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LA MENOPAUSIA

Menopausia significa desaparición definitiva de la menstruación. Sin embargo, esta no desaparece bruscamente, sino que, durante un
periodo de tiempo, la mujer tiene fallos en su menstruación de unos cuantos meses pero, posteriormente, vuelve a tener la regla. Esto
se conoce como perimenopausia, de tal forma que para hablar de menopausia como tal se acepta que la mujer ha de llevar unos 12
meses sin la regla.

El término climaterio se refiere a una época en la vida de la mujer en que se producen una serie de cambios, y ocurre la transición de
la época fértil a la época no fértil.

Aunque ambos términos (menopausia y climaterio) a menudo se confundan y se usen indistintamente, lo cierto es que la menopausia
es solo un signo más dentro del conjunto de fenómenos que se producen en el climaterio aunque, sin duda, es el más importante. La
duración del climaterio es de unos 10-15 años, y la menopausia lo divide en dos fases:

 La premenopausia (la época anterior a la última regla, que dura unos 3-5 años).
 Y la posmenopausia (la época a partir de la última regla, que dura unos 7-10 años
 La edad de aparición de la menopausia es muy variable, pero se sitúa alrededor de los 50 años. Hablamos de menopausia
precoz si la última regla se produce antes de los 40-45 años (menos del 4%), y de menopausia tardía si todavía existen
menstruaciones después de los 55 años.
 Cambios hormonales en la menopausia
 Durante la época reproductiva, en el ovario se encuentran muchos folículos primordiales que son los que, tras su maduración,
darán lugar al óvulo femenino que saldrá del ovario. Esto recibe el nombre de ovulación y, para que se lleve a cabo, son
muchas las hormonas que han de estar implicadas en el proceso. Además, el ovario es el responsable de la producción de
estrógenos, que son las hormonas encargadas de mantener los órganos genitales femeninos, así como de muchos de los
cambios que ocurren durante el ciclo genital.
 El fenómeno central que tiene lugar en el climaterio es el cese de la función ovárica, de tal forma que deja de producir las
hormonas como en la edad reproductiva, y hay un agotamiento de los folículos primordiales, por lo que los ciclos menstruales
empiezan a fallar.
 Aunque son muchas las alteraciones hormonales que tienen lugar en el climaterio, la más importante, y aquella que originará
los síntomas, es el descenso de los estrógenos.

En el caso de la menopausia más habitual, aquella que acontece alrededor de los 50 años de edad de la mujer, la causa principal es
el cese de la función ovárica, por tanto, una alteración del patrón hormonal que se encarga de la proliferación del endometrio para
albergar una hipotética concepción. Esto desemboca en una ausencia de reglas, puesto que no existe un ciclo uterino como tal.

causas de la menopausia precoz

Pero cuando acontece una desaparición de la regla de manera precoz (menopausia prematura), aunque es infrecuente, pueden existir
varias razones por las que se produce este hecho. Se trataría de una insuficiencia ovárica primaria o un fallo ovárico prematuro. Entre
ellas cabe mencionar las siguientes:

 Enfermedades autoinmunes. Aproximadamente una tercera parte de las mujeres con menopausia prematura puede padecer
trastornos de índole autoinmune, como el lupus eritematoso sistémico, el hipotiroidismo, la artritis reumatoide o alguna
enfermedad inflamatoria intestinal como el Crohn o la colitis ulcerosa.
 Exposición a quimioterapia o radioterapia. Algunos fármacos empleados para el tratamiento del cáncer pueden originar
esta situación, más si cabe cuando el tumor afecta a las estructuras genitales de la mujer.
 Histerectomía. La extirpación del útero es una de las causas más comunes de esta situación.
 Tabaquismo. Se estima que el tabaquismo puede incidir, como en otras muchas patologías, en el progresivo deterioro de la
función ovárica desencadenando una ausencia de la menstruación a edades más tempranas.
 Relación genética. Aunque no es una evidencia absoluta, existen casos de mujeres con algún familiar de primer grado que
padece fallo ovárico familiar, o algunas otras con hiperplasia suprarrenal congénita, lo que permite establecer esta relación,
aunque de manera débil.
Síntomas de la menopausia
Podemos adivinar el inicio de la menopausia en nuestras vidas por la aparición de diversos síntomas físicos (tanto visibles como
internos), alteraciones psicológicas, variaciones cutáneas… Estos son los síntomas de la menopausia más habituales que pueden
sentir en esta etapa:
Síntomas neurovegetativos

Sofocos: son el síntoma más frecuente y más precoz de la menopausia. Son crisis de vasodilatación cutánea, con sensación de calor
que asciende desde el tórax al cuello y a la cara, acompañadas de enrojecimiento cutáneo y sudoración profusa.

