Академический Документы
Профессиональный Документы
Культура Документы
I. ANTECEDENTES
2.2.2. Tras el fallo sancionatorio del 31 de mayo del 2008, en el que se impuso
una multa a los accionados por incumplir las normas urbanísticas, los afectados
interpusieron los respectivos recursos de reposición y en subsidio de apelación
el 7 de mayo del mismo año, estando pendiente la resolución de los mismos 7.
Por lo tanto, la Alcaldía ha cumplido adecuadamente las obligaciones legales
de inspección, sanción y vigilancia que tiene y que “los responsables del
inmueble no han acatado estrictamente la medida impuesta, pese al control de
los agentes uniformados, aprovechando que la intervención es en el interior
del inmueble, así mismo generando algunos hechos de ruido que perturban a
los vecinos y teniendo en cuenta que no se puede imponer sellos en las puertas
de acceso porque se violaría la libre locomoción y/o morada de las
personas”8.
4.1.1. En sentencia del 31 de mayo del 2008, se otorgó amparo a los derechos
fundamentales de la actora, ordenando a los accionados que se abstuvieran de
ocasionar perturbaciones que vulneren los derechos de la señora Ávila, en el
ejercicio de su culto. Así mismo, el juez remitió copias de la providencia de
tutela a la Alcaldía Local de Puente Aranda con el fin de que ésta adelantara las
actividades policivas necesarias para controlar las emisiones de ruido del centro
religioso.
5.2. Impugnación.
II. CONSIDERACIONES.
1. Competencia.
2. La cuestión de constitucionalidad.
3. Consideraciones generales.
3.1.4. Por otro lado, las acciones populares, que amparan derechos colectivos,
ceden ante la acción de tutela cuando existe una posible afectación de derechos
fundamentales de quien acciona en su propio interés, como lo ha señalado la
jurisprudencia constitucional en varias oportunidades, circunstancia que le da
legitimidad a la acción constitucional27. Igual ocurre con las acciones de
cumplimiento, teniendo en cuenta que si los derechos que se alegan vulnerados
publicada en condiciones que aseguren la eficacia de la misma. //8. Cuando el particular actúe o deba actuar en ejercicio de
funciones públicas, en cuyo caso se aplicará el mismo régimen que a las autoridades públicas. //9. Cuando la solicitud sea
para tutelar (a) quien se encuentre en situación de subordinación o indefensión respecto del particular contra el cual se
interpuso la acción. Se presume la indefensión del menor que solicite la tutela. (Subrayas fuera del original). Ver sentencia
C-134 de 1994, M.P. Vladimiro Naranjo Mesa.
17 Ver sentencias T-290 de 1993 M.P. José Gregorio Hernández Galindo y T-808 de 2003. M.P. Alfredo Beltrán Sierra.
18 Sentencia T-377 de 2007. M.P. Jaime Araujo Rentería.
19 Sentencia T-277 de 1999. M.P. Alfredo Beltrán Sierra.
20 Sentencia T-172 de 1997. M.P. Vladimiro Naranjo Mesa.
21 Sentencia T-290 de 1993. M.P. José Gregorio Hernández Galindo.
22 Sentencia T-761 de 2004. M.P. Jaime Araujo Rentería.
23 Ver, entre muchas otras las sentencias T-537 de 1993, T-190 de 1994, T-379 de 1995, T-375 de 1996, T-351 de 1997, T-
801 de 1998 y T-277 de 1999, T- 1236 de 2000, T-921 de 2002 y T-377 de 2007. M.P. Jaime Araujo Rentería.
24 Sentencia T-296 de 1996. M.P. Dr. Hernando Herrera Vergara. Cfr. también la sentencia T- 172 de 1997. M.P. Vladimiro
Naranjo Mesa y la providencia T- 482 de 2004. M.P. Álvaro Tafur Gálvis.
