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Desarrollo psicomotriz en la infancia temprana: factores

protectores y de riesgo

Vulnerable e indefenso. Así comienza él bebe su trayecto en el complejo


proceso madurativo de este primer periodo crítico de su ciclo. Con su
equipamiento biológico él bebe se enfrenta de manera activa al mundo que
lo recibe. Como ya anticipara Freud en 1895, esta tarea solo puede ser
satisfactoria con la asistencia ajena, gracias al sostén y amparo de la matriz
familiar, constitutiva y promotora de procesos psíquicos básicos de
integración.
Desde el comienzo él bebe es un sujeto activo, buscador de estímulos y
crear situaciones interactivas. Con movimientos indiscriminados, él bebe
puede llamar la atención del otro, puede iniciar y poner fin a distintos
encuentros intersubjetivos.
Él bebe es parte de un sistema de comunicación afectiva junto con la
madre, en cuyos intercambios se modifica la experiencia emocional y la
conducta de ambos (tronick, 1989). Él bebe se comunica con su entorno a
través de tres vías. La modalidad visual le permite sentirse sostenido,
contenido y acompañado cuando se encuentra con la mirada del otro. La
reciprocidad de la mirada promueve la constitución de una imagen de si del
bebe, distinta y diferenciada de la de su madre. La modalidad táctil está
vinculada con los ajustes corporales interactivos (el lenguaje de los afectos
entramados en el cuerpo), el holding y el handling (manipulación/manejo y
la presentación de los objetos son las funciones maternas propuestas por
Winnicott. La primera función alude al sostén emocional apropiado, todo lo
que la madre es y la dependencia absoluta. La madre que sostiene al bebe
con confianza, sin miedo a dejarlo caer, le proporciona la vivencia
integradora de su cuerpo). Los excesos o déficits constantes de dichas
estimulaciones afectiva abren la puerta a la formación de estructuras
psíquicas endebles y desorganizadas. Una tercera modalidad es el
lenguaje. El llanto es la primera forma de comunicación sonora. Se
establece un dialogo imaginario, entre la madre y él bebe.
La reciprocidad sostiene la interacción, se establece una mutualidad y una
regulación mutua. Estudios muestran cuan sensible es él bebe a los cambios
afectivos maternos, más adelante se describen.
Durante los primeros meses él bebe se comunica mediante respuestas
reflejas y automáticas, producto de la herencia filogenética y de una
insuficiente integración entre niveles nerviosos inferiores (medula espinal),
intermedios (tronco encefálico y cerebelo), y superiores (cerebro). Por eso
si él bebe tiene cólicos expresara su molestica y angustia haciendo uso de
todo su cuerpo, de su lenguaje corporal. La mirada y la voz son elementos
básicos para el desarrollo psíquico. El rostro de la madre, se convierte en el
primer espejo, en el cual se refleja él bebe. La subjetividad emerge de la
intersubjetividad primaria. La intersubjetividad primaria está sustentada en
el lenguaje corporal y gestual, predominante en la etapa preverbal del
desarrollo temprano. La intersubjetividad secundaria se da gracias a las
organizaciones de las funciones psíquicas superiores.
Se da una solicitación mutua entre la mama y el bebe. La estabilidad y
continuidad en los rituales de los cuidados maternos organizan el tiempo y
son la base para la función del pensar.
El bebe cuenta con un sistema perceptivo y una dotación de reflejos
arcaicos, posturales y no posturales, que conforman las vivencias parciales
iniciales de su cuerpo. Se organiza el yo corporal, producto de la riqueza
integrativa de múltiples sensoperceptivas aferencias de diferente
intensidad. Se trata de ir adquiriendo representaciones icc ligadas a los
afectos y a la experiencia.
La motricidad cumple una doble función: de intercambio con el medio y de
transformación de sí mismo a través de las acciones. La acción no solo se
realiza, sino que estimula la actividad psíquica. Hay una reciprocidad
constante entre caminar, gatear, correr y las funciones psíquicas, como el
lenguaje, el pensamiento. Los vínculos afectivos son los pilares de este
desarrollo; las emociones tienen un rol protagónico, operan como guías
del mismo. Los afectos coordinan el cuerpo y el psiquismo, organizan la
fisiología, la percepción, el pensamiento, la memoria. El cuerpo desempeña
un rol activo en la vida psíquica (Pally, 2000).
