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( lNGEBORG PUPPE

Catedrática de Derecho penal


Universidad de Bonn

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EL DERECHO PENAL
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p
COMO CIENCIA
[
V Método, teoría del delito,
V
tipicidad y justificación

2-1
Presentación
JESÚS MARÍA SILVA SÁNCHEZ

Prólogo
NURIA PASTOR MUÑOZ
3-

4,
~BiJE
2014
Jluh"o César Jaira - Editor

'V ,
EL ALCANCE LÓGICO DE LA
LLAMADA CONCLUSIÓN INVERSA*
"Y quien, por tanto, no posea la capacidad de, por así
decirlo, colocarse anteojeras y apasionarse por la idea
de que el destino de su alma depende de que formule
correctamente precisamente esta adición en la edición
crítica de este manuscrito, que se asegure de
mantenerse lejos de la ciencia ... ".
Max Weber, "Vom Beruf zur Wissenschaft".

1. INTRODUCCIÓN

A lo largo de las dos últimas décadas cabe observar dos


tendencias opuestas en la relación de la ciencia del Derecho
con la lógica. Por un lado, el interés de la ciencia del Derecho
2 en la lógica ha crecido continuamente. En el momento actual
disponemos de una serie de textos docentes de la lógica ele-
mental que han sido escritos específicamente para juristas 1 ,
y de numerosos estudios metateóricos acerca del significado
y la capacidad de rendimiento de la lógica en lajurispruden-
3

*Título alemán: "Die logische Tragweite des sog. Umkehrschlusses",


en Wilfried Küper (ed.), Festschriftfür Karl Lackner zum 70. Geburtstag
am 18. Februar 1987, 1987, pp. 199 y ss. Traducción de Manuel Cancio
4
Meliá (Universidad Autónoma de Madrid).
1
Por ejemplo: KwG, Juristische Logik, 4ª ed., 1982; WEINBERGER, Rechts-
logik, 1970; TAMME10/ScHREINER, Grundzüge und Grundverfahren der
Rechtslogik, t. 1: 1974, t. 2: 1977; BuND, JuristischeLogikundArgumentati-
on, 1983; HERBERGER/S1MoN, Wissenschaftstheorie für Juristen, 1980.
34 INGEBORG PUPPE EL ALCANCE LÓGICO DE LA LLA.l\/IADA CONCLUSIÓN INVERSA 35
'~,

da 2 . Por otra parte, en la praxis intelectual de la ciencia de{ contra una teoría es lógicamente erróneo no impide a sus
Derecho, es decir, en la discusión de los problemas indiv¡J to .
detractores . 1o sin
repetir . cambº10 a 1guno 4 .
duales, cada vez hay menos deducciones lógicas, y cuandcl pareciera que un error lógico en una teoría es considerado
aparecen, es evidente que se les atribuye una reducida fuer2 ~( or el jurista una especie de falla formal, que resulta restaña-
de convicción. ¡ ~ª por la consonancia -fundamentada por otra vía o sentida
Es prácticamente imposible que una teoría reconocida stl intuitivamente- con el resultado final alcanzado. Pareciera que
1'
vea conmocionada por la demostración de un error lógico 3 ; af se piensa que ha de ser algún teórico el que asuma, si quiere,
la inversa, la demostración de que un determinado argumenJ el esfuerzo de mostrar cómo ha de alcanzarse la conclusión
j:',
{ deseada de modo lógicamente correcto. Mientras no toque el
resultado final, se le agradecerá el empeño, y se proseguirá
con mucha mayor tranquilidad de alcanzar la conclusión del
2 Por ejemplo: ENrnscH, "Formale Logik, Begriff und Konstruktion ¡/
ihrer Bedeutung und Tragweite für die Rechtswissenschaft", FS-Klug, t. 1.t
1983, pp. 33 y ss.; FIEDLER, "Die Rechtsfmdung aus dem Gesetz im Licht/
der neueren Logik", FS-Klug, t. _l, 1983, pp. 55 y ss.; LAMPE, '"Juristische~ 4 Así, por ejemplo, la doctrina dominante en materia de aberratio
Logik, 'logische' Jurisprudenz?", FS-Klug, t. 1, 1983, pp. 113 y ss. · ictus reprocha a la opinión contraria desde tiempos inmemoriales que
3
Puede servir de ejemplo la fórmula de la conditio sine qua non en !a\ haría uso de la ficción de un dolo concretado en el objeto o de un dolo
teoría de la causalidad. Ha sobrevivido a su bancarrota lógica más de. genérico indeterminado a este respecto, mientras que es precisamente
medio siglo, concretamente, desde el estudio de ENGISCH de 1931, Kau.'. la tesis de esta opinión contraria que tal concreción sería superflua
salitéit als Merkmal der strafrechtlichen Tatbestéinde, pp. 13 y ss. (cfr,J (KósTLIN, Neue Revision der Grundbegriffe des Criminalrechts, 1845, pp.
por ejemplo, BAuMANN/WEBER, AT, 9ª ed., 1985, pp. 217 y ss.; WELZEL, Das\ 268 y s.; FINGER, Lehrbuch des Deutschen Strafrechts, t. I, 1904, p. 254;
deutsche Strafrecht, 11 ª ed., 1969, pp. 43 y ss.; DREHER/Th6NDLE, Straft "Der Versuch und der Vorentwurf zu einem Deutschen Strafgesetz-
gesetzbuch und Nebengesetze, 42ª ed., 1985, nm. 17 y SS. previos ar~: buch", FS-Binding, t. I, 1914, pp. 257, 268 y ss.; CoENDERS, Strafrechtli-
1; EBERT, Jura, 1979, pp. 561 y ss., p. 563). Y eso que esta bancarrota' che Grundbegriffe, insbesondere Téiterschaft und Teilnahme, 1909, pp.
es completa. No sólo consiste en que la fórmula no pudo hacer justicia 1 118 y s.; KoHLER, Leitfaden des deutschen Strafrechts, 1912, pp. 63 y
a su pretensión original de indicar un método para la constatación de1. ss.; BELING, Lehre vom Verbrechen, 1906, pp. 324 y s.; Unschuld, Schuld
la relación condicional que en Derecho se llama causalidad; esto puede! und Schuldstufen im Vorentwurfzu einem deutschen StGB, 1910, pp. 49
co~regirse fácilmente renunciando a tal pretensión. Por el contrario, la!'1 y s.; Grundzüge des Strafrechts, 11ª ed., 1930, p. 47; M.E. MAYER, AT,
bancarrota lógica consiste en que la fórmula describe erróneamente; t. 2, 1915, p. 331; SAUER, Allgemeine Strafrechtslehre, 3ª ed., 1955, p.
a esa relación condicional en sí misma, esto es, su estructura lógica' 168; WELZEL, Das deutsche Strafrecht, 11 a ed., 1969, pp. 71 y s.; No11,
(ENGISCH, Kausalitéit, 1931, pp. 17 y s.; JEscHECK, AT, 3ª ed., 1978, pp,1 ZStW77 (1965), pp. 1 y ss., p. 5; LoEWENHEIM, JuS, 1966, pp. 310 y ss.,
1
226 y s.; S/S-LENCKNER, 21 ª ed., 1982, nm. 74 y ss. previos a los § 13 y pp. 313 y s.). A pesar de ello, el reproche de la ficción del dolo aparece,
s.; SK-RuooLPHI, actualizado a 1984, nm. 40 previos al § 1). A la praxis' igual que antes, en casi todos los manuales y comentarios, y también
jurídica, y a la mayoría de la teoría, parece que le resulta sencillo vi·'. en los estudios monográficos más recientes respecto del tema, sin mo-
vir con este error lógico, aunque entretanto es generalmente conocido.\ dificar el tenor literal (WEsSELS, AT, 15ª ed., 1975, p. 71; JESCHECK, AT,
1
La fórmula de Engisch de la condición acorde a una ley general no ha 3ª ed., 1978, p. 251; ScHMIDHAUSER, AT, 2ª ed., 1975, 10/45; SK-RuooLPHI,
podido imponerse, a pesar de que se reconoce prácticamente de modo: actualización de 1984, § 16, nm. 33; BEMMANN, MDR 1958, pp. 817 y ss.;
general su superioridad metodológica (WESSELS, AT, 15ª ed., 1985, p. 47;'. WoLTER, Grundfragen des modernen Strafrechtsystems, 1984, pp. 103 y
1
MAURACH/ZIPF, AT I, 6ª ed., 1983, pp. 241 y ss.), ni en lajurisprudencia ss., p. 125; cfr. también BAUMANN/WEBER, AT, 9ª ed., 1985, pp. 410 y s.,
de los tribunales ni en la praxis docente, debido a que su utilización' y H111ENKAMP, Die Bedeutung van Vorsatzkonkretisierungen bei abwei-
resulta más incómoda. chendem Tatverlauf, 1971, pp. 92 y ss.).
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:,
j modo incorrecto. Pero si se llega (aparente o realmente) al conJ rnuY sencillo representar y fundamentar estas decisiones
flicto entre la compatibilidad lógica y la pretendida adecuacior.¡! seiicando aquellas conclusiones triviales de forma lógicamen -
a la materia de las afirmaciones jurídicas, se considera un,Í . ª:correcta. Nadie tendrá la expectativa de que la aplicación,
característica del jurista moderno y metodológicamente ilus.~ t incluso el descubrimiento de complejas fórmulas lógicas,
trado sacrificar la lógica por la teleología sin darle mucha~Í 0
a nevado a cabo precisamente por el jurista, aunque sólo
se
vueltas al asunto. Y el hecho de que entonces -si es que reaiJ sea porque sus tareas se formulan en el lenguaje natural y
1 mente se trata de un principio fundado en la lógica- se esténl porque sus conclusiones y f~~?-amentaciones no pueden n~
asumiendo contradicciones no supone apenas preocupación¡ deben formularse de modo disLmto. Pero, entonces, ¿por que
para el jurista, aunque el lógico le demuestre que de una con.. no es tan trivial la aplicación de la lógica en el Derecho, como
tradicción en un sistema de proposiciones cabe deducirlo todo.; para que no se produzcan errores lógicos, o si ello ocurre,
Ya se ocupará la teleología de asegurar que sólo se deduzca! que sea fácil detectarlos y también eliminarlos?
aquello que resulte adecuado a la materia. ! La cuestión de las dificultades de la aplicación de la lógica
Sin embargo, que no produzca impacto alguno el hecho de¡ en Derecho también es la cuestión de su valor de conocimien -
que cualquier contradicción vulnera "leyes del pensamiento'! to para el Derecho. Sólo lo que no sea trivial tiene derecho a
que rigen de modo absoluto y general en todos los mundos! usar el título "conocimiento". Aquí no se abordará esta cues-
posibles, sí lo generará quizá la circunstancia de que esas!' tión con un estudio más de carácter general y dentro de la
contradicciones también infringen la Ley Fundamental que: teoría del Derecho, sino mediante un intento práctico en el
rige en la República Federal de Alemania, esto es, el art. 3\ que se pretende poner a prueba cuáles son las dificultades
LF: pues toda contradicción significa que se trata de modo' con las que tropieza la aplicación de la lógica en el Derecho y
desigual lo que previamente se ha descrito como igual en lasl qué es lo que puede aportar la lógica para la construcción de
características determinantes. l: conclusiones jurídicas.
El generalizado escepticismo frente a la capacidad de ren.f El llamado principio de inversión de la teoría del error re-
2 dimiento de la lógica en el Derecho, que es compartido preci-f sulta idóneo para un intento de este tipo, precisamente por-
samente por aquellos juristas que se han ocupado con cierto' que su naturaleza lógica no es clara. Podría tratarse de un
detenimiento de la lógica 5 , sin embargo, sólo a primera vista! postulado de la lógica, de la justicia, o meramente de la esté-
coincide con el antes expuesto desprecio de la lógica en la" tica, en el sentido de una simetría percibida como bella y me-
praxis mental jurídica: si es cierto que la aplicación de la· morable. La pretensión de vigencia del principio de inversión
3 lógica en el Derecho se agota en conclusiones breves y trivia-:~ depende de esa su naturaleza. Si se trata de un postulado
les, mientras que las decisiones se toman en otro lugar, y de·¡ estético-sistemático, sólo tendrá valor didáctico, en el sentido
¡.

ben tomarse y revisarse con otros medios distintos, debería de una regla mnemotécnica casual 6 y podrá ser suspendida
en cualquier momento por una razón cualquiera. Si se trata
de un postulado de justicia, podrá entrar en conflicto con -y
¡( habrá de ceder frente a- otros postulados de justicia o inclu-
4 5 FIEDLER, "Die Rechtsfindung aus dem Gesetz im Lichte der neueren'
Logik und Methodenlehre", FS-Klug, t. I, 1983, pp. 59 y ss.; LAMPE, '"Ju·i
ristische' Logik, 'logische' Jurisprudenz?", FS-Klug t. I, 1983, pp. 113 y:
ss.; SAX, JZ 1964, p. 241. ' 6 MAURACH/GossEL/ZIPF, AT JI, 6ª ed., 1984, p. 12.
38 INGEBORG PuPPE EL ALCAl'ICE LÓGICO DE LA LLAMADA CONCLUSIÓN INVERSA 39

so con consideraciones pragmáticas. En cambio, si se tratql . PRECISIÓN DE LAS INVERSIONES


de un postulado de la lógica, su pretensión de vigencia eil 2
La llamada conclusión inversa se aplica en cuatro formas:
universal y total. Cualquier limitación o suspensión, sea cuq¡~
I. cuando un error exonera al autor, el error inverso le
fuere su fundamentación, sería simplemente un error. 1 ~

No disponemos de una exposición general del principio de~ aenera responsabilidad.


inversión en todos sus ámbitos de aplicación. El tratamiento!
t> n. cuando un error genera responsabilidad para el autor,
que recibe siempre se produce de modo limitado a un deterJ el error inverso lo exonera.
minado contexto problemático, de modo sectorial; del misrn0!j)
m. cuando un error no exonera al autor, el error inverso
no le genera responsabilidad.
modo se invoca como argumento. Por otro lado, las "conclusio.l
IV. Cuando un error no genera responsabilidad para el
nes inversas" que se utilizan, sobre todo en la jurisprudencia;h
autor, el error inverso no lo exonera.
más bien se insinúan en lugar de ejecutarse efectivamenteJ Si ahora intentamos precisar las diferentes expresiones
Por lo tanto, en primer lugar hemos de exponer las diferentes! en estos cuatro enunciados de inversión, hemos de tener en
formas de la conclusión inversa haciendo uso del modo de re.l cuenta para comenzar que ya la expresión "error" es ambiva-
presentación habitual, para después intentar precisarlas def lente. Puede ser que se quiera hacer referencia con ella a una
tal modo que, respectivamente, en el marco de las premisas~ representación positiva errónea, o, en cambio, sólo a la au-
de las formulaciones finales se manifiesten determinadas reJ sencia de una representación correcta, la llamada ignorantia
ladones lógicas. A continuación debemos intentar operaciona.i ¡acti. En la teoría del error, la expresión aparece con ambos
lizar la inversión, es decir, formularla de tal modo, en cuantof significados. Así, por ejemplo, el error de tipo es una ignoran-
operación con las relaciones lógicas de los enunciados de par-!'' tia facti, ya que no influye en él qué es lo que el autor se re-
tida, que sea posible su ejecución de modo independiente dei presentó, esto es, que creyera que la persona sobre la que dis-
su contenido. Si logramos ambas cosas, podremos verificar sÜ paró era un jabalí, el tronco de un árbol o un espantapájaros,
a las distintas formas de la inversión -en lo que sigue, las de-\ sino únicamente que no pensó que su objetivo fuera un ser
nominaremos enunciados de inversión- subyace un esquema! humano. En el caso del llamado error de tipo de permisión
final válido común, o varios de estos esquemas. . r inverso, ni siquiera es necesario que concurra alguna repre-
Si resulta éste ser el caso, intentaremos retraducir ade:¡ sentación que implique el error: esta clase de error consiste
cuadamente al lenguaje común las relaciones lógicas halla-! exclusivamente en el desconocimiento de los presupuestos
das, esto es, de tal modo que su alcance se exprese en pa~!' objetivos de una causa de justificación, que sí concurrían de
¡.
labras de modo correcto, en cuanto a su contenido, y con la¡ hecho. Y también en el llamado error de subsunción carece
mayor claridad posible. Entonces, podremos crear una tablaf de interés cuáles son los conceptos bajo los cuales el autor ha
de las aplicaciones de enunciados de inversión válidos quej subsumido su comportamiento; lo único que se plantea es si
aparecen en la teoría del error. A continuación, habremos; resulta relevante para su punibilidad que no lo haya subsu-
de examinar estas aplicaciones individuales respecto de su! mido bajo aquel tipo que en realidad corresponde.
utilidad para responder a cuestiones relativas al error, por s( En otros contextos, por error se entiende una representa-
mismas y en conexión con otras premisas, para comprobar! ción positiva errónea del autor. Así, por ejemplo, el llamado
hasta qué punto soportan las conclusiones que se deducen;: error de tipo inverso consiste en la representación positiva de
de la "conclusión inversa". t· que se está realizando con su conducta un tipo que en reali-
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40 INGEBORG PuPPE EL ALCANCE LÓGICO DE LA LLAlYIADA CONCLUSIÓN INVERSA 41

