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LA RESPONSABILIDAD DEL FRENTE NACIONAL EN EL SURGIMIENTO Y AVANCE DE


LAS GUERRILLAS EN COLOMBIA

IVAN ANDRES PEREZ MEDINA


JUNIO 2019.

ESCUELA SUPERIOR DE ADMINISTRACIÓN PÚBLICA.


CAQUETA.
RÉGIMEN Y SISTEMA POLÍTICO COLOMBIANO II
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INTRODUCCIÓN

En 1956 el partido conservador y el partido liberal firmaron el Pacto de Benidorm, en España. Un


acuerdo que establecía el sistema de alternancia política entre ambas fuerzas. Este pacto que
tuvo vigencia hasta el año 1974 y fue defendido como un regreso al sistema democrático después
de la dictadura militar del General Gustavo Rojas Pinilla. Sin embargo, el pacto incluía únicamente
a los dos partidos tradicionales, razón por la cual se originó el surgimiento de movimientos
opositores, tales como: el Movimiento Revolucionario Liberal (MRL), el Movimiento Obrero
Independiente Revolucionario (MOIR) y Alianza Nacional Popular (ANAPO). El Frente Nacional
activó la vida política del país, pero por exclusión. Al ser una negociación entre unos liberales y
unos conservadores que pretendían gobernar solos, los excluidos, curtidos políticos formados a lo
largo del siglo, no se dejaron arrinconar y respondieron reanimando la política nacional con
elevado instinto de conservación. La oposición fue proscrita. Incluso la conciliadora (o legal) que
no iba más allá de reponer rectificaciones al nuevo sistema político. Más que excluyentes, los
distintos gobiernos del Frente Nacional mostraron una concepción estrecha e individual en el
manejo del poder. No se trató de la conversación del bipartidismo en unipartidismo, simplemente
la habilidad de los coligados por sacar los mejores frutos del pacto, extirpó las alternativas
disidentes que se oponían a la imposición del modelo liberal de desarrollo.
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UNIDAD 2 RESPONSABILIDAD DEL FRENTE NACIONAL EN EL SURGIMIENTO Y AVANCE


DE LAS GUERRILLAS EN COLOMBIA

La fórmula militar de gobierno (1953-1958), utilizada por las élites de los partidos tradicionales
para superar la ingobernabilidad del país expresada en la violencia política de los años 40 y 50,
produjo, aunque con alta dosis de dramatismo, el Frente Nacional. Una serie de pactos anteriores
al plebiscito de diciembre de 1957, y reformas posteriores constituyeron la legitimación
constitucional de los dos partidos tradicionales como los únicos para gobernar alternativamente el
país entre 1958 y 1974. “Lo que en el fondo se buscaba con la suscripción de esos pactos políticos
era superar los 150 años de discordias políticas en que, y casi siempre a través de la confrontación
armada, las dos colectividades partidistas colombianas se habían embarcado desde el momento
mismo de la Independencia nacional en la segunda década del siglo XIX” (Gil, 2014)

En sus orígenes, el Frente Nacional no cubrió la totalidad de ambos partidos. Sólo los lleristas en
el liberalismo y los laureanistas en el conservatismo fueron los socios. Las demás fracciones,
históricas por demás, no harían parte del acuerdo. Podrían hacerlo en la medida en que
electoralmente fueran desplazando a las originarias. Así sucedió cuando el ospino-alzamiento
derrotó al laureanismo en las elecciones de 1960, convirtiéndose hasta el final en socio mayor del
liberalismo frente nacionalista. Tomarse el partido liberal y llevar la vocería dentro de la coalición
eran las aspiraciones del Movimiento Revolucionario Liberal, MRL.

