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500 años
Bibliografia 761
Introduccion
Presencia vasca en Venezuela - 500 años
La presente compilacion, a partir de varios escritos, solo pretende mostrar lo que ha sido 500
años de vida, en el hacer y quehacer de la Diaspora vasca en Venezuela, como dije dos
viejos conocidos
Los vascos llegaron a suelo americano siglos antes de su descubrimiento oficial por Cristóbal
Colón, aunque se limitaron a pescar el bacalao y la ballena, sin pensar en hincar banderas
que marcaran una conquista.
Ya en el Fuero de San Sebastián del año 1150 se habla de la pesca de la ballena por sus
marinos; y consta documentalmente la presencia de los pescadores vascos en Terranova
desde 1413, probablemente estaban yendo regularmente a estos parajes desde uno o dos
siglos antes.
El piloto de la expedición colombina en 1492 es un vasco, Juan de Lakotsa (La Cosa para los
españoles), que al mismo tiempo es propietario de la nave almirante, la "Mari Galante",
rebautizada como "Santa María"; también son vascos la mayoría de los tripulantes de esta
nao. Desde entonces no faltan los vascos en ninguna de las expediciones descubridoras.
Sebastián de Elkano da la vuelta al mundo por vez primera en 1519-21. Urdaneta y Legazpi
colonizan las Islas Filipinas en 1564-5.
Los primeros colonos del Nuevo Mundo son los que deja Cristóbal Colón en el Fuerte
Navidad; cuando al siguiente viaje regresa y encuentra la fortaleza destruida y sus hombres
muertos, se echa la culpa a los bizkainos que pelearon entre sí "por el oro e las mujeres".
Años más tarde, el gipuzkoano Hernando de Cebara es el primer europeo que se casa con
una princesa india, con Higuemota, hija de la reina de Jaragua Anacaona.
Más tarde, Irala funda Asunción de Paraguay en 1538, Legazpi funda Manila en 1571, Garai
funda Buenos Aires en 1580, Zabala funda Montevideo en 1724.
Los tres grandes problemas que provoca la colonización americana son luchas por la
libertad; y en ellas ocupan siempre papel protagonista los vascos.
Esa revuelta surge en la Isla Española, donde el vasco Adrián de Muxika secunda a Roldan
en su protesta contra los hermanos Colón. Y culmina en México, donde el obispo Zumarraga
se enfrenta a conquistadores y oidores, a la par que defiende a los indígenas.
El tercer problema será la futura independencia de los países americanos. Aunque ésta
tenga lugar a principios del siglo XIX, su primer estallido lo dirige el vasco Lope de Agírre el
año 1560, desde el corazón del río Amazonas. Su figura ha sido denigrada por los escritores
al servicio de Felipe II; pero, pese a los tintes sangrientos que aureolan su gesta, hay que
reconocerle la gallardía de haber sido el primero en proclamar la independencia del Perú y
declarar la guerra contra el rey de España.
Con estos antecedentes no es extraño que los vascos se incorporen plenamente a la gesta
independentista desde México a la Argentina.
Esa participación vasca llega a su cumbre con la figura del venezolano Simón Bolibar, por
cuyas venas corría la sangre vasca. Su obra es genial como libertador de naciones, pero
quizás tenga aún más valor profético en su espíritu, cuando en plena campaña convoca el
Congreso de Panamá.
Con esta introduccion de la influencia de los Vascos en Ameriica, nos enfocaremos en hacer
y quehacer de los vascos en Venezuela, a traves de 500 años.
.
CAPITULO - 1
Cristobal de Aguerre con su compaña estuvo aquí el 5 de Noviembre de 1493, casi cinco
años antes que Colón asomara como descubridor de Paria.
Las relaciones de los vascos con el genovés Cristóbal Colón se remontaban a tiempos
anteriores al descubrimiento de América; y al gestionarse el Primer viaje oficial, contaba el
Almirante con la nao-bacalera de Lakotsa, llamada "Santa María" y su compaña marinera
cuyos componentes "eran todos o los más de su tierra", como se dijo con referencia al patrón
Lakotsa que decían Vizcaíno.
Que la tal nave se tenía a disposición, lo prueba la Provisión de los Reyes Católicos de fecha
30 de Abril de 1492 "para que los Palos den las dos carabelas que les está mandado por los
del Consejo" y que reza en parte Por cuanto Nos habernos mandado a Cristóbal Colón que
vírya con tres carabelas a cierta parte de la Mar Océana, e Nos queremos que lleve consigo
las dichas dos carabelas con que así nos habéis de servir".
Se pretendió en principio que a la tal "Santa María" acompañaran dos chalupas caleras
vizcaínas, como exploradoras; pero los Soberanos apelaron en cambio al expedito recurso
de hacer que los de Palos sirvieran siquiera carabelas, para salir del paso sin mayor agobio
económico.
No se puede hablar da lo historio de los vascos, pero menos aún de lo historio de los vascos
en Venezuela, siñ mencionar en primer lugar, a Juan de Lakotsa. Fue este navegante
biskaino quien bautizo tal cual a Venezuela, cartógrafo vasco Juan de la Cosa (1500)
De La Cosa y Rodrigo de Bastidas visitaron la zona ese mismo año. En el tercer viaje de
Colón (1498) participaron los hermanos Arana, el tonelero Martín de Arriarán, Pedro de
Bilbao y el secretario de Cristobal Colón, Bernardo de Ibarra.
Lakotsa (dicho de la Cosa por los castellanos) puso en los mapas, el nombre de Venezuela
llegó a manois de los Reyes Católicos
El nombre del insigne vasco Juan de la Cosa (Juan de Lakotsa) es el más glorioso después
del de Cristóbal Colón, o al par con el de éste, en la historia del descubrimiento de
Venezuela. Esta afirmación es hoy una verdad indiscutible, y el presente capítulo se
consagra a rehabilitar la memoria del sabio cosmógrafo dando a conocer su gran valor, sus
incomparables méritos y su gran servicio como descubridor.
Mas Juan de la Cosa (Juan de Lakotsa) reconoció antes que nadie todo el litoral venezolano
y dejó consignado en un memorable documento geográfico, su mapamundi, el resultado de
sus descubrimientos. Todos los accidentes de la costa de Venezuela se hallan anotados en
este asombroso mapa.
Es. pues, obra de Justicia que en las primeras paginas de la historia de venezuela brille con
letras de oro el glorioso nombre de juan de la cosa (juan de lakotsa).
Sin embargo, sus méritos y servicios han sido ignorados durante largos siglos y no son, hoy
mismo, debidamente conocidos; y aún se ha pretendido ponerlos en tela de juicio.
Mejor; así saldrá su fama más purificada y sólida. Son por desgracia frecuentes en la
historia las pretericiones, olvidos e injusticia's con ciertos hombres, mientras han llegado a
gozar otros de indebidos laureles. Vespucci usurpó a Colón durante varios siglos
la gloria de haber sido el primer descubridor de las tierras continentales del Nuevo Mundo.
Sostienen sus defensores que esta usurpación no fue intencional. Alegan que la
creencia de que fuese Américo el primer descubridor del continente del Nuevo Mundo fue un
error histórico de su época, sin que se pueda probar que el cosmógrafo florentino llevase
participación en la divulgación de tal creencia, sobre todo en la Europa Central. ¿Pero no
consta en los dos textos latino e italiano de sus cuatro navegaciones, la fecha de 1497?
¿No se sabe hoy, y lo hemos demostrado, que las tierras continentales del Nuevo Mundo
no fueron visitadas por nadie antes de 1498? ¿No dice Vespucio en el texto italiano de la
primera navegación que el retorno de su primer viaje fue en septiembre de 1498? Y si no
pudo efectuar semejante viaje en 1497 y su vuelta en septiembre de 1498
Esto es un error historico y por ser un acto de justicia, es que exponemos los detalles de ese
error
MARÍNELA
Al asimilarlas a la Expedición, se tuvo que alterar la fórmula usual por la que, para abarcar a
los subordinados todos, bastaba al Jefe mencionar Capitanes, Maestres, Contramaestres y
Marinería; porque esta vez se tuvo que mencionar también a los "Patrones de fustas y
Compañas que en ellas navegaren", y que debieron de aprestarse a la Expedición de buen
grado, con la euforia que refleja la popular estrofa: "Boga, boga, Mariñelak; joan-bear-degu
urrutira: ¡Indietara!".
DOMINGO DE BERMEO
Ya en América, concebió Colón e! propósito de valerse de los marínelas para que con sus
chalupas. a vela y remo, se dedicaran a la caza de Indios para esclavos y así procurar
fondos para explotar minas de oro; pero las compañas no se prestaron al juego y de ellos
surgió espontánea y unánime la consigna: ¡Goazen etxera! (¡Vámanos a casa!)... y no valió
apelación al Rey ni roque que les hiciera desistir.
Las caleras regresaron todas, pero no todos los hombres; porque "aquel día 23 de noviembre
(1493) se nos murió un marinero vizcaíno que el día 14 fue herido por los Caribes; e porque
iban por costa de tierra, diose lugar a que saliera una fusta a enterrarlo {en la playa de Puerto
Rincón, isla Española o de Santo Domingo) e fueron en resguardo dos carabelas".
Así rezaba carta que el doctor Alvaro Chanca, miembro de la Expedición, escribió a la ciudad
de Sevilla.
Por ello, no es de pasar por alto el hecho de que el tal Vizcaíno: Domingo de Bermeo, fue del
mundo el primero en recibir cristiana sepultura en tierra de América luego del Des-
cubrimiento; porque en la fecha en que esto ocurría, yacían todavía insepultos los restos de
quienes fueron Diego de Arana y sus compañeros quedados en el improvisado fuerte
Navidad, Haití, en curso del Primer Viaje.
Pero, a pesar de la víctima habida, no resultó vana la aventura de los Marínelas; porque su
repudio a las inhumanas ambiciones del Almirante contribuyó sin duda a crear ambiente en
donde germinaron los conceptos que al cabo acertó a expresarlos su compatriota el padre
Vitoria.
Poco se supo luego acerca de este informe gráfico en cuestión, salvo que no satisfizo a los
Soberanos, que aprovecharon la vuelta del mismo Antonio de Torres a América para hacer
observar al Almirante que, por lo que veían, registraba "algunas mas no todas las tierras".
El motivo era porque el día 4 de Noviembre de 1493, estando en la isla que Colón llamó y
sigue llamándose Guadalupe, destacó chalupas a explorar.
Hasta cuatro días anduvo una ausente, con sus ocho Marínelas por compañía y Diego
Méndez por Veedor que ahora se diría Comisario; y consta que el Almirante, por la tardanza,
quiso abandonarla a su suerte; pero otros se opusieron y salieron a tierra a otear el horizonte
del mar. Avistáronla ¡al fin! el día 8 y prendieron fogata que desde el mar se entendió como
indicativo del paraje en donde se les esperaba.
Mostróse malhumorado el Almirante, como si le contrariara la demora sufrida; pero más, sin
duda, por la nueva de que habían dado con tierra al Sur relativo; lo que no cuadraba con las
personales teorías de Don Cristóbal.
Pero la Verdad se abría camino, naturalmente. A bordo de la propia "Santa Clara" había
quien, dando sin duda crédito a la información de la consabida chalupa exploradora,
"pretendía saber más que el mismo Colón".
Los Soberanos a su vez le amonestaban porque en su Mapa había anotado "algunas mas no
todas las tierras", y hasta el rey de Portugal se hacía eco de lo que ya era sabido acerca de
la existencia de Tierra-firme hacia el Sur de Guadalupe, y margaritas (perlas) por añadidura
en paraje a banda meridional de cierta isla de la región. Y tal el objetivo del Tercer viaje; el
descubrimiento Oficial de esta tierra y la consecución de perlas, así como la Segunda vez la
obsesión fue el oro.
Fue este Tercer viaje, el único de entre los cuatro viajes oficiales de Colón, en que no le
acompañaron los Vascos: ni barcos ni-gente.
Luego de haber estado en Paria, en vano, pasó Colón a Sai Domingo; de donde despachó
para España la carabela "Corrí que arribó a destino por Navidad del año 1498. En su pal los
tripulantes culparon del fracaso de las perlas al Ahmra que no había insistido lo bastante en
procura del paso ique se daba) por el Sur de la península Paria.
Razonaban ex| sando que habían encontrado ostras (en los mangles) por lo < por ahí debían
de darse las perlas; y las críticas llegaron a ha mella incluso en el ánimo del Armador oficial
del reino, que el obispo Fonseca, quien dispuso comisionar de inmediato e tro naves que
puso a cargo de lo más granado entre los da chados ex-compañeros de Colón; a cuyo frente
figuró el pie Alonso Ojeda.
CRISTÓBAL DE AGUERRE
A tiempo que se aprestaba O Peralonso (Pedro Alonso) Niño surgió en discreto plano. F
ejercido como Piloto en la "Santa María" cuando el Dése miento. Luego, a mediados del año
1496, había cumplidt síón de ir de Cádiz a Santo Domingo con tres navios, pon Instrucción
Real para transferir la Capital a su actual em| miento en la desembocadura del río Ozama, y
al regreso k garon a cuenta de Bartolomé Colón trescientos Indios para derlos como esclavos
en el mercado peninsular.
Por estos antecedentes pudo conseguir Licencia del o Fonseca para particular empresa, a la
que asoció a Cristób Aguerre, avecindado en Sevilla, quien aportó barca de 50 ladas,
propiedad de su hermano Luis, y con ella zarpare Huelva 33 hombres incluso Diego de
Munguia, pocos di* pues de haber salido Ojeda de Cádiz.
Mientras Ojeda incurría en el mismo error de Colón nándose en dar con el paso por la banda
Sur de la sierra ] corrió Aguerre por el Norte hasta Margarita y Cubagua. palo-brasil, rescató
perlas, estuvo en Cumaná, descubrió que dijo Araya, y regresó recalando a Galicia año 1500.
Esta expedición cobró fama de haber sido t provechosa de todas las habidas hasta entonces,
bajo el de vista económico, sobre todo por la poca monta de los n comprometidos.
Este oscuro Aguerre, a quién se subordinó todo un a* nauta y acreditado comandante como
lo era Peralonso Niü el Patrón de la anónima compaña que exploró de Guadal Sur en
Noviembre de 1493. Inhabilitado luego, por haber ídonado al Almirante; pero que sabía el
paraje de las ] como lo demostró topándolas por encima de Colón.
Los españoles le apellidaron Guerra; pero no cabe duda su naturaleza de Vasco, del gremio
Marínela, por su co« de Patrón de compaña que tripuló chalupa escampavía Segundo viaje
oficial de Colón.
CAPITULO - 2
Todo vasco es lección de energía puesta al servicio de obra útil, desorbitada o no. Dentro de
ese mundo no se conocen medianías.
Por eso, cualquier apellidos vasco de esos que huelen a tierra, a árbol, a semilla, no es
solamente patrimonio de Álava, de Vizcaya, de Navarra o Guipúzcoa. Tanto se ha sembrado
el vasco en este mundo que llaman nuevo, que su acción su esfuerzo, y hasta su porvenir,
son del Orinoco, del Paraná, del Cauca, del Punta Arenas, de Acapulco, del Guayas.
Son muchos los ejemplos que podemos citar en América o Venezuela, donde la acción del
vasco ha fijado relieves propios.
Entre nosotros, desde que amanece Cubagua, comienzan los vascos. Durante la Colonia, el
primer Simón de Bolívar representa a Santiago de León ante Felipe II y obtiene del ascético
rey mercedes para la novel ciudad. Un Francisco de Berroterán, Marqués del Valle, sienta
cátedra de buen gobierno y se aferra a la ley para mirar al indio. Sus Ordenanzas son
ejemplares. Simón Bolívar rubrica con ideas la influencia de más de tres-cientos combates
cuando lleva la libertad más allá de las fronteras de su patria. Son muchos los ejemplos, pero
hoy solamente queremos referirnos a la palabra precisa y ardida de un vas co, de Lope de
Aguirre, quien abre una parábola rebelde y sombría desde El Cuzco hasta Barquisimeto.
Lope de Aguirre llega al Perú alrededor de 1536 y logra mantenerse con vida en aquella
pugna donde a cada rato caía la cabeza de un capitán. Almagro, Pizarro, Cabeza de Vaca,
Pe-ransurez, Carvajal, La Gasea, Hernández Girón, etc., llenan aquella hora turbia. Aguirre
—bien lo ha expuesto Emiliano Jos en su Expedición de Ursúa ai Dorado y la rebelión de
Lope de Aguirre. Huesca. 1927—, al alzar se, obedecía a un sentimiento colectivo de
rebeldía contra el rey, un sentimiento muy noble pues ya consideraban como suya la tierra
americana Las gentes de Almagro dijeron que "... no querían paz sino batalla y que la darían
al mismo rey en persona para defender la tierra que era de ellos".
En todo esto, una bella mujer, Inés de Atienza, alumbra todos los sentidos. Después, el viaje
por el Amazonas, el Atlántico, los crímenes en Margarita, en Borburata, la carta al rey desde
Valencia o enviada desde Valencia, la estadia en Barquisimeto y su muerte, abandonado de
los suyos.
La muerte de Lope de Aguirre echa por tierra el valor de Diego de García de Paredes, de
Bravo de Molina, de todos aquellos hombres a quienes se les ha hecho un pedestal falso,
pues cercaron al vasco, ya con dos o tres soldados, disponiendo ellos de trescientos
soldados, temblaban cada vez que Aguirre lanzaba una imprecación o una amenaza. Des-
pués, todos solicitaron mercedes de Felipe II, quien, generoso, sin conocer la verdad de lo
ocurrido, premió la cobardía y la indecisión de sus tenientes.
De Aguirre hemos dicho que fue hombre de palabra precisa, y la carta que dirige a Felipe II
respalda nuestro aserto. El hidalgo, hijo de Oñate. . . "mínimo vasallo, cristiano viejo, de
medianos padres y en mi prosperidad hijodalgo", dice al poderoso monarca, con sobrada
justicia; ".. .mira, rey y señor, que no puedes llevar con título de rey justo ningún interés
destas partes donde no aventuraste nada, sin que primero los que en ello han trabajado y
sudado, sean gratificados". Y más adelante, continúa con su frase realista y ardida: .. ."
Por cierto tengo que van muy pocos reyes al infierno porque son pocos, que si muchos fuera-
des, ninguno pudiera ir al cielo, porque aun alia seriades peores que Lucifer, según tenéis
ambición y hambre de hartaros de sangre humana... a Dios hago solemne voto yo y mis
doscientos arcabuceros marañones, conquistadores, hijosdalgo, de no te dejar ministro tuyo
a vida, porque ya sé hasta donde alcanza tu clemencia". Señala seguidamente el desorden
de ciertos frailes: ..."Si quieres saber la vida que por acá tienen es entender en mercaderías,
procurar y adquirir bienes temporales, vender los sacramentos de la Iglesia por precio,
enemigos de pobres, incarítativos, ambiciosos, glotones y soberbios... La disolución de los
frailes es tan grande en estas partes, que yo entiendo, que conviene que venga sobre ellos tu
ira y tu castigo. . . La vida que llevan es áspera y trabajosa, porque cada uno de ellos tiene
por penitencia en sus cocinas una docena de mozas y no muy viejas. . .".
Explica luego cómo fueron elimins a Ursúa, a Guzmán y como para tificar su acción,
agrega: .. ."No de que le matamos, muerte, cií bien breve". Y al que habían proel mado rey, a
Fernando de Guzmái ". . .porque no consentí en sus insu tos y maldades, me quisieron matar
yo maté al nuevo rey, y al capitan de su guardia y al teniente general, a cuatro capitanes y a
su mayorc y a su capellán clérigo de misa y una mujer de la liga contra mí. y un Comendador
de Rodas, y a un mirante y a dos alférez y otros aliados suyos, y con intención de guir la
guerra adelante y morir en por las muchas crueldades que tus nistros usan con nosotros,
nombré nuevo capitanes y sargento mayor. quisiéronme matar y yo los ahorqi a todos".
Pero esa hombre singular, asistido de todas violencias, tiene la virtud de la sin: ridad.
Mientras gobernadores, vi yes, capitanes generales, oidores. un papel en las manos,
asesinan invi cando leyes elaboradas especialment Lope de Aguirre enumera los atropellos
de los virreyes y hasta del mismo rey, los desvíos de los religiosos, es decir, descarna a
aquella sociedad en sus lacras. Su carta es uno de los documentos más sudados de justicia \
la expresión de un vasco, de un rebelde, lanzado a América y tomado de aquella ansia
separatista que circula por las venas de todo rebelde cuando lo atrapa el escenario hermoso
y rudo que ha hecho suyo a pulso de audacia
.
"Avisóte, rey español, que estos tus Reinos de Indias tienen necesidad de que haya justicia y
rectitud para tan buenos vasallos como en estas tierras tienes, aunque yo, por poder sufrir
más las crueldades que usan tus oidores e visorrey e gobernadores me he salido de hecho,
con mis compañeros cuyos nombres después diré, de tu obediencia y desnaturarnos de
nuestra tierra que es España para hacerte en estas partes la más cruel guerra que nuestras
fuerzas pudieren sustentar e sufrir. Esto cree, rey y señor, nos ha hecho el no poder sufrir los
grandes pechos, premios e castigos injustos que nos dan tus ministros,que, por remediar sus
hijos e criados, nos han usurpado y robado nuestra fama, vida y honra, que es lástima oír el
mal tratamiento que se nos ha hecho".
'E yo, manco (cojo) de mi pierna derecha de dos arcabuzazos que me dieron en el valle de
Chuquinga con el mariscal Alonso de Alvarado siguiendo tu voz y apellido contra Francisco
Hernández Girón, rebelde a tu servicio como yo e mis compañeros al presente somos y
seremos hasta la muerte, porque ya de hecho hemos alcanzado en estos reinos cuan cruel
eres y quebrantador de tu fe y palabras y tenemos en estas tierras tus perdones por de
menos crédito que los libros de Martín Lutero pues tu virrey y marqués de Cañete, malo,
lujurioso, ambicioso y tirano, ahorcó a Martín de Robles, hombre señalado en tu servicio y al
bravoso Tomás Vásques, conquistador del Perú, y al triste de Alonso Díaz que trabajó más
en el descubrimiento que los pobladores de Moisés en el desierto, y a Piedrahita buen
capitán que rompió muchas batallas en tu servicio; y en Pucará ellos te dieron la vida porque
si ellos no se pasaran hoy fuera Francisco Hernández (Girón) rey del Perú.
No tengas en mucho el servicio destos tus oidores que te escribieron haberte hecho, porque
es muy gran fábula si llaman servicio haberte gastado ochocientos mil pesos de tu Real Caja
para sus vicios y maldades. Castígalos como a malos, que cierto lo son.
Mira, mira rey español, qus no seas cruel a tus vasallos ni ingrato, pues estando tu padre e tú
en los Reinos de Castilla sin niguna zozobra, te han dado tus vasallos, a costa de su sangre
e hacienda, tantos reinos y señoríos como en estas partes tienes. Mira, rey y señor, que no
se puede llevar con título de rey justo ningún interés de estas partes donde no aventuraste
nada, sin que primero los que en estas tierras han trabajado y sudado sean gratificados por
sus servicios.
"Por cierto tengo que van pocos rcyss al infierno porque sois pocos, que si muchos fuérades
ninguno pudiera ir al cielo, porque creo que allí srriades peores que Luzbel según tenéis la
ambición, sed y hambre de hartaros de sangre humana.
Mas no me maravillo ni hago caso de vosotros, pues os llamáis siempre menores de edad. Y
ansí, rey y señor, te juro y hago voto solemne a Dios, de que yo e mis doscientos
arcabuceros marañones, conquistadores e hijosdalgo, de no te dejar ministro tuyo, porque ya
sé hasta dónde llega tu clemencia.
El día de hoy nos hallamos los más bienaventurados de los nacidos por estar como estamos
en estas partes de las Indias teniendo la fe y mandamientos de Dios enteros, aunque
pecadores en la vida sin corrupción como cristianos, manteniendo lo que predica la Santa
Madre Iglesia de Roma y pretendemos, aimque pecadores, recibir martirio por los
mandamientos de Dios.
"A la salida que hicimos del Río de las Amazonas, que se llama el Río de Maranón, vine a
una isla poblada de cristianos, que tiene por nombre La Margarita y en ella vi unas
reíalaciones, que de España habían venido entonces, de la gran Cisma que había en ella de
luteranos, que no? han puesto temor y espanto: y en maestra
compañía venía un alemán que se llamaba Monteverde al cual : -hacer pedazos: los hado- le
dará» t pena a los cuerpos. Donde uoí-; estuviéremos. excelente cumple que vivan
perfectamente f* la fe de Cristo.
'"Especialmente es tan grande la disolución de los frailes en estas partes que cierto conviene
que vensa sobre ellos tu ira y castigo, porque:-ya no hay ninguno que presuma de menos
que de gobernador.
Mira, mira, Rey, no les creas, pues las lágrimas que allá echan delante de tu real presencia
es para venir acá a mandar. Si quieres saber la vida que por acá tienen es entender en
mercaderías, procurar y adquirir bienes temporales e vender por precio los sacramentos de
la Iglesia, enemigos de los pobres, ambiciosos, glotones e soberbios de manera que, por
mínimo que sea un fraile, pretende mandar y gobernar estas tierras. Pon remedio, Rey y
señor, porque de estas cosas y malos ejemplos no está cumplida ni fijada la fe en los
naturales. Más te digo, que si esta disolución destos frailes no se quita no faltarán
escándalos.
"Aunque yo y mis compañeros, por la gran razón que tenemos nos hayamos detern^^xido a
morir, y esto es cierto y otrag c-.-as pasadas. singular Rey, tú has dadv, la causa por no te
doler el trabajo de ;^s vasallos. Si no miras lo mucho qué\les debes, que si tú no miras por y
te descuidas con estos oidores nunca acertarás en el gobierno de rus Reinos; y por cierto no
hay para qué presentar testigos más de avisarte como éstos tus oidores tienen cada uno de
acostamiento por año cuatro mil pesos y ocho mil de costas- y al cabo de tres años tiene
cada uno *-senta mil pesos horros i sic •. damientos y posesiones y si con esto se
contentasen con sen Üfau •»• mo a hombres medio mal Por nuestros pecados «jiúlhm
dondequiera que los hinquemos de rodillas y los adoremos como a Nabucodonosor, cosa por
cierto insufrible y no porque yo, como hombre lastimado y manco de mis miembros en tu
servicio y mis compañeros viejos y cansados en lo mismo, te he de dejar de avisar que
porfíes en estos letrados tu real conciencia porque no cumple a tu real persona, con estos
que se ie va todo el tiempo en casar hijos e hijas y traen por refrán: a tuerto o a dere cho,
nuestra casa hasta el techo.
"Pues los frailes a ningún hombre pobre quieren predicar y están aposentados en los
mejores repartimientos del Perú. La vida que tienen es áspera y fragosa, porque cada uno de
ellos tiene, por penitencia en sus cocinas, una docena de mozas no muy viejas y otros tantos
muchachos que les van a pescar, a matar perdices y a traer frutas. Todo el repartimiento es
poco.
"En fe de cristiano te juro, rey y señor, que si no pones remedio en los males destas tierras
que te ha de venir azote del cielo, y esto dígolo por avisarte de la verdad, aunque yo y mis
compañeros no esperemos de tí misericordia. ¡Ay, ay! ¡Qué lástima que el emperador tu
padre conquistase con la fuerza de España la soberbia Gemianía y gastase tanta moneda
llevada destas Indias descubiertas por nosotros y no te duelas de nuestra vejez y cansancio
siquiera, matándonos de hambre y sed!
Sabes que vemos en estas partes, excelente rey y señor, que conquistaste Alemania con
armas y Alemania conquistó a España con vicios, de que por cierto nos hallamos acá más
contentos con maíz y agua sola por estar apartados de tan mala roña, qus los que en ella
han caído pueden estar con sus vicios y regalos. Anden las guerras por donde anduvieren
pues para los hombres se hicieron, mas en ningún tiempo por adversidad que nos venga no
dejaremos de ser sujetos y obedientes a los preceptos de la madre Santa Iglesia de Roma.
"No podemos creer, excelente rey y señor, que tú seas cruel para tan
buenos vasallos como en estas partes tienes, sino que estos malos oidores y ministros lo
deben de hacer sin tu consentimiento.
Dígole rey y señor, porque en la Ciudad de los Reyes, dos leguas junto al mar, se descubrió
una laguna donde se cría algún pescado que Dios lo permitió que fuese así, estos tus
oidores y oficialas de tu persona, por aprovecharse como lo hacen del pescado y aquel
regalo y vicios, lo arriendan en tu nombre dándonos a entender, como si fuésemos inhábiles,
que es por tu voluntad.
Si ello es ansí, déjennos pescar algún pescado siquiera porque tra-t-ajamos en lo descubrir y
porque el rey de Castilla no tiene necesidad de cuatrocientos pesos que es la cantidad
porque se arrienda; y pues, esclarecido rey, no te pedimos mercedes en Córdoba ni
Valladolid ni en toda España, que es tu patrimonio. duélete señor de alimentar a los pobres
cansados con los frutos y réditos desta tierra. Y mira, rey y señor, que hay Dios para todos,
igual justicia y premio, paraíso e infierno.
"En el año mil e quinientos e cincuenta y nueve dio el marqués de Cañete la Jornada de las
Amazonas a Pedro de Orsúa, navarro o, por mejor decir, francés.
Tardó en hacer navios hasta el año 1560 en la provincia de los Motilones, que es término del
Perú, y porque los indios andan rapados a navaja se llaman motilones. Estos navios, por ser
la tierra a donde se hicieron lluviosa, al tiempo de echarlos al agua se nos quebraron los más
dellos e hicimos balsas y dejamos los más caballos y hacienda y nos echamos río abajo con
harto riesgo de nuestras personas; luego topamos los más poderosos ríos del Perú, de
manera que nos vimos en golfo dulce.
Caminamos de primera faz trescientas leguas desde el embarcadero donde nos embarca-
mos la primera vez.
"Fue es este mal gobernador (Orsúa) tari perverso, ambicioso y miserable que no le pudimos
sufrir y ansí por ser imposible relatar sus maldades y por tenerme por parte en mi caso como
me tienen, excelente rey
y señor, no diré más que le matamos, de muerte por cierto bien breve. Y luego a un
mancebo, caballero de Sevilla que se llamaba don Fernando de Guzmán le alzamos por
nuestro Rey e le juramos por tal, como tu persona real verá por las firmas de todos los que
nos hallamos allí que quedan en la isla de La Margarita en estas Indias, y a mí me
nombraron por su Maestre de Campo y porque no consentí en sus insultos y maldades me
quisieron matar, e yo maté al nuevo Rey y al capitán de su guardia, a su teniente general y a
cuatro capitanes, a su mayordomo y a su capellán clérigo de mísa, y a una mujer de la liga
contra mí, a un comendador de Rodas, a dos alféreces, a un almirante y a otros cinco o seis
aliados suyos; y con la intención de llevar la guerra adelante y morir en ella por la fe
crueldades que estos vuestros oidores usan con nosotros. Nombré de nuevo capitanes y
sargento mayor y luego me quisieron matar, e yo les ahorqué a todos.
"Caminando nuestra derrota y pasadas todas estas muertes y malas venturas en este Río
Marañón, tardamos hasta la boca del, en la mar del Norte, más de diez meses y medio;
caminamos cien jornadas justas; anduvimos mil y quinientos leguas por río grande y
temeroso.
Los capitanes y oficiales que al presente llevo, que prometen de morir en esta demanda
como hombres lastimados, son los siguientes: (Siguen las firmas) ... y otros muchos más,
hijosdalgos desta liga, ruegan a Dios Nuestro Señor te aumente siempre en bien y ensalce
en prosperidad contra el turco y franceses y todos los demás que, en esas partes, te
quisieren hacer guerra; y en éstas nos dé Dios gracia para que podamos alcanzar por
nuestras armas el premio que se nos debe, pues de derecho nos has negado lo que se nos
debía. Hijo de fieles vasallos tuyos en tierras vascongadas, yo rebelde hasta la muerte por tu
ingratitud.
Lope de Aguirre, El Peregrino.
CAPITULO - 3
Antonio de Berrío (Segovia, 1527 - Santo Tomé de Guayana, la actual Ciudad Bolívar, en el
estado Bolívar, 1597), fue un militar, gobernador y explorador de padre Vizcaino, nacido en
Sevilla, figura destacada en la América Colonial.
Antonio de Berrío comenzó su carrera militar a los 14 años al servicio del rey Carlos I. El
joven hidalgo, inició su vida militar en Flandes. Entró en combate por primera vez en la
Batalla de Marciano que terminó con la toma de Siena. Posteriormente fue destinado a la
lucha en las costas africanas contra los bereberes. El siguiente destino fue la lucha contra la
Rebelión de las Alpujarras frente a los moriscos sublevados. Finalizado el conflicto en las
sierras de Granada, fue destinado ya como capitán de una compañía de caballería a la
vigilancia de las costas granadinas, para por último ser nombrado gobernador de las
Alpujarras.
Ya como gobernador Berrío se casa con María de Oruña, sobrina materna del adelantado y
abogado Gonzalo Jiménez de Quesada. Este último, fallecido en 1579, en su testamento les
designa a Berrío y su esposa como sucesores y herederos de sus títulos y bienes. Reciben la
noticia por el Correo de las Indias en 1580, Berrío tiene 53 años y su vida que parecía que
tomaba un rumbo mas calmado vuelve a la acción.
A su llegada a América, ya como gobernador de El Dorado, título heredado de su tío político,
el adelantado Gonzalo Jiménez de Quesada, fundador de Bogotá y uno de los principales
personajes entre los conquistadores de Nueva Granada, continuará con la labor comenzada
por éste en su búsqueda del mito de El Dorado. Entre 1583 y 1589 llevó a cabo sus dos
primeras expediciones, internándose por las regiones hostiles y salvajes de los llanos
colombianos y por el Alto Orinoco. En 1590 inicia su tercera expedición, logrando surcar el
Orinoco aguas abajo hasta alcanzar el Caroní, es entonces cuando Berrío creé haber
encontrado el paso que buscaba en su camino hacia El Dorado, pero para poder continuar
con la expedición necesitaba hombres y víveres, por ello parte hacia la isla de Margarita en
marzo de 1591, antes edifica el fortín de Santo Tomé, sitio fundacional de la actual Ciudad
Guayana, a dos leguas exactas de la margen derecha del Caroní y tomar posesión de este
último en nombre del rey Felipe II. A su llegada a Margarita, pasando antes por la isla
Trinidad, la cual consideró una futura buena base para las siguientes exploraciones, le
comunicaron el fallecimiento de su esposa. En 1595 Berrío cuenta con 68 años, ha gastado
su formidable herencia en las expediciones, ni el gobernador de Margarita ni el de Caracas
quisieron prestarle ayuda para nuevas aventuras, así que recurre a la corona. Berrío espera
en Trinidad con ansia la llegada de 300 hombres y los víveres y el dinero solicitado para
continuar con su búsqueda de El Dorado. En abril de 1595 llegan dos barcos a la isla, pero
no son los refuerzos solicitados, se trata de dos barcos ingleses al mando de Walter Raleigh,
conocido por los españoles como Guaterral. España e Inglaterra no estaban en guerra, pero
las relaciones eran tensas. Raleigh también sufría la fiebre de El Dorado, llegando incluso a
estudiar español para poder leer personalmente las crónicas que en España se publicaban
sobre América, él mismo reconoce en 1596 que hacía muchos años que conocía la
búsqueda de El Dorado. Raleigh tiene un plan y lo ejecuta, se presenta con una delegación
con propósitos amistosos, y a la primera oportunidad asalta la ciudad de San José de Oruña,
fundada por el lugarteniente y comisionado de Berrío, Domingo de Vera Ibargoyen. La plaza
defendida por 28 soldados es tomada, tomando como rehenes a Berrío y a su lugarteniente,
Álvaro Jorge, tras lo cual Raleigh quema la ciudad. Su siguiente acto será intentar localizar El
Dorado remontando el Orinoco, con Berrío como guía. Berrío les llevó por los territorios ya
explorados por él mismo años atrás, El Dorado siguió sin aparecer. La expedición de Raleigh
regresa a Trinidad y la liberación de Berrio se produjo a finales de junio de 1595 en las costas
de Cumaná, a cambio de un intercambio de prisioneros.
Berrío falleció a los 70 años en Santo Tomé, fundada por él mismo, en 1597, pocos días
después de que su hijo Fernando de Berrío llegara con los refuerzos de tropas, víveres y
dinero que solicitó para continuar con la búsqueda del mito de El Dorado. La fiebre de El
Dorado también afectó severamente a su hijo, que continuaría activamente con su búsqueda.
En cuanto a Raleigh, escribió un famoso libro en su época, titulado "Descubrimiento del
grande, rico y bello imperio de Guayana" crónica de su expedición con Berrío. Raleigh solo
pudo aportar el libro, nada de oro, lo que le valió una condena a muerte por parte de Jacobo
I, sucesor de la fenecida Isabel I, que quedó en suspenso por una prisión indefinida en la
Torre de Londres. Tras doce años de cautiverio, Raleigh logra la libertad, todo este tiempo no
sirvió para que se olvidase de El Dorado, la fiebre le llevó a realizar otra expedición en su
búsqueda que terminó en fracaso y además rompió el pacto de no dañar las posesiones
españolas en el nuevo mundo producto de la nueva política de alianza de Inglaterra con
España, lo que el costó la cabeza a manos de un verdugo para satisfacer al monarca
español Felipe III el 29 de octubre de 1618. 1?
El Procurador General de San José de Oruña, Simón Hernández, pide se le autorice informar
al Rey y a los señores del Real Consejo de Indias, acerca de la carta que Antonio de Berrío
escribió a Francisco de Vides sobre la recuperación de los recursos que ya ha invertido en el
poblamiento de la isla de Trinidad, como condición para la entrega de dicha isla. Anexa carta
del Gobernador de Guyana y Manoa, Antonio de Berrío, al Gobernador de Cumaná,
Francisco de Vides. Autos y certificaciones. San José de Oruña, 7 de febrero de 1593.
El Procurador General de San José de Oruña, Simón Hernández, pide que no se entrometa
Francisco de Vides en la Provincia de El Dorado y presenta Cédulas Reales y Testimonios.
San José de Oruña, 5 de noviembre de 1594.
De allí vino a la guerra de Qranada, donde fue Capitán y Qobernador de la Alpujarra. Fue
asimismo capitán de una de las cuatro Compañías de la Quardia Vieja del Reino de
Qranada, y en todo tiempo este saben bien los que le conocen que. sus muy particulares y
señaladísimos servicios le iban siempre subiendo y adelantando de uno en otro grado
de la milicia.
¡En) el año 1580, pasó a las Indias a la herencia del adelantamiento del Nuevo Reino que
heredó por su mujer, sobrina del Adelantado Qonzalo Jiménez, adonde no atendió a regalar
su persona y adelantar su hacienda, porque naciéndole nuevos y más altos pensamientos
con la nueva ocasión de la riqueza, emprendió la primera vez la jomada de El Dorado, en la
cual habiendo gastado cincuenta mil pesos de oro de su hacienda, anduvo con mucha ^ente
diex y siete meses y dio vista a la serranía de El Dorado tan deseada de todos los capitanes
que en su demanda se habían perdido. Pero las necesidades invencibles de los
despoblados, falta de mantenimientos, sobra de enfermedades y discordia de la gente
cansada e incrédula, fueron causa de que saliese desbaratado al Nuevo Reino de Qranada.
Bastante fuera tanto gasto, tantos trabajos y tan poco fruto a desmayar aún al muy animoso,
mas Antonio de Berrío encendiéndose con la grandeza de las dificultades y cobrando nuevo
aliento con lo que suele quitarlo, se rehízo segunda vez y tomó al mismo descubrimiento con
gran suma de vacas y caballos y con doscientos y cincuenta soldados. Siendo todo esto a su
costa se puede fácilmente considerar y creer la mella que haría en su hacienda y en la dote
de su mujer, cayendo estos nuevos gastos sobre los que había hecho en la primera jornada.
Con esta gente anduvo en la demanda de El Dorado otros veinte y ocho meses, mejorando
mucho las noticias que iba teniendo de la tierra, hasta que la discordia que desbarata y
destruye las cosas grandes fue causa que amotinándosele gran parte de la gente [y] viendo
que con la que le quedaba ni podía proseguir la jornada, ni castigar a los que con razones no
se dejaron persuadir, fue forzado a volverse trayendo mucha mayor claridad y certidumbre de
la grandeza y bondad de la tierra. Habiendo pasado grandísimos trabajos en tentar pasos y
caminos inaccesibles, en que muchas veces tuvo grandes peligros por la infidelidad y malicia
de los guías indios que con astucia, más que bárbaros, procuraban desviarle y alejarle de lo
que le veían tan deseoso, pero que no prosigue una constancia general.
No bastándole ya su hacienda para tan inmensos gastos empeñóse en más de cuarenta mil
pesos de oro, y tercera vez torna a juntar gente, bastimentos, pertrechos y municiones, y
vuelve a la misma jornada de El Dorado.
Embarcándose con la gente en canoas viene agua abajo por el gran rio Orinoco, llevando por
tierra muchos caballos y vacas. Con este aparato caminó doscientas y cincuenta leguas y
sobreviniéndole el invierno, padeciendo la gente grandes males a causa de la humedad
pestilente que en aquella tierra causan las lluvias continuas de muchos meses, vencidos de
la fatiga, cargados de nuevas enfermedades, acosados de hambre y falta de
mantenimientos, siguióse lo que en tales ocasiones y tiempos es ordinario, parte de la gente
se le murió, parte se le amotinó y parte quedaron sin fuerzas para poder ser obedientes ni
desobedientes. pues que la gente que tenía algún brío se le quería volver al Nuevo Reino
con lo cual se morían todas sus esperanzas, osó acometer un hecho digno de con las
hazañas antiguas que hicieron a sus autores grandes famosos inmortales. Sino esto tienen
las hazañas de los hombres que aún viven, muchos las calumnian, pocos las
ninguno las premia.
Así que en tierra no conocida, despoblada, sin mantenimientos, sin inventó un nuevo remedio
para vencer aquellos males, quitando el que parecía único para de dios.
Así hizo matar todos lo caballos que había, para que perdiendo la esperanza de en que
volverse, la pusiesen en lo de adelante privando del recurso de atrás. Hizo pues la carne de
los caballos, y con sólo este bastimento, sin pan ni otra cosa alguna embarcó su en canoas
que hizo de maderos, con determinación de que aquel viaje diese principio al rímiento o
salida a la mar, o fin a sus tan continuos trabajos.
fin la fortuna que ayuda a los hombres animosos, yendo el río abajo, le llevó al principio de
(tierra de Quayana adonde, viendo los indios dispuestos y determinados a resistir [y]
como prudente la poca fuerza que llevaba, tomada más claridad, se fue el río abajo la isla de
la Trinidad, y la vio y tanteó para poblarla, y pasó a la Margarita, pobre, y como mal recibido.
Viéndose tan solo, sin hacienda, sin abrigo y lo que tras esto se sigue, con amigos, todo el
esfuerzo que pudo hacer fue juntar ochenta hombres de los que todavía m más respeto a su
mucho valor, que a su poca fortuna.
Envió al Maese de Campo Domingo de Vera Ibargoyen a poblar la dicha isla de la lidad y
después fue él y la repartió.
Hasta que pudíendo respirar de tantos males, envió al de Campo a descubrir El Dorado, con
cuya industria fue Dios servido que se descubrió y ó treinta y cinco leguas la tierra adentro.
De esto pasó en ello tan increíbles trabajos, tan invencibles dificultades y necesidades tan
aparienciáxie remedio, que más son para considerarse que para referirse, porque miserias
tan y graves cuando se sufren, suelen parecer fabulosas cuando se cuentan, mayormente
de un hombre que con tener setenta años, a todo se halla, en todo se ocupa, a todo asiste
personalmente, siendo caudillo en el consejo, soldado en las manos, padre en la aflicción,
compañero en los trabajos.
Entre otros servicios que ha hecho a Su Majestad, no es por ventura el menor de que consta,
por los testimonios que de ello tiene el Señor Fiscal de Indias, y es que después que pobló la
Trinidad fue causa que cesase una grande crueldad e inhumanidad que con los indios de
aquella isla usaban los vecinos españoles de la Margarita y de otras circunvecinas, los
cuales como quien va a montonería iban a cazar indios a la Trinidad, y los llevaban y vendían
contra todos derechos, lo cual le ha acarreado grandísimo odio de los que solían tener
grande aprovechamiento en el dicho robo. Por eso como a hombre preso y cautivo han
esparcido y enviado relaciones de como se perdió, culpándole mucho en ello debajo de un
fingido dolor lleno de oculto vituperio y calumnia, gozando de esta ocasión para vengarse de
quien les estorbaba sus inhumanas y crueles ganancias, en las cuales relaciones se debe
considerar una cosa, y es que los que las hicieron o no se hallaron presentes, dicen lo que
que no saben ni vieron, o sí se hallaron con el Qobernador Antonio de Berrío cuando se
perdió, fueron de los que huyeron y le desampararon y dejaron solo.
Así la culpa que ellos tienen de haber infamemente huido y desamparado su caudillo
pretenden inculparla cargándosela a él, porque los soldados que de antes estaban ausentes
no pudieron contar lo que no vieron, Y esto es cosa clara, pues veinte y cuatro soldados que
no huyeron y quedaron con él todos fueron muertos.
El que guardare un oído para escuchar al gobernador cuando Dios fuere servido darle
libertad o para oírlo que dirá el tiempo que es el descubridor de las verdades, hallará que no
es justo dar por culpado al que no puede defenderse.
Cuanto más se podría preguntar qué había de hacer un hombre de setenta años con veinte y
cuatro hombres, adonde no había suerte, ni municiones, ni artillería, ni caballo, ni
bastimentos, estando tres leguas de la marina sin nueva sospecha ni género de conjetura
que hubiese de ir allí el enemigo, mayormente que los que envió a reconocer como confiesan
los mismos que huyeron , no guardaron la orden que les había dado, porque poco vale la
prudencia y valor del caudillo, donde todos sus soldados parte huyen y parte no obedecen.
Domingo de Vera Ibargoyen [c. 1595]
Antonio de Berrío fue a poblar la isla de Trinidad por fin del año de noventa y uno y llevó
consigo veinte y ocho hombres y después le fueron cincuenta y dos, con [los] que pobló un
lugar llamado San José junto al río Caroní, tres leguas del puerto que llaman de España, la
tierra adentro donde tomó su asiento un indio cacique llamado Quana Quanare, que era el
más principal de aquella tierra.
El asiento es el mejor que se pudo hallar en la isla porque el río arriba pueden ir las piraguas
hasta media legua del >lo, y este indio Quana Quanare se recogió con su ite a otra parte de
la isla. El dicho Antonio de Berrío, la gente, se estuvieron tiempo de cuatro años en el
lugar, en el cual se hicieron tres casas e iglesia mayor romvento de San Francisco, y estando
así poblados, llegó I dicho puerto de España el con remitor Quatarral Capitán de las Quardias
de la de Inglaterra, a cuatro de abril del año pasado noventa y cinco con tres navios de buen
porte y bien los, con siete lanchas y trescientos hombres poco o menos.
Toda aquella parte de América situada al Este, desde Cumaná hasta el río San Agustín en
Brasil, tiene una extensión a lo largo de la costa de 2.100 millas en cuyo ámbito no hay
españoles7 ni portugueses, ni otros cristianos, sino sólo caribes, indios y salvajes. Es lugar
donde abundan el oro, las perlas y las piedras preciosas
Vino aviso a ella de la isla de Trinidad, como sobre la dicha isla había venido una gruesa
armada inglesa, que era general de ella Níco Quatarral y que había preso a Antonio de
Berrío, Qobernador de la dicha isla y a muchos soldados que allí tenía, quemado la ciudad
de San José de Oruña que allí estaba poblado por el Rey Nuestro Señor y que había de venir
a tomar esta dicha ciudad y toda esta costa de tierra firme hasta Santa Marta. Que había
maniatado los dichos veinte y tres soldados y muertolos a puñaladas en la dicha ciudad de
San José de Oruña. Por el dicho aviso, la granjeria de las perlas dejó de pescar y esta dicha
ciudad se puso en armas. Después de algunos días apareció el dicho inglés con cuatro naos
gruesas y muchas lanchas y en el puerto de esta ciudad que llaman el Varadero, a los veinte
y tres de junio, echó doscientos y diez hombres en tierra muy bien armados con mosquetes,
coseletes y picas y vino marchando la vuelta de la ciudad y acometió un alto donde estaban
algunos vecinos de esta dicha ciudad y aunque con pérdida de algunos ingleses lo ganó.
Habiendo ya los dichos ingleses ganado parte de la dicha ciudad, los vecinos de esta dicha
ciudad y el dicho Qobernador Francisco de Vides, pelearon tan valerosamente que los
hicieron bajar por donde había subido y retirar, y en la retirada les mataron ochenta hombres
sin otros que fueron heridos, y los que quedaron los hicieron embarcar a nado, perdiendo los
dichos ingleses todas las armas con que habían saltado en tierra, el atambor y otros
despojos. Entre los dichos ingleses mataron al que venía por cabo y otros dos capitanes y
otros personajes, y por la gente que les mataron por no tener gente que llevar en sus naos,
dejaron en esta dicha ciudad uno de los navios gruesos que llevaban y por no quedar en
poder para echar gente en tierra en las demás ciudades de la costa de tierra firme, no fue por
la dicha costa sino desde el puerto de esta dicha ciudad, se fue a Inglaterra lo cual pareció
por la derrota que se vio
Simon de Bolivar
Dos años hace que llegué a esta isla [de] Margarita en cumplimiento de las comisiones que
Su Majestad me dio para tomar las cuentas de su Real Hacienda, y el ingeniero fianza para
sacar perlas con el nuevo ingenio que inventó, y siempre he escrito a Vuestra Majestad del
estado en que tenía los negocios de mi cargo y, particularmente, como el ingenio [que el]
francés inventó no valía cosa ninguna, porque realmente no era ingenio, ni se podía dar este
nombre, sino una red de tomar pescado, y habiendo hecho muchas diligencias, visto que no
era de ningún aprovecho, lo envié España hace más de diez [y] ocho meses, y envié al
Consejo los recaudos y testimonio de todo lo que se hizo, y a él le mandé que se presentase
ante aquellos señores y sin duda no lo debió de hacer, pues he visto una carta de Vuestra
Majestad, escrita al Capitán Pedro de Salazar, Qobernador de esta isla, en la cual le hace
Vuestra Majestad mención de este ingeniero, Y así he querido dar cuenta a Vuestra Majestad
de este negocio como a quien trabajó en el despacho de él como Vuestra Merced.
Cuando llegué a esta isla los oficiales reales de ella se quedaron en la ciudad de Santo
Domingo, % adonde los habían llevado por mandado del gobernador de esta isla, por cosas
tocantes a sus oficios y del mal gobierno que en ellos tuvieron. Habrá cinco meses que la
Audiencia "de aquella ciudad me los envió presos por muchas deudas y pleitos que allí
tenían. Y si de ese Consejo no les enviaran la Cédula que les enviaron, para que sin
embargo me los enviasen, hoy no hubieran venido. Yo les tengo hecho cargo de todo lo que
ha sido a cuenta de ellos desde el año de ochenta porque les tomo la cuenta de quince años,
y será Dios servido que se acaben en otros seis meses para que les pueda enviar en la flota
de tierra firme, con todo lo cual Su Majestad tuviere en esta isla, e irán las cuentas
razonables y que se puedan entender^ y porque he procurado, de hacerlas de manera que
los que me fiaron y acreditaron en el Consejo puedan volver por mí haciéndome merced.
Este año ha habido por acá bien en que entender, con tantos enemigos que han pasado por
esta isla, aunque no han osado saltar en tierra, y si saltaran llevaran su pago por estar este
pueblo tan apercibido y en tanta defensa por mano del Capitán Pedro de Salazar,
Qobernador de ella, cuya elección para estos tiempos sin duda debía de ser del cielo porque
en cinco meses que hace que llegó a esta isla ha hecho tantas prevenciones que otro en dos
años no las hiciera. Ahora, últimamente, para echar el sello está cercando el pueblo de una
cerca y muralla por la parte frontera de la mar, por donde los enemigos podían venir, demás
de tener todo el pueblo y caminos trincherados, con tanta guarda y custodia como sí
estuviera en mí llano. Habiendo hecho un fuerte y fortaleza en el puerto más principal de esta
isla que se llama Mampatare, asistiendo personalmente sin perder punto de noche y de día,
Y yo, de mí parte, le he querido ayudar encargándome de aceptar la plaza de su Teniente
Qeneral para que no se embarcase en negocios de papeles y pleitos, de quien él es tan
enemigo.
De esta manera ha puesto las cosas de esta isla bien diferentes que en los demás pueblos
cercanos. En estas obras y fortificaciones habrá gastado como cuatro mil pesos donde
entran pólvora y municiones, que se han sacado de la Caja Real, en virtud de una Cédula
Real que esta isla tiene por agitar en cosas necesarias con acuerdo y parecer del
gobernador, cabildo y oficiales reales.
Y si los vecinos no hubieran ayudado de su parte en dar peones y otras cosas necesarias,
costara más de diez mil pesos de más, de los cuales se le han prestado debajo de fianzas,
otros mil y quinientos pesos de la Caja Real para la cerca y muralla que ahora está haciendo,
con cargo de que no trajo aprobación de Su Majestad, los volverá. Todas estas comodidades
se le han hecho por la extrema necesidad que este pueblo tenía por el tiempo en que está, y
por ver que los enemigos tomaron la isla de la Trinidad donde prendieron al Capitán Antonio
de Berrio y pasaron a cuchillo a veinte y tantos soldados que debajo de su palabra se dieron.
El Capitán Quatarra que tomó la isla de la Trinidad y prendió a Antonio de Berrío, dicen que
es el Capitán de la Quardia de la Reina. Tuvo noticia de un río que el Antonio de Berrío
descubrió que baja del Reino y viene a dar junto a la Trinidad que se llama Orinoco, que
plugo a Dios que no se hubiera descubierto según las inquietudes que promete ha de dar,
porque en ocho días vienen del Reino por este río abajo a dar a la Trinidad.
Este corsario envió desde la Trinidad cien hombres en una media galera que hizo, y se
metieron cinco o seis jornadas donde tuvieron grandes cosas con los indios e hicieron
grandes amistades, y les dieron mucho metal de todo lo cual envío a Vuestra Majestad
relación por sí, que va con ésta, que es negocio de mucha importancia. Es [noticia] que [los
ingleses] van con designio de poblar el año que viene a la boca de este río y subir por él, que
sí así fuese, sería de grandísimo daño especialmente para esta isla por tenerle tan cerca.
Vuestra Merced lo vea, y trate este negocio con Su Majestad y con esos señores y que se
provea del remedio con tiempo que aproveche, considerando los daños que de esto pueden
resultar.
Varios vascos participan en los intentos de fundación de 1526 y 1528: Pedro de Alegría
(teniente de gobernador) y Martín López, entre otros. En 1567 Diego de Losada funda
Santiago de León de Caracas. Le acompañan Diego Henares de Lezama, baracaldarra,
autor del trazado de la ciudad y contador real, Sancho del Villar, oñatiarra, miembro del
primer cabildo y de los siguientes, alcalde en 1590 y alférez general del mismo, Francisco de
Agorreta, Francisco Maldonado de Armendáriz, Juan de Amézaga, etc. A comienzos del siglo
XVI se hallan en la zona los vascos Domingo de Zubizarreta, Sancho de Lizaur, Juan López
de Arrichulueta (veedor de Cubagua y de la costa de las Perlas), Martín de Ochandiano
(tesorero real) y fray Antonio de Bilbao (prior del convento franciscano de Nueva Cádiz de
Cubagua en 1531). El vizcaíno Bono de Quexo explora por primera vez la isla de Trinidad
(1515). Por entonces se conoce el paso por la zona de los capitanes Hernando de Beteta e
Iñigo de Basconia. El capitán Basconia toma parte en la expedición del alemán Ambrosio
Ehinger al lago de Maracaibo (1529 y 1533). Otro capitán, Gonzalo Martel de Ayala, toma
parte en 1538 en la expedición de Georg von Spira hacia San Juan de los Llanos. En 1540
Martín de Arteaga y Sebastián de Amescua, capitanes, participan en la expedición de Felipe
von Hutten al mítico El Dorado.
La marca que establecieron nuestros compatriotas en la región del Plata —que por algo fue
de antiguo llamada la Nueva VÍzcaya— con la fundación de las tres capitales: Buenos Aires,
Asunción y Montevideo por Garay, Irala y Zabala respectivamente, no la igualaron
ciertamente por estas latitudes. Pero el espíritu aventurero de la vieja estirpe no dejó de estar
presente, en más o en menos, también aquí. Y cuando aquel 25 de julio de 1567, fecha hoy
oficialmente aceptada, el capitán Diego de Losada procedió a la fundación de la ciudad ahora
cuatri-centenaría, entre los ciento treinta y seis hombres que con él entraron al valle de los
Caracas y poblaron Santiago de León, podemos contar seis vascos: Francisco Agorreta,
Alonso Andrea de Ledesma, su hermano Tomé de Ledesma, Francisco Maldonado de
Armendáriz, Diego Henares Lezama y Sancho del Villar.
Pocos, ciertamente, pero no de tan poca significación si tenemos en cuenta que entre ellos
están el hombre que trazó el plano de la nueva urbe, el que fue regidor en su primer cabildo y
ocupó ese puesto y el de alcalde en otras ocasiones, aquel que en memorable ocasión la
defendió, y quien, finalmente, además de otros títulos, puede ostentar el de ser uno de los
antecesores del Libertador. Daremos aquí, brevemente y de acuerdo a las más antiguas
fuentes documentales, noticias biográficas de ellos. Diego de Henares Lezama "... reputado
por biscaí-no Hijodalgo notorio. fue según de él, entre otras cosas, escribe el antiguo cronista
de Indias Vasquez de Espinosa: uno de los soldados de más consideración que leuaba en su
campo el General Diego de Losada. .Fue noble, natural de Varacal-do en Vizcaya, de la casa
de Lezama en Irauregui, una de las más antiguas y nobles de aquel Seño río. . ."|2) y "... y por
ser persona de suerte y calidad traza balor y entendimiento le remitió y encomendó el dho.
cappan. diego de Losada trassase y níbelase esta ciud- de lo qual abiendose encargado la
trasso níbelo e señalo plaga calles e solares de la manera y en el estado que oy esta.
Fue, pues, este vasco el hombre que diseñó la primitiva urbe caraqueña y en este orden de
servicios recibió también de Losada el encargo de medir las tierras y vegas del río y sus
contornos, para la repartición que de ellas se hizo entre los pobladores, el 8 de abril de 1568,
y dos décadas más tarde, pues nuestro agrimensor "tubo casa poblada ea esta ciud. mas
tiempo de beínte y tres años", fue designado por el Gobernador Diego de Osorio para que
midiera y delineara "las tierras deste baile abajo y arriba para las componer''/ 41 en
cumplimiento de las órdenes superiores recibidas, cosa que nuestro compatriota realizó a
satisfacción del Gobernador y de las partes interesadas. Es decir, que Diego de Henares
resulta una de las figuras más inreresantes no sólo entre los fundadores, sino también entre
los que contribuyeron a consolidar y dar fisonomía a la recién fundada ciudad.
Y no se agotaron en ese campo sus actividades, pues al mismo tiempo que tuvo una brillante
actuación en el ejercicio de las armas en diversas ocasiones, como en el fracasado intento
de los Mariches de sorprender y aniquilar a Caracas, descolló en casi todos los cargos ne la
administración civil que ocupó, hasta el de Contador de la Real Hacienda; no es de extrañar
que pudiera haber sido considerado como "uno de los buenos republicanos que abia en esta
ciud. procurando siempre su paz e quietud"/ 5' Al proceder a la fundación de Caracas, Losada
"hechas las diligencias que en semejantes acros se acostumbran, señalando sitio para la
iglesia, y repartidos solares a los vecinos [es decir en base al trabajo de
Henares Lezama] nombró por Rejidores a Lope de Benavides, Bartolomé de Almao, Martin
Fernandez de Antequera y Sancho del Villar, que juntos en Cabildo, elijieron por primeros
Alcaldes a Gonzalo de Osorio, sobrino de Losada y a Francisco Infante
Aquí tenemos, pues, en el primer cabildo de Caracas, año 156?, a Sancho del Villar, a quien
varias veces se le llama "vizcaíno", según el uso de la época, pero que propiamente debió de
ser guipuzcoano, del linaje de los Villar de Oñate. Fue, según Oviedo y Baños, "soldado
experimentado y de valor" y se distinguió en muchas acciones de guerra entre las cuales es
muy conocida la de la campaña que acabó con el heroico jefe de los indios Teques, el
cacique Guai-caípuro. Se le ve como regidor en otros cabildos —1573, 1581, 1589— y en
1590 es nombrado Alcalde y Alférez general de Caracas, donde sabemos que seguía
residiendo por los años de 1589 y 1590. Como fundador, pues, como cabildante tantas veces
y como vecino de tantos años, parece que no puede fácilmente desestimarse su testimonio,
que consta en el acta del cabildo de 14 de abril de 1590 cuando dice:
"Ha veinticuatro años que esta ciudad se fundó. . ."" lo que retrotraería a 1566 la fecha de la
fundación.
La nueva ciudad no sólo tuvo que luchar contra las acechanzas de los indios, quienes no
podían ver coc buenos ojos aquella invasión de su territorio secularmente poseído. Otros
enemigos la pusieron en peligro en sus primeros años. En el de 1594 una voraz plaga de
gusanos redujo a cenizas los sembrados, y en 1595 el peligro fue más directo sobre la
población. Se trataba del corsario inglés Amias Preston, que habiendo recalado en el puerto
de Guaicamacuto. "me-dia legua a barlovento del de la Guaira", entró por tierra al saqueo de
la ciudad que quedó desamparada "por haber ocurrido los más de los vecinos con los
alcaldes al camino real de la marina para defender la entrada pensando que el enemigo
intentase su marcha por allí". Y entonces... pero dejemos la palabra. una vez más, a Oviedo
y Baños: "Sólo Alonso Andrea de Ledesrna, aunque de edad crecida, teniendo menoscabo
de su reputación el volver la espalda
AGUÍRRE, Tomás de
Nombrado Procurador General de Caracas en
reunión de Cabildo dei año 1590.
Actas del Cabildo de Caracas. Tomo I, anos
1573-1600.
AGUÍRRE, Tomás de
Escribano de Gobernación el año 1585. Registro Principal Caracas. Tierras. Tomo
1639-40. T-G. folio 30.
ARRIAGA, Antonio
Otorga poder en mayo o junio de 1598. Millares Cario, Agustín: "Protocolos del siglo XVI",
pág. 188.
ARRIAGA, Martín de
Piloto estante en Caracas. 27 de noviembre 1595. Muy citado en documentos
posteriores. Millares Cario, Agustín: "Protocolos. . .''
ARRIAGA, Pedro de
Residente en Caracas. 31 de marzo de 1598. Millares Cario, Agustín: "Protocolos. . ." pág.
179-
ARRUPE, Felipe de
Otorga poder. 13 de abril de 1599.
Pinto C. Manuel: "Los primeros vecinos de
Caracas", pág. 46.
ARTEAGA, Martín de Clérigo diácono.
Actas de Cabildo. Tomo I. 1 de octubre de 1593-
ARTEAGA, Juan de
Maestro de escuela, en 1592.
Gil Fortoul: "Historia. . ." I, pág. 112.
ASPE, Francisco de
Recibe Poder de Pedro Gutiérrez de Lugo, tutor de los hijos menores de Simón de Bolívar.
Millares Cario, A.: "Protocolos..." pág. 253-
AVENDAÑO, Prudencio de
Recibe poder general de Juan Trigón, 22-1-
1598.
Millares Cario, A.: "Protocolos..." pág. 1/4.
AYARDE, Juan de
Nombrado Teniente y Alcaide de la Cárcel de
Caracas el 16 de febrero de 1600.
Millares Cario, A.: "Protocolos. . ." pág. 22;-
BASAURl, Simón de
Maestro de escuela. Otorgí poder a Francisco del Villar el 26 de abril de 1595.
BENGOECHEA, Sebastián
Residente en Caracas y señor y maestre del navío "San Pedro", el 3 de mayo de 1599.
Millares Cario, A.: "Protocolos..." pág. 209.
BOLÍVAR, Simón de
Regidor en 1590. Alguacil Mayor en 1591. Regidor Perpetuo en 1593. Actas del Cabildo.
Tomo I, años 1573-1600.
BOLÍVAR, Simón de, (hijo)
Cura y Vicario de la Iglesia de Caracas, 30-VII-
1600.
Millares Cario, A.: "Protocolos. . ." pág. 252-
253-
ECHAVARRIA, Juan de
"Avaliador de perlas" en 1595. Alcalde de Hermandad en 1597- Fiel Ejecutor en 1599. Actas
del Cabildo de Caracas. Tomo I, años 1573-1600.
EMASABEL, Bartolomé de
Se le nombra en el Cabildo del año 1592, al que pide se le admita como vecino. Regidor
Perpetuo en 1594. Actas del Cabildo, Tomo I, años 1573 a 1600.
GAMARRA, Luis de
Recibe poder para cobro de pesos el 24-111-
1599.
Millares Cario, A.: "Protocolos...'' pág. 202.
GUEVARA, Diego
Construye una casa en Caracas, según contrato
de mayo o junio de 1598.
Millares Cario, A.: "Protocolos. .." págs. 188-
189.
GUEVARA, Juan de
Confiere poder a Andrés de Sotornayor para
toda clase de pleitos el 2-III-1ÓOO.
Millares Cario, A.: "Protocolos. .." pág. 233.
HENARES, Diego de
Alcalde en Cabildo de 1578.
Actas de! Cabildo de Caracas, Tomo I, años
1573-1600.
IBARRA, Juan de
Se le cita como "vecino de esta ciudad" en el
Cabildo del 4 de julio de 1594.
Actas del Cabildo de Caracas, Tomo I, años
1573-1600.
Depositario Genersl de la Provincia de Caracas,
27 de noviembre de 1595.
Millares Cario, A.: "Protocolos..." pág. 143.
IBAIBARRIAGA, Juan de
Recibe poder para cobro de pesos el 22-11-
1600.
Millares Cario, A.: "Protocolos..." pág. 231.
LEDESMA, Alonso Andrea de
Regidor de Caracas en 1574, 1578, 1580, 1581,
1589 y 1594. Fiel Ejecutor en 1591.
Actas del Cabildo de Caracas, Tomo I, años
1573-1600.
LEGUIZAMON, Diego de
" . está en esta ciudad por juez de lo que toca a livertá de los yndíos". Año 1590, enero 5.
Actcs del Cabildo de Caracas, Tomo I, años 1573-1600, pág. 115.
MALLEA, Antonio Pérez de
Comerciante en Caracas. 18 de agosto de 1599. Millares Cario, A.: "Protocolos../' pág. 219.
OROZCO, Martín de
Recibe, conjuntamente con el capitán Garci González de Silva, poder de Juan de Ibarra,
depositario general de la Provincia para que "puedan administrar y benefísiar quinientas
teses bacunas en la Provincia de Cumaná" el 26 de febrero de 1597
Millares Cario, A.: "Protocolos. . " págs. 150-151.
OZAETA, Martín de
Recibe poder general de Lázaro Vázquez el 28
de junio de 1600.
Millares Cario, A.: "Protocolos. . ." pág. 249.
SARRIA, Juan
Recibe poder de Simón de Bolívar para cobranzas. Año 1595.
Pinto C. Manuel: "Los primeros vecinos de Caracas" pág. 4.
URIA, Alonso de
Alguacil Mayor de Caracas en 1579.
Actas del Cabildo de Caracas, Tomo I, años
1573-1600.
URQUETA, Sancho de
Encargado por el Cabildo en misión de vigilancia de "los caminos que de la mar vienen a
esta ciudad".
Actas del Cabildo de Caracas, Tomo I, años 1573-1600, págs. 506-507.
URQUIZA, Sancho de
Recibe poder general de Hernán García el
18-1-1598.
Millares Cario, A.: "Protocolos. . ." pág. 173.
VERGARA, Juan de
Celebra contrato con el albañil Francisco Bení-tez para que éste le construya unas casas en
esta ciudad el 9 de junio de 1597. Millares Cario, A.: "Protocolos..." pág. 160.
VILLAR, Francisco de
Recibe poder de Simón de Basauti para el cobro de cantidades el 26 de abril de 1595.
Millares Cario, A.: "Protocolos..." pág. 127.
VILLAR, Sancho del
Regidor de Caracas en 1567, en 1573, en 1581
y 1589. Nombrado Alcalde y Alférez General
de Caracas en Cabildo de 1590.
Actas del Cabildo de Caracas, Tomo I, años
1573-1600.
ZABALA, Antón de
Recibe poder de Onofre Carrasquel para generalidades el 22 de octubre de 1598. Pinto C.
Manuel: "Los primeros vecinos de Caracas", pág. 40.
ZABALA, Martín de
Otorga poder pira cobros a favor de Marcos
Hernández el 25-VIII-1595.
Millares Cario, A.: "Protocolos. . ." pág. 139.
ZUAZO, Sancho de
Otorga poder general a favor de Martín de Salaeta, vecino de Santo Domingo el 14 de
mayo de 1597-Mulares Cario, A.: "Protocolos..." pág. 155.