dad no se realiza. Un error de tipo de permisión es la falsa re.! esentación, eliminar mentalmente los correspondientes
presentación de que concurren los presupuestos de hecho dt! repr ·
Iernentos fácticos, - d'ir 1os h ec h os correspond'1entes
y ana
una causa de justificación, y un error de subsunción inversci e entalmente, cuando el error de partida consiste en una re-
es la opinión errónea de que la conducta propia se subsu11!el ~esentación positiva falsa. En consecuencia, para poder vol-
bajo un determinado tipo. i ~er a alcanzar errores, se intercambian los valores de verdad
Invitamos al lector a que examine el error en la valoración! entre representación y realidad.
paralela de un elemento normativo del tipo, el error de permisiór.\ Esto, sin embargo, es metodológicamente incorrecto, al
y el error de prohibición, así como los correspondientes errores! menos mientras no se adquiera conciencia de ambos pasos
inversos, para comprobar cuáles implican una representación! de inversión y se los separe 7 . En efecto: en última instancia,
errónea positiva y cuáles sólo la ausencia de una representa.\ en todos los casos se trata de examinar simultáneamente
ción correcta. Hallará que en todos los casos en que un errorl dos elementos claramente diferenciados del supuesto de he-
sólo designa la ausencia de una representación, su inversión es! cho, uno objetivo y otro subjetivo, a efectos de determinar su
una representación positiva incorrecta, y a la inversa. l relevancia para la punibilidad. A cualquier estudiante se le
En consecuencia, parece existir la siguiente regla para Ja! vedaría severamente tal procedimiento a la hora de examinar
inversión de representaciones: ! un caso. Que esto no conduzca a una completa confusión se
Si el error jurídico-penalmente relevante consiste en una! debe a que el elemento objetivo -que no resulta de interés por
representación positiva, la inversión consistirá en su nega-1 sí mismo- acaba siendo irrelevante para la punibilidad -así
ción (no la representación inversa, sino la ausencia de la re.I es el caso en los errores de hecho-, o a que resulta relevante
presentación). Si el error jurídico-penalmente relevante con.f en sentido opuesto al igual que el elemento subjetivo que se
siste en la negación de una representación, su inversión es !al examina simultáneamente, como es el caso de los errores
existencia de la representación positiva. '( de Derecho. Esto, sin embargo, es cuestión de pura suerte;
La inversión de una representación (errónea), por lo tantoJ si, por ejemplo, no tuviéramos punibilidad de la tentativa, la
no es -como podría pensarse a primera vista- la representa-i conclusión inversa, tal y como es practicada, conduciría a
2
ción de lo contrario, es decir, de la negación de la representa:! afirmar la irrelevancia del error de tipo.
ción (errónea), sino tan sólo la negación de la representación; Por ello, en lo que sigue primero renunciaremos a una inver-
positiva en sí misma. Por consiguiente, queda claro que la ex-1 sión de los hechos objetivos que se corresponden con el error,
presión "inversión" es al menos fuente de posibles equívocos. t hablando en consecuencia de representaciones inversas en lu-
Sin embargo, de este modo aún no hemos alcanzado erro-¡ gar de errores inversos. Ahora bien, en una determinada moda-
3
res "inversos", pues un error es una discrepancia entre la~ lidad de la aplicación de la conclusión inversa, comprobaremos
representación y la realidad. Hasta el momento, nos hemos'.
limitado a, por un lado, añadir mentalmente la ausencia de;
una representación del autor de la realidad, o, por otro, ar
7 Herzberg ya ha llamado la atención sobre esta doble inversión y
eliminar mentalmente una representación errónea, esto es,¡
sobre las dificultades de su utilización, así como sobre el riesgo que de
4
adaptando las representaciones del autor a la realidad. Para' ello deriva de que se produzcan confusiones debidas a la aplicación erró-
obtener un "error inverso", lo habitual es adaptar ficticiamen- nea de una pretendida conclusión inversa, JuS 1980, pp. 469, 479. Cfr.
te la realidad a las representaciones originales del autor, esto también SPENDEL, ZStW 69 (1957), pp. 441, 458, quien considera que esto
es, cuando el error de partida consiste en la ausencia de una constituye ya por si un error irreparable del principio de inversión.
42 INGEBORG PuPPE EL ALCANCE LÓGICO DE LA LLAMADA CONCLUSIÓN INVERSA 43

que es ventajoso "invertir" también las condiciones objetivas coJ senda de una representación, esto es, una representación
rrespondientes. Sin embargo, lo haremos en un paso específicoi ª~sitiva. Desde el punto de vista de la lógica, no hay diferen-
rindiendo cuentas de sus razones y repercusiones. l P.a entre que para una variable en una fórmula fijemos una
¿Qué es lo que significan las expresiones "generar respon.1 c~presión con negación o sin ella; sólo hemos de prestar aten-
sabilidad" y "exonerar" en nuestros cuatro enunciados de inJ ~ión para que se haga uso siempre de la misma expresión
versión? Ambas se refieren, en primer lugar, a la punibilidaql para la mi~m~ variable. . . . .
de un autor por razón de un determinado supuesto de hechol ¿Y qué s1gmfica que una circunstancia subjetiva del hecho
(hecho) con base en un determinado tipo penal. Que un errorJ genere responsabilidad para el autor? Sería pedir demasiado
dicho con mayor exactitud, una determinada representación! que esa circunstancia se erija en condición suficiente de la
o la ausencia de una determinada representación, exonere aJl' punibilidad, pues nos estamos ocupando en todo caso sólo
autor, significa, por tanto, que esta circunstancia subjetivaf de uno de los muchos presupuestos de la punibilidad con
del hecho se opone a su punibilidad por un determinado h{f base en un determinado tipo. Por consiguiente, sólo podemos
cho con base en un determinado tipo penal. Por consiguiente.!' estar refiriéndonos a una condición necesaria de la punibi-
constituye una condición suficiente para la negación de es~f lidad. En consecuencia, podemos representar el enunciado
punibilidad. Si tomamos la abreviatura Part. para la punibili.\ "una circunstancia subjetiva genera responsabilidad para el
dad del un autor con base en un determinado tipo; para unal autor" esquemáticamente del siguiente modo:
representación del autor o la ausencia de ésta la abreviatura!
CS (circunstancia subjetiva), y la abreviatura H (hecho) paraeil /\ (H) (CS [H] - Part. [H])
supuesto de hecho que se examina para comprobar si concu-1 l.
Es válido para todos los hechos: sólo cuando concurra la
rre punibilidad, podemos representar el enunciado "un error!' circunstancia subjetiva, el hecho será punible conforme al
exonera al autor" esquemáticamente del siguiente modo: ! artículo ...
le
Í'
Es ésta la relación de un elemento del hecho con la con-
" (H) (CS [H] __,. -Part. [H]) f secuencia jurídica de la punibilidad que por regla general se
f
Es válido para todos los hechos que siempre que concurra[ designa-así, por ejemplo, también en el§ 28- mediante la ex-
la circunstancia subjetiva, el hecho no es punible conforme[ presión en sí ambivalente de que "fundamenta la punibilidad".
al artículo... ! Es claro cuál es la relevancia que ello tiene para aquel caso
Los esquemas serían más claros gráficamente si pudiéra-¡ en el que no concurra el elemento del hecho: para ese caso,
mos fijar que "CS" es una representación positiva, y expresá-~ de aquella relación se sigue la negación de la punibilidad de
ramos la ausencia de ésta siempre como "-CS". Sin embargo, 1 ese hecho con base en el correspondiente tipo. Además de ello,
precisamente esto no lo podemos asumir si pretendemos que; como muestra la expresión esquemática, de la existencia de
nuestras fórmulas sigan siendo de validez general; pues ya[ punibilidad, cabe deducir la concurrencia de aquel elemento
hemos visto que lo que aparece como elemento de exonera-[ del hecho. Esto, sin embargo, no nos interesa, ya que es la
ción es a veces la ausencia de una representación, como, pod cuestión de la punibilidad la que hemos de aclarar primero.
ejemplo, en el error de tipo, y, a veces, una representaciónÍ Aquello que podemos deducir de la condición necesaria para el
positiva, como es el caso del error de tipo de permisión. Por ¡,f caso, esto es, que se cumple la condición, es menos claro, pero
lo tanto, "CS" también puede significar la ausencia de una~ importante para la aplicación de nuestros cuatro enunciados
representación, y, en consecuencia, "-CS" la negación de IaJ de inversión. Para este caso, la característica del elemento del
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44 lNGEBORG PUPPE ! EL ALCANCE LÓGICO DE LA LLANIA.DA CONCLUSIÓN INVERSA 45
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supuesto de hecho de generar responsabilidad implica que de~ y para "una circunstancia no exonera":
él, junto con otros elementos del supuesto del hecho, se sigue!
- (CS [H] _., - Part. [H])
la punibilidad. Esto, sin embargo, aún no agota su significadtf
-pues esto puede afirmarse respecto de cualquier supuestci una reformulación más clara de la primera expresión sería:
de hecho verdadero- 8 . Lo que resulta decisivo es que nues.Í
- CS [H] & - Part. [H]
tro elemento del supuesto de hecho que genera punibilidaul
es necesario para generar punibilidad. Es, por tanto, elernen.I La circunstancia subjetiva no concurre y el hecho no es
to necesario de una condición suficiente de la punibilidad de¡l
! punible.
autor por un determinado supuesto de hecho con base en Unl Sin embargo, la expresión "la circunstancia no exonera" no
determinado tipo. Es esto lo que queremos decir cuando en 1ol pretende afirmar ni lo uno ni lo otro, sino meramente niega
que sigue hablemos de que una representación o la ausencia! que esa posibilidad quede excluida. Y el cálculo de la lógica
de una representación hacen posible o fundamentan la pund proposicional no conoce símbolo alguno para la negación de
bilidad con base en un tipo penal. Í una determinada dependencia entre afirmaciones, al igual que
Si la expresión "una circunstancia subjetiva genera res.l carece de un símbolo para la negación de toda dependencia de
ponsabilidad" significa que esa circunstancia es una conctd dos afirmaciones, esto es, para aquello que en el lenguaje jurí-
ción necesaria de la punibilidad, entonces "una circunstan.[ dico se llama irrelevancia o insignificancia. En el cálculo lógi-
cia subjetiva no exonera al autor" significa que ésta no es!¡ co no existe necesidad de tal función de verdad, porque de una
condición suficiente para la falta de punibilidad. Por lo tanto,\ conexión de enunciados en la que se usara no cabría deducir
el contenido de ambas expresiones consiste meramente eni nada. Si un lógico descubre que una determinada vinculación
negar la afirmación de determinadas relaciones condiciona-! lógica de enunciados -quizás en contra de sus expectativas-
les entre los segmentos del enunciado. Esto es algo distinto[ no es válida, la eliminará de sus siguientes reflexiones, sin
de que se afirmaran las relaciones lógicamente opuestas, es! tener necesidad de expresarla antes en signos lógicos.
decir, aquellas que existen cuando se invierten en la tabla\ Aun así, intentaremos llegar a esa expresión, pues no ha-
2
de verdad los valores del enunciado de conexión. Éste, sin! cemos uso del lenguaje de signos de la lógica primordialmente
embargo, sería el resultado si escribiéramos la relación con-i para llevar a cabo operaciones usándolo, sino, ante todo, para
dición necesaria o suficiente en forma de afirmación lógicayi averiguar con la mayor exactitud posible el sentido de nuestro
la negáramos a continuación, esto es, por ejemplo, si escribi·! modo de expresarnos en el lenguaje común. La lógica proposi-
mos, para representar "una circunstancia no genera respon-! cional, como hemos comprobado, no es de ayuda en esta tarea,
3 pero sí la lógica de predicados. Es por esta razón que ya nos he-
sabilidad", lo siguiente:
mos servido de ella al traducir las primeras dos expresiones. Su
- (CS [H] ...... Part. [H]) negación en el cálculo de predicados tiene la siguiente forma:
Para "una circunstancia no genera responsabilidad":
- /\ (H) (CS [H] ...... Part. [H])
4
8
por ejemplo, CARNAP, Abrij3 der Logistik mit besonderer Berück·
Cfr.,
No es válido para todos los hechos: sólo cuando concurra
sichtigung der Relationstheorie und ihrer Anwendung, 1912, p. 7; Kwo, la circunstancia subjetiva, el hecho será punible con base en
Juristische Logik, 4ª ed., 1982, pp. 26 y s. el artículo ...
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46 INGEBORG PuPPE 1 EL ALCANCE LÓGICO DE LA LLAl'viADA CONCLUSIÓN INVERSA 47


'ff
~
Para "una circunstancia no exonera al autor": t Enunciado de inversión I: cuando un error exonera al au-
a
~
!
¡ tor,· el error inverso le genera responsabilidad
- /\ (H) (CS [H] - -Part. [H])
l
~ ¡\ (H) ([CS (H) -> -Part. (H)] - [-CS (H) - Part. (H)])
No es válido para todos los hechos que siempre que conq1 .I
rra la circunstancia subjetiva, el hecho no será punible con! Es válido para todos los hechos que si la circunstancia sub-
!
base en el artículo... 1 ·etiva es condición suficiente de la ausencia de punibilidad (ex-
Por lo tanto, es posible que las afirmaciones en el parénte.1 ~lusión de la punibilidad), su negación es condición necesaria
sis largo sean correctas para algunos casos, pero desde luego! de la punibilidad (fundamentación de la punibilidad).
no lo son pai:a todos. Es esto, y nada más, lo que pretendenl Enunciado de inversión II: cuando un error genera respon-
afirmar nuestras negaciones de relaciones de dependencüd sabilidad al autor, el error inverso lo exonera
No es posible representar esto en signos lógicos de otro moct0 f ¡\ (H) ([CS (H) - Part. (H)] - [-CS (H) - -Part. (H)])
que en la forma de la lógica de predicados, poco clara por el[
gran número de paréntesis. ! Es válido para todos los hechos que si la circunstancia
Aun - es necesario
. en este contexto poner encaro1 una d eter-r¡, subjetiva es condición necesaria de la punibilidad (fundamen-
minada dificultad que se presenta al traducir signos lógicos 1 tación de la punibilidad), su negación es condición suficiente
al lenguaje común. Si denominamos la implicación intensiva! de la ausencia de punibilidad (exclusión de la punibilidad).
(X ..,__ Y) como "condición necesaria" y la implicación extensiva f Enunciado de inversión III: cuando un error no exonera al
(X-Y) como "condición suficiente", con ello, en primer lugarJ autor, el error inverso no le genera responsabilidad
se asocia una relación de necesidad, ya que en el lenguaje!
común usamos ambas expresiones casi siempre para afirmar [ - /\ (H) ([CS (H) - -Part. (H)] - - /\ (H) ([-CS (H) - Part. (H)])
la existencia de una ley natural. Entonces, si traducimos lat Si no es válido para todos los hechos que la circunstancia
expresión - /\ (H) (CS [H] ..,__ Part. [H]) como "no es válido parat subjetiva es condición suficiente de la ausencia de punibili-
todos los hechos que la circunstancia subjetiva sea condición l dad (la circunstancia no excluye la punibilidad), no es válido
necesaria de la punibilidad", puede fácilmente suceder quef para todos los hechos que la negación de la circunstancia
se nos malinterprete en el sentido de que si bien afirmamos~ sea condición necesaria de la punibilidad (la negación de la
la existencia de una relación condicional conforme a una ley i circunstancia no fundamenta la punibilidad).
natural no para todos los hechos, sí la habría para algunos. f Enunciado de inversión IV: cuando un error no le genera
Sin embargo, no estamos afirmando relación alguna de estel responsabilidad al autor, el error inverso no lo exonera
tipo, sino sólo que hay hechos en los que no concurre el tipo~
subjetivo y que, a pesar de ello, son punibles. Junto a ello,~ - /\ (H) ([CS (H) - Part. (H)] - - ¡\ (H) ([-CS (H) - -Part. (H)])
puede haber hechos punibles en los que concurre la circuns- ~ Si no es válido para todos los hechos que una circuns-
tanda subjetiva y, como es natural, también hechos impunes r\ tancia subjetiva es condición necesaria de la punibilidad (la
en los que está ausente. ¡ circunstancia no fundamenta la punibilidad), no es válido
Si ahora escribimos nuestros cuatro enunciados de inver- l para todos los hechos que la negación de la circunstancia sea
sión en signos lógicos, comprobaremos si se fundamentan enl condición suficiente de la ausencia de punibilidad (la nega-
un esquema de conclusión válido: ! ción de la circunstancia no excluye la punibilidad).

l
l
48 INGEBORG PUPPE EL ALCANCE LÓGICO DE LA LLAlVIADA CONCLUSIÓN INVERSA 49
¡
3. SOBRE LAS CARACTERÍSTICAS LÓGICAS Y EL ALCANCE DE LOS CUA. f 1
y es por ello que constituye un mero argumento aparente
~
TRO ENUNCIADOS DE INVERSIÓN
li 1
r: ~ se justifique un presupuesto de la punibilidad discutible
qn cuanto a su legitimidad, como, por ejemplo, la condíción
El enunciado III es la negación del enunciado I, el enunc¡J
ebjetiva de punibilidad de los§ 227 o § 323ª, aduciendo que la
do IV la negación del enunciado II. Por ello, entrarán en con:I 0
unibilidad no es (co)constituida por ella, sino que tan sólo su
fiicto, respectivamente, el enunciado I con el enunciado III,vl
~usencia excluye la punibilidad (debido a la lenidad de la ley) •
9
el enunciado II con el enunciado IV, cuando esté en cuestió~Í
pues no se puede afirmar lo segundo y negar lo primero simul-
si un error resulta relevante o no lo es. En este contexto, s;! táneamente, ya que ambas expresiones significan lo mismo.
tratará de los enunciados I y III si lo que se plantea es si unl
Ahora, además, podemos llevar a cabo unas primeras
determinado error excluye la punibilidad (es condición sufiJ
constataciones importantes respecto del alcance lógico de la
ciente de la ausencia de punibilidad), y de los enunciados ni
narnada conclusión inversa si consideramos las consecuen-
y IV, cuando el error entre en consideración como condición¡
necesaria de la punibilidad (circunstancia del hecho que funJ cias de nuestros cuatro enunciados de inversión en una for-
ma más precisa:
<lamenta la punibilidad). ¡ En ningún punto hallamos que en un caso se afirme la
De nuestra regla de inversión se deduce que la expresión!
punibilidad en cuanto consecuencia definitiva; por el contra-
"CS" es usada en los enunciados I y III en un sentido opuesto!¡
rio, únicamente hay casos en que se excluye la punibilidad o
al que se usa en los enunciados II y IV. Si usamos la variabie ¡ la posibilidad de que haya punibilidad, en el sentido de que
de modo uniforme y escribimos, por ejemplo, "C" en vez def
se niega su exclusión, esto es, que queda abierta la posibili-
"CS" en los enunciados I y II, y "-C" en lugar de "CS" en los!
dad de que exista o no exista. Esto no es sorprendente, pues-
enunciados II y IV, se observa que el enunciado II consiste enl
to que en todos los casos nos hemos ocupado exclusivamente
intercambiar conclusión y premisa del enunciado I; la misma!
de una única condición de la punibilidad, que, en cada uno
relación existe entre el enunciado IV y el III. Por consiguiente11
podemos sintetizar los enunciados I y II del siguiente modo: f!
de los supuestos, constituía en todo caso una condición nece-
saria, pero que nunca podía ser condición suficiente .
10

