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Caso clínico

Ictus en la voluntad
Elisa Rodríguez Sigueroa,*, Ivo Forgnoneb y Ana Siguero Anguic
aNeuropsicología. Universidad de Salamanca. Salamanca. España.
bMedicina de Familia y Comunitaria. Centro de Salud Dr. Cirajas-Hospital Ramón y Cajal. Madrid. España.
cMedicina de Familia y Comunitaria. Centro de Salud Dr. Cirajas. Madrid. España.

*Correo electrónico: elisa.rz.siguero@mail.com

Cuestiones para recordar

● El ictus es una enfermedad con una prevalencia entre el ● El síndrome apático siempre obliga a hacer el diagnóstico
3,8% y el 11,8% en mayores de 65 años. diferencial con el trastorno de depresión.

● Los ictus no causan únicamente déficits motores y/o ● Debemos tener en cuenta los beneficios que podrían
sensitivos, aunque esta sintomatología es con la que más obtenerse del trabajo conjunto de profesionales de atención
familiarizados están los médicos de atención primaria. primaria y la neuropsicología para diseñar una intervención
que potencie las funciones cognitivas en este tipo de
● Ante la aparición de un síndrome apático de rápida pacientes.
instauración, debemos tener en cuenta la posibilidad de
un ictus en tálamo sin afectación motora ni sensitiva.

Palabras clave: *DUVTt7PMVOUBEt"QBUÓBt5ÈMBNPt/FVSPQTJDPMPHÓBt"UFODJØOQSJNBSJB

estas edades y la segunda de demencia tras el alzhéimer4.


P aciente de 91 años con antecedentes de bloqueo AV de
3.er grado, portadora de marcapasos, con hipertensión
arterial y deterioro cognitivo leve de perfil vascular diagnos-
Por tanto, el seguimiento del ictus forma parte de lo cotidia-
no en las consultas de atención primaria.
ticado 1 año antes. En tratamiento con ácido fólico, ácido Debido al envejecimiento de la población, está aumentan-
acetilsalicílico y omeprazol. do la supervivencia de los pacientes que sobreviven a un ic-
Acudió a urgencias hospitalarias por un cuadro de des- tus. El 45% presenta hemiparesia, un 15% afasia, el 20% no
orientación temporoespacial, sin déficit motor ni sensitivo. podrá caminar, el 30% sufre de depresión o deterioro cogni-
La tomografía computarizada realizada mostró un infarto de tivo, y entre el 20% y el 55% precisarán de ayuda parcial o
1 cm en tálamo derecho, además de alteraciones de pequeño total5. Además, hay que tener en cuenta la repercusión que
vaso ya conocidas. tiene en la calidad de vida de los pacientes y sus familias6..
La paciente recuperó su estado cognitivo previo, pero los Por la discapacidad producida se han estudiado amplia-
familiares le notaron falta de iniciativa; para que realice sus mente las consecuencias neuropsicológicas de la oclusión de
actividades hay que darle órdenes, que sí obedece. Cuando grandes arterias; sin embargo, para los infartos en estructu-
le preguntamos cómo se encuentra, siempre contesta “como ras como el tálamo la investigación no está apenas desarro-
un armario”. llada. Esta estructura es clave en los circuitos corticosubcor-
Las enfermedades cerebrovasculares afectan a 15 millo- ticales y está involucrada en el funcionamiento adecuado de
nes de personas al año en el mundo, de los cuales un tercio múltiples capacidades cognitivas superiores, como la veloci-
fallece y otro tercio queda discapacitado permanentemente1. dad de procesamiento, la atención y la memoria7. La partici-
La prevalencia en España oscila entre el 3,8% y el 11,8% en pación del tálamo en las funciones ejecutivas es muy eleva-
mayores de 65 años, y es más frecuente en varones y en zo- da, concretamente a través de conexiones corticotalámicas
nas urbanas2,3. Es la primera causa de discapacidad aguda en del córtex prefrontal dorsolateral6. La importancia de sus co-

