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Cuando entre 1909 y 1910 llegaron o América Latino los primeros

testigos del pentecostolismo, lejos estobon de suponer aquellos improvisa-


dos misioneros kJ mognitud que okonzorio en pocos dérodOl el movimiento
01 que dobon origen. No existen tifros confiables sobre lo 'población pente-
costal' del continente, pero bosta decir que lo Iglesia Evangélico serío hoy
uno minoría imperceptible si no fuero por lo presentio pentecostol.
No es posible entender 01 pentecostolismo latinoamericano sin tener en
doro los características de su origen. Donold Doyton se ocupo de esto
toreo, y lo hoce con meticulosidad admirable. Por rozones obvios, en su
investigotión no estón presentes Latinoamérica ni lo historio oduol del
movimiento pentecostol. Doyton trabajo en lo que sería lo pre-historio del
pentecostolismo latinoamericano. Sin embargo, el ledor descubriró que
mucho de lo ocurrido en el pentecostolismo de América LoHno sólo es
comprensible o partir de aquellos roices teológicos que aquí se analizan y
que pueden sintetizorse en cuatro ofirmotiones cristológicos: Jesucristo
salvo, sono, bouHzo con el Espíritu Sonto y viene otro veL El aporte de
Doyton en esto obro nos permite completar el cuadro que hasta ahora
habían pintado o medios los historiadores y saciólogos del pentecoslolismo.

DONALD W. DAYTON, recanocido o nivel mundial como uno de los


estudiosos mm destocados del pentecostolismo, es autor de varios libros y
enseño en el Northem BopHst Theological Seminory de Chicago, Estados
Unidos. NORBERTO 5ARACCO, postor pentecostol orgenHno, es Direc-
tor poro América Latino de lo Focu~od Latinoamericano de Estudios Tea·
lógicos (FlET). Ambos son miembros de lo Fraternidad Teológico
LoHnoamericono.

IUENOS AIRES
GlRAND RAPtDS
Cuando entre 1909 y 1910 llegaron o América Latino los primeros
testigos del pentecostolismo, lejos estobon de suponer aquellos improvisa-
dos misioneros kJ mognitud que okonzorio en pocos dérodOl el movimiento
01 que dobon origen. No existen tifros confiables sobre lo 'población pente-
costal' del continente, pero bosta decir que lo Iglesia Evangélico serío hoy
uno minoría imperceptible si no fuero por lo presentio pentecostol.
No es posible entender 01 pentecostolismo latinoamericano sin tener en
doro los características de su origen. Donold Doyton se ocupo de esto
toreo, y lo hoce con meticulosidad admirable. Por rozones obvios, en su
investigotión no estón presentes Latinoamérica ni lo historio oduol del
movimiento pentecostol. Doyton trabajo en lo que sería lo pre-historio del
pentecostolismo latinoamericano. Sin embargo, el ledor descubriró que
mucho de lo ocurrido en el pentecostolismo de América LoHno sólo es
comprensible o partir de aquellos roices teológicos que aquí se analizan y
que pueden sintetizorse en cuatro ofirmotiones cristológicos: Jesucristo
salvo, sono, bouHzo con el Espíritu Sonto y viene otro veL El aporte de
Doyton en esto obro nos permite completar el cuadro que hasta ahora
habían pintado o medios los historiadores y saciólogos del pentecoslolismo.

DONALD W. DAYTON, recanocido o nivel mundial como uno de los


estudiosos mm destocados del pentecostolismo, es autor de varios libros y
enseño en el Northem BopHst Theological Seminory de Chicago, Estados
Unidos. NORBERTO 5ARACCO, postor pentecostol orgenHno, es Direc-
tor poro América Latino de lo Focu~od Latinoamericano de Estudios Tea·
lógicos (FlET). Ambos son miembros de lo Fraternidad Teológico
LoHnoamericono.

IUENOS AIRES
GlRAND RAPtDS
RAlCES TEOLOGICAS
DEL PENTECOSTALISMO

por

Donald W. Dayton

Prefacio de Norberto Saracco

1991
NUEVA CREACION
BUENOS AIRES - GRANO RAPIDS
y
WILUAM B. EERDMANS PUBUSlllNG COMPANY
Contenido
Prólogo a la edición castellana ....•......•••.........•...... vii
Copyright e t991 Nueva Creación Prólogo ............................................•..... xiii
filial de Wm. B. Eerdmans Publishing Co.
2S5 1effe""" Ave. S.E., Gnnd Rapids, Mich. 49503 lo Hacia un aná1isis teológico del pentecostalismo 3

Nueva Creación, 10st Mármol 1734 - (1602)F1nrida n. Las raíces metodistas del pentecostalismo 17
Buenos Aires, Argentina
m. El avivamiento noteamericano
TItulo de la obra en inglés: de la perfección cristiana ......................••....•..... 37
1MoIogical Roots of Penrecostalism.
Copyright e 1987 The Scarecrow Press, !ne. IV. El triunfo de la doctrina del bautismo
52 Libeny St, Boa 4167, Meruchen, NI, 08840 pentecostal del Espíritu Santo 55

Tradua:iÓll de flsa R. de PoweU V. El surgimiento del movimiento de sanidad divina 77

VI. El surgimiento del premilenarismo 99


Todos Jos derechos reservados
All right5 reserved EPILOGO. El surgimiento del pentecostalismo .......•......... 123
Impreso en los Estados Unidos
Printed in tbe United States of America Notas ........................................•.....•.... 129
Reprinted 1996 Indice de personas ....•.....•...........••............... 157
EX LIBRIS ELTROPICAL Indice de temas .......•.....•.....•.....•......•......... 160
Ubrary 01 Congres. Catalnglng·In·Publkatlnn Data
Indice biblico ............................•.....•......... 163
DaytOll, lJonald W.
(TheologicaJ roots of PcntocoslaJism. Span~h]
Raíces teológicas del penlccostalisroo I por Donald W. Dayton;
prefacio de Norberto Saracco; (tradua:i6n de EIsa. R. de PoweU].
p. cm.
Translation of: Tbeological roots of Penteoostalism.
lndudes bibliographical references and indexes.
ISBN ll-8128-O!12t-9
1. PentccostaJism - History of doctrines. l. TIlle.
BRl644.D3918 1991
270.8'2-dc20 91.9415
CIP
Himnos de Gloria
t El Aposento Alto Prólogo a la edición
B. Vi.C.....GIJI
Old TIme Powrr
Aeto.t 2: 4.
castellana
~ ~"~~
~ª,g=f¿-I-Wª=: t~ Cuando entre 1909 y 1910 llegaron a América Latina los primeros tes-
timonios del pentecosta1ismo, lejos estaban de suponer aquellos im-
1. En UD • - po-sen·to al-lo, Con u-oá- Di-me fer-vor, provisados misioneros la magnitud que alcanzarla en pocas décadas el
2. Con t:s-trut:n-<1o de los de ~ los Des-ttn-dió la gran vir - tud; movimiento al que daban origen. No contamos con cifras confiables so-
3. Es . te grao po. det 80 - ti - gua :Ea del fiel ce -les - te don;
bre la _poblaci6n pentecostal- del continente, pero basta decir que la
1 4. Dios es - tá res· ti . tu· yen- do Es - te grao. Pen-te ~ cos - t~.!>.
Iglesia Evangélica sería boy una minoría imperceptible si no fuera por la

E?M-53EFF§gfut©f2$~ presencia pentecostal. Qué decir del futuro inmediato, cuando es eviden-
te una creciente pentecostalizaci6n en la fe y práctica de los otros secto-
res del protestantismo. He aquí el riesgo y desafío de los cuales los
mismos pentecostales DO son conscientes.
~~ ;' =1hLªfY§!il~:g'HH-~ Los orígenes del pentecostalismo en América Latina se remontan a la
actividad de misioneros independientes que llegaron a estas tierras para
I Cien-tovein - te d - pe-ra - bao. La pro-me-sa del Se-ñor. compartir la .experiencia_ del bautismo con el Espíritu Santo. No vinie-
¡ To- dos fue-ron bau-ti-n-dos Con el SantoEs-pí-ri - tu. ron enviados como parte de una estrategia misionera denominaciona!,

.. .--
Pro-me-ti-do& los cre-~n-te' De bu-mil·de co-ra-zóu.
Ve! Es - pi - ri - tu sus do- Des

--~-'-
..
Nos re - par-te o- tra ve%..
sino respondiendo a una inquietud personal O llamado divino (según sus
propias explicaciones) originado en el momento de haber recibido el
bautismo del Espíritu Santo. Esta experiencia carismática era tan impor-
tante para ellos que formaba parte del mensaje salvífico. Por ello, su ac-
tividad inicial estuvo dirigida tanto a no creyentes (entiéndase cat6licos),
Coao , como a miembros de las distintas denominaciones protestantes.
En otros casos, como en Chile, la iglesia pentecostal no naci6 por la
;=;:=0 •
I .. F prédica de algún misionero, sino por la búsqueda, de parte de ciertos

..... ---
Dios man- da tu gra.u po - der. Dios mau-da tu gran po- du.
4-"
~
......
"-
líderes, de la vivencia pentecostal que irrumpfa en otras latitudes.
Más allá de las peculiaridades que podemos encontrar en la historia
de cada pafs, bubo un denominador común: la experiencia del bautismo
con Espíritu Santo como algo separado de toda otra obra de gracia yper-
fectamente identificable a través de señales externas como la glosolalia.
, Este fenómeno con antecedentes cercanos en el siglo XIX, como bieo nos

Dios man - da tu gran


..
po-der, A
1
ca-da
I
CO - fa - ZÓD.
muestra Dayton, se esparci6 como reguero de pólvora por Estados U ni-
dos yel centro y norte de Europa en la primera década de este siglo. Des-
de allí lleg6 a América Latina
Es imposible entender al pentecosta1ismo latinoamericano sin tener
en claro las características de su origen. Entre ellas se destacan dos:

vii
RAlCES TEOLOGtCAS DEL PENIECOSrAUSMO PROLOGO A LA EDIOON CASIELlANA

1. El valor de lo personal e individual por encima de lo estructural o (liturgia, pertenencia de clase, capacidad movi1izadora, mensaje escapis-
denominacional. ta, comunidad de refugio, ete.), podrían aplicarse a otros grupos religi<>-
2. El valor de la experiencia espiritual por encima de la articulaci6n sos y sólo revelan ciertas facetas de la realidad.
teol6gica. Ambos factores se hallan tan íntimamente relacionados entre Donald Dayton nos propone aquí un acercamiento dístinto a1fen6me-
sí que se podría hablar de una relaci6n de tipo circular. Es decir, uno es no pentecosta\: díscernir las raíces teológicas que le dieron origeIl- Por
a la vez causa y efecto del otro. La experiencia legitima el rol de quien la razooes obvias, en su investigación no están presentes Latinoamérica ni
vive, mientras que por ello se constituye en el receptor de nuevas expe- la historía contemporánea del movimiento pentecostal Dayton trabaja
riencias. La autoridad deviene de algo que está más allá de toda estruc- en lo que sería lapre-historia del pentecostalismo latinoamericano. Una
tura y por lo tanto la fidelidad está dirigida a la fuente de autoridad y no aproximaci6n superficial a su investigaci6n podría llevarnos a preguntar:
a las mediaciones humanas de ella Los pioneros pentecostales que lle- ¿Qué tiene que ver esto con nosotros? ¿No es, acaso, diferente el pente-
garoo a América Latina respondían a una misi6n personal arraigada en costalismo norteamericano y europeo que el latinoamericano? ¿No de-
una experiencia espiritual. Por ello no plantaron una denominaci6n, si- viene esa diferencia de los modos de inserci6n en contextos dístintos? Si
no grupos aislados unos de los otros, identificados con sus fundadores, miramos atentamente descubriremos que mucho de lo ocurrido en el
con trasfondos denominacionales, gobiernos eclesiásticos y teologías dís- pentecostalismo de América Latina sólo es compreDSlole a partir de
tintas, que tenían en común una misma experiencia espiritual aquellas raíces teológicas.
En realidad, en los países de origen el pentecostalismo naciente COm- El trabajo de Dayton tiene la virtud de sintetizar en cuatro afirmaci<>-
partía la misma confusa variedad. Pero en ellos el proceso de estructu- nes cristológicas las raíces teológicas comunes a toda Iglesia que se lla-
raci6n fue más rápido. Surgieron entonces las grandes denominaciones ma pentecostal: Jesucristo como salvador, bautiuuJor con el Espíritu
pentecostales, con las cuales las pequeñas iglesias de América Latina tra- Santo, sanador y rey que vendrá otra vez. Más allá de los matices propios
taron de vincularse. En algunos casos la iniciativa parti6 desde Estados de cada contexto o de los énfasis peculiares, siempre subyacen estos te-
Unidos o Europa; en otros, desde las iglesias latinoamericanas. A las mas como un denominador común. Los peotecostales los llaman «el
unas las movía su pretensi6n hegem6nica, a las otras la búsqueda de re- evangelio cuadrangular» o «el evangelio completo». Como bien muestra
conocimiento y estabilidad. Dayton, no son patrimonio exclusivo de los pentecostales ni han sido in-
No fue sino basta fines de la década de los cincuenta que el pentecos- ventados por ellos, pero la manera de interrelacionarlos en su fe y prácti-
talismo latinoamericano comenzó a tener una presencia significativa e ca, sí les pertenece. No son meras proclarnaciones doctrinales sino
inició su etapa de crecimiento permanente. Ciertamente DO fue casual experiencias de vida La mayoría de los pentecostales no sabría siquiera
que esto coincidiera con la crisis de los gobiernos populistas y la forma- cómo explicarlos articuladamente pero sí darían testimonio de su vera-
ci6n del proletariado urbano. Quizás por haber nacido entre negros y cidad a partir de sus vivencias personales. He aquí la clave hermenéuti-
mujeres, o por haber llegado de la mano de inmigrantes, el pentecosta- ca del pentecostalismo: Jesús salva, bautiza y sana porque me ha salvado,
lismo ech6 raíces en medio de los desesperanzados y desposeídos. No bautiuulo y sanado a mE.
fue una opci6n misionera artificial sino una simple realidad existencial. Puestas a funcionar en el contexto de las masas desposeídas y necesi-
No optaron por ser pobres: eran pobres. Desde esta condici6n de vida tadas de América Latina, estas doctrinas adquieren un valor particular.
millones encontraron un camino para articular su fe y sus esperanzas. El evangelio es vivido en la radicalidad de su poder liberador y humani-
¿Por qué en y a través del pentecostalismo? La respuesta es compleja. zador. Los abordajes psicológicos y sociológicos al pentecostalismo han
No desconocemos los intentos de explicaci6n que se han esbozado,la desestimado o mal entendido tal climensi6Il- Por lo general se lo descri-
mayoría de ellos desde una perspectiva sociológica o de la fenomeno- be como una ...eligi6n de escapismo» donde sus integrantes piensan más
logía de la experiencia religiosa. Sin embargo, tales acercamientos no son en el cielo que en los problemas concretos de la tierra. Hace algo más de
suficientes y la mayoría de ellos no logra entender la cuesti6n fundamen- veinte años Christian Lalive d'Epinay lo llam6 el ...efugio o cielo (en su
tal ni responder la pregunta del porqué se ha dado este fen6meno masi- versi6n inglesa) de las masas». El error de tales interpretaciones radica
vo en el pentecostalismo. Las causas que comúnmente se esgrimen en que no han sabido díscernir el papel de protesta que tiene cierta hím-

viii ix
RAlCES TEOLOGlCAS DEL PENTECOSTAUSMO PROLOGO A lA EDIOON CASTJ!lLANA

nología y liturgia pentecostaL Una forma de subversión es negarles po- samiento cabe perfectamente en una sociedad de opulencia y religiosi-
der y autoridad a los dioses de esJe siglo. dad que necesita un justificativo teológico a su carrera desenfrenada por
De igual manera carece de importancia cuestionar la doctrina penJe- la posesión de bienes materiales. Esto nos plantea, desde América Lati-
costal de la sanidad divina a partir de negar la posibilidad del milagro, na, un doble problema. Por un lado, las iglesias Ysus miembros tratan de
como lo hace cierta crítica liberal, o de aducir que tales manifestaciones refiejar un estilo de opulencia para demostrar que cuenJan con la bendi-
sobrenaturales quedaron confinadas a los primeros años del aistianis- ción divina. Por otro lado, se acepta ingenuamente el correlato político-
mo, como lo hace cierta teología conservadora. La negación de lo suce- ideológico que sirve de sustento a este tipo de sociedad.
dido no lo anula; sólo lo deja sin explicar. Al igual que el ciego del El pentecostalismo latinoamericano esJá asumiendo, en su mayoría,
evangelio, la respuesta de un pentecostal será: «sólo sé que antes era cie- esta manera de ser. Ciertamente,. como ya lo hemos dicho, no responde
go y ahora veo». Para un teólogo tal explicación no es suficiente; para a una mera cuestión de imagen, sino a una radicalmente nueva concep-
millones de latinoamericanos la sanidad divina ha sido y es la única po- ción de la fe y su eficacia. Plantea una forma de paraíso terrenal que apa-
sibilidad de acceso a la salud. rece como un espejismo para millones que se debaten diariamente entre
Vemos, entonces, que las doctrinas cardinales del pentecostalismo se el hambre y la miseria. Las implicaciones son eclesiológicas, teológicas y
encamaroD en las situaciones particulares del continente, confluyendo misionológicas. Estamos asistiendo a la constitución de un pentecosta-
en esa síntesis única que es el movimiento pentecostallatinoamericano. lismo de c1ase media que deja la periferia de los pueblos y ocupa para
El aporte de Dayton, en este trabajo, nos permite completar el cuadro sus templos los mejores lugares de la ciudad. A diferencia de lo ocurri-
que hasta ahora habían pintado a medias los historiadores y sociólogos. do en Estados Unidos o Europa, esJe movimiento no acompaña al
Cabe preguntarnos si el pentecostalismo contemporáneo refieja las movimiento de la sociedad En este caso, el nuevo pentecosta1ismo repre-
raíces teológicas y sociológicas que le dieron origen y han contnbuido a senta un modelo de sociedad que está más allá de las ¡>OS1bilidades de su
su crecimiento. En un aspecto diríamos que s~ pues lo que hemos des- contexJo. i.Hasta dónde podrá distanciarse?
cripto hasta aquí continúa vigente. Al mismo tiempo, han emergido otras La predicación y el énfasis sobre la teología de la prosperidad, que
facetas que nada tienen que ver COD su historia pero que determinan su acabamos de mencionar, han relegado a un segundo plano una de las
imagen actual. Continuando con el vocabulario botánico, no serían «ral- ralces fundamentales del pentecostalismo, el bautismo con el Espíritu
ees» sino «injertos», pero la savia de ambos ha producido un nuevo fru- Santo. Investigaciones recientes en iglesias pentecostales demuestran
to. Quizás la de mayor efecto sea aquella teología que ha vinculado las que menos de un 40% de sus miembros dice haber recibido el bautismo
bendiciones al progreso económico, identificando los valores de la socie- con el Espíritu Santo con la evidencia de hablar en lenguas. A simple vis-
dad de consumo con los del reino de Dios. Su punto de partida tiene que ta podría suponerse que no tiene por qué una cosa haber afectado a la
ver con la fe en un poder de Dios capaz de transformar cualquier situa- otra. Podría aducirse también, desde una perspectiva no pentecostal, que
ción adversa, incluso la económica. La creencia en un Dios de poder al estamos asistiendo al desmoronamiento de una creencia equivocada. No
servicio del hombre DO es nueva entre ]os peotecostales. Pero la manera es esJe el lugar para un debate teológico al respecto, pero nuestra hipóte-
en que esJo se ha desarrollado a partir de la década de los setenta en Es- sis es que se ha producido un cambio cualitativo que va de una espiritua-
tados Unidos ha introducido elementos nuevos que entran en conflicto lidad individualista a una historicidad materialista de la experiencia
con la tradición pentecostal, aunque son aceptados acríticamente. Day- religiosa.
ton DOS recuerda que la vertiente más importante del penteoostaJismo También han sido afectadas, y por las mismas razones, las consecuen-
está en los movimientos de santidad que se remontan al siglo XVIII y lle- cias prácticas de la escatología pentecostaL Dayton demuestra cómo la
gan a su máxima expresión en el XIX. Una de las manifesJaciones exJer- creencia en la pronta venida premilenaria de Jesús era parte de las ralees
nas de la teología de la santidad era el estilo de vida austero. No obstante teológicas del pentecostalismo. Otros, como Anderson y Faupe~ a quie-
ello, el pentecostaJismo norteamericano, movido por las enseñanzas de nes el mismo Dayton cita, dirán que tal doctrina es parte integral del men-
algunos de sus evangelistas más famosos, ha revertido esta tendencia y saje pentecostaL El sentido de urgencia que tal escatología supone ha
aceptado una relación causa-efecto entre bendición y riqueza. Tal pen- sido aceptado como una de las causas del crecimiento de la Iglesia Pen-

x xi
RAlCES TEOLOGICAS DEL PENfECOSTAUSMO

tecostal. Sin embargo, esto ha variado en las liltimas décadas. No ha ha-


bido un cambio en el contenido de la doctrina, pero sí en su énfasis. Ya
no aparece como tema permanente ni es usada para presionar hacia la
fe a los inconversos. Hoyel argumento pasa por lo que Dios hace aquí y
Prólogo
ahora por el ser humano. No se apela al parafso futuro como alternativa
de la realidad adversa, sino a un presente paradisíaco. Es interesante no- Los estudiantes que tienen dificultades con las fechas de acontecimien-
tar la paradoja de que el movimiento religioso cristiano contemporáneo tos hist6ricos suelen alegrarse cuando leen acerca del pentecos-
al que más se lo ha acusado de escapisla ha llegado a ser el más preocu- talismo en Norteamérica. Una forma de entender esta historia es
pado por lo terrenal, aunque camuflado en lenguaje y actitudes difíciles considerarla como un acontecimiento que «irrumpi6» durante un servi-
de desentrañar. cio de sanidad en Topeka, Kansas; allí se escuch6 a una tal señorita Ag-
Las ralces de las que habla Dayton no son el producto de una serie de nes Ozman «hablar en otras leoguas», tal como lo hicieron los disclpulos
afirmaciones teológicas elaboradas como un credo. No hay en el pente- de Jesús el primer día de Pentecostés cristiano. Este moderno aconteci-
costalismo un origen teológico puntual y preciso. Por el contrario, nos miento tuvo lugar la VÍSpera de año nuevo, en 1900. El grupo que rodea-
habla de earoinos diversos, algunos de ellos transitados por más de un si- ba a la señorita Ozman y la escuch6 hablar se volvi6 a reunir al día
glo, que coufluyeron dando sostén y marco a una experiencia religiosa. siguiente, la primera mañana del flamante siglo xx. En estos términos,
Es importante, sin embargo, reconocer que el proceso DO se detuvo la es fácil entender el pentecostalismo, precisamente como un fen6meno
noche de fin de año del 1900 en Topeka, Kansas. Sigui6 en lo que va del del siglo XX.
siglo XX enriqueciéndose y modificándose. En presencia de un movi- Desde la misma perspectiva, este libro trata acerca del siglo XIX, ya
miento tan dinámico como el pentecostalismo latinoamericano -o, pa- que allí se da la prehistoria del ahora conocido Movimiento Pentecostal
ra ser más exactos, los pentecostalismos latinoamericanos - podriamos que se extiende por todo el mundo cristiano y atrae tanta atenci6n. Na-
preguntarnos una vez más si sus raíces son las mismas que menciona Vay- turalmente, toca al autor demostrar que este movi..mjento contemporáneo
ton. En parte s~ porque aquellas son también las nuestras, pero no to- es más complicado que si se tratara simplemente de ese asombroso re-
das. El nos dirá en su conclusi6n que una cosa es el desarrollo hist6rico molino que agit6 las hojas de la pequeña ciudad de Topeka, y del que
y otra las raíces que lo originan. Es cierto, pero no podríamos reconocer surgieron después otras maravillas. A Dayton le interesan las hojas - si
al pentecostalismo latinoamericano sólo a partir de las ralces que Day- me está permitido usar esta metáfora- y también lo que está por detrás
ton muestra. ¿Qué de las vertientes litúrgicas aut6etonas, o del trasfon- de eUas, es decir, los árboles y las ralces. Nos muestra que hay muchas
do cat6lico romano y su religiosidad popular, o de los ingredientes clases de arboledas, árboles y hojas, sin siquiera alejarse de los aconte-
africanos en el Brasil? Tampoco podemos entender nuestros pentecos- cimientos ocurridos durante el cambio de siglo.
talismos sin saberlos ligados a aquellas teologías que Dayton desarrolla. Pero no sería justo ni apropiado decir que hasta ahora nadie ha nota-
La obra de Dayton en las páginas que siguen no es un viaje en el túnel do ni la prehistoria ni la historia de este movimiento. Charles Edwin Jo-
del tiempo. Es una invitación a conocer las corrientes que dieron origen nes publicó en 1974 una obra con 7338 referencias, titulada Guide lo /he
a la denominaci6n cristiana que más influencia tiene en este siglo. A pen- Studyof/he Ho/mess Movemenl (Guía para el estudio del Movimiento de
tecostales y no pentecostales debe hacernos reflexionar sobre las raíces la Santidad), y luego dej6 otra pista en 1983, con su obra A Guide lo /he
que estamos preparando para la iglesia del mañana. StudyofPentecosla/ism (Guía para el estudio del pentecostalismo). Aun-
Norberto Saracco que allí agrega 9.883 referencias, Dayton afirma que «estas bibliografías
Buenos Aires, agosto de 1990 no son, por supuesto, completas...» Esto sugiere, sin embargo, que el mo-
vimiento es uno de los fen6menos más registrados y mejor preservados
dentro del cristianismo moderno.
¿Por qué, entonees, ha pasado tan inadvertido? Una opini6n que
podría aventurarse es que la mayoña de los seres humanos, la mayoría

xii xiii
RAlCESTEOLOGICAS DEL PI'NfECOSI"AUSMO PROLOGO

de los norteamericanos, la mayoría de los historiadores, y aun de los his- Espirito, o (como se verá con mayor claridad en las págfuas siguientes)
toriadores de la religión norteamericana, jamás ha leído ni uno solo de antes de que ocurriera esta experiencia de la .lluvia tardía>, no resultaría
estos miles de datos. Hasta hace poco, digamos una generación atrás, se pertinente, y restaría al carácter milagrpso del derramamiento. Pero ro-
veía al penterosta1ismo como un movimiento de analfabetos, «desequili- mo se ve claramente por la lectura de este hbro, no les queda otra alterna-
brados», -ignorantones», «taumaturgos», o «fanáticos bochincheros», tiva que aceptar que ya había llamas iniciales antes de que se ell1endíera
que estaban al margen de la cultura; quedarían a1ll, sin requerir ni tam- el fuego, y que ya habla raíces antes de que se coserharan los frutos. Por-
poco dejar literatura de importancia. Todo eso ha cambiado. El pente- que Dayton posee tan vasta informaci6n y muestra tanto respeto, no
costalismo se ha extendido como agente de crecimiento cristiano en podrían haber elegido un historiador más a su favor, sin que ~r ello pier
Africa al sur del Sabara, crecimiento que podría convertirse en el foco da su actitud-crítica.
más numeroso de esta generaci6n, al menos en el cristianismo protestan- El pentecostal ahistórico terminará viéndose a si mismo como otros
. te. El pentecosta\ismo está en vigor dondequiera que el cristianismo cre- lo ven. Esto es, verá sus ralces como parte de la tradici6n wesleyana, ya
ce. En Norteamérica ha penetrado hacia el norte, a partir de sus enclaves que se nutre principalmente de la doctrina de la salvación de Jobo Wes-
iniciales en el centro y el este de las regiones sureñas. Los bisnietos de ley, y de otros aspectos del movimiento de reforma nacido en suelo ano
los fundadores sostienen programas multimillonarios de televisión y ca· glosaj6n. Por supuesto, no son todos, ni cualquier wesleyano. Los que
sas editoriales, y son ahora figuras conocidas para los trece millones O tienen peso aparecen como parte de un momento y un contexto especí-
más de televidentes que siguen los programas de la «iglesia electrónica•. ficos. Y aquellos que Dayton demuestra como . tienen
Desde mediados de la década del sesenta no sólo han mejorado su ima- estampado un sello de «norteamericano•. Tambi ce notar en el de·
gen y apariencia, al punto de que ya no son adecuadas las «teorias sobre sarrollo del lema su idea original de que entra en juego un cierto tipo de
marginalidad> para explicar el fenómeno (como lo sugiere apropiada· «perfeccionismo».
mente Dayton), sino que ahora son la clase media·a1ta no carenciada del
catolicismo y algunos sectores del protestantismo tradicional los que tie-
neo movimientos pentecostales de importancia.
A medida que el movimiento extendIa sus brazos y creáan sus cone-
xiones haciendo que el fenómeno se volviera más visible, también crecía
la curiosidad. En este escenario se presentó Donald W. Dayton, cuya bi-
blioteca personal de 4.000 títulos sobre el tema le dio una ventaja inicial.
Esto, más su trabajo hibliográfico anterior, le brindaron otro impulso im-
portante. La Facullad de leología de la Universidad de Chicago DO podía
menos que agradecer que alguien con su trasfondo, conocimiento y ca-
pacidad los ayudara a explicar este movimiento de tanta importancia. El
haber trazado su prehistoria es uno de los resultados de este esfuerzo.
Servirá para desmitificar y tal vez volver a mitificar la visión del mundo
de la mayoría de los no pentecostales que lean el libro.
Los cristianos pentecostales también encontrarán razones para con-
sultar esta obra. Algunos de ellos, observa Dayton, no quieren realmen-
te tcner historia: son cristianos llenos del Espíritu que sostienen, entre
otras cosas, que este Espiritu simplemente descendió sobre sus antece·
sores después de diecinueve siglos relativamente tranquilos, casi de la
misma manera en que descendi6 en el Pentecostés original Si es as!, es-
tudiar algo que hubiera sucedido con anterioridad a este descenso del

xiv xv
RAlCES 'IEOLOGlCAS DEL PENfECOsrAUSMO

por supuesto, • .. de carácter social y psicológico para comple-


lar un estudio sobre el penlecostalismo, del mismo modo que sería útil
para un estudio de f ~ del anglicanismo o de cualquier Olro
movimiento. Pero el pentecostalismo es «algo más», y ese algo más inclu-
ye la teología que aquí se expone.
Uno podría decir de Daylon, como él lo dice deJones, que su libro no
está «completo», y que no «completa» los bbros de Jones. Sin embargo, RAlCES TEOWGICAS
_ de trabajo de importancia, sin el cual comentaristas futuros
del penteeostalismo no :án ha r llo-eDQ lévlrc::iDtetigeDte de los he- DEL PENTECOSTALISMO
chos. Nuevamente tenemos aquí una contribución acerca de la teología
y de los movimientos populares en el cristianismo, bajo>la-óptica de un
estudioso. Los pentecostales hacen bien en señalar la importancia de
Daylon. Probablemente Jo llamarían - Ysin duda lo harán si es que se
muestran . l ' ~s - Olra «bendiciÓn» de los últimos días.
Martin E. Marty,
• • Universidad de Olicogo

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El Evangelio Cuadrangular
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dellH>lO de o"", .. .. .. . Ha-blao CAPITULO 1
2. El .....n-4ar!>ay ~ cid s.-, ........Coa la


3. Con el es '-'U ~ la 11:~ va - &.6or.•..•...• .POJ' sus
H.-<ia lo< meo'" coa e mi-rad, coa JO'" cutad.. .. . . . . .. y re-
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a c:aiIcl5
E
Hacia un análisis teológico
del pentecostalismo

l Movimienlo Pentecostal ha sido por lo general interpretado - y
~ ~ que ha sido un hecho natural- principalmente en
ci. .-bifll ~'n que....". en gloria proclamld.•. , ... Co-mo~d ''I''i·
lérminos de su rasgo más característico: la g1osolalia o el «hablar en len-
~
.. , . r • •
-
,r ---¡
guaso. Ha sido as! tanto desde dentro como desde fuera del movimien-
lo. En su clásica del pentecostalismo, What Meanelh This?
(¿Qué significa esto?), Cad Brumbeck hace básicamente ~ de

u
, I 1 r u ~ la práctica de la g1osolalia.' Del mismo modo, la lileratura crítica se ha
fue ~ mi. muriendo en la cruz. ..•.... Gran Redentor. GIc>I'io-6o inclinado por lo general a atacar al penlecostalismo con el epíteto de
el ftor, el Lc6n de Ju-<U......• , . .su pn~er Su i-gie..¡ia re-
le-.van:US. al do.olor 'YeDci6.•••••..• TrK._aI -60r tu! ca-lcr-me. «nuevo movimiento de lenguas», o «moderna g1oso1aliao.' Un estudio

m~ "'--'-'" -rt,: .......


la a remar, pronto YOI - 'o'C J:)u..(ien-d~ ves· ti -do de
.. '~ --- aparenlemente más amplio del desarrollo reciente, como el del aulor
católico KIIWi M!;DoaDcU, C1iiiiiimotivRenewaJ and Ihe Orwdles
, • renovación carismática y las iglesias), es esencialmente =::3-:~
I I
CORO
• • las investigaciones psicológicas y sociológicas sobre la g1osolalia.'
Aunque por supueslo no carece de valor, un del pentecosta-

Cristo. Je~ el SaI..... -<tor.....I


r-J lismo de esta naturaleza tiene varias limitacioDes. En primer lugar, la g10-
solalia no alcanza a describir el movimiento adecuadamente como para
ti· be Y.' la vic- to -
da~ ~. qu{ sa -nu-do va..
va. na Es el Cua-dran-gu.lar, d Cuadran-
distinguirlo con claridad de otros movimienlos religiosos. Hasta la re-
gloria, ho--oor y ma.jes -tad.
ciente aparición del "<movimiento carismálico» o «.neopentecostal~o.
en el seDO de las esí;l¡¡ tradiQ,p , una definición así servía para
distinguir las iglesias penlecostales de las otras iglesias cristianas. Las
iglesias «penlecostales» eran aquellas cuyos miembros «hablaban en len-
guas». Pero la práctica de «la g1osolalia es realmente un fenómeno reli-
gu-lar, El Il- YIJl '&" ·lio de po-der de poder) Je gioso generalizado»' que aparece en una gran variedad de contextos. En
• ..J. ~
Norteamérica, por ejemplo, la g1osolalia apareció en grupas como los lla-
mados mormones del siglo XIX.' A pesar de los rasgos en
común, tales movimienlos sólo est ~aaam . culados al penleros-
talismo. La g1osolalia, por lo lanto, no puede definir el pente-
costalismo o distinguirlo de otros movimientos cristianos o
religiosos.

3
RAlCES 1llOLOGICAS DEL PENIECOSfAUSMO HACIA UN ANAllSIS 1llOLOGlCO

En segundo lugar, concentrarse de esIa manera en la glosolalia por


parte de intérpretes del pentecostalismo im~ide una ~decuadacom~ren­
si6n del movimiento al estimular_ prdensaooes ablsJóri<:as de qwenes En busca de un patrón común
sostieneo que el pentecostalismo surgi6 de la nada alrededor del. año
1900 en una pequeña escuela bíblica cerca de Topeka, Kansas, baJO el Las limitaciones de los esfuerzos por interpretar el pentecostalismo
Iider;.zgo del evangelista del Movimiento de la Santidad (.Holiness Mo- principalmente en términos de glosolalia plantean la cuesti6n de la po-
vemenllo), Charles F. Parham; o bien que surgi6 doce años más tarde en sibilidad de ofrecer un anMisis alternativo que vaya más allá de la prácti-
la misi6n entre los negros de la calle Azusa, en Los Angeles, según la ca de hablar en lenguas y alcance una comprensi6n más profunda de las
mayor credibilidad que se confiera a una ~ otra afirm~ci?n. Tanto los
6
bases teológicas u s dicha práctica..Más4ún,.bacerlo de tal
críticos como en menor medi del mOVlm1ento han cen- modo que permita al intérprete comprender la precisa relaci6n teológi-
trado mayorn:ente sus ataques o defensas en establecer Onegar una línea ca e hist6rica del pentecostalismo con otras tradiciones teológicas yecle-
hist6rica para los que invocan y practican este .don del Espíritu_ de tro síales anteriores vinculadas con él
de la tradici6n cristiana. El haberse orientado de esta forma hacia la glo- A primera vista, el esfuerzo por reducir la desconcertante variedad de
solalia distrajo la atenci6n de un cuidadoso anMisis hist6~co y teológi~ tradiciones pentecostaJes a un patr6n teológico comlin pareciera estar
de los desarrollos del movimiento en la ú1~e del siglo XIX, y eslJ- destinado al fracaso. Afortunadamente, sin embargo, gran parte de la va-
mulqese salto directo a movimientos anteriores, como el de . gi- riedad que muestra el pentecostalismo' actores culturales, ta-
t de Inglaterra, de alrededor de 1830, entre los que surgieron prácticas les como divisiones raciales, o bien del vínculo que las une a un fundador
y afirmaciooes teológicas similares a las de los penteenstales.' cuyo liderazgo carismático produjo erminada, que luego
En tercer lugar, la atenci6n que se brind6 a la práctica de la &!~la­ perpetu6 sus prácticas y convicciones particulares. 10 Para nuestros pro-
lia ha desviado a sus intérpretes de categorías teológicas de análisIS. Se pósitos teológicos pasaremos por alto estos factores.
han mpleado coo más frecuencia categorías sociológicas y psicológicas.' Pero aun las afirmaciones de fe y doctrina de carácter formal dentro
H~ta weciC1!lf aparici6n de la glosolalia entre estra1os,r.ulturales Y del pentecostalismo reOejan una asombrosa variedad, ycontienen no sólo
eclesiásticos de iglesias tradicionales, el fen6meno se entendi6 mayor- las doctrinas clásicas y comunes de la iglesia cristiana, generalmente am-
mente como UIlLlespuesta';lGognal a alguna forma de-«pÁvaci6~ ya pliadas por las diferentes adiciones de rasgos penteenstales (lenguas,
sea sociológica o psicológica. bautismo del Espíritu y otros) sino que a menudo afectan los .artículos
Aun cuando se han hecho intentos de análisis teológicos la concentra- de fe- sobre temas como el lavamiento de pies, las propiedades de la igle-
ci6n de interés en la glosolalia ha reducido el análisis teológico, al~ sia, la utilidad de encuentros al aire libre, o la pertenencia a sociedades
g r ellipo de cuestiones que se toman en.consideración. El result,ado secretas y agrupaciones gremiales. 11 Tampoco es conveniente confiar
ha sido que el típico análisis del ('kntecostallSmo se Ilji centrado C3SJ e~­ siempre en este tipo de afirmaciones para lograr una comprensi6n teo-
dusivamenteen cuestiones sobre eumatOl 3, especialmente la doctn- lógica del pentecostalismo. Son a menudo tomadas de otras tradiciooes
na del bautismo del Espíritu Santo, y sobre los dones del Espíritu.' eclesiásticas y teológicas que luego se expandieron en el ámbito pente-
Aunque es . -. con respecto a las interpretaciones del costa~ a menudo en un intento de aflItDar una «ortodoxia.. y continuidad
pentecostalismo que sólo toman en cuenta la glosolalia, todavía no cap- hist6rica con las tradiciones cristianas más clásicas. La ..Afirmaci6n de
ta como veremos después, la l6gica de su más compleja - quella la verdad» de 1948 de la Confraternidad Pentecostal de Norteamérica,
q~e reúne Jos temas teológicos que al menos co~liluyeroD el ~tecos­ por ejemplo, fue tomada palabra por palabra de la .Declaraci6n de fe-
talismo original. Este r<!lIuccionismq en el tratarmento de la teologla pen- enunciada cinco años antes por la Asociaci6n Nacional de Evangélicos,
tccostal DO sólo impide una plena comprensión del movimiento, sino que con excepci6n del artículo 5, que dice:
deja de lado la evaluaci6n crítica de sus afirmaciones más . . . .
CreeIDO' que el evangelio completo ind~ santidad de intención y de vida, la 51.-
nidad del cuerpo, y el bautismo en el Espíritu Santo, con la evidencia inkiaJ de ha-
blar en otras lenguas, por obra del Espíritu.n

4 5
RAlCES 'ffiOLOGICAS DEL PENrnCOSfAUSMO HAOA UN ANAUSIS 'ffiOLOGICO

Esta afUlIlaci6n si nos proporciona ciertas claves en la búsqueda de El movimiento «Sólo Jesús» deriva, tanto teológica como hist6ricamen-
una gestalt que reúna afirmaciones tfpicamente pentecostales, especial- te, de la segunda rama pentecostal de «las dos obras de la gracia».
mente si se la amplía con otras claves que provienen del consenso de es-
fuerzos por desarrollar una tipología de los grupos penlecostales. David
W. Faupe~ al desarrollar el trabajo de predecesores como Klaude Ken- Dos patrones en conflicto
drick y Everett Moore, divide las iglesias Ylos movimientos pentecosta-
les en tres grupos, de acuerdo con sus temas teológicos distintivos: La cuesti6n es, pues, desarrollar un análisis teológico del pentecosta-
1. Los que enseñan una doctrina de la santificaci6n en la tradici6n wes- lismo que sea característico de los dos grupos más importantes del
leyana de la santidad (las «tres obras de la gracia•. Son pentecostales que movimiento, y, de ser posible, que esto ayude a explicar por qué el pen-
mantienen que la experiencia cristiana normalmente encuentra expre- tecostalismo se separ6 en estas dos corrientes. Pero enfocar demasiado
si6n en un patr6n de conversi6n, seguida de una «completa santificaci6n» anticipadamente la tensi6n entre «las dos obras de la gracia. y «las tres
entendida como una experiencia posterior, y un posterior bautismo en el obras de la gracia», produciría un reduccionismo soleriológico no dema-
Espíritu Santo que capacita al creyente para testificar yservir, hecho evi- siado diferente del reduccionismo producido por centrarse anticipada·
denciado por el hablar en lenguas). mente en la g1osolalia. El articulo ya mencionado de la «Afirmaci6n de
2. Los que reducen este patr6n a «dos obras de la gracia», al unir las la verdad» de la Confraternidad Pentecostal de Nortearnérica (PFNA),
dos primeras en una obra acabada» que luego se va complementando usa la expresi6n «evangelio completo», y señala «la sanidad del cuerpo»
por un proceso gradual de santificaci6n (lo cual significa un enfoque cen- al igual que la «santidad» y el bautismo del Espíritu Santo.
trado en la conversi6n) y un erior bautismo del Espíritu Santo co- El término «evangelio completo» se usa frecuentemente dentro del
mo ya se lo ha definido. pentecostalismo y describe una constelaci6n de temas parcialmente la-
3. Los que sostienen una visión de la divinidad como «unidad», o «sólo tentes en el enunciado de fe desarrollado más ampliamente por la PFNA.
Jesús. (proclamando un «unitarismo evangélico. de la segunda Persona Los temas de «evangelio total» o «pleno» se hicieron expücitos de la si-
de la Trinidad)." guiente manera en una declaración anterior.
Aunque la tercera de estas tres tipologías es en más de un sentido la
Durante la Reforma Dios utilizóa Manín Luteroya otros para restauraren el mUR·
verdaderamente novedosa, y merecería un análisis por sí misma, 14 tam- dota doctrina de lajustifacación por la fe. Ro. S.l. Más tarde el Sei'tor usó a los her-
bién resulta claro, al menos para DUestrOS propósitos, que se trata prin- maOO6 Wesley y a otros que pertenecieron al gran mOYimicnto de santidad, para
cipalmente de un subgrupo del segundo tipo surgido de un problema restaurar el evangelio de la santifICación por la fe. Hechos 26.18. Despuis de esto,
subsidiario. El movimiento de la «Unidad. es una variante dentro del usó a divelAS personas para restaurar el evangelio de la sanidad divina por medio
de la fe (SIg. 5.14,15), y la doctrina de la segunda venida de Cristo. Hechos 1.11.
propio pentecostalismo producida por un esfuerzo Iiteralista de armoni- Ahora el Se60r está utilizando muchos testigos dentro del gran movimiento penle-
zar la f6rmula bautismal trinitaria de Mateo 28.19, con el patr6n usado costal para restaurar el evangelio del bautismo ron el Espíritu Santo y ron ruego
más frecuentemente en Hechos (especialmente Hch. 2.38), es decir, el (Lucas 3.16; Hechos 15) y los signos que leseguinán. Ma.J'CO& 16.17, 18; Hechos 2.4;
bautismo en el nombre del «Señor Jesús» o 4<1esucristo>t>. En esta rama 10.44-46; 19.6; 1.1-2831. Gracias a Dios, ahora tenemos predicadores del evange-
lio completo. u
del pentecostalismo la dificultad se resuelve por la afUlIlaci6n de la
fórmula de Hechos 2.38 y pasajes relacionados, y con el argumento toma- Este pasaje sugiere los cinco temas incluidos en «el evangelio comple-
do de Colosenses 2.9 de que Jesús es la plena manifestaci6n de la deidad to», es decir, «.las tres obras de la gracia» que caracterizaban a una de las
para esta presente dispensaci60. Aun cuando toca temas más amplios, corrientes, más otras dos: «la sanidad divina por la fe» y «la segunda ve-
tales como la comprensi6n dispensacionalista de la participaci6n trinita· nida de Jesucristo•. Estos dos temas adicionales pueden agregarse a las
ria de Dios en la historia humana, yel problema mayor de relacionar la enseñanzas de cualquiera de las dos ramas del pentecoslalismo y normal·
obra del Espíritu Santo con la obra de Cristo, este grupo de ideas no ex- mente aparecen en pasajes que detallan una lista de temas distintivos del
presa nada que sea universalmente característico del pentecostalismo. pentecostalismo. Esta constelaci6n de temas se repite a lo largo de toda
la tradici6n pentecostal.

6 7
RAleES TEOLOGlCAS DEL PENfECOSTAUSMO HActA UN ANAUSISTEOLOGlCO

El patr6n aparece muy al comienzo, por ejempln, cuandn los alumnos recibido un énfasis y una i1uminaci6n especiales por parte del Espíritu
del Bethel Bible CoUege se esforzaban por alcanzar el último eslabón en Santo durante el actual avivamiento pentecosta1»." Este patr6n, sin em-
la cadena de enseñanzas penteeostales. Como lo describe uno de sus pro- bargo, halla su expresi6n más clara todavía en el trabajo de Aimee Sem-
fesores, Charles F. Parham: pIe McPherson, la controvertida fundadora de la lnternational Church
of tbe Foursquare Gospel (La Iglesia del Evangelio cuadrangular), cuyo
Eo diciembre de 1900 tuvim06 el examen sobre el tema del arrepentimiento, la con- mensaje básico es resnmido por eUa de la siguiente manera:
versión, la consagración, la santifK:acióo, la sanidad. y la proota venida del Se~r.
HabílltDCl6 ambado a un problema en nuc:5U05 csr.udios.. i.Qui: del segundo Clpltu. Jesús DOS salva de acuerdo con Juan 3.16. No&: bautiza con el &púitu Santo de acuer.
k> de Hecb06? _. Puse a kJ5 alumD06a trabajar diligentemente acerca de edk:s eran docoo He:cbos 2.4. Cura Duestr05cuelJlO' de acuerdo con SantiagoS.I4-tS. y Jesús
las evidencias biblieas sobre: el bautismo del Espíritu Santo.!6 \odvttá de. Duevo a reCtoi.rnolcon ¿I de acuerdo con 1 Tesaklniceoses4.16-17.21

Esta tarea prnvocó unos días después el incidente que dio origen a la
teolegla penteeostal, cuando la alumna Agnes N. Ozman «recibi6 el
Espíritu Santo» y supuestamente habl6 en el idioma chinn.n
El patrón común de los cuatro puntos
Un patr6n similar aparece en la denominaci6n de ~aza ne~ llama-
Tomaremos este último patr6n de cuatro puntos como base de nues-
da F1rst Baptized Holiness Church ofGod of tbe Amencas (pnmera Igle-
tro análisis teológico e hist6rico. Aunque el patr6n de cinco puntos es
sia de Dios de las Américas Bautizada en la Santidad), que se fund6 en
hist6ricamente anterior y por lo tanto merece nuestra atenci6n, el patr6n
1926 por la fusi6n de varias otras, y cuyas ralees se remontan al año 1898.
de los cuatro puntos expresa con más claridad y de manera más transpa-
La base de la uni6n contenía los siguientes temas doctrinales entre sus
rente la lógica de la tcolegla pentecostal. Más afin, al estar contenida den-
compromisos denominacionales: el arrepentimiento, la regeneración, la
tro del patr6n más complejo, posee el derecho de ser considerada, si no
justificación, la santificación, el bautismo pentecostal, el hablar en otras
hist6ricamente, al menos lógicamente anterior al patr6n de los cinco pun-
lenguas según la operaci6n del Espíritu, la sanidad divina del cuerpo~ y
tos. Estos cuatro puntos son prácticamente universales dentro del movi-
la segunda venida premilenaria de Cristo." Es posible encontrar.este nos-
miento, y aparecen, como hemos tratado de demostrar, en todas las
mo patr6n en la Apostolic Faitb Mission (Misi6n de Fe Apost6lica), uno
ramas y variedades del penteeostalismo," mientras que el tema de la san-
de los cuerpos más antiguos del penteeostalismo, que remonta sus oríge-
tificación total es en última instancia caracteristico tan sólo de la rama
nes directamente al Avivamiento de la calle Azusa que hizo que el pen-
-de la santidad». Optar por el patrón más simple de los cuatro puntos no
tecostalismo se conociera en todo el mundo.
significa ignorar la rama del penteeostalismo vinculada con el Movimien-
Esta iglesia ... coloca un gran énfasis sobre la necesidad de tener I.res ~rie.ncias to de la Santidad. Las razones teológicas e hist6ricas para su existencia
espirituales distintas y separadas, que obran e~ el corazón y en la V1da: JGJlUtifico- se irán revelando a medida que trabajemos con el patr6n más universal.
OÚII, la santificadún, y ~l baJ¡tismo del úpim~ Santo ... Estas doctonas que ron·
Debemos admitir de inmediato que todos los elementos del patr6n de
ciernen a la experiencia espiritual, junto ron las ensei\anzas sobre la sanidad divina,
la inminente segunda venida de Jesús (pcemilenaria) ... proporcionan el sólido fun· los cuatro puntos aparecen por separado o en diversas combinaciones en
damento C5Critural sobre el que se basa la iglesia. 19 otras tradiciones cristianas. Aun el patr6n completo de los cuatro pun-
tos está de alguna manera anticipado, por ejemplo, en el _evangelio de
Este patr6n es quizás más claro en la otra rama principal del pente- los cuatro puntos» de A. B. Símpson, fundador de la Alianza Cristiana y
costalismo, en donde el segundo tema de la santificaci6n ~ aparta para Misionera de fines del siglo XIX, quien hablaba de Cristo como el «Sal-
dar mayor énfasis al _evangelio completo» como el-evangeho de los cua- vador, Santificador, Sanador, y Rey esperado»." Pero el surgimiento de
tro puntos». El te61ogo Stanley Horton, de las modernas Asam~I~ de este patr6n es, de hecho, el último paso en el complejo proceso de desa-
Dios, desarrolla en su manual de entrenamiento para la denommaCl6n, rroUo que culmina en el pentecostalismo. Su significado se aclarará más
lnloAII Truth (Hacia toda la verdad), las _cuatro enseñanzas fundamen- adelante en la historia. De todos modos es posible aflllllar que este
tales: salvaci6n, sanidad, el bautismo del Espíritu Santo, y la segunda Ve- patr6n de cuatro puntos nos proporciona un análisis del penlecostalis-
nida de Cristo>, porque -estas cuatro enseñanzas fundamentales han

8 9
RAlCES'IEOLOGICAS DEL PENreCOSfAUSMO HAOA UN ANAUSIS 'IEOLOGICO

mo lo suficientemente característico de todo el movimiento como para camente." Los pentecostales leen los relalos de Pentecostés en Hechos
poder usarlo como base de un análisis hist6rico y teológico. e insisten en que el modelo general de recepci6n del Espíritu Santo por
Se podrían ofrecer otros modos de analizar las cosas, pero el valor de parte de la iglesia primitiva, especialmente como en algún sentido está
este análisis se demuestra 1) empíricamente, como hemos dicho, al apa- distanciada en el tiempo de la experiencia de Jesús que teoJa la iglesia,
recer tan extendidamente en la literatura del pentecostalismo; 2) teológi- debe repetirse en la vida de cada creyente individual.
camente, como seña1aremos de paso, por la manera en que permite ~ ~acer esta afirmaci6n, el pentecostalismo se coloca en una larga
explicar la lógica del pensamiento pentecostal; e 3) hist6ricamente, ro- tradiCl6n de una «hermenéutica subjetivista-. Claude Welch, por ejem-
mo lo demostrará este trabajo en su conjunto, al mostrar, quizás por pri- plo, señala que parte de la razón del vuelco hacia la experiencia subjeti-
mera vez con claridad, las rafces de la teología pentecostal. va del pietismo fue la insistencia en que «el drama de la raza - Creaci6n,
El significado más completo de cada uno de los elementos del evan- Caída y Redenci6n- debe ser revivido en cada creyente individual».
gelio «cuadrangular» se irá aclarando a medida que se rastree el surgi- Dentro del pietismo, hablar del «Verdadero nacimiento de Jesucristo es
miento hist6rico de cada uno de ellos. Aquí nos preocupa demostrar hablar de su nacimiento en nuestros corazones, su verdadera muerte es
cómo estos elementos, unidos en una inequívoca constelaci6n, expresan esa muerte en nosotros, su verdadera resurrecci6n es el triuoJo de la fe.»2I
la lógica Última del movimiento. Aunque están presentes por separado Los antecesores del pentecostalismo vinculados con el movimiento de la
en otras partes, estos cuatro lemas se incorporan dentro del pentecosta- «vida superior», durante el siglo XIX, utilizaban un acercamiento similar
lismo de tal manera que se refuerzan unos a otros. La lógica característi- ~ las Escrituras al apropiarse de elementos de la Heilsgeschichk del An-
ca de estevínculo puedeverse más fácilmente al analizar los tres primeros lIgu? T~tamenlo de.una manera devocional. El éxodo de Egipto, la pe_
nombres dados al movimiento: «Movimiento Pentecosta1», «La FeApos- regnoaCl6n en el desIerto, el cruce del río Jordán para entrar en la tierra
t6lica» y «Movimiento de la Lluvia Tard[a». Las tres expresiones apare- prometida, se convirtieron en las etapas normativas de la peregrinación
cen en el título que Charles F. Parham usa en su primer informe acerca espiritual desde la conversi6n hasta la «segunda bendici6n» (<<Tierra de
de este nuevo fen6meno: «La lluvia tardía: historia de los orígenes del Beulah»)."
movimiento apost6lico original, o movimiento pentecostah" William Meozies, historiador de las Asambleas de Dios, sugiere que
.•.eI movim~eolo penleco&tal es ese grupo de sectas dentro de la iglesia cristiana que
se caractenza por la creencia de que lo mencionado en Hechos 2 en el día de Peo.
La hermenéutica pentecostal I~tés DO sólo sef1aJ6 el nacimiento de la iglesia sino que describe UDa expcrien.
na al alcimce de creyentes de lodas las épocas. Piensan que la evidencia de haber
Al analizar el primero de estos títulos, el «Movimiento Pentecosta1», pasado por la experiencia de ser investidos con poder - ..el bautismo del Espíritu
SaoIO.- es el «hablar en otras lenguas según el Espíritu...•.)()
se revela cómo se unen entre sí los dos primeros elementos del evange·
Iio de los cuatro puntos, sa1vaci6nJjustificaci6n y bautismo del Espíritu Este análisis capta la afirmaci6n central del pentecostalismo, e indica
Santo. Este patr6n está basado en una hermenéutica propia: una mane- por qué lleva el nombre que tiene. La forma peculiar que tiene el movi-
ra claramente pentecostal de apropiarse de las Escrituras. En contraste míenl.o de.leer.la.: ~lUras lo lleva a la conclusi6n de que, al igual que
con el protestantismo magisterial, que tiende a leer el Nuevo Testamen- en la IglesIa pnmltlVa, el creyente moderno se convierte en un discípulo
to según el apóstol Pablo, el pentecostalismo lee el resto del Nuevo Tes- del Señor Jesús y recibe la plenitud del bautismo del Espíritu Santo en
tamento por medio de la 6ptica de Lucas, especialmente con la visi6n del acontecimientos o «experiencias» separadas. De esle modo los dos pri-
hbro de los Hechos. Comenta W. J. Hollenwcger: «..Jos pentecostales y meros elemenlos del evangelio de los cuatro puntos se vinculan enlre sí
sus predecesores se apoyaron casi únicamente en el Evangelio de Lucas por una hermenéutica peculiar.
y en los Hechos de los Apóstoles.»" Plantear la cuesti6n de la disponibilidad de la experiencia de Pente-
Pero cambiar de los textos paulinos a los de Lucas es cambiar de un costés para cada generaci6n es cuestionar implícitamenle la validez de
género literario a otro, de un material didáctico a un material narrativo.26 los fen6menos registrados en forma manifiesta cn el Nuevo Testamento:
Los textos narrativos son notablemente difíciles de interpretar teológi- no solamente los carismala tales como la g1osolalia sino -lo que es aún

10 JJ
RAlCES 'ffiOLOGtCAS DEL PENrECOSTAUSMO HAUA UN ANAUSIS 'ffiOLOGICO

les de Jos ap6s:toles) en tanto agentes de Dios dotados de auloridad pan fundar la
más difícil- la cuesti6n de la sanidad divina, también señalada en el Nue-
iglesia. Su función se limitaba claramente a la iglesia apo&:t6ltca. y necesariamente
vo TesIamento como «un don del Espíritu». tuvieroa que terminarse junto ron eIla."
El pentecostalismo sostiene que los milagros literales de la sanidad
ocupan un lugar integral dentro del ministerio de Jesús, e insiste en que Los pentecostaJes, sin embargo, afirman que si Dios es un Dios que
éstos pueden experimentarse en nuestra época porque son parte de la no cambia," entonces la naturaleza de la iglesia apost6lica debe ser, en
experiencia pospentecostal de la iglesia primitiva, tal como lo registra el este punto, normativa para todas las edades. Al afirmar que ellos esta-
libro de Hechos. Estos milagros de sanidad no son solamente parte de la ban restaurando los elementos sobrenaturales de la era apost61ica, el
salvaci6n y del alivio que el evangelio trae a la humanidad, sino que son movimiento afirmaba ser, en efecto, «la fe apost61ica., un nombre fre-
una señal de conflf1l1aci6n para el creyente y un testimonio para el cuentemente usado por adherentes de los primeros tiempos y utilizado
incrédulo. Charles F. Parham escnbía en 1902: en gran nlímero de institnciones y revistas. Uno de sus defensores lo ex-
presaba ase en un libro publicado con el título de 1M Apostolic Fait1l Res-
Cristo DO dejó a su¡ bij06 que c::reÍ'an en él sin seAales dtscintivas que 10& ac:om- tored (La fe apost6lica restaurada):
paAaran para que el mundo supiera quit:nes eran cristia006: y qUKne5 00. Tampo-
co mandó a sus siel'Y05 a predicarwgas ttañas especulativas de un mundovenidero, Ea el mundo religioso de Ouc:str06 días bay una gran actividad por parte del &píri.
sino que les dio poder para alMar a la humanidad: alimentando a 10& bambrient06, tu del SeCtor, actividad conocida bajo el nombre:: de MoYimiento Pentecostal o de
vistiendo a kls desnudo&, sanando a los enfel'1DO&, expulsando demonios, hablando .la fe apo6t6lic:a. _ Los hombres y mujeres de corazón sincero que forman este
en lenguas nuevas, oonrumando la palabra para edifICación propia -todo en Cris- moYimiento han lomado como meta retomar a la fe y a la práctica de aquello6: ber.
toJcsús- por medio de Agn06 e:xterD06y vislbks.'1 matlO6que servían a Dios anlesde la apostasÍa. Han becbodel Nuc:voTc:stamento
la rt:gla de su vida _. El McM.miento Pentet."05tal _ da un salto por sobre esllJ' aIKwi:
En esta cita, la palabra clave es «poder». Uno de los maestros prepen- inle~ con el )Jamado de • Volvamos D. Pen1eanléb _. tsl3 Obra de Ot06 se
tecostales de la «vida superior», Andrew Murray, afirmaba: vincula directamente COD la obra de Dios en los días del Nuevo Testamento. Edifi.
cada por la misma mano, y sobre: el mismo funda~nlo de Jos apóstoles y profetas,
Dondequiera que el Espíritu actúa con poder, allí obra la sanidad divina ... Si en siguiendo el mismo patrón,yde acuerdo con el mismop8Cto ... DO reconocen la au-
nuestros días sólo rara vez se ven curaciones divinas. podelllOli: atribuirlo a que el toridad de ninguna doctrina o costumbre a menos que se la pueda remontar a esa
Espíritu no está actuando con poder.32 rucnte originaria de instrucción de la iglesia, el Sei\or y Jo&; apóstoles.»