25 Ver las sentencias T-630 de 1998. M.P. Antonio Barrera Carbonell y T-1158 de 2005 M.P. Alfredo Beltrán Sierra.
26 Sentencia T-1158 de 2005. M.P. Alfredo Beltrán Sierra.
9
3.1.5. En el caso concreto, las circunstancias que narra la ciudadana tienen que
ver precisamente con la presunta afectación de los derechos fundamentales a la
intimidad y a la tranquilidad domiciliaria, ante el elevado nivel sonoro que dice
percibir la peticionaria, con la realización de los cultos en la IGLESIA
CRISTIANA INTEGRAL TABERNÁCULO RESTAURADOR o IGLESIA
CENTRO DE ALABANZA OASIS TABERNÁCULO RESTAURADOR. De
este modo, se están afectando los derechos fundamentales a la intimidad y a la
tranquilidad, ya que alega que es en su residencia en donde el sonido que
proviene de esa comunidad religiosa se le hace insoportable, y no la deja
descansar y tener tranquilidad.
27 Sentencia T-244 de 1998. M.P. Fabio Morón Díaz. Incluso en materia de contaminación auditiva, como lo señaló la
sentencia T-1158 de 2005. M.P. Alfredo Beltrán Sierra.
28 En efecto, a través de la acción de cumplimiento, reglamentada por la Ley 393 de 1997, toda persona natural o jurídica,
tiene la posibilidad de acudir ante la autoridad judicial para exigir la realización o el cumplimiento de los deberes que
surgen de una ley o de un acto administrativo. Con todo, puede ocurrir que la acción de cumplimiento sea insuficiente para
garantizar efectivamente un derecho fundamental. En determinados casos, puede ser que los derechos fundamentales que se
pretende salvaguardar no sean protegidos en forma eficaz con la orden de cumplir efectivamente una norma. En estas
circunstancias, como lo ha indicado la jurisprudencia constitucional, procederá la tutela para garantizar la protección
material e inmediata de los derechos fundamentales involucrados. En igual sentido, el artículo 9 de la Ley 393 de 1997
establece que la acción de cumplimiento “no procederá para la protección de derechos que puedan ser garantizados
mediante la acción de tutela”. Ver sentencia T-113 de 2001. M.P. Martha Sáchica Méndez.
29 Sentencia T-1158 de 2005. M.P. Alfredo Beltrán Sierra. Ver sentencias T- 532 de 1994 M.P. Jorge Arango Mejía y T-
310 de 1995 M.P. Vladimiro Naranjo Mesa.
30 Sentencia T-411 de 1995. M.P. Alejandro Martínez Caballero.
31 Sentencia T-210 de 1994. M.P. Eduardo Cifuentes Muñoz.
10
3.3.2. Respecto del primer límite, se afectan derechos ajenos y se abusa de los
propios “cuando su titular hace de [ellos] un uso inapropiado e irrazonable a
la luz de su contenido esencial y de sus fines” 44, de forma tal que al
practicarlos, desvirtúa el objetivo jurídico o el fin que esos derechos persiguen.
Un abuso de tales características puede ocurrir, entre otras razones, cuando se
ejercen los derechos con un objetivo contrario al orden jurídico y democrático,
como puede serlo con violación de los principios de dignidad humana,
solidaridad, buena fe o efectividad de los derechos consagrados en la
3.3.4. La legislación nacional tiene previstos unos límites auditivos para las
emisiones sonoras. El Código Nacional de Recursos Naturales Renovables y de
Protección al Medio Ambiente, Decreto 2811 de 1.974, en su artículo 33
establece el mandato del control del ruido; en virtud de este Código, el
Ministerio de Salud expidió la Resolución 8321 de 1.983, por la que "se dictan
normas sobre protección y conservación de la audición de la salud y el
bienestar de las personas, por causa de la producción y emisión de ruidos". En
su artículo 17, la Resolución 8321 de 1983 establece los niveles de ruido
máximos permisibles según el lugar y la hora en que se produzca su emisión:
en una zona residencial los niveles máximos de ruido permitido en horario
diurno de 65 decibeles en el período comprendido entre las 7:01a.m. a las 9
p.m.; y de 45 decibeles en el período comprendido entre las 9:01 p.m. a las 7
3.3.5. Respecto del límite relacionado con el orden público y jurídico, ha dicho
la jurisprudencia constitucional que éste “debe ser concebido como un medio
para lograr el orden social justo, que se funda en el legítimo ejercicio de los
