EQUIDAD

DE GÉNERO

Unidad
Didáctica 1
Marco conceptual de la
diferencia sexo-género

DEPARTAMENTO DE CAPACITACIÓN
 EQUIDAD
DEPARTAMENTO DE CAPACITACIÓN
DE GÉNERO

Escuela Superior de Administración Pública ESAP.

Departamento de Capacitación ESAP.
Bogotá D.C., Colombia

Curso: Equidad de género

Unidad didáctica 1: Marco conceptual de la diferencia sexo-género.

Modalidad: Virtual
Nombre del autora: Irina Aponte Díaz
Corrección de estilo: José Gabriel Ortiz Abella
Diseño de portada y diagramación: Ma. Angélica Bermúdez Cortés

Equipo de capacitación
Escuela Superior de Administración Pública ESAP
Fecha última versión: octubre del 2017

Las imágenes de este documento han sido

compradas a través de https://es.123rf.com/.

Unidad Didáctica 1 Marco conceptual de la diferencia sexo-género

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DE GÉNERO

CONTENIDO

RESUMEN DE LA UNIDAD DIDÁCTICA.......................................................................................................................... 4

TEMA 1. EL SEXO Y EL GÉNERO: QUÉ SON Y CÓMO SE CONSTRUYEN SOCIALMENTE...............5

TEMA 2. ESTEREOTIPOS SEXISTAS ................................................................................................................................... 10
TEMA 3. ROLES DE GÉNERO................................................................................................................................................. 13
3.1. LAS NUEVAS FEMINIDADES................................................................................................................................ 14
3.2. EL INGRESO DE LAS MUJERES AL MERCADO LABORAL...................................................................15
3.3. LAS RELACIONES AMOROSAS Y DE PAREJA............................................................................................. 18
3.4 LAS NUEVAS MASCULINIDADES........................................................................................................................ 19
TEMA 4. LA DISCRIMINACIÓN POR RAZÓN DE GÉNERO..................................................................................21
4.1. LA DISCRIMINACIÓN CONTRA LA MUJER................................................................................................. 21
4.2 LA VIOLENCIA CONTRA LA MUJER................................................................................................................ 23

GLOSARIO......................................................................................................................................................................................... 25
REFERENCIAS................................................................................................................................................................................ 26

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RESUMEN DE LA UNIDAD DIDÁCTICA

Esta unidad aborda la transversalización de la

perspectiva de género en las políticas públicas.
Presenta elementos teóricos y prácticos para que
las personas participantes cotejen sus creencias e
Palabras clave: feminidad, género,
imaginarios sobre la feminidad y la masculinidad
masculinidad, sexo.
y, al mismo tiempo, cuestionen los estereotipos
sexistas que inciden en las actitudes y los compor-
tamientos personales, familiares, sociales y en el
ámbito laboral.

La reflexión propiciada por la sensibilización es un

paso necesario para comprender la construcción
social de las personas que se fundamenta en el
sexo y que ha llevado a diferenciar entre el sexo
biológico y el género.

Además, son los fundamentos y la razón de los

desarrollos del Derecho Internacional de los De-
rechos Humanos, de la legislación interna colom-
biana y de las políticas públicas para afrontar la dis-
criminación por sexo y en relación con la necesidad
de un tratamiento diferencial y de la aplicación de
medidas de acción positiva para diversos grupos
poblacionales, dando cumplimiento al mandato
constitucional de la garantía del derecho a la igual-
dad real y efectiva previsto en el artículo 13 de la
Constitución Política de Colombia de 1991.

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TEMA 1. EL SEXO Y EL GÉNERO: QUÉ SON

Y CÓMO SE CONSTRUYEN SOCIALMENTE

El sexo de una persona es una característica bio-
lógica determinada por el nacimiento y tiene un
carácter universal (Montaño, 2007). En el caso
de las personas, se es del sexo femenino, mascu-
lino o intersexual.
de amistad y en instituciones como la escuela, la
iglesia y el lugar de trabajo. Esta construcción
simbólica es masificada, actualmente, a través
de los medios de comunicación .

Con frecuencia, en dichas valoraciones, se poten-

cian criterios de discriminación y, por lo general,
privilegian a los individuos pertenecientes al Observe las dos imágenes y piense: ¿cuál
género masculino. Además, estas posibilidades de ellas corresponde a una niña y cuál a un
se relacionan con el acceso al bienestar material niño? ¿Qué le hace pensar una u otra cosa?
y con la posición que se ocupa en la estructura
de poder en un grupo social.