Por lo tanto, si el .investimiento con poder» que sostienen los peote- Por lo tanto, esta afrrmación de un acceso directo a la experiencia de
costales es accesible para todas las generaciones, entonces el poder del Pentecostés conduce naturalmente a la afirmaci6n de haber restituido la
Espíritu se manifestará en nuestros días con milagros de sanidad divina, «fe apost6lica» y todos los elementos sobrenaturales mencionados en el
al menos en las vidas de aqueUos que verdaderamente hayan experimen- Nuevo Testamento. Entre ellos está la sanidad divina, la cual no sólo se
tado el bautismo de Pentecostés y sepan cómo buscar esas bendiciones. convierte en un regalo de Dios para sus hijos que padecen dolor, sino en
Al hacer esta afumaci6n los penlecostales revelan un factor de .res· una señal de la presencia del Espíritu para el creyente, y una forma de
tauracióo» que choca con el protestantismo clásico y su tendencia a ar- testimonio para el no creyente, en la obra de evangelización.
gumentar que los carismala y «los dones sobrenaturales del Espíritu»
cesaron al cerrarse la era apost6lica. Un ejemplo de este modo de ma-
nejar el elemento sobrenatural del Nuevo Testamento es Benjamín B. El Movimiento de la «Lluvia Tardía,.
Wartield, un defensor de la vieja teología de Princeton, quien usó este
argumento para refutar los movimientos de sanidad prepentecostales de La pretensi6n de haber restaurado la fe apost6lica plantea algunas
fines del siglo pasado. Aunque Wartield admite,junto con los pentecos- cuestiones apologéticas bastante serias para los pentecostales. ¿Cómn es
tales, que «la iglesia apost6lica era una iglesia típicamente forjadora de posible que algo tan infrecuente en la histnria de la iglesia pretenda ser
milagros», Wartield insistía en que este estado de cosas era la manifestaci6n esencial de la fe y la práctica cristianas? Los pentecos-
tales teDian dos respuestas para esta pregunta. Algunos de sus adeptos
la c:aracterísttca peculiaryespecmca de la iglesia apostólica, yperteneda por k> tan·
to c:xdusivamente a la era apostólica ... cstlJ' dones ._ eran parte lk las credencia· - forzandn por lo general las evidencias hasta más allá de sus Iímites-

12 13
HAaA UN ANAUSISTEOLOGtCO
RAlCES TEOLOGlCAS DEL PENrnCOSTAllSMO

de la historia, como el medio por el cual Dios estaba preparando a su


afirmaban que era posible «establecer una comunidadde f~ y de prácti-
«novia>, la iglesia, para enconIrarse con su Señor. La señora Mary B.
ca." al descubrir en la mayoría de los perlodos de la igles1ll a personas
Woodwortb-Etter, una figura un tanto olvidada en el pentecostalismo,
y grupos que tuvieron la experiencia de hablar en lenguas y de ~r
describe su «1larnado especial para esta tarea> en una visión:
otros dones del Espíritu. Pero iambién había otra respuesta a la obJ~Ón,
que era más fiel a la lógica del penIecostalismo, al menos en los.COU11en- _ dar a la familia de la fe 5U alimento a tiempo; dar el último llamado a b; peca.
ZQs del movimiento. Esta respuesta estaba vinculada a la d~ .de I:' dores gen~ el último llamado a la fiesta de bodas del Cordero. porque la espo-
sa está a punto de entrar en su relación nupcial _ y lograr que lo5 elegi<lo5 se
«lluvia tardía', una enseñanza que ilustra cómo la expecIallva dell.Wl11-
fortaJezcan, sean fteles y verdaderos, que puedan ser ungidos con el Espíritu San·
nente retomo de Cristo está ligada a los otros elementos del evangelio to y con poder, y 5C11ados con el correcto ronocimiento de su venida.42
de los cuatro puntos.
En los primeros años, el pentecostalismo solía ~nocerse ~n el nom- Pero más allá de indicar el papel especial que el pentecoslalismo na-
bre de «Movimiento de la Lluvia Tardía•." La clásIca expresIón de esta ciente debía ejercer en Jos «últimos días., la doctrina de la «lluvia tardía,.
doctrina aparece en The Latter Rain Covenant (El pacto de la lluYla también explicaba por qué los dones y las señales aparecían después de
tardía) de D. Wesley Myland.'" En el relato de Pentecost~.en H~hos 2 tanto tiempo de «sequJa•. La señora Woodwortb-Etter exp~caba: «Dios
se cita la profecía del libro de Joel, que dice que «en los úlnmos días- el dice que cuando venga Jesús, tendrán lugar estas mismas 'señales y mi-
Espíritu seria derramado sobre toda la humanidad. Los ~ntecoslale; lagros': los ciegos podrán ver,los demonios serán expulsados, las perso-
naturalmente, se sintieron mmediatamente atraídos por el libro d.e J oel nas hablarán en lenguas, justo antes de su venida•." Estas «señales y
y por las alusiones en Santiago 5.7-8 Yen otras partes de las Escnturas a milagros> no sólo ligan los temas escatológicos con el conjunto total del
una lluvia «temprana~ y «tardía». . ., . evangelio de los cuatro puntos, sino que el marco de «la lluvia tardía.
En Palestina la lluvia cae en dos estaCIones pnnClpales: en la pnma- transforma el gran problema apologético del pentecostalismo en un im-
vera acompañandn la siembra, y en otoño par.a madurar la cosecba an- portante logro apologético." La larga sequJa, desde tiempos posaposIóli-
tes de la siega. Este patrón de lluvias proporCl~na la ~agen por m~o cos hasta el presente, es vista como parte del plan dispensacional para
de la cual el pentecostalismo entiende su propIa relaCIón con la IglCSla todas las edades. Lo que más parecía bacer del movimiento algo ilegíti-
aposlólica y el inminente fin de la era. El pnmer Pen~ecostésdel N~evo mo -su discontinuidad con las formas clásicas del cristianismo- se ba
Tesiamento fue la «lluvia temprana., el derramaUllento del Espmtu, convenido en su gran justificación.
acompañado por la «siembra. de la iglesia. E~ moderno ~ntecostalismo Esto es, por lo tanto, parte de la lógica interna por medio de la cual
es .la lluvia tardía., el derramamiento espeCIal del Espmtu ~ue restau- resulta coherente el evangelio de los cuatro puntos. El hecho de que la
ra los dones en los últimos días, como parte de la preparacIón para la lógica existe y que puede ser explicada de esta manera, confIrma hasta
«siega», el retorno de Cristo en gloria. Myland insiste en que: cierto punto lo correcto de un análisis teológico que enfatice este palrón
distintivo de cuatro temas, es decir, su gestalt. Rastreando el desarrollo
ahora estamos en el Pentecostés de los gentiles; el primer Pentecostts ~me~ la
iglesia, el euerpo de Cristo,yéstt, el segundo ~ntecostés, UN y perfuCtOna la Igle- y el entrecruzamiento de estos temas, podemos comprender la génesis
sia para prepararla para el regreso del SellOr. histórica y teológica del pentecostalismo, quizás por primera vez, al me-
DOS en detalle. Esta complicada historia constituirá el resto de la inves-
Myland llegó a decir que las precipitaciones en Palestina habían tigación.
aumentado su frecuencia durante el siglo ~ como parte de su argumc.n-
to para trazar el paralelo con el surgimiento espíritual del !",n~ecostalis­
1
mo confirmando así su validez e indicando que el fin era mmmenle....
Aunque el paralelo específico con las precipitaci?nes d~ PalesllDa
perdió su vigencia, la doctrina más amplia de la «lluYla tar~a> propor-
cionó la premisa que faltaba para la lógica del pentecostalismo. Br~dó
al movimiento un sentido de protagonismo eo el acer=ento del clímax

15
14
¡Oh, Amor que Excede a Todos! 339
CHULO Wauy, 1707·1788 lAw Divine (Suc1te,,). 81.81· D CAPITULO n
T,. }. R. de JWloch JOHN ZuNDLL, 1815·1882
Tran, ..lo

Las raíces metodistas


A' mor qu~ a -cc . de ro· dos.. 001'1 cid Pa . drc: Ce· les . Lid.
1. lObo
2. ¡Ven. A' mor, a
I
ca· da .¡. da. Mue - ve to - da in· di • na -ci6n. del pentecostalismo
3. ¡Oh. A' mor. no le se- pa. ca ~ b: i _gle' si. le' ~. nal;

Si damos por sentado, aunque sea provisoriamente, lo conecto de


nueslro aná1isis del pentecosla1ismo basado en cuatro temas teológi-
cos, podremos entonces usarlos como claves para buscar las rarces de la
teología pentecostal. Naturalmente, una búsqueda de este tipo tiene sus
riesgos y sus problemas. Un pentecoslal consagrado hasta podría tomar-
lo como blasfemia: si el movimiento no es otra cosa que la restauración
providencial por parte de Dios de la «fe apostólica», no es necesario bus-
Poo co-ro·naa tUS ~. ce - des Y en -I:re DOS vm a mo·nrl
Guir· da . DOI de mal de· se· o Y dean·dar en len . tao • c:ión I car otras fuentes más allá del Nuevo Testamento. Esta perspectiva tam-
U -ne·la cs- tI'I"- cha-mm- te Con e.I la· 10 in . ltt . nal! bién tiende a enfatizar la discontinuidad con lo que ha preoedido al
pentecostalismo, y as! sustraerlo de su contexto histórico inmediato.
1 J No es necesario menospreciar enteramente tales objeciones. El surgi-
miento del pentecosta\ismo fue parte de una lucha permanente por en-
tender y hacer vital el mensaje del Nuevo Testamento para nuestro
tiempo. En ese sentido no deja de tener intuicioDes de valor para el res-
to de la iglesia. Sin embargo, hasta el surgimiento del Movimiento Ca-
bcn • di • LO. To - do a •mor , com- PI' si6n;
rismático y su rearticulación teológica de temas pentecostales, estas
E • TeS tú, je' SW
Tú el Al· fa , O . me • ga ~ de lO' do nues· tm la: intuiciones no han sido a menudo ni elaboradas, ni expresadas en térmi-
Pu - rec· cio . na a ca da rroem - bro. 1 • ha • mi· na nues _ tro ano dar. nos que pudieran hacerlas fácilmente aceptables en otros lados. No de-
ja de ser llamativo, sin embargo, que mientras eJ movimiento estaba
reafirmando los elementos apocalípticos y escatológicos a nivel popular,
figuras como Albert Schweitzer y Johaones Weiss estaban señalando de

A I .... , I I
manera similar, pero a nivel académico, el descuido de tales temas por
parte de la erudición bíblica del siglo XIX.
. r r r r I
'-' r r r I I r r r
Por otra parte, aquellas preocupaciones podrían servir para advertir-
nos que no debe ponerse demasiado énfasis en la continuidad del penle-
Ba- ja ;al co· ra . t6n que su· m.Tri. e .I\0Io sal • va - ci6n. costalismocon lo que estaba sucediendo antes. Una mirada retrospectiva
Que tu gn.-cia no& pro- le • ja y p·ten -12 nues-rn. le. '" hace que las cosas se vean claras (quizás demasiado claras). La búsque-
y que c:I .. 1·rfU, com-plaz-a En tU nom·brc: pro -cia· mu. A _roén. da de .antecedentes» y de .raíceS» podría desentrañar paralelos y con-
'"
, , I J J J~~~Jl ..L I I tinuidades a costa del oscurecimiento de lo novedoso yde lo discontinuo.
~ Lo «nuevo» en el pentecostalismo. especialmente en relación con sus an-
I I I I I
r '

17
RAlCES'IEOLOGICAS DELPENI1lCOSTAUSMO lAS RAlCES MEroDISTAS

tecesores inmediat05, es innegable; pero esta cuesti6n no debe dejar de Wtlson ha presentado esta posici6n en su estudio _Puritao Doctrine of
lado el esfuerzo por obtener una mejor comprensi6n hist6rica del surgi- lbe Holy Spirit>o (La doctrina puritana sobre el Esplritu Santol, en el que
miento de las afirmaciones teológicas y doctrinales del movimiento. afirma que hay anticipos de la doctrina pentecostal en Richard Sibbes,
Pero aun cuando se acentuara la validez de este tipo de investigaci6n, Jobo Owen, Thomas Goodwio, Richard Baxter y otros puritanos que en-
el punto de partida de la historia no es inmediatamente obvio. Los dife- señaban -una obra del Espíritu» posterior a la regeneraci6n y a la santifi-
rentes temas pentecostales pueden raslrearse hasta que se vuelven me- caci6n.• Thomas Goodwio, por ejemplo, habla de un «seUo del Espíritu»
nos y menos distintivamente pentecostales, y comienzan a tomar el sobre la base de Efesios 1.13-14, y lo relaciona con Pentecostés, afirman-
aspecto de temas similares en las tradiciones cristianas más clásicas. Se do que -primero deben recibirlo a él [el Espíritu Santo) como Santifica-
ha propuesto una serie de puntos de partida en los últimos años. Es nues- dor antes de que puedan recibirlo como ConfortadoD. También afirma
tro deber tomar nota de eUos antes de elegir uno nuevo, que recoja estas que «ustedes que son creyenles, esperen una nueva promesa del Espíri-
otras propuestas. tu Santo como Consolador... encontrarán que los apóstoles, Hechos 1.4,
Algunos intérpretes' han remontado las rarees del penlecostaIismo a debían esperar la promesa del Espíritu; hagan ustedes lo mismo».'
la doctrina cat6lica y angIocat6lica de la confirmaci6n, donde hay una Tales temas a menudo se combinaban dentro del puritanismo con un
tendencia a hacer una separaci6n entre la recepci6n del Esplritu y el bau- renovado énfasis en la escatología y en «1a gloria del último día» de la
tismo por agua. Se suele afirmar esto a partir de Hechos 8.14-17, un tex- iglesia. Estos temas se radicalizaban adoptando diversas formas de mi-
to clave para los peutecostales. La simililud con la posici6n pentecostal lenarismo, sobre todo en la periferia del movimiento.6 Es posible encon-
puede advertirse en un defensor reciente de esa posici6n, como L S. trar también en esta mezcla algunos anticipos de las enseñanzas básicas
Thomton: del penterostaJismo.
Otra fuente un tanto olvidada, pero posiblemente fruetffera en rela-
En Gálatas (4.6) ... [bay) una frase que recuerda que Pentecostés está conectado
decididamente con una segunda etapa de iniciación. cY plreuanto3Ois bijos, Dios ci6n con las rarces del pentecosta1ismo, seña el pietismo. El pietismo
envió a V\ICStr()5 corazones el Espíritu de su Hijo __; La relaci60 ftlial COD Dios que alemán tendía a romper la dialéctica luterana de simul justus el pecctUor'
corresponde a nuestra bumanidad fue establecida nuevamente por nuestra incor- al poner el énfasis en el hecho de que al obtener la gracia de Cristo uno
poración al Hijo de Dios eoc:amado; y esto ocu.rri6 en nuestro bautismo._ Gracias
podía «venceD el pecado y el mundo, un tema comúo y crucial, como ve-
a ese acto de nueva creación estamos ahora en condiciones de entrar en una nueva
etapa de restawaci6n. corolario indispensable de la primera. El Espíritu de su Hi- remos, en los años inmediatamente anteriores al surgimiento del pente-
jo es el oomplemento apropiado de aquella re1aci6o de hijos. la que ya berDClf¡ sí- costa1ismo.' De igua1 modo, cuando se trata de rastrear el origen de la
do admitid06.2 doctrina de la sanidad, encontramos que el pietismo juega un papel de
suma importancia.' Jürgen Moltmaoo ha observado que
Es difícil leer este y otros pasajes relacionados sin advertir algunos no-
tables paralelos con la separaci6n pentecostal entre conversi6n y bautis- ya ~n .el sigJ~~, la era de la ortodoxia y el absolutismo, el pensamiento apo-
mo del Espíritu Santo. El argumenlo para refrendar las rarees cat6licas cabptw=oy quiliáSbtopasó por un notable resurgjm.ientoen la teología protestante.
Comenzó en HolaDda y en Inglaterra, y 1Ioreci6luego plenamente CD Wwtemberg
y anglocat6licas de la teología pentecostaltal vez se fortalece en el he- ySajonia..)O
cho de que aqueUas tradiciones también han tendido a mantener un sen-
tido de lo «milagroso» hasta el presente, DO sólo dentro de su sistema Se refiere, naturalmente, al surgimiento del puritanismo y el pietismo.
sacramental, sino al aftrmar ciertos milagros de sanidad (a menudo en
relaci6n con su concepto de la naturaleza de la santidad (sainthoodjl, y
preservar ritos antiguos de exorcismo e imposición de manos sobre los La conexión metodista
enfermos.
Otros intérpretes han creído ver las rarees del penlecosta1ismo en el Sin embargo, estos clásicos anticipos del pentecosta1ismo son, hasta
puritanismo, y afirman que es posible trazar «Una línea directa de influen- cierto punto, líneas paralelas antes que fuentes reales o directas, aunque
cia a partir de las enseñanzas puritanas sobre el Espíritu Santo.»' Garlh no se pueden negar algunos casos de influencia directa." Nuestra histo-

18 19
RAlCES 'ICOLOGlCAS DEL PENTECOSTAUSMO u.s RAlCES MEI'ODISTAS

ria comenzará con el metodismo. En parte lo hacemos porque está cla- demasiado al calvinismo," el que es un verdadero beredero de la refor-
ro que aquí podemos encontrar un hilo hist6rico que demuestra tener ma luterana;" se le atribuye haber anticipado la orientaci6n existen-
vínculos reales y desarrollos posteriores que culminan en el peotecosta- cialista y ética de la teología liberal," baber ecbado rafees principalmente
lismo. El metodismo, por otra parle, se ubica de manera notable en el en la teología de los padres orientales;" se lo ve como una forma de tra-
punto de confluencia de los tres candidatos que acabamos de anaJizar. dici6n sinergista que se remonta a través de la reforma inglesa a la tradi-
John Wesley estaba «Vitalmente vinculado con el anglicanismo, con el ción del nominalismo,n como un «protobarthiano», al menos en su
puritanismo y el pietismo», según el comentario de John T. McNeilln cristología," y as! sucesivamente. En cuanto a eclesiología, tanto la alta
Sin embargo, aun este pUDIO de partida les parecerá extraño a quie- igIesiaZ7 como la baja" dentro del anglicanismo, lo han reclamado para
nes conocen bien tanto al metodismo como al pentecoslalismo. Es ver- sí.
dad que los seguidores posteriores de aquellos puntos que hemos tratado La diversidad de opiniones nace en parte del carácter asistemático y
de ais\ar en el capItulo anterior intentarían reclamar a WesIey para su ad hoc del corpus wesleyano, y por el becho de que su pensamiento se
causa: que enseñó el «premilenarismo., lJ que «cra ortodoxo en cuanto desarrolló históricamente en su esfuerzo por cana)jzar las energías del
al tema de la sanidad divina»," o que distinguía entre aquellos que habfan metodismo entre los dos fuegos, el del moralismo, y el del antinomianis-
sido bautizados con el Espfritu Santo y los cristianos comunes». " Pero, mo. Pero también surge del carácter cat6lico de las fuentes de WesIey, y
como veremos, todas estas afirmaciones, o bien están equivocadas, o son del becho de que mezcl6 temas que eran aparentemente incompatibles
sumamente exageradas. Y aunque el metodismo y ese otro más amplio en una frágil gesla/t que en un momento parece brindarnos la evidencia
movimiento conocido como el «Avivamicnto evangélico» fueron fuentes de su genio, yen otras, sostenerse apenas por poco más que la mera fuer-
fundamentales para una piedad orientada hacia la conversi6n que luego za de su personalidad y de sus convicciones. El resultado ba sido una
haD6 expresi6n en el pentecoslalismo, no es fácil unir las doctrinas me- suerle de inestabilidad constilutiva en la que el melodismo se ba desliza-
todista y pentecostal acerca de la conversi6n. Wesley se inclinaba más do de un lado a otro, o se ba dividido en fragmenlos, cada uno de ellos
por hablar de que se debla «experimentar la gracia de la justificaci6n», conservando sólo ciertas partes y temas de la visi6n original de Wesley.
y aun así su entendimiento de eUa estaba fuertemente ligado a su com- Estas tendencias se intensificaron cuando se perdi6 el control, luego de
promiso con la eclesiología anglicana y con la teología sacramental (al la muerte de Wesley, lo que permiti6 que el metodismo se separara del
punto de afirmar la regeneraci6n por medio del bautismo);" además anglicanismo. Estas tendencias se vuelven particularmente significativas
teDÍa una doctrina de la salvación sumamente compleja, dentro de la cual en la mayor libertad del escenario norteamericano.
la conversión no era más que uno de los diversos «momento~ del pro- Este patr6n de inestabilidad quizás sea más nolorio en la eclesiología
ceso. de Wesley. Al abreviar los «Treinta y nueve artículos» anglicanos y con-
No es sorprendente, por otra parte, que una gran variedad de afirma- vertirlos en los .Veinticinco)f del metodismo, Wesley conservó el referi-
ciones cristianas se le baya atribuido a Wesley. Es probable que baya po- do a la iglesia en forma intacta, pero lo interpret6 para indicar cosas
cas figuras de la historia de la iglesia que hayan generado tan diversas
esenciales. a la .iglesia visible. En primer lugar: la fe vital; sin ella, en efecto, no pue-
opiniones acerca de su ubicación entre otras tradiciones cristianas. Esto d.e haber Iglesia en ab~utol ni visible ni invisible. En segundo lugar: la predica-
se refleja claramente entre los estudiosos de Wesley, que parecen estar ción, y en ronsccuenaa, el escuchar la pura palabra de Dio&, sin la cual esa fe
de acuerdo en muy pocas cosas. En el escenario de las cuestiones socia- languideceria hasta morir. Y en tercer lugar, una debida administración de los sa.
les, por ejemplo, se ha atacado a Wesley por baber debililado el poten- cramentos, kl& medios babituales por los cuales Oios aumenta la fe.29
cial revolucionario de la clase trabajadora inglesa," se lo ha alabado por En su preocupación por rescatar el potencial ecuménico de la posici6n
su contribución al «Avivamiento evangélico» como .Ia contrapartida in- metodista, Colin W"illiams ha sugerido que al subrayar estos tres puntos
glesa de las 'revoluciones democráticas' del siglo XVIII»," y fue defendi- WesIey ba tratado de mantener unidos los acentos propios de la «iglesia
do como el paladfn de las «rafees wesleyanas del socialismo cristiano»."
libre» y su tradici6n, del protestantismo clásico y del catolicismo, respec-
Teológicamente, se ha visto a Wesley como «la reversiÓn» bacia el cato- lIvamente.lO De modo similar, Donald Dumbaugb usa los ejes de la tra-
licismo dentro de la tradición protestante,M como quien se ha acercado dici6n, la Palabra y el Espíritu, para desarrollar un diagrama triangular

20 21
lAS RAlCES METODISTAS
RAlCES TEOLOGlCAS DEL PENfECOSTAUSMO

sobre el cual ubicar las eclesiologías. Para él, eelterreno intermedio está glocatolicismo sobre la base de los cuatro primeros siglos de la iglesiaEo
ocupado por aquellos movimientos que son inherentemente inesla- efecto, una de las mayores preocupaciones durante su experiencia en
bles»," cntre los cuales el primero es el metodismo, con su tendencia a Georgia fue la restauración rigurosa de las prácticas y el orden eclesiásti-
caer en formas más clásicas de vida de iglesia, o en contraste, radicali- co de las primeras etapas de la iglesia. Y en toda esta cuestión Wesley
zarse hacia estilos de «iglesia libre» o más «neumáticamente» orienta- parecía querer apuntar no tanto al período bíblico sino a los eantiguos-
a quienes tila. Wesley apelaba a los tres primeros siglos de la iglesia, a
dos.
Cualquiera sea la finalidad que se siga con relación a esta inestabili- los Padres anteriores al Concilio de Nicea y la iglesia preeonstantinia-
dad dentro del metodismo - alabarla como un esfuerzo por parle del ge- oa." El carácter del primitivismo de Wesley tenía, en este sentido, un ses-
nio de Wesley por consemor un delicado equilibrio, o criticarla por su go más bien histórico, y no la apelación biblicista al Libro de los Hechos
incoherencia - todavfa podría ser de ayuda para discernir que ese es- del penteeostalismo.
fuerzo de Wesley se sitúa en muchas maneras en un punto entre las Pero el primitivismo de Wesley sería profundamente transformado
tradiciones más clásicas (tanto protestantes como católicas) y las tradi- por su experiencia evangélica de 1738 y los acontecimientos e influencias
ciones más radicales. Debido a la tendencia del metodismo a afirmar una que la rodearon. Luke Keefer, J r" ha sugerido que el cprimitivismo ecle-
u otra de estas tensiones, será provechoso revisar tres áreas en donde es- sial> de Wesley se transformó en una suerte de eprimitivismo soteriológi-
tas cuestiones aparecen con particular referencia a los temas del pente- co»." De igual modo F. Emest Stoeffier sugiere que een adelante su
costa1ismo: el/eil motil eprimitivista» en Wesley, si es que se lo puede eclesiología fue influida por el interés soteriológico, resultado directo de
adecuadamente llamar eun te6logo del Espíritu», y su comprensión de su propia renovación religiosa por influencia del pietismo.»" Wesley si-
los dones del Espíritu. guió siendo muy anglicano en su comprensión de la iglesia, pero según
Stoeffier, «1a suya es una comprensión modificada que da lugar a la in-
sislencia pietisla en una reforma por medio de la reslauraci6n.»J7.
El Ú!it motif primitivista Ese welco hacia un primitivismo solerioJógico (que también pudo ha-
ber cambiado un tanto la normas hacia un mayor empleo de las Escritu-
La nota primitivista en Wesley nos lleva inmediatamente a comparar- ras, entre las fuentes antiguas) hace que Wesley se acerque más al
la con la preocupación pentecostal por la restauración de «la fe apostóli- pentecosta1ismo, no obstante lo cual las diferencias afin son muy impor-
ca•. Wesley se veía a sí mismo como un defensor de la «vieja religi611» o t~tes. Como veremos enseguida, Wesley no estaba interesado primor-

el.verdadero cristianismo primitivo».12 Algunas de las razones para es- dIalmente en la recuperación de los perdidos dones del Espíritu del
to se ven en un tratado que tuvo gran influencia sobre Wesley, desde los cristianismo aposl6lico o patrístico, sino más bien en normas decompor-
primeros años como misionero en Georgia, luego durante los años más tamiento y de conducta. El extracto de de Fleury cilado más arriba con-
formativos del movimiento de los avivamientos, hasta 1749 cuando pu- tinúa con las siguientes palabras: «Es entre los primeros cristianos, por
blicó un extracto traducido. En la edición de Wesley de 77" Manners 01 lo tanto,.que debemos buscar un patrón para la vida perfecta», una fra·
the Ancient Chrislians (Las costumbres de los cristianos primitivos), de se que bIen resume la naturaleza del motivo primitivista en Wesley.
Claude de Fleury, las palabras iniciales son las siguientes:
En tanto la religión crisliana 00 es un invento del hombre sino una obra de Dio&, ¿Un "teólogo del Espíritu,,?
recibió su mayor peñec:ción al comienzo de ella. Pues nadie pod.ría imagjnarse que
los: apóstoles fueran ignorantes de alguna verdad necesaria o útil pan la salvación.n
Este weJco hacia lo soteriológico bajo el impacto de su experiencia
Matices bastante diferentes a los del penteeostaJismo afloran de in- en A1dersgate y otras influencias que pesaron sobre él, nos plantea la im-
mediato. En efecto, Wesley compartia sus preocupaciones - sobre todo portante cuestión de saber hasta qué punto Wesley puede ser conside-
en los primeros años- con los dirigentes de la alta iglesia anglicana de rado un «te6logo del Espíritu>. Varios intérpretes han afirmado que es
su época, cuyo mayor énfasis apologético era afIrmar las prácticas del an-

22 23
RAlCESTEOLOGlCAS DEL PENTECOSTAUSMO lAS RAlCES METODISTAS

apropiado designarlo as~ y es obvio que esta cuesti6n es muy importan- doctrina, al insistir en que tal experiencia no servía en absoluto para es-
te para determinar la relaci6n de Wes1ey con el pentecosla1ismo. Aquí tablecer una doctrina, sino que era -suficiente ... para con{umar una doc-
volvemos a plantear de otra forma la cuesti6n de la posici6n que Wes1ey trina en las Sagradas Escrituras»."Wes1ey rehusaba además separar este
ocupa en relaci6n con el protestantismo clásico, orientado hacia Cristo «testimonio del Esprritu» de los «frutos del Espfritwo, y exhortaba a que
y la Palahra, y con los movimientos más radicales orientados hacia el «nadie dé JX>r sentado descansar sobre un supuesto testimonio del
Esprrilu, tales como el quakerismo o el pentecosla1ismo. Esprrilwo que esté separado de sus frutos." Como veremos, este énfasis
Una vez más nos encontramos con una divisi6n entre las opiniones de sobre los frutos del Esprritu es muy caraClerlstico de Wes1ey, y a menu-
los estudiosos, lo cual nos advierte de la complejidad del problema Un do sirve para diferenciarlo de los radicales.
buen número de intérpretes, especialmentedentro de la 6rbita de los mo- Pero aparte de esta doctrina de la seguridad y del testimonio interno
vimientos modernos de santidad de vida, pentecoslales y carismáticos, del Esprritu Santo, con su orientaci6n soteriológica más acentuada co-
han insistido en que Wes1ey es esencialmente un «teólogo del Esprrilwo." mo resultado de un énfasis en la experiencia, Wes1ey es notoriamente
En la tesis de Norman Laurence Kel1ell, por ejemplo, se analiza el sur- cristocéntrico en su forma de pensar, especialmente en contraste con de-
gimiento del metodismo bajo el titulo «Joho Wesley and lhe Restaura- sarrollos posIeriores dentro del Movimiento de la Santidad y del pente-
tion of lhe Doctrine of lhe Holy Spiritto lhe Church of England in lhe cosla1ismo. Tanto el idcal moral como la forma de la salvaci6n están
Eighteenlh CentUT)'>' (Joho Wes1ey y la restauraci6n de la doctrina del firmemente basados en Cristo. Cuando Wes1ey deseaba descnbir a al-
Esprritu Santo en la Iglesia Anglicana durante el siglo XVIII)." Otros, en guien «que es perfecto», a menudo hablaba primero de «alguien en quien
cambio, se lamentan de que Wes1ey no haya vinculado su soteriología a habita la mente de Cristo y por lo tanto camina como El caminaba»." Y
una doctrina vital del Esprritu Santo.'" Wesley incorpora el Serm6n del Monte más plenamente en su visi6n de
Parte del desacuerdo nace de la terminología empleada, y de qué es la salvaci6n que la mayoña de otros protestantes que extraen una sote-
lo que deberla designar la expresi6n «teólogo del Espíritu». El estudio riología a partir de Pablo'" y de igual modo a menudo define la perfec-
de Kel1ell, por ejemplo, resulta ser realmente un estudio sobre la restau- ci6n en términos del resumen de la ley que hiw Cristo.
ración de los aspectos expericociales o experimentales del cristianismo, Harald Lindslrom habla de «la ubicaci6n cristocéntrica. de la doctri-
durante el Avivamieoto evangélico. Si bien el vuelco en 1738 hacia la so- na de la santificaci6n en Wes1ey." y aun A. Skevington Wood, que de-
tenología ysu consecuente énfasis en la experiencia dieron sin duda ma- sea hablar de Wesley como de un «te6logo del Espíritu», fmalmente
yor peso a los temas vinculados con la obra del Espíritu,''' no queda claro indica hasta qué punto este énfasis se ve controlado. La razón, escribe
que este impulso haya sido suficientemente fuerte como para arrastrar a Wood, es que Wesley,
Wesley fuera del patr6n del protestantismo clásico y su tendencia al cris-
se daba cuenta de que la tarea especlTlca del Espíritu Santo es la de gJorirlCar al Hi·
tocentrismo. jo y aplicar 10& beneficios de la redención de Cristo ... Precisamente porque Wesley
Hay un punto en donde Wes1ey sí irrumpe en temas neumatológicos comprendía a partir de las Escrituras el rol sustentador del Esp(ritu, su teología
más en consonancia con las tradiciones radicales. Uno de los mayores pennaneció finnemente CIistocénlr1ca.30
motivos por el cual se acusaba a Wesley de ser un «entusiasta» era su
doctrina de la seguridad de la salvaci6n, basada en la aflTIDaci6n de que
existía una «inspiración perceptible».42 Wesley enseñaba con cierta insis- Wesley y los dones del Espíritu
tencia que «el testimonio del Espíritu consiste en esa impresión interior
que reciben las almas de los creyentes por medio de la cual testifica el Este mismo patr6n que lo hace acercarse a los temas más radicales de
Espíritu de Dios a su espíritu que son hijos de Dios»." la posici6n neurnocéntrica y a la vez permanecer en el marco más clási-
Wesley se daba cuenta de que su enseñanza hasta cierto punto lo co- co y cristocénlrico, se advierte claramente en la comprensión que Wes-
locaba del lado de los radicales, y comentaba: «si los quákeros sostienen ley tenía de los dones del Esprritu, una cuesti6n critica dentro del
la misma inspiraci6n perceptible que yo, me alegro; y no afecta para bien pentecosta1ismo. En cierto sentido Wes1ey fue poco sistemático e incom-
ni para mal que la sostengan»." Pero Wesley se apresur6 a calificar esta pleto en su tratamiento de la doctrina de los dones. Fue además incon-

24 25
lAS RAlCES MEroDlSfAS
RAlCES TI'.OLOGlCAS DEL pENfECQSTAUSMO

secuente ya que a veces regresaba a las conclusiones clásicas del protes-


tantismo, y otras veces «desarrollaba creencias en resp~est.a a sus pro-
pios supuestos teológieos»." Por otra parte, WesIey discu~ a capa y
La doctrina de la salvación en Wesley
espada contra Conye¡s Middleton, que se mostraba ~PÚ~ con res-
Fmalmente llegamos a lo que fue probablemente eJtema básico del
pecto a relatos patrlsticos de dooes milagrosos y extraordinanos. WesIey
pensamiento de WesIey, su doctrina de la salvaci6n. Aqul el énfasis está
insísúa, por el contrario, en que tales dones y milagros hablan continua-
en la restauraci6n de la imagen de Dios por medio de las etapas de la
do durante los tres primeros siglos."
WesIey parece haber estado convencido, además, de que la .frialdad operaci6n de la gracia. Un pasaje de WesIeynos ofrece un resumen con-
espirituaJ,. era la causa de que después de Coostantino hubieran dec1!-
ciso de este proceso:
nadolosdonesymilagros.Negabaquelacausafuera.porq~~yanohabUl La saJvacióo comienza con lo que geoen.lmente se suele llamar (y muy acertada·
necesidad de ellos, ya que todo el mundo se había vuelto crisbano». ~es­ mente) ÚI grada prevendwl; incluye el primer de5eo de agradar a Dios. el primer
ley insisúa más bien en que el amor de los cristianos se habla enfriado, atisbo de luz concerniente a su voluntad, y la: primera leve y transitoria conYia:ión
de baber pecado coatra ~L Todo eRO revela cierta tendencia hacia la vida; cierto
«se había vuelto pagano Ysólo le quedaba una formalidad sin vida»." grado de saJvaci6o; un comienzo de rescate de la ceguera, del corazón indiferente,
Por otra parte, a pesar de la preocupaci6n de WesIey por restaurar el tao insensible a Dia¡ y a las CQAS de Dio&..l.a 58lvaci6n luego avanza por medio de
cristianismo primitivo y la especial normatividad que otorgaha a los tres Úl grada COfnIi1lCt!n.t~,que cn las Fs:ritu.ras generalmente se llama anepentimien-

primeros siglos, en realidad mostr? muy poco ~terés e.n.la cuesti6n de to. Esta trae una mayor medida de conocimiento. y una más pJena liberación del
corazón de piedra. ~experimentalD()l;la ¡atvación cristiana propiamente di-
los dones espirituales. A los metodistas, es preosn admiUrlo, se Jos acu- cha, por medio de la cual .por gracia. $OIDO& -salvos, por la Ce., yque consiste en
saba a menudo de .pretender para si casi todos los dones apost6licos, de es~ dos g:randes ramas: lajustir.caci6n y la santiracaci6n. Por medio de lajuslifi-
manera plena y general, tal como se los poseía en la antigüeda.d».~W~ ~ somoti.~de la eulpadel pecado, Yrestaurad05 al favor de Dio5; por me-
ley negaba que esto fuera as~ pero dejaba lugar para una conunwdad de dlO~ la santificaci6n somos liberados del poder y la raíz del pec.ado.yrc:stau~
a la Imagen de Dioli;. La experiencia. adelnÚ de w &c:rituru, D06 demuestra que
lo milagroso en el sentido de que .Dios oye y responde a nuestras ora-
esta ~ es tanto instantánea como gradual. Comienza en el momento en que
ciones aun más allá del curso com6n de la naturaleza»." El interés de somos Justificados por el amor san lO, humilde, genlil y genel'06O de Dkls por el
Wesley radicaba fundamentalmente en otra cosa: hombre. A partir de ese: momento aumenta YlIlcrece como un grano de mostaza, el
cuaJaI principio, es la más pequet'la de todas las semillas», pero~ec:hagran.
Si est05 doOe$ del &píritu Santo habían de permanecer en La Iglesia al traYésde las de$ ramas. y se convierte eu un árbol muy grande. En otro instante., también, el ro-
edades. Ysí serian devueltos: 6 no, al a~roximaIse la resrilllcWn tU lodtu las rosas, razón es limpiado de 'u pecado yexperimenta un amor puro por Diosyel hombre.
son asunt05 que no nos ata~ decidir. Pero aun ese amor aumenta rMs y más, hasta que..c:rez.camos en todas las cosas en
aquel que es la Cabeza», hasta alcanzar .Ia medida de la estalura de la plenitud de
Como se insinúa arriba, el verdadero interés de Wesley nO estaba en los Cristo»."
dones del Espíritu, sino en los frutos del Espíritu. Hace a menudo la dis-
Algunos puntos de este pasaje merecen comentarios adicionales. En
tinci6n, insistiendo en que:
primer lugar es necesario advertir la manera en que la comprensión wes-
No quierodecit que tos cristianos reciben ahora el Espíritu Santo.~ obrar mila- leyana de la salvaci6n va más allá del tema forense de la justificaci6n. Una
gros; pero sin duda que ..reciben.. y es más., -son llenos del Esptntu Santo. para de las características más salientes en el pensamiento de Wesley es el do-
S7
poder ser lIe1105 de 106 fl'\llo& de ese bendito Espíritu.
ble énfasis que aquí se expresa como .las dos grandes ramas» de la sal-
WesIey creía que los dones extraordinarios recaían en algunos pocos. Su vación, «justificaci6n y santificaci6n». Albert OuUer sugiere que WesIey
preocupaci6n era por lo que .el Espíritu Santo representaba para cada ha desarrollado un motivo .terapéutico» implicito en el anglicanismo, en
creyente, para su santificación y salvación persoo al,..31 el que la gracia no es vista principalmente como un perd6n de base fo-
rense, sino como una fuerza «sanadora» o «restauradora»,60 de modo que
-en palabras de Wesley- .por medio de la santificaci6n ... somos res-
taurados a la imagen de Dios».

26 27
RAlCES TEOLOGlCAS DEL PENfECQSfAUSMO LAS RAlCES MEfODlSfAS

La doctrina wesleyana de la «total santificación» o «perfección cris- admiten que otras tradiciones cristianas esperan (¡\ total santificación
tiana» es difícil de interpretar y se la ha enfocado desde distintos ángu- después de la muerte.'" Wes1ey se preguntaba entonces si este estado
los. Una perspectiva útil es mirarla como una «escatologí~~ealizada»'1 podía adquirirse antes, y gradualmente Uegó a afirmar, como lo expresa
que expresa el «optimismo de la gracia» de Wes1ey que equilibra su «pe- en 1767 en el apéndice a «Plain Account... »:
simismo de la oaturaleza,..Q La salvación para Wesley consiste, por lo
Creo que este instante es generalmente el instante de la muerte, el momento antes
tanto, en un reordeoamiento de la humanidad caída, .dentro de la esfera de que el alma deje el cuerpo. Perocreoque puede ser diez, veinte, o cuarenta altos
de esta vida. Wesley mismo se expresa así: «Y, en pnmer lugar, además antes. . .
de cualquiera cualidad que teuga, es una salvación actual; es algo que se ... Creo que sucede generalmente muchos ai\O& después de la justifK:ación; pero
podña suceder a los cinco afias o a los cinco meses después. No coooz.ro ningún aro
puede obtener y que de hecho adquieren en la tierra...»." O en este otro
gumento concluyente que lo contradip.6J
ejemplo:
Estas citas revelan hasta qué punto Wesley comenzaba a luchar con la
[La salvación] DO es una bendición que ha de alcanzarse del otro lado de la tumba
... No es algo por venir: es una cosa actual, una bendición que por la misericordia meta de la «perfección» como el clímax de la vida cristiana. Fue el pen-
gratuita de Dkl6:, ahora mismo poseéis...6t samiento wes1eyano posterior el que relacionó tan fácilmente esta expe-
riencia con el comienzo de la vida cristiana y la vinculó estrechamente
Es esta visión la que respalda la controvertida doctrina metodista de con la iniciación de la experiencia cristiana.
la perfeccióo cristiana. Wes1ey calificó radicalmente la «perfección» que Había también una ambigüedad similar acerca de si debían ser sub-
se puede esperar. No involucra «estar exento de la ignorancia, las equi- rayados los aspectos graduales o los instantáneos de la santificación.
vocaciones, las debilidades ó las tentaciones-," pero sí incluía un creci- Wesley afirmaba que dentro delproceso de la santificación babía un «mo-
miento que Ueva más allá del «pecado, cuando se lo define correctamente mento» de total santificación:
(esto es, una transgresión voluntaria de una ley conocida)>>." Wesleytra-
taba de evitar la expresión «perfección sin pecado» porque implicaba la Si el pecado cesa antes de la muerte, debe haber en la naturaleza de las cosas un
cambio instantánco;debe haberal menas un último momento cuando todavía exis·
incapacidad de pecar. Prefería en lugar de eso bablar en términos afir-
te, y un primer momento cuando ya no.1O
mativos de «1a mente de Cristo», de total devoción a Dios, y de amor ha-
cia Dios y bacia el prójimo: Pero durante gran parte de su vida Wesley permaneció profundamente
ambivalente acerca de dar prioridad a la «crisis» O al «proceso_. Orville
Desde un punlo de vista es pureza de intención dedicar toda la vida a Dios. Es el
dar a Dios todo nuestro corazón; es tener un solo deseo y propósito gobernando Walters ha estudiado esta cuestión y afirma que Wesley superó esa am-
nuestros estados de ánimo. Esdedicar, no una parte, sino todo: nuestra alma, cuer- bivalencia en 1772, y que desde ese momento subrayó el carácter ins-
po, y bienes. a Dios. Desde el otro punlo de vista, es tener toda la mente que hubo tantáneo de la segunda bendición, aunque siempre precedida y seguida
en Cristo, pennitiéndonos caminar como Cristo caminaba. Es la circuncisión del al· por un proceso de santificación gradual.71
ma de todo aquello que la mancha, loda corrupción interna y externa. Es la reno·
vación del corazón a la plena imagen de Dios, la plenitud de la semejanza de aquel
que la creó. y aun desde airo punto de vista es el amara Dios ron lodo nuestroco-
raz.6n, y a nuestro prójimo como a nosotros mismos. Ahora bien, lómenlo en cual· El significado del «segundo momento"
quiera de estos puntos de vista que quieran (ya que no hay ninguna diferencia
sustancial).6J
Por entonces comenzó la cuestión crucial que DOS permite compren-
Estas afirmaciones también son modificadas en Wesleypor el carácter der cómo el pentecostalismo puede estar relacionado con el metodismo,
teleológico de la perfección cristiana, es decir, hasta dónde esta visión un probJema que causaría desasosiego a partes de la tradición wesleya-
de la vida cristiana servía como meta hacia la cual esforzarse y no como na durante más de un siglo. Una vez que quedó claro que en el pensa-
el punto de partida en que se tornó luego en mucbo del pensamiento miento de Wesleyse enfatizaba este «momento» dentro del proceso total
«wesleyano- posterior. Varios pasajes en su escrito .Plain Account of de santificación, se planteó si era apropiado describir esta experiencia
Christian Perfection» (Sencilla descripción de la perfección cristiana)

28 29
lAS RAlCES MEI'ODISfAS
RAlCES 1COLOGlCAS DEL pENl'ECOSfAUSMO

uso de la frase «recibir el Espíritu Santo», insistiendo en que «la expre-


como un bautismo del Espíritu Santo, entendido en ttrminos de imáge-
si6n en ese sentido no es escritura1 ni tampoco totalmente correcta; por
nes derivadas del relato de Pentecostt8 en el Nuevo Testamento.
cuanto todos habían 'recibido el Espíritu Santo' al ser justilicados».76
Wesley mismo, aparentemente, se resisúa a aceptar est~ implicaci6n
Unos cuantos años desputs, Fletcher y Wes1ey parecen haber aclara-
posterior en sus sucesores, especialmente en el sucesor oli~ 10hn Flet-
do sus diferencias, y aparentemente habían hecho un acuerdo para que-
cher, el piadoso vicario de Madeley, y loseph Benson, el anugo de Flet-
dar en posiciones diferentes. Como lo expresa Wes1ey en sus propias
cher y posterior editor de sus obras ~mpletas. .
Esta discusi6n se puede reconstrwr desde escasas alusIones presen- palabras:
tes en la literatura de la tpoca; los documentos claves ya no están a nues- Paruieraque nuestr05 punt05deYista respecto. la peñeccióoaistianasoo UD po-
tro alcance." Pareciera haber surgido en medio de otras cuestiones más ro diferentC$, aunque DO optJeR05. & verdad que cada beW en Cristo ha reaboo
absorbentes, como la elecci6n o la perfeeci6n, en la controversia con cal- el &píritu SanlO, y el &pírilu da testimonio junto too su espíritu, de que él es un
hijo de Dio6. Pero DO ha obtenido aún la perfecci6a cristiana.7J
vinistas de comienzos de la dtcada de 1770. Esa controversia finalmen-
te destruy6 la a\ianza entre el ala más calvinista del met~o (los Fletcher lambitn se volvi6 más sofisticado con respecto a sus diferencias
círculos que rodeaban a George Whitelield) y el ala más arm,m'n' que con Wes1ey, y escribe a la señorita Mary Bosanquel, predicadora meto-
rodeaba a Wes1ey y sus colaboradores. Estas luchas surgieron en el Tre- dista con la que luego se casó:
veeca College de Gales, una instituci6n costeada por la Condesa de
Huntingdon, patrona de Whitelield. El director, 10seph Benson, fue ex- No hago de5cansar la doctrina de la perfec:ci60 cristiana sobre la lJlLJencia de pUG-
~,esto es., la perfección de una paloma., O una oveja; ni tampoco en poder JUfIDT a
pulsado por la condesa por sostener ideas arminianas, una medida que
Dios con lodas rweslras J~n.QS. por cuanto creo que todos los genliles y judíosjus-
llevó a que su presidente, 10hn Aetcber, presentara prontamente su re- tos ~ han hecho; sino en la plenirlUl de ese amor superior, más noble, más cálido,
nuncia. Ym.:z.r potkro.ro, que el apóstol denomina el amor del Espirilll, O el amor de Dios
En una carta a Benson, Fletcher le inform6 que el Rev. Walter Shir- tkrranuuJo por el Espíri'" Sanlo a los creyentes cristianos, quienes, desde el día de
Peoterostfs, marchan hacia la perfección de la dispensación CJistLana.71
ley visit6 esa casa de estudios, Ymientras estaba alli «hizo pedazos lo que
nst.ed había escrito sobre el 'bautismo del Espíritu Santo'». Aparente- Aunque estas palabras parecerían una objeci6n expücita al punto de vis-
mente en esta tpoca Benson afirmaba que las personas debían experi- ta de Wes1ey, Fletcher deja en claro la diferencia:
mentar la «perfecci6n» mediante un «bautismo pentecostal del Espíritu
Santo», porque Shirley había discutido en contra de esa posici6n, argu- Usted pldni encontrar mis opirUooes al respecto contenidas en los sermones del
serH)r Wesley sobre perfección cristiana y sobre cristianismo escritura1; con esta so-
mentando que .la profecía de loel (Hechos 2) se había completado ya
la diferencia: que yo distinguiña más claramente entre el creyente baulizado con el
en el dia de Pentecostts-." plderpenlecostal del Espiritu Santo, y el creyente que, romo los apóstoles después
Wesley parece baber compartido al menos algunas de las con~ccio­ de la ascensión del Sellor, no estj aún lleno de ese poder.'"
nes de Shirley al respecto, porque un par de semanas antes le babIa pe-
dido a Benson .que se abstuviera de enseñar la salvaci6n universal y Wes1ey y Fletcber compartían muchas cosas, pero sus diferencias no
predicar sobre el último descubrimiento de Fletcher»." Benson clara- eran meramente semánticas y terminológicas. Estas alusiones al conflic-
mente se sentía tentado de creer en una _salvación final universal-, pe- lo revelan divergencias fundamentales que subyacen a lo que les es
ro la última referencia permanece ambigua. 10hn Telford, el editor de común. En otro momento y bajo otras círcunstancias estos pequeños ma-
las carlas de Wes1ey, sugiere que se reliere a la doctrina de Fletcher so- tices se volverían a acentuar y revelarían con más claridad esa am-
bre .recibir el Espíritu Santo»." U nos meses antes Wesley se había mOS- bigüedad beredada de la era del metodismo clásico. lotentaremos hacer
trado preocupado por la manera de hablar de Fletcher sobre el hecho de un esfuerzo para discernir mejor estos sutiles matices, antes de retomar
la santificaci6n total. Aunque estaba de acuerdo en que Fletcher acep- la historia del conflicto que se desarro1l6 en el escenario norteamerica-
taba todo lo que ti (Wesley) defendía - .una liberaci6n total del peca- no.
do una recuperaci6n total de la imagen de Dios, el amar a Dios con todo
nu;"tro corazón, nuestra alma, y nuestra fuerza» -, Wesley objetaba el

30 31
RAlCES lEOLOGlCAS DELPFNrECOSfAUSMO lAS RAlCES MEfODtSfAS

más interesado en la promesa del retorno de Crísto, y habla frecuente-


mente de ella en el contexto de otros temas."
Una línea divisoria crucial El patrón de las dispensaciones de Aetcher acentúa el papel del
Espíritu Santo ysubraya la suposición de que la era presente está de algún
Aetcher senlla que la clave para comprender su propio pensamiento modo caracterizada por la actividad del Espíritu Santo. Debido a que «la
debía encontrarse en su doctrina de las dispensaciones, un punto clave dispensación del Espíritu está ahora en acción», no sería «justo tildar de
de diferencia con Wesley. Aunque su posición no se desarroUó totalmen- 'entusiasta' al ministro que predique esta dispensacióno." Este énfasis
te, Wesley parecería reflejar una postura más clásicamente protestante, de la estructura dispensacionalista de Aetcher empuja al metodistno más
que ve a la historia dividida fundamentalmente en dos períodos, por Cris- lejos del enfoque cristocéntrico, hacia un enfoque neumatocéntrico. De
to, O quizás más precisamente por la redención lograda por su muerte. igual modo, cuando el esquema de las dispensaciones es aplicado al de-
Por esa razón, Wesley podía hablar del «pacto de las ohr..,. y del «pac- ,:,""0110 esp~ del individuo, hay una tendencia a separar la recep-
to de la gracia.> usando términos como «dispensación judíaJ, y «dispen- CIón del EsplTltu Santo del momento de la conversión, de una manera
sación cristiana». El Espíritu Santo, naturalmente, desempeña un papel que comenzó a preocupar a Wesley. Aetcher no separaba el Espíritu de
importante, lo mismo que Pentecostés, pero es el agente de Cristo y sub- las etapas anteriores, pero sr enfocaba el papel del Espíritu en una ter-
sidiario de él. Esto repite lo dicho anteriormente, a saber, que aunque cera etapa inaugurada por el bautismo del Espíritu Santo, de tal manera
Wesley otorgaba mucho peso a la experiencia de recepción de la gracia, que provocaba este tipo de cuestiones. Cuando este esquema comenzó
lo hacía básicamente desde un marco cristocéntrico. aser usado por personas de menor criterio, comenzó a acentuarse la ten-
Fletcher, en cambio, veía la historia dividida en tres dispensaciones, dencia hacia ese tipo de separación.
cada una de eUas identificada con una de las personas de la Trinidad, y Parte de lo que aquI está en discusión es un desplazamiento de las ba-
cada una de ellas caracterizada por una «gran promesa por parte de ses exegéticas. Es un hecho notable que, a pesar de la dedicación por
Dio..... La primera de eUas es la «dispensación del Padreo, que antici- p~ede Wesleya hablar de la «restauración» de la vida de la iglesia pri-
pa la «manifestación externa del Hijo». La «dispensación del Hijo» se nul.1va, sólo ocasIOnalmente se refiere al libro de los Hechos. Esta ausen-
inicia con Juan el Bautista, y anticipa .la promesa del Padre», o el derra- cia se vuelve especialmente notable en los análisis acerca de la perfección
mamiento del Espíritu Santo en Pentecostés. La tercera dispensación, la cristian~ y la santificación total. El estudio de las bases exegéticas del
del ÉspírilU, anticipa el regreso de Cristo." Estas dispensaciones no son pensanuento de Wesley Uevado a cabo por W. E. Sangster identifica
sólo una descripción del proceso salvífico o Heilsgeschichte, o las etapas treinta textos básicos: uno de Ezequie~ tres de Mateo, diez de la litera-
de la obra de Dios en la historia humana, sino también - y tal vez más tura paulina, tres de la epístola a los Hebreos, uno del libro de Santiago,
básicamente- una descripción de las etapas del crecimiento espiritual dos del evangelio de Juan, y diez de la primera epístola de Juan." Elli-
y el desarroUo por el cual debe pasar cada individuo." bro de los Hechos,junto con su referencia a Pentecostés, está conspicua-
Esta doctrina de las dispensaciones pone énfasis en el movimiento te- mente ausente.
leológico de la historia de una manera que no es característica de Wes- Obviamente la formulación de Aetcher, sin embargo, coloca el libro
ley. Aunque WesJey se refería a un clímax en la historia. como el juicio de los Hechos en un Jugar prominente. En efecto, de acuerdo con el índi-
[mal, su escatología estaba más orientada hacia la cuestión de la muerte ce de los textos bíblicos, el libro de los Hechos se cita más que ninguna
yel destino de las personas." La escatología en el sentido de la expecta- otra fuente bíblica en sus obras completas. Así es que podemos detectar
tiva de un inminente retorno de Cristo no juega en Wesley el papel que un desplazamiento importante en las bases exegéticas, que podría indi-
muchos supond.rían. Wesley, como ya lo hemos sugerido, está oricntado ~ meloso un desplazamiento desde la orientación paulina yjuanina, ha-
principalmente hacia una soteriología; su enfoque es la apropiación de Cia una luqueana. Sería fácil sobreestimar estas diferencias, pero esta
la gracia en esta vida, y la restauración de la imagen de Dios en prepara- perspectiva no deja de proporcionar algunas e1aves importantes acerca
ción para la muerte y la vida eterna. Aetcber, por su parte, está mucho de los niveles profundos de la discusión.

32 33
RAlCES 'I1lOLOGICAS DEL PENfEC OsrAU5 MO lAS RAlCES MEroD lsrAS

par-
Aun podría afirmarse que la doctrin a de las dispens aciones tiene pentecosta1..Es tos.pas os no se dieron en el inicio del metodismo, en
raíces expresa mente luquean as. Los estudio s de redacci 6n en Locas
y los ~e por l~ resJSle naa de WesJey, y tambié n por el control que ejercía su
influen aa en ~ contexto. Nortea mérica propor
nlacion es aCm sin conclus io- cion6 el context o para
Hechos son un foco lormen loso de argume
nes definitivas. Es conven iente notar, sin embarg o, que Hans Conzel - esa transformaCl6n, yes a esa historia que abora debemo s volvemos.
mano propon e en su The Theo/ogy olSI. Luke «(La teologí a de San Lucas)
una divisi6n triparti ta de la historia similar a aquélla : el período de
Cs-
iglesia y del Espírit u." Conzel -
rae~ el período de Jesús, y el período de la
mano, por supuest o, ve en esto una «desesc atologiz aci6IDo de la historia
que
de la salvaci6n en respues ta a la «tardan za de la parusía », mientra s
icaci6n de la orienta -
F1etcher, al usar este materi~ revela una intensif
de Conzel mann sigue ba-
ci6n escatológica. Pero el estudio de redacci 6n
s con
jo discusi6n,'" Yalgunos encontr arian en Locas patrone s más acorde
la lectura que F1etcher da implíci tamente a los lestos.' "
Tambié n surgen otros interro ganles de interés. J. E. rlSOn ha sugeri-
do que «el Espíritu , en los Hechos , todavía es preemi nentem ente extáti-
a lo
co. y que «la contrib uci6n más grande de Pablo fue darle priorid ad
y escatol ógico de
ético sin disminu ir un ápice el carácte r sobrena tural
, no obstant e, que
aquél.. .. Se ha objetad o esta afrrmaci6n,91 pero sugiere
o-
algunos de los matices que empeza ban a surgir en F1etcher en contrap
de textos a
sici6n con Wesley podrían haber tenido su raíz en el grupo
en algunos pun-
los que cada cual dio priorid ad. Esto es claram ente así
las
tos, tales como el énfasis de F1etcher en el lema del «poder », aun en
Lucas y los
pocas muestr as citadas arriba. Eduard Schweizer sugiere que
Hechos se centran en el Espírit u y tienden a usar dynamis [poder] ypneu-
ma [espíritu) casi como sin6nimos, y que:
del Espíritu ...
profeteu ein [profetizar] es para Lucas muy imponante como la obra
encontra mos expresiones que describen en forma m's gene·
Sólo marginalmente
la comuni-
raJ al Espíritu, romo el que mora continuamente en el individuo Oen
dad."

No estamo s sugirie ndo, por supuest o, que F1etcher se desplaz ara tan-
to en esa direcci 6n; estaba demasí ado control ado por el pensam iento
wesleyano. Pero estos temas típicos comienzan de hecho a aparecer en
ba-
su pensam iento, y bajo circuns tancias diferen tes aquello s que estaban
jo su influencia podían adopta rlos e intensif icarlos, especia lmenle cuan-
por
do la influencia de los patrone s wesleyanos se hubiera debilita do
diferentes razones .
El estudio de ese desarro llo hist6rico es el tema priorita rio de este
en
análisis, y uno de los resulta dos más importa ntes del proyect o es que
stan las raíces hist6ric as de la teologí a
estos desplaz amient os se manifie

34 35
SALVAClON E INVITACION

84 Por Fe Contemplo Redencibn


a c.aw.
1úS.J'. P. lttW'I' CAPITULOllI

1. Por fe con-tem - Plo


... ~
-·d ·~&.
.. ---...
La ruen-u car- me. . ~.'; El avivamiento norteamericano de la
1:. Mi vi-daen-tre-goa mi Je -slis. Lu du-du él qw - to;
(
3. ¡Cuan in - e • a· e
bI lO - 'ZO es,
de mi n:_
Sa - bu que 121- '90 soy!
Pro _ run-do el ti :1. - mott
perfección cristiana
4. ¡Oh. ¡n-cia a-<:e1 - sa ....--.

El metodismo habrla de encontrar su verdadero destino en Nor·


teamérica. Ya a mediados del siglo XIX, Phi\ip Schaff reconocerla
que .en Nortearnérica, el movimiento metodista fue -quizás de entre
todos los sectores del protestantismo, despUés del puritanismo- el de
mayor influencia en la vida religiosa en genera\>o.' Esto ya es, por sí solo,
... ... sal-n.-ci6n. Su vi· da dió por mi.
un hecho singular, ya que por la época de la revolución norteamericana
el metodismo en Norteamérica era todavía una secta marginal desorga·
Je - SÚS DOS da la
en su luz, Mi. deu-das él pa - gó. nizada, apenas con un pie en el Nuevo Mundo. Pero hacia 1820 los me·
Mi al-malO-u
Mi rey a ..tqw es mi Je· sús, Al ele - lo sé que voy.
a de luz. Cor - de -ro Re-dt:n - toro todistas ya habran alcanzado en número de miembros a los bautistas cuyo
De mi le-sra. 'ri número estaba creciendo, y se estaban transformando rápidamente en la
denominación protestante más grande de Norteamérica en el siglo XIX.
En 1840 los metodistas superaban a los bautistas en una proporción de

Co..o "" .. I
. ,
10 a Ó, y .en igual proporción a la membresía combinada de presbiteria·
nos, congregacionalistas, episcopales, luteranos e iglesias reformadas»,'
es decir,los grandes forjadores protestantes de Norteamérica colonial.

