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ANEMIA: CONCEPTO, CLÍNICA Y CLASIFICACIÓN

Otras pruebas de laboratorio


Si se sospecha un déficit de hierro o una alteración del metabolismo del hierro, como en la anemia
de las enfermedades crónicas, se deben estudiar los niveles de hierro sérico (sideremia),
transferrina, la capacidad total de fijación del hierro, el índice de saturación de la transferrina y la
ferritina. Los parámetros de mayor valor son la ferritina y la saturación de la transferrina:

 La sideremia normal en adultos es de 50-170 μg/dl. Está descendida en la anemia


ferropénica y en la anemia de las enfermedades crónicas. Se eleva en las hepatopatías, la
hemocromatosis y las anemias diseritropoyéticas. Nunca debe usarse aisladamente para el
diagnóstico de una anemia ferropénica.
 La capacidad de fijación del hierro por la transferrina, o capacidad total de fijación del
hierro, aumenta en la anemia ferropénica; disminuye en situaciones de sobrecarga férrica, y
en la anemia de enfermedades crónicas, y otras condiciones. La transferrina por sí misma no
es un buen indicador del hierro corporal y tiene poco valor, pero la capacidad de fijación si es
útil.
 El índice de saturación de la transferrina (IST) es el tanto por ciento de la transferrina
saturada por el hierro, normalmente un 30 %. Si es inferior al 16 % se usa como criterio de
déficit de hierro; en la anemia ferropénica suele ser inferior al 10 %. Puede estar descendido
en la anemia de las enfermedades crónicas, pero en menor porcentaje. Está elevado en la
hemocromatosis (más del 60 %).
 Los valores normales de ferritina sérica en adultos varones son de 20-400 ng/ml y en
mujeres de 15-120 ng/ml. En situaciones de sobrecarga férrica es superior a 400 ng/ml. Está
disminuida en el déficit de hierro, siendo la determinación más sensible y específica. Si es
superior a 80-100 ng/ml casi siempre excluye un déficit de hierro y si es menor de 12 ng/ml
indica déficit de hierro. Puede comportarse como reactante de fase aguda y, en estas
circunstancias, pierde valor (infecciones, inflamaciones, neoplasias). En estos casos es
apropiado estudiar los depósitos de hierro en la médula ósea.
Otros parámetros útiles son:
 Los niveles séricos del receptor soluble de la transferrina (RST), cuyos niveles normales
son de 4-9 μg/l.
 Los niveles séricos de la vitamina B12 y el ácido fólico son importantes en el estudio de
las anemias macrocíticas. Los valores normales de ácido fólico sérico son mayores de 3,5 μg/l
y de vitamina B12 de 200-900 ng/l.
Son importantes también las siguientes pruebas:
 Bioquímica sérica. Es imprescindible en todo estudio de una anemia valorar la función renal
y hepática. La lactatodeshidrogenasa (LDH) aumenta en la hemólisis y en la eritropoyesis
ineficaz por la liberación de la LDH intraeritrocitaria. La bilirrubiuna indirecta puede estar
aumentada por un aumento del catabolismo de la hemoglobina. La determinación de la
hormona estimulante de la glándula tiroides (TSH) es útil para descartar patología tiroidea.
 Test de Coombs. Detecta inmunoglobulinas y complemento sobre la membrana del eritrocito.
Es imprescindible para el estudio de las anemias hemolíticas de mecanismo inmune.
 Haptoglobina. Los valores normales son de 80-130 mg/dl. Está disminuida o ausente en la
hemólisis tanto intravascular como extravascular y en casos de hemólisis intramedular por
eritropoyesis ineficaz. Es un reactante de fase aguda.
 Estudio de coagulación. Permite identificar una tendencia al sangrado o una coagulación
intravascular diseminada asociada a angiohemólisis.
Otras pruebas de laboratorio más específicas del estudio etiológico de las anemias son:
 Resistencia globular osmótica. Se usa para el diagnóstico de la esferocitosis hereditaria.
 Electroforesis de hemoglobinas, cuantificación de HbA2 y HbF. Es necesaria para el
estudio de las hemoglobinopatías y las talasemias. La electroforesis permite separar las
diferentes hemoglobinas por su distinta movilidad en un campo eléctrico.

Estudio de la médula ósea


El estudio medular no siempre es preciso para el diagnóstico de las anemias, aunque se puede
realizar cuando no se ha obtenido el diagnóstico etiológico tras las pruebas anteriores.

Las reservas de hierro se valoran en la médula con la tinción de Perls, que es positiva en los
macrófagos medulares y en los precursores eritroides.
 Los eritroblastos con hierro citoplasmático se llaman sideroblastos y lo normal es que tengan
de 1 a 3 gránulos de hemosiderina. Ambos están disminuidos en la anemia ferropénica,
mientras que en la anemia de la enfermedad crónica, el hierro de depósito o macrofágico está
elevado. Los sideroblastos patológicos tienen numerosos gránulos y cuando se disponen
rodeando al núcleo se denominan sideroblastos en anillo.
 El aspirado y la biopsia de la médula deben realizarse siempre ante la sospecha de anemia
aplásica y otras enfermedades con fallo medular o anemias arregenerativas no debidas a
un déficit de hierro o vitamínico. También es imprescindible para el diagnóstico de los
síndromes mielodisplásicos y las leucemias agudas, o como parte del estudio de una anemia
de enfermedad crónica, buscando una neoplasia o una infección, y ante la sospecha de una
mielofibrosis por un cuadro leucoeritroblástico con dacriocitos en sangre periférica.

Bibliografía:
MORALEDA JIMÉNEZ, JOSÉ MARÍA. (2017). PREGRADO DE HEMATOLOGÍA. EDITORIAL Luzán 5. Recuperado:
Abril 25, 2019. Consultado de: www.sehh.es/images/stories/recursos/2017/10/Libro-HEMATOLOGIA-
Pregrado.pdf

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