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• 31 mayo 2019
Un hongo modificado genéticamente para producir una toxina derivada del veneno de la
araña puede matar rápidamente a un gran número de mosquitos que transmiten la malaria,
señaló un estudio.
Los ensayos, que tuvieron lugar en Burkina Faso, mostraron que la población de
mosquitos cayó un 99% en 45 días.
Los investigadores dicen que el objetivo no es provocar la extinción de estos insectos, sino
detener el contagio de la malaria.
El siguiente paso fue mejorar el hongo genéticamente. Para eso utilizaron una toxina de
una araña venenosa encontrada en Australia. cuyas instrucciones genéticas se añadieron
al código genético del hongo para que produjera esa toxina una vez dentro del organismo
del mosquito.
Derechos de autor de la imagen Getty Images Image caption Las instrucciones genéticas
para producir la toxina de la araña venenosa se añadieron al código genético del hongo.
En Burkina Faso crearon una aldea artificial de unos 600 metros cuadrados, completa con
plantas, chozas, fuentes de agua y alimento para los mosquitos y la cubrieron con una malla
para evitar que los insectos escaparan.
Las esporas de hongo se mezclaron con aceite de ajonjolí y se untaron sobre sábanas de
algodón negras para que los mosquitos se pararan en ellas y estuvieran expuestos al mortal
hongo.
Derechos de autor de la imagen Etienne Bilgo Image caption Las pruebas se realizaron en
una aldea artificial recreando condiciones existentes y cubierta con una malla.
El experimento inicial se hizo con 1.500 mosquitos. Cuando se les dejó libres del hongo,
la población se disparó. Pero en presencia del hongo con la toxina, en 45 días sólo
quedaban 13 mosquitos.
Las pruebas también demostraron que el hongo actuaba específicamente sobre los
mosquitos anófeles y no afectaba a otros insectos como las abejas.