Una vez los grupos sociales comparten ideas y

creencias sobre lo que debe ser una mujer o un
hombre, se van estructurando las identidades
de género y estas, por la repetición, se asumen
como “naturales”, a pesar de que en realidad son
construcciones históricas que determinan los
comportamientos, las características, las habili-
dades y valoraciones respecto a los sexos. Estos
comportamientos y estas actitudes se enseñan y
reproducen a través de las relaciones familiares,

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IMPORTANTE
El género es una categoría de análisis
social que permite evidenciar la manera
cómo los grupos humanos, a partir de las
diferencias biológicas entre las personas
pertenecientes a los distintos sexos, atri-
buyen características, posibilidades de
actuación y valoración diferente a muje-
res y hombres.
El modo en que somos hombres, mujeres o for-
mamos parte de otros géneros obedece a fac-
tores biológicos, pero también a la cultura en
que hemos crecido. De lo anterior se despren-
de que los mandatos para la masculinidad y la
feminidad cambian de tiempo en tiempo y de
cultura en cultura .
IDEA CLAVE
El modo en que somos hombres, mujeres
o hacemos parte de otros géneros obede-
ce a factores biológicos, pero también a la
cultura en que hemos crecido.
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EJEMPLO
Demostraciones de afecto entre hom-
bres, como besarse y tomarse de la
mano, ponen en cuestión la virilidad de
los mismos en culturas como la latinoa-
mericana, mientras que, entre hombres
de países árabes, estas actitudes son
normales y corresponden a los estereo-
tipos del género masculino.
De igual manera, en la actualidad se
permite que los hombres usen aretes,
vistan colores alegres y se dejen el pelo
largo. De otro lado, las mujeres han
realizado cambios sustanciales y pro-
fundos al acceder a espacios que antes
eran solo permitidos a los hombres,
como el trabajo asalariado, la política y
la educación.
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El valor principal de la distinción sexo-género
para el fortalecimiento de la perspectiva de gé-
nero, como enfoque transversal en las políticas
públicas, consiste en la constatación del proceso
cambiante y cambiable de los géneros, según la
cultura y el momento histórico en el que se crean
y, por lo tanto, aportar desde la práctica individual
y colectiva la construcción de géneros igualitarios
en cuanto a posición social y acceso a recursos.
PARA SABER MÁS...
Puede consultar el manual de sensibiliza-
ción en perspectiva de género, Mujeres
y hombres. ¿Qué tan diferentes somos?,
(Instituto Jalisciense de las Mujeres,
2008, p. 10).
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La categoría “género” da lugar a un nuevo enfo-
que en los estudios sociales sobre mujeres, hom-
bres y la manera en la que se relacionan entre
ellos denominada perspectiva de género la cual
busca abordar de manera integral las implicacio-
nes económicas, políticas, culturales, sociales y
psicológicas de la condición de género.
Desde esta perspectiva, el análisis está
centrado en las características y en los
mecanismos jerarquizados de las rela-
ciones de género y, de manera explícita,
critica la condición de las mujeres y su
posición de desventaja, debida a la or-
ganización social estructurada en la des-
igualdad, basada en la diferencia sexual y
los mecanismos de poder ancestralmente
establecidos por los hombres (Instituto
Jalisciense de las Mujeres, 2008, p. 10).
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DEFINICIÓN
El sistema sexo/género es el conjunto de
disposiciones por el que una sociedad
transforma la sexualidad biológica en pro-
ductos de la actividad humana y en el cual
se satisfacen esas necesidades humanas
transformadas (Rubin, 1996, p. 97).
A partir de esta categoría, se puede analizar cómo
las sociedades se estructuran mediante la asigna-
ción de roles diferenciados a los géneros. Rubin
(1996), académica norteamericana, hace refe-
rencia a este fenómeno social como el sistema
sexo/género y lo define de la manera siguiente:
Este sistema se interrelaciona con otras situacio-
nes y condiciones:
La construcción de género se entrama con
la orientación sexual, la condición genera-
cional, la de clase social y la étnica, entre
otras, opera como un conjunto articulado
en los ámbitos estructurales (economía,
política, religión, cultura, normatividad)
y en los comportamientos de la vida coti-
diana (usos del cuerpo, prácticas sexuales
y de crianza, hábitos sociales, roles) […]
(Omar , 2013).
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El género, como categoría de análisis social, per-
mitió hacer visibles y “poner nombre” a formas
de ser que no corresponden al sistema binario
hombre-mujer, que están relacionadas con di-
ferentes identidades de género y/o preferencia
sexual, tales como lesbianas, gais, bisexuales,
transexuales e intersexuales, conocidos genéri-
camente como población LGBTI (lesbianas, gais,
bisexuales, transexuales e intersexuales).
Se aprende a ser mujer y a ser hombre
[…] Aprendemos el género como natural aun
siendo una construcción cultural. Apren-
demos a comportarnos como mujeres o
como hombres igual que aprendemos a
comer con cuchillo y tenedor. Desde que
nacemos, la familia, la televisión, las/os
maestras/os y las instituciones sociales en
general, nos enseñan a vestirnos y a com-
portarnos sin traspasar los límites esta-
blecidos para cada género.
Todas/os hemos tenido que ajustarnos a
los patrones de nuestro género bajo pena
de castigo, menosprecio, o de burla. Los
argumentos utilizados no tienen más lógica
y razón que los de la convención, el acuerdo
social: “se ve feo que un niño juegue con
muñecas” ..., “¿Quién ha visto que una niña
se corte el cabello de esa manera?”. Pero no
solamente hemos sido moldeados por las
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sanciones, también los refuerzos y apro- Son condicionamientos que nos moldean
bación social nos estimulan a ajustarnos a según los estereotipos masculino y feme-
nuestro género. Una niña con un vestido nino y que son el fundamento para que un
con lazos, con medias, (no importa lo in- género domine al otro.
cómodo que le resulte) peinada con rizos,
recibe elogios y estímulos positivos de ve- Hay que tener en cuenta que el aprendizaje
cinas y parientes. Los refuerzos y los piro- de los comportamientos y la construcción
pos son diferentes para niñas y niños. En del ideal de cada género no es homogéneo
las niñas ya estimulamos la belleza, pero en todos los estratos de la sociedad. No es
una belleza como la de las muñecas: para lo mismo aprender a ser niña en el seno de
ser admirada. En los niños estimulamos la una familia campesina de escasos recursos
imagen de hombre fuerte cuya presencia que en una familia urbana de clase media.
conquistará a las mujeres. El ideal, el imaginario al que hay que aco-
modarse es diferente según la cultura, la
El género, los géneros, no se refieren sola- etnia, la clase (Arregui , 2004, p. 27).
mente a los comportamientos de mujeres
y hombres a nivel familiar o privado. El gé-
nero está estructurado a través de las ins-
tituciones sociales. La escuela, la religión,
los medios de comunicación, las leyes y
todas las instituciones sociales mantienen
la identidad femenina y la masculina: cómo
debemos ser, qué podemos hacer y qué no
podemos hacer las mujeres y los hombres.

