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CONSEJOS PARA PASTORES

Siervo de Cristo y un asalariado: "Mas el asalariado, y que no es el pastor, de quien no son propias las ovejas, ve venir
al lobo y deja las ovejas y huye, y el lobo arrebata las ovejas y las dispersa" (Ju. 10:12).

A. Asalariado: busca su seguridad económica, puede ser llamado de Dios y ungido, pero no pasa la primera prueba:
Vivir por la fe. "Ni de alforja para el camino, ni de dos túnicas, ni de calzado ni de bordón; porque el obrero es digno
de su alimento" (Mat. 10:10).

Va donde le ofrecen más: dinero, seguridad, honra, posición.

Ten cuidado con el pecado de la envidia. Es muy sutil y se disfraza de muchas maneras. Si tus miembros reciben
buenos alimentos y buenos consejos por bocas de otros, alégrate cómo lo harías si un profesor de escuela o un médico
ayudase a tus hijos. No te sientas amenazado, pues tenemos diferentes dones. No tengas envidia de tus superiores si las
ovejas le buscan. Cuidado con este demonio pues aparece en los mejores corazones. No codicies los dones de otros.
Desarrolla los tuyos. No codicies el dinero de otros, ni su éxito, ni el número de asistentes que tenga. Tendrás que dar
cuenta ante Dios de ti, no del hermano. No te alegres cuando tu enemigo fracase, ni cuando se vayan las almas. No
tengas envidia de tus mayores cuando las almas le respetan. Eso no quita de ti el respeto que mereces.

Ten cuidado de no tocar la alabanza que le pertenece sólo a Dios. No saborees la alabanza del pueblo (cuando te alaban
a ti). No la busques pues ocasionará envidia en los débiles.

No comercialices con los dones que Dios te ha dado, como por ejemplo, el don de sanidad.

Guarda la unidad del Espíritu en el vínculo de la paz a toda costa. No digas nada que ofenda al hermano. Guarda la
unidad:

en casa: la contienda te debilita y te deprime.

en tu iglesia:

entre otras iglesias que son, de verdad, establecidas por Dios.

Respeta la obra de otros. No actúes con motivos de rivalidad.

No recibas miembros de otras iglesias sin avisar y consultar con el pastor. Trata a otros como deseas que te traten a ti.

Somos del mismo equipo. Tenemos un enemigo común.


Utiliza el tacto y la cortesía. Sé compasivo y comprensivo. El siervo del Señor no debe ser contencioso sino paciente.

No actúes como señor sobre la heredad de Dios. Las ovejas son del Señor y la mies también. Protégelos de los lobos
rapaces y falsos maestros, pero por amor a ellos y dando tu vida por las ovejas. Respeta el campo de labor de otro.

Si tienes que corregir o disciplinar mostrando indignación santa, que sea del Señor y no de tu ego ofendido, sino toma
el lado de Dios. A veces, la indignación es santa y necesaria. Utiliza ese don para edificar no para destruir.

No prediques lo que no estás dispuesto a practicar. La gente percibe a un hipócrita desde lejos. Aunque prediques por
encima de tu experiencia, anhela llegar a tus predicaciones. Sigue alcanzando metas más altas. No las olvides después
de haberlas expuesto. La Palabra es una espada de dos filos, deja que trabaje tu corazón hasta corregirte. Ten cuidado
de ti y de la doctrina. "El labrador tiene que probar el fruto primero", "Tú que enseñas a otros, ¿no te enseñas a ti
mismo?" (Rom. 2:21). Tengamos cuidado de ver la paja del otro sin tener nuestros ojos limpios para juzgar con
imparcialidad.

No pierdas el entusiasmo por la obra.

Estáte atento en guardar la sana doctrina ante las invasiones de otras doctrinas diferentes.

Guárdate de la mucha actividad, ya que te roba tiempo con el Señor y su palabra. Si predicas una hora, necesitas por lo
menos dos: una para preparar tu corazón y la otra para tener el poder de comunicar el mensaje al pueblo.

Edifícate en tu santísima fe, orando en el Espíritu Santo. Ponte la armadura antes de salir al combate. El hombre es lo
que es de rodillas, no sólo en el púlpito. Procura estar lleno del Espíritu y de la palabra antes de predicar.

La unción es esencial. Las palabras de Dios deben ser ungidas con el aceite fresco, sino producen muerte y la iglesia
muere aunque seas ortodoxo en tus sermones.

Guárdate del cinismo, de la crítica y de calumnias.

No utilices a otros para tus beneficios personales.


No intentes ser el centro de atención. Retírate a solas como lo hizo Cristo cuando quisieron coronarle como Rey. Que
la gente no se canse de tu presencia.

No intentes con el mucho hablar dominar, manipular o controlar. Lo que hay en exceso no tiene mucho valor. Que tus
palabras sean pocas. Da lugar a otros para que crezcan, no "sofoques" al nuevo en la fe.

No juzgues nada según los comentarios, chismes y calumnias sin escuchar antes ambas partes. No prejuzgues sin
conocer los hechos. "Y le hará entender diligente en el temor de Jehová. No juzgará la vista de sus ojos, ni argüirá por
lo que oigan sus oídos; sino que juzgará con justicia a los pobres, y argüirá con equidad por los mansos de la tierra..."
(Isa. 11:3-4).

No vendas tus principios morales por el éxito temporal.

Dedícate a la lectura de la palabra pues su "carne es verdadera comida y su sangre verdadera bebida". Ten siempre algo
nuevo con fresca revelación.

Transmite el entusiasmo por la Palabra que Dios puso en tu corazón.

No seas rancio ni repetitivo.