Wallon ha señalado el perjuicio de estimular una función, aislada del
conjunto global de conductas alcanzado hasta ese estadio del desarrollo.
Más que favorecerla, la bloquea. Aquello que se incorpora con una base
inmadura, se lo incorpora de forma insegura. Un ejemplo lo constituye la
torpeza en la marcha de un niño que aún no tiene suficiente maduración
biológica, afectiva y/o cognitiva para hacerla.
Sim embargo, se le ha insistido desde su entorno de crianza para que lo
hago, debiendo sostener con serias dificultades un equilibrio que no es
capaz de dominar aun. Esto produce inseguridad en sí mismo.
La organización del movimiento depende fundamentalmente de la
maduración del sistema nervioso y la evolución del tono muscular. La
maduración cortical del bebe, con la participación de procesos fisiológicos,
que responden a información genética y patrones endógenos, y los vínculos
afectivos con los padres, de quienes se espera conformen una red
intersubjetiva primaria de sostén, contención, seguridad. En él bebe se
van configurando pequeñas redes neuronales, que se ensamblan entre sí
para generar nuevos circuitos más complejos a medida que las neuronas
establecen sus conexiones (sinaptogenesis), muriendo las menos aptas para
el desarrollo (poda sináptica), posibilitando nuevos brotes de conexiones
interneuronales (sprouting) y las distintas vías nerviosas amplían su
mielinizacion. El sistema nervioso se va transformando gracias a la
plasticidad nerviosa, una propiedad básica de la neurona que permite que
la experiencia se inscriba en la red neuronal, dejando una huella (psíquica y
sináptica) de larga duración y habilitando todos los aprendizajes posibles.
Significa que la experiencia modifica constantemente las sinapsis, siendo
los cambios de orden estructural como funcional. Esto pone en evidencia
que esta gran asamblea de células nerviosas constituye un sistema abierto a
la contingencia y la transformación.
Los procesos biológicos y los acontecimientos familiares y socioculturales
se entrecruzan para dar lugar a la emergencia de los procesos psicológicos.
De este modo, desde el primer instante del nacimiento, el psiquismo
establece una relación recursiva con los niveles biológicos y socioculturales
que conforman la subjetividad, es decir una relación circular, que establece
una especie de bucle de múltiples retroacciones entre las partes, de modo
que no puede determinarse que parte opera como causa y cual como efecto.
Este planteo no reduccionista permite pensar que entre el sistema nervioso
y el psiquismo no hay una relación causal ni lineal, sino circular.
El proceso madurativo del bebe va ce la mano con los mensajes afectivos
transmitidos por el entorno respecto a sus manifestaciones y logros (aliento,
orgullo, entusiasmo, desinterés, indiferencia) que alimentaran o no su deseo
a crecer y aprender. Siguiendo estos mensajes, las vías nerviosas, van
consolidando sus conexiones. Las conquistas psicomotrices, tales como
sostener la cabeza, mantenerse sentado, gatear, caminar, agarrar, hablar y
comunicarse, refuerzan las conexiones y comunicación nerviosas, el deseo
de crecer y continuar aprendiendo, reorganizan y amplían la madurez
psíquica. El entorno humano podrá ser facilitador u obstaculizador del
desarrollo psicomotriz del niño. Se irá dando el pasaje paulatino del
predominio de la dependencia absoluta inicial al de la autonomía.
El desarrollo del sistema nervioso es promovido por las experiencias que
fortalecen los vínculos entre él bebe y sus padres, estos proveen
mecanismos regulatorios de las emociones, que él bebe no posee. Las
neuronas moldean sus conexiones de acuerdo a las experiencias de crianza.
Él bebe nace con la tendencia, programada genéticamente, a establecer un
lazo con otro. Bowlby (1973) la llamo apego. Cumple tres funciones:
proporcionar protección, favorecer la regulación de funciones corporales y
convertirse en un lazo de amor. Es una fuerza motivacional primaria, con
un fuerte efecto organizador.
En los primeros meses el apego responde a una necesidad básica de
protección: contiene, calma los sentimientos de inquietud y temor, genera
seguridad. Cuando hay fallas básicas de apego es factible que la salud se
vea afectada, corriendo riesgo de muerte. Las observaciones de Spitz
(1945) de niños privados emocionalmente, separados de sus padres y en
contacto con figuras poco afectivas, empáticas, son testimonio de este
planteo.
