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Presidente Danilo Medina

LIII Reunión Jefes de Estado y de Gobierno SICA


5 junio 2019, Ciudad de Guatemala
Tiempo estimado de lectura: 10 minutos
Excelentísimos Sres. Jefes de Estado y de Gobierno de los Estados
Miembros del Sistema de la Integración Centroamericana;
Honorables Señores Ministros de Relaciones Exteriores;
Honorable Sr. Vinicio Cerezo, Secretario General del Sistema de la
Integración Centroamericana;
Respetables miembros de las distintas delegaciones que nos acompañan;

Señoras y Señores;

Deseo iniciar esta breve intervención expresando nuestro aprecio y


gratitud al hermano pueblo de Guatemala, por la calurosa acogida que nos
han dispensado y muy especialmente a su Presidente, Jimmy Morales, a
quien felicitamos por el dinamismo y desempeño de esta Presidencia pro
tempore y del éxito alcanzado y esperamos que pueda continuar la
hermana República de El Salvador.

Quisiera también sumarme a dar la bienvenida al Presidente de El


Salvador, Nayib Bukele, quien se incorpora por primera vez a esta cumbre
de pueblos hermanos.

En un momento en que las principales potencias del mundo están


mostrando públicamente sus desacuerdos sobre temas tan vitales como el
comercio, la tecnología o el medio ambiente, los países miembros de el
SICA debemos centrar nuestra atención en nuestra región y los intereses
de nuestros pueblos.
En este sentido, este foro es un importante generador de ideas, análisis y
experiencias para hacer avanzar nuestra agenda de integración
centroamericana.

A la hora de nutrir esta agenda hemos encontrado en el informe


“Perspectivas económicas de América Latina 2019”, publicado por la
CEPAL, un insumo que refleja, a la vez que completa, nuestro propio
diagnóstico de la situación de la región.

Coincidimos plenamente en que es necesario y prioritario atender los


cuatro retos principales, o para hablar en el lenguaje de la CEPAL, las
cuatro trampas, que identifica el informe.

La realidad de nuestra situación es que, tras un sostenido incremento en


los niveles de ingresos logrado en los últimos años, aún persisten
obstáculos que pueden frenar o incluso descarrilar nuestra marcha hacia la
igualdad y la reducción de la pobreza.

Por tanto, para nosotros el reto principal y prioritario es atender lo que en


el citado informe se ha dado en llamar la trama de la vulnerabilidad
social.

Efectivamente, en nuestras naciones hemos luchado durante décadas


para lograr la aparición de una nueva clase media sólida, que pueda mirar
al futuro con optimismo.

Este ha sido un eje central de nuestras políticas en la República


Dominicana y, humildemente, nos alegra poder decir que en los últimos 7
años la clase media dominicana ha pasado de representar un 22 % de la
población a superar el 30%.

Sin embargo, si queremos que el futuro próximo cumpla su promesa de


llevar prosperidad y estabilidad a todos y todas, es esencial construir la red
de seguridad que impida que las grandes mayorías vuelvan a caer, como
en el pasado, víctimas de ciclos económicos adversos.
Entendemos que esta red debe estar compuesta por sistemas de
seguridad social, salud, educación y servicios públicos de calidad, que
garanticen el bienestar de la ciudadanía y la sostenibilidad de nuestro
modelo económico.

Por nuestra parte y, tal como se recomienda en el informe citado,


seguiremos haciendo especial énfasis en mejorar la cobertura de los
sistemas de protección social y apostar por la calidad educativa y la
creación de empleos formales, para alejar para siempre a nuestra
población de la trampa de la vulnerabilidad social.

Señoras y señores,

Sin duda la productividad, y más concretamente las dificultades que


nuestras naciones enfrentan para insertarse exitosamente dentro del
mercado mundial es, por décadas ya, una trampa a veces insalvable para
las economías latinoamericanas, especialmente si hablamos de nuestras
pequeñas y medianas empresas que aún representan en promedio el 90%
de nuestro tejido empresarial y el 28% de nuestro Producto Interno Bruto.

Como hemos señalado anteriormente en este foro, apoyar a las pequeñas


y medianas empresas en su internacionalización, así como crear
encadenamientos productivos que las inserten en el mercado global, debe
ser no sólo una prioridad en nuestras agendas de cooperación, sino parte
de nuestra labor diaria.

Porque lograr que miles de pequeños empresarios alcancen la capacidad


de producir y de exportar bienes de mayor valor añadido es, sin duda, el
mejor camino para multiplicar el crecimiento con justicia social en nuestra
región.