Un análisis sobre cómo se moldea a niñas y

niños debe hacer ver cómo se restringe en
las mujeres la movilidad, la actividad física,
la iniciativa, se fomenta la dependencia y
se niega la autonomía. Por el contrario, en
los hombres se limita la expresión de sus
emociones, no se tolera la cobardía, la falta
de agresividad y se les condiciona para el
control de otros, sobre todo de otras.

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TEMA 2. ESTEREOTIPOS SEXISTAS

Los estereotipos son la vía principal de transmi-

sión social y cultural de las desigualdades entre
los géneros. Estos son creencias construidas
popularmente que se atribuyen a un grupo o una
persona en particular para caracterizarlo frente
a los demás.
Los estereotipos se caracterizan por una o va-
rias de las premisas siguientes :
a) Se transmiten como verdades absolutas.
b) Ofrecen una visión simplificada del mundo.
DEFINICIÓN
Observe el video Violence against women-it’s
a men’s issue (https://goo.gl/jWJTKY) de
una duración de 17 minutos.
Posteriormente, reflexione y dé su opinión
acerca de la conexión definitiva existente
entre los estereotipos sexistas y la violen-
cia contra las mujeres.

c) No respetan las diferencias individuales.

d) Promueven actitudes sexistas, xenófobas,

clasistas.
e) Son difíciles de modificar y se transmiten de
generación en generación.
f) Expresan intolerancia ante la diversidad de
las personas.
IDEA CLAVE
Las diferencias construidas desde la iden-
tidad de género, establecen desigualdades
y jerarquías en la relación entre hombres
y mujeres.

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IMPORTANTE
Con la expedición de la Ley 051 de 1981,
aprobatoria de la Convención de las Nacio-
nes Unidas sobre la Eliminación de todas
las Formas de Discriminación contra la Mu-
jer (conocida como Cedaw por sus siglas en
inglés), el Estado colombiano tiene el com-
promiso de impulsar medidas para modifi-
car los estereotipos de género.

PARA SABER MÁS...

Si quiere conocer el texto completo de la
Convención Cedaw, puede acceder al enla-
ce siguiente: http://www.un.org.
También puede consultar la Ley 051 de
Figura 2. Estereotipos sexistas sobre mujeres y
1981 en: https://goo.gl/7bbNEy.
hombres. Fuente: Viola Boelscher, restaurante en
Bogotá (Colombia).

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Cuando en un estereotipo se adjudica mayor a alcanzar la eliminación de los prejuicios y

jerarquía y valor a un sexo que a otro, entonces
se habla de estereotipo sexista. Por lo general,
los estereotipos sexistas tienden a minusvalorar a
niñas y a mujeres y a sobrevalorar a niños y va-
rones, sin que exista una razón objetiva para ello.
las prácticas consuetudinarias y de cualquier
otra índole que estén basados en la idea de
la inferioridad o superioridad de cualquiera
de los sexos o en funciones estereotipadas
de hombres y mujeres;

