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1. Importancia jurídica de la familia y del matrimonio.

La importancia jurídica de la familia estriba en que en que ésta como una institución del
Derecho importante requiere ser reconocida como institución natural previa de su
reconocimiento legal el cual es regulado precisamente porque al ser la familia la célula básica
de la sociedad se requiere que no se deje al libre arbitrio o a la voluntariedad de sus
integrantes ya que se debe proteger rigurosamente los intereses de los hijos puesto que de
ello depende construir sociedades con valores y principios que coadyuven al desarrollo de la
sociedad lo cual solo se consigue si se tienen bases claras de tratamiento.

En esa misma medida el matrimonio es importante ya que otorga entre otras cosas seguridad
y estabilidad por el que se regula bases para todo el proceso de la vida matrimonial en tanto
se establecen los mínimos derechos y deberes recíprocos que se deben cumplir. Ya que solo
en una familia donde se crían a niños con estabilidad emocional y con reglas claras de
comportamiento, así como el deber de los padres de asumir la responsabilidad de mantener
su unión y no tomar tan a la ligera la institución del matrimonio y ante un desacuerdo optar
por el divorcio, por tanto se requiere una familia fuertemente estable para tener a futuro
ciudadanos que se respeten entre sí.

En ese sentido además de nuestra constitución todos los textos internacionales que, desde el
artículo 16 de la Declaración Universal de 1948, proclaman que la familia es el elemento
natural y fundamental de la sociedad y tiene derecho a la protección de la sociedad y del
Estado, sitúan esta institución explícita o implícitamente en relación intrínseca con el hecho
capital de la generación de nuevas personas humanas. De modo muy explícito, el artículo 10
del Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, de 19 de diciembre
de 1966, afirma que "se debe conceder a la familia, que es el elemento natural y fundamental
de la sociedad, la más amplia protección y asistencia posibles, especialmente para su
constitución, y mientras sea responsable del cuidado y la educación de los hijos a su cargo".
2. Regulación del divorcio en el ordenamiento jurídico peruano.

Artículo 348.- El divorcio disuelve el vínculo del matrimonio.

"Artículo 349.- Causales de divorcio

Puede demandarse el divorcio por las causales señaladas en el Artículo 333, incisos del 1 al
12.”

1. El adulterio.

2. La violencia física o psicológica, que el juez apreciará según las circunstancias.

3. El atentado contra la vida del cónyuge.

4. La injuria grave, que haga insoportable la vida en común.

5. El abandono injustificado de la casa conyugal por más de dos años continuos o cuando la
duración sumada de los períodos de abandono exceda a este plazo.

6. La conducta deshonrosa que haga insoportable la vida en común.

7. El uso habitual e injustificado de drogas alucinógenas o de sustancias que puedan generar


toxicomanía, salvo lo dispuesto en el Artículo 347.

8. La enfermedad grave de transmisión sexual contraída después de la celebración del


matrimonio.

9. La homosexualidad sobreviniente al matrimonio.

10. La condena por delito doloso a pena privativa de la libertad mayor de dos años, impuesta
después de la celebración del matrimonio.

11. La imposibilidad de hacer vida en común, debidamente probada en proceso judicial.

12. La separación de hecho de los cónyuges durante un período ininterrumpido de dos años.
Dicho plazo será de cuatro años si los cónyuges tuviesen hijos menores de edad. En estos
casos no será de aplicación lo dispuesto en el Artículo 335.
13. La separación convencional, después de transcurridos dos años de la celebración del
matrimonio."

Efectos del divorcio respecto de los cónyuges

Artículo 350.- Por el divorcio cesa la obligación alimenticia entre marido y mujer.

Si se declara el divorcio por culpa de uno de los cónyuges y el otro careciere de bienes propios
o de gananciales suficientes o estuviere imposibilitado de trabajar o de subvenir a sus
necesidades por otro medio, el juez le asignará una pensión alimenticia no mayor de la tercera
parte de la renta de aquél.

El ex-cónyuge puede, por causas graves, pedir la capitalización de la pensión alimenticia y


la entrega del capital correspondiente.

El indigente debe ser socorrido por su ex-cónyuge aunque hubiese dado motivos para el
divorcio.

Las obligaciones a que se refiere este artículo cesan automáticamente si el alimentista contrae
nuevas nupcias. Cuando desaparece el estado de necesidad, el obligado puede demandar la
exoneración y, en su caso, el reembolso.