El apego seguro es la pauta que provee de una base óptima para el
desarrollo de la exploración con confianza. Permite desarrollar una actitud
activa frente a su medio. Alimenta la curiosidad, la creatividad. Esta pauta
es favorecida por la figura de apego cuando ella se muestra accesible al
niño, sensible y empática a sus necesidades y expresiones afectivas.
En cambio, el apego inseguro provoca que cualquier conducta ambivalente
o confusa de los otros sea vivida con inseguridad y temor. Los sujetos
inseguros buscan permanentemente el reconocimiento y aprobación del
otro. Reclaman (consciente o inconscientemente) constantes
demostraciones afectivas, porque no han podido internalizar una imagen
del otro como alguien estable, disponible y confiable. En el niño con una
pauta de apego ansioso resistente o ambivalente, la exploración despierta
mucha angustia, es vivida como un peligro frente al cual se está indefenso.
Suele ser una figura de apego que amenaza con bastante frecuencia en irse,
dejarlo o darlo.
El apego ansioso evasivo o indiferente se organiza cuando el niño no
confía en que su figura de apego estará disponible emocionalmente para
cuando él la necesite, siente que no cuenta con ella, por lo cual comienza a
desarrollar conductas que tienden a aislarlo y que son reguladas por el
sentimiento de autosuficiencia. Es el niño que siente que se las tiene que
arreglar solo. El niño aprende a no confiar en esta figura de apego. Se
comporta como si no le importara la presencia de su madre y no parece no
afectarle la separación.
Los modelos internos operantes son representaciones de sí mismo, en un
vínculo significativo con las figuras de apego, que regulan las funciones
psicosomáticas y la forma de estar, comunicar y relacionarnos con los
otros. Constituyen organizadores psíquicos indispensables.
El rumbo del desarrollo psicomotriz está marcado también por el equilibrio
y la seguridad postural. La tonicidad muscular y los afectos conforman el
eje de estos organizadores. Es importante no estimular posturas ni
movimientos para los cuales el niño no este aun preparado neurológica,
afectiva y cognitivamente para regularlos. Exponer al niño a este tipo de
situaciones una y otra vez contribuye a generar un sentimiento de
inseguridad y baja autoestima. Si el niño se siente protegido y seguro es
capaz de ir afrontando cambios en sus posturas, movimientos, variando sus
modalidades interactivas. La espontaneidad y la soltura en los gestos y
movimientos son signos de maduración psicofisiológica.
Es en la infancia temprana donde se configuran los modelos
representacionales sobre sí mismo, los otros y la forma de comprender el
mundo que habitamos, que inevitablemente están impregnados por los
paradigmas sociales de la época.
Se evidencia que en el desarrollo temprano se abre una ventana de
oportunidades para prevenir e intervenir en problemas de salud mental
infantil, atendiendo las carencias en el desarrollo de los grupos con mayor
vulnerabilidad y riesgo psicbiosocial.
Se consideran factores protectores a los recursos propios del bebe o niño y
de su entorno, que favorecen el enfrentar la adversidad y el desarrollo del
yo, ampliando sus capacidades y fortaleciendo su autoestima. Los factores
de riesgo son las características del niño o de su entorno que implican la
posibilidad de generar un déficit o afectar las condiciones adecuadas para el
despliegue de los recursos infantiles y de los cambios evolutivos. El grado
de riesgo depende de la severidad del acontecimiento, la edad y madurez
psíquica del niño, la accesibilidad y capacidad de los adultos para operar
como pantallas protectoras y promover la comprensión. El impacto que los
factores de riesgo pueden tener en el desarrollo integral infantil engloba
manifestaciones que oscilan entre la perdida de adquisiciones evolutivas
(Regresiones), interrupciones del desarrollo, dificultades para comunicarse
y vincularse, labilidad emocional, cambios afectivos y síntomas
específicos, tales como trastornos del sueño, de la alimentación, miedos
agudos. Determinadas funciones esenciales para el funcionamiento del
psiquismo no llegaron a constituirse de forma apropiada porque falto la
provisión ambiental necesaria, generalmente como consecuencia de la
psicopatología parental o de traumas infantiles.