I~ L. fuen-tc sm
, V
¡ - ¡ual ha - lié, l)" vi-da y 1m 01 ma-n;;J.n-nal;
La razón de este sorprendente crecimiento del metodismo es múlti·
pIe. El movimiento wesleyano llegó a Norteamérica en el momento de su
~~~ mayor vigor. Sus evangelistas y obreros itinerantes que recorñan las re-
t- t- I ~~ giones a caballo. sumados a los laicos y nuevos conversos, aumentaron
fácilmente sus fuerzas y se extendieron a lo largo del país, mostrándose
V V I
especialmente adaptables a la frontera que se expandía con la coloniza·
, ~ ción del Oeste. Los motivos arminianos y perfeccionistas del metodismo,
tanto explícitos como implícitos, eran un trasfondo que congeniaba con
V
...... ... el deseo de expresar y aun alimentar el expansionismo optimista de la re·
gión. El metodismo creció a tal punto como factor de influencia que los
lim-pia ami 1
¡Ob. do-ria a Dios. me lim-pia a mi. M.
lim-pia la mi, me
intérpretes del siglo XIX suelen hablar de .Ia era metodista en Nor·
teamérica».' Por lo tanto lo que pasó en el ambiente metodista tuvo una
influencia mayor en la cultura que lo que generalmente se supone.
Pero 4(,fa era metodista en Norteamérlca_ significa más que el crecí·
miento de una denominación en particular que llegó a ser la más grande

37
EL AVIVAMIENI'O NOIITEAMERJCANO
RAlCES TEOLO GtCAS DEL PENI'EC OSTAU 5MO

pa- ~unque siempr~ fue una cuestión de importancia para el metodismo ini-
del pals; significa que hasta cierto punto el metodismo sent6la s bases
s del metodi smo penetra ron cial, hay un sentido en el que se puede afirmar que la predica ci6n acerca
ra muebos otros grupos. Las ideas y práctica a-
de una «segunda bendici6n» se adapt6 más a las condiciones espiritu
en otras denominaciones, especia lmente del campo reform ado. Los les de la segund a generac i6n de creyentes.
grande s avivamientos del siglo xvm agregaroo otro factor al d~bili­
a
tamien to del ealvinismo puritan o y contribuyeron a lo que ha vemdo
llamarse la «aflDio j ani zaci6n de la teología norteam ericana ».· Este Un-
pulso, que culmin6 en el surgimiento de los avivamientos espirillla1es,
se El surgim iento del Movimiento de la Santid ad
uni6 con el floreciente metodismo para sentar las bases de la síntesis
No es necesar io resolver esta cuesti6n para reconocer, especialmen-
evangélica religiosa y cultural que dominarla el ambiente norteam erica- a,
no antes de la Guerra Civil. AslTim othy L. Smith puede describir la fuer- te en la d~da de 1830, un crecien te énfasis en la perfeeci6n cristian
que prodUjO la ~C~~ de la Santidad», un
s factor descuid ado pero im-
za religiosa domina nte en Estado s Unidos en vísperas de esos tiempo
como una coalición de calvinismo con «avivamientos» y de «armin ianis- portant e ~n la Vlda religiosa norteam ericana de mediad os del siglo XIX.'
mo evangélico», es decir, una combinaci6n en la cual domina ban las ideas Un anunCIo de lo que iba a venir fue un breve libro publica do bajo el títu-
Di-
. lo de Iñe Christian's Manual; Q Treatise on O1ristian Peifeetion, wiJh
de tipo metodista, incluyendo la doctrin a de la perfeeci6n cristian a.' cristian o· un tratado sobre
del mOVl- rections lar Oblilining TiuJJ StaJe (Manua l del
El más influyente de los represe ntantes ealvinistas dentro
miento caracte rizado por los avivamientos result6 ser el controv ertido la pe~feeci6n ~ y la forma de lograrla), publica'do en 1825 por la
es- Iglesia Metodi sta EplSCOpal.1O El autor era TlD10thy Merritl , un conoci-
Charles Grandi son rlDney, un defenso r del nuevo estilo de desper tar La
- do p~tor de Nueva Inglaterra, que vivía por entonce s en Boston.•
piritual Uamado .New Measur es» (Nuevas Medida s). Richard Carwar
dine afinna que este tipo de avivamientos surgió primariamente
como t:'
d~a de perfeeci6n cristiana era su tema favorito , y él mismo era
s un ejempl o VlVO de eUa.»1I Esta preocu paci6n lo Uev6 en 1839 a fundar
efecto de la influencia de las prácticas e ideas metodistas eo los círculo
presbiterianos y congregacionalistas. Entre eUos se encontraban el uso I~ Guide lo OJristian Peifection (Gula para la perfeeci6n cristiana), des-
del .banqu illo de los angustiados», el estimulo que se le daba a las mu- tinada a tr~ormarse más tarde, bajo otros editores, en el6rgan o prin-
en
jeres para que hablaran y oraran en «reuniones mixlas». un tipo de
pre- CIpal del aVlvanuento para la santida d, especia lmente en la medida
que hall6 expresi6n dentro del campo del metodis mo.
dicaci6n improvisada y más orienta da hacia lo emocional, y el giro hacia
una teología arminiana, todo eUo fruto de temas y usanzas metodistas
ÍD- Mientr as tanto, en Nueva York, la esposa de un médico, Uamada Phoe-
proceso puede be ~alme~, y su herman a Sarah Lankfo rd Uegaron a la experieocia de
la
filtrándose en la cultura domina nte." El clímax de este
verse en la adopei6n por parte de Finney de puntos de vísta casi wesle- ~tificaCl6n. Phoebe, para quien esta experiencia proporcion61a segu-
ndad que otros encont raban en la conversi6n, se transformaría en la
fi-
yanos con respecto a la santificación. yel desarrollo posterior del «per- líder
feecionismo de Oberlin», en la década de 1830. gura principal del Movimiento de la Santidad: inicialmente como
Pero nuestro interés es enfoca r las alternativas de la doctrin a wesle- de ~ .Reuni ones de ~os martes para la promoci6n de la santidad», que
realiza;ron durante ~ sesenta años eo el hogar de los Palmer; luego
en-
yana de la perfecci6n en el escenario norteamericano. El metodismo había fundad o Merritl , con el nuevo nom-
mo editora de la reVlSl.a que
cruzó el Atlánti co en medio de los desarro llos teológicos descriptos en
bre de Gu~ lo Holiness (Gula para la santidad), y finalmente como
el capítul o anterior, y al hacerlo hall6 un suelo más fértil para el cultivo
de su doctrina peculiar, aunque no de inmediato. evange~ Itinerante, viajando DO solamente por el nuevo continente, si-
La cuesti6n ha sido muy debatid a,' pero sería justo decir que en los no tambIén por Europa . Las reuniones caseras de los Palmer no eran
y
años iniciales .Ia perfección cristiana era una doctrina respetada
pero muy <J!f~rentes de las reuniooes carismáticas caseras de la actualidad,
ron hacia fines de siglo una vasta red de reunion es
no un rasgo domina nte de la predica ci6n metodi sta de aquella época» .' al ser mutadas, genera
John Peters ha sugerido que el context o del avance de la fronter a esti- de santida d. Las reuniones en el hogar de los Palmer, que habían empe-
mul61a necesidad de acentua r los mensaj es .de salvaci6n» entre los me- zado en 1835, se abriero n al sexo masculino en 1839, y se transfo rmaron
de
todistas. Un análisis de la literatu ra de la época confirma esta conclus
i6n. en un centro de renovaci6n de una versi6n de la doctrin a de Wesley

39
38
RAlCES 'I1lOLOGICAS DEL PENrnCOSTAUSMO ELAVIVAMIENro ORTEAMERICANO

la perfección cristiana que alcanzó a líderes y obispos metodistas, y se ...aunque DO pod.ríamos afirmar que se expresa como metodista en tOO05 105 pun.
extendió más allá de las barreras denominacionaJes. tos de esta gran doctrina, cstama> satisf"echof¡ de que lIqKello que Uamamos per-
fect:i6n cristiana se expresa cabalmente en esta obra.11
De manera similar, el avivamiento entre las iglesias reformadas se es-
taba volcando en la misma dirección. El tema de la «santidad» penetra- El libro de Maban había sido publicado por H. V. Degen, el subeditor
ba en toda la literatura de la época. Las nacientes convicciones de de Gui~ lo Ouistian Perfection (Guia a la perfección cristiana), de ralces
Natbaniel Taylor respecto de la «New Divinily» (Nueva Divinidad) que metodistas, y la cálida relación e interacción entre Oberlin y los Palmer
exponía por entonces en la Uníversidad de Yale lIe~ban natur~ente d~te la década siguiente son un testimonio de las afinidades que
a preocupaciones concernientes a temas de la sanbdad y la santifica- eXlshan El grupo de autoridades en el Movimiento de la Santidad es alu-
ción. 12 Edward Beecher, cuyos padres, hermano y hermanas son tal vez ~do en fo.rma algo negativa en la expresión a menudo usada, que en esos
más conocidos, publicó seis sermones sobre «la naturaleza, importancia, crrculos VlDClUados con la revista «ni Wesley, ni F1etcber, ni Maban, ni
y los medios para la santidad en la iglesia», que fueron luego incorpora- Upbam, sino la Biblia, la Santa Biblia, es lo primero y lo último, en todo
dos a1American NationaJ !'reacher (El predicador nacional americano)." momento».19
Por su parte el ya conocido Charles G. Fmney comenzó ~ vol~ baci:' . La cultura ya había llegado a un clima propicio para la explosión de
la tradición wesleyana para hallar las pistas de una expenenCla de sanb- libros y revistas que difundieron la doctrina y la experiencia a lo largo del
dad, usando los lemas antes de haber experimentado personalmente la ~UDdo protestante. de Nortearoérica. El avivamiento de 1857-58, espe-
«bendición» en sus Lectures to Professing Ouistians (Conferencias para cialment~ «extendió los ideales de los Movimientos de la Santidad y de
cristianos pr~fesantes), que alcanzaron gran repercusión al ser publica- la PerfecCIón a otros pafses»"'y marcó la cumbre del amplio impacto cul-
das inicialmente en el New Yo'* Evange/ist, y luego recogidas en forma tural del movimiento, antes de que se desintegrara en una variedad de
de libro en 1837." expresiones diversas, más tarde en ese mismo siglo.
Esta cuestión había surgido el año anterior, cuando un alumno del Durante la década de 1840, Horace Bushnell estuvo bajo la influencia
Oberlin College le hizo al presidente Asa Maban esta inquietante pre- de estas corrientes, particularmente de los escritos del congregacionalis-
gunta durante una reunión: «Cuando miramos a Cristo para nuestra san- ta Th~mas ~pbam, y su obra posterior muestra el impacto subyacente."
tificación, ¿qué grado de santificación podemos esperar de él? ¿Podemos Al ttllSmo tiempo, el presbiteriano W. E. Boardman se veía atraído en
esperar que él nos santifique totalmente o no?»." Esta pregunta .lanzó a .esa ~ecci6n. Su obra Higlter Christan Life (Vida cristiana superior)" fue
Maban y a Finney, este último profesor de teología de Oberlin, a la publicada en el climax del avivamiento de 1858 y proporcionó a éste una
búsqueda de una santificación total, que culminó en su hallazgo de la nueva terminología que le permitió convertirse en «el primer tratamien.
«bendición», y el surgimiento del perfeccionismo en Oberlin, enseñanza to popular de este tema que se abrió paso en todas las denominacioncs».23
que se difundió de diversas maneras en el Oberlin Evange/ist y por medio El ~etodista británico Mark Guy Pearse habría de comentar que gracias
de la influyente exposición de Maban, en 71.. Scripture Doctrine ofChris- al libro de Boardman, «la despreciada doctrina de los primeros metodis.
tian Perfection (La doctrina escritural de la perfección cristiana).16 tas se había convertido en la herencia gloriosa de todas las denomi-
El perfeccionismo de Oberlin era básicamente wesleyano en su for- nacion~.~ A. B. Earle y otros bautistas llevaron la experiencia a esa
ma, aunque influido (implfcita o explfcitamente) por el contexto de la co- denommaclón después de su experiencia de santificación en 1859." El
rriente calvinista de «New Divinily», para dar mayor peso a la «ley moral,. m~ico Charles CuJlis, de quien nos ocuparemos en el próximo capítu-
(un reflejo de la fuosofía moral de Maban y su tendencia al kantismo), y lo, mcorpor6 lemas similares en la iglesia episcopal.26
al «libre albedrío» (especialmente en Fmney, quien ponía el énfasis en
que el llamado a la perfección implica la capacidad para adquirirlo).
George Pecle, editor del Methodist Qualferly Review (Revisla trimestral Nuevas corrientes en teología
metodista), autor unos años después de un estudio similar,Scripture Doc-
trine ofOuistian Perfection (Doctrina bíblica de la perfección cristiana)," Aunque estas corrientes posteriores muestran una creciente variedad
concluIa con una reseóa del libro de Maban, que aclaraba: de expresiones y de terminología, la formulación de la perfección cristia-

40 41
RAlCES TEOLOGICAS DELPENfECOSTAUSMO ELAVIVAMlENro NOR'reAMERICANO

na yla santificaci6n total, anterior a la Guerra Civil, siguieron siendo wes- un estado de gracia en el que cada uno de los redimidos del Señor debía
leyanas en contenido. El trasfondo norteamericano, sin embargo, pron- vivir»." Apelando al versículo que dice que -el altar ... santifica la ofren-
to comenzó a plasmar el pensamiento metodista en otras direcciones. El da», ~ba que una vez que tiene lugar la -consagraciólllO, el creyen-
impacto general sobre temas más amplios de la teología ya ha sido ana- te debla -ejercer la fe» yafirmar la plena santificación aunque no hubiera
lizado varias veces. Robert Chiles ha rastreado los matices cambiantes un sentimiento de seguridad que lo acompañara." Esta enseñanza tendía
impücitos en la americanizaci6n de la teología metodista, en términos de a evapor:u la lucha espiritual que caracterizó al metodismo del siglo
un desplazamiento sutil desde _la revelaci6n a la ra2ÓlllO, desde «el hom- xvm, estrrnuIando una apropiación inmediata de la experiencia. Después
bre pecador al hombre natural», y de _libre gracia a libre albedrio».71 El de todo, .«por cuanto os ha sido obtenida [por Cristo],y" es vuestra. Si
creciente énfasis sobre _el agente mora!» y -el libre albedrio» se acen- no la rectbís ahora, la demora no será de parte de Dios, sino totalmente
tu6 en alguna medida durante el período por interacci6n con la doctri- vuestra».D
na de New Divinity mediada por las corrientes del avivamiento y del Estos temas aceleraron el cambio en el pensamiento de Clarke hacia
movimiento perfeccionista de Oberlin. un debilitamiento del carácter teleológico de la perfección, haciendo de
La doctrina de la santificaci6n total también tom6 nuevos matices. El ella una experiencia más estrechamente vinculada COD la conversión e
más notable fue la tendencia a resolver la tensi6n entre crisis y proceso iniciación cristianas.
que había habido en Wesley, por medio de un creciente énfasis en el La enseñanza de Oberlin fue más compleja en este aspecto. Como
carácter instantáneo de la segunda bendición, en términos de una ese- había. surgi~~, dentro del contexto del movimiento New Divinity, con su
gunda obra concreta de la gracia». Hasta cierto punto este desarrollo ya énfasts arnumano, la teología de Oberlin colocaba en sus comienzos más
se había producido en Inglaterra, no sólo en el Wesley de los últimos importancia en la posibilidad de la perfecci6n que en los medios preci-
años, sino particularmente en la obra de Adam Clarke, cuyo influyente sos por los cuaJ~ se podía obtenerla," aunque la mayoría del cuerpo
comentario de la Biblia se publicó por primera vez en Norteamérica en- ~oee?te de Ober~ afirmaba haber tenido algún tipo de esegunda expe-
tre 1811 y 1825." Una colecci6n póstuma de los escritos de Clarke se pu- neD(;¡a». La cuest16n se complicó por el agregado de la doctrina de e1a
blicó en 1835 bajo el título Christian Theo/ogy (Teología cristiana). AlU simplicidad de la acci6n moral» que sostenía que la acci6n moral buena
Clarke afrrma que era inherentemente perfecta porque _la coexistencia del pecado y la san-
en ninguna parte de las Escrituras debemos buscarla santtdad grad41im. DebeIl106
udad, como de dos estados morales opuestos, es imposible»." Estos y
venir a Dios tanto para una instantánea y total purifK3ci6n de todo pecado como otros desarrollos de la cuestión hicieron que la escuela de Oberlin se frag_
para un perdón instantifnco. No existen el perdón ~riQtim ni la purifICación gTa- ment"':."- Mahan se inclinó cada vez más hacia el metodismo, y siguió de-
datim en la Biblia. Es cuando el alma se ve purifteada de todo pecado que puede se~penando un papel en el desarrollo de la teología de la santidad,
crecer en la gracia y en el conocimiento de nuestro Sei"Jor Jesucristo.29
nuentras que rmney se fue retirando cada vez más de la doctrina wesle-
yana.
Este énfasis no sólo resuelve la tensi6n en el pensamiento wesleyano a
favor de una crisis, sino que debilita el carácter teleológico de la enseñan- Pero hay un nivel más profundo en el que el estilo de los avivamientos
za de Wesley y traslada la total santificaci6n a un momento más tempra- de r mney b~dó apoyo a los desarrollos registrados en Palmer y otros
DO en )a experiencia cristiana. Se torna el presupuesto antes que la meta en los aVlvanuentos norteamericanos de santidad de vida. Esto se advier-
de la existencia cristiana normal. H. Ray Duuoing ba sugerido que estos te más fácilmente al comparar el sentido de inmediatez y pragmatismo
desplazamientos en Clarke están acompañados por una tendencia a re- d.e rmney ~n.los temas de los avivamientos del siglo XVIn. Su insisten-
formular _el significado de la santificaci6n en términos de 'salvaci6n del CIa en la J>OSlbilidad de la salvación -ahora» y su exaltación del elemen-
pecado' antes que de perfecci6n en el amo<».'" to humano para producir el avivamiento, obstaculizaron la preocupación
Una tendencia similar se reneja en el pensamiento de Phoebe Palmer, de Jonathan Edwards ysus seguidores por entender los avivamientos más
conocida por su _teología del altar» que subrayaba la disponibilidad in- COmo una «obra de DiOSlt, y la conversión como de un «milagro», otor-
mediata de la segunda bendición. En su propia lucba espirituallleg6 a gado cuando Dios, en su tiempo, así lo dispusiera." En la expresión de
ver que -la santidad, en lugar de ser un logro más allá de su alcance, era WiIIiam Warren Sweet, -rmney hada de la salvación el comienzo de la

42 43
RAlCES lCOLOGICAS DEL PI'NICCOSfAUSMO ELAVIVAMIENI'O NORTEAMERICANO

experiencia religiosa, en contraste con los avivamientos.anteriores en.los rizaría las postrimerías del siglo XIX. Pero el origen del avivamiento, y
que se hacia de la conversión una meta." Esta es preetSaDlente la dif~. aun del perfecciooismo de Oberlio, fueron Wesley y Fletcher, como las
rencia entre WesJey y Palmer, y marca hasta qué punto los nuevos mall- repetidas referencias lo demuestran. Las obras de Flelcher y de Beoson
ees del tema de la santificaci6n resultaron de la contextualización del aparecieron en Norteamérica, y compendios como The Christian's Ma-
pensamiento wes1eyaoo dentro del ambiente de los avivamientos nortea- nual (El manual del cristiano) traoscriblan extractos de Fletcber junto a
los de WesJey.
mericanos.
Estos acontecimientos fueron el anticipo necesario de lo que habría Probablemente de mayor importancia para el desarrollo popular de
de seguir. U na vez que el coneepto de .crisis» despl~ ~ de oproeeso' la doctrina fue la amplia distribución de la biografía espiritual de Hester
y haee de la santificación primordialmente un acontecmuen~o qu~ ocu- Ano Rogers, que estaba muy vinculada a Aetcher y que ocasíonalmenle
rre en un punto preciso del tiempo - esto es, cuando la santificaCIón ha usaha simbología pentecostal para describir la santificación." Otros usos
sido mayormente convertida en santificación total-, Y una vez que el similares de lenguaje pentecostal aparecen ocasíoua1mente en la lile-
énfasis teleológico de la perfecci6n cristiana se transforma en una expe- ratura temprana del metodismo en Norteamérica," aunque habitual-
riencia inicial que por lo general sigue inmediatamente después de la mente de un modo más genera\, sin referencias concretas a la experiencia
conversión, ya se ha preparado el eseenario para el.su.rgimíento de la de la santificaci6n. Tanto en el Oberlin Evangelist como en el Guide to
fórmula pentecostal de la santificación total. Este surgument? se hizo ~a­ Holiness, el vocabulario empleado se usa generalmente para referirse a
tente a mediados de siglo, aunque algunas señales del cambIO apareCle- despertamientos o .avivamientos» de tipo genera\, para los cuales Pen-
roo con anterioridad. tecostés es visto como el gran arquetipo, o para referirse a «ungimien-
La razón por la cual este cambio no se dio antes, se explica mejor di- tos» especiales de los ministros y creyentes.
ciendo que el avivamiento norteamericano de la santificaci6n total fue Hubo en Oberlin un brote especial de lenguaje pentecostal en los al-
absorbido, en parte, por el impulso perfeccionista enraizado en la cultu- bores del descubrimiento de la santificación lotal. T'unothy Smith ha de-
ra. La literatura anterior tiende a subrayar la idea de perfección por so- mostrado que Honey se fue desplazando en esa dirección en la serie de
bre otras expresiones posibles. Ya se ha visto eslo en Guide lo Christian conferencias que publicó en el Oberlin Evangelist en 1839 y 1840." Pero
Perfection yellibro de Asa Mahao, Scfipture Doctrine ofChristian Perfec- no incorpor6las imágenes pentecostales a su obra más formal y amplia-
tion, como así también en el subtitulo del manual de doctrina cristiana mente difundida, Jliews of Sanctijication (Puntos de vista sobre la santi-
de Timothy MerriU. También hemos mencionado el libro de George ficaci6n)", ni en su obra sobre teología sistemática, publicada unos años
Peck, editor del Methodist Quarterly Review, The Scfipture Doctrine of después. Es más, A. M. Hills, un alumno de Finney de origen congrega-
Christian Petfection." Jesse, hermano de Peck, también habría de defen- cionalista que resultaría el autor de la primera teología sistemática de la
der la perfección cristiana en su libro The Central Idea ofChristianity (La Iglesia del Nazareno, se lamentaría tiempo después de que «Fmney no
idea eentral del cristianismo),'" aunque hacia 1856 el libro mostraría la pudo conectar el logro de la santificación con el bautismo del Espíritu
creciente preferencia por la terminología de la santidad, como lo refleja Santo., aunque ca veces casi lleg6 a la verdad.... Mucho después, en
el cambio de titulo por el de Guide to HoIiness. Y Phoebe Palmer, por 1871, Fmney hablaría en la Asamblea Congregaciooalista de Oberlin so-
supuesto, refleja este patrón en la mayoría de sus escritos anteriores a Ii- bre .el bautismo del Espíritu Santo», pero sólo después de que la doc-
nes de la década de 1850. trina ya se había difundido ampliamente, sin los temas vinculados con la
santificaci6n característicos del período anterior."
Otros miembros del cuerpo doeente de Oberlin fueron más explícitos
El surgimiento de las imágenes pentecostales en su énfasis sobre el Espíritu Santo en la santificación, y mucho más pro-
pensos a vincular la experiencia con Penlecostés. Henry Cowles preparÓ
Es indudable que el impacto del perfecciooismo de Oberlin también en 1840 dos sermones cortos sobre .el bautismo del Espíritu Santo. pa-
contnDuy6 a retardar el posible impacto de las ideas de Fletcher, con lo ra el Oberlin Evangelist. En el segundo llegaba a la conclusión de que
cual se postergó el welco hacia la santificación pentecostal que caracte-

45
RAlCES TEOLOGtCAS DEL PENIllCOSTAUSMO EL AVlVAMtEmO NORTl'.AMER.tCANO

el plan de la satvacióo contempla como 5U primer objeto la santi~acaci6n de la ¡¡le.


sia; 'f usa el bautismo del Espíritu Santo como el gran poder eflOeote para IleYar a
cabo la obra.'" El vuelco hacia la ret6rica penlecostal
Un trabajo posterior de Cowles llevarla el título On Being Fí//ed with 1M
El camino para este welco estaba ya preparado. A partir de la idea
Holy Ghost (Sobre el ser llenos del Espfritu Santo)." .
Pero quizás más interesante sea el trabajo de John Margan, qwen con- de la restauración, implícita en el concepto mismo de avivamientn, ca-
tribuyó con dos ensayos sobre el tema al primer volumen (1845) del ObeT- mc:~ a crecer la preocupación por recuperar la vitalidad de la iglesia
lin Quarterly Review. El primero de ellos, titulado «La santidad aceptable pnnulJVa. ~contramos una ilustración al respecto en el polémico ensa-
a Dios», le resultó tan convincente a rmney que lo incorporó en la pri- yo dc:1 ~aulJsta Henry C. rlSh, publicado en 1855 por la Congregational
mera edición de su teología sistemática (1847).<1 En el segundo ensayo, Pub~~;House.de~on, bajo el títuloPrimitive Piety Revived (La pie-
titulado «El don del Espíritu Santo», declaraba, sin embargo, que «el dad pnnulJva reV1talízada). Se trataba principalmente de un llamado a
bautismo del Espíritu Santo, en su plenitud pentecostal, no debía restrin- refl~onar sobre ~estiones como «Sencillez de intenció~ consagración
girse a la iglesia primitiva; es el privilegio compartido por todos los cre- ~ D.,~ un~ fe escnlural, negación de uno mismo por Cristo, sinceridad,
yent..,.." Margan también insistía en que «el bautismo del Espíritu Santo Individ~o, [es ~ecir, respo":,,,bil!dad individual)>>." Este ensayo
es el privilegio propio de los santos [los creyentes)- y no debía confun- ayudó a abnr el cammo para el aV1vamlenlo de 1858 y le valió a su autor
dirse con «la influencia del Espíritu de Dios por la cual los pecadores se un doctorado honoris causa de la Universidad de Rochester." r.sh pro-
convierten a El».X1
po~a alI! «un retorno a la escena de los días apostólicos, especialmente
Estos dos ensayos también reflejan el permanente problema de inte- d.el lnolV1dable Pentecostés», y preguntaba «¿por qué no podemos anti-
grar el tema de la santificación y de la perfección al relato de Pentecostés. CIpar el retorno de la época pentecostal? ¿Por qué no pueden los cristia-
El primer ensayo ilustra el tema de la santidad sin ningún énfasis parti- nos de ahora ser 'llenos del Espíritu Santo' como lo eran en los primeros
tiempos?»SiI
cular en la obra del Espíritu Santo. En el ensayo posterior sobre el Espíri-
tu Santo, los temas sobre la perfección ya incorporan un énfasis en «el Naturalmente, Fish no tenía en mente la estructura del pensamiento
~esleyano ni las más recientes versiones sobre la santidad, pero su obra
ungimiento de lo alto».
Sin duda refleja el amplio y creciente interés en el Pentecostés y sus te-
Pero el más amplio impacto de estas disquisiciones en Oberlin no llegó
muy lejos, especialmente en ese momento, aunque después de la Guerra mas centrales, que eran la consecuencia natural del empuje revitalizador
Civil hubo una tcndencia a volver atrás y apropiarse nuevamente de la li- de los «avivamientos». Pero aún más explícitamente pentecostaI. tanto
teratura de Oberlin. TimotbySmitb ha señalado algunos paralelismos ais- en ellen~aj~ ,,?mo en la orientación, fue otro libro muy popular publi-
lados, laI vez derivados de los análisis de Oberlin, entre metodistas de cado el ~o slgwe~te (1856), que tuvo dieciocho ediciones en los siguien-
comienzos de la década de 1840." Con la merma de la influencia de Ober- tes Ires anos. Se lItulaba 17.0 Tonguo 01 Fire (Lengua de fuego), escrilO
lin sobre el naciente Movimiento de la Santidad y con el surgimiento de por el metodista británico Wiltiam Artbur, luego adoptado como texto
Phoebe Palmer, quedaron relegados en el trasfondo. Ocasionalmente, en Chautauqua, que también anhelaba un avivamiento general que res-
sin embargo, aparecen en la lileratura metodista de la época y en Guido taurara Pentecostés para su época. Menos explicito que muchos escritos
lO Holiness las imágenes pentecostales y hasta la identificación de la san-
posteriores, esla obra se preocupaba principalmente por los efectos de
tidad total con Pentecostés. El impacto más amplio de la doctrina de la un «nuevo pentecostés» sobre la iglesia, y por venir de un trasfondo wes-
santificación pentecostal puede fecharse aproximadamente en la época leyano evocaba para muchos la idea de la santificación pentecostal. El li-
bro de Arthur concluye con una oración:
del avivamiento de 1857-58.
y ahora. adorable Espíritu, que procede del Padre y dd Hijo, desciende sobre: to-
das lasiglesias, renueva el Pentecostés para nuestra ipoca, y bautiza a la gente en
genera) _ loh, baulízaJol: de n\Je\lO roo lenguas de ruego! Corooa esle siglo XIX
con un nuew avivamiento de la «religión pura ysin mkuLa. más grande que el del

46 47
ELAVIV AMJEN I'O NOR1EAMERICANO
RAlCES TIlOLO GICAS DEL PENrnC OSTAll SMO

cris~ (conceb ida, natural mente, como protest ante) yoblig6 a tomar
¡jgIo pasado, mis grande quc aqu<!1 dcl5igIo ~ mis grandetUC cualquier «demoo- en seno los problem as del pluralis mo.
t:raci6a del Espíritu» que baya sido otorgada a ~ hombres. Las fuerzas secular izadora s fueron ganand o lmpetu y forzaro n a mu-
esti-
El avivamiento de los años 1857-58 no podía menos que aparece r co- chos -espec ialmen te a aquello s que querían preserv ar intacto s los
sy los e~élicos ~teriores a la Guerra Civil - a tomar una postura
mo la respues ta a esos ruegos. Al mirar atrás un par de años despué -
s aría que defeDSIva y reaCCIonaria. La industr ializaci 6n y la urbaniz aci6n crecien
reflexio nar sobre el acontec imiento , el Guide to HoIines coment
y acentua ron las diferen cias de clase
a ha- tes compli caron el context o social
.uno de sus gozoso s resulta dos es que desde sus comienzos empezó
ber un interés mlls profundo entre elpueblo de Dios, en todiJs las denomi· ~n ~ ~eda~ que había estado a punto de abrazar la tendenc ia ígua_
litansta Jac1<soruana y evangélica.
lUJCiones, sobre el tema de la santitlad».'" Este desarro llo se dio en medio
de una plétora de imágen es sobre Penteco stés, usadas para descnb
ir el Las iglesias comenz aron a dividirse por cuestio nes de clase. La movi.
impacto del avivamiento. Un periódico comentaba que «los avivamien- lidad social ascend ente del metodi smo de medíad os de siglo, por ejem-
están plo? fue cI'."am ente uno de los factore s que precipi t6 muchas de
las
tos cubren ahora toda nuestra naci6n, alcanza ndo a todos los que de santida d, que bus-
un- diVISIones, Incluye ndo divisiones en el movim iento
cerca, como ocurri6 en el día de Penteco stés. Los ministr os parecen
caba manten er un contact o más cercano con las masas. En toda
esta
gidos del Espíritu Santo y hablan con un nuevo poder y entusia smo»."
Dios atmósfe ra, la tenden cia a dividirse en sectas se acentu6 .
Otro inform e de la época tenía por título .pentec ostés, o la obra de
en Filadel fia, A.D.l8 58>.'" No es de extraña r que en ese context o las co- Todos estos factore s, Yotros de índole teológi ca y exegética, conspi.
rrientes de santida d que comenz aroo a emerge r se volvieran más y
más raron para provoc ar una gran transfo rmaci6 n en el pensam iento wesIe-
al lenguaj e pentero stal para proclam ar su mensaj e distintivo, norma
que yano, por más esfuerz os que hiciera n por preserv ar la tradici6 n intacta.
habría de domina r el resto del siglo a medida que el movimi ento conti- En primer lugar, ese amplio optimis mo cultura l con su énfasis sobre
nuaba abriénd ose paso más allá de los confine s del metodi smo, y se
di- el.perfe ccionis mo, que había vuello a desper tar el interés por el pensa-
XIX. nuento de Wesley, comenz ó a decrec er aun antes de la Guerra Civil.
Se
fundía en gran parte de los avivam ientos del resto del siglo
mu-
Las razones de este desplaz amient o son comple jas, y la superac i6n del comenz ó a ver que la vida era más comple ja, y que la maldad estaba
s de
enfoqu e sobre la santida d por parte de la formulaci6n más .pentec
os- cho más atrinch erada de lo que se suponía . Los defenso res iniciale
tal- de F1etcher, debe verse en el context o de numero sos factore s cultu- .~ perfecc i6n cristiana», tales como Timotb y Merritl y Henry Degen,
-
rales y teológicos.'" Y debemo s adverti r sobre la crecien te comple
jidad editore s del GUlde lo Ouistian Peifection, los fundad ores de la abolicio
del context o en que tenían lugar estos cambio s. nista .Wesle~ Metbod ist ConnectioD>, y los primero s líderes y tc6lo-
o de
El avivamiento de 1858 debe haber sido el último de los grande s .des- gos del Oberlin College , estaban todos entrega dos a un conjunt
la
pertam ientos» de la o<América Cristian a» que marcar ía la totalida d
de la v~or~ q~e incluían el compro miso con el estilo de los avivam ientos,
n de la esclavit ud, el pacifism o, la de-
cultura . La Guerra Civil marca el comien zo del colapso de ese consen so VIda crlSllana I."'rfecta, la abolici6
evangélico anterio r a la guerra. Las contien das en relaci6n con la esclavi- fensa de la mUJer, y a menudo la creencia en un milenio inminente como
clímax de este impulso perfecc ionista.
tud no sólo dividen a las principales denominaciones sino que producen
además otras fragme ntacion es (tales como la abolicio nista .Wesle
yan Las nubes amenaz adoras que presagi aban la Guerra Civil ya estaban
Method ist Connec tion» y la Iglesia Metodi sta Libre, grupos que luego formán dose en 1840 y forzaba n a la gente a enfrent ar cuestio nes conflic-
da o
señan absorbi dos por el crecien te Movim iento de la Santida d). Nuevas tivas y angusti antes, tales como si la resisten cia pacífica era apropia
y estatal adopta ba leyes contra la
teorías científicas, tales como las nuevas formas de fechar en geologí
ay no, en tanto que la legislaci6n federal
fuga de esclavos, que parecía n defend er la odiada instituc i6n de la escla-
las afirmaciones que Darwio hacía en su teoria de la evolución, hicieron
aDorar nuevas tensiones que finalmente traerían como resultado las vi- vitu~. ~l crecien te espectr o de hechos violentos obligab a a optar entre el
rulentas divisiones provocadas por la controversia entre fundamentalis- a~líclOD1Smo y el pacifismo. Al perders e el soporte cultura l de la doc-
otras
tas y modern istas, a comien zos de nuestro siglo. La inmigraci6n, primer
o trina de la perfecc i6n cristian a, se vieron obligad os a expresa r de
ica
cat6lica y luego judía, sacudi6 los cimient os del sueño de una o<Amér

49
48
RAlCESTEOLQG1CA5 DEL pENreCQSTAUSMO ELAVlVAMIENfO ORTEAMERlCANO

maneras la doctrina y la experiencia que se hablan tornado tan impor- ciación Nacional de Campamentos para la Promoción dela Santidad) in-
cluye un capítulo escrito por George Hughes que bosqueja «el estado de
tantes para ellos. e ·ó
naldSrott ha rastreado una «tr......ormaCl n en la iglesia» en 1867 que hacía necesario este movimiento nuevo. Este
En segund o 1ugar, Do la cual las igl
la devoció"" durante las dteadas de 1830 .y de 1840, po~ e- capítulo no sólo revela las crecientes divisiones producidas por cues-
. ale'arnn de la responsobilidad pública para re~ en la d~vo­ tiones como el formalismo, la prédica de la santificación, y otros temas,
ssas se . 1 on «del clima de Reforma, al clima de Refugio». sino también las diferencias sociales y culturales entre las iglesias orien-
~:~:.~va:: :-e
. i r : r de 1Sj) «las iglesias habían transformado .en ladas hacía los pobres o hacía las clases altas, estilos institucionales y de-
g¡ .~ aisladas islas de ¡jedado." Es eVIdente que algunos cambIOS vociooales divergentes, y otros problemas similares.
pr~f~ de la santidad demuestran estos camhios más amplios. El Los movimienlos de santidad eran cada vez más los portadores - aun-
en h d
hec o equeyaaco
nu'e"'~
~
de 1840 se cambiara
., .
el nombre de «Guide
. que no exclusivamente - de la experiencia de fidelidad a la doctrina de
lo Christian Pe1feclion» (Guía a la perfeco6n ,,:15tt,,?a). por «GUlde lo lasantificación tolal. Una de las diferencias más notables entre los defen-
Ho/iness» (Gula para la santidad) par~ la reVISta IDdica un reorde- sores de la perfección cristiana (en la época anterior a la guerra, espe-
namiento expUcito de prioridades Y mallees, que de alguna mane~a r~ cialmenle los del Oberlio Conege) y los proclamadores de la santificación
Oejan estas corrieotes subylCeDtes más generales. Se sumó a e as. pentecostal posterior a la guerra, es el énfasis inicial sobre la «capaci-
.
aeaente
inDucnQ3 . de las [CuIDones caseras de Phoebe Palmer, .
qmen
.
dado, en contraste con la posterior húsqueda del «podeD.
· lucrarse en los ooM< debates y peleas sobre cuestiones SOCIa- Es postble que a fines del siglo XIX ya se viera la declinación de la con-
evadía IDVO " ' - . . ulso -_." más fi
les como la esclavitud (auoQllOsu labor dio un lDlp a un OMllO - fianza - al menos en algunos círculos- en la capacidad del esfuerzo hu-
. _~.I) 61 mano para enfrentar la creciente complejidad social, y una consiguiente
lantrópico de comproDllSO..... . .' .
Hay un sentido, eotooces, por el cual el g¡ro ~aa una m~dad de búsqueda cada vez mayor de un epodeD que los capacitara para la si-
santidad más íntima y «espiitual» preparó el ~o a un estilo más.pen- tuación o los ayudara a mantenerse hasta que negaran tiempos mejores.
ecostal, este último bieo puede verse en térmIDos de una extensIón y La formulación pentecostal de una santificación total puede haber juga-
~adi~ción de este despJ¡wniento inicial, tal vez acentuado por la ex- do un papel importante al hacer sentir con «podeD a quienes se veían
periencia apocaUptica de laGuerra Civil. . . sin é~ es decir, un poder que fuera más allá del poder obviamente «espi-
También resulta teotad<> especular acerca de la lDlpor:anCla de las ritual» que buscaban sus defensores. Y quizás seria posible detectar una
clase ysu im""'O en el desarrollo de las comentes de san- radicalización de estos temas en forma paralela a la movilidad social des-
estruetur as d e .- . . , d ufi'
tidad, pero es una cuestióo que DO ha Sido mvestlga a s locotemc:nte. cendente de Jos convertidos al Movimiento de la Santidad de las postri-
Un gráfico del status eeon6mico social de los defensores de la. ~lldad merías del siglo XIX. Estos factores también podrían ayudar a explicar la
mostraría probahlemeote un descenso después de .Ia Guerra CIvil, entre forma de expresión y moderación de los temas de santidad por esos mo-
los comienzos en la época anterior a la guerra en CIudades como B.oston vimientos que se incorporaron a la búsqueda de santidad pero que no es-
y Nueva York (donde lase"'a del médico, Phoebe Palmer, agasajaba a taban dispuestos a adoptar las ideas más radicales de perfección y
profesores y obispos eo sOSleuniones de los martes, en un~ casa repleta erradicación del «pecado original»."' Al menos algunos observadores del
de ayuda doméstica), Yla ""ilidad social ~ndente del ssglo XX entre panorama han notado una correlaci6n enlre la clase social y la radicali-
miembros de denominaeioo<scomo la IglesIa del Na.zareno. Aunque no zación de las ideas de santidad.
se puede generalizar rigj~nte un patrón ~e este llpo, es bast~te cla- Pero estos factores culturales y sociales no vacían de contenido las
ro que las iglesias del MOI1meoto de la San~,dad desde la Iglessa Meto- cuestiones teológicas enjuego. Los intérpretes posteriores, especialmen-
dista Libre fundada eo 18íO. hasta la IglesIa del Nazareno, fundada a te aquellos que surgieron inmediatamente después de la corriente de la
. nzos 'del ss'glo ha1Iatm su ministerio especialmente entre los po- santificación pentecostal, no se mostraban preocupados por la identifi-
conue, las . dad Q
bres y la clase media baja,ycreeientemente en el centro de ClU es. cación, sino por el hecho de que hubiera tardado tanto. Su problema era
El informe de los prim"",catorce campamentos (1867-~) de la eNa- «la manifiesta reLicencia de Wesley a usar el término 'bautismo del
tional Camp Meeting AsslJiation for lbe Promotlon of Holioesso (Aso- Espíritu' en relación con la santificació.... y por qué ésta había perma-

50 51
RAlCESTI;OLOGlCASDELPENfECOSfAUSMO ELAVIVAMIENTO NORTEAMERICANO

necido siendo la posición dominante hasta mediados del siglo XIX. Char- otros contextos teológicos, especialmente entre Jos reformados, como su-
les Brown, UD importante te6logo del siglo XX de la Iglesia de Dios cedió como consecuencia del avivamiento de 1857-58. En ese contexto el
(Anderson, Indiana), una iglesia vinculada con el movimiento para la san- vocabulario de Pentecostés subordinó los temas de la perfección de UD
tidad, sugiere que «los primeros teólogos wesleyanos se vieron tan des- modo tal que para muchos parecía afirmar su carácter prima facie bíbli-
viados por los te61ogos de profesión que no lograron poner el corr~o co. As~ en 1874, Daniel Steele, que dos años antes había dejado su pre-
énfasis sobre la doctrina del bautismo del Espíritu Santo»." Más reClen- sidencia de la Universidad de Syracuse para retornar al pastorado,
temente Timothy Smith ha visto en el surgimiento de la santificación pen- describiría en el Guide lo Ho/iness su propia santificación como UD bau-
ia
tecostal recuperación de UD equilibrio correcto entre el agente divino tismo del Espíritu, y aconsejaría a todos los creyentes que
y el humano, que se vio amenazado, especialmente en Ober\in, por el
cesen de discutlr las sutilezas y todas las interminables cuestiones sobre santifica-
énfasis en el libre albedrío y la mediación humana." Para estos te6logos, ción total o perlección cristiana. y clamen oon fuerza a Dios por el bautismo del
esta identificación era lo que la tradición wesleyana había venido buscan- Espíritu Santo. Esta es ciertamente una promesa para todos los creyentes en Jesús.
do desde 1TlO en adelante. Ojalá que cada ministro ycada laico inquiriera sobre la manera de llegar al aposen.
Al menos otros dos factores teológicos se revelan en la literatura de toalto de Jerusalén y habite allí hasta que las lenguas de fuego descansen sobre sus
cabezas."
la época con relación al cambio del que venimos hablando. Es posible
distingnir hacia fines del siglo XIX UD vuelco radical hacia temas sobre el :ero sea cual fuera la razón, es evidente que este cambio se produjo,
Espíritu y .10 espiritual., que fue tomando formas diferentes según el y slmplemente arrastró a su paso a casi todos los que en distintos cam-
contexto: en el auge del espiritualismo, en el surgimiento de la ciencia pos continuaban enseñando la doctrina de una vida cristiana superior.
cristiana con su menoscabo de 10 material, en el incremento de la filo- La historia del triunfo de la formulación pentecostal será el tema del
sofía idealista en Norteamérica, y otros fenómenos más. En los círculos próximo capítulo.
teológicos más ortodoxos, el desarrollo se manifestó en una insistencia
cada vez mayor sobre la doctrina del Espíritu Santo. Al finalizar el siglo,
C. I. Scofield, el famoso editor dispensacionalista de la Biblia Scofield,
señalaría:
Estamos en medio de un marcado resurgimiento del interés por la persona yla obra
del Espíritu Santo. Se han publicado más libros, manuales y tratados sobre ese le·
ma en los últimos ochenta años que en ladO el tiempo anterior desde que se inventó
la imprenta. En realidad, en los últimos veinte ai'los se ha escrito más y se ha dicho
más sobre la doctrina del Espíritu Santo que en los 1800 años anteriores.61

Desde esta perspectiva, el vuelco del pensamiento wesleyano hacia la


santificación pentecostal puede verse como una forma particular del creo
ciente interés general en el Espíritu Santo, dentro de los conflOes más li-
mitados del Movimiento de la Santidad de flOes del siglo XIX.
Pero ciertas ventajas apologéticas pueden haber ayudado a acelerar
la adopción de esta posición. La idea misma de la perfección siempre
había sido discutida. Innumerables sermones metodistas acerca de la
perfección seguían el patrón establecido por Wesley de distinguir clara-
mente «en qué sentido los cristianos 110 son perfeclos'», antes de intentar
una descripción de la meta que Wesley solía colocar ante sus oyentes."
Este problema apologético se intensificó con la experiencia de la san-
tificación total que se extendió más allá del metodismo hasta alcanzar

52 53
48 Pentecostés Para Todos
Bode lo 1"nUff:ou.
H.W.CLlQD'Taü.Io 8. JIlaA U: 11. Loskw.S: . . . . Mas. c. H. MO....lS
CAPITULO IV

1 D" 1lI05 de - i.
~
nos. Mas CO· IDO. tud
h-;-ér - fa - pro-- me • ti6,
Z.• iOt-~saD-tos,Dios
JOS DO

3. Je - sús pro- mete UD


os Ua -ma hoy, Su pl e-tu-
Pl:Dte-cos· 1& A
t mod'
0-.,
ca· da CO· fa - zbn.
El triunfo de la doctrina del bautismo
4. Cre - yco-les, pa • fa
r..:.
to· dos hay. El gran Cou - so . la - dar.
1-.." 1.. _
pentecostal del Espíritu Santo
'-'-<
Después de la Guerra Civil, las tradiciones vinculadas con los aviva-
mientos fueron cada vez más marginalizadas de la cultura norteame.
ricana. Hacia fines del siglo Xl)( hubo movimientos sectarios masivos,
mayormente en la línea del Movimiento de la Santidad que se había in-
I dependizado o había sido expulsado del cuerpo mayoritario del metodis-
Nos tt1&U-da el San-lo Es - pi - ri . tu, Que 1Ie - n& de su
Bs pa -.... lo - dos por i - gual El san - lo Hués • )Jdi mo; aunque también hubo sectarismos parecidos que se manifestaron en
Pos-- tra - dos, PU~. ro - go~ - m~ - ~e. Y es· pe - re - 1II~
Y las se - ña - les se· gol - rano Bu o - tras Jen - guas tradiciones paralelas. Lo que es interesante para nuestra investigación es
advertir hasta qué punto estas corrientes dentro de la tradición de los a-
vivamientos, ya sea de dentro o de fuera de las iglesias mayoritarias, es-
taban dominadas durante este periodo por una u otra variedad de la
doctrina del bautismo pentecostal del Espíritu Santo. A esta altura, na-
turalmente, todavía no se incluía la práctica de la g1osolalia.
gnn vir - tud
,
Al RI'" que le es - pe - ro.
. Hasta ahora hemos visto el surgimiento de las imágenes pentecosta-
ce - le. - tial Hs - pi - ri-tn de "er- dad. cH. "e - ni-do a ti? ¿Ha ve- les, tal como se presentó en el ala perfeccionista de los avivamientos an-
por 1& fe, I El pro _ me _ ti • do dOD. tes de la Guerra Civil. Ahora tendremos que rastrear la enunciación de
ba - bla -
..
rio, Pro-me . sa del ~fior.
1-1 la doctrina explícita del bautismo del Espíritu Santo, y catalogar sus va-
riaciones a medida que se difundía por medio de los avivamientos de fi-
nes del siglo Xl)(.

, , Los primeros libros que desarrollan Una doctrina completa y auto-


consciente de la santificación pentecostal aparentemente aparecieron
como consecuencia del avivamiento de 1857-58. Phoebe Palmer, la fuer-
I za impulsora detrás dellloreciente avivamiento de la santidad dentro del
lIi- do. ti El lb - pi - ri· tu Con-so-la-dor ?
metodismo, parece haber ido en esa dirección poco antes de la irrupción
=-=-> ...........
del avivamiento, quizás bajo la inIIuencia de William Arthur, quien esta-
-=- • ba viajando por los Estados U nidos y corrigiendo las pruebas de impren-
ta de su libro 71Je Tongue 01 Fire (La lengua de fuego), en el año 1855.'

. , ,
Al menos los informes de la señora de Palmer desde Nueva York duran-
te el otoño de 1856 mueslran este desarroUo,2 como también sus infor-
~

.1 mun-do
, de mal Cuando venga el COD-m
I IL-.-A - 1 1 -.... ..
1.--dor.
~
(a
I
ti.) mes al Guide lo Holiness durante los cuatro años que evangelizaba en

55
RAlCES TEOLOGICAS DEL PENIECOSTAUSMO EL BAunSMO DEL ESPlRfI1J SANfO

Gran Bretaña, desde 1859 a 1863. Hacia fines de 1859 escribe, por ejem- Palmee. éstos se sintieron intranquilos porque tcmIan que provocara una
plo: coDtroversi~ y le sugirieron un editor calvinista.
Pero Mahan deseaba que fuera una publicación metodista, como lo
en nuestras reunioocs de la larde. afirmamo5 la oece5idad absolu.ta para todcJllo5 había sido su libro Scriprure Doctrine ofChristian Perfection (La doctrina
ac:yentes,cualesquiera que sean, de recibir cJa santidad del Seoo.... oen otras pa-
labras, el pleno bautismo del Espíritu Santo. como lo recibieron 101: ciento veinte bíblica de la perfección cristiana), y aflrrnaba que los presbiterianos no
discípulos el d(a de Penlecoslk. Qentos de personas de diversos sectores y desde estaban todavfa preparados para publicar ese tipo de libros. Insistía,
minas de distancia se welcan a estas reuniones; y cuando el Dr. Palmcr da la invi· además, en que esos temas estaban siendo ampliamente díscutidos más
tación a todo&: aquellos: que con fIrmeza de fe quieren hacer suya de inmediato cs-
allá del metodismo, por lo que debía ser publicado, y los Palmer fmal-
ta gracia., el alw de la comunión, que tiene capacidad para una¡ 5e5eota personas,
por kl genenJ se Uelll. de gente.' mente cedieron.' La predieción de Mahan de que el libro «provocaría un
nuevo interés en el tema« resultó correcta; al cabo de doce años pudo in-
En 1859 Phoebe Palmer escnoió 1ñe Promise 01 the Father, (La pre>- formar que el libro había «circulado ampliamente por Norteamérica,
mesa del Padre), con el subtitulo de «Una especialidad olvidada en los Gran Bretaña, y todas las tierras de misión, además de ser traducido al
últimos días». Usaba el argumento de las lluvias tardías para defender el alem:ln y al holandés«.'
ministerio de la mujer. Al dar al término «profetizan> el significado de Mahan escribió en 1ñe Baprism ofthe Holy Ghosl que «la doctrina de
«predicar», el libro respaldaba el ministerio de la mujer (y obviamente la santificación total se presentaba en su forma vieja y, sin embargo, Due-
su propio ministerio), apelando a la profecía de Joe~ citada en Hechos va«.' Pero el co~teXlo de la exposición es más reformado que metodísta,
2: «Derramaré mi Espíritu sobre toda carne, y westros hijos y vuestras no sólo en los ejemplos que usa y los fundamentos bíblicos más elabora-
hijas profetizar:ln«. El versfculo también aparece en la tapa. Todo elli- dos, sino también en el hecho de que los temas de «limpieza de pecado«
bro estaba impregnado de los temas vinculados con Pentecostés: afirma se concentran en un solo discurso. En efecto. las «consecuencias» del
que «un reconocimiento del bautismo pleno del Espíritu Santo, como «bautismo» se describen principalmente en términos de «pennanencia y
una gracia para ser disfrutada en esta vida, es una doctrina que distingue poder«, o bien se expresan en formas más elaboradas, como 1) un des-
al metodísmo«.' Y la última mitad del libro es una descripción de su tra- pertar de nuestros ~poderes naturales»; 2) «una vasta acumulaci6n de pcr
bajo de evangelización de santidad además de su trabajo como dírecte>- der espiritual y moral para soportar y poder para llevar a cabo.· 3)
ra del Guide lo Holiness, para terminar finalmente con un llamado a la «aprehensión de la verdad que trallsfonna el alma»; 4) «la absoluta c~rte­
experiencia mencionada. Están presentes los viejos temas, naturalmen- zo.de la esperanza>; 5) una más fotima «comunión con el Padre y con su
te, pero hay un nuevo énfasis en el uso del lenguaje caraderístico del re- HIJO JesucnsIO»; 6) «una. profunda y pemranen/e bendición espiritual«; y
lato de Pentecostés, una preocupación por recibir «poder«, la «profecía« 7) una «umdad de Espíntu. entre los creyentes.'
esperada, etc- Hacia 1870 ya estaban sentadas las bases para el desarrollo futuro. La
El siguiente ycrudal avance parecería ser un volumen apropiadamen- explicación básica de la doctrina había aparecido publicada tanto en
te titulado 1ñe Baprism 01liJe Holy GiJosl (El bautismo del Espíritu San- círculos metodistas como reformados. Desde este momento en adelante
to) escrito por Asa Mahan, ex presidente de Oberlin College, que fue la enseñanza del bautismo pentecostal del Espíritu Santo se difundiría
publicado en 1870 por los Palmer. Mahan había llegado a la presidencia profusamente en ambas ramas, o al menos en los círculos de los aviva-
de Adrian College en 1859, que por ese entonces estaba casi totalmente mientos conservadores, aunque no siempre de la misma manera. Hubo
bajo el control de la Iglesia Metodista Wesleyana, de la corriente perfec- en efecto, tres variantes de la doctrina que deben ser estudiadas: la co:
cionista y a favor del abolicionismo, pero que luego quedó bajo el ala de mente oficial del Movimiento de la Santidad y su doctrina de santiflca-
la Iglesia Metodísta Protestante. Aparentemente este libro estuvo enges- ción pentecostal; una variante más radical del Movimiento de la Santidad
tación durante seis u ocho años antes de ser publicado, y fue el resulta- que dividía esta experiencia en dos obras separadas de la gracia; y final-
do de conferencias didadas en Adrian College que dieron ocasión a tres mente la forma que se volvió dominante en los circulas más reformados,
períodos de avivamiento. Sin embargo, cuando Mahan lo ofreció a los al suprimir lo más distintivo de los temas wesleyanos y enseñar que el
bautismo del Espíritu era una -.:segunda experiencia diferente_ de la gra-

56 57
EL BAtJI1SMO DEL ESPlRITU SANfO
RAICESTEOLOGlCAS DEL PIlNfECOSfAUSMO

anuales, y publicaba en 1895 sus enseñanzas bajo el título de Penterostal


cia, posterior a la salvaci6n, y con los Iines de «ungir con Poder para el Papers; or /he Gift of/he HoIy Ghost (Ensayos pentecostales, o el don del
servicio». Espíritu Santo).12 El metodista H. C. Morrison, la figura más importan-
te de las instituciones que abora se conocen como Asbury College y el
Seminario Teológico de Asbury en Kentucky, cambi6 el título de su
La transición hacia la santificación pentecostal revista en 1897, de 7he Melhodist Herald (El heraldo metodista) a The
Pentecostal Hera/d (El heraldo pentecostal), y en 1900 hizo un resumen
!"
En los años posteriores a la Guerra Civil, el Movimiento de S~ti­ de sus enseñanzas en un panfleto que circul6 mucblsimo, y fue traduci-
dad adopt6 cada vez más la formulaci6n pentecostal de la santificaCl6n do al cbino y a1japonés, bajo el título de The Bapásm wi/h /he Holy Ghost
totaL La instituci6n más importante dominada por metodistas pero de (El bautismo con el Espíritu Santo)."
carácter interdenominacional era la «Asociaci6n Nacional d~ Campa- Estas tendencias estaban quizás más acentuadas en los grupos más
menlos para la Promoci6n de la Santidad», que convOCÓ su p"?,er_cam- sedarios del movimiento, sedores que habrían de producir nuevas de-
pamento en Vmeland, Nueva Jersey, en jul!o de 1867.. En la mVltaCl~n se nominaciones hacia Iines de siglo. El quáquero 50th Cook Rees, una fi-
expresaba el anbelo de que «pudieran realizar todos ¡untos un b~u~o gura eJave en la fundaci6n tanto de la Iglesia Pentecostal del Nazareno,
pentecostal del Espíritu Sanlo_.9 Los sermones de ese evento mclwan como de la Iglesia Peregrina de la Santidad, bosquejaría su visi6n por es-
uno por Benjarnin M. Adams, fundador de la Asociaci6n, sobre Hech.os crito en The Ideal Pentecostal Ouuch (La iglesia pentecostal ideal), en
L8 (<<•.. recibir~is poder cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu 1897." La hiografía de su esposa apareci6 con el título de Huida A. Rees,
Santo ... lIo). En este serm6n los temas sobre «poder.. superan los temas lhe Pentecostal Prophetess (Huida A. Rees, la profetiza pentecostal)." El
1O
wesleyanos tradicionales, aunque estos están tambi:n presentes. y el colega de ambos, Marlin WeUs Knapp, escribiría Lightning BolJs from
informe de los primeros catorce encuentros que tUVieron lug~ durante Pentecostal Skies (Relámpagos desde el cielo pentecostal)." La misma
los primeros cinco años llevó, significativamente, el título de «Dlas de po- casa publicó una serie de ediciones econ6micas bajo el nombre de «Bi-
der en el templo del bosque-. blioteca de la santidad pentecostal., la mayoría de cuyos volúmenes re-
El informe del decimosexto campamento lleva el título de «Un mo- neja una suerte de fijaci6n por el tema pentecostaL
derno Pentecost~, y describe un serm6n de William H.. Bool~ sobre En enero de 1897, la revista Guide to Haliness and Revival Miscellany
Hechos 1.8, en el que da predominio al concepto de ser «mvestldos d~ (Guía a la santidad y miscelánea del avivamiento) sustituy61a frase fmal
pode.., como parle del «bautismo electrificant~. B'."'le af~aba alli por vida pentecostaJ en respuesta a
que «un bautismo del Espíritu Santo es una expen:Dcl~ c:otlSClcote, po-
los signos de los tiempos, que indM:an la investigación, la búsqueda y el ardiente
sitiva, específica, y de naturaleza instantánea. Aqw se d~V1d~n las aguas: anhelo de Iog:n:r los dones, gracias, y poderes del Espíritu Santo. «La idea pente-
el metodismo se sostiene o cae en este punto. Nuestra Iglesia no ha en- costal. esU: penetrando en el pensamiento y la aspiración cristianos más que nun·
señado otra doctrina desde sus comienzos)lo.11 Los temas pentecostales ca ... y esperamos este ano contnouir algo para una mejor comp~nst6n de los
