llevándonos a entender cómo es el mundo, además de saber
cómo aplicar los conocimientos en acciones consideradas correctas. Nuestro filósofo, distingue como virtudes
dianoéticas a la prudencia, el arte, la sabiduría, la ciencia y la inteligencia intuitiva. Pero, además, Aristóteles reconoce
que los seres humanos no son puramente intelectivos, pues pertenecen al reino animal, por lo tanto, con las mismas
necesidades básicas que poseen los demás animales, por esta razón, también advierte que hay virtudes éticas, que
se enfocan en lo que las personas realizamos en el mundo, son más bien de carácter práctico y, por lo tanto, más
centradas en la acción misma, intentando controlar nuestras pasiones y nuestros deseos; ahora bien, la acción
correcta estará determinada como el término medio entre los extremos de conducta.

Ejemplo

Una persona será considerada virtuosa si en una situación de peligro, como un incendio, actúa de manera
valiente, vale decir, intentando ayudar, pero sin realizar una acción que ponga en peligro su vida, en este caso
encontramos a la valentía como un término medio entre la cobardía y la temeridad.

Finalmente, el uso de la razón garantiza que se realizó la acción correcta considerando el término medio, buscando
que esa acción virtuosa se transforme en un hábito, una constante en la vida de la persona.

5
Aristóteles. (1985). Ética Nicomáquea (1° Ed., p. 393). Madrid, España: Editorial Gredos.

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3.3. La búsqueda de la Redención Cristiana

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Biografía y aspectos relevantes de su doctrina. Se conoce como cristianismo a la doctrina que promueve
las enseñanzas de Jesús, cuya figura pasa a ser importante en el curso de la historia universal, sin considerar
si las personas son creyentes o no, un claro ejemplo de eso, es que para determinar un tiempo específico en
la historia se habla de antes o después de Cristo. Aquí vemos la importancia que llegó a tener esta religión al
otorgar un sentido a uno de sus mayores hitos, que es la aparición de Cristo en la Tierra, llegando a ser el
ejemplo de cómo deben vivir las personas.

El cristianismo hizo varias aportaciones a la historia del pensamiento, entre ellas se podría señalar una visión
lineal de la historia, desde esta perspectiva, Dios habría creado al mundo de la nada, determinando así el inicio
de la historia, el proceso está determinado por la vida de Cristo y las acciones de los seres humanos que ven
en Cristo un ejemplo o modelo a seguir y que determinará, en última instancia, el fin de cada ser humano,
pues dependiendo de las acciones en la Tierra, en el momento de la segunda venida de Cristo, se juzgará su
paso al cielo, que implica paz eterna, o al infierno, que es tristeza eterna. Todo esto desde la perspectiva del
pensamiento de Agustín de Hipona, uno de los padres de la iglesia, quien en su libro “La ciudad de Dios”
abarca el sentido lineal de la historia.

El monoteísmo, es otro aspecto que nos dejó el cristianismo, presentando la idea de un Dios único en el que
se observan todos los valores supremos. Este Dios único tiene la característica de ser trinitario, es decir, es tres
personas en una, él es Padre, Hijo y Espíritu Santo.

También aportó en la visión que tenemos del compuesto humano, esto es, una antropología dualista del
hombre, vale decir, entender la persona como un conjunto de alma y cuerpo, esta idea es muy potente en el
pensamiento tanto de las personas comunes como en el pensamiento docto.

El cristianismo, más allá de ser una religión monoteísta, tiene un profundo trasfondo ético, al promover que las
acciones de las personas se guíen por el ejemplo que tenemos de la vida de Jesucristo. Aquí, Jesús adquiere un rol
fundamental al ser presentado como el ejemplo o modelo a seguir. Integrando un valor que es característico en la
vida de Jesús: el amor. Ahora bien, para San Agustín de Hipona, hay que hacer una distinción al hablar del amor:

Dos amores han dado origen a dos ciudades: el amor de sí mismo hasta el desprecio de

“ Dios, la terrena; y el amor de Dios, hasta el desprecio de sí, la celestial. La primera se gloría
en sí misma; la segunda se gloría en el Señor.6 ”
Entonces, para Agustín de Hipona, hay dos tipos de amor, el amor a sí mismo, que es más bien egoísta, y el amor
de Dios, que se caracteriza por ser caritativo y altruista, siendo un reflejo en el amor por los demás. Pero, ¿qué
importancia podría tener el guiarse por alguna de estas dos formas de amor?, para Agustín, se reflejaría en el
momento de la segunda venida de Jesucristo, al momento de juzgar nuestras acciones en la Tierra, si mi vida la

6
Agustín de Hipona. (2001). Ciudad de Dios (2°) (Ed. Bilingüe, p. 137). Madrid, España: Editorial Biblioteca de Autores
Cristianos.