El entorno de crianza se convierte en un factor de riesgo cuando las figuras
de apego se muestran inestables en su presencia y/o cuidados, cuando hay
ausencia o escasez de límites, cuando predomina un trato hostil,
indiferente, cuando se viven situaciones de violencia y/o abusos, cuando las
prácticas de crianza se caracterizan por una hiperestimulacion y
hipoestimulacion. La sobreinvolucracion o subinvolucracion en el vínculo
afectivo y la psicopatología severa parental también son situaciones de
riesgo que requieren seguimiento y acompañamiento. En la relación sobre
involucrada el adulto da cuenta de un compromiso físico y o psíquico
excesivo con él bebe o niño, lo controla constantemente, obstaculiza sus
iniciativas, metas y deseos. Sus exigencias son inadecuadas para el nivel
madurativo del niño. El niño o bebe puede desplegar conductas de
sometimiento, ser excesivamente obediente o desobediente. Sus habilidades
motrices y su lenguaje pueden verse empobrecidos. Parecería que el adulto
encuentra dificultades para ver al niño como un sujeto singular con
intereses o necesidades diferentes de las suyas. Por el contrario la relación
subinvolucrada, tanto él bebe o el niño como el adulto parece estar
desligados. Es poco frecuente la conexión espontánea y genuina entre
ambos. El adulto se muestra poco sensible o no responde a las expresiones
del pequeño.
Los signos de alarma, son indicadores de sufrimiento subjetivo. Pueden ser
ruidosos o silenciosos. Un niño sumiso, que no protesta, excesivamente
obediente, a diferencia del niño inquieto, que grita, pega y rompe. En el
primer año del bebe es capaz de expresar sufrimiento psíquico a través de
modificaciones en la oralidad, la mirada (la evita), la voz (no reclama, no
llora o lo hace sin consuelo, gritos confusos), el sueño o el cuerpo. Puede
mostrar retraimiento y aislamiento social, signos de depresión, trastornos
del sueño, la alimentación (rechaza la comida, reflujos y vómitos
repetitivos), digestivos, de piel, la motricidad y el lenguaje. Entre el
segundo y cuarto año puede observarse dificultades o déficits en la
adquisición, organización y uso del lenguaje, en los logros cognitivos, en la
capacidad de simbolización (construcción de la realidad, lenguaje y juego),
en los procesos de simbolización, en la integración del esquema corporal y
la regulación de la motricidad (impulsividad, torpeza motora) la ausencia
de mirada y la falta de intencionalidad en los movimientos corporales para
dirigirse al otro son signos de alerta.
Frente a los acuciantes problemas de salud mental se han desarrollado una
serie de estrategias de intervención destinadas a promover la salud,
prevenir y abordar diversas problemáticas. Muchos problemas y contextos
graves requieren ser tratados precozmente. Se apunta a intervenir en el
periodo de mayor sensibilidad de la aparición de los mismos y antes de que
los problemas se estabilicen.

Psicomotricidad.
Desde una vista intersistemica e integradora, el eje central es el cuerpo. el
cuerpo es donde aquellos sistemas se integran y que no puede
comprenderse ajeno a la historia particular del sujeto y el medio social.
Esta visión intersistemica promueve la unidad del cuerpo con las funciones
psicológicas. Cuerpo entendido como escenario del cual surgen los DBA y
las FCS.
El desarrollo psicomotriz constituye una sucesión de procesos que se van
organizando e integrando, aumentando la complejidad funcional del sujeto,
resultado de interacciones y negociaciones entre variables biológicas,
psicológicas y socioculturales. Los vínculos afectivos son los pilares de
este desarrollo.
La psicomotricidad se encarga de la interrelación entre el cuerpo, el espacio
del movimiento y la interacción, los gestos, las actitudes y las palabras. Por
sobre y en ese cuerpo se construirá la identidad, fundada en el dialogo
tónico postural primario y enriquecida luego por la complejidad de los
procesos de simbolización, a través del lenguaje verbal especialmente.
Se considera al bebe un ser activo desde sus inicios.
El apego es la tendencia innata, programada genéticamente, a establecer un
lazo con otro y tiene como finalidad la supervivencia. Es una fuerza
motivacional primaria, no secundaria. El ser una fuerza motivacional
primaria le otorga el rol de organizador. El apego tiene tres funciones:
garantizar una protección, confianza ante lo externo, seguridad. La segunda
función es la regulación de las funciones corporales. Una tercera función
seria la de devenir un lazo de amor.