No te apartes dedicándote más tiempo a la lectura que a las ovejas. El estudio debe ser coordinado con estar y escuchar
las necesidades del pueblo. El médico que recita sin diagnosticar hará más daño que bien en el enfermo. Saca tus
sermones de tu trato con tus enfermos; ellos necesitan médico.

Dios oyó el clamor del pueblo de Israel y vio su sufrimiento. Él se compadeció de nosotros. Haz tú lo mismo.

Intenta oír, no estés siempre hablando.


No actúes sin estar guiado por el Espíritu Santo. No des la bendición sin que Dios lo indique. No impongas las manos
sobre nadie sin estar ungido y lleno de fe. Las manos vacías, como las nubes vacías, endurecen al pueblo y llegarán a
estar desengañados.

Predica y vive:

el señorío de Cristo.

la soberanía del Espíritu Santo en los cultos y en cada actividad.

la supremacía de los dones ministeriales según el orden que Dios ha puesto. No pongas soldados rasos por encima de
los ministerios reconocidos en el culto.

La imposición de manos tiene un orden el mayor bendice al menor. (Lee Piedras fundamentales de la fe cristiana).

Dios tiene un propósito en cada culto. Controla todas las actividades que obren a bien a realizar la meta y la mente del
Espíritu. No intentes ir en muchas direcciones para llenar el espacio de tiempo.¿Cuál es el propósito del Espíritu?.
Síguelos en tus sermones, en la alabanza, en las oraciones. Que el culto sea un concierto bien armonizado, no un caos
de confusión.

Las lágrimas de un espíritu contrito quebrantado y humillado aclaran la visión y restauran la unción del Espíritu.
Cuando se secan las lágrimas del pastor, se secan las vidas de los oyentes y la tierra seca no produce fruto bueno sino
solamente el fruto natural de la tierra: divisiones y amarguras.

Procura colaborar con el Espíritu Santo en elevar las almas en adoración con la música. No permitas una música que le
apetece a la carne y satisface a las almas carnales. No rebajes las cosas celestiales por el apetito de los inmaduros.
Procura agradar a Dios y rendirle culto a Él. No contentes a la carne y contristes al Espíritu Santo intentando agradar a
la gente. Aarón oyó el clamor de la gente y trajo el juicio de Dios sobre todos con su becerro de oro. Cuando cada
persona pone su anillo o arcilla para fundirlos y cada uno tiene su opinión, se produce un ídolo, trae el furor de Dios.
Ten cuidado de la entrada del mundo y del espíritu del mundo en la iglesia a través de la música.
RENUNCIAS

RENUNCIO:

Al derecho de ser ofendido.

Al derecho a mi tiempo libre, de hacer lo que me parece. La guerra principal contra Cristo era acerca del día de
descanso, el sabat.

Al derecho de hacer lo que quiero con lo que es mío, posesiones, dinero, etc..

Al derecho a tener lástima propia.

Al derecho a la autojustificación de argumentar en mi propia defensa. El Cordero de Dios no abrió su boca ante los
trasquiladores.

Al derecho a ser comprendido.


Al derecho de criticar, juzgar y condenar.

Satanás con todas sus obras y caminos.

PELIGROS EN EL MINISTERIO

NO APLICAR LA PALABRA A UNO MISMO. Cuando Dios nos da una revelación o una palabra, aplícalo primero a
tu vida y no pienses que siempre es para otros. Debemos tomar del agua que ofrecemos a otros. Lo que nos alimenta,
alimentará a otros.

Dios trabaja en nosotros primeramente. Luego lo podemos compartir a los demás.

Ten cuidado del profesionalismo; esto produce un caparazón que impide la luz en nosotros.

Cuando Dios nos da una revelación El campesino tiene que comer del fruto que cosecha primeramente. La ceguera
espiritual son nuestras faltas.

La falta de juzgarnos a nosotros mismos. Tenemos que ser quebrantados regularmente sino nos endureceremos,
pensando que conociendo la palabra y predicando es lo mismo que obedecerla. No lo es. "Ten cuidado de ti mismo y
luego de la doctrina", dice Pablo.

LA FALTA DE HACER LA OBRA SOCIAL. Pensando que orando por las necesidades no tenemos que suplirlas.
Echando sobre Dios lo que debemos de hacer nosotros. Las palabras no tiene fuerzas si su fundamento no es de hecho,
con obras. Debemos merecer y ganar el derecho de ser escuchados. Que el cumplido más grande sea nuestro ejemplo y
no sobre la predicación. Como decía Pablo: "Seguidme a mí como yo sigo a Cristo". El mal ejemplo deshace la
efectividad del mensaje. Es mejor que nos lean a nosotros antes que a los sermones. El que recibe más tiene mayor
responsabilidad delante de Dios. Al que más se le da más se le demanda. Al tener más luz, tenemos más obligaciones.
CÓMO CONOCER LO FALSO DE LO VERÍDICO

1. El ladrón viene a:

A) ROBAR:

ovejas.

la gloria que le pertenece a Dios.

B) MATAR: el espíritu es apagado, las almas se mueren bajo su ministerio. Se hacen cada día más carnales. Más
tolerantes al pecado.

C) DESTRUIR: causa divisiones, buscando lo suyo, levantando calumnias, chismes.

Lisonjea con la lengua. Adula, pasa la mano, busca ganar el afecto, el corazón de la gente con palabras suaves.

"Porque en la boca de ellos no hay sinceridad; sus entrañas son maldad, sepulcro abierto es su garganta, con su lengua
hablan lisonjas" (Sal. 5:9).

"El que anda en chismes descubre el secreto" (Prov. 20:19).

"El hombre que lisonjea a su prójimo. Red tiene delante de sus pasos" (Prov. 29:5).

"Y le sucederá en su lugar un hombre despreciable, al cual no darán la honra del reino; pero vendrá sin aviso y tomará
el reino con halagos" (Dan. 11:21).

