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TALLER DE INTERPRETACIÓN.

BLOQUE I. TÉCNICAS DE ESTUDIO.

TEMA 1. Introducción. Concepto e importancia de la


práctica. Elementos de la práctica. Actitudes en el
estudio. Factores del rendimiento. Atención y
motivación.
1.1. Concepto de práctica.

1.1.1. Importancia de la práctica: (Iznaola, 3)

Lo que ocurre en el escenario es una consecuencia directa de lo que


ocurre en la sala de estudio. No hay magia ni misterio: buena práctica da
buenos resultados. Es importante que se comprenda el especial desafío que
supone la interpretación en público, pues no sólo se trata de superar con éxito
la “prueba”, sino que implica disfrutar haciendo música y la necesidad de
compartir con los demás esa música.

1.1.2. Sobre el concepto de “práctica” (Provost, 7)

Practicar se define en el Diccionario del Random House College como una


“ejecución repetida de un ejercicio con el fin de adquirir habilidad o pericia”.
Aunque esto implica repetición, la práctica es mucho más que eso: la siguiente
cita de Landowska aclara bastante este aspecto:

“Si cualquiera conociera cómo trabajar, todo el mundo podría ser un


genio! Odio la palabra ‘práctica’. La práctica engendra endurecimiento.
En lugar de descubrimiento o de distinción de rasgos que son
profundamente escondidos o simplemente velados, uno termina sin ver
nada más allá, uno cesa de ser consciente.
Estar despierto, ser consciente todo el tiempo, eso es lo que me parece
que merece todos mis pensamientos y mi trabajo. Cuando interpreto,
incluso en los momentos más impetuosos, cuando una frase me lleva
con pasión, quiero permanecer consciente. Aunque me tome ciertas
libertades siempre me mantengo alerta.
Las torpezas y fallos tocando son siempre debidos a una falta de
concentración.”1

1
Landowska on Music, Stein and Day, New York

Traducido y preparado por Toño Contreras. Conservatorio Superior "Manuel Castillo". 1


1.1.3. Elementos de la práctica (Provost,7)

Como estamos viendo, la práctica instrumental dista mucho de ser una


actividad simple, pues implica diferentes áreas que han de relacionarse. Por
tanto vale la pena detenernos en distinguir estas áreas para completar así el
concepto de práctica. Además, como veremos en su momento, esta distinción
resulta también necesaria para abordar una rutina de práctica exitosa.

Distingue Provost los siguiente elementos de la práctica: (poner en


pizarra e iniciar un debate para completar o reducir).

- Físico: todos los elementos referidos a la técnica y al papel del


cuerpo.
- Musical: el estudio de la partitura y sus implicaciones.
- Mental: el necesario proceso de pensamiento que implica el
establecimiento de unas metas y la resolución de los
problemas.
- Auditivo: Escuchar, no sólo cada nota tocada, sino su relación
con el conjunto.

1.2. Atención.

1.2.1.La importancia de la atención en el estudio: (Coso, 101)

LECTURA: COSO p.101-104: disociación mente y elementos físico


cerebrales: leyendo nos distraemos, también la asociación inconsciente de
imágenes.

Pero ¿cómo conseguir mantener la atención? Lo primero que hay


que ser conscientes es de la importancia y la mejora de los resultados que
deriva de estudiar con atención, y de cuánto tiempo se pierde por confiar en
que basta con sentarse y ponerse a tocar para estar ya “estudiando”. NO:
estudiar es una actividad de la atención, si no, es mejor ponerse a ver la tele.

1.2.2. Conciencia de los equilibrios interno y externo (Iznaola 4-5):

Distingue este autor a la hora de establecer las condiciones


favorables en el estudio los factores que contribuyen a conseguir el equilibrio
interno y el externo:

- Equilibrio interno:

Se trata de un estado mental de alerta y predisposición para la actividad


intelectual, sin tensión emocional. Se caracteriza por la ausencia de juicio
sobre nuestras propias habilidades o capacidades y por un fuerte sentido de la
curiosidad. Se consigue sólo si se cumplen las siguientes condiciones: (copiar
en pizarra)

Traducido y preparado por Toño Contreras. Conservatorio Superior "Manuel Castillo". 2


1. Distanciamiento emocional de lo que estamos trabajando. No
nos sentimos afectados emocionalmente por los altibajos que se producen
mientras estamos practicando. No nos autocondenamos por los errores,
aunque tomamos nota de ellos de forma realista.. Actuamos y nos observamos
a nosotros mismos, como un científico en un laboratorio: observamos sin
emotividad, los resultados de nuestros experimentos.