CAPITULO - 5
Cuando se le lee, se ve que es él un autor bien documentado y con buen criterio, en líneas
generales. De ahí que no ignorase que la presencia vasca en su patria venezolana no databa
de sólo la presencia de los Bolívar, o -más de uno habría caído en este error- a partir de la
llegada de la Compañía Guipuzcoana y su precursor Pedro José de Olavarriaga en el
fecundo y tardío siglo XVIII, cuando con ella marineros y batallones de soldados vascos
arribaban a estas costas del Caribe para luchar, junto con los soldados venezolanos, en de-
fensa de esas mismas costas contra las incursiones inglesas, francesas y holandesas. Hay,
pues, una presencia vasca anterior, o -si se quiere- muy anterior.
puede afirmarse, teniendo en cuenta las últimas investigaciones desde 1495 a 1519, que
Álava, Guipúzcoa, Navarra y Vizcaya*11, enviaban 233 inmigrantes en aquel primer momento.
Son vascos llegados desde luego a las costas venezolanas, pero también al actual Puerto
Rico, Santo Domingo y Panamá... mucho antes, por lo tanto, del contingente, por ejemplo, de
la Guipuzcoana.
de Vizcaya, cita a seis con el apellido Arteaga. dos , el de Baracaldo, nuevamente seis con el
de Orduña. con el de Zamudio, dos que llevan el de Orozco, mientras q doce se nos
presentan con el gentilicio Vizcaíno, si bien este último caso sospecho que el prof. Boyd-
Bowman -a] i que otros autores- desconoce el hecho de cómo por entonce*. y aun después,
«vizcaíno» equivalía, la gran mayoría de hft veces, a lo que en tiempos actuales llamaríamos
«vascófooo», o euskaldun. Si así fuera, no todos los que él registra con d apellido Vizcaíno
procederían propiamente de Bizkaia SJB» de cualquier zona vascófona, mucho más extensa
por enioB-ees que en nuestro siglo XX.
Entre los alaveses figura un Chaverri que por su variaar oriental -verri podría ser más bien
guipuzcoano, navarro o. incluso, laburdino. Lope de Zaratia sería el equivalente al ac tual
alavés, muy clásico, Zarate... Mientras que Alegría, Anda. Araya, Arriano, Gurendez(-iz), y
otros bien conocidos coao de Araba, curiosamente son citados sin el patronímico. Aparece el
famoso explorador Pascual de Andagoya, nativo dd valle de Koartango, junto con el no
menos conocido Pedraii». Hay un Lope Gogor de Elguea (gogor «duro»...), y un dipuo-do de
primera hora Beltrán de Guevara, más otro encomendero Sebastián de Guevara, un tal
Sancho de Arriaga, nativo dd valle de Gobía, más otros varios del vecino Salinas de Anana.
Como de Gasteiz están: Juan de Arana, Pero de Maturana. Bernaldino de Vitoria, Pero de
Vitoria, un (sin nombre) Martínez de Aberasturi, Lorenzo de Zozo (es decir, Zuazo). Y de la
misma llamada Mateo Saez de Zalduondo, más otros tres individuos con el apellido Zurbano.
Los guipuzcoanos, esecialmente variados, proceden de poblaciones tan renombradas como
Azkoitia, Azpeitia. Berástegi, Deba, Ondarribia, Gabina, Cetaria, Ernani. Legazpia, Arrásate,
Motriku, Olaso, Oñati, Leníz, Rentería. del mismo Donostia, y de Segura, Tolosa, Bergara,
Ordizia...
Por error incluye el investipador Body-Bowman entre los guipuzcoanos a un individuo de
Erigoitia, que es Bizkaia.
Además Guipúzcoa es el apellido de cinco sujetos, mientras que Santa Clara, con alusión a
la isla de la Concha, figura como otro apellido, hoy -lo mismo que Guipúzcoa- casi desconoci-
do o extinguido. Curiosamente el de Salazar, típico de la zona vasco-occidental, se presenta
como el de un vecino de Segura llegado a las Antillas en la misma época «antillana», Helusa
consta como procedente de Oñati, pero habría que pensar se trate de una Elosua por falsa
transcripción. Isasaga, venido de Ordizia, ocupará el cargo de teniente-alcalde de Cumaná,
extendiéndose luego ese apellido toponímico por Venezuela y Colombia con notable
profusión. El más repetido viene a serVergara, hasta catorce veces. No deja de llamar la
atención el antro-pónimo (nombre de persona) Estíbariz (de Oyardi), venido de Bergara,
nombre que venía conociéndose como de pila desde la baja edad media continuándose
hasta el siglo XVIII, y hoy rehabilitado por todo el ámbito vasco.
Aunque no faltan, son pocos los navarros que constan como venidos al nuevo mundo, recién
descubierto; en concreto Martín Duran Navarro, de Lizarra, que luego interviene en la
conquista de México. Miguel de Gorraiz, también de Lizarra; Julián de Miranda de Arga con
un convecino suyo. Luis de San Esteba, de Azkoien, al parecer mercader; Juan Navarro, de
Sangotza, mientras que Iñigo López de Zúñiga, trinchante, Angelo Navarro y Juan Navarro,
no especifican el lugar de su nacimiento.
Como tampoco se hace constar el pueblo natal ni la zona de origen de los criados Díaz,
Urrizar, de los encomenderos Ezquerra (dos con ese mismo apellido), Gambara, Ibarra,
Eguizabal, de escribanos como Ibañez de Ibarra, Landa; grumetes como Enderiaza,
Irumigarro; mercaderes como Aróstegui o los pilotos Gambara y Urreta; los procuradores
Olando; los de oficios varios Aguirre, Garay, Monquecho, Barrenechea, Ochoa, Ochoa de
Verazu, Ligarte, Uríbarri, y ese apellido oscuro, pero repetido entre aquellos vizcaínos,
Vendebal
Todavía el referido autor, hacia el final de su interesante libro, presenta, un Apéndice con los
resultados de su investigación en una relación inédita de 234 expedicionarios de aquellos
mares del mundo de los cuales 30 son de claro origen vasco, en igual número que los
portugueses.
Si tenemos en cuenta las otras regiones vascas de Laburdi, Benabarra y Zuberoa, hubiera
sido de esperar el acto de presencia de algún representante de las mismas, máxime teniendo
en cuenta los marineros de la costa además de los comerciantes y artesanos. Pero no es
posible descubrirlos ni bajo la denominación de «franceses»... Sí aparecen, en cambio, gen -
tes de zonas adyacentes de Bizkaia como Castro Urdíales y el valle de Mena, relacionadas
habitualmente desde antiguo con ella e incluso -caso del primero- integrado en algún
momento de la historia en el Señorío.
Pero para el que haya examinado las obras de Vicente de Amézaga (hoy agotadas) El
elemeno Vasco en el Siglo XVIII Venezolano (Caracas, 1966), y Hombres de la Compañía
Guipuzcoana (Caracas, 1967), le será fácil comprobar que, para esas épocas posteriores, lo
publicado por él es prácticamente definitivo, y que muchos de los apellidos toponímicos allí
recogidos no sólo son conocidos en la Venezuela actual, sino que algunos de ellos -como
Anzoátegui, Aramendi, Arguindegui, Arismendi, Ibarra, Iribarren, Lecumberri, Urdaneta,
Uztariz, etc., que resalta Arístides Rojas, en cuanto compañeros de Bolívar, en su obra
Orígenes Venezolanos (Caracas, 1891)- han permanecido como emblemáticos en la historia
de Venezuela
CAPITULO - 6
Los siglos XVI y XVII coloniales, lo que es hoy Venezuela había tenido escaso relieve
histórico y económico. La comparación con las regiones americanas del Pacífico: México, el
Perú, Potosí, etc. nos lleva a la conclusión de que esta porción de Tierra Firme, una vez
terminado el período de la conquista, no había encontrado el rumbo que lo encaminara a su
propio desarrollo y a la definición de una estructura individualizada. Con tales caracteres se
inician los primeros años del 1700.
En cambio, a fines del mismo siglo XVIII, nos ofrece el país una fisonomía radicalmente
distinta, de la que es índice una brillante pléyade de personalidades de primer orden que
surgen al finalizar la centuria y se disponen a ser los protagonistas de la obra de la
Emancipación Continental. Algunos nombres: Miranda (n. 1750), Bello (n. 1781), Simón
Rodríguez (n. 1771), Bolívar (n. 1783), Roscio (n. 1763), José Luis Ramos (n- 1783),
Cristóbal Mendoza (n. 1772), Francisco Espejo (n. 1758), Fernando Peñalver (n. 1765),
Manuel Palacio Fajardo (n. 1784), José Rafael Revenga (n. 1786), Pedro Gual (n. 1783), el
Padre Maya (n. 1752), Miguel José Sanz (n. 1754), Mariano de Talavera (n. 1777), Manuel
García de Sena (n. 1775), etc. Creo que esta relación parcial y mínima es bastante elocuente
para poder afirmar que en Venezuela se había vivido un proceso de perfeccionamiento, una
evolución perfectiva, en el transcurso del siglo XVIII para que en su extremo postrero encon-
tremos una ciudadanía de tan excepcional calidad humana.
Por otra parte, a fines del XVIII hallamos un conjunto de disposiciones promulgadas por la
Monarquía española respecto a la ordenación política, económica, administrativa y
eclesiástica acordadas para el buen régimen e integración del territorio de lo que es
Venezuela en nuestros días, que hasta esta época había estado sometido a diversas y
complejas jurisdicciones, casi como apéndice geográfico a entidades políticas de mayor
significación. Veamos tales resoluciones:
Sin embargo que en está parte veo recompensadas mis fatigas 7 y que el comercio cada día
se fomenta, los frutos se multiplican y el erario crece, conozco que son inadecuadas las luces
de un.hombre solo para atender a los muchos artículos de que constan estos dos
importantes ramos [agricultura y comercio], los cuales exigen un cuerpo personalmente
interesado en su adelantamiento. . .
Reflexionando estos puntos me vino a la imaginación que estas Provincias, así por su estado
-presente como por los vastos lejos que se descubren para lo venidero, no desmerecían un
Consulado. . .
la Bula del Papa, fechada a 24 de noviembre de 1803, poi la cual se hizo la erección
canónica del Arzobispado de Caracas, y sometidos como Sufragáneos los obispados de
Mérida y Guayana, o sea que su jurisdicción abarcaba a todo el territorio que en lo temporal
estaba sujeto a la Intendencia, a la Capitanía General y a la Audiencia. 8
Por tanto, lógicamente, se han interpretado como base de la nación y el Estado venezolanos.
Ha sido tema de exaltación por parte de notables historiadores una u otra ins-titución corno
punto de partida de la vida política independiente. Por ejemplo, para Mario Bríceño Iragorry,
"la Cédula real de 1777, que permitió al Gobernador y Capitán General de Caracas, dictar
órdenes que se cumplían uniformes desde el Roraima hasta Río de Oro" constituye el
momento en que "se echaron los cimientos político-geográficos del gran hogar venezolano y
de entonces arranca el proceso formativo de nuestro país como nacionalidad determinada en
el conjunto universal de los pueblos civilizados". 9 Han surgido discrepancias muy respetables
sobre esta interpretación.
No son, sin embargo, las divergencias de opinión lo que motiva esta nota.
Estimo que el conjunto de disposiciones que atañen a Venezuela, desde la creación de la
Intendencia de Caracas en 1776 hasta la erección del Arzobispado de Caracas en 1803
pueden orientar el estudio de la transformación acaecida en Venezuela a lo largo del siglo
XVIII. Realmente las resoluciones oficiales de ordenación administrativa y política son
generalmente consagratorias de un estado de hecho, más que causa de una evolución
posterior. Es decir, son resultados, normas que reconocen la transformación habida en un
país, consagran algo que la vida y los hechos han demostrado o hecho ver al buen
observador político, al estadista que sabe percibir con mayor exactitud que los demás, la
fuerza de un cambio o de un estado real.
Creo que una investigación sistemática y orgánica del siglo XVIII venezolano, teniendo como
norte esta finalidad, habría de dar una excelente disquisición histórica.
Pienso en el análisis metódico de unos cuantos temas, que sin carácter limitativo de ninguna
clase, consigno a continuación:
El desarrollo a fondo de estos puntos y otros más, podría dar una visión más clara y acaso
satisfactoria del problema que plantea el siglo XVIII venezolano.
A Deseo aducir un documento, a mi juicio, de gran significación. Es una cita del Resumen de
la Historia de Venezuela, de Andrés Bello.12 El texto de este escrito primerizo del gran
humanista fue elaborado a fines de 1809 o a primeros de 1810, en todo caso antes del
movimiento político del 19 de abril. Más de la mitad del Resumen es síntesis de fuentes de
cronistas, como es bien sabido (Oviedo y Baños, principalmente), pero la porción relativa al
siglo XVIII es de redacción original de Bello, basada con seguridad en sus propias
observaciones y pesquisas, o en informaciones suministradas directamente por compatriotas
de avanzada edad o recogidas de la tradición oral, por lo aue tiene a nuestros ojos mayor
valor que los relatos y descripciones debidos a terceros.
En esta parte original de Bello, está el juicio sobre la acción de la Compañía Guipuzcoana en
Venezuela, que nos ofrece un cuadro vivo de los cambios operados en el campo y en
algunas ciudades, testimonio profundamente humano y orientador en la investigación que
preconizarnos. Esta página de Bello es la explicación de los vastos lejos, que Don Francisco
de Saavedra comunicaba en 1785 al Consejo de Indias.
He aquí las palabras de Bello:
Por una de aquellas combinaciones políticas más dignas de admiración que fáciles de
explicar, se vio la Provincia de Venezuela, constituida en [un] nuevo monopolio tan útil en su
institución, como ruinoso en sus abusos, a favor del cual empezó a salir de la infancia su
agricultura, y el país conducido por la mano de una compañía mercantil, empezó a dar los
primeros pasos hacia su adelantamiento: la metrópoli recobró un ramo de comercio que se
había sustraído injustamente de su autoridad: y Puerto Cabello se elevó al rango de una de
las primeras plazas, y del más respetable Puerto de la Costa firme.
La Compañía Guipuzcoana a la que tal vez podrían atribuirse los progresos y los obstáculos
que han alternado en la regeneración política de Venezuela, fue el acto rnás memorable del
reinado de Felipe V, en la América. Sean cuales fuesen los abusos que sancionaron la
opinión del país contra este establecimiento, no podrá negarse nunca que él fue el que dio
impulso a la máquina que planteó la conquista, y organizó el celo evangélico. Los
conquistadores y los conquistados reunidos por una lengua y una religión, en una sola
familia, vieron prosperar el sudor común con que regaban en beneficio de la madre patria
una tierra tiranizada hasta entonces por el monopolio de la Holanda.
La Victoria pasó rápidamente de un mezquino pueblo formado por los indios, los misioneros,
y los españoles, que se dispersaron en las minas de los Teques, a la amena consistencia que
tiene actualmente: Maracay que apenas podía aspirar ahora 40 años a la calificación de
aldea, goza hoy todas las apariencias y todas las ventajas de un pueblo agricultor, y sus
inmediaciones anuncian desde muy lejos al viajero el genio activo de sus habitantes:
Turmero, ha debido también al cultivo del añil y a las plantaciones de tabaco del Rey los
aumentos que le hacen figurar entre las principales poblaciones de la gobernación de
Caracas: Guacara, San Mateo, Cagua, Giugüe, y otros muchos pueblos aún en la infancia
deben su existencia al influjo del genio agrícola protector de los Valles de Aragua: y las orillas
del majestuoso Lago de Valencia que señorea esta porción del país de Venezuela, se ven
animadas por una agricultura que renovándose todos los años provee en gran parte a la
subsistencia de la capital.
CAPITULO - 7
Declarada la guerra del Asiento entre España y Gran Bretaña en 1739, se le confiarán
importantes misiones en América.
Por real cédula de Fernando VI, se forma la Expedición de Límites (1750-1761) derivada del
tratado de Madrid (1750), en la que Iturriaga es designado primer comisario y comandante
general de nuevas poblaciones del Orinoco (1762-1767).
Nacido en el seno de una familia perteneciente a la élite local de Azpeitia en 1699, sentó
plaza de guardiamarina en la Armada en febrero de 1718 a la vez que su hermano Agustín
de Iturriaga y Aguirre;2? en 1733 ascendió a teniente de navío, en 1739 a capitán de fragata,
en 1745 a capitán de navío y en 1752 a jefe de escuadra. Fue alcalde de su pueblo natal y
diputado general de Guipúzcoa en 1727.
Así, en diciembre de 1741 recibió el mando de una flotilla de cinco navíos de socorro
destinados a La Habana (Cuba) sitiada por los ingleses. Posteriormente en 1743 se dirigió a
Venezuela, donde participó en la célebre Batalla de La Guaira y en los combates de Puerto
Cabello frente a la escuadra inglesa del comodoro Charles Knowles en la fase final de la
Guerra del Asiento. Adicionalmente preparó un proyecto de mejora de las fortificaciones de
Puerto Cabello.
Durante esta etapa, las relaciones de Iturriaga con el poder colonial fueron excelentes, ya
que formaba parte del equipo de colaboradores del Marqués de la Ensenada como miembro
de las juntas de asesoramiento presididas por Sebastián de Eslava en Madrid.
Sin embargo, a este propósito se añadieron otros intereses de tipo político (expulsión de
holandeses del Esequibo), científico (estudios de la canela, la quina de Guayana y el cacao)
y económico (conocer el estado de las misiones capuchinas y valorar las posibilidades
productivas de la región). Entre sus colaboradores figuraban el coronel Eugenio Fernández
de Alvarado, los marinos José Solano y Bote, Vicente Doz y Nicolás Guerrero, el botánico
sueco Pehr Löfling, los médicos Benito Paltor y Antonio Condal, los dibujantes Bruno
Salvador Carmona y Juan de Dios Castel.
Investido con la Orden de Santiago, Iturriaga culminó con este nombramiento una carrera
dedicada a la guerra y el comercio.
Entre 1754 y 1761 desempeñó labores expedicionarias en el Orinoco y sus tributarios. Por
fin, sirvió hasta 1767 en el cargo de Comandante de Nuevas Poblaciones, un proyecto
dirigido a consolidar la presencia española en la Guayana, donde funda7? Las Bonitas
situada a la margen derecha del Orinoco, frente a la isla de su nombre, luego nombrada
Ciudad Real por el jefe de Escuadra de la Expedición de Límites en 1756 y Cuchivero
fundada en 1759, en territorio de las misiones de los franciscanos observantes.
Este primer establecimiento se hizo a orillas del río Cuchivero y se le conoció como Pueblo
Viejo. A raíz de los sucesos independentistas, el pueblo fue trasladado hacia el sector donde
hoy se encuentra y se le llama ahora "San Francisco de Cuchivero o Pueblo Nuevo".
El año 1754 fue importante para el oriente venezolano. La fragata Inmaculada Concepción y
el navío Santa Ana transportaron hasta Cumaná un gran número de marinos, soldados y
científicos destinados a los trabajos de trazado de la línea divisoria con los dominios
portugueses en aquella región. Para reunirse con los comisarios lusos, los expedicionarios
españoles debían remontar el curso del Orinoco, atravesar los raudales de Atures y
Maipures, remontar el caño Casiquiare y alcanzar el río Negro, en cuyas orillas se
encontraba Mariuá, el punto de encuentro.
Los otros tres comisarios eran: el coronel Alvarado, el teniente de navío Antonio de Urrutia, y
el alférez de navío Solano.
El ayudante del comisario principal era Juan Ignacio de Madariaga; como piloto y cartógrafo
iba el donostiarra Santiago Zuloaga.
La muerte del ministro Carvajal, las rivalidades internas y el enfrentamiento de Iturriaga con
el gobernador de Cumaná caracterizaron el desarrollo inicial de la expedición. La entrada en
Guayana no se produjo hasta 1755, cuando Iturriaga logró llegar, acompañado de Solano, al
pueblo de Santo Tomé.
El resto del año los expedicionarios permanecieron entre las misiones y los peligrosos
raudales de Atures y Maipures. En febrero de 1757 Solano navegó por el río Meta hacia
Bogotá, a fin de recabar el apoyo del virrey.
Después de dos meses de viaje logró alcanzar la capital del Virreinato de Nueva Granda.
Cuando retornó a Guayana a principios de 1758, la situación de los supervivientes de la
expedición era dramática.
Tras retirarse a Ciudad Real, se efectuó el repliegue. Al año siguiente partieron la mayoría de
los expedicionarios para la metrópoli, pues el primer comisario había decidido permanecer en
el Orinoco como comandante general de poblaciones, en un intento de dar continuidad a las
labores de organización territorial.
Una vez concluidos sus servicios como comisario de la Expedición de Límites, a Iturriaga le
fue ofrecida la gobernación de Quito, cargo que declinó para seguir en Venezuela, su tierra
de adopción. Enfermo, el vasco se desplazó hasta la isla Margarita para restablecer su salud,
muriendo en Pampatar el 14 de septiembre de 1767.
Por tanto, no resulta extraño que uno de los primeros actos de gobierno del nuevo Rey fuera
la detención de todos los trabajos de delimitación en América, en espera de una decisión
definitiva.
Los acontecimientos se sucedieron con gran rapidez; tras la interrupción de las actividades
expedicionarias, apenas pasaron cinco meses hasta el envío al embajador portugués de un
oficio comunicándole la anulación, por parte española, del acuerdo diplomático59.
A ello se agregaba una enorme cantidad de material de transporte, víveres, ar mas, artillería,
etc...
La orden de Wall a Iturriaga de despedir los indios y tropas innecesarios fue solamente un
primer paso en el desmontaje de la gran estructura expedicionaria. El primero en retirarse fue
José Diguja, que pasó a servir de inmediato a su postergado gobierno de Cunianá. En junio
de 176O Iturriag'a recibió orden de que los expedicionarios pasaran de Ciudad Real a
Cumaná o Caracas a esperar una última resolución. Los puestos de San Fernando y el
Casiquiare se mantuvieron, abandonando los restantes por falta de tropa.
A pesar de que en octubre el ministro de Indias Julián de Arriaga volvió a insistir en la orden
de retirada del Orinoco, hubo que esperar hasta marzo de 1761 para que se hiciera efectiva.
En julio del mismo año los expedicionarios partían para España, a la que arribaron el 11 de
septiembre.
«No obstante que en orden separada de 3 del corriente mes y año [...] se previene a V.S. se
restituya a estos reinos con todos los sujetos que fueron de ellos para entender en la
comisión del Tratado de Límites, es el ánimo del Rey que si V. S. considerase que la
detención de su persona en la provincia de Venezuela, Cumaná o paraje que a V.S.
pareciere puede contribuir al logro de la importante mira que V.S. ha tenido y practi cado de
fundar dos pueblos o ciudades, una en el sitio Uyape a la margen meridional del Orinoco y la
otra cerca del río Aro, haga se restituyan a España los demás comisionados, quedándose
V.S. por el tiempo que considerase para el fomento de los expresados pueblos o ciudades y
subsistencia en los parajes proficuos al resguardo de los territorios de S.M.»61.
Y quedarse en Ciudad Real sería, en franco contraste con los deseos de partir que había
mostrado el resto de sus compañeros, la decisión que iba a tomar el primer comisario, nom-
brado poco después comandante de Nuevas Poblaciones y del río Orinoco.
Fue la primera expedición científica del siglo XVIII, fue la que tuvo como destino el Orinoco
en cumplimiento del Tratado de Límites de 1750. A diferencia de lo que ocurrió poste-
riormente, cuando se pudo aprovechar lo aprendido y se conocían las necesidades funda-
mentales en hombres y medios para una empresa de esta índole, la Expedición al Orinoco
fue un punto de partida, creó un modelo organizativo
La elección de los hombres y de los medios tuvo que partir en nuestro caso, a falta de expe -
riencias previas, de intuiciones políticas y lealtades personales; la fidelidad al Estado y el cri-
terio de hombres provenientes de instituciones modernas, disciplinadas y probadamente
fieles a la Monarquía—el ej ército y la marina—fueron las únicas directrices seguidas en el
proceso de organización expedicionario.
Nunca hubo una falta de voluntad política a la hora de dotar a la Expedición de los mejores
hombres y medios disponibles; José de Carvajal se asesoró durante los preparativos de la
empresa expedicionaria con grandes expertos y buscó personal con experiencia y cono-
cimiento de las áreas a recorrer y preparación suficiente, concediéndoles honores, poder, di -
nero y los libros e instrumentos más modernos.
El proceso de elección de los comisarios de la Expedición era, sin duda, el más delicado,
porque la eficacia de los trabajos de delimitación a realizar en América dependía
directamente de su propia valía profesional. El cargo de primer comisario recayó en José de
Iturriaga. Nacido en Azpeitia (Guipúzcoa) en diciembre de 1699, su condición simultánea de
miembro de la Real Armada y de la Real Compañía Guipuzcoana de Caracas explica que, al
declararse la guerra entre España y Gran Bretaña en 1739, se le confiaran importantes
comisiones en América.
Tras participar en ella, fue nombrado comandante de Nuevas Poblaciones del Orinoco. Gra-
vemente enfermo, Iturriaga se desplazó a la isla de Margarita para restablecerse, muriendo
en Pampatar el 14 de septiembre de 1767.
Antonio de Urrutia fue designado para cubrir el cargo de tercer comisario. Sentó plaza de
guardamarina en 1729; tras navegar por el Mediterráneo, recibió el nombramiento como
expedicionario. Considerado activo y emprendedor, murió en Guayana en 1754.
El cuarto comisario fue José Solano y Bote. Este ilustre marino -tan vinculado a Venezuela-
nació en Zorita en 1726a2.
Sentó plaza como guardamarina en 1743, recibiendo una educación muy cuidadosa en
cuestiones relacionadas con la aritmética, geometría, trigonometría y cosmografía. Iras un
viaje a Gran Bretaña, Solano fue destinado a la Expedición de Límites al Orinoco.
El Inicio
«Armiona», «Venus»y «ElAguilón». Elviajea América se caracterizó por la falta de brisas y las
repetidas calmas, lo que alargó considerablemente el tiempo de navegación.
El paso de las islas Canarias se realizó por el norte el 36 de febrero, cruzándose el trópico el
2 de marzo. Los expedicionarios no perdieron su tiempo; mientras el botánico Pehr Lófling
realizaba estudios ictiológicos, el comisario Eugenio de Alvarado dio comienzo a una
«Relación Histórica» del viaje en la que efectuó importantes observaciones políticas y
económicas.
El a de abril, al tiempo que los expedicionarios divisaban las costas americanas, fallecía el
promotor y responsable del viaje, José de Carvajal, con lo que perdían un apoyo fundamental
en España.
«Para que puedan hacer este viaje [los expedicionarios] con la comodidad necesaria y la se-
guridad que tiene el cumplimiento y la ejecución de las instrucciones y órdenes que les tengo
comunicadas, no habiendo como no hay otro paraje de mis dominios más inmediato al
terreno que se ha de reconocer que el distrito de vuestra gobernación [la Nueva Andalucía].
donde los requeridos comisarios puedan prepararse para una Expedición tan conveniente a
mi servicio, he resuelto que vos les acudáis y auxiliéis con todos los medios que haya en el
dicho distrito y especialmente que de la tropa de vuestro mando les deis y entreguéis la
escolta que vos y ellos juzgaseis necesaria para seguridad de sus personas, y los indios de
servicio que les parezca como también las piraguas, canoas, pertrechos, utensilios y víveres
que necesiten»37.
El 24 de abril, Iturriaga comunicó a Gual sus peticiones de hombres y medios para la Expedi -
ción. Necesitaba 12 lanchas o piraguas y 3 ó 4 goletas o balandras de 6 a 8 cañones para el
desplazamiento hasta la ciudad de Guayana de los miembros y efectos traídos desde
España28. El primer comisario también quería contar con 35 lanchas o piraguas, 6 curiaras,
250 indios bogas (remeros), tasajo y casabe para un año, además de 100 hombres de tropa
y 4 oficiales para su mando que estuvieran acostumbrados al Orinoco, lodo parece indicar
que el proceso de ruptura entre Iturriaga y Gual, que tuvo terribles efectos para el avance de
la Expedición, se desarrolló a partir de esta solicitud de ayuda. Gual contestó que le era
imposible dar lo que se le solicitaba; ante tal situación, Iturriaga optó por buscar auxilio de las
gobernaciones cercanas y acudir a sus amigos de Caracas para que le en viaran fondos que
permitieran a los expedicionarios salir cuanto antes de Cumaná.
La única salida posible al problema del apresto naval fue la construcción de embarca-
En agosto de 1754 salió de Cumaná i primer convoy con las 15 embarcaciones que
•habían podido reunir; en ellas se transpórtalos comisarios Eugenio de Alvarado, Anto-de
Urrutia y José Solano, y los cosmógra-. Aunque el destino final de todos era la i, cada uno
tenía cometidos específicos. Mfantras Solano debía solucionar en la Trini-dtad el mencionado
apresto naval de la Expedían- Urrutia debía reconocer la costa guayana
De acuerdo con el plan trazado para el avance de la Expedición de Límites hacia el interior
del continente y la realización de los múltiples cometidos encargados, el convoy que había
salido de Cumaná en agosto de 1754 se dirigió al delta del río Orinoco.
El mismo mes José Solano y sus hombres se separaron del convoy para dirigirse a la
Margarita. Sus órdenes eran determinar su posición astronómica, estudiar su clima y levantar
un plano general de la isla. Seguidamente debían encaminarse a la Trinidad, donde llevarían
a cabo el mismo conjunto de trabajos.
El caso de Eugenio de Alvarado fue completamente distinto. A pesar de que tenía que inter-
narse en el interior y ejecutar múltiples tareas, fue capaz de sobreponerse a las
enfermedades y desplegar un gran ritmo de actividad. Sus informes sobre la Guayana
tuvieron un carácter político y de espionaje económico y geográfico; entre ellos sobresalen el
dedicado a las comunicaciones con el Esequibo, las noticias sobre los caribes y las colonias
holandesas de Esequibo
Con el refuerzo material disponible, los comisarios se pudieron dedicar a los trabajos de
organización territorial, que eran una condición indispensable para avanzar hacia el Ama-
zonas
CAPITULO - 8
PROVINCIA DE VENEZUELA
Seccion I
Firma Pedro Joseph Olavarriaga
INSTRUCCIÓN GENERAL Y PARTICULAR DEL ESTADO PRESENTE DE LA PROVINCIA
DE VENEZUELA (1720-1721)
AL
EXCELENTÍSIMO
SEÑOR
DON JORGE DE VILLALONGA
CONDE DE LA CUEVA
Caballero del Orden de San Juan
del Consejo de Su Majestad
Teniente general de sus Reales Ejéreitos
Procurador Real del Reino de Mallorca
Virrey,
Presidente, Gobernador y Capitán General
del Nuevo Reino de
Granada
De todos los cuidados humanos, no hay ninguno sin duda más digno de alabanza que la noble
ocupación de trabajar para el interés de su patria y la gloria de su Príncipe: es por este camino
que llegan los hombres a la cumbre de la fama, y que la memoria de tantos ilustres personajes
celebrados en las historias se ha conservado hasta nuestros tiempos, como Numa Pompilio, los
Horacios hermanos, Mucius Scevola, & quienes merecieron de eternizar sus n ombres.
Pero para qué buscar tantos ejemplos en la Biblioteca de los Historiadores? si Vuestra Excelencia
es un ejemplo vivo de las virtudes que no se hallaran entre aquellos Antiguos; porque si fue
religioso Numa Pompilio, si valerosos los Horacios, si constante Scevola, les faltaban las demás
prendas que perfeccionan los hombres, o a lo menos quedaron sepultadas en el silencio; pero en
Vuestra Excelencia todas se hallan reunidas, todas resplandecen.
Si se mira la Religión, quien más que la ilustre Orden que profesa Vuestra Excelencia, en que se
halla vinculada la nobleza de sangre mezclada con la de los Borbones, la defiende, la asegura; si
se atiende al valor: sin hacer la numeración de los sitios, batallas y demás funciones en las cuales
ha dado vuestra Excelencia, tantas pruebas de su ánimo marcial en el discurso de treinta y seis
años, teñida todavía su espada de la sangre enemiga, basta para ser convencido; y más viendo
Vuestra Excelencia ocupar los primeros empleos militares. Por lo que toca a la Justicia, fiel
Achates (sic) de Vuestra Excelencia, llegó por la primera vez a estas Indias en su compañía, y
aunque extranjera en ellas, halló su amparo y su refugio en el corazón de Vuestra Excelencia
desde el cual como de su trono arregla las voluntades de Vuestra Excelencia dejando a su
ministerio el equilibrio de sus balanzas.
Estas virtudes son las pruebas del celo de Vuestra Excelencia para el servicio de Su Majestad, y es
por ellas que se erige Vuestra Excelencia, un monumento más permanente que el bronce, pero
qué Mayo r prueba que la constancia con la cual atiende Vuestra Excelencia a reparar las
desordenadas confusiones en que se hallaban estos Reinos y las Provincias depositadas al cuidado
de Vuestra Excelencia; aplicando todas las horas del día al trabajo, y sin duda todas las de la
noche a discurrir los medios más convenientes a los intereses del Rey y alivio de sus vasallos;
siendo igual Vuestra Excelencia: en la pluma que en la espada, cuando varios de los demás
Virreyes juzgan que es mucho trabajar el atender una vez a la semana al cumplimiento de su
obligación.
Es a ejemplo de Vuestra Excelencia, Señor, que sus ministros repartidos en las Provincias de su
Gobierno se esfuerzan a poder merecer el glorioso título de su protección; y es a este fin que Don
Pedro José de Olavarriaga, Juez enviado por Vuestra Excelencia en la Provincia de Caracas hizo la
instrucción general del estado presente de la dicha Provincia en cumplimiento de las órdenes de
Vuestra Excelencia, dejando a mi cuidado los Proyectos Militares más conveniente para la
seguridad de la Costa Marítima, y la restauración de los Reales derechos en ella, pero como los
alborotos en aquella Provincia nacidos por varios émulos ocasionaron su detención y prisión con el
indecoro que se ha hecho público, no tuvo lugar de dedicar a Vuestra Excelencia esta obra hija de
su trabajo, ni discurro lo hiciera teniendo presente el dictamen del Profano.
Hágalo, Señor, en su nombre ofreciendo esta obra a Vuestra Excelencia postrado a sus pies, y
suplicándole la mire con ojos de su acostumbrada benignidad, porque no verá Vuestra Excelencia
en ella tantos efectos de la elocuencia como la de lealtad, y juntando mis votos con los de su
autor, rogamos a dios guarde a Vuestra Excelencia en su Mayo r grandeza felices años. Santa Fé,
16 de Marzo de 1722 años.
Excelentísimo Señor
Capitulo III. Estado particular de los Valles y Jurisdicciones de Tierra Adentro, en el cual se da
cuenta de las Mayo res poblaciones que hay en cada jurisdicción, sus haciendas de
cacao, nombre de sus amos número de arboledas, producto de ellas, etc., trapiches,
ganados, y demás frutos que jurisdicción da por sí, con otras varias particularidades...... 36
Capítulo V. Estado particular y presente del puerto y fortificaciones de La Guaira, con sus
dimensiones. …................................................................................................................ 76
Capitulo VI. Estado presente particular y dimensionesde Puerto Cabello, y del Río Yaracuy
con las dimensiones de su Boca ….................................................................................... 82
Capítulo VII. Razones que obligan a reparar las fortificaciones del Puerto de La Guaira,
fortalecer a Puerto Cabello, y la del Río del Yaracuy....................................................... 87
Capítulo VIII. Proyecto de reparos con sus perfiles para el Puerto de la Guaira............ 94
Capítulo IX. Proyecto para Puerto Cabello y la Boca del Río Yaraeuy con sus perfiles............. 104
Capítulo X. Gastos a que montan los Proyectos de los Capítulos Antecedentes. Gastos de
los Reparos del Puerto de La Guaira. Tierras necesarias para el Proyecto ............. 113
Capítulo XI. Estado presente de la Real Hacienda de esta Provincia …....................................... 140
Capitulo XII. Estado en el cual se hallarán completos los Proyectos susodichos........................ 146
CAPITULO PRIMERO
Sus límites
Sus límites son al oriente el río de Capaya que es en el Golfo que forma el Cabo de Codera con el
Morro de Uñare que la separa de la Nueva Andalucía en las Quebradas de Uñare; al occidente la
Laguna de Maracaibo en la Provincia del mismo nombre; al septentrión el Mar Meridional le sirve
de confines, y al medio día el río de Boconó, cerca de Guanare, que la divide ^ de la Jurisdicción
de Barinas, y siguiendo de este río al oriente se hallan unos llanos inmensos en los cuales el río de
Apure sirve de límites hasta el río Orinoco.
Jurisdicciones
v-Esta Provincia es dividida en diferentes jurisdicciones las cua-no obstante todas están debajo
del Gobierno de Caracas, de la Provincia, y |a primera de las jurisdicciones; las cuales son a
saber: San Sebastián, Valencia, Nirgua, San Carlos, Araure, Guanare, Barquisimeto, Tocuyo,
Carora, Trujülo y Santa Ana de Coro, en el distrito de las cuales hay varios |k pueblos de nidios y
otros.
Su temperamento
Su temperamento es bueno y salutífero y aunque esta Provincia -sea tan cerca de la línea
equinoccial, no se experimentan no obstante calores muy fuertes, sino en los llanos y costas en
las cuales suele haber algunas enfermedades, porque el es templado por la altura de los cerros, y
las noches suelen frescas; el estío empieza ordinariamente en el mes de novic bre, y se acaba en
el de Abril , desde el cual hasta el mes de eiembre, es el tiempo de las lluvias, y es lo que llaman
el ii viernp. Raras veces hay terremotos como en las más tierras las Indias, y desde algunos años
no se han experimentada ningunos.
Calidad de su terreno
La Mayo r parte de esta Provincia está dominada de cerros muy altos, los cuales forman unos
valles amenos y fértilísimos. Detrás de estos cerros son los llanos tan inmensos y dilatados que
hasta hoy no se han podido conocer sino una parte de ellos, no sólo por la dificultad que hay de
caminar en ellos siendo, necesario usar de una aguja de marear como en la mar, y de atravesar
varios ríos caudalosos, como también por razón de las muchas fieras que se hallan, como tigres,^
leones, leopardos, culebras, etc. Y por él gran número de naciones indianas, no conquistadas,
como los tomusas, quaiquiris, caribes, peritos, palenques, ataparmas, etc., de las cuales hay
algunas que son antropófagos.
Sus ríos
Corren muchos ríos en esta Provincia y varios de ellos son muy caudalosos, como el Orinoco,
Apure, Tocuyo, Yaracuy, Aroa, etc., los cuales son todos navegables, y no hay valle que no sea
regado de un riachuelo. La caza y la pesca es abundantísima.
Sus minas
Las minas que esta Provincia contiene en sus entrañas, no son menos estimables que las del Perú
y de la Nueva España; se halla oro, plata, azogue, cobre, diamantes, esmeraldas y perlas. El oro
sobre todo es tan abundante y común, que en el tiempo de las lluvias no falta minea quien halle
unos granos en las barrancas de los cerros que la fuerza de las aguas trae consigo, y arranca de
las minas; el cobre es muy común también, y en otro tiempo se sacaba mucho de las minas de
Cocorote, en la jurisdicción de Barquisimeto el cual se transportaba a la Costa Marítima en unas
canoas por el río de Aroa.
Gobierno Político
La Provincia de Venezuela ha sido regida (hasta que se agregó al Virreinato del Nuevo, Reino de
Granada) por un Gobernador con título de Capitán General, a cuyo cargo estaba co-metido el
cuidado de la justicia, y era el que sentenciaba los pleitos, de la cual sentencia se ocurría a la
Audiencia de Santo Domingo, y al.presente a la de Santa Fe. Tiene bajo su mando, un Contador,
un Tesorero y un Secretario de quienes corren con la Real Hacienda. El Gobernador tiene derecho
de nombrar Corregidores en todas las jurisdicciones en las cuales (so* bre todo en la de la Costa
Marítima) se nombran unos oficíales subalternos con título de Tenientes o Cabos a Guerra, los
cuales son puestos en los valles y puertos de la Costa para impedir el comercio de extranjería,
pacificar los alborotos, y las discordias que pueden encenderse entre los vecinos, y opo-j^merse a
las invasiones que los enemigos de la Real Corona pu-::_dieran ejecutar; a más de estos empleos,
el Gobernador provee los de Capitanes y demás oficiales de Milicianos de la
No quiero por estas razones dar mala nota de los Ministros pardos que han gobernado esta
Provincia, no me pertenece rgüir las obras ajenas, y varios entre ellos han gobernado jn celo y
justicia pero confiado en las palabras de un santo de-la Iglesia quien dice (que no es mucho
hablar, ni mucho escribir cuando no se habla, o no se escribe sino para cosas útiles y necesarias),
no debo tampoco disimular los abusos contrarios al servicio de Su Majestad que están
envejecidos en esta Provincia, porque como el restablecimiento del buen orden y de la justicia
cabe en la voluntad de los Ministros; es preciso que expliquen algunas faltas que han hecho los
antecedentes que los que en adelante rigieran esta Provincia no caigan en ellas.
Un Gobernador en estas partes del mundo debe mirarse como Padre de los que le son subditos, y
en esta consideración procurarles todos los alivios posibles, y defenderlos contra los que quieren
oprimir, porque como no suelen venir a estas tie-s sino dos géneros de personas, o de los que
buscan a hacer fortuna, o de vagamundos quienes hallando más fácilmente la en estas tierras,
que no en Europa, causan más perjuicio, te provecho; es necesario que un Gobernador impida los
unos enriquecerse con la hacienda ajena, ponga un freno limi-idb a su avaricia y dé órdenes
rígidas para que los otros trabajen
Esta máxima no se ha observado, no sólo los pere->sos, los vagamundos han quedado en su
letargía pero no se facilitado los medios de trabajar a las familias que han anido, a esta tierra a
este fin.
tampoco a la Provincia, porque estas familias han dejado su patria, sus deudos en la sola
esperanza de amejorar su fortuna; y como en el trabajo sólo pueden hallarla, es preciso por
consi-; guiente dar los terrenos convenientes, suficientes y buenos/ pero los Gobernadores no han
atendido a esto -dándoles los-peores terrenos, dejándolos perecer así; esta miseria les ha.
forzado a buscar su vida en otra parte, y muchas veces en el comercio de extranjería, la han
hallado mejor (aunque muchos entre ellos han sabido ganarla por otra vía) no es de este modo
que la Provincia se puede enriquecer, es preciso al con-' trario animarlos al trabajo, procurar todos
los alivios posibles, y a este efecto mandar reconocer por personas propuestas y experimentadas
el terreno que se les asigna, a qué es más conveniente emplearlo, qué frutos puede dar con más
fertilidad, si estos frutos por su abundancia no disminuirán el precio, o el valor de los que ya están
cultivados de esta calidad, en fin sí están útiles, o necesarios en España, en las Indias, o entre los
extranjeros. Este arreglamiento dará muchas ventajas. I9 Se aumentarán los intereses de la Real
Hacienda por razón de la aumentación de los frutos. 2? La Provincia se poblará con más orden
porque se formarán unos pueblos los cuales en breve tiempo se aumentarán por las alianzas que
las familias que entonces se conocerán, formarán, y contratarán entre ellos. 3' Los vagamundos y
perezosos tendrán entonces un asiento fijo, porque les obligarán a trabajar, y a vivir en los
pueblos que les serán señalados, y no se verán tantos hombres ociosos en esta provincia, quienes
no habiendo otra hacienda que la capa y^ espada viven de lo que hurtan, duermen donde
pueden.
Hay muchas familias isleñas establecidas en esta Ciudad de Caracas las cuales apenas pueden
mantenerse con su trabajo, y valiera más que formasen unos pueblos; porque en fin más
conviene para el servicio de Su Majestad en las Indias que los pueblos sean grandes, y laá
ciudades pequeñas, y es en el trabajo del campo, y no en la ociosidad de la Ciudad que los
hombres hallan una vida dichosa.
Si los Gobernadores deben atender a que las familias que vienen a esta Provincia sean bien
establecidas, y tengan buenos,-; terrenos para trabajarlos; con Mayo r razón es su obligaciói
proveer a que las haciendas establecidas sean cuidadas por sus amos; pero pocos de ellos se han
dado a este trabajo, y ninguijí pensaba que este cuidado era de su obligación; pocos veeinjiJ de
esta tierra trabajan porque los que hubieran de obligaijf son aún más perezosos que ellos.
Estos son los abusos que se han de reprimir y los Gobernadores no pueden en lo bastante animar
los hacendados a cuidar sus'haciendas, a castigar sus esclavos; y en ; breve tiempo
experimentarán la aumentación de su caudal, y por consiguiente la aumentación de los derechos
de Su Majestad.
Gobierno Militar
Por lo que toca al Gobierno Militar, aun está en peor estado que el Político; no hay fortificaciones
ni almacenes en orden, y los soldados que son mantenidos en el presidio de La Guaira no saben
observar disciplina ninguna, en fin, no se puede hacer cuenta sobre las defensas de esta
Provincia.
Fortificaciones
La Guaira es el solo puerto de toda la costa fortalecido pero sus defensas son tan mal arregladas y
construidas tan ridiculamente, proyectadas e ideadas que no merecen el nombre de fortificación,
porque estas obras que no valían nada en su mejor estado; valen aun menos hoy que son
arruinadas, no obstante los que no han visto La Guaira quedan admirados de los nombres
famosos de fuerza vieja y nueva, de fuertes de San Blas, San Diego, Santiago, San Jerónimo, y de
Trincheras, etc., y sacan luego por consecuencia que esta plaza es muy fuerte, y a lo menos una
de las mejores de las Indias Occidentales, pero yo puedo afirmar que me hallo más seguro atrás
del espaldón de un ataque, que-no en el mejor fuerte de estos, lo que se conocerá más fácilmente
en el Capítulo 5.
El mal orden y la ruina de las fortificaciones de esta Plaza no proviene de haber dejado faltar de
dineros para el mantemV miento de las defensas necesarias; al contrario si la plata que se ha
empleado hubiera sido a propósito, esta Plaza estuviera buena, y bien fortalecida, pero dos
razones son la causa de su nial estado.
La primera es que cada Gobernador de los que han residido enj esta Provincia, ha querido por
falta de Ingeniero formar pro-j yectos a su idea, y para que sea dicho que se había construido]
alguna obra de su genio en esta plaza, se contentó de proponer) sin reparar, si lo propuesto era
conveniente al terreno, del cual! mudaba muchas veces la situación para ajustaría a su idea, lo'
que ha ocasionado las desproporciones de esta plaza.
La segunda razón es que algunos Gobernadores han hallado sus provechos en la fábrica de las
obras que han propuesto por lo que el premio del arquitecto costaba más que la construcción. Es
constante que no hubiera gastado Su Majestad tanta plata si un Ingeniero hubiera formado un
buen proyecto en' el Puerto de La Guaira que se hubiera ejecutado con exactitud; a lo menos sus
defensas estuvieran proporcionadas," y Su Majestad supiera su valor sin que por motivo alguno un
Gobernador pudiera aumentar el precio arreglado para las fábricas necesarias.
Soldados
Los soldados del presidio de La Guaira son los solos de la Provincia, cuya dotación es de 130
plazas inclusas en ellas castellano, y 12 artilleros, pero se puede afirmar que no tienen sino el
nombre de soldados porque la poca disciplina que observan, y la negligencia de sus oficiales
puede causar mucho perjuicio al Real Servicio; y aunque la práctica militar no se ejercita tanto en
esta parte del mundo que la teórica, es necesario, no obstante que el soldado sea tan disciplinado,
tan pronto y vigilante en el seno de la paz, que si esperase el enemigo, y es durante la paz que se
enseña el arte de la guerra.
Sus armas
Son mal armados, y estas malas armas no son entretenidas, todo lo cual proviene del poco
cuidado de los Gobernadores, y
aunque el valor no deja nunca los españoles Quinto Curdo. no hay no obstante nada dé tan fuerte
que las cosas las más débiles no destruyan, y la guerra enseña la guerra a los vencidos mismos.
Vestuario
El modo de sus vestuarios, no conviene mucho tampoco, ios unos vestidos de blanco, los otros de
negro, esta variedad no ofrece la vista gustosa de ver una tropa uniforme que impri-
me en un tiempo el respeto, eí- temor, y hace acordar al vasallo la memoria de su príncipe de
cuyas órdenes, de cuyas voluntades, sus soldados son los ministros.
Su paga
Los soldados del Presidio de La Guaira tienen 10 pesos exactos al mes de paga, y por consiguiente
bastante para vivir y vestirse y es cierto que 8 pesos bastaran para su manutención lo que fuera
más conveniente al servicio de Su Majestad porque los dos pesos que sobran se pudieran emplear
para enviarlos el vestuario de España, y no tuviera obligación Su Majestad cíe darlos más que a
sus demás tropas, esto es, decir que con 28 pesos exactos para dos años se enviará -a cada
soldado un sombrero, una casaca, una chupa, dos pares de calzones, dos pares de medias, cuatro
pares de zapatos, cuatro camisas y cuatro corbatas; lo que fuere de Mayo r provecho al soldado,
pues hoy en día no reciben sino cinco pesos al mes para su cocina que llaman, y los otros cinco
son ya empleados antes que los hayan recibido, o para vestirse o para otras urgencias. Por lo que
toca las armas es necesario que Su Majestad las envíe, y sus reparaciones en adelante se hicieren
al costo del soldado cuyas fueren.
Almacenes
No hay almacenes en La Guaira, y las pólvoras se guardan en una mala casa hecha de tapia que
arriesgada cada día de saltar y de hacer mucho daño y perjuicio.
Tarazana,
La tarazana en la cual hay algunas armas en mal estado es una casa alquilada, de la cual el
alquiler ha costado más hasta hoy. que si la hubieran fabricado expresamente lo que hubiera sido
mejor, porque demás que la casa perteneciera a Su Majestad es que también se hubiera hecho
para el fin a que sirve.
Artillería
La artillería de La Guaira está en muy mal estado también; varias piezas son lastimadas, otras
necesitan granos, y todas generalmente están sin cureñas, porque-o las unas son podridas, o las
otras tienen más o menos peso y son por consiguiente afuera de sus proporciones, lo que puede
causar daño a la pieza, o a su artillero.
Municiones de guerra
Esta Plaza no es bastante proveída de municiones de guerra como pólvora, balas, granadas, etc.,
muchas balas de artillería no vienen al calibre de las piezas, y son por consiguiente inútiles, las
pólvoras también por falta de cuidado se pierden, no hay palas, picos, carretones, ni de todo lo
que es necesario en una plaza, o para sus reparos, o para trabajar cuando la ocasión se ofrezca,
no obstante todos estos instrumentos son necesarios en una plaza de guerra.
CAPITULO SEGUNDO
Después de haber dado en el Capítulo antecedente una idea general de la Provincia de Venezuela,
paso a particularizarla más, y con más distinción. Empezando por su Costa Marítima de la cual no
se tratará sino de la parte que es más habitada y abundante, y que los extranjeros suelen más
frecuentar por el interés de su comercio.
La Costa de la Provincia de Venezuela, es una seguida de cerros muy altos; a la falda de los cuales
el mar formando varios puertos capaces de recibir los Mayo res navios. Ofrece la facultad a los
extranjeros de entrar en ellos, no solamente por razón de ser indefensos,' pero también por la
facilidad que hallan los dichos extranjeros de comerciar con los vecinos de esta Provincia
inclinados a este vicio tan contrario a la Real Hacienda, y a los intereses de Su Majestad.
Los más, o a lo menos los Mayo res de estos puertos tienen valles, unos más grandes que otros,
en las cuales se cultivaron y se cultivan varias haciendas de cacao pertenecientes a muchos
caballeros moradores, o vecinos de esta Provincia; el producto de los cuales por los unos se
conduce a los puertos de Su Majestad adonde se embarcan para España, o para la Ve-racruz
adonde se hace un gran gasto anuario de este fruto. Y por la Mayo r parte de los otros se pasan
los productos de estas haciendas a los puertos abiertos de esta Costa; en los cuales ocurren los
holandeses para comprarlos a trueque de géneros y otras mercancías convenientes al uso de
dichos vecinos.
El terreno de estos Valles es muy abundante y capaz de producir mucho más de lo que se saca
hoy de ellos. Varios ríos los riegan, pero ninguno de ellos es capaz de recibir embarcaciones de
vela por la poca agua que tienen; y el Yaracuy y Aroa son los Mayo res de la parte que tratamos
En estos Valles hay varias poblaciones de indios y negros establecidos por las Misiones de los M.
R. P. Capuchinos, a cuyo-cargo está cometido el cuidado de reducir los indios idólatras de esta
Provincia, y de poblar con ellos las partes de esta Costa inhabitadas, todo lo cual se explicará
arreglándose al plan que está al fin de este Capítulo.
JURISDICCIÓN DE CARACAS
Puerto de Macuto
El Macuto es un Pueblo de Indios en donde hay un puerto capaz de recibir navios; hay una
hacienda que pertenece al Padre Don Jacinto Abe-ro de 5 mil pies de árboles
Fanegas Arboles
50 5.000
Hay un río chiquito adonde vienen las lanchas de La Guaira a hacer agua.
En la quebrada que hay antes de entrar a este Pueblo es situada esta última hacienda junto al
camino real de Caracas, distante de 5 leguas de La Guaira. En esta quebrada hay un riachuelo que
se desemboca a la Playa: de esta Punta a la siguiente cualquier género de embarcaciones pueden
dar fondo con más seguridad que no en el puerto de La Guaira.
Mamo
Mamo es un puerto que dos puntas forman de peñascos coz bastante seguridad; un río de poca
agua se desemboca al me dio de su playa, saliendo de un valle estrecho en la cual sol tres
haciendas de cacao, a saber:
Fanegas Arboles
Don Blas de Landaeta ...................... 200 20.000
iDon José Romero .......................... 5 500
Don Manuel de Urbina ..................... 100 10.000
A más dé estas haciendas hay un pueblo de indios de 15 ó 2( familias. En este puerto puede dar
fondo cualquier navio, pe ro los holandeses ocurren poco en él; no sólo por la pro dad de La
Guaira, sino es también por el poco comercio quí hallan en él, ocasionado por el poco cacao que
se halla de LÍ Guaira, a esta parte toda la Costa es limpia y se puede dar| fondo con la proa en
tierra.
Los cuatro bohíos que son a la Playa son de esta hacienda, y sirven para ranchos a los
pescadores, y a la guardia.
De Uricaro a Chichiribichi
En saliendo de Uricaro es una seguida de cerros el pie de los cuales es de peñascos ásperos, a los
cuales no obstante se pueden acercar los Navios hasta con el bauprés sobre ellos habiendo tales
partes adonde hay más de 60 brazas de agua, al medio de la distancia de Uricaro a Chichiribichi
hay una Punta llamada la media legua por dividir con efecto esta distancia igualmente.
Chiehiribichi
Este Puerto es el primero que se puede titular de este nombre desde La Guaira, porque los demás
antecedentes son Puertos abiertos o caletas.
En formado de un peñasco que se adelanta en el mar de la banda del este, el cual haciendo dos
Puntas en entrando que los navios han de evitar por razón de dos- bajos que salen de dichas
Puntas, aun que no muy lejos se acaba para dejar
Tusgoa
Tusgoa como he dicho es un puerto formado por la puntal bredicha del Este; y que entra bastante
en mar, pero í¿í capaz de recibir navios sino balandras y barcos, no se at sino a la Playa. Los dos
lados del Puerto son impractica y de peñascos.
El Valle es muy pequeño que tiene lo más media legua terreno malo, no ha permitido poblarlo; su
río que se dea boca a la banda del Oeste es chiquito, no tiene otras partiH laridades.
Zope
Este puerto es bueno, y mejor que los antecedentes, aunque^ playa es pequeña e inquieta, pero
los navios que dan fondc Oeste son seguros; los dos lados son de peñas, sobre las cua] al Este
hay un bohío para la guardia y otro a la playa. La gía buena, es al Oeste atrás de la cual hay una
población indios de Chuao. El Valle tiene 1 legua de largo y cerca; 1/2 legua de ancho en su más
anchura; se hallan en él ti haciendas de cacao a saber:
Fanegas Árbol]
Don Juan de Bolívar ....................... 100 10.Ó00
Don Pedro de Aponte ....................... 50 5.000
Don Lorenzo Zedeño ........................ 50 5.000
El terreno de este valle es bueno, y hay para aumentar laa ciendas. El río es mediano, y se
desemboca al Este; hay en es Valle un camino que conduce a Chuao. Este es el primer puc donde
los holandeses van a hacer el trato. Hay en la plaza pieza de artillería de a 6 libras de bala
desmontada.
Chuao
Chuao es una bahía muy abierta en la cual los navios arrimados a tierra tienen 20 brazas de agua,
y las balandras pegadas a la misma tierra 10 brazas, fondo arena.
Hay en la playa un bohío para la guardia, el Valle tiene 2 leguas de largo y 1 de ancho, su terreno
es bueno y capaz de producir mucho. El río se desemboca por el medio de la playa y tiene
bastante agua. En este valle hay una hacienda:
De la Obra Pía
Fanegas Arboles .
700 70.000
Hay tres poblaciones en él, dos de negros que son al Este del río de cerca de 100 negros y la
tercera de indios de 14 familias, tiene su Iglesia y Cura.
La Bahía Grande hace la vuelta al Oeste de esta ensenada, se puede dar fondo en ella, aunque
con poca seguridad. Esta bahía es grande pero muy abierta, tiene comunicación llana con el Valle
de Choroní y su puerto.
Choroní
El Puerto de Choroní no entra mucho en la tierra, su solo resguardo es la punta sobredicha; su
playa es grande, y los navios dan fondo en toda la distancia que corre de esta punta, al Pórtete.
Hay dos casas a la playa que sirveft para la guardia, y a los pescadores; las lanchas llegan a ellqs
por la Boca del Brazo del Este del río, en la cual entran las canoas y lanchas cargadas hasta un
tiro de pistola, y en tiempo de invierno con las crecientes de las aguas los barcos pueden entrar a
la misma distancia.
El Valle de Choroní es grande habiendo $os leguas de largo y uno de ancho. Vive en él mucha
gente, hay una población de indios situada en la isla que hacen los dos brazos del río, del cual el
brazo del Oeste (que no es navegable), se va a perder a la mar al medio de la Playa; en esta
población viven 12 familias de indios que tienen su Iglesia y Cura. Las haciendas de cacao de este
valle son buenas, así por el cuidado de sus amos, como por la buena calidad del terreno, pero los
holandeses que suelen ir siempre a este puerto, recogen lo más del provecho, o producto de ella.
Su numeración es la siguiente:
Fanegas Arboles
Los López ..,....................*.......... 90 9.000
El Padre Don Ignacio Vázquez de la Cruz 50 5.000
Es de 4 amos, Doña Micaela de Ovalle, 60 6.000
Payare de Nicolás de Gama ................. 50 5.000
El Conuco Grande de los Ovalles .......... 60 6.000
El Casino de Don Simón Copar .............. 140 14.000
Los Ovalles ................................ 260 26.000
La Isleta; Doña Catalina de la Torre ........ 40 4.000
Don Simón Millán ......................... 50 5.000
He hallado en la Playa, de este Puerto tres piezas de cañón de hierro desmontadas, 2 de a 8 libras
de bala, y la tercera de a 3 libras.
Este Pórtete es un peñasco raso del agua, adonde llegan las lanchas para recibir el cacao que los
negros traen a este paraje por un camino tremendo, y esto es cuando se ofrece algún
impedimento.
Para ir a los holandeses para cargar en Choroní mismo, con el cual tiene comunicación; hay otro
camino que conduce de éste a Aroa, siguiendo la orilla de la mar, a esta parte a bien llamarla, el
refugio de Choroní para el trato; los navios (como ya es dicho) dan fondo entre estos dos puertos.
Aroa
En una Playa poco honda en la cual las lanchas llegan, y delante del cual los navios pueden dar
fondo; hay un rancho en ella para la guardia.
El Valle de este Puerto tiene una legua de largo, y es poco ancho; no se. ha trabajado en él sino
una hacienda aunque su terreno sea bueno; y es la hacienda de:
Fanegas Arboles
Don Alejandro Blanco ...................... 240 24.000
La Costa en esta distancia es más brava rompiéndose las olas a sus peñascos con más esfuerzo.
Valle Seco es un valle de poca importancia, el cual no tiene población, ni agua.
Cuyagua
Este Puerto es una bahía poco honda en la cual se da fondo sobre 8 y 10 brazas de agua, la mar
es quieta lo bastante; a su Playa hay un bohío para la guardia.
El Valle tiene 3/4 de legua de largo y 1 de ancho, hay dos caminos en él, uno que va a Aroa y el
otro a Cata; hay una población de indios que serán 30 familias con su Iglesia y Cura pegado por
Su Majestad, aunque este valle es pequeño no deja de tener bastantes haciendas, el producto de
las cuales, va la Mayo r parte a los holandeses; las haciendas son:
Fanegas Arboles
Don Juan de Ulloa ......................... 160 16.000
Los menores de Don Francisco de Tovar ...... 80 8.000
Don Nicolás de Aponte ..................... 70 7.000
Don Pedro Manuel Vásquez ................. 60 6.000
Don Esteban Fernández .................... 80 8.000
Don Andrés Pacheco ........................ 80 8.000
Doña Josefa de Bolívar ..................... 90 9.000
Don Francisco Galindo y Sayas ............... 80 8.000
Don Domingo de Tovar ..................... 90 9.000
Doña Isabel María de Tovar ................. 90 9.000
Algunos indios tienen cerca de ................ 20 2.000
Este valle tiene más de una legua de largo y de ancho media legua, no hay población ninguna en
él, su terreno es bueno, y se pueden cultivar más haciendas en él, las de hoy son:
Fanegas Arboles
Don José Páez ............................. 60 6.000
La Obra Pía .............................. 250 25.000
Los Herederos de Don Gerónimo Caballero .... 80 8.000
Doña Isabel de Silva ........................ 120 12.000
Don Matías Sánchez de Lira ................ 100 10.000
Don Manuel de Uribe ....................... 80 8.000
Don Antonio Blanco ..............."......... 120 12.000
Los holandeses se aprovechan de su producto por estar cada día en estos puertos.
Ocumare
La entrada de este Puerto al Este tiene una punta que sale de Tierra Firme, y junto a ella en la
misma progresión un farallón que dejando una entrada de 150 pasos geométricos, da la facilidad
a cualquier navio de pasar entre los dos, sobre 18 y 20 brazas de agua.
Este puerto es uno de los mejores de esta costa no sólo por la bondad del puerto, y la seguridad
de los navios, como por la cantidad de cacao que se recoge en este valle. En siguiendo la misma
punta del Este de Tierra Firme, el terreno hace un arco en el cual hay una playa adonde llegan las
lanchas llamada él Manzanillo.
Una punta que sirve de Vigía corta esta playa de la playa grande; esta punta es un peñasco que
ocupa una media circunferencia sobre el cual el terreno se ha allanado para ponerlo un modo de
trinchera, a la manera de esta tierra. Esto es decir, de cuatro piedras brutas puestas unas sobre
otras, sin otra
Turiamo
El puerto de Turiamo es una bahía que tiene 1 legua de largo, sobre y 1/2 de ancho, a su entrada.
Este puerto fuera bueno si diera más vuelta interior, pero sus dos lados siguen cuasi derechos ío
que causa un movimiento perpetuo de las olas del mar; en tiempo de. la brisa no se puede salir
de esta bahía, sino de noche con un poco de viento de tierra, siendo imposible de día con la brisa
de salir; y no se puede entrar en él, sino de día con la misma brisa, siendo muy dificultoso de
noche de ir a dar fondo en la parte acostumbrada que es cerca de la Playa. Los dos lados de este
puerto son serranías, la playa es de más de Vz legua comprehendido del arco que hace.
El valle de Turiamo tiene una legua de largo, la calidad de su terreno no es muy bueno, y produce
hoy menos que nunca por la perdición cuasi entera del río, en el cual ha caído un pedazo de cerro
el año pasado de 1720 que lo llenó en distancia de más de V legua; a la banda del Este del valle
junto a la playa es una siénega producida de las aguas de la mar, en la cual a marea llena entran
canoas; y a la banda del Oeste hay una salina pequeña pegada a la misma playa, las haciendas de
cacao son cuasi perdidas por falta de agua, y son el número de ocho a saber:
Fanegas .Arboles
Don Lorenzo Sedeño ...................... 80 8.000
Don Alonso Méndez de Uría ................ 50 5.000
Don José de Liendro ........................ 90 9.000
Don José de Ortega ......................... 4 400
Doña María de Herrada .................... 140 14.000
Don Francisco Berroterán ................... . 4 400
Pedro de Flores ............................ 6 600
-------------------
374 37.400
Eí vallé no es muy grande e inhabitado, sólo algunos negros cimarrones suelen vivir en él; el río
que riega este valle es muy pequeño y se pierde en la tierra sin desembocarse a la mar; la calidad
del terreno de este valle es de mala condición. Del Palmar a Patanemo hay un camino por tierra
muy áspero.
Patanemo
Este puerto es bastante abierto, porque el ángulo del Oeste es muy obtuso con la playa que sigue;
no obstante cualquier género de embarcaciones pueden dar fondo en él con bastante seguridad
por ser resguardada de la oblicuidad que hace la costa desde Guarataro (como ya está dicho) el
río se desemboca al medio de la playa.
El valle de Patanemo es bueno y produce mucho cacao, teniendo de largo, 1 legua buena, el río
que la riega da bastante agua; hay una salina en este valle, de la cual se sirven los habitantes;
sus haciendas a saber:
Fanegas Arboles
Antonio Pinto .............................. 100 10.000
Domingo Pérez ............................ 100 10.000
José de Abila .............................. 80 8.000
Don Gabriel de Ibarra ...................... 80 8.000
Francisco de León .......................... 40 4.000
Don Francisco Natera ...................... 70 7.000
José Cruz ................................. 40 4.000
Don Luis de Villa Monte .................... 80 8.000
Alonso de Villa Mediana .................... 80 8.000
"Don Vicente Machado ...................... 100 10.000
Los Páez .................................. 30 3.000
José de Palma ............................. 20 2.000
El Alférez Francisco Pérez ................. 40 4.000
Francisco Antonio .......................... 40 4.000
Alonso Benites ............................. 40 4.000
Don Lorenzo de Córdova ................... 200 20.000
Don Juan Mateo Capuano .................... 60 6.000:
El Capitán Miguel de Rojas .................. 60 6.000
Don Diego de Loaiza ........................ 30 3.000
De Patanemo al puerto de Borburata 1 legua
Esta distancia ofrece mucho que explicar. 1", a la Punta del Oeste de Patanemo; la costa forma un
ángulo obtuso, y deja las serranías para seguirse en una playa muy arenosa; a 600 pasos
geométricos de dicha punta se desemboca un río que da bastante agua y riega el valle de la
Borburata formado a la falda de la punta sobredicha.
Valle de la Borburata
El Valle de la Borburata tiene 1 legua, buena, y su terreno es de buena calidad, las haciendas que
se han cultivado en dicho valle son a saber:
Fanegas Arboles
Doña Isabel Ascanio ........................ 70 7.000
Don Juan Primo ........................... 70 7.000
Don Juan de Solórzano y Mijares ............ 140 14.000
Don Juan de Ibarra ........................ 200 20.000
Doña Juana Beloz ......................... 70 7.000
Don Francisco de las Marinas ............... 70 7.000
Don Sebastián de Aponte ....;.............. 70 7.000
Diego Jimenes ............................. 15 1.500
Don Juan Azenzio de Herrera ................ 140 14.000
Los Herederos de Doña Pabla Guevara ........ 50 5.000
Don Pedro Miguel de Herrera ............... 70 7.000
Don Diego Loaiza .......................... 30 3.000
El Padre Don Juan José Capuano ............ 40 4.000
Los Herederos del Herrero .................. 10 1.000
Don Domingo Ochoa ........................ 10 1.000
Don Francisco Vásquez y Juan Antonio Herrera 40 4.000
El Padre Don Juan Francisco Guevara ....... 70 7.000
Don Domingo Páez ......................... 140 14.000
Siguiendo la Playa se hallan enfrente de ella a distancia de 1.000 pasos geométricos, 4 islas
incultas, en las cuales no obstante, se puede dar fondo; la primera y la Mayo r es al Este llamada
Isla Larga, en la cual se da fondo a la banda del Sur; la segunda es la Isla de Santo Domingo su
fondo a la banda del Sur; y es menor que la primera. A esta sigue la Isla del medio menor que
ninguna, su fondo al Sur; y la última al Oeste es la isla de Alcatrás, Mayo r que las dos
antecedentes. Cualquier género de navios pasan por ¡a canal que forman estas islas entreoí y la
Tierra Firme.
Toda la distancia de esta costa es limpia y su playa accesible de lanchas aunque con dificultad.
Corriendo a Va legua hay una rinconada o ensenada pequeña en la cual las lanchas pueden dar
fondo; a la banda del Este de ella a distancia de 60 pasos geométricos hay un islote muy pequeño
llamado el Manzanillo.
Entre el cual y la Tierra Firme pasan lanchas. La media legua siguiente es una costa muy
pedregosa hasta el puerto de la Borburata.