La organización del vínculo de apego se lleva a cabo entre cuerpos,
partiendo de las primeras impresiones sensoriales ligadas al olfato, el tacto,
etc.
La conducta de apego es cualquier tipo de comportamiento que intenta
lograr la proximidad con otro, a quien se siente como figura preferida por
considerársele capaz de ejercer funciones que ayudan a sobrevivir. Esta
figura se le llama figura de apego. No solo cercanía física, sino cercanía
emocional. La conducta de apego es el resultado del encuentro de lo innato
con los facilitadores o no del medio de crianza. Se aprende entonces en el
ámbito intersubjetivo, en función de la respuesta emocional del otro.
El niño va modificando sus conductas de apego a través de: por un lado la
internalización de las cualidades del acompañamiento de las figuras de
apego y por otro ampliando las figuras de apego.
Las conductas de apego son reguladas por el sistema comportamental de
apego. Este sistema tiene como función regular el juego de acercamientos y
alejamientos del niño pequeño y su figura de apego. Este sistema tiene una
motivación inherente y se organiza de acuerdo a determinadas metas que
están en relación con el ambiente.
Gracias a este sistema comportamental el niño va organizando sus modelos
internos operantes. Estos modelos están codificados, en función de una
pauta de apego precisa. El mundo intrapsiquico conformado por estos
modelos internos ajustados a pauta de apego particular, se organiza en el
vínculo afectivo, en la interacción.
Además de los 3 apegos descriptos anteriormente, se ha concluido una
cuarta pauta de apego:
El apego desorganizado. El niño muestra características del apego ansioso
y del ansioso elusivo. En este caso la inseguridad es mucho mayor. Tras la
separación el niño muestra un comportamiento desorganizado, demuestra la
severa regulación de las emociones. Niños tratados negligentemente, con
maltratos físicos, que han tenido también periodos de protección,
desarrollaron un sentimiento de temor hacia sus figuras de apego.
El tipo de respuestas dadas por las figuras de apego están condicionadas
por la historia de vida de cada una, como han sido tratados y cuidados. Los
tipos de apego muestran cierta tendencia a ser repetidos, pero algunos
logran modificar el estilo.
El pensamiento en la adolescencia. Desarrollo cognitivo y subjetividad
adolescente.
La influencia del medio en que se desenvuelve la adolescencia es capital,
pudiendo determinar tanto la salud como la enfermedad. Privilegiamos los
intercambios con las otras personas. El medio principal del ser humano, son
los otros. Los adultos significativos de su entorno inmediato y los pares,
poseen un rol protagónico.
El desarrollo cognitivo y sus estructuras poseen un orden determinado: a la
inteligencia sensorio-motriz le seguirá la pre-operatoria, luego la lógica
concreta y finalmente la lógica formal. Este orden es universal. a la
variabilidad de estas estructuras (duraciones) se opone un funcionamiento
invariable. La asimilación y la acomodación. La asimilación implica un
proceso de integración de toda información exterior a la persona a su
propia estructura cognitiva. La acomodación, transforma las propias
estructuras en función de la información que se incorpora.
La inteligencia tiene su punto de origen en el accionar del bebe sobre el
mundo que lo rodea.
De la lógica concreta a las operaciones formales.
se puede ubicar los inicios de la adolescencia entre los diez y doce años, en
el momento de la eclosión puberal. Se trata mayoritariamente de la
aparición de los caracteres sexuales secundarios.
A nivel del pensamiento, durante la pubertad, asistimos a un momento
bisagra que pivotea entre el predominio de la lógica concreta y el
surgimiento de la lógica formal. La lógica concreta entre los 7 y 12 se
refiere a una operatoria sobre objetos tangibles de la realidad. todas las
operaciones mentales que realizan versan sobre los objetos de la realidad
que conoce. Poco a poco el pensamiento del niño se aleja de lo real, pero se
sigue tratando de representaciones vivas que equivalen a lo real.
El pensamiento formal inaugura una potencia inusitada. Ahora el
adolescente expande las fronteras de las operaciones mentales y lo posible
excede lo real, lo desborda. Puede pensar a partir de ideas. Piaget lo llamo
pensamiento de segundo grado: sustituir a los objetos por proposiciones. El
pensamiento se libera de lo real y ahora será el mundo el que deberá
someterse a las remodelaciones que los adolescentes no pueden dejar de
construir.