/\ (H) ([C (H) ~ Part. (H)) ....,, [-C (H) --;. -Part. (H)J) ¡¡
Es válido para todos los hechos que cuando una circuns-.1f'
tancia es condición necesaria de la punibilidad (fundamen-[
tación de la punibilidad), su negación es condición suficiente;• 9 BGHSt 16, pp. 124, 125 y s., respecto del § 330 en su redacción anterior.
de la ausencia de punibilidad (exclusión de la punibilidad), yf: 1 º
Esto ya lo expuso con toda claridad SPENDEL, ZStW 69 (1957), pp.
a la inversa. I 441, p. 449 y ss. Sin embargo, él mismo sólo extrajo de ello la conse-
Es ésta una forma de conclusión de validez general en la f cuencia de rechazar la llamada conclusión inversa a limine. Aunque
lógica proposicional: la llamada contraposición. Hemos alean-~ era consciente de que la contraposición podía ser una "conclusión
inversa" (pp. 456 y s.), renunció a explorar su posible valor para la
zado así una primera conclusión de nuestros análisis: a losf:
teoría del error, así como a corregir los errores, por él descubiertos,
cuatro enunciados de inversión les subyace un único esque-1 de la "conclusión inversa del RG'', mediante un mejoramiento de sus
ma de conclusión, sencillo y generalmente válido, esto es, !al premisas. Sax emprendió un intento de llevar a cabo esa corrección en
contraposición. Por lo demás, ésta rige también respecto de[' JZ 1964, p. 241, intentando extraer del§ 16 (§ 59 en su redacción an-
cualquier otro presupuesto de la punibilidad, como es natu-! terior) una relación de equivalencia (p - q, sólo siempre y cuando p,
¡,
¡,
[
f:
L.....
50 INGEBORG PUPPE EL ALCANCE LÓGICO DE LA LLAMADA CONCLUSIÓN INVERSA 51

De la conclusión inversa en cuanto procedimiento lógica. cho objetivamente conforme a Derecho en caso de un error
mente válido, por tanto, nunca cabe deducir que un cornp 01. he . d . ·-
. verso de tipo e perm1s10n.
111 A pesar de ello, en repetidas ocasiones se han extraído este
tamiento sea punible. Por otra parte, la conclusión invers·
<i 11
no puede ser desacreditada en cuanto procedimiento lógico t' de deducciones de la "conclusión inversa" . Es posible
1 0
intentando inferir de ella una punibilidad inaceptable. Así ;e ello quede explicado en parte por un déficit a la hora de
por ejemplo, de la conclusión inversa no se sigue la punibi!i'. ~istinguir entre condiciones necesarias y suficientes, pero este
dad de la tentativa inidónea con base en el § 16, y de la teoría fenórneno difícilmente puede ser explicado con este error ló-
limitada de la culpabilidad no se infiere la punibilidad del gico en principio simple. Más bien parece que subyace otra
idea. Como se ha dicho, en la aplicación de la "conclusión in-
:! versa", la operación no se limita a corregir o completar la re-
1 presentación del autor, sino que simultáneamente, se adapta
i ncticiamente la realidad a la representación original del autor.
entonces q). Ahora bien, es cierto que en una relación de equivalencia~
cabe deducir para el caso de la negación de una de sus partes la de 1a para llevar a cabo esta operación, no se piensa exactamente
otra (-p - -q); sin embargo, no es posible extraer del § 16 una equi.f si el error relevante consiste en una representación positiva o
valencia que no sea completamente trivial y estéril. La propuesta del sólo en una ignorancia (facti o iuris), sino que sencillamente se
Sax en el sentido de que "siempre que se afirme la no concurrencia cteJ, transpone una representación positiva errónea del autor ha-
circunstancias del hecho, no habrá actitud interna criminal" (p. 24Sj f
cia lo objetivo. En este procedimiento, que denominaremos, en
es incorrecta en cuanto a su contenido si se interpreta como equd
valencia, pues la actitud interna criminal tiene otros presupuestosf contraposición con la inversión que hemos estudiado hasta el
adicionales, así, en todo caso, el llamado elemento volitivo del dolo, y,I momento, inversión doble, se manifiesta una llamativa sime-
dependiendo de lo que se entienda por actitud interna, algún elementol tría: si un determinado contenido es condición necesaria de la
más. Y tampoco es posible -como propone Sax (p. 242)- suponer sú! punibilidad en el ámbito subjetivo, es decir, si la representa-
concurrencia con independencia del elemento cognitivo, pues a su vez~ ción de ese contenido fundamenta la punibilidad, el contenido
tiene como presupuesto ese conocimiento. Si, por lo tanto, se acentúaÍ
-limitando la consecuencia- la implicación extensiva que cabe dedu:[ objetivo correspondiente, esto es, la veracidad de esa represen-
cir del§ 16 hasta convertirla en una equivalencia, sólo se obtiene !al tación, no es necesario. Si una condición es objetivamente ne-
proposición: siempre y solamente cuando no haya conocimiento de! cesaria, su representación no lo es. Lo primero se toma como
las circunstancias típicas, no habrá elemento cognitivo del dolo, del un contenido de hecho, lo último como contenido jurídico. La
lo que cabe inferir entonces: siempre que haya conocimiento .. ., habrá!
siguiente tabla subraya la simetría:
elemento cognitivo del dolo, nada más. La vía de obtener mayores re-¡
sultados de la "conclusión inversa" intentando obtener de la norma¡,
una equivalencia, por lo tanto, tiene pocas perspectivas. Esto también t
lo muestra el punto de partida de HERZBERG, n. 7, de "circunscribir...' f
el principio de inversión "a su núcleo trivial, la contraposición entre [
dolo y no-dolo". De este modo, sólo alcanza resultados negativos, a!\
la punibilidad, y no al rechazo de un presupuesto de la punibilidad
mostrar que ciertas conclusiones extraídas por doctrina y jurispru: ¡
(por ejemplo, error de subsunción, conciencia de antijuridicidad); al
dencia de la conclusión inversa no pueden ser reconducidas a eser
"núcleo trivial". De este modo, Herzberg dirige su fuego mucho más! respecto, también la nota 37.
1 11 RGSt 42, pp. 92, 94; 72, pp. 109, 112; WEGNER, Strafrecht AT, 1951,
allá del objetivo de una reconducción del principio de inversión a su
contenido lógico, ya por el hecho de que parece considerar (p. 480) que pp. 220 y s.; BRuNs, Der untaugliche Téíter im Strafrecht, 1955, pp. 10 y
sólo es de aplicación para el dolo, pero no para otros presupuestos de SS., pp. 14 y S.
52 INGEBORG PuPPE EL ALCANCE LÓGICO DE LA LLA.lVIADA CONCLUSIÓN INVERSA 53

~
Es este postulado de simetría lo que está en la base del
Objetivo Subjetivo razonamiento cuando, por ejemplo, del§ 16 se deduce la pu-
Hechos del tipo No necesario Necesario
- nibilidad de la tentativa inidónea. Sin embargo, de la consta-
tación de que un determinado elemento subjetivo es con.dición
Subsunción bajo el tipo Necesario No necesario necesaria de la punibilidad, para el caso de que se cumpla ese
Hechos de la antijuridicidad No necesario Necesario
- elemento subjetivo, sólo se sigue que la punibilidad no queda
excluida, pero nada se deriva a efectos de determinar cuáles
Valoración como
No necesario Necesario son los elementos objetivos necesarios para ello. Y mucho me-
antijurídico
nos cabe deducir de la constatación de que un elemento no es
Valoración de elementos
No necesario Necesario
subjetivamente necesario que lo sea objetivamente. No hay ra-
normativos del tipo zones lógicas que impidan al legislador convertir a un determi-
Valoración de elementos nado contenido de un elemento típico en condición necesaria
Necesario No necesario de la punibilidad tanto objetiva como subjetivamente, es decir,
generales del delito
por ejemplo, combinar el § 16 con una teoría objetiva de la
tentativa o la impunidad en caso de error de tipo de permisión
La tabla se ha completado conforme a la doctrina dominan. con una justificación puramente objetiva.
te, resulta fácil de memorizar y quizá también sea bella, pero Lo que sucede es que no puede probarse el postulado de
no demuestra nada para esta doctrina dominante 12 . Será cier- simetría acabado de exponer con medios de la lógica, pues se
ta si existe una regla general conforme a la cual un basa en una vinculación de elementos objetivos y subjetivos
do elemento del delito sólo puede ser o necesario subjetivamen- del delito que deriva del contenido, no de la lógica. Quizá se
te o sólo objetivamente, pero nunca ambas cosas a la vez. trate de un postulado de justicia. En todo caso, de momento
sólo podemos reconocerle un atractivo estético, y a la doctrina
dominante que se expresa en este principio, un valor didácti-
12 Haft
ha presentado tablas similares en cuanto al contenido, aun-
co. Quien no separe este postulado de simetría de la conclu-
que no en el modo de representación, JuS 1980, pp. 430, pp. 434 y s. sión inversa antes analizada, corre el riesgo de cometer uno de
también afirma, al principio, de una tabla de estas características que los siguientes errores: considerar que el postulado de simetría
"no prueba nada", pero continúa diciendo que "ofrece una explicación y la doctrina dominante son susceptibles de ser deducidos por
sistematizada y abreviada que muestra su corrección al tener en cuenta vía de la lógica de la ley, o malinterpretar la conclusión inversa
cualquier caso que pueda presentarse, poniendo de manifiesto las leyes
sólo como una regla mnemotécnica de cierta belleza.
internas que están en la base de la regulación legal" (p. 435, sin cursiva
en el original). Entonces, ¿la tabla sí prueba algo, y ello, en primera ins- Sin embargo, teniendo en cuenta que hallamos aquella
tancia, por ser completo? ¿De qué clase son sus leyes internas que que· simetría en la opinión mayoritaria, y que reconocemos esta
dan de manifiesto, y cómo pueden formularse en cuanto "leyes"? ¿Por doctrina dominante como correcta en las conclusiones que
qué subyacen a las regulaciones legales, por una necesidad "interna", o alcanza, o aunque sólo sea que podemos suponer que a efec-
sólo gracias a la coincidencia casual de decisiones respecto de proble· tos de prueba resulta correcta para determinados fines, nada
mas concretos del legislador o de la jurisprudencia, independientes las
nos impide aprovechar esa simetría para comprobar, en caso
unas de las otras? Sólo en el primer caso podría hablarse con razón de
"leyes internas", pero puesto que también Haft rechaza su inferencia de duda, la clasificación de un error como error sobre hechos,
lógica, su fundamentación no está nada clara en su posición. como error de subsunción o como error de prohibición. Y es
54 lNGEBORG PuPPE EL ALCANCE LÓGICO DE LA LLAlVlADA CONCLUSIÓN INVERSA 55

precisamente éste el uso que suele dársele a la conclusióu rezcan triviales, pero será su ulterior análisis y la representa-
inversa en la praxis. Si en el caso de partida hemos clasifica. ción de su uso en las pruebas de inversión simple y doble lo que
do un determinado error, la conclusión inversa nos muestra podrá poner de manifiesto su valor y sus límites.
cómo hemos necesariamente de resolver otro caso si es que Las aplicaciones de los cuatro enunciados de inversión,
nuestra clasificación es correcta. Esto lo llamamos una prue. identificadas con (1), se refieren a errores sobre elementos des-
ba de inversión. Aquella simetría nos aporta un segundo caso criptivos del tipo; las identificadas con (2), a la teoría de la va-
auxiliar, más alejado del supuesto de partida. Esto lo den0 • loración paralela en la esfera del lego en el caso de elementos
minamos prueba de inversión doble. Puesto que no funciona normativos del tipo; las que aparecen bajo (3), a los errores
sobre una base puramente lógica, es menos confiable que la sobre hechos justificantes, y las que se mencionan bajo (4), a
simple. En las diversas aplicaciones veremos cuáles son las los errores de prohibición en sentido amplio y a su inversión.
ventajas que genera y por las cuales resulta útil, junto con
prueba simple, para comprobar la clasificación de un error. Tabla
En todo caso, una vez que nos alejamos de la pura conclu-
sión inversa al usar la prueba de inversión doble, es necesario Enunciado de inversión I Enunciado de inversión JI
diferenciar meticulosamente entre dos aplicaciones de la con- (1)
(1)
clusión inversa que hasta el momento no han solido separarse
Si la ausencia de una representa- Si la representación de hechos
con suficiente claridad: las pruebas de inversión simple y do-
ción sobre determinados hechos que cumplen un elemento del
ble para Ia comprobación de la clasificación de un determina- tipo es condición necesaria de
que cumplen un elemento del
do error individual en las categorías previamente dadas de la tipo excluye la punibilidad, esa la punibilidad, su ausencia ex-
teoría del error, por un lado, y la inferencia, hecha sirviéndose representación es condición ne- cluye la punibilidad.
de la conclusión inversa, de determinadas proposiciones gene- cesaria de la punibilidad (posibi-
rales de algunas proposiciones generales de la teoría del error, lita, fundamenta la punibilidad).
por otro. En esta última operación, la conclusión inversa ha de (2)
(2)
aplicarse en forma pura, si se pretende que la deducción tenga
la pretensión de ser lógicamente obligada. Por ello, la idea de Si la ausencia de una valora- Si una valoración paralela es
ción paralela excluye la puni- condición necesaria de la puni-
la simetría nada tiene que hacer en este ámbito.
bilidad, esa valoración es con- bilidad, su ausencia excluye la
Abordaremos en primer lugar la segunda aplicación de la
dición necesaria de la punibili- punibilidad.
conclusión inversa, intentando establecer una tabla de aplica- dad (posibilita, fundamenta la
ciones generales de nuestros cuatro enunciados de inversión a punibilidad).
cuestiones jurídicas de la teoría del error. Para ello, extraeremos
(3) (3)
las premisas de las doctrinas que se sostienen en jurispruden-
cia y ciencia respecto de problemas del error. Por lo tanto, re- Si la representación de hechos Si la ausencia de una represen -
nunciamos a estudiar las consecuencias derivadas de todas las justificantes excluye la punibili- tación acerca de hechos justi-
premisas imaginables. Y por esta razón, estableceremos respec- dad, su ausencia es condición ne- ficantes es condición necesaria
to de algunas clases de error varios de estos enunciados de apli- cesaria de la punibilidad (posibili- de la punibilidad, la concurren-
ta, fundamenta la punibilidad). cia de la representación exclu-
cación, dependiendo de si existe consenso sobre su tratamiento. ye la punibilidad.
En su forma precisa, estos enunciados de aplicación quizá pa·
56 INGEBORG PuPPE EL ALCANCE LÓGICO DE LA LLAMADA CONCLUSIÓN INVERSA 57

(4) (4) 4. SOBRE LA APLICACIÓN ( 1) DEL ENUNCIADO DE INVERSIÓN 1


Si la ausencia de la conciencia Si la conciencia de antijuridici- Las aplicaciones (1) se ocupan de la relación de error de
de antijuridicidad excluye la pu- dad es condición necesaria de tipo y tentativa, error de subsunción y delito putativo, esto es,
nibilidad, la conciencia de anti- la punibilidad, su ausencia ex- de los casos clásicos de aplicación de la llamada conclusión
juridicidad es condición necesa- cluye la punibilidad.
ria de la punibilidad (posibilita, inversa en la jurisprudencia 13 . La aplicación del enunciado
fundamenta la punibilidad). de inversión I ante todo resulta de interés por aquello que no
se infiere de ella. Del efecto excluyente de la punibilidad del
error de tipo conforme al§ 16 tan sólo se sigue que la repre-
sentación de los hechos que cumplen el tipo es una condición
necesaria de la punibilidad con base en ese tipo. Sin embar-
Enunciado de inversión III Enunciado de inversión IV go, queda abierto qué otras adicionales condiciones son nece-
sarias para la punibilidad, sea por el hecho consumado o por
(1) (1)
tentativa. Por lo tanto, una conclusión inversa con base en el
Si la ausencia de la subsunción Si la subsunción de un hecho § 16 de ningún modo conduce a la punibilidad de la tentativa
de un hecho bajo un determina- bajo un elemento del tipo no es inidónea. Al contrario: el § 16 es perfectamente compatible
do elemento del tipo no excluye condición necesaria de la puni-
la punibilidad, la subsunción bilidad, su ausencia no excluye con un ordenamiento jurídico que renuncie por completo a
no es condición necesaria de la la punibilidad. la punición de la tentativa, y, en consecuencia, naturalmente
punibilidad. también lo será con una definición de la tentativa que quede
(2) (2) limitada por elementos objetivos de peligrosidad.
Tampoco cabe deducir de la conclusión inversa con base
Si la ausencia de una valoración Si una valoración paralela no es
paralela no excluye la punibili- condición necesaria de la puni- en el§ 16 nada en contra de la teoría de los elementos de de-
dad, la valoración no es condi- bilidad, su ausencia no excluye ber jurídico, que exige para la punibilidad de la tentativa en
ción necesaria de la punibilidad. la punibilidad. determinados delitos además del dolo típico y su ejecución la
(3) (3) realización objetiva de determinados elementos del tipo, preci-
samente, de los elementos de autoría específicos 14 • Esta doc-
Si la representación de hechos Si la ausencia de una represen-
justificantes no excluye la puni- tación sobre hechos justifican-
trina no entra en conflicto con el § 16 y la conclusión inversa,
bilidad, su ausencia no es condi- tes no es condición necesaria de sino, en todo caso, con la definición general de la tentativa en
ción necesaria de la punibilidad. la punibilidad, la concurrencia sí misma, en la medida en que ésta exige en cuanto tipo obje-
de la representación no excluye
la punibilidad.
13
(4) (4) Cfr. primero nota 11, así como BGHSt 14, pp. 345 y ss., p. 350; 15, pp.
345 y SS., p. 350; 15, pp. 210 y SS., p. 213; 16, pp. 155 y SS., pp. 159 y S.
Si la ausencia de conciencia de Si la conciencia de antijuridici- 14
WELZEL, JZ 1952, pp. 19 y s., pp. 208 y s.; KAUFMANN, Armin, Leben-
antijuridicidad no excluye la dad no es condición necesaria
punibilidad, la conciencia de de la punibilidad, su ausencia diges und Tates in Bindings Normentheorie, 1954, pp. 257 y s., p. 286;
antijuridicidad no es condición no excluye la punibilidad. "Rechtspfiichtbegründung und Tatbestandseinschrankung", FS-Klug,
necesaria de la punibilidad. t. II, 1983, pp. 277 y ss.; JAKOBS, AT, 1983, 25/43 y ss.; también llega a
esta conclusión FoTH, JR 1965, pp. 366 y ss., p. 371.
58 INGEBORG PuPPE EL ALCANCE LÓGICO DE IA LLAMADA CONCLUSIÓN INVERSA 59