2. Observación objetiva: de lo que estamos haciendo y de los


resultados, sin dejar de escuchar intencionalmente lo que estamos tocando en
cada instante, sin parar de observar las sensaciones físicas que produce los
mecanismos de los dedos, brazos y todo el cuerpo en el acto de tocar.

3. Facilidad de acción: en lo que estamos haciendo. Tenemos que


desarrollar un fino sentido de la cantidad de esfuerzo necesario para obtener
los movimientos al tocar e intentar continuamente disminuir ese esfuerzo al
mínimo. No debemos permitirnos que la dificultad, y mucho menos el dolor o la
fatiga formen parte de nuestro concepto de tocar un instrumento. La facilidad
de acción es un resultado directo de desarrollar un refinado sentido muscular
del equilibrio externo, que veremos enseguida.

El “círculo vicioso”:

Cuando se rompe en equilibrio interno se entra en un círculo


vicioso que desemboca en una “pseudopráctica” que no da buenos resultados.
Hay que aprender a identificar este proceso para cortarlo. Sigue los siguientes
pasos:

- Las cosas no van del todo bien y cometemos un error.


- Comenzamos a sentirnos frustrados de nuestra incompetencia y
a condenarnos a nosotros mismos.
- La ansiedad viene, y con ella la tensión emocional que produce
tensión física.
- La tensión física hace los movimientos más difíciles y rígidos,
perdiéndose la facilidad de acción.
- Como consecuencia de todo ello dejamos de escucharnos
objetivamente, en parte como un mecanismo subconsciente que trata de
protegernos a nosotros mismos de los sentimientos dolorosos y de la
frustración.
- Ese es el estado de pseudopráctica. Mejor darse un paseo.

- Equilibrio externo:

Es el equivalente físico del equilibrio interno. Es el estado de alerta y


predisposición para la acción de un brazo, sin tensión disfuncional. Se
caracteriza por las sensaciones de ligereza y facilidad (ausencia de peso y de
esfuerzo). Es una actitud a medio camino entre la flaccidez (total relajación) y la
rigidez (máxima tensión).

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Aprender a reconocer esa sensación y tomarla como norma en el
estudio es la clave para la facilidad de acción. Para ello debemos distinguir
entre las sensaciones de peso y de esfuerzo.

(Ejercicio de sentir gravedad en el brazo: levantar y dejar caer).

La sensación de peso se produce cuando permitimos que la gravedad


actúe sobre nuestro brazo. La sensación de esfuerzo (elevación, superación de
la resistencia), se produce cuando empleamos los músculos para contrarrestar
la gravedad o cualquier otra resistencia.

El brazo equilibrado encuentra el balance entre la fuerza de la gravedad


y el esfuerzo muscular justo necesario para superarlo. Ese equilibrio ha de ser
una norma, una referencia que nos ayuda a controlar la cantidad de esfuerzo
necesario para un movimiento en particular, y se necesita una amplia gama de
cantidades pequeñas de esfuerzo para realizar los movimientos tocando, pero
siempre en base a esa sensación de equilibrio mínimo. Controlar el mínimo
esfuerzo desde el equilibrio, esa es la clave.

Debate: Diferencia entre equilibrio externo y facilidad de acción: El E.E.


es una habiblidad relacionada con las sensaciones físicas, una vez que se
tiene da como resultado los movimientos fáciles (F.A.). La F.A. llega a ser una
actitud interiorizada. Digamos que el E.E. está antes del movimiento y la F.A.
está en el propio movimiento.

1.2.3. Atención y repetición.

Al principio del tema proponíamos un concepto de práctica reducido o


centrado en la repetición. Hemos visto que la práctica musical envuelve
muchas áreas o planos diferentes (físico, mental. Musical. Auditivo), pero no
hemos de olvidarnos de que un ingrediente fundamental sigue siendo la
repetición.

Empleamos la repetición como una herramienta para reforzar varias


áreas técnicas y musicales que hemos descubierto que necesitan
perfeccionarse o asegurarse para una interpretación exitosa. Ya veremos con
más detalle cómo emplear esta herramienta, pero por ahora lo que hay que
tener claro es que hay que rechazar la repetición mecánica, irreflexiva y global.