El universo simbólico se amplia. El tiempo y el espacio adquieren una
nueva dimensión. Le permitirá al adolescente conformar su plan de vida. El
proyecto salva al adolescente. Lo importante es construir dichos proyectos
y trabajar en función de los mismos, así se elimina la turbulencia corporal.
Así también ingresa paulatinamente al mundo adulto. No se puede
obstaculizar esa potencia creadora.
Carácter grupal:
Gran parte de la reconstrucción del mundo se produce junto a los pares, los
amigos. El mundo será construido en común. Lo que es verdad para el
grupo es verdad. El vínculo externo a familia, cumple un papel por
momentos con mayor relevancia que los vínculos primarios.
Tras los cambios puberales y los conflictos, los adolescentes suelen
interrogarse por su identidad y origen. Los padres y los hijos como co-
constructores de la historia del niño, a través de los materiales aportados
mayoritariamente por los primeros. A partir de la pubertad el adolescente
tomara a su cargo de manera exclusiva la construcción de su biografía. Será
el artífice de su proponía historia, un apasionado guionista de una novela en
la que a su vez, el será el protagonista.
En la construcción de su biografía, el adolescente consolida su identidad. El
ser humano es auto teorizante. Esta hecho de historias que dan sentido a su
existencia.

Periodos críticos.
Periodo crítico es aquella etapa temporal en el que pueden producirse la
adquisición de ciertas destrezas, habilidades, conductas, capacidades. Es un
periodo en el que se producen las condiciones biológicas oportunas para la
adquisición de la meda del desarrollo. Durante el mismo se produce una
maduración de sistemas estructurales y funcionales concretos. Existe una
especial sensibilidad a los agentes externos como internos.
Primer periodo crítico: los padres configuran el ambiente adaptativa
evolutiva del bebe. Los aprendizajes en esta etapa se denominan
aprendizajes de impronta. Termino que viene de imprinting, imprimir. Los
conocimientos acontecidos durante estos periodos son tan sensibles que
quedan fuertemente fijados para toda la vida.
Neurodesarrollo.
El sistema nervioso va madurando por efecto de la mielinizacion
progresiva de las fibras nerviosas, dando como resultado una mejor y más
rápida transmisión. También cuenta la creación de neuronas. Otro concepto
es la poda neuronal, eliminación programada de ciertas conexiones que van
dejando el camino libre a otras más vitales, instalándose así una verdadera
red neuronal o trama. El pruning está ligado a la muerte programada de
células. Estas mueren para cumplir ciertos pasos del desarrollo normal.
Aumenta el peso cerebral, el número de células gliales y el número de
conexiones sinápticas. De esta manera teniendo en cuenta la intensa
transformación neurobiológica de estos eventos, se considera de extrema
vulnerabilidad, estas etapas.
El concepto de plasticidad neuronal significa que la experiencia puede
inscribirse en el sustrato material dejando una marca. Estas primeras
huellas no son la mera copia de lo percibido, fijan una primera experiencia
que luego se reordena, recodifica.
Segundo periodo crítico:
Comprende el segundo y tercer año de vida, aparece la tendencia a explorar
e investigar el mundo. Si se obstaculiza esta actividad, se pueden inhibir la
autonomía y la creatividad.
Tercer periodo crítico:
La adolescencia. Durante este periodo se produce una gran poda sináptica
de la corteza prefrontal que es la que domina las funciones ejecutivas mas
soficiticadas, con especial énfasis en lo social.

Adolescencia.
Esta etapa se asocia con la idea de desarrollo y crecimiento, pero también
con el componente ideatorio del dolor y aflicción.
En las sociedades actuales, a diferencia de lo tradicional, por el fuerte
consumismo, se observa que este periodo puede durar muchos años.
En la adolescencia, se ve el desarrollo de los caracteres secundarios, la
aparición de la capacidad reproductiva. Este desarrollo biológico como
marca real de la pubertad, obliga al niño a resituarse, no son conflictos y
perturbaciones profundas.
Estos cambios corporales instalan nuevas funciones, se adquieren modos de
pensamiento, se complejiza el universo emocional, se potencia la
creatividad junto a la apropiación simbolica, se afirma la identidad sexual.
Lo puberal indica un anclaje biológico pero a la vez y recursivamente, crea
el acontecimiento adolescente de estructuración y re estructuración
psíquica.