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construí sólo pensando en mí y mi bienestar guiada por el amor propio, me espera la vida eterna en el infierno, lo
que implica una vida de tristeza infinita; por el contrario, si mis acciones siempre fueron guiadas por el amor de
Dios, mi vida eterna será en el cielo, inundada de paz infinita.

De esto, podemos concluir que para el logro de la redención cristiana es necesario que nuestras acciones siempre
estén guiadas por el amor a los demás, conviviendo en constante ayuda y solidaridad con otros.

3.4. La Moral Provisional de Descartes

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Aspectos relevantes de su filosofía. René Descartes nació en La Haye, Francia, el año 1596. Estudió en el colegio
La Flèche, dirigido por los jesuitas. Posteriormente, estudió Derecho en la universidad de Poitiers, la que abandona
por su interés en la geometría. Con 22 años ingresa a la carrera militar, momento en que descubre un método
universal, en geometría, que luego le servirá para desarrollar una ciencia y filosofía sólidas. El año 1628, se traslada
a París donde escribe su primera obra importante “Reglas para la dirección del espíritu”. En 1629 escribe “Discurso
del método” y “Meditaciones Metafísicas”. El año 1649 se traslada a Estocolmo, para dar clases particulares de
filosofía a la reina Cristina de Suecia. Muere el 11 de febrero de 1650 aquejado por una pulmonía.

Un problema que preocupaba a Descartes era relativo a la fundamentación del conocimiento, por eso se pregunta:
¿cómo podía seguir con seguridad el camino del conocimiento? Por este motivo, se propone establecer un método
adecuado para lograr conocimientos sólidos en filosofía, incluye así el método matemático a la filosofía, para ello,
en su libro “Discurso del método”, establece cuatro pasos para desarrollar correctamente el método:
“El primero de estos preceptos, consistían en no recibir como verdadero lo que con toda evidencia no reconociese
como tal, evitando cuidadosamente la precipitación y los prejuicios, y no aceptando como cierto sino lo presente a
mi espíritu de manera tan clara y distinta que acerca de su certeza no pudiera caber la menor duda.
El segundo, era la división de cada una de las dificultades con que tropieza la inteligencia al investigar la verdad, en
tantas partes como fuera necesario para resolverlas.
El tercero, ordena los conocimientos, empezando siempre por lo más sencillos, elevándome por grados hasta llegar
a los más compuestos, y suponiendo un orden en aquellos que no lo tenían por naturaleza.
Y el último, consistía en hacer enumeraciones tan completas y generales, que me dieran la seguridad de no haber
incurrido en ninguna omisión.”
(Descartes, René. (1980). Discurso del Método (7° Ed., pp. 15 – 16). México D.F., México: Editorial Porrúa.)
Siguiendo estos cuatro pasos o preceptos solo podía llegar a ideas claras y distintas, que es lo que estaba buscando
Descartes.
Una característica que va implícita, sobre todo en el primer precepto, es la duda, que conlleva la esperanza de
encontrar después una verdad indubitable, es decir, una verdad que no se pueda cuestionar debido a su claridad y
distinción. Esta duda, lleva a Descartes, a descubrir una verdad, esta es: cada vez que dudo, estoy pensando y si
estoy pensando es porque estoy existiendo, formulando así la máxima “pienso, luego existo”, que es tan conocida
del filósofo francés.

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En la tercera parte de su “Discurso del método”, Descartes propone un programa personal de moral, este programa
consta de tres máximas que se propone cumplir hasta que logre realizar un sistema completo sobre la moral. Esto
escribe en su libro:

Formé para mi uso una moral provisional que no consistía más que en tres o cuatro