• Garantizar que la educación familiar incluya

Los carteles mostrados en la figura 2, que están
una comprensión adecuada de la materni-
expuestos en un restaurante en Bogotá, dan
dad como función social y el reconocimien-
cuenta de los diversos estereotipos sexistas so-
to de la responsabilidad común de hombres
bre las mujeres y los hombres. El artículo 5° de la
y mujeres en cuanto a la educación y al
Convención Cedaw indica :
desarrollo de sus hijos, en la inteligencia
de que el interés de los hijos constituirá
Los Estados Partes tomarán todas las medidas
la consideración primordial en todos los
apropiadas para:
casos (Convención sobre la Eliminación
de Todas las Formas de Discriminación
• Modificar los patrones socioculturales de
Contra la Mujer, 1981, Artículo 5°).
conducta de hombres y mujeres, con miras

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TEMA 3. ROLES DE GÉNERO
Los roles de género tienen que ver con el con-
junto de asignaciones relacionadas con la forma
de ser, de sentir y de actuar de las mujeres y los
hombres, y se expresan en varios ámbitos:
a) En la asociación natural con algunas acti-
vidades, potencialidades, limitaciones y
actitudes.
b) En la clasificación de algunas actividades
como femeninas o masculinas.
c) En la valoración diferencial de las actividades
identificadas como femeninas o masculinas.
d) En la valoración diferenciada de las activi-
dades dependiendo de si es realizada por
una mujer o un hombre.
Le presentamos el acertijo siguiente:
Néstor, padre de Mateo, un niño de 8 años, sale
conduciendo su carro desde su casa en Bogotá
en dirección a Medellín. Mateo va con él.
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En el camino ocurre un terrible accidente. Un ca-
mión que venía en sentido contrario se sale de la
autopista y embiste de frente el carro de Néstor.
El impacto mata instantáneamente a Néstor,
pero Mateo sigue con vida.
Una ambulancia llega casi de inmediato, adver-
tida por quienes fueron testigos ocasionales,
y el niño es trasladado a un hospital en Mede-
llín. Apenas llega, los médicos de urgencias em-
piezan a tratar al niño para intentar salvarle la
vida, pero, después de intercambiar opiniones
y estabilizar sus funciones vitales, deciden que
la condición de Mateo es muy grave. Necesitan
consultar.
Después de una junta de médicos se comunican
con el Hospital Reina Sofía en Bogotá y, final-
mente, conversan con una eminencia en el tema
a quien ponen en conocimiento de lo ocurrido.
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Como todos coinciden en que lo mejor es dejar
a Mateo en Medellín, la eminencia decide viajar
directamente desde Bogotá hacia allá. Y lo hace.
Al llegar esta eminencia, los médicos que lo han
tratado le presentan el caso y esperan ansiosos
su opinión.
Finalmente, uno de ellos pregunta: ¿cree usted
estar en condiciones de salvar al niño?
Y obtiene la respuesta siguiente: ¡cómo no lo
voy a salvar, haré todo lo posible, es mi hijo!
Cuestión para reflexionar
¿Cómo es esto posible si tenemos en
cuenta que Néstor no era el padrastro de
Mateo, ni tampoco era un cura?
3.1. LAS NUEVAS FEMINIDADES
Los inmensos cambios logrados por las mujeres
desde finales del siglo pasado han sido denomi-
nados la Revolución pacífica de las mujeres. El in-
greso de las mujeres al mundo público, su acceso
a la educación, al espacio laboral fuera del hogar
y sus avances en el ejercicio de derechos ciuda-
danos han sido causa y efecto de grandes modi-
ficaciones en sus roles familiares, comunitarios,
laborales y sociales, lo que, a su vez, ha cambia-
do la vivencia y percepción de la feminidad en las
sociedades actuales.
Unidad Didáctica 1 Marco conceptual de la diferencia sexo-género
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Desde el punto de vista de la teoría de género,
no hay desarrollos respecto a una categoría
específica de análisis denominada nuevas femini-
dades como es el caso en relación con propues-
tas de deconstrucción de lo masculino, agrupadas
bajo la categoría “nuevas masculinidades” a las
que nos referiremos en el punto siguiente. No
obstante, lo anterior, este punto propone una
reflexión sobre dos ámbitos en los cuales los
avances en la reivindicación de los derechos de
las mujeres han significado mayores cambios en
la construcción de su feminidad. Al respecto,
es preciso tener presente siempre la heteroge-
neidad comprendida en la denominación mujer
de acuerdo a su etapa vital, pertenencia rural o
urbana, etnia, situación de discapacidad y otras
condiciones que hacen necesaria una mirada
diferencial. Estas reflexiones hacen referencia a
la incidencia de los cambios en mujeres jóvenes
y adultas pertenecientes al ámbito urbano.
PARA SABER MÁS...
Con el fin de ampliar la información, le
aconsejamos la visualización del video:
Como una niña, que encontrará disponi-
ble en: https://goo.gl/YZ2BeS.
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3.2. EL INGRESO DE LAS MUJERES AL
MERCADO LABORAL
Hasta hace unas pocas décadas estaba mal vis-
to que las mujeres trabajaran fuera del hogar y,
para hacerlo, debían contar con la autorización
de su padre o esposo. En la actualidad, el hecho
de que una mujer realice trabajo remunerado en
nada pone en cuestión su feminidad.
A pesar de lo anterior, además de la persistencia
de la desigualdad en cuanto a la remuneración
respecto a los hombres, se observa una ausen-
cia de reconocimiento del trabajo de cuidado de
las mujeres relacionado con la crianza de hijos
e hijas y el trabajo doméstico, así como un escaso
cuestionamiento en los roles masculinos de
manera que asuman su corresponsabilidad en el
ámbito doméstico.
IMPORTANTE
El ingreso de las mujeres al mercado la-
boral ha significado importantes avances
en cuanto a la ampliación de sus horizon-
tes y el acceso a recursos económicos, lo
que les ha permitido grandes logros hacia
su autonomía.
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Según se indicó en el Consenso de Brasilia
(2010):
Al ser las desigualdades el resultado de
una relación compleja de hechos políti-
cos, sociales, culturales y económicos, su
transformación en demandas políticas in-
tegrales exige un papel activo del Estado,
coherencia entre las políticas económicas
y sociales, fortalecimiento de la institucio-
nalidad democrática, superación de la des-
igualdad territorial y un profundo cambio
cultural.
[…]
Desde la perspectiva señalada, prestar
atención al empoderamiento económico
de las mujeres tiene por objeto visibilizar
el llamado silencio estratégico (Bakker,
1994), que ayuda a entender la causa de
que en las políticas macroeconómicas no
se hayan tenido en cuenta los sesgos de
género y la persistencia histórica del mo-
delo del hombre proveedor como norma
de la división sexual del trabajo.
[…]
En este sentido, la familia deviene un es-
pacio especialmente crítico porque repro-
duce la división sexual del trabajo median-
te la socialización primaria y la experiencia
cotidiana. (XI Conferencia regional sobre
la mujer de América latina y el Caribe,
2010, p. 16).
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La visibilidad del trabajo doméstico como

