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INTRODUCCION
Se utilizaba ya alrededor del siglo XVI para hacer referencia a los aventureros que
viajaban al Nuevo Mundo a buscar oportunidades sin saber qué podían encontrarse y
también a aquellos que se relacionaban con expediciones militares. Dos siglos más tarde,
esta denominación se extendió también a los arquitectos y constructores de puentes y
caminos. En el siglo XVII el concepto de emprendedor cambia de manera radical. Pasa
entonces a tomarse y a verse desde un punto de vista económico. Quien le da un giro al
concepto es Richard Cantillon, un economista y escritor francés. Él define al emprendedor
como “el agente que compra medios de producción a precios determinados con el fin de
combinarlos en un nuevo producto”. Más adelante otros autores, entre los que podemos
encontrar economistas, completan su definición. Añaden que los emprendedores habían de
ser líderes.
Otros economistas como Adam Smith o John Stuart Mill teorizaron también sobre la
figura del emprendedor y se percataron de que se debía realizar una labor de especificación
respecto a la misma y “salvarla” del sometimiento del término inglés “gestión empresarial”
(business managment), demasiado amplio y general. Se apuntaba a la infravaloración del
término y se subraya la importancia de la figura del emprendedor para el crecimiento
económico.
Otros autores, como por ejemplo, Smith (1967) hace uso del nivel formativo de la
persona e identifica dos categorías:
Otros autores, como Knight (1983) los distinguen según su formación y características
innovadoras y distinguen:
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Otros autores, como Amit, Glosten y Muller (1993) distinguen dos tipos de
emprendedores según las motivaciones para involucrarse en la actividad empresarial.
Por un lado, los emprendedores “por empuje”, que son aquellas personas insatisfechas
por su situación actual que se sienten obligadas a comenzar su propia aventura empresarial.
Por otra parte, “por atracción”, quienes se encuentran fascinados por un negocio o una idea
y se implican personalmente en su aventura empresarial.
Otros autores, como Singer (1990) se centra en los rasgos de personalidad y establece
cuatro categorías:
Moriano y Palací (2003) los emprendedores se clasifican a partir de las motivaciones que
les llevan a crear su propio negocio o a trabajar de forma independiente y se clasifican en:
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b) Emprendedores “situacionales” o “por necesidad”: aquellos que crean su empresa
para huir de una situación de precariedad laboral o la hacen empujados por las
circunstancias del momento.
El autoempleo es un refugio que les permite un puesto de trabajo para ganarse la vida
dignamente.
Son distintos los motivos que llevan a una persona a hacerse emprendedora. La tipología
anterior da buena muestra de ello. Sin embargo, podemos generalizar y afirmar que todos
los emprendedores están motivados. Por ejemplo, por una alta necesidad de logro, o bien por
buscar un refugio para sobrevivir. Lo bien cierto es que existen muchos motivos que les
llevan a desarrollar su carrera a través del autoempleo. Todos ellos tienen algún motivo para
cambiar y emprender, y esa es la primera característica común a todos ellos, aunque el
motivo sea bien distinto.
Las personas emprendedoras son inspiradoras, tienen mucho que decir y que aportar
a la sociedad, sobre todo en esos momentos de crisis donde resulta difícil vislumbrar el
aspecto positivo de las cosas (y del ámbito laboral). El emprendedor es un catalizador del
cambio, actúa para cambiar un equilibrio existente, genera nuevas oportunidades. Es
contrario al directivo, que tiene como misión mantener la estabilidad de la empresa, siendo
más reactivo que proactivo. El directivo no desea cambiar las cosas, sino gestionar de forma
eficaz la empresa para mantener el máximo beneficio.
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Ser emprendedor resulta un desafío, pero el emprendimiento tiene que ver con la
autorrealización, la pasión por lo que se hace, el sentido de la vida y de uno mismo. En
numerosas ocasiones se nos ha hecho creer que no podemos hacer nada respecto a diversas
situaciones, se nos convence de que todos tenemos un lugar en el sistema establecido y que
hay un modo correcto de hacer las cosas. El emprendimiento nos ofrece un punto de vista
diferente, nos abre la puerta a la acción y nos habla del poder de uno mismo. McClelland
(1961) estableció la necesidad de logro. En este sentido, se considera que aquellas personas
altas en motivación de logro tendrán mayor probabilidad de crear empresas. Si una persona
desea superarse y mejorar cada día más, es mayor la probabilidad de que busque y mejore
de manera continua y que pueda convertirse en emprendedor.
Siguiendo la frase de Lao Tse, “un viaje de mil millas comienza con el primer paso”.
Este podría ser perfectamente el eslogan de cualquier emprendedor. Aunque no es necesario
recurrir a la filosofía taoísta para comprender la figura del emprendedor, lo cierto es que esta
cita es acertada porque si nos paramos a pensar, un emprendedor es alguien que decidió un
día dar un primer paso. Son personas insistentes y tenaces, que en un momento determinado
fueron capaces de empezar y de llevar a cabo un proyecto que en el futuro les reportara algún
tipo de beneficio.
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6. Son creativos e innovadores
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9. Son personas con mayor locus de control interno
Los emprendedores suelen tener un mayor locus de control interno, lo que les permite
atribuir aquello que consiguen a capacidades que dependen de ellos mismos, como por
ejemplo, de su esfuerzo. Los emprendedores son personas que se sienten capaces de manejar
las cosas que les suceden, de que pueden solucionar las dificultades y que son ellos quienes
dirigen su destino, no la suerte o el azar. Este mayor locus de control interno hace que sean
personas más proactivas, que busquen resolver los problemas, son más creativas e
innovadoras, asumen riesgos y no tienen miedo a equivocarse.