" Porque nunca usamos las palabras lisonjeras, como sabéis, ni encubrimos avaricia; Dios es testigo" (1 Tes. 2:5).

"Más os ruego hermanos, que os fijéis en los que causan divisiones y tropiezos en contra de la doctrina que vosotros
habéis aprendido y que os apartéis de ellos. Porque tales personas no sirven a nuestro Señor Jesucristo sino a sus
propios vientres y con suaves palabras y lisonjas engañan los corazones de los ingenuos" (Rom. 16:12-17).

"... para que ya no seamos niños fluctuantes, llevados por doquiera de todo viento de doctrina, por estratagema de
hombres que para engañar emplean con astucia las artimañas del error,..." (Ef. 4:14).
" Y si sobre este fundamento alguno edificare oro, plata, piedras preciosas, madera, heno, hojarasca, la obra de cada
uno se hará manifiesta; porque el día le declarará, pues por el fuego será revelada; y la obra de cada uno cuál sea, el
fuego la probará. Si permaneciere la obra de alguno que sobre edificó, recibirá recompensa. Si la obra de alguno se
quemare, él sufrirá pérdida, si bien él mismo será salvo, aunque si como por fuego. ¿No sabéis que sois templo de Dios
y que el Espíritu de Dios mora en vosotros?. Si alguno destruyere el Templo de Dios, Dios le destruirá a él; porque el
templo de Dios, el cual sois vosotros, santo es." (1 Cor. 3:12-17).

Inflados de la soberbia, llenos de su propia importancia. Miran con desprecio al pobre, débil; creen que están en un
clase especial sin actitud de siervos. No saben lavar los pies, sino abrillantarse los zapatos. Sus medallas no son el
vituperio, el sufrimiento, las cárceles y los azotes, sino sus certificados y el aplauso de la gente.

Van perdiendo la fe en el poder del Espíritu y lo ponen en el poder adquisitivo del dinero. ¡Evíteles!.

CÓMO CONOCER LA PREDICACIÓN

Son textos sin revelación. Profesión sin poder, nubes sin agua. Sabiduría humana en vez de la sabiduría que viene de lo
alto.

La predicación debe ser dirigida a la conciencia. Debe despertar la conciencia con la vista de influenciar la voluntad.
La predicación que se dirige a las emociones y estimula los deseos del alma no produce la vida en Cristo en los
oyentes. No tenemos que buscar sólo una reacción inmediata sino una renovación de la mente. La conciencia obliga a
la voluntad de cambiar de dirección en el estilo de vida. La torre de control en los aeropuertos está siempre dando
instrucciones a los pilotos y éstos, a su vez, van cambiando y corrigiendo sus posiciones según las instrucciones. El
Espíritu Santo es nuestra torre de control, nos va indicando dónde la iglesia se ha desviado del curso planificado.
Nosotros, sus embajadores y representantes, debemos a Dios y a la iglesia corregir y exhortar a ésta para evitar que nos
estrellemos. El piloto que no obedece a las instrucciones de la torre de control será responsable de todos los de abordo.
Pablo dice: "Ten cuidado de ti y de la doctrina porque haciendo esto te salvarás a ti mismo y a los que te escuchan"
(Tim. 4:16).

Cuando la palabra es predicada en el poder y bajo la unción del Espíritu con claridad y en acuerdo con la mente divina,
despierta la conciencia y produce cambios en las vidas de los oyentes. También esa palabra provoca división entre los
pensamientos del alma y el deseo del Espíritu y discierne las intenciones y las motivaciones del corazón. Dios utiliza
la locura de la predicación para salvar a quienes que creen, purificar a los santos y prepararlos para la obra del
ministerio.

Muchos vienen a oír sólo para recibir comida, pero la predicación que no les prepara para hacer la labor de
evangelismo y obra social no está cumpliendo la misión de darles de comer sin ponerlos a trabajar. Esto es hacer la
obra de Dios a medias.

La iglesia que está llena de espectadores y oyentes olvidadizos que no ponen en práctica las enseñanzas y advertencias
de Dios es una iglesia que está muriendo. Pronto se escucha sobre sus portales "Icabod" "La gloria se ha traspasado" (1
Sam. 4:21). La predicación que tiene como meta una emoción pasajera sin instruir en justicia está haciendo un
perjuicio al pueblo. La meta de la predicación es la de llevar a la iglesia a la santidad y al servicio, al altar de
consagración y a la mies. De agonizar en parir hijos espirituales y de luchar y vencer las obras del diablo. De
conquistar almas y librar cautivos. Tenemos las armas de milicia muy poderosas, ¡ay! aquél que utiliza la espada para
untar mantequilla y no para cortar el pecado del corazón. ¡Ay! del predicador cobarde que buscando sus propios
intereses refrena su espada de sangre. "Exalten a Dios con sus gargantas y espadas de dos filos en sus manos" (Sal.
149:6), "Maldito el que hiciere indolentemente la obra de Jehová y maldito el que detuviere de la sangre su espada"
(Jer. 48:10).
CÓMO DIFERENCIAR AL ASALARIADO DEL SIERVO

Un asalariado es uno que ocupa un lugar que no le corresponde. No tiene el ministerio que profesa tener. Puede que
tenga un ministerio, pero está en un sitio donde Dios no le ha llamado. Pastorean personas que están en rebelión y que
han causado división, toman el cuidado de un grupo de personas disidentes y calumniadoras que intentan darle
cobertura espiritual tomando parte de pecados ajenos (1 Tim. 5:22).