“ ”
máximas que ahora voy a exponer:
Por la primera me obliga a obedecer las leyes y costumbres de mi país y a permanecer en
el seno de la religión que Dios permitió me enseñaran en mi infancia. Mi conducta debía
ajustarse a la opinión de los más sensatos y prudentes. (…)
La segunda máxima de moral consistía en emplear en mis actos la mayor energía y
firmeza de que fuera capaz y seguir las opiniones dudosas, una vez aceptadas, con la
constancia con que seguiría las más evidentes. (…)
Mi tercera máxima consistía en aspirar, más que a la fortuna, a vencerme, y más a
cambiar de deseos, que a que el orden real se trastornara por dar cumplida satisfacción a
mis veleidades. Quería habitarme a creer que sólo nuestros pensamientos nos
pertenecen, a fin de no desear lo que no pudiera adquirir. (…)
Para coronar mi moral examiné las profesiones que suelen ejercerse en sociedad a fin de
elegir la que mejor me pareciera; y, sin que esto sea despreciar las de los demás, pensé
que la mejor profesión era la que ya practicaba, que la más noble misión del hombre
consistía en cultivar la razón, y que, al consagrarme por entero a esta labor, debía
avanzar cuanto pudiera en el camino de la verdad, siguiendo fielmente el método que me
había impuesto.7

Se observa, en esta moral provisional de Descartes, una línea de conducta basada en la moderación, que le permiten
vivir felizmente en la relación con los demás.

Para llegar a esta conducta satisfactoria, lo primero que se debe asumir es el respeto por las leyes y costumbres del
país en que se reside, agregando Descartes, el respeto por las enseñanza de la religión en la que fue educado desde
pequeño, en segundo lugar, se debe actuar decididamente en el cumplimiento de ese respeto fijado anteriormente,
y por último, se debe practicar el control de los propios deseos, tratando de no imponerlos a los demás.

7
Descartes, René. (1980). Discurso del Método (7° Ed., pp. 17 – 19). México D.F., México: Editorial Porrúa.

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3.5. El Emotivismo Moral de Hume

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Biografía y aspectos relevantes de su filosofía: David Hume nació el 26 de abril de 1711 en Edimburgo,
Escocia. El año 1723 entra a estudiar en la Universidad de Edimburgo. En 1734, se traslada a Francia, llegando
a La Flèche, lugar en que escribe su obra “Tratado de Naturaleza Humana”. Finalmente, Hume muere el 25 de
agosto del año 1776, en su ciudad natal.

Como hemos visto, los filósofos constantemente se plantean la veracidad y en qué consiste el conocimiento,
en el caso de David Hume, para poder llegar a un conocimiento verdadero es necesario primero distinguir la
naturaleza del hombre, pues son los seres humanos quienes en última instancia desarrollan conocimiento. Por
lo que, en primer lugar la filosofía debe estudiar al hombre y sus facultades, y para Hume, una de las facultades
relevantes para la obtención de conocimiento son las percepciones.

Las percepciones, entonces, las podemos clasificar según su intensidad como impresiones o ideas,
dependiendo de su origen como provenientes de la sensación o de la reflexión, finalmente, según su
composición en simples o complejas. Desde esta base, Hume, señala cómo es posible ir estableciendo el
conocimiento, pues gracias a nuestras impresiones e ideas vamos razonando, vale decir, podemos construir
juicios y afirmaciones, además de establecer relaciones entre nuestras percepciones. Este conocimiento puede
clasificarse en dos tipos: relaciones de ideas, que surgen del razonamiento y llegan a ser afirmaciones
universales y necesarias, válidas en cualquier circunstancia, como por ejemplo, “la suma de los ángulos de un
triángulo es siempre 180°”, y cuestiones de hecho, que son afirmaciones que surgen de la observación y que
podemos comparar con la experiencia de la realidad, por ejemplo, “si estudio podré aprobar esta asignatura”.

Para Hume, lo que debe perseguir todo estudio sobre la moral es averiguar cuáles son nuestros deberes y los
hábitos que nos deberían guiar por la belleza de la virtud, junto con rechazar y alejarnos de la fealdad del vicio. Esto
se puede conseguir apoyándose sólo en inferencias y conclusiones de carácter racional. Sin embargo, Hume, no
deja de lado el papel de las emociones y lo sentimientos al hablar del comportamiento humano, es cierto que
finalmente tomamos decisiones guiadas por el uso de la razón, pero no podemos olvidar que esos razonamientos
están motivados por creencias, en donde las emociones cumplen un rol fundamental.

Nuestras acciones están motivadas por sentimientos de atracción o aversión que nos llevan a tener ciertos
comportamientos generados por acciones que nos provocan placer o dolor. Los sentimientos de atracción surgirían
desde el placer, que terminamos buscando y apreciando, junto con los de aversión vendrían del dolor que
tenderíamos a rechazar y aborrecer.