(LECTURA: Coso 24-25)

Otro elemento que no tenemos nunca que olvidar al realizar cada


repetición es la evaluación: si nos ha salido bien hay que grabar esa sensación,
y si nos ha salido mal borrarla y grabar encima una buena (como en un
cassette). Con la práctica aprenderemos a evocar la sensación placentera
asociada a las repeticiones buenas y anticiparla a los momentos técnicamente
complejos para entrarles con confianza.

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1.2.4. La impaciencia.

Es muy importante que la repetición no se desconecte de la atención,


pues esa herramienta se puede volver contra nosotros fijando malos hábitos. El
estudio falto de atención que lleva a la mecanización de los fallos está
relacionado con la impaciencia, tan habitual en el estudiante:

LECTURA: Coso 23 -24.

1.3. Motivación.

1.3.1. Motivación y Atención. (Coso, 17)

- El número de horas de estudio, aunque básico, no es lo decisivo para


mejorar los resultados, ni el factor más importante que determina la eficacia en
el estudio.

- A más horas mejor resultado no es siempre una regla que se cumpla,


sino que a veces nos encontramos con que no nos ha cundido el tiempo. Esto
ocurre porque el tiempo global dedicado y el tiempo realmente útil, de
consecución de resultados, de avance, no coinciden, y ello porque no estamos
teniendo claramente conciencia de los resultados que queremos obtener, y
porque nuestra atención en el estudio baja o se hace intermitente.

La falta de atención, además de estar estrechamente ligada a otros


factores ya tratados (hábito de estudio repetitivo e irreflexivo), se relaciona con
la motivación.

(LECTURA: Coso 18-22. Amplia lectura, resumir lo que está entre


paréntesis en el texto).

En resumen:

- Influencia de la actitud en el rendimiento.


- Efecto de amplificador mental de la motivación.
- Importancia del ámbito familiar, didáctico (relación con el
profesor), necesidad de compaginar otros estudios.

1.3.2. El sustento de la buena práctica: La interacción entre la


motivación interna y la externa. (Iznaola, 22).

Motivación interna: la disciplina.

Ningún enfoque de práctica puede ser efectivo si no se trabaja de forma


regular y consistente. Lo primero es, pues, desear y decidir practicar
regularmente, de ahí que cómo mantenerse motivado sobre la práctica resulta
una cuestión fundamental.

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Lo que se llama normalmente disciplina puede considerarse una
motivación interna, esto es, la responsabilidad asumida de actuar en una forma
determinada para conseguir unas metas que son importantes para nuestra
realización personal.

El tipo de actitud del que deriva la disciplina parte, pues, de poseer cierto
impulso. Las personas con vigor, con energía, son disciplinadas en relación
con aquello hacia lo que tienen el impulso. Esta es la forma fundamental de
motivación interna y la que eventualmente te llevará a conseguir tu máximo
potencial.

Ese impulso no se puede aprender, es el combustible natural que


provoca la explosión interna que llamamos vocación. Es el “entheos” (Dios
interno) que llamaban los griegos, de donde viene nuestra palabra
“entusiasmo”.

Pero incluso cuando uno tiene una vocación clara, un impulso fuerte
hacia algo, la motivación interna (disciplina) puede flaquear ocasionalmente.
Podemos sentir que no tenemos ganas de practicar, que estamos cansados, o
demasiado implicados en otras cuestiones (como deberes académicos,
profesionales, o una relación sentimental), o tenemos problemas de orden
material o emocional.

Nada negativo va a ocurrir si interrumpimos nuestra rutina de práctica


por unos días. Podemos mimarnos un poco emocionalmente y a veces eso
requiere que nos retiremos momentáneamente a lamernos nuestras heridas
(sic.).

Pero siempre existe el peligro de caer en un bache. Hemos de aprender


a contrarrestar la pereza antes de que tome control sobre nosotros.

Motivación externa: el deber.

La diferencia más importante entre el profesional y el aficionado, en las


artes interpretativas, está en la actitud ante la práctica.

Para el profesional, practicar es la actividad más importante. El


aficionado descansa de otras actividades practicando. Para el profesional la
práctica se dirige hacia la meta final de la interpretación en público con éxito,
para el aficionado, casi siempre, practicar es un fin en sí mismo, porque no hay
interpretaciones públicas. Para el profesional, interpretar, y de ahí practicar, es
su trabajo, para el aficionado es un hobby.

Adquirir la actitud profesional hacia la práctica es la clave en el


desarrollo del intérprete. Ello implica aceptar los deberes inherentes en la
profesión.