reivindicación política no solo tiene como
objetivo hacer explícita la relación entre
el trabajo de reproducción y el producto
social, sino también abrir un debate sobre PARA SABER MÁS...
las normas de la distribución, los modos
Le recomendamos la lectura del docu-
de producción y la calidad de la relación
mento Mujeres cuidadoras entre la obliga-
entre la producción y la reproducción. (XI
Conferencia regional sobre la mujer de ción y la satisfacción de Lagarde (2003).
América latina y el Caribe, 2010, p. 29).

En este contexto, las mujeres se encuentran en-

frentadas a dobles y triples jornadas que recla-
man cuestionar y repensar su situación actual.
Al respecto, Federici (2014) señala:
Estamos en un periodo en el cual se está
desarrollando un nuevo tipo de patriar-
cado en el cual las mujeres no son solo
amas de casa, pero en el que los valores y
las estructuras sociales tradicionales aún
no han sido cambiadas. Por ejemplo, hoy
muchas mujeres trabajan fuera de la casa,
muchas veces en condiciones precarias, lo
que supone una pequeña fuente de mayor
autonomía. Sin embargo, los lugares de
trabajo asalariado no han sido cambiados,
por tanto, ese trabajo asalariado significa
adaptarse a un régimen que está construi-
do pensado en el trabajo tradicional mas-
culino: las horas de trabajo no son flexibles,
los centros de trabajo no han incluido luga-
res para el cuidado, como guarderías, y no
se ha pensado formas para que hombres y
mujeres concilien producción y reproduc-
ción. Es un nuevo patriarcado en el que
las mujeres deben ser dos cosas: produc-
toras y reproductoras al mismo tiempo,
una espiral que acaba consumiendo toda
la vida de las mujeres (Aguilar, 2014).