El siervo de Dios está llamado a un ministerio que él ocupa, en el sitio donde Él ha enviado y a un grupo de personas
que Dios ha reunido. Hay tantos grupos de personas que han crucificado a sus pastores y buscan a alguien que les diga
sólo lo que quieren oír... Y muchos siervos inútiles que, por motivos personales, se aprovechan de la situación. Es
deplorable lo que se está produciendo en el mundo entero con este estado. Hay una ignorancia abismal en el gobierno
de la iglesia y una falta de respeto a los ministerios anteriores.

El pueblo, por regla general no sabe distinguir lo falso de lo verdadero y está siendo llevado por vientos y doctrinas
que les aleja cada día más de la tierra firme. "Estoy maravillado de que tan pronto os hayáis alejado del que os llamó
por la gracia de Cristo, para seguir un evangelio diferente. No que haya otro sino que hay algunos que os perturban y
quieren pervertir el evangelio de Cristo" (Gal. 1:6-7).

El que ocupa un lugar que no le corresponde y va donde no ha sido enviado está en gran peligro. Sus credenciales lo
han dado los hombres buscando extender sus reinos y causan más daño que bien en la mies del Señor. Éstos que se han
llamado a ellos mismos causan una deshonra entre los del mundo y terminan teniendo rivalidades y envidias.

Si, por lo menos, predicasen un evangelio puro, aunque con motivos impuros se podía tolerar, pero de sus corazones
desviados sacan teorías distorsionadas que engañan a los inestables. "...para que ya no seamos niños fluctuantes
llevados por doquiera todo viento de doctrina, por estratagema de hombres que para engañar emplean con astucia las
artimañas del error" (Ef. 4:14). Es tiempo de enseñar las diferencias entre la verdad y la mentira y entre lo que es de
Dios y lo que el enemigo siembra. Pues el enemigo ha sembrado mucha cizaña entre el trigo mientras hemos estado
durmiendo.

Sin duda alguna, hay grupos que se han despertado por abusos de autoridad o por la entrada de doctrinas erróneas y
han salido buscando pastos verdes. Están en la memoria y uno tiene que estudiar los casos detalladamente antes de
poner las manos a la ligera sobre nadie. "No impongas con ligereza las manos a ninguno, ni participes con pecados
ajenos. Consérvate puro" (1 Tim 5:22).

Sin estructura, la sociedad se derrumba, ¡cuánto más la iglesia!. Dios ha puesto un orden y una estructura y un sistema
de gobierno y su iglesia debe edificarse según el plano celestial. Imagínese unos albañiles novatos inexpertos
edificando una casa sin planos y sin capataz. Cada uno siguiendo sus inclinaciones.

Si quiere ver la iglesia en un su estado espiritual mira a Israel. Rodeado de enemigos dedicados a su destrucción, una
amenaza del norte inminente, los líderes rindiendo territorio ya conquistado para apaciguar a los enemigos y unas
divisiones serias en el gobierno del mismo.

Espero que Dios nos despierte a nosotros los guardas sobre el muro, tocar la trompeta y avisar al pueblo. Que el dolor
que sintió Nehemías nos apasiona a nosotros y que nos unamos ante el avance de las tinieblas, desde dentro y desde
afuera de la iglesia. Amén.

"Mas el asalariado, y que no es el pastor de quien no son propias las ovejas, ve venir al lobo y deja las ovejas y huye, y
el lobo arrebata las ovejas y las dispersa" (Juan 10:12).
El asalariado: busca su seguridad económica, puede ser llamado de Dios y ungido pero no pasa la primera prueba:
"...ni de alforja para el camino, ni de dos túnicas; ni de calzado, ni de bordón; porque el obrero es digno del alimento"
(Mat. 10:10).

Va donde le ofrecen más dinero, seguridad, honra, posición.

No tiene amor por las ovejas ya que no son suyas sino del pastor anterior o de la iglesia, no siente carga por ellos.

No da su vida por las ovejas. Cuando llega una situación violenta en que tiene que elegir entre su prestigio, su
posición, su salario y las ovejas, las deja y busca sus intereses primero, busca salvarse. No soporta la vergüenza de
perder su fama.

Éstos duran por un tiempo; parecen buenos pastores, pero con el tiempo se manifiesta quiénes son. Van buscando
mejorar sus posiciones, subiendo la escalera.

Luego pierden la unción y se vuelcan en programas, más educación, más títulos o al no poder edificar el rebaño optan
por edificar templos memoriales a su nombre.

Les gusta estar entre líderes, reuniones de pastores, gente importante, viajes, etc

No tienen corazón de pastor, pues han perdido lo que tuvieron y han vendido su unción por su posición.

No dudes de tu discernimiento, cuando oigas la voz del Espíritu en su interior Haz caso de lo aviso en su espíritu. Tú
eres la puerta de las ovejas, como pastores bajo el pastor principal.

No dejes que entren lobos rapaces " Por tanto, mirad por vosotros, y por todo el rebaño en que el Espíritu Santo os ha
puesto por obispos, para apacentar la iglesia del Señor, la cual él ganó por su propia sangre. Porque yo sé que después
de mi partida entrarán en medio de vosotros los lobos rapaces, que no perdonarán al rebaño" (Hech. 20:28-29).

4. Buscan arrastrar tras sí a los discípulos. Velad por el rebaño. Pablo amonesta con lágrimas (las lágrimas muestran el
corazón de pastor).

El ministerio de pastor es la extensión del ministerio de Cristo. Es una unción especial para cuidar las ovejas y llevar
los corderos en brazos.

Ten cuidado de los que trasquilan las ovejas y buscan lana y leche. Al final se los comerán.

Nubes sin agua con apariencia que va a llover, pero te dejan secos, árboles sin fruto, hojas, sin el fruto del amor.
Desarraigados, dos veces muertos, cortados de la vid, pero siguen hablando.