Los cerros (como es dicho) retirándose o siguiendo a poco menos la línea de su cordillera dejando
un espacio llano de 1 legua en su más anchura.
Este espacio es ocupado de una sabana y de una salina producida de las aguas que se escapan de
los caños de Puerto Cabello, a lo último de la sabana, y de la salina, hay dos valles, o rinconadas
llamados Valles Secos, de los cuales las serranías que lo forman son cargadas de varios géneros
de maderas como palo sano, guayacán, etc., muy útiles para sus varios usos, de mazonar algún
terreno arenoso, o de vigas para fábricas, o para varios usos en las embarcaciones.
Borburata
Este Puerto es muy bueno, y sus aguas tan mansas que a la banda del Este donde es el
CarEnero , y donde los navios llegan hasta tierra, parece que es una laguna por la quietud de la
mar; la banda del Oeste de la playa es un bajo impracticable, este es muy hondo y se estrecha a
medio canal por dos puntas que se adelantan; enfrente de él cuasi a media entrada hay una isleta
del mismo nombre distante de tierra 250 pasos geométricos.
Playa de Muertos
De ella a 580 pasos geométricos hay una playa chiquita adonde las lanchas llegan a tierra aunque
con un poco de dificultad por las olas que se pierden en ella cuando hay brisa con algún esfuerzo;
de esta playa a la entrada del Puerto hay 300 pasos geométricos, toda esta distancia es buena, y
la mar muy mansa y puede dar fondo cualquier género de embarcaciones con mucha seguridad.
Puerto Cabello
Este Puerto (el cual sin réplica ninguna) se debe considerarse como el mejor de la costa y puede
ser de todas las Indias. Tiene su entrada estrecha, y un fondo muy bueno para cualesquier navios,
que aunque corre de Oeste al Este (que es contra la brisa) no obstante entran a cualquier hora los
navios, porque en cualquier tiempo se remolcan para entrar en él; todas las facilidades necesarias
a la marina se hallan en él, y parece que Dios por su Divina Mano ha querido ahorrar a los
hombres el trabajo de dirigirlo a sus necesidades, pues, quien quisiere mejorarlo, lo perdiera. Hay
diferentes caños en él, que corren hasta una legua de distancia de Oeste al Este; y una media de
Norte a Sur; estos caños forman 3 bahías grandes en las cuales pueden entrar los navios por
canales de 6, 7, 8 y 9 brazas de agua, todo este terreno es de manglares muy ásperos.
La entrada de este Puerto tiene un bajo a la banda del Sur, arrimado a la misma tierra y que a
poca diferencia corre con él; reservo a explicar sus demás proporciones en la planta particular de
este puerto por ser de mucha importancia a Su Majestad y al bien de esta República.
Muchos valles son circunvecinos a este Puerto y hacen su comercio en él, pero él a quien
pertenece directamente y de cuya jurisdicción, es el Valle de San Esteban, el cual es formado por
un brazo de serranía que lo divide del Valle Seco susodicho; su largo de la Playa a su extremidad
es de una legua; y media de estrecho. Las haciendas que son en él empiezan a *4 de legua de
dicha Playa, y son las siguientes:
Fanegas Arboles
Don Francisco Ochoa ....................... 20 2.000
Don Juan de Landaeta ...................... 60 6.000
Don Alonso Lovera ......................... 80 8.000
Don Pedro Lovera ......................... 80 8.000
Juan Ignacio Tejada ........................ 80 8.000
Don Luis del Castillo ........................ 20 2.000
Don Pedro Hidalgo ......................... 20 2.000
Don Nicolás Hidalgo ........................ 20 2.000
Don Francisco Ochoa ....................... 20 2.000
Don Diego de Matos ........................ 20 2.000
Dominga la Jambada ....................... 10 1.000
Lucas González ............................ 60 6.000
Don Juan José Carrillo ...................... 70 7.000
Don Fernando Malpica ..................... 180 18.000
Juan Ignacio de Tejada ..................... 80 8.000
Valentín Muñoz ............................ 60 5.000
El Padre Don Juan Cordones ................ 80 8.000
Doña Elvira Montiel ........................ 80 8.000
Don Felipe de la Madrid ..................... 80 8.000
Don Pablo de Landaeta ...................... 80 8.000
Don Mateo de Ponte ........................ 140 14.000
Francisco Quintero ......................... 20 2.000
El Padre Don Luis de Vargas ................ 80 8.000
Don Gerónimo de Lamas .................... 100 10.000
Este valle es un terreno muy bueno y la Mayo r parte de su producto pasa a los holandeses
quienes suelen anualmente estar en los puertos de su jurisdicción como Borburata y Puerto
Cabello, adonde a 'veces se atreven a tanta soberbia que hasta las embarcaciones españolas no
las dejan entrar, y se ponen en acto formal de hostilidades contra los Jueces propuestos.
De este río prosigue la playa haciendo un arco parabólico, hasta el río de Guaiguaza que sale del
valle de este nombre, el cual produce bastante agua, pero menos que el susodicho de San
Esteban.
De su boca a la Punta de Guaiguaza hay 200 pasos geométricos; esta punta se adelanta poco en
la mar; porque se retira la costa para formar el Golfo que empieza desde la Punta Brava. Enfrente
de esta punta a distancias de 240 pasos geométricos hay una isla chiquita llamada de Guaiguaza,
entre la cual y Tierra Firme pueden pasar cualquier género de navios, y dar fondo como suelen.
Dicho Valle de Guaiguaza tiene 2 leguas de largo, y es estrecho, formándose por un brazo de
serranía que lo divide de San Esteban y se retira alargándose siempre. El terreno llano el cual
tiene 3/4 de legua en esta parte, su terreno de este valle es bueno y tiene muchas haciendas las
que son las siguientes:
Fanegas Arboles
Don Diego de Matos ........................ 150 15.000
El Marqués de Mijares ..................... 700 70.000
Pablo García .............................. 80 8.000
El Colegio ................................. 90 9.000
Don Fernando Aguado ....................... 120 12.000
Don Juan de Freitas ........................ 300 30.000
Don José Prieto ........................... 120 12.000
Doña Micaela de Ovalle ..................... 450 4.500
Don Alejandro Blanco ...................... 120 12.000
Francisco Arocha .......................... 40 4.000
Don Pedro Rodríguez ....................... 60 5.000
Don Juan de Freitas ........................ 400 40.000
Don Lorenzo de Aponte ..................... 360 36.000
Don Nicolás Montañez....................... 70 7.000
Simón de Silva ........................... 120 12.000
Doña Micaela de Ovalle ..................... 120 12.000
Don Cristóbal de Silva ...................... 60 6.000
Lo más de este cacao sigue el camino de los otros que es decir que pasa a los holandeses.
Las haciendas empiezan V£ legua de la playa, a una media cuarta de legua de la punta de
Guaiguaza, sale otra punta chiquita llamada de la salina.
Pórtete
El Pórtete es una rinconada enfrente de la cual los navios pueden dar fondo, y enviar sus lanchas
a tierra por un canal estrecho formado entre los peñascos que ocupan toda esta rinconada.
Cuando los holandeses hallan impedimento para hacer su comercio por la venida de algún Ministro
suelen participar sus correspondientes el día que llegaran a ella, y reciben el cacao ae ellos en
esta parte, que es cubierto de montes en la cual no pueden ser vistos.
El terreno se retira siempre para formar el Golfo, y es pedregoso; atrás de la Costa sigue la salina.
el Peñón, y da su nombre al Puerto; la Playa tiene legua comprendido su arco, al medio del cual
se desemboca el río de Agua Caliente, el cual sale del valle de este nombre.
El Valle de Agua Caliente es pequeño, y estrecho, y tiene pocas haciendas, las cuales son las
siguientes:
Fanegas Arboles
.Don Gerónimo de Lamas .................. 200 20.000
Gonzalo Simancas .......................... 50 5.000
Carlos Felipe de Balenzuela ................. 140 14.000
Don Juan Fernández de Silva ................ 50 5.000
Diego Francisco ............................ 30 3.000
JURISDICCIÓN DE NIRGUA
Toda la costa que sigue es playa, y atrás de ella hay una sabana grande.
Punta de Morón
El Puerto de Morón es a la banda del Oeste, y los navios se arriman a la misma punta que les
sirve de resguardo, de esta punta prosigue la playa sin puntas ningunas, sino formando un arco
cóncavo que es el golfo; atrás de Morón es la sabana sobredicha.
El Valle es distante 2 leguas de la playa y tiene varias haciendas las cuales son:
Fanegas Arboles
Don Pedro de Aponte ...................... 600 60.000
Don Antonio Mendoza ...................... 400 40.000
Don Miguel Renjifo ......................... 400 40.000
Don Bernardo del Toro ..................... 300 30.000
Diferentes particulares en la Palma Sola ...... 40 4.000
Los holandeses hacen mucho comercio en este paraje por ser el camino que baja de los Valles de
Barquisimeto y San Nicolás, y por acercarse siempre más de la Isla de Curazao.
Río de Morón
El río de Morón se desemboca a 200 pasos geométricos de IH Punta, y bastantes aguas.
De la vuelta que hace ¡a punta de Morón empieza un bajo el cual prosiguiéndose se alarga
siempre; este bajo es formado del poco declive de la tierra, sobre la cual van perdiéndose las
olas, y por esta razón se llama Costa Brava.
Del Río del Salado al Río del Yaracuy 2 -1/2 leguas Yaracuy
Este río se debe considerar como muy importante a los intereses de Su Majestad pues el provecho
que se puede sacar de él, es bastante para asistir a la defensa de su costa romo no explicará en
su Capítulo.
El Yaracuy empieza y sale de un cerro llamado Samuraco cerca de 100 leguas de la Costa
siguiendo las vueltas que hace; el cual cerro está entre Jas jurisdicciones de Nirgua y Barquisi-
meto; es navegable desde los Cerritos que son a 30 leguas distante de la Playa por tierra; a su
boca tiene 64 pasos geométricos de ancho, y es hondo bastante para que entren balandras en él;
el terreno que orilla este río es bueno, y de buena calidad para trabajarlo. La mucha cantidad de
árboles que los cargan son todos buenos para cualquiera obra de carpintería como cedro, cedro
blanco, atata, Guayacán y otros.
JURISDICCIÓN DE COBO
Paují
De este camino el Golfo hace un ángulo saliente muy obtuso, y la costa sale en mar.
El restante de la costa hasta Aroa es el bajo que se adelanta siempre en mar, y es de más de una
cuarta de legua. El río de Aroa aunque menos ancho que el Yaracuy, trae más agua, y a poca
costa se puede navegar hasta el pueblo de San Nicolás, o a los puertos que están más arriba de
San Nicolás 8 leguas, en donde antiguamente se embarcaban porciones de cobre de las minas de
Cocorote, y lo traían en canoas hasta la boca de dicho río.
Las cabeceras dé este río salen, de las montañas de Duaca que se hallan entre la Jurisdiccion.de
Barquisimeto, y Carora; en este río hay muchas maderas para cualesquiera fábricas de
embarcaciones.
Enfrente de este río, haciendo cuasi línea recta con él, y perpendicular con la costa, hay dos islas
a 3 leguas a la mar, la una llamada Isla de Iguana, y la otra Isla de Palomas, entre las cuales, y la
tierra se puede pasar, y en las cuales se puede dar fondo de todas partes; estas Islas son muy
pequeñas, y no producen nada,, ni tienen agua; los holandeses llegan muchas veces a ellas para
ocultar su comercio y huirse de los corsarios cuando los hay.
Este río no tiene ni puede tener utilidad ninguna, ni tampoco causar daño.
Bahía
La bahía número 2 no es capaz tampoco de recibir embarcaciones, sino canoas, las cuales pasan
por ella para ir a hacer agua a 3 leguas por unos caños que se conducen a un río chiquito llamado
Guayebo.
Caño de Canipeu
Del Caño 1 en la planta numerada 2, se puede salir también con balandras por un caño llamado
de Canipeu, y a media cuarta de I€gua es la punta llamada de los Flamencos, todo el terreno de
estos caños es de manglares ásperos. Esta Punta de los Flamencos es una serranía que cierra y
fenece el golfo de las Tucacas.
CAPITULO TERCERO
Estado particular de los Valles y Jurisdicciones de Tierra Adentro, en el cual se da cuenta de las
Mayo res poblaciones que hay en cada jurisdicción, sus haciendas de cacao, nombre de sus amos,
número de arboledas, producto de ellas, etc., trapiches, ganados, y demás frutos que cada
jurisdicción da por sí, con otras varias particularidades, etc.
JURISDICCIÓN DE CARACAS
Sus límites son, de la banda del Norte, del Este a Oeste, .la costa marítima desde el río de
Capaya, en el golfo que forma Cabo Codera con el Morro de Uñare, hasta Cuyagua
exclusivamente. En esta distancia, hay varios puertos, pero la costa no está habitada sino en el río
de Capaya, a la orilla del cual se han cultivado muchas haciendas que suelen dar de veinte y cinco
a treinta fanegas por mil árboles, y que aquí serán avaluadas a razón de treinta fanegas por mil
árboles.
Capaya
Fanegas Arboles
Don Juan de Mendivil .................... 150 5.000
Don Pedro Renjifo ...................... 210 2.000
Lo herederos de Don José Renjifo ......... 240 8.000
Don Sebastián de Arrechedera ............ 240 8.000
Don Sebastián Coronado ................. 600 20.000
Los herederos de Don Cipriano Renjifo .... 240 8.000
Doña Ana de Sojo ....................... 300 10.000
Don Cristóbal de Silva ................... 300 10.000
Don Miguel Renjifo ...................... 360 12.000
Don Andrés de la Madrid ................ 420 14.000
Don Manuel de Urbina ................... 900 30.000
Don Iñigo Isturis ....................... 300 10.000
Don Atanasio Monasterios ................ . 45 1.500
El Padre Don José Antonio Delgado ........ 180 6.000
Don Francisco Monasterios ............... 120 4.000
Amaro Machado. Fundando .............. 180 6.000
Todas estas haciendas, aunque no sean directamente a la costa marítima, llegan no obstante a.
ella; a la orilla de este río está el pueblo de Capaya de indios que tiene su Cura Doctrinero y su
Iglesia, en la cual se da el pasto espiritual a los peones y esclavos de las susodichas haciendas.
Chuspa
De la boca del dicho río el primer paraje habitado de la costa es Chuspa, que tiene las haciendas
siguientes:
Fanegas Arboles
Licenciado Don Juan Domingo de Aliendo 100 20.000
Los herederos de Don Martn Zeledonio 40 12.000
Los herederos de Don pedro de Caviedes 120 16.000
Caruao
A una legua de Chuspa sigue Caruao, en cuyo valle las haciendas son las siguientes:
Fanegas Arboles
Los herederos de Don Andrés del Pino ..'... 130 35.000
Don José Carrasquel ..................... 80 16.000
Don Manuel Jélder ...................... 105 8.000
Don Francisco Bejarano ................. 60 14.000
Pedro Martínez ............... 40 6.000
Panecillo
A una legua de Caruao, sigue Panecillo, que tiene una hacienda de:
Fanegas Arboles
Don Alonso Lovera ...................... 100 12.000
Otra de Don Manuel Jolder ,.,,.......,,.. 100 8.000
San Faustino
San Faustino dista una legua de Panecillo que tiene una hacienda a saber
Fanegas Arboles
Don Jose de Liendo ..................... 120 14.000
Tausana
A dos leguas de San Francisco esta Tausana
que consta de una hacienda del Convento de San Juan de Dios
Fanegas Arboles
120 15.000
Uritapo
Urltapo dista una legua de Tuasana y tiene una hacienda de:
Osma
A dos leguas de distancia está Osma que tiene una hacienda a saber:
Fanegas Arboles
Don Lucas Pereira ...................... 30 6.000
Las Caracas
Sigue el valle de Las Caracas a una legua de distancia que tiene una hacienda, a saber:
Fanegas Arboles
Don Andrés Alvarez del Pliego ........... 100 16.000
Anare
Anare está a dos leguas de Las Caracas, y tiene una hacienda de:
Doña Úrsula Lizasa .....................
Fanegas Arboles
100 8.000
Camuri Grande
A dos leguas de Anare está Camurí Grande con una hacienda:
Fanegas Arboles
Don Fernando Galindo y Sayas ............ 30 5.000
Naiguta
Los susodichos parajes son caletas, pero Naiguatá es un puerto Que dista de Camurí Grande
media legua, y en su valle hay dos haciendas, a saber:
Fanegas Arboles
Don Francisco Crespo .................... 100 13.000
Manuel Méndez ......................... 30 3.000
Hay en este puerto una población de Indios.
Uria
De Naiguatá a Uría, una legua, este valle tiene una hacienda, a saber:
Fanegas Arboles
Don José Solano ......................... 10 1.000
Caraballeda
De Uría a Caraballeda hay una legua, este valle tiene una población de indios muy considerable, y
las haciendas siguientes:
Fanegas Arboles
Doña Ana Hermoso .. 60 10.000
Luis Martín Moreno .. 50 7.000
Clemente Pérez ...... 20 2.000
Domingo de Salazar .. 80 8.000
Cacique de Caraballeda 18 600
Don Andrés del Pino .. 130 20.000
Camurí Chiquito
De Caraballeda a Camurí Chiquito hay una legua, no se ha cultivado en este paraje sino una
hacienda de:
Fanegas Arboles
Los Herederos de Don Miguel Fermín de Grigoire 50 7.000
El COJO
A media legua de Camurí Chiquito está El Cojo que tiene dos haciendas, a saber:
Fanegas Arboles
Don Antonio de la Torre .................. 25 3.000
Don Manuel de Betancourt ................ 16 3.000
---------------
6.779 454.100
El Cojo tiene una población de indios, y está a media legua de Macuto que es el, primer paraje
que se ha explicado y puesto en planta en el Capítulo antecedente, desde el cual hasta Cuyagua
exclusivamente se han hallado
2.840 284.000
Y como en esta distancia de Chuspa a Macuto
se hallan incluyendo el río de Capaya 6.779 454.100
Se infiere que la costa marítima de la juris-
dicción de Caracas consta de 9.619 738.100
Digo que los setecientos treinta y ocho mil y cien árboles dan nueve mil seiscientos y diez y nueve
fanegas de cacao como parece salvo yerro.
Tierra Adentro
Esta jurisdicción es limitada en Tierra Adentro, al Oeste por la jurisdicción de Valencia en sitio
llamado Purica, al Sur por la jurisdicción de San Sebastián; al Este por la provincia de Cumaná en
las quebradas de Uñare. Las Mayo res poblaciones o valles que se hallan en este distrito son
primeramente el Valle del Tuy, el Mayo r de todos por la cantidad de sus haciendas, cuyo producto
se avalúa a veinte y cinco fanegas por cada mil árboles; aunque varias personas dicen extrajudi-
cialmente que llegan de veinte y cinco a treinta fanegas.
Fanegas Arboles
El Tuy
Don José Felipe de Arteaga 625 . 25.000
Doña María Juana Piñango 150 6.000
Don Agustín Piñango ...... 750 30.000
Don Bernardo del Toro ..... 500 20.000
Don Manuel Pacheco.. 375 15.000
Don Pedro de Flores....... 125 5.000
Don Alonso de Arguinsones..... 500 20.000
Don Antonio de Sosa 200 8000
Don Francisco Blanco 400 16.000
El marqued e Mijares 400 16.000
Sebastian de Castro 300 12.000
Don Lorenzo de Aponte 250 10.000
Don Juan de Solorzano 250 10.000
Don Antonio Pacheco 250 10.000
La Hermana de Don Antonio Pacheco 250 10.000
Simon Piñate 900 36.000
Don Juan Francisco Mondragon 150 6.000
Doña Francisca Aguado de Paramo 125 5.000
Pedro Gonzalez de trasnmera 250 10.000
Roque Caldera 50 2.000
Don Lorenzo de Aponte 200 8.000
Don Alomo Garabán 500 20.000
Don Juan Suáro 300 12.000
Don Cipriano Landaeta 350 14.000
Don Manuel Gomzales 200 8.000
Don Miguel de Aaoanlo 375 15.000
Don Blas Arráez 200 8.000
Juan Chacón 200 8.000
Juan de la Mata 275 11.000
Simón Pifíate 500 20.000
Don Domingo Galindo 125 5.000
Don Bernardo del Toro 43 1.700
Don Blas de Landaeta 250 10.000
Don Alejandro Blanco 250 10.000
Don Antonio Jorge Justiano 125 5.000
Salvador Medero 125 5.000
Don Andrés Manuel de Urbina 375 15.000
Don Pedro Mlquüena 350 10.000
Don Domingo de Tovar 375 15.000
Don Agustín Piñangón 125 5.000
Don Pedro de Aponte 1.250 50.000
Don Andrea Manuel de Urbina 200 8.000
Don Manuel de Landaeta 150 6.000
Don Andrea de Landaeta 350 14.000
Su hijo, don Andrés de Landaeta 150 6.000
Don José Felipe de Arteaga ........... 375 15.000
Pedro Farías ........ ¡ ............... 250 10.000
Don Esteban Mateo del Barrio ......... 250 10.000
Don Juan Mateo del Barrio ........... 175 7.000
Esteban Martínez ..................... 75 3.000
Don Jaime Galindo ................... 50 2.000
Don Fernando Aguado ................ 200 8.000
Don Juan de Meneses ................. 200 8.000
Don Alonso Garabán ................. 200 8.000
Don José de Bolívar .................. 200 8.000
Don Antonio Mendoza ................ 500 20.000
Doña Josefa Mejía .................... 375 15,000
Don José de Oviedo ................... 250 10.000
El Marqués del Valle ............ ... 150 6.000
Don Lucas Martínez de Porras .......... 250 10.000
Don Juan de Tovar ................... 250 10.000
Don Juan de Urbina .................. 400 16.000
Don Simón Parzero ................... 175 7.000
Don Antonio Ascanio .................. 250 10.000
Antonio de Villafaña ................... 50 2.00G
Juan Antonio Bermúdez ................ 25 1.000,
Doña Josefa Mejía .................... 75 3.000
Don Esteban Mateo del Barrio .......... 75 3.000
Don Juan Gabriel de Liendo ............ .. 175 J.OOQ
Don Luis Blanco ...................... 175 77000
Don Luis Basilio de Herrada ............ 200 8.000
Don Juan Carrasco .................... 200 8.000
Diego Arias .......................... 75 3.000
Doña Josefa de Liendo ................. 75 3.000
Don Nicolás Tazón .................... 375 15.000
Dicho Don Nicolás Tazón ............... 225 9.000
----------------
Suman 20.342 813.700
Caucagua
Ei Mayo r Valle después del Tuy es Caucagua o Guarenas que es un pueblo muy considerable de
Indios con su Cura Doctrinero y su Iglesia; las haciendas fundadas en este sitio justamente con
las fundaciones nuevas son las siguientes: cuyo producto está avaluado de veinte y cinco a treinta
fanegas de cacao por mil árboles, y en estas partidas irán avaluadas a razón de veinte y cinco que
es lo más ordinario.
Fanegas Arboles
Los herederos de Don José Renjifo 275 11.000
Luis de Nieves .................. 250 10.000
Ignacio de Castro ................ 250 10.000
El Marqués del Valle ............. 750 30.000
Don Rodrigo Ortiz ............... 250 10.000
Don Mateo Blanco ............... 100 4.000
Don José de la Plaza ........... 250 10.000
Don Martín de la Madera ....... 250 10.000
Don Feliciano de Sojo ........... 150 6.000
Pedro de Santa Ana ........... 150 6.000
La viuda de Juan Ramírez ....... 100 4.000
Don Diego Blanco .............. 175 7.000
Doña Isabel Portera ............ 250 10.000
Fundaciones nuevas
Don Francisco Crespo ...................
Don José Solano ........................
Don Tello Pantoja ......................
Don Fernando Aguado ...................
Con lo cual se da fin a las haciendas, arboledas y producto de ellas de la jurisdicción de Caracas,
así de la costa marítima, como de los Valles de Tierra Adentro. Cuya recopilación es a saber:
Fanegas Arboles
Desde el río de Capaya, hasta Cuyagua
exclusivamente suma .................. 9.619 738.100
El Valle del Tuy suma ................. 20.342 813.700
El Valle de Caucagua o Guarenas suma .. 8.200 128.000
-------------------
Suma General: 88.161 1.679.800
Digo un cuento seiscientos setenta y nueve mil y ochocientos árboles de cacao, que dan treinta y
tres mil ciento sesenta y una fanega y media poco más o menos salvo yerro.
La jurisdicción de Caracas gastará en su abasto mil fanegas de cacao que suelen venir de los
partidos de San Sebastián, Oritu-co y Choroní, sobre los cuales se mantienen los llanos que son
de esta jurisdicción, La Victoria, Cagua, San Mateo, etc., que son unos pueblos de naturales, y
otros; las 600 fanegas son proveídas por El Tuy, y las 300 que cumplen el numero susodicho
vienen de Orituco, Choroní, etc.
Por lo que toca los Llanos, San Mateo, Cagua, La Victoria, Choroní, y demás partes de esta
jurisdicción se gastan más de 200 reses cada mes, y con la suposición que se emplean 200 cueros
cada mes para los usos susodichos, quedan aun cada año
para embarcar ...... 2.400
Suma de Cueros de Embarque .................... 21.600
Tabaco
El tabaco que se coge en esta jurisdicción se gasta en el uso de sus habitantes con alguno más
que viene de Turmero, jurisdicción de Valencia del Rey, adonde se coge crecida porción.
Trapiches
Caracas y su jurisdicción tiene también diferentes trapiches, y terreno suficiente para alargar los
que tienen hechos que dieran grandísima abundancia de azúcar, pero se mantienen hcy en lo
necesario que gasta la jurisdicción.
Algodón
En muchas partes de ella se coge algodón y particularmente en los Valles de Aragua, Cagua y San
Mateo por ser la tierra y su temperamento al propósito para este género, y la razón de no cogerse
más de lo que se coge hoy, es que no hacen caso de él, y han excusado de sembrarlo, y hacer
lienzos como hacían antes; después que se han introducido los coletos, listados y angaripoles.
Añil
En estos Valles de Aragua y Cagua, el terreno es muy apto para sembrar y coger añil, pues hasta
el silvestre lo produce la tierra y algunos que por curiosidad lo han beneficiado han hallado las
tintas muy realzadas.
La jurisdicción más inmediata a la de Caracas, es la de San Sebastián, cuyos límites son: al Norte
y al Este, la dicha jurisdicción de Caracas, al Oeste la de Valencia, y al Sur los Llanos.
Cacao
El cacao que se coge en esta jurisdicción es en el Valle de Orituco, cuyas haciendas son las
siguientes:
Orituco
Fanegas Arboles
£1 Alférez Don Ignacio de Bolívar ........ 80 5.000
El Capitán Don Juan de Torralva y su madre 96 6.000
Los herederos de Fernando Vandez ........ 96 6.000
Don Alonso de Ostos .................... 240 15.000
Doña Francisca Aguado ................. 112 7.000
Don Juan de Guzmán .................... 96 6.000
Don Juan de Órteno ..................... 160 10.000
María de Avila ......................... 64 4.000
Los herederos de Juan Infante ............ 112 7.000
Don Tomás de SotoMayo r ...........'..... 160 10.000
Don Francisco de Herrera ................ 400 25.000
Tomás Loreto ........................... 48 3.000
Francisco de Campos .................... 48 3.000
Don José de Vargas ...................... 48 3.000
Juan Criollo ............................ 16 1.000
Ignacio Pinto ........................... 64 4.000
Bartolomé Díaz ......................... 224 14.000
Doña Ana Chacoa ....................... 48 3.000
Don Nicolás de Avila ..................... 48 3.000
Manuel Ruiz .........................\.. 80 5.000
Diego de Ledesma ....................... 48 3.000
El Licenciado Don José Antonio Delgado .... 96 6.000
Los herederos del Sargento Juan García .... 112 7.000
La Hacienda de Masnama ................. 32 2.000
Pedro Alvarez .......................... 48 3.000
Martín de Estanga ...................... 64 4.000
Lo herederos de Don Nicolás García Mojica 160 10.000
----------------
Suman: 2.800 175.000
La regulación de estas haciendas es de doce a diez y seis fanegas de cacao por mil árboles, y no
dan más por no ser el terreno tan bueno en este paraje como en la jurisdicción antecedente.
Fanegas Arboles
Con lo que se da fin a las haciendas, arbola
das, producto de ellas a razón de diez y seis
fanegas por mil árboles de la jurisdicción de
San Sebastián, cuya suma general es: 2.800 175.000
Digo ciento y setenta y cinco mil árboles de cacao, que dan dos mil y ochocientas fanegas, poco
más o menos salvo yerro.
Gasto de Cacao
Esta jurisdicción gastará al año 400 fanegas de cacao que salen de dicho Valle de Orituco. Lo que
basta para el abasto de esta jurisdicción.
Gasto de Ganado
Se gastan en ella 2.000 reses poco más o menos al año, no porque esta cantidad sirva toda para
el abasto pero suelen matar reses para sacar el sebo que es la manteca que se usa en estas
tierras, y los pastos son tan fértiles para la crianza de ganado, que se han matado muchas reses
que tenían 15 y 16 arrobas dé grasa.
Cueros
Sus 2.000 cueros se malogran y no suelen traerse a la costa, porque los costos para conducirlos
no corresponden a su valor.
Terreno
Su terreno es de -los mejores que se pueden desear, pero la poca gente que asiste en esta
jurisdicción no basta para labrarlo.
La jurisdicción de la Nueva Valencia del Rey, es una de las mejores de la Provincia por la fertilidad
de su terreno, y por la abundancia de sus frutos.
Límites
Sus límites son: al Norte, la Costa Marítima desde Cuyagua (incluso) hasta el río Sanchón, al Este
empieza en un sitio que llaman Purica que la termina con la de Caracas, y comprende un pueblo
de Indios llamado Turmero que es el Mayo r y mejor que hay en ella con su Iglesia, su Cura
Doctrinero, Corregidor, Teniente y Justicia Mayo r de los Valles de Ara-gua; al Oeste se confina la
Jurisdicción de Valencia con la de Nirgua y San Carlos; y al Sur la Serranía de la Laguna en un
sitio que llaman el Caimán.
La ciudad de Valencia cabeza de su jurisdicción es pequeña y casi despoblada, porque sus más
vecinos viven en sus haciendas; su Cabildo es compuesto de dos Alcaldes Ordinarios, Regidores,
Alférez Real, un Provincial y dos Alcaldes de la Santa Hermandad, Depositario General, Fiel
Ejecutor, Alguacil Mayo r y dos Regidores llanos. Habrá sesenta casas de teja y otras tantas de
paja, por su contorno los más solares de ella están sin fábricas o casas desde que los franceses la
quemaron en el año de 1677.
Pueblos
Se hallan varios pueblos en esta jurisdicción como Maracay, Guacara, San Antonio de los Guayos,
San Diego, etc.
Cacao
La Mayo r parte del cacao que se coge en esta Jurisdicción es a la Costa Marítima, la cual consta
por el Capítulo antecedente desde Cuyagua incluso hasta el río Sanehón, ser de:
12.519 1.251.900
En las tierras adentro se están también fundando de nuevo muchas haciendas, cuya razón no se
puede dar de su producto por no ser cierta la cantidad que dan estas fundaciones de cacao. Las
más establecidas de ellas son a saber:
Con lo cual se da fin a las haciendas, arboledas y producto de ellas de la Jurisdicción de Valencia
que suman ................ 12.834 1.272.900
Digo un cuento doscientos setenta y dos mil novecientos árboles de cacao que dan doce mil
ochocientas treinta y cuatro fanegas poco más o menos salvo yerro.
Gasto de cacao
En la Ciudad de Valencia y su jurisdicción se gastarán anualmente doscientas fanegas de cacao
que vienen de las haciendas de la Costa y de Agua Caliente arriba, y de Maruria y Güigüe cerca de
la Ciudad.
Tabaco
Se cogen en esta Jurisdicción 2.000 arrobas de tabaco, o 100.000 libras de las cuales se gastan
en la Jurisdicción mil arrobas y mil que traen a vender a Caracas, y las dos mil pasan a los
holandeses.
Algodón
Se puede coger algodón en todo lo más de ella en particular en todo lo que no es costa, por ser su
terreno al propósito, y lo mejor el Valle de Turmero, Maracay y Tapatapa.
Sus límites
La Villa de San Carlos que es la más inmediata confina a la banda del Este, con la de Valencia; al
Norte con la de Nirgua; al Oeste con la de Araure; y al Sur con el río de Orinoco; toda esta
Jurisdicción es de llanos, y tiene sólo un cerro llamado la Galera, por el cual se gobiernan los que
hacen viajes a dichos llanos.
Tabaco
Se cogen en ella 1.500 a 2.000 arrobas de tabaco de las cuales se han de disminuir 500 que se
consumen er. la tierra, y las 1.500 pasan a la costa.
Quesos
Se cogen también en ella 2.000 arrobas de quesos que se distribuyen en la Provincia.
Ganado. Cueros
Salen de esta Jurisdicción para la Costa y los Valles de Barquisimeto 3.000 reses todos los años
cuyos cueros pasan a los holandeses, unos en zurrones y otros en pelo.
Algodón
Todo lo más de esta Jurisdicción es tierra de algodón aunque se coge poco en ella.
La Jurisdicción de Nirgua es también una de las mejores de la Provincia; sus límites son: al Norte,
la Costa Marítima desde el río Sanchón hasta el río del Yaracuy, al Este la Jurisdicción cié Valencia;
al Oeste la de Barquisimeto; y al Sur la de San Carlos.
Esta Jurisdicción es abundante en frutos y sobre todo en cacao que se avalúa a 10 fanegas por mil
árboles, cuya numeración es la siguiente:
Fanegas Arboles
Don Martín Ascanio ...................... 240 24.000
Don Juan Blanco Infante .................. 200 20.000
Don Antonio Blanco ...................... 80 8.000
Don Luis Arias .......................... 160 16.000
Don Nicolás de Herrera ................... 80 8.000
Doña Pabla Mejía ........................ 180 18.000
0oña Violante Ochoa ..................... 160 16.000
Don José de Liendo ....................... 150 15.000
Don Juan Carrasco .................... I.. 130 13.000
Diferentes pobres ........................ 60 6.000
----------------
Suma: 1.440 144.000
Valle de Alpargaton
Fanegas Arboles
Francisco Contreras ...................... 60 6.000
Bernardo Obispo ......................... 40 4.000
María de Jesús Noguera ................... 20 2.000
Don Francisco Gil ........................ 50 5.000
Don Juan Bolonsten ...................... 20 2.000
Zapata ................................... 38 3.800
Pedro Franco de Lemos ................... 35 3.500
Juana Pinero ............................ 20 2.000
Varios pobres ............................ 60 6.000
----------------
Suma:343 34.300
Con lo cual se da fin a las haciendas, arboledas y producto de ellas de la Jurisdicción de Nirgua,
así de la Costa Marítima explicada en el capítulo antecedente como de los Valles de la Tierra
Adentro, cuya recopilación es la siguiente:
Fanegas Arboles
Valle de Morón en la Costa ................ 1.740 174.000
San José de Canoabo ..................... 774 77.400
Valle del Yaracuy ........................ 819 81.9.00
Valle de Cabria .......................... 535 53,500
Valle de Urania .......................... 1.440 144.000
Valle de Alpargatan ...................... 343 34.300
-----------------
Suma General 5.651 565.100
Digo quinientos sesenta y cinco mil y cien árboles que dan cinco mil seiscientos y cincuenta y una
fanegas de cacao, poco más o menos salvo yerro.
Gasto de cacao
Esta Jurisdicción gasta anualmente 250 fanegas que las mismas haciendas dan, y la razón de
gastar tanto cacao, es que beben (lo que llaman) cerrero, y se ha de entender que en todas las
jurisdicciones se usa mucho esa bebida.
Tabaco
El Tabaco que se coge en esta jurisdicción es empleado a su gasto, y se siembra en todos sus
Valles; en el de Canoabo se cogía en otro tiempo más de 2.000 arrobas de tabaco de varear para
vender en la Provincia, pero hoy no se saca para este uso, sino para venderlo a los holandeses
que serán 1.000 arrobas.
Ganado, Cueros
Los contornos de la Ciudad de Nirgua es tierra a propósito para criar ganado aunque tengan solo
para su gasto quedarán para vender a los holandeses 1.200 cueros.
Algodón
La tierra es buena para algodón, pero no se coge porque no hacen caso de él.
JURISDICCIÓN DE BARQUISIMETO
Sus limites ,
La Jurisdicción de Barquisimeto es una de las mejores y de Ifll Mayo res de esta Provincia, su
Jurisdicción confina al Este con la dfl Nirfcua; al Norte, la de dicha Nirgua y Coro; al Gante, con la
de Carera y Tocuyo; y al Sur la de Araure.
Cacao
La Abundancia d? cacao que se recoge en esta Jurisdicción es considerable, y ninguna la excede
sino la de Caracas, lo que se Justifica por la enumeración siguiente, la cual se avalúa a razon de
IB fanegas por 1.000 árboles de cacao.
La Vega,
Fanegas Arboles
José de Velazco 57 3.800
Don Sancho de Hereria 37 2.500
Don Juan Gregorio de Hereria 30 2.000
Juan de Velazco 45 3.000
Burria: Simón Martín de Oropesa 12 800
Samuraco: Don Gregorio Travieso 90 6.000
Simón Suárez 30 2.000
Don Fernando de Hereria 12 800
---------------
Suman 313 20.900
Buraure y Yaracuy
Fanegas Arboles
Licenciado Don Carlos de Ortega 30 2.000
Los herederos de Don Antonio Alejos 15 1.000
María de Pinto 15 1.000
Tomás de la Cruz 15 1.000
José. Marín 22 1.500
Ana Serafina 52 3.500
Sebastián Domínguez 12 800
El Capitán Don Francisco de Vayas 90 6.000
Bonifacio Indio libre 90 6.000
Varios Indios libres 15 1.000
Juan Bautista Abañón 30 2.000
José Miguel de Salcedo 30 2.000
Don Juan Gregorio Alaejos 60 4.000
Juan Bautista de Hoy 15 1.000
María de Chávez 30 2.000
Antonio Montesuma 15 1.000
Blas de Viera 60 4.000
Diego Muñoz 45 3.000
Don Pedro Ventura 15 1.000
Francisco Roldan 15 1.000
Francisco Casado 15 1.000
Cañaveral: Don Francisco Barradas 90 6.000
Don Gregorio del Barrio 45 3.000
El Capitán Don Alonso de Torres 45 3.000
Don Santiago de Torres 45 3.000
Lucas Bautista 22 1.500
lIsnciado Don. Bartolomé Linares Becerra 7 500
Iftonio y Luis, portugueses 30 2.000
Mampostal : Don Martín de Tovar 195 13.000
Martín José de Tovar 45 3.000
Simon, negro esclavo de Don Martín José Tovar 15 1.000
Rosa María Ruiz Batero 67 4.500
Alférez Don Juan Gutiérrez de la Flor 67 4.500
Don Francisco Anzola 67 4.500
Los herederos de Don José Ruiz 52 3.500
Don Carlos Ruiz de la Parra 126 8.000
herederos de Doña Margarita Ruiz ¡.'Valero 90 6.000
|;on Adán Francisco Granados 360 24.000
Don Diego de Matos 105 7.000
Nicolás de Segura 22 1.500
Nicolasde Avendaño 15 1.000
lan de Florez 9 600
Juan Martín de Oñate 30 2.000
Simón Carpintero 6 400
)on Juan Jacobo Gañiz 45 3.000
Adrián Flamenco 7 500
Carlos Beroiz 30 2.000
----------------
Suman2.328 155.200
Támanivare
Fangas Arboles
Don Francisco Garrido 67 4.500
Don Luis Garrido 60 4.000
Tomás de Fontes 15 1.015
Juan Bautista Almario 21 1.432
Don Francisco Miguel Ordóñez 525 35.000
Don Gaspar Ruiz 30 2.000
Don Juan Naranjo (difunto) 171 11.400
Petrona la Isleña 45 3.000
Juan Simón Mejía 7 500
Carpió de la Cruz 22 1.500
Pedro López 45 3.000
Francisco Gudiño 75 5.000
Adrián Martín 10 700
El Capitán Pedro Lovera 34 2.300
Rodrigo Marchan 105 7.000
María Felipe y sus yernos 90 6.000
Los herederos de Juan de Salvatierra 180 12.000
Manuel Gómez Pinto y sus partes 195 12.000
Don Manuel de Vargas y Liaño 105 7.000
-----------------
Suman: 1.805 120.347
Yurubí y Quebrada
Fanegas Arboles
Don Carlos de la Parra 75 5.000
Don Martín de Gainza 51 3.400
Don Carlos de la Parra 75 5.000
Don Silvestre Arias 45 3.000
Don Pedro Joaquín 22 1.500
Félix de Villalobos 22 1.500
Don Manuel de Montoya 45 3.000
Don Diego del Pino 315 21.000
María Josefa de Acuña 60 4.000
Don Juan Fernández de la Fuente 135 9.000
Antonio González 30 2.000
Don Antonio Bustillos 18 1.200
Don Bernardo de Matos 225 15.000
Pedro Faustino (difunto) 30 2.000
Hilario Vidal 15 1.000
Juan Rodríguez 15 1.000
Sebastián Cortés 4 300
José Barradas 24 1.600
María Josefa Díaz 18 1.200
Gradan de Sequera 7 500
Juana Díaz 15 1.000
Pascual de Llana 4 300
Lucía, Negra libre 22 1.500
Don Nicolás de Tovar 10 700
----------------
Suma: 1.285 85.700
Cerritos de Cocorote
Fanegas Arboles
Misión de San Francisco Javier 127 8.500
Bernarda, Pardo libre 150 10.000
Bernardo de la Iglesia 45 3.000
Rufina de la Oja 75 5.000
Domingo Ibáñez 22 1.500
Pedro Martín de la Cruz 45 3.000
Juan Lorenzo Rodríguez 45 3.000
Un Indio y un Mestizo 30 2.000
La Obra Pía de Cumanivare 120 8.000
Juan Antonio de Córdova 187 12.500
Don Nicolás de Tovar 135 9.000
Félix del Castillo 60 4.000
Pedro Valenciano 16 1.100
Andrés Martín de la Fuente 75 5.000
Juan de Montes 16 1.100
Doña María de la Rosa Torre 60 4.000
Pascual Alvarez 15 1.000
Pedro Gil Fanego 9 600
Antonio de Burra 7 500
Los herederos de Jacinto Martín 120 8.000
Doña María Peraza 90 6.000
Don Antonio Bustillos 75 5.000
El Capitán Don Vicente 45 3.000
Don Alonso de Torres y su hijo 45 3.000
----------------
Suma: 1.617 107.800
Macagua
Fanegas Arboles
Los herederos de Doña Bárbara Acosta 390 26.000
Don Lope Galíndez 277 18.500
Los herederos de Don Tomás de Aponte 82 5.500
Juan Francisco Mojica 105 7.000
Francisco Romero 120 8.000
Francisco de la Peña 30 2.000
Los herederos de Zizilío Arias 45 3.000
Pedro Gil Fanego 37 2.500
Doña Ana Romero 30 2.000
Don Diego de Vega Vazán 60 4.000
Tomás Mazedo 75 5.000.
María, Morena libre 27 1.800
Juan Esteban, Pardo libre 19 1.300
Juan Salvador, indio 22 1.500
Pascual Bolívar, mestizo 7 500
Domingo Soriano 22 1.500
José Coriano 15 1.000
Agustín Romero 39 2.600
Esperanza, morena libre 18 1.200
Viuda del Copetudo 4 300
Todos los esclavos del Valle tienen entre ellos 60 4.000
---------------
Suma: 1.488 99.200
Macagua Abajo
Vecinos de la Jurisdicción
Fanegas Arboles
La Vega 313 20.900
Boraure, Yaracuy y Mampostal 2.328 155.200
Tamanibare 1.806 120.347
Yurubí y Quebrada 1.285 85.700
Cerritos de Cocorote 1.677 107.800
Macagua 1.488 99.200
San Nicolás de Tolentino 750 50.000
Macagua Abajo 195 13.000
Vega del Yaracuy 37 2.500
Aroa 150 10.000
San José de Chivacoa 1.593 106.246
Santa Catarina de Quara 70 4.646
San José de Guama 1.371 9.182
Cocorote 307 20.493
Urachiche 38 2.550
------------------
Suma Gral.: 12.116 807.704
Digo ochocientos y siete mil setecientos sesenta y cuatro árboles, que dan doce mil ciento y diez y
seis fanegas y una cuarta de cacao poco más o menos salvo yerro.
Gasto de Cacao
El gasto anual que se hace de cacao en esta jurisdicción monta 1500 fanegas que se sacan de la
misma Jurisdicción, la cual, a más de ésta, mantiene los partidos que en adelante serán
expresados.
Tabaco
Por lo que toca el tabaco de las mismas diligencias constan 4.000 arrobas aunque por personas
dignas de fe, se sabe que monta lo sembrado de 6 a 7 mil arrobas de embarque solo, fuera del
que se gasta en la Jurisdicción, y del que se saca para vender y varear que se conduce a otras
partes que puede montar mil arrobas al año, y hay otras personas que lo meten a 1.800 arrobas.
Algodón
Los Valles de Barquisimeto no son muy al propósito para •«mbrar algodón, por ser el terreno muy
húmedo, pero cerca du la Ciudad y a dos leguas alrededor de ella, y siguiendo para ir a la Villa de
Araure, y al pueblo de naturales de Acarigua que es una distancia de más de 20 leguas, el terreno
es de las más pingües que hay para sembrar el algodón; y se coge aún hoy, pero se cogía mucho
más, antes, y había telares de hacer lienzo en la Ciudad de Barquisimeto. En la Villa de Araure y
pueblo de Acarigua y aún hasta hoy hay algunos aunque pocos, y se trabaja siempre menos por lo
poco que se apetece ya el dicho lienzo en dicha Provincia.
Ganado. Cueros
Guanare y la Villa de San Carlos mantienen esta Jurisdicción ríe ganado, y entran en ella 4.000
reses a lo menos cada año para su mantenimiento fuera de otras reses que se cogen y matan en
dicha Jurisdicción, todos estos cueros se convierten en eurrones, con otras más que vienen
hechas para la saca del cacao; hay también algún ganado menor aunque no mucho.
Mulas
8o cogen también en esta Jurisdicción cuando menos 200 muías que se reparten en la Provincia;
por el estado de la Jurisdicción de Barquisimeto se conoce cuan pingüe es su terreno, los muchos
vecinos y varios pueblos que hay en ella así de naturales como de vecinos, como Quara, Guama,
Cocorote, Urachiche, etc., por lo que se considera esta Jurisdicción como la mejor de la Provincia.
Sus límites
La Jurisdicción de la Villa de Araure confina a la banda delj Este con la Villa de San Carlos, y al
Oeste con la de Guana nare, al Sur con el río Orinoco, y al Norte con la de Barqui-simeto y
Nirgua; su terreno es en los llanos.
Gasto de cacao
No se recoge cacao en ella, y lo que necesita de este fruto para su abasto que serán 200 fanegas
al año vienen de Barqui-j simeto.
Tabaco
El tarrerio de esta Jurisdicción es bueno para sembrar tabaco, y n recogen anualmente dos mil
arrobas.
algodón oon que algunos se mantienen y otros merca-<MNI QM Vitan a comprar libras de hilo
para lienzos, hama-Ul r Btaru ooiai.
Ganado
Hay algún ganado que basta para su mantenimiento, pero co-j BQO eita Jurisdicción .ie compone
de pocos vecinos, se man-j tienen de yuca y maíz que van a vender, y en esto se emples el
comercio de esta Jurisdicción.
JURISDICCIÓN DE GUANAGUANARE
limites
Esta Jurisdicción confina al Este con la Villa de Araure; Sur con el río Apure y el Orinoco; al Oeste
con el río de Be no (donde se divide la Jurisdicción de esta Provincia con Ba| riñas, Jurisdicción de
Maracaibo); y al Norte con la Juris dicción de la Ciudad del Tocuyo.
Cacao
Esta Jurisdicción produce 25 a 30 fanegas de cacao <[ue son empleada a su uso, y se están
fundando varias haciendas de Cftcao que a dos o tres años, no necesitarán de ninguna
Jurisdicción antes si le sobrara.
A más de estas 30 fanegas necesita esta Jurisdicción para su abasto 60 a 70 fanegas de cacao
más; las cuales vienen de la Jurisdicción de Barinas, Pedraza y de los Valles de Barquisi-meto, por
lo que se puede reputar de dichos .Valles 30 fanegas, y lo restante de Barinas y Pedraza.
Tabaco
Se coge todos los años de 8.000 a 9.000 arrobas de tabaco en ella de embarque, y el que se deja
en la tierra para llevar a otros lugares se hace delgado de varear.
Mulos
De esta Jurisdicción sale también cada año cerca de trescientas ínulas para vender en la Provincia.
Algodón
Su terreno generalmente es bueno para algodón, que de allí se sacaba para El Tocuyo, Valles y
Ciudad de Barquisimeto en otros tiempos, pero hoy no se trabaja casi nada.
Ganado
El ganado que de allí se saca para los dichos Tocuyo, Valles, y Ciudad de Barquisimeto, Ocumare,
y otras partes de la Costa de mar monta todos los años a siete mil reses.
Trapiches .
Hay varios trapiches de azúcar para el uso de su Jurisdicción.
Quesos
Se saca también quinientas a 600 arrobas de quesos, que se reparten en la Provincia.
Pescado seco
Sus ríos dan de 1.500 a 2.000 arrobas de pescado que llevan a vender en tiempo de cuaresma a
los Valles de Barquisimeto y al Tocuyo.
Límites
Sus límites son al Este la Jurisdicción de Barquisimeto; all Norte la de Carera; al Oeste la de
Trujillo; y al Sur Guana-guanara.
Gasto de cacao
No hay en esta Jurisdicción cacao ninguno y 200 fanegas ne sita para su abasto que vienen de los
Valles de Barquisimeto.
Azúcar
Los frutos de esta Jurisdicción consisten en muchos dulces^ puea se componen todos los más,
haciendas de trapiches, y eaj en «11* que el aguardiente de caña tiene la Mayo r fama.
en ella, y ganado menor
Mucho! membrillos y guayabas que se usan en hacer] oajetai de conserva para llevar a vender a
diferentes partes) de esta Provincia, así como cebollas, ajos, manzanas, etc.
Gasto de tabaco
El tabaco que se coge es muy poco, y no basta para el uso d< su jurisdicción, a cuyo
cumplimiento provee Barquisimeto 5( arrobas y Guanare 150.
Algodón
Se coge algodón y el terreno es apto a sembrarlo.
Petacas
Se hacen en esta Jurisdicción de dos a tres mil petacas de caí para empetacar tabaco de las
cuales se proveen las Jurisdicj ciones de la Provincia.
Mulos
Salen de ella también 200 muías que se reparten en la Jurisdicción.
Cueros
Lo que toca su ganado Mayo r le viene de Guanaguanare y de San Carlos lo que será de 40Q a
500 reses todos los años.
JURISDICCIÓN DE TRUJILLO
Sitó limites
Los límites de esta Jurisdicción son: al Este la del Tocuyo; ul Norte la de Carora; al Oeste se divide
la Provincia con la Jurisdicción de Marida; y al Sur, Guanaguanare.
Cacao
Esta Jurisdicción tiene tres haciendas de cacao que son a saber:
Fanegas Arboles
Con lo cual se dan fin a las Haciendas, Arboledas, y producto de ellas de la Jurisdicción de Trujillo
cuya recopilación es la siguiente:
Digo trece mil árboles que dan doscientas fanegas de cacao poco más o menos salvo yerro.
Gasto de cacao
El producto de estas haciendas no alcanza para el abasto de Mta Jurisdicción por no dar sino 200
fanegas al año, y faltarle 100 fanegas que vienen de Gibraltar, Jurisdicción de Maracaibo.
Tabaco
El tabaco que se coge en ella monta 2.000 arrobas cada año.
Harinas
Se coge harinas en ella que es casi la sola que se reparte la Provincia.
Legumbres
Hay bastante legumbres también como alverjas, chícharos, leí tejas, garbanzos, arroz, etc.
Mulos. Cueros
Se cogen algunas muías y hay ganado Mayo r y menor, suficiente; y de su gasto anual se sacan
1.000 cueros.
Azúcar
Se coge también mucha azúcar muy buena.
Es muy poblada esta Jurisdicción y tiene hasta 14 pueblos gran-' des de indios, etc.
JURISDICCIÓN DE CARORA
Límites
Sus límites al Este la de Barquisimeto; al Norte la de Coro; al Oeste la de Trujillo; y al Sur la del
Tocuyo.
Cacao
Hay poco cacao en ella y sus haciendas son a saber:
Fanegas Arboles
Moroturo, Don Pedro Leal 2.000
Marcos Fernández 2.000
Mateo de Oviedo, difunto 2.000
----------------------
Suma:50 6.000
Con lo cual se da fin a las haciendas, arboledas y producto de ellas de la Jurisdicción de Carora
cuya recopilación es la siguiente*
Digo seis mil árboles, que dan cincuenta fanegas de cacao, poco mas o menos salvo yerro.
Gasto de cacao
El gasto de esta Jurisdicción es de 100 fanegas al año, y las 50 que faltan vienen de los Valles de
Barquiaimeto.
Cueros
Como Carora está retirado 50 leguas de la Mar sus cueros que •trin 600 al año, no se embarcan, y
se gastan y curten en la
1 Jurisdicción misma para hacer calzados, aliños de sillas y en-medios que se llevan a vender a los
Valles de Barquisimeto, Tocuyo, Coro, San Sebastián, Caracas,, y sus llanos, San Carlos,
IGuanaguanare y aun Barinas.
I Be cogen y curten diez mil cordobanes y otros tres mil vena-Idoi y badanas.
Tabaco
Tabaco es poco el que se coge en esta Jurisdicción, y el que se coge y se siembra es en un sitió
llamado Moroturo. El que halcón para embarcar es en longaniza gruesa, y el que es para leí uso
de la tierra, se hace de barear, y llevan de la Jurisdicción de Guanaguanare, y de las Vegas del río
de Barquisimeto 100 arrobas para el cumplimiento del que se gasta en dicha Jurisdicción.
Algodón
El terreno de esta Jurisdicción es bueno para sembrar algodón, pero no se usa.
Palo de brasilete
Hay una crecida abundancia de palo de brasilete en ella, y | aunque la Ciudad de Carora dista de
la playa 50 leguas, no obstante su conducción a la mar es fácil, por el río del Tocuyo que es
navegable, y es en sus vegas a las cabeceras del dicho río, y hasta 25 leguas de la mar que es el
paraje más abundante, y se puede conducir hasta la Costa Marítima, por ser dicho río navegable
en estos parajes.
Este trato fuera de muchísimo provecho a Su Majestad si los españoles embarcaran este palo
Trapiches
Hay muy pocos trapiches en esta Jurisdicción, y así el dulce que le falta para el gasto anual, lo
traen del Tocuyo y Trujillo] a vender.
JURISDICCIÓN DE CORO
Sus límites
La Jurisdicción de Coro tiene por limites al Este la de Nirgua y Barquisimeto; al Norte la Costa
Marítima; al Oeste se divide la Provincia con la de Maracaibó; y al Sur, Carora y j Barquisimeto.
Cacao
En esta Jurisdicción están fundando muchas haciendas de cacao al presente, y aunque empiezan a
producir, no obstante no necesita de cacao de otra Jurisdicción para su abasto antes si le sobra,
pero como todavía no se puede asentar un juicio cierto de las haciendas me contentaré dar la
nómina de los hacendados que están fundando, sin particularizar sus arboledas, ni su producto
por no ser cierto, sigue:
Las cuales haciendas darán mucho según sus principios, a más de éstas hay varios pueblos en
esta Jurisdicción que tiene algún cacao, los cuales son a saber:
Capadare
Capadare es agregación, y tiene su Cura Doctrinero y su Iglesia este pueblo se compone de todas
calidades de gente, así indios, zambos, mulatos, como blancos y mestizos; sus haciendas son a
saber:
Capadare
Capadare es agregacion y tiene su Cura Doctrinero y su Iglesia eset pueblo se compone de todas
calidades de gente, asi indios,zambos,mulatos, como blancos y mestizos; sushaceindas son a
saber:
Da manera que las partes de esta Jurisdicción que al presente producen son a saber:
Fanegas Arboles
Tocuyo 14.000
Jacura 60 4.000
Capadare 220 19.000
-----------------
Suma: 280 37.000
Con lo cual se da fin a las haciendas, arboledas y producto de ellas de esta Jurisdicción de Coro de
lo que al presente dan, y antes de tres años las demás haciendas de esta Jurisdicción darán al
respectivo, y aún más, cuya suma general es la siguiente:
Digo treinta y siete mil árboles que dan doscientas y ochen* fanegas de cacao poco más o menos
salvo yerro.
Tabaco
En esta Jurisdicción se coge hoy tabaco suficiente para su gas to sin sobrarle nada antes se le
puede dar 200 arrobas, 100 d Barquisimeto y 100 de Guanaguanare.
Ganado
Esta Jurisdicción es muy extendida y tiene más de 100 legui de largo, se matarán en un año
cuatro mil reses en ella, poi tener mucho ganado menor, de que se mantienen, carne di monte,
pescado y otras costas de aves.
Cueros
Los 4.000 cueros de estas reses son empleados, los 2.000 parí enjalmas, petacas y látigos; y los
otros 2.000 se venden a los holandeses.
Mulos
Se coge en esta Jurisdicción de mil a dos mil muías, y lo menos que embarcan a- los holandeses
todos los años son 1.000 muías
Palo de brasil
Tiene esta Jurisdicción Palo de Brasilete, aunque por el mucbJ que se ha cortado se ha retirado
algo, pero se le puede d£ 1.000 quintales por cada año, sin haber otro que lo ci el dicho Palo, sino
los holandeses.
Con lo cual se da fin a las Jurisdicciones de esta Provincia, la cantidad de sus frutos, y de su
producto, el cual como est insinuado se debe considerar ser Mayo r, por las razones que ei los
Capítulos siguientes serán explicados.
De manera que la recopilación general de los dichos frutos sol los siguientes:
Cacao
Fanegas Arboles
Jurisdicción de Caracas ............... 33.161 1.679.800
Jurisdicción de San Sebastián ......... 2.800 165.000
JUfUdicción de Valencia .............. 12.834 1.272.900
Jurisdicción de Nirgua ............... 5.651 565.100
Jurisdicción de Barquisimeto .......... 12.116 807.704
Jurisdicción de Guanaguanare ......... 30
Jurisdicción de Trujillo ............... 200 13.000
Jurisdicción de Carora ................ 50 6.000
Jurisdicción de Coro .................. 280 37.000
-------------------------
67.123 4.546.564
Digo que se hallan en esta Provincia cuatro cuentos, quinientos cuarenta y seis mil quinientos
sesenta y cuatro árboles, qtlt dan sesenta y siete mil, ciento y veinte y tres fanegas de oaoao
poco más o menos salvo yerro.
Y sacando los dichos tres mil seiscientos y noventa fanegas de la suma general quedan de
embarque cada aflo ....................................... 63.433
Cueros
Los cueros de estas Jurisdicciones producidos del ganado mí yor que se gasta en ellas son a
saber:
Liquidos Su Gasto de Embarque
Caracas 25.200 6.000 19.200
San Sebastián 2.000 2.000
Valencia 7.200 1.200 6.000
San Carlos 3.000 3.000
Nirgua 1.200 1.200
Barquisimeto 4.000 4.000
Guanaguanare 7.000 7.000
Tocuyo 500 500
Trujillo 1.000 1.000
Carora 600 600
Coro 4.000 4.000
---------------------------------------
Suman 55.700 9.200 46.500
De manera que se hallan .cada año en esta Provincia veinte y tres mil y doscientas arrobas de
tabaco antes más que me-noi; que se gastan en ella tres mil y setecientas arrobas más o menos;
y se embarcan anualmente en sus Costas Marí-tfmu más de diez y nueve mil arrobas de tabaco.
Pato de brasilete
Un asta Provincia, como se ha explicado, se pudiera sacar mu-oho Palo de Brasilete por ser muy
abundante, pero no se saca tino en la Jurisdicción de Coro, que se embarcan cada año más df mil
quintales.
Con lo cual se acaba la enumeración general de todos los frutos de esta Provincia, así de los que
se gastan en ella, como de los que embarcan los españoles y extranjeros, todo lo que se explicará
en el Capítulo siguiente.
De manera que se hallan cada año en esta Provincia cincuent y cinco mil setecientos cueros antes
más, que menos, que si gastan en ella nueve mil y doscientos poco más o menos, y quj se
embarcan anualmente en su Costa Marítima más de cuarentj y seis mil y quinientos cueros.
Se curten también cordobanes y venados para el uso de Provincia, y tierras adentro, cuya
cantidad es la siguiente:
Tabaco
Por la enumeración de las partidas anteriores se hallan en est Provincia las arrobas de tabaco
Palo de Brasilete
En esta Provincia cmo se ha explicado, se pudera sacar mucho Palo e Brasilete por ser muy
abundante, pero no se sacasino dela Jurisdiccion de Coro, que se embarca cada año mas de mil
quintales.
Con lo cual se acabala enumeracion general de todos los frutos de esta Provincia, asi de los que se
gastanen ella, como de los que se embarcan los españoes y extranjeros, todo lo cue se explicara
en el Capitulo siguiente.
CAPITULO CUARTO
Estado presente del comercio español, y de la introducción del comercio extranjero en esta
Provincia,
Sobre todos los medios más eficaces para engrandecer los Dominios de los Príncipes, aumentar
las riquezas de sus vasallos, y alentarlos al amor de la virtud, es el comercio sin duda el más
considerable: varias naciones humildes en otros tiempos, olvidadas, y casi .reducidas a su primer
ser, se han alzado en el grado que las vemos hoy por esta vía, es por su medio, que la Abundancia
de loa, bienes reina entre los hombres; el comercio en fin, procurando las facilidades de
comunicarse con las naciones más remotas, forma la familiaridad tan necesaria y casi
indispensable al hombre, e inspirándole el amor de la religión, de la sabiduría, de la lealtad y de la
prudencia (virtudes inseparables de él), lo conduce a un grado de perfección tan eminente que sus
vecinos se* espantan, y quedan suspensos entre el miedo y la admiración; celosos no obstante de
su fortuna y de su gloria, las naciones más políticas han reconocido la importancia de esta verdad,
poniendo todas sus atenciones en favorecerlo, y uno de los Mayo res príncipes que ha reinado en
nuestros tiempos1 estaba tan enterado de que el comercio era el alma de un reino que dio todo su
cuidado en aumentarlo y protegerlo, y aunque entonces no faltaron varios económicos quienes
condenaron el Ministro8 que había insinuado esta máxima, alegando que el apetito del interés
disminuye el valor de los hombres, y citando ejemplos, no obstante quedaron convencidos,
cuando reconocieron que un mercader se halla muchas veces en los peligros de un soldado, y que
el soldado .no se halla en los riesgos que corre un mercader, y confesaron después que nada era
más útil en un estado que el comercio, y que antes de disminuir el valor a los hombres, al
contrario, los aumenta.
Convencidos de la importancia del comercio: se han de dar cuantas atenciones sean posibles a
que. florezca en los estados, y proveer a realzarlo cuando está caído o vacilante. Es en estas
ocasiones que la prudencia del Príncipe ha de parecer, y que BUS Ministros han de ser celosos en
la ejecución de un bien
tan general, y de una -gloria tan grande para la patria, pu« se logran por él, efectos tan dichosos.
Si hubieran atendido a esta máxima en las Indias o por decirla! mejor; si los Ministros que las han
gobernado hubieran facili-, tado el comercio, no se viera hoy tan aniquilado y deteriorado,' como
está, de los que se puede juzgar por su estado lastimoso-en esta Provincia; en la cual todo el
comercio español se reduce ¡ a un navio registro de España, que aun no viene todos los años, y
otro, de las Islas de Canarias .cargado de caldos, y cuatro o cinco embarcaciones que cargan
todos los años una partida de cacao para la Nueva España.
Navio registro de España
El navio registro de España es el que se discurre proveer la, Provincia de todo género de
mercadurías, y como viene las más veces muy empeñado antes de salir de Cádiz, busca los
medios que le faciliten a su desempeño, por cuyo efecto y otros pone un precio tan considerable a
sus mercancías que si no tuvieran los vecinos de la Provincia a mano, a los extranjeros de quienes
compran la Mayo r parte de la ropa que necesitan, no pudieran suplir sus caudales a los gastos
que al presente hacen.
De esto se ha originado que unos registros no han podido acabar de vender sus mercancías en el
término limitado lo que ha sacado el ánimo a los mercaderes de España de pedir registros para
estas partes, viendo el poco gasto que se hacía de sus géneros, pero puesto el caso que los
caudales de los habitadores de esta Provincia bastaran, o que se acabara, y exterminara el trato
ilícito, no pudiera entonces un registro proveer la Provincia de ropa suficiente por extenderse muy
lejos en las tierras, adentro el comercio, a cuyo cumplimiento no fueran suficientes cuatro
registros, lo que se experimenta por el número de embarcaciones extranjeras que asisten
anualmente en esta costa.
finalización de la venta/ de sus géneros compran muchas por-de cacao de los vecinos, unos a
plata, y otros a géneros, hacen estas remisiones a la Nueva España, sobre los cuales án mucho, y
el producto pasa a los interesados a España, o no. ta máxima no se puede condenar, sino en
cuanto a la razón arrtba referida, porque si no hallaran los hacendados de esta Provincia este
modo de vender su cacao, lo arriesgaran en su nombre a la Nueva España, y gozaran de la
ganancia de su producto, con la cual aumentaran sus caudales y haciendan ¡ y por lo consiguiente
se aumentara el comercio de España
•n cita Provincia, y los intereses de Su Majestad. Esto no Chitante con la suposición que se halle
exterminado el trato A* extranjería porque en tal caso más vale aunque quede el Oomercio como
está al presente, porque es evidente que la ve-nldn de los Registros a las Indias, es de recibir los
frutos de oadft provincia por sus géneros, y con efecto si los comercian-tH españoles no tuvieran
hoy en día la ganancia del cacao que envían a la Veracruz, no pudieran desempeñarse.
Otro provecho han hallado también los Registros en esta Provincia pero no hablo de él por ser
furtivo, y no poder un Re-gUtro tratar ocultamente con los extranjeros sin que los con-ultntan los
Gobernadores y den las manos a hacerlo.
obstante se quejan los Registros de no poder vender sus caldos! ¿Cuál será la razón, y el motivo
de sus quejas siendo los veci<| nos tan inclinados a él? Es fácil explicarlo.
Aguardiente de Caña
Como las tierras de adentro y los llanos no se pueden provef de aguardientes de Islas, sino con
mucho gasto por ser mu¡ dilatado el viaje, y los riesgos que corren los caldos por IOE malos
caminos que pasan; se usa en esos parajes de un aguar-] diente hecho de caña de azúcar el cual
(aunque muy diferent de el de Islas y España), no deja de saber bien al paladar del estos
hombres, además que les cuesta menos, y menos trabajo,] por lo que no se gasta otro en dichas
partes; los que viven ei las costas no usan tampoco de los aguardientes de Islas, por proveerse de
los holandeses de ellos, quienes les venden mucho más barato de lo que se infiere, que la
consumación de los caldos de Islas de Canarias se encierra en la ciudad de Caracas y sus
contornos, y por lo consiguiente sobran por lo restringido de esta Jurisdicción.
Privación del Aguardiente de Caña
Se han hecho bastantes diligencias para facilitar la venta de] los caldos españoles, pero no se ha
logrado el efecto deseado, varios Ministros pensaron que en proponiendo el que se privase el uso
del aguardiente de caña quedaran los habitadores de esta Provincia precisados a comprar a los
españoles, pero la experiencia ha enseñado que antes que resultara un bien de esta Provincia,
nacieron al contrario dos daños considerables.
Mas los extranjeros son los que mantienen la Mayo r parte de Provincia de este caldo; y como la
Isla de Curazao no pue-1 lioar la caña por la- esterilidad y sequedad de su terreno, I franceses
son los que la proveen y que traen cada día aguar-~M de la Martinica a aquella Isla, cuya
consumación se •n parte en las costas españolas, por lo que se conoce que Wfllones se han
aprovechado de esta prohibición, el francés f •! holandés, sin que por ningún modo los Ministros
que han flbarnado esta Provincia hayan dado sus atenciones a la fOUldaración de este daño y de
otros muchos.
(salvo mejor parecer) más valiera siendo el mal incurable IOB ll disposición presente del gobierno
de esta Provincia, más Vtlicri digo, permitir otra vez el uso del aguardiente de caña, • Imponer un
derecho conveniente mientras se daban las provi-lOÍai necesarias por Su Majestad, pues el de
Islas no abas-casi sino la Jurisdicción de Caracas.
POcos son los frutos como parece que sacan y embarcan los es-pafioles, y si no fuera el comercio
de la Nueva España (que aunque tiene poco vigor) no sacara Su Majestad provecho ninguno de
esta Provincia.