El sentido del deber se diferencia de la disciplina en que se orienta


desde factores y circunstancias externas (sociales): respeto a la autoridad de
alguien, miedo a una evaluación crítica negativa, miedo a fracaso en público,

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conciencia de los estándares de expectativas generales en la comunidad de
profesionales, etc...

El estudiante de instrumento tiene el deber de obedecer las


instrucciones de su profesor, de preparar bien la lección, de asistir a clase, a
los ensayos, hacer las tareas de casa, etc... El profesional tiene el deber de
estar preparado para tocar el concierto fijado en el calendario, conocer su parte
en un ensayo colectivo, alcanzar los estándares de calidad mínimos requeridos
para un profesional.

Este sentido del deber nunca será una fuerza de motivación primaria,
pero es de gran importancia para ayudar al estudiante a iniciar un camino de
acción positivo hacia la práctica cuando, por cualquier razón, la motivación
interna falla.

Ocurre que, cuando uno no tiene ganas de practicar pero, pese a todo
comienza a hacerlo porque debe, el deseo se va haciendo consciente y
presente poco a poco y en poco tiempo uno acaba estando genuinamente
motivado para practicar. En ese caso, en sentido del deber puede hacernos
retomar la disciplina.

La interacción entre la motivación interna y la externa es lo que nos


mantiene a todo lo largo de nuestra carrera profesional.

1.4. Actitudes y factores que afectan a la práctica.

1.4.1.Actitudes positivas y negativas en el proceso de aprendizaje


(Coso, 107)

(nos referimos tanto en clase con el profesor como en casa, con uno
mismo).

Copiar en la pizarra:

- No recomendables:
- Autosuficiente
- Poco comunicativa
- Perfeccionista
- Imitativa
- Autodescalificación
- Recomendables:
- Saber escuchar
- Fuerza de voluntad
- Perseverancia.

LECTURA: Coso, pp. 107 – 116) y debatE en clase: poner en cuestión


algunos (identificarse o no, encontrar equivalencias), ampliar la lista con
experiencias personales.

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1.4.2. Factores negativos que afectan al rendimiento. (Iznaola, 6)
Iznaola, al analizar los factores que afectan negativamente al rendimiento
distingue entre los factores materiales y los psicológicos. En ambos casos se
trata de elementos que afectan de forma inconsciente e indeseada a la calidad
de nuestra práctica.

1. Factores materiales:

- El nivel de dificultad. Existe la tendencia común a trabajar obras que


están a un nivel superior al nuestro actual (el nivel se refiere tanto en un plano
técnico. Musical o combinación de ambos).

- La cantidad de material: La tendencia general es a abordar demasiado


material, demasiadas cosas a la vez. Ello referido tanto al número de piezas
que se estudian a la vez como en la manera en que se trabajan
simultáneamente áreas diversas dentro de cada una. La tendencia es a
trabajar fragmentos demasiado extensos que no permiten un tratamiento
específico y unitario de los problemas que se dan dentro de una obra.

- Falta de tiempo: Se tiende a practicar con prisa, porque generalmente


no se tiene mucho tiempo para estudiar.. La sensación de que no se tiene
tiempo suficiente es motivada por el punto anterior y por ciertas expectativas
explícitas (se espera controlar demasiado pronto mucha cantidad de material).

- La inercia del fluir rítmico: La tendencia habitual a tocar toda la pieza,


de principio a fin, causada por la inclinación natural a seguir el fluir de la obra.
Cuando tocamos toda la pieza no estamos practicando, sino interpretando. Hay
que tener en cuenta ciertos principios:

- Si uno está interpretando no debe pararse nunca. No importa


qué accidente pueda ocurrir, pero una interpretación es un todo, algo completo
e ininterrumpido por definición.

- Si estamos practicando, no debemos tocar la pieza hasta que no


hayamos establecido una serie previa de metas para un fragmento en
particular. Practicar es una actividad esencialmente orientada por las metas y
focalizada detalladamente en el proceso de corrección y experimentación para
mejorar lo que se ha hecho antes. Aunque también se practica interpretación,
como veremos, esta fase final de la práctica nunca puede sustituir a la fase
previa, el trabajo detallado que está en el corazón de la buena práctica.

- Tempo: Muy asociado con lo anterior está la tendencia a practicar al


tempo de la interpretación prematuramente, antes de que los mecanismos
estén preparados para realmente hacerlo. El tempo es uno de los últimos
factores que tenemos que incorporar a nuestra práctica. Más adelante2
veremos el esquema de los tempos a aplicar en cada una de las etapas de
aprendizaje de una pieza nueva.