tivo sólo la ejecución del dolo del hecho. Por consiguiente, la La relación condicional expuesta en la aplicación (1) del
teoría de los elementos de deber jurídico ha de fundamentar enunciado de inversión II entre error sobre las circunstancias
por qué razón precisamente hace una excepción respecto de del hecho y punibilidad también puede utilizarse para com-
éstos en la definición de la tentativa, en contraposición con probar en el caso concreto la clasificación de un error como
todos los demás elementos objetivos del tipo. error de tipo. Es ésta una forma de aplicación de la conclusión
Esta teoría también entra en colisión con aquella idea de inversa radicalmente diferente de la inferencia de un enuncia-
simetría que frecuentemente se incorpora mentalmente a la do jurídico general con base en el § 16 de acuerdo con la forma
conclusión inversa: simetría entre génesis de responsabilidad de conclusión de la contraposición, que es lo que expresa la
en el lado objetivo y exoneración en el lado subjetivo. De acuer- propia aplicación (1) del enunciado de inversión I. Se trata de
do con esta idea, en el lado subjetivo resultan imprescindibles la subsunción de un déficit de representación clasificado como
los requisitos fácticos del delito, en el lado objetivo lo serían los error de tipo bajo la aplicación (1) del enunciado I con la fina-
contenidos normativos. De ello se genera una simetría entre lidad de conocer las consecuencias de esa subsunción y com-
tentativa y delito putativo, con cuya ayuda se puede distinguir probar si resultan aceptables. Si no se aceptan, la clasificación
entre un error relevante sobre los hechos de un error irrele- del error como error de tipo ha de ser errónea. Por lo general,
vante de subsunción. Bajo estas premisas, se obtiene contra la la jurisprudencia hace uso de la "conclusión inversa" de este
teoría de los elementos de deber jurídico la siguiente objeción: modo, y no para inferir enunciados jurídicos generales 16 •
que se debería castigar igualmente al autor que creyó errónea- La utilización de la aplicación (1) del enunciado de inver-
mente que el fundamento de su posición de deber era inválido, sión I para comprobar la clasificación de un déficit de repre-
ya que el error inverso sólo habría dado lugar a un delito puta- sentación como error de tipo funciona del siguiente modo: se
tivo. Ahora bien, la aplicación (1) del enunciado de inversión I representa que el autor tuvo la representación de la que ca-
enseña. precisamente que la conclusión inversa con base en el recía. En tal caso, debería ser posible su punibilidad, incluso
§ 16 no es idéntica con este postulado de simetría, y que su va- ser segura a menos que falten también otras condiciones de
lidez tampoco depende de su reconocimiento. Que la teoría de la punibilidad.
los elementos de deber jurídico exija respecto de determinados La prueba no resulta muy impresionante en esta forma
elementos del tipo, también en el plano de la definición de la pura, ya que al clasificar un déficit de representación como
tentativa, que concurran tanto subjetiva como objetivamente, error de tipo siempre se ha incluido mentalmente la función
es perfectamente compatible en el plano de la lógica con el § fundamentadora de la punibilidad de la representación que
16, y tampoco desacredita a la conclusión inversa, sino sólo al falta. Resulta más impresionante fingiendo además que el
postulado de simetría. contenido de la representación que falta en el caso de partida
Como cualquier otra limitación de la punibilidad de la ten- falta en la realidad. En tal caso, se pretende que, partiendo
tativa, también resulta compatible con el§ 16 la propuesta de de que es correcta la clasificación del error inicial, ha de al-
Schmidhauser de plantear requisitos superiores respecto del canzarse el resultado de la punibilidad a título de tentativa.
lado volitivo del dolo en la tentativa objetivamente inocua que Esta segunda prueba se fundamenta en una conexión ma-
en el delito consumado 15 • terial, no lógica, entre el error y el tipo objetivo: el contenido

15 16
ScHMIDHAUSER, AT, 2ª ed., 1975, 15/25. Cfr. supra nota 13.
~~

60 lNGEBORG PuPPE EL ALCANCE LÓGICO DE LA LLAl.V1ADA CONCLUSIÓN INVERSA 61

cuya representación está ausente en el error de tipo es parte en la adaptación ficticia de la realidad a la representación
del tipo objetivo. En la segunda inversión, se pretende que esto original del autor se espera que la punibilidad (al menos) por
puede apreciarse en que la punibilidad que se obtiene es sólo tentativa no sólo sea posible, sino necesaria. Como ya hemos
por tentativa. Sin embargo, si pretendemos evitar que ya des- rnostrado, ello supone un error que se manifiesta en los tipos
de un principio la prueba conduzca a un círculo vicioso, no cuya tentativa no resulta punible, así como en caso de asu-
se puede eliminar sin más un elemento del tipo objetivo, pues rnir la teoría de los elementos de deber jurídico o un concepto
precisamente lo que pretendemos averiguar es si el supues- de tentativa limitado por requisitos objetivos de peligrosidad.
to de hecho subjetivo relevante consiste exclusivamente en la y tampoco es posible intensificar la posibilidad de punibili-
ausencia de una determinada representación del autor sobre dad que deriva de la aplicación (1) del enunciado de inver-
hechos que cumplen el tipo. En consecuencia, primero hemos sión I mediante la inversión doble hasta alcanzar carácter
de suponer que las representaciones positivas que el autor de necesario. Quien no tenga en cuenta esto puede sufrir una
hecho tiene son ciertas, y a continuación será la ausencia de confusión en la aplicación de la comprobación inversa, ya que
los presupuestos de la consumación la que ha de mostrar si del resultado de impunidad -con independencia de su funda-
faltaban hechos que forman parte del tipo legal. De este modo mento- del caso inverso deduciría que en el caso de partida
llegamos a aquella confusión de los valores de verdad entre la no podía concurrir un error excluyente de la punibilidad, y
representación y la realidad que antes 17 hemos rechazado en específicamente no podía haber un error de tipo.
cuanto principio de la conclusión inversa general. Ahora bien, se puede lograr mediante premisas adicionales
Sin embargo, aún hemos de comprobar las premisas de que el supuesto de hecho resultante de la inversión doble sea
esta segunda prueba de inversión para determinar si son de una condición necesaria de la tentativa y de la punibilidad
validez general. Como ya se ha dicho, una de las premisas a título de tentativa. Para ello, será necesario suponer ficti-
consiste en que un error de tipo siempre se refiere a un ele- ciamente, en primer lugar, la punibilidad de la tentativa en
mento objetivo del tipo. Esta premisa no tiene validez general, todos los tipos, o introducir en cuanto implicación de ambos
no rige respecto de las llamadas tendencias internas no coin- enunciados condicionales en la aplicación (1) del enunciado
cidentes con los elementos objetivos, y tampoco respecto de de inversión I en lugar de la consecuencia jurídica punibili-
los delitos de emprendimiento. Esta fuente de errores, cierta- dad el cumplimiento de los presupuestos conceptuales de la
mente, es fácil de controlar, ya que no es difícil reconocer esa tentativa. Además, habrá de presuponerse la determinación
clase de delitos. En este ámbito, sin embargo, tanto la prueba subjetiva de la tentativa (pues su único elemento objetivo, la
de inversión doble como la simple arrojan como resultado la acción de ejecución, se mantiene). Habrá que rechazar la teo-
punibilidad por consumación. Se verá que también resulta ría de los elementos de deber jurídico, o deberá establecerse
adecuado aplicarlas para estos tipos cuando llevemos a cabo para los delitos de deber jurídico una excepción de la regla de
el análisis de la contraprueba con base en la aplicación (1) del inversión y, finalmente, hay que asumir que el autor quiera
enunciado de inversión III. en el sentido del dolo aquello que conoce en el "caso inverso".
En todo caso, la fuerza de convicción de la segunda prue- Entonces, el caso inverso no sólo será una condición necesa-
ba de inversión descansa también en una segunda asunción: ria, sino también suficiente de la tentativa o de la punibilidad
a título de tentativa, cuando en el caso de partida no falte
ningún requisito de la punibilidad aparte del contenido de la
17
Véase supra I. que se está comprobando.
62 INGEBORG PuPPE EL ALCANCE LÓGICO DE LA LLAlVlADA CONCLUSIÓN INVERSA 63

Por lo tanto, se comprueba que en el terreno de la teo. versión sencilla tiene la siguiente forma: si se ha alcanzado
ría dominante de la tentativa, realmente se genera aquella la conclusión de que el autor, debido a una representación
simetría entre error de tipo y tentativa que hace tan impre. errónea, es culpable de una tentativa inidónea, o, en el caso
sionante la doble prueba de inversión. Sin embargo, es mas de los delitos con tendencia interna, incluso de consumación,
bien un producto de la armonía casual entre las premisas de suprímase mentalmente la representación errónea. Si se lle-
la doctrina mayoritaria sobre la relevancia del contenido de ga a la conclusión de que la punibilidad quedaría excluida
un error de tipo que una conclusión derivada del§ 16. Ahora por falta de dolo, la clasificación del error en el caso de par-
bien, esto no debe impedirnos servirnos de esa simetría a
tida como error inverso de tipo que genera dolo queda con-
la hora de comprobar la clasificación de un error en cuanto
firmada. De ahí deriva la punibilidad del autor por tentativa
error de tipo, colocando en la base de esa comprobación la
inidónea, suponiendo que se reconozca con carácter general
doctrina dominante sobre el concepto de tentativa y aplicar
la punibilidad de ésta. Por lo tanto, en combinación con otros
seguidamente la doble prueba de inversión. La ventaja reside
enunciados, del principio de inversión es perfectamente posi-
en que la doble inversión de un error de tipo arroja definitiva-
ble deducir la punibilidad en el caso individual. Como se ha
mente una consecuencia jurídica que sólo es posible si en el
dicho, la jurisprudencia lo aplica hoy en día, por regla gene-
caso de partida se trataba de un error de tipo: la punibilidad
ral, para la comprobación de una clasificación de un error,
por tentativa conforme a la doctrina dominante, en aplica-
ción directa de los§§ 22 y s. presuponiendo como obvia la punibilidad de la tentativa ini-
dónea. Diferente es la posición del famoso fallo del Tribunal
5. APLICACIÓN (1) DEL ENUNCIADO DE INVERSIÓN Il del Reich en el tomo 42 18 , que se considera el leading case
para el reconocimiento del principio de inversión por parte
La aplicación (1) del enunciado de inversión II conduce, a de la jurisprudencia. En aquel caso, de hecho, el tribunal
diferencia de la del enunciado I, a una consecuencia jurídica pretendía deducir la punibilidad de la tentativa inidónea del
definitiva, a saber, a la exclusión de la punibilidad. En este ám- principio de inversión y rechazar con su ayuda la doctrina
bito, esa exclusiónno deriva, si se examina con detalle la cues- de la ausencia de tipo. Por ello, la crítica de Spendel 19 a esa
tión, de la punibilidad de la tentativa o incluso de la tentativa resolución resulta acertada.
inidónea, sino de la determinación del lado cognitivo del dolo La prueba de inversión sencilla con base en el enunciado de
como condición necesaria de la punibilidad con base en un inversión II, por lo tanto, tiene mayor fuerza expresiva que la
lito doloso. Si este requisito de dolo, que se aplica en toda cons- que deriva del enunciado de inversión I, puesto que la inversión
tatación de punibilidad por un delito doloso, sea por tentativa o tiene una consecuencia jurídica definitiva: la impunidad por
por consumación, estuviera expresamente positivado en la ley,
falta de dolo. En el caso del error de tipo inverso, la doble inver-
el§ 16 sería superfluo. Puesto que el legislador ha procedido de
sión sólo conduce a que en el tipo objetivo aparezca la consu-
otro modo y ha positivado no el caso de la concurrencia, sino
mación en lugar de la tentativa, lo que en nada puede cambiar
el de la ausencia del lado cognitivo del dolo, esta conclusión, en
la conclusión de la impunidad. A pesar de ello, no podemos
un primer momento, sólo tiene valor sistemático.
tomar aquí una decisión definitiva en contra de la compraba-
Sin embargo, también esta relación condicional puede ser
aprovechada en el caso individual para comprobar la clasi-
18
ficación de una representación errónea como error de tipo RGSt 42, pp. 92, 94.
inverso mediante una prueba de inversión. La prueba de in- 19
ZStW 69 (1957), pp. 441, 449 y SS.
64 INGEBORG PUPPE EL ALCANCE LÓGICO DE LA LLAJVIADA CONCLUSIÓN INVERSA 65

ción de inversión doble, pues la premisa que debe someterse a, uestros enunciados de inversión no sea de todos modos ob-
análisis -en el sentido de que habría en el caso de partida Un ~to de reconocimiento general. En consecuencia, nuestro in-
error de tipo inverso- podría ser errónea, esto es, podría ser {ento de precisar la llamada conclusión inversa para mostrar
que concurriera un error de subsunción inverso. En tal caso que en el marco de esos límites se trata de una conclusión
estaríamos ante un supuesto de aplicación del enunciado d~ lógicamente válida, se somete así a examen. Inicialmente,
inversión IV. Entonces, deberíamos dejar aún abierta la cues- habremos de prescindir aquí para ello del hecho de que la
tión de la utilidad, o incluso de su condición de instrumento propuesta de Engisch de fundar la punibilidad en algunos
imprescindible, de la doble prueba de inversión con base en el casos en un error de subsunción inverso sin que concurra
enunciado de inversión II, hasta que podamos tomar la deci- el correspondiente error sobre los hechos, contradice direc-
sión también respecto del enunciado de inversión IV. tamente lo dispuesto en el§ 16, ya que ello deriva de que el
requisito de conocimiento del § 16 resulta de aplicación a la
6. APLICACIÓN (1) DEL ENUNCIADO DE INVERSIÓN III tentativa tanto como a la consumación, de modo que no pue-
de provenir de alguna conclusión inversa.
Grosso modo cabe decir que la aplicación (1) del enunciado
Nuestra tesis es que la propuesta de Engisch de fundar la
III significa que de la irrelevancia del error de subsunción
punibilidad en algunos casos en la representación errada del
cabe deducir la impunidad del error de subsunción inverso.
autor de la subsunción de su conducta bajo un determinado
Engisch formuló en un trabajo sobre el principio de inver- tipo resulta incompatible con la irrelevancia del error de sub-
sión 20 la propuesta de penar el delito putativo como tentativa sunción. En consecuencia, la premisa de nuestra aplicación
inidónea en aquellos casos en que el autor se haya repre- (1) del enunciado de inversión III debería devenir falsa si se
sentado -sobre la base de un error de subsunción inverso acepta la propuesta de Engisch. Partamos de un supuesto
que no resulte burdo- que estaría realizando un determina- como aquellos que tiene en mente Engisch, es decir, de que el
do tipo, que realmente está en vigor, por ejemplo, que esta- autor cree realizar un tipo, a pesar de que sus presupuestos
ría cometiendo una falsedad documental, una infracción de fácticos no concurren ni en la realidad ni en su representa-
abandono del lugar en el que se ha producido un accidente ción. Uno de los ejemplos de Engisch es el del familiar próxi-
de circulación o un delito de falso testimonio. Engisch con- mo de un enfermo mental que no impide el suicidio de éste,
sidera que en estos supuestos, en que el autor se mueve en creyendo erróneamente que le incumbiría una posición de
la zona gris entre legalidad e ilegalidad con mala conciencia, garantía frente al enfermo. En un caso de estas característi-
concurre una actuación de una actitud hostil hacia el orde- cas, de acuerdo con el punto de vista de Engisch, la punibili-
namiento jurídico idéntica a la de la tentativa inidónea. Con dad a título de tentativa depende de esa subsunción errónea.
su propuesta, Engisch pretende también poner en cuestión el En consecuencia, la ausencia de esa representación acerca
principio de inversión en su núcleo en cuanto procedimiento de la subsunción excluiría en estos casos la punibilidad. Por
lógico, "relajarlo" y usarlo sólo como máxima de aproxima- lo tanto, nuestra premisa de la aplicación (1) del enunciado
ción. Por consiguiente, aquí nos encontramos por primera de inversión III, de acuerdo con la cual la ausencia de la sub-
vez con el caso de que un resultado que resulta deducible de sunción bajo los elementos del tipo no puede llegar a excluir
la punibilidad, sería errónea. De este modo, la propuesta de
Engisch no supone una refutación de nuestra aplicación (1)
20 ENmscH, FS-Heinitz, 1972, pp. 185 y ss., pp. 199 y ss., p. 201. de la conclusión inversa III.
66 INGEBORG PuPPE EL ALCANCE LÓGICO DE LA LLAMADA CONCLUSIÓN INVERSA 67