derechos constitucionales y en el cumplimiento de los fines propios del Estado
Social de Derecho”49. De esta forma, dado que el orden jurídico mismo
garantiza las concepciones religiosas o ideológicas de sus miembros, así como
su manifestación por medio de la práctica ritual asociada a una creencia
particular, el Estado debe ser especialmente cuidadoso en sus intervenciones,
pues con ellas puede afectar la independencia y libertad de las personas que
profesan una confesión o credo50. Así, los límites que se impongan al ejercicio
de la libertad religiosa deben partir de tres presupuestos básicos: (1) la
presunción debe estar siempre a favor de la libertad religiosa en su grado
máximo; (2) esa libertad no puede ser objeto de más restricciones que las que,
previstas por la ley, constituyen medidas necesarias para la convivencia en una
sociedad democrática y (3) las posibles restricciones deben ser establecidas por
la ley, y no ser arbitrarias ni discrecionales, como corresponde a un verdadero
Estado de Derecho.51
3.4.1. La Corte Constitucional ha construido desde sus inicios, una nutrida línea
jurisprudencial relacionada con el ejercicio de la libertad de cultos (Art. 19 CP)
y su relación con otros derechos fundamentales, como es el caso de los
derechos a la tranquilidad y a la intimidad personal y familiar (Art. 15 y 28
CP)54. De hecho, ha resuelto situaciones en las que se han presentado graves
conflictos entre centros de culto - con ocasión del ruido que generan las
prácticas religiosas como los cantos, alabanzas y usos de equipos de
amplificación o instrumentos musicales-, amparados por el derecho
fundamental al ejercicio de la libertad de cultos, enfrentado del otro lado, al
derecho a la tranquilidad e intimidad de sus vecinos 55. Tomando en
consideración diversos pronunciamientos de esta Corporación relacionados
con este conflicto, se resaltan a continuación algunas reglas jurisprudenciales
relevantes para la resolución de casos relacionados con esta tensión entre
derechos, así:
asociarse para desarrollar comunitariamente sus actividades religiosas, de conformidad con lo establecido en la presente ley
y en el ordenamiento jurídico general”. (Subrayado fuera de texto).
54 Cfr. Sentencias T- 403 de 1992 y T-210 de 1994 M.P. Eduardo Cifuentes Muñoz; T-028 de 1994 y T- 226 de 1995 M.P.
Vladimiro Naranjo Mesa; T-454 de 1995 y T-172 de 1999 M.P. Alejandro Martínez Caballero; T-405 de 1994, M.P. José
Gregorio Hernández; y T-1666 de 2000 M.P. Carlos Gaviria Díaz, entre otras, En las sentencias T-210/94, T-405/94 y T-
454/95 se revisaron los casos de Iglesias cristianas y carismáticas que usaban altoparlantes y equipos de sonido en sus
reuniones; en las sentencias T-403/92 y T-172/99 se revisaron los casos de pastores cristianos que alegaban la violación de
su derecho a la libertad de cultos por actuaciones de los vecinos de los templos; y a través del fallo T-1666/00 se decidió el
caso de unos vecinos de una Iglesia Católica que sentían vulnerados sus derechos por el repique de las campanas de la
iglesia, amparándoles el derechos a la tranquilidad.
55 Sentencia T-222 de 2002. M.P. Clara Inés Vargas.
56 Sentencia T-210 de 1994. M.P. Eduardo Cifuentes Muñoz. Ver sentencia T-1033 de 2001. M.P. Marco Gerardo Monroy
Cabra.
57 Sentencia T-1205 de 2003 M.P. Manuel José Cepeda Espinosa.
58 Sentencia T-210 de 1994 M.P. Eduardo Cifuentes Muñoz.
15
4.1. La señora María del Carmen Arévalo de Ávila alega la vulneración a sus
derechos fundamentales a la intimidad personal y familiar, así como a la
tranquilidad, merced al ruido excesivo generado por la celebración de los ritos
religiosos por parte de la Iglesia Cristiana Integral Tabernáculo Restaurador o
Iglesia Centro de Alabanza Oasis Tabernáculo Restaurador, representada por
los accionados de la referencia. Adicionalmente, solicita se ordene a la Alcaldía
Local de Puente Aranda cumplir con la orden de sellamiento que impuso a la
construcción en el inmueble de los accionados por infracciones al régimen legal
de construcción, alegando que los accionados no han respetado dicha orden y
que continúan ejecutando las obras en las horas de la noche.