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IMPORTANTE
Corregir las situaciones que están gene-
rando nuevas desigualdades e inequida-
des para las mujeres incumbe a las fami-
lias, los Estados e incluso a los modelos
económicos, involucrando un profundo
cuestionamiento al papel de los hombres
en relación con las responsabilidades do-
mésticas, las nuevas formas de organiza-
ción de la vida cotidiana y una amplia red
de servicios de apoyo públicos y privados
respecto a los cuales el Estado tiene la
responsabilidad de orientar a través de
sus políticas públicas.
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El movimiento de las mujeres ha puesto sobre
la mesa estas temáticas como asuntos públicos
y los estados han establecido compromisos al
respecto. El Consenso de Brasilia. ¿Qué Estado
para qué igualdad?, resultado de la reunión de la
Cepal en el año 2010 es un ejemplo de esta pre-
ocupación y de la búsqueda de so luciones que
tienden al logro de una igualdad real y efectiva
para las mujeres.
PARA SABER MÁS...
Es interesante la publicación ¿Qué Estado
para qué igualdad? de la Comisión Eco-
nómica para América Latina y el Caribe
(Cepal).
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3.3. LAS RELACIONES
AMOROSAS Y DE PAREJA
Otro ámbito en el que la construcción de la subje-
tividad femenina ha experimentado importantes
cambios es el relativo a las relaciones amorosas
y de pareja. Frente al estereotipo de mujer pasiva,
dependiente, sentimental, maternal, las nuevas
feminidades dan cuenta de mujeres indepen-
dientes, activas, que deciden sobre sus cuerpos
y sus vidas, y cuyas expectativas respecto a su pa-
reja y al curso de sus vidas supera ampliamente
los roles de amas de casa y madres como único
destino posible. De nuevo, es preciso anotar las
grandes diferencias entre culturas, países, así
como en el interior mismo del grupo poblacional
denominado mujeres.
La posibilidad de acceso a recursos económicos,
así como a anticonceptivos le ha permitido a
las mujeres, principalmente urbanas y de clase
media, pensar y vivir el matrimonio y la materni-
dad como una opción y no como único destino
posible. Estas mujeres ahora tienen indepen-
dencia económica y cuentan con la posibilidad
de alcanzar estatus y acceso a recursos por sus
propios medios, a diferencia de otros tiempos en
los cuales la única expectativa de realización vital
era a través del matrimonio, lo cual mediaba, de
manera definitiva, la forma en que se relacio-
naban mujeres y hombres.
Unidad Didáctica 1 Marco conceptual de la diferencia sexo-género
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Hoy, estas mujeres están en capacidad de esco-
ger a sus parejas, controlar su capacidad repro-
ductora y aspirar a relaciones más igualitarias.
No obstante, temáticas persistentes como la
aceptación por parte de muchas mujeres de rela-
ciones violentas, dependientes y subordinadas
da cuenta de la lentitud de las mujeres en la con-
quista de la independencia emocional.
De acuerdo con las mediciones actuales, resul-
ta sintomático que un gran número de mujeres
jóvenes y adolescentes con acceso a educación,
conocimiento de sus derechos y medios econó-
micos establezca relaciones amorosas tradicio-
nales y acepte voluntariamente el sometimiento
por parte de sus parejas.
PIENSE UN MINUTO
Reflexione sobre lo que se explica en el
video Las princesas son boludas (https://goo.
gl/ZngrjX), una visión de los cuentos y las
princesas por una niña de siete años.
Para completar la información, también le
resultará interesante la lectura del artículo
Buscando las voces de la otredad (2009)
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3.4 LAS NUEVAS MASCULINIDADES
La masculinidad se ha definido tradicionalmente
en un sentido neutro, es decir, como el modelo
de ser persona que se ha construido básicamente
a través de lo que no se es; ser masculino es no
ser afeminado ni homosexual. Estas condiciones
se entretejen con la etnia, la clase social y otras
condiciones; en este sentido, ser hombre, blanco,
heterosexual y con recursos económicos se cons-
tituye en el modelo de masculinidad hegemónico;
en la medida en que no se cuente con estos atri-
butos, se pasa a formar parte de géneros “sub-
alternos”. Las nuevas masculinidades ponen en
cuestión el modelo tradicional del varón y plan-
tean estrategias para una relación más igualitaria
entre varones y en relación con las mujeres.
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Hombres europeos, norteamericanos y, recien-
temente, latinoamericanos, se vinculan a organi-
zaciones de hombres, muchos de ellos cercanos
a los grupos feministas. Su objetivo es cuestionar
el modelo hegemónico de la masculinidad, per-
mitirse expresiones consideradas femeninas y
cuestionar el lugar subordinado de las mujeres
en la sociedad.
Las masculinidades tradicionales, es decir, aquellas
que no cuestionan la hegemonía de lo masculino
sobre lo femenino, se encuentran aún muy arrai-
gadas en la cultura y a ello contribuimos tanto
hombres como mujeres.
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DE GÉNERO

La idea del hombre es un constructo que

perdura originado por distintos estereo-
tipos y que, lejos de terminar, está bien
asentado por las conductas de las mujeres
que reproducen el modelo y los medios SABÍA QUÉ...
de comunicación que realzan la figura pa- En algunos países, se han tomado medidas.
triarcal del varón (Carabí y Segarra, 2002). En Colombia, todavía no. Muchos hom-
bres de manera individual, o en pequeños
En Latinoamérica, las principales temáticas tra- grupos, ven que es importante trabajar el
bajadas por los grupos de nuevas masculinidades tema, mientras el Estado en ninguno de sus
son análisis sobre el machismo, las paternidades, niveles descubre aún que hay una relación
el rol de la vida en el hogar y las responsabilidades entre un hombre que conduce borracho y
con los oficios domésticos, la relación de pareja y su concepto de hombría en el que “un hom-
la amistad masculina, entre otros. bre puede hacer lo que le dé la gana” o de la
relación entre un hombre con motosierra y
Muchos hombres fueron activando pre- su crianza basada en que “los hombres no
guntas sobre sus construcciones masculi- lloran” (Omar, 2013).
nas, una vez fueron identificando también
en ellas las razones de muchos de sus do-
lores escondidos, de sus insensibilidades
guerreras, de sus silencios afectivos y
emociona- les, de su responsabilidad en el
mantenimiento de unos modelos de poder
inequitativos y violentos. Así, abordar las
masculinidades tomó vigencia también
para muchos hombres, tanto en lo social,
político y académico como en la vida coti-
diana (Omar, 2013).

