Вы находитесь на странице: 1из 7

Nuestro Anderer

un estudio de personaje sobre “El informe de Brodeck” de Philippe claudel

por José María Iarussi

psicolingüística profesora laura restelli Profesorado de lengua y literatura IV


El escriba
Hay hombres destinados a ser hombres
colectivos. Seres cuya existencia lleva consigo la
pesada mochila de una sociedad que prefiere
encontrar un chivo espiatorio para lavar sus
culpas. Ese es el destino de Brodeck, personaje
principal de la novela de Philippe Claudel, quien
es encargado de escribir un informe sobre el
asesinato del visitante desconocido, al que
denominará De Anderer (el otro), cometido por
los hombres del pueblo.
Brodeck es un hombre que tiene en el pueblo el
don de la escritura, dado por la experiencia de su
trabajo de escribir informes sobre la flora y la
fauna, sobre los cultivos, la caza y el estiaje del río
Staubi. Es al comienzo de la novela cuando uno de
los personajes, Wilhem Vurthenhau, le entrega la
llave de un destino que no buscaba:
“-Tendrás toda la mantequilla que
quieras, Brodeck, pero vas a contar
la historia. Serás el escriba-”
(El informe de Brodeck · Philippe Claudel)
Las cartas estaban hechadas. Sin embargo no
será un trabajo libre. Desviarse, mirar desde sus
ojos y sus sentimientos podría poner en peligro
su vida. En realidad Brodeck tiene el poder de la
palabra, sólo el puede decir lo que los otros
quieren decir.
“No te pedimos una novela - El que dijo eso
fue Rudi Gott, el herrero...Cuentas las
cosas, y ya está. Cómo en uno de tus
informes”.
(El informe de Brodeck · Philippe Claudel)
Las cartas están hechadas. Brodeck nos
propondrá dos escritos. Uno que nunca
leeremos, que es el informe que le encargan y el
verdadero informe, que es la propia novela
escrita en primera persona.
Serán estos textos los que nos definan a Brodeck,
un personaje que va construyéndose a partir de
un debate entre las voces de los otros y la fuerte
voz de su interior. Claramente, el protagonista
transita por los siete niveles de la comunicación
propuestos por Juan Pablo Berra en su libro. Esa
conciencia de si mismo, esa búsqueda interior de
Brodeck será la rúbrica que selle un pacto con el
lector, convirtiéndonos en un personaje más de
la novela, los únicos sabedores del verdadero
informe, del verdadero secreto de un pueblo
muerto que necesita cometer un crimen para
sentirse vivo.

2
Los vida de las cosas
Durante varios pasajes de la novela las cosas que
rodean a Brodeck adquieren vida. Quizás, a la
vuelta de la guerra, encuentre en ellos algunos
registros perdidos de existencia humana, que los
seres que lo rodean ya no tienen. Es el propio
Brodeck, quien se encarga de hablarnos de su
estado.
En referencia a la máquina de escribir, el único
que posee una en el pueblo, Brodeck dice:
“Es una máquina muy vieja. Con varias
teclas rotas. No tengo dinero para
arreglarla. Es caprichosa. Está cansada. A
veces se bloquea sin avisar, como si se
encabritara. Pero eso no lo dije, porque no
quería acabar como el Anderer”.
(El informe de Brodeck · Philippe Claudel)
El artefacto es el lugar con que Brodeck decide
mimetisarse. Prefiere revelar lo que siente a
travez de ella.
La guerra a marcado a Brodeck quien regresa vivo
a un pueblo que parece impoluto, virgen de
bombas, cadáveres, maltratos y es esa misma
virginidad la que no lo ha dejado crecer,
convertirse en un pueblo capaz de encarar una
adultez responsable, pero por sobre todas las
cosas estar vivo.
Juan Pablo Berra señala que el cuarto nivel de
comunicación es el de los sentimientos y que es
difícil “decir lo que siento y sentir lo que siento”,
explicando que numerosas veces somos
analfabetos en esta materia.
“Nuestra sociedad nos ayuda a perpetrar
una doble traición: traicionamos a los
sentimientos que logramos reducir a
racionalizaciones y traicionamos muchas
veces a nuestra capacidad de pensar que
degradamos a agente penitenciario cuya
misión es vigilar que nuestros
sentimientos esten bien escondidos, se los
saque a pasear lo mínimo indispensable y
cumplan la condena correspondiente hasta
tanto sean totalmente domesticados”.
(Los 7 niveles de la comunicación · Juan Pablo Berra)
Sólo nosostros conocemos lo que siente Brodeck.
Él está condenado por el crimen de los otros a
racionalizar sus sentimientos, a domesticarlos
para que el informe encargado no deslice ningún
estado emocional que pueda afectar los
espantosos oximorones con los que convive aquel
lugar perdido de la geografía: el de una inquieta
tranquilidad, el de un silencio ensordecedor, el de