Estas 20.000 fanegas vendidas en la Veracruz a razón de 30 y 35 pesos cada una, que es el precio
más ordinario y el provecho que dan según el valor, sus derechos son a saber:
Pesos Rs mrs
Principal de una fanega 10
Flete 5
Derechos en Caracas 1 4 27
Cuya suma debiera naturalmente volver a esta Provincia por haber salido principal y costos de
ella; pero como son pocos los que embarcan, vecinos de ella, por su cuenta y riesgo, de este
fruto, poca es la plata que se devuelve a ella; los más interesados en este comercio son varios
forasteros, los cuales tienen sus correspondientes en España y Veracruz, a los cuales envían las
remisiones de este producto; de suerte que lo que vuelve a esta Provincia un año con otro será la
cuarta parte poco más o menos del principal y ganancias, cuya suma hace cien mil pesos poco
más o menos.
Lo que toca el provecho del flete de los referidos frutos se reparte en varias Islas sus vecinas,
porque las embarcaciones que los conducen no pertenecen a los particulares de la Provincia, ó a lo
menos son pocas; por cuya razón esta ganancia de fletes pasa a otras partes, como a Santo
Domingo, Puerto Rico, Maracaibo, &. De donde suelen ser dichas embarcaciones; y para suplir los
gastos precisos que han de hacer, sea para carenar, o para la manutención de la gente, suelen
ordinariamente traficar varios géneros de China, &., prohibidos, y venderlos, cuyo producto sirve a
los gastos.
Y.como por las partidas declaradas en el capítulo antecedente, constan que sobran de embarque
cada año 39.433 fanegas de cacao, 46.500 cueros, 19.000 arrobas de tabaco, mucho.palo de
brasiiete, &,, notando aunque es constante que son mes las partidas líquidas, que las declaradas,
es imposible que no tengan alguna salida estos frutos; pues donde pasan ¿ quién íos erifbar-ca?,
los extranjeros; y es lo que voy a referir,
Comercio Extranjero
De todas las naciones que han poblado tierras en las Indias, ninguna frecuenta más la Costa
Marítima de esta provincia como los holandeses desde más de 115 años como consta de una
Cédula fecha de 6 de Noviembre del año de 1606 por la cual el señor Don Felipe Tercero de feliz
memoria perdona a los comerciantes de esta Provincia, imponiendo no obstante pena de muerte a
los que en adelante prosiguiesen en este comercio furtivo con los extranjeros. Los holandeses
(como digo) que a justo título se pueden llamar los Mercaderes de la Europa, han reconocido
desde mucho tiempo que podían sacar muchas ventajas del poco vi-' gor que tiene el comercio de
los españoles, porque como los habitantes de las inmensas provincias que pertenecen a la Corona
de España en este nuevo mundo, no reciben suficientemente de Es-paña las mercancías que
necesitan, estos extranjeros suplen esta falta y vienen a las costas de estas Indias en las cuales
venden sus mercancías a un precio más barato que los españoles, pudíendo hacerlo mejor, por las
razones que en adelante irán explicadas, y reciben en trueque los frutos de la tierra, que las son
de Mayo r provecho, que no la plata, lo que no hacen (o a lo menos rara vez) los españoles.
A estos pasan los frutos de esta Provincia lo que causa un daño tan considerable a Su Majestad
que no apercibe la tercia parte de los derechos que legítimamente pertenecen a su Real Hacienda,
y esta pérdida se triplica por la introducción de sus mercancías, a más de los daños que pueden
resultar de este trato.
He dicho que los holandeses pueden vender sus mercancías mucho más barato que los españoles,
y lo pruebo:
Primeramente los géneros nobles, brocatos, galones de oro y de plata, tizus, rasos, y.otros
géneros de seda; los.paños camellb-nes, sargas, &, los lienzos, olanes, bretañas, crudos y todo
gEnero de mercancías, se hacen casi todas en sus tierras o a la puerta ,de sus estados tienen sus
manufacturas establecidas, y sus oficiales ganan mucho menos que no en España, porque, o
la plata tiene más estimación entre ellos, o lo necesario para su manutención les cuesta menos.
Segundo. Los holandeses no gastan tanto en su viaje como los españoles, sea por la construcción
y fábrica de los navios y de sus pertrechos, o por la paga de sus oficiales y marineros, porque el
marinero holandés no tiene cada mes, sino 12 ó 14 florines lo que llega casi a 5 pesos de nuestra
plata; y el español gana por lo más ordinario 10 y 12 pesos exactos al mes, lo que es una
diferencia considerable.
Tercero. Los holandeses ganan mucho sobre la plata de España y más sobre los frutos.
Cuarto. No pagan tantos artículos de licencias, de regalos, de firmas de Gobernadores, &.,
(vejación originada de la avaricia do los hombres), y que vale muchas veces tanto como el
principal de la carga.
Quinto. Sus derechos no son tan considerables como en España. Sexto. En fin no se puede negar
que los holandeses tienen mes el genio del comercio, que ninguna nación de Europa; saben mejor
sus entradas y salidas, y como sus tratos se extienden en todas las partes del mundo se
aprovechan de todo, y distribuyen a propósito lo que conviene a cada nación por cuyo motivo no
les sobra nada y reciben cualesquiera frutos por sus mercancías. Reconocieron la importancia del
trato con estas Indias y buscaron para establecerse las Islas que les parecieron más convenientes,
o de interposito para sus comercios hasta mejor fortuna.
Curazao
La Isla de Curazao que ocupan desde el año de 1632 y la que pertenece a la Compañía de las
Indias Occidentales de Holanda, les pareció más a su conveniencia por ser casi inmediata a la
Tierra Firme, y a mano de las Islas de Cuba, Española, Puerto Eieo <&. Consideraron más en esto
el interés de su ^situación, que no la bondad de su terreno, porque esta Isla tque es pequeña), es
un .terreno muy malo, estéril, pedregoso y cortado por todas partes por unas lagunas que forma
el mar, no produce nada, sino algunas yerbas, limones y cocos, que apenas. bastan al uso de sus
habitantes, no hay río, ni fuente, y la agua dulce viene de Tierra Firme, o se saca en unos parajes
hondos que la situación del terreno ha formado, en los cuales se juntan las aguas de las lluvias;
no obstante de toda esta esterilidad, los víveres son tan abundantes, las mercancías tan comunes
que parece que es una de las mejores ciudades de Europa.
La Compañía hizo fortalecer los parajes que parecían ser peligrosos o facilitar un desembarco
enemigo.
De esta Isla salen las embarcaciones que hacen el comercio anual de estas costas, sin que todos
los remedios, propuestos (antecedentemente) lo hayan podido estorbar o por dar las manos para
hacerlo los Ministros de Su Majestad o por su poco cuidado de ellos, o por no tener las fuerzas
para impedirlo, o en fin, por la mucha vigilancia de los tratantes y metedores.
Los judíos (sobre todo) son los que las frecuentan más por componerse lo principal de esta Isla de
ellos; y como la Mayo r parte de ellos, son apoderados de Mercaderes o judíos de Holanda,
reciben sus remisiones por vía de los Navios que vienen casi^aada mes, y envían sus productos;
lo que hace que hay pocos caudales existentes en esta Isla.'
Á más de estos navios vienen otros directamente de Holanda, y éstos pasan a Puerto Belo, y
Costa de Cartagena donde empiezan sus tratos en oro y plata, y de allá vienen de vuelta a esta
provincia, a vender lo que les ha quedado de mercancías por los frutos de la tierra.
No es posible de poder particularizar todos los modos que los unos y otros (que los españoles y
extranjeros) emplean para la ejecución de este trato, porque no bastaran volúmenes para
referirlo.
Lo cierto es que de todos los daños contrarios a los intereses de Su Majestad, ninguno es más
perjudicial que éste, por varias razones:
La primera es la pérdida de los Reales Derechos, los cuales por los frutos de embarque declarados
en eí Capítulo antecedente, Son muy considerables, lo que se justificará por la cuenta siguiente :
Cacao
39,483 fanegas vendidas a 10 pesos, deben de derechos, a saber: 10 por 100 de almojarifazgo y
armada de Barlovento son 6 por 100 de Antigua Ármadilla son
Pesos ex. Rs. Mrs.
39.433
23.659 6 18
---------------------------
Suma: 63.092 6 18
Tabaco
19.000 arrobas de tabaco vendidas a 4 pesos arroba, debe de derechos a saber:
Pesos ex. Rs. mrs
Palo Brasilete
Pesos ex. Rs. Mrs
1.000 qq. vendidos a 6 pesos,
deben de derechos a saber: 2 por 10 de Armada 120
2-1/2 de Almojarifazgo ................ 150
2 por 100 de Alcabala ................ 120
--------
Suma:390
Suma, General
Pesos ex. Rs. mrs.
Cacao .............................. 63.092 6 18
Cueros ............................. 7.905
Tabaco1 ............................. 5.795
Palo Brasilete ....................... 390
---------------------------
Suma: 77.182 6 18
Por cuyas partidas consta que Su Majestad pierde de lo declarado solamente setenta y siete mil
ciento y ochenta y dos pesos, seis reales, diez y ocho mrs. ......
77.182 6 18
Cuyos frutos vendidos a trueque de géneros triplican la pérdida en la cobranza de los derechos de
dichas mercancías que apercibiere Su Majestad de los navios españoles que debieran mantener la
Provincia de lo necesario.
La segunda razón, y que no importa menos a Su Majestad y a sus propios vasallos, (siendo
constante, Su Majestad corre el riesgo de perder su provincia, y los vasallos su libertad y el dulce
consuelo de ser dominados por su Rey legítimo), es la facilidad que tienen los extranjeros en
conocer la flaqueza de las fuerzas de esta Provincia, y los pocos vecinos capaces de defender su
costa marítima indefensa por sí misma, todo lo cual merece muchísimas atenciones lo que se
explicará más en los Capítulos siguientes.
CAPITULO QUINTO
Estado particular y presente del puerto y fortificaciones de La, Guaira, con sws dimensiones
La Plaza de La Guaira es en un estado tan lastimoso, sus defensas tan mal arregladas y
entretenidas que es una cosa extraña que no hayan puesto más cuidado en fortalecer el solo
puerto de esta costa, en el cual, el comercio sea lícito; es verdad que varias de sus obras parecen
haber sido fabricadas para defender este puerto, y asegurarlo contra los designios que los
enemigos de la Keal Corona pudieran formar, pero a más que las dichas obras, no tienen solidez
ninguna en sus fábricas, ni orden en sus proporciones y no se defienden unas con otras (lo que es
el primer objeto de la fortificación militar), es también que son entretenidas con tan poco cuidado
que caen todas al suelo por falta de repararlas; y la mejor Plaza de Europa, la más bien cimentada
y acondicionada, se destruyera si no la cuidaran.
La Guaira no era en otro tiempo defendida, sino por los fuertes E y F que parecen en la planta al
fin de este Capítulo, y como se juntaron varios mercaderes, se aumentó poco a poco este pueblo
en el estado que al presente está, lo que obligó a los Gobernadores a aumentar también las obras
en la conformidad siguiente:
Plataforma, A
La primera de las obras que parece en entrando por el camino de Caracas, y a la vuelta del ángulo
Z que forma la costa es la plataforma A, la cual por su perecimiento no da una grande idea de las
otras; su construcción fue el año de 1677 por orden de don Francisco Alverro; su flanco que es
cubierto del cerro, tiene 15 varas de largo, su cara 25 varas, y su altura 7 varas.
Las aguas salvajes que bajan de los cerros por unas barrancas paralelas a la cara A la arrumaron
del todo. Estas aguas arran-v can muchas veces consigo unos pedazos de peñascos y raíces de
árboles, y como no hallan otro pasaje sino el que se han hecho desde mucho tiempo, pasan por
fuerza por esta plataforma.
Hinchan sus -tierras, y como son capaces de arrancar peñascos, do serán aún más de traer
consigo una muralla que apenas resiste a su propio peso.
Plataforma B
La cara susodicha está flanqueada por un lado de 12 varas haciendo un ángulo de 130 grados con
el dicho flanco, el cual tendrá 5 varas de alto, hecho de guijarros, como casi todas las más obras;
y necesita de algunos reparos.
Este flanco con la cara siguiente forma la plataforma B, cuyo ángulo flanqueante es alterno al
flanqueado; esto es decir da 130 grados. Esta cara tiene 25 varas de largo y es en bastante buen
estado, exceptuando no obstante, su parapeto que es arruinado, y algunas piedras de su cimiento
que faltan, porque estos guijarros que son un poco convexos no pueden ligarse fácilmente, y la
mezcla no halla a mantenerse.
Puerta 1 de la Caleta
Al cabo de estas 25 varas hay una interrupción de un flanco de 3 varas, cuyos ángulos son rectos,
y después la muralla sigue 35 varas hasta en "1" hecha también de guijarros y necesitan de
algunos reparos, porque el mar ha perdido un poco su cimiento: 1: Puerta de la caleta ocasiona la
interrupción de la muralla antecedente, y tiene de ancho 3 varas, o tanto como el flanco
susodicho; la idea de esta puerta, no es mala por ser enclavada en las obras y defendida por el
flanco del fuerte C, pero la rambla viva que baja a la caleta no me parece conveniente ai uso del
comercio, porque sino estuviera t«n áspera el uso de las carretillas ahorrara muchos gastos para
el transporte de las mercancías, y un negro condujera más él solo, que no hacen cuatro, hoy. Esta
rambla tiene 15 varas de suelo, sobre 5 de altura diagonal.
Caleta 2
La Caleta 2 es el paraje donde llegan las lanchas; es una cosa que espanta que esta caleta donde
llega todo el comercio, sea en tan mal estado, que los que se establecieron en este puerto no
hayan reparado al primer cuidado que es el del abordaje de las lanchas, y en fin que tantos
particulares que se han e quecido en esta Provincia por el comercio del cacao, no hayan
contribuido entre ellos para hacer un muelle en este paraje,! o a lo menos establecer algún medio
que pueda asegurar mercancías, porque soy cierto que se ha perdido más cacao en esta caleta
que el interés de dos muelles no vale.
Es preciso que las lanchas den fondo a más de 60 varas en mar afuera, de adonde los grumetes
traen a tierra las mercancías, o las embarcan, lo que no se puede hacer, sin que las dichas
mercancías se mojen, porque las olas son tan fuertes que pasan hasta sobre la cabeza de los
grumetes; no es por falta de agua que las lanchas se aparten tanto de tierra, porque hay agua
suficiente para una lancha cargada hasta 20 y 25 varas de tierra, pero no la acercan más de
miedo que las olas no la eche a tierra y la rompa contra las piedras.
La menor lancha no se puede acercar más de estas 20 varas por falta de agua, y para que una
canoa llegue a tierra vacía, se ha üe esperar que las olas la rempujen a un paraje estrecho, en el
cual no puede caber sino una lancha, así como se ve en la planta; no obstante es muy fácil
corregir este defecto tan perjudicial al bien del comercio, y al servicio de Su Majestad.
Muralla y flaneo S
Corriendo paralelamente con la rambla de la Puerta 1, hay una muralla que es en la misma línea
que la de B, la cual tiene 28 varas, sirve a mantener las tierras, y no tiene más que su parapeto
más alto que el suelo de la calle; está en buen estado y cubierta de cal, y se termina con un
flanco pequeño 3, cuyos ángulos son rectos. Su cara es de 7 varas y sus flancos de 4 varas.
Aunque esta obra no sea de buena construcción, no deja de ser en buen estado, por haberla
reparado Don Alberto Berto-dano, siendo Gobernador interino de esta Provincia. Su plataforma es
muy bien cimentada con una mezcla de cal y arena, para impedir que las aguas no la arruinen. Su
fábrica es de guijarros cubiertos de cal, y tiene 6 piezas de cañón de hierro en batería.
Muralla V
Aí cuarto ángulo del fuerte susodicho está una muralla V, , 20 varas, la cual forma con este ángulo
una puerta 4, hecha* para que el ganado que viene todas las semanas para el abasto"! de este
puerto, entre con Mayo r facilidad.
Puerta 4
La puerta 4 tiene 8 varas de ancho, y es de mucho más bajal que la de "1" y casi a nivel de la
calle "5".
De la muralla V, hasta D, no hay obra ninguna, no obstante^ el terreno es muy apto, y necesaria
para construir y cerrar] esta distancia de más de 58 varas, en la cual de las casas a] la orilla de la
mar, hay más de 10 varas de distancia.
Muralla D:
Esta muralla es una fábrica nueva hecha en el año 1719 la cual (aunque nueva) no vale nada, es
contra todas las reglas, militares y nunca se han imaginado semejantes construcciones en la
fortificación militar.
Esta muralla es hecha de una calidad de tierra y guijaretes batida entre dos tablas, y que llaman
(tapias): es el uso casi general en esta tierra que las casas son fabricadas de estas tapias, pero
ninguno había has^a ahora ideado de hacer con ello murallas secas de fortificaciones, porque
aunque se vean en Europa muchas obras hechas de tierra, y que sean muy aprobadas, no
obstante condenarán siempre la presente muralla por las razones siguientes:
Primeramente porque se suele dar una carpía a los tepes la cual aumentando la basa contiene por
consiguiente las, tierras lo que no se halla en ésta; pues está perpendicular al suelo y tiene ya
algunas partes de su cimiento afuera del plomo.
Segundo. Es que los tepes cortados ordinariamente en los prados y elegidos en los terrenos más
ligados, cuando están juntados, no hacen más que un mismo cuerpo, y las raíces de, las yerbas
que crecen otra vez, juntan y ligan estos tepes unos con otros, al contrario de esas tapias las
cuales por no tener nada que sirva a juntarlas, se arruinan en muy poco tiempo. -:
Tercero. Es que el temperamento de la Europa que es de mucho más húmedo, alimenta más las
tierras, y que la sequedad da asta tierra la cual está bajo de 10 grados y 15 minutos, no •ÓIo no
los da alimento ninguno, pero les saca la poca humedad que tienen.
Cuarto. La bala de artillería que entra en los tepes de Europa, no hace sino (sino) su agujero por
las razones susodichas, a más que son bien clavados con piquetes, que les hacen unas Cftmas de
fajinas de distancia, en distancia, y que unidos <y de la misma calidad que el terraplén), hacen un
solo cuerpo y una misma materia, cuya solidez impide el efecto de la bala, la cual, no daña por no
hallar nada que le resiste. Bolduque (en Holanda) una de las mejores plazas, y de las más fuertes
de la Europa está casi toda fortalecida de tepes, no hay sino Us obras indispensables que se han
fabricado con ladrillos como las puertas, salidas de estradas en cubiertas, diques, etc. Pero estos
tepes están tan bien juntados y ligados que como he dicho no hacen más que un cuerpo. Al
contrario de la muralla D que no tiene capacidad ninguna, para resistir a ningún esfuerzo, y una
vara y media de ancho no puede ser suficiente a más que la sequedad de su compuesto por el
primer tiro caerá de sí mismo,
Pero a más de estos inconvenientes tan considerables, yo hallo un otro que no lo es menos, y es
la inutilidad de esta muralla, la cual por no ser defendida, ni flanqueada por ninguna otra parte
sino por el fuerte E no tiene seguridad ninguna; porque saco dos consecuencias, o esta muralla es
hecha para defender un desembarque da- noche de algunas canoas que pue-.den echar a la
costa, o es hecha para el resguardo de la ciudad contra el fuego enemigo, y asegurar los
movimientos de las tropas en caso de ataque; a lo que respondo:
Primeramente. Si esta muralla se hizo para resistir a un desembarque está muy inútil porque no
sólo es casi imposible & las canoas de abordar a tierra en este paraje, pero puesto el caso que sea
fácil, y que los enemigos pongan gente en tierra. Digo que esta muralla en este caso, no
perturbará el designio enemigo, ni pondrá dilación alguna en su ejecución por ser ella tan baja
que hasta los niños suben arriba.
Segundo. Si está para defender la Ciudad contra el fuego enemigo, y asegurar los movimientos de
la guarnición, digo que vale aun menos porque se puede reparar en el perfil adjunto de cuanto el
terreno de E en H es más alto que la muralla D, y si el que dio la idea de esta obra hubiera
estudiado la parte de matemática, la óptica supiera proporcionar la altura de su muralla, a la
distancia del tiro de una pieza de artillería de un navio.
Todas estas razones prueban bastante la inutilidad de esta muralla, a lo demás tiene de largo 70
varas hasta el fuerte E cerca del cual deja un pasaje de 2 varas.
Fuerte E de Santiago
E es el fuerte llamado la fuerza nueva o de Santiago, el cual es un cuadrado paralelogramo, cuyos
flancos son de 25 varas; su cara exterior de 30, la cual está arruinada. Este fuerte es el primero
que se ha fabricado en este puerto, al cual se ha añadido un cuadrado pequeño :6: de 4 varas de
lado, cuyo uso no conozco sino es para meterle una garita. Su plataforma está bien cimentada y
tiene 9 piezas de fierro en batería.
Muralla D:D:
D:D: es la misma obra que la muralla D, susodicha, la cual dejando un espacio de 2 varas, así
como del otro lado del fuerte E, prosigue 50 varas de largo, al cabo de las cuales haciendo un
ángulo de 170 grados ocupa 40 varas, hasta en :8: que deja una abertura de 2 varas, para
comunicar a una obra empezada :8: que según discurso había de ser para una batería baja, la
cual tiene 6 varas de largo, sobre 4 de ancho, y sus ángulos de las espaldas rectos.
A esta puerta o abertura que conduce en :8: la muralla hace un ángulo de 176 grados, y prosigue
45 varas: al cabo de las cuales está interrumpida por un ángulo saliente de 150 grados. Es a este
ángulo, o por mejor decir a la punta &: que se ha de dar mucha atención, por ser muy
considerable la ventaja de esta punta, la cual flanquea y descubre toda la distancia ya referida, y
asegura los navios en el puerto que nesgan cada día de ser quemados, sin que lo pueda impedir el
fuego de la Plaza; y un buen baluarte puesto en este paraje, valiera más que todas las demás
fortificaciones de esta Plaza. Parece que el Arquitecto de la muralla D:D: que es el mismo que hizo
la muralla D, tuvo miedo de aprovecharse de esta Punta, porque al contrario de acercarse de ella,
se aleja siempre por todos los ángulos que forma a las cortinas de esta muralla, y si hubiera
proseguido la línea recta, desde el fuerte E: como los puntos señalados en el plan lo demuestran,
y hubiera puesto su batería :8: en la Punta &: hubiera entonces más orden en sus ideas, y el
gasto no hubiera sido más considerable.
De este ángulo de 150 grados al fuerte H, hay "80" varas de la misma calidad que' la otra muralla,
la cual deja una distancia de "2" varas entre ella, y el fuerte H;.
:9: es un cuerpo de guardia que divide esta obra G: de H, la cual es un modo de tenaza cuyos
lados son de 20 varas, sus flancos de 10 varas, y su cortina de 8 varas. Esta obra que era del todo
arruinada, ha sido cubierta de cal el año próximo pasado de 1720, para tapar la mala calidad de
su construcción. A los dos lados de la media circunferencia de G están dos alas de 5 varas cada
una, a la una de las cuales se ha construido un cuadrado para una garita.
La muralla D: empieza otra vez a dos varas de distancia de este cuadrado, y ocupa 40 varas de
largo, al cabo de las cuales formando un ángulo entrante de 130 grados, prosigue 25 varas, al
cabo de las cuales está detenida por un espaldón de 15 varas.
Rio: 10:
10: es la boca del río que baja de los cerros y da unas aguas muy buenas, y salutíferas por pasar
sobre la zarzaparrilla desde su origen. Este río pierde mucho de sus aguas en las piedras. De 10:
hasta el primer flanco del Baluarte K hay una distancia abierta de 60 varas.
Baluarte K:
Este Baluarte es la mejor de todas las obras de La Guaira por su regularidad y construcción, y es
lástima qué Don Diego de Meló que lo hizo en el tiempo de su Gobierno el año de 1685, hubiera
tenido el tiempo de seguir su proyecto el cual por su principio no podía ser sino muy bueno.
Este Baluarte es regular, y su Ingeniero reparando que no están expuestas en esta tierra como en
Europa a unos ejércitos capaces de formar sitio, y que todo lo que se puede temer es una
sorpresa, ha arreglado las proporciones de su proyecto a las fuerzas que se pueden temer. Dio a
los flancos 10 varas, a las caras 16 varas, a las semigolas 6 varas, y a la Capital 15; el flanco es
perpendicular, a la cortina (a la manera del: Caballero de Villa, y de Medrano).
Este Baluarte es terraplenado, y se le ha hecho una plataforma muy buena de arena, y cal; su
parapeto tiene una vara y media de alto comprendido los merlones, y ,está ocupado por 8 piezas
de artillería de bronce.
Cortina :L:
Es la cortina que defiende el Baluarte K, la cual tiene 40 varas de largo, y está terminada por una
altura llamada de San Antonio que va al fuerte M: al medio de la cortina hay una puerta :11: de
dos varas de ancho. Toda esta obra que llaman la Trinchera tiene 4 varas de alto desde el suelo
hasta el parapeto. La calidad de su construcción es de guijarros, pero escogidos. Se han empleado
también muchos pedazos de peñas que se cortaron para formar la explanada :A: que es de 150
varas de ancho. Esta Trinchera tiene un foso el cual delante de la cara del Baluarte K: es de 6
varas de ancho, y delante de la Puerta :11: de 12 varas, y 4 de altó. Su contraescarpa es hecha
de los mismos materiales que lo demás.
Tenía en otro tiempo un puente levadizo, pero la negligencia de repararlo, ha ocasionado su ruina,
y hoy no se pasa, sino sobre algunas tablas puestas sin orden, aunque los pilares sean ; buenos.
La puerta :11: es muy vieja, y falta de cerradura.
Obras Exteriores
Fuerte de San Diego: M:
Habiendo explicado las obras que defienden el puerto de La Guaira y que le pertenecen, paso a las
exteriores, la primera de las cuales es el fuerte M llamado de San Diego, o de Gavilán, construido
por don Diego de Meló.
Este fuerte es bueno, y no tiene otro defecto sino el de ser un poco más alto, a lo demás su
situación es dispuesta con mucho entendimiento, porque defiende dos barrancas que se hallan a
sus lados en las^cuales si entrara un enemigo, fuera dificultoso echarlo fuera, y se apoderarán
con facilidad de la Ciudad como sucedió el año de 1680, cuando los franceses la saquearon.
Este fuerte domina la costa hasta la punta de Macuto, su construcción es una torre alta de 16
varas en modo de reducto enfrente de la cual se ha hecho una plataforma cuadrada de 8 varas de
alto. Esta torre tiene 20 varas de diámetro, y es (de) dos altos, parece que por razón de ser este
fuerte bueno lo han dejado perecer, su techo caído desde algunos años ha sido la causa de la
ruina de sus altos-, y el haber querido ahorrar el gasto de 20 ó 30 vigas para reparar este techo,
ha perdido un fuerte a Su Majestad muy importante, y de mucho costo.
Fuerte N de Zamuro
El fuerte N. llamado de Zamuro vale mucho menos que el de San Diego. Don Francisco Alberro
que lo construyó no supo (puede ser el mismo) a qué fin lo fabricó. Es un reducto cuadrado,
defendido por una plataforma en media circunferencia, cnyo diámetro es de 20 varas sobre 3 de
alto, el reducto es un cuadrado perfecto, cuyos lados son iguales al diámetro de la plataforma, y
tiene 7 varas de alto. Este fuerte sirve de vigía para descubrir los navios que parecen en la mar.
No está tampoco en muy buen estado, pero más valiera que lo fuera menos, y que el de San
Diego fuera más porque es más alto para defender la orilla de la mar, e inútil para los demás
efectos por ser el fuerte M suficiente a la defensa de le. barranca del río.
Estado presente particular y dimensiones de Puerto Cabello, y del Rio Yaracuy con las dimensiones
de su Boca,
Puerto Cabello debe sin réplica (como ya está dicho) considerarse como el mejor puerto de toda
esta costa, y puede ser de todas las Indias; la situación de su terreno, el número de los navios*
que pueden dar fondo en sus bahías, la facilidad que hallan para todo lo que pueden desear,
pudieran ser bastantes para inclinar a fortalecer, pero dejando estas ventajas paso a otras más
importantes para el servicio de Su Majestad y sus intereses, porque cuando falta la facilidad en la
ejecución de las Reales Ordenes por razón del terreno, el arte suple a sus defectos, pero en esta
ocasión todo se halla, y las dimensiones probarán la verdad de lo que yo adelanto.
La entrada de este puerto corre de Oeste al Este (que es contra la brisa), su canal de punta a
punta de tierra firme tiene de ancho:
Pero por razón del bajo F, que corre de 6 a D, es preciso que los navios se arrimen un poco más a
la banda del A. Evitando no obstante el bajo R, que hay en esta punta, que es poco importante. El
bajo F a su Mayo r anchura tiene: Bajo F Pasos geométricos 60
Este bajo es cubierto a marea alta de una vara de agua, y seco, a marea baja; las aguas que lo
cubren son más mansas que las de una laguna, asi como todas las del Puerto. Su terreno es de
una calidad de arena mezclada con una tierra blanca, y salitrosa, muy firme, de la cual hay
muchas piedras a la orilla de este Puerto.
Pasos geométricos
Distancia de C a D .................... 100.
Y por razón del bajo, el cual en F, tiene: ancho del Bajo P 35
Y el que dan para el pasaje de los navios: Distancia del
ancho de C a P ........... 65
La entrada tiene de largo de la Banda del norte: de A a C 185.
Y de la Banda del sur tiene de largo: de B a D ............ 170
£1 bajo tiene de F la P en su Mayo r largura ........... 245
De D a G, el terreno hace un ángulo obtuso de 100 grados, y ocupa 90 pasos, hasta la rinconada
llamada el Portachuelo; de estos 90 pasos geométricos el bajo ocupa 40 y los 50 que quedan es
un desembarcadero adonde las lanchas, y los barcos dan con la proa en tierra. Ninguna parte de
este lado es mejor para aterrar que ésta, aunque a marea alta llegan las lanchas vacías sobre el
bajo a la parte :S:
En C a la otra banda es el carEnero , al cual se arriman los navios sobre 10 y 12 brazas de agua a
carenarse con la Mayo r facilidad del mundo.
En la entrada del puerto tiene 9 y 10 brazas de fondo de arena. El terreno de esta entrada es de
arena lijera y toda la orilla (como ya es dicho) es mezclada de la tierra blanca, y de una calidad de
piedras muy buenas para cal de la cual se sirven en esta tierra. La banda del carEnero es el
paraje adonde se hallan más de estas piedras H:
Antes de llegar a la bahía grande hay dos caños, el uno a la banda del sur, "'enfrente del cual hay
4 islotes que sirven, de entrada a una bahía llamada Puerto Coriano, en la cual no pueden entrar
sino lanchas, por tener en su boca, 1 y 2 brazas de agua:
Pasos geométricos
Esta bahía de su boca a su extremidad, tiene: 600
Entran (como he dicho) en esta bahía los navios teniendo 9 y 10 brazas de agua, y el caño se
alarga conforme se aproxima de la bahía.
Pasos geométricos
La Bahía Grande tiene de ancho cerca de., 700
y de largo desde la boca interior de su
canal ................................ 1.000
Aunque en toda esta distancia, no se puede dar fondo, no obstante caben muchos navios en ella:
digo que en tflda esta distancia no se puede dar fondo, y la razón es que acercándose de tierra el
fondo disminuye, y se halla solamente 2, 3 y 4 brazas de agua, por la banda del sur junto a la isla
B y de la banda del norte hay mucho menos fondo, y la cordillera de islotes en ti arco impide el
que se acerquen los navios, el bajo S que corta también la bahía le daña:
Pasos geométricos
Este bajo corre del este a Oeste ........ 270
y de ancho en su Mayo r anchura tiene.... 100
Siendo descubierto también a maree- baja, y por consiguiente de todo lo sobredicho, el fondo
para ios navios es al medio de esta bahía sobre 10 y 12 brazas de agua.
Hay 3 caños en ella, el .primero que corre del este a oeste se llama de la Borburata:
Pasos geométricos
Su entrada tiene de ancho .............. 190
y corre desde su boca .................. 1000
Estrechándose siempre, y no permitiendo entrada sino a las canoas, porque el fondo disminuye
hasta que vara en su desembarcadero, del cual hasta el Puerto de la Bor-burata, hay solo de
distancia
90
Toda la costa de la mar, desde la entrada de Puerto Cabello hasta este puerto de la Borburata es
llena de piedras, y muy brava; las lanchas (como he dicho) no pueden llegar a ella; su terreno
que es una península, no teniendo en la Tierra Firme, sino los sobredichos 90 pasos
geométricos.....90
Sólo las balandras pueden entrar por este caño, por no tener sino 2 y 3 brazas de agua:
Pasos geométricos
La bahía de Villalonga tiene de ancho 400
y de largo 600
Los navios tienen fondo en ella sobre 8, 9 y 10 brazas de agua, fondo de arena. Hay 3 ó 4
rinconadas en esta bahía en las cuales entran las canoas como Z.Z.
Y prosiguiendo al oeste K la bahía tiene una canal por la cual se comunica con el Puerto Nuevo, y
entran los navios sobre 8 brazas de agua, entrando en ella hay un caño estrecho V: que conduce
al pie del cerro que divide los dos valles secos:
Pasos geométricos
El caño K tiene de largo 700
Y de ancho en su boca . 60
La Bahía o Puerto Nuevo es grande, y tiene buen fondo, siendo capaz de contener muchos navios:
Pasos geométricos
Su ancho es de 540
Y tiene de largo 800
Se hallan en esta Bahía 9, 10 y 12 brazas de agua, el caño que sirve de entrada es muy estrecho,
a su boca por razón de los bajos que se hallan a los dos lados de su entrada, y no tiene de ancho
sino
50
que es lo que basta para que entren cualquier género de navios. Este caño se alarga siempre
entrando en la bahía, y a la boca de ella tiene de ancho 170
y de largo en todo 360
Las 3 bahías sobredichas son formadas por una isla R, la cual por no tener nombre, se llama de
Olavarriaga, esta isla es de un terreno muy lodoso, y la cantidad inmensa de manglares que la
cargan, me ha impedido de reconocer su terreno, al medio no era más firme:
Pasos geométricos
Tiene de largo 1.000
y de ancho en su anchura natural 400
Las proporciones de este Puerto observadas con toda rectitud hacen reconocer la facilidad que
tienen muchos navios a llegar a dar fondo en sus bahías.
El río Yaracuy empieza de un cerro llamado Samuraco, el cual está cerca de 30 leguas distante de
su boca pasando por entre Jas jurisdicciones de Nirgua y Barquisimeto. Es navegable para canoas
desde los Cerritos que son 3 poblaciones, la primera de las cuales llamada de Fray Marcelino (de
la Orden Capuchina),.? que distará de la orilla de dicho río 500 pasos geométricos, y dicha
población es de indios recién conquistados; la otra llama- J da el Cerrito, es distante de la boca de
dicho río 20 leguas, y de i la orilla del mismo río 3 leguas, y en esta parte comprehen-diendo las
vueltas del río hay 60 leguas de él a la mar; viven. , en él muchas familias blancas.
La.segunda población llamada ; Cocorote es de indios, y tiene bastantes familias, dista una le- ;
gua del Cerrito y 4 del Río. La tercera población llamada Guama, es de indios también, y dista 1^
legua de Cocorote, y 5^ del río.
Estas poblaciones de los Cerritos que son de la Jurisdicción de Barquisimeto, sus haciendas son
explicadas en el capítulo 3 como parece.
San Nicolás que es un pueblo de indios y negros (en el cual no obstante hay algunas familias de
blancos) comunica también con este río del cual dis,ta 6 leguas, y 12 de su boca, y es de la
Jurisdicción de Barquisimeto; de él a su boca no hay más población.
Varas
La boca del Río del Yaracuy es ancho de 140 varas .... 140
valencianas, y a la vuelta inmediata que hace es de 110
varas valencianas; corriendo de dicha boca a esta vuelta 300
cerca de 800 varas de la banda del este; y de la banda..
300 del oeste 195 varas 195
de esta vuelta a la segunda hay de la banda del este ... 330
y de la banda del oeste 310
El río en esta parte es ancho de 90 varas, y haciendo casi 90 ángulo de 100 grados; su terreno a
la banda de dicho este va prosiguiendo en bastante rectitud cerca de un cuarto de legua, y es
cubierto de muchos árboles de cedros, y otros de mucha virtud, la calidad de la tierra es buena,
firme y capaz de producir.
De la boca del oeste la boca es formada de un terreno arenoso:
largo de 290 varas 290
Y ancho 200 200
Al cabo de este arenal empieza el monte de la misma calidad que la otra, y a 260 varas, hay un
potrero en el cual se pueden muchos caballos y ganado mantener, siendo el pasto muy bueno.
El bajo que se ha explicado (Capítulo 2), gana la fuerza de la corriente en tiempo de estío; pero
en tiempo de invierno la misma corriente abre un camino, y entonces pueden entrar balandras en
el río; no obstante en todos tiempos entran lanchas y canoas aunque con riesgo.
El fondo de este río que será en partes de 2 y 3 brazas, y en otras de una, es muy bueno y de
arena, sus aguas buenas y muchos pescados.
CAPITULO SÉPTIMO
Razones que obligan a reparar las fortificaciones del Puerto de La Guaira, a fortalecer a Piberío
Cabello, y la del Río del Yaracuy
Parece que es inútil el formar proyectos para el restablecimiento del buen orden y del comercio de
esta Provincia, para la seguridad de sus costas, y la extirpación del comercio extranjero tan
perjudicable a los Reales intereses, porque tantas personas han discurrido sobre esta materia;
han proyectado y propuesto los medios que les parecían útiles al bien común, que fuera dejarse
atraer por el amor propio, el creer que las ideas que al presente se propusieran, prevalgan & las
que se han insinuado y más cuando varios entre ellos adornados de las ciencias humanas han
explicado sus reflexiones con las expresiones políticas de ia engañosa retórica. Pero no obstante,
animado del celo que un leal vasallo debe haber al servicio de su Rey y a la gloria de su patria, no
dejaré de introducir mis razones, con la cortedad de mi elocuencia, y si acierto en algo a que mis
proposiciones sean útiles me estimaré dichoso, y bastantemente satisfecho de mis trabajos, pues
mi sola gloria, es la de servir a mi patria.
He reparado que varios de los que han dado cuenta del estado político y militar de esta Provincia,
dejando a Su Majestad y a su consejo el cuidado de dar las provindencias necesarias al bien de su
Real Servicio, a la aumentación de su Real Haber, y al alivio de sus vasallos, sin proponer los
remedios que pueden procurar estas tan deseadas ventajas dieron en esto pruebas de su
prudencia porque como todos los proyectos hechos por los Ministros antecedentes no han tenido
el efecto esperado, y han puesto antes la provincia en Mayo r confusión; estos no han querido
proponer por no,caer en las faltas de sus antecesores, pero si hubieran considerado la
imposibilidad en la cual se halla Su Majestad y su consejo de poder disponer nada en éstas tierras
tan lejas y apartadas, por no tener nunca el estado que se envía la individualidad requerida, se
hubieran servido de su inteligencia para proponer lo que les parece más conveniente al Real
Servicio porque es cierto que de cualquier modo que sea explicado y manifestado el estado de
esta provincia no pueden nunca disponer los Ministros con la misma facilidad sobre las cosas que
no conocen sino por escrit como los que los participan 7 que los conocen por práctica.
Es verdad también que todos los hombres no son aptos parí ^estas materias porque es del todo
preciso que el hombre quf propone sea vasallo leal, inteligente, amigo de su patria, cek so de la
gloria de su Rey, y sobre todo desinteresado, conozci las partes que hacen el objeto de sus
proyectos, pruebe coi fundamento, y con razones evidentes sus ideas y combata laj: dificultades y
negativas que se pueden ofrecer, para que se dé crédito a sus proposiciones y no padezcan
contrariedad ninguna. Estas prendas se hallan muy raramente reunidas en un solo hombre por
cuya razón tantos proyectos, no corresponden a la esperanza de sus autores.
Los que se han formado hasta hoy en esta Provincia, han siempre tenido por motivo principal el
comercio extranjero cuyí extirpación no se ha logrado, porque ningún Ministro se h aplicado
verdaderamente a extinguirlo, antes si muchos de ella lo han fomentado, porque los unos
siguiendo las máximas d( sus propios intereses han propuesto remedios difíciles, o cí imposibles,
o falsos cubriendo así su avaricia y traición con lai capa de su lealtad, porque los otros más
inclinados al bien de| la República pero limitados en sus ideas, curando un mal, aumentaban tres;
porque los últimos en fin pensaron cortar la raíz de este comercio con dos pliegos de papel
(abuso muy grande en estas ocasiones) donde es preciso apartar una nación extranjera,
acostumbrada desde mucho tiempo a esta costa, y que tiene sus intereses en ella.
La confusión (como he dicho) en la cual se halla esta Provincia, es una prueba evidente que los
proyectos antecedentes para restablecerla en un gobierno arreglado, no han tenido el afecto
esperado porque de cada uno de ellos se han originado abusos muy grandes.
Comisionarlos
Las comisiones dadas para descaminar los frutos que se conducen a la costa, o las mercancías
que vienen de ella han ocasionado también muchos daños, porque como los más comisionados,
no han sido fieles ejecutores de sus órdenes, se introduce bajo su capa de ellos el comercio
extranjero, se componen los metedores con ellos, y los mismos que tienen gente armada consigo
para perturbar y extinguir el trato, son los que se sirven de ella para escoltar los delincuentes a
las órdenes de Su Majestad y asegurar sus mercancías, y cuando entre ellos se han hallado
algunos leales, no ha faltado materia a armarlos algún pleito, o a perderlos,
Corsarios
El armamento de los corsarios, ha sido también una vía propuesta como capaz de extinguir el
comercio de extranjería, pero quien los puede armar en esta provincia, ninguno; porque t ttláfl
que a ningún particular de ~ella, le es conveniencia el Mtorbar un comercio en el cual casi' todos
son implícitos, es QUo también ninguno de los que tienen un caudal suficiente para estos
armamentos quieren arriesgarlo a una fortuna tan dudosa como esta, y si los corsarios se arman
al costo de Su Majestad poca1 retribución dará el provecho, e inmenso será el gasto; a más que
un corsario, un guardacosta no es suficiente para estorbar el dicho comercio por varias razones
que en adelante serán explicadas no que de todos los remedios propuesto este no sea el mejor,
pero ha de ser con la condición de que tengan estos corsarios una retreta segura en caso de fuer-
>a Mayo r, o para asegurar sus presas.
Tantos han sido los proyectos que se han formado y muchos de ellos tan ridículos que parece
inútil el referirlos, pero lo que Mpanta es que ninguno haya reconocido, o propuesto que la •ola
vía, el solo remedio para exterminar el comercio de extranjería y asegurar la Provincia de
invasiones enemigas era de fortalecer su costa indefensa hoy, no habiendo en ella otras fortalezas
que las de La Guaira, la cual siendo en el estado que se ha visto en el Capítulo Quinto, necesita
precisamente reparos.
La vecindad de la ciudad de Caracas cabeza de la Provincia, y en la cual residen los caudales más
lucidos de la Provincia, obliga también a asegurar la puerta la más cercana de ella, por la cual se
puede introducir el enemigo, pero aunque las obras hechas para estos fines parezcan ser de
alguna utilidad, no obstante es fácil probar lo contrario, y por la planta que forma la punta de
Macuto con Cabo Blanco se conocerán fácilmente los defectos de las fortificaciones de La Guaira.
Primeramente las fortificaciones de La Guaira no defienden el puerto, y no aseguran los navios en
la libertad del comercio, pues en tiempo de guerra o cuando hay levantados no les sirve de nada
el ser debajo de la artillería de esta plaza, y los marineros han de ser tan vigilantes como si fueran
en puerto abierto, porque como todos los navios dan fondo entré S: y Z: los Mayo res aun más
afuera sobre 10 y 12 brazas de agua, y la menor balandra sobre 6 brazas, unos y otros no tienen
para defender sino el fuerte E: siendo el de H: en el codo que hace Z, y las demás que corren de
E en A no pueden servirse de su fuego por ser cubiertas por los navios, y por consiguiente
inútiles, o de poco uso pues un corsario puede ir costeando la costa Q.R.S.: acercarse de uno de
los navios el cual de ordinario está desarmado, o de poca defensa, cogerlo o quemarlo, sin que el
fuego de la Plaza pueda estorbarlo; digo más, una balandra puede acercarse costeando entre T y
A, dar fondo sobre 3 brazas de agua, y desembarcar gente sin que sea perturbado sino de una
sola pieza de cañón del fuerte C, cuyo reparo es de suma importancia, y pide una muy grave
atención. Segundo. Es que los que han fortalecido este puerto no han sabido aprovecharse de las
ventajas del terreno; y sea por ignorancia o sea por otros motivos han despreciado las partes más
útiles, y de mejor defensa.para construir obras inútiles en partes de menor consecuencia. La
Punta 2: es sin duda el paraje más favorable de toda la plaza, y parece que la situación de su
terreno enseña su utilidad, no obstante esta punta ha sido siempre despreciada, y ninguno de los
Gobernadores, u otros que han trabajado en esta Plaza han atendido a la importancia de este
paraje.
De estas razones, y del estado presente de esta Plaza resulta la importancia de sus reparos, pero
como esta sola plaza no es suficiente a la defensa de toda la costa se han de explicar las partes
más convenientes a éste efecto.
Razones que obligan de fortalecer Puerto Cabello De todos los Puertos que se hallan en esta
Costa, Puerto Car bello se debe considerar como el puerto capital y la piedra fundamental de la
defensa de esta Provincia, de la restauración de los derechos Reales,, y de la quietud de los
vasallos de Su Majestad así en sus moradas, como en la libertad de un comercio seguro y lícito
con los mismos vasallos de Su Majestad, Tantas razones obligan a fortalecer este puerto que yo
no creo que haya otro en las Indias Occidentales más necesario.
La primera razón, es la importancia y precisa necesidad de fortalecer esta costa, por deberse
mirar como una llave de estas Indias, y por ser hoy cercada de extranjeros, como de los
franceses, por las Islas de Marigalanta, Dominica, Martinica, Santa Lucía, San Vicente, Granada,
Guadalupe, Santa Cruz, y una colonia muy considerable en la Isla Española; de los ingleses por
las Islas de Jamaica, Barbados, Anguilla, Antigua, Mon-serrate, San Cristóbal, Bermuda y Nieves;
de los holandeses por las Islas de San Eustaquio, Sava, Curazao, Aruba, Bonaire, y Surinam que
es una colonia que tienen a barlovento del río Orinoco; y de los daneses por las Islas de San
Thomas y Cayos de San Juan, &., todos los cuales por la facilidad que han hallado en llegar a esta
Costa, han conocido lo que vale la Provincia, por la buena calidad de su terreno; y si se ofreciere
una guerra, bien pudieran animarse a alguna empresa, que no se impidiera fácilmente hoy,
porque juntamente, con la introducción y comunicación que tienen con los más .habitantes de
esta Costa no pueden tampoco los dichos habitantes resistir a un desembarco por su poco número
de ellos, y se debe juzgar que este intento lo han ya ideado algunas de estas Naciones; pues
habitan y se mantienen en algunas islas que no les produce nada, como los holandeses en
Curazao, o de las cuales sacan poco como los daneses en San Thomas, las cuales colonias a bien
considerarlas son un interpósito, una piedra de esperanza, hasta mejor fortuna, y la experiencia
ha enseñado que las más tierras que hoy están en posesión los extranjeros en estas Indias, y en
las otras han sido conquistadas de esta manera.
La segunda razón es el refugio que precisamente necesitan los navios españoles así los de Su
Majestad como de los comerciantes y corsarios, cuando en tiempo de paz, son perseguidos efe
levantados que frecuentemente se hallan en estas costas y mares, y en tiempo de guerra son de
obligación de entrar en algún puerto por no caer en manos enemigas, o cuando en cualquier
tiempo han padecido algún huracán que les precisa entrar en un puerto para componerse, la
reflexión prueba la verdad de lo que yo digo, tocante al poco refugio que halla cualquier
embarcación en esta Costa, y a más de la reflexión los ejemplos.
El primero es de una fragata isleña la cual saliendo del puerto de La Guaira en el' mes de Junio
del año de 1720 para seguir viaje a las Islas se halló atacada de un corsario inglés, y no pudiendo
puntear bastante para volver al Puerto, fue cogida debajo de la misma artillería de La Guaira, sin
que hubo remedio de salvarla; es cierto que si esta fragata hubiera tenido un puerto seguro a
sotavento para retirarse, se hubiera escapado de las manos enemigas.
Lo mismo sucede a los corsarios españoles, los cuales por la misma razón no recorren esta Costa
para limpiarla de extranjeros, porque o siendo ellos perseguidos de enemigos, o habiendo
apresado alguna embarcación, no tienen para retirarse, o para poner su presa en parte segura,
puerto ninguno; y han de perderla, o de quedar muchos días barloventeando para llegar a La
Guaira como ha sucedido por el mes de Abril de este año de 1721.
Un corsario armado en Cumaná apresó un bergantín holandés tratante, saliendo del Puerto de
Ocumare y siéndole preciso, o atravesar para ir a una de las Islas españolas, o barloventear para
La Guaira, dio tiempo a tres fragatas holandesas que estaban en dicho puerto de Ocumare, a salir
al socorro de su compañero; lo que obligó al corsario a dejar su presa (con diez y seis hombres
suyos que eran en ella) y huirse.
La tercera razón es que ningún Puerto conviene más_a fortalecer que Puerto Cabello por razón de
su situación, por la comunicación que tiene con muchos valles, por registrar casi todos loa Puertos
de la Costa, por la ventaja de su terreno, y en fin, por la facilidad de hallar todos los materiales
necesarios a la construcción de una fortaleza.
Primeramente digo que ningún Puerto 'conviene más a fortalecer que éste por razón de su
situación, pues se halla con poca diferencia al medio de la Provincia, y esta medianía procura la
ventaja dé tener la Costa con un freno necesario, y de ser cerca de todos los Puertos para ocurrir,
o con corsarios, o con lo que fuere preciso a todo lo que se ofreciere.
Segundo. La comunicación que tiene Puerto Cabello con muchos valles, aumenta también la
necesidad de fortalecerlo, pues de los valles solo de su Jurisdicción de los cuales el más distante
es de dos leguas, se saca una porción de cacao considerable, como de Patanemo, Borburata, San
Esteban, Guaiguaza y Agua Caliente en los cuales (como se ha visto en el Capítulo 2), se hallan
795.500 árboles de cacao, los cuales dan a razón dé 10 fanegas por cada mil árboles 7.955
fanegas; a más de éstos, los Valles de Morón, Nirgua, Barquisimeto, San Nicolás, que suelen venir
hasta este puerto, entregarán entonces su cacao en las embarcaciones españolas,,, conforme al
Proyecto que en adelante será explicado; los Valles mismos de Barlovento, como Ocumare,
Turiamo, por ser cerca del Puerto Real harán lo mismo, y comuiiicándose en esta conformidad los
demás Valles, o a lo menos los mejores; los derechos reales serán seguros, y Su Majestad gozará
de la legítima cobranza de ellos.
Tercero. Puerto Cabello (según he dicho) registra casi todos los puertos de la Costa, y es
constante que esta razón sola basta para fortalecerlo; pues las máximas de la fortificación
mandan que se fortalezca en parajes, cuya disposición sea capaz de ahorrar al. Príncipe los gastos
y el trabajo de hacer otras obras para la defensa de sus estados.
Desde el Guaratero, hasta las Tucacas como se ve en la planta incluida en el Capítulo 2, toda la
costa es a la vista de Puerto Cabello, ninguna embarcación puede entrar en los puertos
comprehendidos en esta distancia como Ocumare, la Siénega, Turiamo, Patanemo, Borburata, a
Barlovento sin que sean vistos, y registrados de este puerto; y lo mismo es a sotavento, como
Puerto Escondido, el Peñón, Chaves, Morón, &., y esta ventaja no la tiene puerto ninguno de la
Costa.
Cuarto. Si se mira la ventaja del terreno de Puerto Cabello, ninguno puede ser mejor; la calidad
de su terreno, la grandeza y seguridad de sus bahías, la facilidad de carenar los navios, de
repararlos, y componerlos, la facilidad misma de construir embarcaciones son cuantas ventajas
puede desear Su Majestad, y cuantas pueden desear sus vasallos para su interés y comercio.
Quinto. Los materiales son tan comunes en este Puerto que no necesitan sino la mano de obra; la
cal es al mismo Puerto, de la banda del carEnero hay una cantidad de piedras a quemar,
suficiente para dos o tres fuertes, y su calidad es buena cuanto puede ser, lo que la experiencia
me ha probado; pues dudando de la bondad de estas piedras por razón de la materia salitrosa de
ía mar, quede convencido
habiendo visto unas obras hechas de esta cal de 15 y 20 años expuestas a las inclemencias del
tiempo, y ser tan firmes y buenas, como cualquier obra de Mayo r solidez. Las piedras de cantería
no se hallan tan fácilmente, pero a falta dé ellas las tierras son muy aptas para ladrillos a un
cuarto de legua del puerto. Las maderas son también a la mano así para mazonar, como para
vigas, estacadas, trabezes, lungrinas, &.; el guayacán y el palo sano sobran para estas obras.
La importancia de fortalecer a Puerto Cabello, parece bastantemente explicada con las razones
antecedentes, y las que se deducen para la boca del Río Yaracuy probarán la importancia de
fortalecer su boca, y lo interesante que produjera a Su Majestad.
He dicho que la utilidad (que tendrán los vasallos de Su Majestad que viven a la orilla, o cerca del
Yaracuy) será grande ¡si se hace navegable, y lo pruebo.
Es constante y notorio que .salen para embarcarse de los Valles de Barquisimeto, San Nicolás y
Nirgua cada año más de 12 mil fanegas de cacao, y una porción de tabaco inmensa, la Mayo r
parte del cual se suele cargar con muías, y poco por el río por miedo de hallar a la Boca algunas
guardias, o por pereza de fabricar canoas para este trajín, cuyo costo con muías es grande, pues
de los Valles a Puerto Cabello se paga por una carga de cacao seis pesos, tabaco siete, y es lo que
se quiere disminuir a los vasallos, obligándolos a la navegación del Río.
Este alivio será sin duda de mucha conveniencia para ellos, y más, que todas las haciendas son
cerca del río, o poco distantes de él, así como se ha dicho; pero en procurando el alivio de los
vasallos su Real Majestad se hallará con un provecho inesperado en la cobranza cierta de sus
derechos, siendo constante que no habrá fraude ninguno sino viene de parte de los Ministros, y
obligándose Su Majestad al trajín del cacao desde los Valles a Puerto Cabello, se aumentará de
mucho su Real Haber.
Para la ejecución de esta idea, se propone 8 canoas capaces de embarcar en cada una 30 fanegas
de cacao, o 150 arrobas de tabaco, con tres hombres, dos /para remar, y uno para el Gobierno,
las cuales canoas subirán hasta la parte que les será mandado* conforme el aviso que diere el
amo del cacao, y lo traerán al fuerte del Yaracuy adonde quedará depositado en manos de un
oficial Real de asiento en dicho fuerte que dará su recibo de la cantidad recibida a el amo del
cacao, o a quien su poder hubiere, y teniendo el dicho oficial una cantidad suficiente para cargar
una balandra del Rey, la cual quedará siempre en Puerto Cabello para varios usos, participará el
dicho Ministro a los de Puerto Cabello el cacao que tiene depositado
para que envíen la dicha balandra a cargarlo y remitirlo a los apoderados.
El pagamento para este trajín siendo hoy de seis pesos como se ha dicho arriba, será entonces de
cuatro pesos solamente, y en esto consiste el alivio de los vasallos pues tienen dos pesos de
provecho por cada carga, y a más de esto el ahorrar tanto trabajo del trajín de tierra.
Pesos
12 mil fanegas de cacao darán al Rey de trajín cada
año veinte y cuatro mil pesos 24.000
21 mil arrobas de tabaco poco más o menos cada año
darán al Rey de trajín a razón de 5 arrobas avaluadas
por fanega de cacao diez y seis mil cuatrocientos pesos 16.400
--------
La cual suma con la antecedente, es 40.400
A más de esto, el flete de la balandra y de las canoas para varias mercancías a pedimento de los
mercaderes de los Valles en Puerto Cabello darán algún provecho; pues suponiendo que se
embarca cada año por mil quintales solamente de mercancías para los Valles, esta cantidad da
aun pagada a 2 pesos quintal, cuatro mil pesos 4.000.
El cual provecho a más de los derechos Reales que se pierden hoyr da, a Su Majestad, la facilidad
de mantener y asegurar su costa, de pagar sus Ministros sin que le cueste nada, y de hallar aún
un provecho considerable.
Estas consideraciones obligan a Su Majestad de asegurar la Boca del Río del Yaracuy de algún
fuertecito que defienda la entrada de dicho río; asegura la libertad del trajín, y los frutos o
mercancías depositadas en esta parte; y es la obra que propongo, la cual proporcionada a la
necesidad que se requiere bastará para el efecto que se pide
CAPITULO OCTAVO
Estrada incubierta: 18
He reparado que aunque esta cortina L, y el baluarte K, sean buenos, esta obra es más
descubierta y su contra escarpa no es defendida, porque' supuesto que el enemigo desembarca en
alguna parte de la costa, y ataca la plaza por esta parte; una batería puesta entre K y A, plan de
la bahía, arruinará la muralla, y cayendo las ruinas en el foso facilitan su pasaje, y como la contra
escarpa no es defendida el enemigo alojándose sobre ella, obliga la plaza a rendirse.
Es preciso remediar esta falta, y el más conveniente remedio que me ha parecido es el de una
estrada incubierta, la cual estará de muy poco gasto, y de tan grande utilidad que las estradas
incubiertas son, estimadas hoy como las mejores obras de la fortificación militar. Sus proporciones
serán según parecen en el plan del proyecto. A saber: Largo del lado del cerro, 25 varas; gola de
la plaza de arma, 20 varas; lado de la plaza de arma hasta la barrera, 8Va varas; barrera largo, 3
varas ; lado de la plaza de arma desde la barrera, hasta el ángulo saliente, S1/^ varas, segundo
lado de la plaza de arma, 20 varas ; lado hasta el espaldón, 25 varas; espaldón largo, 10 varas;
corredor de la estrada incubierta, 10 varas; espaldón largo, 25 varas; sus alturas y anchuras,
artículo 1', 8: de los perfiles, a saber: altura del parapeto, 3; altura de la primera banqueta, 1
vara; altura de la segunda banqueta, Va vara; anchura de la primera banqueta, *fa vara; anchura
de la segunda banqueta, y; sus estacadas serán distantes unas de otras de un medio pie, y
saldrán arriba del parapeto de un pie. He hecho un espaldón para cerrar la parte del mar hasta la
contra escarpa. Está estrada incubierta estará de grande utilidad, y sus Mayo res gastos son las
estacadas. Las tierras se sacarán del cerro lo que le dará aún más escarpa, y los peones
empleados a estas obras alargarán siempre la explanada.
Puente 19
Como la puente es enteramente arruinada propongo su reparo en la proporción siguiente. Plan del
proyecto: largo de la puente levadizo, 3 varas; largo de la puente durmiente, 9 varas; anchura de
la puente levadiza, 3 varas; anchura de la puente dormiente, 3 varas; los tres pilares que se
hicieron para mantener esta puente dormiente son aun buenas, y se dejarán en su estado
presente.
Puerta 11
Es preciso reparar esta puerta, la cual falta de cerradura y llave, algunas tablas, como también
ladrillos, y cal, para componer la puente levadiza a este efecto pido su reparo. El restante del
baluarte y foso es en buen estado.
Cortina, 20
La distancia que corre desde el flanco del baluarte K hasta el río (10) no siendo fortalecida y el
restante siéndolo de la muralla (D) la cual no sirve de defensa ninguna. Como también el fuerte
(F) que no flanquea el flanco del baluarte (K) he mudado toda la forma de estas defensas
habiéndolas de buenas murallas, y proporcionadas al terreno, he hecho la primera cortina de (80)
varas de largo como se ve plan del proyecto, y .sus proporciones según parece artículo 20: plan
de los perfiles a saber: Altura del ramparte, 3 varas; altura del parapeto, 1 vara; altura del
cimiento, 1 vara; anchura del parapeto, ^ vara; anchura del ramparte, 1 vara; anchura del
repecho, 1 vara; anchura del cimiento, 3 varas; según estas proporciones el terreno es defendido;
y aunque es verdad que no se teme que el enemigo desembarque en este paraje, conviene
siempre cerrarlo, no solamente para asegurar los movimientos de la guarnición contra el fuego
enemigo como las casas en esta proporción, la óptica es observada, y la muralla, oculta al
enemigo a la distancia la más leja el adentro de la plaza, y acercándose más la oculta aun más
efecto del rayo visuale.
Como las tierras están un poco altas en este paraje se cortarán a 10 varas de la muralla, y las que
se sacaran serán para nivelar el terreno a la altura de la ramparte para terraplenarlo, así como lo
enseña su perfil artículo 20: plan de los perfiles. Esta muralla no es sujeta a padecer mucho por
eso será hecha de guijarros los más llanos hasta el parapeto, y el parapeto de ladrillos, la muralla
estará yesada de cal y arena.
Bóveda, 21 .
Pero como al término de (60) varas el curso del río (10) fuera cortado por la elevación de esta
cortina he proveído a esta dificultad, habiendo una bóveda de una vara de ancho sobre l.de alto,
la cual estará cerrada con seis barras de hierro, y por la parte interior tendrá un abanico, o
ventana de madera c] cual se cerrará, o abrirá según que lo .requiere la necesidad, o para
mantener las aguas en tiempo seco, o para cualquiera otra ocurrencia por cuyo efecto se ajustará
el río de 10 6 12 varas antes, para prepararlo a la entrada de Ja dicha bóveda (artículo 21).
Torre 22
Al cabo de estas (80) varas me ha parecido necesario asentar una obra que flanquea el baluarte K
y el fuerte E porque la distancia de estos dos fuertes es más leja para defenderse y comunicar su
fuego, y tampoco no se pueden ver, y como el fuerte (F) no flanquea bastante (K) la mejor
situación es la, adonde propongo esta torre, paralelogramo a ángulos rectos, porque el fuego de
sus flancos comunica y defiende los fuertes (K) (E) en este caso pongo el fuerte F abajo como
obra Inútil para el proseguimiento del proyecto. Esta torre tiene sus líneas de defensa de (100)
varas, y líneas de segundo fuego de (75) varas dando un fuego a la cortina de (15) varas, y
recibiéndole igualmente; sus proporciones son como parece en el plan del proyecto. A saber: cara,
20 varas; flancos, 15 varas; gola, 20 varas; y sus alturas como se ve (artículo 22), plan de los
perfiles a saber: altura del parapeto exterior, (1) vara; altura del parapeto interior, iy vara; altura
del repecho y de la muralla (5) varas; altura del cimiento (1) vara; anchura del parapeto exterior
y2 vara; anchura de las tierras en el cajón del parapeto exterior e interior (1) vara: anchura del
parapeto interior 1/3 vara; anchura de la muralla (1) vara; anchura del repecho (1) vara; anchura
del cimiento (3) varas; y como conviene siempre en la construcción militar buscar el útil, he hecho
a esta torre un cuarto el cual puede ser de muchas utilidades, o para ser un almacén, o un cuerpo
de guardia, y defensa .en la ocasión habiendo sus almenas para un fuego de la infantería, o si
mejor pareciese una batería de artillería como más necesaria en este paraje. Las proporciones del
cuarto son de (3) varas de alto, 18 de largo y 9 de ancho, y para mantener las tierras dé arriba,
se hará una reja de vigas puestas de largo y ancho, sobre las cuales habrá un tablazon de tablas
así como se ve en el plan de los perfiles, artículo (22), y como esta torre debe considerarse como
una de las obras las más útiles elevo de ladrillos su repecho y su parapeto ; del cuarto al parapeto
habrá dos varas las cuales harán un cuerpo sólido de tierra hasta el dicho parapeto. Esta
plataforma será bien cimentada con cal y arena, sobre la cual se pondrán 8 piezas de artillería,
(2) a cada flanco, y (4) a la cara, sus embrasuras estarán en el parapeto de una vara anchas
exteriormente de 2 varas, e interiormente de (1) vara, y si quieren mejor una batería baja en el
cuarto que «o las almenas, en este caso se proporcionarán de la misma suerte; en el plan de los
perfiles se ve una vista exterior de la cara de la dicha torre, artículo (22), a la cual para que las
tierras no rempujan se hará su gola de muralla con un repecho igual al restante, y como por la
situación de esta torre su cara se adelanta, un poco en la mar; para que no se arruine se harán
unos pilotajes de maderos de (3) varas de largo sobre un pie cuadrado de ancho, los cuales
siendo bien acondicionados, y hierrados a sus puntas entrarán de (2) varas en la arena, y serán
arrestados con listones puestos de largo y ancho.
Cortina 23
La situación del terreno no me ha permitido igualar esta cortina a la de (20) porque no he querido
perder la ventaja de la punta (Z) la cual como lo he dicho es la más precisa parte de esta plaza a
fortalecer por cual razón esta' cortina como se ve (plan del Proyecto) es larga de ( ) (sic) es en las
mismas proporciones que la de (20) menos el terreno que es el del cual he dicho un perfil en el
Capítulo Quinto del estado presente. Tocante la muralla D.D. el cual terreno se cavará al nivelo
(sic) de la altura de la cortina, esto es, de 3 varas, dejando un repecho al restante para mantener
e impedir que las tierras'no se desmoronan (sic) así como se ve en el plan de los perfiles artículo
Baluarte 24
Este paraje (Z) como ya he dicho es de tan buena defensa que toda la fuerza de la Plaza depende
de él; su situación es tan ventajosa que defiende el puerto, y asegura los navios, limpia los dos
lados de la orilla de la mar, y en fin ve toda la facada de la "Plaza de la parte de la mar, su utilidad
es tan importante que no puede ser mejor, y habiendo un fuego que le cruza como en la punta (S)
Capítulo (8?) no se debe temer nada en este puerto. Esta es la •razón por la cual he preferido un
baluarte,, a otras obras como la mejor en la construcción militar porque su ángulo saliente se
mantiene más contra el fuego enemigo. Las proporciones de esta obra son como en el plan del
proyecto. Caras de 20 varas; flancos de 10; medías golas 10 '' varas; ángulos de la gola, 141
grados; ángulo flanqueado, 90 grados; ángulo flanqueante, 110 grados.
Como es preciso que esta obra domine a las otras su altura será Mayo r que la de las cortinas, así
como la torre (22) y tendrá como se ve en el plan de los perfiles artículo (24), altura del parapeto
exterior, 1 vara; altura del parapeto interior, 1^ vara; altura del repecho y de la muralla, 6 varas;
altura del cimiento, 1 vara; ancho del parapeto exterior, y¿ vara; ancho de sus tierras, 1 vara;
ancho del parapeto interior, 1/3 vara; ancho de la muralla, 1 vara; ancho del repecho, 1 vara;
ancho del cimiento, 3 varas.
Para facilitar más el uso de la artillería no he querido hacer embrazuras, sino elevar una
plataforma proporcionada a la altura de las cureñas para facilitar el movimiento de la artillería que
formará una batería o barba de gato. Se hará una rambla a su gola para subir en él, y como obra
importante, yo hago su repecho de ladrillos como la torre (22). El segundo artículo de 24, que se
ve en la planta de los perfiles es una vista de su medio baluarte cortado a la línea capital.
Cortina 25
Esta cortina que corre desde el flanco del Baluarte (24) hasta el fuerte (E) deja al dicho fuerte un
flanco de 10 varas; sus medidas son iguales a la cortina (23) y como poco falta que el terreno no
sea igual, lo he hecho el mismo; a lo demás tiene, como se ve en el plan del Proyecto (133) varas
de largo lo que no se ha podido hacer menos, por no perder el fuerte (E) aunque el fuego sea
bueno, y no más lejos para la defensa recíproca del baluarte al fuerte; sus elevaciones y demás
medidas son iguales como ya he dicho a la cortina (23).
Fuerte (E)
Este fuerte se dejará en su estado presente reparando solamente su cara la cual es enteramente
arruinada, los dichos reparos se hallan en el Capítulo de los gastos.
Cortina 26
Esta cortina dejando al fuerte (E) un flanco de 10 varas seguirá hasta la torre (27), sus
proporciones serán iguales a las demás, y como me ha parecido que el terreno es de poco menos
igual al de la cortina (20) yo he arreglado su terraplén a la misma manera ; el largo de esta
cortina hasta la torre (27) es de 140 varas, su fuego (aunque más lejos que ninguno de los otros)
no deja de ser bueno, y aunque al cabo de (70) varas empiezan las casas, y que según el
proyecto la distancia de ellas a la muralla es de una vara, y cerca de la torre (27) de dos; el
terreno es alto bastante en este paraje para ser terraplén a la muralla, o de muy poco menos. De
suerte que no hay sino (70) varas a terraplenar y nivelar como parece en el Plan del Proyecto.
Torre 27
Esta torre es una de las más necesarias obras del proyecto no solamente porque flanquea el
fuerte (E) pero también por ser una defensa contra la mar, y los vientos para el muelle. La
propongo de la misma propbrción que la de (22) su situación se conoce bastante para ser de
grande utilidad. Del ángulo del flanco empieza el muelle, a su cara habrá un muelle o dique de
peñascos que se sacarán del cerro los cuales adelantarán en la mar, (25) varas sobre 10 de ancho
de basa para impedir que las olas que suelen romperse con mucha fuerza no inquieten las lanchas
al muelle, de la cual las aguas serán siempre pacíficas, lo que será de mucha comodidad al
comercio como se ve en el plan del Proyecto.