Unidad Didáctica 1 Marco conceptual de la diferencia sexo-género

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DE GÉNERO
TEMA 4. LA DISCRIMINACIÓN
POR RAZÓN DE GÉNERO
En lo que respecta al tema abordado en esta
unidad, discriminar consiste en no respetar la
igualdad de derechos y hacer distinción en el
trato por motivos como el origen racial, el sexo,
la situación de discapacidad, la posición econó-
mica u otra condición o situación de vulnerabi-
lidad particular.
4.1. LA DISCRIMINACIÓN
CONTRA LA MUJER
La Convención de las Naciones Unidas sobre la
Eliminación de todas las Formas de Discrimina-
ción contra la Mujer, conocida como Cedaw por
PARA SABER MÁS
Puede acceder al Cedaw en: http://www.
un.org. Asimismo, es posible consultar la
Ley 051 de 1981 en https://goo.gl/cppcE3
y, el Decreto 1398 de 1990, en: https://
goo.gl/cppcE3
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sus siglas en inglés, incorporada a la legislación
interna colombiana mediante la Ley 051 de
1981 y reglamentada por el Decreto 1398 de
1990, señala:
[…] la expresión “discriminación contra
la mujer” denotará toda distinción, ex-
clusión o restricción basada en el sexo que
tenga por objeto o resultado menoscabar
o anular el reconocimiento, goce o ejerci-
cio por la mujer, independientemente de
su estado civil, sobre la base de la igualdad
del hombre y la mujer, de los derechos hu-
manos y las libertades fundamentales en
las esferas política, económica, social, cul-
tural y civil o en cualquier otra esfera.
La discriminación contra la mujer comprende
toda infravaloración y distinción de trato por
razón de sexo que:
a) Con intención o sin ella sea desfavorable
para la mujer.
b) Sea un obstáculo para que la sociedad en su
conjunto reconozca los derechos humanos
de la mujer en la esfera pública y en la privada.
 EQUIDAD
DE GÉNERO
c) Sea un obstáculo para que las mujeres go-
cen y ejerzan plenamente todos sus dere-
chos humanos.
La discriminación contra la mujer puede ser
apreciada en tres ámbitos:
a) Legal o normativo: existe discriminación
cuando faltan leyes que regulen proble-
mas específicos de los derechos humanos
de las mujeres.
b) Cultural: la discriminación consiste en el
desconocimiento de las normas que pro-
tegen a las mujeres por parte de la pobla-
ción en general y del funcionariado público
en particular.
c) Estructural: la discriminación se configura
cuando no existen procedimientos efectivos
para garantizar los derechos de las mujeres.
Unidad Didáctica 1 Marco conceptual de la diferencia sexo-género
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DEPARTAMENTO DE CAPACITACIÓN
Un ejemplo:
Los datos sobre participación política de las
mujeres en Colombia muestran la existencia ac-
tual de discriminación (Conpes, 2013).
Con respecto a la participación política
y, en particular, en los cargos de elección
popular, para el período 2010-2014, las
mujeres en el Senado representan un 16
% y, en la Cámara de Representantes, un
12 %. En el ámbito de las gobernaciones,
para el período2012-2015, el 9,3 % de los
gobiernos departamentales está en cabe-
za de una mujer (Quindío y San Andrés).
Las diputadas son solo el 17,9 %. Para el
período 2008-2011, la participación de
mujeres como alcaldesas fue del 9,9 % y
solo el 16 % de mujeres son concejalas.
Las causas de la baja participación de las
mujeres son múltiples y obedecen a facto-
res culturales, sociales, políticos y econó-
micos.
 EQUIDAD
DE GÉNERO
En materia de participación, también se
evidencia que las mujeres pobres, así
como campesinas, afrocolombianas, ne-
gras, raizales, palenqueras e indígenas, las
mujeres con discapacidad, las más jóvenes
y de orientaciones sexuales diferentes a la
heterosexual tienen mayor dificultad para
ser elegidas. Por ejemplo, actualmente no
hay ninguna mujer indígena en el Congre-
so de la República ni en los altos niveles de
la rama judicial. La falta de acceso a docu-
mentos de identidad sigue siendo otro de
los obstáculos que enfrentan las mujeres,
especialmente, las rurales, indígenas y
afrocolombianas, para acceder a su dere-
cho a la participación (Departamento Na-
cional de Planeación , 2013, p. 22).
En la actualidad, a pesar de que existen impor-
tantes cambios en los roles de género, estos se
mantienen en diversos ámbitos y continúan ge-
nerando desigualdad.
IDEA CLAVE
La persistencia de la discriminación influye
de manera negativa en la construcción de la
subjetividad femenina.
Unidad Didáctica 1 Marco conceptual de la diferencia sexo-género
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4.2 LA VIOLENCIA CONTRA LA MUJER
Uno de los ámbitos en los que la discriminación
presenta mayores retos es el relativo a la vio-
lencia contra la mujer, caracterizada porque se
ejerce contra las mujeres por el hecho de serlo,
es decir, como una expresión de la discriminación
persistente contra ellas.
A estas problemáticas cotidianas se suma una
serie de acciones violentas que se cometen con-
tra las mujeres colombianas por parte de actores
armados legales e ilegales que, en el marco de la
actual negociación de paz, hacen necesaria una
profunda reflexión sobre el afianzamiento de la
valoración de la resolución violenta de los con-
flictos, la utilización de las armas como elemen-
to de poder masculino y la caracterización de las
mujeres como botín de guerra, como elemento
necesario para afrontar de la mejor manera la
etapa de posconflicto.
El Informe de Desarrollo Humano del año 2013
(Pnud, 2013) incluyó dentro de sus mediciones
estadísticas el Índice de Desigualdad de Género
(IDG) que recoge la pérdida de logros a causa de
la desigualdad de género en tres dimensiones:
salud reproductiva, empoderamiento y participa-
ción en el mercado laboral (p. 156).
 EQUIDAD
DE GÉNERO
De acuerdo con esta medición, si bien existen
importantes diferencias entre los países, en las
tres dimensiones observadas, las mujeres si-
guen estando rezagadas respecto a los hombres.
En síntesis
La conceptualización del género, al agregar un
componente sociocultural, dinámico y mutable
a la noción de sexo determinada exclusivamente
por las características físicas, ha permitido ana-
lizar la complejidad de la construcción de la mas-
culinidad y la feminidad más allá del determinismo
biológico. Así, ha sido posible comprender los
grandes cambios en los roles de género, como
también entender las relaciones desiguales de
poder entre mujeres y hombres que permanecen
en nuestras sociedades en la actualidad.
Las nociones de igualdad y discriminación son
un eje central de la construcción histórica de los
derechos humanos, a través de los cuales la no-
ción de igualdad formal ha sido insuficiente para
remediar los problemas de desigualdad y discri-
minación que enfrentan grupos poblacionales
minoritarios o en circunstancias de vulnerabilidad
específica, entre ellos, las mujeres en todas sus
etapas vitales y en toda su diversidad por razo-
nes étnicas, de pertenencia urbana o rural, por
situación de discapacidad, etcétera.
Unidad Didáctica 1 Marco conceptual de la diferencia sexo-género
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La discriminación contra las mujeres persiste
en nuestras sociedades y, para enfrentarla, se
requiere que ellas tengan acceso a una igualdad
real y efectiva en cuanto a posibilidades y opor-
tunidades. Para ello, es necesario un profundo
cambio cultural en las creencias, los imaginarios
y las actitudes tanto de hombres como de muje-
res, pues es a través de estos dispositivos que la
discriminación se mantiene y perpetúa.
De otro lado, el Derecho Internacional de los
Derechos Humanos ha aportado una importante
herramienta en la lucha contra la discrimina-
ción a través de las medidas de acción positiva,
los cuales le permiten a los estados, a través de
legislaciones y políticas públicas, brindar una
protección especial a los grupos poblacionales
en situación de vulnerabilidad. En Colombia,
las medidas de acción positiva se encuentran
legitimadas constitucionalmente y cuentan con
algunos desarrollos legales; no obstante, la imple-
mentación de las legislaciones y políticas distan
mucho de su formulación.
PARA SABER MÁS
Acceda al Informe de Desarrollo Humano
del año 2013. https://goo.gl/Fe3SwG
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DE GÉNERO