"Por su fruto los conoceréis" ( Mat. 7:16). Las doctrinas desequilibradas, verdades teológicas (que no son medicina
para el caso presente). Medicina que no es para enfermos. Tiene efectos secundarios: endurece, hace perder la fe.
Quienes levantan la fe como panacea de todos los problemas. Sin equilibrio. Siempre es la otra persona la que tiene
que tener fe, no ellas.

La fe viene por el Espíritu, sino es presunción. La presunción es una fe falsificada. La sanidad es producto de
compasión cuando el Espíritu Santo está presente para sanar.

El Lider y los Chequeos de Integridad

Nuestros países están siendo afectados internamente por el avance de la corrupción administrativa y política. La
honestidad se ha estado desvaneciendo como la niebla ante los rayos del sol. Miramos a un lado y al otro, esperando
encontrar un rayo de esperanza en ese ámbito, pero parece que la esperanza también se esfuma. Miramos al liderazgo
religioso y los encontramos en un gran porcentaje afectados por la perdida de integridad.
Mientras los líderes crecen y se desarrollan en sus ministerios y en su autoridad, ellos están constantemente tentados a
abusar del poder. Dios provee los Chequeos de Integridad para mantener a los líderes en la perspectiva divina desde su
corazón y su carácter.
El carácter ha sido definido como la médula de las convicciones que determinan su integridad.
DEFINICIÓN.
Qué es un Chequeo de integridad?
Un chequeo de integridad se refiere a una prueba especial la cual Dios usa para evaluar nuestras intenciones y
motivaciones. Este Chequeo prueba nuestra consistencia entre nuestras convicciones internas y nuestras acciones
externas. Dios usa los chequeos de integridad para construir una base de carácter desde la cual expandir la influencia.

Integridad es el corazón del liderazgo bíblico. Dios siempre busca desarrollar el carácter del liderazgo. El diccionario
define la integridad como: " la adherencia incondicional a una médula de valores morales las cuales revelan absoluta
sinceridad, honestidad y candor. Integridad trata con evitar la decepción y la artificialidad"
Las fallas en el ministerio son predominantemente debido a asuntos de carácter en vez de incapacidad ministerial. Las
mayorías de las fallas en la vida de los líderes pueden ser clasificadas en fallas en los chequeos de integridad. Algunos
pasan por desapercibidos los chequeos de integridad, incluso cuando Dios usa esto para probar las convicciones y las
acciones de un líder.
Para el Señor la integridad es un elemento vital en el líder. El Señor hizo pacto con Salomón y en una de sus claúsulas
del pacto le dijo lo siguiente: " Ahora bien, si tu te comportas en mi presencia como lo hizo David, tu padre, con un
corazón íntegro y recto, poniendo en práctica todo lo que te he ordenado y obedeciereis mis leyes y decretos, yo
confirmaré para siempre tu reinado en Israel, como se lo prometí a David tu padre, cuando le dije que nunca faltaría un
descendiente suyo en el trono de Israel." I Reyes 9:4,5.
Dios usa los chequeos de integridad para construir valores internos importantes para el ministerio futuro. El Espíritu
Santo busca darle forma a la confianza y al carácter del líder a través de los chequeos de integridad. Los chequeos de
integridad enseñan sumisión,
construyen tolerancia, desarrollan un compromiso para seguir adelante a través de todas las luchas, una más profunda
visión y un líder despierto con respecto a la seriedad de su llamado y su compromiso.
Muchos líderes ignoran los chequeos de integridad que el Señor presenta en su camino, no se imaginan el valor que
estos chequeos tienen para sus vidas y ministerios.

CHEQUEOS DE INTEGRIDAD EN LA BIBLIA


Ø José fue chequeado en la integridad cuando la esposa del Faraón lo tentó e invito al pecado sexual. Ante esa lucha
como humano su corazón de integridad expresó: "Cómo podría yo hacer algo tan malo y pecar contra Dios". Gen 39: 8
.
Ø Daniel cuando fue llevado cautivo a Babilonia "Propuso en su corazón no contaminarse con la comida del Rey" .
Daniel 1:8.
Ø David entendió el valor de pasar positivamente los chequeos de integridad de Dios cuando en su oraciones clamaba
profundamente desde su espíritu así: "Cuídame, sálvame la vida! ¡ No dejes que me hunda en la vergüenza, pues en ti
busco protección! Que me protejan mi integridad y mi inocencia, pues en ti he puesto mi confianza. Salmo 25:21.
Ø Aun una vez más David solicitó a Dios que lo pasará por el chequeo de integridad cuando dijo: Señor, hazme
justicia, pues mi vida no tiene tacha. En ti Señor, confio firmemente; examíname , ¡ponme a prueba! (Pásame por el
chequeo de integridad). ¡Pon a prueba, mis pensamientos y mis sentimientos más profundos!. Salmo 26:1,2.

Todos los que estamos involucrados en el ministerio, tarde que temprano somos sometidos al chequeo de integridad.
Oportunidades llegan, puertas que parecen honestas se abren, entrevistas que parecen loables nos ofrecen, ofertas que
se visten de bendición se asoman a nuestras ventanas, insinuaciones sutiles que nos hacen sentir otra vez jóvenes caen
como fresca brisa, atajos que nos permiten aligerar el camino llegan en bandejas plateadas, dinero que parece caído del
cielo cuando la crisis financiera nos arropa, pero que a la vuelta de la esquina entendemos que era un chequeo de
integridad y por no estar con el espíritu despierto y la mente refrescada, no lo logramos pasar.