Se puede dividir en:
Pre adolescencia, de los 8 a los 12 años. Crecimiento desigual de huesos
órganos y músculos. Pensamiento lógico concreto.
De los 12 a los 16. Estallido puberal a pleno. Inicio de la capacidad de
abstracción del pensamiento. Alejamiento de lo endogámico. Despertar del
deseo sexual, cambios de humor.
15 a los 21. Mayor capacidad para pensar en forma abstracta e hipotética,
se alojan en otra posición subjetiva más calma. Comienzo de la cc social,
menos egocentrismo.
La pubertad.
Periodo de crecimiento físico rápido y de maduración sexual. Aumento en
la producción de hormonas.
Una de las primeras manifestaciones a partir de los 9, 10: esbozo de pezón
mamario, leve vello bozo en varones, incipiente vello axilar en ambos.
Cuando llega a la edad de latencia, 6, 7, 8 años, se empieza a producir una
modificación en los circuitos neurohormonales y en el hipotálamo se
comienza a activar una secretacion especifica.
Una señal bioquímica del hipotálamo estimula la hipófisis y esta activa las
gónadas. Estas son las primeras partes del cuerpo que aumentan de tamaño
en la pubertad. El útero aumenta nueve veces su peso. En los varones el
escroto cambia de textura y color, su pene se agranda, cambiando de color.
La hormona liberadora de gonadotropinas, provoca en las gónadas un
aumento notable en la producción de hormonas sexuales, principalmente
estrógenos en las mujeres y testosterona en varones. Este aumento vuelve a
afectar al hipotálamo y a la hipófisis, haciendo aumentar la producción de
la hormona del crecimiento. Esto produce los dos indicadores de la
pubertad, la menarca o menstruación y la presencia de semen en la orina, o
poluciones involuntarias. Otros cambios son los caracteres sexuales
secundarios: vello púbico y axilar, cambios en la boz y piel,
ensanchamiento de caderas y aumento de grasa corporal (niñas), vello
púbico, axilar y facial. Engrosamiento de la voz y ensanchamiento de
hombros (varones).
También se ve afectado el metabolismo de las glándulas sebáceas y
sudoríparas. Las primeras responsables del acné juvenil y las segundas de
olores intensos.
Se observa un crecimiento asincrónico por las GH, se desarrollan con
ritmos diferentes las partes del cuerpo.
Se puede pensar la adolescencia como una dialéctica hegeliana:
crecimiento, crisis, maduración.
Hay una primera fase destructiva, el adolescente deja atrás su infancia.
Aquí se percibe una ausencia de intereses. Adopta una actitud negativa
hacia todo. Se caracteriza esta fase por su actitud hostil, infracciones a la
disciplina, disminución de la capacidad y producción del trabajo mental.
El paso a una nueva forma superior, de actividad mental, va acompañado
por un descenso temporal del trabajo.
La formación de conceptos es el núcleo fundamental que aglutina todos los
cambios que se producen en el pensamiento del adolescente. El niño carece
de posibilidad de formar conceptos abstractos antes del periodo de
maduración sexual. El pensamiento en conceptos es una actividad
intelectual nueva.
Otra característica es la insuficiencia de la dialéctica en el adolescente. Su
tendencia a plantear todo como una alternativa, o bien lo uno o lo otro. Su
pensamiento dialectico vendrá después con la maduración.
El adolescente en el proceso de maduración descubre por primera vez el
mundo de lo psíquico. El mundo de las vivencias internas. Vemos entonces
que gracias al pensamiento en conceptos llegamos a comprender la
realidad, a los otros y a nosotros mismos.
La adolescencia constituye un lugar de interrogantes e incertidumbres,
respecto de la representación de sí mismo y de la relación con los demás.
La identificación es un pívot central en la constitución del psiquismo
adolescente.
En el individuo que crece, el desasimiento de la autoridad parental es una
de las operaciones más necesarias, pero más dolorosas también del
desarrollo.
La causalidad resulta de una poli inter retro acciones, entre lo heredado, las
experiencias infantiles y los eventos desencadenes actuales. No como un
determinismo lineal, secuencial, fijo e inamovible.
Sino como una estructura donde lo histórico social se va entramando en un
sinfín de múltiples determinantes y múltiples representaciones, a modo de
un holograma, de la parte al todo del todo a la parte. El desarrollo es
siempre un sistema abierto, no solamente al ingreso de la inflo sino también
la diversidad de los devenires.

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