Cortina 28
Esta cortina que es un pedazo de la muralla empezada en (V) Capítulo 5, quedará en su estado
presente hasta la puerta (4) la cual será la del muelle; y como el fuerte (C) es inútil en el
presente proyecto, se echará abajo, y sus tierras serán para terraplenar el muelle de la puerta
(4*), sé proseguirá la cortina en línea recta con las mismas proporciones que el restante de las
obras empezadas, de suerte que la cortina (28) tendrá 30 varas, de las cuales habrá 14, a
construir, a saber: altura del parapeto, 1 vara; altura del repecho y ramparte, 6 varas; altura del
cimiento, 1 vara; anchura del parapeto, vara; anchura de la muralla, 1 vara; anchura del
repecho, 1 vara; anchura del cimiento, 3 varas.
Cortina 29
Al cabo de estas (28) varas se hará un ángulo de 152 grados al cual empieza la cortina que
andará siguiendo paralelamente la gola del fuerte (C) hasta el flanco pequeño (3) del Capítulo
Quinto; su construcción estará igual a la de (28), esta cortina v- del ángulo, hasta el pequeño
flanco (3) tiene (28) varas. El pequeño flanco (3) varas ya construidas del flanco hasta la puerta
(12) de la caleta (28) las cuales se elevarán sobre la rambla de la dicha cortina y puerta (12)
cerrándola como inútil en el proyecto. El restante de la muralla hasta el pequeño flanco (B),
Capítulo 5' que es de (35) varas, se dejará en su estado presente, reparando solamente las partes
que tiene arruinadas, y haciéndole un parapeto al flanco pequeño que es cerca de (B) se
aumentarán 5 varas para juntar la cortina con el flanco del baluarte (30) de suerte que esta
cortina será en todo de 101 varas, de las cuales habrá 61 varas a construir en la misma forma que
la de (28),
Baluarte SO
Para que el muelle sea defendido de todas partes he puesto un baluarte en este paraje, el cual
aunque sea un poco irregular habiendo su ángulo flanqueante de la parte del cerro un poco . más
agudo que no el otro, no deja de ser de grande utilidad, su cara y su flanco de la parte del cerro
limpia toda la orilla del mar, de esta parte; su cara y flanco del lado del muelle defiende y asegura
el dicho muelle; por tanto me ha parecido que un baluarte estaba más conveniente que no reparar
la plataforma A, la cual no puede ser de ninguna defensa, y para impedir que las aguas no la
arruinen, se había de hacer mucho trabajo. Dejo esta obra A, para hacer el baluarte tomando su
gola a la cara de. la plataforma (B) Capítulo 5">, y dejando ti espacio de las quebradas libre; los
ángulos flanqueados de este baluarte son rectos, lo que ,causa le deformidad del ángulo
flanqueante. Sus demás medidas son como las del Baluarte (24) pero como su situación es en el
agua aunque no hay media vara siendo la parte adonde se pierden las olas se habrá de formarle
un pilotaje con maderos de (3) varas de alto bien acondicionadas y herrados a sus puntas
entrando en la arena "a fuerza de carnero que es un instrumento que sirve a este uso. Habiendo
(tres renglones de estos maderos en la forma que se ve en el plan de los perfiles, artículo
(30), el cimiento estará seguro, sus tierras para terraplenar este baluarte se sacarán en la
plataforma (A).
Cortina 3I
Al ángulo flanqueante de este baluarte se halla el flanco de la plataforma (B), Capítulo 5?, el cual
se dejará en su estado presente, haciéndole solamente un parapeto y reparando lo que le puede
faltar; a 10 varas de largo se hará una puerta para el camino de Caracas, la cual tendrá (3) varas
de largo, y como el terreno de esta cortina es muy alto, se cabará en su terraplén a 12 ó 15 varas
lejos para preparar la bajada de la rambla, y para que la dicha rambla no sea tan viva se hará de
(3) varas de alto sobre 15 de largo al suelo bajando siempre de las (3) varas a las 15 así como se
ve en el plan de los perfiles (artículo ( ) (sic).
Cortina 32
Esta cortina no es otra cosa que una muralla seca de 2/3 de vara de ancho, sobre (2) varas de
alto, a la cual se harán unas almenas para un fuego de la infantería y la defensa del camino
cubierto, la cual hará con la cortina (31) un ángulo saliente de 132 grados, y tendrá (20) varas de
largo, y para que su construcción sea más firme se dejará una lisera de tierra de (2) varas de
largo, la cual tendrá su repecho de 4 varas. Esta distancia de (20) varas llega hasta las quebradas
del cerro pero sin que le causen daño ninguno, y como estas quebradas son impracticables, y que
los cerros van siguiendo siempre hasta la cortina (L), tan ásperos y defendidos por dos fuertes no
me ha parecido conveniente fortalecer esta distancia, por serlo bastante por su naturaleza;
solamente se pueden escarpar más los cerros y hacer saltar en las partes que serán necesarios
algunos pedazos de peñas las cuales se pondrán delante la cara de la torre (27) en el mar para
guardar el muelle.
Estrada Incubierta de SI
Y para que estas dos cortinas sean defendidas yo hago a (30) varas distantes de ellas para dejar
el pasaje de las aguas libre, una estrada incubierta la cual tiene un ángulo saliente abierto de (80)
grados, y dos lados de 20 varas cada uno; su barrera, y las demás proporciones serán como al
camino cubierto (18) se conoce por su perfil, plan de los perfiles. Artículo ( ) (sic) su efecto.
Muelle 33
El muelle que yo propongo debe considerarse como la obra la más importante que hay para los
intereses Reales y el bien del público, porque como se ha reparado en el Capítulo 5?, el lastimólo
estado de la parte "'adonde las lanchas llegan es contra , >I bien general de todos los navios; por
tanto propongo sus ñiparos en la forma siguiente;
Primeramente para que el dicho muelle sea más cubierto y se flliarde más contra los vientos
ordinarios de esta costa, y contra la fuerza de las olas, lo he preferido más de esta parte, que no
de la adonde está la caleta, y haciendo con el flanco de la torre (27) un ángulo agudo de 75
grados va prosiguiendo en línea recta el espacio de (55) varas al cabo de las cuales para
terminarlo hago un ángulo de (136) grados; lo hubiera podido hacer más agudo, o recto, pero
habiendo reparado que una batería de (3) cañones fuera buena a este lado de (10) varas para
limpiar Ja orilla de la mar, y defender la cara del baluarte (80) y también porque los ángulos los
más abiertos resistan más a la fuerza de las olas.
Lo segundo. Esta muralla tendrá (20) varas de ancho hasta el ángulo reentrante de las cortinas
(28) y (29), su altura desde su cimiento estará de (3) varas, 2 de las cuales serán en el agua, y 1
saliendo, su muralla que debe ser de buena construcción, habrá (2) varas de ancho y 1 de
repecho, 1 vara de la muralla, y el repecho serán hechas de ladrillos bien cimentados, y el
restante de guijarros, el todo bien acondicionado y compuesto con cuidado y arte.
Lo tercero. Para que el dicho muelle sea asentado con Mayo r fuerza y seguridad, es preciso
asegurarle con pilotajes de 3 varas de alto, y un pie cuadrado de ancho los cuales bien herrados a
sus puntas, y entrantes a fuerza de martinete serán distantes unos de otros de una vara, y de las
cuales habrá (S) renglones paralelos, juntados unos y otros con listones como se ve en el plan
de los perfiles, artículo ( ) (sic). Las tierras como he dicho se sacarán de las ruinas del fuerte
(C) para terraplenarlo.
Cuarto. Se pondrán anillos de hierro a este muelle para amarrar las lanchas, las cuales vendrán
a cargar con mucha quietud y salvas de todos los trabajos que padecen hoy, como se ve artículo (
) (sic) de la vista de dicho muelle. Quinto. Y para que los derechos e intereses de Su Real
Majestad sean siempre seguros, al lado de la puerta (4) se hará una casa (a) artículo ( ) (sic)
en la cual quedarán los oficiales Reales propuestos a la cobranza de estos derechos con los pesos
ordinarios para pesar las cargas de cacao, y registrar todas las mercancías sujetas a derechos que
entran o salen; de esta suerte se asegurarán los intereses reales; y no habrá (como suele algunas
veces suceder) navios, o balandras que cargarán más, que no registran, porque no habiendo otro
paraje para cargar, ni otro paraje que este muelle y su puerta (4) los oficíales reales no podrán
perder de vista ninguna carga, y para que sean mantenidos de la Eeal Autoridad, y de la fuerza,
habrá de otro lado de la dicha puerta, sobre el mismo muelle, también un cuerpo de guardia para
poner una guardia de la cual la mitad retirándose de noche en el cuarto de la torre (27) dejará el
restante sobre el dicho muelle para guardarlo. Sexto. Y como es preciso que las lanchas vayan
hacer agua a una legua y más del puerto, y que es una cosa muy contraria al bien del comercio,
porque arriesgan algunas veces de perderse las lanchas, o como quedan de ordinario (2) ó (3)
días en esta aguada, hacen mucha falta a sus navios por cualquiera necesidad que se ofreciere;
propongo un remedio que asegure las lanchas y facilite al marinero la comodidad de haber agua a
cualquier hora del día, es el de hacer un conducto de agua el cual viniendo del río dejará su agua
al muelle, saliendo por dos fuentes, y cayendo en una taza hecha a este propósito; este proyecto
es uno de los más necesarios y tan fácil que me espanto como no sea hecho hasta ahora, porque
el río parece querer dar sus aguas naturalmente de este lado, y que no es necesario saber la
hidráulica para conducirlas.
Los gastos de este conducto no pueden andar a 700 pesos lo que no es pagar un día de su
utilidad, porque de las lanchas mismas se hará agua sin desembarcar las pipas si quieren los
marineros, lo que se puede hacer con pequeños conductos que traerán la agua de la fuente a la
lancha, por todo lo que he dicho tocante esta idea parece bastante cuanto provechoso será al
público este proyecto.
Por lo que toca el pagamento de dicho muelle lo propongo de esta manera.
Gomo este proyecto es más necesario al público que no a Su Eeal Majestad, es justo que el mismo
público contribuya a su pagamento, ofreciéndose solamente Su Majestad a adelantar sin interés la
plata, y por este efecto hallo que los gastos del muelle-exceptuando el trabajo de los indios, los
cuales supongo que asistirán a dar el necesario a los albañiles, y los demás trabajos de manos
hallo (digo) que los gastos del muelle andarán a cinco mil pesos sin que se cuenten las casas de
oficiales reales y cuerpo de guardia, las cuales se harán de tapias; y como se carga en este Puerto
hasta (25.000) -fanegas de cacao cada año uno por otro poniendo un derecho de un real
sobre cada fanega de cacao, y de cuenta de los cargadores, y ^ de cuenta del capitán de navio
que carga, en dos años se pagarán los gastos del dicho muelle, y se pudiera también
comprehender e¡j el dicho pagamento la torre (27) y las cortinas (28 y 29) con la suposición de
ser obras pertenecientes al muelle y a su defensa; y en este caso el gasto fuere de 10.421 pesos,
los cuales 83.368 fanegas de cacao a un real pagan el público y los cargadores, conocen tanto la
extrema y precisa necesidad, de este proyecto que no habrá ninguno de ellos que no pagará de
buena gana el derecho asentado porque lo que el comerciante puede desear más, es la seguridad
de sus mercancías y la facilidad en su comercio todo lo cual se halla en esta ocasión por lo que
toca el punto.
Almacén
Habiendo hecho reparar que el solo Almacén de esta plaza está en el fuerte (P) Capítulo (5) dicho
la fuerza vieja, y que el dicho almacén no conviene para la seguridad de las pólvoras; le propongo
un almacén de buena construcción como la causa, la más necesaria a la defensa de una plaza, y
como conviene que sea en una parte segura y suelta de los peligros del fuego; he elegido la
misma parte adonde está por ser leja de las ocasiones del fuego defendido de dos fuertes, y
asegurado del niego enemigo. El dicho Almacén tendrá (20) varas de largo, sobre (10) de ancho y
sus lados de (4) varas de alto, sus murallas tendrán (3) varas de ancho hechas de ladrillos bien
cimentados y compuestos, y una bóveda sobre el dicho Almacén de media circunferencia de
círculo, la cual hecha con mucho cuidado y mantenida sobre sus cilindros quedará suelta, ya, para
que sea a prueba de bombas, le doy (4) varas de alto, la dicha bóveda estará cubierta de un
techo cubierto de tejas del cual las vigas serán puestas de manera que el techo no se recueste
sobre la bóveda para que no padezca sino sobre sus lados; la razón de un techo sobre esta
bóveda es para guardarla contra las injurias del tiempo; y también que supósito que caiga una
bomba sobre el dicho almacén su fuerza se pierde mucho en los esfuerzos (sic) del techo, y
hallando la bomba (habiendo reventado el techo) tierra, o estiércol que se suele poner en tiempo
de ataque sobre la bóveda, sus fuerzas se mantienen; hay personas que suelen poner tierra sobre
la bóveda, de un almacén, pero no soy de sentir de ponerla, sino en la precisa necesidad, porque
la humedad que suele quedar en las tierras ; y más cuando son cubiertas transpirando como en
un alambique, pierden mucho una bóveda, al través de la cual con el tiempo la agua filtra. El
adentro de este almacén será plancheado a sus lados con tablas ordinarias para preservar las
pólvoras contra la humedad de las murallas, su suelo será compuesto con carbón batido de dos
pies, y un tablazón sobre por la misma razón; su puerta tendrá (2) varas de largo, y (3) de alto
hecha de (2) tablas de ancho bien juntas, y si quieren cubierta de hojalata para que sea más
asegurada contra el fuego; esta puerta será del lado de la plaza, y como no hay nada tan sujeto
como un almacén, propongo a 3 varas de distancia de su contorno una segunda muralla de 1 vara
de ancho hecha de guijarros, y alta de (4) varas, la cual tendrá su puerta de un otro lado que la
del almacén y a la cual según el uso ordinario habrá una centinela del cuerpo de guardia el más
próximo la espada a la mano, y sin armas de fuego.
Contra Fuertes
Como las tierras rempujan siempre, se suele poner para resistir a sus esfuerzos al largo de las
murallas unos pedazos de parapeto entrantes, y de una cierta distancia unos de otros los cuales
se llaman contra fuertes; los de este proyecto tendrán la altura de la muralla adonde serán
puestos, y (3) varas a su cimiento, y dos arriba como se ve en el plan de los perfiles, sobre (3)
pies de ancho distantes de 5 varas unos de otros hechos de guijarros, el proyecto necesita de
estos contrafuertes (140) para todas sus obras a saber:
Hornabeque 35
El hornabeque del cual he dado un plan en el proyecto, su perfil, y vista en el plan de los perfiles,
se propone para poner a la Punta de Maiquetía, pero como los reparos de .la plaza son más
necesarios y que este proyecto debe considerarse como piedra de esperanza, así como el reducto
de la punta (a) no doy sus gastos, solamente diré que su polígono es de 120 varas, sus media
golas (20), la cortina (80), flancos (15), caras (25), alas (100) varas, ángulo flanqueado (90)
grados, ángulo flanqueante (110) grados, sus alturas y demás medidas son: foso largo, 10 varas;
alto, 4 varas, distancia de la contraescarpa hasta el camino cubierto, 5 varas; altura del parapeto,
(2) varas; explanada 25, y como su escarpa y contraescarpa no serán de obra de canto, deja una
lisera de (3) varas de ancho para mantener y asegurar la muralla; y el repecho del foso será de la
misma medida que la altura del dicho foso; la muralla tendrá (3) varas de alto; el parapeto 1^ e
interiormente 2, ancho de 2 varas; la banqueta 1/3 de ancho y 2/3 de alto; el terrapleno 5 varas
de ancho y 3 de alto; las murallas serán hechas de guijarros, y su repecho de ladrillos, las tierras
necesarias se sacarán del foso. La utilidad de este fuerte es de asegurar más los navios en el
Puerto, cruzando su fuego con el del baluarte de la Punta (Z) y es de defender un desembarco a la
playa que corre entre (S) y (E), poca guardia necesita este fuerte porque siendo cerca del pueblo
de Maiquetía a la primera señal todos los indios de este pueblo se retirarán adentro lo que hará en
un instante una guarnición de cerca de (200) hombres, y por tanto capaz de resistir.
Reducto 36
Este reducto no costa (sic) de mucho más de los otros sino los movimientos de las tierras, y es de
mucho más defendido que los que hacían antes en Europa; es una de las máximas del se-fíor de
Cochorn uno de los Mayo res Ingenieros en Holanda que hubo en estos tiempos; lo propongo
también como piedra de esperanza en un cuadrado perfecto del cual los lados son de (20) varas,
su foso de (5) de ancho, (2) de alto, la distancia de la contraescarpa al camino cubierto de (5)
varas, parapeto del camino cubierto (2) varas, explanada (15) varas, altura de la muralla, 3
varas, altura del parapeto, (1) vara, interiormente (1^) banqueta 1/3 de ancho, 2/3 de alto,
ramparte 5 varas de ancho, al medio de este reducto es una casa que sirve de cuerpo de guardia,
la utilidad de este fuerte es para defender toda la playa de (a) en (d) plan de la bahía, y poner un
obstáculo al enemigo antes que pueda llegar a la playa de (a) en (k) lo que es de grande ventaja
por dar tiempo a una plaza de reconocerse, y a la guarnición de prepararse a recibir el enemigo.
fuerte M
Habiendo hecho conocer la utilidad de este fuerte y su estado lastimoso propongo su reparo que
consiste en hacerle un techo, reparar su sobrado, y algunas partes de su torre y plataforma
arruinadas.
CAPITULO NOVENO
Proyecto para Puerto Cabello y la Boca, del Río Yaraeuy con sus perfiles
Habiendo hecho conocer la precisa necesidad de fortalecer a Puerto Cabello, paso a las razones
que me han obligado a proponer el paraje propuesto para fabricar un fuerte, y preferirle a ningún
otro.
Varias partes se pueden elegir para fortalecer, como la Punta Brava, a la punta entrante del puerto
al norte ppuesta a ésta; pero las conveniencias que pueden dar estos terrenos son menores que
los inconvenientes.
Las conveniencias que me pueden objetar es que laxPunta Brava registra toda la costa con más
facilidad y puede con su artillería impedir un desembarco enemigo; que el paraje es mejor, por ser
el terreno una península y que de esta punta como primer ángulo de la vuelta se puede echar a
pique un navio antes que pueda entrar o llegar a la entrada del Puerto.
A lo que respondo: Primero que el paraje propuesto registra toda la costa con la misma facilidad,
en habiendo cortado y arrasado los manglares, los cuales se hubieron de cortar asimismo en
fortaleciendo la, Punta Brava por no padecer la fortificación impedimento ninguno a la distancia
del tiro de su artillería, que registra (digo) la costa por ser el terreno llano como se ha visto
(Capítulo 2?). Segundo: que el desembarco enemigo no se puede hacer desde la Punta Brava,
hasta Borburata, y que de este puerto hasta Patanemo, el desembarco (aunque no imposible), es
muy dificultoso, pero en caso de hacerse el mismo impedimento se halla en el proyecto, como a la
Punta Brava.
Tercero:. que aunque el terreno sea una península, no puede ser mejor que sobre un bajo
circunvalado de la mar.
Cuarto: que Mayo r efecto hace la artillería contra un navio que quisiere entrar en el Puerto en el
paraje que se propone, porque a la Punta Brava, habiéndose escapado el navio de un tiro directp
de la .artillería, recibe un tiro oblicuo; pero en el proyecto no hay oblicuidad ninguna, los tiros son
todos directos, y antes de llegar a la Boca del Puerto, no un navio, pero una flota se pudiera echar
a pique y a más de estas razones, no hay agua en la Punta Brava ni se puede meter sino con
mucho gasto; al contrario que en el paraje propuesto se pueden conducir las aguas del río de San
Esteban, como se ve en el plan general (Capítulo 2'), solo con gastos de peones, no habiendo más
que (890) pasos geométricos de distancia, y siendo el terreno, dispuesto a recibirlo; en fin que la
Mayo r razón que obliga a fortalecer es el comercio, y que no conviene que el dicho comercio se
haga de una parte, y que un fuerte que lo asegura, y defienda sea de la otra; al contrario que en
esta situación todo el comercio se hace en el fuerte mismo; los derechos reales se cobran sin
engaño ninguno y las aduanas son mantenidas de la Real Autoridad.
Por lo que toca la dirección del fuerte se hubiera podido proponer otras obras como un cuadrado,
un hornabeque, o alguna cualquiera bbra, cuya dimensión fuera proporcionada al terreno, pero
considerando que el comercio no quedará siempre en el estado lastimoso en el cual se halla al
presente, y que con los prudentes arreglamientos y providencias que se dan, en breve tiempo
florecerá otra vez el comercio tan necesario al bien de los potentados y de sus vasallos, y que a
justo título se llama el ñervo (sic) de la Autoridad Real; considerando digo, estos motivos, he
preferido proponer una obra que se pueda aumentar con la aumentación del comercio, sin ser de
obligación de destruir para aumentar, ni pecar contra las reglas para no destruir lo hecho, y es la
obra presente con la cual, no solamente el terreno es abrasado y fortalecido según las reglas,
pero conforme a ellas se puede aumentar en cualquier tiempo, siguiendo con poca diferencia sus
dimensiones.
La situación del terreno propuesto me ha obligado a dar otras proporciones, que las que
pertenecen directamente a una obra o coma, y las razones siguientes probarán la .necesidad de
hacerlo.
Bastión A de Villalonga
Bastión A tiene sus proporciones y ángulos iguales a los del Bastión B: menos el flanco (a) al cual
es forzoso dar otras di" mensíones para formar el muelle, o desembarcadero P, para que la
puerta :0: que conduce a él, sea flanqueada y para que el flanco :d: tenga un fuego recíproco;
por cuyo efecto se dará (como se ve en el plan del proyecto) al flanco :a: 25 varas; y haciendo un
ángulo de 110 grados se formará la coma :H; cuya cara será de 15 varas; el ángulo de la espalda
del flanco :b: será de 103 grados, y el dicho flanco :b: de 20 varas.
Las caras :e.e: del bastión serán cada una de 70 varas de largo; el flanco :f: de 40 'varas;
ángulos de las espaldas de 112 grados; el ángulo saliente de 82 grados; y el ángulo entrante, o
de la cortina tendrá 100 grados. Las cuales proporciones dan a la gola :g: 40 varas, y por razón
del flanco :b: Ja gola :h: será de 45 varas; el ángulo del polígono es de 102 grados, sien-'"do
preciso hacerlo más agudo para formar la cortina del muelle, y la capital es de 70 varas.
Este Bastión se debe considerar como muy importante y necesario; porque el medio Bastión :e.f:
es recíproco, y da un fuego alterno, al Bastión :B; flanquea y defiende la cortina -:I: asegura con
su fuego la entrada del puerto, y limpia la Punta Brava, playa de Muertos, y una parte de la costa
que corre desde la Punta Brava arriba, y sus tiros aunque oblicuos, hacen mucho efecto por ser
poca la oblicuidad. El otro y Bastión e, a H, b, no es menos importante porque su fuego asegura la
tierra, y defiende el muelle :P: cuya disposición es en un paraje tan ventajoso que nada puede
estorbar la quietud de sus comercios.
El Bastión A será vacío por razón del Almacén :1: y sus dimensiones serán como se ve artículo :1,
del plan de los perfiles. Altura perpendicular :a: de la muralla :-15 pies; altura de la muralla con
su repecho :b: 16; altura del cordón :C: un pie; altura del parapeto exterior :d: 4 pies; ancho del
repecho :b:, ,6 pies; ancho del cordón. :C: 1 pie; altura interior,, e: de la. muralla con el cordón :
16 pies; altura interior f: del parapeto, 6 pies; ancho de la muralla :a: 6 pies; ancho del parapeto,
6 pies; ancho de la muralla del lado exterior :cl: del parapeto 2 píes; ancho de su lado interior :f;
1 pie; alto de la banqueta :g: 2 pies; ancho de la banqueta, 2 pies; alto del terraplén :h: junto
de la banqueta 16 pies, largo del terraplén :h: 30 pies; altq del terraplén en K. 15 pies; declivio
(sic) del terraplén, 1 pie; repecho interior del terraplén, 2 pies.
Como el terreno sobre e] cual está asentado en parte este proyecto es un bajo como se ve,
Capítulo 6"; por el plan de su estado presente; es preciso hacer un pilotaje, sobre el cual se
construyan las obras propuestas; el cual será de palo sano o de guayacán, las cuales maderas, a
más de ser a la mano para este efecto (no habiendo más que un cuarto de legua del paraje donde
se cortarán al fuerte) son también muy útiles, pues no se corrompen en'el agua, y son tan duras
que punteando los pilotajes con la hacha, no necesitan de puntas de hierro entrarlos en el terreno,
ni tampoco de corona, o cerclo de hierro a su cabeza, para resguardar que no se abran los
pilotajes, m, m, serán como se ve artículo 2, en el plan de los perfiles cada una de 9 pies de largo
y 2 pies de punta que son 11, y 1 pie cuadrado de ancho: se harán 10 renglones de pilotajes
distantes unos de otros de 4 pies bien amarrados, y clavados con sus listones en travé y de largo,
y salientes en el cuerpo de la obra de 2 pies con su listón, y con solo los pilotajes de la
fortificación bastará, y no serán necesarios por las obras interiores de caverías, etc., por ser el
bajo un terreno duro y de bastante firmeza; se dispondrán 3 garitas a los 3 ángulos de este
Bastión de 3 varas de diámetro.
Almacén :1:
Como el Bastión A: es el más retirado se propone en él, el almacén :1: que se ve en el plan del
Artículo 1?: por ser la parte la más oportuna a este efecto. La diametral del dicho almacén será la
prolongación de la capital del Bastión y su fábrica, será un cuadrado perfecto de 20 varas de lado
exterior; el ancho de la muralla :2: será de 3 varas; su bóveda :3: de dos, para dejar 1 vara en :
4: de lisera sobre la cual se asentará el techo :5: la altura interior; :6: de la bóveda será de 4
varas, lo que dará a la altura del centro del almacén, :8 varas, se colocarán unas tablas a la pared
interior del almacén para res-gtiardar las pólvoras contra la humedad, y se hará un plano de 2
pies de alto de carbón batido, sobre el cual se asentará el tablado :7: hecho de maderas buenas y
bien acondicionadas; y para que dicho almacén sea más asegurado se hará a 5 varas de distancia
una muralla seca: 9 de 4 varas de alto, y 1 vara de ancho.
La muralla del terraplén será prolongada de :g:h: como se ve en el plan del proyecto, hasta el
ángulo 4: para cerrar el dicho Bastión, a cuyo ángulo se hará la puerta de 3 varas de ancho: la
puerta de la muralla seca :9: será de 2 varas de ancho, y la del almacén de 4 pies de ancho.
La razón de prolongar la muralla :g:h: es para cerrar el interior del Bastión, cuyo plano servirá a
guardar varios pertrechos, como balas, bombas, granadas, vacías, cañones y cureñas formando
para este último efecto algunos techos junto al repecho del terraplén.
Por el corte en la parte p; del Bestión A, se conoce su vista interior, y el efecto que hará con su
Almacén, siendo formado :a: es la fasada de la muralla; b: el parapeto exterior; :c: el ancho del
repecho, el cual siendo perpendicular al ancho del parapeto exterior se fabricará de ladrillos, :d:
es el ancho de la' muralla construido de piedras brutas, el cual con el repecho
:e • hará la base de la muralla de 12 pies, y a] cordón de 6 pies de ancho :e: es uno de los
contrafuertes o estribos que se dispondrán de 10 en 10 varas, para que las tierras no causen
perjuicio a la muralla, f: es el ancho de las tierras del terraplén, .ig: es el ancho del repecho
interior para el mantenimiento de las tierras del terraplén, :h: son las tierras que llenarán el cajón
que forma el parapeto interior y exterior; i: es la banqueta, 1: es el plan del terraplén, :m: es la
distancia que hay > del terraplén a la muralla seca del almacén, :9: muralla seca del almacén, 8:
distancia de la muralla al almacén, :1: almacén.
Cortina I
La Cortina :I; es la que sirve a la junción de los dos Bastiones A: B:. El flanco antecedente de A
que le corresponde es (como ya está dicho) de 100 grados, el efecto que esta Cortina hace es
bueno: pues limpia la costa que le es opuesta, y pone los navios del Puerto en respecto (sic); esta
Cortina tiene de largo (220) varas de las cuales quedan para formar las medias golas de A y B 80
varas por pertenecer a cada una (40) varas y los demás que sobran son 140 varas, cuya
construcción será, en las mismas proporciones del Bastión :A: las cuales se conocerán por el
perfil del Artículo I9; sus pilotajes xserán en la misma conformidad que los de :A.
El largo de esta Cortina hace que la línea de defensa de este polígono es de (220) varas o igual a
todo el lado.
Escalera :a
Como no sé ha formado ninguna rambla en el Bastión :A: para subir al ramparte por razón de la
prolongación de la muralla :g:h: plan del proyecto y por no convenir tampoco que el acceso del
almacén sea tan fácil; se hará al medio de la Cortina una escalera :a: de dos lados como se ve en
el Artículo (2) de los perfiles, cuya base será de 10 varas, por el declive, o rambla; :c:d: y el
plano del suelo superior :b: será de 10 pies, o la tercia parte de su basé, esta proporción dará (6)
varas a las ramblas; e:h: las gradas g:g: serán cad« una de un pie cuadrado, lo que dará 9
gradas, para subir al ramparte los cuales tendrán de ancho dos varas o 6 pies.
Letrinas
V para la comodidad pública y el aseo del fuerte se dispondrán sobre el cordón exterior de la dicha
Cortina 12 y 18 (plan del proyecto) do« letrlnai hechas de madero «aliente de 3 varas sobre las
cuales se asentará el banco y las vigas que sirven mantenimiento del techo; cada una de las
cuales tendrá lí varas de largo haciendo un camino de 2 varas de ancho en ef parapeto para
conducir a ellas.
Bastión Real :B:
El Bastión Real B: es el más importante de todo el fuerte por su situación, la cual hace
bastantemente conocer su utilidad, pues estrecha y asegura Ja entrada del Puerto; sus caras
fienden todo lo que les es opuesto, y como su ángulo saliente1 orilla cuasi el bajo F plan del
proyecto, se estrecha más la en-| irada del Puerto, y nada puede entrar en el dicho puerto sin,
que sea det>ajo del fuego del dicho Bastión, y arrimado a él.
Se hubiera podido acercar más de la orilla del bajo *' el ángulo saliente de dicho bastión, pero el
recelo de que con el discurso del tiempo el mar no coma el bajo, me ha inclinado a dejarle un
espacio de 15 varas entre dicho ángulo y la orilla de dicho bajo.
Sus proporciones son regulares e iguales a las del Bastión A: sus flancos son (como se ve en el
plan del proyecto) de 40 varas; sus caras de 70 varas; sus medias golas de 40 varas; su capital
de 70; y su línea de defensa rasante de 220, la cual da un fuego seguro a los lados que flanquea;
los ángulos flanqueados son de 100 grados; los flanqueantes son de 112 grados; el ángulo
saliente de 82 grados; y el ángulo del polígono de 115 grados.
Sus elevaciones (como se ve en el plan de los perfiles, Artículo; 2") son iguales a las del
Bastión :A: menos que el dicho Bas-i tión'será lleno o de! todo terraplenado porque como no se
forma Almacén ninguno en él, y que es la obra la más expuesta, es bueno que su plaza'de arma
sea Mayo r, y al mismo plan del movimiento de la artillería para Mayo r conveniencia del moví-;
miento de las tropas y también por saber por experiencia quej los Baluartes llenos son siempre
mejores que los vacíos.
Se hará al ángulo del polígono una rambla de 4 varas de anchoj y 10 varas de baza para facilitar
el repartimiento de la Artillería en las partes convenientes.
El efecto interior y exterior de este Bastión se conocerá por la vista de su medio Bastión incluido
en el (Artículo 2) sus pilotajes se dispondrán en la misma conformidad que los ante-, cedentes.
AI Ángulo saliente de dicho Bastión se hará una garita de 3 varas de diámetro.
Cortina :K:
La Cortina :K: es la que corresponde al Bastión antecedente y por el cual está flanqueado; su
fuego no es menos importante que las demás obras, pues limpia toda la ensenada y la orilla del
mar, hasta la Isla de Guaiguaza, como se ve por el plan general del Capítulo 2.
Sus proporciones son las mismas que las de la Cortina :I: y sus elevaciones también.
Se hará al medio de dicha Cortina una escalera en la misma conformidad que la del Artículo 2 de
los perfiles.
Se harán también dos letrinas en 14 y 15 para el fin arriba expresado, sus pilotajes serán como a
las demás obras.
La razón de hacer este ángulo redondo es para ponerle dos piezas de artillería en batería las
cuales harán un gran efecto,, por defender, y asegurar más la cara del Bastión que le es opuesta,
aumentar la defensa de la entrada del Puerto, y limpiar la mar afuera.
Sus elevaciones s,on (como se ve Artículo 2), plan de los perfiles, iguales a las demás obras, y
terraplenando del todo la dicha Coma se hará el ángulo del terraplén de la Cortina :L: una rambla
de 4 varas de ancho, y 10 de basa para el repartimiento de la artillería.
Cortina :L:
Esta Cortina :L: con el lado exterior de la Coma antecedent hace un ángulo de 104 grados, y
como uno de los motivos de,| este proyecto ha sido de dar las proporciones de modo que se;|
puedan aumentar, con la aumentación del comercio me ha pa-| recido bastante para la defensa de
la tierra de cerrar este es-1 pació estrecho de tierra firme de unas cortinas simples flan*}
queadas solamente de dos torres, pero aseguradas de un foso, y de una estrada incubierta con
sus plazas de armas las cuales servirán a alejar el enemigo.
La Cortina :L: tendrá de largo 160 varas hasta el ángulo del polígono de la torre ;D: de las cuales
se sacarán para la media gola de dicha torre 16 varas, y le quedarán a fabricar 145 varas; sus
proporciones serán iguales a las demás (como se ve artículo 4p), de los perfiles, pero se le
aumentará la escarpa la cual tendrá 4 varas de altura perpendicular, y 11 pies de repecho, el cual
será bien acondicionado con su pilotaje que se necesita por ser el terreno arenoso. El efecto de
esta Cortina es-bueno por asegurar el arco que forma la costa, como se ve en el plan general
Capítulo 2, y también por limpiar el llano de la salina.
Se hará el ángulo del polígono de esta torre una rambla para el repartimiento de la Artillería de 4
varas de ancho, y 10 de basa.
Cortina M
La Cortina M sigue las mismas proporciones que la Cortina L con la cual hace un ángulo ~del
polígono de 142 grados.
Cuerpos de guardia
Se harán a los dos lados de la abertura del terraplén dos cuerpos de guardia, el uno para los
soldados de guardia, y el otro para la asistencia de un oficial propuesto al registro de las
mercancías, frutos, u otros géneros que entran, y salen en di-oho fuerte; sus dimensiones serán a
saber artículo 5', del corte de dicha puerta, ancho 5 varas; largo 10 varas.
A los dos lados de los dichos cuerpos de guardia se harán unas ••caleras para subir al ramparte,
las cuales tendrán 4 pies de ancho y 4 varas de basa.
Cortina F .
La Cortina F: hace un ángulo del polígono con la Cortina antecedente :M: de 158 grados, y tiene
70 varas de largo; al cabo de las cuales, naciendo con el flanco :d: un ángulo de 60 grados
termina la distancia de tierra firme que ocupa el fuerte.
Flanco d:
SI dicho flanco que corresponde al flanco :b: antecedentemente expresado, sirve a la defensa de
la Cortina :G: con la cual hao* un ángulo de 100 grados: sus demás proporciones son como lai
obras antecedentes al ángulo saliente de dicho flanco ;d: le termina el foso :g: :g:.
Cortina G
La Cortina :G: es la que fenece y termina el recinto del proyecto, Juntando el flanco :d: con el
flanco :b: su largo ea de 60 varas y sus proporciones son como la antecedente*.
Muelle :P:
El Muelle :P; que es en el cual vendrán a parar las lanchas, tendrá 20 varas de ancho y 70 varas
de largo, esto es de un ángulo, al otro de los dos flancos que la flanquean. Aunque las lanchas
vienen a varar con toda facilidad y en cualquier tiempo, en el dicho desembarcadero será mejor,
no obstante formarle un pilotaje mantenido y detenido por unas lon-grínas, el cual será doblado,
ya forrados con unos maderos de buena calidad, sacando las tierras que sobraran como se ve
Artículo (sic) de los perfiles, y en esta conformidad las lanchas y los Jbarcos llegarán a tierra sin
varar.
Sus proporciones como se ve en el Artículo (4"J serán a saber:, ancho del foso ;a:, 30 varas;
ancho del foso en su plano :b: 2Í varas; ancho de la escarpa, 4 varas; ancho de la contra escarj
pa, 4 varas; alto perpendicular :d:c: del foso, 4 varas; alto del repecho de la escarpa re: y contra
escarpa f: 16 píes: alto de| ladrillado del plano del paso, 2 pies.
Barrera :X:
Al medio de la Cortina que se halla entre las dos plazas de Armas se hará la Barrera :X: la cual
tendrá de ancho, 4 varas, y a su lado se hará un cuerpo de guardia :20: de 5 varas en cuadrado,
lo que le dará 20 varas de plano.
Traversas :z;z:
Las traversas :z:z: se dispondrán en las partes señaladas en el plan del proyecto, y tendrán cada
una de largo 10 varas y de Ancho 5 varas; y para facilitar la comunicación de la estrada incubierta
saldrán las cabezas de la entrada incubierta de 1 vara.
Las tierras para formar la dicha estrada incubierta se sacarán del foso, y las que sobraran servirán
a terraplenar las rampar-tee interiores.
Puente :R:
El Puente :R: tendrá a su cabeza durmiendo sobre la contra Cicarpa 6 varas de ancho, y
estrechándose hasta la puente leva-dlca será de 4 varas.
La dicha Puente levadiza será de 6 varas de largo y la puente durmiente de 34 varas; su fábrica
será de guayacán que es la madera más durable, y menos sujeta a corromperse. Diques :S:S;
A las entradas del foso se harán dos diques de piedras de la altura de la contra, escarpa, y ancho
de 2 varas al medio de las oualeí habrá unas ventanas para dar agua, o cerrarla cuando será
necesario; y las dichas ventanas tendrán 2 varas de ancho y 2 varas de alto.
Sala de Armas 25
Se tomarán 50 varas de largo de la cuadra 25 y toda su anchura para formar una sala de armas, y
demás almacenes necesarios.
A las esquinas de las cuadras 23, 24 y 25 se harán unos aljibes de dos varas en cuadro cada uno,
para guardar la agua que bajará de los techos de dichas cuadras, para cuyo efecto se harán unos
conductos que recibirán las aguas de dichos techos.
Bodegas :26:26;
Las dos cuadras :26:26: serán empleadas para bodegas, las cuales servirán a almacenar los
efectos de los navios de Su Majestad habiéndolos en el Puerto, y no habiéndolos, se alquilarán a
los particulares; cuyo producto será destinado para los; reparos cotidianos que se ofrecen en la
fortificación.
Pozo :27:
Al medio de la Plaza se hará un pozo 27 que recibirá sus aguas de los aljibes por unos conductos
subterráneos, su diámetro se-lá de 3 varas.
Pozos ;28:28;
Sobre el muelle se harán dos otros pozos :28:28: que recibirán sus aguas de pozo :27.
La razón de esto es que como suele llover mucho en tiempo de Invierno, estos aljibes y pozos
servirán de reservatorios para aguas
Este conducto tendrá a su boca :8: varas de ancho para Mayo r facilidad de la salida de las aguas,
y su demás anchura será de 6 varas, acondicionando las orillas de este conducto de faginas
clavadas con sus piquetes, dándoles un repecho para que no padezca detrimento, que las tierras
no se asomen, y que las aguas no las minen.
La disposición de este río dará varias ventajas; I5 la agua por falta de los aljibes será a la mano
para el uso del fuerte; 2* .las lanchas y canoas llegarán a la -boca del mismo río a hacer agua con
tanta facilidad que no habrá de distancia del muelle a dicha boca más de 70 varas.
Sus dimensiones
Largo de la cara, 60 varas valencianas; ángulo de la espalda, 110 grados; largo del flanco, 20
varas; ángulo retirado, 100 grados; gola de la coma, 55 varas; alto de la escarpa, 3 varas; alto
del parapetó con la Banqueta, 2 varas; alto de la muralla, 4 varas; ancho del parapeto, 2 varas;
ancho del muro en el fundamento, 4 varas.
Cortina, :L:
Esta Cortina es como la antecedente, y al medio de ella se le hará la Puerta :0: de tierra, ancho
de 3 varas; largo de la Cortina, 60 varas; alto de la escarpa, 3 varas; alto de la muralla, 4 varas;
alto del parapeto con la 'Banqueta, 2 varas; alto del terraplén, 4 varas; ancho del parapeto, 2
varas; ancho de la banqueta, 1 vara; ancho del terraplén, 10 varas; ancho .ctel muro en el
fundamento, 4 varas.
Cortina, :M:
Esta Cortina que ter-mina la distancia del ángulo flanqueado al ángulo de la vuelta del río deja
una lisera de 5 varas para el sustento de su solidez, y tiene largo 130 varas.
Alto de la muralla, 4 varas; alto del parapeto con la Banqueta, 2 varas; alto del terraplén, 4 varas;
ancho del parapeto, 2 varas; ancho de la Banqueta, 1 vara; ancho del terraplén, 10 varas; ancho
del muro en el fundamento, 4 varas.
Cortina :N:
El ángulo que hace esta Cortina con la antecedente es de 118 grados: a 50 varas de este ángulo
se hará la puerta :P: del rio de 3 varas de ancho; largo de la Cortina, 140 varas; alto de la
muralla, 4 varas; alto del parapeto con la Banqueta, 2 varas; alto del terraplén, 4 varas; ancho de
la Banqueta, 1 vara; ancho del parapeto, 2 varas; ancho del terraplén, 10 varas; ancho del muro
en el fundamento, 4 varas.
Diques :V:V:
A la entrada y salida del foso se harán dos Diques, :V: de piedra o ladrillos de la altura de la
contra escarpa, y anchas de 2 varas al medio de las cuales habrá una ventana para dar agua o
cerrarla cuando fuere necesario.
Estrada Incubierta :T:
Para que la contra escarpa sea defendida, y que las tierras sacadas del foso, se hará una estrada
incubierta, la cual tendrá de corredor, 10 varas; alto del parapeto, 2 varas; alto de la banqueta Vs,
explanada, 25 varas; a los ángulos entrantes de esta estrada se harán unas plazas de arma :X:X:
que tendrán de semigola, 20 varas, y de lado, 30 varas.
Traversas :a:b;
Para que el desembarcadero :Y: sea encerrado se hará de cada parte en a:b: dos murallas de
largo de la distancia de la fortificación a la orilla del río altas de dos varas, y anchos de dos varas;
defendidas con puntas de hierro encima para que no sirvan a asistir a algún mal intencionado.
Se hará una galería subterránea de 2 varas de ancho y 3 de alto, la cual tendrá su puerta de
salida a la escarpa interior del terraplén, y una otra puerta a la entrada del Almacén.
Iglesia :F:
Como todos los edificios interiores se han de fabricar al costo de Su Majestad (Q. D. G.) empiezo
por la Iglesia, la cual tendrá de ancho 15 varas,-y de largo 25 varas.
Presbiterio :d:
Junto a la Iglesia será el Presbiterio, o la Casa del Capellán que tendrá de ancho 10 varas y de
largo 15 varas.
Casa, :G:
La cuadra :G: será una casa para el Castellano, y el oficial Real, la cuál tendrá de ancho 15 varas
y de largo 25 varas.
Se harán y repartirán en él, los aposentos o apartamientos con la Mayo r conveniencia que será
posible.
Cuarteles :g:g:
Para el alojamiento de los soldados se hará de cuarteles las cuadras :g:g: las cuales tienen 18
varas de ancho y 38 de largo : lo que dará seis aposentos de cada parte cada uno de 8 varas de
largo, y 6 varas de ancho; bastante para el alojamiento de cinco hombres, por aposento (10)
aposentos serán para (50) hombres, y los dos que quedan, para dos oficiales o 4 sargentos; se
puede hacer un sobrado a estos cuarteles para oficiales o soldados.
Cuadra ;I:
Esta cuadra que tiene 18 varas de ancho y 30 de largo dará en la misma dimensión que las
antecedentes 10 aposentos de los cuales, dos quedarán para dos oficiales militares, dos para un
vivandero, dos para los forzados que servirán en las canoas, uno para el Guarda Almacén, y uno
para los artilleros; se le hará un sobrado que será para la Sala de Armas.
Bodegas :H;H:
Las dos cuadras :H:H: serán bodegas para poner, el cacao en depósito; la cuadra :H: junto al :G:
que tiene de ancho 18 varas; y de largo 30 varas; dará dos bodegas cada lado, cada una de 8
varas de ancho, y 14 de largo, la otra cuadra tendrá una bodega de cada lado de la misma
proporción, y lo que le sobrará serán 4 aposentos para varias personas,
Cuerpos de Guardia
Los Cuerpos de Guardia se colocarán de cada lado de las dos puertas. Cada uno de ellos tendrá 6
varas de largo y 5 de ancho ; el uno será para la guardia; y el otro para un oficial Eeal en la
misma conformidad que (Artículo), (sic,)
CAPITULO DÉCIMO
Gastos a que montan los Proyectos de los Capítulos Antecedentes, Gastos de los Reparos del
Puerto de La Guaira. Tierras necesarias para el Proyecto
Estrada incubierta
Estas tierras se sacarán del Cerro próximo
Torre 22
19 varas de largo son: 9 de ancho y 2 de alto para la
plataforma, hacen varas cúbicas 342
30 varas parapeto sacando las troneras, sobre una vara
de ancho, y un vara de alto, hacen varas cúbicas 30
-------
372
Cortina 23
125 varas de tierra sobre 3 de alto, y 14 de ancho
para terraplenar la dicha Cortina, llevándolas del terreno
mismo, y sacando el medio cuadrado diametral por el repecho
del suelo, hacen varas cúbicas 2.625
Baluarte 21*
20 varas de tierra para los dos lados del Baluarte sobre
10 varas de ancho, y 5 de alto, sacando el medio cuadrado
diametral son varas cúbicas, para los dos lados 40 varas 2.000
20 varas de ancho de la gola, sobre 20 de largo, y 5 de
alto sacando el medio cuadrado diametral; son varas cúbicas 1.000
10 varas para la rambla, sobre 5 de alto, y 3 de ancho,
sacando el medio cuadrado diametral por su repecho,
son varas cúbicas 150
60 varas para el parapeto, sobre uno de alto, y uno de ancho,
son varas cúbicas 60
---------
3.210
Cortina 25
133 varas de tierra de largo sobre 3 de alto, y 14 de
ancho para terraplenar la dicha Cortina llevándolas del
terreno mismo y sacando el medio cuadrado diametral
por el repecho del suelo hacen varas cúbicas ............. 2.798
Cortina 26
70 varas de largo sobre 3 de alto, y 10 de ancho que se han
de sacar del terreno mismo, para terraplenar la dicha
Cortina, sacando el medio cuadrado diametral por el repecho
del suelo, hacen varas cúbicas .............. 1.050
Torre 27
19 varas de largo sobre 9 de ancho, y 2 de alto para la
plataforma, hacen varas cúbicas ................... 342
30 varas para el parapeto- sacando las troneras sobre
una vara de ancho, y una vara de alto, hacen varas cúbicas 30
---------
372
Baluarte SO
20 varas de largo para los dos lados del Baluarte sobre
10 de ancho, y 5 de alto, sacando el medio cuadrado
diametral, los dos lados 40 varas que son varas cúbicas ... 2.000
20 varas de ancho de la gola, sobre 20 de largo, y
5 de alto sacando el medio cuadrado diametral;
son varas cúbicas 1.000
60 varas para el parapeto, sobre 1 de alto, y 1 de ancho,
son varas cúbicas ................................ 60
---------
3.060
Rambla de la Puerta 31
Estrada íncubierta 3I
2 lados de 20 varas cada una, sobre 3 varas de alto,
y 25 de largo, sacando el medio cuadrado diametral,
y 3 varas para la barrera son varas cúbicas 1.387
Estas tierras y las de 30 se sacarán de la plataforma A, y faltando en esta parte del cerro.
Muelle 33
Las tierras del muelle se sacarán al fuerte C. ---------
Suma General 19.556
Los indios que suelen hacer estos trabajos, no ganan nada en esta tierra, según me han dicho,
por tanto no pongo precio ninguno a este movimiento de tierras.
Obras de Canto
La mano de obra de los albañiles se paga a 8 reales por jornal, los cuales suelen hacer una vara
cúbica cada día. Los ladrillos se pagan a 3 pesos el 100; los cuales son 1/3 vara de largo; !2/3 de
ancho; 1 pulgada de alto; para una vara cúbica, es necesario 180 ladrillos sacando para la cal.
Bóveda 21
2 varas cúbicas, ladrillos que son 360 que valen 10 4
2 varas cúbicas mano de obra valen ........ 2
4 varas cal son 4 fanegas, que valen ......... 2 5
------------------
Suma 14 9
Torre 22
650 varas cúbicas mano de obra contando muralla,
repecho, parapeto, gola y cimiento, sacando las troneras,
almenas y puerta del cuarto, que valen 650
480 varas cúbicas, ladrillos para el repecho y parapeto
que son 36.000 ladrillos que valen 1.080
650 varas cúbicas, cal a 2 fanegas la vara, son
1,300 fanegas que valen 808
-------------------
Suma: 2,538
Cortina 23
1.000 varas cúbicas mano de obra, contando parapeto,
muralla, repecho y cimiento, valen 1.000
62 -1/2 varas cúbicas, ladrillos son 11.250 ladrillos que
valen 337 4
1.000 varas cúbicas de cal, a 2 fanegas la vara que
son 2.000 fanegas que valen 1.333 6
-------------------
Suma: 2.671 2
Baluarte 24
690 varas cúbicas mano de obra para el parapeto,
muralla, repecho y cimiento, valen 690.
210 varas cúbicas, ladrillos para el parapeto y repecho
que son 37.800 ladrillos que valen 1.134
690 varas cúbicas, cal a 2 fanegas por vara que son
3.380 fanegas valen 901 2
-------------------
Suma; 2.725 2
Cortina 25
1.064 varas cúbicas mano de obra para el parapeto,
muralla, repecho y cimiento, valen 1.064
varas cúbicas ladrillos que son 11.970 ladrillos,
que valen 359 2
1.064 varas cúbicas, cal a 2 fanegas cada vara son
2.128 fanegas que valen 1.419
-------------------
Suma; 2.842 2
Fuerte E
á30 varas cúbicas mano de obra para muralla, repecho,
cimiento y parapeto, valen ............... 230
20 varas cúbicas ladrillos que son 3.600, ladrillos que valen 108
230 varas cúbicas cal, a 2 fanegas cada vara son 460
fanegas, valen ................................ 153 2
-------------------
Suma; 491 2
Cortina 26
1.870 varas cúbicas mano de obra, para muralla, repecho,
cimiento y parapeto, valen 1.870.
70 varas cúbicas ladrillos para el parapeto que son 12.600
valen ................................ 378.
1.870 varas cúbicas, cal a 2 fanegas por vara son 3.740
fanegas que valen ........................ 2.513 6
-------------------
Suma; 4.761 6
Torre 27
660 varas cúbicas mano de obra, para muralla, repecho,
parapeto, gola y cimiento, sacando las troneras, almenas
y puerta del cuarto, valen 650.
480 varas cúbicas ladrillos para el repecho y parapeto que
son, 36.000, ladrillos que valen 1.000
650 varas cúbicas, cal a 2 fanegas la vara son
1.300 fanegas que valen 800
--------
Suma: 2.538
Cortina 28
175 varas cúbicas para muralla, parapeto, repecho y cimiento,
que valen 175
10 varas cúbicas ladrillos para el parapeto y la puerta (4)
que son 1.800 ladrillos, que valen 54.
175 varas cúbicas, cal a 2 fanegas por vara son 350 fanegas
que valen 225 2
-------------------
Suma: 454 2
Cortina 29
76-1/2 varas cúbicas, mano de obra para la muralla, repecho,
parapeto y cimiento, valen ............. 762 4
31 varas cúbicas ladrillos para el parapeto que son
5.580 ladrillos que valen ....................... 167 6
7621/2 varas cúbicas cal dos fanegas por cada vara
son 1.525 fanegas, que valen .................. 1.016 2.
-------------------
Suma: 1.946 4
Baluarte 30
690 varas cúbicas mano de obra para muralla, repecho,
parapeto y cimiento, valen ............... 690
210 varas cúbicas ladrillos para el parapeto, y repecho
que son 37.800 ladrillos que valen ............ 1.134
690 varas cúbicas cal, a 2 fanegas por vara, son
1.380 fanegas que valen ............................ 901 2
-------------------
Suma: 2.725 2
Cortina, 31
26 varas cúbicas mano de obra para el parapeto,
la puerta y la rambla, valen 26.
26 varas cúbicas ladrillos para el parapeto y la puerta y
rambla, son 4.680 ladrillos, que valen … 140 4.
26 varas cúbicas cal a 2 fanegas por vara son
52 fanegas que valen 34 6
-------------------
Suma: 25.810 10
Cortina 32
46 varas cúbicas para mano de obra para la muralla
seca, valen 46
46 varas cúbicas ladrillos a 180 cada vara que son
8.280, que valen 249
46 varas cúbicas, cal a 2 fanegas por vara que son
92 fanegas que valen 61 2
-------------------
Suma: 356 2
Estrada incubierta de 31
18 varas cúbicas, mano de obra, para ladrillar los dos
lados de la salida de la barrera, para mantener las tierras,
valen 18
18 varas cúbicas, ladrillos que hacen
ladrillos que valen 103 4
18 varas cúbicas, cal a 2 fanegas por vara: 36
faneegas valen 24
------------------
Suma1 45 4
Muelle 33
Almacén
Las cuales están al precio corriente, y deben rebajar en poniendo los dichos gastos a precio.
Tablas y Maderos
Las tablas tienen ordinariamente en esta tierra 3 varas de largo, y¿ vara de ancho, 1^ pulgada de
alto, antes de ser labradas, y valen 6 reales cada una.
Las vigas suelen ser de 9 varas de largo sobre 1/3 de ancho, y 1/3 vara de alto, antes de ser
labradas y valen 4 pesos cada una. Los carpinteros se pagan a 8 reales cada día.
Estrada incubierta 18
Pesos Rs
194 estacadas de 4 varas de largo y 1/3 de ancho
cuadrado son varas corrientes 388, que valen...... 172 4
97 varas de listones para tener las dichas estacadas
de los cuadrados son varas corrientes 47, que 20 6
2 postes de 4 varas de largo sobre 1/3 vara cuadrada de
ancho; el uno para tener la barrera, el otro para recibirla,
son 16 varas corrientes que valen ... 7 5
12 varas listones para ligar las estacadas de la barrera
de la medida corriente, valen ............. 5 1.
6 estacadas para armar la barrera de 3 varas comentes
de alto; son 18 varas corrientes que valen 8
-------------------
Suma: 214 16
Puerta 11
3 tablas para componer la puerta, que son 15 varas que valen 2 2
Puente de la Puerta 11
2 longrinas para la puente durmiente de 10 varas
sobre 1 pie cuadrado de ancho, las cuales se ponen de
largo sobre los pilares dejando vara para recibir el puente
levadizo, y otra Vfc vara que recosta (sic) sobre
la contraescarpa, hacen varas corrientes 40, que valen 13 4
9 vigas de 4 varas para poner de trabeses sobre las
longrimas, dejando \fa vara de cada lado para el parapeto
son varas comentes 72, que valen . . 32
12 vigas de a 3 varas de largo para sustentar los trabeses
los cuales entran en los pilares son varas 72, corrientes
que valen ........................ 32
2 longrinas para el parapeto de 10 varas de largo, y un pie
cuadrado de ancho que son 40 varas corrientes que valen 13 4
12 vigas de 1 vara de largo, y ^ para sustentarlas
longrinas del parapeto son varas corrientes, 36, que valen 16
20 tablas de a 5 varas de largo para planchear (sic)
el puente durmiente, que valen 20
------------------
Suma 127 8:
Puente Levadizo
2 vigas de a 8 varas de largo para las flechas del puente
y un pie cuadrado de ancho son varas corrientes 16,
que valen las dos .................... 14
2 vigas de 3y2 varas para travesar las flechas y
juntarlas que son 14 varas corrientes cada una 7, que valen 5 6
2 vigas de 3^2 varas para cruzar sobre las flechas que son
14 varas corrientes, que valen ............ 5 6
1 viga para recostar el puente levadizo de 5 varas de
largo 2 l/s de ancho cuadrado de los cuales 1 vara entrará
de cada lado en la muralla que son 20 varas corrientes,
que valen .................... 9
4 vigas de 3 varas de largo, y 1 pie de ancho cuadrado
para hacer la puente levadizo que son 24 varas
corrientes, valen .......................... 13 3
8 vigas dé la misma proporción, 2 para cruzar la puente y
una para poner al medio que son 18 varas corrientes, valen 8
18 varas de tablas para planchear (sic) la puente, gue valen 4
-------------------
Suma: 59 7
Bóveda 25
Torre 27
Sus gastos son iguales a la torre 22, a saber ...... 459
Pilotajes
60 pilotajes para mazonar la cara y parte de los dos flancos
de la torre 22 de 3 varas de largo y de 1/3 vara
ancho cuadrado, son varas corrientes 360, que valen 160.
150 pilotajes de la misma proporción, para mazonar
el Baluarte (30) son varas corrientes 900, que valen 400.
165 pilotajes para mazonar el muelle de la misma
proporción, son 990 varas corrientes, que valen 436
500 varas de listones para los dichos pilotajes para
mantenerlos de 1/3 vara cuadrada de ancho son varas
corrientes 1.000, que valen .................. 440
-------
Suma: 1.436
Estrada incubierta de 31
74 Estacadas de 4 varas de largo y 1/3 de ancho ,
son varas corrientes 148, que valen ........ 66
§9 varas, listones para tener las dichas
estacadas cuadrado de ancho, son varas corrientes 1-1/2
valen .................................... 8 2
-------------------
Suma: 71 2
Almacén
5 longrinas de 20 varas de largo, para sustentar el tocho,
son 100 varas corrientes que valen ......... 40 2
12 vigas de 9 varas corrientes para poner sobre las
longrinas, son 108 varas corrientes, que valen ..... 48
860 tablas de 3 varas para planchear los lados
del Almacén, que valen ........................... 360
10 tablas para hacer las dos puertas, son .......... 10
------------------
Suma: 458 2
Como los oficiales y carpinteros trabajan en esta tierra por jornal, y que en Europa trabajan, a
tanto la vara corriente, lio puedo decir el precio seguro de estos trabajos; solamente juzgo que 4
carpinteros en 3 meses, pueden acabar toda la obra- necesaria de carpintería, porque toda es
obra gruesa; y por tanto 4 carpinteros a 1 peso cada día en tiempo de 3 meses que son 91 días,
montan 364
------------------
Suma General: 3.680 5
Además, no pongo las maderas necesarias para hacer carretones para el transporte de las tierras
y demás materiales de esta construcción, ni los teatros (sic) de los albañiles, ni los picos, palas,
etc., y demás instrumentos, por no pertenecer a los gastos que pide esta obra.
Herramientas
El hierro vale un real la libra; su trabajo un real la libra.
Barrera de 18
1 Cerradura y llave, 4 libras .................... 4
Su trabajo ................................... 4
2 goznes y muñones para tener la Barrera 20 libras Su trabajo 2 4
Su trabajo 2 4
50 clavos de 6 pulgadas largos, 20 libras ......... 2 4
Su trabajo ................................... --- --
Suma: 11 20
Puente Levadizo
2 cadenillas de 2 varas de largo, para levantar la puente,
cuarenta libras ........................ 5
Su trabajo ................................... 5
^ cadenas que son de las flechas al puente 100 libras 12 4
Su trabajo ................................... 12 4
2 cadenillas para los brazos de la puente, 20 libras 2 4
Su trabajo .................................... 2 4
2 machos para el movimiento de la puente, 24 libras 3
Su trabajo 3
2 hembras que sustentan la puente levadiza, 60 libras 7 4
Su trabajo . 7
200 clavos de 3 pulgadas, libras 40 5
Su trabajo ................................... 5
2 machos y dos hembras para el juego de las flechas,
100 libras 12 4
Su trabajo ................................... 12 4
300 clavos de 6 pulgadas para clavar los herrajes y
maderas de dicha puente, 120 libras ............. 15
Su trabajo ................................... 15
---------------------
Suman: 126 28
Puerta 11
1 cerradura y llave 4 libras 4
Su trabajo .................... 4
25 clavos de 3 pulgadas, 10 libras 1 2
Su trabajo 1 2
Suma: 3 4
Bóveda 21
8 tarugos de hierro' para levantar el abanico, 9 libras 1 1
Su trabajo 1 1
30 clavos de 3 pulgadas para clavar el abanico, 6 libras 6
Su trabajo 6
----------------------
Suman: 2 14
Torres 22 y 27
2 cerraduras y llaves para las puertas de los cuartos, 8 libras 1
Su trabajo 1
4 goznes y muñones para tener las puertas, 40 libras 5
Su trabajo ..i 5
140 clavos de 3 pulgadas para tener las puertas y cerraduras 17 4
Su trabajo 17 4
-------------------
Suma: 47 8
Puerta, de 3I
1 cerradura y llave, 4 libras 4.
Su trabajo 4
2 goznes y muñones, 20 libras 2 4
50 clavos de 3 pulgadas, 20 libras 2 4
Trabajo de los goznes y clavos 5
--------------------
Suma: 11 20
Almacén
2 cerraduras y 2 llaves para la puerta del Almacén 8 libras 1
Su trabajo 1
2 cerraduras y llaves para la primera puerta, 8 libras 1
Su trabajo 1
4 goznes y muñones para las puertas, 40 libras 5
Su trabajo 5
600 clavos de 3 pulgadas para las cerraduras,
puertas, techo y tablas de adentro, 120 libras 15
Su trabajo 15
-------------------
Suma: 44
Barrera de 3I
1 cerradura y llave, 4 libras 4
Su trabajo 4
2 goznes y muñones para tener la barrera, 20 libras 2 4
Su trabajo 2 4
56 clavos de 6 pulgadas, 20 libras 2 4
Su trabajo 2 4
-------------------
Suma: 11 24
Muelle 83
7 anillos de hierro para amarrar las lanchas de 20 libras cada
uno son 140 libras, que hacen 17 4
Su trabajo 17 4
-------------------
Suma 34 8
Pilotajes
375 puntas de hierro para los pilotajes de 20 libras
cada una, son 7.500 libras que montan 937 4
Su trabajo 9S7 4
12.000 clavos para clavar las dichas puntas, y los
listones, cada clavo de 6 pulgadas de largo:
son 4.800 libras . 600
Su trabajo 600
------------------
Suma: 3.075
Estrada incubierta
Las tierras para formar la estrada incubierta se sacarán del foso, y las que sobraren serán
empleadas a terraplenar las partes más cercanas del ramparte.
Ramparte
Bastión A
El Bastión ,A vaciado por razón del almacén 1 tiene de ramparte
a terraplenar eomprehendiendo la Cor-na H:b: 238 varas de largo,
las cuales sobre 9 varas de ancho, y 4 varas de alto (disminuyendo
no obstante para los contrafuertes de dicho Bastión 192 varas
cúbicas) que dan a terraplenar 8.236
Cortina I
La Cortina I ocupa 140 varas de largo sobre 9 de ancho, y 4
de alto (disminuyendo para los contrafuertes 112 varas cúbicas)
le quedan a terraplenar 4.928
Bastión B
El Bastión en el cual no hay obra ninguna está lleno, y
ocupa de plano, eomprehendiendo el terraplén de las
semigolas 6.320 varas cuadradas, y disminuyendo para los
contrafuertes de dicho Bastión 192 varas cebicas,
le quedan a terraplenar 2.688
Cortina K
La Cortina K la cual es en las mismas proporciones Que la
Cortina I necesita por consiguiente la misma cantidad de tierras,
las cuales son a saber 4.928
Corna C
La Corna C ocupa 2.800 varas de plano, y disminuyendo
para los contrafuertes 120 varas
cubicas quedan a terraplenar 11.080
Cortina L
La Cortina L ocupa 160 varas de largo, pero como de éstas
están contenidas 40 varas en el terraplén de la Corna
antecedente, le quedan solamente 120 varas a terraplenar,
sobre 9 varas de ancho, y 4 de alto, las cuales hacen
(disminuyendo no obstante para los contrafuertes
96 varas cúbicas 4.224
Torre D
La torre D ocupa (comprendiendo el terraplén de su
gola 870 varas de plano) disminuyendo para los contrafuertes
56 varas cúbicas, quedan a terraplenar 3.424
Cortina M
La Cortina M ocupa 160 varas de largo sobre 9 de ancho,
y 4 de alto (disminuyendo para la puerta N, 144 varas cúbicas,
y para los contrafuertes 128 varas cúbicas, quedan a
terraplenar 5.488
Torre E
La torre sigue las mismas proporciones que la torre D y
tiene por consiguiente la misma cantidad de tierras
que son 3.424
Cortina F
La Cortina F ocupa 70 varas hasta el flanco de que
comprende con poca diferencia el mismo terraplén
(y disminuyendo para los contrafuertes 72 varas cúbicas)
quedan a terraplenar 2.448
Cortina G
La Cortina G ocupa 60 varas de largo, y disminuyendo
para la puerta O, 144 varas cúbicas, y para los contrafuertes
48, quedan a terraplenar 968
De manera que importan las tierras del ramparte 51.836
Obras de los albañiles y cantidad de ladrillos y demás materiales necesarios a la fabrica del dicho
Proyecto.
La mano de obra de los albañiles se paga en esta costa, a razón de dos pesos al día, y suelen
trabajar una vara cúbica al día oon poca diferencia.
Los ladrillos fabricándolos al cerro de San Esteban a un cuarto de legua del proyecto, costarán 2
pesos el (100) y puede ser que llegaran a costar atendiendo el Ingeniero o directores de la fábrica
del dicho Proyecto, a ejercitar los peones, a trabajar dichos ladrillos cuyas medidas son de 1/3
vara de largo, media 1/3 de ancho; y 1 pulgada de alto. * Para una vara cúbica es necesario 180
ladrillos, sacando para la cal.
Aunque he dicho en el Capítulo 7 que la cal no costará nada por haber a la mano una calidad de
piedras tan buena que no se puede desear mejor para cal; no obstante el costo de los peones que
serán ocupados, a cortar leña y quemar la dicha cal, no dejará de darle un precio, y como suele
valer a 8 pesos el caíz, póngolo a razón de 3 reales la fanega por razón de dichos costos.
Bastión A
El Bastión A será enladrillado en ia manera que se ve en el articulo 1', de los perfiles en el
Capítulo antecedente, y constará de las varas cúbicas siguientes:
Pesos Rs.
Cortina I
2.160 varas cúbicas mano de obra para formar la muralla con
su repecho, valen 4.320
1.180 varas cúbicas ladrillos para formar dicha muralla
son 212.400 ladrillos que valen 4.248
451 varas cúbicas mano de obra para formar el parapeto
interior y exterior, y la banqueta, valen 902
451 varas cúbicas ladrillos para dicho parapeto y
banqueta son 81.180 ladrillos que valen 1.622 6
1.500 varas cúbicas mano de obra para el repecho
interior del terraplén comprendido desde el ángulo del
polígono del Bastión A hasta el ángulo del polígono del
Bastión B, valen 3.000
3.600 varas cúbicas ladrillos para formar dicho repecho
son 270.000 ladrillos, que valen 5.400
112 varas cúbicas mano de obra para los contrafuertes de
dicha Cortina, son 224
94 varas .cúbicas mano de obra para formar la escalora 2
de dicha Cortina, valen 188
94 varas cúbicas ladrillos para dicha escalera son
3.6.920 ladrillos, que valen 338 3
4,317 varas cúbicas de fábrica que constan por los artículos
los arriba expresados, han menester 8.634 fanegas de cal las
cuales valen 3.237 6
4.317 varas cúbicas mano de obra para el transporte
de los materiales son 720
De manera que suman las partidas de materiales y
mano de obra de, dicha Cortina I 24.200 7
Bastión B
3.150 varas cúbicas mano de obra para formar la muralla con
su repecho, son 6.300
1.783 varas cúbicas ladrillos para formar dicha muralla
y su repecho son 320.940 ladrillos, que valen .. 6.418 6
483 varas cúbicas mano de obra que necesita dicho Bastión
para el parapeto interior y exterior, y la Banqueta
disminuyendo el espacio de las troneras 866
433 varas cúbicas ladrillos para dicho parapeto y Banqueta
son 78.030 ladrillos que valen 1.560 5
176 varas cúbicas mano de obra que se necesita para formar
los contrafuertes, valen 352
20 varas cúbicas mano de obra que necesita una garita y su
camino, valen 40
Í10 varas cúbicas ladrillos para dicha garita, son 3.600 ladrillos
que valen 72
3.779 varas cúbicas de fábrica que requiere dicho Bastión
necesita de cal, 7.558 fanegas, que valen .. 2.884
3.779 varas cúbicas, mano de obra para el trasporte de los
materiales, valen 630
------------------
Suman las partidas de este Bastión B 19.073 5
Digo diez y nueve mil setenta y tres pesos y cinco reales, salvo yerro.