comienzan a surgir durante este período y en este contexto, aunque .de hechos, eslO es, .la disptlUDcion del Espiri'" Sanlo.P

manera callada; en parte, sin duda, porque ~a era el ala más. clás~ca
La contratapa interna de ese mismo número anunciaba la nueva edici6n
dentro del Movimiento de la Santidad, y por esa misma razón inflUIda de «ese gran regalo pentecostaI., el libro de Asa Maban, The Baptism of
por los lemas wesleyanos originales. /he Holy Ghost, aquel «trabajo realmente magnífico del Dr. Maban so-
Pero las semillas habían sido plantadas y crecerían durante el resto
bre el gran lema de esta época_o
del siglo a medida que la tradici6n de la santidad se alejaba más y más
Desde este momento en adelante, y hasta su desaparici6n unos cua-
del metodismo y los líderes más conservadores del cotnlenzo comenza- tro años después, la revista prácticamente vibr6 con el tema pentecostal.
ban a eclipsarse. Es en la d~cada de 1890 cuando se reneja proba-
Los sermones se publicaban en una columna que tenía por título «El
blemente el clímax de este proceso y la explosi6n más fuerte de los lemas púlpito pentecostal_, y los informes de las mujeres apareclan bajo el trtu-
pentecostales. A esta altura S. A. Keen, de Ohio, estaba d.ando numero- Jo de «La mujer pentecostah.; los teslimonios, como «Testimonios pen-
sos «servicios pentecostales» en decenas de conferenCias metodlSlas

59
58
RAlCESTEOLOGICAS DEL PENrECOSfAUSMO EL BAUTISMO DEL ESPlRII1J SANTO

teeostales». Todo, desde campamentos hasta coros, era «penteeostal», Y cional de Campamentos con la afirmaci6n de que «la dispensaci6n del
las devociones privadas se realizaban en «la cámara pentecostal». Esto Espíritu Santo fue iniciada después de la ascensi6n de Jesús, al caer so-
es una muestra un tanto extrema de lo que generalmente ocurría en la bre los apóstoles y discípulos con su poder santificador y de plenitud».llI
mayoría de las líneas del Movimiento de la Santidad alrededor de la déca- ~e wel.co hacia temas ",:ntecostales también puso en primer plano
vanas cuestiones neumatológicas. Esto puede advertirse en el énfasis de
da de 1890.
Hasta la instituci6n más conservadora, la «Asociaci6n Nacional para Mahan en los dones espirituales y el don de la profecía, o en las frecuen-
la Promoci6n de la Santidad» (ahora bajo otro nombre), parece haber tes referencias de Phoebe Palmer a las profedas." En años anteriores
seguido esta t6nica. Su presidente, Charles J. Fowler, publicó un libro en «profetizar» se entendía más naturalmente como predicar O testificart
1900 titulado Back lo Peneecosl (De regreso al Pentecostés) en el que afir- pero después del cambio se distingue una tendencia hacia inlerpretacio-
maba que Pentecostés significaba para él n~ más sobrena~a1es y «extáticas». Mahan, es cierto, advertía que
«ningún lector cwdadoso de las Escrituras en este momento confundiría
lo que el Nuevo Testamento quiere decir -y lo que el metodismo ¡iem~re enten· el don o ~romesa de~ Espíritu con cualquier don milagroso>,'" pero ya
dió así-esa obra de la gracia que uno necesita después de la regeneración, y pue.
, 1 'Ji.' 11 para collllenzos del SIglO XX el concepto se había ampliado para incluir
de obtener; o lo que en leologCa se coooce como .Comp l!W sanb 'CGL'IOn».
los dones «sobrenaturales» de la sanidad y de obrar los milagros. Selh
Por esta época las formulaciones de Aetcher habían pr~cti~entearra- ~k Rees estaba ~n,:,ncidode que «las señales y milagros ban reapa-
sado las explicaciones más wesleyanas acerca de la santifi~C16ncomple- re~do con cada aVIvamIento del Espíritu Santo»." Aquellos que se man-
ta. El Movimiento de la Santidad intent6 retener el contemdo de Wesley tuVIeron más cerca de la tradici6n wesleyana ponían el énfasis en las
en las nuevas formulaciones, pero no pudo. La formulaci6n pentecostal consecuencias éticas y las «gracias- antes que los dones del Espíritu, pe_
tenía su propia fuerza, que empujaba hacia otras direcciones. ro el :elco ~ra cada vez mayor hacia «los dones espírituales y las gra-
~as-, especialmente allí donde la fascinaci6n por Pentecostés era más
mtensa.
Fletcher otra vez
El welco hacia «Pentecostés» trajo nuevamente a escena la doctrina ¿"Poder» o «santidad,.?
de Aetcher sobre las dispensaciones. Algunas señales de esto se advier-
ten en Asa Mahan, quien, aunque prefería hablar de «los dos pactos» en P~ro quizás ~I p~oblema más difícil era integrar los motivos de la «per-
su libro Christian Peifection (La perfecci6n cristiana), se refería a «la vie- feCCIón» y la «limpieza» que venían de la tradición wesleyana, con el te-
ja y la nueva dispensaci6n». El libro del metodista Edward Da~es 1ñe ma del «poder» que era dominante en los textos sobre Pentecostés que
Gift o[ /he Holy Ghost: 1ñe Be/iever's Privi/ege (El don del EspírItu San- e.staban recibiendo mayor atención. A menudo los temas sobre «poder»
to: El privilegio del creyente) (1874), que fue leído mucho más allá de los sunplemente superaban a los de la «santidad», como lo hemos sugerido
confmes de su propia denominaci6n, dedicó todo un capítulo a «Una bre- en varias ocasiones. El tradicional Movimiento de la Santidad se esfor-
ve historia de las tres dispensaciones» e incluy6 un apéndice de Daniel zaba por preservar los temas clásicos en medio de los nuevos cambios en
Steele sobre «Las tres dispensaciones», tomado de la revistaAdvoeate o[ el vocabulario y la ret6rica.
Ouistian Ho/iness (El defensor de la santidad cristiana). Este último es Una respuesta - que se pone en evidencia, por ejemplo, en Phoehe
esencialmente un resumen del tratamiento que Aetcher le da al tema en Palmer - era hacerlos equivalentes, sugiriendo que «la santidad es po-
su obra 1ñe POTfTail o[ SI. Paul (Semblanza de San Pablo)." de,"," .qu~ «la. santidad posee un poder todopoderoso que levantará a
Ensayos similares aparecieron cada vez en mayor número durante el ~ualquler '~esla que .se esté hundiendo»,26 que «la pureza y el poder son
resto del siglo XIX, al punto que en la década de 1890 la doctrina estaba IdéntIcos». Más típICO era el esfuerzo por insistir en que Pentecostés
tan bien establecida que Pbineas Bresee, luego un fundador importante hahía traído «santidad y poder-, título del que fue quizás el libro más im-
de la Iglesia del Nazareno, comenzaría su sermón en la Asociación Na· portante del congregacionalisla A. M. Hills, quien había estudiado en

60 61
RAlCES TIlOLOGlCAS DEL pENJECQSTAUSMO EL BAlTIlSMO DEL ESPIRfI1J SA.>rro

Oberlin bajo Fmney y más tarde ocuparla la pr~dencia de un!versi~­ te en la literatura de mucho anles de la década de 1890, cuando la «he-
des, de la Iglesia del Nazareno, al llegar a ser el pnmer.teólogo SISIe~l1­ rejía de la triple bendici6n» rea1Ji6 mayor atenci6n.
co de la denominaci6n.'" En palabras de H. C. Momson: «el bau~o El problema surgi6 ya en 1856 en el Guide lo Ro/iness. Un lector no
con el Espiritu Santo purifica el coraron de los creyentes y los capaClta identificado, que firmaba «J. D.», preguntaba:
para el servicio».19 . . .
Esta posici6n generalmente incluía la distinCl6n.entre los asP"':os po- La santidad total, la ¡,antificaci6n total, un corazón limpio¡ un amor peñecto. o UM
plena satvaci60, i.signulC8Jl el bautismo pleno del Espíritu Santo? ¿E5 posible que
sitivos y negativos de esa misma «obr~»,.formulaCl6n q~e se volVIó nor- una persona disfrute las bendiciones de una sa.nlifación total sin haber obtenido
mativa en muchos ambientes del Movmuento de la Sanl1dad. Es as! qu~ aún la plenitud del Espíritu?!2
el teólogo nazareno E. P. EIIyson más tarde reflejarla un ~nse~ al Cl-
tar el Manual de la denominaci6n, a efectos de que la santificaCl6n total «J. D.» apelaba a la doctrina de Retcher acerca de las dispensaciones y
citaha a Retcher porque «no debemos contentarnos con estar simple-
sea realizada por el bautismo del Espíritu Santo y abarque en una ~rieocia la mente limpios de pecado; debemos estar llenos del Espíritu»." Estas
limpieza de pecado en el corazóD y la prcse~ permane~~e ~I Espíritu Santo al
cuestiones que refleja la revista parecen haber surgido en parte como
morar en el crc:yente. dándole: poder para la vida Yel seMClO-
respuesta a la observaci6n empirica de que muchos que af1TlDaban estar
Este doble efecto podía desarrollarse de manera más elaborada y un. tan- «enteramente santificados» paredan carecer del apropiado «poder es-
to diferente, como lo hace el teólogo Russell R. Byrurn, de la IglesIa de piritual». Otros tenían por su parte una experiencia personal que avala·
Dios (Anderson, Indiana): ba tal separaci6n. Así Arthur S. Clibborn, que luego lleg6 a ser el yerno
de William Booth, fundador del Ejército de Salvaci6n, le escribía a Asa
La Biblia ensel'la no sólo dos obras de la gracia -la primera de ellas comúnmente
descripta como conversión, y la segunda una obra especial de Dios en el co~­
Mahan, por entonces director de la edici6n británica de la revista Divi-
sino que tambil!n ensc:i\a claramente una doble fase de cada u.na ~e es~ c:xpc:nen- ne Life (Vida divina):
das. La primera obra. la de la coo...-ersión. ind.uyc: tanto la Justifteaci60 como la
regeneración, las cuales son diferentes en su. mLSma naturaleza, ~u~ue ambas se Poco a poco la ha. nació en medao de la 05CUridad, Ycomencé a sentirme más y más
reciben al mismo tiempo ._ la segunda obra mclU)'C DO s6kJ una hmpeza perfecta sometidoa Cristoydesprendido del yoydel mundo. Oespuésde un tiempo de com-
del corazón de la depravación heredada sino el bautismo del Espíritu Santo.}1 pleta consagración (alrededor de cu.atro alto&: después de aquel llamado), durante
la cual se me hizo estar dispuesto a ser un .loco- por Cristo - renunciar al)'O. al
mundo, a la reputación. y darme enteramente a él, darme a mi mismo a su servi.
cio- reabí el baulismodel Espíritu.)f
La enseñanza de «las tres bendiciones"
Otros colocaban tanlo énfasis en la limpieza de vida como prepara·
Este consenso, sin embargo no fue fácilmente obtenido ni se ~antu­
l
ción para el bautismo, Que al menos se daba por sentado un orden, si es
vo sin esfuerzo, y la cuidadosa elecci6n de las. p.a1abras refl~Ja ~a que no una separaci6n, en el proceso. Al predicador bautista de la san-
ineómoda polémica contra una variante de esa poslcl6n que surg¡6 haCla tidad, A. B. Earle, le hicieron la siguienle pregunta durante una confe-
el final del siglo XIX, aunque se había anlicipado ~Ieriorm~nle. Un gr~­ rencia: «¿Es posible que una persona tenga un corazón limpio sin el
po, para el cual la síntesis citada resultaba .demaslado sencilla, defendía bautismo del Espíritu Santo?». El respondi6 que «un corazón limpio es
en su lugar una triple obra, o «tres bendiClones»:. la que ocupab~ el se- una preparaci6n para el bautismo del Espiritu Santo»."
gundo lugar en la posici6n dominante del Movmuento de la .Sanlldad se Asa Mahan parece haber considerado las mismas distinciones y ha-
dividi6 a su vez en dos bendiciones diferentes. Este grupo, SlD embarg~, blaba ocasionalmente de la santificaci6n total y del bautismo del Espiri-
no representa una facci6n «fanática", como creían los lideres d~l MoVI- tu Santo como de dos doctrinas o dos experiencias, y no una. En Divine
miento de la Santidad de entonces y de ahora. Apuntaba a la dificultad liJe sugiere la metáfora de vaciar un recipiente y luego llenarlo para in-
fundamental de expresar la teología wesleyana con apariencia pentecos- dicar que «la pureza es una cosa; el poder, algo tOlalmenle distinto». El
tal, dificultad que ha anorado, como hemos visto, toda vez ~ue se hacía sentido de la distinción era aparentemente subrayar el orden por el cual
el intento. La permanente lucha con este problema se refleja c1aramen- 4<el primer hecho es condición precedente e inmutable, y siempre viene

62 63
EL BAtmSMO DEL ESPIRITU SANfO
RAlCES TEQLOGtCAS DEL pENTECOSTAllSMO

en cuanto a la cueaión del pecado. queda definitivamente resuelto en las d060bras


. . ' de modo que qlÚenes buscaban el bau- de la gracia; el perdón y la santir.eación.. El bautismo ron el Espíritu Santo y con
antes de la ú1lJIDa ~nenada», fe por la purificación interior in- fuego apona ungimientos especiales, apoyos ocasionales y profundas iluminacio-
tismo .no deblan olVldarse e orar con . f bl ,. nes íntimas.4)
.ón de ese don me a e».
dispensable para la reee.:s Asbury Lowrey director de la edición nor-
t Sin embargo, aunque Irwin parece estar hablando de un solo bautismo,
De igual modo elmet. a estó a la re ' nta .¿Podemos tener una
:mpe:=:nd::;;,~es:~~ despu~Pdefa santifimáscaciópodnYlu:od~~ tenia, con todo, dos partes, e Irwin cayó en la costumbre de ir agregan-
do una experiencia espiritual sobre otra. Esto se puso de manifiesto mu-
dispensaaón mayor y er
mo complemento de eUa, una al est d de un corazón puro?», con un cho más tarde en la constitución de .La iglesia de la santidad de los
que corresponde naturalmente a o bautizados con luego» donde, entre los artículos que se refieren a la jus-
enfático «SI». Lowrey explicaba que tificación y a la santificación, figuran estos dos:
T¡cacióo total e5 la de re-
la obra del Espíritu.Santo, haS~ llegar al x:~: d:~;C:; refina; la se~nda da po- Creemos además que el bautismo del Espíritu Santo se obtiene por un definido ac-
navar,y la del baullS~, C4P!'atar.l..a P lit Pla imagen de Di06: en el corazón; to de Ce por parte del creyente plenamente purmcado, que se apropia de él (Hch.
der. La primera opera antenorme~te Yres la~edad la santifK1. La primera pu- 1.5; 2.1-4, 38; Le. 11.13, Hch. 19.6~
la segunda obra exteriormente, Ya ~~r a nda unge; hace de ella un sacerdote y Creemos adc:OlÚ que c:l bautismo con fuego es una definida experiencia escrilural.
riflca y hace de la persona un santo, a ~gu 17 que se obtiene por fe por parte del creyente: lleno del Espíritu (MI. 3.11; le. 3.16;
UD rey poderoso en Otos. para destrucci60 de fortaleza$. Ap.1S.2; Sa1104.4; Hch. 2.1-4; He.l2.29; Ez. 1.4-14; 10.2-7; ls. 33.14; 6.1-8)."

El argumento concluyente de Lowrey de: la necesidaC:::::'~=:­ Sin embargo, ya por ese entonces Irwin estaba promoviendo bautis-
cados reallieran el bautismo era que ~nsto, que ebr:x, eclbió el bau: mos adicionales de «dinamita-, «lidita» y tcoxidila».(j Pero en 1900 se
d de los pecadores, Stn embargo Yr . descubrió que alentaba .abiertamente un pecado grosero», por lo cual
~uro. Ydaf~paír~tu •.,. El evangelista George D. Watso~, que predIcaba lue separado, y junto con él cesaron los excesos.
lJSmO e II ó aproxunarse a esta po-
la santidad a fm~ del siglo p~dO, alve:sC;~toapara relular a aquellos Más interesante desde el punto de vista teológico, sin embargo, lue
sición, y usaba Igualmente e eJemp o la lJ'dad es poder»." otro círculo de personas que comenzaron a defender tres bendiciones.
Ph be Palmer soslewan que· san El metodista Sirnon P. Jacobs, presidente de la .Asociación de la santi-
que, como oe . l" ban a hacer la distinción en base a las pala-
Otras personas se mc ma . Es - . dacLt del sudoeste norteamericano, entendía que la doctrina teDO ortodo-
. f'das a Cristo' .él os baullZará en ptrltu
bras de Juan el BaulJSta re en . Ed . P en xa» de la santidad pentecostal era un desarrollo reciente y afirmaba:
f ego (Mt 3 11) De aUf conclula el reverendo Wtn ope
Santo y if. » • I'b~ut~mo de luego es diferente del bautismo con el Si la pureza de corazón y el bautismo penlccoslal del Espíritu Santo son experien-
~;~~;~:..~~~ y ~ un bautismo para el cual el bautismo del Espíritu San- cias idénlK:ase inseparables, entonces nadie antes de Pentecostés pudo haber teni-
do pureza de corazón. Pero no fue así. Esto le resulla daroallcetor de la Biblia. La
pureza de cotazón existía tanlobajo la dispensación mosaica romo la de los patriar.
to es la p:eparaimilción•·'" preocupaban a los lectores de la revista Way o[
CueslJones s ares . b' 1 dirección as. Es más, todos los que escriben acerca de la sanüdad citan del Antiguo Testa-
'/h El camino de la fe) que comenzó a publicarse aJo a mento tanto la doctrina como k>s testimonios acerca de la pureza de corazón.
Fm ( . ués de en Columbia, Carolina del Sur. ~ pro-
1890, Todos aceptarían que el Sei\Or vivió en perfecta pureza durante k>s treinta años

~:~ie~~:t.~;:na impo~tante r. a~o:~~~~~:~~~~~~::


previos a recibir la investtdura I'trsollQl del Espíritu Santo (Le. 3.21,22).
e

n
más
bautista B,:amin H:~:;~::ia:: :0
fundador de la iglesia deno-
JX:ntedcostF' mBo, pe ,••• Holiness Church. (La iglesia de la santidad de
Por lo tanto, la investidura del Espíritu Santo, o el bautismo del Espíritu Santo, y
la pureza perfecta del corazón no son idénticos ni están inseparablemente conce-
tados.
En consecuencia, una persona, al ser limpiada de todo ~dO (1 Jn. 1.7), no fue
roma a 4C lte- a 1u,t;U • <Q ro- par ello necesariamente investida con el Espíritu Santo.
l b tizados con fuego)" Irwin no dejó muchos esc,:,tos, pero P
~::usenseñanzas personalmente o a través de pequenos tratados. En- Preocupaciones un tanto similares muestra R. C. Horner, UD sectario
señabaque evangelista canadiense, a quien tres denominaciones pequeñas reclaman
como su fundador.47 Habiendo escrito una refutación del ataque de Je-

65
64
EL BAUTISMO DEL ESPIRIT1J SANfO
RAlCES TEOLOGlCAS DEL pENffiCOSTAUSMO

cuarenta días de espera hasta q ue II 6 ' .


remiah Boland a Wesley y la teologla de la segunda bendici6n en la Igle- prolongado «avivamiento de Ia santi:t.¿l;S/íntu fueron, de becho, un
sia Metodista Episcopa\,.. Horner - que babía leído bien a Wesley- en- ble negar que Wesley carecía de ... como le resultaba imposi-
tendi6 claramente que Wesley no babía conectado la santificaci6n con blema de discernir cuál babía .dpod¡er espiritual, se le presentaba el pr<>-
. SI oe patr6ndesue . . ..
Est o lo soluoon6 adoptando la . xpenenoa espmtuaL
Pentecostés: erudito metodista de Canadá, d suge;noa de Nehemiah Burwash, un
Wesley eosetlaba que la santidad era salval'SC del pecado congénito, y sabía que a tificado cuando él supoola ha~rque esle~ babía sido «totalmente san-
1o5 disdpulo6 no se les babía pedido que esperaran la llegada de la purificación. Co- ra llegar a la conclusi6n de se convertido», y ampli6 el análisis pa-
leccio06 y citó oracioneS que habían sido hechas pidiendo por la santirtcadoo tout , . . que «cuando recib'6 I
del pueblo de Dio&, pero DO dio ningún indicio de que estaS oraciooeS fueran con· saotificao6n . plena' debi6 babe rSI'd oel ha' I o que él llamaba la
ubsmod lEs íri
testadas el día de Pentero&t~'" IDO lo recibieron en Pentecostés».S5 e p tu Santo, co-
Se podría decir que Horner entendia a Wesley mejor que la corriente
adem~
Como anticipo de lo que trataremos m~ d
mayoritaria del Movimiento de la Santidad. Su resistencia a una elabo-
raci6n pentecostal de la santificaci6n total le permiti6 preservar los te-
que la actividad de B H l .
r a elante, debemos notar
res ~ prominentes de la «te~ce~a":: ~6 C. J:lorner, los dos defenso-
mostraciones del Espíritu» y fen6men';,. ~: Iba a.compañada de «de-
mas wesleyaoOS de manera m~ original en su explicaci6n de la santidad,
queaparecíanenotraspartesd 1M . más IDlpactaotesque los
aunque muestra una tendencia a subrayar el aspecto instantáneo de la !ido ambos representaban e ovunen!o de la Santidad. En este sen-
m~ampliasdelMovimientodeSantidad
santificación de una manera característica de los movimientos norteame- . una nueva radicaliza ·6 d las
ricanos. La afirmaci6n teológica b~ica de Horner, los dos tomos de Bi-
Q ne. tendencias
ble Doctrines (Doctrinas bíblicas),'" se aproxima m~ al pensamiento de
una figura controvertida no sól ¡ a~ del metodismo.1rwin era
sino por el hecho de que «sus reo ~r su octnna del bautismo de fuego
nza an por l~ gritos,
Wesley, sobre todo por la forma en que subraya la totalidad de su elabo- . uniones se ca.ract.e· b
las danzas en el EspIrito, el caer en tr
rado proceso de la gracia, comenzando con la gracia preventiva, el arre-
nes».'" Los testimonios incluidos en l::;;'~~cbas ~anifestaci<>­
otras
pentimiento y la justificaci6n, la santificaci6n, la santificaci6n tota\, basta
el punto de comenzar a desarrollar los temas característicos de Pente-
costales anuales que se celebraban en ~e los ~esUvales Pente-
Horner, revelan un patr6n ás c:adá, baJO la direcci6n de 51
R. C.
costés, como consecuencia de su posici6n respecto de una «tercera ben- manifestaciones físicas ro merma o pero todavía intenso. .Las
- postrarse, entrar en éxt~ ..
dici6n». sa _ eran comUDes» en las actividad . . . prorrumprr en n-
Horner babía llegado a esta tercera experiencia buscando «poder pa-
ra salvar a\mas» luego de que «el períecto amor me bacía clamar por po-
~et~as,y contribuyeron a la actitu: IDlcia1es de Horn,:r .entre los
der para alcanzar a las masas que se perdían, y llevarlas a Cristo». Para
él, esta
JaID1ento de ellos." Horner y s
apelaci6n a las prácticas origina~s~'r
mo Wes/ey on Postro/ion (Wesl
0=
.:e censura que preop.t6 su ale-
respondían con su clásica
e met ~mo, con publicaciones co-
_. gracia especial para ganar almas ha sido el elemento sobresaliente de mi expe- Spiri/ (Manifestaciones del Es;Ut~j.~raQ6n),o Demostrations ol/he
riencia. ConvoCó todas las potencias dormidas de mi alma y las puso en actividad. 51
dandoenergia a todas mis facultades para servir erK3ZJDcnte en la viña del Señor.

Muchos de los argumentos de Simon P. Jacobs referidos arriba fueron La doctrina del "bautismo del Espíritu Santo,.
tomados por los seguidores de Horner, Yusados para discutir en contra en los avivamientos
de la doctrina de la santificaci6n pentecostal.n Horner se sinti6 compr<>-
metido a defender su posici6n junto con otros lideres del Movimiento de
I bvariante ~I bautIsmo del Espíritu
u ,sm embargo, una tercera
Hbo' . d .
la Santidad sobre la base de fuentes bíblicas e hist6ricas. Los lideres prin- Santo a fines del siglo XIX qu
cipales del Movimiento de la Santidad se esforzaban por probar que los cidos de la época, especialme ape a a a los «avIVarnienlÍstas- más con<>-
discípulos no habían recibido la santificaci6n hasta Pentecostés," mien- delidad a la tradici6n (co16 .:::tquellos que declaraban una mayor 6-
tras que Horner afirmaba por su parte que los discípulos daban eviden- cada vez m~ los element: m t=ada.Estavanantefuesuprimiendo
e las presentes en las enunciaciones
cias de poseer la santificaci6n plena antes de Pentecostés, Y que los

67
66
RAlCES TEOLO GICAS DEL PENTEC OSTAU SMO EL 8A1JIlS MO DEL ESPlRIT U SANro

ir- importancia al tema de la santificaci6n total» .


originales de la doctrina, inclinándose en favor de lemas como «invest
servicio ». De este modo la doctrin a del bautism o del creía en una 'segund a bendición'». Más t d' ~ -se l.e ~y6 d~ que «no
se de poder para el Moody -había cambia do sus·d ar e os aliVl61a nOlleta de que
Espírit u Santo se difundi6 en los avivamientos de fines de siglo de un mo- lectura cuidado sa d I ob'·cas» :-supue stamen te en conexi6n con la
do que ha pasado en gran medida inadvertido. e a aut 'ografla de Charl G . Fimoey- y «ahora
exponía COn decisi6n el bautismo del •. es
Nuevamente cabe decir que las raíces de este desarroUo se encuen- de todo el pueblo de Cristo "S. bEsPlrltu Santo como el privilegio
vez
tran en la teología de Oberlin . Mientr as que Mahan se inclinaba cada
más hacia el metodismo, rtnney parece haberse alejado de los temas de haber leído más de lo que ;~~~ :h:,g~~:os ~rvad orespueden
de 1840, de Moody desde Nortea mérica transcri . ~ ormes. El sermón
la santificaci6n total despué s de un período inicial en la década
sa toda la estruct ura del b tis. pto e mclwd o en esa obra expre-
que puede describirse como el más wesleyano. Los puntos de vista más . . «au mo penteco stal del Es •. S
ce ro pnnetp aIment e como una «investidura d plntu antD», pe-
maduro s sobre este tema se encuen tran probab lement e en un apéndi e poder» , aunque existen
Bap/ism of /he HoIy Ghost (El referencias a la «limpieza total» al Iib
a la edici6n inglesa del libro de Mahan Si tal ,_, Y « rarse del pecado •.
es llUormes SOn exactos, los te d. .
bautismo del Espírit u Santo). Hay un ensayo de cuatro capítulos titula- desapa recido al poco ti mas ~cer~ e la limpIeza pare-
cenan haber
do «La investidura de poder» , donde se emplea el clásico lenguaje pen- ca de «Los discursos doctnn· al empo. n un informe de 1m acer-
lo .
tecostal para estimular la búsque da de «la investidura de poder de bautismo del Es ··t S
es» de Moody se· 1
. . ' mc uye uno lItulado -El
alto», definida exclusivamente como «la condici 6n indispe nsable para ptn u anto para el selVlClO », que comien za así:
llevar a cabo la obra. que Cristo le encome nd6 a la iglesia en la Gran Co- En cieno sentido. y hasta cierto punlo el Espí
ro bay otro don, que puede Uamarse ~I don de~I~~~ to m500ra en cada creyenle; pe.
o

misión. No hay referencias acerca de «santificaci6IDt o «limpieza»


en es-
-y.....tu nloparaelselVicio- Es
ta experiencia pentecostal, aunque muestra cierta preocu paci6n porque ledora ro
, epa.rece,esenleramenledifen:nredelaoonversoó la . '
un '""'" • 1 ny .seguridadocerteza
que la acompaAan . Dios liene
el período de prepara ci6n y de «espera » debería incluir la «consagra- o---n numero de hijos
razón es que carecen del don del &pi.', 50 J que carecen de poder, y la
ci60.».60 Esta es la forma doctrinal que encontramos en las enseñanzas de n u nlo para el.servicio..6f

sucesor es de rtnney, como Dwight L. Moody, R. A. Torrey y J. Wilbur En el libro amplia mente difundido de Mood
Chapm ao. creto), que se publicó en 1881" y, Seeret Power (Poder se-
,se muestra una posición similar, aunque
Un año crucial para Moody fue 1871. Su auditor io en Chicago qued6 un poco más atempe rada.
iba
destrui do por el gran inceudio en el momen to en que el predica dor Moody tenía un don para evitar las .
circuns tancias dos presiones públicas, co . controversIas, y mantenía sus ex-
a ser lanzado a un ministerio internacional. En esas mo sUgJeren algunos, d e libe rad amente vagas, so-
mujeres recientemente «SaDtificad~1 que luego se unieron a la Iglesia bre todo si se trataba d ·
e cuesllones polémicas P . .
•. d i ' Or cIerto que se CUIdaba
Metodista Libre, comenzaron a sentir «UDa carga. por Moody, porque de caer en el vocabular,'o caractensllco e Movimi di·
y se mostra ba reticen te a hablar en público den to. e ~ Sanllda
de
presentIan que «carecía de lo que los apóstoles habían recibido el día d,
Pentecostés».61 Cuando se acercar on a Moody para contarl e acerca de aunque a veces cedía en conversación ri d e;u expene n~la de 1871,
sus oraciones, él las invit6 a que oraran regular mente con él todos
los ca de «una investidura especial d P va a. ero su ensenanza acer-
viernes. Sus oraciones le provocaron una sed muy grande en el alma
y co-
paalrece haber sido un tema relatiV..::.~e:":~':"e:~~~arpaediel.se~cio»
r caetones,
menzó «a llorar y clamar como nunca antes. Realme nte llegué a sentir y parece r «no cambi 6· ·fi .
que no deseaba vivir si no podia tener este poder para el servicio».61 La de 1870 Yfines de la de 1~~~ lIvame nte entre mediad os de la década
lucha lleg6 a su fin cuando Moody caminaba por las calles de Nueva York, Si Mood b' .
a punto de zarpar para Inglaterra. CCSOr fue t::;~al~m I~O ~ se mostraba reticente en estos temas, su su-
No hay evidencia clara acerca de cuándo esta experiencia comenz ó a Reuben A Torre ~n ~ano; es~os temas dominaron el ministerio de
enfoqu e del «baut~m~~:ln~~e!; ~n sorpren dente estrech amient o
del
tener influencia sobre la predica ci6n de Moody. La gente del Movimien- lugar a du-
rir .. P¡'" u anto•. Torrey no dejaba
to de la Santida d escuch aba atentam ente sus sermon es para descub das de que una de I
a lo que ellos sostení an. Los obser- L M as pnnetp a es razones «por las cuales Dios usó D
indicios de su posici6n con respecl o _, a .
l . .oody. era que «fellEa ulla especial üll'estidura depoder de l o ",to, UJI
vadores de su labor en Gran Bretañ a advirtieron que no «daba especia bautismo claro · •
e lIJeqUlvoco del EspEritlt Sa/llO». Tambié n aseguraba que


68 69
EL BAlJIlSMO DEL ESPtRrru SANl'O
RAlCES n;oLOGICAS DEL PENfECOSTAUSMO
Pero Torrey sería eclipsado como líder de avivamientos a comienzos
enviaba a Torrey a predicar, insistla por lo general en del siglo XX por J, WIlbur Chapman, educado en Oberlín y despertado
Moody, cuando O' razones por las cuales creo que la espiritualmente bajo el ministerio de Moody en 1878," Su propia posi-
d os temas para sus sermones:.c lCZ ood
, El bautismo del Espíritu Santo»,'" M Y ción con respecto a los temas que hemos estado investigando puede ver-
Biblia es la Palab~a de DIOS» Y~ , 'ó 1Moody Bible Institule, con Torrey se en su libro Received Ye /he Holy Ghost? (¿Habéis reaoido el Espfritu
murió en 1899, ano en que se lUlCl e , da de 1890
'dad. Pero resulta claro que a mediados de la déca , Santo?), publicado en 1894 y dedicado a Moody," Chapman desarrolló
como auton b ser conocido por obras comoHow lo ObUWI Fu- en su horo todos los temas de la tradición Moodyfforrey, pero sugiere
Torrey ya comenza a a pod ).. 7ñ B ptism que _cada hijo de Dios ha reCloido el bautismo del Espfritu Santo» y que
.r Dower (Cómo obtener la plenitud del er Y e a_
IIness O, e, lEs ,-' S t)" Las ensenan- Pentecostés representa un «llenamiento» posterior. Chapman escribiría
Wi/h /he Holy Spiril (El bautismo con e pu .tu "'.'?' re i-
zas de esta última obra se resumen en cuatro propoSiCIones, que se p al año suiguiente la introducción a un libro similar escrito por el reveren-
ten constantemente en los escritos de Torrey: do Ford C. Ottman, titulado Have Ye Known /he Holy Ghost? (¿Habéis
conocido al Espfritu Santo?),"'Ottman fue posteriormente el autor de la
b esta experiencia en la Biblia _ bautiza·
1 que hay numer06aS formas de nom rar .. de ~r de 10 biografía de Chapman.
.;;con el Espíritu Santo ... UeR06 del Espíritu ~.nto -- IRvesttd06 r--
'Pr."Io" $a 10 el don del Espintu SanIO_
Todas estas i1ostraciones indican lo difundida que estaba la doctrina
alto ... recibir el -.-ylnI U ~. "Sa" #vnr:rienc:ia clara y distinta. de la que del bautismo del Espfritu Santo en la atmósfera de los avivamientos de
2. .-Que el bautismO del Espln!u. oto es una -r-
fines de siglo y comienzos del siglo xx, y hasta qué punto estas figuras
es posible: saber si se la, ~a reabldo o no.~ separada y distinta de su obra de re·
3. FJ bautismo del Espmtu Santo es una ra llegaban al público por medio de sus libros sobre el tema
generacióD.- do e1lcstimonioy el ser·
4. El bautismo del Espíritu Santo siempre está conecta con
vicio.71
' 'd 'ficamente contra «una
El movimiento de Keswick
Esta última proposición está di ng¡ a espeCl I 'd ,

= _ ola un grupo muy smcero pero eqUivoca 0


líneahde:=::;,~~el~r~~rina del bautismo del Espíritu Santo ba)o
m~ reputaci6n». Esta controvertida enseñanza era que «el ?3UUS-
d lEs íritu Santo es la erradicación de la naturaleza pecannnosa»,
mO e : alabras, la doctrina de la santificaci~n ~ntecostal, Torrey
Antes de avanzar más deberíamos observar un desarrollo paralelo e
interconectado: el surgimiento, a fines de siglo, del llamado Movimien-
to de Keswick y sus enseñanzas, _Keswicb fue la forma que tomó el
Movimiento de la Santidad y de _la vida superiOr» en Gran Bretaña, prin-
cipalmente entre los anglicanos evangélicos, aunque su influencia habría
en otr
o'dmí'tfa qu:«Sin duda es tarea del Espíritu Santo limpiarnos de pecado», de ser mucho más grande," La obra de figuras como Charles Fmney, Asa
a ro esto no es 4(el bautismo del Espmtu
.' S ant 0:"'.n . Mahan, W, E, Boardman, Hannah Whitall Smi!h y su esposo, Robert
pe Al hacer estas afmnaciones Torrey lenía en mente Sl~ dU~~ ':; Mi Pearsall Smith, Charles Cullis, y otros,'" impuls6la formación de un gru-
Hills, su compañero de la Universidad de Yale que habla pr, lca o e po en Oxford, en 1874, que se conoció bajo el nombre de _Union Mee-
sermón para su ordenación como pastor, Los dos habían servIdo en pas- tingfor!he Prometion ofScriptural HolínesS» (Unión para la promoción
' os, Yse habían ayudado mutuamente en su de la santidad escritural)," y al año siguiente tuvieron una reunión de
torados más o menOS pI ÓX1Dl
" a l pe o ya por el año 1900 se encontraban en campos ocho mil personas en una _Convención para la promoción de la santidad
búsqu ed aespmtu, r 'b' dI
totalmente opuestos en relación con el sigmficado del . ~utlSlJ10 e escritural» en Brighton.l!O Estas yotras fuerzas se unieron para formar un
Espíritu Santo, Hills coincidía en las tres primeras pro~l~ont~s, y ~~ movimiento que culminó en una serie de convenciones anuales en cam-
difería en la cuarta. Torrey afirmaba que los efectos e alu lSm.o. pamentos, en la ciudad de Keswick, Inglaterra, comenzando en 1875,
• " d de poder para e servICIO»,
Espíritu Santo se refenan a 4(ser rnv~lJ os Hills, cual- Estas convenciones se transformaron en un centro importante de espiri-
mientras que Hills insistía en _Ia~~~~~~:I;~~ (Pen/ecosl tualidad evangélica a fines de siglo, estrechamente asociado con obras
quier cosa menOS que eso era 4( misioneras como las de la Orina Inland Mission, y otras que la imitaron.
Rejecled), tltulo de su refutación a Torrey,"

71
70
RAlCES TEOLOGlCAS DEL PEmtlCOSfAUSMO EL BAUTISMO DEL ESPtRIT1J SANJ'O

La teología de Keswick ocupó un territorio a mitad de ~o entre


los movimientos de santidad Y los avivamientos de Norteamé'..'ca. que
acabamos de tratar." En contraste con Torrey y Moody, la ensenanza de Los últimos recursos: Simpson y Gordon
Keswick estaba más centrada en la segunda bendición como resp'u",:ta al
pecado, pero, por otra parte, no se sentía c6m~ con el pe~ecoODlSlDO Con el surgimiento de este patrón nos hemos acercado a la gestaII de
de las enseñanzas del movimieoto norteamencano de ~odad. La ma- las afirmaciones teológicas que constituyen el pentecostalismo. El resto
yor diferencia entre estas dos enseñanzas puede adverUrse en los r.6tu- de este estudio se ocupará de investigar el surgimiento de los dos últimos
los que usaban para clasificarse mutuamente: los maestros de s:"'tldad temas de Simpson: su énfasis en la curación divina y la segunda venida
eran los «crradicacionistas», mientras que los maestros de Keswick c:ran de Cristo. Antes de hacerlo necesitamos estudiar más cuidadosamente
los «supresionist3S>', con relación a la naturaleza pecadora. La ensenan- las enseñanzas de Simpson y de Gordon acerca del Espíritu Santo.
za de Keswick no fue tan precisa como la de los otros grupos Y nn cae en La exposicióo de Simpson sobre la santificación en 1890 es difícil de
· . d la da ex catalogar. La experiencia se describe en términos de «Separación del pe-
los patrones que hemos identificado; aun lo distinovo e «Segun -
periencia» quedaba a menudo atenuado o se lo cal;illcaba. . cado», «dedicación a Dios», «conformidad con la imagen de Dios y COD
Tampoco existe un patróo uniforme con rela.Clón a la doctnna del la voluntad de Dios», .amor a Dios y a toda la humanidad». No hay mu-
Espíritu. Mahan dirigía seminarios muy concurndos sobre el tema del cho énfasis en una segunda bendición, pero Simpson usa un lenguaje que
bautismo del Espíritu Santo tanto en las reuniones de Oxford como en implica un momento de «consagraci6IDt o «total entrega» que trae como
las de Brighton." Pero estas enseñanzas pronto ~asaron a se~do pIa- resultado el ser .habitados interiormente por JesÚS»." Esto también in-
no, y se hizo más característico hablar de .la pleDl~u~ del EspmlU», o de volucra una permanencia especial del Espíritu comparable a Pente-
.la vida llena del Espíritu» en una forma más restnng¡da y a menudo m~ costés. .Del mismo modo en que al terminar eltabemácuJo el Espíritu
cristocéntricaque la que caracterizaba a los movimientos de Norteamén- Santo descendió y tomó posesión de él», así también .aquel que vino con
poder sobre los discípulos el día de Pentecostés viene sobre ti y sobre mí
ca'Keswick, sin embargo, fue importado a los Estados Unidos por.Mon- cuando estamos totalmente dedicados a é~ tan realmente como si lo
dy, quien además invitó a sus convenciones en Norlhfield ,de comienzos viéramos descender desde lejos para posarse en nuestro hombro»."
de la década de 1890 a figuras como F. B. Meyer, un 10ndIDense que re- Las enseñanzas de A. J. GordoD muestran una mayor influencia di-
gresó cinco veces durante esa década; A~drew Murray, el pastor de la recta de Oberlin. Se cita a John Morgan en el prefacio a 17.. Two-Fold
Iglesia Reformada Holandesa de Sudáfnca; H. '!'.
Webb-Peploe, un Lile (La vida de dos dimensiones) como una innuencia decisiva, y tam-
clérigo anglicano; y G. Campbell Morgan, un bautISta de In~aterra. Es- bién se citan la obra de Finney y su conversión, incluyendo referencias a
tas personas tenían mucho en común con figur3;5 norteamencan~ c:ata - su bautismo del Espíritu Santo en un análisis del .poder para ser hijos y
logadas como .de Keswick», tales como A. B. Slmpson, el presblten:mo el poder para servirle». A partir de UD «nuevo estudio de los Hechos de
que fundó la Alianza Cristiana y Mision~ra, y A. J. Gordon, el baultSta los Apóstoles», y de una «nueva experiencia por medio de los avivamien-
de New England cuya obra se conoce prlDclpalmente por el actual Gor- tos», Gordon concluye que
don Col1ege y el seminario teológico Gordo.n-Conwel1. ., .
las Escrituras pareceñan ensei'larque hay un segundo nivel en el desarrollo espiri-
En el escenario norteamericano. esta um6n entre el movmuento bn- tual, diferente y separado de la conversión; a veces muy separado de ella en tiem-
tánieo de Keswick y los avivamientos norteamericanos produjo una im- po, y a veces en foma casi contemporánea con ella; es una etapa a la que nos
portante constelación de figuras (especialmente Simpson, Gordon y e5evamos por una tellCN3ción TI del Espíritu Santo, y no meramente por el
Tarrey, y aunque DO era norteamericano, Andr~w Murray. ."
) qwenes proceso de crecimiento gradual.
usieron el énfasis en temas que tenían en cornUD, aunque sólo A..B. Pero ya para mediados de la década de 1890 ambos autores habían se-
P "S'
Simpson llegó a defender un evangelio d~ cuatro puntos. unp~? se~: guido la tendencia de la mayoría de los movimientos de «vida superior»
clinaba por presentar .al Señor JesUCrISto en su cuádruple IIIID1Steno. a dar más énfasis al papel del Espíritu Santo. El libro ampliamente di-
como Salvador, Santificador, Sanador, y Rey esperado». fundido de Gordon, 17.e Millísuy 01 the Spírit (El ministerio del Espíri-

72 73
EL BAUTISMO DELESP IRfI1J SANI"O
RAlCES TEOLO GlCAS DEL PENrnC OSTAU SMO

ra la mecha. Pero antes de ocupar nos de eso, debemo s investigar rápi-


tu), apareci ó en 1894. En la introducción, F. B. Meyer s~ere que si
las
en
en la constitu ción mental y es- damen te el surgim iento de la sanidad divina, y el énfasis premile oario
verdad es del hbro «son grabad as a fondo de Cristo. Los siguien tes dos capítu-
stés la inminencia de la segund a venida
piritual de los siervos de Dios ... la era termina rla con un Penteco
en este libro coloca un mayor énfa- los estarán dedicad os a esa tarea.
mundia L.." La exposición de Gordon
de
sis en el Espíritu , Ydesar rolla una doctrin a de la consagración dentro
ese context o y no a la inversa. Despué s de un análisis de Penteco stés,
Gordon sugiere que, «aunqu e el bautism o del Espíritu Santo fue dado
r
de una vez para siempr e en el día de Pentecostés», «00 debemo s conclui
bautism o»." El «don del
de allí que cada aeyent e haya recibid o este
Espíritu» es una operación posteriort es 4luna bendición adicional y se-
más
parada » cuyo propós ito es «nuestr a capacit ación para un servicio
una tendenc ia a acercar -
efectivo en la iglesia de Cristo» ." Aunqu e bay
tradició n genera l de
se a la línea de Moody rrorrey, Gordon , como la
Keswick, retiene mayor número de temas sobre la santificación en su for-
mulación.
Se pueden detecta r tendenc ias similares en Simpson, quien dedicó dos
dos
años a enseña r acerca del Espírit u Santo, y en 1895 y 1896 produj o
Espírit u
volúmenes titulados 11Ie Holy Spirit; or, Powe,from on High (El
especia l-
Santo o el poder de lo alto). Aquí la transición es más radical,
mente en el segund o volumen, que se basa en el Nuevo Testam ento. Des-
pués de un capítul o sobre el significado del propio bautism o de Jesús,
Simpso o trata el bautism o del Espírit u Santo y sus muchas coosec uen-
e-
cias. La parábo la de Jesús sobre las vírgenes fatuas y sabias es interpr
en por el
tada en término s de dos tipos de creyent es que se distingn
es an-
bautism o del Espíritu . «Repre senta la diferencia entre los apóstnl
-
tes de Penteco stés y los apóstol es despué s de Penteco stés.»" La parábo
ura
la de los talento s es interpr etada para enseña r que bay «una investid
penteco stal de poder para el servicio ».
Lo que querem os señalar con todo esto es que a mediad os de la déca-
y de
da de 1890 casi todas las ramas de los Movimientos de la Santida d
«vida superio r» del siglo XJX, además de los avivam ientos de este periodo
en general , estaban enseña ndo una variante, de algún tipo u otro, del bau-
en
tismo del Espírit u Santo, aunque con algnnas diferencias importa ntes
de penetra ción de los temas penteco s-
matices y significados. La fuerza
la publica ción de una serie de himnar ios
tales se demues tra además por
del
muy popula res usados en los avivamientos, durante la última década
xx. Se publica ron por lo menos seis de ta-
siglo XJX y la primer a del siglo
les himnarios y se los usó ampliam ente en estos movimi entos.
No es por lo tanto un acciden te que el pentecostalismo baya surgido
ie-
cuando surgió. Todo lo que se necesit aba era una chispa que encend

74 75
182 La Tierna Voz
J. H. $TOCrtOlf CAPITULO V
WM- Bmna.

\1
1. La tier - na voz del Sa I - 'n - or
d Nos ha - bb. con- mo . vi - da. El surgimiento del movimiento
. Con _fí -:a tÚ en $U bon -dad, Del m.al
2 . J sus
ris li - bn - do;
5e -
es quien 105 la - na; de sanidad divina
3. Los sor - dos o - yen, oc . gos vea, e-
...
Q uizás más característico del pentecostalismo que la doctrina del
Espíritu Santo sea el hecho de llevar a cabo milagros de sanidad di-
vina comn parte de la salvaci6n de Dios y como evidencia de la presen-
cia de poder divino en la iglesia. Las raíces de esta enseñanza son
complejas y difíciles de remontar, en parte por el problema de distinguir
\1 entre las supersticiones de la piedad popular,la tendencia de los cristia-
I nos de todos los tiempos a rogar por la liberaci6n de las angustias y el
Q-í d _• ...;
;u .. _ - di - ca dea-mor Quedia los mue.MOS vi· da.
Tu fe te sal - va, ve en paz, Je - SÚJ
te ha n-na-do. infortunio, y la variedad de doctrinas bien enunciadas acerca de la posi-
Los co _ jos sa - nan y ~ dan bien. Me - dian - te su P2· la - bn.. bilidad de sanidad divina en respuesta directa a la fe del creyente. Pero
por medio de las pistas de fuentes hist6ricas que hemos descubierto en
relaci6n con el desarrollo de la doctrina del bautismo pentecostal del
Espíritu, es posible delinear el surgimiento de esta doctrina y compren-
der c6mo emergi6 del mismo avivamiento de los temas sobre la perfec-
ci6n de vida.
,
Coa.o
No podemos ocuparnos de resolver aquf las muchas preguntas com-
plicadas acerca de c6mo entender la validez permanente de este tema de
la sanidad en la tradici6n cristiana. El pentecostalismo - no importa
d Pue-de n-nar tucn-fer- me-dad;
El tie-oe to - da po - tes-u. cómo se contesten estas preguntas - consideró que restauraba una preo-
~ ~ f; cupaci6n de la iglesia primitiva que babía sido dejada de lado.
Los debates acerca de la exacta naturaleza y el papel de la sanidad en
la iglesia primitiva continuarán sin duda por un tiempo. Morton Kelsey,'
que se apoya en buena medida en la obra de Evelyn Frost,'afirma que la
iglesia primitiva se caracterizaba por un énfasis en la sanidad que estaba
vinculado de diversas maneras con la valoraci6n positiva del cuerpo, tal
como se reOeja en el lugar de importancia que se le da a la doctrina de
Lte--no de gn - eia Y bon ~.Iad El Sal - va- dar ben - di - to. la resurrección corporal, una doctrina tc:realistalt de la expiación que sub-
rayaba la victoria de Cristo sobre los poderes y las fuerzas del mal que
inciden en la vida humana, y un modelo de la redenci6n que destacaba
los efectos terapéuticos de la b'Tacia, especialmente en cuanto es apro-
piada por los sacramentos. Estos temas aparentemente se fueron per-

77
MOVlMIENrO DE SANIDAD DIVINA
RAlCES lEOLOGICAS DEL pENfECQSTAUSMO

ciaban estas operaciones milagrosas; lo cual resultó una gran ventaja para la pro-
. .gl .a constan!iniana; los milagros de pagación del evangelio; pero las supersticiones mágic4f de la iglesia romana, que
dieodo después de ms~urars;'~a '..;os de santidad ejemplar, y el 00- de diversas maDeras intentan imitar aquellos actos inimitables: del soberano poder
sanidad se relegaroo pape e. 1 transform6 eo el sacrameoto de de Dio5, han sido un deshonor para la religj6n cristiana.6
gimieoto de I~ enfermos coo acetle se r establecer ciertos temas pla-
la extremaooCl6n. Kelsey, preocupa o POnf' d pecialeoel surmmieo- El desarroDo extremo de esta posici60 tuvo lugar probablemeote eo el
. d J g,colocaooé asJSes ....- calvinismo de la «Vieja escuela» de Beojamio B. Warfield, eo el siglo XIX,
t6nicos eo el\eo~le e ~o éli odema, meoOS abiertas a modelos
d 1 cosmoVlSlooes anstot ca Ym ech quieo usaba esta doctrina para atacar a varios «sanadores» prepeolecos-
to .e as '6 divina desde fuera del ordeo oatural de los h . .os. tales de fines de siglo, como ya lo bemos señalado.'
de 1Dterveo~ o otra de la supuesta «supersllCl611JO de
La poléouca protestante eo ~6 . culada de disminuir el oúmero de
61i .ooto coo la cues\J o VID •
los cat toS, J 'b 6 fortalecer esta teodeocia. No favor=a a
los sacrameotos, coo~ uy a d I erslculos claves apareciera Wesley y la sanidad divina
Martín Lutero, por ejemplo, que 000 e os v
eo el libro de Santiago: Nuestra investigaci60 acerca de la doctrina peotecostal del bautismo
. sacramento. ni se apüc:an \aS del Espíritu dirigi6 ouestra ateoci60 más bieo bacia las tradiciooes per-
Porque Cristo no hizo del ungimiento con acette : . días se. acostumbraba a [De-
palabras de Santiago a la época act~. Ya que .en la oración sincera de fe. oo·
feccionista y metodista, y especialmeote bacia la figura de Jobo Wesley.
nudo a curar los enfermos por medIO de u~ milagro y Aquí tambiéo teodremos que volvemos eo esa direcci6n, y ouevameote
mo hemos ,.;stO en Santiago y en Marros 6- descubrimos una evideocia ambigua.
b'6 d ioi60 bacia el final de su vi- Wesley estaba profundameote influido por el puritanismo, pero tam-
Algunos sugiereo que Lut~ro cam' e o~ as de la sanidad han señala- biéo estaba eo lensi60 coo él. Más aún, por influeocia de sus padres, era
da .• Los defensores. postenores de las doctno
' I F Iipe Melanchtoo recuper
61a salud 00 producto de la tradici60 de la .a1ta» Iglesia Anglicana, coo su teodeo-
do a meoudo el episodio eo e ~ue e . duda de que Lu- cia a preservar la doctrina de lo milagroso. Tambiéo eslaba preocupado
. las oraciooes del propIO Lutero, pero hay poca. .
gracIas a . b I .d d divina como 00 tema de meoor uoportanCla, por restaurar, como hemos visto, las prácticas de la iglesia anterior al
tero considera a a sam a . Coocilio de Nicea. Tal vez aún más coof1ictivo puede haber sido el im-
ctitud caracterizó a gran parte del protestanusmo. .
y ~.a~go ha hecho la tradici60 reformada fue relegar el don de saru~~d pacto de los quákeros' y del pietismo, a los que volveremos más adelan-
'é Juan Calvino comentando acerca de la extrcmaUDCl n te, Ya bemos señalado la ambivaleocia de Wesley al inteotar restaurar la
a otras pocas. , '1 e obra sobreoatural del Espíritu Santo eo la iglesia primitiva, y al mismo
eo relaci60 coo Santiago 5.14-15, insistía por eJemp o eo qu
tiempo rechazar los dones y «operaciones sobrenaturales» sobre la gra-
. I Iglesia gozaba de esta bendición ... pero cia y la transformación ética. Aquí tendremos que investigar más cuida-
Santiago hablaba para el tIempo en q.ue ~ estro Sei'lOr ciertamente asiste en todo
nosotros experimentamos 10 oontra:~nr:rmedades, ni más ni menos que en liem- dosameote la relaci60 de Wesley coo las enseñanzas sobre la sanidad que
tiempo alossu)'OS. y les socorre en Sp hace demostración a loS ojos de todos aparecieron posteriormente.
pos pasados. cuando es menester. ero no obraba r manos de los apóstoles;
o

de estas virturdes y de tos demás mtlTt:;~i¿n


y la razón es que este don era lempo , y
pon:: en parte ha perecido por
Sus tímidos defensores declararían más tarde que «Jobo Wesley era
ortodoxo en relación con la sanidad divinalt.9 aunque el episodio que
la ingratitud de los hombres.' traían a colaci6n más a menudo para dar apoyo a esta afirmaci6n era la
Si se produjo a1gúo cambio fue que esta ubica:i~o «d~=:';;':~o~: historia de la «curaci60» instantánea de uo dolor de cabeza de Wesley y
la reoguera de su cabaDo, que le permiti6 .cootiouar coo la predicaci60
l .dad eo la era apost6lica se volVl6 más ngtda, y , .
a ':~o asumida formalmeote por la tradici60 reforma~a, AsI, el pu~: del evangelio». Pero el cuadro es mucbo más complejo, y es difícil distin-
:::0 Jobo Oweo hace uoa distioci60 eotre dooes ordlDanos Yextraor guir la forma que hubieran tomado sus convicciones en una etapa poste-
. y reIega los últimos a la época de la revelaCl60: ñor. Wesley 00 estaba por eocima de las supersticiooes de su tiempo, y
oanos, se refería a fenómenos espirituales que hoy no se tomarían en cuenta, ro-
' "'" parece ha-
extraordinarias en casos extrao Id ma._
o
100 Jeffery, el fantasma que vivía eo la rectoría de Epwortb, y otras expe-
'e poderosa que se despertaba en aquelloS que prese n·
La razón dedeeSlU opetracoones,a
ber sido la esumu ar l'

79
78
MOVlM tENrQ DESAN IDAD DIVINA
RAlCES TI:oLOG ICAS DEL PENrEC OsrAUS MO

riencias psíquicas. 1O Su curioso pero ampliamente difundido manual so- salud- que PD?í~ esperar se para esta vida. Si en verdad podemos ser
bre Primitive Physic (Medicina elemen tal)" también resulta extraño
y restaur ados espmtu alment e a la plena imagen de Dios, ¿hasta qué puno
hasta supersticioso a juzgar por criterios de la medicin a modern a, pero to podía es~rarse la restauración física, ya que la enferm edad es en 6lti.
se podría afirmar que el manual de Wesley empicó lo mejor de la cien· ma 1DSlanCJa una consecuencia del pecado de Adán?
cia médica de su época junto con otros remedios del folclore popula r.
Y Estas cuestio~es oo.OCuparon el interés de WesJ~y con la intensidad
aunque Wesley criticó a los médicos que lucraban con su profesi ón y de· que ~rfan luego IDvesllgadas ea el siglo siguiente. Para tratarla s será oe.
jaban de atende r a los pobres, es sabido que en ningún sentido se oponía cesano a!l';egar unos cuantos lemas más. Y para compre nder éstos ten.
dremos pnmera menle que volvernos al pietismo.
a la ciencia médica.
Sin embargo, es verdad, como Morton Ke1sey y otros defensores se
apresuran a señalar, que el diario de Wesley a menudo menciona acon-
tecimientos que hoy se considerarían curaciones milagrosas.n En esto, La influencia del pietismo
sin embargo, y dejand o de lado la forma en que estas experiencias pue· . más .
dan ser compre ndidas desde una perspectiva más moderna, es preciso Es posible que el pietismo haya sido una de las infIuenaas unpor·
tant l "
nOlar el nivel de reticencia y ambivalencia que el propio Wesley demos· es en e surguDlento de la doctrina de la sanidad di' u Es
traba con respect o a esos temas. Lejos de ser la suya una actitud como
la probab le además que represe nte la fuerza que dio forma :;;'osa.mi~~:
de los modern os «sanadores de fe», guarda ba cierta distancia, como
lo lo ~e Wesley ea.este aspecto. El realismo bíblico del pietismo y la orien.
s
ilustra por ejemplo el siguienle fragmento de su diario, el 20 de diciem· taaón. pastoral JunIo con la creenci a en la continuidad de los milagro
prodUJO una doctnna. de saDldad por medio de la oración y la fe. Esto
bre de 1742:
puede nolarse en varios de los comentarios de J. A. Bengel en su obra
Cuando Uegué me dijeron que el doctor había dicho que no esperaba
que el seMe ese
. ... Unos: cuantos nos juntamos a orar Gnomo n ,:,llhe New Tes/amenl (Gnom on del Nuevo Teslamenlo)
Meyrick viviera basta la mañana siguiente la fuenle princip al de las Explan: Uory
~cuperado el sentido y el ba· comen tano popula r que llegó a ser
(sólo mencion o el hecho); antes de tenninar había
bla... No me opongo a quese diga quc esto sucedió porcausas naturaks; peroro
pre. No/es on /he New Tes/amenl (Nolas explicalorias sobre el Nuevo Tesla.
fiero decir que se debió al poder de Dios.
ll
mento) de Wesley. Bengel comenla en relación COn Marcos 16.17:

Cuando se lo cuestionaba acerca de estos y otros informes, Wesley repli· A~D en n~'ros días la re tiene para cada C1'e)'tnte un poder escondidIo de 'Ia
carácter
milagroso. cada resulladoque surge de nueslrasoraciones es rc.alme n e mi groso.
caba: «Pero, ¿qué es lo que prueba lodo esto? No que yo pretend a tener aun cuando ese canf<l ermlagr 'J
osonose aeviden teoaunq uccsepo d-,
un don por encima de otros, sino solamente que creo que Dios ahora es- • erm. agrosoya
o

no se eJen:een h
muc ~ personasen nuestros días, tanto porsu debilidad I"Cni";lual
-r~:
cucha y contesta las oraciones, aun por encima del curso común de la na- como por la pi
,;.
decaden oa del mundo.
da
No es -romod ' _
ICen m __ porque la tg.le.
turaleza» .1' , u~ vez ~ta no necesita la continuid ad de los milagros, aunque sin duda
los pnm~ros milagros del Nuevo Testamento le ..dieron. aJ Sei\or Jesucnsto «un
fue _
Pero, como veremos, más importante para lo que vendría despué s nombre lDlperecedero » (d• Isa'18S1xi1l_~0.- ) so.
un 2 -Losmila groseran enelcom ienzolo5
probab lement e el énfasis que Wesley ponla en lo que hemos llamado pones y puntalC$ de la re: ahora también son el objeto de la re. En Leonbe
modelo «terapéutico» de la gracia y de la salvació n. La gracia era la cu·
pueblo de W"U1emberg (trece domingos despu~ de la Trinidad
1644d.c.!.( un
ra para la enferm edad del pecado, y la doble naturaleza de la salvació
n =~~de 20 años de edad tenía las piernas tan paralizadas q~e apenas ~~
en Wesley Gustificación y santificación) era a menudo descrip ta como la ~ la ayuda de muletas; al escuchar la predicación. deldeotf"PO (se Ua.
mabaRaulDeter)acercadelpodermilagrosodelnombredcJesus, prontosepu.
«doble cura». La fmne convicción de Wesley acerca del poder de Dios na.. y recupe ro e , uso de sus piernas.1'
so de r'-
-
para restaurar la aeaci6 n caída, arroja una nueva luz sobre su preocu
pación por la salud física (lo que se evidencia no sólo en el manual
de
Beng~1 c:omenta a~r~ de Santiago 5.14-15 que «originalmente, el úni-
el cuidad o de la co objeovo del ungImiento era la curación milagro sa. y que
Primitive Physic, sino también en su preocupación por
salud y los dispensarios para pobres). EsIO contrihuirla finalme nle a sus·
citar preguntas más insistenles acerca de cuál era el alcance de los bene·
la
ficios de la gracia - con relación a la sanidad y la recuperación de

80 81
RAlCESlliOLOGICAS DEL PENTECOSTAUSMO MOVlMIENfO DESANIDAD DIVINA

aun parece haber sido instituido por Dios con este prop6:sito: ~ue siempre penna-
Deciera en la j..l.o<i,. como un ejemplo de los otros dones. del mISmO modo que una
~~I • ~ n
porci6D del man~ guardada en el arca era prueba del antiguo mI gro.
Desarrollo en Inglaterra y en Norteamérica
Ambos comentarios aparecen resumidos en las Explanatory Notes de
Wesley. En Inglaterra el trabajo de George MülIer, uno de los primeros miem-
Estos tcmas DO eran los más dominantes en el pietismo, y se mantenían bros de.un !lfupo d~ los .rlymo.uth Brethreno (hermanos libres), atraía
restringidos, pero estaban presentes y se manifestaban en diversas for- la atenCIón mteroaCIonal. Combmaba el trabajo en orfelinatos del pietis-
mas que incluían un interés por la posesión demoníaca y el exorcismo. l' ta August Hermann Francke (1663-1727) de Halle, Alemania, con los