Los sentimientos de placer y dolor se encuentran en la base de los juicios morales, pues, el bien estaría determinado
por aquellos que nos complace, que es placentero, y el mal estaría relacionado con aquello que provoca dolor o
disgusto. Si llevamos esto a acciones concretas, cada vez que ayudo a alguien que está en problemas, aparecerá
una sensación placentera al darme cuenta que aporté con una buena acción en la sociedad.

Ahora bien, cómo se puede determinar que una acción será placentera y, por lo tanto, buena, Hume nos dirá que,
finalmente, es gracias a la educación, que nos permite reconocer y racionalizar las acciones correctas e incorrectas.

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3.6. La Teoría Moral de Kant

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Biografía y aspectos relevantes de su filosofía: Kant nació en Königsberg, Alemania, el año 1724. Estudió
en el Collegium Fridericianum, desde 1732 a 1740. A partir de 1740, cursó estudios en la universidad de su
ciudad natal, y desde 1770 impartió clases de Lógica, Matemática, Antropología, Ética, Pedagogía, Ciencias
Naturales, Metafísica Teología y Geografía en la misma universidad, tiempo en que también se dedicaba a la
elaboración de sus obras filosóficas. A los 74 años abandona la universidad. Muriendo el año 1804. Entre sus
obras destacadas se encuentran “Crítica de la Razón Pura”, publicada en 1781

Cuando Kant habla del conocimiento no se cuestiona la posibilidad de su existencia, es más bien un hecho
que el conocimiento existe. Por lo tanto, tampoco es necesario preguntarse por la posibilidad de la ciencia,
pues es un hecho que existe ciencia, lo que hay que preguntarse es por las condiciones que hacen posible la
ciencia. Para ello, Kant señala, que lo que se debe estudiar son las condiciones de los juicios en que ella se
expresa. Los juicios pueden clasificarse de acuerdo con su independencia o dependencia de la experiencia, en
juicios a priori, que son aquellos que no derivan de la experiencia, que poseen carácter de necesidad y
universalidad (por ejemplo, 2+2=4), y en juicios a posteriori, que son aquellos que están relacionados con la
experiencia, que proceden por generalización (por ejemplo, la amistad se caracteriza por la lealtad). Otra
distinción que se hace de los juicios, es de acuerdo a la estructura que poseen, clasificándose como juicios
analíticos, aquellos en los que el predicado está contenido en el sujeto (por ejemplo, los triángulos tienen tres
ángulos), o juicios sintéticos, que son aquellos en que el predicado no está contenido en el sujeto (por ejemplo,
los cuerpos son pesados). Para avanzar en el conocimiento científico se deben utilizar juicios sintéticos a priori,
pues no sólo amplían el conocimiento sino que además son anteriores a la experiencia, por lo tanto,
universales.

En su obra “Crítica de la Razón Práctica”, Kant analiza el fundamento de la acción humana. Observa el hecho moral,
vale decir, que la conciencia moral se expresa en principios a los que las personas ajustan su modo de actuar,
estableciendo juicios morales de acuerdo a esos principios, tanto en las acciones propias como la de las otras
personas.

Kant señala, que se debe actuar de acuerdo a una ética autónoma y a priori, ya que se actúa independientemente
de todo elemento empírico o de toda determinación exterior. Esto cambia la visión del modo de entender la ética,
pues la mayoría de los sistemas éticos anteriores tienen una estructura totalmente distinta.

El siguiente cuadro refleja lo anterior.

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La Ética Kantiana y la Ética Anterior 8


Kantiana Anterior
Material
Formal
Determina el bien a conseguir con la acción moral
No determina ningún bien. Sólo la forma de actuar
(Felicidad, Placer).
moralmente.
Heterónoma
Autónoma
El origen de la norma moral es exterior a la conciencia.
La ley moral tiene su origen en la propia conciencia.
A posteriori
A priori
Las virtudes morales se adquieren mediante la
La moral no deriva de la experiencia, se descubre en la
experiencia y el hábito.
razón.
Teleológica
Deontológica
La acción moral persigue un fin último (la felicidad, la
La acción moral no busca ningún fin, sólo se orienta por
salvación, etc.).
el respeto al deber.