3
realidad irreal, el de una feliz infelicidad, el de
una vida muerta.
El cobertizo donde escribe el informe Brodeck
también tiene vida propia. Por momentos lo
abraza y en otros lo catapulta a una soledad
infinita.
“Aquí en el cobertizo estoy solo...por la
noche las velas proyectan sombras
fantásticas. Las vigas interpretan una
música seca. Tengo la sensación de estar
muy lejos. Tengo la sensación, quizás
equivocada, de que aquí nada puede
molestarme ni alcanzarme, de que me
encuentro a salvo de todo y de todos,
cuando en realidad estoy en el centro del
pueblo y rodeado por los otros, que lo saben
todo de mí, lo que hago, lo que digo, lo que
respiro”.
(El informe de Brodeck · Philippe Claudel)
Incluso Brodeck lo define como “el paraiso”. Las
cosas y los lugares conforman una segunda piel
para los personajes.
Dice Berra que el quinto nivel de comunicación, el
de los deseos y necesidades, “tiene su origen en
dos de nuestras energías más poderosas: la
sexualidad y la agresividad”.
El pueblo de Brodec vive en una permanente
anhedonia, eso para Berra es un terreno propicio
para que la pulsión sexual y la agresividad se
desmadren. Pero aún más, la sistemática
represión y negación hace perder calidad de vida,
cosa que sucede con cada uno de los habitantes y
también con Brodeck.
Brodeck ha perdido las caricias. La pulsión
sexual y la agresividad aparecen en palabras y no
en acciones. Los objetos y las cosas tienen más
vida que los seres. Las necesidades están tan
escondidas, tan profundademente guardadas que
los deseos son irrealizables, inalcanzables. Los
personajes parecen detenidos en una pausa
infinita, que Anderer desnuda en dibujos a tinta
que lo conducen a su muerte. En aquellos rostros
y paisajes
“...algunos se reconocieron o reconocieron
a otros en los retratos...en cierto modo, los
dibujos se limitaban a evocar ecos
familiares, impresiones, resonancias que
acudían a la mente para completar el
retrato apenas sugerido que teníamos
delante”
(El informe de Brodeck · Philippe Claudel)

4
La trascendencia en Brodeck
Dice Berra que para alcanzar las verdades
trascendentes es necesario la humildad, la
experiencia del desapego y el éxtasis. Brodeck
reune a lo largo de su historia estas tres aptitudes
que le permitiran encontrar las verdades que
señala Juan Pablo Berra en “Los 7 niveles de la
comunicación”:
* La vida es un regalo.
* Estamos siendo amados a cada instante.
*Lo que se nos regala es para llevarlo a
plenitud.
*Nuestro horizonte es convertirnos en
adoradores.
Después de su paso por la guerra y por el campo
de concentración Brodeck siente que la humildad
puede mantenerlo con vida y que el desapego de la
realidad tremenda que lo circunda en aquel lugar
de terror puede mantenerlo con vida.
El episodio que nuestro protagonista recuerda del
campo de concentración, donde cada día elegían a
un detenido para llevarlo a la horca muestra
como en situaciones límites aparecen
contrastados actitudes y sentimientos como la
humildad y el éxtasis.
“Cada uno trataba de volverse
insignificante como podía. El guardia se lo
tomaba con calma. Por fin, se detenía ante
un prisionero, lo tocaba con la punta del
bastón y simplemente decía: “Du.” En
nuestro fuero interno, nosotros, todos los
demás, sentíamos brotar una loca alegría,
una felicidad abyecta que solo duraría
hasta la jornada siguiente...”
(El informe de Brodeck · Philippe Claudel)
Aquella experiencia será la que regresa a la mente
de nuestro personaje para entender como dice
Berra que la vida es un regalo.
En Emélia, su mujer, que a su regreso del campo
se encuentra en un autismo eterno producto de
haber sido por soldados que coparon el pueblo
pero también por algunos habitantes del mismo
encuentra un amor incondicional pese a la nula
demostración que encuentra de ella y también
querido por el hijo de aquella vejación que cría
como propio.
Brodeck crece a lo largo de la novela. De aquel
hombre que acepta el destino de escribir el
informe de un crimen para salvarse de un pueblo
oscuro y muerto en vida, sobre el final de la
novela encontramos un hombre que ve más allá
de la pequeña geografía que no tiene nombre.