De acuerdo con esta visión, en la República Dominicana declaramos el


año 2018, el año de las exportaciones y durante doce meses nos
centramos en apoyar a los pequeños productores con créditos blandos,
con inteligencia de mercados y promoviendo los encadenamientos
productivos entre campo e industria, gracias a lo cual nuestras
exportaciones crecieron el año pasado un 9%.

Y este año, dando continuidad a ese esfuerzo, estamos empujando una


completa agenda de Innovación y Competitividad. Con la participación del
sector privado y la academia, no sólo estamos reduciendo drásticamente
las trabas burocráticas para producir y hacer negocios en nuestro país,
sino que elaborando una Estrategia Nacional de Innovación, para impulsar
una agenda conjunta de transformación de nuestro aparato productivo.

Señoras y señores,

La tercera trampa mencionada en el informe es la medioambiental. En


este caso, es justo señalar que la realidad y la responsabilidad de este
problema va más allá de nuestro continente y alcanza a todo el planeta.

Ni por un momento quiero decir con esto que las naciones de América
Latina podemos dejar de lado esta gran responsabilidad. Sin embargo, sí
es necesario señalar que, en la lucha contra el cambio climático, cualquier
esfuerzo será en vano si no contamos con el apoyo de los países más
industrializados.

Lo cierto es que, sin un medio ambiente capaz de sostener las actividades


humanas y económicas, todas las conquistas son pasajeras.

Y esto es incluso más pertinente en nuestra área centroamericana y


caribeña, que se encuentra especialmente expuesta a los estragos del
cambio climático.

Conscientes de la importancia de este reto, en la República Dominicana


iniciamos el más amplio programa de reforestación que se ha llevado a
cabo en la región caribeña, con el objetivo de mejorar nuestra resiliencia a
los fenómenos atmosféricos y recuperar la superficie boscosa de nuestra
tierra que, fruto de estos esfuerzos, ha aumentado más de un 40% entre
2003 y 2018.

Pero más allá de los esfuerzos nacionales, es prioritario que los miembros
del SICA coordinemos nuestras posiciones en torno a este tema en todos
los foros internacionales y que trabajemos en conjunto con el resto del
países que, responsablemente, estamos esforzándonos para que las
futuras generaciones puedan heredar un planeta más seguro, más limpio y
más verde.

El último de los obstáculos que señala el informe, pero no menos


importante es la llamada “trampa institucional”, que no es otra cosa que
la desconfianza y el distanciamiento creciente entre la población y las
instituciones.

Vale decir que este no es un fenómeno que afecte solamente a nuestra


región, sino más bien un signo de los tiempos , que se corresponde con la
llamada “revolución de las expectativas” de la que ya en 2013 nos hablaba
Moisés Naím en su obra “El fin del Poder”.

El hecho de que, a pesar de la ya mencionada mejoría en su calidad de


vida, los ciudadanos son cada vez más escépticos y críticos con quienes
los gobiernan.

Por tanto, se hace necesario buscar nuevas formas de acercar el gobierno


a las personas, agilizando y transparentando los procesos de las
instituciones públicas.

En este sentido, en la República Dominicana hemos apostado por usar la


tecnología para que se realicen de forma más eficiente y transparente, al
tiempo que impulsamos medidas de acceso a la información, gobierno
abierto y de control del gasto público en todos los niveles de la
administración.

Amigas y amigos,
He señalado brevemente estos cuatro retos que, de una u otra manera,
afectan a todas nuestras naciones.

De forma aún más breve he apuntado a algunas maneras en las que en mi


país estamos abordando estos retos, porque sé lo importante que es que
compartamos experiencias en un foro como este.

Pero sobre todo, lo que urge ahora es encontrar formas de actuar juntos.

Debemos actuar con decisión, para que nuestras economías logren


competir con éxito en el mercado mundial, combatir las desigualdades y
dejar a nuestros hijos e hijas unas sociedades más sostenibles y
democráticas.

Como siempre, cuenten con la República Dominicana para contribuir a


este proceso y para intercambiar ideas y experiencias.
Confío en que, en los próximos seis meses, podamos desarrollar una
agenda proactiva, que nos permita encarar de manera exitosa los retos
que tenemos por delante.

Muchas gracias.

[1] “Sálvese quien pueda. El futuro del trabajo en la era de la automatización” Andrés Oppenheimer,
2018.
[2] https://www.telefonica.com/es/web/public-policy/blog/articulo/-/blogs/el-desafio-de-la-cuarta-
revolucion-industrial-en-america-latina#_ftn2
[3] Datos, algoritmos y políticas, Cepal, 2018

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