En este tipo de ética, es la voluntad la que lleva a las personas a la acción, que pasa a ser el principio moral a priori.
En la moral kantiana se establece en primer lugar, una ley moral, que luego determina y hace posible el concepto
de bien, estableciéndose tipos de acciones relacionadas con la idea de deber, están las acciones contrarias al deber,
que pueden ser legales o ilegales, pero siempre son inmorales, las acciones conforme al deber, que suelen ser
legales, pero no tienen valor moral ya que se determinan por intereses o inclinaciones individuales, y las acciones
por respeto al deber, que son las únicas que tienen valor moral.

El deber y la ley se presentan en forma de imperativo, por lo tanto, una imposición a la voluntad. Existen dos tipos
de imperativos que establece Kant, el imperativo hipotético, que ordena lo que se debe hacer para lograr una meta,
por ejemplo, “si quieres aprobar la asignatura, debes estudiar”, y el imperativo categórico, que determina una acción
en sí misma, sin hacer referencia a algún fin, por ejemplo, “estudia”.

En el imperativo categórico se encuentra la universalidad, por eso sirve para establecerlo en una ética a priori como
la kantiana. Existen varias fórmulas en que Kant establece su imperativo categórico para la ética, pero el más
conocido es: “Obra según una máxima tal que puedas querer al mismo tiempo que se torne ley universal”, en otras
palabras, no hagas a los demás lo que no quieres que te hagan a ti.

8
Echano Basaldua, J., Martí Orriols, X., Martínez Martínez, E., Montarelo Sanz, P. y Navlet Armenta, I. (2008).
Paradigma 2, Filosofía (1° Ed., p. 267). Barcelona, España: Ediciones Vicens Vives.

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4. La persona humana
Como se ha observado en los capítulos anteriores, es evidente la importancia de la persona al momento de atribuirle
acciones y reflexiones éticas, pero ¿a qué nos referimos cuando hablamos de “la persona”?, ¿en qué se diferencia
con el concepto “ser humano”? Pues bien, es esta la temática que revisaremos a continuación.

Cada vez que nos referimos a la idea de ser humano, estamos pensando en aquello que nos diferencia de las otras
especies que habitan la Tierra, un ser vivo que tiene como característica distintiva el uso de razón, la capacidad de
abstraer y entender la realidad, y como consecuencia, enfrentarse a ella.

En cambio, el concepto “persona humana” es mucho más amplio, parte de la base de que somos seres humanos,
pero agrega componentes valóricos, tales como la dignidad y la responsabilidad, que tienen como base la idea de
autoconciencia. Para comprender de mejor manera qué se entiende por persona humana hay que partir por el
origen del término. Persona es una palabra de origen griego y romano, pues, etimológicamente viene del verbo
latino personare, pero además se relaciona con la idea griega prosopon, que es la máscara que usaban los actores
en el teatro, representando las emociones y características de un personaje en particular.

Pero es con el filósofo neoplatónico cristiano, Boecio (Roma, c. 480 – Pavía, 524/525), que empieza a definirse el
concepto, señalando que la persona es la “sustancia individual de naturaleza racional” (En: Echano Basaldua, J., Martí
Orriols, X., Martínez Martínez, E., Montarelo Sanz, P. y Navlet Armenta, I. (2008). Paradigma 2, Filosofía (1° Ed., p.
196). Barcelona, España: Ediciones Vicens Vives.), entendiendo así que la persona es un ser que se autopertence y
se diferencia de los demás por su capacidad para razonar.

Posteriormente, los filósofos toman la definición de Boecio como base para sus propias definiciones, agregando
características como la volición, personalidad, sujeto espiritual, dinamismo, que tiene valores, etc. Aunque, es el
filósofo Mounier, quien reconoce a la persona valor absoluto, aunque manifiesta que no es posible definirla
adecuadamente, así lo plasma en su obra “Manifiesto al servicio del personalismo”:

La persona, efectivamente, siendo la presencia misma del hombre, su característica

“ ”
última, no es susceptible de definición rigurosa. No es tampoco objeto de una
experiencia espiritual pura, separada de todo trabajo de la razón y de todo dato sensible.
Ella se revela, sin embargo, mediante una experiencia decisiva, propuesta a la libertad de
cada uno, no la experiencia inmediata de una sustancia, sino la experiencia progresiva de
una vida, la vida personal. Ninguna noción puede sustituirla (…).
Digamos inmediatamente que, a esta exigencia de una experiencia fundamental, el
personalismo añade una afirmación de valor absoluto de la persona humana (…). 9

Por lo que la vida misma es la que va constituyendo a la persona, de la manera como se va revelando en cada ser
humano. Sin olvidar, que se considera a la persona como un sujeto de derechos, que según la Declaración Universal
de Derechos Humanos de 1948, tienen carácter universal, gratuito, intransferible e inalienable.