Partiendo de la premisa de Engisch, el error de subsunción s posible alcanzar, con carácter general, la compatibilidad
inverso constituiría, por el contrario y en los casos que él ~ógfoa de resultados que de acuerdo con nuestros enunciados
considera punibles, un supuesto de aplicación del enunciado de inversión resultan incompatibles.
de inversión II. De acuerdo con esto, se alcanza la conclusión En consecuencia, tenemos en cierto modo una situación
de que bajo esa premisa el error de subsunción excluye la de empate. Engisch no logró conmover la vigencia del prin-
punibilidad, precisamente, porque al existir punibilidad del cipio de inversión en cuanto conclusión lógica mediante su
error inverso de subsunción, pareciera que se ha declarado propuesta de relajar el principio de inversión. Sin embargo,
que la subsunción es una condición necesaria de la punibi- tampoco hemos logrado demostrar el carácter ilógico del in-
lidad. Así las.cosas, ¿hemos demostrado que la propuesta de tento de relajación llevado a cabo por Engisch. Por tanto, el
Engisch es ilógica, o ha demostrado él que nuestro enunciado principio de inversión es válido, pero no puede producir la
de inversión II no es válido? prestación que muchas veces se espera de él: poder demos-
En cierto sentido, lo que sucede es esto último. A la hora trar la radical incompatibilidad de determinadas conclusio-
de construir nuestros enunciados de inversión acerca de las nes individuales de una vez por todas. Tales expectativas son
condiciones necesarias de la punibilidad en Derecho penal )·
satisfechas en el campo del Derecho por la lógica únicamente
hemos partido de que la representación del autor o bien siem- en rarísimas ocasiones, y la decepción por ello probablemen-
pre es necesaria, o no lo es nunca. Sin embargo, también te haya conducido a que se la vea en la praxis mental jurídica
cabe imagi:nar que, dependiendo de cuáles sean las condicio- con escepticismo, prefiriendo confiar directamente en la ar-
nes que concurran por lo demás, a veces lo sea y otras no. y gumentación material.
precisamente es en esta dirección que apunta la propuesta Sin embargo, nuestro ejemplo tambi~n muestra lo que la
de Engisch. Pues él tampoco exigiría la subsunción bajo el lógica puede llegar a lograr. Pone de manifiesto las premisas
elemento del tipo en cuestión como requisito general para la que se han de aceptar para poder hacer compatibles determi-
punibilidad a título de tentativa, sino sólo para aquellos ca- nadas conclusiones que se persigue alcanzar. De este modo,
sos en que no concurre la correspondiente representación de precisa las cuestiones jurídicas materiales. Expuestas así,
los hechos. Engisch, por lo tanto, debería formular la condi- estas premisas pueden resultar inaceptables, mientras que
ción necesaria como disyunción, como sigue: el autor ha de su aplicación al respectivo caso individual, considerada en
haber tenido respecto de un determinado elemento del tipo sí misma, parecía aceptable. Y éste parece ser el caso de la
la representación de los hechos que cumplen ese elemento propuesta de Engisch. Ésta supone que ha de determinarse
(y) o la representación de la subsunción. La negación de esta el lado cognitivo del dolo de modo disyuntivo, en cuanto re-
condición, que habría que insertar en la conclusión del enun- presentación de hechos que cumplen un tipo legal, o de las
ciado de inversión II, reza del siguiente modo: el autor no palabras que la ley misma usa. Sin embargo, estas dos repre-
tiene ni la representación típica acerca de los hechos ni la sentaciones son demasiado dispares como para que pudieran
representación de la subsunción. No se discute por nadie que sustituirse mutuamente; la primera se refiere a la realidad; la
esto constituye una condición suficiente para la exclusión de segunda al lenguaje, o, más exactamente, a la condición de
la punibilidad. Por lo tanto, lo que Engisch hizo no fue "re- sinónimos de determinadas palabras.
lajar" el enunciado de inversión II, sino debilitar su premi- Con base en la aplicación (1) del enunciado de inversión III,
sa. Sirviéndose de tales operaciones de debilitamiento de las cabe comprobar la clasificación de un déficit de representación
premisas mediante condiciones disyuntivas de la punibilidad en cuanto error de subsunción irrelevante mediante el proce-
68 lNGEBORG PUPPE EL ALCANCE LÓGICO DE LA LLAJ\IIADA CONCLUSIÓN INVERSA 69

omento de la representación del autor que debe someterse a


~ainen) y la determinación de la punibilidad.
e Ahora, sin embargo, se plantea además la cuestión de cuál
es el contenido que debe tener esa norma penal ficticia. Como
es sabido, el error de subsunción no es una representación
positiva, sino en lo esencial tan sólo la carencia de la represen -
tación subsuntiva correcta. Sin embargo, primero queremos
cerciorarnos de que siquiera se trata de un error de subsun-
ción, esto es, de que la representación del autor tiene precisa-
mente esa carencia. Si resulta evidente, puesto que el autor no
piensa en absoluto acerca del significado jurídico-penal de su
conducta, o su representación no llega más allá de un recha-
zo no fundamentado de la subsunción, concurre un caso tan
claro que ya no es necesaria una prueba inversa. En los casos
problemáticos, el autor tenía una representación positiva de la
que creemos poder extraer esta carencia. Para que la prueba
no se plantee ya desde un inicio de modo circular, debemos
partir de que esa representación es correcta. Si el caso es ver-
daderamente dudoso, ni siquiera sabemos aún si con ello es-
tablecemos la ficción de un contenido de la norma diverso del
real, o un supuesto de hecho objetivo diferente.
Si alcanzamos el resultado de la impunidad del autor, al
que se lo consideraba punible en el caso del que partimos, la
situación objetiva ficticia es una condición necesaria. Esto no
puede deberse a la inversión en el lado subjetivo, pues en la
inversión simple, que limitaba a ésta, obtuvimos como resul-
tado la punibilidad. Sin embargo, tampoco esto permite aún
la deducción de que en el caso de partida estemos ante un
error de subsunción, pues para ello deberíamos estar segu-
ros de que la impunidad sólo puede tener motivos jurídicos y
no fácticos. Sin embargo, esto sólo lo garantiza la teoría sub-
jetiva de la tentativa, combinada con la existencia de punibi-
lidad para toda tentativa (también de acuerdo con la norma
ficticia). De acuerdo con una teoría de la tentativa objetiva-
mente limitada, la impunidad también podría deberse a que
mediante la inversión en el lado objetivo se hayan eliminado
los presupuestos fácticos objetivos de la tentativa.
70 INGEBORG PUPPE EL ALCANCE LÓGICO DE LA LLAMADA CONCLUSIÓN INVERSA 71

Si la clasificación de la carencia de representación en el correspondientemente, en la aplicación de_ los enunciados de


caso inicial como error de subsunción es correcta, también inversión I y III a otras parejas de error. Esta probablemen-
será irrelevante el error inverso, y entonces el resultado de te sea en última instancia la razón por la que la prueba de
la impunidad no dependerá de la representación inversa, inversión se aplica en la praxis y en la teoría exclusivamente
mismo modo que no depende el resultado de la punibilidad en la forma doble. Sin embargo, es necesario tener claro que
la representación simple. Sin embargo, la inversión en el lado esta ventaja ha de pagarse con la vigencia general y pureza
subjetivo también es irrenunciable para alcanzar el resultado dogmática de la prueba de inversión en cuanto derivado ló-
de la punibilidad cuando la clasificación del error de partida gico de la teoría del error, y que por ello jamás se debe usar
es errónea, esto es, cuando concurre un error de tipo. En para la deducción o fundamentación de enunciados jurídicos
este caso, la inversión produce una ficción de dolo, es decir generales sólo con base en premisas de la teoría del error.
impide que la conclusión de la impunidad derive de su falta',
en lugar de del contenido de la norma penal ficticia. 7. SOBRE LA APLICACIÓN ( 1) DEL ENUNCIADO DE INVERSIÓN IV
Queda claro que la prueba de inversión doble sólo es vá-
lida, también partiendo de la premisa de un error de prohi- La aplicación (1) del enunciado de inversión IV indica que
bición como de la de un error de tipo, sobre la base de los de la impunidad del error de subsunción inverso (delito puta-
presupuestos de la teoría subjetiva de la tentativa y de la pu- tivo) deriva que un error de subsunción no excluye la punibi-
nibilidad de la tentativa. Esto -por reiterarlo- no constituye Iidad. Este último enunciado es generalmente reconocido 21 ,
un argumento a favor de la corrección y validez general de la y por ello aprehender esta relación condicional, en un primer
teoría subjetiva de la tentativa, sino sólo significa que hemos momento, sólo tiene valor teórico-sistemático.
de tomarla como base de la prueba de inversión doble. Toda Sin embargo, también la aplicación de este enunciado para
prueba de inversión es una prueba en cruz, en la que entran la comprobación de la clasificación de un error como error de
en competencia dos enunciados de inversión. Si se pretende subsunción inverso se encuentra con especiales dificultades.
examinar un error para determinar si excluye la Tenemos un error del que supo:rieinos que consiste en una
dad, serán los enunciados de inversión I y III; si se trata de comprensión defectuosa de una norma de prohibición, como
examinarlo para comprobar si fundamenta la punibilidad, se consecuencia de la cual el autor le atribuye a ésta un alcance
tratará de los enunciados inversos II y IV. mayor del que tiene en realidad. En consecuencia, llegamos
Aquí aparece una ulterior y decisiva ventaja de la prueba a la conclusión de rechazar su punibilidad a título detenta-
de inversión doble frente a la prueba simple en la aplicación tiva. La prueba de inversión simple consiste sólo en corregir
de los enunciados de inversión I y III: en la prueba de inver- la representación errónea del autor. En tal caso, también se
sión sencilla, la consecuencia jurídica conforme a los enun- alcanza la conclusión de la impunidad, pero de ello no se
ciados I y III es siempre la punibilidad; la diferencia entre sigue que concurriera originalmente un error de subsunción
error de tipo y de subsunción tan sólo se manifiesta en que inverso, pues en el error de tipo inverso la prueba de inver-
en el primero es necesaria la representación inversa para la sión simple conduce, conforme a la aplicación (1) del enun-
fundamentación de esa punibilidad y en el segundo, no. La
prueba de inversión doble, en cambio, sólo conduce a la pu- 21
Por ejemplo, S/S-CRAMER, 21 ª ed., 1982, § 15, nm. 45; SK-RuooLPHI,
nibilidad en el caso del error de tipo, mientras que determi- actualización 1984, § 16, nm. 23; LACKNER, 16ª ed., 1985, § 15, nota II
na su exclusión en el error de subsunción. Lo mismo regirá, · 2b; WEssE1s, AT, 15ª ed., 1985, p. 69.
~

72 lNGEBORG PUPPE EL ALCANCE LÓGICO DE LA LLAivIADA CONCLUSIÓN INVERSA 73

ciado de inversión II, exactamente a la misma conclusión. La ción no puede cambiar en nada la punibilidad, que entonces
diíerencia estriba exclusivamente en que en la aplicación del se habrá fundamentado mediante la adaptación ficticia de la
enunciado de inversión II necesitamos la inversión del error realidad a la representación del autor original.
para fundamentar la impunidad, pero no en el caso de la La prueba en cruz, sin embargo, nos confundiría si la pu-
aplicación del enunciado de inversión IV, pues aquí la im- nibilidad, tanto en el caso de partida como en el caso :ficticio,
punidad ya queda determinada por otras razones, esto es , tuviera que excluirse por la ausencia de otros elementos del
porque la conducta del autor en conexión con su representa- delito como la acción ejecutiva, la antijuridicidad o la culpa-
ción inalterada no queda aprehendida por el tipo penal. Por bilidad. En tal caso, la prueba conduciría, aparentemente, a
lo tanto, ya en la prueba de inversión sencilla conforme a los un error de tipo invertido. Esta fuente de errores, eón todo,
enunciados II y IV se manifiesta una diferencia entre el error puede ser controlada mediante una ulterior comprobación de
de tipo invertido y el error de subsunción invertido, pero no la punibilidad, partiendo de la premisa de un error de tipo in-
resulta ser especialmente impresionante. verso. De este modo, se manifestarán las verdaderas causas
En la prueba de inversión doble, la realidad se adapta a la de exoneración, que se ubican fuera de la representación del
representación original del autor, lo que acaba conduciendo autor examinada hasta el momento. Formarían parte de és-
-si la clasificación del error como error de subsunción inverso tas, por ejemplo, los requisitos objetivos de la tentativa, como
es correcta- a una ficción de un tipo penal que quedaría rea- pueden ser requisitos de peligrosidad o de deber jurídico.
lizado por el comportamiento del autor. También en este caso, Comprobamos, por lo tanto, que en la prueba en cruz en-
resulta decisiva la cualidad del error de subsunción inverso tre los enunciados de inversión II y IV podemos ciertamente
de tener como contenido una condición de la punibilidad ob- prescindir de la doble inversión, pero también que es bastante
jetivamente necesaria. Ésta se garantiza mediante la equipa- más significativa que la simple. Ello se debe a que la prueba de
ración ficticia de la realidad a la representación del autor. Si inversión simple conforme a los enunciados II y IV llegamos a
en el caso de partida se hubiera tratado de un error de tipo la conclusión de la misma consecuencia jurídica con diferente
inverso, ello no es necesario, ciertamente, porque los requisi- fundamentación. En consecuencia, resulta recomendable apli-
tos de la punibilidad ya estarían presentes en el supuesto de car en todos los casos de error también la prueba de inver-
partida, pero la segunda prueba de inversión no cambia en sión doble. Si la prueba simple requiere siempre ya un análisis
nada la situación para este caso, sino que sólo conduce a la del caso auxiliar -mediante la cuestión de la necesidad de la
consumación en lugar de la tentativa. condición ficticia-, en la prueba doble, puede hacerse uso del
Ahora, después de que se ha establecido la igualdad de juicio espontáneo, para comprobar la clasificación del error,
ambas posibilidades mediante la segunda inversión, en el dudosa aúnen el caso de partida, de modo directo con base en
sentido de que menos la representación que es sometida a la conclusión alcanzada en el caso auxiliar.
examen están cumplidos todos los presupuestos de la puni-
8. Dos EJEMPLOS PRÁCTICOS DE LA PRUEBA DE INVERSIÓN DOBLE
bilidad, la diferencia entre el error de tipo :ficticio y el error
de subsunción ficticio podrán tener repercusiones sobre la Para comprobar si un error tiene efectos favorables para
consecuencia jurídica. Si se sigue alcanzando el resultado el autor, hemos de aplicar la prueba en cruz conforme a los
de la impunidad, ha de tratarse originalmente de un error de enunciados I y III, si lo que está en duda es si tendrá efectos
tipo inverso. Si, en cambio, se trataba realmente de un error desfavorables para el autor, la prueba en cruz conforme a los
de subsunción inverso, su inversión hacia el error de enunciados II y IV. Para la primera, tomaremos como ejemplo
74 lNGEBORG PuPPE EL ALCANCE LÓGICO DE LA LLAMADA CONCLUSIÓN IJWERSA 75

un caso que también resulta controvertido en lajurispruden. lo arnenazaba a través de su declaración falsa. Si éste es el
cia. El autor que lleva a cabo una declaración falsa a favor contenido del dolo conforme al§ 258, con ello concurrirá una
de su amigo, perseguido por un delito conforme al § 31Sc tentativa inidónea. La cuestión es distinta si el bien jurídico
para desvirtuar los indicios contra él, cree que su amigo ' protegido por el§ 258 también queda codeterminado por las
ha cometido una infracción administrativa, y que sólo está características del hecho previo y el telas de la protección del
en peligro de que le impongan una multa administrativa. tipo vulnerado por éste. En tal caso, este tipo en sí mismo se-
error se refiere a la existencia o también al alcance de un tipo ría, en cada caso, contenido de la norma infringida por el en-
penal; es, por lo tanto, en esa medida, un error jurídico-pena] cubridor. Sin embargo, se concibe al encubrimiento como vul-
y un error de subsunción. A pesar de ello, podría tratarse de neración del ius puniendi del Estado en sí mismo. Por lo tanto,
un error de tipo en relación con el§ 258, porque el autor des. para el contenido de injusto de esta norma-en contraste, por
conoce por completo que su amigo está amenazado de pena. ejernplo, con el de la complicidad- resulta indiferente que el
En la prueba inversa hemos de atenernos a aquellos ele- encubridor sustraiga al autor del hecho previo a una persecu-
mentos de la representación del autor que son falsos. En este ción penal por estafa, hurto o un delito de fuga del conductor
caso, se trata de la punibilidad de su amigo conforme al § de un vehículo de motor. En consecuencia, llegamos a la con-
315c. De acuerdo con la prueba de inversión simple, se plan. clusión de que el fundamento de la persecución penal que se
tea la cuestión de si la representación de la punibilidad del pretende impedir no es parte del dolo del encubrimiento. Para
hecho previo es necesario para fundamentar el dolo de encu- ilustrar esto más, añadiremos un argumentum a maiore ad
brimiento. Esta mera reformulación de la cuestión inicial di: minus: si el error del autor hubiera llegado más lejos, porque
fícilmente nos hará progresar. Por ello, intentaremos la doble en realidad no se trataba siquiera de un procedimiento san-
prueba de inversión, esto es, imaginamos que el autor habría cionador, sino de un proyecto de investigación criminológica
tenido razón con su representación errónea en el sentido de del policía, que estaba elaborando su tesis doctoral, tampoco
que el hecho previo habría sido sólo una infracción adminis: tendríamos inconveniente en hacer responsable al autor por
trativa, pero él habría pensado que se trataba de un delito. una tentativa de encubrimiento 22 .
Puesto que sólo podremos cambiar aquello en el lado objetivo Por lo tanto, la prueba de inversión doble arroja el resultado
que conforme a la representación original del autor era fal- de que no debemos aplicar el enunciado III, sino el enunciado
so, ello acaba desembocando en una restricción ficticia I. Puesto que en el error inverso hemos llegado a la punibilidad
alcance del§ 315c, de acuerdo con la representación a título de tentativa, el error de partida constituye un error de
del autor. Se trata, por tanto, de una modificación ficticia de tipo. El autor que erróneamente creyó que el delito del autor
la situación legal en el ámbito del Derecho penal. del hecho previo era una infracción administrativa debe, por
A pesar de ello, de este modo aún no es seguro que ori- tanto, ser absuelto por falta de dolo. La prueba de inversión
ginalmente se tratara de un error de subsunción en sentido nos ha enseñado que existen errores que sólo afectan al con-
técnico de la teoría del error, pues este error no se refiere al tenido de una ley penal y, a pesar de ello, son errores de tipo y
contenido de una norma penal cualquiera, sino precisamente no errores de subsunción en sentido técnico.
de aquella que el autor cree haber transgredido.
nos, por tanto, la cuestión de si penaríamos al autor, en nues· 22
Cfr. BGHSt 15, pp. 21, 212 y s. Alcanza una conclusión divergente
tro caso auxiliar ficticio, por tentativa inidónea. En el caso últimamente BayObLG, JZ 1981, p. 715, con una fundamentación muy
auxiliar, el autor quería sustraer a su amigo de una pena que escueta; de acuerdo, BuRKHARDT, JZ 1981, p. 681.
76 INGEBORG PuPPE EL ALCANCE LÓGICO DE LA LLAJV1ADA CONCLUSIÓN INVERSA 77