Su frecuencia y duración son variables (desde unos segundos hasta una hora), son más frecuentes durante la noche, y se acompañan
de una sensación de malestar indeterminado. Pueden aparecer unos años antes que la menopausia y durar hasta unos 5 años
después, aunque su intensidad va disminuyendo con el paso de los meses.

Otros: pueden aparecer también otros síntomas asociados a la menopausia como:

 Palpitaciones
 Insomnio

 Cefalea

 Sudoraciones
 Vértigos…

Síntomas locales

Algunos síntomas menopaúsicos se localizan en zonas muy concretas del aparato reproductor femenino:

 Ovarios: disminuyen su tamaño, y superficialmente adoptan una forma rugosa. Internamente destaca su aspecto fibroso y la
ausencia de formaciones foliculares.
 Vulva: se produce una atrofia vulvar, con pérdida del grosor de la piel y aparición de prurito (picor vulvar).
 Vagina: se produce una atrofia del epitelio vaginal, disminuye su secreción y puede acortarse, de tal forma que puede
aparecer dispareunia (dolor en las relaciones sexuales) y aumentar el riesgo de infección.
 Útero: disminuye su tamaño y se produce un adelgazamiento del endometrio. A nivel del cuello uterino se produce una
disminución en su secreción.

Debido a estas alteraciones, es más frecuente la aparición de prolapsos genitales, así como incontinencia urinaria a causa de las
modificaciones en músculos y ligamentos.

Síntomas sistémicos de la menopausia

 Alteraciones psicológicas: destacan en este grupo los cambios en los hábitos del sueño con insomnio frecuente. También
podemos observar irritabilidad, estado de ánimo depresivo, ansiedad, dificultades de concentración, disminución de la libido,
etcétera.
 Alteraciones cutáneas: disminuye el grosor de la piel y su elasticidad, y presenta una mayor sequedad, pudiendo producirse
picor.
 Enfermedad cardiovascular: se origina un incremento de la incidencia de la enfermedad cardiovascular (infarto, angina de
pecho, hipertensión, arteriosclerosis…) debido a la disminución de los estrógenos, que ejercen un papel de protección de
estas patologías por su acción vasodilatadora y antiaterogénica.
 Osteoporosis: se trata de una enfermedad caracterizada por una baja masa ósea y una alteración de la estructura del tejido
óseo, que provoca un aumento de su fragilidad y, por lo tanto, un mayor riesgo de fractura.

La densidad mineral del hueso alcanza su pico máximo a los 30-35 años; a partir de este momento, va disminuyendo de
forma gradual cada año (se pierde aproximadamente un 0,5-1,0% de masa ósea anualmente). Esto ocurre tanto en hombres
como en mujeres, pero en la época de la menopausia esta pérdida se acelera, llegando a alcanzar el 3% en los primeros 5
años. Posteriormente, una vez pasada la menopausia, el descenso de masa ósea anual se iguala al de los hombres.

La explicación a esta pérdida más acelerada durante los años del climaterio es la disminución de los estrógenos, ya que
estos juegan un papel muy importante en la densidad ósea y, con su descenso en sangre, se obtiene un balance negativo de
calcio y una mayor pérdida de hueso.
La manifestación más importante de la osteoporosis (presente en el 5-10% de las mujeres) es la aparición de fracturas óseas,
principalmente a nivel de la columna vertebral y el fémur (cadera). Pero también puede manifestarse por dolores articulares,
disminución de la talla por aplastamientos vertebrales, etcétera.

La prueba que más se emplea para medir la densidad ósea es la densitometría, de tal forma que gracias a ella se puede
observar si existe una osteoporosis, o si se trata de una osteopenia (disminución de masa ósea en menor grado).

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