Reconociendo esta esencia humana nos encontramos con el reconocimiento de la existencia humana, que nos lleva
a visualizar a la persona más ligada a una dimensión práctica, y por lo tanto, ética.

9
Echano Basaldua, J., Martí Orriols, X., Martínez Martínez, E., Montarelo Sanz, P. y Navlet Armenta, I. (2008).
Paradigma 2, Filosofía (1° Ed., p. 196). Barcelona, España: Ediciones Vicens Vives.

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Cierre
En este módulo hemos aprendido, en primer lugar, que hay conceptos claves para poder llegar a realizar reflexiones
éticas. Esto porque, generalmente, se mal utilizan y provocan confusión al momento de hablar de moral y ética, es
usual que se utilicen de forma indistinta ambos conceptos, pero desde ahora conocemos que al hablar de ética nos
estamos refiriendo a la reflexión o capacidad de analizar, en este caso, las acciones que se clasifican como buenas
o malas, y que al hablar de moral nos estamos refiriendo al conjunto de normas que determinan lo que será
considerado correcto o incorrecto para una sociedad en particular. Desde la definición de moral debimos aclarar
qué se entiende por normas, señalando que se refieren a las reglas de conducta para poder convivir adecuadamente
en la sociedad. Esto nos lleva a preguntarnos ¿cómo se determinan esas normas?, la respuesta es gracias a los
valores, pues ellos fijan el parámetro para considerar qué es lo que se estimará como bueno o malo en la relación
con los demás. Finalmente, en el primer apartado, señalamos qué es la deontología o ética profesional,
caracterizándose por entregar las pautas de qué es lo correcto para una profesión determinada.

En el segundo apartado, aprendimos que al vivir en sociedad debemos asumir que tenemos la obligación de
relacionarnos con otras personas, observando que existen tres grandes grupos de normas. Las normas culturales,
que están determinadas por las costumbres o tradiciones de una sociedad; las normas sociales, que nos llevan a
establecer comportamientos que se transmiten desde los primeros años de vida y de generación en generación,
esto para convivir de buena manera con otros; y las normas morales, que tienen como característica la realización
de un acto considerado bueno, el fin es hacer el bien.

El tercer apartado fue el más extenso, y probablemente el más complejo, en él aprendimos diversos sistemas éticos,
en principio, para acercarnos a las reflexiones éticas, y para conocer cómo se ha ido entendiendo la moral a través
de la historia. En primer lugar, revisamos la ética socrática, quien sostenía que la única forma de actuar
correctamente es utilizando la razón para aprender la importancia de regirse por las normas. Luego, presentamos
la ética de Aristóteles, para quien el hábito es la virtud principal para poder vivir con otros, cuyo fin es alcanzar la
felicidad. Con el pensamiento cristiano, observamos que al guiarnos por el amor a los demás lograremos actuar
como corresponde. (Es importante señalar que todas las religiones, no solo la cristiana, realizan un aporte, en
términos morales, a la sociedad en la cual se desarrolla, aunque desde otros sistemas morales, estos aportes puedan
ser cuestionados). Descartes, no tiene un sistema ético propiamente tal, pero establece su propia moral que
denomina provisional, para poder convivir adecuadamente. Hume, entrega una visión extra a la presentada por los
filósofos anteriores, es cierto que el uso de la razón es primordial para poder establecer un sistema ético, pero no
podemos olvidar que tenemos emociones y ellas también deben ser consideradas. Finalmente, el planteamiento
kantiano, que señala la necesidad de establecer una ética a priori, estableciendo máximas para poder actuar.

En el último apartado, aprendimos que la persona es primordial al hablar de ética, pues es en ella en quien recae
todo lo que revisamos en los capítulos anteriores. En este caso, la persona debe asumirse con los aprendizajes que
ha tenido en su vida, en los que debe incluirse también el aprendizaje de los valores.

Ahora bien, cual es la finalidad de tener que aprender lo revisado anteriormente, en este caso es que gracias a este
marco teórico el estudiante logre realzar sus propias reflexiones éticas, que entenderemos como una competencia
filosófica, que conlleva la observación, la interpretación, la argumentación y la emisión de juicios sobre la
justificación de las conductas morales.

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