448 FMC. 2017;24(8):448-9


Rodríguez Siguero E et al. Ictus en la voluntad

nexiones justifica que ictus corticales puedan alterar las fi- dría aplicar la técnica del tensor de difusión, ya que permite
bras de conexión talámica provocando disminución en la ve- observar los tractos de conexión para confirmar o rechazar la
locidad de procesamiento y disminución en la fluidez hipótesis de la afectación de las conexiones corticotalámicas
verbal5, que son indicadores de las funciones ejecutivas. En especificada, usada en las investigaciones sobre la apatía tras
relación con la sintomatología apática manifestada por la pa- un ictus5.
ciente, es pertinente comentar las conexiones del núcleo me- Las características de la paciente encajan con el síndrome
dial dorsolateral del tálamo con la corteza prefrontal dorso- apático.
lateral y la corteza prefrontal orbitofrontal8. Cuando una persona con un perfil como el de la paciente,
Tras una intensiva búsqueda bibliográfica se hipotetizó con un estado cognitivo frágil, con reducción en la actividad,
que las características encajaban con un síndrome apático que la necesidad de aumentar la estimulación y la disminución de
no pudo confirmarse mediante pruebas diagnósticas y, por su iniciativa para realizar tareas tiene como consecuencia el
tanto, que el ictus observado a nivel de tálamo se habría pro- agravamiento de su estado cognitivo a una velocidad mucho
ducido en el núcleo medial dorsolateral del tálamo y sus co- mayor de la que se podría esperar. Sería recomendable contar
nexiones con la corteza prefrontal. con la ayuda de la neuropsicología, dada la variabilidad en la
Se debe destacar que la incidencia de pacientes que pre- actuación de los médicos de familia y neurólogos. No solo
sentan el síndrome apático tras sufrir un ictus oscila entre el para perfilar el sustrato anatómico, sino también para promo-
20% y el 25% de los pacientes. Se caracteriza por un des- ver una rehabilitación que tuviese en cuenta sus característi-
censo de las conductas de autoiniciación, aumento de la de- cas y favorecer la autonomía, así como impulsar la rehabili-
pendencia, descenso de la productividad y la iniciativa, dis- tación o mantenimiento del resto de funciones cognitivas.
minución de los intereses, y la preocupación por el estado de
salud entre algunas de las manifestaciones9. Esto cursa al Bibliografía
mismo tiempo que se mantiene el comportamiento normal 1. Mackay J, Mensah G, eds. Atlas of heart disease and stroke. Geneva:
ante la demanda externa. Los profesionales de atención pri- WHO & CDC; 2004.

maria están familiarizados con la detección de consecuen- 2. Díaz-Guzman J, Bermejo-Pareja F, Benito-León J, Vega S, Gabriel R,
Medrano MJ. Prevalence of stroke and transient ischemic attack in
cias de carácter motor y lingüístico, por lo que este síntoma three elderly populations of central Spain. Neuroepidemiology. 2008;
30:247-53.
puede pasar desapercibido. Es primordial la detección de la
3. Boix R, del Barrio JL, Saz P, Rene R, Manubens JM, Lobo A, et al.
afectación del núcleo medial dorsolateral del tálamo, ya que Stroke prevalence among the Spanish elderly: an analysis based on
algunos estudios muestran cómo la apatía es un factor pre- screening surveys. BMC Neurol. 2006;6:36.
dictor de una mala recuperación funcional tras el daño cere- 4. Durán MA. Informe sobre el impacto social de los enfermos depen-
dientes por ictus (Informe ISEDIC, 2004). Madrid: Editorial Luzón;
bral en comparación con los sujetos que no tiene apatía10. 2004.
Los síntomas que se han comentado previamente en rela- 5. Fernández-Andújar M, Doornink F, Dacosta-Aguayo R, Soriano-Raya
JJ, Miralbell J, Bargalló, N, et al. Remote Thalamic Microstructural
ción con el síndrome apático podrían confundirse con el Abnormalities Related to Cognitive Function in Ischemic Stroke Pa-
trastorno de depresión, y para realizar el correcto diagnósti- tients. Neuropsychology. 2014;28:984-96.
co, detectar y tratar de forma conveniente este síndrome es 6. Neurodidacta.es [Internet]. España, Hospital Universitario Infanta
Cristina; c2012. Ictus y enfermedad cerebro-vascular [citado el 30 de
necesario emplear las herramientas pertinentes. Se han desa- agosto del 2015]. Disponible en: http://www.neurodidacta.es/es/
rrollado diferentes instrumentos. Una de estas herramientas, comunidades-tematicas/ictus/acercamiento%20-introduccion-enferme
dad/mOdulo-concept/epidemiologia
comentada por Jorge RE et al., es la Escala de evaluación de 7. Fama R, Sullivan EV. Thalamic structures and associated cognitive
apatía, propuesta en 1990 por Marin y colegas9, que consiste functions: Relations with age and aging. Neurosci Biobehav Rev. 2015;
54:29-37.
en 18 ítems que aportan una medida de apatía, así como el
8. Lieberman D, Ploner DJ, Kraft A, Koop UA, Ostendorf F. A dysexecu-
grado de gravedad. Más actualizado sería el Inventario neu- tive syndrome of the medial thalamus. Cortex. 2013;49:40-9.
ropsiquiátrico de Cummings de 1994, que consiste en una 9. Jorge RE, Starkstein SE, Robinson RG. Apathy following stroke. Can J
entrevista informada que valora los cambios del comporta- Psychiatry. 2010;55:350-4.
miento tras el daño cerebral10. Para una confirmación neu- 10. Hama S, Yamashita H, Shigenobu M, Watanabe A, Hiramoto K, Kurisu
K, et al. Depression or apathy and functional recovery after stroke. Int J
roanatómica y conocer la extensión del daño cerebral se po- Geriatr Psychiatry. 2007;22:1046-51.

FMC. 2017;24(8):448-9 449

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