Como ejemplo práctico de la aplicación práctica de la prue. aquello en lo que la representación del autor diverge de la
ba en cruz, según los enunciados II y IV, elegimos tambiél:\ ªealidad, clasificaremos erróneamente el error y la prueba de
un caso que ha sido tratado de modo divergente en la juris, {nversión acabará por confundirnos completamente. El au-
prudencia 23 : la falsificación de formularios que se pretenden tor sabía exactamente lo que los soldados y el encargado de
usar en el tráfico jurídico para un engaño sin completarlos la cantina harían con las ration cards, su error meramente
El Tribunal Supremo Federal alemán debía decidir si un au: consistió en pensar que ello suponía una determinación de
tor que había impreso formularios para las llamadas ration prueba en el sentido de la teoría del documento casual. For-
cards [cartillas de racionamiento] sin tener un encargo ofi. rnulado de este modo, el error aparece más bien como error
cial, resultaba punible por falsedad en documento en grado de subsunción, ya que afecta al contenido de un elemento del
de tentativa. Estas ration cards se presentaban por parte de concepto de documento, y, con ello, a los límites materiales
los soldados estadounidenses para la compra de cigarrillos de la protección de los documentos. En el ámbito de la prueba
exentos de derechos de aduana en las cantinas, recortándose de inversión sencilla, tan sólo rectificamos la representación
segmentos de las tarjetas -de modo similar a como es habi- del autor, lo que conduce en cualquier caso a la impunidad.
tual en el racionamiento de alimentos- que se Tan sólo podemos plantearnos la cuestión de si el hecho fic-
Estas tarjetas sólo eran válidas con la indicación del nom. ticio de que el autor sabía que la utilización de las ration
bre del derechohabiente y la firma del mando de su unidad. cards sin completar no generaría documentos casuales sería
Sin embargo, en las cantinas se había impuesto la costum- necesario para su impunidad. Tan sólo al llegar a la prueba
bre -en contra del reglamento- de servir tabaco también a la de inversión doble también cambiaría la consecuencia jurí-
presentación de los segmentos recortados o de la tarjeta sin dica si inicialmente se trataba de un error de subsunción.
completar y sin firmar. El Tribunal Supremo Federal alemán Por lo tanto, seguimos con la ficción, en el sentido de que el
partió de que esta costumbre no había convertido a los for- uso antirreglamentario de los formularios o de sus segmen-
mularios vacíos o los segmentos recortados en documentos tos recortados en las cantinas habría sido hecho con el fin de
casuales, ya que, a pesar del reconocimiento de la teoría de probar el derecho a recibir los cigarrillos y habría supuesto
los documentos casuales, en este caso no podía producirse una determinación de la prueba en el sentido de la teoría
la prueba sin la autoridad militar declarante. A continuación del documento casual. En este momento, aún no tenemos
el tribunal examina la cuestión de si una eventual suposi- certeza de si esta ficción afecta al contenido del§ 267 o a los
ción errónea del autor de la destinación como elemento presupuestos fácticos en el caso concreto. Con esta segunda
prueba podía constituir punibilidad por tentativa inidónea. ficción, sin embargo, se han generado los presupuestos ob-
Si, por ejemplo, definimos el error del siguiente modo: "El. jetivos de la punibilidad del autor. Hemos de preguntarnos
autor creyó que los soldados y el encargado de la cantina ahora si su error ficticio de que los formularios vacíos o los
habían destinado las ration cards y los segmentos recortados segmentos recortados no se habían convertido mediante su
de ellas a fungir de prueba", aparece como un error sobre uso en documentos casuales lo exoneraría del reproche de la
los hechos que fundamenta el dolo. Sin embargo, esta for- falsedad en documento. Éste no sería el caso, pues del dolo
mulación es muy inexacta. Si no nos atenemos exactamente no forma parte el conocimiento de que aquello que ha de ha-
cerse con el documento falsificado es una determinación de
23
Por un lado: BGHSt 13, pp. 235, 239 y ss.; por otro: BGHSt 7, pp. hará con él. En consecuencia, el error inverso es un error de
53, 67 y s. subsunción, y con ello se demuestra que el error original es
78 INGEBORG PuPPE EL ALCANCE LÓGICO DE LA LLAMADA CONCLUSIÓN INVERSA 79

un error de subsunción invertido. Por lo tanto, equisito de la valoración paralela en la esfera del autor en
Supremo Federal alemán rechazó con razón la
del autor en el caso de partida por tentativa inidónea.
f 25
05 dementas normativos del tipo , la carencia de una valo-
ración del propio comportamiento como reprochable excluye
El Tribunal Supremo Federal alemán alcanzó esta solución
Japunibilidad con base en el§ 240. Ahora bien, ha de tenerse
sin acudir a la conclusión inversa. Sin embargo, quien objete
en cuenta que la carencia de valoración que aquí nos interesa
que, en realidad, el resultado estaba claro desde el principio,
ni debe derivar de un desconocimiento de los hechos -en tal
y que la conclusión inversa no habría aportado nada nuevo )
caso, se trataría de un error de tipo simple en el sentido de
no llega a percibir la capacidad de rendimiento de la lógica
en Derecho. Un proceso de conclusión, por muy complejo que la aplicación (1) del enunciado de inversión I-, ni de un nivel
sea, si es verdaderamente lógico, no puede aportar nada dis- de reprochabilidad demasiado elevado -pues, en tal caso, se
tinto que una reformulación de la cuestión inicial. La lógica trataría de un error sobre el conceptd jurídico, y, con ello, un
nunca puede exonerar al jurista de dar la respuesta, a menos caso del enunciado de inversión III-.
que el planteamiento de la cuestión en sí mismo sea defectuo- No podemos aclarar aquí si es siquiera posible que se pro-
so, porque la respuesta ya está contenida en la pregunta. duzca tal error de valoración, y, en su caso, cómo tiene lugar;
en todo caso, la teoría de la valoración paralela en la esfera
9. LA APLICACIÓN DE LOS CUATRO ENUNCIADOS DE INVERSIÓN A del autor presupone que es posible que exista. De la clasifica-
ERRORES SOBRE ELEMENTOS NORMATIVOS DEL TIPO Y ELEMENTOS ción de tal error de valoración como error de tipo excluyente
GENERALES DEL DELITO, DEMOSTRADA CON BASE EN EL REQUISITO de la punibilidad deriva, de acuerdo con la aplicación (2) del
DE REPROCHABILIDAD DEL§ 240, PÁRR. 2º, Y EN LA ANTIJURIDI- enunciado de inversión I, la posibilidad de penar a título de
CIDAD DE LA INTENCIÓN DE APROPIACIÓN EN EL§ 242 tentativa al autor que ha valorado erróneamente su compor-
tamiento como reprochable.
Las aplicaCiones de los cuatro enunciados de inversión con
También aquí -al igual que en la aplicación (1) del enun-
la cifra 2 se refieren al ámbito problemático de los errores de
ciado de inversión I- ha de tenerse en cuenta que con ello no
valoración y de la clasificación de elementos normativos como
se han fijado aún las demás condiciones de la punibilidad de
elementos del tipo determinantes del dolo o elementos genera-
les del delito. Cabe utilizar los cuatro enunciados de inversión la tentativa. La teoría de la valoración paralela en la esfera del
para aprehender las consecuencias de tal clasificación en el autor no se ve impedida por una conclusión inversa válida de
plano abstracto, corroborándola o poniéndola en cuestión. Sin dejar impune a un autor de estas características, siempre que
embargo, también se pueden usar para comprobar una deci- su comportamiento bajo las circunstancias (ciertas o falsas)
sión en un caso concreto acerca de la relevancia de un deter- del supuesto de hecho que se haya representado no merezca el
minado error mediante su inversión a modo de prueba. juicio de reprochabilidad. Aquí rige mutatis mutandis lo dicho
Mostraremos el primero de los procedimientos en el ejem- respecto de la teoría de los elementos de deber jurídico, pues
plo de la cláusula de reprochabilidad del § 240, cuya cla- también en el ámbito subjetivo se pueden plantear requisitos
sificación es objeto de discusión. Si se concibe la cláusula
de reprochabilidad como elemento del tipo 24 y se reconoce el
25 Por ejemplo, S/S-CRAMER, 21ª ed., 1982, § 15, nm. 45, con ulte-
24 riores referencias; WESSELS, AT, 15ª ed., 1985, p. 69, con ulteriores re-
Por ejemplo, S/S-EsER, 21ª ed., 1982, § 240, nm. 16; LK-HIRscH, 9ª ferencias; sobre el desarrollo de ese principio, últimamente, KAUFMANN,
ed., 1974, comentario previo al§ 51, nm. 15. Arthur, Die Parallelwertung in der Laiensphéire, 1982.
~

80 INGEBORG PuPPE EL ALCANCE LÓGICO DE LA LLAMADA CONCLUSIÓN INVERSA 81

ulteriores a la tentativa. Por ejemplo, podría ser que se exigie. orla que la doctrina dominante la rechace y conciba la cláu-
ra que el autor no sólo tuviera la representación valorativa de¡ ~ula como causa de justificación formulada en negativo y, con
elemento normativo del tipo, sino también una representación ello, como elemento general del delito 28 . De ello se sigue, de
de los hechos que cumpla con esa valoración. acuerdo con la opinión mayoritaria, respecto del error sobre
Que tal exigencia se plantea no depende del principio de los presupuestos fácticos de una causa de justificación 29 el
inversión, sino de cómo se vincule el requisito de la valora. requisito del conocimiento de las circunstancias fácticas que
ción paralela en la esfera del autor con el§ 16. Si se considera dan lugar a la valoración y la irrelevancia del error de valo-
que la valoración paralela en sí misma es el hecho cuyo co. ración puro de acuerdo con la doctrina dominante sobre el
nacimiento requiere el § 16 26 , ya no hay espacio conforme al error de permisión 30 y sobre el error de permisión invertido.
§ 16 para un ulterior requisito de representación de hechos Para los elementos generales del delito -en la medida en que
respecto de los cuales sea de aplicación esa valoración. Si, en su clasificación esté clara- las aplicaciones nº 2 de los enun-
cambio, se piensa que los hechos valorados son los hechos ciados de inversión se funden en sus números 3 y 4. A pesar
que forman parte del tipo legal en el sentido del§ 16, aún se de ello, las aplicaciones nº 2 también tienen su justificación
podrá introducir su correcta valoración en el sentido del ele- existencial en este ámbito en cuanto instrumentos para co-
mento normativo del tipo como requisito adicional del dolo 21. rroborar la clasificación. Éste es el caso, especialmente, para
El requisito de la representación de los hechos que soportan l aquellos requisitos de la antijuridicidad que no son de modo
la valoración, sin embargo, estropearía la prueba de inver- 1··
evidente una alusión a las causas de justificación generales,
sión doble conforme a los enunciados I y III. 1 sino que soportan elementos específicos del tipo, como la in-
La aplicación (2) del enunciado de inversión II es indepen- fracción del deber de cuidado, el deber de garante y, precisa-
diente de cómo se resuelva esta cuestión. Si se considera que mente, la cláusula de reprochabilidad del § 240.
la constatación de una valoración paralela del propio compor- Si la clasificación de la cláusula de reprochabilidad como
tamiento como reprochable es una condición necesaria de la. elemento general del delito es correcta, la falta de una valo-
punibilidad, la exclusión de la punibilidad derivará de su au- , ración de la reprochabilidad en la representación del autor es
senda, con independencia de que se piense que esta valora- 1 irrelevante en cuanto error de prohibición, constituyendo un
ción es suficiente para la punición a título de tentativa aunque ! supuesto de la aplicación (2) del enunciado de inversión III.
las representaciones fácticas del autor no la soporten. ¡· De acuerdo con ello, la valoración errónea de un comporta-
Esta consecuencia de la clasificación de la reprochabilidad l miento como reprochable no puede fundamentar punibilidad
como elemento normativo del tipo probablemente sea la razón 1 alguna, aunque no derive del uso de un criterio general de

26
A esta conclusión acaban llegando BGHSt 3, pp. 248 y ss., p.
1 28 Así expresamente, por ejemplo: WESSELS, BTI, 9ª ed., 1985, pp. 83
255; ThAUB, JuS 1967, pp. 113 y SS., p. 116; FoTH, JR, 1965, pp. 366 y y s.; LACKNER, § 240, anotación 6 b); LK-ScHAFER, 9ª ed., 1974, § 240, nm.
ss., p. 372; STóGER, Versuch des untauglichen Taters, 1961, pp. 24 y ss.; 57. En este sentido se interpreta también la decisión de la gran sala,
con alguna limitación también ScHLüCHTER, Irrtum über normative Tatbe- 1 BGHSt 2, pp. 194 y ss.; cfr. LACKNER, cit.
standsmerkmale im Strafrecht, 1983, pp. 154 y s. 29
Por ejemplo: JESCHECK, AT, 3ª ed., 1978, p. 375; WESSELS, AT, 15ª
27 JAKOBS, AT, 25/42; probablemente también BURKHARDT, Wistra ed., 1985, pp. 126 y s., respectivamente, con ulteriores referencias.
1982, pp. 178 y ss., p. 181, y WEBER, MDR 1961, pp. 426 y s.; cfr. también 30
Por ejemplo: JESCHECK, AT, 3ª ed., 1978, p. 373, con ulteriores re-
BGHSt 1, pp. 13 y ss., pp. 16 y s. ferencias en nota 34.
--
82 INGEBORG PUPPE EL ALCANCE LÓGICO DE LA LLAMADA CONCLUSIÓN INVERSA 83

reprochabilidad demasiado estricto (error de subsunción in. cabe mostrar lo anterior con especial claridad precisamen-
vertido), sino de una valoración demasiado estricta del caso te respecto del caso de la antijuridicidad de la apropiación per-
concreto. Probablemente sea aún más significativa para exa. seguida en el§ 242. Supongamos que nuestro autor creía que
minar la clasificación la aplicación (2) del enunciado de in. el contrato de compraventa, una vez concluido, le daría un
versión IV. Si no se requiere para el dolo una representación derecho sobre la cosa que se le había mostrado, cuando en
de la reprochabilidad, nunca podrá fundarse una pena Por realidad se trataba de una compra genérica. Por ello, afirma,
delito doloso en la concurrencia de tal representación, con in- "no se veía como un ladrón" cuando se hizo precisamente con
dependencia de cuáles ulteriores requisitos de la punibilidad esa cosa concreta. Estamos ante dos representaciones del au-
se establezcan. tor: la representación de que tenía un derecho referido especí-
Acabamos de aplicar los enunciados de inversión a la ficamente a una cosa concreta, y la representación de que su
cuestión jurídica abstracta de la clasificación de la cláusula apropiación no sería antijurídica en el sentido del§ 242.
de reprochabilidad. En su aplicación para comprobar la de:. Podría suceder, en primer lugar, que la punibilidad estu-
cisión en un caso concreto aparece una ulterior dificultad: viera excluida porque el autor está en lo cierto con su segun-
aquí se produce un cruce entre la distinción entre elementos da representación. Sería éste el caso si se considera que la
normativos del tipo y elementos generales del delito con apropiación por vía de hecho no es antijurídica tanto en las
distinción entre error de hecho, error de valoración y error de obligaciones respecto de cosas fungibles como sobre cosas
subsunción, o, en su caso, sus inversiones. Que esté en duda específicas 31 • En tal caso, se puede rectificar el error sobre la
si el error individual deba tratarse como relevante o irrele- obligación respecto de cosa fungible y se arriba igualmente a
vante puede deberse a muy diversas razones. Puede que no la impunidad. Es éste el mismo resultado como en el enun-
esté clara la determinación del contenido del elemento típico ciado de inversión IV; sin embargo, es seguro que no concurre
en sí mismo, piénsese en la discusión sobre la antijuridicidad en el caso de partida un error inverso sobre la punibilidad,
de la intención de apropiación en el hurto. Puede que esté eri pues el autor "no se consideraba un ladrón". El error sobre
duda la clasificación de la representación como representa- la obligación relativa a cosa fungible, sin embargo, es igual
ción fáctica, como valoración paralela en la esfera del autor de irrelevante, de acuerdo con la posición jurídica de la que
o representación subsuntiva. Finalmente, puede suceder que se parte, como un error sobre la subsunción, pues se ubica
resulte incierta la clasificación del elemento en cuestión como fuera del dolo y de los demás elementos subjetivos del delito.
elemento del tipo o como elemento general del delito. Ahora El error no exonera al autor, pero faltan otros presupuestos
bien, que la aplicación del enunciado de inversión correspon- de la punibilidad, concretamente, la falta de un derecho a ob-
tener la cosa en la realidad y en la representación del autor.
diente conduzca a un resultado insatisfactorio supone un
Por otro lado, la punibilidad podría quedar excluida porque
indicio de que se ha cometido un error en alguna de esas
se trata de un error sobre una circunstancia que realiza el ti-
decisiones, pero la prueba de inversión nada dice acerca de
po32, esto es, de la aplicación (1) del enunciado de inversión I.
dónde está ese error, ya que parte meramente de la decisión
de que la representación en cuestión es o no es una condición
suficiente de la exclusión de la punibilidad. Con independen- 31
BrNDING, Strafrecht BTI, 2ª ed., 1902, p. 272.
cia de cuál sea el fundamento de esa decisión, siempre tiene 32 Éste es el punto de vista de Darnstadt, quien concibe las relacio-
la misma forma. nes jurídico-civiles, entre otras, como "hechos institucionales", y, en
84 INGEBORG PUPPE EL ALCANCE LÓGICO DE LA LLAMADA CONCLUSIÓN ll'NERSA 85