4.4. Dentro del material probatorio allegado a esta Corte en cumplimento del
auto del 18 de diciembre de 2008 por la Alcaldía Local de Puente Aranda se
encuentra el Concepto Técnico No. del 1 de julio de 2008, practicado por la
Secretaría Distrital de Ambiente en el que se estableció que la Iglesia estaba
sobrepasando los niveles de ruido permitidos en una zona residencial, en el
horario diurno. Posteriormente, en cumplimiento del auto de pruebas del 18 de
diciembre de 2008, la Secretaría Distrital del Ambiente realizó el 28 de
diciembre de 2008 un nuevo concepto técnico No. 120577 del 31 de diciembre
de 2009 que arrojó el siguiente resultado:
4.5. Del anterior concepto técnico se tiene que la Iglesia excede definitivamente
los topes establecidos por las normas que fijan los límites de ley, en cuanto a la
presión sonora en un barrio residencial. En consecuencia, la Sala concluye que
Iglesia acusada se ha excedido en el ejercicio de su derecho y ha incidido
negativamente en la intimidad de los vecinos. Lo anterior, (i) dado que los
vecinos se han visto realmente afectados por el ruido y han reportado esa
perturbación; (ii) que la peticionaria vive muy cerca del centro de culto; (iii)
que la Iglesia accionada tiene amplificadores para la celebración de sus
ceremonias; (iv) que el centro de culto no cuenta con un “Plan de Mitigación”
de ruido para el efecto; (v) que se encuentra ubicado en una zona residencial;
(vi) y que los dos estudios técnicos realizados por la Secretaría Distrital de
Medio Ambiente han demostrado que la iglesia está superando los niveles de
ruido permitido en una zona residencial en horario diurno. Por lo tanto, se
ordenará a la “Iglesia Cristiana Integral Tabernáculo Restaurador o Iglesia
Centro de Alabanza Oasis Tabernáculo Restaurador”, restringir las emisiones
de ruido a niveles sonoros que no superen los 45 decibeles en sus jornadas de
culto de 5 a 6 de la mañana, de 65 decibeles en el período comprendido entre
las 7:01a.m. a las 9 p.m., y los 45 decibeles en el período comprendido entre las
9:01 p.m. a las 7 a.m., aplicando el nivel correspondiente a zonas residenciales
consagrado en la Resolución 8321 de 1.983 del Ministerio de Salud, dado que
se trata de una disposición normativa relacionada con la salud de las personas y
su calidad de vida, y no relacionada particularmente con el impacto sonoro al
medio ambiente, que es el que regula la Resolución No 0627 del 7 de abril de
2006 del Ministerio de Ambiente, Vivienda y Desarrollo Territorial.
4.7. Por las anteriores razones, esta Corte revocará la sentencia proferida por el
Juez Veintiséis Civil del Circuito de Bogotá, el 26 de julio de 2008. En su
defecto concederá la protección al derecho a la intimidad y tranquilidad de la
señora María del Carmen Arévalo de Ávila y de su familia, ordenando a la
Iglesia accionada que en el ejercicio de su culto, se abstenga de ocasionar
injerencias arbitrarias por ruido, que vulneren los derechos fundamentales de la
petente y de los suyos. Igualmente se ordenará a la Alcaldía Local de Puente
Aranda, que a través de sus entidades competentes, de estricta y cumplida
aplicación a las disposiciones legales sobre uso del suelo y control de
emisiones de ruido, en lo que se relaciona con el ejercicio a la libertad de cultos
de la Iglesia Cristiana Integral Tabernáculo Restaurador o Iglesia Centro de
Alabanza Oasis Tabernáculo Restaurador.
III. DECISIÓN.
RESUELVE: