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“María Magdalena fue una mujer adinerada, influyente y clave”. Así lo expresa la
investigadora Jennifer Ristine, citada por “El País”, respecto del histórico personaje que,
según la biblia, acompañó a Jesucristo.
Una imagen, basada en una pintura de Leonardo da Vinci, que siempre ha generado
especulaciones respecto del verdadero rol de María Magdalena en la vida de Jesús.
Los antecedentes que reunió Ristinese se basan en la integración de las referencias bíblicas
e históricas con los nuevos hallazgos arqueológicos llevados a cabo en la ciudad de
Magdala (actual Migdal, Israel). Aquello le permitió construir un perfil más completo de
este misterioso personaje de la historia.
Incluso, la autora es más enfática en recalcar que su teoría tiene bases bastante sólidas.
“Se encontraron una sinagoga del siglo I, una representación del templo de Jerusalén en
piedra [la piedra de Magdala], baños de purificación ritual, casas domésticas y un puerto”,
explica Ristine.
Al ser consultada sobre si el personaje era o no una prostituta, la investigadora explica que
existe una confusión.
“(Hay) Muchas malinterpretaciones en la vida de María Magdalena”, dice. Y aclara: los
hallazgos arqueológicos de la ciudad bíblica de Magdala, ahora con más de 2.000 años de
antigüedad, sugieren que se trataba de un enclave rico. Y al integrar en este contexto las
referencias bíblicas se puede deducir que María Magdalena era “una mujer adinerada de un
pueblo económicamente bien posicionado” y no necesariamente una prostituta, afirma la
autora.
Aquella tesis se constata, por ejemplo, en los versos de Lucas VIII:1-3: “Aconteció
después, que Jesús iba por todas las ciudades y aldeas, predicando y anunciando el
evangelio del reino de Dios, y los doce con él y algunas mujeres que habían sido sanadas de
espíritus malos y de enfermedades: María, llamada Magdalena, de la que habían salido siete
demonios; Juana, mujer de Chuza, mayordomo de Herodes; Susana y algunas otras, las
cuales le servían con sus bienes”.
Sin embargo, fue el papa Gregorio Magno, en el año 591, quien la calificó de “prostituta”
en su homilía 33.
Gregorio Magno, el sumo pontífice, que interpretó de otra manera el origen del personaje.
“Aquella a quien el evangelista Lucas llama la mujer pecadora es la María de la cual son
expulsados los siete demonios, y qué significan esos siete demonios, sino todos los vicios”.
De esta forma, la autoridad eclesiástica realizó una fusión de las tres marías: María la
pecadora, “que unge los pies del Señor”; María la de Magdala, liberada por Jesús de siete
demonios y entre las mujeres que le asisten; y María de Betania, hermana de Marta y
Lázaro.
“La Iglesia de Oriente cree que son tres mujeres diferentes, mientras que la Iglesia de
Occidente cree firmemente en identificarlas como la misma mujer, María Magdalena”,
añade Ristine.
La investigadora también señala que otros autores la han asociado con una mujer del
segundo siglo en el Talmud y llamada “Miriam Megaddlela”, que significa María con el
cabello trenzado.
“En la comunidad judía ese título se adjudicaba a una mujer de mala reputación, una
adúltera o una prostituta”, consigna la escritora.
El tema de María Magdalena toma más relevancia ahora, puesto que los movimientos
feministas han intentado liberarla del estigma.
“María Magdalena fue una mujer influyente tanto en lo económico como en lo social; en lo
económico porque era una mujer acomodada, y en lo social porque, a pesar de crecer y
vivir en una sociedad religiosa estricta, decide romper esquemas y seguir a Jesús”, cree
Ristine, quien además considera que la de Magdala es, ante todo “un modelo de liderazgo
para las mujeres”.