En tal caso, la prueba de inversión consistiría en una fic- de la existencia de una obligación relativa a una cosa especí-
ción de la correspondiente representación típica, esto es, la fica. puede llegar a ser irrelevante porque tampoco esta situa-
34
representación de no tener en ningún caso un derecho espe. ión excluye la antijuridicidad de la apropiación planeada .
cífico respecto de la cosa tomada. Entonces, si la tesis inicial ~ntonces, queda el error sobre la antijuridicidad como tal.
es correcta, deberíamos llegar a la conclusión de que hay :Este no podría tener efecto exoneratorio porque se trata de
punibilidad, y ello con independencia de que usemos como un elemento general del delito. Por lo tanto, estaríamos ante
representación ficticia también la ausencia de los presupues- la. aplicación (2) del enunciado de inversión III. En conse-
tos fácticos de una obligación específica o sólo la ausencia de cuencia, partimos de que el autor tenía la representación de
la clasificación jurídico-civil de un derecho imaginado como la antijuridicidad de su apropiación y examinamos si genera
obligación específica. responsabilidad para él en el sentido de que fundamentamos
Finalmente, la punibilidad podría estar excluida por tra- su punibilidad (por consumación o tentativa), entre otros fac-
tarse de una valoración paralela errónea del elemento nor- tores, con esta representación. Como hemos mostrado en la
mativo del tipo "antijuridicidad de la apropiación" en la es- aplicación (1) del enunciado de inversión III, podemos incre-
fera del autor 33 • Se trataría de un caso de la aplicación (2) ¡ mentar la impresión que genera la prueba de inversión supo-
del enunciado de inversión I. Para ello, sin embargo, ha de ¡ niendo que la apropiación no era objetivamente antijurídica.
usarse como inversión exactamente aquella representación t Si no entra en consideración una punibilidad con base en el §
que antes, pues la doctrina de la antijuridicidad de la apr0 . 1 242 fundada en la representación del autor de que su acto de
piación como elemento normativo del tipo define a ésta como t apropiación era antijurídico, queda confirmada la irrelevan-
ausencia de un derecho específico sobre la cosa en el sentido !; cia también de la ausencia de la representación.
jurídico-civil. Sólo hay una diferencia respecto de la prueba .l Sin embargo, lo que no queda confirmado es su funda-
acabada de esbozar en el sentido de que como representa- \t mentación, pues la irrelevancia también podría fundamen-
ción invertida sólo debe usarse la clasificación jurídico-civil ¡ tarse, por ejemplo, en que se trata de un error de subsunción
del derecho en cuanto a derecho sobre cosa fungible, y no ¡
puro. En tal caso, necesitaríamos la aplicación (1) del enun-
otra representación distinta sobre los hechos naturales (que t
ciado de inversión III, pero tendríamos que utilizar de nuevo
dan lugar al derecho), puesto que sólo se trata de sustituir J:
la valoración paralela defectuosa. Si la clasificación del error ¡ la representación de la antijuridicidad de una apropiación
objetivamente conforme a Derecho como inversión.
original es correcta, ahora también deberá llegarse a la con- 1
A pesar de ello, la prueba de inversión es capaz de aportar
clusión de que concurre punibilidad. 1 algo para corroborar también la fundamentación de una de-
También la afirmación de la irrelevancia de este error pue- i cisión sobre la relevancia de una representación, aunque no
de fundamentarse de muy diversos modos. La representación l
1 sea a través de un procedimiento lógico. Al proporcionarnos
! ulteriores supuestos que habría que resolver coherentemente
consecuencia, un error sobre las mismas como error sobre circunstan- i con base en las mismas clasificaciones y fundamentaciones,
1 refuerza su base inductiva.
cias que forman parte del tipo legal en el sentido del§ 16, cfr. JuS 1978,
pp. 441 y SS., p. 446. t
33
En este sentido se pronuncia la opinión mayoritaria, expresamen·
34 HrnscH, JZ 1963, pp. 149 y ss., pp. 150 y ss., p. 152; WELZEL, Das
te, por ejemplo, LACKNER, § 242, anotación 5 d); MAURACH/ScHROEDER, BTI,
6ª ed., 1977, p. 291; cfr. también BGHSt 17, pp. 87 y ss., p. 90. 1 deutsche Strafrecht, 11ª ed., 1969, p. 325.
86 INGEBORG PUPPE EL ALCANCE LÓGICO DE LA LLAMADA CONCLUSIÓN INVERSA 87

1Ü. LA CONCLUSIÓN INVERSA EN LA TEORÍA DE LA JUSTIFICACIÓN La aplicación (3) del enunciado de inversión II es de máxi-
Las aplicaciones de los enunciados de inversión con el n• mo interés porque lleva a la conclusión de la incompatibili-
3 se refieren al error sobre los presupuestos fácticos de una dad de dos tesis que en la doctrina jurídica se han defendido
causa de justificación y a su inversión. Puesto que en este .. conjuntamente, a saber, la teoría de los elementos subjetivos
ámbito de la teoría del error es donde aún hoy hay más di- J de la justificación y la teoría estricta de la culpabilidad 36 • De
visión de opiniones, los frutos que pueden alcanzarse con la 1 hecho, Roxin considera, también sobre la base de la conclu-
conclusión inversa en la fundamentación de enunciados ju~· J sión inversa, que estas dos tesis resultan lógicamente incom-
rídicos generales son los más importantes, aunque tambien patibles, aunque reconociendo a sus representantes simul-
es aquí donde los ataques de principio contra su validez son .táneamente la posibilidad de sacrificar la coherencia lógica
los más fuertes y significativos. Por ello, resulta útil intentar por la justicia material que asumen respecto de estas tesis 37 .
de nuevo poner en claro la capacidad de rendimiento de la Sin embargo, tal sacrificio de la lógica no es una solución del
conclusión inversa y sus límites, precisamente con base en problema. Si realmente no es posible formular de modo lógi-
estas clases de error. camente correcto esta teoría de las condiciones de la exclu-
La aplicación (3) del enunciado de inversión I parte de la sión del injusto y de la fundamentación del injusto, entonces
premisa de que el error sobre los presupuestos fácticos de
una causa de justificación excluye la punibilidad con base
36 WELZEL, Das deutsche Strafrecht, lF ed., 1969, pp. 89, 83 y s.; MAu-
en el delito doloso. De ello deriva, con base en la conclusión
RACH, AT, 4ª ed., 1971, pp. 306, 303; BocKELMANN, AT, 3ª ed., 1979, pp. 120,
inversa, que la ausencia de representación de hechos justifi-
p. 95; NrESE, DriZ 1953, pp. 20 y ss., y Finalitiit, 1951, pp. 17 y ss.
cantes cofundamenta la punibilidad. Por lo tanto, la premf · 37 Offene Tatbestiinde und Rechtspjlichtsmerkmale, 2ª ed., 1970, p.
sa es incompatible con una teoría puramente objetiva de 18. 160. Herzberg intenta desvirtuar el argumento de Roxin contra la com-
justificación 35 , pero no con una renuncia a la punibilidad a. ,, patibilidad de la teoría estricta de la culpabilidad con la punibilidad en
título de consumación o tentativa cuando concurran los prr. caso de error inverso sobre los presupuestos fácticos de una causa de
supuestos objetivos de una causa de justificación. De la rele- justificación, afirmando a su vez que queda afectado por un error lógico,
vancia del error sobre los presupuestos fácticos de una causa indicando que la pena (a título de tentativa o bien de consumación), en
el caso de un error inverso sobre los presupuestos fácticos de una causa
de justificación, por lo tanto, no se deriva la teoría sobre la. de justificación, no se fundamentaría en la conciencia de antijuridici-
necesidad de los elementos subjetivos de la justificación. Sólo dad (en el sentido de ausencia de una representación de justificación),
quedarían necesariamente vinculadas ambas tesis en caso sino meramente en el dolo, que no quedaría afectado por la situación
de que se reconozca aquel postulado de simetría que a veces · objetiva de justificación (nota 7, p. 480). Sin embargo, si esto fuera co-
se confunde con la conclusión inversa, de acuerdo con el cual rrecto, también habría que penar (al menos por tentativa) cuando haya
una representación correcta por parte del autor respecto de los presu-
el contenido de un elemento del delito -aquí, la negación de puestos fácticos de la justifiéación concurrentes. En realidad, para la
todas las posibilidades de justificación- es o bien necesario teoría de los elementos subjetivos de la justificación, el error inverso
sólo objetivamente, o bien sólo en la representación del autor, sobre los presupuestos fácticos de una causa de justificación es una
pero nunca en ambos sentidos. condición necesaria de la punibilidad en una situación de justificación
objetivamente concurrente. Precisamente por ello no puede afirmar sin
35
más con base en la teoría estricta de la culpabilidad, que la ausencia de
Por ejemplo: LK-SPENDEL, 10ª ed., 1985, § 32, nm. 138, con ulterio- ese presupuesto de la punibilidad, es decir, el error sobre los presupues-
res.referencias en nota 275. tos fácticos de una causa de justificación, excluye la punibilidad.
--·
88 lNGEBORG PUPPE EL ALCANCE LÓGICO DE LA LLAlVIADA CONCLUSIÓN INVERSA 89

esta construcción no sólo carece de sentido teórico, sino qu ento objetivo, o viceversa. Que una condición necesaria de
además es arbitraria e injusta en la praxis, vulnerando, Po~ : punibilid.ad bascule de este mo~o entre el lado objetivo y el
tanto, el art. 3 LF. Jado subjetivo del hecho supondna una ruptura de nuestra
La premisa de la aplicación (3) del enunciado de inversión habitual distinción entre elementos objetivos y subjetivos del
II -como ya se ha explicado con carácter general- debe delito. Tampoco se alcanza a comprender cómo podría estar
en el sentido de que la ausencia de representaciones fácticas configurado un concepto material de tipicidad, antijuridici-
justificantes es una condición necesaria de la punibilidad (Por dad 0 culpabilidad que pudiera acoger tal elemento híbrido,
tentativa o consumación). Si se entiende la teoría de los ele- carnbiante entre lo objetivo y lo subjetivo. En la forma de ex-
mentos subjetivos de la justificación en el sentido de esta tesis presión hab~~ual en la que se expr~s·a·n los pre~upues~~s de
sin embargo, ha de deducirse de ella la relevancia del erro; la justificac1on, y no los de la pumb1hdad, la disyunc10n se
sobre los presupuestos fácticos de una causa de justificación ·convierte en conjunción, y puesto que las conjunciones de
y, en este punto, de la teoría limitada de la culpabilidad. Por elementos subjetivos y objetivos son normales en la estruc-
lo tanto, la cuestión no se resuelve partiendo inicialmente de tura del delito, no se manifiesta lo que hay de poco común y
la teoría estricta de la culpabilidad e introduciendo después materialmente extraño de esta combinación de condiciones.
elementos subjetivos en cuanto presupuestos necesarios de la La estructura lógica que ha puesto de manifiesto el aná-
justificación. Por el contrario, más allá de esto hay que garanti- lisis de la opinión de Welzel con base en la conclusión in-
zar que, a pesar de ello, su ausencia no es condición necesaria versa es exactamente la misma que la de la propuesta de
de la punibilidad en el sentido de la premisa de nuestra apli- Engisch 38 de "aligerar" el principio de inversión en su apli-
cación (3) del enunciado de inversión II. Esto se puede alean-' cación al error de subsunción. También el rendimiento que
zar formulando la condición necesaria de la punibilidad como aporta este análisis es exactamente el mismo. Tampoco en
disyunción. Entonces, rezará del siguiente modo: los hechos esta ocasión hemos logrado demostrar de modo definitivo la
justificantes o bien son objetivos o no concurren conforme a la incompatibilidad de ambas premisas propuestas -elementos
representación del autor. Si aplicamos nuestro enunciado de subjetivos de la justificación por un lado e irrelevancia del
inversión II a esta premisa, obtenemos el resultado de que la error sobre los presupuestos fácticos de una causa de justi-
punibilidad sólo quedará excluida cuando los hechos justifi- ficación, por otro- en el plano lógico. Por el contrario, hemos
cantes concurran tanto objetivamente como en la representa' visto que la posición de Welzel puede representarse de modo
ción del autor. Y éste es exactamente el contenido de la teoría lógicamente correcto. Sin embargo, esta representación co-
estricta de la culpabilidad. rrecta ha puesto de manifiesto una premisa de la teoría que
Por lo tanto, hemos averiguado que supone una sobre- resulta inaceptable por su contenido, la vinculación disyun-
valoración de la capacidad de rendimiento de la conclusión tiva de un elemento subjetivo con un elemento objetivo dentro
inversa si se pretende mostrar de una vez por todas una in- de una sola condición necesaria de la punibilidad. También el
compatibilidad lógica necesaria de la doctrina de los elemen- rendimiento que aporta este análisis es exactamente el mis-
tos subjetivos de la justificación con la teoría estricta de la mo. Tampoco en esta ocasión hemos logrado demostrar de
culpabilidad. Sin embargo, con ello hemos mostrado también modo concluyente que ambas premisas propuestas -por un
la verdadera debilidad de esta combinación de tesis sobre la
justificación: una condición disyuntiva de la punibilidad, en
la que un elemento subjetivo puede ser sustituido por un ele- 38
Ob. cit., pp. 13 Y s.
90 INGEBORG PuPPE EL ALCAl\ICE LÓGICO DE LA LLAMADA CONCLUSIÓN INVERSA 91

lado, los elementos subjetivos de la justificación, por otro ror de esta clase, pero es conceptualmente independiente
1
irrelevancia del error sobre los presupuestos fácticos de~ a :el error sobre los presupuestos fácticos de una causa de
causa de justificación- sean lógicamente incompatibles. p
0
ª \tstificación. También de acuerdo con la aplicación (3) del
el contrario, hemos averiguado que es posible representar dt · -~nunciado de inversión III, el rechazo de la teoría de los ele-
modo lógicamente correctó la posición de Welzel. Sin embar~ f
go, esta representación correcta ha puesto en evidencia una
premisa de la teoría que resulta inaceptable por razones de ¡
¡ rnentos subjetivos de la justificación sólo deriva de la teoría
estricta de la culpabilidad partiendo del presupuesto de que
no aceptamos una condición disyuntiva de la punibilidad de
contenido, la vinculación disyuntiva entre un elemento sui): l Ja clase antes expuesta. Si aceptamos esta condición disyun-
jetivo y un elemento objetivo dentro de una misma condición tiva de la punibilidad, la premisa pasa a ser errónea en el
de 1a punibilidad. sentido de que, en determinadas circunstancias, la repre-
Lo dicho respecto de Welzel, por lo demás, rige también sentación de hechos justificantes sí excluye la punibilidad,
mutatis mutandis respecto del §35 II, al que, por lo tanto concretamente, cuando estos hechos también concurren ob-
tampoco cabe reprochar una contradicción. . Sin embargo,' jetivamente. En cambio, nada cabe decir entonces con carác-
también aquí se genera un elemento de la culpabilidad que · ter general sobre la relevancia o irrelevancia del error sobre
basculando entre lo objetivo y lo subjetivo y siempre los presupuestos objetivos de una causa de justificación. Lo
rrirá cuando la representación del autor o bien sea objetiva- mismo rige, entonces, respecto de la relevancia o irrelevan-
mente cierta (y) o subjetivamente inevitable. Aquí, en cambio J
cia del error invertido sobre los presupuestos fácticos de una
la alternativa puede conjuntarse en un concepto de contenido causa de justificación, esto es, de los elementos subjetivos de
unitario: la inevitabilidad de la situación subjetiva de esta-. Ja justificación. Y es que resultarían fundamentadores de la
do de necesidad. Pues cuando ésta concurre objetivamente punibilidad en caso de que concurran objetivamente los pre-
no puede ser eliminada subjetivamente, por muy cuidadosas•' supuestos de la causa de justificación, e irrelevantes en caso
que sean las indagaciones. de que no concurran, pues en este supuesto la punibilidad
La aplicación (3) del enunciado de inversión III parte de del autor ya estaría establecida de antemano de acuerdo con
la tesis de la teoría estricta de la culpabilidad de que el error aquel presupuesto disyuntivó de la punibilidad, con indepen-
sobre los presupuestos objetivos de la justificación resulta dencia de sus representaciones.
irrelevante como tal 39 • El hecho de que también la teoría es- La aplicación (3) del enunciado de inversión IV supone lo
tricta de la culpabilidad exonere al autor cuando este error es· opuesto de la aplicación (3) del enunciado de inversión III en
inevitable no convierte en errónea su tesis de partida, pues lo el sentido de que parte del rechazo de la teoría de los requi-
que exonera no es el error sobre los presupuestos fácticos de sitos subjetivos de la justificación en cuanto premisa. Si esta
una causa de justificación, sino la imposibilidad de adquirir premisa es correcta, esto es, si el hecho de que el autor no tu-
conciencia de antijuridicidad. Esta imposibilidad ciertamen- viera la representación de hechos justificantes es irrelevante
te puede tener su origen fáctico en el caso concreto en un bajo cualquier circunstancia, de ello deriva que la concurren-
cia de una representación de hechos justificantes no excluye
la punibilidad, esto es, la teoría estricta de la culpabilidad.
39 No es necesario que volvamos a mostrar que también esta
Véanse los autores mencionados en nota 36, así como LK-
ScHROEDER, 10ª ed., 1985, § 16, nm. 47 y ss.; WARDA, JR 1950, p. 546; relación de condiciones puede ser rota mediante el estable-
KAUFMANN, Armin, JZ 1955, p. 37; FuKUDA, JZ 1958, p. 143. cimiento de una condición disyuntiva de la punibilidad. Si
92 INGEBORG PuPPE EL ALCANCE LÓGICO DE LA LLAi'vlADA CONCLUSIÓN INVERSA 93

no aceptamos tal condición disyuntiva de la punibilidad d ión sería relevante. En el caso de las aplicaciones identifica-
acuerdo con el procedimiento de conclusión lógicamente'vá~ ~as con la cifra 3, estamos por primera vez en la situación de
lido de la contraposición, llegamos a la siguiente conclusión: ue se discuta por principio la relevancia de un error, y por
la teoría limitada de la culpabilidad es compatible con la ne. ;llo era en este caso en el que por primera vez tenía sentido
cesidad de elementos subjetivos de justificación. Sin embar. analizar tanto la suposición de su relevancia -concretamen-
go, también es compatible con una teoría de la justificación te, en las aplicaciones del enunciado de inversión I y 11- como
que dejaría impune al autor tanto en caso de concurrencia la de su irrelevancia, concretamente, en las aplicaciones del
sólo de los elementos objetivos como de concurrencia sólo de enunciado de inversión III y IV.
los elementos subjetivos de la justificación. A la inversa, la
doctrina de la necesidad de elementos subjetivos de la justi- 11. LA APLICACIÓN DE LOS CUATRO ENUNCIADOS DE INVE.RSIÓN AL
ficación sólo es compatible con la teoría limitada de la justifi. ERROR SOBRE LA ANTIJURIDICIDAD DE LA CONDUCTA DEL AUTOR
cación. De la premisa de la teoría estricta de la culpabilidad En la aplicación nº 4, de lo que se trata es del error de
de que el error sobre los presupuestos objetivos de una causa permisión y del error de prohibición en sentido amplio. Lo
de justificación es irrelevante deriva una teoría objetiva de Ja que sigue, por tanto, rige, por un lado, tanto para el error de
justificación, y a la inversa. prohibición en sentido estricto como para el error de permi-
Al lector le habrá llamado la atención que las relaciones sión y el error sobre los límites de la permisión, y, por otro
materiales entre las aplicaciones identificadas con el nº 3 de lado, tanto para el delito putativo en sentido estricto como
los cuatro enunciados de inversión son mucho más estrechas para el error de permisión inverso y el error inverso sobre los
que aquellas entre las identificadas con las cifras 1 y 2. La límites de la permisión. También aquí hemos aplicado nues-
razón de ello está en que aquí por primera vez hemos apli- tros cuatro enunciados de inversión a un mismo contenido
cado nuestros enunciados de inversión de modo consecuente de error en todos los casos. Lo que se observa es que la teoría
con una sola clase de error, mientras que en las anteriores del dolo es la única que tiene la posibilidad de penar un error
aplicaciones hemos tomado como base, respectivamente, de de permisión, al menos, mientras no se acepten condiciones
los enunciados I y II, por un lado, y III y IV, por otro, diferen- disyuntivas de la punibilidad. Sin embargo, no se le puede
tes parejas de error. En las aplicaciones (1) se trataba, por un reprochar a la teoría del dolo que sea inconsecuente al dejar
lado, del error de tipo y el error de tipo inverso, y, por otro, impune el error inverso sobre los presupuestos de una cau-
del error de subsunción y el error de subsunción inverso; en ! sa de justificación en sentido estricto, pues la constatación
la aplicación (2) se trataba del error en la valoración paralela ¡ de que la conciencia de antijuridicidad es condición necesa-
de un elemento del tipo, por un lado, y, por otro, del error en ria de la punibilidad no dice nada acerca de la cuestión de
la valoración de un elemento general del delito y su inversión. cuáles son las ulteriores condiciones de la que ésta dependa.
La razón de ello está en que, respectivamente, son esas dos Habría que inferir la punibilidad del delito putativo de la teo-
parejas de errores entre las cuales existe un riesgo de con- ría del dolo sólo en caso de que fuera válido aquel postulado
fusión que puede ser enfrentado mediante la aplicación de la de simetría de acuerdo con el cual un determinado elemento
prueba inversa en el caso concreto. Tampoco habría tenido del delito, o bien es necesario como elemento objetivo o como
mucho sentido corroborar, con ayuda de la conclusión inver- elemento subjetivo, pero nunca ambas cosas. Nada impide a
sa, las consecuencias de la tesis conforme a la cual el error la teoría del dolo exigir tanto la antijuridicidad objetiva del
de tipo sería irrelevante o la tesis de que el error de subsun- hecho como la conciencia del autor al respecto.
94 INGEBORG PUPPE EL ALCANCE LÓGICO DE LA LLAl\1ADA CONCLUSIÓN INVERSA 95