Reflexión es ingrediente vital para mirar adelante y conservar la integridad. Que nuestro anhelo sea hoy más que nunca
el poder finalizar nuestros ministerios con integridad en el corazón. David a pesar de su pecado con Betsabé, recupero
la integridad cuando fue honesto y confesó su pecado. Integridad no es perfección , es honestidad. Por ello David
confesó en el Salmo 51 su pecado y por tal confesión y dolor de corazón la Asaf habla de David así: Escogió a su
siervo David, el que era pastor de ovejas, lo quito de andar tras ls rebaños, para que cuidará a su pueblo, para que fuera
pastor de Israel. Y David cuido del pueblo de Dios, los cuido y los dirigió, con mano hábil y corazón íntegro". Salmo
78:70-72. Ni Dios ni el pueblo busca perfección , pero si honestidad.
Cuando llegamos a un aeropuerto revisamos nuestros maletines para asegurarnos que tenemos el pasaporte, porque
vamos a ser chequeado por inmigración. Revisemos hoy nuestros corazones para asegurarnos que la integridad aún
está allí, porque hoy, en cualquier momento podemos tener chequeos de integridad por nuestro Dios. Cuando el Señor
quiere llevar a uno de sus siervos a nuevas esferas espirituales, a nuevos caminos y nuevas oportunidades, él primero
somete a sus siervos a un chequeo de integridad. "

"Señor, no queremos perder nuestra integridad. Si este es el día en que nos quieres chequear en la integridad, ayúdanos
para pasar la prueba victoriosamente y escuchar que de tus labios sale la hermosa declaración de aprobación: Bien,
buen siervo fiel, en lo poco haz sido fiel en lo mucho te pondré!".

El modelo del líder

Reflexiones sobre el liderazgo cristiano basadas en la cristología de Hebreos

Introducción

En los Estados Unidos existe una gran necesidad de modelos para el liderazgo. Faltan
modelos efectivos que cautiven la mente y el corazón del pueblo. Esta crisis de liderazgo
también afecta a la Iglesia. Sin embargo, esta crisis de liderazgo puede ser superada si, como
dice Hebreos 12.2, ponemos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe.

La Epístola a los Hebreos


Hebreos nos presenta a Jesús como el Sumo Sacerdote del nuevo pacto. Nuestra tesis es que
el concepto presentado por la Epístola a los Hebreos nos provee un modelo válido y efectivo
para el liderazgo cristiano en la Iglesia hispana hoy.

El liderazgo de Jesús

Hay tres elementos que caracterizan el Sumo Sacerdocio de Jesús:

 Su compromiso con Dios


 Su solidaridad con la humanidad
 Y su liderazgo salvífico

Su compromiso con Dios

No hay duda del compromiso de Jesús para con Dios. Jesús es la imagen de Dios (1.3), el
príncipe del universo (1.8-14) y el hijo de Dios (3.1-6). Su divinidad le permite ejercer un
ministerio que no tiene fin (7.16 y 22-25). Su santidad le permite entrar a la presencia de
Dios (4.15 y 7.26-28). El compromiso y la unidad de Cristo con el Padre le han permitido
lograr acceso a Dios y sentarse a su diestra (10.12).

Su solidaridad

La humanidad de Jesús es verdadera. Por medio de su encarnación se hizo uno con nosotros.
Participó del mismo evento que afecta a toda la humanidad, la muerte (2.14). Sufrió de la
condición que nos afecta a todos, la tentación del pecado (2.18 y 4.15). Jesús conoce nuestra
condición, porque es uno de nosotros. Por eso no se avergüenza de llamarnos hermanos
(2.11).

Su liderazgo

Sólo un «dios/hombre» podía «llevar muchos hijos a la gloria» (2.10). Allí se dice que Jesús
es el «autor» de la salvación. Esta es la palabra griega «archégos», literalmente «el primero
que hace algo». Entendemos que el texto afirma que Jesús es nuestro líder. No sólo lo dice
Hebreos 2.10, sino también Hebreos 12.2: «Puestos los ojos en el líder... de nuestra fe.»

El mensaje central

Así llegamos al corazón del mensaje de Hebreos. El ser humano, que antes estaba totalmente
perdido, ahora tiene un líder que ha abierto el camino a la salvación. Por medio de su
compromiso con Dios y de su solidaridad con la humanidad, Cristo Jesús se ha convertido en
nuestro líder en el camino hacia Dios.

El modelo de Jesús

La idea central de nuestra presentación es que en Cristo encontramos el modelo de liderazgo


que debemos seguir en nuestra vida cristiana. Veamos, pues, las enseñanzas principales que
derivamos del modelo de Jesús.

Compromiso con la misión


Nuestro líder modelo nos enseña que el líder cristiano debe estar comprometido, ante todo,
con la misión que le ha sido encomendada por Dios. Jesús estuvo tan comprometido con su
misión que, dejando a un lado el gozo que le ofrecía su divinidad, «sufrió la cruz,
menospreciando el oprobio» (12.2). Del mismo modo, el líder cristiano debe poner su vista en
cumplir su llamado.

Solidaridad con los demás

La segunda lección es que el líder cristiano debe identificarse con los demás. Por lo tanto, el
líder cristiano debe identificarse con los suyos; debe ser uno de ellos; debe conocer como
piensan; debe compartir sus esperanzas, llorar sus penas y gozar sus alegrías. Eso es lo que
queremos decir con «solidaridad»; es identificarnos plenamente con los demás. Cuando

Implicaciones

En este punto tenemos una sólida base teológica para hablar sobre el liderazgo cristiano.
Sabemos que Jesús es nuestro líder modelo y sabemos que el verdadero líder cristiano es
aquel que está comprometido tanto con la misión que Dios le ha encomendado como con el
pueblo de Dios en su expresión más amplia.