Para lo que hace a nuestro tema, la manifestación más significativa de es- nuevos principios de .Ia obra de fe» de Johannes Evangelista Gossner
ta cuestión es la obra de Johann Christoph Blumhardl, un pietista .tar- (1773-1858) de Berlín.2J MülIer, que babía nacido en Prusia y estudiado
dío> del siglo XIX. en Halle, Alemania, fundó en 1835 en Bristo~ Inglaterra, el orfelinato
Se conoce a Blumhardt por su grito de batalla ~esús es Vencedor» por el que tanto él como sus métodos alcanzarían amplia notoriedad."
(expresión de la que se apropiaron Karl Barth Yotros dentro de la leo- Preocupado porque las instituciones cristianas dependían de .personas
logía contemporánea), que expresaba su sentido de una permanente lu- mconversas de prestigio y dinero~, y del énfasis en sus exagerados infor-
cha victoriosa de Cristo con las fuerzas del mal y el pecado en el mundo. ~es sobre el éxito obtenido, con el fin de ganar apoyo económico, MülIer
Sostenía que ~ causa de la enfermedad es fundamentalmente el peca- hizo el voto de no buscar jamás fondos sino trabajar en cambio median-
do> y que por lo tanto «el perdón de pecados y la sanidad eslán en ín- te «la oración y la fe», creyendo que Dios satisfaría ~us necesi~des. Las
tima relacióno." Este conjunto de convicciones llevó a Blumhardt a historias que circulaban acerca del orfelinato a menudo señalaban que
esperar la sanidad, o al menos una mejoría de la salud, en respuesta al en cada una de las extremas y frecuentes necesidades por las que pasa-
evangelio. Su sentido de la realidad y del poder del mal también le per- ban, el Señor les proporcionaba exactamenle lo que necesitaban, muchas
mitían alentar ideas acerca de la posesión demoníaca, y se volvió un fo- veces hasta el último centavo que requerían y en el momento mismo en
co de controversias sobre el caso de Gouliebin Diuus, una joven de que el desastre era inminente. MülIer defendía la necesidad de ser .irn-
Mottlingen cuya .posesión. fue vencida bajo el ministerio de Blumhardt, portunos e?.. la súp~~~, y de tener confianza en que recibirían la respues-
y lo llevó a proclamar «Jesús es Vencedor ~ como lema.20 ta a la oraClOn. InsIStJa en que no se trataba de UD don especial de fe sino
EIKampf de Blumhardt en Mottlingen tuvo amplia notoriedad, y atra- de una experiencia común al alcance de todo cristiano.
jo la atención de quienes buscaban su ayuda. Estos pedidos, sumados a En Norteamérica, el evangelista Cbarles G. FlDDey comenzaba a de-
su propio interés, lo llevaron en 1852 aBad Boll, un manantial de aguas fender «:Ia oraci6n vencedora» o «:la oraci6n efectiva». Una de sus «nue-
minerales en Würuemberg donde estableció una comunidad para aque- vas medid... - que provocó cierta polémica - para los avivamientos fue
llos que buscaban ayuda espiritual y física." Un bogar similar estaba la práctica de orar para la conversión de pecadores específicos o de .me-
formándose bajo el ministerio de Dorothea Trudel en la aldea suiza de ros profesantes de la religión». Era característico de su estilo el conven-
Manuedorf, sobre el lago Züricb, a pesar de la resistencia local, incluso, cimiento de que todo fracaso del despertar religioso se debía a fallas
persecución y multas por sus pretenciones de curaciones y milagros.22 humanas antes .que a la voluntad misteriosa e inescrutable de Dios (co-
Los informes de la obra de Trudel y de su sucesor, Samuel Zeller, ytam- mo era la convJ(:~'ón normal del .Gran Despertar» espiritual del siglo
bién de Blumbardl, comenzaron a circular durante la década de 1850 por antenor). Del mISmo modo, F"mney insistía en que para que la oración
el mundo de babIa inglesa, en donde un desarrollo de otro tipo babía lle- fuera «Victoriosa. uno debía «orar por algo específieo», «orar con fc», y
vado Duevamente la alención a «la oración de fe». «esperar obtener la bendición de Dios». Entre los ejemplos de FlDDey
~taba la hlStoria del misionero jesuita Francisco Javier, que oró tan fer-
VIentemente por la sanidad de un enfermo que éste recobró la salud.
. Finneyestaba convencido de que .tal fe siempre alcanza su objetivo>_
S. no se obtenía, esto era una indicación de que se estaba fuera de la vo-

82 83
MOVIMIENrO DESANIDAD DIVINA
RAlCES TEDLOGICAS DEL pPNffiCOSTAUSMO

versidad de entrenamiento de la fe) anunciada en 1876, incluía entre los


luntad de Dios o no se oraba realmente .con fe». Est~ posici6n llev6 a primeros miembros del cuerpo docente, del que Cullis mismo era presi-
Fmoey a sugerir que Cristo había orado en el huerto S101plemente para dente, a líderes del Movimiento de la Santidad como W. E. Boardman,
. antes de ir a la cruz, Yde que Pablo no había orado realmente A. B. Earle, Daniel Steele y Wil1iam McDonald. El propósito de su pe-
nomonr .. d 1 uFí o
_con fe» al pedir que se le quitara _el agUIJ6n e ~ carne.. moey : riódico Tunes afRefreshing (Tiempos de renovaci6n), fundado en 1879,
se ech6 atrás en sus conclusiones pese a las aCUS3Clones de sus opone - era _presentar a Jesús como un salvador pleno y perfecto», una meta que
tes de que esto colocaba a la oraci6n en una .base de causa-efecto» que se cumplía, en parte, informando sobre las actividades y los encuentros
permiUa _la manipulaci6n de Dios». del Movimiento de la Santidad.
Faith Cures (Curaciones por fe), una publicaci6n de 1879, cuenta
cómo Cullis se fue desplazando en direcci6n a las curaciones por fe:
«Curación por fe»
Durante varios aIlo& mi mente se había cuestionado ante Oi06: acen:a de si sería o
Con estos acontecimientos se prepar6 el escenari~ para .Charles Cu- no su voluntad que la Obra de Fe en la que me había colocado se extendiera para

=
abarcar la curación de las enrermedades, y también el alivio de las miserias de kl6
Uis, un médico hnme6pata anglicano de Bostoo, q.'"en _hizo más que afligidos.JI
. . otro por lograr que la iglesia prestara atenCl6n al tema de la sa-
por fe durante el siglo pasado».'" La muerte d~ su esposa despert6 El texto clave de Santiago 5.14-15 impulsó a Cullis a inquirir entre los
en Cullis una búsqueda espiritual por hal.lar ·un ánimo más dispuesto y «creyentes verdaderos» acerca de «las ocasiones en que sus oraciones
un medio más apropiado para canalizar 0llS mgresns»..En parte ~o teola por la sanidad corporal hablan sido contestadas». En medio de su
que ver con la verdad de la Biblia en cuanto a_apropIarme.yo OllSmo de búsqueda, cay6 en sus manos un libro sobre Dorothea Trudel. De inme-
las promesas». Cullis respondi6 con el voto deque aceptana..~da pr~­ diato sacó una versi6n propia y ampliada del libro," y en 1873 hizo su
cepto y cada promesa de la B.iblia co~o propIos, tal como SI DO propio propia peregrinaci6n a Maooedorf; luego anunci6 en su informe anual
nombre Charles Cullis, estuVIera esento en ellos». Poco después, el 19 -el llamado que le vino por parte del Señor de acercarse a él y usar su fe
de agos;o de 1862, al leer 2 Tesalonicenses 2.13, Cullis se pregunt6 acer- para orar por la sanidad de los enfermo...'" La obra comenzó a exten-
ca de la santificaci6n tota~ y .pedl a Dios que me santifi,:",a totalm.ente de~ y Cullis la promocionó en una serie de convenciones en centros
por el Espíritu» y destruyera _todo egoísmo e mcredulidad de DO co- como el de Fraroingham, Massachusetts; Old Orchard, Maine; y final-
razón».v _ mente en Intervale, New Hampshire, en donde se tuvieron que ampliar
El llamado para su nueva tarea le vino unos dos anOS después, ~­ los edificios para poder recibir a las multitudes.
do comenzó a pensar en la fundaci6n de _un h~ar !,~a tuberculosos m- El importante papel de la doctrina de la santidad en cuanto a radica-
curables e indigentes» comprometido con el.prmClp'o de fe» de ~eor~e lizar y facilitar el surgimiento de .Ias curas por fe» se advierte aún más
Müller. Hacia fines de siglo esta nueva obra había creci~o h".'la mclwr claramente en aquellos que seguían a Cullis en su obra. El presbiteriano
un programa extenso de publicaciones, una escuela de. diaco~ ~oga­ W. E. Boardman, cuyo libro Higher Christian Life (La vida cristiana su-
res para enfermos de la columna y de cáncer, una igJes~ vanas Dl1SI?OCS perior) había jugado un papel tan importante en extender la doctrina de
urbanas de rescate, un programa para misiones al extranjero, una unIver- la santidad más allá del metodismo, y cuya revista Faith Work (Obra de
sidad para negros en Virginia, y otras actividades. fe) publicitaba la obra de Charles CuUis, describía el desarrollo de su
Como hemos visto, CulJis lleg6 a ser uno de los principales Ií~eres. del propia experiencia en estas palabras:
Movimiento de la Santidad que se produjo como secuela del aVl~e?' Hace más de treinta aflos:, diez.despu6s de mi conversión. el Sel\Orse me revekSro-
to de 1857-1858. Su trabajo estaba ligado al llamado a una _expenenCla momi constante compal'lero, mi Salvador de muchos pecados,yme llevó a aceptar-
espiritual superior» de santificación total, es~ialmen[e en las «reuru~· lo y descansar en él en cada momento de liberación diaria, y para guardallne
nes de consagraci6n» de los martes. Su fun~aCl6n Wil/ard Tracl Repos.- constantemente en pcñecta paz. tan ciertamente como antes se me había revelado
tory, se transformó en la principal casa edl~ora d: ~teratura sobre 1.3 y me había llevado. aceptado romo el Salvador que me perdonó y lIeYÓ mi peca-
do. La nueva luz que entonces lJeg6a mi alma fue maravillosa ... y una de las cosas
santidad en las décadas de 1870 y 1880. Su _FaJlh TrammgCollege» (VOI-

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84
MOVIMIENrO DE SANIDAD DIVINA
RAICESTEOLOGlCAS DEL pmrecosrAUSMO

nidad. Carrie ~. Judd fundó «Faitb Rest Cutlage» en Burralo en l882, y


que me llegó ron mú fuerza ydutzuf8 fue el orlciodc nuestro boo<ladosOSeflot ro-
en ~ escnb~ó 17Ie Prayer o[Faj/h (La oración de fe), que tuvo varias
mo Sanador.:n
r~aones prrva~. También fue publicado en Nnrteamérica por F1e·
El doctor Robert McKilliam, un médico que leyó e! manuscrilo del bbro nnng H. ReveIl, ellIDportante editor vinculado con los avivamientos de
de Boardman, 17Ie Lord /hal Heale/h 17Iee (El Señor que te sana), agre- Moody, yen Inglaterra por el Christian Herald, además de ser traducido
gaba una nota al pie de página observando: al menos a cuatro idiomas europeos. Después de casarse con George
Montgomery se mudó a San Francisco, y luego a Oakland, donde fundó
Una interesante progruión de manifestaciones de s( mismo por parte del SeftOr a
su hijo. Primero. como el Salvador que expía y perdona nuestro pecado; luego co- el H~ar de P~ y fioalmente se volcó al pentecostalismo como conse-
mo la permanente presencia del Liberador de nuestro pecado presente por medio cuenCIa del aVIVamiento de la calle Azusa.
de su poder, y el guardadOr de nuestr.J paz de roraz60; y finalmente como el tibe- La revista de ~e !udd Montgomery, Triumphs o[ FaiIh (Triunfos
rador de todas las consecueDCias del pecado y de toda 1& herencia de la carne pe-
de la fe~, «una publi~aón ~ensual dedicada a la sani~d por fe, y a la
cadora. la enfermedad. etc. Algo parecido a esto, creo )<), siempre babti de
encontrarSe en la experiencia de aqueUos que esttn comeozaDdo a comprobar la promoaón de la sanudad cnstian.., reOeja una mayor identificación con
peoitud de Dios: en Cristo.32 el ala ~et~.a del Movimiento de la Santidad en Norteamérica. El pri-
mer editonal Uene reminiscencias de la teología del altar de Phoebe PaI-
Boardman llegó a la conclusión, por lo lanlo, de que la sanidad por fe mer:
era «ella misma parte del evangelio»" y de la redención que se podla ob-
lener de Cristo. EllexIo bíblico crucial para Cullis había sido Santiago ~UY simpl~ y sencilla es nuestra participación en la obtención de las promesas be·
~ por D~y este apropiarse por tafe es mucho más fácil de llevara cabo de lo
5.14-15; para Boardman fue el Salmo 103, en especial los versículos 2 y
q e la mayona de nosotros está dispuesto a creer. Nuestra parte es sencillamente
3: «Bendice alma mía a Jehová, y no olvides ninguno de sus beneficios. ~r nuestra oración como ya contestada, y la parte de Dios es hacer que el
El es quien perdona lodas tus iniquidades, el que sana lodas tus dolen- co1Jle",do de la fe se "lUtva real. No se trata de -.
Si ~~nlir la <
le, SIno
• de actlUU en fe
cias.» Especialmenle importanle era para él el paralelismo hebreo del ~
constantemente
. damos por sentado que ouestra natura'- ~~ra~m~~
do _... ~ .-.
versículo 3, que Boardman entendía como una unión entre «perdón. y •no seottre:mos )'01 la necesidad de prestarle atención, y Dios hará que el cooteni·
do de ~u~ fe se vuelva una realidad para DOSOIfOS._
«sanidad». Aquí comienzan a ampliarse los lemas de la tradición wesle- Y a mIS queridos ~ores i~ltdos, permitanme decirles que lo que es verdad de
yana con relación a la reslauración. «Nuestra plenilUd en El no puede esta be~ beodl?6" c:sptncual es igualmente verdad respecto de la sanidad ($.
realizarse hasta que nuestra fe dé la bienvenida a aque! en quien mora la ca, graaas al cMédlCO dIViDO». Cristo llevó sobre. sí nuestras enrennedades
5Ók) nuestros" pecados. Y si p;>demos consideramos libres de lo uno ¿por q~ nono
lotal plenilUd, la fuente de nueslra plenilud de vida y de salud en el cuer-
de lo otro? '
po tanto como en el alma.»~
Aunque se trasladó a Inglaterra, Boardman siguió en contacto con Cu- En estas columnas apareció el desarrollo más sistemático de la ana-
!lis Yotros lideres de las corrientes de sanidad de Norteamérica, la ma- logia en.tre la .sanidad espiritual y la física, en la serie titulada «Gospel
yoría de los cuales fueron invilados por él a asistir a las «Conferencias Parallehs~: I1~ustrated in the Healing of Body and Soul» (Paralelismos
Internacionales de Sanidad Divina y Verdadera Santidad», en Londres del evangelio: ilustrados por la curación de cuerpo y alma), por R. L.
(1884). Poco antes de eso Boardman había comenzado con la señora de St:.mt~n, q~'en antes había ocupado la presidencia de la Universidad de
Michael Bmer y Charlotte C. Murray un hogar, «Betbshan», que final- M.~ (Oh.o), yera moderador de la asamblea general de la Iglesia Pres-
mente necesitó una sala para alojar a seiscientas personas en las reunio- bltenana. Montgomery más tarde puhlicó estos artlculos en forma de li-
nes de santidad y sanidad, los miércoles por la tarde. La señora de Bmer bro~ y llegaron a constituir una importante defensa de la doctrina de la
era la esposa del editor de la inOuyente publicación Christian Herald (He- sarudad por fe. Stanton afirmaba que «la expiación de Cristo sienta las
raldo Cristiano), y ella misma solía escribir sobre el lema de la sanidad." bases tanto de la liberación del pecado como de la liberación de la en-
La sanidad y la santidad se conectan aún más estrechamente en la obra fermedad; se. ha hecho una provisión completa para ambas>o." Stanton
de Carrie Judd Monlgomery, una mujer episcopal que por la inOuencia apelaba al nusmo paralelismo hebreo que estaba en la base del pensa-
de la señora de Edward Mi><, una mujer de color, se volvió muy pronto nuento de Boardman - aunque esta vez como se encuentra en Isaías
discípula de CuUis y parte de la red de personas que promulgaban la sa-

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86
MOVIMIENI'O DESANIDAD DMNA
RAlCES TEOLQGlCAS DEL pENTECQSfAUSMO

la segun~ Iigura ~n ~portancia, después de Charles Cullis, como líder


53.3-5 Yse cita en Mateo 8.16-17- para argumentar que.la sanidad de del creCIente Movmuento de la Sanidad por fe.
los enfermos era una de las bendiciones que la expiaci6n de Cristo esta-
. LaobramásimportantedeSimpsonsobreeltema,TheGospeiofHea-
ba destinada a proporcionar»." /U1g (El evangelio de la sanidad), era principalmente una antologla de
Aquí volvemos a ver que -para lograr la plena renovaci6n del hom-
tratados que habían circulado ampliamente antes de hace= la colecci6n
bre, es esencial que el remedio propuesto contemple su sanidad corpo-
en 1885. Su tratamiento del tema no se diferencia demasiado de los otros
ral tan ciertamente como su sanidad de alma>." Tales argumentos llevan
e? este periodo, excepto quizás en su enfoque sobre Jesucristo y su <ple-
a las conclusiones que sostenían los restauracionistas: Dltud> como la c\a.ve tanto para la santidad como para la sanidad. Esto
cuando se restauren la fe y la práctica primitivas de la iglesia en toda la cristiandad. puede ve= espeCIalmente en una colecci6n posterior de escritos sobre
Y se ponga «la sanidad de 105 enfermcJiSll' y «la predicación del reino» sobre el mis· el t~ma, Th~ Lord ofthe Body (El Señor del cuerpo). Parte de la preocu-
mo plano de nuestro deber y nuestro privilegio, la i~ia podrá esper;u «que el pa~6n de Sunpson e.n este punIo parece haber sido .ocuparse de lo po-
Señor trabaje con ella» y confirme la palabra con los «SIgnOS que segu~n •• hasLa
SltiVO> y eVItar cuestiones como la erradicaci6n del pecado. En vista de
restaurar la fe y el poder perdido de la iglesia a su antigua medida.40
lo que acontecería después, es importante advertir el carácter radical de
s~ enseñanzas. En primer lugar, la sanidad estaba ofrecida en la expia-

«La sanidad como parte de la expiación" Cl6n:


La redención encuentra su centro en la cruz de nuestro Sel'lor Jesucristo y C5 allí
Estos desarrollos en la doctrina de la sanidad sentaron las bases para que debe~ bu.sc:ar e1.principio fundamental de la Sanidad Divina, que descansa
una nueva enseñanza, conocida como .Ia sanidad en la expiaci6n>. Las en el sacrificio expatono. &to sigue necesariamente del primer principio que aca-
dos Iiguras con las cuales terminamos el capítulo anterior son también bamos d~ ~uma.r. Si la enfermedad es un resultado de la c:aida. debe ser incluida
en la apiacióo de Cristo, la cual llega «tan lejos romo se encuentre la maldición•. 4'
prominentes en este lema: A. B. Simpson y A. J. Gordon.
En 1881, bajo el ministerio de Charles Cullis en Old Orchard, Simp- En segundo lugar, en su libro anterior Símpson argumentaba en con-
son, que por entonces estaba a cargo de la Iglesia Presbiteriana de la ca- tra del empleo de .medio.. (por ejemplo, médicos y remedios) a favor
lle 13, en la ciudad de Nueva York, se convenci6 de la realidad de la de la sanidad divina:
-sanidad divina> (como él preferia llamarla), aunque varias experiencias
anteriores lo habían preparado para eso." Unos cuantos años más tar- Si esa C5 la rorma en que Dios eura, entonces otros métodos deben ser los mttodo6
humanos, y debe haber algún ~go e~ repudiar deliberadamente el primero para
de, quizás en ocasi6n de la convenci6n convocada por Boardman en Lon- abrazar el segundo ... para el hiJO de DJ06 que conría y obedece, no hay otra mane·
dres, Simpson describiria esto como una de las tres grandes experiencias ra más excelente que aquella prescripta claramente en su Palabra44
religiosas trascendentales de su vida:
Uno de los col~gas más pr6ximos, y quien compartía el mismo espíri-
Hace unos veintisiete años estuve durante un peñodo de diez meses sumido en la tu que alentaba Sunpson, fue Adoniram Judson Gordon. Como pastor
mayor depresión, hasta que salí de ella tan solamente por la fe en Jesús como mi
Salvador. Unos doce ahas atrás caí en otra profunda experiencia de autorondena, de la I~esia Bautista de la calle Clarendon en Boston, Gordon elabor6
ysalí de eso creyendo en Jesús como mi Santificador. Después de añosde ensdan- su propIa enseñanza sobre la sanidad, un tanlo en diálogo con las doctri-
zadeJesúsyde esperaren él, el Señor me mostró hacecu.atro aAos que era S\l ben- nas que come~ban a surgir con Mary Baker Eddy y la ciencia cristia-
dita voluntad ser el Salvador completO no sólo de mi alma sino de mi cuerpo na, p<:ro es eVIdente que compartía la mayoría de los rasgos de la
también.c2 tradiCl~n de la santidad. En los comienzos de la década de 1870 Gordon
Simpson abri6 más tarde la'Casa de la Bendici6n> (Berachah Home), "': asoa6 como uno de los directores de «la obra de fe> de Charles Cu-
en 1884, y comenzó «la reunión de los viernes» con UD auditorio lleno en llis. Unos años más tarde, durante la campaña de D. L. Moody en Bos-
el Gospe/ Tabemade de la ciudad de Nueva York. Por medio de estas ac- ton, en 1877,. ~o.rdon presenci6 varias curaciones instantáneas y super6
tividades y otras obras en lugares como Old Orchard, simpson lleg6 a ser sus reservas lIllciales acerca de esa enseñanza.

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88
MOVIMIENTO DESANIDAD DMNA
RAlCES TEOLO GICAS DEL PENICC OSfAUS MO

q.ue e~iaci,: es inslOllláne.o en su aplicac i6n a la injusticia o deprava


J:' -
Una obra muy popula r de Gordon , TIte MinislJy of Healing (El minis-
lerio de la sanidad ), alienta el mismo espíritu y compar te las mismas
fuen- CI6n mten.o r.. Esto ~ conVU1 J6 eo el modelo para la sanidad , porque

les del pensam iento de Cullis. El capítul o acerca del testimo nio de las .la expIaCI6n proporCIona al cuerpo todo lo que ella propor ciona al al-
Eseritu ras comien za con la afirmac i6n de que .en la expiaci 6n de Cris- rna».'" Por lo tanto .aquel que eocuen tra eo Jesús la limpieza perfect a
de su ~ y el poder que lo guarda de todo pecado , puede con igua1
r- co-
lo parecer la estar puesta la base para la fe en la sanidad corpora 1»."Go 0 maraviU osa.-."
nar las doctrin as de la erradic aci6n hereoCIa colocar su cuerpo bajo esta misma salvaci6
don evilaba cuidad osamen te mencio
del pecado y de una «segun da bendic i6n., caracte rísticas del Movim
ien- Este patr6n result6 cierto en la experie ncia del propio Carter: .Co-
evident e entre santific aci6n mencé a creer que mi Maestr o Divino no sólo babía llevado sobre
sí mi
to de la Santida d, pero hace un paralel o muy
o con mis enferm edades , y que yo
y sanidad como la doble obra del Espírit u, euyos benefic ios pueden
, al pecado , sino que tambié n babía cargad
podía, por fe simplem ente, librarm e de ellas tanlo como de lo otro».'"
menos parcialmente, ser obtenidos en esta vida. Gordon veía dos .00-

rrientes de bendici ones que emanab an del ministe rio persona l del Señor, Tampoco tenía Carter reservas en universalizar su experiencia:
la
una corrien te de sanidad , y una corrien te de regener aci6n; la una para Es un ~ ~ble que .nadie q~.se sepa ha buscado el poder sanadorpersona para c:I
la recuper aci6n del alma•." 10-
recupe raci6n del cuerpo , y la otra para cuerJ'? SIn reablr un bautISmo esplOtual distinto; y además. toda aquella
oe>noada por el autor que fue ~1Il~'amenl~ eurada corporalmente (y
aci6n fueron mu.
sistía en que ambas eran válidas durante la totalida d de la dispens aI.m.a..'l
cbas) eso ba llegado a serCTC:)'ente ya profesar una entera santiflC&ci6o del
del Espíritu .
las
Tal vez un bar6me tro más adecua do para medir el desarro llo de
Carter, un socio de A.
doctrin as de la sanidad fuera el Capitán R. Kelso
B. Siropson durante los primer os años de la Alianza Cristian a y Mision e- Reconsideración de la cuestión
sta, era matemá tico,
ra. Cartee, alternativamente presbiteriano metodi las
novelista, criador de ovejas y médico , al mismo tiempo que uno de
los . Hacia lines de siglo, sin embarg o, Carter lleg6 a modific ar un tanto
por medio de una
más grande s defenso res de la sanidad por fe. Carter afirmab a haber si- Ideas que babía expresa do eo su libro. Eo 1897 publicó
casa editora del Movim iento de la Santida d, OlristiOll Witness Compa
ny,
do curado de una _tenaz enfermedad del corazón» bajo el ministerio de el Utulo de
Charles Cul1is en 1879, y estaba relacio nado con muchas facetas
de su algunos concep tos en los que se retracta ba, en un libro ODn
fe: Revi-
ministe rio. En 1882 Carter y un bombre llamad o George McCaU a bicie- "!oitIJ Healingo: Reviewed Afier Twenty Yetu:r (La sanidad por
as
ron un llamado conjunto convocando a la primera convención sobre el sl6n hecha despué s de veinte años). En este libro manten fa las doctrin
iones de su
tema El libro de Carter, 77le AtoIJemenl for Sin oIJd SickIJess (La expia- general es sobre la sanidad , pero se retracta ba de dos aflfrDac
ci6n del pecado y de la enferm edad), que tenía como subtítul o .Una
sal- libro anterio r: 1) que la sanidad estaba clara y automá ticamen te inclui-
ara
vaci6n plena para el alma y el cuerpo ' (1884), fue una de las primera s da e? la expiaci 6n de modo que cualqui er enferm edad que cootinu
el uso
defensa s popula res. Parte del papel que tuvo Carter, además de la agi- eJGSlleod? era una señal de que exisUa pecado o falta de fe; 2) que
re-
tación que estas cuestiones provocaban en una amplia audiencia cultu- de «mediOS» (ayuda mérlica y remedi os) debía ser evitado porque
preseot aba falta de fe.
ral, aparece ilustrad a por el hecho de que se pidi6 a Carter que tomara
la defensa del debate sobre la cuesti6 n de la sanidad por fe, auspici
ado La razón de esle cambio fue muy concrel a. Ell de marzo de 1887 el
por la revista Celltl.lry, en 1887. día en que se publica ron los ensayos en la revista Celltu'Y, Carter qU';'¡6
El libro de Cartee, tal vez más que ningún otro, reneja claramente que postrado con «un ataque de cansancio cerebral_, Durante tres años luchó
de
la doctrin a de la sanidad tenía raíces en el Movim iento de la Santida
d. por recupe rar su salud, basta que finalme nte un médico lo conven ci6
Los dos primero s capítul os defiend en la base que la expiaci6n provee pa- q~~ debía probar una medicina que resultó el remedio correcto y le per-
ra el 'perd6 n de todo pecado pasado . y .Ia limpieza de todo pecado mllló volver a su trabajo. Al año siguiente presenció un nuevo «récord
congén ito., antes de desarro llar la base bíblica para .la sanidad del
cuer- de reuniones en las que muchas almas se convirtieron y muchos aeyeo-
po, tal como está provista en la expiaci ón». Carter cita a varios autores tesse consagraron a una vida superior», lo cual lo convenció de que había
cree tomado la decisión correcla.
wesleyanos para afirmar que .s610 desde la perspec tiva wesleyana se

90 91
MOVIMIENrO DESANIDAD DlVINA
RAlCES lCOLOGtCAS DEL pENreCQSTAUSMO

na de santificaci6n tola\, permaneci6 un tanto ambivalente en relaci6n


Esta experiencia hizo que Carter volviera a indagar en la Biblia, ~on­
con estas corrientes. Esto se refleja particularmente en la posici6n de los
de descubri6 una edeliciosa sensaci6n de libertad- ya que enO volVl6 a
Ifderes de la National Holiness Association (Asociaci6n Nacional de la
creer que debía revolver cielo y tierra en busca de una razón para cada
Santidad). Jobo Inskip, el primer presidente de la Asociaci6n Nacional
dolor y cada malestar que se presentara. No debía pensar que por estar
de Campamentos, había experimentado la sanidad mientras trabajaba
padeciendo algo, uno fuera un pecador». Los pasajes com~ los del libro
con William McDonald en una reuni6n en una iglesía metodista de Bos-
de Job se volvieron más significativos, y comenzó a advertir la sensatez
ton, en 1871, y estuvo dispuesto a publicar para CuUis un informe de es-
de una higiene general del cuerpo y de «DOrmas para la salud•. Y lo que
ta experiencia en 1879." Aunque esta earta no refleja ningún compromiso
fue más importante el hecho de que no hubiera milagros de sanidad
directo con la doctrina de la sanidad por medio de la expiaci6n, Inskip
qued6 relegado a la' voluntad inescrutable de Di~ no obstante lo cual
informaba estar
Carter continu6 ungiendo a los enfermos con aceIte." T~I.6gicamente
deseaba ahora posponer algunos de los efectos de la explaCl6n, que an- contento por la oportunidad de unirse a las filas de los fanáticos que creen en el
tes había querido estahlecer como inmediatos: m¿todo de Di05 para curar a la gente y que piensan que las Escrituras dicen lo que
expresan literalmente. es decir, que ..la oración de fe Alvarci al enfenno, yel Sel\or
Que la expiación de Cristo cubre la enrermedad tanto como el ~do. no. es sino 10 tevanta.rá».3J
decir que 106 efect05 tienen una raíz común. No hubo error ea decir eso, RI lo hay.
Pero afumar que todos kl5 resultados de la expiación ~ lJhMG al aIcance de ~ En 1892 William McDonald, que hasta cierto punto estaba relacionado
crisUaIlO6 en esta vida es UD grave error _ podemos equIVOCarnos., y de becllo n06 con Cullis, publicó un libro, Modero Failh Hea/ing (La moderna sanidad
hemos equiYoc:ado, al esforzarnos por apropiarnOS en este momento presente de
por fe), que tomaba en lo fundamental la posici6u del segundo h"bro de
algunos de los rNt05 finales de ese sacrifICio."
Carter, en el sentido de que ela respuesta especial a la oraci6n es el Cun-
En lugar de la anterior doctrina radical de la ~dad incluida en la ex- <J:=ento correcto [de la sanidad], y no la provisi6n general de la expia-
piaci6Il¡ Cartee comenzó a enseñar que la samdad era «un favor espe- Cl6n para todos los creyentes».'" Una posici6n similar fue tomada por
cial> que a veces se dispensaba, y a veces se negaba, según e.1a suprema David Steele, también relacionado con CuUis y su obra. Steele recháza-
voluntad de nuestrO Señor». ba la doctrina de la sanidad en la expiaci6n, y defendía la distinci6n wes-
Cartee también proporcionó un interesante resume~ de las .di:e~ leyana entre ela gracia de la fe y el don de la fe•. Se inclinaba a
doctrinas sobre la sanidad existentes a comienzos de SIglO, y disungwa
entre la posición «extrema» de su libro anterior (~d~d en la .expia-
considerar el deseo intenso por los dones del espíritu de la ipoca moderna en lu-
~ d~.esas gradas del Espíritu abarcadas por la caridad de la que habla 1 Corin-
ci6n.) y el punto de vista más moderado de ela proVIdenCIa espeCIal». de tiOS nu yde la que se ha dicho correctamente. que es tlel ~r de k:Js dones en el
su libro posterior. Informaba que CuUis nunca había .si~o tan extrelDlSta mundo». no como senal de progreso espirilual sino más bien como una d«:linad6n
como muchos de sus seguidores; siempre había adnumstrado remedios, en la vida divina.57
y seguía sufriendo de una grave afección cardíaca, aunque en sus predi-
caciones aveces daba la impresión de tener una posici6n extrema. De A.
B. Simpson se decla que ocupaba eprácticamente» una posici6n similar, Desacuerdos en la National Holiness Association
después de que .los misioneros más santos no pudieron bae:e~ frente a
la fiebre africana puramente por la fe», lo cual lo puso en CflSIS a él co- Los lideres nacionales de la rama más metodista y conservadora in-
mo también a la Alianza Cristiana. Carrie Judd Montgomery enO desea tentaron mantener esta posici6n durante las décadas siguientes, prohi-
que nadie intente ninguna modificación de la teoría», pero su esposo pa- biendo que se discutiera sobre este tema (y el premilenarismo) en
decía de mala salud, y ena misma usaba anteojos. reuniones auspiciadas por la Asociaci6n Nacional para la Santidad. Por
Estas figuras constituían la corriente principal Y el lide~o más ejemplo, Asbury Lowrey se oponfa a tratar el premilenarismo y las doc-
conspicuo del Movimiento de la Sanidad. El movimiento definido más trinas extremas sobre la sanidad en la revista Divine Life, preocupado por
estrictamente como de ela santidad», si bien había provocado de alguna la posibilidad de que «se distrajera la atenci6n de la santidad de vida por
manera las enseñanzas de la sanidad por la radica\izaci6n de su doctri- meras novedades y se elevara la cura del cuerpo por encima de la cura

92 93
RAlCESTEOLOGlCAS DEL PENTECOSTAUSMO MOVIMIENTO DE SANIDAD DMNA

del alm.,.." Hacia fines de siglo el Christian Wilness (Testigo cristiano) El e"-,,,yo.de Mahan sigue el mismo patr6n de ideas, tanto exegética co-
todavía luchaba por preservar .Ia posici6n original y oorrecta del moder- IDO hist6ncamente, que se encuentra en la mayoría de Iqs defensores de
no Movimiento de la Santidad oon relaci6n a la doctrina de la sanidad la sanidad divina en las postrimerías del siglo XIX.
por fe», es decir, la posici6n de Carter en su segundo libro." Hacia fines de siglo, cierto énfasis en la sanidad divina era común al
Pero esta posici6n no era fácil de oonservar. A medida que el Movi- Movimiento de la Santidad, especialmente en círculos más radicales, en
miento de la Santidad se extendía a lo largo del país durante el resto del donde el impulso se acentuaba En 1895 W. B. Godbey, un evangelista
siglo pasado y se multiplicaba en numerosas asociaciones locales, el oon- de Kentucky, autor de un oomentario de varios volúmenes sobre el Nue.
trol del liderazgo nacional se fue debilitando, y oon él la resistencia a la vo Testamento que circulaba ampliamente, observaba que
inelinaci6n de la doetrina de la santidad de desbordarse en variantes de
la teoría de la sanidad. Por ejemplo, en el sudoeste del país, se informa· desde: el su.rgimic:nto del RlOYimientode la santidad se ha hecbo can común hablar
de la sanidad divina, que no resulta ya una cuestión contl'OYertida..1.D be observa.
bao do una y otra vez en los últimos ~inticinco ai'Jos enlre lecr.ores ándid06: de la Bi.
blia. Está llegando rápidamenle a ocupar un lugar de recooocimientoy aprecio por
Con la llegada de la doctrina de la santificación total también ha venido la doctri· parte de la igJesia. 63
na de la sanidad divina. Una verdadera marea de curaciones ffsicas barrió el país: ...
Había servicios de sanidad en casi todas las reuniones masivas, én donde 106 enfer·
mos enn l1e'.-ados al frente paJa q...e se orara porelkJ5yse lo&: ungiera.lD
Godbey también sugería que .. medida que la iglesia se ilumine y avan.
ce hacia las cimas de la entera santificaci6n, el reoonocimiento del om.
Este informe, sin embargo, condenaba los extremos, como el negarse a nipotente sanador se volverá tan común como en Jos tiempos del Nuevo
la medicaci6n,la tendencia a sustituir la santidad por la búsqueda de cu- Testamento.M
ración, y, lo que no deja de ser interesante, se oponía especialmente a la En 1897 Setb Cook Rees elabor6 su visi6n de The Ideal Pentecostal
obra de B. H.lrwin ysus infructuosos intentos de curar a una mujer inváli- Church (La Iglesia Pentecostal ideal), que incluía oomo su tema central
da. .E] poder del Señor presente para san... (Utulo del capitulo 15). Aquí
Pero es evidente que a pesar de estas diferencias el Movimiento de la afirmaba que la preocupaci6n acerca del fanatismo no debería hacer que
Santidad oomo tal incluía el énfasis en la sanidad en casi todas sus rami- la gente descuidara la sanidad:
ficaciones. Se podría ejemplificar esto extensamente, pero bastan algu-
Ahora bien, que algunos han llegado a excesos indefendibles., y aun al fanatismo
nos casos. Ya en 1862 B. T. Roberts, fundador de la Iglesia Metodista respeaode la sanidad divina, no cabe duda. Pero, ¿no puede decirse esto igualmen.
Libre, escribía un editorial en su revista Eamest Christian and Golden tecle experiencias muchísimo más imponantes? Es probable que DO baya ni un hom-
Rule (El cristiano sincero y la regla de oro) sobre el tema .EI Señor, nues· bre en (odas nuestras prisiones que ha>'8 llegado allí por haber falsifICado un robre.
tro sanado!"», y citaba la mayoría de los pasajes que luego se volverían Oel mismo modo, el diablo sólo falsifica las cosas buenas, mandadas por DH;,s y oro
denadas poré!. Y cuanro más valioso sea lo genuino, tanto más elaborada y traba.
importantes, para demostrar que «había una conexión culle el pecado y jada será la imitación. No rechacemos el oro porque hay un poco de cobre en
la enfermedad.... A lo largo de los años hubo varias referencias en esta circulación_
revista al mismo tema, una de las más importantes fue el artículo de Asa Cuando Uegó Penteroscé$ _el poder del Señor estaba pte$eDte para salv.ilt».
Mahan, quien se interes6 en e\tema a raíz de la curaci6n de su esposa. Ayudémonos unos a OlnlS en la fe_ Eso es ser mucho más semejante a Cristo que
romper tiemos los brotes de fe en Dios y en su poderydeseo de sanar.6!
Mahan apela al clásioo versículo de Mateo 8.16-17 para defender algo
que se parece mucho a la doctrina de la sanidad en la expiación. Hacia fines de siglo, la sanidad divina era un tema que debía incor-
Si el hecho de que Jesús llevó nuestros peados en su cuerpo sobre el madero es porarse en declaraciones oficiales y semioficiales de fe. En 1901, por
una razón válida por la cual debemos ronrLar en que él perdonari nuestros peca- ejemplo,la General Holiness Assembly(La Asamblea General de la San-
dos,el hechode que .éllleo.'Ó nuestras enfermedades- es una razón igualmente váli· tidad), en Chicago, adopt6 una declaraci6n de fe doctrinal que oontenía
da por la cual ahora debemos confiar en él para que cure nuestras enfermedades. entre s610 seis puntos, el siguiente:
Tenemos1a misma base de la revelación (anlO en un caso romo en el orro.Q
S. Deseamos declarar como parte de nueslras creencias, que la oración de fe sana
al enfermo, y que si el pueblo de Dios se pusiera a la allura de los requerimie.nt06

94 95
RAlCES "IEOLOGlCAS DEL pE1'ITECOsrAUSMO MOVIMIENTO DE SANIDAD DIVINA

neotestamentarios para la vida de santidad, incluyendo particularmente a sus cuer- ~ senor Huf!' ~ig. de la filial de OakJand 8raoch, preguntó: .¿Nosena más 51..
pos para el Seoor, las instancias maravil~ de sanMSad d~ serían ~ue~ mú bl~ que el obJetIVO de la A&oc:iación fuera la promoción no 5ÓIO de la ensei\anza es.
nume1'O&aS de lo que ahora son. Dios sería 8Sl mti engrandecido y el tC$lltnonlO ge- entura! acerca de la santtdad, sino la enscllanza escritural acerca de la #AI._"':'<:_
la sanidad dMnas?lt. . :o4lV""""lUlI y
neral de la iglesia seña mucho más efectivo en el mundo.66
FJ se~rDowie respondió: .. No. YOSOflan partidario de querer Iasalvaci60 como
Entre el ala más radical del Movimiento de la Santidad, la promoci6n de ~ulera _. ~ro esta asociación no se ha rarmado para promover esa labor, no
la sanidad divina habría de volverse un tema que suscitaría un orgullo y . ~ cuán Importante sea, ~rque inmediatamente entraría en ronfIicto C'Ol:llas
I~ - Por su~to. un p~eQ[e regional sabría que DO puede.. Yque además
un énfasis especiales. En 1901 la publicaci6n Guide 10 Holiness llevaba 5Cna mcorrect~ IRtentar CVltar que UD miembro diga que cree en la \/Cnida del
anuncios como los siguientes: Señor, o que qu.en: ser totalmente stUIlijiC4do; pero el objeto de la asociación
promcwerla doctrina de la .uuridad por ~D tU laje ItI1JUIÚ _ este es el pu C$,
FJ Campamento Harvest Home, de la rama pcntccostal, tendrá lugar en lndianá~ ",· de " no
en.c1que d (Icnrnos la Ahanza Cristiana, cuyo lema es 'Cristo nuestro Salvad
lis, Ind., desde el 20 de julio hasta el S de agosto inclusive. Seni un centro de reu- ~ Sa'~ . o~
o nuestro nthlcador. Cristo nuestro Sanador, y Cristo nuestro D-. que vje.
nión para una santidad radical. Una ocasión de regocijo para los creyentes en la ne'.» •....7
sanidad divina y la segunda venida de Cristo. Una verdadera ciudad de carpas.
Habnf alrededor de 100 predicadores y obreros misioneros presentes.67 Más.larde, las discusiones revelarían hasta qué punto la teología de la
san\Jdad se encontraba detrás de estas enseóanzas:
Todo esto significa que para comienzos de siglo la mayoría de las 00-
mentes que hablan adoptado la doctrina del bautismo pentecost~ del ~Morgan.: «... ~.creo qu~ las iglesias tengan una patente sobre la salvacióo; no
Espíritu también habían comenzado a enseñar algunas de las vanantes ~~ la Asociaci6n NaCIOnal para la Santidad tenga una patente sobre la santj.
de la sanidad divina." El tercer punto del evangelio de los cuatro puntos da~ d~tna. Todo hombre que h.aya n~ de nuevo tiene el derecho de predicar a
estaba firmemente establecido. Pero antes de entrar a considerar el cuar-
c:nsto• todo homb~ que haya Sido san.tlflCado totalmente liene el mandato de pre-
dK:ar I~ gran salvación en toda su plemtud. Y)'O bendigo a Dios que puedo hacerlo
to, debemos primero analizar un nuevo desarrollo. . . cada dla :- pero estoy a favor de todo lo que resguarde esta obra del escándalo•.
Nuestro argumento hasta ahora ha sido demostrar que el surgumen- Mr. ~"JC:: «Amtn ... siempre hemos enseñado que DO podemos obtener la sani-
to de la doctrina de la sanidad fue en gran medida una radicalizaci6n del dad Sin ~ salvaci6n'.y uno no puede obtener la total santifICación sin tenerademú
la sa1vacióo y la sanidad. l adie quiere limitar el testimonio yYOtverlo ridículo, _
énfasis perfeccionista sobre las enseóanzas de la santidad_ Lo hemos tra- ro no puedo asu~ir. la organización de una nueva iglesia.. Sólo puedo ayudar:a
tado de demostrar DO solamente al trazar su evolución histórica, sino al (ormar una AsociaC16n para la Sanidad D[vina y sólo eso».6J
mostrar que la conexi6n está presente en cada una de las principales ma-
nifestaciones del Movimiento de Sanidad de fines de siglo. Los historia- Este ~ebate revela cómo hasta la Asociaci6n para la Sanidad Divina
dores del pentecostalismo y en general del Movimiento de Sanidad, han ~e Dome hablaba desde un contexto más amplio: el del elhos de la san-
sugerido que fue John Alexander Dowie, de Zion City, IIIinois, quien ini- t.dad, y .t~bién e~ diálogo con la Alianza Cristiana de A. B. Simpson, y
ci6la doctrina de la sanidad dentro del pentecostalismo. la ~OCIaCl6n. NaCIonal para la Santidad. Pero los debates de esta con-
Nuestra respuesta a esto es que esta posición ignora el hecho de que ve~cl6n también reflejan de qué modo, por medio de Dowie, se estaban
las doctrinas sobre sanidad ya estaban ampliamente difundidas antes de aleJ,,?do los temas de la sanidad de sus raíces sOleriológicas en la re-
Dowie. También ignora hasta qué punto el propio Dowie revela que sus den.cI6n, para afmnarse de una manera más típicamente pentecoslal. La
enseóanzas estaban enraizadas en la misma radicalizaci6n del Movimien- sarudad se vuelv~ una ma~ifeslaci6n del «pode", pentecosta~ y una evi-
to de la Santidad, aunque él también mostraba una tendencia a extraer denCIa_ de que DI~.tamblén estaba «testificando juntamente con ellos,
las doctrinas de la sanidad de su contexto de santidad, y darles una base con senales y prodlg¡os, y diversos milagros y dones del Espíritu Santo».'"
teológica ligeramente distinta. Este cambio se evidencia claramente en
el informe de la reuni6n de la fundaci6n de la lntemational Divine Hea-
ling Associalion (Asociaci6n Internacional para la Sanidad Divina), en
1890, que Dowie dominaba. Los debates en esa reunión dieron como re-
sultado los siguientes intercambios:

96 97
8 Jes ús Ve nd rá Ot ra Ve z 1~ .. JI.K. t:aL
UIU 'Lor tr.R ",,",
""" ..
B. W. ea",.. . 5.1U &D.U :'
CAPITULO VI

d" le gre cuan --do Cri$ -to 'Yo l-ve -d,
rád re-m e-d io
u-p e-r oe! l.aJ•• . - se- óa con go- zo del ter- do- Jor

.. .-. .,. .. El su rg im ie nt o del pr em ile na ris m


o
t.-s us Si- e .. ual,
n-D i-d a de
tos maU
sao..·11& • le en es .. te mn D~ ce-a .-rá D. .,..
pe 7

lo
leco stal es se reUJÜó para form ar
Cu and o en 1914 un gru po de pen nmi nac ión peno
eas de Dio s, la den
que se con oce ría COmn las Asa mbl
cos más gran de de los Esta dos Uni dos , se rego cija ba no
leco slal de blan
su movimiento, sino tam bién en «la
sólo en el imp acto inte rnac iona l de r,
orta nle para este gran avance, a sabe
prof ecía que se ha vue lto tan imp ma man era en que
o mun do de la mis
'que Jesú s vuelve pro nlo' a esle viej
ar su rein o mile nari o».' Alg uno s de eUos, COmo Ro-
lo dejó para pre par
liam Faupe~ sost enía n que este lem
a
• • • • bert Map es And erso n y Dav id Wil saje pen leco slal .'
, es, en efecto, el fact or inte grad or del men
imp regn ó la liter atur a inicial del
~ ~Mt 3
~

Esle motivo esca loló gico cier tam ente

J¡tl;i::+tttlj~_
I :1: j ' i" :E tl: . 4<
movimiento, se ha man teni do en prim
era linea en perí odo s claves com o
suce dió dur ante el avivamiento de
la «Uu via Tar día» de la déc ada de
. to • m i al· ma da: El que Cris to YeU' "ga al! Car ism álic o caló lico don de los tem
as
vador" Cua ndo Cñ5 to Yen -gaa
go .. zo es .. te peU 1&-m uen-
DUestro Sal 'gua l' CnandQ Cris
to Yeu.ogaal 1940, apa rece en el MnvimienlO de un
lá - grim a .se ca-j u-ga - rá por
too::r:
~-táD·. Cua ndo Crls toY en-p al del pen leco slal ism o clásico en su
mayoría se tran sfor mar on, a raíz

........ .. . iza a los .pri mos lejanos» más dis.


Dios , f'U-t ou-a s, '"
no-c e- r:iu aza- ~fe c- • o, y cara cter
al-m a go- ti de paz nuevo con text o teológic .
las iglesias inde pen dien tes del Afri
lanl esd el pen leco stal ism o, COmo SOn er cap ítulo , un
ns señ alad o en el prim
ca. Mer ece al menns, COmo lo hem
en la gestalt pen leco stal y sus afir.
-D •B• remo s en las DU- b6 coa
Coa<>
....... . ¡,I ge-l
los áD- ;
rI es cÍe: luz.. Cua ado Cris to wng aa!
luga r entr e los cua tro lem as que
maciones teol ógic as más cara cter
desa fío a la lesis gen eral que ba ido
defm
ístic as. Al mismo tiem po pres enta
eme rgie ndo de esle eslu
o deb e traz arse en prim er
dio:
luga
que
r en
un
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la
~ linaje histórico del pen leco slal ism o XIX y más in.
v tida d a lo larg o del sigl
trad ició n del Mov imie nto de la San
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.".
iOh !Je -sú sve Ddd .a1 m~:

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piet ism o y el puri
de los tem as del met odis mo y lal vez
dire ctam enle destani smo .

La hist oria nos Jleva a esp erar un


ante s de eso, en el

VÍnculo entr e lo escatológico y lo


o el pen leco slal ism o. Aqu ello s mo-
~ ~
neu mat ológ ico en mnvimienlos COm del
D.&. inre nsam ente la infusión pers ona l
mun do o-tr a vez. vimientos que exp erim enta n más de Cris -
más ardi ente men le el relo rno
Esp írilu San to pare cier an anh elar

sús ... cn- drá .l mUDdo


¡" ~ IJ
0.- tra¡ vez:;
~ I ... to y una tran sfor mac ión cósmica
En cier to sen tido esla con junc ión se
corr esp ond ient e en el ord en mun
halla pres enle en el lexto bíbl
narr ació n de PenteCOSlés (Hc h. 2),
ico
dial
más
.

Si Je

..
.... ....
ven- -dra • m1Uldo
usad o por los pen leco slal es. En la
por ejem plo, Ped ro cita al prof ela
Joe l para señ alar que lo que aca bab
a

t' ti

99
RAlCESTEOLOGICAS DEL PEmEcosrAUSMO EL SURGIMIENI'O DEL PREMILENARISMO

de suceder era el derramamiento del Esplritu Santo profetizado para los derando el díspensacionalismo premilenarista COmo una de las ralces del
últimos días. N. Q. HamiJton observa que la escatología y el Esplritu San- pensamiento pentecostal moderno. 10
to se encuentran claramente conectados en los escritos de Pablo, donde N~ d~os negar enteramente la fuerza de este argumento, pero es
-es el Esplritu el que salva la dístancia entre el presente y el futuro».' preaso calificarlo en varios aspectos. En primer lugar, no está tan claro
Ya sea por la influencia de textos bíblicos que mantienen la referen- que la escatología penterostal, con su énfasis en la inauguraci6n de -un
cia en común, o por algún dínamismo similar en la experiencia, lo cierto nuevo orden, con el advenimiento de la lluvia tardía» y -la restauraci6n
es que hallamos que los movimientos de la historia más vinculados con de los ~ones espirituales» COmo preludio del regreso de Cristo, encaje
los temas del Esplritu tienen una particular fascinaci6n por los temas tan fácilmente en las categorías díspensacionalistas como se ha dado a
proféticos y apocallpticos. Es as! que el montanismo vincul6 estrecha- veces por sentado. Generalmente ha sido premilenarista en cuanto a la
mente lo neurnatológico y lo escatológico.' Del mismo modo, aunque con espera de un reino milenario que debía ioaugurarse con el inminente
contenidos díferentes, Joacbim de Fíore anticipaba una nueva era que se r.etomo de Cristo, pero contradecía cosas dístintivas del díspensaciona-
caracterizaría por su vinculo con la tercera persona de la Trinidad' Es- lismo al adoptar periodizaciones díferentes de la historia humana (ge-
tos temas se fusionan claramente en el Movimiento de Irving, en el siglo neralmente trip.artit.as), al ap~car muchas profecías del Antiguo
XIX.' O bien, mirándolo desde otro ángulo, cabe advertir que la secuen- Testamento a la IglesIa, al apropIarse de forma más directa de algunos
cia de _conferencias proféticas» en los Estados Unidos a fIDes del siglo p.asaj,,:, (el Padrenuestro, el Serm6n del Monte, etc.), que los díspensa-
XIX fue interrumpida por una conferencia sobre el Esplritu Santo, el úni- Clonalistas reJegan al reino milenario, entre otros. l1 Estas evidencias su-
co tema al que se le permiti6 introducirse en el tradicional patr6n de fas- gieren que el tema escatológico pentecoslal posee su propia dinámica,
cinaci6n escatológica.' aunque este tema podría fundirse - o quizá más correctamente expre-
Al renexionar sobre este fenómeno, Emil Brunner ha comentado: ~se- con un.a vanedad de esquemas escatológicos que van desde el
díspensaClona1ismo hasta el «Israelismo británico» que circul6 en la flui-
...podemos trazar en la historia de la c.ristiandad una especie de ley, que cuanto más
vitalmente está presente la esperanza en la edesia, esto es. cuanto más podCI"06a- da cultu7a popular evangélica de fIDes del siglo XIX
mente está presente en ella la vida del Espíritu de Dio&, lanto más urgente cssu ex· También existe el peligro de una dístorsi6n cultural e historiográfica
pertativadelavenidade Cristo. De modo que la pleniludde la posesión del Espíritu al tratar estos temas. Las fuentes escritas más accestbles y a menudo las
y la urgencia de la espera siempre se encuentran juntas, romo lo estaban en la co-
refleXIOnes teológicas mejor articuladas sobre la escatología pentecostal
munidad primitiva.B
se producen precisamente en aqueUas alas del movimiento más afines _
Si acentuamos estos hechos, se podría muy fácilmente concluir que el cultural y teológicamente- al fundamentalismo dispensacionalista. Es-
vuelco a la doctrina del Esplritu Santo a fines del siglo XIX involucraba, tas tradiciones, como las vemos agruparse en las Asambleas de Dios, han
casi necesariamente, un giro hacia la escatología. Luego observaríamos tomado su membresía mayormente de círculos fundamentalistas, ya lo
el impacto creciente del movimiento premilenario del siglo XIX desde sus largo de los años s~ han asimilado por lo general a esa cultura teológica.
orígenes entre los _Plymoutb Bretbren» (Hermanos libres) de inglate- Aunque es preaso hacer otras investigaciones, hay cierta evidencia de
rra, en especial entre los seguidores de Jobo Nelson Oarby, pasando por que a medida que nos alejamos de estas corrientes e ingresamos en las
su impacto más amplio en Norteamérica, en la serie de conferencias so- ramas del pentecostalismo vinculadas con el Movimiento de la Santidad,
bre lo profético que comenzaron en 1878, hasta llegar fIDalmente al sur- o en los grupos pentecostales negros, o de otras ramas étnicas, tanto me-
gimiento de .Institutos bíblicos» a fIDes de siglo, que se convirtieron en nos se expresa su escatología en las formas características del pensamien-
el modelo de las instit uciones educacionales del pentecostalismo.' Nues- to díspensacion~ta.Este hecho nos sugiere que no deberíamos dar por
tragesla/I pentecostal sería entonces el producto de una _afinidad selec- sentado tan rápIdamente que la escatología pentecostal es meramente la
tiva» entre una neumatología de fines de siglo y esta nueva escatología. asimilaci6n de los temas emergentes del dispensacionalismo.12
En efecto, en la medida en que se intent61a explicaci6n de este fen6me- Por otra parte, aceptar inmediatamente la tesis de que la escatología
no, se lo ha hecho principalmente siguiendo estas mismas líneas, consi- pentecostal es tomada de la escatología dispensacionalista modificarla
los resultados de nuestra pesquisa en lo tocante a la raíz de los dos pri-

JOO lOJ
RAlCES1COLOGlCAS DEL PENfECOsrALlSMO ELSURGIMIENI'O DEL PREMI!.ENARJSMO

meros temas, el bautismo del Esprritu Santo y la sanidad divina Bien la transformaci6n que tuvo lugar dentro del avivamiento perfeccionista,
podría ser que nuestra bipótesis necesitara ampliarse con un mayor re- y, finalmente, descubramos la nueva forma de la escatología que domina
conocimiento de fuentes más pluralistas de las que hemos sugerido. Pe- las corrientes de fines del siglo XIX.
ro antes de adoptar esta solución más obvia, necesitamos examinar más
atentamente las tradiciones a las que nos ha llevado la investigaci6n de
los capítulos anteriores, para ver si la emergencia de la escatología pen- Influencias pietistas y puritanas
tecostal no es acaso el producto de una dinámica interna a estos movi-
mientos. La escatología pentecostal, tal como surgi6 a fines del siglo XIX, re-
La pesquisa, a primera vista, parece destinada al fracaso, porque la p~esent6 un alejamiento de los esquemas conceptuales que bahlan do-
tradici6n metodista y la del Movimiento de la Santidad no se han mos- nunado a lo largo de dos años las corrientes religiosas con las que se
trado hist6ricamente interesadas en la escatología o bien se han inclina- encontraba más vinculada. El puritanistno y el pietismo, por ejemplo,
do hacia una escatología posmilenaria, a menudo considerada como lo ~ntenfan una propuesta de «reform.. cuya lógica implícita era el opti-
opuesto a la premilenaria, no sólo en virtud de su expectativa de un mi- = 0 acerca del futuro y la posibilidad de cambio. Aunque la escato-
lenio que antecede al retorno de Cristo (lo cual torna su regreso menos logía puritana era más variada, miraba en general a un «día final de
inminente), sino porque proporcionaba una visi6n más «terrenaJ" de la g10n.. para la iglesia, o bien hacia (para usar el título de un volumen de
esperanza escatológica, capaz de sentar las bases para una transforma- 1678 de sermones de John Howe) The Prosperous SUlle ol/he 0IIistUm
ci6n social y sus compromisos culturales más amplios. Pero si examina- Interes! Befare /he End olTune (El próspero estado del interés cristiano
mos más atentamente los patrones escatológicos de las corrientes que antes del fin de los tiempos). W
han caído bajo nuestra observaci6n al intentar buscar las raíces de lo dis- D~e la ",::rspectiva del pentecostalismo es interesante advertir que
tintivo del pentecostalismo, vemos que se revelan una dinámica y una la g10na del dia final se entendía generalmente COmo vinculada a un de-
temática internas de estos movimientos, que no sólo ayudan a explicar el rramamiento especial del Espíritu Santo. Pero desde la visi6n puritana
surgimiento de la escatología pentecostal, sino que arrojan luz sobre de- se es~raba un col~p.so del papado,la conversi6n de los judíos, y una era
sarrollos más amplios del movimiento. A medida que este argumento se de é",Ito para las m~ones, que sería de cáracter milenario. Poco a poco
vaya desarrollando, estaremos más propensos a ver el surgimiento de la esa VISIón fue tendIendo hacia lo que ahora llamamos posmilenarismo
escatología pentecostal como un desarrollo paralelo (u ocasionalmente en que se id~~tificaba~~ era con el milenio descripto en ApocaIi~
como un antecedente) del surgimiento del pentecostalismo, aunque, na- :zo. ~ esta VISIón se anlJapaba el retorno de Cristo, pero no de manera
turalmente, también será posible ver una dinámica común y gran canti- ~ente a ca~ del esperado período de gloria de los 61timos días que
dad de intercambios. terna que ocurnr antes de aquel evento. Como veremos Juego al examinar
Entrar en el enmarañado laberinto hist6rico de la visi6n escatológica los ~contecimientos en suelo norteamericano, los periodos de «avi-
y milenaria termina por disuadimos de la idea de reconciliar opiniones V3.mJento» acentuaban la esperanza de que esta era ya estuviera amane-
contrarias, o de discernir patrones en su desarrollo. Es más, muy poco ciendo. u
del trabajo erudito que se ha hecho hasta ahora indag61as cuestiones que El pietismo también apuntaba para el futuro de la iglesia hacia una es-
nosotros hubiéramos indagado; o cuando formularon esas mismas cues- ~ranza de «tiempos mejores»; el consenso sobre este punto es más am-
tiones, los trabajos han sido acríticos y apologéticos." A pesar de estas plio de lo que a veces se ha notado. El pietismo, como hemos tenido
dificultades, se puede trazar una línea amplia de desarrollo que, no im- ocasión de advertir en otros puntos, tendía a alejarse de la clásica dialécti-