GLOSARIO

Acciones positivas: políticas o medidas diri-
gidas a favorecer a determinadas personas o
grupos, ya sea con el fin de eliminar o reducir las
desigualdades de tipo social, cultural o económi-
co que los afectan, o bien de lograr que los miem-
bros de un grupo subrepresentado, usualmente
un grupo que ha sido discriminado, tengan una
mayor representación (Corte Constitucional.
Sentencia C- 044, 2004).
Discriminación: acto de agrupar a los seres
humanos según algún criterio elegido e implica
una forma de relacionarse socialmente. Con-
cretamente, suele ser usado para hacer diferen-
ciaciones que atentan contra la igualdad, ya que
implica un posicionamiento jerarquizado entre
grupos sociales, es decir, cuando se erige un gru-
po con más legitimidad o poder que el resto.
Estereotipo: imagen aceptada por la mayoría de
las personas como representativa de un grupo
humano o un colectivo de personas. Esta imagen
se forma a partir de una concepción estática so-
bre las características generalizadas de las per-
sonas integrantes de dicha comunidad.
Género: conjunto de normas, valores, saberes,
discursos y prácticas sociales que le atribuyen
un contenido específico al cuerpo sexuado, a la
sexualidad y a las diferencias físicas entre los se-
xos en una época y en un contexto determinado.

Unidad Didáctica 1 Marco conceptual de la diferencia sexo-género

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