Cortina K Pesos Rs
La Cortina K por ser igual (en todas sus proporciones) a la
Cortina I tiene el mismo valor a saber 24.200 7
---------------------
Digo veinte y cuatro mil y doscientos pesos y siete reales, salvo yerro.
Cortina C Pesos Rs
La Cortina C tiene la mitad de las proporciones del
Bastión B por tanto avalúo a la mitad de sus gastos a saber 9.586
----------------------
Digo nueve mil quinientos treinta y seis pesos y seis reales y medio, salvo yerro.
Pesos Rs
4i000 varas cúbicas mano de obra a fabricar para la
**' ttliralla, su repecho y escarpa por razón de empezar
el foso, valen 8.120
Ii480 varas cúbicas ladrillos para dicha muralla y
*" «carpa son 626.400 ladrilos, que valen .......... 12.528 6
468 varas cúbicas mano de obra para el parapeto Interior
y exterior y la Banqueta, vale 926
488 varas cúbicas, ladrillos para dicho parapeto y
banqueta son 83.340 ladrillos, que valen .......... 1.666 6
862 varas cúbicas mano de obra para formar el repecho
interior del ramparte, vale 1.724
862 varas cúbicas ladrillos para dicho repecho son
166.160 ladrillos, que valen 3.102 7
112 varas cúbicas mano de obra para los contrafuertes son 224
6.497 varas cúbicas de fábrica, necesitan 10.994 fanegas
de cal que valen 4.122 6
6.497 varas cúbicas mano de obra para el transporte de
los materiales, valen 916 2
De manera que importan las partidas referidas 33.331 3
Digo treinta y tres mil trescientos y treinta y un pesos, y tres reales, salvo yerro.
Digo doce mil setecientos y diez y siete pesos y un real, salvo yerro.
Cortina M
Pesos. Es.
Como la Cortina M tiene las mismas dimensiones que
la Cortina L, llega al mismo costo, a saber ........ 33.331 3
Pesos. Rs.
TorreE
La Torre E tiene también las mismas dimensiones
que la Torre D, y cuesta 12.717 1
Cortina F
1.960 varas cúbicas mano de obra, para la muralla,
repecho y escarpa de dicha Cortina, vale 3.920
1.680 varas cúbicas ladrillos para dicha muralla,
etc., son 302.400 ladrillos, que valen 6.048
260 varas cúbicas mano de obra para el parapeto interior
y exterior y la banqueta, son 520
260 varas cúbicas ladrillos para dicho parapeto, etc.,
son 46.800 ladrillos, que valen 936
675 varas cúbicas mano de obra de repecho para el
ramparte, vale 1.350
675 varas cúbicas, ladrillos para dicho repecho
son 123.500 ladrillos, que valen 2.440
56 varas cúbicas mano de obra para los contrafuertes 112
son 2.951 varas cúbicas de fábrica necesitan de cal,
5.902 fanegas, que valen 2.213
2.951 varas cúbicas de fábrica para el transporte
de los materiales, valen 492
--------------
De manera que las partidas de dicha Cortina montan 18.031 6
Digo diez y ocho mil y treinta y un pesos y seis reales, salvo yerro.
Cortina, G y flanco D
1.200 varas cúbicas mano de obra, que importa la
Cortina G y el flanco :d: entre muralla y repecho, vale 2.400
426 varas cúbicas ladrillos para dicha muralla son
76.770 ladrillos, que valen 1.535
204 varas cúbicas Va mano de obra para el parapeto
interior y exterior, y la banqueta de dicha cortina valen 408
804 varas cúbicas ladrillos para dicho parapeto etc., 446 4
hasta el el angulo del Poligono del bastion A vale 1.650
ion 22.320 ladrillos que valen
825 varas cúbicas mano de obra para el repecho del
ramparte desde el ángulo del polígono de la Cortina
hasta el ángulo del polígono del Bastión A, vale . .
825 varas cúbicas ladrillos para dicho repecho que
ion 148.500 ladrillos, que valen 2.970
64 varas cúbicas mano de obra para los contrafuertes,
valen 138
2.298 varas cúbicas de fábrica necesitan 4.586 faliogas
de cal, que valen 1.719
2.293 varas cúbicas de fábrica para el transporte de
los materiales, valen 385
Digo veinte y tres mil ciento y noventa y ocho pesos y cuatro , salvo yerro.
Almacén I
1,688 varas cúbicas mano de obra, para los lados la bóveda
de dicho Almacén, disminuida a la lirta, vale 3.276
Pesos Rs
1.638 varas cúbicas, ladrillos para dicho Almacén son
305.640 ladrillos que valen 6.112 7
1.638 varas cúbicas de fábrica necesitan 3.278 fanegas
de cal, que valen 1.1229 2
1.638 varas cúbicas de fábrica par el transporte de los
materiales 272 4
------------------
De manera que importa el dicho Almacén 10.890 5
Digo diez mil ochocientos y noventa pesos, y cinco reales, salvo yerro.
Digo dos mil quinientos noventa y dos' pesos y cuatro reales, salvo yerro.
Digo diez mil cuatrocientos veinte y siete pesos y cuatro reales, salvo yerro.
No se pone el valor de los materiales necesarios para la Iglesia, cuarteles, casa del castellano,
bodegas, y demás caserías que se han de fabricar a costa de Su Majestad, porque las obras
indispensables para ser enladrilladas, se ahorrarán sobre la fábrica, y los demás se harán de
tapias.
Las demás caserías del fuerte se harán al costo de los particulares que residirán en él, observando
solamente que sigan en sus fábricas la orden de las cuadras proyectadas.
Pesos Es.
Nota
La dicha suma se entiende a! precio corriente de la paga de los oficiales, peones, materiales, etc.,
la cual sin duda disminuirá de mucho con la avaluación de los precios, y habiendo un Ingeniero
inteligente y celoso del provecho de Su Majestad, el cual por su atención puede rebajar a la dicha
suma.
Pesos Rs
18.000 pilotajes que se necesitan para formar el pilotaje
dé todo el recinto del fuerte, vale 13.000
1.500 estacadas para la estrada incubierta cada una de 12
pies de largo, y un pie cuadrado de ancho 1.500
500 listones para las dichas estacadas, valen 500
-------------------
Suman los pilotajes 15.000
Como las demás maderas y tablas para las puertas y puente levadizo y Almacén, han de ser
trabajadas por carpinteros, no pongo su precio a lo cierto por no saber lo que puede trabajar un
carpintero al día, por no arreglarse en esta tierra como en Europa a tanto la vara corriente, solo
discurro (salvo más o menos) que las dichas obras llegarán a
8.000
--------------------
Suma: 23.000
Herramientas
Como no se han de armar los Pilotajes de hierro, la cantic del dicho hierro disminuye mucho y con
150 quintales bastarí para la fábrica de dicho proyecto.
Pesos Rs
Su Majestad tiene en este presente año de 1721, 50 quintales de hierro depositado en La Guaira,
el cual no puede ser empleado a mejor uso que éste; y quedan 100 quintales a comprar los oíales
al precio corriente que es a 100 reales, quintal, valen
1.250
El trabajo del hierro se paga a un real ]a libra, que el trabajo
de los 150 quintales, monta 1.875.
---------------------
Suma: 3.125
lo cual queda determinado el costo a que puede montar dloha fortaleza (salvo más o "ráenos)
cuya recopilación es a laber:
Pesos Es.
Costo del Movimiento de Tierras 11.647
Costo,, de los Materiales 281.074
Costo de Maderos, etc. 23.000
Costo de Herramientas 3.125
---------------------
Suma: 318.846 6
Digo trescientos diez y ocho mil ochocientos cuarenta y seis pesos y seis reales, salvo yerro.
Con lo cual queda concluido el gasto de dicho Proyecto exceptuando las partes referidas, y todos
los instrumentos nece-Irtrios a dicha construcción, como palas, picos, carretones, canoas,
martinetes, tablazón etc., los cuales no se comprehenden por ser artículos separados de la
construcción.
Digo treinta y ocho mil setecientos sesenta y seis varas cúbicas, salvo yerro.
Cortina M
720 varas cúbicas mano de obra para la muralla, fundamento
y repecho de dicha muralla, vale .. 1.440
160 varas cúbicas, ladrillos para el repecho, son 28.800
ladrillos, que valen 576
114 varas cúbicas mano de obra que ocupa el parapeto interior
y exterior y la banqueta, sacando para seis troneras, vale 228
114 varas cúbicas ladrillos para dicho parapeto
son 20.520 ladrillos, que.valen 410
64 varas cúbicas mano de obra para los contrafuertes, vale 128
898 varas cúbicas de fábrica que importa dicha cortina,
necesita 1.796 fanegas de cal, que valen 673
898 varas cúbicas de fábrica para el transporte de los
materiales, valen 150
----------------
De manera que suman dichas partidas 3.606
Cortina N
La Cortina N tiene las mismas proporciones que la Cortina M
porque lo que se disminuye de la puerta, se halla a fabricarla,
su valor es 3.606
Cortina A
1.660 varas cúbicas mano de obra, para la muralla, repecho
y escarpa de dicha Cortina A, vale 3.320
840 varas cúbicas, ladrillos para repecho y escarpa,
son 131.200 ladrillos que valen 2.624
145 varas cúbicas mano de obra para el parapeto interior
y exterior y la banqueta, vale 290
146 varas cúbicas ladrillos para dicho parapeto,
•te., son 26.100 ladrillos, que valen 522
1.805 varas cúbicas de fábrica, necesitan 3.610
fanegas de cal, que valen 1.353 6
1,805 varas cúbicas de fábrica para el transporte de los
materiales, vale 300
-----------------
De manera que montan las dichas partidas 8.409 6
Digo ocho mil cuatrocientos y nueve pesos y seis reales, salvo yerro.
Cortina K Pesos Rs
1.270 varas cúbicas mano de obra para la muralla y
repecho, fundamento y escarpa de dicha cortina, 2.540
680 varas cúbicas ladrillos; son 113.400 ladrillos, oue valen 2.268
186 varas cúbicas mano de obra para el parapeto Interior y
exterior, y la Banqueta, vale 252
126 varas cúbicas, ladrillos para dicho parapeto, &, aon
22.688 ladrillos, que valen 453 5
46 varas cúbicas mano de obra para los contrafuertes, vale 96
1,444 varas cúbicas de fábrica, necesitan 2.888 fanegas de
cal, que valen 1.083
1.444 varas cúbicas, para el transporte de los materiales,
vale 240 6
------------------
6.933 3
De manera que importa dicha Cortina
Digo seis mil novecientos treinta y tres pesos, y tres reales, salvo yerro.
A la cual se han de añadir los contrafuertes olvidados a la dicha Cortina A, y los del dicho Bastión.
Digo seis mil novecientos treinta y tres pesos, tres reales, salvo yerro.
Cortina C
La Cortina C tiene sus dimensiones como la Cortina L, y por
consiguiente sus gastos que son 6.933 3
Almacén D
El Almacén D se hará en la conformidad expresada en el Capítulo antecedente del proyecto de
dicho fuerte, y como sus dimensiones son iguales a las del Almacén de Puerto Cabello, sus gastos
serán iguales, menos el techo que no se necesita por ser el dicho Almacén subterráneo a saber
10.890
Digo diez mil ochocientos y noventa pesos, y cinco reales, salvo yerro.
Digo ochenta y nueve mil ochocientos noventa y dos pesos, y cuatro reales, salvo yerro.
Digo ciento y dos mil novecientos y veinte y dos reales, salvo yerro.
No se expresan tos instrumentos necesarios de Por la cuenta de los gastos contenidos en este de
las partidas siguientes:
Pesos Rs
Reparos de La Guaira 47.570 1
Proyecto para Puerto Cabello 318.846 6
Proyecto para la Boca del Yaracuy 102.922 4
102.922 4 pesos, y cuatro
picos, palas, &. Capítulo consta
-------------------
Suman: 469.339 3
Digo cuatrocientos sesenta y nueve mil trescientos treinta y nueve pesos, y tres reales, salvo
yerro.
Medios por los cuales se hallan los caudales necesarios a los dichos gastos.
Por lo que toca a los caudales necesarios para los gastos que importan los dichos Proyectos, la
provincia misma los puede suplir sin oprimirla, y sin que sus vecinos sean multados por este
efecto, siendo constante, que los proyectos de Puerto'Cabello, y de la Boca del río Yaracuy, no
darán costo ninguno a Su Majestad, y que sólo los reparos de La Guaira importarán a su Real
Hacienda, salvo que Su Majestad quiera sacar el valor de dichos reparos de otros ramos que de
los de su Real Hacienda.
Pesos
Y como se ha hallado que los gasto» del Proyecto del Yaraeuy montan 102.922 pesos, 4 reales, y
en un año y medio que dan de • trajín y derechos 113.985 pesos estará perfeccionado y acabado
el dicho proyecto; empleando los 11.062 pesos, 4 reales, que •obran para las obras interiores de
caserías y gastos de oficiales Mayo res, &.
Gastos del Proyecto de Puerto Cabello
Loa gastos del proyecto de Puerto Cabello se sacarán también de trajín y derechos del susodicho
río de Yaracuy y como montan los gastos de dicho proyecto 318.846 pesos y 6 reales, en cuatro
años y medio que dan de derechos y trajín 341.955, se acabará y perfeccionará el dicho proyecto,
quedando 23.108 pesos y dos reales, para las obras de caserías, iglesias, cuarteles, bodegas, a
cargo de Su Majestad pagas de oficiales Mayo res, &. Por la cuenta susodicha se conoce que los
Proyectos del Yara-cuy y de Puerto Cabello se acabarán en seis años de tiempo, perfeccionados y
puestos en el mejor estado de defensa, y que de los solos derechos que se lograrán de la
conducción de los frutos de los Valles de Barquisimeto juntamente con su trajín en la forma
proyectada en el Capítulo 7, se sacarán los gastos de dichos Proyectos; los cuales perfeccionados
a más de las ventajas de asegurar la costa marítima de esta provincia, aumentará de mucho la
Hacienda de Su Majestad cuya diferencia Se probará por los Capítulos siguientes.
CAPITULO UNDÉCIMO
Como el motivo principal de toda esta obra, es de buscar los medios mas convenientes por los
cuales se restituya a Su Majestad la legítima cobranza de sus derechos tan deteriorada por la
frecuentación de los extranjeros a su Costa Marítima, por cuya razón se proponen los Proyectos
antecedentes como la mejor vía, y la más segura, de la cual resultarán muchos efectos muy
ventajosos al servicio de Su Majestad como se ha visto en los Capítulos antecedentes, y sobre
todo en el Capítulo 7, parece ser necesario dar una cuenta del estado en el cual se hallan al
presente las Reales Cajas de la Contaduría de esta Provincia, para que poniendo en comparación
lo poco que han retribuido los derechos reales en los años pasados, y su diferencia con lo que
retribuirán en adelante conozca Su
Majestad y sea enterado de la indispensable necesidad de ejecutar los Proyectos que se proponen.
No se puede dar una cuenta más cierta de las dichas Reales Cajas, que la que Don Luis Bordones
Varragán, Tesorero Interino, oficial de la Real Hacienda de esta provincia ha dado, en conformidad
de lo mandado por Su Majestad en su Real Cédula fecha en El Pardo a 29 de Enero del año de
1719, y lo ordenado por el Excelentísimo Señor Virrey de este nuevo Reino de Granada en 26 de
Mayo de dicho año, a quien fue remitido el original jurídico del ingreso que las Reales Cajas de
esta ciudad han tenido en cinco años contados desde primero de Enero de 1714, hasta fin de
Diciembre de 1718, en la forma y manera .siguientes.
Quinquenio desde primero de Enero de 17H, hasta fines de Diciembre ,de 1718
Alcabalas
en el dicho quinquenio importa el Real Derecho de alcabala, a saber
Pesos rs. mrs.
26.004 5 18
que hacen cada año uno por otro ......... 6.200 7 16 -1/2
Armadillo.
En el dicho quinquenio importa el Real Derecho de antigua
armadilla ....... 45.853 5 10
que hacen cada año uno por otro 9.170 5 29
Nuevas Imposiciones
Pesos rs. mrs.
En el dicho quinquenio importa el Real Derecho de las nuevas
imposiciones para la armada de Barlovento
que hacen cada año uno por otro .........
Suman dichos derechos: 35.102 4 19
7.020 4 4
147.970 O 19
29.593 3 1
Por manera que los derechos susodichos que son los que ha producido la salida de los frutos
de la Provincia han dado en el dicho quinquenio ciento y cuarenta y siete mil novecientos y
setenta pesos, y diez y nueve rars. como consta del oriferial de dicho quinquenio
Pesos rs. Mrs.
147.970 O 19
Los cuales hacen cada año uno por otro veinte y nueve mil, quinientos noventa y tres pesos, tres
reales y un mrs. y medio que han dado la salida de los frutos de dicho quinquenio -
Pesos rs. mrs.
29.593 3 1
Cuya diferencia se conocerá por las partidas que se refieren en el Capítulo siguiente a fojas (sic.)
Como el ingreso de las partidas siguientes es casual, por haber unos años que da más, y otros
que da menos, conforme a -los casos que ocurren, su comparación no es igual a los derechos
susodichos.
Doscientos sesenta y nueve mil setecientos cincuenta y seis pesos, dos reales, y veinte y cuatro
maravedís y un quinto de otro como parece.
Las partidas del ingreso arriba explicado sirven al salario de los Ministros, situados de presidios,
Curas Doctrinarios, &, cuya cuenta es la siguiente, como consta del mismo quinquenio.
Salarios de Ministros
Se deben
Pesos Rr. Mrs. Pesos Rs. mrs.
Para el salario del Gobernador Contador de Cuentas, Contador y Tesorero de la Real Hacienda se
pagó en dicho
Situado de La Guaira
Para el Castellano, artilleros, soldados, &, del presidio de La Guaira se pagó en dicho quinquenio
79.681 5 12
Situado de Cumaná
Situado de la Margarita
Para el Castellano e infantería de los Castillos de la Isla de la Margarita, se le ha pagado en
12.784 1 818.417 6 17
Misiones de Píritu
Para las Misiones de Pírítu se ha pagado en
15.682 O 27 dicho quinquenio 7.660
Misiones de Cumaná
(Digo Preceptores de gramática).
Cura de Maiquetía
Para el cura doctrinero del Pueblo de Maiquetía se ha pagado en dicho quinquenio ............
383 5
Oficio Fúnebre
Para el oficio fúnebre que se hace todos los años para los soldados muertos al servicio de Su
Majestad se ha pagado en dicho quinquenio ............ 855 6
Libranzas Particulares
Para varias libranzas particulares que constan en
el original de dicho quinquenio de veinte y una
2.654 6 25 6.420 6
---------------------------------------------------------------------------
131.716 5 29 263.191 7 23-1/2
De manera que importan las partidas expresadas de salarios, presidios, curas, &, trescientos y
ochenta y cuatro mil novecientos y ocho pesos, cinco reales y diez y ocho maravedís y dos quintos
de otro, con la explicación que de esta cantidad se han pagado en dicho quinquenio los 253.191
pesos, 7 reales, 23 2/5 maravedís; y se deben los 131.716 pesos, 5 reales y 29 maravedís como
parece de ella.
Pesos Rs. Mrs.
115.152 2 28-1/2
De manera que en dicho quinquenio deben las Reales Cajas, a los salarios de Ministros, presidios,
libranzas, &, ciento y quince mil ciento y cincuenta y dos pesos, dos reales veinte y ocho mrs. y
un quinto de otro ....
115.152 2 28-1/2
Con que es visto que no alcanza la plata que entra en las Cajas, Reales, a pagar las
consignaciones que tiene sobre, sí en este quinquenio como se ve arriba de las Partidas
expresadas, \ y en la certificación jurídica del Tesorero Don Luis Ordóñez que-para en poder del
Señor Virrey de este Nuevo Reino de Granada..
CAPITULO DUODÉCIMO
Estado en el cual se hallarán completos los Proyectos susodichos Ha constado por el Capítulo
antecedente que el ingreso en las Cajas Reales de esta Contaduría importó doscientos sesenta y
nueve mil setecientos cincuenta y seis pesos, dos reales y veinte y cuatro maravedís y un quinto
de otro; sobre la cual suma se ha pagado doscientos cincuenta y tres mil ciento noventa y un
pesos, siete reales y veinte y tres maravedís y -dos quintos de otro, y que conforme a la dicha
cuenta quedaron en las Reales Cajas diez y seis mil quinientos y sesenta y cuatro pesos, tres
reales, y cuatro quintos de un maravedís (producto de los cinco años comprehendidos en el dicho
quinquenio).
Es constante y probado por la cuenta de los frutos de la Provincia (que se ven en los Capítulos 2 y
3), que el ingreso del dicho quinquenio hubiera sido de muchísimo Mayo r, si se hubieran aplicado
los remedios necesarios, a impedir la salida de los dichos frutos por los extranjeros; y ejecutando
los proyectos susodichos, es cierto que los dichos frutos pagarán los Reales derechos a Su
Majestad porque no habrá disipación de ellos, y que los extranjeros no podrán frecuentar la dicha
Costa (celando se entiende los Ministros al bien del Real Servicio y del Real.Haber), Y por Mayo r
prueba del buen efecto de dichos proyectos se formará un quinquenio del ingreso que puede
entrar en las Reales Cajas, y de los salarios necesarios para la manutención de la Real Autoridad
en la Costa Marítima y se verá la diferencia grande que habrá entre el uno y el otro de los dichos
quinquenios.
Al año Quinquenio
Pesos Rs. mrs. Pesos Rs. mrs.
79,228
que hacen en el quinquenio 396.140
Alcabalas
El Eeal derecho de alcabala
importará para los frutos
de la tierra solamente 4.190
que hacen en el quinquenio 20.950
---------------------------------------------------
Suman dichos derechso: 121.477 6 18607.389 0 22
Digo que los derechos de dicho quinquenio importan seiscientos y siete mil trescientos ochenta y
nueve pesos y veinte y dos maravedís, los cuales comparados con el producto del quinquenio
susodicho que han dado dichos derechos hace una diferencia de cuatrocientos cincuenta y nueve
mil cuatrocientos y diez y nueve pesos y tres maravedís
459.419 0 3
Flete del trajín del Río Yaracuy
El derecho del Capitulo 7
flete de los frutos del Río Yaracuy
importará al año 40.000
---------
Al año Quinquenio
Pesos Rs. mrs. Pesos Rs. mrs.
Seiscientos ochenta y un mil, cuatrocientos y diez y nueve pesos, y tres maravedís, salvo yerro.
Salarios de Ministros
El situado de la Margarita
Quinguenio 6.300
que hacen al quinquenio 31.500
Cura de Maiquetía 62
que hacen en el quinquenio 310
V para los Proyectos contenidos en los Capítulos antecedentes, se proponen los salarios
siguientes:
Puerto Cabello
Castellano 300
que hacen en el quinquenio 1.500
Un Capellán 150
que hacen en el quinquenio 750
Un Cirujano 200
que hacen en el quinquenio. 1.000
---------------------------------------
Suma 21.050 105.250
Yaracuy
Un Teniente 200
que hacen en el quinquenio 1.000
Un Alférez 150.
que hacen en el quinquenio 750
Un Capellán 150
que hacen en el quinquenio 750
Un Cirujano 200
que hacen en el quinquenio 1.000
4 artilleros 600
que hacen en el quinquenio 3.000
----------------------------------------
Suma General. 7.300 36.500
Salarios de Ministros y
Presidio de La Guaira . . 47.253 6 24 236.269 1 18
Salarios del Proyecto de
Puerto Cabello 21.050 105.269
Salarios de la del Yaracuy 7.300 36.500
-----------------------------------------------------
Suma: 75.603 6 24 378.019 1 18
Digo que los salarios de Ministros, Presidio, Proyectos, &., montan en dicho quinquenio,
trescientos setenta y ocho mil y diez y nueve pesos, un real y diez y ocho maravedís, salvo yerro.
Suma General
Eí ingreso del dicho quinquenio es como se ve por las partidas siguientes a saber:
Esta diferencia es tan considerable respecto al ingreso que ha entrado en las Cajas Reales desde
tantos años que no hay duda que Su Majestad (atendiendo al inmenso provecho que resulta de la
ejecución de los proyectos susodichos) no provea de sus Reales Ordenes dicha ejecución; con lo
cual se da fin a la dicha obra.
CAPITULO - 9
Capitulo I
El contrabando, mal endémico en estas costas desde que ellas nacieron a la vida del
organismo mercantilista colonial español, habla echado tan hondas raíces por los años
(1716) en que Betancourt y Castro se hizo cargo de la gobernación de la Provincia, que
el nuevo gobernador juzgó que era una de las más apremiantes tareas de su cometido el
estudiar la manera de terminar con el trato ilícito que no hacía sino crecer, de día en día,
a pesar de las diversas medidas de vigilancia y represión que se tomaban para
extinguirlo. "Creyó —dice el historiador Sucre— que su paisano Don Diego de Matos
Montañés, por su inteligencia, su actividad, su conocimiento del país y de los medios de
que se valían los contrabandistas para burlar la vigilancia del gobierno, era el hombre
adecuado para ayudarlo en la difícil empresa que se proponía: y, después de varias
conferencias con él, lo nombró Juez Superior de Comisos y Cabo a Guerra, con muchas
y amplias atribuciones administrativas y militares"
Munido de ellas, comenzó Matos su campaña que hubo de manifestarse pronto en poco
felices resultados; que si bien consiguió alguna disminución en el contrabando, ello íue
a costa de muchas persecuciones, escándalos y competencias con algunos
ayuntamientos, principalmente con el de Guanare, localidad donde, con el propósito, al
parecer, de hacer un escarmiento, enjuició a don Juan Ortiz, vecino muy querido y
respetado. Esto originó un pleito en el que Matos, que representa la autoridad del
gobernador, se enfrenta con los Alcaldes que sostienen, con toda firmeza, la autonomía
del ayuntamiento de Guanare. Fue causa también de otros incidentes la actuación de
Matos quien, según declaran varios testigos, en su persecución del contrabando, "hacía
gran presión para ejercerlo él sólo".
El mal seguía su curso: los tomos VI y VII de la colección "DIVERSOS" del Archivo
General de la Nación, están integrados por un voluminoso expediente que contiene los
autos operados en virtud de la comisión conferida al Capitán Don Mateo de Osorio, por
el Capitán General de la Provincia "para poner reparo a los abusos de los ministros
reales encargados de la extinción del comercio de extranjería". En el primer documento
de ese expediente, se dan a Osorio amplios poderes para que sea auxiliado en el
desempeño de su comisión por los Mros. de Campo, sargtos, mayores, Cabos a guerra o
Juezes de Comisos, sin que se entienda exeptuar ni relevar de este caso a Don Diego de
Matos" y se le encomienda que, por el tenor de ese auto, examine los testigos que crea
conducentes en la jurisdicción de esta Provincia, en Valencia, Nirgua o Barquisimeto, a
fin de esclarecer quiénes son culpables "de los excesos que se cometen en costa abajo de
esta Prova. especialmente, de composiciones en Puerto de Cavello, Morón, tucacas y
Ocumare, de composiciones que hazen los Ministros a cuyo cargo está el imbigilar la
extracción de frutos de esta provincia y Comercio de Extrangeria, llevándolos a sus
casas, comiendo y habitando con ellos, así mismo tollerando lleguen las embarcaciones
de la isla de Curazao a las quales no hazen repugnancia en dejarlas comerciar ni que a
ella vayan los frutos de cacao, tabaco y otros prohibidos de esta Prova. tollerandolo pr.
los fines particulares que se dejen considerar, llegando a tal desorden que lo que
comisan, assi de los frutos de la Prova. que vajan pra. contratar con estranjeros, como de
los que coxen de ropas de Extrangeria, aguardientes y otros efectos, no dan cuenta con
la Legalidad de sus empleos, antes se pasan con difieren-tes coloridos a rematarlos sin
preseder las circunstancias pre-heñidas con notoria falta de jurisdicción para por este
medio hazer la ocultación de mayor parte, y con lo q. rematan in-troduzir los géneros de
Extrangeria para colorear con el pretexto de ser los dhos. remates, la venta de ellos, sin
nota, passandose a la poca legalidad de hazer probanzas contra aquellos que pueden
delatar sus excesos..."
Con lo transcrito, basta y sobra para darse cuenta del extremo a que las cosas habían
llegado. No nos interesa tampoco entrar aquí en más pormenores. Solo diremos que,
ante el pleito planteado entre Matos y los alcaldes de Guanare, Betancourt toma diversas
disposiciones, y es en esta época, 1718 (Venezuela había sido puesta en lo político bajo
la jurisdicción del Nuevo Reino de Granada), cuando el Virrey ordena a Betancourt que
se inhiba en el citado pleito y envía a Caracas para continuarlo a don Pedro José de
Olavarriaga y don Martín de Beato, como Jueces de Comisión.
Pero, los alcaldes que no se habían dormido, cuando se les presentó el auto de los jueces
de Caracas, pudieron, a su vez, exhibir una sentencia de la Audiencia de Santo Domingo
eri la que se declaraba que: "los Alcaldes de Guanare habían cumplido con la obligación
de su ofizio en la dha. competencia" e inhibían de conocer en la causa, de allí en
adelante, "tanto al Señor Gobernador y Capitán General, como a cualesquiera otros que
lo pretendan."
Olavarriaga y Beato insisten en conocer del juicio y dan comisión al Teniente de Araure
para que ejecute sus autos, pero éste se excusa. Y, a pesar de los Jueces, del Gobernador
y del Virrey, los Alcaldes no son castigados.
Mientras tanto, los incidentes se suceden hasta que, por fin, Matos es separado de su
cargo por orden del Gobernador Betancourt; pero consigue fugarse y llega a Bogotá
donde logra convencer al Virrey de su inocencia y üe la culpabilidad del Gobernador.
Entonces el Virrey ordena al Ayuntamiento de Caracas prender a Betancourt y separarle
del Gobierno, poniendo en su lugar al Lie. Antonio Alvarez de Abreu. El Cabildo
obedece en cuanto al primer punto, pero no coloca en el gobierno de Abreu sino a los
alcaldes de Caracas, apoyándose en la Real Cédula de privilegio para gobernar éstos en
las vacantes; y suplica del nombramiento de Abreu.
Para entonces Diego de Matos regresa de Santa Fe y formula petición a fin de que se le
diese vista de los autos, "i que para ello se junten las piezas que miraren a las
imposturas o falsas calumnias que se me hubieren imputado, durante el tiempo que
estube el dho. empleo". Y así es proveído por el Juez don Martin Beato, nombrado en
compañía de Olavarriaga por el Virrey de la Nueva Granada para conocer de las causas
de la provincia de Venezuela (21 de junio de 1720). Y vemos también, en el mismo
expediente, que el mismo Juez Beato manda que se acumulasen a los autos las dos
sumarias hechas por los alcaldes de Barquisimeto y Coro contra don Diego de Matos
"Dn. Pedro Martin Beato y Dn. Pedro José de Olavarriaga, Jueces que hemos sido en
esta Provincia pa. Aferentes Comisiones del Real Servicio por el Excmo. Conde de la
Cueba, Virrey que fue asimismo destas partes, Ante Vmds. en la forma que mas haia en
dro. decimos: Que respeto de la Prisson tan rigorosa que, sin orden ni motibo legal,
executo en nosotros el Sr. Diego Portales, al segdo. dia de su recepzon. en este Govno.
que fue a doze de diziembre del año pasado de mil sep-tezientos y veintiuno, sin haber
tenido tiempo para hauerse ynformado ni visto ningunos papeles de nras. operaciones,
ha-uiendonos tenido el tiempo de ocho meses en prisson rigorosa, y priuados de
comunicazon. con una compañía de Guardia, sin hauer dicho Sr. Gouedr. Dn. Diego
Portales obedezido ni dado cumplimiento a orden ninguna del Excmo. Sr. Virrey en
razón de nro. aliuio, en los dhos. ocho meses, hasta que al cauo de ellos, de mandato de
S-A. fuimos sueltos bajo la fianza de Guardar Carcelería en esta Oiud. y sus Arrabales y
aunque este mandato de S. A. fue obedezido con la repugnancia que es notoria, no
obstante de hauernos suelto bajo de dría, fianza, hemos sido tan perseguidos y acosados
como lo prueba el hauernos ydo a prender el día catorze de agosto del año próximo
pasado pr. la noche a la una de ella, hauiendo venido a este efecto los de la Guaira
(donde se hallaba dho. Gour.) con porción de soldados de aquel presidio, y otros de la
Guardia de esta Ciudad y entrando en la casa de nra. habitazon. escalándola por las
tapias, y zercandola con dha. Gente no nos hallo hauiendola registrado: Y deuiendonos
persuadir a que pa. estas demostraciones y 'otras muchas que contra nosotros ha operado
el dho. Sr. Portales, como son públicas y notorias en esta Ciudad y Prova. Debe hauer
actuado algunas causas que habrá fulminado falsas y contra la verdad de nros.
procederes en el uso de nras. Comisiones: Y deuiendo responder a ellas en la residenza,
próxima de ellas con las pruebas nezesa-rias y combenientes a su desbanimto. y pedir lo
que a nro. derecho combenga. Hallándonos, como nos hallamos, con los atrasos y
pobreza que es notorio en esta Ciudad. que aun no alcanzamos pa. el sustento diario asi
pr. hauer gastado el caudal propio y el ageno que no tenemos de que pasar pa. hauer
podido executar el servizio de S. M. en cumplimiento de las ordenes del Excmo. Sr.
Virrey, lo que no se pudiera hauer exe-cutado si no hubiera prezeclido este gasto de
caudal propio pa. principiar en dhas. Comisiones, como en los costos de correos,
papeles y otros varios como la manutenzon, diaria en esta Prisson que manteníamos
desde dho. día de mil septezientos y veinte y un años (como ba expresado) hasta el
presente pa, dar satisfazion de nros. procederes, y que conste a su Magd. y demás
tribunales que combenga, hauer sido una continuada calumnia, solo por hauer cumplido
integramte. con nra. obligación nezecitamos el que por Vmds. se nos dispense pa. nras.
defensas y demás recados, el que los podamos hazer en papel de oficio, respecto de
hallarnos pobres y en tierras extrañas sin parientes ni amigos que nos puedan favorecer
con medios pa. ello, y thener su Magd. conzedido este aliuio en fauor de sus vasallos en
tales casos, como es practica común, y para Justificazon, de nra. pobreza ofrezemos
informazon. en bastante forma y de que nos mantenemos con las sumas cortedades y
deuitos que son manifiestos, como nros. atrasos, perdidas y menoscabos, y el hauer
gastado el caudal propio en el Real Servicio, como también es publico y notorio, en cuia
aten-zon: A Vmds. pedimos y suplicamos se siruan, en vista de lo que licuamos
expresado, recibirnos la Informazon. que ofrezemos de nra. pobreza, y que los testigos
que presentaremos se examinen al thenor de este Escripto y hecha, se nos entregue
original con los testimonios q. necesitaremos. Que todo es de dro. y justicia que
pedimos y juramos en forma lo nezesano. Pedro Martin Beato. Pedro José de
Olavarriaga"
Coinciden con las anteriores, las otras cinco declaraciones que siguen, tras las cuales se
inserta un auto del Alcalde Ordinario D. Carlos de Herrera en que se dispone, en virtud
de la petición que viene confirmada con las declaraciones de siete testigos, se admitan
los escritos de los dichos Beato y Olava-rriaga en papel de sello cuarto.
Coincide con lo anterior Sucre, al escribir que: "En esta época comenzó a hablarse en
Caracas de la formación de una compañía de comerciantes guipuzcoanos que
proporcionaría capitales para las siembras y el fomento de las haciendas, y comprarla
los frutos a precios muy ventajosos; idea que fue acogida con gran entusiasmo por el
Ayuntamiento y tal vez, por lo mismo, rechazada por Portales y su partido, lo que vino a
reanimar la discordia..." "Olavaniaga y Beato, agentes de los comerciantes
guipuzcoanos, no descansaban en atizar el fuego contra el Gobernador y el Obispo,
opuestos a su proyecto de compañía comercial, ni escaseaban tampoco sus promesas de
grandes utilidades y empleos en su empresa o los que Beato no era gulpuzcoano, sino
"natural de la villa de Salamanca la Real, sita en la Andalucía Baja". Registro Principal.
Testamentarías, 1773. Tomo 1-2, f. 110. favoreciesen el partido de los Alcaldes
aumentando así el número de sus adictos."
No nos interesa, en este momento, emitir juicios sobre lo anteriormente reproducido. Sí,
en cambio, hacer constar un hecho: que en 1723, en un clima de discordia entre el
representante del poder real y el cabildo y apoyándose en éste, puso en marcha el
proyecto de aquella empresa que habría de He gar a ser la Real Compañía Gulpuzcoana
de Caracas, don Pedro José de Olavarriaga.
Tuvo, sin duda, colaboradores en esta empresa. El Ingeniero militar don Juan Amador
Courten, quien es autor de los planos y proyectos que ilustran la obra, desde luego, y
también probablemente, como apunta Arcila Parias (14) "tuvo seguramente la
colaboración de todos los funcionarios de Hacienda, y esto le permitió realizar un
trabajo sumamente valioso, el único que existe, entre los de su género, referente a la
provincia de Venezuela."
"Instrucción General y Particular del Estado Presente de Venezuela en los Años de 1720
y 21" es el titulo de este valiosísimo manuscrito que parece fue sustraído del archivo
donde se guardaba, yendo a parar a manos de alguna persona o institución de habla
inglesa, a deducir, como observa García Chuecos, no sólo de una nota escrita en idioma
inglés y de hechura moderna que corre en los primeros folios de la Instrucción original,
sino de la circunstancia de haber sido ofrecida en venta a la Academia Nacional de la
Historia por la librería londinense Maggs Bros Ltd. En 1939, el Gobierno Nacional
adquirió este precioso manuscrito, destinándole a la Biblioteca de la Academia Nacional
de la Historia.
Es, desde luego, mucho mas detallada y completa que la "Descripción" de José Luis de
Cisneros, con el mérito de haber sido compuesta cerca de medio siglo antes y, en la nota
en idioma inglés que antes citamos, se la define acertadamente al decir: "This is a
curious tnteresting volume, it may be called the Dooms Book of that-part oí
Colombia...", recordando el registro del gran catastro hecho por orden del rey Guillermo
el Conquistador.
Capitulo XII.—Estado que tendrá dicha Real Hacienda, luego que sean completos los
proyectos susodichos.
"Es a ejemplo de Vuestra Excelencia (el Virrey de Nueva Granada, Don Jorge de Villa
Longa, conde de la Cueva a quien la obra va dedicada), Señor, que sus ministros
repartidos en las Provincias de su Gobierno se esfuerzan a poder merecer el glorioso
título de su protección.
Y a este fin que Don Pedro José de Olavarriaga, Juez Enviado por Vuestra Excelencia
en la Provincia de Caracas, hizo la instrucción general del estado presente de la dicha
Provincia, en cumplimiento de las órdenes de Vuestra Excelencia, dejando a mi cuidado
los Proyectos militares más convenientes para la seguridad de la Costa Marítima, y la
restauración de los Reales derechos en ella, pero como los alborotos en aquella
Provincia, nacidos por varios émulos, ocasionaron su detención y prisión con el
indecoro que se ha hecho público, no tuvo lugar de dedicar a Vuestra Excelencia esta
obra hija de su trabajo..."
Ataca mucho la conducta de varios Gobernadores (aunque a ninguno nombra) que han
ejercitado "vejaciones" y "concusiones". Pensaban los tales, según Olavarriaga, que, en
virtud de la suma ofrecida para obtener un cargo, tenían derecho a vejar y perseguir a
los vasallos de su gobierno y: "10.000 pesos extranjeros ofrecidos han hecho perder
muchas veces a la Real Hacienda hasta un millón de pesos en cinco años de gobierno,
porque estos ministros han permitido ocultamente la salida de los frutos de la tierra a los
extranjeros, y la entrada de sus mercancías, haciendo ellos mismos este dañoso
comercio, por lo que no me espanto si algunos entre ellos han insinuado que era
imposible cortar de raíz el comercio de extranjería en esta Provincia, pues eran ellos
mismofi interesados en su continuación."
En el siguiente párrafo dice (con cita de San Agustín, como antes había citado a Quinto
Curcio, etc. etc) que también han venido algunos gobernadores buenos, para manifestar
a continuación: "...no suelen venir a estas tierras sino dos géneros de personas, o de los
que buscan a hacer fortuna, o de vagamundos quienes hallando más fácilmente la vida
en estas tierras que no en Europa, causan más perjuicio que provecho; es necesario que
un Gobernador impida a los unos enriquecerse con la hacienda ajena, ponga un freno
limitado a su avaricia y dé órdenes rígidas para que los otros trabajen."
Según él, a las familias que vienen en los navios de registro de las Canarias les dan
malas tierras, cosa que los ha forzado a buscar su vida en otros modos que la
agricultura.
Manifiesta que hay muchas familias isleñas en Caracas que apenas pueden mantenerse
con su trabajo y valiera más formasen pueblos: "porque, en fin, más conviene para el
servicio de Su Majestad en las Indias que los pueblos sean grandes y las ciudades
pequeñas, y es en el trabajo del campo y no en la ociosidad de la ciudad que los
hombres hallan una vida dichosa", reflexión, sea dicho de paso, que se nos antoja muy
de la idiosincrasia de un vasco.
Vuelve a hablar de las concusiones de los Gobernadores que "son tan grandes que yo
dudo si tienen ejemplo en el mundo". Y lo mismo expresa a continuación respecto de
los Tenientes o Cabos de guerra, Corregidores u Oficiales de Milicianos (y siguen las
citas de Quinto Cúrelo).
Del Gobierno Militar opina que: "aun está en peor estado que el político; no hay
fortificaciones ni almacén en orden, y los soldados no saben observar disciplina
alguna." Así no hay Almacenes en La Guaira, la "Taracazana"... es una casa alquilada
de la cual el alquiler ha costado mas hasta hoy que si la hubiesen fabricado
expresamente"; la Artillería está en mal estado, etc., etc.
En el Cap. IV: "Estado presente del comercio español, y de la introducción del comercio
extranjero en esta Provincia", hace un panegírico del comercio en general, como
generador de toda clase de bienes, y termina refiriéndose a lo aniquilado que está el de
Venezuela que se reduce a un navio registro de España, que aun no viene todos los años,
y otro de Canarias cargado de caldo y cuatro o cinco embarcaciones que cargan todos
los años una partida de cacao para la Nueva España. No debieran bastar, según él,
cuatro registros de España y seis u ocho de Canarias (no se necesitaría entonces comprar
como ahora el aguardiente a los holandeses).
En el Capitulo VI, hace unas consideraciones sobre Puerto Cabe lio a cuyo puerto lo
considera "el mejor de toda esta costa y quizá de todas las Indias".
En el capitulo VII, se extiende sobre las "Razones que obligan a reparar las
fortificaciones del Puerto de La Guaira, a fortalecer a Puerto Cabello y la boca del rio
Yaracuy". Y, en el párrafo quinto de dicho capítulo, se lee que: "se ha de considerar que
Su Majestad no saca hoy en día provecho ninguno de la Provincia, antes los derechos no
bastan para las cantidades que Su Majestad tiene libradas y consignadas anualmente en
las Reales Cajas de la Contaduría de esta Provincia, de salarios de Ministros, dotaciones
de presidios, limosnas para religiosos misioneros, etc.", estampando en el siguiente
párrafo lo que sigue: "Al contrario, si se hubieran dado las providencias convenientes
para exterminar el comercio de extranjería, los derechos reales bastarán no digo
solamente para pagar las consignaciones actuales; pero también para mantener la Real
autoridad en la costa marítima de esta Provincia y asegurarla contra la continuación del
comercio extranjero, y a más de esto sobraba una porción muy considerable a Su
Majestad."
Hacia el final (capítulo XI) recalca de modo concluyen-te el móvil que le impulsó a su
estudio: "...el motivo principal de toda esta obra es de buscar los medios más
convenientes por los cuales se restituya a Su Majestad la legítima cobranza de sus
derechos tan deteriorada por la frecuentación de los extranjeros a su costa marítima".
Poca atención hace falta prestar al examen del manuscrito de Olavarriaga para darse
cuenta de lo que él mismo representa, ya como fiel reflejo de las experiencias vividas
por su autor en Venezuela, ya, y sobre todo, como punto de partida y bosquejo del plan
de actividades de la futura Compañía de Guipúzcoa. En el primer punto, baste citar sus
repetidas alusiones a la conducta de ciertos Gobernadores y al problema del
contrabando. En cuanto al segundo, su interés profundo por la agricultura, la reseña
minuciosa que hace de todas las principales haciendas de cacao de la Provincia con el
recuento de los árboles de cada una; su encendido panegírico del comercio como padre
de prosperidades; su insistencia en la necesidad de reparar las fortificaciones de La
Guaira y boca del río Yaracuy y, sobre todo, Puerto Cabello, que serán así sólidas bases
de los corsarios que han de celar las costas en que ahora los contrabandistas pululan; su
vuelta, una y otra vez a la necesidad de terminar con el comercio ilícito para que la
riqueza de la Provincia no vaya a manos de extranjeros, frecuentadores de su costa
marítima, hurtándose la legitima cobranza de los derechos con los que la Real Hacienda
habría de obtener saneados ingresos, nos muestran, una y otra vez, al hombre que va
sembrando las ideas en que ha de fructificar la compañía cuya constitución se avecina,
proyectando amplias actividades en los dominios de la agricultura, el comercio y la
navegación.
4. Fundación de la R. C. Guipuzcoana.
Sabemos que Olavarriaga se hallaba en Caracas tan tarde como en noviembre de 1726
en víspera, sin duda, de su marcha para Guipúzcoa (*), donde sus informes debieron de
llegar al circulo de los más altos personajes, como el conde de Peñaflorída y otros, y
acaso alcanzaron valimiento en la corte madrileña.
En la Real Cédula que encabeza el citado convenio, leemos algunos párrafos que nos
traen a la memoria ideas que conocimos a través de nuestro recorrido por la
"Instrucción" de Olavarriaga; asi: "Por cuanto que para remediar la escasez del cacao
que se experimentaba en estos mis reinos, "ocasionada de la tibieza de mis vasallos en
aplicarse al tráfico de este género con las provincias de América sin pender del arbitrio
de extranjeros que indebida y fraudulentamente lo disfrutaban... Y habiendo en este
estado concurrido la Provincia de Guipúzcoa, ofreciendo por su parte a obviar los
graves daños y perjuicios expresados con utilidad de mi Real Hacienda..., con tal que yo
fuese servido concederla permiso de navegar con Registro a Caracas, dos Navios al año,
de 40 a 50 cañones armados en guerra... y la de corsear en aquellas costas... tuve por
bien mandar que esta proposición se examinase con atenta reflexión..." El resultado de
todo lo cual, haciendo un extracto del articulado, es como sigue:
Art. 1» "Que los naturales de Guipúzcoa, formando Compañía, han de enviar a Caracas
dos navios de Registro cada año, de cuarenta a cincuenta cañones cada uno, cargando en
ellos frutos de estos Reynos y otros géneros con que permutar el cacao y los demás de
aquellos parajes y en llegando estos navios a La Guaira, ha de quedar verificado el
Registro de ida. Desembarcarán allí lo que sea para Caracas y pasarán con lo demás a
Puerto Cavello, llevando en él un Oficial Real o persona de satisfacción que nombrasen
los-Oficiales Reales para que entiendan en el resto de la descarga. Hecha esta diligencia
pueden los Factores del Registro traficar libremente todos los efectos del Registro. Para
la vuelta, recogerán en Puerto Cabello y Caracas cuantas mercancías obtengan de tierra
adentro. Los dos navios descargados, solos o acompañados de embarcaciones menores,
saldrán a impedir el comercio ilícito, pudiendo extender su navegación desde el Rio
Orinoco hasta el de la Hacha.
Art. 2.° Que los navios se cargarán en puertos de Guipúzcoa y harán viaje directo a
Caracas tomando los registros el Juez de Arribadas de San Sebastián. Y como en estos
puertos hay absoluta exención de derechos, satisfará la Compañía por vía de servicio el
equivalente a los derechos de salida... "sin que esto perjudique en modo alguno a la
franqueza absoluta de Guipúzcoa en frutos propios y en los demás comercios, como
siempre se ha practicado."
Art. 3.° Que los navios de la Compañía, a su vuelta de Indias han de aportar a Cádiz.
Desde allí, donde pagarán los derechos de toda la carga, se llevarán a Cantabria la parte
que le parezca a la Compañía, y desde allí se hará el abastecimiento de cacao y demás
frutos de Indias a Guipúzcoa, etcétera, etc.
Art. 4.a Que a la Compañía se le hacía franca del derecho de tonelaje y otras alcabalas,
excepto el correspondiente al Seminario de San Telmo en Sevilla.
Art. 5.° "Que Su Majestad se reserva conceder semejantes permisos a otras de distintas
circunstancias para el mismo comercio y navegación de Caracas, según fuese de su Real
agrado, sin que por eso la Provincia cese de continuar sus esfuerzos, para proseguir el
armamento estipulado."
Art. 6.° Que las presas hechas por la Compañía no han de pagar derechos algunos de
alcabala...; que se han de re-
partir aplicando los dos tercios para la Compañía y el otro tercio para oficiales y
tripulación: que este repartimiento lo hará en Caracas el Juez Conservador; que los
Factores podran vender en tiendas de Caracas, etc., los géneros apresados y que, si se
hallan porciones de cacao de sobra, podrán enviarse a Veracruz en embarcaciones
menores de su cuenta (no en los dos navios grandes de Registro).
Art. 9.° Cómo deberán enviarse a España desde Caracas, las embarcaciones extranjeras
o contrabandistas apresados, cargando en las embarcaciones menores el cacao para
España.
Art. 10. Que los navios de la Compañía pueden apresar también embarcaciones de
piratas y contrabandistas, transmitiendo al ministerio en caso de presas, avisos
anticipados, antes de que de aquellos puertos salgan los navios para España.
Art, 11. Que el Juez de Arribadas de Navios de Indias habla de ser el que conociese de
las presas que hicieran los navios de la Compañía a su vuelta a España, con apelación al
Consejo de Indias.
Art. 12. Que se concedía a la Compañía sus primeros viajes a Caracas con navios,
aunque íueran de construcción extranjera, relevándola de los derechos correspondientes
"en consideración a los crecidos gastos que ha de tener en este armamento, tan de mi
Real servicio..."
Art. 13. Que se autoriza a la Compañía de Caracas a surtir de géneros a los puertos de
Cumaná, Trinidad y la Margarita, cuando no hubiera registro de España en ellas y para
que no tuvieran pretexto para el contrabando.
Art. 14. Que, en caso de arribada forzosa de algún navio de la Compañía a Maracaibo o
Santa Marta, se le dé auxilio por los empleados de S. Majestad que no han de pretender
inmiscuirse en su carga, etc.
Art. 15. Que la Armada de Barlovento ha de reputar como amigos a los navios de la
Compañía y prestarles todos los auxilios que necesiten.
Art. 16. Que deberá observarse la instrucción del año de 1664 y las Reales Cédulas de 2
de septiembre y 1." de octubre de 1720 sobre el comercio de Caracas "en todo lo que no
se oponga a las condiciones de esta Contrata".
Art. 17. Que se expidan las oportunas Reales Ordenes a los Ministros de Caracas a fin
de que no se acusen a los navios de este Registro ni a sus Factores "las demoras y
perjuicios experimentados en los últimos años".
Art. 18. Que Su Majestad ofrece mantener a la Compañía bajo su Real protección y
amparo y que a todos los dependientes de ella se guarden las preeminencias de que
gozan los Oficiales y gente de tripulación de mi Real Armada a proporción del carácter,
grado y empleo de cada uno, "sin que el interesarse en este Comercio sirva a alguno de
desdoro sino de nuevo blasón y lustre de su nobleza", etc., etc.
A la vista del articulado, escribe Arístides Rojas: "Jamás habían firmado los monarcas
españoles una real cédula más explícita y honorífica que aquella que crea la compañía
de los vascos en la tierra venezolana. Exoneración de algunos derechos; rebaja de otros
en beneficio de los nuevos introductores; la libertad de servirse en los primeros tiempos
de buques de cualquier nacionalidad; todas las franquicias en fin, prerrogativas y
favores que colocaban los factores de la Compañía al nivel de los oficiales de la real
armada española, daba a la asociación mercantil un carácter de respetabilidad
imponente, hasta entonces desconocido en los países de América. Todavía más: era un
mérito servir directa o indirectamente al sostenimiento y ensanche de aquélla, según
termina la real cédula firmada por Felipe V. Era la primera aristocracia mercantil
íundada en el Nuevo Mundo"
Palabras magníficas las del maestro venezolano, pero que envuelven el desconocimiento
de algo fundamental y que conviene dejar bien en claro, de una vez por todas: que
Guipúzcoa, en aquella época, era un Estado Ubre y soberano que sólo estaba unido a la
corona de España en la persona de un rey común; regida por su propia asamblea
legislativa, sin obligación alguna de prestar servicio militar, gozando de absoluta
libertad de comercio, nobles todos sus hijos por derecho de naturaleza, etc., etc., todo
ello de acuerdo a sus propias leyes conocidas más bien bajo el equivoco nombre de
Fueros. La Cédula de Felipe V no hacía mas que reconocer ese estado de derecho y
respetarlo en los puntos en que él tenía relación con lo contratado; sin conceder
privilegios que estaban de más.
Cuando este contrato fue firmado, Guipúzcoa ordenó la constitución de una Comisión
presidida por don Francisco de Munibe e Idiaquez, conde de Peñaflorida, la cual, el 17
de noviembre de 17^:8 presentó las bases constitutivas de la Compañía de Caracas. Para
el estudio de ellas, el Consulado de San Sebastián había procedido a recoger
información pertinente sobre organización de compañías, especialmente sobre la de
Ostende "como la mejor regulada y arreglada sobre las bases de las otras". Con estos
datos foráneos, sobre los que trabajó la honda experiencia de aquellos hombres de la
estirpe de los compiladores de las célebres Ordenanzas de la Ilustre Universidad y Casa
de Contratación de Bilbao que durante siglos han regido como Códigos de Comercio de
la América española, se redactaron dichas bases constitutivas que, una vez aprobadas en
Guipúzcoa, fueron remitidas por su Gobierno Poral a la corte de España donde,
asimismo, fueron aprobadas.
Según esas bases, se daba a la Compañía una constitución semejante a las modernas
compañías anónimas. Cada acción era de 500 pesos. Había cinco directores con 5.000
pesos anuales de sueldo cada uno, debiendo ser dueños de diez acciones, cuando menos,
y poseer los conocimientos de comercio, sin que pudieran ser parientes entre ellos en
primero y segundo grado de consanguinidad. Cada cinco años, como máximo, debían
convocar a Junta general de acciones en !a cual tendrían voto los que poseyeran ocho
accionistas por lo menos. A la Junta general corresponde lo concerniente al buen
gobierno de la Compañía; lo relativo al establecimiento de oficinas, empleados, salarios
y nombramientos y separación de directores y empleados. Los directores y los revisores
no pueden comprar géneros ni pertrechos de la Compañía, ni venderlos sí no es en
remate público. Dichos directores dispondrán lo concerniente al armamento de navios y
construcción de los mismos. De su incumbencia seria el nombramiento de oficiales de
navios, sin que pudieran usar dichas embarcaciones de la Compañía para su particular
comercio. Una especial previsión estatuía la convocatoria para una Junta General
preliminar cuando fondos suficientes estuvieran a mano para los primeros barcos, Al
lado de estas y otras disposiciones de orden mercantil, citaremos estas dos de orden
religioso y patriótico: que la Compañía se constituía bajo el patronazgo de San Ignacio
de Loyola y que los directores y revisores debían jurar en la ciudad de San Sebastián,
ante el primer Diputado Poral de Guipúzcoa, la observancia del convenio citado, así
como estas bases y demás disposiciones que las Juntas generales de accionistas
acordaren.
Como quiera, había nacido la Guipuzcoana sobre la cual no es este el momento ni nos
corresponde estampar juicio. Pero sí consignaremos este hecho: que si es cierto que el
siglo XVIII, aquel que, según Germán Arciniegas, se caracteriza por la aparición de un
hombre nuevo que empieza a hablar y expresarse en americano, es el que determinó en
Venezuela, como en el resto de América, la incubación del sentimiento nacional y la
gestación del movimiento independen-tlsta, nadie podrá negar a la Compañía de
Guipúzcoa con todos sus aciertos y errores, el papel preponderante que durante ese siglo
jugó en esta tierra. El maestro Bello lo sabrá decir con palabras concluyentes: "Es a la
Compañía Guipuzcoana a la que hay que atribuir los progresos y los obstáculos que han
alternado en la regeneración política de Venezuela."
El día 15 de julio de 1730 zarpaban del puerto de Pasajes los tres primeros barcos que
enviara a Venezuela la Compañía Guipuzcoana, "después de haber recibido las
bendiciones de los sacerdotes, y acompañados por los cantos religiosos de sus
habitantes, franqueaban el estrecho paso, cavado por la naturaleza entre las altas
montañas, que hace comunicar la bahía de Pasajes con el Océano" . Uno de esos barcos
era la fragata "San Ignacio de Loyola" y a su bordo venían muchos altos empleados de
la Compañía, con don Pedro José de Olavarriaga a la cabeza, y con ellos el Coronel de
Infantería don Sebastián García de la Torre, nombrado Gobernador y Capitán General
de Venezuela. A petición de éste, el contador certificó que en estos navios hablan
registrados 564 fardos, 237 cajones, 20 barriles de mercaderías y 159 cesticos con
crisoles, midiendo en total 9.511 palmos
El 4 de septiembre llegó a Puerto Cabello Olavarriaga con los tres buques, y desde allí,
como director de la Compañía, "dirigió una circular a los cabildos, participándoles su
feliz arribo y pidiéndoles algunos informes, para más asegurar el acierto en su
importante comisión. Seguidamente, mandó establecer factorías en Caracas, La Guaira,
Puerto Cabello, valles de Barquisimeto y Coro... Puerto Cabello fue escogido por centro
de sus principales almacenes". "Hasta entonces aquella población —seguimos citando a
Baralt— no se componía sino de barracas miserables construidas por pescadores y
contrabandistas de las islas; y habiendo logrado sustraerse constantemente a la
obediencia del gobierno, era, menos que un pueblo, guarida de bandidos, factoría de las
colonias holandesas y asilo de los criminales. La Compañía empleó felizmente sus
fuerzas y recursos en dar orden y arreglo a la población: construyó en ella y en el puerto
algunas obras útiles, y muy pronto regenerada aquella sociedad, creció y prosperó
considerablemente." Hasta aquí Baralt.
Por nuestra parte, al leer eso que se dice de regeneración de Puerto Cabello y de
construcciones en la ciudad y en sus puertos, no se nos ocurre otra cosa que remitir al
lector a la "Instrucción" de Olavarriaga donde la necesidad de esas obras y mejoras es,
una y otra vez, contemplada.
.
"Por esta misma época —dice Sucre— se estableció en Caracas la oficina principal de
la Compañía Guípuzcoana. Muchos de sus funcionarios, jóvenes distinguidos recién
llegados de España, que hablan traído recomendaciones de amigos y parientes, y que,
siguiendo la hospitalaria tradición de nuestros abuelos, habían sido hospedados en las
casas de las principales familias, deseosos de divertirse y de hacer simpática su
compañía, promovieron una serie de fiestas en las que Introdujeron junto con las nuevas
modas en los trajes, nuevos usos sociales menos ceremoniosos que los de la corte
austríaca conservados en Caracas; quedando desde entonces íntimamente relacionados
los de Guipúzcoa con la aristocrática sociedad caraqueña.
6. La Rebelión de Andresote.
No es nuestro objeto hacer aquí la historia de esa rebelión. A través de los tres
volúmenes del "Expediente sobre el zambo llamado Andresote" que fueron copiados del
Archivo de Indias por el inteligente celo del Hermano Nectario María y que pueden
consultarse en el Archivo de la Academia de la Historia, extractamos solamente lo que
interesa a la actuación de Olavarriaga en este asunto en que, desde un principio, le tocó
participar.
En el primer aspecto, vemos que Olavarriaga formula concreta denuncia (21) a tenor de
la cual: "...es notorio el hallarse en las costas de sus valles y especialmente en el río
Yaracuy un zambo nombrado Juan Andrés, alias "Andresote" levantado contra Su
Majestad y dicha Real Compañía con grande porción de indios y negros cimarrones
armados de flechería, armas de fuego y otras ofensivas; cometiendo gravísimos Insultos,
robos y muertes, todo a fin de mantener a guerra viva el comercio furtivo con los
extranjeros en dichas costas, mediante el fomento, favor y ayuda de los extranjeros con
los mismos criollos, para lograr el traslado y transporte de sus mercaderías y frutos,
"Que siendo de la primera obligación de la Real Compañía a mi cargo el impedir y
exterminar dicho comercio" he tomado providencias por medio de los comisio-narios
dos de ellos Domingo de Urresti y Domingo de la Cruz Salamanca que yendo de
pesquisa por el río Yaracuy fueron detenidos por Andresote y sometidos a interrogatorio
y les dijo, entre otras cosas, que cualquier noche saquearía el almacén de Puerto
Cabello; que tenía infinitos amigos así en la dudad como en todas partes; también
consta que, además de los cincuenta hombres de la comitiva del dicho Andresote, se
hallaban incorporados con ellos mas de sesenta holandeses armados que estaban
entendiendo en el comercio y embarque de distintas porciones de cacao y tabaco que
bajaron por el río Yaracuy en distintas canoas, en cuyo comercio íurtivo estaban
ejercitadas tres valandres holandesas" (extremo que prueba Olavarriaga con sólidos
testimonios: carta de Aragüita que le había dirigido Nicolás López; testimonio escrito
de Felipe Luis Alvarado; testimonio de Juan Fuentes, etc.);
Que dicho levantamiento suena sólo ser hecho con el fin de mantener, a guerra viva, el
comercio furtivo en opósito del embarazo que se le pone por dicha Rl. Compañía a la
cual, así como a la Real Hacienda, causa gravísimo daño y perjuicio: Que se hagan las
averiguaciones y se apliquen los castigos necesarios-; Que si se llegase al anunciado
incendio de los almacenes de Puerto Cabello nunca se averiguaría si lo han hecho los
holandeses solos o dho. Andresote y quedaría la Real Compañía Guipuz-coana sin
recurso para pedir la satisfacción del daño; Que se hallan mas de 20.000 etiopes"
levantados de sus amos que, como cuando el alzamiento del negro Miguel, pondrían en
gran peligro esta provincia tan abierta e indefensa", etc.
Al mismo tiempo que iniciaba así las diligencias de acusación contra los levantados del
Yaracuy, Olavarriaga, procediendo en otra dirección, envía a la isla de Curazao como
apoderado suyo a Juan José de Ureta quien presenta en la isla demanda conteniendo
diferentes quejas sobre las hostilidades "comitidas por capitanes que navegan de esta
isla con la dicha Compañía Guipuzcoana y otros vasallos de Su Majestad Católica de
España", acusándolos, concretamente, de la intervención que habían tenido en los
sucesos del Yaracuy y en el fomento del trato ilícito. Pero el Consejo de la isla hurtó el
cuerpo, muy lindamente, disponiendo, por su fallo del 18 de febrero, que no había por
qué castigar a los capitanes por haber sacado el cacao que se supone hecho ilícitamente,
ya que hay constancia escrita de que fue pagado hasta el último maravedí; pero los
condenan a pagar las "armas y algunos efectos que algunos de sus marineros" hallaron
abandonados en el camino y fueron sacados del Yaracuy. Nos consta también que
apoderó a D. Ignacio de Loperena para que lo represen*
Esto, según Andresote, quien también le dijo al declarante Matos que "de dicha
Introducción hecha por Dn. Pedro de Olavarria-ga, pretende hacer Información en la isla
de Curazao la que le han ofrecido muy plenísima por manos de sus habitadores para
ponerla en el Consejo: este es el despecho con que habla y responde (23).
El hecho es que prendió la discordia entre los dos poderes y las mutuas acusaciones
llegaron al Rey con el resultado de que éste enviara a Venezuela, como Juez Pesquisidor
y Comandante General con "autoridad superior al Gobernador y Capitán General y
demás Ministros de ella" al Licenciado Don Martín de Lardlzabal, del Consejo de 8. M.
y que a la s&rón desempeñaba la Alcaldía del Crimen en la Real Audiencia de
Zaragoza.
Por lo que toca a Olavarriaga, sabemos que el Gobernador García de la Torre había
operado autos contra él, Beato y otros Factores de la Compañía Guipuzoana "en razón
del comercio ilícito que tenían en Curazao".
Pero "resultó por la diliga, que consta en los autos al fo. Treinta y ocho Bto. el dar por
respuesta dicho Esno. (D. Faustino Areste y Beyna) no para en su oficio por no
habérselos entregado su padre al Tpo. que se lo renuncio y que en fuerza de solicitud
que hiso de los mencionados autos le aseguró al referido su Padre haverlos entregado y
exivido al sr. Dn. Martín de Lardizaval siendo Comandte. Gl. de esta Provincia, en
virtud de auto y que proveyó para ello luego que tomo posesión deste Govierno, y
siendo asi que el recosimto. y ocultasion de los mensionados autos.
Por el mismo tiempo, la Compañía, bien sea que atendiera a lo que de real hubiese en
esas acusaciones contra Olavarriaga, bien que estimara medida de buena política
contrabalancear el efecto que habría de causar en la Provincia la destitución de su
Gobernador, convertido en declarado enemigo de los guipuzcoenos, procedió a separar
de su cargo de Director a don Pedro de Olavarriaga, sustituyéndole por don Nicolás de
Francia.
1.—Que mediante el costo que ha tenido y ha de tener dicha casa, todas sus oficinas y
demás que se ha fabricado en dicho suelo, en su reedificación y nueva obra, se ha
considerado ha sido y será el de diez y nueve mil pesos de a ocho reales, convienen
ambas partes en que sea éste, sin que aunque constare ser más o menos su importe,
aunque el exceso fuese en mucha cantidad, puedan pedirse ni mandarse cosa alguna la
una parte contra la otra, ni la otra contra la otra.
2.—Que la dicha casa, con todas sus oficinas, según que sea reedificada y fabricada y se
obrare en su suelo hasta el día último de Mayo venidero de mil setecientos y treinta y
cinco en que se obliga el dicho Nicolás de Francia, por parte de dicha Compañía, a que
quede perfectamente acabada, incluyéndose un paredón arrimado al cerro, ha de quedar
en arrendamiento por cuenta de ella, como por este titulo se la da y deja el dicho don
Pedro Rengifo, por tiempo de diez y seis años que han de empezar a correr y contarse
desde el día primero de enero de dicho año próximo venidero, a razón de novecientos
pesos en cada uno de dichos años, cuyo precio se ha de Ir descontando o desfalcando de
los dichos diez y nueve mil pesos del costo de dicha reedificación y fábrica, sin que por
el susodicho se pueda, por ninguna causa ni motivo pretender más arrendamiento o
venta, ni, por parte de dicha Compañía, que sea menos.
3.—Que durante los diez y seis años de tiempo de dicho arrendamiento no ha de poder
pedir ni quitar dicha casa y oficinas el reíevido don Pedro Rengifo, aunque exhibiere la
cantidad de dichos diez y nueve mil pesos o los que de ellos se restasen debiendo, ni
dejar, vender, ceder ni traspasar ni de ninguna manera enajenar el todo ni parte alguna
de ello, a ninguna persona de cualquier calidad y condición que sea, por ninguna causa
ni motivo, título honoroso (sic) o lucrativo, para lo cual, especial y expresamente
hipoteca dicha casa y sus oficinas por expresa obligación e hipoteca; y lo que en
contrario, a lo contenido en este articulo se hiciere o ejecutare, ha de ser nulo y de
ningún valor ni efecto. Con cuyo gravamen y demás calidades y condiciones de este
instrumento es visto pasar, en todo caso, dicha casa a tercero o mas poseedores.
4.—Que completos que sean los referidos diez y seis años de dicho arrendamiento,
dando y exhibiendo realmente en dinero de contado -al referido don Pedro Bengilo o
sus sucesores lo que restare a deber de los enunciados diez y nueve mil pesos,
descontándosele o desfalcándosele lo que hubiese importado el referido arrendamiento,
a razón de los expresados novecientos pesos en cada uno de dichos años, por parte de
dicha Compañía se ha de volver y restituir dicha casa y sus oficinas como que ya había
cesado el dicho arrendamiento. Pero si no se exhibiese en dicha forma el resto, habrá de
continuar el mencionado arrendamiento, a razón de los mismos novecientos pesos en
cada uno de todos aquellos que sean necesarios hasta el cumplimiento del pago de
dichos diez y nueve mil pesos, bien entendido que, si por pagarse dicho resto al cabo de
los referidos diez y seis años se volviese dicha casa con sus oficinas al referido don
Pedro Rengifo o sus sucesores y éstos o el referido don Pedro la quieren arrendar o
alquilar, ha de ser preferida la referida Compañía en todo ello por el referido
arrendamiento o alquiler por el precio o tanto que cualquier particular diere y por él se
le ha de dar la dicha casa y oficinas y a ello ser obligado dicho don Pedro Rengito o
sucesores, en virtud de este artículo.