 El líder efectivo sabe leer la realidad de su comunidad, pues está plenamente


identificado con su pueblo.
 El líder efectivo presenta alternativas positivas, claras y pertinentes. También es
enfático a la hora de señalar y denunciar las alternativas negativas que destruyen a
nuestro pueblo.
 El líder efectivo procura el desarrollo y el crecimiento de las personas que componen
su comunidad. Valora el potencial de los demás y los llama a desarrollar sus
capacidades al máximo.
 El líder efectivo trata de encontrarle sentido al sufrimiento de su pueblo, ofreciendo
consuelo a los demás.
 El líder efectivo presenta un ejemplo digno de imitar.
 El líder efectivo deriva su autoridad de la solidaridad y la «debilidad.» Su calor humano
es la base de su autoridad.
 El líder efectivo demuestra su liderazgo en el servicio, sabiendo que el servicio a Dios
es equivalente al servicio a los demás.

Conclusión

En resumen, podemos afirmar que el líder efectivo es aquel que sigue el modelo de Jesús, el
«Rey-siervo». El que tiene «puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe»
(Hebreos 12.2).

Éxito y fidelidad

Serían como las 2:00 p.m. Había salido unos 10 minutos antes de la Academia Discípulos de
Cristo en Montañez. Caminaba a mi casa; caminaba por necesidad. Mami estaba enferma,
mas bien, estaba muriendo. El dinero escaseaba. Mi presupuesto diario para ir a la escuela
era de 35¢, suma que gastaba en la mañana cuando tomaba el carro público desde el difunto
"Bates" hasta la intersección de la avenida Santa Juanita con la Carretera 174. Por eso
caminaba a casa en la tarde; por eso no comía cosa alguna en la Academia.

Serían como las 2:00 p.m. cuando el sol picante de primavera nos instó a entrar al Kentucky
Fried Chicken del Victory Shopping Center para tomar agua. Digo "nos" porque no caminaba
solo. Me acompañaba mi buen amigo, Benny Guevara. Yo caminaba por necesidad; él
caminaba para que yo no caminara solo.

Al entrar al Kentucky encontré a Vidal con su familia. Vidal, un primo de mi mamá, era el
"evangélico" ejemplar de mi familia. Con su pantalón negro, su camisa blanca y su corbata
oscura, Vidal era la viva estampa de la santidad pentecostal. Hombre de mirada serena y de
hablar pausado, Vidal era el único creyente a quien mi familia materna respetaba.

No recuerdo qué hacía Vidal por aquellos lares. La mente me traiciona. Quizás estaba
visitando a --y orando por-- mi madre enferma. No sé. Lo que nunca olvidaré es que no me
invitó a comer.

Yo no comía desde la tarde anterior cuando Edwin, mi padre de crianza, me había comprado
un "Whopper"... y no comería nada más hasta que me comprara otro. Por eso el pollo, el pan
y las papitas me parecieron más suculentas que nunca. Pero el tan esperado "¿Gustas?"
nunca llegó.

Han pasado muchos años desde aquel episodio. Ahora rara vez visito un Kentucky. No voy
por dos razones. Por un lado, no puedo. Las hambres terribles que pasé ese fatídico año de
1975 me afectaron el estómago: Hay ciertos alimentos que no me caen bien al estómago. Por
otro, no quiero. No quiero porque cada vez que entro a un Kentucky me parece ver a un
mozalbete sudado y hambriento esperando la pregunta ausente: "¿Gustas?".

Hoy puedo darme el lujo de no comer pollo frito. Sí, porque poder decidir lo que uno va a
comer es un lujo para mi. Un lujo logrado con mucho estudio, con mucho trabajo, con mucho
esfuerzo.

Hoy los papeles se han invertido. Ahora yo soy el evangélico más "famoso" de mi familia.
Ahora soy yo el que puedo estar sentado frente a la mesa abundante, rodeado de aire
acondicionado. Eso implica que el que corre el peligro de "comer pan delante de los pobres"
soy yo. Hoy, yo soy "Vidal".

Sí. Ahora el que corre el peligro de pecar de esa manera soy yo. Digo "pecar" porque comer
pan delante de los pobres es pecado. Porque pavonear los lujos adquiridos ante quienes
carecen de lo básico para vivir es una falta de respeto al prójimo y al Dios que nos creó.

Comer pan delante de los pobres es pecado. Lo implica Pablo cuando condena al que "se
adelanta para tomar su propia cena" dejando a los demás con hambre (I Co. 11.21). Lo
implica Santiago cuando afirma que quienes le dicen al necesitado "Id en paz, calentaos y
saciaos" pero no les dan "las cosas que son necesarias para el cuerpo" tienen una fe muerta
(Stg. 2.14-16). Lo dice explícitamente I Juan 3.17-18: "Pero el que tiene bienes de este
mundo y ve a su hermano tener necesidad, y cierra contra él su corazón, ¿cómo mora el
amor de Dios en él? Hijitos, no nos amemos de palabra ni de lengua, sino de hecho y en
verdad."
 Hace años yo era el hambriento; hoy soy el saciado.
 Hace años yo era el pobre; hoy vivo como un rico.
 Hace años yo envidiaba; hoy soy el envidiado.
 Hace años yo era la víctima; hoy soy el victimario.

Soy el victimario potencial y pertenezco a una denominación que corre el mismo peligro. Del
mismo modo en que yo pude escapar de la pobreza en que me dejó la orfandad, la Iglesia
Cristiana (Discípulos de Cristo) en Puerto Rico ha superado su pobreza inicial. Las iglesias que
en septiembre de 1934 --cuando apenas recogían unas pesetas de ofrendas-- prefirieron
declararse en sostenimiento propio antes de apagar el fuego del Avivamiento, hoy recogen
millones de dólares. Contamos con más de 100 congregaciones. La mayoría puede sostener
con dignidad a sus pastoras y ministros. Algunas hasta pueden tener aún más de un pastor y
proveerles las herramientas modernas necesarias para su trabajo. La ICDC en Puerto Rico ha
tenido "éxito".