5
Brodeck ha cultivado el arte de escuchar. Como
dice Berra quienes lo hacen “se van alimentando
de una confianza que es como un eco de todas las
búsquedas. Es posible llegar a la verdad más
profunda, por la misma fuerza de la verdad”.
Ahí está el secreto del personaje principal, no solo
escucha lo que los otros tienen para decir, sus
informes para la administración quizás han
enseñado a oír otras voces, las más profundas, las
que hablan desde los silencios, como el diálogo
que encuentra en su cobertizo con él mismo.
Como paradoja escuchamos al sacerdote del
poblado confesándose ante Brodeck, o otros
personajes que desnudan aquellos sentimientos
ante la presencia de nuestro protagonista. Por
ejemplo Schloss cuando se sienta frente a
Brodeck y entre otras cosas le dice:
“...te juro que siempre lamentó lo que te
pasó, Brodeck. Yo no tuve nada que ver, te
lo aseguro...En cuanto a lo que le hicieron a
tu mujer...Dios mío...”
(El informe de Brodeck · Philippe Claudel)
Brodeck sólo escucha, cada tanto habla lo justo y
lo necesario. Nos cuenta las cosas que haría con
algunos habitantes de su poblado, pero prefiere la
cordura, el estar atento a cada detalle de lo que
sucede, en parte para cumplir con el informe,
pero también para escribir su propia historia, la
verdad que descubre detrás de cada una de las
mentiras que el pueblo se viene contando desde
siempre.
El informe que le encargan y que no conoceremos
nunca como lectores será el trampolín para
liberarse definitivamente y trascender, encontrar
la verdad más allá de la muerte que lo ha seguido
por todos lados como una condena desde su
nacimiento.
Los últimos párrafos de la novela no son el final
de la historia que le han pedido, tampoco el final
de su historia. Es un nuevo comienzo.

6
“El pueblo, mi pueblo había desaparecido
por completo. Y con él, todo lo demás, el río,
los seres vivos, los dolores, las fuentes, los
senderos que acababa de recorrer, los
bosques, las rocas...Era como si el paisaje y
cuánto había formado parte de él se
hubieran borrado a mi paso. Como si. a
medida que avanzaba, alguien hubiera ido
desmontando el decorado, plegando los
bastidores, apagando las luces. Pero de eso
no tengo la culpa yo, Brodeck. No soy
responsable de esa desaparición. No la he
provocado. No la he deseado. Lo juro.
Me llamo Brodeck y no tuve nada que ver.
Mi nombre es Brodeck.
Brodeck.
Recuérdenlo, por favor.
Brodeck.”
(El informe de Brodeck · Philippe Claudel)
La información que ha recolectado, la experiencia
de vida que ha compartido en una especie de
autobiografía desde la ficción y los sentimientos
que forman parte del pacto con el lector, son la
base para lograr el sèptimo nivel de comunicación
propuesto por Juan pablo Berra.
Brodeck no se va a ningún lado, se queda en
nosotros que sabemos sus secretos, sus
necesidades y deseos. La novela es una especie de
espejo gigante desde donde mirarnos y Brodeck
nuestro Anderer a quien podremos matar con el
olvido o escuchar para buscar las verdades
trascendentes.

Вам также может понравиться