Las personas con mayor autoconfianza es más probable que acaben siendo
emprendedoras, dado que confían en su propia capacidad a la hora de llevar adelante el
proyecto y en que serán capaces de solventar las dificultades. Así, diferentes investigadores
argumentan que las personas que confían en sí mismas y en sus habilidades, suelen tener
mayor éxito en los negocios.
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autonomía y la independencia proporcionan al emprendedor gran satisfacción, porque
piensan que pueden ser responsables de sus vidas. Construyen valores, comportamientos y
objetivos propios teniendo como parámetros los definidos socialmente, lo que les llevan a
vivir de manera más plena.
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Además, los emprendedores son estables emocionalmente y gozan de autocontrol. Si
esto no fuera así, difícilmente podrían alcanzar el éxito. Estamos argumentando que el éxito
depende, en gran medida, no de la suerte, sino de la tenacidad y de la persistencia de la
persona. Para asumir riesgos y actuar bajo condiciones ambiguas y de incertidumbre, la
persona necesita ser estable emocionalmente y tener autocontrol, de lo contrario, no podría
superar de manera exitosa la ansiedad que supone todo ello. Además, los emprendedores son
versátiles y flexibles, buscan la verdad y siempre se informan, lo que les ayuda a tomar
decisiones. Son personas muy organizadas y planificadas, con una gran capacidad de análisis
y síntesis, lo que les lleva a resolver los problemas de la mejor manera posible.
Podemos observar en nuestra sociedad una gran variedad de empresas, el cual ejercen
el poder económico, para el desarrollo de los países. Ahora bien, antes que nada, debemos
de saber ¿Qué es una empresa? La empresa no es más que la unidad económico-social, en
donde el capital, el trabajo y la dirección se conforman para realizar una producción útil, de
acuerdo a las exigencias de los consumidores. Toda empresa para poder iniciar necesita tres
cosas imprescindibles que son: capital, trabajo y recursos materiales.
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En fin una empresa es un organismo social que está formado por una serie de
elementos, el cual el más importante es el humano, luego podemos citar los técnicos y
materiales que la van a conforman, para que ésta pueda brindar obtención de utilidades, así
como también brindar servicios a la sociedad, dirigida por un personal altamente calificado,
en este caso un Administrador, en donde será la persona encargada de tomar decisiones, para
que la misma Pueda alcanzar objetivos plasmados desde su fundación en conjunto con todo
el personal que la conforman. Para que una empresa pueda lograr los objetivos que se ha
plasmado desde sus inicios, ésta debe de combinar una serie de factores, como es la
naturaleza y el capital.
Forma Jurídica:
Unipersonal: como su nombre lo indica, una sola persona es el dueño absoluto de la empresa.
El individuo debe de responder con su capital a cualquier perjuicio que sufra alguien por los
servicios de la empresa.
Sociedad Colectiva: son aquellas empresas o compañías que están formadas por más de un
solo dueño. En estas, sus socios responden de forma ilimitada con sus bienes.
Cooperativas: son empresas sin fines de lucro, que su objetivo es buscar obtener beneficios
para los socios que la conforma. Este tipo de empresas puede estar formadas por
consumidores, trabajadores o productores.
Sociedad anónima (S.A.): este tipo de empresas está conformada por personas que poseen
capital social por medio de acciones, en donde los mismos tienen responsabilidad limitada al
patrimonio que han aportado.
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Sociedad de responsabilidad limitada (S.R.L.): este tipo de empresas, está conformada por
socios, quienes sólo responden con el capital que han invertido en la misma y no con su
patrimonio personal.
De acuerdo a su tamaño:
Medianas Empresas: este tipo de empresas está conformada entre 50 y 250 trabajadores, en
este tipo de empresas suelen tener sindicatos, áreas con funciones y responsabilidades
delimitadas y una organización más efectiva.
Grandes empresas: este tipo de empresas tienen más de 250 trabajadores, y tienen sus
propias instalaciones, su desarrollo económico y ventas son a gran proporción y sus
trabajadores están sumamente organizados.
De acuerdo a su servicio: este tipo de empresas se caracterizan por que brindan un servicio
a la sociedad, entre éstas se destacan, Transporte, Educación, Finanzas, Salubridad,
Instituciones financieras, entre otras
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Reflexiones Finales
Una conclusión sobre estas características y los resultados es que podemos conocer qué
persona tiene más espíritu emprendedor que otra, según la aplicación de cada característica.
Un ejemplo de la utilidad es para estudiar la figura del emprendedor, en las implicaciones
que tiene para los programas de formación en el fomento del espíritu emprendedor tanto, en
la Universidad como en las Escuelas de Negocios, o en cualquier otro ámbito de la formación.
Otro aspecto de nuestras conclusiones es, que en contra de lo que se viene creyendo, las
características: ambición, espíritu de sacrificio, capacidad para asumir riesgo, necesidad,
insatisfacción laboral, entusiasmo, no tienen tanta importancia en las cualidades que
caracterizan al espíritu emprendedor. Es decir, no son la clave del éxito del emprendedor en
pequeñas empresas. Predominan otros aspectos más importantes como son: la selección de
sus equipos, buen carácter (amables y extrovertidos), independencia, constancia, la manera
en que gestionan, conocimientos a nivel de expertos en su sector, etc. Estas conclusiones
permiten reflexionar, al tiempo que impulsa la necesidad de trabajar con otras ciencias para
enfocar sistémicamente el campo de investigación.
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BIBLIOGRAFIA
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