Puesto que en las aplicaciones nº 3 y también en las t\'. l2· LA PRUEBA DE INVERSIÓN SOBRE LA BASE DE LA TEORÍA LIMITA-
4 siempre nos encontramos con la misma clase de error 11 •.· DA DE LA CULPABILIDAD
podemos utilizar estos grupos de enunciados para com~ro~ • Llevemos ahora a cabo la prueba de inversión antes insi-
bar la clasificación
. de un determinado error como error sobre ' nuada sobre la base de la teoría limitada de la culpabilidad
los presupuestos objetivos de una causa de justificación 0 . respecto de la clasificación de un error como error sobre los
como error de permisión. Para una teoría que trate de iguar J1•
. presup~estos fácticos de una causa de justific~ció~ _º error de
modo ambos errores, esto es, tanto para la teoría estricta de ~ perrnis1on. No~ enfre.i:tamos, enton:es,.~ la aphcac10n nº ~del
la culpabilidad como para la teoría del dolo, esta prueba de ¡ enunciado de mvers1on I y a la aphcac10n nº 4 del enunciado
inversión ni siquiera es posible. Sólo sobre la base de la teoría f de inversión III. El error sobre los presupuestos objetivos de
limitada de la culpabilidad _pue.de llevarse a cabo, concreta- J una causa de justificación y el error de previsión son repre-
mente, con base en las aphcac10nes nº 3 de los enunciados 1 sentaciones positivas acerca de la justificación de la conducta
de inversión I y II respecto del error sobre los presupuestos J propia, sus inversiones consistirían, entonces, en cada caso,
objetivos de una causa de justificación, y de las aplicaciones. . i$. en la ausencia de las representaciones correspondientes. El
nº 4 de los enunciados de inversión III y IV respecto del error] cometido a realizar consiste, entonces, en clasificar un deter-
de permisión. De ello no deriva un argumento a favor de la. {. minado error como error sobre los presupuestos objetivos de
teoría limitada de la culpabilidad. Ciertamente, el principi? ) una causa de justificación o como error de permisión, y com-
de inversión se usa en muchas ocasiones para comprobary. · probar esta clasificación con base en el error inverso.
asegurar la difícil clasificación de un error en cuanto error Tomemos como ejemplo un error sobre la necesidad de la
sobre hechos o como error sobre contenidos jurídico-penales;, defensa propia en la legítima defensa que consiste en que el
para ello, hemos comprobado que es útil el hecho de que es,: autor, si bien percibe una posibilidad de defensa de menor
entidad, cree que no está obligado a recurrir a ella por concu-
tas dos clases de error, conforme a la opinión dominante,
rrir un pequeño riesgo residual de que la agresión continúe.
suelen tratarse de modo opuesto. Sin embargo, esto, en un
Supongamos que nuestro autor se ha defendido frente a un
primer momento, no es más que una casualidad que nos ha
ataque realizado por el agresor -de menor fuerza física que el
favorecido en la aplicación de la prueba de inversión, sin que, agresor- sólo haciendo uso de sus manos directamente con
sin embargo, sea posible extraer, a la inversa, de la prueba un golpe sobre la cabeza del agresor que pone en peligro la
de inversión la exigencia de que deban tratarse de modo di- vida de éste, usando un objeto contundente. Si bien había
vergente siempre y en todo caso los errores sobre hechos y los aprehendido la posibilidad de defenderse sólo con sus puños
errores sobre normas. o con un uso menos peligroso de su arma, decidió recurrir
Una cuestión completamente distinta es la de si no de- al uso peligroso para impedir con certeza que el primer golpe
riva de nuestra sinopsis de los errores en su conjunto un del agresor lo alcanzara. Supongamos además que el autor
argumento favorable a la teoría limitada de la culpabilidad, debía haber asumido tal riesgo reducido de una lesión leve
concretamente, que. el error sobre los presupuestos fácticos para evitar poner en peligro la vida del agresor. En tal caso,
de una causa de justificación, en cuanto error sobre hechos, se hallaba en un error acerca de la necesidad de su defen-
muestra similitudes con el error de tipo, y el error de prohibi- sa. Si primero clasificamos este error como un error sobre
ción, en cuanto error sobre el contenido de la norma, simili- los límites de la permisión acerca del alcance del derecho de
tudes con el error de subsunción. legítima defensa, nos encontramos con la aplicación nº 4 del
96 lNGEBORG PuPPE EL ALCANCE LÓGICO DE LA LLAl\/IADA CONCLUSIÓN INVERSA 97

enunciado de inversión III. En la prueba de inversión senciU ióD paralela en la esfera del autor no suele ser aplicada a los
partimos de la ausencia del error antes descrito, en el senti: elementos normativos del tipo de justificación a pesar de ser
do de que el golpe con el objeto pesado en la cabeza era Una e
reconocida -
con caracter genera1, porque estos elementos de
defensa necesaria, esto es, que no se le exigiría al autor una Ja justificación no son clasificados como elementos del tipo
defensa menos peligrosa. Hemos de preguntarnos, por tanto de justificación, sino como elementos del delito que expresan
si necesitamos la ausencia de tal representación para - ' una valoración global del hecho 40 .
mentar la punibilidad por lesiones peligrosas. Si éste no es
caso, queda confirmada nuestra clasificación inicial del error 13. CONCLUSIÓN
como error irrelevante sobre los límites de la permisión.
Podemos hacer más plástica la prueba modificando el lado Hemos visto que en la base de la conclusión inversa se
objetivo de modo correspondiente con la representación ori- halla un esquema de deducción formalmente válido, como
ginal del autor, y preguntándonos después si entra en con- es la contraposición. En consecuencia, no es posible aplicar
sideración una punibilidad a título de tentativa. Hemos de Já conclusión inversa "teleológicamente" en lugar de "lógico-
establecer la ficción, por tanto, de que no cabe remitir al formalmente", "aligerarlo" 41 constituiría un error de razona-
tor a una medida defen siva menos peligrosa, porque no se le miento. A pesar de ello, no cabe deducir de ella sin más la
impone el riesgo para su propio cuerpo que resultaría de ella. incompatibilidad lógica de determinadas teorías del error,
Entonces, podemos plantearnos la cuestión de si la repre- como, por ejemplo, la incompatibilidad de la irrelevancia del
sentación del autor de que habría debido elegir una forma de error de subsunción con la punibilidad de los delitos putati-
defensa menos peligrosa fundamentaría una punibilidad por vos o la incompatibilidad de la teoría estricta del error con el
tentativa. El acierto de la clasificación original queda confir- requisito de que concurran elementos subjetivos de la justi-
mado por el hecho de que en tal caso se asumiría la concu-. ficación. Es posible formular en cada caso las premisas de
rrencia de un delito putativo. ·¡ estas teorías de tal modo que resulten compatibles. Sin em-
Si aplicáramos a un error de las características descri- . bargo, en tal caso muestran una forma que manifiesta su
tas las reglas de la valoración paralela en la esfera del autor, ¡ carácter cuestionable desde el punto de vista del contenido
con mayor claridad que si se las considera aislada o con -
afirmaríamos su relevancia, porque afecta a una valoración !·
diferente de un elemento individual de un supuesto de hecho . juntamente en otras formas de expresión. Y una teoría ha
justificante, concretamente, del elemento de la necesidad de j de resultar convincente en cualquier formulación. Es esto,
la defensa. En tal caso, clasificaríamos tal error como error ¡ y no más, lo que puede rendir la lógica en el establecimiento
sobre los presupuestos fácticos de una causa de justificación, o en la comprobación de proposiciones jurídicas abstractas:
esto es, estaríamos ante la aplicación nº 3 del enunciado de muestra su contenido, que ya tienen en cualquier forma, de
inversión I. Del hecho de que la valoración paralela de la de- modo más claro en sus diversas implicaciones a través de la
fensa como necesaria en el sentido del § 32 excluye la puni-
bilidad, se infiere, conforme a la aplicación 3 del enunciado
I, que la ausencia de una valoración de la medida de defensa 40 S/S-CRAMER, 21ª ed., 1982, § 16, nm. 16; SK-RuDOLPHI, actualizado
como necesaria para repeler la agresión en el sentido del § 32 1984, § 16, nm. 13b.
podría ser un fundamento concurrente para la punibilidad a 41
ENGISCH, FS-Heinitz, 1972, pp. 185 y ss., p. 205; aprueba esta po-
título de consumación o tentativa. La doctrina de la valora- sición HAFT, JuS 1980, pp. 430 y s., pp. 434 y s.
98 INGEBORG PUPPE EL ALCANCE LÓGICO DE LA LLAMADA CONCLUSIÓN INVERSA 99

reformulación. Nunca puede relevar al jurista de tomar ¡ presarlo en ese lenguaje, podrá demostrar que se trata de
decisión de si acepta sus tesis de partida, mostradas en toct'1' e~ argumento lógico. Aquí es donde está la dificultad en la
0
su alcance mediante la reformulación. · up!icación de la lógica en la jurisprudencia y al mismo tiempo
Nunca cabe deducir con ayuda de la conclusión invers;' :u valor de conocimiento. Los argumentos jurídicos enlama-
una proposición sobre las condiciones suficientes de la PU~ oría de los casos se presentan en palabras vagas y muchas
nibilidad, por ejemplo, sobre la punibilidad de la tentativ J ~eces polisémicas, y ello también cuando tienen la pretensión
inidónea con base en el§ 16. Tal deducción se basa en uriªt de ser lógicos. Con expresiones como "fundamentador de la
confusión entre condición necesaria y suficiente. Mientras¡:' l' punibilidad", "generador de responsabilidad" o "exonerato-
conclusión inversa sólo se aplique a un elemento individua¡ r rio", se puede hacer referencia tanto a condiciones necesarias
del delito, sólo puede conducir a la conclusión de la posibili~ i corno suficientes de la punibilidad de un comportamiento 42 , y
dad de establecer punibilidad o excluirla. ,,•. por "error inverso" puede entenderse tanto la negación de una
De la aplicación de la conclusión inversa para inferir pro. •· representación como la representación de una negación. Si se
posiciones generales de la teoría del error ha de distinguirse ! logra la precisión mediante la traducción al lenguaje formal
con .~lar~dad su aplicació1: en el caso concreto. Aquí l~ con- 'J lógico, y si en ello se ha puesto de manifiesto una fórmula
clus10n inversa hace posible mostrar las consecuencias de '' lógica válida, una ulterior dificultad se presenta en el pro-
una determinada clasificación de error para un segundo casó ceso de retraducir correctamente esa fórmula en sus aplica-
ficticio. En este análisis, sumando otras premisas, puede de- ciones al lenguaje común, para entonces evaluar su alcance.
ducirse una punibilidad en cuanto conclusión. También aqui En este proceso, volvernos a estar expuestos a las polisemias
la clasificación en sí misma no puede sustituirse por opera- del lenguaje común. Éstas resultan tanto más peligrosas en
ciones lógicas. cuanto previamente se le ha asignado al argumento la digni-
Las dificultades de la aplicación de la lógica en Derecho no dad, y, con ello, la validez y el carácter inquebrantable de la
están en las operaciones lógicas en sí mismas. Si la fórmula lógica. Si no sucumbimos a este peligro, puede resultar que
lógica que ha de estar en la base de una conclusión jurídica, si la conclusión, correctamente aplicada, aun siendo válida, no
es que ésta ha de merecer tal denominación, ha sido puesta soporte los resultados que hasta entonces se han deducido de
manifiesto, su aplicación es un proceso cuasi mecánico, com- ella, o necesite de ulteriores premisas para ello. En nuestro
parable a un ejemplo aritmético sencillo, aunque poco habitual, caso, hemos llegado a ambas constataciones. A la primera,
Por ello, el lenguaje de signos de la lógica moderna en cuanto por ejemplo, en la fundamentación de la punibilidad de la
medio de argumentación es de una relevancia muy reducida tentativa inidónea conforme al § 16 mediante "conclusión in-
para el jurista. En nuestro experimento mental con la conclu~ versa"; a la segunda, en las diversas pruebas de inversión.
sión inversa hemos aplicado ese lenguaje de signos sólo a efec- Sin embargo, sí hemos hallado que la praxis maneja, dentro
tos de representación, para mostrar una forma de conclusión de sus propias premisas, la conclusión inversa a grandes ras-
sencilla de modo aún más claro desde la perspectiva óptica. gos de modo intuitivamente correcto, aunque no sea comple-
También podríamos haber prescindido de ella por completo. ta y claramente consciente de estas premisas y de su propio
No lo hicimos para exponernos a la necesidad de precisar
papel en la conclusión inversa.
y, sobre todo, de expresarlo de modo unívoco. Aquí está el
valor del lenguaje de signos lógico también para el jurista.
Sólo si logra precisar su argumento hasta el punto de poder 42
SPENDEL, ZStW 69 (1957), pp. 441 y SS., pp. 449 y SS.
~
', ,.,,,

100 lNGEBORG PUPPE

Hemos emprendido corroborar la capacidad de rendi-


miento de la lógica en la jurisprudencia respecto de un ob.
jeto particularmente prometedor, esto es, respecto de uno de
los escasos esquemas de argumentación que aún hoy tienen
la pretensión -aunque ésta es contestada- de ser lógicos. f\
pesar de ello, los resultados alcanzados pueden parecer Po-
bres a la vista del esfuerzo invertido. A fin de cuentas, la ju-
risprudencia ha desarrollado la conclusión inversa de modo EL DERECHO PENAL COMO COMUNICACIÓN.
intuitivo, sin ocuparse de fórmulas lógicas, enunciados de APORTACIONES Y PELIGROS DE UN NUEVO
inversión, tablas de aplicación y análisis de pruebas deinver- PARADIGMA EN LA DOGMÁTICA
sión dobles y sencillas. La intuición lógica, que también en DEL DERECHO PENAL* .
otros ámbitos se ocupa de que pensemos y hablemos de modo
consecuente, una vez más ha mostrado su valía. Si en alguna "Pero nunca olvidemos que también hay signos
que sólo en apariencia significan algo, pero que, en
ocasión no fuera suficiente para descubrir y evitar errores en
verdad, carecen totalmente de sentido, como blitiri o
la reflexión, siempre queda el examen de los resultados al- bu-ba-baff" (... ) "Sería horroroso", dije yo, "¡matar a un
canzados con base en los criterios de la adecuación material hombre para no decir nada, como bu-ba-baff!". "Sería
a la situación. Avisará al jurista de modo eficaz precisamente también horroroso", replicó William, "matar a un hom-
en aquellos casos en que no atribuya a la coherencia lógica bre para decir Credo in unum Deum".
un valor demasiado elevado. Umberto Eco, El nombre de la rosa
Para el jurista práctico, éste es seguramente un punto •
de vista legítimo, aunque sólo sea para limitar su esfuerzo. Omnis mundi criatura quasi líber et scriptura 1
Sin embargo, el teórico ha de prestarle el servicio de rendirle
cuentas acerca de ello, no sólo acerca de si sus fundamen- El ser humano es un sistema de asimilación de signos.
taciones son convincentes, sino también por qué y con qué Sin esta capacidad para interpretar estímulos sensoriales
grado de certeza. No debe rehuir para ello el esfuerzo que como signos de algo, según un determinado esquema de in-
sea necesario, aunque sólo se trate de elevar ese grado de terpretación (código), no le resulta posible la percepción más
certeza. Para ello, seguro que resulta recomendable no so-
breestimar la parte de la lógica en su propia argumentación,
y, con ello, su pretensión de validez. Sin embargo, con inde- .. *Traducción del artículo "Strafrecht als Kommunikation. Leistun-
pendencia de ello, de que esta parte sea grande o pequeña, 1 gen und Gefahren eines neuen Paradigmas in der Strafrechtsdogma-
todo razonamiento jurídico está sometido al criterio de la co- l tik'', publicado en Festschriftfür Gerald Grünwald, Nomos, Baden-Ba-
rrección lógica. l den, 1999, pp. 469 y ss., realizada por Mateo G. Bermejo (Universidad
Una jurisprudencia teórica que no se someta a este crite- · ¡ Nacional de San Juan, Argentina).
1
Eco, Umberto, Der Name der Rose, del italiano por Burkhart
rio sin reservas no sólo perderá su título -discutido de por f
Kroeber, p. 138. Atribuido a una cita libre del comienzo de un poema,
sí- de ciencia, sino la pretensión general de ser pensamiento, l la Alanus ab Insulis (Allain de Lille, escolástico francés, aproximada-
es decir, pensamiento correcto. No logrará nada más que un mente pp. 1120-1203). Texto original: Ommes Mundi criatura quasi líber
periodismo de opinión mejor o peor hecho. et pictura, p. 34.

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