porta cuán simplificada, alcanza a iluminar el surgimiento de la escato- ca luterana entre el bien y el mal, con su énfasis en la justificaci6n, des-
logía pentecostal. Nuestro bosquejo requerirá que, como en los capítulos plazando el acento al individuo en la regeneración y la santificación, y
anteriores, examinemos brevemente el puritanismo y el pietismo, nos de- destacando en el plano bist6rico lo individual, y la esperanza superior de
tengamos en el metodismo inicial, prestemos atenci6n a la uni6n de esta una era de tiempos mejores en el futuro." Philipp Jakob Spener anunci6
tradición con el movimiento norteamericano de los avivamientos, veamos esta convicción en su P;a Desideria y se explayó sobre el tema en su Be-

102 103
ELSUR GlMIEN rO DEL PRl!MIL ENARJs Mo
RAlCES TEOLOGICAS DEL PENTE COSfAl lSMO

de la
ya lo. hemos sugerid o. Cuando generó ciertas controv ersias a raíz
hauptung der Hoffnung láiniJiiger BessererZeilen (La afirmaci6n de la es-
publicaClón de las predicc iones de Benge~ respond ió en una carta en
peranz a para futuros tiempo s mejore s) en 1693. Tambié n Spener espe- 1788:
raba la caída de Roma y la conversi6n de los judíos, pero se sentía menos
inclinado que los puritanos a pronunciarse explícitamente como «.mile- Nodijc: nada, ni ~ás ni menos, en la iglesia de Bradford, con relaciÓD al fm
del muo.
nario. (o «pOSmilenario.) en la descrip ci6n de esa era mejor que prece- Bengeliu s
do, ~ tampoco di a conocer mi propia opinión, saM> lo siguiente : que

dería el regreso de Cristo. " habla ap~ ~ opinión suya, no que el mundo acabaría, sino que en el aOO
epi-
Sin embarg o fue el gran erudito bíblico del pietism o Jobn Albert Ben- =come nzana el tetnOmilenariode Cristo. No tengoabs olutamen te mnguna
con personal al ~o. ~ puedo afirmar nada sobre este punto. Estos oOeulos
gel quien, Cascinado por el Apocalipsis, intentó Cechar estos heebos están muy por encuna de nu alcance, fuera de mi visión. Sólo ten20 una
cosa de la
a y cronolo gía produjo un sis- aquelJos que me escuchan .tí
mayor precisió n. Su trabajo sobre proCecí c:uaJ ocuparme: salvar mi alma Y la de
más Cavorab les> con el
tema cronoló gico que coordin aba estos «tiemp os
surgim iento del pietismo, la fundaci 6n de las Socied ades Bíblica s, y el y como bemos ~ afirmad o, la soteriología de Wesley era una especie de
.escat.ología r~d3>, que ponía el acento en la continu idad entre
a- la
apogeo de la obra misione ra. Su Cecha para este período era aproxim
salvaClón e"!,,,nme~tada en su vida y la gloria aún por venir. Aunqu
un e
damen te 1617-1836. La última de las Ceebas marcar ía el clímax de dos COn un «último
período de tribulac i6n y la derrota de la «Bestia . en el retomo de Jesu- "."'esley podía menClonar y afirmar heebos vincula
lJempo . (la se~d a venida, el juicio, Yotros), tendía a relegar los
a un
cristo, lo cual inaugur aría el milenio propiam ente dicho. vida. Su verda-
Bengel es algo ambiguo, si lo juzgam os por criterio s posteri ores, por futur? vago y distant e que no inflnía demasi ado en esta
re-
cuanto esperab a tiempo s mejore s tanto antes como despué s del retomo dero mterés. era saber cuánto de la salvación -que otras tradicio nes
legaban al ~~~o - podía expe?n 'entars e en esta vida. La Corma
ti- en que
de Cristo. Esta visi6n cobr6 mucho peso gracias a la obra de Bengel
tulada Gnomon .18 trata la posibil idad de una santificaClón total parecie ra alentar una visi6n
en la ~ue no se da mayor ~ al inmine nte regreso de Cristo. " Refieja
más bl~n .su desagr ado haaa las especul aciones de tipo escatol ógico y
apocaliplJco.
Wesley y Fletch er en direcc iones difere ntes
No todos los seguido res de Wesley tenían la misma inclinación, sin
sm
Aunqu e Wesley era heredero de todas estas corrientes, tanto en lo
es· embarg o. George Bell, poco despué s de su conversi6n al metodi
catol6gico como en otros temas resulta extremadamente difícil interpre- an~ció ~l fin del mundo para el 23 de Cebrero de 1763, lo cual prov";; ;
el mmedi ato repudio de Wesley.
tar su pensamiento. Tanto los posmilenarios como los premilenarios lo
reclamarían enlre sus anteces ores. 19 Mucho depend e de la hermen
éuti- Mucho más significativo para nuestro estudio es el pensam iento de
ca empleada, y especia lmente de cuáles textos se toman como Dormat i· Jobn Fletche r. Ya hemos sugerid o la importa ncia que tendría la doctri-
na de las dispensaClones de ':etche~,.que utilizaba tanto para interpr
a, o e-
vos: si aquello s en los que simplem ente trasmit e la tradició n recibid ual COmo de la historia
co propio recibe mayor amplitu d. La tar el progres o de la expenen C13 espmtu al individ
aquello s en los que el acento teológi
de la raza. Am~as siguen un proceso que pasa por la dispens ación
en! (Notas expli- del
obra de Wesley Explana tory Noles upon lile New Teslam
la del Espírit u Santo. En la historia human a los pun-
cativas sobre el Nuevo Testamento), por ejemplo, es a menudo un
resu- Padre,l a del HIJO, y
stés
lo hemos indicad o, y sus tos de demarc aaón están señalad os por Juan el Bautist a y Penteco
men de Gnomoll, la obra de Benge~
ipsis
como
incorpo
ya
ran asimism o gran parte de la En el desarro llo espiritu al de la persona , las experie ncias claves son ¡,;
coment arios sobre el Apocal a-
obra de Bengel Erl<liilte Offellba rullg (El Apocal ipsis coment ado). Wes- ,,?nversión y la recepci ón especia l del Espíritu , asociad a con la santific
jado la tensión que había entre Wesley y Flet-
ley mismo DO tenía opiniones fuertes sobre estas cuestiones, pero expre- cl6n total Ya hemos bosque
que
sa cierta cautela al transm.itir la visión de Bengel, y advierte que
«:00 cher en relacIón con los puntos de este esquem a y la importa ncia
futuro sur-
deCendería cada uno de los puntos expuestos>.'" tuv~ la manera en que Fletche r Cormul aba eslos temas para el
pen-
En realida d, estas cuestio nes le resulta ban de escaso interés a Wesley
, gUlllento de la doctrin a del bautism o del Espírit u y la termino logía
tecostal que se asociab a COn ella.
cuyo foco de interés era mucho más exclusivamente soteriológico, como

104 105
RAlCES 'IEOLOGlCAS DEL pFNllJ(nS1'AllSMO EL SURGlMIENfO DEL PREMlLENARISMO

Lo importante a esta altura es el significado de esta diferencia para la Los relalos de Pentecostés de Hechos (y quizás la teologfa de Lucas
escatología. F1etcher estaba más predispuesto a hacer especulaciones so- en su totalidad) tienden a vincular la escatologla con la neumatologla,
bre estos lemas, y su tendencia se refleja en su doctrina sobre las dispen- como ya lo hemos señalado. Cuando estos versículos se convierten en la
saciones. En la obra que se publicó después de su muerte, Porrrrül 01 SL clave hermenéutica por medio de la cual se lee toda la Escritura, esta len-
Paul (Retrato de San Pablo), F1etcher afirmaba que cada dispensaci6n dencia se refuerza. También podría suceder que al poner el énfasis de
tiene su correspondiente promesa de bendici6n. As!, «bajo la dispensa- este modo sobre Pentecostés, se subrayara la discontinuidad de los dos
ci6n del Padre, la gran promesa era aqueDa que presentaba la manifes- testamentos.
taci6n visible del HijO". Bajo la dispensaci6n del Hijo, se dio otra Wes1ey y otros metodistas menos inclinados hacia la ret6rica pente-
«promesa para el ejercicio de la fe y de la esperanza ._ con relaci6n a ~ costa1 podían apropiarse con más facilidad de modelos de piedad del An-
plena manifestaci6n del Espíritu Santo». EsIo, ":"turalm~nte,se cum!,~6 tiguo Testamento, especialmente de figuras como la de Noé o Abraham,
en Penlecostés. Fma\mente, bajo la presente dispensaa6n del EspUltu cuyas vidas se describen como «perfectas a los ojos de Dios». Sin embar-
Santo, tenemos «1a promesa de la segunda venida de Cristo, 'para reco- go, cuando la piedad aistiana se torna más una cuesti6n de ser Denos del
ger el trigo en el granero, y quemar la paja con fuego que nunca se Espíritu que descendi6 en Pentecostés, las aplicaciones del Antiguo Tes-
acabará'». Pero como las dispensaciones también reflejan etapas de ae- tamento se welven un poco más difíciles, y hay paralelamente una
cimiento espiritual tendencia a leer el Antiguo Testamento principalmente como una anti-
cipaci6n del evento de Pentecostés, lo cual refuerza una lectura bíblica
...esta venida de Cristo, que por much05 es tenida en meDCl5 _ es tan ~ p)r básicamente centrada en el modelo profecía/cumplimiento. Y - espero
aquelkJ5 que viven bajo la dispensación del Espíritu, que estin oonstantemente «an-
que sin forzar demasiado la idea - es igualmente posible distinguir un
ticipando y apurando la negada del día de Dio6».23
énfasis mayor sobre la soberanía divina que en los patrones wes1eyanos
Tales pasajes en Fletcher tienen decididamente un tono no-wes1eya- de cooperaci6n con la iniciativa divina.
no. y cualquiera haya sido la razón, Fletcher parece haber anticipado un Los textos claves en el relato de Pentecostés sugieren que la posici6n
inminente regreso de Cristo en la generaci6n siguiente, si es que no en la básica del cristiano era la de «esperar y velar» hasta que descendiera el
suya. En un momento dado predijo el retomo de Cristo entre 1750 y 1770, ungimiento de lo alto. Tanto en la visi6n personal como en la escatológi-
Yaconsej6 a Wes1ey prestarle más atenci6n a estos temas y no ser tan se- ca, la idea clave es «descenso» e «irrupei6n» desde el más allá, idea máS
vero con aquellos que deseaban investigar estas cuestiones." En 1775 es- caracterlstica de una mentalidad apocaliptica; además, está un tanto en
cribi6 nuevamente a Wesley defendiendo los esquemas escatológicos de contraposición con el patrón orientado hacia el crecimiento gradual del
un «gran maestro en divinidades, del extranjerO" con quien habla esta- posmilenarismo, o del desarrollo hacia la perfección cristiana. Todas es-
do conversando.u tas variaciones se orientan hacia motivos fundamentalmente pentecosta-
Pero más importante aún que la visi6n conceptual de Fletcher o el uso les.
concreto que le daba a su doctrina de las dispensaciones es el hecho de Estos asuntos, naturalmente, se anticipan un tanto a la historia. Pero
que pose!a tendencias o una lógica propia capaz de desarrollarse cada en cuanto a la escatologla, y también en lo tocante al surgimiento de la
vez más hacia el pentecostalismo, una vez liberada de circunstancias de doctrina del bautismo pentecostal del Espíritu Santo, debemos notar el
tiempo y lugar. Como hemos sugerido, se hacía de Pentecostés un hecho significado de los puntos de diferencia entre el pensamiento de Fletcher
de la historia de la salvaci6n comparable con la venida de Cristo, al me- yel de Wesley. Nuevamente las ideas de Wesley habr!an de dominar al
nos en cuanto marcaba una nueva dispensaci6n, además de constituir el metodismo durante un siglo. Pero cuando el patr6n pentecostal de Flet-
suceso definitorio de la presente era de la iglesia. Combinada con un cher se hizo más notorio hacia fines del siglo XIX, su doctrina de las dis-
énfasis sobre otras promesas vinculadas con ella, como 10 hizo F1etcher, pensaciones también comenzó a pesar.
esta visi6n conceptual puede servir para acentuar el tema escatológico y Cualquiera haya sido la intenci6n de F1etcher con respecto a esta doc-
en otras formas más sutiles también presiona en esa direcci6n. trina, resulta claro que la terrninologfa en sí actu6 como un puente hacia
el dispensacionalismo de fm de siglo. F1etcher se volvi6 un nombre vene-

lOó 107
RAlCESTEOLOGICAS DEL pl'NIECOsrAUSMO EL SURGIMIENI"O DEL PREMlLENARJSMO

rado entre los antecesores del dispensacionalismo, aunque por otra par- el nuevo mundo, la gloria de la iglesia del último día, por la cual hablan
te se lo conocía tan poco que se lo describía un tanto an6nimamente co,?o suspirado los puritanos:
«un tal señor Fletcher» que enseñaba cierta «doctrina dispensaciooalis· En ven1ad, a menudo he dicho. como lo digo abora, que veía en 105 recientes avi-
tIDt.26 vamientos religiosos el anticipo de los g1o~ tiempos prot"eüzad05 en las Escri·
Pero fue el pensamiento de Wesley el que m:u:c6 el tono durante un turas, Yque estos eran 105 primeros albores de la luz, Yel comiel12O de la obra que,
siglo -tanto en escatología como en el vocabulario re~endo a la santifi- al progresaryseguir adelante. traería al fin la gloria de la iglesia de 105 úttill106días
... y el l'Cino de Cristo 5CfÍa establecido en todas partes y afirmado en paz. como
caci6n total- y avanzó en direcci6n contrana. El énf:,,1S propio d~ Wes- continuación del milenio.21
ley en la perfecci6n cristiana es clave en esta cuesu6n. Su sot.e~ología
individual, con su acento en una escatología «realizada. o _anUClpada., C. C. Goen ha sugerido en un artículo notable que Edwards se basó
afirmaba un cierto nivel de victoria sobre el mal en esta vida. Esta sote- en la exégesis de Daniel Whitby y Mases Lowman, de Inglaterra, para
riología perfeccionista tendía asimismo hacia una visi~n social optimista. desarrollar una visi6n posmi1enaria que marcaba _un nuevo punto de
El resultado fue una posici6n ambigua que podía fácilmente desplazar- partida. de la escatología norteamericana." Esta visi6n estaba lejos de
se bacia el posmi1enarismo, como lo revela la siguiente cita: lo que se desarrollaría después en el pentecostalismo. En muchos senti-
dos, Edwards suena más como su contemporáneo Wesley. Por un lado,
y es apropiado para todos aquellos que aman su ventda que ore? pan qu~ se apre-
sure el tiempo para que su reino de gracia llegue pronto y donune los remos de la
Edwards no se senlia atraído hacia los dones sobrenaturales:
tierra; que toda la humanidad, al rea1>irto romo rey, y creyendo yc~eramc~t~
No espero una restauración de esos done¡ milagrosos cuando se acerque el tiempo
en su nombre, pueda ser llena de su rectitud, su paz, su gozo. con sanllda~ y feha-
glorioso de la iglesia, ni la deseo: creo que no agregana nada a la gloria de aquell06
dad, hasta ser sacada de aquíy llevada a su reino celestial, el reino de glona que es
V moment06. sino más bien le reslaría. Por mi parte prderiría antes disfrutar porun
la continuación y perfección del reino de la gracia sobre la tierra.
cuarto de bora de la dulce innuencia del EspCritu, que me muestra la divina belle·
1.3 espiritual de Jesús., su gracia infinita, su amor que se entrega a la muerte, y pro-
Wesley estaba tan orientado hacia la soteriología que sus se~idores voca en mC el ejercicio santo de la fe y el amor divinos., la serena complaceDCia y el
podían combinar un esquema básicamente wesleyano de salvaCión con humilde gozo en Dios, que tenervistones y revelaciones por todo un año. JO
una variedad de escatologías sin sentir que lo traicionaban. Pero el
acento básico del pensamiento de Wesley era probablemente mejor in- Por 000 lado, la visi6n de Edwards era posmi1eoaria, y esperaba una lle-
terpretado por esquemas de pensamiento menos apocalípticos y más gada más gradual, aunque inminente, de la era milenaria anterior al re-
posmiJenarios. Así. aunque Wesley mismo DO adoptara conscientemen- torno de Cristo.
te una línea milenaria, ayudó a liberar tendencias que se desplazarían e~ El significado que Edwards tiene para nuestra historia pareciera ser
esa dirección. Este desarrollo tuvo lugar principalmente en Norteamén- su contribuci6n a la expectativa de un milenio literal, y a generar una tra-
ca en donde el metodismo habría de encontrar un hogar especial y un dici6n de ideas milenarias que crecerían y se fortalecerían en el siglo si·
co'ntexto que permitiría a las tendencias arminianas y perfeccionistas un guiente. Aquellos que seguJan la tradici6n de Edwards cultivaron y
desarrollo más libre. refinaron esta doctrina. Joseph Bellamy prepar6 un notorio senn6n so-
bre el tema que sería agregado como apéndice a los escritos de Edwards,
y Samuel Hopkins public6A Treatise on 11Ie Mi/lennium (Un tratado so-
Corrientes milenarias en los avivamientos bre el milenio) en 1793."
Por lo tanto, cuando el metodismo lIeg6 a Norteamérica y comenzó a
Las corrientes de avivamiento en Norteamérica ya habían desarrolla- mezclarse coo los movimientos locales de despertar espiritual, a comien-
do una lradición milenaria. Los períodos de avivamiento a menudo son zos del siglo XIX, se encontr6 ya con una doctrina fonnal del milenio. Las
vividos por los participantes como inicio de una nueva era de bendición tendencias perfeccionistas del metodismo tuvieron rienda suelta en la
especial por parte de Dios. En los grandes avivamientos del siglo XVIII, nueva y optimista nación, ya su vez aceleraron y aumentaron las expec·
Jonathan Edwards había comenzado a preguntarse si los avivamientos tativas posmilenarias. Este proceso tuvo lugar principalmente en el per-
bajo su ministerio no serían el comienzo del milenio que Dios traería en feccionismo de Oberlin, el cua~ como hemos visto, representaba de mu-

/08 /09
RAlCESTEOLOGlCASDELPENIECOSTAUSMO ELSURGIM1ENfO DEL PREMlLENARlSMO

chas maneras una síntesis del metodismo y los movimientos americanos la guerra, la explotaci6n y la esclavitud quedarán derrotadas; quedaría
de avivamientos. Esta Dueva síntesis inmediatamente «annin.ia.n.iz.6» ra- un sistema de gobierno civil; predominará un recto conocimiento de
dicalmente las tradiciones de Nueva Inglaterra, haciendo que la inaugu- Dios; Dios estará presente en su pueblo como nunca antes; el Espíritu
raci6n del milenio dependa del esfuerzo humano; en el apogeo del Santo llegará en «inmensas y gloriosas efusiones»; la piedad y la santidad
segundo «Gran avivamiento», entrelazarla los temas de la perfecci6n estarán difundidas ampliamente; la .gran masa de personas será cristia-
cristiana, la reforma social y la expectativa milenaria- ~,inclu~endo la conversi6n de los judíos y .grandes multitudes degen-
Charles FIDDey no lIeg6 a enunciar totalmente sus expectativas mile- tiles»; la hipocresía Ylas disputas ya no dividirán a las iglesias."
narias, pero su punto de vista está implícito en muchas afrrmaciones, ro- Luego Cowles se ocupaba del tiempo del comienzo del milenio. Des-
mo la que hace a propósito de una reforma social: pués de rechazar varias teorías destinadas a predecir la fecha exacta, opt6
Ahora. la gran ta.ru de la ig.lesia es reCormar el mundo: dejar de lado todo tipo de
en cambio por inlenlar distinguir la mano de la providencia en los suce-
pecado. La iglesia se organizó originalmente para ser un cuerpo de reformadores. sos de la historia. Entre las señales de «alguna profunda acci6n penetran-
La misma profesión del cristianismo implica la profesión, y virtualmente el com· le en los vastos elementos de la atmósfera social y moraL. señalaba que
promiso, de hacer todo lo posible para l'eJormar el mundo. La iglesia cristiana fue
designada para hacer avances decididos en todas las direcciones - levantar su VOl. el conocimiento está extendi~ndose por el mundo; el conocim~nto penenecieole
y poner toda su energia en Jugares altos y bajos- para reformar a los individuos. a a casi cualqui.er lema en lomo al mejoramiento de la sociedad, y a la multiplicación
las comunidades. y a kJs gobiernos, Yno descansar hasta que el ReiDO Yla grande- de las comodidades humanas.. Las artesy lasciencias -pioneras del milenio _ están
za del Reino bajo la faz del cielo sean da&. a &os santos del Dios Altísimo, y hasta preparando el camino para que los hijos de Dios posean la tiena. Los recientes
que toda forma de iniquidad sea desalojada de la ttenaJ2 avances en las artes gráfKaS son de tal magnitud que pueden considerarse milagro-
~ Nada podria ser más evidente para demostrar que Dios está preparando este
Finney solfa decir que «si la iglesia cumpliera con su deber», el milenio UlStrumcnto para su propio uso, convertir al mundo, ysoslener el milenio EJ ro-
llegaría en «seis meses» o «tres año~, o en un breve lapso que haría del nocimiento geognUico ha abierto la faz de la tierra a los ojos del cristiano Dios
ha brindado a las naciones cristianas un acceso increible a kls paganos. Sin mencio-
evento una cuestión muy inminente. Pero Finney era radicalmente wes- nar la facilidad de alcanzarlos que pennite: el comercio, las relaciones dipklmáticas
leyano en el sentido de que su Systematic TI.eology (Teología Sistemáti- de Europa Yde nuestro propio país han abierto inmensas porciones del mundo pa_
ca) estaha tan orientada hacia la salvaci6n que nunca lIeg6 a desarrollar ~ al ~gelio :.. Dios ha exaltado la innuencia de: las naciones cristianas, Y so-
formalmente la doctrina del milenio. Aparenlemente les dej6 esa tarea metido la mnUenCl.3 de las paganas _. Ojos ha asegurado la paz generaJ del mundo
civilizado.16
a otros colegas de Oberlin.
El Oberlin Evangelist era el 6rgano más importanle que propagaba la Estos y otros desarrollos religiosos paralelos convencieron a Cowles de
visi6n de Oberlin. Entre las metas comúnmente anunciadas estaha la de que «estamos ampliamente justificados en hacer nuestros planes sobre
«llamar la atenci6n de los cristianos al hecho de que el milenio habrá de esta base: el milenio está a la vis!a».37 Los ensayos pasan luego a tratar
consistir en la total sanIificaci6n de la iglesia•." La propagaci6n del Mo- otros temas: la restauraci6n dc los judíos, el destino de los impíos, si los
vimiento de la Santidad parecía anunciar la llegada del milenio,tal como ~I años eran ljlerales o figurativos (Cowles optaba por el segundo sen-
en el siglo anterior los avivamientos con Edwards habían creado una ex- odo), etc. Para nuestros prop6silos bastará llamar la atenci6n sobre un
pectativa similar. En 1841 el Oberlin Evangelist incluy6una serie de vein- tema más.
titrés ensayos de Henry Cowles sobre el milenio. CowJes entendía que la iglesia tenía un papel en cuanto a introducir
Cowles renejaba la reforma y el fermento de la época, y observaba la el m~e~o. Polemizaba con aquellos que «piensan que Dios inaugurarfa
«ebullici6n de los elemenlos morales y sociales del mundo, portadores el ~eDlo por una suerte de milagro, y básicamenle sin ninguna partici-
de un cambio inusual» que parecía sugerir que «el presente es, o al me- paCIón humana». Creía que esto era un «terrible error. Si toda la iglesia
nos está llegando a ser, una era del estudio de la profecía•." Cowles afir- lo creyera y actuara en consecuencia, nunca tendríamos el milenio al fi-
maba que un inminente milenio era la respuesta ohvia a los anhelos de nal de los tiempos». Estos temas con matices arminianos se confirman
lodos, y dedicó cinco ensayos a delinear el estado social y religioso du- por el ataque a esos punlos de vista teológicos (calvinistas) que desalen-
rante el milenio: el reino de Cristo reemplazará los imperios del mundo; taban «el celo y la eficienle labor de la iglesia.:

110 llJ
ELSURGlMIENrO DELPREMlLENARlSMO
RAlCES TEOLOGlCAS DEL pENffiCQsrAUSMO

~rá más fácil co~~render esta sugerencia si examjnamos el paralelo


...que la salvación ti posible sólo para 105 elegidos - que el hombre no pued.a ba-
cer nada sino esperar el tiempo de Dio5 para $U cooYersi6n - que la Atvaci6n sea bíblico de cómo la VlSI6n profética del Antiguo Testamento se transfor-
una cuestt6n del destino Yno de la bOte c:leccióo - que Dios hace $U obra solo y maba a menudo ~n una posterior visi6n apocaliptica del mundo. Uno de
no solicita la participaci60 de los cristianos - que Di05 no quiere que se saIYeft si- los esfuerzos reCIentes que más nos ayudará para comprender este desa-
DO aquellos que de hecho $alva.1I rrollo ~ encuentra en el trabajo de Paul Hanson. Define la .escatología
El resultado fue colocar una responsabilidad sombría sobre la iglesia: profétiea- como
«En tanto la iglesia niegue su participaci6n, así también retardará el Mi- la perspectiva religioA que enfoca el anuncio profético ala naci60 del plan diviDO
lenio_." El último de los ensayos de Cowles es un vibrante llamado a la ~ Israel y para el mundo que el proCeta había visto desplegarse en los planes di-
acci6n, con el consejo de .esperar grandes COS3S", de .esperar grandes ~ Yque él traduce en términos de historia ooncrt:ta, política real. e instrumen-
cambios», y de esperar oposición a «los cambios en los sentimientos y re- tación humana; ~o.~ el proCeta interpreta, para el rey y para el puebio,c6molo6
planc:s del consejO dlVlOO se llevarán a cabo dentro del contexto de la historia de su
formas en la acci6n~. Se debe «vivir como si lal milenio estuviese a la propiO pueblo y de la historia del mundo.·!
puerta, y a la espera de ouestra cooperaci6n para ingresar con toda su
luz y su amor».40 Por otro lado, .Ia escatología apocaliptica_
Esto, entones, es una muestra de la visi6n milenaria que dominaba las
enfoca la ~1aci6n (generalmente de naturaleza esotérica) que reciben los elegi-
tradiciones, a las cuales nuestras investigaciones iniciales en busca de las dos ron relaClÓD a .Ia visión c:6s:mica de la soberanía de Je~ -especialmente en
raíces teológicas del pentecostalismo nos llevaron. El problema para Jo tocante a su acci6n de salvar a los fieles revelación q..... 1 - • • •
dejado • _ -'. - ..... VlSlOnanai ya han
nuestra tesis es que esta posici6n es muy diferente de la escatología que ~rrneote de lraduaren tél'UllftOSde hIStoria concreta, JX'Iítica real e los-

encontramos en el pentecostalismo. En realidad, representa lo que ge· lrumentación humana . ~ debido a su visión 1'V"c!cimista
y_o J4 --'idad
de ,- (~ que emerge de
las desoladoras rondlClOncs posteD1icas.42
neralmente se considera como lo opuesto a la teología premilenaria que
domina los comienzos del pentecostalismo. Hanson ~~a en I~ profetas preexilicos hasta Segundo lsaías un de·
¿Habremos sido desviados por las pistas que en los otros temas diri· li~do eq~no~rofé.tlco entre .Ia visi6n del reino cósmico y su traduc-
gieron nuestra atenci6n al perfeccionismo de Oberlin como quizás la Cl6n a ténnmos hist6ncos-: la «tensi6n vital entre visi6n y realidad que
clave del puente entre el metodismo y el pentecostalismo? No necesaria- está en el corazón ~e ~na religi6n genuinamente ética_." La escatología
mente. Hay una forma de reconstruir la relaci6n entre posmilenarismo y
premilenarismo que hace de la visi6n radicalmente optimista de Oberlin
:1
es ~unto de ~nl1nwdad cuando la profecía comienza a volverse apo-
calíptica, a medida que la tensi6n entre la visi6n y la realidad comienza
un paso decisivo en el camino que lleva de uno hacia el otro. a ro.~perse,.c~ando la experiencia del mundo no puede ya vincularse con
la VIS~6n religJ~. A pesar de las diferencias entre .la forma de la esca-
t?IDgla profética y la apocaliptica, debemos señalar que la visi6n esen-
Lo profético contra lo apocalíptico Cial de una restauración sigue siendo la misma en ambas, la visión del
pueblo de Jehová restaurado en tanto comunidad santa en una Sion glo·
Esta teoría supone la aparentemente paradójica afmnaci6n de que fue rificada_ .44
precisamente el ala más radical del posmilenarismo que eventualmente . Para H~~ entonces, lo apocalíptico es un esfuerzo por mantener
se sinti6 más tentada a adoptar la posici6n premilenaria. El posmilena- mlae:t~ esa V1S1~D,. ante una nueva realidad histórica que requiere un
rismo, especialmente en su versi6n radical de Oberlin, prometía más de anális~ más pesumsta del curso de la historia y del potencial de la instru-
lo que podía cumplir. Provocó esperanzas Yenseñ6 a tener expectativas mentalidad humana. La respuesta es transferir la responsabilidad de lle-
de un milenio inminente que nunca se materializó. El optimismo se di- var a cabo ~a .restauraCl6n, a una voluntad divina suprahist6rica.
solvi6 en desesperanza. La única forma de sostener la esperanza del La. tr3l1Sl,:,6n de la escatología posmilenaria a una escatología premi-
milenio era reacomodar radicalmente la cronología en términos del pre- lenana del SIglO XIX, en Norteamérica, se ilumina enormemente a la luz
milenarismo. de este análisis. ~n efect?, se trata en gran medida de un desplazamien-
to desde el profetlsmo étICO al apocalipticismo ahist6rico. Por cierto que

/13
Jl2
RAlCESTEOLOGICAS DEL PENTECOSTAUSMO ELSURGlMIENrO DEL PREMI1.ENARISMO

significó un cambio de interés de lo profético a lo apoca1íptico en las do lugar a un impulso más liberal en la interpretaci6n del cristianismo, y
Escrituras. Las tendencias anninianas y perfeccionistas elevaron las aun a su abandono. Todo esto tenía lugar en el contexto de una urbani-
expectativas posmiIenarias precisamente en el momento en que los acon- zaci6n y una industrializaci6n agresivas, que a menudo castigaban a los
tecimientos comenzaban a quitarles la base de sustentaci6n hist6rica. La protestantes de zonas rurales, quienes debían migrar del centro y del sur
tensi6n entre visi6n y realidad comenzó a desintegrarse bajo el peso de de los Estados Unidos a las ciudades, poco después del impacto dejado
conOictos internos que se creaban a rafz de fuertes expectativas irrealis- por los avivamientos.
tas, Ybajo ataques externos la historia tom6 nuevos rumbos que insis- Para muchos, la visi6n posmiIenaria se torn6 impensable dentro de es-
tentemente, y cada vez más, acentuaron el abismo entre la esperanza te contexto. En lugar de que el mundo se estuviera volviendo cada vez
milenaria y las experiencias hist6ricas concretas. La única manera de mejor, muchos veían una dec\ioaci6n progresiva y un mundo que se volvía
mantener la esperanza milenaria ademlls de su inminencia, era poner las cada vez ?""r. !,-n efecto, las batallas literarias entre los posmilenarios y
piezas de esta visi6n escatológica en una nueva configuraci6n. Se con- los premilenanos a menudo señalaban una cuesti6n empírica: ¿Era el
serv61a esperanza milenaria al colocar el regreso de Cristo antes del mi- progreso o la dec1ioaci6n la mejor descripci6n de la direcci6n que toma-
lenio para constituirlo el evento extraordinario que salvaría el creciente ba la cultura? Los posmilenarios y sus aliados más próximos, los defen-
abismo entre la esperanza y la realidad hist6rica. sores liberales del progreso, apelaban (como Cowles lo hacia en una cita
ante~~r) al mayor .mve~ de a1fabetizaci6n, al avance de las misiones, al
CI'ectm.lcnto de la CIenCia y del comercio, etc.
Una visión cambiante Los premilenarios eran los que comenzaban a tener dudas acerca de
estos sueños. Observaban la misma escena que se desarrollaba ante sus
Casi tan pronto como logr6 enunciarse, la visi6n posmilenaria de ojos pero hacían otra lectura. En 1878 comenzaron en Nueva York una
Oberlio comenzó a mostrar grietas y fallas. A medida que transcurrfan ~rie de co~erenciassobre profecías en defensa del premilenarismo que
las décadas de 1840 y 1850, comenzaron a crecer las tensiones internas, SIgUen realizándose actualmente. En 1914, en la Conferencia de Profecla
como, por ejemplo, cuando el compromiso de Oberlio con la abolici6n Bíblica realizada en Chicago, hubo un panel de discusi6n con participan-
de la esclavitud entr6 en conOicto con su compromiso con la no violen- tes que reflejaban la dinámica que había operado en su conversi6n al pre-
cia. No pasó mucho tiempo hasta que sus simpatizantes, especialmente milen.arism~, significativamente, e? la mayoña de los casos, a partir del
durante la Guerra Civil, tuvieron que optar entre la paz y el abolicionis- posmilenansmo. Entre los más tíPICOS estaba el testimonio del reveren-
mo. Estas opciones parecían posponer el milenio. La vida se volvi6 más do Howard W. Pope del Instituto Bíblico Moody:
compleja, yel mal parecía más intransigente de lo que se pensaba al prin-
cipio. Esta verdad acerca de la venida premilenaria de nuestro Sc¡t¡orvino a míen d05c:ta.
pas., probablemente PJrque no era capaz de recibirla de una vez. Cuando me grao
Después de la Guerra Civil, el posmilenarismo de los avivamientos re- dué en la Universidad y en el Seminario Teológico de Yale nueslro instructor en
cibió un golpe mortal tras otro. Las grandes olas de inmigraci6n después teología dedicó al tema dos frases, YDOS dijo que esa c:rttncia
era una ilusión ino-
de fines de la década de 1840 impusieron un nuevo pluralismo que abar- fensiva que sostenían ciertas personas llamadas -adventislaS»_
caba grandes contingentes de cat61icos (para muchos .avivamientistas»
Pero hace alrededorde vei~le años, C'uandoera pastor (congregacionalista I en Nue.
el aumento del «comanismo. s610 podía aumentar las bases para el «30- va J~g1aterra. estaba estudla.oda el lema general de las misiones, y llegué a la ron.
ticristo»). También llegaron nuevas formas de protestantismo (tales ro- clusión de que este. mundo Jamás seria convertido por medio de las agencias que
mo los luteranos alemanes, que no encajaban con facilidad en el eJhos opc:;ran en la aetual~ad_ Recordé que ueva Inglaterra ya habia tenido una opor.
IU~.ya que habLll gozadodeJ evangelio durante unosdoscientoscincuc:nra al'K:ls;
de los avivamientos ni en el del antialcoholismo), y fmalmente grandes
y SlD embargo no había ciudad, pueblo o aldea en toda Nueva Inglaterra en donde
contingentes de judíos y de otras religiones DO cristianas. Al mismo tiem- la totalidad de las personas hubieran llegado a la conversión. Esto 1~g6 a parecer.
po se dio el surgimiento de la crítica bíblica y de nuevas ciencias (el au- me un hecho desalentador ... Descubri que en los últimos cien a.ño5 de obra misio-
ge de la geología, el darwioismo, etc.) que sacudieron los puntos de vista nera cerca de (re¡ millones de paganos se habáan C'OOVenido al cristianismo. Pero
tradicionales sobre las Escrituras y sobre los oñgenes del hombre, dan- du~te .~ mismo laP'? habían nacido unas treinta milk>nes de personas, que
hablan vMdo y mueno SIR jamás haber oldo de Cristo. A ese ritmo. pensé: i.cómo

114 115
RAlCES TEOLOGICAS DEL PENTECOSfAUSMO ELSURGlMIENroDELPREMILENARISMO

vatnel' a poder alcanzarla mela? Ue~ a la conclusión de que se trataba de un ca- que. se aproximaba esIaba signado no por el progreso sino por la decli-
so sin esperanza; que este mundo jarnú se ronvertiña así ... lJegui a eA conclu- naCIón:"
sión sin referencia alguna a la enseftanza premilenaria.oU
. Este cambio habrfa de requerir la sutil adaptaci6n de visiones ante-
A medida que crecían esIas convicciones, Pope se fue predisponiendo a ~ores. Mientras que la visi6n posmilenaria había anticipado la conver-
adoptar un tiempo después, la posici6n premilenaria. Sl6n d~ mundo, las esperanzas ahora se limitaban a una evangelizaci6n
El cambio radical que tuvo lugar en el seno de los avivamientos mundial con m?ch~ may~r pesimismo acerca del porcentaje de respues-
evangélicos principales entre Charles G. rmney y Dwigbt L. Moody es tas. La evangelizaCl6n, leJOS de ser una herramienta para transformar la
uno de los desarrollos más interesantes de la escena religiosa del siglo ~tura, se volvi6 cada vez más un proceso para llamar a los «pocos ele-
XIX. Basta comparar el explosivo optimismo de rmney, citado más arri- gIdos» que debían ocuparse de la tarea de ser testigos mientras se pre-
ba, con esta expresi6n segura de Moody, medio siglo después: paraban, como una novia, a recibir al Esposo.
C:O~o quiera qU expliquemos el fen6meno, es evidente que esIa nue-
7
La venida premiknaria de: Cristo signifICa que él llegará antes del milenio: no habrá va VlSI6n escatológica arrasó el movimiento conservador de los aviva-
milenio basta que él llegue. &o es escntural. Mucha gente: tiene la idea de que el
milenio Ikgatá gracias a Jos teléfonos, Las máquinas de vapor, los transatlánticos
mie.n~os de ~es del siglo XIX, y con pocas excepciones lIeg6 a ser la
veloces, y todas las aplicaciones de la moderna civilización. Se imaginan que estas poSICl6n dommante en casi todos los grupos donde se defendían tanto el
rosas traerán el milenio, yque al final del milenio, Cristo regresará. Pero lo escri- bautismo pentecost~ como las doctrinas de sanidad por la fe. Esto apa-
tural esquc Cristo volverá antes. TIene que venir antes de su reinodc mil aaos.. Es rece con mayor claridad en la línea mayoritaria dejos avivamientos. Don-
su venida la que inaugurará el milenio. Si la visión posmilenaria fuera correcta, i.en
dónde debena comenzar el milenio? Por ciel10 que aún no ha llegado, ni parece,ría de habí~ habido resistencia hacia las doctrinas de sanidad divina (como
eslar cerca. Miren a Londres, ron sus millones sumidos en la degradacióo yel pe. en los Clrculos de Moody y Torrey), no aparece ya ninguna indecisi6n.
cado. Miren a nuestro gran país. con SUS ciudades romo OIicago, ron anarquistas Moody abri6 el camino y sent6 el tenor de esta cuesti6n." Otros lo si-
y comunistas propagando su doctrina. Si el mundo ha de: mejorarse primero, esla· gnieron rápidamente. A. B. Simpson y A. J. Gordon , por ejemplo, eran
mos todavía muy lejos del milenio. Pero lo que está presente ya la vista es la muer·
firmes defensores de esta doctrina.
te, es el pecado."

Sentimientos muy parecidos se expresarían en la (segunda) conferen-


cia profética de 1886. Deda A. T. Pierson, un lider misionero muy cono- El premiJenarismo en el Movimiento de la Santidad
cido, y defensor del premilenarismo:
En este aspecto, sin embargo, el ala metodista de las corrientes de la
¿Cuál es el verdadero carácter de nuestra civilización? Más vale que enfrentemos
los hechos. & portentosa en cuanto a las invencioncs,los descubrimientO&, las em·
santid.ad no moslró mayor resistencia. El premilenarismo, lo mismo que
presas, los logros. Pero es portentosamente mundana. A veces, yen algunos luga- la sarudad, fue una de las doctrinas más resistidas por los lideres de la
res., se muestra monstruosamente negadora de Dios, desafiante de Dios ... La N.ational Holiness Association (Asociaci6n Nacional para la Santidad).
fiSosofía ahora florece en un panteísmo refinado y poético, o bien se ha vuelto ma· FIguras como G. W. WiIson"y Daniel Steele polemizaron insistentemen-
terialisla, o sutilmente l'3cionalista, o absurdamente agn&t.ka. La ciencia OODSt.ru·
te contra las nuevas doctrinas en varios de sus libros.
ye sus sistemas evolucionistas y deja fuera al Dios pel50Qal Hombf'C$ como
o ••

Strauss y Renan, Hegel y Comte, Gocthe y Kanl, Mili y Spc:nccr, Darwin y Huxk:y, Steele era particularmente activo en estas polémicas. Observ6 que
Matthew AmoId yThcodore Parkerson e~mplosde bombresque kdebcn la edu- aque~os q~e provenían de la tradici6n reformada eran más proclives al
cación, el refinamiento, la cultura, a la misma fe CTÍSliana que alacan o •• Tenemos la premilenansmo, lal como lo revelahan las estadísticas recogidas entre los
fonna más madura de la civilización mundial, pero de. tan madura e.sta podrida ••.
y esa terrible anarquía que es el resullado final del ateísmo amenaza hoy mismo con
convocados ~ asistentes a las conferencias sobre profecla. Sentía que las
disolver la sociedad ... uescra edad de oro está kjos de: preanunciar siquiera la nuevas doctnnas eran una afrenta a Jos temas caraderisticos del meto-
promesa del milenio.41 dismo:

Este análisis termin6 por elaborarse y desarrollarse como una letanía co- Podemos entender que un calvinista tradicional, que cru en la gracia irresislibk,
rriente de los «males del siglo> y de «las señales de los tiempos>o. El final pueda 8CeplarCSla doctrina; pero cómo un arminiano, enseAado a exaltar la liber·
tad humana y el poder pemaasivo del mensaje evan~lico para la renovación de la

lló 117
ELSURGlMIENfO DEL PREMILENARlSMO
RAlCES TEOLOGlCAS DEL PENrecosrAUSMO

d.reera un predicador metodista - pe-ro cuando el Sei'lOrme baulizó('OQ el Espíri-


YOIuntad mediante la obra del Espúit\l Santo que aplica la verdad, asentida por el tu Santo y con fueJO, en 1868. ~I cremó el metodista, junto roo el m&5Ón, el miem·
intelecto, y • rectw.ar la Alvaci6n por simple $OberanL'a divina, puede aceptar la b~ del dub del Odd FeUow, el presidente de la universidad y el candtd.ato al
idea milenaria del triunfo universal de Cristo, sobrepasa mi pobre imaginaci60.'1 eplSCOp8do. 54

EsIa correlaci6n lambién fue observada por otros" y nos permite expli- George D. Watson, un evangelista del sur de los EsIados Unidos y au-
car por qué el ala melodista del Movimienlo de la Santidad logr6 resis- tor prolífico (~ecuentemente sobre temas escatológicos, y la necesidad
tir más tiempo la presi6n, al punlo de que aun en el siglo xx, cuando A. de que la -nOVl.,. santa se prepare para encontrar al -esposo») cambia
M. Hills escribi6 la primera leologla sisIemática del movimienlo. se en- de parecer alrededor de 1896: '
frenl6 con un dilema en esle punto. CongregacionalisIa educado en Ya-
le y Oberlin, era firmemente posmiIenario, pero su denominaci6n, la Durante veinte o lreinta aAos de mi vida acept~ la vieja doctrina católica, aceptada
recientemente formada Iglesia del Nazareno, era predominantemente por la ma)'~)f'Úl. de los protestantes, de que la segunda venida de Cristo sería des-
~ del milenIO, y durante el tiempo del juicio fl1tal Luego., por algul105 a1'tO& me
premilenaria. Resolvi6 el problema al producir una teología sistemática se~t( intranquilo con esa visión de las cosas, porque veía muchas partes de las Es-
con dos escalologlas, una posmilenaria suscripta por é~ y una premile- ~tu~ que no hallaban una interpretación razonable dentro del marco de esa vie-

naria escrita por un líder de esa comente.» j8teona.


Pero hasta Steele mostraba los signos del cambio que se producirla
A ~eDZ?' de 1896~ntt.orar muy fervientemente para que el Espíritu San-
en el Movimiento de la Santidad hacia fIDes del siglo XIX. La doctrina de lo me iJummara las págmas de las Escrituras que hablaban sobre este tema. I:>o6 o
Aetcher sobre las dispensaciones aparece frecuentemente comentada en tres seman~ dcspuis el Espíritu, de: manera sorprendente, comenzó a abrir en mi
los trabajos de Steele, y estas exposiciones solían publicarse en diversas mente. del libro del Apocalipsis, las padbolas de Jesús y otras Escrituras., que ha-
~Iaban sobre el regreso premiknario de Cristo. y esta luz sobre el tema no ha de-
revistas del movimiento. Ya hemos señalado ellJarnado que Steele hizo Jado de aumentar desde entonces.~
para que se adoptara el vocabulario de Pentecostés.
En donde ya estaban estas ideas en forma germinal, la transici6n al .Alrededor de la década de 1890, W_ B. Godbey sostenía que el Movi-
posmilenarismo se dio en forma natural. Del mismo modo que el posmi- mlento de la Santidad era mayormente de convicción premilenaria:
lenarismo puede verse como el correlato social de la doctrina de la san-
Algu~ adamaban: ociMirad, allí viene!. 1.0 he estado gritando durante veinle
tificaci6n total - tanto en el énfasis de ambos en el papel del agente
aflo5. lQué hermoso torrente de luz que est~ inundando el mundosobreesle tema!
humano como en el proceso de transformaci6n gradual que culminaria 5?lo dos años alrás el hermano Camdine recibió luz al respecto y comenzó a pre-
en la derrota del pecado y del mal en la sociedad, desde dentro de la his- ~~ y el Dr. Wa~ predkó su primer sermón sobre: este lema. y durante los
toria _, también puede verse el premilenarismo como el correlato social ullun05 ~ ha habido una constante revelación sobre estas rosas.. No exisle uno
de cada mil hombres santificados que no est~ esperando el pronto re.....-n d I
de la doctrina del bautismo del Espíritu Santo - con el énfasis de ambos Seftor..16 b"- e
en el hecho instantáneo de la transformación, el agente divino, y la res-
puesta humana de _esperar Y velan- basta la llegada de la bendici6n, y En _1897, Martin Wells Knapp, el editor de la revista God's Revivo/isf
de la _bendita esperanza». anunCió una nueva política, al indicar que I

As~ hacia mediados de la década de 1890, los líderes del ala más
radical del Movimiento Metodista de la Santidad se habían welto pro- la ~eta de La ~ es pr:sentar la experiencia penlecostal como la base de una gc:.
Duma re:~~ de la vida e~ el i~ividooyen la igJesia. Yno dejal'" de ~ningu·
pulsores de esta doctrina. Este cambio podría ser ejemplificado profusa- na doctrina bibhca que es un IncentIVO para esta vida o un resullado de la misma.
mente, pero bastarán algunos casos. W. B_ Godbey revela algunas de las Est~mos totalmente persuadidos de que una de estas doctrinas es la de la segunda
luchas que tuvieron que pasar tos líderes en relación con esta doctrina: venid~ de.nuestro Señor, com~ se la ensefla en el Nuevo Testamenlo, y que toda
cxpc:~n~ penlCCO!ital plena Incluye. esta expectativa pentCC'OStal de la venida del
Un gran evangelista de la santidad le dijo al hermano Picket1: ..Soy un posmilena. Rcr. SI b..en no se sustituye en ningún sentido de la palabra la obra santificadora de
rio_. En respuesta al requerimiento del hermano Pickett de que diera la razón. di· Cnsto: sm embargo deseamos llamar la atenc~ sobre ella, concedi~ndole su lugar
jo: .Tengoque ser posmilenario para poder ser metodista». Cuando me lo dijo el aproplado en estas ~umnas, y lal vez le dediquemos por un tiempo una mayor
hermaDO Piekeu me causó mucha pena, porque me había alepado de que ese her- atención de la que hubiéramos querido, para reparar la negligencia del pasado.S1
mano, lo mismo que yo.. se hubiel7l alejado del metodtsmo.. 'aci metodista -mi pa-

1J9
118
RAlCES TEOLO GICAS DEL PENrE cosrAU SMO

Es as! que para comienzos de siglo, al meoos el ala más radical


del
.
Movim iento de la Santida d habla incorpo rado este tema a su teología
había sido para Oberlin medio si-
La santificación no era ya - como Jo
glo antes- una parte de la transfo rmació n del mundo obrada por Dios,
ni su modo de inaugu rar el milenio. Como expresaría C. W. Rutb en su
predica ción durante una campañ a: «¿Qué es el movimiento de la santi-
bo-
dad sino un llamad o de Dios a su pueblo a poners e el vestido de
das?».~
Con este desarro llo se habla termina do de prepar ar el escenar io pa-
ra el surgim iento del pentecostalismo. Casi todas las ramas de los aviva-
de
miento s de fines del siglo XIX estaban enseña ndo de una manera o
otra todos los temas básicos del pentecostalismo, con excepc ión de la ex-
perienc ia de la glosolalia o «el hablar en lenguas».

120
102
R.O..... u.
Poder Pentecoatal
- .... -
Acso.1J: 1-1

EPILOGO
1. U • Di - Di. mes
• la cru, p~ • di· mOl coo fer·.or;
jan-lo.
2. Cual vi ·vo fae-goo ftD-da-ftl.IOblb;u-lo d~·ce~·der.
3. Me-dian· te fe y ~. t&. d6u, El ac' Jo Tú.· bri - rúo,
•. De..tru-ye el e-lO - U - mo, ,i.
y que - IDa lo - do mal,
El surgimiento del p~tecostalismo
I

Nuestra investigaci6n de las ralees teológicas del pentecostalísmo nos


ha llevado nuevamente al eomienzo. En el primer capítulo de este li-
bro afirmábamos que solamente poniendo entre paréntesis el fen6meno
eonocido eomo «hablar en lenguas» podríamos entender la naturaleza
&e - g{ao tu
•• di - cho, oh, Je· sús. Man-d. el COD-50 . 1& - doro del pentecostalísmo desde una perspectiva teológica y eolocarlo en su
y pue-da boyen ca· d. cual Su tem-ploes-ta - bIe ar. eonteJ<1o eclesial y teológieo. Entonees nuestro análisis nos llev6 a la iden-
El san - to fue-go ha- rás, be • ju Y DO. • • vi • va.~.
Ven, vi • vi - fí • ca - DC» • • qul. Con fue - co ce· Jes· tial. lificaci6n de cuatro temas cristológicos que definían la8"Sta/t del pensa-
I tt~ miento y eÚJos pentecostal es: Cristo eomo Salvador, eomo Bautizador
en el Espíritu Santo, eomo Sanador, y eomo el Rey que viene. Esta des-
cripci6n se eonfirm6 por medio de la explicaci6n lógica que subyace al
uso de estos temas en la ret6rica penteeostal.
Este cuádruple análisis ahora se ha eonfirmado en la medida en que

_.. - .
Sí, ttlan..da o-tra lluvia, ¡Oh buen Sal-va - dar! Y con tu gran
nos ha permitido una descripci6n de los procesos hist6ricos y teológicos
en los que surgieron estos temas y se unieron hasta formar la tradici6n
pentecostal. El primer tema ubica el penteeostalismo dentro de la tradi-
~ 11 .......
ci6n de los avivamientos que apuntaban a la eonversi6n del individuo. El
segundo tema es el que proporciona la clave, y los capítulos 2, 3 Y4 fue-
ron dedicados a trazar la evoluci6n de la doctrina wesleyana de la santi-

-
ficaci6n total hasta eonvertirse en la doctrina pentecostal del bautismo

fae - go, •• ví - va- nos, Se - dor. IOb! da· De.


... 1
~
-
la lluvia, del
del Espíritu. Hacia flDes del siglo XIX, el movimiento de los avivamien-
tos populares norteamericanos, el movimiento específicamente vincula-
do eon la santidad y la atmósfera más amplia de espiritualidad que ponía
el acento en «una vida cristiana profunda», estaban impregnados de la
ret6rica pentecostal y diversas variantes de la doctrina del bautismo pen-
teeostal del Espíritu Santo.
Con este bosquejo ya aclarado, el resto de la historia termina de eon-

-
formarse. Se hace evidente en el capítulo 5 que el surgimiento de la sa-
nidad por fe,si bien tenía ralees más amplias, puede verse en gran medida
i-..l~"', eoa po-du. ce -les-tiaJ.
eomo la radicalizaci6n de la doctrina de la santidad instantánea, en la
cuallas eonsecuencias del pecado (j.e.,la enfermedad) tanto eomo el pe_
cado mismo son superados por la expiaci6n y derrotados en esta vida.
Del mismo modo vimos en el capítulo 6 CÓmo la lógica interna y las trans-

123
RAlCES 'IEOLOGlCAS DEL PENfECOSTAUSMO ELSURGIMIENfO DEL PEIITECOSTAUSMO

formaciones del tema de la santidad durante el siglo XIX se fueron vol- de nuestro ScOOOt, c.l altar estaba abarrotado de personas que buscanban la salva·
ci6n.\
eando hacia la cuesti6n del premilenarismo de modo qu.e aproximad:'-
mente en 1900 este tema se uni6 con los otros para produar el eevangelio Martin WeUs Knapp estimulaba a «aquellos que desean desparramar
cuádruple> o ecompleto>, que se encuentra en el corazón del pentecos- las bUen nuevas de un evangelio pleoo a que lo hagan mediante la cir-
talismo. culaci6 de este folleto> que conteoJa .Jos chispazos eléctricas> de la
U na vez que se pudo identificar esto, es asombroso advertir hasta qué ebaterí peotecosta!>.2 Dos años más tarde, en las mismas reuniones,
punto estos temas parecerían penetrar en el evangelicalismo popular y abundaban las expresiones como eYo sé eo quién he crefdo. El Señor es
el fundamentalismo de fmes del siglo XIX. En efecto, se podría argume~­ mi Salvador, Santificador y Sanador, es el Rey que vieo...'
lar que toda la red de instituciones y movimientos vincula~os con ela V1- Eo efecto, cuando el peotecostalismo surgi6 algunos años después, los
da cristiana superior> constituía hacia comienzos de este siglo una suerte Ifderes del Movimiento de la Santidad recooocieron que era solameote
de combustible prepentecostal que esperaba la chispa que faltaba para el don de lenguas lo que lo separaba de sus propias enseñanzas. Por ejem-
encenderse. Se podría ilustrar este hecho ampliamente. Unos pocos plo, el revereodo B. W. Huckabee, editor del Penlecoslll1 Advocale (una
ejemplos hastarán. . . revista pr6xima a los orígeoes de la actual Iglesia del Nazareno), comeol6
Hacia fines del siglo pasado, el Movimiento de laSantJdad propIamen- después de haber cooocido a aJgunas persooas eque bablaban en len-
te dicho estaba interesado no sólo en la reforma penlecostal de la doc- guas> una carta de un amigo doode le señalaba que
trina wesleyana sino también, y más especificamente - a pesar de los
esfuerzos del liderazgo a nivel naciooal por oponerse a dCSV1aClooes del predican el evangelio completo, y ponen énfasis en el ministerio de la santidad y
también en la universalidad de la invitación del evangelio. &sellan con gran con-
enfoque central- eo los temas del evangelio«cuádruple>..HaIlamos una
vicción el regreso inminente de nuestro Señory la necesidad deser Denos del Espíri-
viva ilustraci6n en los informes de las reurnones que tUVJcron lugar en tu Santo, como una preparación para ese momento de éxtasis. Enseñan la sanidad
Cincinnati durante un campameoto en Salvatioo Park Camp, uno de va- drvina; en realidad es el evangelio completo, tal como lo conocemos., ron el agrega-
riosencuenlros de este tipo. En esta serie de volúmenes que aparecieron do del don de lenguas....
bajo el título de E/eeme Shocks from Penleeosla/ Batteries (Choques
Allinal del capftulo 4 notábamos que hacia 1890, A. B. Simpson, la fi-
eléctricos de las baterías pentecostales) aparecen los cuatro temas que
gura principal detrás de la Alianza Cristiana y Misiooera, que estaba a
hemos desarrollado eo nuestro estudio como parte del principio organi-
mitad del camino entre las corrientes estrictameote «de la santidad> y
zador de los informes. Eo el prefacio a la edici60 de 1900, Martin WeUs
los promotores más amplios de un avivamiento premileniario de fines de
Knapp citaba las palabras de Seth Cook Rees:
siglo, babia enunciado su enseñanza en un evangelio de «cuatro puntos»
Hem05 estado en el ministerio del evangelio de Cristo durante veintislete al'Jos., y expresado en el lema «Cristo nuestro Salvador, Cristo nuestro Santifica-
este campamento ha sido lo más próximo a un .regreso a Pent~tés- de ~ que dor, Cristo nuestro Sanador, yCristo nuestro Rey que viene». Esto es una
jamás hemos presenciado; no porque hayan encontrado la satvad6n o la santlr.ca-
formulaci60 obviameote muy pr6xima a la pentecostal, que sólo requie-
ci6n alrededor de quinientas personas en estos diez dras, ya que en algunas opor-
tunidades: hemos visto ma>"Or número de personas en igual lapso. Pero nunca antes re cambiar el segundo punto por eCristo el Bautizador con el Espfritu
beCD06 visto una obra tan profunda y satisfactoria romo la que se llevó a cabo aquí. Santo>. A mediados de la última década del siglo XIX, Simpsoo se incli-
Las C'On'o'ersiones ysantifteaeiones fueron más datas, ~nnMSasy~eot~ No me- naba, especialmente en sus estudios bíblicos, hacia un leoguaje más
no& de cien personas fueron ungjdas para obtener sanidad, segun el cap'~ulo S de
explfcitamente pentecoslal. No oos sorpreode por lo tanto que cuando
Santiago; y una gran proporción recibió e.1 testimonio instant:.lneo y definido en su
cuerpo de que habían sido 58nad0i5. Tal vez. en igual proporción que aquello6 q~ surgi6 el peotecostalismo algunos observadores creyeran que se trataba
buscaban y recibieron c.l testimonio de su sanidad, fueron 105 que buscaban y~­ de una división interna en la Alianza Cristiana y Misionera.
bieron salvación. En este campame.nto, el Espíritu Santo ha dejado nuevamente ~n Pero estos mismos cuatro temas también pueden encontrarse - aun-
e.fc.cto la vanidad de aque.llos que afmnan que permitir un lugar a la sanidad de.n- que un tanto suavizados- eo el evaogelicalismo popular de comienzos
uodel McMmiento la Santidad, va en detrimentode la «santidad•. Concxemos baso
tante. el trabajo que se hace. en los campamentos, y nunca hemos .as~lido a un de siglo, más vinculado con las iglesias reformadas. Ya oos hemos refe-
campamento en donde se advirtiera a la gente que éstas ~r.1O .desvtaC1ones... que rido a varios de los libros de Adooiram Judson Gordnn, una figura Uder
tuvieran el poder que aquí se manifestó. Después de predicar acerca del «Retomo

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RAlCESlCOLOGICASDELPENfECOSTAUSMO ELSURGlMlENfODELPENfECOSTAUSMO

detrás del evangelicalismo de Nueva Inglaterra. Para ver su grado de tos estremecimientos podía realmente saber lo que era el Espíritu San-
compromiso con los temas del evangelio de los cuatro puntos sólo tene- to».7
mos que observar sus libros más importantes: The Ministry ofHeaJinp; or, Cualquiera sea la razón, hacia fInes de siglo los líderes más modera-
Mirades of Cure in AIl Ages (El ministerio de la sanidad o milagros de dos del Movimiento de la Santidad estaban ya advirtiendo en contra de
curación en todas las edades), (1882); The Twofold Life; or, Chrisl's Worlc ilreocuparse ex~ivamente por buscar señale.s ~ísicas yemocionales. Así,
for Us and Chrisl's Worlc in Us (La vida en dos niveles O la obra de Cris- eh 1891, el metodista Asbury Lowrey, al escnhlf en las páginas de la re-
to por nosotros y la obra de Cristo en nosotros), (1883); Ecce Venil (He vista Divine Life, contraponía la clásica doctrina wesleyana de la seguri-