El reconocimiento de la oposición se dio tan solo en dejar actuar a sus voceros elegidos en los
cuerpos legislativos, pero no en las demás instituciones del Estado. En vez de ampliar el espectro
del sistema de partidos, los frentes nacionalistas optaron, más que por la realización, por la
absorción de los programas de los movimientos de oposición. Se desaprovechó la conformación
de un sistema de partidos diversificado que habría servido para jalonar el desarrollo político del
país. Existían para ello todas las condiciones. En 1965, por ejemplo, movilizaban sus ideas dos
sectores bastante diferenciados del Movimiento Revolucionario Liberal MRL: la línea blanda que
regresaba al liberalismo y la línea dura que propugnaba por convertirse en partido independiente;
la Alianza Nacional Popular, ANAPO, que aunque ganaba elecciones interviniendo incluso como
agrupación bipartidista, no se le reconocían sus derechos; el Movimiento Democrático Nacional,
MDN, que condensaba los ímpetus nacionalistas de toda procedencia; la Democracia Cristiana,
salida del conservatismo para promover de manera independiente las tesis de los partidos
demócrata-cristianos europeos y latinoamericanos; el Frente Unido, un intento de unir la izquierda
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nacional radical; el Partido Comunista; dos organizaciones guerrilleras: “la cuales estas se han
entrecruzado de manera paralela con las dinámicas sociales y regionales que les aportaron el
tejido social sobre el cual se desenvolvieron. Fue la violencia política, la primera de ellas, que
desde el principio pretendió transformarse en acción revolucionaria”. (universidad de federal de
juiz fora) “Primo aquí el esfuerzo y la decisión política de iniciar procesos de construcción de una
fuerza militar distinta al Estado para combatirlo, y disputarle por ende su preponderancia sobre la
sociedad y eventualmente suplantarlo. La segunda causa es de origen social, primando acá, las
luchas por la defensa de un territorio y de una de organización social particular” (universidad de
federal de juiz fora)

Que luego se convirtieron y adquirieron las características de movimientos de autodefensas


campesinas que fueron en principio una respuesta militar a la acción del Estado. Se trató de claros
intentos de unir la violencia política con la comunitaria, o aquella en la cual se oponía una
comunidad a un enemigo calificado como opresor, buscando de esa manera transformarse en
acción revolucionaria y política. Todos estos movimientos tanto ideológicamente como en su
accionar militar, manifestaron una disposición política: el objetivo era suplantar al Estado y al
régimen político.
De lo anterior podemos decir que el acuerdo bipartidista ocultaba las naturales pujas internas por
el poder político en Colombia, los liberales se quedaron con la victoria definitiva. Esa fue la más
grande de las consecuencias del Frente Nacional. Pero fue una victoria pírrica, porque no reflejó
una sintonía real entre los colombianos y el sistema político implantado. Posiblemente el Frente
Nacional fue un remedio a la violencia bipartidista de las décadas anteriores, pero produjo
enfermedades peores: violencia social, represión selectiva, exclusión, desintegración, corrupción,
un país a medio camino y un pueblo desilusionado.
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CONCLUSION

La principal consecuencia del FN consistió en cerrar el Camino de la contienda política a otros


sectores sociales; de hecho, en vez de “ampliar el espectro del sistema de partidos”, propendió
por la “absorción de los programas de los movimientos de oposición”, de manera que el país
“desaprovechó la conformación de un sistema de partidos diversificado que habría servido para
jalonar el desarrollo político del país”. La historia habría sido otra si grupos como el Movimiento
Revolucionario Liberal, la Alianza Nacional Popular, el Movimiento Democrático Nacional, la
Democracia Cristiana, el Frente Unido, el Partido Comunista y las dos organizaciones guerrilleras
nacidas en esta época –el Ejército de Liberación Nacional (ELN) y las Fuerzas Armadas
Revolucionarias de Colombia (FARC) – hubieran tenido abiertas las puertas de la participación
política. Sin duda, el Movimiento 19 de Abril (M-19) hubiera carecido de una justificación histórica
si los defensores del Frente Nacional no le hubiesen cerrado las puertas de la participación política
a su principal grupo opositor, la Alianza Nacional Popular.
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Bibliografía
Gil, R. Z. (2014). EL FRENTE NACIONAL (1958-1974) Y SUS PROBLEMAS DE
CONSTITUCIONALIAD.
universidad de federal de juiz fora. (s.f.). historia de la guerrilla en colombia.

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