2
Ver La velocidad en las diferentes fases de la práctica

Traducido y preparado por Toño Contreras. Conservatorio Superior "Manuel Castillo". 8


- Finalmente, para una práctica productiva, hay que tener en cuenta dos
cuestiones más:

- Lectura a vista no es práctica. Las metas y procesos de la


lectura a vista son ciertamente complementarios e indispensables, pero caen
fuera del ámbito de la práctica tal como lo estamos tratando aquí. Más adelante
discutiremos el tema de la lectura a vista.

- La llamada práctica ralentizada es sólo uno de los estadios en


un buen proceso de práctica, pero no el único. Es cierto que hay estadios que
deben ser previamente asimilados para que la práctica sea efectiva y exitosa,
pero no nos podemos quedar ahí. Sobre la velocidad en los diferentes estadios
de la práctica hablaremos más adelante3.

2. Factores psicológicos:

- Expectativas: Todos tenemos expectativas, implícitas y explícitas, a


corto y a largo plazo, relativas a lo que debemos hacer, conseguir o
comprender. Algunas de esas expectativas son saludables y necesarias para
mantener viva nuestra motivación, otras deben entenderse como negativas y
contrarias a nuestro desarrollo como artistas interpretativos o escénicos
(performing artists).
En general el problema comienza cuando no tenemos una visión
objetiva de nuestras propias capacidades, lo que nos hace confundir nuestro
deseo con la realidad.

Ejemplos típicos de expectativas negativas son:

- “Llevo x años tocando...debería ser capaz de tocar esto o lo otro


el mes que viene”.
- “Voy a estar preparado para tocar Y o Z el próximo mes”.
Debemos entender que el proceso de aprendizaje de un instrumento es
un proceso de crecimiento, que varía individualmente. No podemos acelerar el
crecimiento de un árbol tirando de sus ramas.

El realismo honesto es una de las principales virtudes del intérprete. Se


necesita para respetar el ritmo de crecimiento de cada uno.

No permitas que falsas expectativas de futuro te interrumpan el natural


proceso de maduración de tu práctica en el presente.

Enfoca tu práctica siguiendo la máxima del gran director de teatro ruso


Stanislavsky: “Hoy, aquí, ahora”.

- Recuerdos: Es la otra cara de la moneda. Todos llevamos con nosotros


la carga de nuestro pasado, lo bueno y lo malo. Lo bueno sirve de alimento
para nuestra motivación y para los logros futuros. Lo malo debemos dejarlo en
la puerta antes de entrar a nuestro cuarto de estudio.

3
Ver La velocidad en las diferentes fases de la práctica.

Traducido y preparado por Toño Contreras. Conservatorio Superior "Manuel Castillo". 9


No permitas que los malos momentos del pasado te interrumpan el
natural proceso de maduración de tu práctica en el presente. “Hoy, aquí,
ahora”.

- Comparaciones: Los logros de los demás pueden ser una positiva e


inspiradora influencia. Pero más frecuentemente se convierten en un obstáculo
para nuestro propio desarrollo si hacemos juicios de valor en base a
comparaciones con los otros.

La tendencia a compararnos con los demás es natural, se basa en el


componente de competitividad que hay en mayor o menor medida, en todos
nosotros. Debido a la naturaleza física de la interpretación es fácil caer en la
trampa de ver la proeza, lo extremadamente dificultoso como la última meta,
como la vara de medir nuestros logros.

Uno de los secretos de una práctica exitosa es aprender a controlar ese


sentimiento sin negarlo del todo. Necesitamos cierto grado de proeza técnica
para ser intérpretes de éxito. La gente quiere agilidad, volumen y velocidad en
la interpretación musical.

Pero el público no va a un concierto a comparar interpretaciones


anteriores con la presente. En muchos casos un concierto se asemeja a una
relación amorosa: es el atractivo único de tu mensaje artístico y de tu
personalidad lo que te hará tener éxito. En este sentido, las audiencias son
bastante promiscuas: tienen una capacidad ilimitada de enamorarse con todos
los posibles mensajes únicos y personales de los artistas. El viejo dicho se
aplica aquí: estás compitiendo contigo mismo.

Cambiemos el lema anterior “hoy, aquí, ahora” por “Yo, hoy, aquí,
ahora”.

Traducido y preparado por Toño Contreras. Conservatorio Superior "Manuel Castillo". 10

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