aquí que él viene), (1889); y The Ministry of!he Spiril (El ministerio del dad contra la actitud de «esperar cualquier signo exterior», en un ensayo
Espíritu), (1894). También hemos notado que un patrón similar puede titulado «Evidencias de la plena salvación».' La cuestión estaba eviden-
distinguirse en los escritos de R. A. Torrey, presidente del Moody Bible temente Dotando en el ambiente, y no deberíamos sorprendemos de que
Institute a fines del siglo pasado y comienzos de éste, y que hoy se recuer- al finalizar el siglo ya se la presentara explícitamente. Una vez que la cues-
da en parte por sus apasionadas polémicas en contra del pentecostafis- tión salió a la luz, el relato de Pentecostés en Hechos, especialmente des-
mo. El evangelicalismo popular de aquella época estaha realmente a un de la lectura de ciertos textos paulinos en 1 Corintios 12-14, proporcionó
milímetro del pentecostafismo. una respuesta a medida; la «evidencia de hablar en lenguas desconoci-
Esa pequeñísima diferencia era la experiencia de hablar en lenguas das».
como evidencia de haber recibido el bautismo del Espíritu Santo. Este El fenómeno de hablar en lenguas no era desconocido en esa época.
fenómeno DO era UD aspecto natural de las corrientes que hemos anali- Numerosas investigaciones de los antecedentes de la práctica pentecos-
zado en este estudio, y es, en efecto, un significativo novum que coloca tal contemporánea han compilado listas de informes de manifestaciones
al pentecostalismo a cierta distancia de otros movimientos «de vida su- ?"",ridas cada vez con mayor frecuencia, desde 1870.9 Algo que puede
perior». Sin embargo, la cuestión de esta 4<evidencia» no era cnteramen· Ilustrar estos brotes, aunque no ha sido incluido en estas listas, es el epi-
te nueva ni enteramente extraña a estos círculos. sodio que tuvo lugar en 1881, durante un campamento para la santidad
Desde la época del puritanismo y del metodismo, la cuestión de la se- en el centro de los Estados Unidos.
guridad de la salvación había estado en primer plano. La preocupación
propia de Wesley acerca de la presencia de frutos morales del Espíritu Un día, en medio de un gran sermón, una mujer de CaITOl County, proCesanle de
la sanlidad., cayó al suelo en medio del pasillo. Esto en s( no dio que pensar, ya que
como un testimonio de confinnación representaba una influencia mode- ~erse de vez ea cuando es algo que uno puede esperar que suceda. Pero k> que na-
radora en sus enseñanzas. pero su disposición a hablar de un «testimo- dIe esperaba que sucediera, sucedió eo este caso. Varias hennanas tuvieron que
nio directo del Espíritu Santo» fue un punto importante para que se lo ocuparse para que no ofreciera uo espect.áculo poco edificante. Inmediatamente
acusara de «entusiasta».s Esta preocupación apareció de diversas mane~ comenzó a anicular una serie de palabras que rimaban, y a cantarlas con una ex.
lra~ melod(a. Siguió haciéndolo hasta que el servicio se arruinó y todo el campa-
ras durante el siglo XIX y a menudo terminó radicalizándose junto con mento se transformó en un alboroto. Aunque parezca extrafKl., el públicosedividió.
los otros desarrollos que hemos venido observando. AJgunos decían que era una repetición de 10 que sucedió en Pentc:c06(~ cuando
En Phoebe Palmer y los comienzos del Movimiento de la Santidad, es- hablaron en lenguas desconocidas. Pero tockx los predicadores que estaban pre-
tos temas estaban atemperados, aunque sí había controversias acerca del ~ote¡", sin excepción. opinaron que era cosa del diablo. En el campamento las opio
mones estaban tan divididas que tuvieron que manejar las cosas ron enre.mo
papel del «testimonio» como evidencia de haber recibidn «la bendi- cuidado. JO
Hacia fines del siglo XIX, sin embargo, las cuestiones acerca de
ciÓ(})lo.6
«la evidencia» comenzaron a ocupar un primer plano. Aunque induda- Este incidente üustra el hecho de hablar en lenguas y también anticipa
blemente se trata de un caso extremo, Hannah WhitaU Smith dejó un in- la diversidad de interpretaciones que provocada la práctica unas déca-
forme acerca de un tal doctor R. en escritos que fueron publicados das después.
después de su muerte, que afirmaba que «el bautismo del Espíritu San- Vale la pena advenir que estos incidentes ocurrían en muchas partes,
to era una cosa física, que provocaba deliciosos estremecimientos desde aparentemente sin vinculación entre sr. Parecen haber surgido espontá-
la cabeza hasta los pies, y que nadie que no hubiera experimentado es- neamente en muchos contextos. En Suecia, por ejemplo, Lewi Pethrus,

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RAlCES"IEOlDGtCAS DEL PENrnCOsrAUSMO

que luego fue el líder más importante del penteooslalismo en ese país,
informó acerca de una experiencia similar en 1902. Aunque era bautis-
ta, en su juventud, Pethrus había oído acerca de la doctrina del bautismo
del Espfritu Santo por boca de unos oficiales del Ejército de Salvación. Notas
Esto le suscitó la pregunta de si esa experiencia era también para el día
de hoy. Tiempo después, en 1902, regresaba a bordo de un rerry de una por UD lado, Ypor el otro, si se busca
reunión de oraciq.> en casa de unos propulsores noruegos de la «expe- la primera dedaraci6n completa de la
,
riencia de la santiJad>o, en donde se había hablado acerca de la vida eris- Capítulo 1 teología peDleco&tal, o su primer im-
pactoa nivel mundial. El interés teoló-
tiana profunda y de la sanidad divina. Mientras caminaba por la cubierta
gico de la presente obra 006 obliga a
del barco y oraba, tuvo una experiencia en la que «por influencia de un 1 Cad Bcumbeck, Whal Meaneth This?: acentuar el enfoque en el primer be-
gran poder que llenó la totalidad de su ser, comenzó a balbucear pala- A Penll:costal AlUWer lo a PenleCQs141 cho. Para esta cuestión, ~r Leonard
bras que no entendí""." No fue sino cinco años más tarde, cuando le lle- Queslion, Gospel Publishing Hoase, 1...oYetl, tl8lack Origios oC ahe Pente-
Springfield, Mo., 1946- costal Movemenb, en Synan, AspeCl$
garon noticias de los avivamientos de la calle Azusa en Nortearnérica, 2 Verla bibUografíaen HoraceS. Ward, 01 Penltcosta/-Charismotic Origins.
que Pethrus recibió los conceptos que le permitieron interpretar su ex- lr., eThe Anti-Pentecostal Argu- pp. t23-t4t.
periencia como el haber «hablado en lenguas», es decir, signo visible de ment», en Vinsoo. Synan., ed., tlspects 7 Véase esta tendencia enel cap. 2.«An-
haber recibido el bautismo del Espfritu Santo. 01 PentecwtaJ-Olarismatic OrigilU, tecedents oC Modera Pentecosta.
1...og05 lntemational, Plainf.ekS, N. J., lis m:., en John T. Nichol,
Así podemos entender mejor el contexto en el que, como decíamos en 1975, pp. 99-l22. Puede advertirse: la PenluostD/ism, 1966. reimpreso por
el capítulo 1, un evangelista independiente del Movimiento de la Santi- equivalencia entre: pentecostalismo y Logos lntemational. PlainfiekS, N. J..
dad, llamado Charles Fax Parham, describió un incidente en el Instituto glosolalia, JXlr ejemplo, en una de las 1971, bajo el título 77v: Penlecostals,
Bíblico Bethe~ de Topeka, Kansas, de esta manera: primeras criticas, hecha por el lutera- pp. 18·24, un tratamiento usual típico
no H. J. Stolu; aunque publicada ori- de la historia del movimienlo. Esfuer.
En diciembre de 1900 teníamos 106 exámenes sobre k:6 temas del arrepentimiento, ginalmente como hntecostaüsm zas más recientes tratan los desarro-
la conversión, la consagración, la santifteación, la sanidad, y la pronta \ICI1ida del Augsburg. Minneapolis., 1936, se h~ llos de fines del siglo pasado en más
Sei\or. Habíamc:ls negado a un punto difícil de nuestros estudios.. i.Qui pasaba con una reimpresión en una edki6n 00 detaUe. Ver especialmente Frederic:k
el segundo capítulo de Hecbos1 _ Puse a 105 alumnos a esfudLar diligentemente so- modificada en 1963, bajo el título Dale Bruner, A Theology 01 1M HoIy
bre todo k> que conslituyera una cvidc:Dcia biblia del bautismo del Espíritu San· Speabng in Tongues. Spiril. Wm. B. Eerdmans. Gran<! Ra.
to. 12 3 Kilian McDonnell. DsarismaJic Rene- pids,I970, pp.lS·55yel apéndice rela·
wal and tM ChllrcMs, SeabuJ)', Nue- cionado; Vioson Synam, The Holiness
Fue esta tarea, al menos de acuerdo a los informes posteriores, la que ya York, 1976, la mejor guía en Penlecostal Mqvemet in tje Uniled
existencia actualmente para la cre- States. Wm. B. Eerdmans. Grand Ra.
algunos días después llevó a Agues N. Ozman a «recibir el Espfritu San- ciente literatura social cientiTica sobre pids, 1971; Yel ensayo de 1975 citado
tO»1 y supuestamente a hablar en el idioma chino. Este acontecimiento el tcma de la g10s0JaJia. más amba de George H. Williams y
suele tomarse como el comienzo del penteoostalismo. 4 JobaT. Bunn, eGlossolalia in Histori- Edith Waldvogel, cA History of Spea.
Este libro deja muchas preguntas sin contestar. Sería tentador perse- cal Perspective», en Watson E. Milis, king in Tongues and Relaled GiCts-,
ed., Speabng in Tonglles: úes TalJ: que ya contiene anlicipa¡ de la diser·
guir el desenlace de muchos temas identificados en este volumen; por Abolir 11, Word Books. Waco, Te.x.. taci6n doctoral de Waldvogel, eThe
ejemplo, el surgimiento de la doctrina de una santificación como «obra 1973, p_ 46- 'o\'-erroming LiCe'; A Sludy in (he Re·
acabada_, que dividió al pentecostalismo en grupos a ravor o en contra 5 George H. Williams y Edith Wald\IQ. fonncd EYangelical Origios or Pente·
de ella. Pero este y otros temas vinculados son parte de la historia y no gel. ~ Hislory of SpeaL:ing in Ton. COSlallsm_, tcsis para el Ph. O. de la
gues and Relaled Gifts», en Michael Harvard Divinicy School, 1977. En la
de la prehistoria del pentecostalismo. Pertenecen a un estudio de la ms- Hamilton, ed .. 77v: C1Jarismalic Mo- literalura que subraya al Movimienlo
toria teológica del movimiento, y no a la búsqueda de sus rafces teológi- ~menl.Wm. B. Eerdmans, Grand Ra- de Jrving como antecedente están An·
cos. pids, 1975. especialmente pp. 81-89. drew landale Drummond, Edward
6 Este tema conttoYenido depende de lrving and His arde, JndlldingSo~
si se quieren subrayar los orígenes ComithrationsoltM 'TonguuMm-e-
blancos Onegros del pentecostalismo. mLnl' in 1M Ughl 01 Modern psyelto-

128 129
RAlCES TEOLOGlCAS DEL PENrnCQSTAUSMO NOTAS

logy, James Cla.rte, Londres., 1937; BueDOS Ain:s, 1976- FailA Mow""'nl, Tri..state Printin& 21 Raymond L Cm: ha reunido}os escri-
l..any Ouistcnson, .Pentecostalism's 12 ElenunciadocompletoesláenNicboI, JopIin, Mo.• l93O; nUCY8 edición, Hun. tos de Aimee Semple McPberson en
Forgouen Porerunncnt. en Synan, Penteoostalism, pp. 4-5. Nicbol usa es- ter Printin& Joplin, Mo., 1969. pp. 51- tomo a este patrón bajo el nombre de
Asptets o/ Penlt:costal-Ouuis17U1lic te hecho para clasiflCaJ' al peotC(.."()&. 52. Ver ese mismo palrón en una de 1M FOJU-Sqvare Gospe/, Pou~uare
Origins. pp. 15-35, UD resumen de A talismo como un subgrupo del sus propW: predicaciones, el serm60 Publicatioos, Loo Angeles, 1969, p. 9.
MUSDge 10 1M Os4rism41ic Mow- fu.ndameotalismo norteamericano, o titulado .EamestJy Contend far lbe Ver la forma similar de t:XpIUar la
menl, Dimension, East Wc:ymouth, evangelicalismo. Faith Once DelM:red lo tbe Saints-, dextrina pe:nte:COSlal en Gran Bre-
Mass_. 1972; y Cbarles Gordon 13 David W. Faupe!, 11te A"",rican Pen- en Robert L Parbam.com.pilador, Se- talla. en el trabajo de George Jeffreys.
Straeban, 1M: Penlt:co.sta/ TMology terostaJ M~menl: A &DliographicaJ /ecled SennotU oJ the ÚUe CItarles P. fundadordc la E1im Foutsquare Gas-
o/ Edward Irvin" Darton, Longrnan Euay, en las publieaciooes bib~­ ParhDm. Sarah E. Parham, Co-Folm- pel AULance. cuyu ensebnzas apare-
aod Todd, Londres, 1973. ricas ocasionale¡de la Biblioteca B.I..- ders 01 lhe Original Apo.rlolic PailA cen en 1M Mirtu:ll/olU FOllTsquare
8 Hay una inveslipci6n de la literatura Fisher, número 2, Biblioteca B. 1..- M~tMnl, 1941, pp. 9-22- Gospe/-DtxlrinaJ, vol 1, FJim Pu-
existente en la obra de McDoonell. F"lSher, Seminario TeoI6gjco Asbu.ry, 17 As{ se informa en el ensayo de Par- blishing House, Lond.... 1929, espe_
~r;.smalic Renewal and Ihe Wilmore, Ky., 1m siguiendo la línea bam..Tbe Latte:r Rain-,y mis exten- cialmente el cap(tuio 1, pp. 1-11. De
OUlTcItd, un esfuerzo por refutar las del trabajo anterior de Everett L samente en Agnes N. Ozman modo similar, D. Weolcy MyIand, en
teorías del factor .carencial_ en el SUf- Moore, .Handboot of Peotecostal LaBe:rge, Whal God HalA Wroughf, 11Jt: Lalkr RDin Cm>enant and Penu-
gimiento del penteeoslalismo. Denominatiom in the United StatCS», HeraJd Publishing, Oñcago, sin fecha. coslal Pawer witlt Tnli",",nieJ of
9 Esta tendencia se pone en evidencia, tesis de maesl.ría, Pasadena CoUege, 18 Se ala esta afirmación en ReügioKJ Healings and Baptism, Evangel fu-
por ejemplo, en la mejor interpreta- 1954, y Klaude Kendrick., 1M Promi- Bodies: 1936, \101. 2, parte 1, U. 5. Oo. blishing House, Chicago, 1910; reim·
ción teológica del pentecostalismo es.- se FIllfitled: A Hutory of lhe Modern vennent Printing Omce, Washington, preso con otra numeración por A N.
aita basta el momento, TMology 01 Penlecosttd Movemenl, Gospel 1941, p. 696. Ver la dedataci6n de fe. Trotter,de BilliDgs,Missouri, Temple
1M Holy Spiri" de Bcuner. Esta tesis Publishing House, Sprlngfoeld, Mo., más extensa pero similar, y sin una Press, Springfield. Mo., 1973, informa
de la Universidad de Hamburgo ron- 1961. cláusula acera de la segunda \'enida, que se lo enfrentó en la reunión de un
siste casi enteramente en una extendi· 14 Este análisis fue proporcionado por en el primer número de Apos'olic
campamento con el saludo: .¿Qué \
da ex~gesis de los textos pertinentes David Reed, «.Aspect5 or tbe ariglos FailA, 5eliembre de 1906. órgano de la es(j haciendo? ¿Todavía predtcando
de Hechos y las Epístolas a los Corin- of aneness Pentecostalism_, en Misión de la calle Azusa y su üder ne- el evangelio de las cuatro partes?_, p.
tios. Ver tambi~n James D. G. Duno, Synan, Aspects 01 Penlecoslal-Cha- gro, W. J. Seymour. Se han publicado 119.
Baptism in Ihe Holy Spirit, SCM rlsmalic Origins, un anticipo de la te- 105 primeros números de Aposlo/k 22 Se puede hallar este patrón fuera del
Prcss, Londres, 1970; igualmente sis doctoral: .Origins and FailAen Fred T. Corum, libAs 01 Fi- pentecostalismo lr8dic:iona~ en los
AUcnson, 'aperville,lU., 1970; y Wes- ()eyc:klpmenl oC lhe TbeoIo&Y oC One- re, Wilmingtoo, Mass.. 1981, y se pue- movimientos carismáticos o cneopen-
tminster, filadelfia, 1m. ness Penterostalism in the United de ver el texto de la dedataci6n en un tet'05taJes- y quiús en manifestacio-
10 Estos faetoru se meDCionan en las ha· Statcs», tesis para el Ph. O. de la Uni- apéndice de HoIlenweger, El Penle- nes del len::cr mundo romo las de
bituales im.utigaoones sobre el peno versidad de 806tOll. 1978. Además de coJlalismo. pp. 483s. ciertas igluias africanas inde-
tecostalismo, lal vez más claramente las investigaciones tradiciona1es, dos 19 A HiJlorical ACCOllnl 01 1M Apostolic pendientes.la creencia en la sanidad
en 5ynan, The Holiness-Penrecosral infomes desde dentro del movimien- FailA, Trinilarian-FIl1Idamenla/ divina está muy extendida y bien
MO\.'ement in tM UnUed SUltes. to pueden ser de ayuda: fred J. f()s- EWUlgeliJlic Organi,zalion, Apostolic podría ser más caraetermica de estos
11 la colección más romplela de este ter, Thinl Jt Nol Slrange. Pentecostal Faith Missioo Headquarters, Port- movimientos que la gJosoIalia. El es-
material está en W. J. HoUenweger, fublishing Heuse. St. Louis, 1965. Y tand. Oregon, 1965, pp. 2fJ.21, donde ludiosociol6gicodeJoseph H. F"lChler
HDndbllch tkr Pfingstbcwegllng, edi- Frank J. Ewart, PMTtOmertOrJ of Pen- se delinean SUj: .fundamentos doctri- sobre el Movimiento Carismático
ción privada, Ginebl'2, 1965-1967. letoSl, Herald Publishing House, nales_. Las edoctrinasde Cristo.,romo católico no sólo indica la importancia
Esta tesis de diez volúmenes ha sido Houslon, 1947; edición revisada, él las predicó- aparecen ron una lista de IacreeDcia en la cu.raci6n dMna, si-
depositada por el autor en las prind- World Aname Press, Hazelwood, de versículos romo textos de prueba. noque: encuent.ra, entreotros factoru
pales bibliotecas del mundo,yestá dis- Mo., 1975. bajo los títulosde Salvación,Justifica- .heterodoxos» de los grupos de ora-
ponible en microfilme de la American 15 H. S. Maltby, 1M ReasonobleneJJ of ción. el Bautismo del Espíritu Santo., ción y rellOYaci6n, que una mayoría de
Theological Library Association. Se Hell, San.. Cruz, Cali!, 1913, PI'- 82- Sanidad divina, y la Segunda Venida. los participantes roocuerdan en que
han publicado e:xtraetos en diversos 83. pp. 31·32- caoeplar a Jesús romo mi Salvador
idiomas: inglés, francés, alemán y es· 16 Charles f. Parbam, .The Laller 20 Slanle:yHorloo./ntoAlI Tnl.lh: A Sur- personal signirK'a que ya so¡ salYoao, Y
paAoI, con contenidos diversos. la Rain_, publicado por segunda vez en wy of lite CoJlr# and Conle", oJ Di- que .Ia segunda venida de Crislo es in-
edición espaOOla apareció bajo e11ítu- Sar;ah E. Parham, 1M UJe of Otmles vine Reve/alion, Gospel Publishing minente_. Versu ClllJtoüc CMII of lhe
lo El Penlecosta/ismo, La Aurora, F. Par1uJm, FOJlnder oJ lhe Apo.rlolic House, Springfield, Mo., 1955, p. 13. Paraclele, Sheed and Ward, Nueva

130 131
RAICES TEQLQGICAS DEL PENrECOSrAUSMO NOTAS

Yo"," 1975, "'p. 3, especialmeot. p. 18'70, Vale UniYcl5ity Pn:ss, Nc:w Ha· Jos esfuerzos de la apología y la critica vita1izaci6o radica! del Movimiento de:
44. La doctrina del bauti¡mo del "'D, 1m, p. 28. pc:ntCC06taJ por justificar el intento. la Uuvia Tardía en la década de 1940,
Espíritu Santo la.mbi~n ha sido Oeva- 29 Quizás el paradigma máximo de este 31 Ver .1be Wondeñul History of tbe pero retuvo algun05 temas más am-
da a las iglesias tradicionales.. pero a pauóncomún es Martin Wells Knapp, Latter RaiID., por la Srta. lilian This- plios dec:scatología. Est05 duarrollofi
esta altura., especialmente en el catoli· Out o/ Egypt intQ Canaan;or. Lesson.J t1ethwaite, uno de Jos primeros: infor. podrlan indicar que el factor esca-
cismo. ha habido un. esfuerzo por c:ri- in Spirilllal Geography, McDonald mes de Jos cvent05 que sucedieron en tológico no es tan integral a la lógica
ticat esta doctrina cxegéticameote y and Gill, Bo5too, 1889; Y una serie de la Es<uela B.bli<a BcthcJ d. Cbarles P. pentecostal como los otros. Nils
sustituir expresi00e5 como «libera- c:dici00e5y reimpf'C5ionc:s pa¡teriore$. Parbam, en el cap. 8 de: 1M Ule o/ Bloch-Hoc:lI,por e~pIo, dice: que el
ción del &pfritu» por otras. Sobre es-- 30 Menzies propone esta deflOici6o en OJarles F. Parham, pp. S1~ Lattc- te~ es importante pero no crucial, en
te punto. ver, por ejemplo, Simon Anoinled 10 Se.rw, Go5pc:I Publishing Rain Evangel era una revista publica- TN! Pemecostal M~mem, Universi-
TupeU, O.P., Did YO" Recrive rhe House., Springftc:ld. Mo., 1971, p.9,la da desde 1908: T. B. Barrarlo In lhe letsforJagel, 0510, 1964, pp. 154-156.
SpiTill, Paulist Pre&s, Nueva York, historia mú reciente de la denomina· Days o/ t~ Lalter Rain, Simpkin, Es más probable que la orientación
1972; igualmente. Dmoo, l..oogman ción pentectl&tal blanea más numc:~ Marshall, Hamiltoo, Kc:nt, Londres, apocaüptica haya sido el primer ele-
and Todd, Lond.... 1972. sao Esta definición también es 1909. mento en sucumbir a la presión de la
23 A. B. Simpsoo, .",. Fovr-FoId Gos- adoptada por Faupc:l. TIte American 38 D. WcsIcy Myland, .",. /Alur Rain inslitucionaJ.iz.aci6n en esos movi·
pe/, Goopcl AlJiAnce Publishing. Nue- PefllecoSUll Mowmenl, p. 9. CtNenanr and PenucostaL Power. mient05. Robc:rt Mapes Andersoo
va York, 1925. Un prefacio remonta el 31 A YDice Crying in 1M Wilderneu, 39 Ver, por ejemplo, Aimee Semple ÚlIm8 que la c:scatologia es, en efec-
tema Ul105 cuarenta aJ\oS au'ás. Otras cuarta c:d., JopIin Printing, pan Ro- McPhe.rson,Lost and Rutored, Fours. lo, el elemento central en el mensaje
figuras de fines dd siglo XIX que re- beJ1 PaIham,JopIin, Mo., 1944, pp. 44- quare 800kshop, I...o6 Angeles, una pc:ntccostal, en Yi.sion o/ the Disink-
velan fascinación por variaciones de 45. Este libro se: publicó por primera elaborada interpretación de la historia rited: 1M Maling o/American PellU-
uno de estQl; cuatro temas., incluirían vez en 1902. de la iglesia yel proceso porel cual.la costaLism, Oxford University Press,
aR.A Torrey, AndrewMurnyyAJ. 32 Andrew Murray, Divine Healing, feapo5t6licaJ" es.perdida yencootr.!. Nueva Yo"," 1979, "'p. 5. Y David W.
GordoD. aunque siempre sin la ~ Christian AlIiance Publishing, Nueva da_ en términos de las imigenes Faupct está tr.iItando de: delIlO6lrar en
laHa. Yo"," 1900, P. 26- proféticas tomadas del boro de Joc:l, su tesis acrualmenle en preparación,
24 El utulo del capitulo 7, por el propio 33 Collnlerfeit Miracles, Charles Scrib· especialmente 105 pasajes previos y en la Universidad de Birmingham,ln-
Pamam, en The UJe 01 OJarles F. ncr's Saos, Nueva York, 1918; reim- posteriores del citado en Hecb06: 2- g1aterra, que el tema de la Uuvia tardía
Parham. preso por Banncr of Truth. Londres, 40 Myland, TIte Lattu Rain CtNenanl, p. es la clave para comprender el pcnte-
2S El Penlecosralismo, pp. 324·325. 1972, pp. 5-6. Este libro tamb~n ha 101.
coslalismo. Lo que)'O intento probar
26 l...ai; críticos del pentecostalismo, es- aparecido bajo el título: Miraclu: 41 Argumento basado en la cartilla de aquí es que la escatología es lInO de los
pecialmente desde lu tradiciones Yestuday and Today. Trw and FG1- lluvias agregada a la edición original, element05 cruciales, pero no el tema
dúicas del protestantismo, ban ideo- se, Wm. B. Eerdmans, Grand Rapóds, donde se indica que «CUa1'Cn[3 y tres anlral del pcDteco&talismo.
tirteado esto en ocasiones como la fa- 1951. porcicnto más de UUYia cay6entre 106
lencia más grave de la cxl!gcsis y la 34 Esta formulación suele ser explkita. añoi: 1890 Y1900 que la que cayó entre:
hermentutica pentecostales: que ro- Ver, porejempto, Maltby, 1M Re~ los al'Kl5 1860 y 18'70», p. 95.
mienza ron textos namltiY06 más bien nableneu o/ Hell, p. 84; Se.lected Se.r- 42 WoodwoJ1h-Etter, SiglU and Won- Capítulo 11
que dtdácticos, en las Escrituras. Ver, mon.J o/ ,he Late Quzrles F. Parham. dus, pp. 189-190.
por ejemplo, Jobo R. W. StOft, Se.d Sarah E. Parhmn, p. 18; B. F. Lawren- 43 ¡bid., p.535.
Ver James D. G. Duno, .Spirit-Bap-
lI~nosihl EspíritJl. SaNo, Caribe. Mia· ce, TlteAptntolicFaith Restored, Gos- 44 A pesar de esta demofitración de la ne. tism aod Pentc:eostalism... en el Sc:ol-
mi y San Joot, 1m, pp. \3s$. pel Publishing House, St. l.ou;s, 1916, cesidad de la escatología y de: la doc- lid JOllrnal o/ Theology 23,
27 Uno de 105 poros esfuerzm por enfo- pp. 13-14; Mrs. M. B. Woodwonb·Et- trina de la lluvia tardía a la 56gjca DOYic:mbre de 1970, pp. 397407. 1...05
car las afirmaciones pentc:coslaIc:s en ler, SiglU and Wonders, Pubtic:ación inherente dc:J pcntc:ca¡:talismo, que:. text05 reprc:sc:ntativos de esta tradi-
términos de esta cuestión es el de Gor· privada, Indianapol;s, 1916, pp. 192- dan alguOO5 interrogantes al rupcc:to. ción aparecen en Bnmer, A 1Mology
don D. Fu, _Hermenc:utia and His· 193. Nohay, como se: menciona mis arriba, o/ the Holy Spirit,en una "nota exten-
IOrical Prccedent- A Majar Problem 35 Lawrencc:, 1M Apostolic Foith Resto- ningún artículo sobre c:scatologfaen la dida.., pp. 184-188.
in Pentecostal Hermeneutics_, en red,pp.ll-l2. primera declaración de Apostolic 2 L S. Thornton, Confirmadon: lu
Russc:U P.SpitUc:r, c:d., Perspectivc:son 36 lbid., P. 12. Lawrence era a.parente- Faithde 1906, (ver nota 18, arriba). la Plaa in tM Baptismal MysteT)', Da-
.he New PenleCOSlalism, Baker, mente uno de 105 primc:f06 que: se doctrina. de la lluvia tardía, c.fectiva- ere: Press., A. and C. Black, Londres.
Grand Rapóds, 1976, pp. 118-132. mostró displJCSlo a desarrollar esa mente, comenzó a perder vigencia en 1954.
28 Oaude Wekh, Protestant Thowghl in línea, ~ cual concentro r;tipidamc:nte el OlOYimientopc:ntCOOQaJ. paca reapa- 3 Dunn, _Spirit_Baptism and PentC006-
tM Nineteenth QnlllT)', vol. 1, 1799· recer mú tarde, sin embargo, en la re- talism_, p. 398. Bruncr sugiere que el

132 133
RAlCES TEOLOGICAS DEL PENrECOSTAUSMO N<YrAS

puritanismo sería \lO área flrtil para 1968, p. 185. FoomJc. Epwonh, Load.... 1926, Y cias Ryan de 1977, cn Asbwy1beolo-
fututO&: estudio5 sobre loe anteceden· 11 Esteesespecialmentecierto, comove- Umpltrey Lee, JoIon W<sky GNI 1010- gjcal SemiJwy, «Jobo Wcslcyand!he
remos mú adelanle, acerca del pietis- km I/I/iglon, CokesbulJI Nasbville, Radical Protestant Tradi~.
tesdelpeDiocostalismo en'" Thu,Jlogy
O/1M Holy SpCrit. P. '51, n. S. mo.
1936. - -·--7 29 «AJt Eamest Appea110 Men o( Ro-
4 Ganb WtJson,«1be P'uritan Doctrine 12 El capítuto titulado «Evangelic:altsm. 2A Ver la abora..famCiii8'DOta extendida asoo aod Religion., 1744, 5eC. 77, abo-
oC !he HoIy Spiril: A Critica! Chapler en JobnT.McNeill.Modun a.ristiDII número 26de las P'1inu 9-10 de la m- n en una edición c:ñtica eo la nueva
in the HistOI)' oC Doctrine-, tesis doc- MowIMnls, ed. revisada, Harpc:rTor- troduoc:i6n al libro de AIberI e Out- Yersi60 de Oxford de las obru com-
toral, Toronto Scbool oC 1'beoIogy, cbbooks, Nueva York, 1968, P. 91. ler, ed., Jolln Wu/ey, Oxtord pletas de WaJey, Worb, \'Ol. 11, Oc-
1978. 13 Ver, por ejempo, Nathaniel West, University Press, Londcu, 1964. raid R. Cn¡g. Qareadon, Oxfotd,
5 Thom.as Goodwin. "1"M Worls 01 Tho- Jolm Wesley o.nd Premillennia/ism, 2S Vcr Albert e Ouller, cMetbodism's 1975.
mas Goodwin, vol.l, que contiene una Penteeostal Publishiog, Louisville, TheoIogicat Heritage» en Paul M. Mi· 30 Ver CoUn Williams, JoItn Wesley's
cExposici60 del primer capítulo de la 1894. El nombre de Wesley se incluía nus., Jr., cd., MelltodJsm's Dutiny in TM%gy Todoy. Abmgdon, Nasbvi-
Epístola a los Efesios», James Nichol, frecuentemente entre las listas de ao· an EcvmeniCGI Age, Abingdon, Nas- De, 1960,cop. 9y.~ndke.
Edimbu,&", 1861, pp. 238, ]A7. tecedentes premilenarios en las tlcon· bville, 1969, pp. 44-70. 31 TIse Bel/ewr's Ouuch: The Hislory
6 Para analizar estOfi temas. ver Peter (erencias sobre profecía», y entre 26 Jobn Deschner, Wesley's Cllristo- and Ouuacler 01 RDdical ProteslQ1l-
Toon, ed., PuritaN, the Milknnium otros defensores del premileoarismo logy, An Interpreladon, Soulhem tistn, Macmillan, Nueva York, 196&.
GNlIM Flllure oJ IsrMI: PJ¡ritan Es- de fines del siglo XIX. Methodist University Press, Dallas, 32 cA LettertoaRomanCatbolioJ,1749,
chalology 1600 ro /660, James Oar· 14 W. B. Godbey, Spirilual GiflS and 1960, DO sorprende que sea original- seco 15, puede encootJ"8Jse en divecsas
te, Cambridge, Inglaterra, 1970. Graces, God's Revivalisl Off.JCC, Cin- mente una tesis dirigida por Karl ediciones., y también en Ouller. JoItn
7 Ver este lema en C. Jobo Weber¡, cinna1i, 1895, p. 37. Ilartb. WesJey, p. 498. ápre¡ioocs como
c'The Escbatological Etbies oC &0- 15 W. J. HoIlenweger, 1M Pelllecosla/.s, n Especialmente en 105 5UCeSOS que si- esas, sin embargo, son (recuente¡ en
geI.-, una ponencia presentada a la seco SCM Prus, Londres; y Augsburg. guieron al MoYimiento de Oxfotd a fi· Wesley.
ción sobre pietismo de la American Minneapolis, 1m, p. 21. De$ del siglo XIX Y como parte de 33 JohnWesIcy, TIleMtutnnsollheAn-
Acaderny of Religion, Sao Francisco, 16 Ver, por ejemplo, John OIongnahm recientes eonversaciones sobre la cien' CArislians Eztra.cted Irom a
29 de diciembre de 1m. Esta ponen- OJo, cJobn WesIey's VteW 00 Sap· uoióD entre anglicanos y merodistas FrenchAlIlltor, segúoda edki6n, FeliJ:
cia se incluyó posterionneote en la te- tism_, Weskyan TMologicol JovmoJ en Gran Bre.tal\a. Verpara el primero Farley, Bristol, 1749.
sis doctoral «.lobaDO AIbrechl Dengel: 7, primavera de 1972. pp. ~73. euo viejo mctodista_,JoItn WesJey in 34 Ver OutlerJoIln Weslq, pp. 9.10.
PeJSODa1 and Ecdesia1 Piety and tbe 17 Ver E. P. Thompson. The MdJng 01 lAmpany willl Higll Chllrcllmen. 3S tukc K.eefer, Jr., cn un trabajo de se-
l..iterature o( Edif¡catton in tbe Let- the English Woriing ct4u, Pantheon, cuarta edición, JOI1O Hodgcs, Lon· minario titulado eThe Primitivistk
lcrs lO tbe Seven O1urches in Revela- ueva York, 1964, pa.ssim. dres, 1871; para el segundo, quizás A. Note in JOllO Wc:sIeyJt, 1975, un eslu-
lion 2 and 3_, tesis doctoral, 18 Bemard Semmel, TIse Meth<>dist Re- B. Lawson, John WesJey and lhe dio preliminar a su tesis docIoral:
Univemdad de Nonhwestem y Oa· \'OllItio", Basic Boots, Nueva York, OJristian Ministry, SPCK. Londres., «John Wesley, A Disciplc o( 12rty
rreu-Evangelical TheologicaJ Semi· 1973, p. vii. 1963. Christianity., Temple Univetsity,
nary,I9&3. 19 Robert Hughes m, e'Iñe Wesleyan 28 Especialmente en el contexto del me- 1982.
8 Obsérvese que este lema aparece aun RoolS of Christian Socialism», en todismo norteamericano, profunda- 36 F. Emest Stoefner, eTradition and
en el tÍlulo de la tcsis de Edith Wald- ECllmenist 13, mayo-juniode ]975, pp. mente influido por los avivamientos, Renewal in the Ecclesiology of John
vogel, eThe 'Ovc:rcoming Life'; A 49-53. que eDCOnlro su expresión mú radical Wesley., en Bemd Jaspert Y Rudolf
Study in lhe Reronned Evangelical 20 Maximin PieUe, John Weslq in 1M en la tradición cavivamentiSlalf de la Mohr, eds., Traditio-Krisis-Rent:1\lG_
Origins or Pentecostalism., tesis doc· Evolulion o/ Pentecostalistn, Sheed santidad que surgió del metodismo a do alU tMologischer Sic/II, N. G. El.
toral, Harvard Divinity School, 1977. and Ward, Londres, 1937. fines del siglo XIX. Ver, por ejemplo, wert Vertag, Marburg. 1976, p. 30:5.
9 Ver, por ejemplo, kJ6 comentarios so- 21 GeorgeCrof'ICell, 11JeRedisaNel')'of W. H. Fitehell, Wesley and His Cen- 37 /bid., p. 3{)6.
bre Santiago 5.14-15 de JQhann Al· Jolln Wesley, Hcnry HolI, Nueva 1111')': A SlwJy in SpiritllQ/ Forces, Ea- 38 Para esta afirmación, hec:ba desde dis·
brecht Bengel, Gnomon 01 IN. New Yon; 1938. too and Maios, Nueva Yort, 1906- tintas perspectivas y coo diferentes:
TesUUMlIl, vol. S, séptima ed., T. and 22 Ver el trabajo de Franz Hildebrandl Para UD estudio mú rttiente que vin- matices., ver, por ejemplo. Robert G.
T. Oarlt, Edimbur¡¡o, 1877, pp.J'J-41, en CllristianityAcc:ording to tú Wes- cula a Wcsley roa las ec:lesiologias Tuttk, J1.. que babia desde el Movi·
YEndre Zsindety, Krllll!Mil Imd Ha- kys. Epwonh, Lond.... 1955 Yr,om edel ala de: izquierda_, w:r Howatd A. miento CarisrMtico de la lradición
bmg im iilUun Pielümlls, Z"";ngli U'Mr lO Wesley, Lullerworth, Loo· Snyder, TM. Radical WuJey and Pal- merodista unida, en UD trabajo in6:Ii·
Verlag, Zuricb, 1962. 4.... 1951. tems lor Osllrcll Renewal, InterVar· to preparado para la Uniled Metbo-
10 Jürgen Moltmann, Hope and Plan- 23 Ver George Eayrs, JOM Wesley: sil)', Downets Grove, Ill, 1981, que dist Commissioo on the O\.arismatic
ning, Hatpe:r and Row, Nueva York, Chrislian PhilosopMr tmd ChIlTcA incorpora material de sus Coo!eren· M~ment (Comisión sobre el Movi-

134 135
RAlCESn:oLOGICAS DEL PENfECOSTAUSMO NOTAS

miento Carismático de la 19tc:sia Me- W~ Pe.f«tiooism, 17JO.1~, 44 CartaadohnSmithlt,fecbadael2Sde Lond.... 1829,7, P. 27.
todista Unida). Algunas: alU$iooeS. Al Wesle):CUI T1teologica1 10flrntJllS, pn- marzo de 1747 en Jobo Telforo, c:d.. 54 Tomado de William Watburton,
posición aparecen en 1M Partalers, mave.. \se 1980, pp. 68-87. Smilb se 1M úlkr$ O/Ihe llev. lo/tn Wulq. Obispo de Glouccster, 1M Doctrine
Abingdon. Nasbville. 1974, Yotros en basa mis cn una referencia general a A. M., Epooorth, Lond.... 1931,2, p. 01 Grace; or, The Offi« Gnd OperG-
101m Wesley: His Ule and T1Jo",1I1, laobra del &pmtu Santoyel uso más 90. liON 01 1M Holy Spiril Yindicaled
Zondervan, Gran<! Rapids, 1!17ll; más general de Las «imágeoes penteco&ta- 4S cEI testimonio del Espíritu: Discurso Irom 1M /lUfllt.s or /nfideUty and lhe
desde la corriente ofKiaJ del metodis- les» - ninguno de 105 cuate&: se niega JIIt, Scc. V, pár. 2, Sermones por el Abl/SlU 01 FflNllidsm, 1762, en el in-
mo. ver Lycurgus M. Startc:y, Jr.. 7ñe en Me esludio- para afirmar que el Ilev. JIUUl Wesley. J. pp. U4~Uj. forme de Richard Green, 1M Worb
Worl DI 1M Hol)' Spiri,: A Sllldy in Espíritu es más cenuaiy determinan· 46 ¡bid, piro 3, P. 3S8. olJohntutd Ottules Wuley:A Biblio-
WUleyOll 71teology, Abingdon. Nue- te de ioque nuestroestudioadmitiria. 47 En el p:relacio de Jobn y Cta.rle5Wes- g,oq>hy, e H. Kelly, Lond.... 1869, P.
va York. 1962; desde dentro del movi- Smilh, sin embargo, no akanza a de- ley, Hynvu GItd Socred Poems, Felo: 123.
miento Dorteamericano para la mostrar que 105 casos que seAala son Farley,Bristol.1742,reimpresoporG. SS Ver la respuesta de Wesk:y cal Dr.
santidad, ver Qlarles W. Carter, TM tan CQrtu:uristicos de Wesley como él Osbom. c:d., 1M Poelical Woris o/ Warburton, Obispo de Gk>ucester»,
Person and MirriJlry o/ tite Hol)' Spi- implica. la discusión que siguió a es- 101m and Charles Wesley, Wesleyan fecbadael26de noviembre de 1762, en
ril: A Wesieyan Perspective, Baker, ta cuesti6n es analizada por ROO L Methodlsl Conference Office, Loo· la edición de Telford de las cartas de
Graod Rapids, 1974; Y desde el bri- Staples en «Thc: Current Weslc:yan d .... 1869, 2, p. 46- Weslc:y, últers,4, pp_ 325-384. la cita
tánico cEvangelical Metbodism-, A. Debate on thc: Baptism wilh tbe Hol)' 48 Catorce de los cuarenta y cuatro ser- es ck la edicióo ck Sugden, 1, p. 93.
Skevington Wood, «.Jobo Wesley, Spiribt, ponencia circulada en forma mones básko5 de Wesley -junto ron 56 Serm6n 4, «El cristianismo según las
Theo&ogi.an oC the Spirillt en 1ñeolo- particular en marzo de 1m, y por sus ExpllUl4lDry Noles on lhe New Sagradu Escrituras», Introducción,
gical Renrwa16, junio-julio de 1977, Tbomas A Langford en PraetiCtJl Di- Testmnml, la basedoctrina1 del met~ pár_ 3, SermoN!S por el Rev. 111/Jn
pp.1h-34. \'inity: Theology in lhe Wuleyan Tra- dismo- están dedicados a una expo- Wesky, 1, p. 81.
39 Norman Laurente Kellen. tesis doc- ditWn, Abingdoo, Nashvi11e, 1983, pp. sición sobre: el Sermón del Monte. y 57 cA Farther Appeal to Men al Rcason
toral, Brandeis University, 1975. 141-143. Ambos autores tienden a siguen inmediatamente despuésde los aOO Religioolt, parte S, sección 28, en
40 W. E. Sangster, por ejemplo, advierte conrordar con la lectura presentada sermones sobre: el n~ nacimiento. la edición de Jackson de las obras de
que Wesley no alcanzó a «Vincular la en este trabajo. 49 Harald Lindstrom, Wesley ond Salll;- Wesley, 8, p. 107.
doctrina (del perfecto amor) lo sufi- 41 Este parecería ser el punto cenlral de fioolion. Epworth, Londres, 1950, p. 58 Sermón 141, ..The HoIy Spirit», parte
ciente ron la Cruz Yel Espíritu Santo, la respuesta de William Amen a 152. 3,en la edición deJackson de lasobras
como lo hace Pablo_, 1M Palh lo Per- Mc:Gonigk en .1be Role of tbe HoIy SO Wood, -.lOOn Wesley, Theologian of de Wesley, 7, P. 514.
Jection, Abingdoo-Cokesbury, Nuev.a Spirit in Entire SanctiflCltioo in the thc: Spiritlt, P. 26- 59 Sennón 85••On Worting Out OUr
Yort.l943. Una perspcctivasimilarse Writinp of Jobn Wc:slc:y», en A.sbflry 51 James Gordon )(jng, Jr., .A Brief Own SaJvation», parte 2, seco l. en la
sostiene en «Pneumalological No-- ScminarilUl29, abril de 1974, pp. 5--23. ()YC:rview o( Historie Bcliefs in Gifts edición de Jad:sOIl de las obras de
meodature in Earty Metbodism», de La cuestión no es si Weskyk oI0.rga- oftbe Spiril», p. 14. Este trabajo inédi- Wesley, 6, p. 509.
Herbert McGonigle, en WC.llqan ba un papel soceriol6gico al Espúitu to fue p~ntado en la reunlón de la 60 Ver Albert Outler, Theology in lhe
Theologictlt Journal 8, primavera de Santo - k> cual obviamente hace - si- Sociedad pata Estudios Penterosta· Wesleyan Spiril, Ttdinp, NashviUe,
1973, pp. 61-n. Esta posición. con la no si el papel que se le da al Espíritu les, en 19'n,yanticipa la tc:sisdOOoral 1975, especialmente pp. S2ss.
cual esle estudio está fundamenlal· Santo es tal que se convierte en el eri· en prc:pataci6n, en la Universidad de 61 Ver el uso de este término en David
mente de: a~rdo, ha sido vigorosa· sol teológico en donde gira su pensa- Nueva York. Cubie,.Perfection in Wesley aOO flet-
mente criticada porlímOlhy L Smith miento. S2 Verla cana de Weskyal doctor Con· cher.lnauguralorTeleologicab.,en el
en una serie de: ensa)'O& escritos des· 42 El trabajo más importante de esla yers Middle.ton, fechada el4 de julio Wesleyan Th<oIogicallourNlI. 11,
puts de: la formulación de este análi¡i¡ doctrina es el de Artbur5. Yates, The de 1749. en la edición de Telford de las prima~J'3 de 1976, p. 26-
yen parte en respuesta a intirnaci00e5 Doctrine o/ As.svrGIICC. ""¡Ih Spedal cartas de Wesley, úlurs, 2, pp_ 312- 62 Estos lénninos son usados por E.
públicas de $\IS resultados. Su trabajo Re/eren« lo loAn Weslq, Epwortb, _ en respuesta a Middlelon en Fru Gordon Rupp, Prindp"lilies and Po-
ha sido resumido mejor en • Thc: Doc· Lond.... l9S2. Inquiry ;nlo lhe MirGCJllolU Powers wrrs, Epwonh, lDndrcs, 1952, cap. S.
trine or the Sanctifying Spirit in Jobn 43 .EI testimonio del Espíritu: Discu.r50 Which Are Supposed lo Have Subsis- 63 SennóR 1, ..La salvación por la fe_,
Wesley and Jobo Fletcher-, Pr~G­ UIt, Sec. V, pár. 1, SennoMS por el t~d in 1M OlristiGn C1Iurch, Manby Sec. U, pár. 1, Sermones por el Rev_
chu's Magllline SS, septiembre-no- Rev.llUUl We.Jley, Verslón castellana and Cox, Londres, 1749. lIlGn We.JleY,l, p. 30.
viembre de 1979, pp. 16-17 Y 54-S&. de P. A Rodñgu~ Iglesia: Metodista 53 Sermón 89, .TIte More Excellent 64 SennÓll 43,.La Vía Escriluraria de la
Una ampliación de este ensayo se ha Episcopal del Sur, Nashville, 1907, 1, Way., Introducción, pár. 2, en 100- Salvaciónlt, Sec. 1, pár. 1, Sermones
publicado ron el l(tulo ..How JOOn p.244. mas Jackson, ed., The Worb 01 lite por el Rev_ llUUf Wesley, JI, p. 366.
F1eteher Bec:ame the TheoIogian or Rev. lohn Wuley A. M.,John Mason,

136 137
RAlCES TEQLQGICAS DEL PEN!CCOSTAUSMO arAS

6S Sermón 40, .La Perfección Cristia· Spiri. mJobo WesIey and Jobo Flet· 81 Este bosquejo perteDC:CC: a Fktcbcr,
na.-, Sec. 1, púo 9, SermoIv~. n, p. 301. che... YeHow John flc.tcher Bc:came TM PortrlJil 01 SI. Pa,./, pp. 166-169.
66 La distinci6a (e.m: cpecadoo propia. lhe 1beoIogjan el Wesieyan Pede<· 82 /bid, pp. 110-173.
mente dic:boi» y pccadCl' «impropia- tion.i:sm..l~IT16».pc:rosobre la bao- 83 Asfenel CompeltdofWu/ey'.s TMo- Capítulo ID
mente dic:tloD) es importante para K aparentemente teol6g:ica de que /ogy, edirado por Robe:rt W. Bunner
WesJey. La rcJerenci. viene de cA WesIey no podría haber querido decir y Robert E. Chiles, Abmgdoo, Nucw Philip Schaff,America.: A Súrch ofits
Plain Account oC Cuistian Peñec- esto, ya que antes había usado la ex- York, 1954, se presenta correctamen- PoIitiaz1. SocüJ1 and ReligiolU 0Ja-
tion-,sec.. 19, en la edición deJacksoo prc:si60 cIIeoo dc:.1 Espíritu. en una te el pensamienlo de WcsIcy en este raeta, CbarlesSc:ribner, Nueva York,

~
$US obras. 11, p.. 396- parte de 5U corrc:spondc:na. con Flet- punro, enfocando las cuestiooes sobre I&SS, edki6n crít:ica cdil:ada por Peny
67 PlainAccounl..... sec.27.enlaedi· cher,sin bacerninguna afta. Estocla .e1 destino bwnano_, .Ia vida etema-, Miller, Harvard University Press,
cióD ac:bPn de la¡ obras de Wes.,. por ¡entado que el \&SO de taJe¡ expre- y demás. Ver asimismo la perspectiva BeI1atap Pr=, Cambridge, 1961, p.
ley, 11, p. 444. siones como eUen05 del Espúihl. de· similar de William. Strawson, eWes- 137.
68 Ver el análisis de esta euestión en Cu· ben necuariamente implicareJ uso de Jey's Doctrine 01 Ihe Lasa lbinp, 2 Wrnlhrops. Hudsoo,.The Metbodist
bie. .Perlection in Wesley and Aet- imágenes pc:ntecostales y una doctrina London Quarler/y and Holborn Re- Age in America~, Melhodisl HiSlory
chet'», pp. 22-37. del bautismo del Espfritu Santo. La \'iew 28. julio de 1959, pp. 240-249. 12, abril de 1974, p. 11.
I 69 .ariefThoughlS on Cltristian Peñec-
OOn... agregado a .Plain Acoount of
necesldad de este supuesto no es ob-
via en absoluto. Por Iotanlo be Kgui-
84 Ver, por ejemplo, el tratamiento del
tema en F1etcher. An ElJwa/ Oled:, en
3 [bid. Usos anleriores de esta c:xpre-
swn aparecen citados: en el artkuJo de
Christian Peñectionlt, en la edición de do la Línc:.a de Telford. las obras completas de Aetcber, 2, pp. C. C. Goc:n.,. eThe 'Melhodisl Age' en
Jacksoo de las obras de WesIey, 11, p. 76 Ca.rtadeJohn We&kyaJohn Fktcber, 262-264, o en su teller on rN! ProplJe- American Hislol)')t, Religion in Li/e
446- fechada el 28 de diciembre de 1770, du, 4, pp. 238-249. 34, OlOll.o de 1965, pp. S62-S72.
70 .Minutes ol SeveraJ Cooversarions-, reimpresa en la edición de Telford de SS Flelcher, TIt.t: Porrrair of SI. PaMl, p. 4 Ver, por ejemplo, James E. Hamiltoo,
en la edición de Jackson de las obras las cartas de WesJey, Ulters, S, pp. 18t. ttAcademic Ortbodaxy and Ihe Anni-
de Wesley, B, p. 329. 214-215. 86 Sang.uer, Tñe POIh ro Perfeetion, cap. nianizing or American Theologp.
71 OrviUe S. Wal1ers., .1be Coocept ol 77 Carta de Joho Wc:sJeyaJolm Fktcber, 5, pp. 37·52. Wu/eyan Theo/ogiCD1 Jouma/ 9, pri-
Altainmcnt in lOOn Wesky's Quis- fechada el 22 de mano de 1m, rdm· 87 Hans Come:1mann, The Theo/ogy oI mavera de 1974, pp. 52~S9.
tian Peñection., Melhodisl HislOf}' presa en Telford, ulIers, 6, p. 146- SI. /...Jd;e, Harper and Brotbers., Nueva 5 Tunotby L Smhb, R"'wúi",,,w/ So-
lO, abril de 1972, pp. 12-29. 78 Carta de JOOn Fktcher a Mary 8o&an- York, 1960, p. 1S(). do/ Refonn in Mid-Nineleenllt-Cen-
n Se han hecho lodos los eslucl'Z06 po. quet, fechada el 7 de. mano de 1m. 88 Este debate aparc:c:c: resumido en Es- uuy A~riaz,Abiogdon, NUC\Ia York,
sibks para localizar estos materiales., reimpresa en ~nnan, Wu/ey's Oe- CM.lOlogy in /..IIb, de E. Eade BUs:, 1957, pp. 32-33.
pero el raslreo de los archivos del me- siBNlled SIlccasor, p. 411. Fortress, FdadeIr18, 1971. 6 Richard Ca.rwatdine, eThe Second
todismo británico y la corresponden- 79 ¡bid. 89 Ver especialmente Frc:d O. Francis, Great Awakening in tbe Urban Cen-
cia con Frank Bater -el principal 80 Este modo de entender las dispensa- cEschatology and History in Luke- te,,: An Examinatioo oC Melhodism
bibliógrafo de los Wesley- no han ciones se presenta más acabadamente A~, Journal o/ IN! AmeriNII Aca- and the 'Ncw Measures'_, JolU7UJ1 o/
podido brindar mis que lo que se ob- en la obra de Aetcber, Porrrair o/ SI. demy 01 Re/igion 37, mano de 1969, American Hislory 59, setiembre de
tiene fragmentariamente de las bio- PlJlll, reimpresa en TM Worb 01 IN! pp. 49-63. Fnnci&enfatiza elsignirlca- 1972, pp. 327·340.
grafíaspublicadasyde las ediciones de Reverervi JoIm Wesley, reimpresión, do de la profeda de loel para la inter- 7 Este material ha sido analizado por
las cartas. Schmul PublLshers.,Salem,Ohio, 1974. pretación de Lucas, como una Allan Coppedge en eEotire Sanctifi·
73 Carta de John F1etcher a Joseph Bc:n- En la literatura secundaria, el mejor emeditaci60 escatológica sobre JoeJ,.. cation in Earfy American Methodism:
son. fechada el 22 de mano de 1771, tratamiento de cslas cuestiones apare- 90 J. E. F'Lson, TIte B/en", 01 rN! Ho/y 1812·1835., Wesleyon TMologiclJ/
reimpresa en W~.dey·s Oesigrulled ce en Jobo Allan Knighl, dohn Wi- Spiril, Longman¡, Grecn, Londres, JOIIrntll13, primavera de 197&, pp. 34..
SJiccessor,de Luke Tyerman, Hodder lIiam Fleteber and lhe Early 1950, p. 121. SO.
and Sloughton, Londres.. 1882, pp. Methodist Tradirion., tesis doctoral, 9) Por ejemplo, J. H. E. HuU, The Ho/y 8 JOOn Leland Perer¡" C1tristion Perfec-
179·180. Vanckrbilt UniYersity, 1966, especiaJ. Spiril in lM ACls oI lite Aposrle.r, tionanJ Amerialll Methodism,Abiog.
74 Carta de Jobn Wesk:y a Josepb Ben- mente pp. 1~190. Algo del material WorId, 0eYe1and, 1!l6B, P. 170. - . 'ucw York, 1956, p. 91.
500. fechada el 9 de marzo de 1m, de inle~ está incorporado en el en· 92 Ge","", Fri<drich, ed., 1ñeologkal 9 Vere1análisisdeTUDOtbyLSmithde
reimpresa en la edición de Telrord de $3)0 de Knighl, dolln Fklcher's In· DictionIJry oI rM Ntw Te.rlQ.lrU!nl, esle desarrollo c.n TIte Hü,lory oI
las cartas dc: Weslcy, ulIerJ, S, p. 228. nuenee on lbe Devclopment of trad. de Gooffrey W. BromiJey, Wm. ..4meriCCIII Melhodism., Emory Slevens
7S Esta propuesta de. Telford fue alaca· Wesleyan TbeololY in Americ. ., B. Eerdmans, Grand Rapids, 196B, 6, Budce, <d. 3 WlIúme.... Abingdoo,
da porTimothy L Smith. en los artíCu· We.sle)'an TMoIogiCGI JOtlrnIJ/ 13, pri. pp.4074Oll. Nucw York, 1964, 2, pp. 61&627. De
los eThe Dodrine: o( Ihe: Sanetif"yjng mavera de 1978., pp. 13-33. divel"S06 estuda más extenso5, el mú

/38 139
RAlCESTEOLOGlCAS DEL PFNIECOSfAUSMO NOTAS

útil actualmente para esta cuestión es tionism, OI(ord Univcl$ity Press, gfatern. como en kx &:tadQl; Unidos, 31 PboebePalmer, 1M WGyofHoIine.u.
el de MeJvio E Dicter, 1M Holineu Y luyo YIJiu ediciones. with Nales by rlte Way, Lane aM 1i~
NUCYI Yod, 1931, Rimpreso en una
Revival 01 1M Nirwlu1tlh CeIll'''Y, edici6a de: un solo o,Uumen por Pres- 23 MaR Guy Peal'5C, prefacio a Mary M. pen,Nueva Yort, 1845,p.33. En 1867
StudiC5 in EYaD&ctic:aIism, número 1, byterian aftd Reformed Publi5hing Boardman. Ufe and Labors o[ 1M: los Palmc:r ya publicaban la qUiD-
Scarecrow Prus, Metuchen. N. J.. eo., 1958. 1I<v. W. /!. _4"""" D. AppIe'on. cuaPJn,a edici6a de c:sIe trabajo.
19110. 17 Georg< Ped, The Saip''''' Doctrine NUCYI Yort.l887. p. vii. 32 Ver un resumen de esto en Palmer,
10 Autor anórtimo, TIte C1uistúvI'~ Ma- of Q,-utian hrf~ction Slal~d and 24 !bid., pp. v-Yij. 1M Wq o[ HoUnes.J, pp. 6O&s.
rwal; lJ Tre4tÜe 011 Osristian Pcrfee- D<f.nd<J, Lane and Sandford. Nueva 25 A. B. Earle., Brln,gins in lhe. SItetwe.s. 33 Pboebe Palmer, Fail/t and lIS Eff~cls,
tion. willl Dircetit»u far ObtJzilfil1l York, 1842. Jame..sH. &rte. 8oslon. 1810. Sus en- pub1icaci6Ddc la autora, Nueva York.
ThDl SI"", N. Bangs and J. Emory, 18 Melltodisl QJuukrly Rmew 23, abril 5CAanzas se encuentran especialmen- 1852, p. 53-
Nueva York, para la 19Icsia Melod'" de 1841, pp. 307.J08. le en TIte Resl o[ Failh, James II 34 Ver las primeras piginas de Asa Na-
ta EpiscopaI. 182S. Este YOIume.a roo- 19 No be podido JoeaIizar la publicación Enrie, Booton. 1876- han. SaiptJUe. Doclrilll! o[ CJsrisli4n
siste en c:xtractos tomados en espcciaJ original de este comentario. atnouido 26 WiUiam E. Boardman. Fail1J Worf: P~rf~CIion. o sus confereDCias: sobre la
de WesJey y en segundo tl!rmiDo de en dM:ra5 partC$ a cCongreptioaal Unü, Dr. QdUs In Boslcm, W"dlard perfección cristiana. en Charles G.
Fktcbel'. paper»,ya GIIitk 10 Holineu.. AqW5C Tract R.epository, 805ton, 1874, YWi- F"mney. LecrllUS lo Profe.ssing Quis-
11 Abel Stevens. A Com~ndWJU His- ha tomado de Geor¡e Hugbc:s, Fra- lliam H. Danie~ ed., Dr. OdUs and lÜuu, E J. Goodrich, Obcrlin. Ohic>.
tory 01 Ananican Mel1todi.sm, Carltoo ,rtull Memoriu o[ 1M TtIUtlay Mu- His Wori. WiUard Tran Reposito¡y. 1879. El úllimo \oOIumen se publicó
and Porter. Nueva Yort., 1863, P. 371. ti", tutd lite GIIÜk lo Holines.J, Palmer Booton.188S. por primera vez en Nueva York en
12 TUDOChy L Smilh, .lb< Doctrine oC and Hu¡jlea, Nueva Yort, 1886, pp. 27 Ver Robert E. Chiles, 'TJt,eoJ.oglcal 1837.
lbe Sanc:t;[ying Spirit 01arles G. rm- 3llss. 1lIomu Upbam, profesor CXlO- Tran.s/1KIII i/l American Mel1Jodism 3S William Cochran, cSimplicity oC Mo-
ney'.~thesisoCWesleyanand eo.e- grepcioMltsaa de rlboffa moral en Abingdoo. Nueva York. 1965; Leland ral Actlons». Oberlin EWUWdisl4, 16
nanl Tbeology», Wesleyan Bowdoin CoIlege, expcrimentóla san- H. Seau••Melbodisl Tbeclogy in de marzo de 1842, P. 1. ~ es la $C-
T'heologicol JOlIT7TD/l3, primavera de tiraci60 bajo la influencia de Pboebe America in Ihe Nineteenth Century», gunda parte de un eRSa)O que con-
1978, p. 93. Palmer, y dio una expresión popular a tesis docIoral, Universidad de Yak, tinúa desde el número anterior, 2 de
13 Edward Beecber, .SU Sermons», la doctrina en una serie de libros, ins- 1955, resumida bajoc:1 mismo títuloen mano de 1842-
A.mericanNational Preacher.l0,junio pirados en el misticismo católico y el Religion in Uf~ 25. invierno de 1955- 36 Sobre estas diferencias, ver Wüliam
yjutiode 183S,pp.193-224. quietismo. Ver GC()rge Peck, .Or. 1956, pp. 87-98; David a.de Sh;pley, G. Md..oughlin, Mod~rn Rr.iwzlism,
14 Este desarrollo aparece esbozado en Upham's Worb,Methodisl Qlu:uterly .Tbe Dc:vc:lopment of Theology in Ronald Press., Nueva York, 19S9, es·
el cap{tulo 7, eThe HoIiness Revival at Revitw 28, abril de 1846, pp. 2AS-26S, Y American Methodism in Ihe Nine* pecialmente p. SS, nota 37.
Oberlin., en Smilb, Revivalism and uneRSayoen la obra de Wañteld, Per- tc:enth Cencu~. London Quarrerly 37 William Warrcn Sweet. 7ñeAmerican
SodDl Reform, pp. 103-113. Ver tam· ft:etionism. and Hotborn Revitw 134,juliode 1959, Ot"rcMS: An Inl~rprf!lal;on. Abing-
biin delames H. Fairchild, eThe Doc· 20 Nelson R. Burr. A CrilicGI &blio- pp. 249-264. don-Cokesbury. Nueva YOR, 1947, p.
trine o( SanctirlCation al Oberlin», graphy of R~ligion in America, Rcü- 28 Adam Oarke, 7ñe Holy Bibl~ '" wirh 116-
Consregational Qllarterly 18. 1876. ¡jon in America, Princelon University a Commenlary o.nd Crirical Notes,seis 38 Georgc Peck. 7ñe Scrip'"re Doctrine
pp. 237·259. Press, Princelon, 1961, 3, p. 165. volúmenes. Ezra Sargenl, Nueva of Christian Pe.rfection Slared and
15 Asa Mahan, Tht: ScripIJlU Doctrine o/ Smith, Rrnwzlbm and Social Refoma, York, 1811-1825. Esta obra se convir- Def~nd~d. Cariton and Poner, Nueva
o,ristian Perfection, O. S. King, Bas· estudia estas corrientes; tambH!"n Die- tió en la norma exe~tica del melodis- Yort, 1842.
ton, 1839, p. 188. ter, 7ñe Holineu Rrnval. mo y se ha seguido publicando en 39 Jesse T. Peclc. T1Je unlral Idea of
16 Aparecieron diez ediciones de este li- 21 Ver Mary E. Bushnell Cheoey, Uf~ varias ediciones desde su publ'cación C1Iristi4nity, Henry V. Degen, Boston,
bro en el lapso de una diada. romo and ull~rs of Horace Bw.shrw!ll. <llar- original. 1856.
tambitn ediciones posteriores, aun en les: Scribner's Sons, Nueva York, 1880. 29 Adam Oarte, C1Iristian TMoloBY. Sa. 40 Hester Ann Rogers., Accollnl of 1M
el sig)o xx. El análisis más completo pp.l9O-193. Entre las muchascclcbra- muel Duno ed.• Carlton and Porter, Ex~rien« o[ I/ester Ann Rogers, J.
deest05 temas puede verseen la diser- cionesque realiz6e1 MOYimientode la ueva York. 1835, pp. 207-208. Verel Emory and B. Wau¡h, Nueva York,
tación doctoraJ de BaJbara Zikmund, Santidad al rcspecIo, ver S. A Keen, estudio de este desarroUo en Jobn L 1831, p. 35. NÓlese ademú la descrip-
cAsa Mahan and Oberlin Peñectto- .Or. Bushnell. me Sainbt, IJn.;ne liJe Peters. C1Irislian Perfulion and Ame- ción de las C'Onvt:rsacioncs de sobre-
nism., Duke Univen;ity, 1969. Ver and &bt~ Expositor21,sepliembre de rican Me11Jodism, pp. 103-107. mesa de Flc:tcher, en el pasaje
tambitn los ensl)05 de Benjamin B. 1893, pp. n-llll. .30 H. Ray Dunning, «NazarcM Ethics as correspondiente al 24 de agosto de
WañaekJ sobre Obertin, en el Prina- 22 William E. Boardman, Tite Hig1Jer Secn in a Theofogieal, HistoricaJ and 1781. pp. 111"- Esta obn apareció en
Ion TMological ~;ew, 1921, luego OtrisliQn life, Henry HO)'I, Boston, SocioIogjcaI Coate.d., tesis doctoral, numerosas ediciones durante el sigJo
recogidoI;; en el ~umen 2 de P~rft:e- 18S8. Esle libro 5C publkó tantoen ln- Vandcrbill Univcrsity, 1%9. XIX.

Uf) 141
RAlCES TEOLOGlCAS DEL PENIl!COSTAUSMO NafAS

41 Pueden encontrarse otras ilustracio- 56 Gtlide lo HoiineD37, abril de 1860, p. 64 FJ título de una liCC'ci6o dedicada a es- 1I CUC$tióa, en lac0kc:ci60 de Slule'$
ne5 de este desarroUo, en Coppedge. 124. ta euesti6n, por Charles W. Carter, AJu-owrs, Ouistian Witnesl, 0Ucag0,
.EntireSanctiftCItion in Early Amen- 57 Un informe de aUlor no identifteado TIte Per30n lUtd Ministry O/1M Holy 1912
C3J1 Metbodism_, pp. 4Ss.. YTUDOlby en Warren Cand1er, GreDl RevMús Spiri/: A We.úqGn Perspecriw, Bater,
Satith, .The Doctrine of <be Sanctif- tuJd 1M GreDl Republic, Publisbing GrandRapóds, 1974,pp.178-18LCar_
ying Spiril», pp. 106<s. House of <be M. E. Cb.rch, South, ter tiene problemas porq~ a pesar
42 Smitb, .1be Doctrine of the Sanctif· Nashville, 1924, pp. 197.l9ll del subtítulo de su boro, su trabajo Capítulo IV
ying Spiril», pp. 100s5. 58 PenlecOJt; or, rIte Worl o/ God in representa de hcdlo la posicióo de la
43 <m.ries G. Flnncy, V"uws o/ Sanclifi- Phiú><úlploia. A. D. /858, preparado teología del Movimiento de la Santi- 1 ..Preface to the new American edi-
anio", James Sleele, Obertin, Ohio, por la Asociación Cristiana de JÓYe- dad de fmes del siglo XIX, mis que la tiDo», Harper and Brotbel'S, Nueva
1841l. OC$, Pany aod McMiUao, filadelfia, posici6o wesleyan.a que afirma tener. Yort<,l880.
44 A. M. Hills, Ufe ofOuuks G. FiMe)', 1&59. Compúese el tílulo elegido por La respuesta de Caner a un informe 2 R;chard Wheatley, The life and út-
God's Revivalisl Office, Gncinnati, Russell E. Francis, .Penlecost 1858, anterior sobre las condusiones de es· kr$ of Mrs. Phoebe Palmer, W. C.
1902, p. 226. A Study in Religious Revivals_, Tesis te estudio se puede encontrar en UDa Palmer, Jr., Nueva York, 1874, pp.
45 Es posible que estO estt reflejado en doctoral, Universidad de Pensitvania. nota extensa-al pie de las páginas 188- 326-327. Ver asimismo la coIecci6n de
el apéndice de Finney a las cdkiones 1948. 189 de la edición original. cartas de Pboebe Palmer, TN Promi-
brilánicas de la obra de Asa Mahan. 59 Un análisis de mucha ayuda para rom- 65, O1arles Ewing Brown, The Meaning M O/lhe FalMr, H. V. Degen, Boston,
Baptism 01 1M Holy Cihosl, Elliot pren<Serel desarrollo de fines del siglo of Sanclificarion, Wamer, Anderson, 1859, pp. 1915S-
Stock, londRSt sin fecha. XIX puede verse en Artbur M. Schle- lnd, 1945, pp. 114-115. 3 EstCl5 informes se reoogieron bajo el
46 OberUn Evangeli$l2, 1840, p_ 93. singer, Sr., -.A Critical Periad in Ame- 66 Smith, .Christian Perfection and tílulo FoJl(' Yews in the Old World,
47 Henty CowIes, On Brin, Filled willt riean Religion_, MlUSaC1'lJudts American ldealism., especialmente Fos:ter aod Palmer, Publishers, Nueva
lhe Holy GhoSI. J. M. Fitch, Obc:rlin. Historiad SocUry Pro«edings 64, oc· pp. 2lss. Ver tambiln su prefacio a Yotk, 1866,p.l07,alimprimirunacar_
Oh'" 1848. lubre de 19.30-junio de 1932, pp. 52> Charles G. Fumcy, The P",mig of 1M 18 fechada el U de octubre de 1&59.
48 Esto también apareció en rorma de r~ S46; reimpreso bajo el mismo lítulo Spiril, Belhany FellOl\'Sbip, Minnc:a- 4 Palmer, 1M?romi.2 of ,he Ft:U1Jer. p.
neto, segunda edición, J. M. FiICh, ron una introducción por Richard poi;" 1980. SS.
Oberlin, Obio, 1847, Y más reciente- WoIf, Fort:ress, filadelfia, 1967. 67 C. 1. Scofield, Plllin PapeN on ,he S &18 informaci60 fue e:xt:raída de do5
mente en edición económica, Bcthany 60 DonaIdM.SCOU,From Office lo Pro- Doc:lrine of ,/le Holy Spiril, f1eming cartas de: 1870 (las fechas exactas DO
Fellowsbip. Minneapolls, 1967. fusion: 1M Ncw Engltutti MiniSll)', IL R=1I, Nueva Yort<, 1899,p..racio, son claras) de Asa Maban a Pboebe
49 Oberlin Qu4rlerly Retliew l. agosto de 1750-1850, UniYersity of Pensytwnia p.9. Palmer, entre 106 papeles de Palmer,
1845, p.l15. Este ensayose publkóen Press, Filadelfia, 197&,cap. 8 tilulado 68 Ver el sermón número 40 de Wesky, Biblioteca de Drew UniYersity.
forma separada ron una introducción .Dela Reforma al Refugio: La Trans- • La Peñección Cristiana., Sertn()l7es 6 Asa Mahan Alltobiogrl2phy. /nlellec-
de Rnney, E. J. Goodrich, Obertin, fomación dC\'OCional., pp. 133-147. por el Rev. }JlQn Wesley, n, pp. 286- '1UlJ, Mor41 tutti SpiritMal, T. Wool-
Ohio,1875. La cita se encuentra en la página 147. 232- mer, Londres., 1882, p. 414.
50 Oberlin QUllrluly Rn-;ewl,agostode 61 Smitb, Reviwllism and Social Reform. 69 Daniel Stecle, .Baptism of Ihe Spirit., 7 De laseanas de Mahan a Phoebe fa!.
1845, pp. 95-96. pp. 211-2)2. Gllide lO Holineu20, febrero de 1874, mer, en Iaco&ecciónen la Biblioteca de