Reparación del cónyuge inocente

Artículo 351.- Si los hechos que han determinado el divorcio comprometen gravemente el
legítimo interés personal del cónyuge inocente, el juez podrá concederle una suma de dinero
por concepto de reparación del daño moral.

Análisis:

El art. 354 regula lo relativo al proceso de conversión de separación de cuerpos a divorcio,


estableciéndose que cualquiera de los cónyuges puede pedir se declare la disolución del
vínculo luego de transcurridos seis meses de la declaración de separación convencional. Al
haberse derogado el D.L. 310 que establecía la consulta obligatoria de la separación de
cuerpos y la modificatoria expresa del art.354 del C.C., en la actualidad el cómputo del
término legal se realiza desde la notificación de la sentencia de primera instancia. En relación
a la separación por causal, se limita la solicitud de disolución al cónyuge inocente,
negándosela al culpable, prohibición expresa que no existía antes y que, por una
interpretación literal del texto del art. 276 del Código de 1936, se admitió algunas veces en
la jurisprudencia que cualquiera de los cónyuges, incluso aquél a quien le hubiera sido
imputable la separación, podía, vencido el plazo de ley, solicitar la conversión a divorcio.

En el fondo una de las causales como es la de separación de hecho incumple uno de los
deberes recíprocos fundamentales del matrimonio de hacer vida en común por el cual los
cónyuges viven bajo un mismo techo, logran integración familiar, llevan a cabo un proyecto
de vida para así gozar del hogar y soportar las peripecias del mismo.

Por lo que la negación del estado de vida común en el domicilio conyugal, que se origina en
la decisión de uno o los dos cónyuges, pero de manera voluntaria y con inequívocas
demostraciones del deseo de mantener tal estado de anormalidad conyugal. Es un acto de
rebeldía al cumplimiento de un deber libremente aceptado al momento de la celebración del
matrimonio, que, sin lugar a dudas, quiebra la institución matrimonial e impide su
funcionamiento regular a través de la destrucción de las debidas relaciones que la ley
establece y que los esposos se obligan a cumplir

Nuestra legislación civil relativa al matrimonio consigna bajo el nombre de "Cohabitación",


el deber que tienen los cónyuges de hacer vida común en el domicilio conyugal. Así aparece
de lo establecido por el artículo 289 del Código Civil. Consiguientemente, el concepto de
cohabitación no está reducido a lo que antes se entendía como los "deberes de lecho", sino
que comprende también los de habitación y en este entender, la noción de separación de
hecho comprende el incumplimiento de ambas circunstancias; es decir, la renuncia, no
interesan las motivaciones, a sostener el matrimonio dentro de los cánones legales aceptados
común y libremente entre ellos, como su propio fundamento, el de la vida común en el
domicilio conyugal.

3. ¿Cuál es papel que debe tener el derecho frente a la defensa de la familia?

Artículo 4 de la Constitución establece que «la comunidad y el Estado protegen


especialmente al niño, al adolescente, a la madre y al anciano en situación de abandono.
También protegen a la familia y promueven el matrimonio. Reconocen a estos últimos como
institutos naturales y fundamentales de la sociedad. La forma del matrimonio y las causas
de separación y de disolución son reguladas por la ley».

y a intuir que será en ellas donde radique su especial relevancia social y pública. Aunque
quedará aún por aclarar por qué se enfatiza la necesidad de disponer en su favor de una
especial protección social y estatal, lo que da a entender que se supone una especie de
congénita fragilidad o debilidad en tan fundamental realidad, que reclama esa especial
protección.

Si pensamos que la familia se enraíza en la necesidad de atención personal que requiere todo
nuevo ser humano hasta llegar a ser adulto, no es difícil situar ahí la clave del carácter tanto
natural como fundamental que tiene para el hombre y para el conjunto de la sociedad. Pocas
cosas más importantes para la dignidad del ser humano, fundamento último de todo el
derecho, que el modo y circunstancias en que es procreado, dado a luz, criado, cuidado y
educado hasta que adquiere la capacidad de valerse por sí mismo. Todas esas fases
determinan en altísimo grado la identidad de cada persona humana, su intimidad personal,
sus referentes y sus actitudes más básicas y vitales. Si hay algo por lo que la sociedad y los
poderes públicos deben velar para que ninguna persona sea tratada como cosa sino
cabalmente como persona es ese proceso en el que toda persona humana es débil, frágil y
moldeable.