6.—Que por el adelantamiento de los diez y nueve mil pesos, que por parte de dicha
Compañía se han suplido en dicha obra hasta perfeccionarla, no se ha de poder ni
demandar por parte de dicha Compañía cosa alguna por razón de intereses, premio,
daño ni por otra causa, aunque no vaya expresado lo que conviene y a que se obliga el
referido don Nicolás de Francia por la enunciada Compañía, si bien el mencionado don
Pedro Rengifo, en agradecimiento y remuneración de este beneficio y por obsequiar, en
cuanto pueda, a dicha Compañía, da a ésta, por todo el tiempo que durare en esta
Provincia, unas tierras fértiles con agua de riego que el dicho don Pedro tiene y posee
circunvecinas a dicho puerto de La Guaira, en el sitio nombrado Maiquetía, sin ejecutar
cosa alguna de ellas, para que los Factores de dicha Compañía en las referidas tierras
puedan hacer y hagan una quinta u otras labores, como también casas y eníer-merías
para vivienda, recreo y convalescencia de los susodichos y demás gente de sus factorías
y de las embarcaciones de dicha Compañía. Pero, cesando ésta y acabándose en esta
dicha Provincia, han de volver y retroceder dichas tierras al referido don Pedro Rengifo
o sus sucesores con todas las fabricas de casas y otras viviendas que en ellas hubiere y
todas sus mejoras voluntarias, útiles y necesarias, sin que por ellas ni otra cosa haya de
pagar ni dar el dicho don Pedro ni los referidos sus sucesores cosa alguna a dicha
Compañía, ni por parte de ésta pedírsele, en que conviene el dicho don Nicolás de
Francia; si bien que, de consentimiento del reíerido don Pedro Rengifo, es calidad que
después que haya cesado y acabádose la mencionada Compañía como se ha referido,
han de quedar todavía en poder de los Factores de ella las fábricas que miraren a casas y
otras oficinas dichas, como las tierras, por el tiempo de seis años sucesivos para poder
usar de ellas en habitación y otros ministerios los referidos Factores y arrendarlas o
alquilarlas, como bien visto les fuere. Pero, terminados que sean dichos seis años, ha de
cesar el referido uso y entregarse dichas casas y demás oficinas al expresado don Pedro
Rengifo o sus sucesores en el estado que estuvieren, sin que a su final ni antes de ellas
se pueda destruir ni quitar cosa alguna de la fábrica material de dichas casas y oficinas
que así se hicieren en las mencionadas tierras.
En cuya conformidad, revocando como revocan, anulan y dan por sin ningún valor otros
cualesquiera papeles o contratos que el dicho don Pedro Rengifo y la parte de dicha
Compañía hasta el día de hoy antes de este instrumento hayan hecho sobre las dichas
casas, oficinas, su fábrica, arrendamiento, tiempo de él y su precio y el que pudiera
tener dicha obra, para que no haya lugar ni tengan fe judicial ni extrajudicialmente el
dicho don Pedro Rengifo Pimentel, por sí y sus sucesores y el referido don Nicolás de
Francia, por la enunciada Compañía, se obligan a guardar y cumplir este instrumento y
todos sus artículos y condiciones y cada una de ellas, según que vienen expresa das,
mediante su sentido más literal y evidente, sin faltar en cosa ni parte alguna de ellas,
remitiéndose, como se remiten, reciprocamente cualesquiera cantidad o cantidades que
pueda haber o considerarse de exceso en cualesquier formas que sean de las que, siendo
necesario, se hacen gracia y donación la una parte a favor de la otra y la otra a la otra
buena, pura, perfecta e irrevocable, como ínter vivos y partes presentes, sobre que
renuncian y renunciaron al derecho de la insinuación y leyes del Ordenamiento Real y
demás del caso y, especialmente, las del engaño mayor o menor, enorme o enormísima
lesión, de que no se valdrán ni aprovecharán ni de otra alguna, en ninguna forma ni por
ningún caso ni causa. aunque por derecho les sea permitido, y siendo necesario y a
mayor abundamiento el dicho don Pedro Rengifo, por si o por dichos sus sucesores y el
referido don Nicolás de Francia, por si y demás factores y dependientes de dicha
Compañía y por ésta, juraron a Dios y a la Cruz en forma, de guardar, cumplir y ejecutar
este instrumento y todo lo en él contenido y cada cosa y parte de ello, en dicha forma y
según lo que viene expresado, a cuyo juramento se obligan y obligaron asimismo a no
pedir ni demandar absolución ni relajación a ningún juez ni prelado que la pueda y deba
conceder, y si, a pedimento o propio motu, les fuera concedida, de ella no usarán en
manera alguna so pena de perjuros y de las demás Impuestas contra los que quebrantan
los juramentos y siempre, para su mayor firmeza, hacen tantos juramentos en la propia
forma como relajaciones les fueran concedidas para que siempre quede y haya uno más
sobre las dichas relajaciones; y al cumplimiento y firmeza referida de este Instrumento y
de lo que en él asi viene referido obligan y obligaron al dicho don Pedro Rengifo su
persona y bienes y el dicho don Nicolás de Francia los de dicha Compañía han y por
haber, sin que esta obligación general derogue la especial que el dicho don Pedro
Rengifo lleva hecha de dichas casas y oficinas y tierras, ni esta especial a la general,
sino que de ambos efectos se pueda usar a un mismo tiempo.
Y entre ambos los susodichos daban y dieron poder cumplido a loa señores jueces y
justicias que de sus causas respectivamente puedan y deban conocer para que, a lo dicho
es y viene referido, les compelan y apremien y a quien más, en todo tiempo, fuera parte
por la referida Compañía, por todo rigor de derecho y vía ejecutiva y como por
sentencia pasada en autoridad de cosa juzgada sobre que renuncian y renunciaron las
leyes, fueros y privilegios a su favor y que de nuevo ganaren y la general en forma y sus
propios fueros, jurisdicción, domicilio y vecindad y la ley si convenerit de Jurisdicione
omnium judicum pragmática de las sumisiones. Y asi lo dijeron, otorgaron y firmaron
de sus nombres en este Registro, siendo testigos presentes a su otorgamiento don
Francisco Areste y Reina, Pedro García Espinosa y Vicente Antonio de GoizuetB,
vecinos y residentes en esta ciudad.
Nicolás de Francia
Ante mi
José Antonio Gascón Escribano público" (IV).
(IV) Registro Principal. Escríbanlas. Año
Recibida por el Gobernador Don Martín de Lardizabal la citada Real Orden, que le llegó
en la fragata "Nuestra Señora del Coro" de la Guipuzcoana, comunicada en pliego del
Excelentísimo Sr. José Patino, Secretario de Estado, procede a tomar las providencias
necesarias para su debido cumplimiento, como vemos se efectúa por los folios que
siguen, y es reconocido en el siguiente documento de la misma colección fechado en
Madrid, a 19 de marzo de 1737 según el cual se toma en cuenta que el Ingeniero Don
Juan Gayangos Lascarry y el Castellano del Presidio de La Guaira, Don Antonio de
Inza, han concluido los planos y relaciones pedidos en la Real Orden anterior, como el
envío de dichos documentos* 31). El 30 de septiembre de ese mismo año de 1737, llegó
a La Guaira para hacerse cargo de la gobernación de Venezuela don Gabriel José de Zu-
loaga, natural de Fuenterrabia (Guipúzcoa) y "Dos años llevaba activando los trabajos
de fortificación de La Guaira y Puerto Cabello, muy descuidadas por Lardizabal" al
decir del historiador Sucre ("Gobernadores y Capitanes Generales de Venezuela")
cuando pocos días después de haber sido amenazado el puerto de La Guaira por un
buque inglés, fue atacado por tres naves de la misma nacionalidad al mando del capitán
Waterhouse. A creer al cronista Terrero( 32), estaba dicho puerto tan indefenso y
exhausto de municiones y fortalezas, que "por un milagro visible de Dios no quedó...
hecho presa del inglés". Ignorábase en Caracas el rompimiento de esta guerra, cuando el
día 22 de octubre de dicho año (1739) la dieron su primer ataque; pero duró este
combate pocas horas, asi por el corto armamento que trajo el enemigo, como por el
vigoroso recibimiento y resistencia que le hizo el puerto".
De las declaraciones que siguen se deduce, entre otras cosas, que, por lo tocante a las
fortificaciones, las cosas dejaban mucho que desear. Según el primer declarante, "...las
fortifica' clones... están todas arruinadas de muchos años a esta parte... y por lo que lleua
expresado del estado de la Plaza y de sus Baluartes, juzga por preciso a fin de resistir
qualqra. otra inva-cion, no solamte. revocar y reparar todos los Baluartes... y hazer
nuevos parapetos en todos... sino que asegurarse de qual-quier insulto que puedan
intentar los muchos Piratas y Cor-zarios q. suele hauer en tiempo de Grra... cerrar la
Plaza por la parte de la mar y los dos Caminos... con murallas de tierra... juzgando así
mismo el que declara ser muy esencial poner en estado el reducto del Gauilan". Termina
diciendo que la plaza ha estado "...de veinte años a esta parte abandonada por no
hauersele hecho ningún reparo" y que el puesto del Zamuro "... tiene necesidad de algún
reparo prompto para que no se ynutilize totalmente por lo maltratado que está". Todas
las declaraciones que siguen están contestes en este punto, entre ellas la del Factor de la
Real Compañía Guipuz-coana Don Juan Nicolás de Guillisasti, quien dice que "...por lo
respectiuo al todo de las fortificaciones de esse dho. Puerto, pareze al que declara
bastantemente arruinadas, según se re-conoze a la Vista... Pareciendole asi mismo mui
Importante por todo lo expuesto, y lo que pueda ocurrir en nuevas imbacio-nes de
enemigos, el que dhas. fortificaziones o ouestos se reparen, como asi mismo ser mui
esencial y aun preciso quese construia la Muralla correspondiente por la parte de la mar
respecto a hallarse la que actualmente esta toda demolida y al suelo y por ello no poaer
los vecinos de este Puerto en qualquiera otra función empeñarse a la deíensa deel,
parecíéndole muí Importante asimismo el que se reparen los Puestos de Colorado,
Samuro y Gauilan por lo deteriorado que a Visto el declarante que están..."
El resultado de estas declaraciones es un auto que Inmediatamente sigue del gobernador
Zuloaga, en el que expresa que: "Vista la Información antezete. y mediante a resultar de
ella que las obras de las fortificaciones deeste Presidio se hallan en el deterioro o Ruyna
que es notorio... y ser muy preciso dar la mas prompta prouidencia que pide el presente
caso, para que luego y sin dilación se hagan algunos reparos en ellas por los
acontesimientos que se pueden ofreser en la estación presente, para que tenga efecto con
la formalidad que combiene, respecto de no hauer en esta Proua. mas que un Ingeniero
de S. Magd, que lo es Dn. Juan Gayangos, y aeste no poderlo por ahora apartar de la
fortificación de Puerto Cauello a donde es su destino, assi por la falta que haría en las
presisas obras deella, que con lamayor breuedad se necesita su conclusión, como por el
riesgo de alguna Im-basion délos de dha. nación Inglesa aque quedaría expuesta
faltando su personal asistencia y hallarse en este Puerto al presente Dn. Lorenzo Rosel
de Lugo Thente. de Thesorero Oífl. Real persona que entiende y es expedita en el arte
munitoria por cuya circunstancia en otras ocasiones se ha he-chado mano deel susodho.
para cosas tocantes a las obras de dha. fortificación de Puerto de Cauello; Debia de
nombrar y nombro al referido Dn. Lorenzo Rosel y Lugo para el reconosimto. de todas
las fortalezas y puestos de este dho. Puerto a efectos de que exponga las obras y reparos
q, según la referida estación y ocasión presentes son presisas e inexcusables hazerse en
dhas. fortalezas y puertos.. "
Ante ésto, era natural que Zuloaga, al mismo tiempo que ordenaba las medidas de
represalia que principalmente habrían de recaer sobre las cajas del Asiento de Negros, y
mandaba publicar su auto "a usanza militar" en Caracas, "como en las demás Ciudades,
Villas, Pueblos y Puertos desta Proua.", acelerase sus preparativos de defensa. Pero era
también llegada la hora de que las autoridades de la metrópoli se dispusiesen a colaborar
en esa defensa con algo más que meros documentos. Es la hora en que vemos entrar en
escena a Don José de Iturriaga.
Iturriaga era natural de la villa de Azpeitia (Guipúzcoa), donde habla nacido en el mes
de diciembre de 1699. Sentó plaza de guarda-marina en 1718, y en 1733 fue nombrado
Teniente de Navio. Según Ramos Pérez (35), era caballero de Santiago, había
desempeñado el cargo de Alcalde en su villa y, más tarde, el dé Diputado General de
Guipúzcoa. Y, en el "Informe" de Alvarado, del que tendremos ocasión de ocuparnos en
la tercera parte de este trabajo, leemos que: "Iturriaga acababa de venir de ser Director
de la Compañía de Caracas donde había pasado en tiempo del secretario del Despacho
Don José de la Quintana, con honores de Capitán de Fragata, por haber servido antes en
la Real Armada en calidad de Teniente de Navio cuya carrera interrumpió para casarse
en Vizcaya su Patria".
"Por el mes de Febrero de 1742, hallándose la ciudad de Cuba bloqueada por los
ingleses, acordó S. M. reforzarla con el socorro de dos regimientos, destinado para ello
al de infantería de Portugal y al de Dragones de Almansa, y encomendó por sus
RR.órdenes esta nueva expedición a la Compañía que efectivamente la dispuso por
cinco navios propios nombrados "Nuestra Señor» del Coro", '^San Ignacio", "San
Sebastian", "San Joaquín" y "San Antonio"; y por dha, Real Orden cometió S. M, el
mando de ellos al primer Director de la Compañía, Capitán de Fragata que era entonces
de la Real Armada". "Habiéndose hecho a la vela en el puerto de Pasage, llegaron a su
destino después de un combate de más de nueve horas que tuvieron en el viaje con
navios de guerra ingleses; y desempeñada esta comisión, según las ordenes de la corte,
conduxo él citado Director (Iturriaga) los navios de su mando a Caracas donde sirvieron
su artillería y tripulaciones para la defensa de los puertos de La Guaira y Puerto Cabello
en los tres combates que padecieron...".
Por el mismo Iturriaga, según lo hace constar en el citado "Manifiesto", sabemos que en
una goleta de la Compañía que arribó a La Guaira el 2 de Febrero de 1743, llegaron a
Caracas no sólo pliegos y órdenes de S. M., dando cuenta del gran armamento inglés
que contra estas costas se estaba preparando, sino también una buena provisión de
armas. Todo esto "llegó a tan buen punto por los navios, artillería, municiones y gente
numerosa que alli tenia de los del mando del referido Director, que al punto, con este
gran socorro, la guarnición de La Guaira y las Milicias de la ciudad de Caracas y su
distrito, tomó las correspondientes medidas para la gloriosa defensa que se hizo.
Levantáronse las baterías necesarias que fueron guarnecidas con la artillería de los
navios de la Compañía y construyó ésta en Puerto Cabello, a su propia costa, las
baterías de Santa Bárbara, San Ignacio y San José, sin escasear cuanto se necesitó... para
las muchas obras que se hicieron" balandras cargadas de pólvora y municiones, que
escaparon hacia Puerto Cabello, y situándose él en el baluarte de la Trinchera, esperó"
"Mientras tanto en Caracas reinaba gran actividad militar : la culebrina del cuerpo de
guardia principal había dado la voz de alarma; las cajas de guerra y los clarines tocando
generala, convocaban a los milicianos, que acudían a la Plaza Mayor, donde
inmediatamente eran armados y organizados en compañías que se acuartelaban; los de
los pueblos vecinos llegaban ya con sus oficiales. A las seis de la tarde, todo estaba listo
para la marcha, y con el Capitán General y un numeroso Estado Mayor, salió para La
Guaira el ejército dividido en diez compañías".
Haremos gracia de los detalles del combate, que continuó por los días 3, 4 y 5, hasta la
retirada de los ingleses, el día 6, con cuantiosas pérdidas. "Pero —nos dice el cronista
Terrero, en su pintoresca verba— no por esto desiste y desvanece el caprichudo inglés
los obstinados designios que tiene formados sobre esta provincia; nada lo detiene, ni la
pérdida de sus bajeles, ni la muerte de su almirante y de sus mejores tropas, ni lo
infausto de sus acometimientos, ni lo adverso de los sucesos, ni la inexpugnable
resistencia que halla en ella lo hace mudar de sistema. Retírase al puerto de Curazao a
reparar sus bien considerables quiebras, pone su armada en cuarenta días en la
disposición de volver a acometer y bien pertrechado de víveres y municiones, que
condujo en doce balandras holandesas, vuelve a atacar la provincia con más saña y
empeño que nunca, el día 27 de abril y 5 de mayo de este mismo año, no por el puerto
de La Guaira sino por el de Cabello...". Pero "...allí encontró la misma heroica
resistencia que en La Guaira, mas, con mejor fortuna, logró ventajas; y ya se
desconfiaba del triunfo entre los defensores de la plaza, cuando llegó Zuloaga con
nuevas tropas. Reanimado el combate con la presencia del gobernador, no pudo el
enemigo resistir el formidable empuje de las milicias de Aragua, mandada por los
hermanos Lorenzo y Gaspar de Córdoba; y por segunda vez, íué derrotado el inglés con
grandes pérdidas"
Ya Sucre apunta esta divergencia y parece tomar partido cuando escribe: "Algunos de
nuestros historiadores han atribuido a Zuloaga y a Iturriaga la gloriosa defensa de La
Guaira en 1743, dejando a Gual en tercer lugar; pero de los documentos oficiales, las
cartas particulares y las narraciones de la época, que he visto, resulta que cuando llegó
Zuloaga en la madrugada del 3, ya el inglés estaba derrotado, aunque no se retiró
definitivamente hasta el 6" (41). Claro es que esto, en todo caso, nada tendría que ver
con la actuación de Iturriaga quien, desde el primer momento, intervino en la acción, en
estrecha colaboración con Gual, aunque pudo haber después divergencias que llegaran,
con el tiempo, a cristalizar en aquella enconada adversión que, como veremos en la
tercera parte de este trabajo, Gual manifestó hacia el guipuzcoano. Peores son aquellas
especies echadas a volar por algunos, como Juan Francisco de León, quien, en su
manifiesto contra la Guipuzcoana, a raíz de su sublevación, echa en cara a los de la
Compañía el haber huido cobardemente de sus puestos, atribuyéndose luego la victoria,
que sólo al valor de la guarnición y a las milicias del país fue debida. Conviene
enfrentar a este lenguaje apasionado el sereno del propio Iturriaga, quien, después'de
referirse a los preparativos de defensa que por la Compañía se hicieron, dice: "Así se
recibió al enemigo para el reñido combate que con 17 velas mandadas por el Gefe de
Esquadra Knolles, dio a La Guaira en 3 de marzo del citado año de 1743... hasta que el
estrago que por instantes crecía en sus navios y gente, por el vivo incesante fuego de la
Fortaleza y Baterías de aquel puerto, le obligó a desistir del empeño ..". y refiriéndose
luego a lo de Puerto Cabello: "...en los dos sangrientos ataques que dio (el inglés) los
días 27 de abril y 5 de mayo inmediatos, fue tan gallarda, tan constante y valerosa la
defensa que hicieren la guarnición de aquel puerto, las Milicias del país y la gente que
tenia allí la Compañía, que si en la primera empresa fue vencido el enemigo, no lo
quedó con menos afrenta y quebranto en estas dos...". Este nos parece el lenguaje de la
verdad, el que, por otra parte, corresponde con testimonios dignos de crédito, como el
de la "Relación..." (42), por el que sabemos que, de las tres fragatas de comercio que
estaban ancladas en el puerto cuando el combate, se trajo a tierra.. . la gente de la
tripulación, por ser muy precisa para el uso de la artillería", y que en el servicio de los
cañones ".. .soldados de la tropa de España, hombres de mar, y particulares... y todos
con singular esfuerzo procuraron señalarse y cumplir exactamente las órdenes que
recibieron del comandante...". Y en el "Viaje . ." de Depons (pág. 171), leemos ésto:
"Una escuadra inglesa, dice la Historia Eclesiástica de Venezuela (del Padre Tamarón)
atacó a Puerto Cabello el 27 de abril de 1743, pero la artillería estuvo tan bien servida
por los vizcaínos establecidos en la ciudad, que los ingleses fueron rechazados con
grandes averias en sus naves". Añadiremos que esta es la conducta que convenía a los
paisanos de aquel Blas de Lezo, que dos años antes, en 1741, tan heroicamente se había
distinguido en la defensa de Cartagena contra esos mismos ingleses, y que era ya de
tradición en los marinos vascos, desde los lejanos tiempos de Winchelsea.
"Relación de la gloriosa y singular victoria que han conseguido las armas de S. M.
Católica contra una escuadra británica que Invadió el día 2 de marzo de 1743 la plaza de
la Guaira, comandada ésta por don Mateo Gual y aquélla por don Carlos Know.
se recibió al enemigo para el reñido combate que con 17 velas mandadas por el Gefe de
Esquadra Knolles, dio a La Guaira en 3 de marzo del citado año de 1743... hasta que el
estrago que por instantes crecía en sus navios y gente, por el vivo incesante fuego de la
Fortaleza y Baterías de aquel puerto, le obligó a desistir del empeño ..". y refiriéndose
luego a lo de Puerto Cabello: "...en los dos sangrientos ataques que dio (el inglés) los
días 27 de abril y 5 de mayo inmediatos, fue tan gallarda, tan constante y valerosa la
defensa que hicieren la guarnición de aquel puerto, las Milicias del país y la gente que
tenia allí la Compañía, que si en la primera empresa fue vencido el enemigo, no lo
quedó con menos afrenta y quebranto en estas dos...".
Este nos parece el lenguaje de la verdad, el que, por otra parte, corresponde con
testimonios dignos de crédito, como el de la "Relación...", por el que sabemos que, de
las tres fragatas de comercio que estaban ancladas en el puerto cuando el combate, se
trajo a tierra.. . la gente de la tripulación, por ser muy precisa para el uso de la artillería",
y que en el servicio de los cañones ".. .soldados de la tropa de España, hombres de mar,
y particulares... y todos con singular esfuerzo procuraron señalarse y cumplir
exactamente las órdenes que recibieron del comandante...". Y en el "Viaje . ." de
Depons, leemos ésto: "Una escuadra inglesa, dice la Historia Eclesiástica de Venezuela
(del Padre Tamarón) atacó a Puerto Cabello el 27 de abril de 1743, pero la artillería
estuvo tan bien servida por los vizcaínos establecidos en la ciudad, que los ingleses
fueron rechazados con grandes averias en sus naves". Añadiremos que esta es la
conducta que convenía a los paisanos de aquel Blas de Lezo, que dos años antes, en
1741, tan heroicamente se había distinguido en la defensa de Cartagena contra esos
mismos ingleses, y que era ya de tradición en los marinos vascos, desde los lejanos
tiempos de Winchelsea.
El segundo punto que nos resta considerar es el de los propósitos de Inglaterra en esta
campaña y el embarazo que para cumplirlos encontraban en la existencia de la
Compañía. Es algo que, más elocuentemente que ningún alegato, nos habla de la real
importancia de ésta.
En la "Relación" citada, hacia el final, encontramos esto: "La voz más común entre los
ingleses, holandeses y judíos, es que esta guerra es por los vizcaínos, para cuyo efecto
han escrito a esta Provincia 52 cartas, ofreciéndoles grandes conveniencias para que les
ayuden a destruir la Compañía Guipuzcoana que dicen que la orden que traen de su rey,
es hacer otra nueva colonia".
Pero que esas cartas y propaganda inglesa existieron y de cómo en ellas se apuntaba
contra la Compañía, lo podemos deducir muy bien de el "Journal of the expedition to La
Guaira and Porto Cavallos -.", donde pueden leerse párrafos como éste: "... to let the
inhabitants of the Country know that the English did not come there to take from them
their Rights, Religión o Liberties but that they would from us enjoy them with greater
certeinty, and more Hapiness, than when under the Tyranny and Cruelty of the
Guiapesco (sic) Company, which we were now come to rid them of. We
El título completo de este folleto, del cual puede verse un ejemplar en la Biblioteca
Nacional, es como sigue: "Journal oí the expedition to La Guaira and Porto Cavallos to
the West-Indies, under the command of commodore Knowles, in a letter from an officer
on toard the "Burford" to his friend at London, Prin-ted for J. Robinson at the Golden
Lyon in Ludgate-street. 1744". were by this order to make Prize oí every thing on shore
or afloat that belonged to the said Company"
Pero, si para los ingleses la Compañía era el principal enemigo con que tropezaban en
sus propósitos sobre Venezuela, donde tan ventajoso comercio ("so advantageous a
Trade...") pensaban establecer, el interés de los holandeses por la destrucción de la
Guipuzcoana no había decaído del que tan electivamente mostraron al fomentar la
insurrección de An-dresote. Ello está patente también en las siguientes palabras del
anónimo oficial del "Burford": "The Dutch Merchants seemed to nave the expedition at
Heart, and offered the Com-modore to raise four o íive hundred stout Men, as they ca-
lled them. with sloops to carry them... This, you may be-lieve, Mr. Knowles readily
consented so. ."
PREVENCIONES DE ITURRIAGA
Ante este clima de constante amenaza, y a pesar del éxito de las acciones de La Guaira y
Puerto Cabello, parece natural que su propio interés, bien entendido, llevara a la
Compañía a encargarse, como escribe el mismo Iturriaga, de "...la conducción de
grandes prevenciones de artillería gruesa de a 24, 18 y 12 con provisión de pólvora,
armas y demás pertrechos necesarios para la defensa, los cuales los envió, en efecto, a la
mayor diligencia, en quatro navios para hacer conocer a los habitantes del país que los
ingleses no hablamos Ido allí a despojarlos de sus derechos, religión y libertades, sino
que gozarían con nosotros de mayor seguridad y mas felicidad que bajo la tiranía y
crueldad de la Compañía Oulpuacoana de la que íbamos ahora a librarles. Teníamos que
apresar todo lo perteneciente a dicha Compañía, ya en la costa ya t flote".
"En dho. Puerto de la Guaira en los dhos. dia mes y año en procecuzon. déla
información mandada hazer por el auto proueido en estos su señoría dho. Sr. Govor. y
Capn. Geni, de esta Prouincia hizo comparezer asu presencia a Dn. Jo-seph de
Otamendi recidente en este dho. Puerto a quien por ante mi el essno. lo reciuio
Juramento que hizo por Dios y la cruz en forma socuio cargo prometió decir verdad
délo que supiere y le fuere preguntado y siéndolo al thenor de los particulares del
referido auto que le fue leído y enterado de todo Dijo, que hauiendo hecho señal el
Bexia del Puesto que llaman del Samuro, la mañana del dia veinte y dos del presente
mes, como entre las ocho y nueve de ella, de tres embarcaciones por Barlovto. de esse
dho. Puerto, pasó el declarante con un Anteoxo al Baluarte que llaman de la trinchera y
se mantubo en él reconociendo las referidas Embarcaciones, hasta cosa de las doze y
media que se retiro asu Casa a Comer y boluio Cerca de las dos horas al mismo puesto y
estubo en el hasta q. dhas. embarcaciones propasaron el dho. Baluarte por Sotavento con
cuio motiuo bio y obseruo el que declara lo que hira relacionando: A la hora que
expresa hauer llegado al Baluarte bio y reconoció alos dhos. tres nauios como a
distancia de quatro leguas largas Proa al Puerto los dos de ellos a son de Bathalla sobre
las Gauias y el tercero a todo trapo no se pudo por la distancia y benir a Proa
reconozerles Banderas y en esta misma disposición los dejo nauegando quando se retiro
a comer; Ala hora que boluio como expe. hallo que se hauian azercado los nauios a
distancia de dos leguas y media poco mas o menos del Pto. con el mismo Rumbo y
disposición de aparejo y pareciendo al Cwiallero Castellano de esse dho. Puerto podían
oír el cañón | de la Plaza, disparó sin bala a cuia señal no hicieron caso nauios sino
proseguir su derrota; Dispáreseles otro caño-| DÚO tamen. sin bala y entornes se
atraueso el primero que , como para enseñar la Bandera que por entonces como
flameava a falta de viento no se pudo distinguir de que fuese y en esta disposición
atrauesado espero a que azercasen mas los otros dos de conserua y como he-Bote pa.
tierra seles disparo tamen. otro cañonazo
"En dho. Puerto de la Guaira en los dhos. dia mes y año en procecuzon. déla
información mandada hazer por el auto proueido en estos su señoría dho. Sr. Govor. y
Capn. Geni, de esta Prouincia hizo comparezer asu presencia a Dn. Joseph de Otamendi
recidente en este dho. Puerto a quien por ante mi el essno. lo reciuio Juramento que hizo
por Dios y la cruz en forma socuio cargo prometió decir verdad délo que supiere y le
fuere preguntado y siéndolo al thenor de los particulares del referido auto que le fue
leido y enterado de todo Dijo, que hauiendo hecho señal el Bexia del Puesto que llaman
del Samuro, la mañana del dia veinte y dos del presente mes, como entre las ocho y
nueve de ella, de tres embarcaciones por Barlovto. de esse dho. Puerto, pasó el
declarante con un Anteoxo al Baluarte que llaman de la trinchera y se mantubo en él
reconociendo las referidas Embarcaciones, hasta cosa de las doze y media que se retiro
asu Casa a Comer y boluio Cerca de las dos horas al mismo puesto y estubo en el hasta
q. dhas. embarcaciones propasaron el dho. Baluarte por Sotavento con cuio motiuo bio
y obseruo el que declara lo que hira relacionando: A la hora que expresa hauer llegado
al Baluarte bio y reconoció alos dhos. tres nauios como a distancia de quatro leguas
largas Proa al Puerto los dos de ellos a son de Bathalla sobre las Gauias y el tercero a
todo trapo no se pudo por la distancia y benir a Proa reconozerles Banderas y en esta
misma disposición los dejo nauegando quando se retiro a comer; Ala hora que bolillo
como expe. hallo que se hauian azercado los naulos a distancia de dos leguas y media
poco mas o menos del Pto. con el mismo Rumbo y disposición de aparejo y pareciendo
al Cauallero Castellano de esse dho. Puerto podían oir el cañón, de la Plaza, disparó sin
bala a cuia señal no hicieron caso k» nauios sino proseguir su derrota; Disparoseles otro
cañonazo tamen. sin bala y entonzes se atraueso el primero que tenia como para enseñar
la Bandera que por entonces como no flameava a falta de viento no se pudo distinguir
de que nación fuese y en esta disposición atrauesado espero a que Riele azercasen mas
los otros dos de conserua y como hetallan Bote pa. tierra seles disparo tamen. otro
cañonazo tamen. sin bala al qual el Naulo segundo armo el Bote qué le traía al costado
en el agua con la Lancha, como asi mismo los otros dos nauios desde que se dejaron ber
y quando se presumió era para venir al Puerto, pasó por la Popa hablar y comunicarse
con el primero; A tiempo que estubo asi atra-uesado reconoció que venia la Portería
vaja leuantada y la Batería fuera y que después que se comunicaron los dos nauios por
medio del Bote pusieron Proa a tierra acordonados el primero con el Bauprés del
segundo sobre la Popa; y asi que por ese mouimiento y disposición se certifico dho. Ca-
uallero Castellano benian a combatir empezó atizarles con Bala, y continuo hasta siete u
ocho tiros antes que los nauios empezasen a disparar lo que hicieron llegados que fueron
a proporcionada distancia y horas como las dos y media alas tres y entonzes se
reconoció distintamente el color de las Banderas que heran azul y Quartel de armas
inglesas con las barras azules y coloradas en fondo Blanco devajo del cual Pa-uellon
continuaron el comvate contra la Plaza hasta que llegaron sin viento y con solo el
trapaleo de las Belas disparando todos tres nauios las Baterias de la Banda de Bauor y
hallándose el nauio que siempre vino delantero bien aterrado sobre la punta que llaman
Gorda fondeo con Una ancla y armando sus embarcaciones menores las hecho por la
Proa a aiudar que el nauio hiziese caueza ala Mar, y cortando el chicote del Cable fue
saliendo fuera ayudado de un poco de viento de tierra que a este tiempo salto y que
serian como a las cinco y media de la tarde y tirando las Baterias de la Plaza con la
Artillería de la banda de estrívor le siguieron los otros dos, el Porte de dhos. nauios al
parecer son los dos que desde el principio se vieron al son de batalla de a mas de a
setenta Cañones y el tercero de cosa de sesenta sus calibres, por lo que ha reconocido y
aun pesado las balas que harecojido son de veinte y quatro diez y ocho, doze y ocho
libras pareciendoles al declarante que el daño que estas hicieron no es considerable en
medio de que no se libraron las mas de ellas de tener alguna avería, respecto según
puede decir le parece asi mismo hecharían pasados de mil Cañonazos; Y que por lo
respectiuo ala Ruina que hicieron en dho.
El día 2 de Marzo se dejaron ver, como a las 7 de la mañana, cuatro leguas a barlovento
de la Guaira, siete navios de 70 a 50 cañones, cuatro fragatas, una lombarda, un
paquebot, cinco balandras y una goleta frustrándose, por medio de su recalada, la
prevención del Gobernador de esta Provincia que tenia puestos vigias en toda la costa
hasta el cabo de Quadera por lograr, con la anticipación posible, noticias, en caso de
descubrirse enemigos. Entendida esta novedad en Caracas por dicho Gobernador, en
virtud de la señal hecha en la Guaira aquella noche habiendo dado las mas acertadas
disposiciones para que otras cuatro ocupasen los puestos precisos y más ventajosos en la
inmediata Costa de Sotavento y de los caminos que van a aquella ciudad para que, si los
enemigos intentasen hacer algún desembarco e internar, encontrasen quien los rechazase
y escarmentase.
A las doce del día, dieron fondo debajo del tiro de fusil de las baterías de la Guaira, los
siete navios formando con ellos una linea paralela y, algo mas a sotavento, las cuatro
fragatas, el paquebot y la lombarda, manteniéndose a la vela las balandras y goletas.
Antes de que dieran fondo y conforme fueron entrando a medio tiro de cañón,
empezaron el fuego las seis baterías pequeñas del lugar y habiendo dado fondo
correspondieron todos los navios y fragatas con un fuego muy vivo acompañado de
muchas bombas comunes y otras incendiarias que arrojaban sin cesar la lombarda y una
fragata que traía morteros; pero el bien ordenado fuego de nuestras baterías, y acierto de
los artilleros sobre que se les hicieron varios y repetidos encargos, pusieron a los navios
fuera de estado de continuar el combate y, por este motivo, se hicieron a la vela,
abandonando sus anclas, como a cosa de las cinco de la tarde, haciendo todos tres
morrón en señal de grave incomodidad y se reparó que el uno de ellos cayó mucho
sobre la banda opuesta al costado con que hizo fuego a nuestras baterías por haber
pasado a aquella banda toda su artillería para descubrir mejor el costado que, sin duda,
tendría abierto a la lumbre del agua.
Los demás navios, continuaron el fuego con el mayor íesón fíasía ías siete y diendo
resistir la buena puntería y diligencia de nuestros artilleros, picaron igualmente sus
cables y abandonando las anclas se hicieron a la vela, siendo muy notable que en medio
de un fuego tan grande en que dispararían los enemigos mas de diez mil cañonazos, con
muchas bombas de todas especies, perecieron solamente cuatro artilleros y de estos
solos dos mataron sus balas, pues los otros dos se desgraciaron en el manejo de nuestros
cañones. Tuvimos algunos heridos de leve cuidado. Con una de sus bombas
incendiarias, lograron los enemigos dar fuego al almacén de la batería de S. Jerónimo
servida por 50 marineros de la Real Compañía y aunque no pudieron apagar el incendio
por faltarles el agua por estar en un alto lograron preservar porción de pólvora, y
algunas granadas que en él había a excepción de 18 cartuchos que contenía un cajoncito
en cuya inmediación cayó la bomba, alguna cuerda mecha y 50 quintales de Bizcocho.
El día 3 amanecieron anclados como a tiro y medio de cañón de las baterías del lugar la
Capitana, dos navios, la lombarda, y la fragata con morteros y a la vela dos balandras y
la goleta y se observó que en los costados de los navios había diferentes planchas y que
a la Capitana que estaba muy maltratada se le había cerrado de firme una porta de la
batería baja: Igualmente se vio que se ajustaban diferentes tapa balazos y que un navio
estaba desarbolado del mastelero de sobre mesana. Este día destribuyó el Gobernador la
gente que la noche antecedente había traído de Caracas y 100 hombres mas que llegaron
aquel día para cubrir los puestos que juzgó necesarios, recorriéndolos todos,
acompañado de D. José de Iturriaga y D. Mateo Gual, providenciando cuanto era
menester para recibir los enemigos en caso de nuevo ataque; hizo que se reformasen las
baterías del lugar con fajinas y tierra; que se llenasen cartuchos, y que se distribuyesen
con abundancia a los puestos para que estuviesen prontos a hacer un vivo fuego en caso
necesario.
El día 4 volvió el Gobernador a Caracas para sosegar aquel pueblo que se havía
consternado por una falsa voz que se esparció en él, de que los enemigos habían
desembarcado en Carayaca y que se dirigían a aquella ciudad por el camino de Agua
Negra. Aquel día se mejoró la lombarda y se incorporó a los enemigos una fragata y a
las cinco de la tarde empezaron la lombarda y fragata con morteros sus fuegos y los
prosiguieron hasta las seis de la mañana. como a las tres de la mañana, se notó que uno
de tres navios que había en el Puerto, cargado de cacao de cuenta de la Real Compañía
Guipuzcoana, hacía algún movimiento para tierra, y creyéndose que los enemigos
amparados en la obscuridad de la noche podían haber venido & sacarlo o quemarlo, se
dispuso qué se disparase un cañonazo de metralla y habiendo reparado que no hacía
nuevo movimiento se dejó de hacerle mas fuego y luego que vino el día se reconoció el
verdadero fundamento de este recelo encontrándose cortadas las amarras de dicho navio
que había quedado asegurado en una amarra secreta que así a este como a los otros dos
se les había echado a prevención advertida por D. José de Ituniaga, manifestando éste su
celo la importancia de la amarra; y a bordo del dicho navio se hallaron algunas hachas,
armas, dos mechas encendidas y un barrilillo de brea y alquitrán con otros mixtos con lo
cual se evidenció que los ingleses havían intentado sacar o quemar dicho navio y que el
cañonazo disparado tan a buen tiempo les había obligado a abandonar esta empresa.
A las siete de la noche, empezó la lombarda sus fuegos de bombas de todas especies y
lo continuó hasta las diez, sin ocasionar la menor desgracia. A las once se notó que la
escuadra inglesa se hacía a la vela valiéndose de las sombras para ocultar mas vien con
ellas la vergüenza que le causaba abandonar la empresa con tanto daño propio intentada;
Pero no bastándole para alejarse el poco viento terral que a la sazón soplaba, volvió a
dar fondo poco mas afuera del paraje de que se levó y luego que amaneció el día 6, se
hizo a la vela para sotavento de manera que, a las nueve de la mañana, havían doblado
todas sus embarcaciones el Cabo Blanco.
Los diferentes fragmentos de tablazones de todas especies que la resaca ha echado a las
playas de este lugar acompañados de muchos cadáveres y una lancha, tres botes y
diferentes armas que se encontraron en la playa de Maiquitia acreditan muy bien el
grande quebranto que los enemigos han padecido en sus navios y tripulaciones; pero
evidencian mucho mas destrozo los despojos que han ido dejando en toda esta costa que
llegaron hasta la playa de Morón sotavento de Puerto Cabello donde se encontraron dos
botes, una bomba, un mastelero grande y otro de juanete con diferentes perchas,
votalones y otras presas del servicio del navio.
Se ha sabido, por cartas escritas por personas fidedignas de la Isla de de Curazao y por
otros que también vinieron de allí a quienes se les recibieron sus declaraciones que, el 5
del expresado mes de Marzo entraron en aquel Puerto seis embarcaciones de esta
escuadra, a saber el navio Almirante de 70 cañones, otro de 60, otro de 54, un paquebot
de 18 cañones, otro de 12 y una balandra.
La Almiranta llegó pidiendo favor, sin lanchas botes ni anclas con seis pies de agua
sobre su lastre, y 55 balazos en el costado de la lumbre del agua y arriba, el palo del
trinquete rendido sin mas palo de mesana.
El de 54 entró sin tajamar, verga de sevadora y con una serviola menos porque se la
había roto.
El paquebot de 18 cañones tripulado con 130 hombres avistó en la costa una fragata de
la Real Compañía Guipoz-coana llámala la Sta. Teresa y se destacó para darle caza y
habiéndola alcanzado la atacó y vino con ella por espacio de tres horas, pero la fragata,
mandada por D. José de Itu-rralde, sin embargo de que no tenía mas de 30 hombres, le
hizo fuego con tal aire que obligó al paquebot a retirarse, con pérdida de 17 hombres
muertos y mas de 30 heridos y sin haber tenido esta fragata mas que tres hombres
heridos en esta función.
Los dos de 60 cañones tenían mas de 80 balazos y algunos los bandeaban, uno de estos
navios tenía roto el palo mayor y ceñido desde' la fogonadura hasta los vaos con una
rueca y los restantes entraron con bastante daño, de forma que, entre todos ellos, se
contaban en sus costados 337 balazos y publicamente se decía en la Isla que había
perdido la escuadra en el ataque 900 hombres muertos, entre ellos el Segundo
Comandante que venía en la Almiranta, un Capitán de Infantería y otros subalternos y
que tuvo mas de 334 hombres heridos.
Se supo también que se habian destacado de la escuadra dos fragatas a cruzar desde la
Guaira a Puerto Cabello, para impedir los socorros que podían entrar por mar en estas
fortificaciones y las restantes embarcaciones de la escuadra aplicaban toda su diligencia
para reparar brevemente sus quebrantos, aprovechándose de los pertrechos que llevaban
de respecto y otros que se les suministraban en aquella Isla.
De allí a una hora, empezó la lombarda, que estaba anclada entre Punta Brava y una de
dichas Islas, a arrojar bombas con dirección al Castillo y los continuó hasta las seis y
media de la tarde, y los navios hicieron fuego a las fragatas nuestra "Señora del Coro" y
"San Sebastian" de la compañía Guipuzcoana, para reconocer, sin duda, si tenían
artillería respecto de que, viendo que no se les correspondía, cesaron sus fuegos.
Al amanecer del 27, empezó la lombarda, desde el mismo paraje, a jugar sus morteros y
lo continuó hasta las doce de la noche, en cuyo tiempo sólo logró introducir en el
Castillo 12 bombas de las cuales una rompió un cañón de a 12, mató tres hombres y
maltrató otros tres, pero las demás solamente causaron algún quebranto en los cuarteles
y alojamiento del Castillo.
Como a las once de la noche, se notó que los enemigos habían desembarcado gente por
la parte del este de Punta Brava en el paraje que llaman la Carraca Vieja y, según se ha
sabido por diferentes relaciones de los españoles cangea-dos, llegaron a 1150 hombres
entre tropa, marinería y reclu-tados en Curazao los que echaron en tierra que
inmediatamente marcharon por el camino de la playa con ánimo de apoderarse de la
batería de Punta Brava, pero, haciendo fuego con sus fusiles, mandó Don Martín de
Sansinenea, Comandante de los guardacostas, que mandaba aquella batería, que se
disparasen dos cañonazos de metralla, como se ejecutó, y bastaron para que los
enemigos se retirasen tan precipitadamente que, aunque fueron seguidos con el refuerzo
que se puso luego en aquella batería, solamente pudieron ser alcanzados nueve hombres,
los dos muertos, otros dos heridos y cinco vivos que se cogieron y trajeron con los
despojos que dejaron los enemigos por la confusión de su fuga y se redujeron a 40
fusiles, 26 bayonetas, siete pistolas y dos hachas.
El 28 a la tarde, a la parte del este de Punta Brava, colocaron los enemigos, en el paraje
que llaman la Calera o Carraca Vieja, un mortero de los que tenia la fragata y
estabíecieron el otro de la misma en la Punta de !a Isla de Ratones y con éste dispararon
diversas bombas a la batería de Punta Brava y, al mismo tiempo, empezó la lombarda a
arrojarlas al Castülo hasta la noche que cesaron estos fuegos, sin haver causado daño
alguno.
El 29, a las siete de la mañana, retiraron los enemigos el mortero que habían establecido
el dia antes, al este de Punta Brava.
Con el mortero puesto en la Isla de Ratones, arrojaron este día bombas a las baterías de
Punta Brava,, y San José, jugando, al mismo tiempo, la lombarda sus fuegos con
dirección al Castillo y casas del lugar, pero ni unos ni otros hicieron daños de
consideración.
El mismo día, echaron en tierra los enemigos, a la parte del este de Punta Brava, un
oficial y 40 hombres con diferentes instrumentos de gastadores y, en la inmediación de
la linea donde estaban ancladas las embarcaciones, comenzaron a abrir un ataque de
Norte a Sur lo que dio motivo para que saliesen diez lanchas de la Compañía
Guipuzcoana con gente suficiente mandada por D. Manuel de Agreda Capitán de
Infantería a reconocer las operaciones de los enemigos y hacerles el daño posible y,
habiendo llegado a distancia proporcionada, cumplieron lo que se les havía ordenado y,
después de haver hecho fuego, se retiraron a la fragata San Sebastián, sin padecer
ningún daño de los cañonazos que les disparó la escuadra.
El 2 por la mañana empezó la lombarda, como los demás días, el uso de sus fuegos que
no causaron daño considerable.
A las doce de este día entró en aquel Puerto el Gobernador D. Gabriel José de Zuloaga y
pasó inmediatamente a reconocer desde la fragata "N. S. de Coro" las obras que habían
hecho en tierra los enemigos, y sólo pudo registrar que habían construido un parapeto o
cabeza de ataque de piedra, cerca a la parte del Este de Punta Brava y que habían
cortado algunos mangles para limpiar aquel terreno que podían formar en batería, por lo
que pasó después a la cortadura o trinchera puesta al camino de Borburata para
embarazar por allí la entrada de los enemigos y habiéndola reforzado con gente, mandó
que se pusiesen pelotones avanzados y que, al mismo tiempo, pasase un cabo con 40
hombres al Puerto de Borburata para reconocer si en él habían hecho alguna obra los
enemigos, recelosos de su ejecución por ser paraje a propósito y consecuente el
principio del parapeto expresado ignorándose lo que habían ejecutado sus
embarcaciones que estaban en aquel Puerto y boca del rio.
El 3 se observó desde la fragata el Coro que habían amanecido montados dos cañones
en el parapeto referido y que estaba levantada una cabria, por cuyo motivo, mandó el
Gobernador que se disparasen algunos tiros desde el del Castillo contra aquella parte y
habiéndose observado que algunas balas daban en el parapeto y visto que no había
fuego ni se movía gente, hizo suspender el del Castillo.
Pero, no obstante esto, se mantuvo en el Castillo hasta haber dado las órdenes
correspondientes para su mejor defensa y disposiciones para aumentar los fuegos en lo
que se trabajó toda la noche.
Uno de los navios enemigos vino a remolque aquel día hasta dar fondo junto a la
lombarda que disparó sus fuegos lentamente toda aquella tarde.
El 4, hallándose continuando las obras dispuestas por el Gobernador, se levantaron, a
las 7 de la mañana, tres navios de la escuadra, pero habiéndoles faltado el viento, dieron
fondo a la parte del Norte de la Isla de Ratones que habiéndose creído con este motivo
que su intento era atacar el Castillo y baterías, dio el Gobernador las disposiciones
convenientes para recibir los enemigos, sin suspender el adelantamiento de los trabajos.
El 5, se observó, como a las once de la mañana, que se fj hablan levado todos los navios
de la escuadra y que nave-fftban hacia la parte del Castillo y baterías por lo que dio
|firden el Gobernador al Capitán de Infantería D. Juan Ferrer ¿que se hallaba dentro
desde que los enemigos vinieron a ata-f fiarlo que lo mandase, por estar D. Juan
Gallangos convale-y, al mismo tiempo, le dio al Capitán de Infantería |$, Manuel de
Agreda para que se quedase en la parte de litera que se consideraba de grande
importancia, a fin de que en ella bajo sus órdenes y luego montó a caballo e juntar las
milicias (que estaban en los cuarteles inme-al Puerto) en la Sabana del Hato del Tejar y
los di-en cuatro cuerpos mandando marchar uno dentro del del lugar, otro para refuerzo
de la guarnición de la aura de Borburata, otro a la playa a la boca del rio, y el otro se
mantuviese en la propia Sabana para acudir él a la parte que mas necesitase y, dispuesto
esto, salió playa a observar si los enemigos echaban lanchas con : para hacer algún
desembarco a lo que le persuadió el ato de haberse levado al mismo tiempo todas las
em-menores. dar, pero, no obstante esto, se mantuvo en el Castillo hasta haber dado las
órdenes correspondientes para su mejor defensa y disposiciones para aumentar los
fuegos en lo que se trabajó toda la noche.
Uno de los navios enemigos vino a remolque aquel día hasta dar fondo junto a la
lombarda que disparó sus fuegos lentamente toda aquella tarde.
las 7 de la mañana, tres navios de la escuadra, pero habiéndoles faltado el viento, dieron
fondo a la parte del Norte de la Isla de Ratones que habiéndose creido con este motivo
que su intento era atacar el Castillo y baterías, dio el Gobernador las disposiciones
convenientes para recibir los enemigos, sin suspender el adelantamiento de los trabajos.
El 5, se observó, como a las once de la mañana, que se habían levado todos los navios
de la escuadra y que navegaban hacía la parte del Castillo y baterías por lo que dio
orden el Gobernador al Capitán de Infantería D. Juan Perrer que se hallaba dentro desde
que los enemigos vinieron a atacarlo que lo mandase, por estar D. Juan Gallangos
convaleciente y, al mismo tiempo, le dio al Capitán de Infantería D. Manuel de Agreda
para que se quedase en la parte de tierra que se consideraba de grande importancia, a fin
de que mandase en ella bajo sus órdenes y luego montó a caballo e hizo Juntar las
milicias (que estaban en los cuarteles inmediatos al Puerto) en la Sabana del Hato del
Tejar y los dividió en cuatro cuerpos mandando marchar uno dentro del recinto del
lugar, otro para refuerzo de la guarnición de la cortadura de Borburata, otro a la playa a
la boca del rio, y que el otro se mantuviese en la propia Sabana para acudir con él a la
parte que mas necesitase y, dispuesto esto, salió a la playa a observar si los enemigos
echaban lanchas con gente para hacer algún desembarco a lo que le persuadió el
movimiento de haberse levado al mismo tiempo todas las embarcaciones menores.
Paro, destacó alguna parte de las milicias para que hiciesen porción de fajinas y piquetes
y se restituyó al lugar, continuándose, entre tanto, el ataque de una y otra parte, con el
mismo tesón, hasta una hora después de anochecer que los navios precisados del mucho
fuego que se les hizo picaron sus cables y abandonaron las anclas para retirarse, pero,
por faltarle el viento no pudieron en el espacio de mas de media hora salir de nuestro
tiro de cañón y se les hizo un vivo fuego con tal acierto que sus efectos se reconocieron
de tierra con bastante daño de los enemigos.
Inmediatamente que se acabó el ataque, que sería como a las ocho y media de la noche,
pasó el Gobernador al Castillo y, habiendo hallado en él bastantes ruinas en los mer-
lones y parapetos, dispuso que se reparasen, atendiendo también a la recomposición de
los demás daños que en él había disponiéndose para nuevo ataque que esperaba el dia
siguiente y, al mismo tiempo, ordenó que, para la mayor prontitud de estos reparos y los
que necesitaban las baterías exteriores, no cesasen las milicias en el corte para tener
porción de ellas de respecto y emplearlas donde fuere necesarias haciendo ánimo de
mantenerse en el Castillo toda la noche para avivar con su presencia estos trabajos, pero,
el continuo movimiento de este dia, le agravó mucho el golpe de la pierna y le apretaron
tan agudamente los dolores que se vio precisado a retirarse al lugar, a las dos de la
mañana, con bastante cuidado recelando verse imposibilitado de continuar su asistencia
en lo que tanto le llevaba la atención.
El dia 6, al amanecer, se observó que estaban fondeados los navios enfrente del Castillo,
fuera de su tiro de cañón y del de las baterías, y, a las nueve de aquella mañana, se
levaron tomando el rumbo de barvolento a excepción de uno de 70 cañones que se
sotaventó y descayó hacía el Castillo , huta estar debajo de su cañón sin poder gobernar
porque otaba muy maltratada y se le hizo desde luego un vivo fuego de nuestra parte,
lográndose el gusto de verlo bien aprovechado hasta que, con muchas lanchas que lo
remolcaron, se puso en paraje donde no podía ser ofendido de la fortificaclon ni de las
baterías exteriores y se mantuvo allí hasta repararse algo y luego fue espiando y logró
arrimarse a la Isla de Ratones.
Este día se reconoció el destrozo de los enemigos en los cascos de sus navios, palos,
jarcia, y aparejos y, especialmente, en tres de ellos que estaban faltos, uno del mastelero
mayor, otro del bauprés y verga mayor y el otro de los palos del velacho y cevadera.
También se reconoció este día, por seis personas que pasaron a la parte del Este de
Punta brava, que la batería construida por los enemigos y que tenia cañones era aparente
con el designio, según se discurrió, de contener nuestra gente en caso de que quisiesen
resistir cualquier desembarco de la de los enemigos por aquel paraje.
La tarde de este día se incorporó a la escuadra un navio que se había separado de ella
cuando salió de Curazao.
A las ocho, empezó la lombarda a arrojar bombas de todas especies a las fragatas "el
Coro" y "San Sebastian", y a las diez del dia, habiendo puesto una señal la Capitana,
cesaron estos fuegos.
Observóse, al mismo tiempo, que venia de los dos navios para tierra un bote con
bandera blanca en la proa y luego dio orden al Gobernador para que se le hiciese detener
afuera y que saliese un oficial con una falúa a informarse de la causa de su venida,
previniéndolo que si trajera alguna carta la recibiese haciendo detener el bote en el
mismo paraje. Ejecutóse así y volvió este oficial con una carta para el Gobernador
quien, por no haber hallado allí quien entendiese el idioma inglés en que estaba escrita,
volvió a mandarlo para que se informase de su contenido y para este efecto de su orden
fue su Secretario acompañado a este oficial a fin de que la trajese trasuntada, como se
hizo, sirviendo de intérprete uno de Curazao que venia en el bote y habla el castellano y
habiendo visto que era del Comandante de la escuadra y que su contenido se reducía a
proponer el cange de prisioneros ingleses por españoles que tenía a su bordo, le
respondió el Gobernador conviniendo en ello.
El 8, amaneció la escuadra en el mismo paraje a excepción de una balandra y un
paquebot que estaban en la boca del rio y la Almiranta con otro navio mas pequeño al
abrigo de la Isla reparándose de los daños recividos que les impidieron seguir las demás
embarcaciones cuando fueron a dar fondo en el puerto de Borburata y se observó que
las que en él se hallaban se estaban reparando con gran prisa.
Esta misma mañana vino a la boca del rio con bandera blanca una lancha de los
enemgios pidiendo Ucencia de parte de su Comandante al Cabo que se hallaba allí para
hacer agua para su escuadra y tropa y habiéndole respondido que no lo podía permitir,
por no tener orden para ello, se fue la lancha para su bordo diciendo que harían la agua
por íuerza y habiéndola llamado la gente de la guardia, le quitó un hombre y se lo envió
al Gobernador quien inmediatamente lo volvió reprendiendo al Cabo por aquella acción
previniéndole hiciese seña a la embarcación mas inmediata para que enviase por él y lo
llevase a su bordo.
Luego conoció el Gobernador que para estos lances se necesitaba en aquel paraje de un
oficial experto y envió uno de los de la tropa con orden de que se mantuviesen allí,
previniéndole lo que debía ejecutar en los demás que se ofreciesen y que si volviesen a
pedir agua para la escuadra respondiese que solo tenia orden para conceder una
lanchada para el Comandante y sus oficiales.
Habiendo este oficial llegado a aquel paraje, vino otro despachado por el Comandante a
pedir agua para toda su escuadra y tropa expresando que, si no se le concedía se la
sabría tornar, y preguntando el motivo que tuvo la guardia para detener al que vino
primero por ella a lo que le respondió el oficial que la agua que le permitiría hacer seria
una lancha para su Comandante y oficiales, y que ya el Gobernador había mandado
restituir el hombre que había sido arrestado, con lo que se volvió, sin querer tomar el
agua que se le ofrecía.
A las doce y media de este día vino otra lancha con bandera blanca hacia el Puerto de
Cabello y, estando a tiro de fusil, mandó al Gobernador un oficial a ella para ver lo que
quería, y volvió luego con una carta del Comandante de la escuadra diciendo remitía
siete prisioneros españoles, pero habiendo reconocido que la carta venia en idioma
inglés, sin embargo de lo que antecedentemente había pasado, y sabiendo que a su
bordo tenía personas que hablaban castellano, envió otra vez el Gobernador a este
oficial para Que se lo expresase así al Capitán de Bandera de la Capitana que era quien
lo conducía y que viese si quería dejar los prisioneros españoles y llevar los suyos, y
impuesto de esto tomó la resolución de volverse con los primeros disponiendo a su
propartida que se pasasen a la falúa unos licores y caldos, expresando que aquella fineza
enviaba al Gobernador su Comandante y que le pedía le favoreciese con unos agrios.
El 12, volvió a enviar el Comandante de la escuadra con un oficial pidiendo por gracia
se permitiese que se hiciese aquella mas de agua para su gasto, expresando que iba a
hacerse a la vela y que para el resto de la escuadra la haría en San Cristóbal a lo que
respondió el que se hallaba allí que daría parte al Gobernador para ver si condescendía
en ello y en el intermedio que volvió con el permiso entró una marejada que volcó la
lancha de modo que les fue preciso dejarla con las vasijas por haberse hecho toda
pedazos, frustrándoseles por este medio a los enemigos, aun lo que, por gracia, se les
había ya concedido.
Este dia disparó la escuadra cuatro cañonazos y a la tarde se levaron algunas de sus
embarcaciones haciendo viaje para afuera.
A la vista de los enemigos y en los dias 8 y 9 de Mayo se sacaron en Puerto Cabello tres
anclas con algunos cables, calabrotes y guindaleras, y en la Guaira, después de la
retirada de los enemigos, se sacaron cuatro anclas, no habiéndose podido lograr recoger
las demás que abandonaron en los combates, a causa de hallarse entre peñas.
Las bombas de todas especies que los enemigos arrojaron durante la invasión de aquel
Puerto fueron cerca de 900 y de ellas metieron en el Castillo como 40.
En todas las funciones hubo 30 hombres muertos entre ellos el Condestable del Castillo
y 60 heridos y en estos cuatro oficiales de la compañía Guipuzcoana nombrados D,
Antonio de Ebora, D. José de Hugalde, D. Pedro Guruchaga y D. Jerónimo Marituvarls
de los que les murieron los tres primeros y algunos otros de los demás heridos.
En las playas vecinas a aquel Puerto se halló una falúa, dos canoas, dos escalas grandes
con diferentes palos, tablas y muchos fragmentos que manifiestan los quebrantos que la
escuadra enemiga sacó de esta función en la cual y en la de la Guaira, con los hombres
perdidos de enfermedades, aseguran los prisioneros y desertores que llegaron a 200
aunque no ae sabe el N° fijo".
2. El Manifiesto de 1749.
Pero, como junto a esas deficiencias &n sus servicios mercantiles, los prestados en el
orden militar, durante estos años de guerra contra los ingleses, fueron de gran
consideración, el favor de la Corte hacia la Compañía creció y, en la medida de la
amplificación de sus privilegios, hubo de acrecentarse también el rencor y la envidia de
la antigua oligarquía caraqueña, al compás, sin duda, de la soberbia de los guipuz-
coanos, y, posiblemente, con ella, del endurecimiento de sus modos en el trato con los
naturales del país y los canarios, contrabandistas consuetudinarios. Todo ello fue
preparado el ambiente en que se incubó la revuelta de Juan Francisco de León.
La verdad es que Juan Francisco no ha sido agraviado en nada por la Compañía, como
confiesa, "yo no hallándome de ellos sentido, por parte ninguna, tiré siempre a sosegar y
mediar la gentte no agraviasen a nadie ni matar a ninguno". Verdad es también que,
siempre según Juan Francisco, "la Compañía cumpliendo lo q. ofreció a nro, rey, a la
Prova. es cómbente, no siendo juezes ninguno de ellos por lo q. se ha experimentado";
pero no es menos cierto que el clamor de sus vecinos y las cartas de Caracas le
empujaron "como que a buscarme vinieron toda la Prova.". Y, aunque su intento no fue
nunca "el reñir con los soldados del Rey mi Señor ni agraviar a nadie, por q. todos
somos basaltos suyos", hubo de encabezar el movimiento que le llevó hasta Caracas con
los tumultuados. De allí pensaba, seguramente, volver una vez presentada su petitoria;
pero, "Havdo. entrado, hize mi pedimento, y rebolviendo la Rienda a la bestia en que
iba, se armó un turbión de Gente, y se metieron en las casas Obispales". Arrastrado allá
por el empujón de la turba, allí hubo de mantenerse tres días, "y la noche de mi entrada
pr. orden del Governor y Capitán General —siempre es otro quien dispone lo que él ha
de hacer— le puso guardia a la Contaduría, y a la Cárzel, y rondas por las calles ..". Y si
otra vez actúa es porque "toda la gente vinieron y me sacaron de mi Casa, y me llebaron
a Paxarito, donde allí vine con toda la gente a hazer mi propuesta al Señor Governor ..".
Desde luego, que si un hijo suyo "fue a la tierra á dentro q. dizen fue a buscar gente, no
crea Vsa. q. yo lo mandé sino Vellacos de Caracas q. lo insistieron, y lo hizieron ir q. yo
loTnandé a Caracas...". La plebe y la aristocracia, el gobernador, "los vellacos de
Caracas", y el servicio del Rey y el amor a la Provincia, traen y llevan a este hombre
quien, si sirvió para dar nombre a la rebelión, a la vista está que, de ningún modo,
encamó ni podía encarnar lo que en esa rebellón podía haber de explosión de un
sentimiento patriótico profundo, siquiera fuese oscuro; de visión amplia de los
problemas a resolver; ni de esa voluntad incoercible que marcha recta a sus fines y que
es la médula del auténtico caudillo. El que esa carta, especie de testamento de Juan
Francisco, estuviese escrita por un hombre que se sentía ya vencido, resta poca fuerza a
lo que acabamos de decir, pues sabemos que no se trata de meras excusas o paliativos a
su conducta, sino que las cosas sucedieron, mas o menos, asi. De todas formas, no es
Juan Francisco el que interesa, sino la rebelión de la que fue bandera; rebelión a la que,
por otra parte, sólo nos referimos aquí en cuanto que ella fue motivo próximo de la
publicación del "Manifiesto" que, siguiendo nuestro estudio de don José de Iturriaga,
nos corresponde examinar aquí.
Allí estaba, desde luego, cuando el 11 de octubre de 1749 apareció el "Manifiesto que
con incontestables hechos prueba los grandes beneficios que ha producido el
establecimiento de la Real Compañía Guipuzcoana de Caracas". Este panfleto atrajo tan
rápidamente la atención del gobierno español, que "el 20 de octubre de 1749, Ensenada
escribió al fiscal del Consejo de Indias pidiendo saber si José de Iturriaga, el primer
director de la Compañía lo había firmado, por qué, y que licencia tenia para imprimir.
Tres días después el fiscal replicó Iturriaga, decía, confesaba su firma. El lo había
publicado para impugnar impresiones hechas, en la Corte o en cualquier parte, por
historias contra la Compañía, en papeles que no había visto, pero sobre los cuales tenía
segura información. Por lo que respecta a la licencia, pedía se le eximiera en cuanto a
que lo impreso era una alegación o defensa y no un libro. Como prueba de su sinceridad
en esto, había enviado, al mismo tiempo, un ejemplar al secretariado de Indias. Parece
que ninguna acción ulterior fue intentada en esta dirección
Para nosotros no hay cuestión aquí. No se trata de un monumento literario, sino de una
relación de hechos en la cual lo que cuenta, después de la verdad o no verdad de éstos,
es aquel que en posesión de los datos precisos que, por cierto, responden a años de su
propia actuación, los hace publicar y sale responsable de ellos. No se trata de despojar al
padre Gallo, o a quien sea, del mérito que le corresponda en la hábil ordenación de esos
hechos y en el adorno de que sepa revestirlos; pero, concedido ésto en cuanto a la parte
formal del documento, ha de reconocerse también que, por lo que hace a su sustancia,
ésta se halla intimamente ligada a la persona de Don José de Iturriaga.
Así lo entendían, sin duda, los cabildantes Blanco y Villegas, Liendo y Bolívar,
contemporáneos de Iturriaga, quienes, en su presentación al Gobernador contra la
Guipuzcoa-na, dicen, entre otras cosas: que no podían pasar por alto "hauer dado al
público el señor Dn. Joseph de Iturriaga director pral. de la Compañía Guipuzcoana un
papel, con titulo de manifiesto, en que da a entender bien a las claras hauer tenido esta
capí, parte en los alborotos del último año pasado" .
Ellos conocían bien la participación activa que Iturriaga había tenido en los negocios de
la Provincia, como lo sabía aquel Bul Fernández de Fuenmayor, quien, en la reunión
celebrada en las Casas Reales en 22 de Abril de mil setecientos cuarenta y nueve, es
decir, al comienzo de la insurrección de León, manifiesta que "en su poder para un
papel q. hizo Dn, Jph. Rodrlgs. del Toro, Oidor de México en la ocacion de ttrattar Dn.
Jph. de Yturriaga quese hiciera un Congreso de naturales y Guipuzcoanos pr. ber qual
era el mottivo desu unión" .
Un reproche para éstos lo creemos ver también en párrafo 10, en el que, haciendo
memoria de la situación |;de Venezuela antes de la instalación de la Compañía, se dice:
"Tan notorio, como lamentable, era para estos Reynos la constitución de la fértilísima
Provincia de Venezuela o Caracas, antes del establecimiento de la Compañía; pues
siendo una heredad inculta, abandonada y desierta para España, era sin embargo un rico
patrimonio para los Holandeses, que estaban apoderados y hechos dueños
fraudulentamente de todo su comercio; y esto con una especie de tolerancia, que parecía
formal consentimiento, no menos doloroso que inevitable en aquel tiempo, tan contrario
a los intereses de la Nación".
No se olvida Iturriaga de hacer constar que "por las quexas que habían precedido en la
Corte, llevó el señor Lar-dizabal comisión para hacer la más exacta pesquisa de la
conducta de los Factores y Dependientes de la Compañía", y habiéndolo hecho así, no
resultó cargo alguno de cuantos les imputaba la calumnia. "Verificóse asi por Testigos,
como por confrontación de Facturas, que en la venta de los géneros no se había
excedido de los precios de los Registros anteriores. Que a los Naturales se les había
comprado, su cacao y frutos de la tierra a precios justos. Que los empleados por la
Compañía no habían delinquido en el ilícito comercio de Extrangeria, antes bien lo
habían zelado e impedido, en todo lo posible.
Que por lo respectivo a daños y malos tratamientos, sólo anadia cierto número de
testigos hauer oído algunos rumores contra la gente del resguardo de la costa, pero con
voces tan vagas, que ni expresaban lances, ni nombraban los sugetos que causaron ni
recibieron estos daños; por lo que no halló materia sobre que tomar providencia". Así
hubo de expresarlo Lardizábal al Rey en consulta de 8 de Junio de 1733, con remisión
de tres piezas de autos de que constaban lo de dicha pesquisa, actuados todos de
Oficio".
Se ocupa luego de los "Beneficios que han resultado al Comercio Universal de los
vasallos del Rey", tratando, en primer lugar, del aumento de la importación del cacao a
España. De 1700 a 1730, salieron para España 642.023 íanegas de cacao (parte de ésto
también para Canarias y lugares permitidos de Hispano América). En cambio, desde ese
mismo año, 1730 (fecha de la instalación de la Compañía), al de 1748, es decir, en sólo
18 años, las exportaciones para los mismos lugares habían ascendido a 858.978 fanegas.
Se había mejorado grandemente el puerto de La Guaira, con la construcción de una gran
parte de muelle "que con más de 70 varas de largo y 9 de ancho ha construido en su
playa" y donde pueden atracar 4 o 5 lanchas, donde antes lo hacía malamente una sola.
Y en Puerto Cabello se construyó otro muelle de 92 varas de largo y 12 de ancho. Más
adelante nos dirá Iturriaga que en La Guaira, puerto principal de la provincia, cuando se
estableció la Compañía, no había más que un pequeño lugar y se ha ampliado éste de tal
modo que, no sólo ocupa todo el llano, sino que se extiende a la falda del cerro
inmediato y alto de San Antonio y van continuándose muchas casas por el camino para
la ciudad de Caracas. En cuanto a Puerto Cabello, era, cuando se fundó la Compañía, un
puerto abierto, sin fortaleza, casa ni vecindad alguna, y está hoy provisto, no sólo de una
fortificación que la Compañía hizo nueva, sino adornado de una población de cerca de
doscientas casas cubiertas de teja y edificado todo con los auxilios del comercio de la
Compañía
.