Eso es lo que me hace recordar la frase que el Rev. Roberto A. Rivera, presidente de la
Asociación para la Educación Teológica Hispana (AETH), me enseñó hace poco. Un frase que
me ha obligado a examinar toda mi vida: "Dios no nos ha llamado a tener éxito; nos ha
llamado a ser fieles." Sus palabras saben a verdad. Yo he tenido cierto "éxito" en mi carrera
ministerial. Ahora bien, ¿he sido fiel? Esa es la pregunta clave.

Éxito y fidelidad. Quizás lo primero ha venido a expensas de lo segundo. Quizás he estado tan
ocupado trabajando para Dios que he olvidado estar con Dios. Quizás tengo que volver a
convertirme. O lo que es mejor, tengo que volver a la práctica de la fe que me enseñaron
Doña Rafa, desde su lecho de enferma; Don Ciro, en la ICDC en Juan Sánchez; y Doña
Cristina, en Sonadora. Y junto conmigo, quizás toda nuestra hermandad tenga que volver a la
senda antigua trazada por la larga lista de heroínas y héroes de la fe que nos enseñaron con
su ejemplo que el único "éxito" que agrada a Dios es aquel que nace de la fidelidad.

Quiera Dios bendecirnos. Quiera Dios enseñarnos a vivir con sencillez, en humildad, y en
solidaridad con las personas necesitadas. Quiera Dios librarnos de la seducción del lujo y del
exceso al que nos invita la sociedad de consumo. Quiera Dios hacernos sensibles a las
miradas de aquellos que admiran lo mucho que tenemos rogando escuchar la ansiada
pregunta: "¿Gustas?".

Principios para el desarrollo de Liderazgo

Introducción

 Dios llama a su Iglesia a seguir el modelo de Jesús, desarrollando líderes por medio
del principio de discipulado.
 Cada creyente debe tratar de crecer en la fe, ayudando a otras personas a crecer
también en la fe, hasta que alcancen su pleno potencial.

El principio del discipulado


 El Nuevo Testamento presenta al movimiento de Jesús como una red de estudiantes o
discípulos.
 Se supone que una generación de discípulos le enseñe los valores del Reino de Dios a
una nueva generación.

Un proceso de socialización

 Este es un proceso de socialización que implica la enseñanza de los principios, valores,


rituales, creencias y las prácticas cristianas.
 Se puede decir que es un proceso de re-socialización, dado que requiere la adopción
de una "nueva" manera de vivir y el abandono deun estilo de vida "viejo".

El problema

 Uno de los problemas principales que enfrenta la Iglesia es la influencia y la adopción


de valores incompatibles con el reino de Dios. La "teología de la prosperidad" es un
ejemplo de esta lucha.
 Esta lucha afecta la definición del concepto "liderazgo" y el rol que juegan los líderes
en la vida de la Iglesia.

Líder, una definición

 Un líder es una persona que deriva su autoridad del hecho de que otras personas
aceptan y adoptan sus juicios y criterios.
 Una persona se convierte en un líder en la iglesia cuando la congregación acepta su
opinión, su dirección y su consejo.

Un líder dirige

 Dios llama al liderazgo cristiano a "dirigir". Las personas que ocupan posiciones de
liderazgo deben ser tener la habilidad para comprender cual es la meta a la que deben
llevar al los demás.
 Dirigir implica conocer cual es la ruta, el propósito y la meta del viaje.

Un líder pertenece

 Para poder dirigir a un grupo, una persona debe formar parte del grupo.
 Por ejemplo, un Pastor goza de cierta autoridad por virtud de su ordenación o de su
instalación como ministro de la congregación. Sin embargo, para ser un verdadero
líder, la congregación debe reconocerle como parte integral del grupo (como "uno de
nosotros").

Un líder entre muchos

 Además de la figura pastoral, las congregaciones identifican, se relacionan con y


establecen relaciones de trabajo con toda una red de líderes "formales" e "informales".
o Líderes formales: Ocupan puestos oficiales
o Líderes informales: Son reconocidos como tales a pesar de no ocupar puestos
algunos

Padres, Madres, etc.


 Toda iglesia tiene líderes. Estos líderes funcionan como las figuras paternales o
maternales de la congregación.
 Después de las figuras maternales, hay líderes que funcionan como hermanos o
hermanas mayores.
 El resto del grupo funciona como "niños menores de edad".

La diferenciación del líder

 Las personas que llegan a ser reconocidas como líderes ("adultos") son las que
demuestran tener un carácter, una visión, y una serie de habilidades que le distinguen
de las demás.
 El término técnico para este fenómeno es "diferenciación".

Liderazgo y ansiedad

 Los líderes más efectivos reaccionan con calma ante los problemas y conflictos que
puedan surgir.
 La reacción calmada (no-ansiosa) disminuye la ansiedad (o reactividad) de la
congregación y la tendencia a reaccionar a los conflictos de manera violenta.

Una red de liderazgo

 El pastor o la pastora de la congregación debe identificar, relacionarse con y establecer


una buena relación de trabajo con los líderes formales e informales de la iglesia local.
 Por lo regular, estos grupos no coincide. Un líder informal puede ser la persona muy
influyente.

Liderazgo y discipulado

 Un líder cristiano debe conducir a otras personas al discipulado cristiano.


 Esto implica que debe identificar, reconocer y desarrollar los líderes potenciales que
hay en los nuevos grupos de discipulado.

Conclusión

Dios está llamando a nuestras congregaciones a identificar, motivar y educar a las personas
que serán los nuevos líderes de nuestras congregaciones y de nuestra denominación.

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