Toda la regulación que efectúa la legislación civil solo se justifica en razón del deber de
pública protección de la familia que la Constitución ha reconocido que recae sobre los
poderes públicos. La familia también resulta reconocida y protegida desde la perspectiva
general del derecho laboral —en la que el artículo 24 de la Constitución declara el derecho a
que la remuneración laboral sea suficiente para satisfacer no solo las necesidades individuales
del trabajador, sino también las de su familia— como desde la más específica del régimen de
Seguridad Social, en el que los vínculos familiares siempre han sido fundamento de algunas
de sus prestaciones más importantes, como reconocimiento a la importancia de la familia de
cada trabajador directamente afiliado, y, en el fondo, como algo implícito también en la
garantía antes citada del artículo 24 de la Constitución

No se puede olvidar, por último, que la debida protección familiar deberá articularse sin
lesión de ningún otro derecho fundamental o principio constitucional11. Ello ocurre en
relación con el principio de igualdad, y siendo así, debe tenerse presente que la simple
diferencia de trato entre la familia y las relaciones familiares con respecto a las que no lo son
no podría estimarse contrario por sí mismo a la igualdad, sin desconocerse el mandato del
artículo 4 de la Constitución y hasta la naturaleza misma de las cosas

Y el artículo 10 —siempre de la citada Convención de Naciones Unidas— se refiere a la


reunión de la familia como reunión de los padres y sus hijos. Y es que, a la postre, todo el
sistema jurídico de protección internacional de los derechos del niño descansa sobre «el
principio de que ambos padres tienen obligaciones comunes en lo que respecta a la crianza y
el desarrollo del niño» y de que «incumbirá a los padres» —o, en su caso, a los representantes
legales— «la responsabilidad primordial de la crianza y el desarrollo del niño» (artículo 18
de la Convención), lo que encuentra su marco institucional ordinario y regular en la familia,
basada en los vínculos determinados por la generación.

a familia que el artículo 4 obliga a proteger es una realidad específica, con perfiles básicos
determinados, un modelo de familia y no cualquier género de asociación, reunión o
convivencia, pues para eso basta y sobra la intensa protección que la Constitución garantiza
a los derechos de reunión y asociación en los artículos 2.12 y 2.13, además de la garantía de
la libertad e inviolabilidad de la intimidad personal y del domicilio que garantizan los
artículos 2.7 y 2.9, o en fin, más amplia y genéricamente, la garantía del derecho a la libertad
en general que se contiene en el artículo 2.24.a
COMENTARIO DE LA PELÍCULA: A prueba de fuego.

Observamos que frente a los problemas que irremediablemente tendrán que suceder en todo
matrimonio es importante que los involucrados pongan todo su esfuerzo por mantener el
vínculo del mismo y no pretender fácilmente optar por el divorcio ya que se debe tener en
cuenta que es importante cumplir con los deberes recíprocos de los cónyuges como son la
fidelidad, asistencia mutua y hacer vida en común, y precisamente en la película se observa
que justamente por no cumplir con estos deberes es que la relación tiene problemas, por lo
que se comprendió que una vez en el matrimonio ambos deben cumplir con la tarea de ayudar
al otro y no dejar que los estereotipos o la costumbre deje que solo la mujer tenga roles
específicos en el hogar cuando bien puede el esposo ayudar con dicha carga, vimos que tras
la insistencia y lucha por salvar el matrimonio cambiando actitudes que no conducían a la
felicidad en el hogar es que se pudo reconciliar la pareja y dejar de lado el divorcio. Lo cual
fue posible ayudados del acercamiento espiritual con Jesucristo para poder soportar y
fortalecer el vínculo que se estaba deteriorando por no saber respetarse, utilizar la creatividad
para no caer en la monotonía, la comunicación y el compañerismo que son necesarios para
sacar adelante y mantener para siempre la unión matrimonial.

REFERENCIAS:

- http://departamento.pucp.edu.pe/derecho/wp-
content/uploads/2014/06/El_modelo_de_familia_garantizado_en_la_Constitucion_d
e_1993.pdf

- http://repositorio.pucp.edu.pe/index/bitstream/handle/123456789/7137/divorcio_juri
sprudencia_cap01.pdf?sequence=7&isAllowed=y
- http://www.usmp.edu.pe/derecho/sapere/sumario/edicion_2/articulos/El_modelo_co
nstitucional_de_Familia.pdf

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