51 VcuChrislian Perlection and Ameri- 62 Ver la documentación para esto en p. 38. Losescritos posleriores de Slee- Orew University.
can Idealism, 1820-1900», Asbllry ~­ Donald W. Oaylon, Discovering an le felIelan más ambivalencia sobre es- 8 Asa Mahan, 1M Baptism of tlle Holy
minarian31, OClubrede 1976, pp. 7-34. El/angelical Heri'age, Harper and ta identificación. Su De/eme of Gltosl, Palmer aod Hughe.s., Nueva
52 Henry C. FlSb, PrimilM Piely 1«\;- Row,Nueva York, 1978,especialmen- OJristilUl Perfeetion, Hunl and Ealon, Yort<, 1810, pp. 52ss.
te capitulo 9. Tueva Yotk, 1896, una respuesla a
\.~d; oro rhe. Aggre.ui\.-e P(}\lr"er of rhe 9 George Hugbes, Days o/Power in 1M
Chrütían Clulrt'h, Cong.regationa1 63 Estos cuestionamientos surgen de James Mudge p:>r su ataque al ele- FOTesl Temple: A Revicw of tN Won-
Board o( Publication, Boston, 1&55. George M. Marsden. FIl/VÚ1.menl4- mento instanLáneo de la santirteación tkrflll Worl o/ God DI FOfITtun Na-
53 SnUlh. Rn;\.'OUsm and Social Reform. tism and Ameriazn Odtltre: T1se SIJ,a- en Gr(7Wlh in Holineu Toward Per- liontll Cam¡rMuángs /rom 1867 'o
p.49. ping o/ Twentie'h Cen'"ry feclian; or, Progres.siw: S4nclifico- 1&72, J. Bent. Bostoo, 1873; reimpte-
54 FlSh., Primirive Piery Rn'ived, pp. 244- Ewngelicglism. 1&70-1925, Odord liott, Hunt and Eaton, Nueva York, sopor AJlegheDy WesIeyan Melhocl;ot
245. UniYersity Press., Nueva York, 1980, y 189S, reconoce claramente la tclK:cn· Connectioo, Sale... Oh'" 1975, P. SS.
55 William Artbur, 1M Tong~ of Fire; Robert Mapes Ande~ Y"uion o/ ciade Weskya identirK:a.r1a santirlCa. 10 A MeLeanyJ. W.Eaton,cds..,Penw/;
or, rhe Trw pQI¡I,.·er o/ Chrinia.niry, IN Disin1teriled: 1M Maling ofAme- ción con Pentecoslis. Nólese tw. Face lo Fa« -..ith GaJ, W. C. paJ-
Harper and Brothers.. Nueva York., rican hnJecoslalism, Oxford UniYer- asimismoun rasgo de vacilación en los mer, Jr., Nueva York, 1869, pp. 59-69.
1856, p. 354. sity Press., Nueva York, 1979. diferentes lugares en los que aparece

142 143
RAlCESlEOLOGICAS DEL PENTECOSrAUSMO NOTAS

11 Adam Wallace, ed.,A Modern !'enle- ni,.,BoIIS/rom Penlecostal Sliu. pp. 36 Asa Mahao, cOuc:s:tions Answered»
Divine U/e 6. diciembre de 1882. pp:
146, aparentemente cselea:ionadolt
cost, Metbodist Home Joumal PubLi¡,.. 1lO-&S. de Divine U/e, y más tarde reimpreso
hing Houn, Piladelria, 1873; 24 Ver W. B. Godbey, Spirilllal Gi/IS 109·110.
por los metodistas de Canadá, con un
reimpreso en Coovention Book Store. and GrCJa~ God', ReviYaliR 0f5ce. n Asbu')' Lowrey, «1s lb. Baplism 01 eRSa)O por R. C. Homer, bajo el títu-
H. E.Sdunu~SaIem,OIOO, 1970,p.83. Cincinnati, 1895; ..impt<SO por Hobe tbe HoIy GbosI: a Third Blessing?, lo P~r /IX Service, W"dliam Briggs.
12 S. A. Kcen, Penlecoslal Papers; or lhe Sound Bible CoIIege, Robe Sound, Divine U/e 3, setiembre de 1879, p. 47. Toronlo, sin fecha, pp. 3-18. Ver tamo
Gift O/Ihe Holy Oltosl, publicado por F1a,I975. 38 ¡INd.
bi~n S. P. Jarobs. 17se Rul Otristian,
el autor, Oncinnati, 189S. Apareció 2S Palmer, TM Promise O/Ihe FalMr, p. 39 George Douglas Watson, The Secret S. P. J.-., 1899.
luego en muchas ediciones sucesivu.
13 H. C. Morrisoo, 1M Bapdsm with 1M
Ho/y Ghosl, Penteca;taJ Herald ~
206, y FolU Yearsin 1M OldWorld, p.
395.
26 Palmer, Fota Years in 1M Old World.
-on,
o/SpirilJUJI Power, Christian Witness.,
1894; .. impreso, Newt>y Ilook
Room, N<>bJesviIJe, lod, si. fecha, p_
47 Sobre Homer, ver Briao R. Ross,
.. Ralpb Cecil Hornee: A Metbodist
Sectarian Depa¡ed, 1887.1895It,10",_
Louisville, 1900. Todavía d;sponible P. 395. 3.
nal O/1M Canadian OtlUdlHisloriaú
en librerías. 27 Phoebe Palmer, Pionur Experienca: 40 Edwin Pope, ..'Witb fire' as we:U as Socie.ty 19, marzo.juoio de 1m, pp.
14 Seth Cook Rees., 1M Ideal Penlecos- oro The Gifl o/ pqwer Recdvrd by 'with tbe HoIy Gbost'., CJi";ne U/e, 94·103, Y Harold Will.i.am Pointen,
tal C1um~lt, M. W. Knapp, Revivalist Failn. lll'"trated and OJnfirmed by octubre de 1885, p. 95.
..The Holiness Movemeot O1urch in
Office, Cincinnati, 1897. lhe Tutil'ft(}flies o/ Eigltty Uving Mi- 41 Sobre lrwin, ver la obra de Vinson
Canada., una tesis M. A sin publicar
15 Byron J. Rt.es, HuldlJ A. Rus, 1M nislers, o/Vario," Denominarions, W. Synan,1M:Old-TimePower,Advoca.
de Emmanuel CoIlege de Vicloria
PenleCQslal PropMteu, Cbristian C. Pa1mer,Jr.. Nucw York, 1868.p.vi. le Press., Frank1in Springs. Ga., 1973, Un.iYersity. 1950.
Standard, Ftladelf... 1898. 28 A M. Hills, Holineu and Puwer /or una bistoria de la Iglesia Penlet"Of¡taJ 48 R C. Homer, Notes on BoI.anJ; Dr.
16 Martin WeUs Knapp. Lighlning 8011$ lhe QulTcIt and lhe Ministry, Revi· de la Santidad, especialmente el Mr. Wesky a.nd tM Second Worl o/
170m Pt!nlecoslaJ SkieSi Ot'. [)n¡ices 01 valist arrice, Cincinoati, 1891, un capítuloS, y 1M: Holineu Pentecoslal Gract!, McDonaJd and GiII, Boston y
1M Ikvil Unmasied, Revivalist Offi. verdadero catilogo de opiniones con- Movcmenl in lhe United Slates Wm Chicago, 1893; asimismo Williarn
ce, Cincinnati. 1889. trapuestas sobre este punto, durante B. Eerdmans, Grand Rapids.' 1971: Briggs, Toronto, 1893.
17 ..PentCC05t - What ls h?, GlÜtU lo el sigto XIX. El prefacio Ueva un men- capílulo 3. Ver asimismo la tesis de 49 Ralph C. Homer, Pemecosl, William
HOÜMU 66. enero de 1897, P. 37. saje dado en Obedin, Omo, su hop.r Craig Fankhauser, ..The Heritage of Briggs, Toronto, 1891, p. l38.
18 Q1arles J. FowIet, Bad lO PentecOSI, durante un periodo de evangelización Faitb: An Historical Evaluation o( the .so R C. Homer, Bibk Doctrine.s, Holi-
Ouislian Standard, Filadelna, 1900, p. itinerante. Ver tambi~n su obra Holiness MO'tIement in America., te. ness Movernenl Publishing House,
7. Cleatuing Baptism. Star Hall, Man· sis para MA, Pittsburg Slate Univer. ,:>uawa. 1909. Compárense las expre.
19 E Davies, The Oifl O/Ihe Ho/y Ohos,: chester, Inglaterra, sin fecha. sity, 1983. especialmente cap. 6. Slones un tanto menos: wesleyanas de
'Tht: &Uew,'s Priv;/ege, E. Davie&. 29 Morrisoo, 1M Baptism witn tite Holy 42 Susdos:afirmacionesmás imponantes
esle movimiento, de Wilfred F'Iower,
Readios. Mass., 1874, cap. 2 y apéDdi- Ghost, p. 31, la cuarta de las seis pro- parecen estar en los: lratados:, The The Promi# o/ tite Falher: oro The
ce. poQciones explicadas en este foUeto. &plism o/ Fire y Pyrophobia. El pri. TMotogy o/ the T1Jird BJusing, con
20 Phineas F. Bres«, _Baptism wilb lhe 30 E. P. Ellyson, Dodrinal Shldiu, 'aza· mero, una descripción de su propia ex- unaintrodueci6ndeRC.Homer Ho-
HotyGhosht,en TMDouble Cwrc: or. rene Publishing H<>use, Kansas Qty, periencia. apareció por primera vezen liness Movernent Publishing H~,
Echoes Irom Naliona/ Comp-Mu- Mo., 1936, P_ 106. Way o/ Faillt 6, 13 de noviembre de Ollawa, 1906; reimpreso por Chris-
tings. Christian Witoess, Baston y 31 Russell R Byrum, Hoiy Spirit Bap- 1895. p. 2, y en Way 01 Fllitlt 7, 28 de
tian Standard Publishing House,
Otic:ago. 1894, p. 326. La reedkión re· tism and lhe Second Ouuuing, Qa¡.. octubre de 1896, p. 2. Brocl'ViUe, Ont., 1931.
sumida de este libro, Convention pel Trumpe.. Andc:rsoo. lnd.. 1923; 43 Pyrophobia, p. 2.
SI Ratpla C. Honter. Evangdisl; /lemi-
Boot Score. Salem, Ohio, 1965, no in- rejmp~ Faitb Publishing Housc, 44 OJnstitll,;on and ~neral Rliles o/ the
nisanas/rom His Own Pen. also Re-
cluye este sermón. GUIhrie, Otla., sin fecha. p. 18- Fire-&plked Ho/ineu OlMrd&, Üo1: porls on Five Typical Sermons
21 Mahan, Tne Baptism o/ rhe Holy 32 «J. D.....Entire Sanctincation and!he Coal Press, Royslon, Ga.. 1905, p. 3. publicado para MIs. A. E. Homer po;
Chosl, pp. 46-47, Y especialmente Fulness of lhe Spirit., Guide lo Holi- 4S VerVinsonSynan, The Otd-Time Po- Slandard Olurch Baolo: Room, Bracio:.
Pboebe Palmer, Fotu Years in lhe Old nus 29, abril de 1&56, p. 97. wer. p. 93, Y también una parodia de villc,Ont.. sin fecha. pp. 13-14.
World y TIte Promi$e O/Ihe Tatner. 33 ¡INd.• p. 98- este esquema por A M.BiIIs, ..Fana. S2 Ver,porejempo, W.J. NesbiU,_Ho-
pa.u;m 34 ArtburS. Oibbom, ..Testimonr-, CJi- ticism Among HoIiness People•• Ho- liness and POWC:l'It. Holineu Era 7, 20
22 Mahan, rile &plism o/ lne Holy MM U/e S. diciembre de 1881, p. 114. Uneu AdvocGle, I de abril de 1903. p. de abril de 1898. p. 60.
CItosI, p. 113. 3S ..Enquirics AnsweredJl., Divint: U/e 1, S.
S3 Ver las refutaciones a las ensei\anzas
23 1M Ideal Penluoslal OJurcn, p. 78. 15 de junio de 1877.p.35. 46 S. P. Jac:obs... Receiving Ihe HoI)' Spi. de Homertalescomo las de PelerWi.
Ver tambit:n el capítulo litulado ..Do- rill., Canadian Melhodisl and /JoU- seman, quien salió de la Iglesia del
nes penterostales., en Knapp, Ugltl- neu Eral, 13 de setiembre de 1893, p. Movimiento de la Santidad, Emire

144 145
RAICESTEOLOGlCAS DEL PENrnCOSTAUSMO NOTAS

Sanctifictzlion Before Penlecosl: ls 11 &O, 19(X), pp. 42-43, bajo el título..Mr. 70 R. A Torrc:y, T1tt: Baptism Wilh ,he Aliga' 29 kI &pkm«T 7, 1814, dis-
Mdltodislic arul Scriplllrll11, Chris- Moody's PentCC05bt. Holy Spiri" Fleming H. ReYeu.. Nueva lribuido por una cantidad de editoria-
han Witness, Qlicago, 1934; John R 62 &las palabras son de cMr. Moody, al York, [e. 1895 y 1897]. les de los Estados Unidos, como
Cburcl>, de la IgJem MCloclisU Epis- relatar el incidente al'lo5 dcspués», en 71 lbód, pp. 9-14. W"dlard Troct RoposilO')', F1cming H.
ropo} del Sur, W1Iidlls Ri8M7 Qne- el informe de su bija William R. 72 lbúl, P. \S. Ro-;el~ Yotru.
Two- or Thru-Woru 01 Grace7, Moody, 1M Uf. ofl)w;8M 1.. Moody, 73 A M. Hills., Pmucosr Rejeded and 80 Record o/,he Conve'nlionlor,he Pro-
Pentecostal Publlshing, Louisville. sin F1cming H. Ro-;eII, N..... York, 1900, ,he Elled 0It 1M Ouuclt.es, God's Re- morionolScripllUal Holiness Held al
fecha; <::ba.rk$ V. Fairbaim, UD meto- P. 147. FJ relato mis largo se encucn- vMilist Off.... Cincinnati, 1902. Brig1slorl, May 29 klJJUIe 7, 1I0S, W.
dista canadiense. qlle llegó • ser obi$. In en J. C. PoUoct. Moody: A Bio- 74 Ver William G. MeLoughJin,Jr.. Mo- J. Smitb, Brigblon; S. W. Partridge,
po de la Iglesia Metodista Libre, graplsit»l PorITaiJ 0l,he PaceseUer in 40,. _1""" RonaId Prao, N..... Lond=, 187S.
Pllrity and Power; or, 1M Baptism Modern Mass Evanadism, Maem.illaD, York, 1959, pp. 377.... Y Fonl C. Ou- 81 Acera de estasenseAanzas, verBa.ra-
with 1M Holy Ghost. Ol.ristian Wit· Nueva York, 1963, pp. 84-91. man,John WilbllT Osopnsan. Double- bas, So Grea' Salvation, y Bishop
ness, Clticago, 1930. 63 .Mr. D. L Moody on tbe Baptism of day, Page, Nueva York, 192ft Handlcy e G. Maule, y otros, Holi-
54 Ver Homer, Bible Doctrines,especial- the HoIy Spirit», en King's Higlsway, 7S J. Wilbur Chapman, Recdwd Ye lhe MSS by FaitA: A MtulliQl 01 Keswíci
mente el volumen 2. a JOllrnal 01 Scriplllral Holineu 8, Holy GItos, t, F1emin¡ H. Reven, Nue- Teachlng, Religiou& Traet Society,
55 Homer, Penluost. p. 140. Lond=, 1879, p. 66. va York, 1894. Lond=, 1904.
56 Synan, 'T'M Old-71me Power, p. 84. 64 W. H. Daniels, ed., Moody: His 76 Ford e Oltman, Have Ye Known ,he 82 Estas opiniones se reflejan en 106 in-
57 Hevisto de Ralph C. Homer, Feas' DI Words, WOT1, and Worurs, Nelsoo Holy GMSI t, Evangelistic Publishing. fames menci0nad06 más arriba, aun·
J90$, Feas' o/ J9(/J y Feast 01 /909, and PlUllipo, N..... York, 1877, pp. AJbany, 1895. que no proportiooan textos coocretos
Holiness Movemeol Publishing Hou- J96.403. 77 Sobre este movimiento. ver David D. que reflejen las: enselloanzas de Mahan
se, Onawa. 1905, 19ffl Y1909, cada uno 6S D. L Moody, Secrel Pawu: or TIte Bundy, Keswid: A Bibliograplsic In- de ese momento.
de kls cuales termina ron ctestimo- Secre' 01 SMccess in Ouistian Ule and lrodlletion 'o lhe Higher Ule M~­ 83 Pan obtener mayor bibliografía y las
niosl- y «experiencias» de los partici- Oristian WOfi, flcming H. Revcll, me.ttl.s, Occasional Bibliograpbical listas de }os Inbajos de estas figuras,
pantes. Cbkago, 1881. Papers de la Biblioteca B. L rlSher, ver Bundy, Keswíd, Y Otarles E. Je>
58 Ver Ross, .Ralph Cecil Homer». es- 66 SlanIcyN_Gundt)',~ Them In: The número 3, FlSber LibraJY, Asbury ncs,A Gllide ro lhe SllUlyol lhe Holi-
pecialmente p. 99. Proclama';on Tlseology 01 O. L. Thc<>Iogical Scm","'}', W"o1morc, Ky, neu Mowmenl, la tercera parte,
59 R. e Homer, Weslq on PTostratiOfl. Moody, Moody, Cbicago, 1976, p.154. 1m. la interpretación más corriente dedicada a 106 eMoYimientCl' de Kes-
etc., WBliam Brigp, Tororuo, 1889, 67 LasdifercnciasentreMoodyyTorrey es la deSlcYen Barabas,So Greal SaJ- wicb, Sc:aItt.rOW Press. Metuc:hen, N.
una colección de pasajes extraídos del pueden captarse más facilmcnte ha- votWll: 1M HisloIJ' and Message 01 J, 1974, pp. 485-511.
diario Yde las cartas de Wesley, sobre ciendo una compa.raci60 cuidadosa de lhe Keswici Cotnl'enri01\ Aeming H. 84 Ver la exposición de A B. Simpson so-
«pOStración, grita¡ Yrisas» romo ocu- los sermones de días sucesivos duran- Revell, Westwood,N.J.,I9S2. Una ro- bre CSlCl' temas, en 1M FOIIT-Fold
rrieron durante el ministerio de Wes· te las conferencias de 1894 en North- lección representativa de trabajos pre- Gospel, Christian AJliance Publishing.
ley; y W. B. Buros, Demorutralions 01 field: D. L Moody, .The Anoinling al sentados en las convenciones puede Nueva York, 1890, reimpreso en 1925
lhe Spiril, Holiness Movement Publis- the Holy Spirit for Service», y R. A encontr.use en la obra de Herbcrt F. con una introducri6n de Frederic H.
hing House, Ottawa, 1908, una edición Torrey, .11Ie Baptism with the Holy Stevenson, Keswicl's AII,hettl;c Yoia, Senn, o una exposición anterior lilu-
reducida de un rrabajo anterior de G. Sp;,it», en D. L Pierson, ed., NOTdJ- ZondeJVan, Grand Rapids, 1959, aun· lada «The fuJlness ofJcsus», en G. P.
W. Henry, Shollring: Genll;ne attd /idd Ec:h«-J, Confercnce Book Slore, que se consiguen m'ú detalles por lo Pardingtoo, Twellly-F~ Wonderflll
SpllriOlU, publicado y encuadernado East Northrtekl, Mass., 1894, pp. 32J.. general en el anuario Kes",icl Wed. Years, 1889-1914: A Pop"lar SU,c1s
por el autor, Onetda, N. Y., 1859. 328 Y329-339. 78 la más reciente s(ntesis de estas rela- 01 'he Clsrisl;an and Missionary
60 Charles G. fioney, «The Enduement 68 Esl0 aparece en el cap. 7 del libro de ciones se encuentra en Dieter, T1te AlIitlJ$«, OI.rist.ian AlIiancc Publis-
al Power», agregado a la obra de Asa amplia circulación de R. A Torrey, HoliMU ReviVD.l 01 Ihe N;Mleenlh hing. Nueva York, 1914, cap. 3-
Mahao, The Bap,ism 01 IIse Holy Why God Used D. 1.. Moody, Moody Cenlll'Y, cap. 4, resumida en .Prom 85 Simpson, T1te FOIIT-Fold Cospel, ed.
Ghos', EJliol Stock, Londres, sin fe- Bibk lnstitute, Olicago. 1923; reim- Vineland and Mannheim to BrighlOO 1925, pp. 33, 46-
eba. especialmente pp. 231-2]4. preso por Banner Publicaltons, Mon- and Berlin: 1be HoIiness RevivaI in 86 lbid, pp. ~.
61 Estas mujeres eran .Sister Hawx- rocvi.Ik, Pa., sin fecha, pp.~. N"meteenth Centut)' Eu.rope., Wesle- 87 AJ. Gordoo, T1te T...., o-Fold Ule; or,
burst» y cAuotie Sarah Cooke». fJ re- 69 R. A Torrc:y, How 'o Ob,ain Ftlllneu yan TMologiaJl JOfUrIIJl9, primavera Clsm"s Worl fOT Us and Clsris,'s
lato de esta última acerca del evento 01 PO'lrlIeT, f1cming H- Revell, lueva de 1974, pp. \S-27. Wo..-l in Us, fkming H. Revell, ucva
puede encontrarse en Sarah A ~ York, 1897. 19 Informe obtenido en ACt"OlIttl o/ ,he York, 1895, P. U.
k:e, The Handmoiden o/,he Ú'rd: or, Union Meeting lor ,he PTomot.;on 01
Way.side SUteMS, S. B. Shaw, OIica- Scriplllral Holiness /Idd al (hlora

146 147
RAlCES TI!OLOGICAS DEL PENrnCOSTAUSMO NOTAS

88 A. J. Gordoo, 1M Ministry ol'M Spi- 8 Ver Ren!)' J. Cadbwy, cd., George 18 Este desarroIJo fue edloz:ado por Wi- de Charles G. Finnc:y, LtdIirU on Re-
rit, Fleming H. ~1I. Nueva York, Fox's «8001: o/ MirtJCln», UniYersity Uiam G. Bodamee, Jr., «1be Life and ~ú of Religion, Leavitt, Lord, Nue·

1894, pp. ix-x. p..... Cambridge. 1948. «Milagro< de Work oC Jobann Christoph Blum· va York, 1835, edición cefliea de
89 /bid, p.67. Sanidad. tambtin son desc::ript05 en bardb. tesis doctoral. Seminaño William McLougblin, HaIY3td Um-
90 lbid, pp. 69-70. su J 01l('ftQ/.. TcoI6gi<ode Prina:too, 1966, pp.161- v<nity r...., Belknap r...., Cam-
91 A B. Simp""', 1M Ho/y Splrit; or. 9 W. B. Godbcy, Spiritual Gifts and 171. bridge. Mass., 1960, pp. 52-ll8.
Pt:/Vller¡rom OIIHi,1t., Ouistian AlliaD· Gra.cu, God's Revivalist Offtee, Qn.. 19 lbid, pp. 34-44. 26 R. Kd50 Carter, J'lIillt HeDÜng. Re-
ce Publishing,Nuevo Yorlt, 1895-1896, cinnati, 1895, P. 27. 20 EJ informe de 81umhardt sobre este viewed, Ch.ristian WitDess, BoRoo y
2, p.43. 10 Dudley Wright, ed., 1M Epworllt evento se difundió ampüa.mente, pero Oticago, 1897, P. 109. Para algo más
PMl1Omena, Wimam Rider and Son. contra su voluntad. Ver BJumltardl's general acercade Cullis, ver W. H. Da·
Londres, 1917. Comparar con el Balite: A Conflic' willt SaJan, traduc- niels, Dr. CIIlüs aItIl Hit Worl , Wi-
articulo de J. Gonlon Meltoo, c.JOOn ción de Frank S. Boshold, nomas E. llartI Tract Ropooitoty, Bostoo, 1885;
Capítulo V WesJeyand the Supematurah en Spi- Lowe, Nuevo Yorlt, 1970. W. E. Boardman, FaitJa-Wori; Dr, 'M
rilll4l Fronliers6/1, OI.oñ<Hnviemo de 21 Bodamer, élbe Life and Wort oC Jo- Labourso/Dr. CIIIÜJ in &sIOn, W.ts.
1 MortOll. T. Kdsc:y,Hu1ing Gnd Qris- 1974, pp. 115-l33, Yalgo similar e.n el hann Cltristopll Bhunlwd.., pp. 44- bister, Londres, 1874; y Raymond
tianity in Andenl ThoIl'Jsl ond Mo- capítulo 9 de Paul Lamboume Hig- 45. Cunningbam, «Prom Holiness to
tkrn Timu, Harper and Row. Nueva gins, JoM Wesley: SpirillUÚ Wirne.u, 22 Ver A.nIwe'rs lO Prayer; oro DorolÑ:4 Healing: Tbe Faith Cure in America,
Yortt, 1976- T. S. Denison. Minneapotis. 1960, que Too,.l, Ren!)' Hoyt, Roston, sin fecha. 1872·1892», aurdJ Hislory 43, di-
2 Eve1yn Ft06I, Christi411 Healing, A. R. tambi~n representa la perspectiva del 23 Ver ArtburT. Pierson, Forward Mo- ciembre de 1914, pp. 499-513, en gran
Mowbray, Londres, 1940. grupo Spiritual Frontiers FeUowship. wm,.nu o/ ,he 1AJt Half Cen'"rJ', parte extraído de su trabajo cMinistry
3 En UDa carta al EJector de Brandem· 11 Verla modemaedición de la obra de FUM and Wagnalls, Nueva York y oC Healing: Tbe Origins of tbe
burgo, fechada el 4 de diciembre de Wesley, PrimirWe Plsysic, con una in· Londres, 1905. especialmente el Psycbotberapeutic Role oCthe Ameri·
1539, Ycitada por Bcnjamin B. War- troducci6n de A Wesley HilI, Ep- capítulo 9, «ne Growth oC Faitb- can Qu~, tesis doctoral. Johns
neld, Collnurfeit MiTades, Charles worth, Londres, 1960.yel tratamiento Worb. Hopkins Univenity, 1965.
Scribner's ~ Nueva York, 1918; más extenso del editor en John Wu- 24 La litenatura sobre MüUer es muy ex· 27 Boardman, Fair}¡-Worl, pp. 22-ll
reimpreso por Darmer or Truth, Lon· ley Among rM Plsysicians: A Sllldy 01 tensa y comienza en 1837 con la publi- 28 Olarlel5 Cullis., Fai,h o"res; or, AIU-
dres, 1m, p. 306. Ver tambiin el ro- Eighreelllh-Cenlllry Medicine, Ep· cación del propio Müllerde la primera wers lo Prayer in 'he Healing 01 1M
mentario de Lutero sobre la worth, Londres, 1958. sección de A Na"alWe of Some 01 ,he Sid;, Willard Tract Repository, 805·
ext:remau0ci6o en .La cautividad ba- U Kelsc:y, Healing and Qlristianiry, p. lDrd's Ckalings wi,h Georg,. Miiller, Ion. 1879, p. 13.
biJ6niea de la Iglesia_ en ObrlU tÚ 235, especialmente la lista de citas en wriuen by lsimsell. posteriormente 29 DorolMa Tnulel: oro TM Prayer 01
Marlin útero, Editorial Paid6s, Due. la not.a44. recogida por Frcd Bergin en su Atlto- Fai'h, con UDa introducción de Qlar.
005 Aires, 1967, 1, pp. 2S2ss. 13 The JOllrnal ol'he llev. JoM WesÚ)', biograplly o/ Gt~ Miilúr, cuya edi- les Cullis, tercera edición, WiUard
4 Ver Mortan Kelsey, Healing and A. M., Nehemiah Cumock ed., ~ ción centenaria de 1905 contiene un Tract Repository, 805ton, 1872.
(1uÜlianity, p. 233, y Bcngt R. Hoff- wonh, Londres, 1912, 3, pp. 55·56- p~facioycapítukl final por ArthurT. 30 Daniels, Dr. ClIllis and HiJ Wori, p.
man, LulMr and the MySlícs, Augs- 14 Carta del 16 de noviembre de 1762 al Pierson, J. Nlsbet, Londres, 2da. ed., 339.
burg, Minneapolis, 1976; el autor está Dr. Warburton, Obispo de Glouces- 1906. En 1861 el presiden le retirado 31 W. E. Boardman, «The lord That
convencido de que Lutero sostuvo, en ter, en la edición de Telford de las car- de la Brown University, Francis Way- Healelh Theo., Morgan and Sron,
decto, una forma de sanidad ca- tas de Wesk:y, Ltu,.rs., 4, p. 344. !and, escnbtó una introducción elo- Londres, 1881, pp_ 10-11. Este libro
rismática, al1ratar la cuesaión en las 15 Ver Endre üindely, Kro.nHtDr 1I11d giosa en la edición americana de las también fue publicado en 106 Estados:
pp.1!/5-201. H,.ihmg im 41tuen PieIU7FUU, bi.ngli pñmeru secciones bajo el título TIte Unidos, bajo el título TIte Grea'
S Juan Catvino, JlUtitllción tk la reli- Verlag, Zuric:b, 1962,especiaJmente la Ufe.f Tnul, H. üneoln Wayland ro, Phy»cian, WiUard Tract Repository,
gión cristianA, Nuew Creación. Bue· sección 3C sobre «Gebetsbeilung im Gould and üncoln, Boston, 1861. La 805lon, 1881.
nos Aires..(jrand Rapids. 1985,libro4, Pietismus». biografía más completa publicada has- 32 Ibíd., p. 11.
cap. 19,= 19, pp. 1154-1155. 16 John Albert Bengc.l, Gnomon 01 ,he ta la fecha parece ser la de Roger 33 ¡bid., p.47.
6 Verel articuklde Owen, Dlscourseon Ncw T,.J,anvnl, revisión y edición de Seeer, George Miiller: Deligltred in 34 Mary M. Boardman, Ule anJ IAbors
Spiritual Gifts en The Wor.u 01 JoM Andrew Faussett. T. yT. Oart, Edim- God, Harold Shaw, Wbeaton, 111., o/ dte Rev. W. E. Boardman, D. A~
Owen., William Gould, ed., T. Y T. burgo. 1857, 1, pp. 57S-576. 1975. pletoo, Nueva York, 1887, p. 232.
Oarlt, Edimburgo. 1862,"'¡ 4, cap. 4, 11 Ver 106 comentarios de Bengel sobre 25 Ver en sus conferencias, la número 4, 15 Sello... M. Baner, Di",ne Healing.
pp. 462463. Santiago5.14 en Gnomon, 5, pp. 39-40. sobre «la oración de tñunfo-, y la 5, Olristian Herakl, Brighton. sin fecha.
7 En CounJerfeil Mirades. sobre «u oración de fe», en la obra Esta obra consiste en artl'c:u106 reim-

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RAlCES TEOLOGlCAS DEL PENfECOSTAUSMO NOTAS

presos del Otrúdan Herald a.nd lhe Reviewed. pp. 153--161_ de 105 trabajcx mú importante5 de DMDe Hea1in¡ A=ciatioa, C1úca¡o,
Prophetk News. S3 /bid, P. 167. MoocIy .....Ia poco. MoocIy eW!eole- 1891, pp. 172, 174-175.
36 Canie P. Judd. ..Faith Reckoniogs-eo 54 Esla carta aparece en Boardman, IDeIltc evitaba referitK a eUas, y apa· 70 /bid, P. 168.
Triwnplu 01 Faillt 1, enero de 1881, • T1se Lord T1sa.t HeDletA n.u., pp. rentcmeatc, a partir de ciertas
pp. 2-3. Este editorial se publicó tam- 135-138. referencias en temas acerca de la ora-
bito romo tratado roo el apellido de SS /bid, p. 138. ci6o, DO hubiera acosido ni"&,",,, doc-
casada de la autora, Sel\ora de Moot· 56 WilJiam McDonald, Modern Faith trina rneánica sobre «1a: onci6a de Capítulo VI
gomery. Hu:Ung, McDooald and Gill, Boston, fc». Acerca de Torrey, ver T. J.
31 R. L Stantan, Gospel Parallelisnu: 1892. Este resumen pertenece a Shanks:, ed., Co/lege $tlldenls at 1 Asambleas de Dio5, Combined MillM-
IlIl1Slrated in 1M Healing 01 Body and Carter, «Faith Healjnp Rniewed, p. Nortllfae/d, Flemio¡ H. ~u. Nueva kJ, Flrzz General CoMnci/ (19/4), p. 2,
Solll, omce oC Triumpbs of Faith, 13. York, 1888, pp. 201-2ll3. Lo mWno citado po< Roben Mapes Anderson
Buffalo, 1884, p. 13. 57 Daniel Steele, Half HOllrs with St. que en el caso del bautlsmo del Espíri_ cn Yuion 01lite DisiMerited: TIte Ma-
38 [bid., pp. \5-17. PauJ, McDonald and Gitt, Boston, tu, Tom:y parece involucraJ$C nás, ki", o/ AmeriotUl PentecostaUmI, Ox.
39 ¡bid., p. 152. 1894, especialmente el cap. 35, «Faitb perosu libro - una defensa de lasani- ford Universily Press, Nueva Yort,
40 [bid., p. 174. Healinpo. p.250. dad milagro&a y una doctrina mode- 1m,p. 79.
41 Narrado en TMUfeofA. 8. Simpson, 58 Asbuty Lowrey, «Spirit Leading and rada de la sanidad por medio de la 2 Ver Anderson, Vi.D'on o[ tM [);sinlte-
por A. E. ThompsoD, Christian Other Truths Canied to Excess_ en expiación, g bieo critica 105 extremos rited, cap. S,.1be Pentecostal Messa-
AlIianee Publishing. Nueva York, Divine UJe and Bible Expositor 20, tales como negaJ$C a US&rcmedios»- gc». David William Faupel, del
1920, cap. 8. mayo de 1893, p. tn. fue C5Crito en 1924, cerca de un cuarto Seminario Tcok\gíco Aibwy, W"tlmo-
42 /bid., p. 64. 59 N. Hammood FoIlin, en la inlrodue· de siglo después del "rgimie.oto del re, Kentuety,sost:ie.De esta poQción en
43 A B. Siro"",", 1M Goq></ 01 H<a- ci6n a J. N. Sbort, [)ivjne HeaUng, peotemsta1isrno,IJlOto'imicntoque Tl> unadi5crtaci60 para la UniYersidadde
ling, edicióa revisada, Christian Orrislian Witness, Olicago, ¡:jn fecba, rrr:y abarreda. Como 5UCedía en mu- Birmingbam,lngtaterra.
Allianee Publishing, Nueva York, p.1. chas panes, Torrey pudo baber 3 NeiU Q. Harnilton, 1M Ho/y $pirit
1915, p. 34; ver 1M Lordfor 1M Body, 60 C. B. Jemigan., Piollur [)gys oJ tite modirlCado sus enseflanzas para evitar aruJ EsCMtO/ogy jn Pall/, ScottiJh
auistian Alliance Publisbing, Nueva HoUn,u.s Movemenl jn the SoulJrwest, cualquie.rconfusión roo las doctrinas Jolll7JQ/ of TheoIogy 0ct:tui0M/ p,,-
York, 1925, p. 29. El segundo boroam· Pentecostal Nazarene Publisbing pentecostaJes.. Su libro se titulaba Di- pers, número 6, Olivcr and Boyd,
pUaba The DiS€O'\'ery 01 Divine Hea- H<>USe, Kansas City, Mo., 11919), p. Mne H~, Fleming H. ~II. Nue. Edimburgo, 1957, p.33. Verasimismo
lin" publicado en 1903. 165. va Yort, 1924; reimpreso, Bater, Mario E. tsaac:., 1M Con«pl 01 1M
44 Simpson, ~ Gospet DI Healing, p. 61 B. T. Robens., «1'be Lord Our Hu· Grand Rapids, 1914. Ver asimismo el Spiril, Heythrop Mooognpbs 1, lon-
70. len en E:arnest OuiJrian and Golden análisis sobre T orreyen J. Sidlow Bu- dres:, 1976, y &luard Sc:bwcizer y
45 A. J. Gordon, The Ministry 01 Heo- RlIle 4,juliode 1862, pp. 1-7. ter, DMne Heaüng of 1M Body, Zoo- ot.ro6., Sp;rit 01 God, Adam y Olarles
/ing: MiTadu o/ Cvrc in All Ages, H. 62 Asa Mahan, «.Faitb-Healing., Eomest dervan, Grand Rapids. 1979, pp. 96-97. 1lIack, Lood,.., 1960.
Gannelt, Bostan, 1882, p. 16. Sobre las Christian 48, setiembre de 1884, p. 76. Sí sabemos que en una oportunidad 4 Sobre el montanismo, ver especial_
ensei'lanzasde Gordon, vere! cap. 2de 63 Godbey, Spiritwol Gifls and Graces, p. Torre:y le pidió a John AJexander Do- mente Mauricc Bameu, ne living
Emesl B. Gordon, Adoniram Judso" 25. wie que orara porsu hija. Oowie apro- Flame: Being a $JIU/yo! tM Gift 01 lhe
Gordon.· A Biography. FlemingH. Re- 64 [bid., p. 27. vechó este incidente en .su revista $pirit in tite New TesttllNn/ With Spe_
vell, Nueva York. 1896. 65 Rees, TIte Ideol PellJu:wta/ CJallrclJ, Leln'eJ ofHealing S, 8 de abril de 1899, dal Refereraa to PtopMcy, G/ossola-
46 Gordon, The Mini.stry 01 Healin8, p. p.81. pp. 457-464. Hay una breve referencia tia, Monranism and Perfection,
43. 66 S. B. Shaw, ed., Et:lt«s of 1M Gener4/ a este episodio en la tesis doctoral de Epwortb, Lood,.., 1953.
47 Roben Kclw Carter. TIte Alo~ment Hoijness Assembly He/d in Oútxlgo Editb y.dia Waldvogel, «The 'OYer- 5 Pan ver el uso que Joachim de F"lOre
lor Sin and Si~ss; or, a Fu/l StJIWl- May J-/J, /901, S. B. Shaw, Oicago, coming Life': A Study of tbe hace de text05 e imigenes apocalípli-
rjonlor Solll and Body, WillardTtaet sin fecha, p. 3l. ReJonned Evangelical OriginsolPen- cas., ycr U trabajos de Marjorie Ree-
Rc:positolY, Baslon, 1884, pp. 12-U 67 GIÚde to lIoünus 7S, julio de 1901, p. tccoslalism., Harvard Univcrsity, \U, especialmente jOQcNm 01 FUHe
48 [bid, p_ 17. 23. 1977, pp. 123-124. tuttI tite Propltetic FutllTe,SPCK. Loo-
49 [bid, p. 38. 68 No be logrado encontrar exactamente 69 Ver el apéndice que contiene «Full dreo,l976-
SO [bid, p. 1. C\d1 era la posición de la I'radici60 Repm ol the Fim GenenJ Conven- 6 l...os cinco volúmenes: de Co//ected
SI [bid., p. 38. «avivamentista»de Moodytrorrey, en tion ol tbe Divine He.aling Associa. Wrlri"lJ o/ EdwlUd lni"g, ed. G.
52 Una descripción de este dc.sarroUo esta cuestión. Las biografías tnd~ ÚOOJO, preparado pat1l John AJaander CIIrlyIe, A1eDnder Strahan, Londreo,
eslá incluida en el apéndice a la obra nales guardan completo silencio sobre Dowie y la sellora Dowie, en (h¡r 1864. SOII romplementadol por do¡
de R. Kc:1so Carter. 6Failh HeaUng .. aquellas cuestiones, y la investigacióo Second Year's Harvut, International volúmenes de 1M Proletictú Worb of

150 151
RAICESTEOLOGICAS DELPENIECOSTAUSMO NOTAS

EJwtud Ini"" Alc:xander Straban. talism». tcsisdoctoral, Universidad de 16 Asíes que Jutgeo MoI1maJln.rmnanf lemativb, en Wuley411 T1t«Jlogica1
Loodru.l861. Ver asiJnigno e Qor- Harvard, 1m, PI' 123-124. queso _teología de Iaespc:ranzu pue- JOIU7flÚ 14, primavera de 1979, pp. 45-
don Strachan, 1M PenuC'OS141 T1teo- 11 Sobre d dispe~ ver Da- de verse como una elaboracióo. de la 59. Ver asimjsmo su tesis Yincu1ada
logy o/ EdwQrd lrving. Darton, niel P. FulIer, GoIpeI and Uzw' Con- dinámica del ptctAmo (Notas toma- roo este tema, dabn Wesley's 1beo-
Loogman and Todd, Lood .... 1m. Irasl or COll';Il""m1 Tlle das de sus conferencias cGlauben lI1'Jd Iogjcal Hermeneutio, tesis doctoral.
7 A C. Dixon, ed.. 1M Person aNJ Mi- Hernwne"tics o/ Dispell.flllionlllism, Wust:na, Tubinga, semestre de 'Vera. Emory Uoiversity, 1981.
tU3r'Y 01 ,he Holy Spirit, Whartoo, Wm. B. Eerdmans, Grand Rapids, no, 1980). 23 7""M Portrait 01 SI. Palll, Phillips and
Ilanon, Ballimon:, [1891). 1980; Oarence B. Bass, &dgroJmds 17 Estas cuestiones ban sido bien anali- Hunt, Nueva York, sin fecha, pp. 168-
8 T1te 0uis1Üm Doctrine 01 lhe CIuIrch. lO Dispensmiontilism. Wm. B. Eerd· zadas por K. James Slein, .Philipp Ja- 169. Esta Yotras citas se encuentran en
Fairll and 1M ConsutnmQ.tion. Do,- mans, Grand Rapids, 1960; C. Nor- too Spener's Hope for Better limes una sección titulada .e1 verdadero mi-
matics, Lutterwortb, Londres. 1962; mao Kraus, DispellS4li01UJüsm in for the Olu.rch-Contribulions in Con. nistro cree y predica las tres grandes;
publicación original en alemán, 1960, AnwriCG, Jobo Knox, Rkhmood. 195&. tfOVCrsy», Cownanl Qututerly 37, promesas de Dios, junto roo las tres
3. p. 400. Ouien me hizo conocer este 12 Algunasde las ideasrootenidas en es- agosto de 1979. pp. >20. grandes dispensaciones de la gracib,
pasaje fue J. Rodman WilliaJm en su tO' da;; p4mú06 se las debo a coover- 18 .El Gnomon existe de varias fonDaS, y yse COC\lCntra en laseguoda pane del
pooencia, .]be HoIy Spiril and Es- saciooes roo el proCesor Gerald T. las últimas....ersiooes: inglesas han sido libro, tal como ha sido reimpreso en
chatok>gy», un trabajo presenlado en Sbcppanl, de Emmanuel CoUege, T(). modifICadas para coocordarcoo Iasvi- las diferentes versiones de lasOOras de
la conferencia anual de 1980, de la So- ronto, y su ponencia «.PenteC06tals: siones escatológicas posleriores, Aetcber.
ciery ror Pentecostal Studies (Socie- and Dispensatiooalism: Tbe Analomy cuando la cronologia fall6ynose roo· 24 Jobn fletcher. -Lener to WesJey.,
dad de Estudios Penteroslales), y oC aD Uneasy Relationship., presenta- cretó en el sigJo XIX, como se había Armini411 Magazine 16, 1793, pp. 370-
publicado en PneIlJ7lQ 3, otoi'lo de da en 1983 en la reunt6n anual de la anlicipado. La cronología de Bengel 376, 409416.
1981, pp. S4-58. Williams, un lidcrdel Sociedad de Estudios Penteoostales y ha sido reproducida en detalle por J. 25 John F1eteber, cA Letteron tbe Prop-
ala presbiteriana del movimiento ca- publicada con ellftulo de 'lPentecos- c.P. BurkenA Memoiro/11te Ufeand hecies», presumiblemente dirigida a
rism~tiro. comenta que ti mismo teno talism and the Hermeneutics of Dis- WritinBs o/ John Albert &ngel, Wi. Wesley, sobre las base de evidencias
sent.ia gozo en la expectativa del re- pensationalism: Analomy of an lliam Ball, Londres, 1837, pp. 291.293. internas, en 1M WOTts o/ Rev. Jolm
greso del Sei\or» hasta que -eonoc:i6 Uneasy Relalionship., en Pne"m/I 6, Ver asimismo de Goufried Malzer, Fletdter, John Kershaw, Londres.
el Espiritu Santo_. Desde entonces, otoño de 1984, pp. 5·33. Johann Albreclu &ngel: Leben I>lnd 1826, 4, pp- 529·550.
dK:e, eapenas puedo aguardar hasta su 13 Además de la literatura citada en Wui. Catwer Vertag. Stuttgar1~ 1970, 26 Ver,porejemplo, deAmold EhJcn.A
plena manifestación•. Este comenta· otras notas, be encontrado partkular- PP- 22llss. BibllogTapNc History of DispensoJio-
rio, y la cita de Brunner. DO aparecen, mente útil un C$ludio de Robcrt K. 19 Ver, por ejemplo, Harris FranL:lin nalism, Baker, Grand Rapids, 1965,
sin embargo. en la vertit6n publicada. Whakn, _M.ilknarianism and Milleo- Rall. W4J Weslq a Premillerznialül?, pp. 4142. Este breve libro loma
9 Esta historia ha sido mti reciente- niaJism in America, 1790-1880». lesis Melbodist Boot House, Nueva York, artículos de BibliotheCG Sila'a, YOls..
mente. relatada porTImothy P. Weber doctoral, Universidad de Nueva: York, 1921. originalmente publicado en, 101·102.
en U";,,, in the Shadow oJ 1M Suond Stony Brook, 1971. Modun Premillennialism and Ihe 27 Eslas palabras han sido lomadas de la
Coming: Alm'rican Premillenali.lm. 14 Los sermones, sin embargo, no se pu- Christian Hope. Abingdon. Nueva exposición de Wesleysobre la petición
J875-1925, Oxford Univc:rsity Press, blicaron hasta 1715. Sólo están indui- York, 1920, donde afirma que no era .Venga lu reino», del Pad.renuestro,
Nueva York, 1979; versión revisada, dos: en algunas ediciones de las obras premilenario. Para la posición conlra- tal como aparece en su sexto sennón
Zondervan. Grand Rapids, 1983. Yan- de Howe. pero han sido citados por ria, ver Natbaniel West, JOM Wesley sobre.E1 Sermón del Monee», que ge.
tes de eso, Emest R. Sandeen. T1se lain H. MUmiyen TM Purilan Hope: and Pre-millerzniaJism, God's Reviva- neralmente aparece bajod número 26
ROOlSO/ Fllndarn,enlaüsm: British and A SllUIy;n RrnWl1 and lhe /nurpreta- list, ancinnati. 1894. en las ediciones de sus sermones.
American Millenarianism, 1800- tion o/ Prop1teCY. Danoer of Trutb, 20 atado del prefacio de sus _Notes oC 28 Carta del5 de marzo de 174314 a Wj_
19J(). Unrversity of Oicago Press. Londres, 1971, PI' 241·255. the Revelation of Jesus Qrisl.en E;x- mam McCuUoch, reimpresa en JOO8t-
OIicago, 19JO. 15 En este rootl'OYertido tema de la CSCI- pllUllltory Notes (diversas ediciones). han Edwan:t.s. TM Creat A.....llÚning.
10 Ver especialmente 10$ trabajC5 de to&opa puritana sigo el punlo de vista 21 Carta al &i\or Cristopber Hoppc:r» Wor1.r 01 JONlIMn Edwarth, C. C.
MeMn E. Dieter y Winiam Menzies de lain H. Murray, T1se Purillln Hope. sin fec:ha excepeoel año 1788; reimpre. Goen ed., Yale University Press, New
eo Vinson Synao, ed.,bpeCfs o/ Pen- y de 105 autora: de Peter Toon. ed.. so en la edición de Jackson de 1812 de Haven, 1972, 4. p. 560.
lecoslal-C1wrismalic Origins. Logos Puritans. lhe Mille,w1Un and rlte FJl- las obras completas de Wesley. 12, p. 29 C. e Goen. «.Jonathan Edwards: A
lnlemalional, Plainfield, N. J., 1975.y IlIre o/ IsrlJel: Purilan EscIIalology 319. New Departure in Eschalology.,
de Edith Lydia Waldvogel, .The /600 ro /660. James Oarke. Londres, 22 El amUisls más iluminador sobre este ChJlrch Hi.srory 28. marzo de 1959, pp.
'OYercoming Ufe'; A Sludy of Refor- 19JO. temaesel deOarence L Bence, «Pro. 2540.
med Evangelical Origins of Penteros- cessive Eschatology: A Wesleyan Al.

152 153
RAlCES 11JOLOGlCAS DEL PENrnCOSTAUSMO NOTAS

30 Edwards, .Tbe Distinguisbiog 43 /bid., pp. 17, 31. ss George D. Watson. Step.s lO the 71vo- Tempk, 1966; Artbur S. Yates, 1M
Marts»cn 1kGr~lJIAwaUni'W.4.p. . . lbid., P. 12. neo God'S RevivaHsl, Cincinnalj,
45 1M Comi"8 and lCI"8dom o{ CIorisI, Doctrine 01AUllT4ftCe, Ep.orth, J..on..
281. [18981, p. S.
31 No be vi$to el ¡ermón de Be1lamy, pe- Bible lnttitute CaUege <:o¡porugec d..., 1952; MarI< Noll, cJohn W..ley
56 W. B. GocIb<y YSeth Coot R=, 1M
and lbe Doctrine ol Assurance•• Bi-
ro ha 5ido aparentemente .¡regado a Associatioo, Ql;cago, (1914), pp. 15- RcluTn oJ Jenu, God's Revivalist or-
bliot~CQ SocTlJ 132, abril-jumo de
la edición de 1794 de La obra de E4- 76- fn, Cincinnati, sin fecha. p. 16. 1975,pp.161-171.
....aros.
HlJInble Arkmpl. Samuel Hop- 46 D. L. Moody Gl Home. Morgan and S7 Relatado por A M. Hills eD A Hero
6 En C1lI.llto a la roo~rsia sobre el
kins, A TreGtüe 011 tite Millennillm, Scot~ Loodr<s, (1910J, P. 163- oJ FairA GNl Prayer; oro Ufe oJ 1lnI.
baiab Tbomas .Dd Ebenezer An- 47 A T. Picuoa., .Wortd Wide EMn¡e. .testimonio., ver MeMo E. Dieler,
Martill We/l.r X1IDpp, MTof. M. w:
1iun» en Propltedc SludJu 01 tite /n- TM Ilolitte.ss RevfvlÚ 01 IAe NiM-
drews, Boaob, 1193; reimpl'C$O Amo KnapP. Oncinnali, 1902, p. 154. tUIIlA CenJJU)',Studies in Evangelica:-
p..... N.... York, 1m. IUnDtionDl ProplKey Con/eren«. 58 E/ecrric ShocbfrDm PenJcCOSllÚ &u-
J2 eThe Pernieious Attilude oC tbe Ooicago. 1886, fleming H. Ro>eU, lism, número 1, Scarec:row Press,
teoo. 01', Food DNl lire Jrom SaJl'G-
C!l;cago, 1886, p. 31. Me<uc:ben, NJ, 1980, pp. 35-37.
Churcb on the Rdof"m5 ol tbe Agot. tion Par#. CtJmp~MuI;ng, M. W.
48 Ver, porcjcmplo, la i.nfJuyente defen- 7 Ray StrKber, Crovp Mow:menu o/
en una serie de ce:artas» publicadas Knapp, Oncinnali, 1899, P. 122.
5a del premileDarismo de W. E.
lhe Past lUtd Experimenu 111 GIIitlan-
por rlnney en OberUn Evon,gelist. Es-
Ol!'. Fabcrand Fabc:r,l.ondres, 1934, p.
ta carta se publicó originalmente. el 21 Blackstooe.Jenu is Comí"" F1eming
167.
de enero de 1846. pero fue omitida de H. Ro>ell, N.... York, 1898, tr>duci-
edkiooes posteriores de las cartas ~ doa unoieuatellta idioma¡, otambiéD Epílogo 8 on;"" lifel6, abril de 1891, pp. 85-87.
Un anícWo similar bajo ese mismo
Ieccionadas en forma de libro basta esludi05 mH recientes romo el de
Heruy Clay Miorri5on, Is tite Wortd nombre por el mismo autor apareció
que se incIU)'Ó ea Charles G. Fmney, 1 Electric $hod.s-No.lI, /rom Pcnle~
GrO'Wi", BdlU, or Is tite Worúl Gro- antesen Dnine U/e 10,marzode 1887,
ReflectiOtU 0" Rmwú, compilación COSllÚ Batlerk$; 01', PenJerosliÚ G/o- pp. 235-237.
de DonaId W. Daytoo, 8e11wly f'c.. wi", Worse r, Penteco5tal Publisbing. rie.r Jrom Salvalion Par#.
UoM:hip, Minneapolis, 1979. Louisvine, 1932. 9 Respecto de este punto seria ilustrati.
Camp-Meering-/900, M. W. Knapp,
33 Esto aparece en una lista de ptop6si- 49 El estudio más reciente de la tedogía va la lista compilada por W"J.lliam W.
Oncinnali, 1900, pp. 34.
tos que se publicaba regularmente en de Moody es el de StanSey N. Gunchy, Menzies., Anoinlu lo Suve, fupel
2 Ibid,p.4.
los primct'05 números del OINrlin Lave TMm In: TM ProdlJmlJljon Publishing House, Sprirlgfteld, MiO.,
3 Electrie S1toc:h-No.lV, fmm Penre- 1971, pp. 29-33.
Ewur.gelirt. Th<ology o{ O. L. Moody, Moody, costal Baueries; or, Salvalion Part:
34 Henry Cowtes, eThe Millcnnium- Olicago. 1976. Sobre Torrc:y, ver Ro- lO A M. Kiergan, HisloriCQI Slcl~.s o/
Camp-Meetings, 1902, M. W. Knapp, 1M Rniw;d o/ Trile HOÜMSS o.nd Lo-
No. 1_, ~rlin Ewutgelist 3, 17 de fe- ger Martin, R. A. Torrry: Apo.stle o/ Oncinnati, 1902, p. 115.
brero de 1841, p. 28- Cer'aitlly, Sword o( the Lord, Mur- col OurcA Potity, Church Advocate
4 B. W. Huckabee, PenJeco.staIAd\lOa1_
3S Henry Cowfes, eThe MilJennium- 1=sbolO, Tenn., (19761.
and Good Way, Fort Scou, Kans.,
te, 14 de mano de 1907, p. 8. 1971, p. 31.
No. 9-, Obe'rlin EWlngeJisl 3, 9 de ju- 50 G. W. Wil.son. 77sc S;gn.s o/ 1ñy Co- S Sobre la doctrina de Wesley acerca de
ola de 1841, p_ 94 ming, Chriscian Wilness, Boslon,
11 Lewi PClhf\l$,A SpirilUllI Memoi" 1...0-
la .seguridad de la salvación ysus &Dte.
36 Henry Cowles. «Thc Millennium- 1899. gos lntemalional, P1ainfield, N. J .•
cedentes, ver Porest T. Benner, «Tbe (1973) p. M.
No. 10., ObeTUn Evangeli.Jt 3, 23de ju- 51 Daniel Sleele, Stede's AlUWu.s: A Immediale Antecedentsoflhe Wesle. 12 Parham, 17Je Uje o/ Otarles F. Par-
nio de 1841, p. 101. Sub.slirlltc Jor Holineu, or Anlino- yan Doctrine oflhe Witnessof Ihe Spi. horn, pp. 51.52.
37 lbid. mianism Rn'ñled, reimpreso, Schmul Tit_, lesis doctoral, Universklad de
38 Henry Cowlcs••The MilIennium- Publlshers,Salem, Ohio, sin fecha, pp.
No. 11-, Qberlin EvangeJist 3, 7 de ju. 91-92.
lio de 1841, p. 110. 52 Ver, por ejemplo, Whalen, .MiUena-
39 Henry Cowles••TI1I: MilIennium- ñanism and MiUennialism in Ameri-
No. lb, QberJin EwmplisI3, 21 de ju- ca,l790-1880-.
liorle 1841, p.lt9. 53 A. H. Hills, F~tIIGl QU'ütiGn
40 Henry Cowtes, .The Millennium- TMoIOV, Nazarene Publishing Hoo·
No.23_.~rJinE'lIQngelist3.22dedi­ se, Kansas Oly, Mo.. 1931.
ciembre de 1841, P. 204. 54 W. B. Godbey, A" AppeGl to Poslmi-
41 Paul D. Hanson, TM Dawn o/ Apo- ttenniGlisl.r, PenteoostaJ Mission Pu·
ctI/ypllc, Fonress, Filadelfia, 1975, p. blishing. Nashville, ¡in recba, pp. ~
11.
42 lbid, pp. 11-12.

154 155
Indice de personas
Adams, Benjamín M., 58 Eddy, Mary Baker, 89
Anderson, Robert Mapes., 99 Edwards, Jonatban, 43, 108-110
Arthur, W"illiarn. 47, SS EI/¡<on, E. P., 62
Barth, Karl, 82 Faupel. David W., 6, 99
Baxter, Sra. Micbael, 86 Finney, Charles Grandison, 38, 40, 43, 45·
Baxter, Richard, 19 46,62, 68-69, 71, 73, 83,110,116
Beecher, Edward. 40 F"lSh, Heruy c., 47
BeU, George. 105 F"lSOO, J. E., 34
BeUamy, Josc:pb, 109 Fletcher,Joho, 30-35, 42, 4445, 48, 53, 60,
Bengel, John Albert, 81. 104-105 63,105·108, 113
Benson, Joseplt, 30, 4S Fow1ee, Charles J., 60
Blumhardt, Johano Christoph, 82 Francke, August Hermann, 83
Boardman, W. R, 41, 71, 84-87 Proot, E..iyn, 77
Boland, Je.remiab, 66 Godbey, W. B., 94-95, 113-19
Boole, William H., 58 Gocn, C. c., 1M
Booth, William. 63 Goodwin, Thomas, 19
Bosanquct, Mal)', 31 Goedon, Adoniram Judson, 72·73, 8&--90,
Bresc:e, Phineas, 60 117, 125·26 •
Brown, O1arles, 52 Gossner, Johaones Evangelista, 83
Brumbeck. CarI, 3 HamiltoR, N. O., 100
Btunner. Emil, 100 Hanson." Paul, 113
Burwash, Nehernjah, 67 Hilis, A M., 45, 61, 70, 118
BushneU, lIorace, 41 Hollenweger, W. J., 10
Byrum, Russell R., 62 Hopkins, Samuel, 109
Calvino, Juan, 78 Homer, R. c., 66-67
Carter, R Kelso, 90, 94 Horton, Stanley, 8
Carwardioe. Richard, 38 Huckabee, B. W., 125
Oarke, Adam, 4243 Hughes, George, 51
Oibbom, Arth\lc s., 63 Inskip, Jobn, 92·93
Condesa de Huntingdon, 30 lrwin, Benjamín Harden, 64.-65, 67, 94
Conzelmann, Hans, 34 Jacobs, Simón P., 65~
Cowtes, Hcn¡y. 45-46, 115 Javier, Francisco, 83
Cullis, Charles, 41, 71, 84-U, 88·90, 93 Joachim de Fiore, 100
Otapman. J. Wilbur, 68, 71 Jones, Otarles: Edwin, xiii
ClIiles, Robert. 42 Judd, Carrie P. Ver Montgomery, Carrie
Oarby, Jobo Nelsoo, 100 Jude!
Davies, Edward, 60 Kee(er, Luke, Je., 23
de Aeul)', Oaudc. 22-23 Keen,S.A,58
Degen, Hcnry V., 41, 49 KeUeu, Nonnan Lau.rence, 24
Dittus, Gottliebin, 82 Kelsey, Morton, 77·78, SO
Dowie, Jobo Alexander, 96-97 Kendrick, Klaude, 6
Dunning. H. Ray.42 Knapp, Martin WcJls, 59, 119, 124·25
Dumbaugh, Donald, 21 Lankford, Sarah, ~
Earle, A B., 41, 63, &5 Lindstrom, Hal1illld, 2S

157
RAICESlEOLOGlCAS DEL PENreCOSrAUSMO

Lowman, Mases, 109 Pope, Howard W., 115·116


LowTc:y, Asbuty. 64, 93, 127 Re«, Setb Cook, 59, 61, 95,124-125
Lutero, Martín, 7, 78, 13704 Robe"" B. T, 94
McCa1Ia, Geo<¡e, 90 Rogel$, Hester Ann, 45
Ruth,C. W.,l20
lodiee de temas
McDooald, William, 84, 92-93
Mc.Donncll, Kilian, 3 Sang:s:ter, W. B., 33
Mc.Killiam, Robert, SS Scbafl, Phihp, 37 Abolicionismo, 4849. 56. 114 Olina lnland Misslon,71
McNcill, John T .. 20 Scbweitzer, Albert, 17 Adrian ColIege, 56 Ciencia cristiana, 52, 89
McPberson. Aimee Sc.mple. 9 Schweizer, Eduard, 34 AJdersgate, 23 Confinnaci6ft, doctrina de, 18
Maban, Asa. 40-41, 4344, 56-57, 59-61, 63, SroCoeld, e L, 52 Ang1<xat6licoo 18, 22-23 Consagrac:i6n,8, 43, 47, 63, 68, 73-74, 84,
68,71-72, 94 Sean, Donald, SO Alianza Cristiana y Misionera, 9. 72, 90, 91,128
Melanchtboo, Felipe, 78 Shirtey, Walter, 30 92, 97, 125 Conversión, 6, 20. 39, 4l44, 62, 83, lOS,
Menzies. William, 11 S;bbeo, Richard, 19 Antinomianismo, 21, 154 112,115,117,123-124, l28j de judíos
Merrit~ 1runc(by,39.44,49 Simpson. A. B.• 12-73, 88-90. 92, 97. 117, Arminianismo, 30, 37-38, 43, 108, 11O-lll, 103-104, 111; Y bautismo del Espíritu
Mc:yer, F. 8.,72,74 125 114,117,139,153 Santo,8. 11. 18, 33,69. 73. Verwnbi4!n
Middleton, Cooyers. 26 Smith. Hannah WhitaU. 11, 126 Arrepentimiento, 8, n, 66, 90 Salvación
Mil<, Sra. Edward,86 Smith, Robert Pearsall. 11 Asambleas de Dios, 8, 99, 1m, lS1 Crisis, 29, 42, 44
Mohmann, Jiirgen, 19 Smith, Timothy L. 38. 45-46, 52 Asbury College, S9 Cristo, 12; ascensión, 31, 61; Y bautismo
Montgomery, Carric Judd, 86-87, 92 Spener, Pbilipp Jakob, 103 ~ci6n de la santidad., 6S del Espíritu Santo, xv, 63-64, 125; ro-
Montgomery, George, 87 Stanloo, R. L, 1r1 Avivamiento evangélico, 20, 24 mo modelo, 64, 74, 78, 90; Santifica-
Moody, Dwigbt L, 68-72, 89, 116-17 Steeic., Daniel, S3. 60, &4. 93,117-118 Avivamientos:: el de 1857-1858, 41, 47-48, dor, 88; Salvador, 8S-86, 88, l3ln22;
Moo~ Everett, 6 Stoemer, f. Ernest, 23 53,84;lo5grandesdels. xvm,38, 108; Sanador, 86; cSaJvador, SantiflCador,
Morgan, G. Campbell, 72 Sweel, William Warren, 43 el segundo. 110; el de la calle Azusa,4, Sanador, y Rey que viene», 9, 72. 97.
Morgan,John.46, 73 Taytor, Nathaniel, 40 8, 87, 128, 131 123, 125; señales, obras y milagros, 12
Momson, H. ~ 59, 62 TeLford. John, 30 Avivamientismo: y bautismo del Espíritu Cristoccntrismo vs. neumocentrismo, 2S-
Mülkr. George, 82 Tbomtoo, L 5.. 18 Santo 57,67-71,74; i.nnuenOa de, 38, 26, 32-33, 72, 1.36n4O
Murray, Andrew, 12, n TolTCY. Reuben A., 6S-72, l26, 139n6S 40.43,46-47, SS, 102-103.120, 123; 00- Dispensación del Espíritu Santo, 33, 59,
Murray, Charlotte c..
86 T ....~ Dorothea,82,8S
Upham, Thomas,4J,I29n19
rriente5 milenarias en, 108-112, 116-
117, 125; YWesley, 22, 43-4S
61,64,90, 106
Dispensacionallsmo, 6, 15, 33, 52, 101,
Myland, D. WaJey, 14
Otlman, Ford e, 71 WaJters, Orvilte, 29 Bautismo (en agua) 18 107.Ic.¡, 152.11
QUller, Albert, 21 Warfaeld, Benjamin B., 12, 72 Bautismo del Espíritu Santo, ~ iii, v. ix, 4- Dispensaciones, 6, 31-32, 34, 60, 64-&, 68,
Owen, Jobn, 19,78 Watsoo, Geo<¡e D, 64,119 12, 18, 20, 30-31, 33, 45-47,52--53,55-7S, 101, 105-106, 138080; de Aetcber, 31-
Ozman, Agne6 N., xiii. &, 128 Webb-Peploe, H. W, 72 77, 91, 96, 102, lOS, 11l7, 126, 128, 33,60,63, IOS-I08, 118, 13&80
Palmer, Phoebc, 39. 42-44, 46, 49, 55·57. Weiss,Johannes, 17 132n22, 138n75, lSln68; adicionales, .Doble cura., 80
61,64,126 Wc:kh, Oaude, 11 65; .según Gordon, 74; Pentecostalis- Don del ESp(ritu Santo, 4, 47, S9~I, 64,
Parham, Charle¡ f., 4, 8, lO, 12, 128 Westey, JOOn, xv. 20-29, 32-34, 42-4S, SO- mo y, xv, 4, 6-8, 10-11, 18, SS, 74. 102, 69,70,74
P...... Mark Guy,41 52, 66, 79-81, 1l)l-lll9,134.13 123; doctrina avivamientista del, 67- Dones espirilua.... 4,12-15,22-23, 25-26,
Peck, Geo<¡e, 40, 44 Whitby, Daniel, 109 71, 125; Y...tiíoeaci6n, 51, 5); Y len- 43,. 59, 61. 66, 78-79, 82-83. 93, 97, 101,
Pule" Jessc. 44 Whiterteld. George, 30 guas,xv,126-128; según Torrc:y, 69, 71; l2S; exttaOrdina.rio5, 26, 78, 109; WC$-
Peters. John. 38 Williams, CoIin. 21 variante5 de la doctrina del, S7; tema ley sobo<, 22-26, 93
Pelhrus, Lcwi, 127 Witson, Garth, 19, 117 wesJeyano del, 57-58 Ver también teDas bendiciones_, ensenanza sobre las,
Pierson, A. T. o 116 Wood, A Skevington. 25 Conversión: relativo al b 62,65-67
Pike, J. M., 64 Woodwonh·Etter, Mary B.. 15 -Baulismode ruep, 7,~, 67. 119 Ejército de Salvación, 63
z.eller. Samuel. 82 Calvinósmo, 21, 30, 38, 40, 79, 1U, 117 Eocuent~al aire libre, c:ampament05, 17
Pope, Ectwin, 64
CambioSCKial.48-S1.111 Era apoo:6tica, U.13, 47. 78
Carismata. lIs Escato&ogi'a,IS, 17.19,32,34, 99.109,113-
olCasa de la Bendición_, 88 114,117-119, 133044, 139n89, 152015.
Catolicismo. vii, xii, lO, 23, 78,114,119, 153018; apocalíptica, 113; dispensa·
132, 14Q;yrnovimientocarismátiro,99, cionalisla Vl. pentecostal, 101; posmi.
131; y penterostaJ¡¡~ xiv, 18 len arista vs. pc:ntecostal, 112-11.3;

158 159
RAlCES TEOLOGlCAS DEL PENrnCOSTAUMO INDlCE DE TEMAS

«proCética>o, 113; «realizada>, 28, lOS, 12íl,I23, 125.28, 13ln22,yel ponl..".- 83, as, 127-l28, 131n22 eDcia de, 51-ss. 61, 12S-1U; sobre la
108 ta1ismo, xv, 3, ~ 14, 123, l2S. Ver Pactos., 32 sanidad, T1~79; sobre el milenio, 117
Esclavitud, 48-49,114 tamb~D Glossolalia Penteco&tis: evento. vii-.vüi, 11, 13.14, 18, Regeneración, 8, 18, 60, 62, 10, 90, 103;
Espíritu Santo, el. Vervarios: temas: Bau- «.Lenguas de fuego», 41, 53 JO.33,4S-48,S6,59.(,(),65-6l, 71, 73-74, bautismal, 20
tismo del E.S.; Dispensación del E.S.; td..impieza de pecado», 27, 51, 61~, 65, 9S, 99,105-107,118,121; Wesleysobre, Reino, 108, 110; de Cristo, 109-110; de
Don del E.S.; Fruto del E.S.; Plenitud 68-711, 90-91 143n69; «nu~, 47 Dios, 88; de gracia, 1<:6; milenario, 99,
del E.S.; RecibiJ' el liS.; Ungimiento, tdJuvia temprana.», 14 Penterostalismo: aMlisis teológico, 3.15; 101
del ES dJuvia tardw., ix, ID, 14-15, 133044, S6, y bautismo del Espíritu, 55-74; Ycato- Resistencia pacífICa, 49
Espiritualismo,52 99, 101 licismo, viii, 3, 1&-19; Ycultura, viii, S, Restauración, 27,47,86-87, 88, 101, 109
Evangelio cuadrangular, 9-11, 14, 123 .Medios», oposición a, 89, 91, 94, l5ln6& 4749, 114; Ycrecimiento de la igJesia, Sacramentos., 18, lO, 78
Experiencia: experiencia!, 6, 12, 24,43, 61- Metodismo: sobre el bautismo del Espíri- vili; definici60. de, 3-4; Y escato&ogía, Salvación, ix, 9, 10-12, 20, 24-27, 43-44, 46,
65, 8J..8S, 119, 128; posterior a otra, 6. tu Santo, SS; en Estadoi Unidos, 37· 102; y berme~utica, 9-13; e historia, 65, SO, 96-97,104-106, 108,111; com·
9,29.30,41,43,57, 62, 64~, 72·74, 84 38. 48-49; influencia del, 19-34, 102. xiü-xiv,7; cidC3Jt, 59; lenguaje y simbo- Pleta, 62-63, 127; Y perfección, 42;
.Fe apostólica», La. 10, 13 126; sobre el milenio, 107, 109-110; Y llsmo, 4448; lógica interna, 8-9,14-15; «univcsaht, 30; Wesley sobre, 26-28
Fechas, fijación de, 1045 pentecostalismo,17-34; wesleyano,48- metodismo, 17-)4; y premilenarismo, Sanidad: y el catolicismo, 18-19; corporal,
Fruto del Espíritu Santo, 25-26, 126 49,56 99-120; Ysanidad divina, 71-97; temas, 5-6,9,18-19,73-74,77-97,117-118, 124-
Fundamentalismo: dispensacionalista, Milagroso, lo, 61, 7&-79, 82,109,111 SU1, 74, 99,123,128; tipologfadegru· US, 128, 13In22; espiritual, 87-88; en
101; contlO'w'Crsia, 48 Milenarismo, 19 po&, 6. Ver tambW!n Gulalt la Expiación, 86-94, 92-95, 116-118,
Geslalr de temas pentecostales, 4, 6. 15, Milenio, el, 109-112, 114,120 Peñeeci6o, doctrina de, 24-25, 27-28, JO. 123-126, !Sln.68; fayor especial, 92;
73, 99·100,123 Misión de Fe Apostólic:a, 8 31, 33, 37, 46, 49-50, 52, 55, 61, 107; inswt~ 90-91, 124; milagros de,
GlossoIalia, 3-4, 55, 120, l29n2. 129n3, Montanismo, 100 eatácter teleokSgiro. 42-44; «Sin peca. 12, 14, 18-19, 78, llO-ll3, 90; ypenl..".-
131n22, 132n23, Moralismo, 21 _,28 talismo,ix. 7-8, 11-13,60-61, 71-97,101,
Gracia, 19,27,4243,56. 634l, 66. 77-81, Mormones, 3 Peñeccionismo, ix, 37-53, 72, 77, 79, 103, 116-117,124,127-128; Y pietismo, 19-
93, 109, 117-118, 153; Y justificación, MOlif~ 7, 22-23, 27, 37, 61, 99,107 107-108, 110, 113. Ver también 20; Simpson. sobre, 72-73, 88-89, 92, 97;
2:0; reino de, 108; preventiva, '1:1, 66; Movimiento de santidad, 9-10, 24-25,39, Oberlín, teología de Wesleysobre, 79·tU. Vc:rtambién Me-
«Segunda obra. de, 42, 57, 60, 62-63, 43, 49, 65-67, 74, 89, 93-95, 110, 117- Pietismo: influencia de, 1&-20, 80-82, 99, dias
93; ttteraptutka., 27, 77, 80; «tres 120,124-125,127-128; Y bautismo del 103; leología de, 10,103; yWesley, 22- Santidad de vida, 6-7,42-43, 61-63, 67, 71,
ob~ de, 6-9; .dos obras» de, 6-7, 51, Espíritu, 74, 126-1.28; sobre lasanidad, 24, 79~ 93-94,110-111.
62. 64; Wesley sobre, ~29, 32-33 9Q..91, 93-96; influencia de, 7, 84, 87, PJerlitud del Espíritu Santo, 47, ~ 10- SantifICaCión, 8, 65; inIluencia de, &-9, 44-
Guerra Civil, la, 38, 42, 46, 43-50, 55, ss. 123-126; Y penleoJ<talismo, 9-10, 41, 72, 106, 124-125,138075 46, 51-5), 57-S&, ~ 84, 118; ins-
114 47-53, 99, 101-102; Y peñecciooismo, Poder, 12, 31, 34, 48, 51, 56-58, 61-67, 10, lan~ 42-44, 66, 118, 123; Mahan
Hermanos libres, 83, 100 72; Ypremilenarismo, 117-120;_- 71,73, 77,88,97,127-128. sobre la, 6J..64, 68; nazarc:n05 sobre la,
Hermenéutica, 10-14 miento, 39~ 1,55; tcmasylenguaje,4S- Posesión demoníaca, 82 62; penl..".'al, 46-47, 51-52, S5,57-S&,
Iglesia: como esposa. 15; era de la, 106; 46, 51·52, 69; leología, 42-43, 52, 62-63, P06milenarismo, 102-118 65--66, 70; proceso de, 29, 44, 73; Simp-
perfecta, 14; primitiva, 11·12.33,46.- 72, 97, 12l-124; ensenanza de «las tres Premilenarismo, 8, 93, 99-120, 124, son sobre la, 72-74; Wesleysobre la,6,
47,77,79,100 bendicion~, 62-67; t.radlción, 59, 86, 134n13, dispeo¡acional, 100; y movi· 27-29, 41-45, 51.52, 66-67, lOS, U~,
Iglesia Anglicana, 20-24, 27, 71-72, 79, 90,97,101-102, 13Sn28 miento de 5alItidad, 117-120; surgi- 143n69. Ver también Santificación
l3Sn27 National Hotiness Association, 93-94, 97, miento del, 99-120; y Wesley, 19, rompleta
Iglesia Epi>ropal,41 117 134013 SantiflC3ci6o completa, 6, 9, 2&-30, 33, 40,
Iglesia Mecodlsta Libre, 48, SO, 94 Neumatologia. 24, 99-100, 107. Ver 18m- ProCeda, don de, 61 42-46,51-5),57.S&,60,62~,~84,
19ualitarismo, 49 bitn Cristocentrismo Protestantismo, viii, 19, 21 93-95,97, lOS, 108, 110, 118, 123
lnva:timientocoo poder, 11-12,58, (í8..70. OberliD ColJege, 40-41, 49, 51-52. Ver Purilanim>o, 18-20, 78, 99, 103, 108, 125· Se<uIarizaci6n,49
74 tambitn Obertin.. teo&ogía de 126 .Seguodabc:ndición.», 11,39,40,42,65,69,
Israelismo briLánico. 101 Oberlin, tcdogía de: bautismo del Espíri- Radicalismo: doctrinal, 67, 85, 89, 92, 96, 72-73, 90, 118, In
Jesús solo, MOYimienro,6-7 tu Santo,68;sobreel milenio. 110-112, 123,126; YWesley, 25, 50-51 Segunda venida, la, ix, 6-9, 14, 3J..34, 73-
Juicio, 32, lOS, 118 114, 120; sobre el peñeccionismo, 38, Recibir el Espíritu Santo, 30-31 74,96,99-120, 125, 128, 131022; inmi-
Justificación, 10-11. n, 29, 62. 6S~, SO, 40-46,49-50,53,72, 109-110, 112; sobre Redención, expiaci6o, 32; y ..n"",eI, 88- nencia del retomo de Cristo, S. 14-15,
103 la santiraci6o, 40, 4243, 44-45, 120 91,123. Ver tambit:n Sanidad en la ex- 33,49,50,74, 100-102, 103-104, lOS-
Kenswick., MOYimic.nto de, 71-72 Oración: y fe, SO, 8U3, as, 93, 95-96, piaci60 106, l09-U2, 114,131n22. VertambW!n
Lenguas., hablar en. xv, 3. S~ 11, 14-15, 1SOn68; funci6n de la, 38, 63, 78, SO, 82- Reforma protestante: uadición,.38; infIu- PremiJc:narismo y PouoileDarismo

16() 161
RAlCES TIIDLOGlCAS Da PENrECOSTAllMO

Scguridad,doctrinade la,2S Trinidad, la, 6, 100


Seminario TeoIógioo de Asbuty. S9 Trinitaria, la r6rmula., 6
SclUllcs.l1·12, 15,61,88.fl7,127. Vertam· .TeoIogía del altar», 42
biéo Milagroso, }o Tercer mundo. 131022
Soleriología, 7, 14-25, 'n, 107-1tll, 110; Y Tradiciones cristianas clásicas, S, l2, 15, Inrlice Bíblico
We.sley, 23. Ver tambi~D Salvación 18,21-22, 24, 31-32
tcTres bendicione¡¡.. ensel'Janza de las, 62· Ungimiento,del Espíritu Santo, 15,48,64-
65; «de lo alto», 46. 107 Salmos 3.16.............. 7 11 c"rintlos
67
Vida cristiana profunda, 123, 128 63.U ..•.••• 81 3.21,22 6S U·I4......... 127
Trevecca College, 30 103.__._ 86
11.13.......... 6S
104.4 .......... 6S GiIa1at
Juan 4.16............. 18
IsaIas ubro de: 33
6.1-a._........ 6S 3.16 9 Etesios
33.14 __....... 6S 1.13·\4....... 19
53.3-5.__.... 88 Heellos
63.1 ..__....... 81 Libro de: .... 8,10-14, c,,106alces
JO, 33, 107, 2.9 6
EuquJeI l3On9
Ubrodc: .... 33 1.1·2831 __.. 7 11 Tualonkmses
1.4-)4_..__ 6S 1.4._._ 9 4.16-17.__... 9
10.2-7_.._ 6S 1.5 6S
1.11 7 1 1 Tesalonicenses
Joe! 1.15 7 2.13 84
l..J."brode: .... 14,56,99, 1.18... 58
133039 2_ 56,99, Saollago
133n39 Libro de: 0_. 33, 78
Mateo 2.1-4 6S 5.7-a __ 14
Labro de: .... 33 2.4 7,9 5.14,15 7,9,78,81,
3.11 .........•... 64 2.38 6 8S.a6
28.19 __........ 6 8.14.17 18
8.16-17 ........ 88,94 10.44-46 7 11 Juan
12.29..__ 6S Libro de: ._. 33
M.,... 19.6....._.__.. 7,6S 1.7 6S
6 ................. 78 38....•............ 6S
16.17-18...... 7,81 ApocaIJpsIs
Romanos Librode: .... 119
Lucas 5.1._ 7 15.2 _ ....__•. 6S
Ubrode:_ 10 20 _ ..__... 103

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