Refiriéndose después al "Bien del Estado", concluye que todo él se enriquece con el
producto del comercio vasco que antes iba a manos de extranjeros, además de lo cual, es
preciso tener en cuenta que la Compañía ha resultado ser un brazo fuerte en la defensa
contra los enemigos de la Corona.
En cuanto a "Aumentos de la Real Hacienda", nos dirá Iturriaga que hallábanse las
Reales Cajas de Caracas antes de la Compañía sin los fondos necesarios para cubrir sus
cargas, y precisaba Su Majestad atraer a veces algunos situados de otras partes. Por el
contrario, "después de establecida la Compañía llegaron a estar sobrantes, de tal modo
que, siendo Gobernador don Martín de Lardizabal, se situaron en ella diez mil ducados
de plata para Cumaná; como siete mil pesos para la Margarita; tres o cuatro mil para la
Trinidad; y todo lo que faltase en Maracalbo para cubrir los sueldos de aquella
guarnición"
Termina en el número siguiente, con este comentario: "Si por los efectos se conoce la
naturaleza de las causas, véase ahora si la Tiranía, la Opresión y la Pobreza (cargos que
injustamente imputan la emulación y la columnia a la Compañía) son capaces de
producir estos tan preciosos ventajosos efectos".
Tan convencido está el autor del "Manifiesto" de los felices resultados obtenidos por la
empresa guipuzcoana, y de la "satisíacción que ha mostrado la misma Provincia de
Caracas por el establecimiento y conducta de la Compañía, que no duda en manifestar
que si se sometiera a votación libre el caso, lo harían a favor de la Compañía, no sólo en
el interior sino en Caracas, puntualizando algunos casos concretos, ya de oposición,
como la del Conde de San Xavier y el Marqués de Toro, ya de adhesión, como la ciudad
de San Ftelipe, que permaneció del lado de la Compañía cuando la revuelta de León.
Después de referirse en los párrafos que siguen a los "Servicios a la Corona", de los que
nada diremos aquí por haber sido ya materia de la primera parte de este trabajo
("Defensa de las costas venezolanas"), se extiende el "Manifiesto" en varias
consideraciones sobre la "Utilidad de los interesados de la propia Compañía", para
terminar con un epílogo, el que resume los servicios de la Compañía que "ha defendido
a la Corona; ha aumentado la Real Hacienda; ha sido útil a sus interesados; y ha
producido generalmente al Estado los grandes beneficios que quedan demostrados, con
tanto honor de la Nación, con tanta gloria a S. Majestad y con tantas ventajas de la
misma Provincia de Caracas, a la que cuatro veces ha libertado de ser victima de los
enemigos de la Corona y de la Religión". Lo firma en Madrid, el 11 de octubre de 1749,
"Don Joseph de Iturriaga, primer Director de la Compañía".
Como se verá, comenta Hussey, "los Venezolanos mantenían opiniones disidentes por
lo que hace al beneficio para ellos, tan distinto del que derivaba para España o el real
tesoro. Sin embargo, sobre el conjunto de la memoria, y desde cualquier punto de vista
con algunas reservas, la Compañía tenia razón para congratularse de notables mejoras
en las condiciones de vida americanas" . "Muchos de los argumentos (del "Manifiesto"),
dice en otro lugar , tienen
R. O. Hussey. Tbe Curacas Company. 1934. pág. 89. í»> ídem., pftg. 138.
otros registros para Caracas. No seria justo que la Compañía sufriera los gastos y otros
se beneficiaran" (p. 44), Otra cosa es, finalmente, que, como claramente lo vio la serena
y perspicaz mente del Gobernador Arriaga, al enjuiciar la revuelta de León, "que el
mayor móvil de esta máquina sea la libertad en el ilícito comercio, no lo dudo"
Resumámoslo todo con estas palabras cié Hussey: "Fuera de toda duda, la Compañía de
Caracas fue a menudo culpable de dirigir su monopolio en perjuicio del bienestar
común, culpable en su Interferencia con el comercio legal de sus competidores, y digna
de censura en su política de precios. Ciertamente creó algunas veces escasez artificial de
mercaderías y falta de mercado para los productos venezolanos. Sus agentes fueron con
frecuencia hombres dominantes, bruscos y sin tacto. Los oficiales reales fueron, con
posibles excepciones, sus criaturas. Pero la Compañía habría sido odiada aunque nada
de esto hubiera sido cierto. Los venezolanos veían su mayor pecado en su embarazo al
comercio de contrabando" Ahí estaba la raíz del descontento del pueblo; esa es la causa
de que en todos los movimientos, desde el de Andresote al de León, estuvieran
presentes, junto a los rebeldes, los hombres, las armas, las embarcaciones y el dinero de
los holandeses.
3. La Expedición de Límites
La expedición al Orinoco. El 13 de enero de 1750 se celebraba en Madrid la firma de un
tratado entre Fernando VI, rey de España, y Joan V, de Portugal, para determinación de
los limites de sus conquistas en la América meridional, tratado del que llegó a decirse
que fue uno de los actos más importantes de la historia diplomática del siglo XVIII.
Portugal alegaba que España, por la ocupación de las Filipinas, había pasado de la raya
que le estaba señalada en el océano Indico. España, por su parte, protestaba de la
ocupación por los portugueses de las dos márgenes del Amazonas.
El acuerdo a que se llegó tenía como base el establecer una demarcación justa que,
partiendo del principio "uti po-sidetis", tomase los cursos de agua y los montes más
destacados para servir de frontera.
Aplicando esa regla, se determinaba que el estuario de! Plata pertenecía a España y el
del Amazonas a Portugal. Del lado del Brasil, el linde debía correr en línea recta por las
cumbres de los montes cuyas vertientes descendiesen, por una parte, para la costa que
corre al norte del regato al pie del monte de Castillos Grandes o para la laguna Merín; y,
para la otra parte, para la costa que corre del mismo regato al sur o para el río de la
Plata, de suerte que las cimas de los montes sirviesen de raya a los dominios de las dos
Coronas. Todas las vertientes que descendiesen para la laguna Merín o para el río
grande de San Pedro, quedaban para Portugal, y para España los que bajasen a los ríos
tributarios del Plata. El mismo sistema tenía vigencia con relación al Amazonas.
"Se ve que a los negociadores del tratado les interesaba más el aprovechamiento de los
ríos que el de las tierras; la navegación de los cuales sería común, en el caso de poseer
las dos Coronas establecimientos ribereños, y exclusiva cuando las dos márgenes
perteneciesen a la misma Corona". ("Anais da Biblioteca Nacional do Río de Janeiro".
Río de Janeiro, 1930).
Sobre las personas de los otros Comisarios, prelación en el mando, facultades que se les
conceden, etc., etc., nos ilustra bien la siguiente Cédula del Rey Fernando VI, de la cual
hay en el Archivo Nacional (64) copia firmada por el propio Iturriaga:
Interesa señalar que, ademas del fin principal y confesado de la demarcación de límites,
existían, según Ramos Pérez lo hace ver, otros propósitos secretos en la expedición, que
eran el estudio de las posibilidades de cultivo de la canela y el cacao en la región
litigada y la expulsión de ella de los intrusos holandeses.
Cuando Iturriaga llegó a Cumaná —día 10 de abril—, allí Gobernador Don Mateo Gual,
el mismo que, como 10 de La Guaira, había luchado a su lado en la vic-defensa de la
plaza contra los ingleses, en 1743. Haya de las disputas que entre los historiadores se
han ítado sobre el papel predominante que en tal acontecíalo cupo al uno o al otro
personaje. Y cuando nos toca r, como ahora lo hemos de hacer, la enconada ene-entre
ambos, es natural que comencemos por recordar la verdad es que, como el mismo
Iturriaga sta en una de las cartas que escribió muy poco el Gobernador —dice—
el cacao en la región litigada y la expulsión de ella de los intrusos holandeses.
Cuando Iturriaga llegó a Cumaná —día 10 de abril—, era allí Gobernador Don Mateo
Gual, el mismo que, como Castellano de La Guaira, había luchado a su lado en la
victoriosa defensa de la plaza contra los ingleses, en 1743. Hablamos ya de las disputas
que entre los historiadores se han suscitado sobre el papel predominante que en tal
acontecimiento cupo al uno o al otro personaje. Y cuando nos toca examinar, como
ahora lo hemos de hacer, la enconada enemistad entre ambos, es natural que
comencemos por recordar ese hecho.
Sin embargo, la verdad es que, como e¡ mismo Iturriaga lo manifiesta en una de las
cartas que escribió muy poco después de su desembarco, halló al principio muy propicio
al Gobernador Gual: "Andubo tan celoso el Gobernador —dice—
que el mismo día 10 tubimos a bordo muchas embarcaciones para sacar los equipajes y
el 11 estaban prontos los alojamientos". Fue después, al presentarle las cédulas y pedirle
los consiguientes auxilios, cuando Iturriaga comenzó a experimentar la contraria
disposición en que, hacia él se hallaba Gual.
Sea como fuere, el caso es que la rivalidad de Gual e Itu-riaga estanca la expedición en
sus mismos comienzos. Y en el cruce de cartas entre ambos, puede verse claramente la
oposición decidida de Gual a todo lo que significase un apoyo a la empresa de Iturriaga.
Asi, cuando el 19 de mayo pide a Gual que mande poner a sus órdenes 25 hombres al
mando de un oficial, según lo prometido, Gual le contesta accediendo en principio, pero
poniendo por condición a Iturriaga que le diga a dónde serían destinados. "Temeroso,
sin duda —comenta Iturriaga— de que yo pudiese distraerlos a otros fines antes de su
embarque". Y solo ante la insistencia de Iturriaga, le dirá, Gual que le dará los hombres
prometidos, pero 24 horas antes del embarque.
Así las cosas, Ituriraga se da cuenta de que dos de las embarcaciones que se le
proporcionan son de crecido tamaño y "por consiguiente, nada a propósito para el
transporte a Guayana", y pide diez lanchas. Pero Gual niega que sean superfores al porte
fijado. Insiste Iturriaga, obstinadamente, pero ante las dificultades que encuentra en el
Gobernador, ha de ceder y se dispone a construir él misino las lanchas; pero, según
escribe al ministro Wall, el Gobernador "le atajó los trabajos... y me vi precisado a
suspender todo en aquella parte, perdiendo el tiempo y lo trabajado", y viéndose
obligado a recurrir —según dice— a otra parte "donde no fuera la expedición tan
perseguida".
Dificultades de toda índole surgen por parte de Gual. Así, en los pagos a la tropa
agregada a la expedición; en lo referente al mando del resto de la escolta que había de
enviar y para cuyo puesto, habiendo Iturriaga solicitado al Sargento mayor de la plaza
don Gaspar de Salaverria, tropieza con la negativa de Gual; así en lo relativo a los
capellanes nombrados para la expedición que, aunque ellos mismos insisten en salir, no
pueden hacerlo por no permitírselo el Gobernador. Y así en todo.
Ante estos obstáculos, Iturriaga ha de recurir a sus amigos, los guipuzcoanos de
Caracas. El Factor general de la Compañía en La Guaira, don Matías de Urroz, le va
facilitando caudales, empezando los envíos con uno de 10.000 pesos, librado contra don
Juan Ignacio de Madariaga. Iturriaga comienza los preparativos con esos fondos, "Pero
—dice— como la idea del Gobernador era sofocar la Expedición y que no tubiese curso,
tiró a que, sin haver salido de Cumaná el primer transporte, gastase yo lo que me iban
remitiendo de Caracas mis amigos dando la providencia de apromptar los patronos y
bogas sin yo pedirlos y mandarlos a la puerta de mi casa para que los mantuviese,
diciendome que de lo contrario, no extrañase su deserción".
Por esta hoja, encabezada con el título de "Relación de las Campañas y Varias
Comidones, que ha practicado, el capitán de fragta. Dn. Anto. de Urrutia desde 26 de
Marzo de 1729 que se le formó el Aclento de Cadete en el Rl. Cuerpo de Caua-lleros
Guardias Marinas, como consta en la Contaduría principal de Marina del departamto. de
Cádiz", nos enteramos de que Urrutia —cuyo lugar y fecha de nacimiento no
conocemos— en 21 de mayo de 1730, fue destinado a la campaña de Barcelona en el
navio "El Galicia", pasando después al "Andalucía". En 13 de agosto de 1731 fue
destinado para la campaña de Liorna en el "Santa Isabel", y al poco termina la hoja
privándonos de más noticias autobiográficas, que de tanto interés nos podrían ser.
Madariaga, quien vimos había ido en enero de 1755 de Cumaná a La Guaira con el
propósito de pagar con la carga de la "Veneziana" el préstamo hecho a Iturriaga por los
amigos de Caracas, se viene hacia el Orinoco donde, el 12 de julio de 1756, en el lugar
denominado por Iturriaga Puerto Sano, se encuentra con éste "con apariencia mas de
difunto que de bibo" y muy desfallecido de ánimo. Madariaga le insta a dar cuenta de
todo cuanto sucede a Madrid, pero Iturriaga demora el hacerlo hasta tanto tenga noticias
de Solano. Al comunicar éste su éxito en el paso del Raudal, Iturriaga, optimista con
estas nuevas, escribe a la Corte, a la que, entre otras cosas, propone el nombramiento de
Madariaga como Comisario para la vacante de Urrutia. Madariaga sale para los
Raudales y, después de reconocerlos, regresa a Cabruta, donde había quedado Iturriaga;
era en febrero de 1757 Pero Iturriaga, que, por una u otra causa (enfermedad, deserción
de amanuenses, etc.), no acababa de escribir a la Corte, como con Madariaga se había
comprometido, toma, por fin, la decisión de enviar a éste a Caracas para pedir fondos y
esperar allí los pliegos que habría de llevar personalmente a la Corte.
No es raro, por lo tanto, que trabajase en la Corte, tanto como en la comisión específica
en que había venido, en la consecución de un nombramiento de Capitán de Navio; si
esto no era factible, el de Comisario ordenador de Marina o el de Gobernador de
Cumaná con grado de Coronel.
Luego veremos en qué paró todo ésto. Volvamos a Cumaná, donde habíamos dejado a
Ituiriaga. sale de Cumaná. La terrible enemistad del Gobernador Gual hacia el primer
Comisario, había herido gravemente a la Expedición en sus comienzos mismos. Es
difícil predecir hasta dónde, pero fácil es ver lo muchísimo que hubiera supuesto para la
Expedición el que el esfuerzo enérgico e incesante desplegado por Gual en combatirla,
se hubiera orientado en el opuesto sentido, de colaborar con ella. Lo cierto es que la
actitud de Gual, además del consumo de muchas preciosas energías, harto necesarias
para la empresa, costó a Iturriaga una detención de más de un año en Cumaná que, por
fin, abandonó, el 22 de abril de 1755, rumbo a Margarita con un convoy formado por
varias embarcaciones, entre ellas la balandra de Dn. José de Respaldiza, armada con 16
cañones.
La estada en Cumaná no había dejado de ofrecer algunas compensaciones. Una de las
más Importantes fue la carta que el piloto don Santiago de Zuloaga, piloto, capitán y
maestre de la "Concepción" —a quien, por cierto, podemos ver navegando con Urrutia,
según el "Diario" de éste— levantó, bajo las órdenes de Iturriaga, y en la cual, según se
expresa en la cartela, se comprende la "Descripción de la Punta de Araya, parte de la
costa del Este Golfo de Cariaco, Bahía de Cumaná (situado su castillo, según
observaciones astronómicas en la Latid, de 10 gs. 28 M.N.), Costa de Cordones hasta el
Campanario con los ptos. que hay en este intermedio con su sonda en brazs. Bajos y
Placeres, dado a luz por los pilotos de la Pragta. de S. M. que vino a operación del Real
Servicio a ésta, Bajo las Ordenes del Gefe de Esquadra de la Real Armada, Dn. Joseph
de Iturriaga, Comte. principal de la expedición secreta. Año de 1754. Dn. Santiago de
Zuloaga. Jph. Blanco" .
Que este trabajo fuese de orden práctico y bien conocido por los marinos
contemporáneos, lo podemos ver en un expediente: "Autos formados a pedimto. de
partte déla Real Compa. Guipuzcoana sobre haverles el señor Governador de la Prova.
de Cumaná despojado de una goleta q. los guardacostas de dha. Rl. Compañía apresaron
.." (72), en el que Antonio de Amestoy, capitán de la balandra de la Compañía
Guipuzcoana "La Caridad" y los pilotos de la misma, José de Belandia y José Domingo
de Larrañaga, declaran que: "La distancia que hai desde el Barrigón de Araya al Puerto,
y fondeadero de Cumaná es de Siete Millas, que componen dos leguas y una tercia,
según el plano levantado por el año de mil setezientos cinquenta y quatro por orden del
Gefe de Esquadra Dn. Joseph de Iturriaga por hombres peritos en la facultad..."
Hizo escala Iturriaga en Churiapo, después en el río del Pilar y, luego, en la isla
Trinidad, donde construyó catorce champanes y cuatro piraguas con capacidad de carga
de seiscientas arrobas los primeros y de mil, en total, las cuatro últimas. Y en Trinidad
hubo de lamentar el fallecimiento del P. Haller, sabio consejero. Desde allí volvió a
solicitar la unión a la Expedición del Sargento Gaspar de Salaverria.
Vemos, así, que el dia 18 de septiembre se retira Iturriaga, acompañado de Solano, a las
Misiones de Caroní, donde ambos quedan convaleciendo.
Pasa a Murucurl, y allí entra en relación con el capitán caribe Tumuto (año 1755) y le
entrega el bastón de segundo capitán del pueblo fundado por Fray José de la Guardia. Y
en el rio Moriche se entrevista también con el capitán Taca-bapura, al que entrega el
bastón de Alcalde Mayor.
Le preocupa el problema de los negros sublevados a los holandeses, a los que procura
atraer, prometiéndoles, en nombre del Rey, la libertad para que fueran evangelizados
por los misioneros e incorporados por ellos a sus reducciones. Pero, sus buenos
propósitos quedan en proyecto, al no poder realizarse, por varios inconvenientes, la
expedición a la tierra ocupada por los negros.
Sigue, de otra parte, con las dificultades para remontar el Orinoco, pues, la precipitada
construcción de sus champanes en Trinidad, los hizo inútiles al poco tiempo, por haber
empleado en la fabricación madera que no estaba suficientemente seca.
En Muitaco, al que llamó Puerto Sano del Orinoco, por haber hallado allí un clima que
le ayudó a reponerse de la enfermedad contraída en el viaje, permaneció los cinco mean
de aguas, ante la imposibilidad de remontar entonces el río. Allí comenzó Iturriaga a
fundar la población de Reaí Corona, como también a echar los cimientos de la de
Ciudad Real del Orinoco. El tener que valerse, para sus trabajos, de los indios de las
Misiones próximas le acarreó, otra vez, algunas diferencias con los frailes.
Decide, al poco, enviar a Solano a Santa Fe a solicitar ayuda del Virrey. Según Ramos
Pérez, a quien principalmente seguimos en esta síntesis, los planes que se había formado
Iturriaga eran los siguientes: mientras Solano reunía en Santa Pe víveres y fondos, él
concentraría en el Raudal todas sus fuerzas para, una vez unido con Solano a la vuelta
de éste de Bogotá, continuar juntos hasta Río Negro. Mientras tanto, Madariaga
inclinaría a la Corte a su favor para conseguir ayuda y ascensos a los expedicionarios,
sin olvidar la especial gloria para el principal.
Desde febrero de 1757 a principios de 1758 parece como que Iturriaga apenas hubiera
hecho nada. Sin embargo, siguiendo atentamente las cosas, con justicia se puede decir
que lo realizado en estos meses significa "algo de verdadero interés para el progreso de
la Geografía", puesto que en ellos se ha efectuado la exploración del Apure, del que
tenemos un Informe de Doz y Guerrero, completado con un trabajo del propio Iturriaga.
Interesante estudio en el que se pueden considerar dos partes: a) el sistema fluvial, y b)
agrupaciones de población. A ello se refiere la carta de Iturriaga de 12 de junio de 1757.
Como vimos, solamente trece días hacia que Diguja llegara a Cabruta a reunirse con
Iturriaga cuando éste recibió el anterior despacho, por conducto del Gobernador de
Caracas, el 19 de junio. Y, cuando Alvarado, por el Meta, regresaba a Cabruta, después
de cumplir la comisión de petición de ayuda ante el Virrey de Santa Fe, que le había
sido encomendada por Iturriaga, recibió un pliego de éste en que le comunicaba la orden
del Rey de suspender todo avance en la expedición, hasta nueva orden. Era ésto hacia el
mes de agosto del citado año de 1760.
Es de creer que Iturriaga, encariñado con aquella empresa en la que se había afanado
años enteros y padecido como el primero, no debió darse gran prisa en deshacer todo lo
que a costa de tantos sacrificios había logrado (Ramos Pérez). Lo cierto es que se retiró
de Cabruta, a donde llamó a Alvarado y Solano para comunicarles las nuevas órdenes y
se instaló en Ciudad Real del Orinoco. Se retiraba de sus avanzadas, movido del interés
de conservar lo principal de lo logrado, y de confirmar la seguridad cíe que no volvieran
a repetirse las incursiones de cazadores de esclavos en el alto Orinoco. Por eso procura
salvar los establecimientos mas estratégicos, y "para evitar que por escasez de víveres se
vieran obligados los que permanecían en Casiquiare y San Fernando a abandonar las
fundaciones, les entregó mantenimientos y efectos para cerca de un año". Pero, estando
en Ciudad Real, recibió una nueva orden fechada el 27 de junio en la que, insistiendo
sobre los términos de lo anterior, se disponía que pasaran los expedicionarios a Cumaná
o a Caracas, para esperar allí la última resolución del Rey. Como esta orden venia de la
Secretaria de Indias y no de la de Estado, Iturriaga se creyó en la obligación de
cumplirla, pero dando cuenta antes de dicha novedad a Wall
Así, en el mapa que hizo sobre la comunicación del Amazonas y el Orinoco , mapa cuyo
paradero se ignora hoy en día. Así, aquel otro que (carta a Wall de 8 de julio de 1758)
dice que tiene formado de "todo el camino con sus jornadas y con las individualidades
predichas", y que comprende la región desde Cabruta hasta el primer pueblo de Negros
llamados leremista, con la descripción de las naciones intermedias, su calidad, ríos, etc.
y otros trabajos de esa índole.
Sobre sus exploraciones, realizadas u ordenadas por él, tenemos informaciones varias.
Así sabemos, por carta a Wall (20 octubre 1756), que en febrero de ese año envió a D.
José Solano, acompañado de D. Ignacio Milhau, D. Vicente Doz y D. Nicolás Guerrero,
"todos convalecientes, con la escolta y de más conveniente a experimentar de hecho la
insupera-bilidad ponderada de los Raudales y poder informar de todo a VJ3., como lo
hago ahora, que acaba de llegar D. José Solano con Doz y Guerrero, todos tres
enfermos, pero con las buenas noticias de haber vencido las temidas dificultades: pasó
el mismo Solano, embarcado en un champán, el primer raudal y ha hallado vencible el
segundo en la misma forma...", noticias con las que se han "comprobado mis esperanzas
y esforzado los ánimos"
.
En carta de 12 de junio de 1757, cuya copia se conserva en el Archivo General de la
Nación, expone Iturriaga, cómo restablecidos a su salud D. Vicente Doz y D. Nicolás
Guerrero, los envió al reconocimiento del río Meta hasta la boca de Sarare, y para que le
informasen también de las Misiones de Harinas a cargo de los Religiosos Dominicos de
Santa Fe. Y acompaña a su carta una descripción instructiva de las observaciones allí
hechas, cuanto al fondo del río y estado de las Misiones. También un mapa del viaje del
rio y de los brazos que navegaron, y añade Iturriaga que, para que el curso del río no
quedara desnudo en sus márgenes, se le agregó "por la parte del Norte, un travaxo que
él hizo en otro tiempo, haviéndolo corregido aora con estas nuevas observaciones como
manifestaba dicho Mapa. Que después havian querido emprender algunos otros trabajos
y no combino Iturriaga por que no perdiesen su poca constante salud con la continuas
llubias allí; y aunque todos se hallaban sin novedad particular todavía muy sensibles a
cualesquiera mutación del tiempo: Por cuia causa tampoco se ha podido reconocer otros
Ríos de que le aviso don Eugenio Albarado y lo mismo Don Ignacio Miíhau, embiando
algunas cortezas con nombre de canela, su fruta y ojas: y esperaba tiempo oportuno para
hir a reconocer aquellos Arboles y curar sus cortezas del modo que entendió curaban los
Olandeses las de los Arboles Canelas; y en fin si no correspondían haría las demás
pruebas que pareciesen conduzentes. La citada descripción hace difusa relación del
fondo y circunstancias del rio Apure, cuia principal boca dista de Cabruta tres leguas,
que su maior baxante hallaban ser tres brazas y media de fondo, y de ancho ochenta
varas, lo mismo que el Guarico: y añade los demás rios de que este se compone, y
parajes científicos son hasta hoy, puede decirse, de los más exactos con relación al
Orinoco arriba de los raudales de Maipures, como podemos confirmarlo dadas nuestras
excursiones por el Uainia-Río Negro, todo el Casiquiari y por el Orinoco, desde su
bifurcación hasta el mar" .
Se torna, pues, en gloria para Iturriaga aquel reproche que el Director General
Auzmendi le hacía de tomar "por asunto principal el descubrir los secretos de aquél río
y sus provincias situadas en clima que él mismo llama homicida, advlrtiéndoles muy
seriamente que su fin principal expreso en todas las instrucciones y órdenes es cumplir
el empeño de los Portugueses y mejorar la canela en la jurisdicción de Quito"
Al terminar este capítulo de las exploraciones, no hemos de dejar de dedicar unas líneas
a las encomendadas, en el campo de la historia natural, a uno de los más ilustres
integrantes de la Expedición de Iturriaga: el sabio sueco Loefllng.
El entusiasmo con que éste acogió su participación en la empresa, sólo podía ser
igualado por el de su maestro, et eminente Linneo, quien (2 de octubre de 1753), le
escribía, desde Upsala, cosas como éstas:
"Toda la maravillosa América será descrita por primera WB y por usted: ese destino le
han reservado los siglos a usted y a su época. ¡ Quién pudiera estar con usted un sólo día
en el más maravilloso de los paraísos! Le felicito tanto cono me compadezco a mí
mismo. Mi querido Loef ling: piense f; en mí cuando llegue a su reino; envíeme algún
ramito de alguna planta extraña para que pueda participar de su felicidad".
Mientras los demás expedicionarios marchaban por la vía fluvial, Loefling fue por
tierra, siguiendo las órdenes de Itu-rriaga, deseoso de lograr un inventario, por
imperfecto que fuese, de esa parte de América. "Puede usted —ordenaba Iturriaga—
aplicar su atención al reconocimiento de las plantas que se ofreciesen en su tránsito y,
particularmente, en la orilla de los muchos ríos que se pasan, por lo que en ellas se
encuentre digno de examen".
Pero las fiebres tropicales acechaban a Loefling. "una dieta a base de gallina —escribe
Rydén— se consideraba conveniente para las fiebres tropicales", e Iturriaga se la
recomienda a Loefling, al regresar éste a Cumana de la región de Piritu y caer un par de
días con un nuevo ataque de fiebre. Pero la enfermedad no cede. A pesar de ella, sigue
trabajando: clasifica plantas, estudia toda clase de animales.
Fundaciones
una de las empresas en que más se empleó el celo de Iturriaga durante sus años de
permanencia en el Orinoco al frente de la Expedición de Límites, fue ésta de las
fundaciones. Se ve en él una constante preocupación por ello, y, por otra parte, no faltan
las instrucciones que en este sentido habla recibido de la Corte,
Asi, en carta que el Ministro don Ricardo Wall le dirige desde San Lorenzo el 6 de
noviembre de 1753, haciéndole algunas advertencias sobre la expedición, ya en víspera
de partida, podemos leer estos párrafos:
"Según el mapa de V.S. y otras noticias, parece que no debemos dudar de que se
comunican los ríos Marañón y Orinoco por otros intermedios, que corren por el centro
de la provincia de Guayana, ni tampoco se duda que V.S. descubrirá esta comunicación
en su tránsito a rio Negro.
"Siendo esto así, y como también que la tal comunica-citó puede ser perjudicial en
algún día a los dominios del Rey, quiere SM. que V.S., demarcado bien el terreno
"Dios guarde a V.S. muchos años. Cabruta 30 de Henero de 1758".
Iturriaga sabía la importancia que para el éxito de la Expedición y, sobre todo, para
ulteriores fines tenia la fundación de poblaciones en aquellas lejanas regiones. Como
leemos en Duarte(9¿): "Para 1747, dice Iturriaga: La ciudad de Santo Tomé, la única
ciudad en el rio Orinoco, se componía de 60 negros, mulatos y zambos residentes y
pocos blancos. Ellos y sus mujeres son indolentes, satisfechos con sus miserables
cabanas por vivienda, con pescado y con el ron que hacen con la caña que les queda
después de satisfacer su pasión por el dulce". Conociendo, pues, de años atrás estos
hechos y movido, sin duda, de ese impulso atávico que hace que los vascos, que desde
un principio participaron en la gesta de América como descubridores, intervinieran en
ella tan poco como conquistadores, y tanto, en cambio, como colonizadores y
pobladores primero, y como libertadores después, Iturriaga se dio a la tarea de las
fundaciones, entre las que destacan la de Ciudad Real y Real Corona.
Ciudad Real fue fundada por Iturriaga a orillas del río Uyapi, en su margen oriental,
"cerca del punto que en la actualidad desplaza el pueblo de Las Bonitas" (93), allá
donde la expedición de Doz, enviada por Iturriaga, acampó y tomó descanso antes de
volver a tomar la vía de regreso a Cabruta. En la colección de documentos de Cuervo,
puede verse el nombramiento que hace Iturriaga de capitán de dicha población a Dn.
Francisco Guigo, fechado en Cabruta el 9 de marzo de 1759. Para poblar a Ciudad Real,
envió a varias de las familias que habían llegado a Cabruta procedentes de Cu-maná y la
isla de Margarita.
Por la misma época, funda también a Real Corona, que "es hoy, poco más o menos, el
mismo lugar que ocupa Moitaco". En la citada colección de Cuervo, encontramos
también el nombramiento de Capitán de población, extendido a favor de D. Alonso de
Soto, dado, como el anterior, en Cabruta, a 9 de marzo de 1759. Lástima que éstos y
otros establecimientos tuvieran una existencia breve, pues cuando Iturriaga dejó de
auxiliarlas, las famlias que allí estaban repasaron el río. Ciudad Real subsistió, aunque
su vida nunca fuera muy vigorosa.
Movido también de su afán de consolidar las nuevas fundaciones, escribe a Wall: "... le
he escrito en el particular —al Virrey de Santa Pe— y, hasta que llega su respuesta, he
pasado la cédula de poblaciones a los Gobernadores de Caracas, Cumaná y Margarita. Y
considerando que la distancia era de ocho días desde aquel sitio al del Raudal y de otros
tantos a San Juan de los Llanos y San Martín por Guariane y Ariari, ha de ser remora al
movimiento de algunas gentes voluntarias, añadí al Gobernador de Caracas que podían
ser útiles algunos presos que pudiera destinar a este fin y también muchos picaros
ladrones que infestan los llanos".
Por otra parte, hace parecidas gestiones con el Virrey citado, según vemos por carta
también dirigida a Wall: " . .pareciendo que, para cualquier intento, conviene poblar a
Ma-racoa, aunque sea con presos y vagamundos capaces de tomar las armas, pido al
Virrey en vista de su aviso, que si le pareciere envíe a Maracoa por el Ariari y Guariane
algunas familias de los Llanos de Casanare y Meta y los presos y vagamundos que
pudiere destinar la justicia"
.
Es notable el interés que Iturriaga muestra en el establecimiento de nuevas poblaciones
en el alto Orinoco, como se ve cuando escribe en la misma carta a Wall: ".. .el raudal de
Río Negro, poco más abajo de la boca de Casiquiare y Orinoco en este río, es puesto tan
ventajoso que corta el paso a las correrías casi continuas de los portugueses por el río
Negro, Casiquiare y Orinoco, en solicitud de nuevos esclavos y tan defensable como
asegura la necesidad de arrastrar las embarcaciones y pasar la carga por tierra, aunque
por corto trecho; que el pan délos que ocuparen aquel puesto se puede comprar a los
Indios del Casiquiare distante quince días de Maracoa embiando allá algunas reses de
las que saldrán de aquí para el Raudal antes de ocho días; pero esto pide alguna
población o providencia para su resguardo. En un día se baja de este Raudal al Arrayal,
que es un pueblito de doce casas con algunos portugueses".
Piensa Iturríaga en la defensa de las nuevas poblaciones, como lo vemos por carta suya
(97), según la cual, apela al recurso de recoger la artillería que, sin utilidad alguna,
estaba en manos de misioneros, y, obsesionado con esta idea de artillar puestos
avanzados, consulta con Solano si sería posible pasar artillería de calibre superior a
ocho libras, a lo que responde Solano,'poniendo sólo leves inconvenientes (98). Por su
parte, Alvarado, celoso como siempre de Iturriaga y de la gloria que con esto de las
fundaciones pudiera caberle, escribe a Madrid, exteriorizando su disgusto (99).
En cuanto a las reses enviadas por Iturriaga al Raudal, parece que llegaron con muy
pocas pérdidas y, por lo que hace a la técnica a seguir en las nuevas fundaciones,
escribía Iturriaga a la Corte: "Sobre todo, si los Iridios se ven libres de las cargas de las
Misiones, como fábrica de iglesia, casa del Padre y su servicio... que convendrá primero
la dirección civil para que fueran amando sus tierras y sus casas y después entraría bien,
que ellos abrazarían la santa doctrina del Evangelio" .
Por Solano, en carta que dirige a Wall, se puede juzgar del gran interés que, para el
éxito de la expedición tenían las nuevas fundaciones, y es el mismo Solano también
quien, en otra carta al citado ministro (102), expresa las instrucciones que había recibido
de Iturriaga sobre los lugares más convenientes para la fundación de nuevos pueblos,
para los que, aun con gran lentitud y respondiendo a las exhortaciones de Iturriaga, van
llegando nuevos pobladores. Así, el 28 de diciembre (1759), llegaban al cuartel general
de Iturriaga 123 personas procedentes de Caracas, etc., etc.
No nos detendremos en más detalles. Baste añadir que la idea de las nuevas poblaciones
seguía acuciando a Iturriaga hasta el último momento. Cuando, aún después de anulado
el Tratado de 1750, se llegaba a principios de 1761 sin que se notaran intenciones
ciertas de abandonar aquellos lugares y cuarteles, tan inhóspitos, por cierto, del Orinoco,
Alvarado escribe a Madrid (15 de enero de 1761), diciendo que si no se retira Iturriaga,
se le conceda permiso a él para hacerlo, ya que ve a Iturriaga " . .cada día más
empeñado en nuevas poblaciones". Ciertamente que, sin desearlo, Alvarado rendía, con
estas palabras, a su jefe uno de sus mayores homenajes.
"Sobre este supuesto quiere el Rey que en el tránsito desde Cumaná al Río Negro vea
V.S. si halla forma de introducir alguna platica con los principales de aquella Nación,
para que se consiga el esperado fin, ofreciéndoles en su Real nombre los premios que a
V.S. le pareciesen proporcionados, etc., etc." .
A cuya carta contesta Iturriaga con esta otra, fechada en Cádiz el 5 de diciembre del
mismo año de 1753: "Sé, por experiencia, que los Caribes del Orinoco no desamparan
los terrenos por venir a havitar las otras margenes del Rio, por mas que loa Usongeemos
con ventajas, ni tampoco condescenderán en admitir misioneros, pero puede ser que
permitan, que como auxiliares y amigos míos pongamos en su territorio un pueblo
nuestro, y si esto se consigue vendremos a dominarlos insensiblemente, y este me
parece el mejor termino para el intento de V.E. y si fuese de su aprobación convendría
expedir una orden al Virrey de Santa Pe y a los Gover-nadores de Maracaíbo y Caracas
para que permitan venir a la nueba población las familias de los Llanos de sus
respectivas jurisdicciones, que son terrenos del mismo temperamento que el país de los
Caribes y por tanto les será cómoda la transmigración"
.
Para Iturriaga, pues, que en sus años de actuación al frente de la Compañía Guipuzcoana
habia tenido ocasión de conocer a los naturales de las tierras venezolanas y guaya-nesas,
la consigna era la misma que años después haría famosa en la Argentina otro hombre de
su misma raza, Alberdi: "Gobernar es poblar", Habiendo, pues, abierto "comunicación y
amistad con los capitanes Indios que pueblan el Orinoco y Caziquiare hasta el Rio
Negro..." (Carta a Wall. 1-12-56), siguió en estas tareas, y así vemos que "a poca
distancia de la boca de este rio (Paragua) aguas abajo, se divide el Ca-roni en varios
brazos, que forman las islas de Arinava en que habita el Capitán Tumutú, alias Imoacán,
con toda su gente de Nación Carives Infieles, que ofreció poblarse el año de cinqüenta y
cinco, al llamamiento de Don Joseph de Iturriaga, Comisario principal de la Real
Expsdicion.. y recibió de su mano el bastón de Segundo Capitán del Pueblo de Mu-
rucuri".
Vemos también, según el mismo autor, que "a la margen Oriental del Cuchivero, y a
media jornada de su boca, está situado el pueblo de Cuchivero, que fundó Don Joseph
de Iturriaga con los Indios Caberes, fugitivos de la Misión de Cabruta" Y para terminar
con el mismo autor, en este orden de esfuerzos de Iturriaga referentes a la atracción de
los indios: "Hiciéronse varias diligencias para atraerlos a los pueblos (se refiere a la
nación de los Caribes): y según me escribió el Cavallero Don Joseph de Iturriaga a la
ciudad de Caracas, por el mes de febrero del siguiente año de cinqüenta y ocho, todos
los mas habían ya vuelto a sus pueblos y estaban limpiando sus labranzas que al tiempo
de la fuga dexaron enteramente abandonadas. Al llamamiento de este celoso Cavallero
salió de los montes el celebre Abaruana, a quien regaló y agasajó, como hizo con otros
muchos .."
A esta labor se refiere el propio Iturriaga, cuando escribe a Wall el 8 de julio de 1758,
entre otras cosas: "Muy señor mió: Demás de las muchas labranzas que tienen hechas y
están haciendo los Indios de Atabapu se hacen otras por los que envió el Gobernador de
Caracas. Están encargados y trabajan en lo mismo los muchos Indios de Casiquiare y
otros del alto Rio Negro, a fin de que la escasez de cazabe de estas Misiones no sirva de
embarazo al cumplimiento de las resoluciones de SM. relativas a la comisión de
Limites.
"El pueblo se ha aumentado considerablemente y se aumentará más cuando lleguen dos
capitanes de Rio Negro amigos y parientes de Cruceru que insisten en juntarse. Hay
noticias del rio Iniricha que también quieren poblarse los Punavis, nación numerosa y
bizarra, y también los Maipures y Megepures del Bentuari. Se procurará repartirlos en
diferentes pueblos al largo del viaje que ha de seguir la expedición por Orinoco hasta
que despida al Casiquiare. En este punto se quisiera poblar al capitán Imo a quien se
espera en San Fernando en la boca de este brazo en Rio Negro"
.
En carta posterior (15 de diciembre de 1758), nos dará más noticias sobre estos
movimientos de indios, su política de atracción, consideraciones que tiene presentes
para la fundación de poblaciones, etc. "Muy señor mió: los indios del alto Orinoco, los
de Casiquiari y algunos del Rio Negro se han movido favorablemente como lo tenían
ofrecido. Asi me escribe Don José Solano como informara a V.E.
"Para mas cabal inteligencia de las noticias de Solano, diré que el viaje de Imo, como
padre de una numerosa familia y como capitán guerrero famoso entre aquellos Indios,
ha tenido muchos secuaces y tantos que ha sabido ponerse en campaña con seiscientos
hombres. Cocubí es hiemo suyo y amigo de los Irruminabis...
"Habíale yo dicho a Solano que debían poblarse con preferencia los puestos mas
ventajosos como la boca del Qua-viarre, principio de Casiquiari. Dígele que se hiciese
diligencia de algún buen sitio dentro de Casiquiari para asegurar .la reciproca
navegación de Orinoco y Rio. Negro.
"Cocubi ha avisado que sus amigos los Irruminabis no quieren subir a Orinoco y que los
agregará al pueblo que intenta formar con su gente en las juntas de Rio Negro con
Casiquiari a la parte oriental de este. Prevengo a Solano que no permita la saca de los
Irruminabis del raudal de Corocubi; que llame a algunos de sus capitanes, y de los
Marabizanes; que regale a unos u otros; que los atraiga a nuestra amistad, que los
asegure en ella; que les encargue la unión y buena correspondencia entre si y los prontos
avisos de cualquier movimiento de los Portugueses, asegurándoles que serán agasajados
y regalados. Parece conveniente mantener en el confín los enemigos y conservarlos en
nuestra amistad para asegurar gente y viveres cuando necesiten.
"Vino a San Fernando el Capitán Tapu del alto Rio Negro con cincuenta buenos moros
a levantar la Iglesia, obra que se le tenia encargada y a hacer casa y labranzas para atraer
después su gente...
"Vino también de Rio Negro el capitán Feyo con alguna gente y ofreció juntar tanta
como Cruceru en San Fernando (y San Fernando tiene mas de doscientos Indios de
Macana) como se le dejase poblar en Rio Negro a la boca de un riecíto. Distara este
pueblo de San Fernando ocho días; los cuatro primeros de navegación por Atabapu, los
tres siguientes también de navegación por Femi, rio que entra en Atabapu por la banda
del Sur, y uno corto por tierra hasta la boca de otro riecito, donde estará el pueblo y será
resguardado de las avenidas de Rio Negro para San Fernando por Atabapu.
"En las cercanías de este pueblo desagua un canal de comunicación con Casiquiari. Su
principio es el puerto deseado dentro de Casiquiari; un pueblo puesto en él asegurará la
navegación de Casiquiari, cortará la unión de Cocubi con su suegro Imo, tendrá a raya a
los dos y también a Peyó porque todavía es menester velar sobre su reciente amistad, si
bien tratándoles como a amigos antiguos y sin manifestar el menor recelo.
"Vinieron también unos Maquiritares, Nación de Orinoco en la cercanía de sus
cabeceras. Al mismo tiempo que han pedido sitio para poblarse, han confirmado la
noticia que ya se tenia de grandes arboledas de cacao y han ofrecido enseñarlas.. ."
No todo era facilidad y éxito en la atracción de los indios y en el trato con ellos. Las
deserciones de éstos se multiplican cuando más necesaria es su colaboración, falta que,
como otras, según puede verse en sus cartas, achaca muchas veces Iturriaga a los
misioneros, al menos en parte. "Recuerdo a V.E. —escribe a Wall en 14 de marzo de
1760— que pedidos ochenta Indios al Superior de estas Misiones, me envió solo
cuarenta y seis y de estos se huyeron catorce; de otros veinte que me han dado después
y envié a Solano, faltaron seis antes de llegar al Raudal de Atures y de todos no ha
quedado mas de uno., . Tengo por sin duda que se repetirán las fugas de los Indios de
estas Misiones del Orinoco y de las de Meta y que su falta puede atrasar lastimosamente
el servicio... Desde que entre en el Orinoco recele la falta de bogas por la fuga de los
Indios . No dejan recurso las esperanzas a los Indios de Guayaría, Trinidad, Margarita y
Cumaná. Saben desertar desde sus países a Cabruta temerosos de que se les obligue al
viage de Rio Negro; mas bien desertaran cuando de resultas de un viaje a Maipures
perdieron algunos Ja vida y otros la salud que aun lloran perdida. En tal caso se
padecerían dos males; la falta de bogas y la despoblación de las Misiones y doctrinas.
Lo mismo digo de algunas misiones de Caracas que pudieran enviar por agua algunos
Indios"
Se estimaba que Iturriaga, con el conocimiento adquirido durante sus años de Director
de la Compañía Guipuz-coana de las prácticas y modos de los holandeses, era el hombre
adecuado para llevar a cabo en la forma deseada tal misión.
En otra orden reservada del mismo ministro, de la misma fecha que la anterior,
insistiendo en el asunto y sugiriendo soluciones, se le dice a Iturriaga: "Con esta fecha
se le comunica a V.S. lo resuelto por las dos Cortes, tocante a que de acuerdo con el
Comisario principal portugués, practique V.8. los medios mas oportunos para desalojar
o estrechar a los extranjeros de la costa de la provincia de Guayana, y en «1
consecuencia conviene que V.S. entienda uno de los mas efectivos para lograr el fin con
los Holandeses. Algunos años
Y en el Archivo General de la Nación (116), pueden verse las "Copias autenticadas por
el Archivo General de Indias de cuatro cartas de Don Joseph de Iturriaga, Jefe de
Escuadra, al Gobierno Español, sobre usurpaciones de los holandeses en el Orinoco
1757-1758 (Tomadas del expediente que se anota que se encuentra en dicho Archivo)".
En rigor, son dos las que tratan concretamente de los holandeses, la tercera y la cuarta.
Por la tercera, fecha quince de diciembre de mil setecientos cincuenta y siete, vemos,
siguiendo la copia, que Iturriaga, "... de oficio propio, avisa que haviendo entendido por
los Padres Capuchinos de la Guayana que los Olandeses construhian un nuevo Fuerte en
el Rio Moroca a barlovento y poco distante de la boca de Navios de Orinoco, y
persuadido que el Comandante de Guayana no haría por si alguna diligencia para
descubrir el intento, dispuso embiar una lancha para el reconocimiento del estado de la
fabrica, tamaño, Artillería, etc. A esto le respondió el Governador de Guayana Don Juan
Valdes, en carta del dos del citado mes, que no havia tal fortificación en el parage que
Ee informaron, ni en otros inmediatos, y solo havia la novedad de pretender los
Olandeses de la Colonia de Esequivo mudar la Guardia que con nombre de Posta
mantienen en el citado caño de Moroca, baxandola a la boca que sale al mar, y dista
unas seis leguas, haviendo hecho para esto muchos desmontes y rozas para la siembra
de aquel sitio, y las casas que al tren de aquellos Indios Arnacas y Olandeses son
necesarios; cuia novedad no save con certidumbre quien la motiva, y solo havia Oido
decir que tiene la mira a que no se pasen fugitivamente a estos Dominios con facilidad
los negros esclavos de la Compañia y vecinos de aquella Colonia. Iturriaga comprende
de este informe que lo que se intenta, es establecer algunas ha-j| tiendas de azúcar
agregando a sus dueños y esclavos algún ¡¿numero de Indios Arnacas que son los de su
maior confianza impedir el paso de los desertores, soldados y esclavos, dos y Negros
por aquel parage, y que acaso para cubrir haciendas de algún levantamiento de unos y
otros esclavos, harán algún fuertecillo con dos o tres cañones para servirlo de quatro o
seis hombres.
Con tal motivo dize que abrá catorce años vio una Protección o Patente otorgada en
latín por el Governador de Esequivo a un Capitán Carive que vivia dentro del rio
Orinoco. Que esto le movió a inquirir los fundamentos del Governador de Esequivo
para conceder tal Protección, y llegó a entender que los Estados Generales en sus
Patentes a los Govemadores de Esequivo les añaden el titulo de Govemadores de
Orinoco: y que lo cierto es que estos Govemadores se nombran de Esequivo y del
Orinoco en las licencias que dan. Que permitidos oi en Momea, pasaran otro día a
Baríma, y más adelante vendrán al rio Aguirre, cuia voca está en el mismo Orinoco
algunas leguas distante del mar: que por este rio se sube a las cercanías de la Misión del
Palmar, y por su medio lograran comunicación franca con las demás Misiones de lo
interior del Pais, como que lo ha-vian practicado por la indiferencia de Fray Bruno de
Barcelona ; si bien que por esta causa fue quitado de ella por su Prefecto y reducido a
servir de compañero en otra Misión, privado de voz actiba y pasiba en sus capítulos.
Añade que no es mui conforme al titulo de los Govemadores de Esequivo y Orinoco,
pero si preciso para sus utilidades, la suplica que hacen por escrito al Comandante de la
Guayana para que deje pasar mas arriba a sus Arnacas que vienen a la pesca de la
Tortuga. A esto principalmente se reduce el contexto de esta carta".
Sin embargo, Ituniaga tenía fundamentos para pedir dicha cédula real. En la orden
reservada de S. M., que le fue comunicada por el Ministro Wall y fechada en Madrid el
8 de octubre de 1753, al tratar de este problema, se le decía que: "A este fin me manda
el Bey comunicar a V.S. reservadamente estas noticias para que procure en la misma
reserva animar a los Negros sublevados contra los Olandeses, de suerte que ejecuten
contra ellos todas las hostilidades posibles... y también podrá V.S. ofrecer a los Negros
que quieran retirarse a la vida civil libertad y tierras donde pueden poblarse en la isla de
Trinidad, o en otro parage mas oportuno, acu-diéndoles también con regalos o ayudas
de costa que le parezca a V.S. de los intereses que lleve a su disposición y asegurando a
todos que cuanto V.S. ofrece en nombre del Rey lo aprobará S.M. y lo mandará
ejecutar". "Y en caso de que desalojen a los Holandeses y se pongan por comisarios a la
protección del Bey, los mantendrá V.S. como Ubres, les dará tierra en propiedad y les
situará en los mismos lugares que quiten a sus contrarios ayudando a impelerlos si
vuelven a procurar recobrarlos, sí lo prefieren a situarse en otro terreno del Rey" .
No había, pues, por qué escandalizarse de que Iturriaga pidiera esa Cédula Real de
libertad para los negros. Y, en todo caso, con fundamento o sin él en las intrucciones
recibidas; y con lesión o sin ella de las reservas diplomáticas, la petición de ese
documento declaratorio de libertad de los negros, es algo que redundará siempre en
honra de don José de Iturriaga.
Los Portugueses.
La ejecución del Tratado de Límites con Portugal era el fin principal de la expedición,
sin que ésto excluyera que se contemplaran otros objetivos a los que la Corte de España
daba, aunque no lo dijera, tanta importancia como a ese confesado : la canela, la
expulsión de los holandeses, etc.
Este objetivo principal no fue cumplido. Aunque la expedición española llegó al rio
Negro, bajó por él y fue hasta Cocurubi, cerca de Barcelos, lugar éste que se había
fijado para la reunión con los comisarios portugueses, en octubre de 1760 se dieron por
terminadas estas negociaciones, y "todavía para 1855, cuando viajaba el primer
explorador venezolano Francisco Michelena y Rojas por el Amazonas, se veían en
Barcelos medio enterrados en la arena de las orillas del Rio Negro, como monumento de
duplicidad y mala fe en el cumplimiento de los tratados públicos, los marcos de mármol
traídos para colocarlos en los principales puntos de la demarcación de las fronteras"
Fueron varias las causas del fracaso. En primer lugar, como ya lo señalamos, a los
negociadores del Tratado se ve que les interesaba más el aprovechamiento de los ríos
que el de las tierras; la navegación de los cuales sería común en el caso de poseer las
dos Coronas establecimientos ribereños; sería exclusiva cuando las dos márgenes
perteneciesen a la misma Corona. Así, para quedar con la navegación del Río de la
Plata, España trocó los siete pueblos de las Misiones del Uruguay por la Colonia de
Sacramento, que el Tratado de Utrecht restituyera a Portugal.
"De ahí arranca el fracaso —dice Rodolfo García— del Tratado de 1750. España cedía a
Portugal la navegación del río Uruguay juntamente con los siete pueblos de las
Misiones que albergaban en aquella época una población de treinta mil almas en plena
prosperidad material y espiritual. Ceder tierras con habitantes —como dice Capistrano
de Abreu— es una amputación muy dolorosa. Téngase en cuenta, además, que esos
moradores eran descendientes de aquellos otros que las Bandeiras paulistas devastaron
sin piedad desde mediados del siglo XVII al comienzo del siguiente, enemigos natos y
pertinaces del Portugués y del Brasileño"
.
Eso por lo que hace al estuario del Plata. Por lo que hace al del Amazonas, la
expedición se encontró con una serie de dificultades para superar las cuales se revelaron
insuficientes los precarios recursos de que se habia provisto a Iturriaga; dificultades,
algunas de ellas, con vigencia en el dia de hoy, pese a todos los adelantos modernos.
Pero, además de esas razones de fracaso, existe otra superior. El que dejara de existir lo
que fue la causa de la corriente de buena voluntad que llevó a la firma del tratado, "Está
fuera de duda que la variación del gobierno español fue motivada por el' fallecimiento
de la reina doña María Bárbara, portuguesa, que influía mucho en el ánimo de su
esposo, Fernando VI, en favor de Portugal. Fernando VI falleció en 1760. Y en 12 de
febrero de 1761 las dos Cortes, de común acuerdo, acordaron cancelar, casar y anular el
Tratado de 1750" .
Todo comenzó en la mayor armonía. Desde luego, existían también intereses comunes,
como el de la expulsión de los holandeses, a los que los españoles habían de "estrechar"
por la parte del Orinoco, mientras que los portugueses lo hacían por la del Amazonas,
empujándolos hacia la costa. Y animado de este espíritu de común acuerdo y
colaboración, escribía el Ministro Wall a Iturriaga (8 de octubre de 1753), entre otras
cosas: "A este fin me manda el Rey comunicar a V.S. la esperada resolución para que
valiéndose de las luces que tiene adquiridas y las que de nuevo adquirirá en el tránsito
desde el río Orinoco y usando el Comisario principal portugués de las suyas,
conferencie V.S. con él, el modo de ejecutar lo resuelto sin atarse precisamente al
contenido de esta orden si se hallase impracticable en todo o en parte, sino va-riándola,
sí alterándola de acuerdo con él, según las oportunidades que ofrezca el terreno, a cuyo
efecto le concede S.M. toda la facultad necesaria, y se lo participo de su real orden para
su inteligencia y cumplimiento..." .
Pero la cosa no iba a ser tan fácil como de Madrid se imaginaban. Preveian, como cosa
muy hacedera, el tránsito de Iturriaga de Cumaná para el "Río Negro que desagua en el
Marañón por su ritiera septentrional donde esperan los portugueses", pero a Iturriaga le
había alcanzado el 20 de octubre de 1756 y aún estaba esperando "la respuesta... de la
carta que el año pasado escribió D. Juan Galán por mi orden al comandante de la casa
de la vandera de los Portugueses", y continuaba (en Puerto Sano de Orinoco) el 1 de
diciembre del mismo año, ateniéndose para ir allá (al Orinoco) "a los socorros
prometidos por los Portugueses" (126), y en cuyas cartas suyas, como la fechada el 15
de diciembre de 1758, al dar cuenta a Wall, entre otras varias cosas, de las alianzas y
amistades que va contrayendo con los indios, explica cómo trata de que éstos se
mantengan en buena correspondencia entre si y "prontos a avisar de cualquiera
movimiento de los Portugueses". Dice también que a los indios Irruminabis "conviene
tenerlos separados y avanzados de Cocubí porque éste y su suegro Ima conserban
todavía el fondo de amistad con los Portugueses", en cuyas expresiones claramente se
ve que no era muy firme la confianza que tenía en los aliados peninsulares.
Los buenos modos y buen estilo del Teniente Coronel Don Gabriel Souza Filgueiras me
dejan apasionado de su persona y con deseo de sus adelantamientos. Yo se los pido a
V.E. y le suplico quiera conceder a mi obediencia el gustoso ejercicio de sus preceptos.
Dios, etc."
He ahi como, por un momento al menos, el "áspero" Iturriaga siente que le domina una
de las más imperiosas vocaciones notadas en los vizcaínos por los escritores españoles
del siglo de oro, con Cervantes a la cabeza: la de secretario.
Pocos días después, en carta del 12 de junio de dicho año de 1760, escribe a Wall para
darle cuenta de su entrevista con Souza Filgueiras, enviado por el General del Gran
Para, diciéndole, entre otras cosas: "De las conversaciones de este oficial entendí que su
General, noticioso de mi proximidad y movimiento por aviso de su subalterno el
Gobernador de las Misiones de Río Negro, elevadas hoy a Villas y Aldeas, había
despachado a Lisboa por Diciembre un navio con este aviso, pidiendo provisiones y
caudales y que le había repetido por la Capitanía del Marañón, que también es de su
jurisdicción, y que se podían esperar por Agosto uno y otro artículo respecto que la
compañía del Para estaba obligada a suministrarlos: que don Antonio Rolin podía estar
en Río Negro al tiempo que señala el Gobernador del Para, y que a su llegada nombraría
los Comisarios. Se le ha cortejado y servido al Teniente Coronel, costeándole de víveres
y rancho, así en su paso por San Fernando y por los dos Raudales, como en su
residencia aquí y proveyéndole para su vuelta a Río Negro. Dios guarde, etc."
.
Pero no estaba en manos de Iturriaga, por mucho que extremase las cortesías y servicios
a los portugueses, prolongar la vida del Tratado de Límites. La muerte de Fernando VI,
que, desde el fallecimiento de su esposa doña Bárbara de Braganza, verdadero vínculo
de entendimiento entre las dos Coronas, venía sufriendo ataques de enajenación mental,
había dado el golpe de gracia al Tratado. Siete días después de escrita la anterior carta,
Iturriaga recibía un despacho de Wall, en el que se le ordenaba que no diera ningún paso
adelante.
La intención está bien clara. Se trataba de dar pábulo al ambiente de descrédito que se
venía formando alrededor de los jesuítas en la Corte de Madrid, lo mismo que en la de
Lisboa. Y, en aquel buscar de motivaciones de todas clases para la destrucción de la
Compañía, se trataba, por este lado, de mostrar, bien corregida y aumentada, la
oposición de los Padres "a la mala voluntad de los Jesuítas al cumplimiento del Tratado"
que el Director don Francisco de Auzmendi señala con reiteración en un Informe
expedido por el año 1766, Se trataba, además —ya que si la demarcación, por motivos
conocidos, no podía ser simpática a los jesuítas en la división del Sur, la verdad es que,
a través de todo su expediente, no acierta Alvarado a mostrarnos un sólo argumento de
peso demostrativo de la oposición de los jesuítas a la demarcación en la región en que él
se ocupaba— se trataba, decíamos, de mostrar a Iturriaga, a quien su rencor no
perdonaba ni después de muerto, como un mero instrumento de los supuestos oscuros
planes de la Compañía.
Respecto a ésto, que es lo que aquí nos interesa, comenzaremos por decir que lo curioso
es que, como advierte Monseñor Navarro indudablemente a Alvarado le sirvió de base
para su "Informe", el que, por encargo de Iturriaga (29 de febrero de 1755), redactara
para los fines, sin duda, de la Expedición y cuyo original debía existir, como era de
rigor, en los archivos ministeriales... "Iturriaga le había encomendado una averiguación
reservada sobre los puntos siguientes: Gobierno interior de la Misión —sus progresos
en la reducción de infieles, naciones en que pueden ejercerla— número y calidad de la
gente— terreno y distancia de cada una— número y vecindario de sus pueblos con
distinción de los que no fueran indios— modo de tratar a unos y a otros— en qué los
emplean— en qué años fueron fundados— haciendas y grangerías que tenga la
Misión— ministerio y ejercido del procurador que suele residir en Carichana— escolta,
su número, calidad y paga efectiva— lo mismo respecto de las Misiones del Meta y
Casanare. Pues bien, los ocho capítulos del Informe Reservado para Aranda
corresponden a los mismos puntos", pero habiéndole añadido anotaciones tendenciosas
y malévolas disertaciones que propiciaran el concepto adverso esperado por el Conde
acerca del "régimen y gobierno de los jesuítas en aquellos dominios y de si a la Religión
y al servicio del Rey es provechosa su permanencia".
Según Alvarado: "El asunto principal que Iturriaga traía entre manos era el negocio de
la Compañía de Caracas, de la que era Director principal en esta Corte en aquel año de
revoluciones que hubo en la Provincia y no había mejor medio de tratar tales intereses
que con el P. Rábago, que le sirvió de conducto, y por él fue madurando los intereses
aquella compañía dándole motivos de íntima confianza con el Padre confesor".
La tenebrosa combinación de Iturriaga con el P. Rábago empezó a dar sus frutos, según
Alvarado: "Empezó el P. Rábago y toda la idea de los Padres Jesuítas a coger el fruto de
su favorecido, pues Iturriaga en Cumaná tiró a destruir por el pie toda la carga de la
fragata "La Veneziana" en que habíamos navegado. Proyectó hacer suspensión en
aquella Provincia, con pretexto de no haber encontrado dinero en Cumaná, sin el cual no
podría moverse". Menos mal que allí estaba Alvarado que, según nos cuenta: "Opúseme
a tales ideas, y le aconsejé acudiese por dinero al Gobernador de Caracas que lo era el
Teniente General Don Felipe Ricardos, y en la Junta pública que tuvimos, ofrecí mi
vagilla y equipase, para que fuésemos adelante".
Pero, según Alvarado, las dificultades seguían y "Es muy largo de referir todo lo que
ocurrió de remarcable en las estudiadas inacciones de Don José de Iturriaga, en quien
veía yo de bulto el espíritu de los Padres Jesuítas consiguiendo sus ideas..-". Y debía ser
endemoniada "la astucia de Iturriaga, que siempre temió que yo le penetrase y supo
cubrirse de exquisito modo, y fue a hacer al Superior de Orinoco que se encargase de
comprar en el Reyno, de las haciendas de los Padres, una gran provisión de harinas para
nuestra subsistencia, y con finura fue dilatando el tiempo para que estos efectos se
corrompiesen, y le sirviesen de motivo para otro año de demora". El maquiavelismo
sube hasta grados insospechados cuando Iturriaga "pretendió que yo les hiciese cargos
de no haber cumplido con la contrata, diciéndoles que, en lugar de harina, habían
remitido asemita y que ésta no correspondía al precio". Menos mal que Alvarado, según
escribe : "Le penetré la idea de que yo fuese el instrumento de la queja de los Padres y
lograr él sus fines sin romper con ellos, y le respondí sobre tal artículo lo que consta del
número 12, y después de dos años, transigí esta cuenta con los Padres pagándoles el
tercio menos; pero se colige, si estoy a lo literal de las cartas de Iturriaga, que los Padres
procedieron de mala fe en este encargo. Es cierto que la calidad del temperamento en
que estuvieron destinadas las harinas pudo contribuir a su corrupción, pero no enviar
asemita en lugar de harina flor, según la mente de Iturriaga".
No merece la pena de continuar con este Informe, en que todo se vuelve quejas y más
quejas contra ía conducta de los jesuítas y el afán de establecer que "está de bulto la
ninguna intención que tuvo don José de Iturriaga de llevar a debido efecto las órdenes
del Rey". Como dice bien Monseñor Navarro, "su caballo de batalla consiste en atribuir,
tal vez gratuitamente, la inacción de que acusa a don José de Iturriaga, a instrucciones
secretas de Madrid y Roma, de cuyos manejos se hallaban los de acá ignorantes", según
asienta el mismo Alvarado con estas textuales palabras: "Los P.P. Jesuítas del Orinoco,
del Meta, Casanare y Reyno de Santa Pe que no poseían el secreto de ser Iturriaga de su
partido, porque esta que el primer Comisario fuese un instrumento de la Compañía. Sus
quejas contra los jesuítas continúan (136), sin que sea embarazo para ellas ese
"paisanaje vasco" del que habla Monseñor Navarro y el haber nacido precisamente en el
propio pueblo de Ignacio de Loyola, la villa de Azpeitia. Nada tiene que ver todo esto
que, sin duda, le predisponía a la simpatía hacia la Compañía de Jesús, para que su
carácter áspero y las responsabilidades de su cargo le llevasen, ahora y después, a peleas
con los jesuítas a cuenta de ésto o aquéllo, como, en sentido opuesto, "la buena
disposición de los Padres Capuchinos Catalanes, misioneros de Guayana, le impulsara a
ir, en su compañía, en el importante asunto de la atracción de los Negros".
Sólo el resentido Alvarado era capaz de creer en ese tenebroso contubernio de Iturriaga
con los jesuítas del Orinoco.
Muy señor mío: Diceme V.S. en carta particular del 19 del corriente en respuesta de otra
mía dé 18 del mismo, que yo no le puedo mandar.
"No sé en qué puede V.S. fundar esta novedad, no habiendo resistido las instrucciones y
órdenes que le di en Cu-maná, ni su práctica, antes y después de su arribo a Guayana.
"Espero que con más seria reflexión, se conducirá V.S. al dictamen contrario, que es el
cierto, más sano y seguro, y que me dé V.S. noticia de ello.
Dios guarde, etc."
A ésto contesta Alvarado con una larga carta, fechada en 1° de enero de 1756, en que
recuerda a Iturriaga sus reuniones en Madrid, junto con el Marqués de Valdelirios
(primer Comisario de la expedición del Sur), "en una de nuestras casas a discurrir lo
más conveniente por los Mapas de la corte de Lisboa", etc., etc. Dicele también: "V.S.
no puede negar que en Cádiz nos juntábamos para escribir acordes al Ministerio sobre lo
más mínimo que ocurría..."
Indudablemente, Iturriaga había ido muy lejos en su desdén por Alvarado. Fueran las
que fuesen las causas. "Hubiera sido mejor —como se dice muy razonablemente en el
mismo documento que acabamos de citar— "que V.S. hablase claro, diciendo que no
quería tal segundo, pero después que el Rey ha hecho tal confianza y distinción de su
persona, debe V.S. sugetarse a la decisión de sus reales órdenes que le llegan
inmediatamente de él, mortificando su propio afecto...".
Debió de ser duro golpe para Iturriaga el recibo de estas cartas de la Corte, con la severa
reprimenda de Wall.
Pero, las horas van ejerciendo su sedante influjo, y asi vemos que, en otra carta
posterior, se muestra más sereno: "...con humilde y profunda veneración recivo la
reprehensión del Rey y el perdón que se ha dignado concederme la piedad de S.M. y
siguiendo yo tan soberano exemplo, perdono al author de las viziadas noticias"
.
Las órdenes reales llegaron a Iturriaga el 28 de enero. Rápidamente hubo de reaccionar,
reconociendo sus errores, y trazando sus planes de futura actuación, conforme a lo que
el buen sentido y las circunstancias demandaban, sin mas dilación dio aviso a Alvarado
de lo que se disponía respecto a la convivencia de los Comisarios.
En contraste con esta constante enemiga de Alvarado, no está de mas resaltar, en breves
palabras, la confianza y el afecto con que Iturriaga distinguió siempre a don Josa
Solano, el cuarto Comisario de la Expedición y quizá el hombre que, por su valer, más
se distinguió en ella. La confianza que Iturriaga puso en Solano y la lealtad con que
éste, en todo momento, le correspondió, honran igualmente a los dos. Y cuando vemos
la diligencia con que Iturriaga se apresura a dar cuenta de los éxitos de Solano, ya en el
paso de los raudales, ya en sus exploraciones y tratos con los indios, ya en el hallazgo
de árboles de canela, etc., etc., nos compjace-mos en la noble unión de estos dos
espíritus a los que la saña de Alvarado no perdonó, ni cuando, años después de
liquidada la Expedición, escribía: "El actual Gobernador de Caracas que lo es el Capitán
de Navio don José Solano y el Comandante General del Orinoco, que es el gefe de
escuadra Don José de Iturriaga, a cuya autoridad está sujeto el Gobernador de la
Guayana, por decisión del Ministerio, de ningún modo los encuentro a propósito para
que, directa o indirectamente, tengan que ver en estas presidencias" .
Allí transcurrieron los cinco últimos años de su vida, entregado a las preocupaciones de
su cargo, que le deparaba problemas similares a los que ya en la comisión de límites
había tenido que afrontar. Unas veces, serán los portugueses a quienes ha de reclamar
por ocupaciones indebidas del territorio y que, diplomáticamente, le responderán
diciendo que, todo lo que ellos ocupan lo es en virtud de antiguo derecho y que así debe
permanecer hasta que los respectivos Príncipes resuelvan otra cosa (148); otras, será la
necesidad de atender al pasto espiritual de las nuevas poblaciones del río Orinoco, para
lo que conseguirá que el ministro Arriaga prepare una Real Orden dirigida a Fray José
Antonio de Jerez, Prefecto de las Misiones del alto Orinoco y Río Negro y fechada en
noviembre de 1762, en la que se le comunica que ".. .ha resuelto el Rey que luego que
Vuestra Reverencia reciba ésta, disponga una Misión de seis o siete Religiosos antiguos
y de Carta del Gobernador de Rio Negro, D. Manuel Bernardo de Castro, fechada en
Gran Para, el 26 de agosto de 1763.
Por el mismo año de 1762 en que se nombraba a Iturriaga Comandante General del
Orinoco, erigió el Bey en Gobierno separado la provincia de Guayana, designando para
Comandante de ella al Coronel don Joaquín Moreno de Mendoza, ordenándole la
transmigración de la ciudad de Santo a la angostura del Orinoco, es decir, en el mismo
lugar que, según vimos, el Comisario don José Solano había indicado como conveniente
para una nueva fundación. El nombramiento de Itu-rriaga, según el cual se sometía a su
autoridad todo el Orinoco, efectuado tres meses después del del Moreno Mendoza,
venía a crear entre ambos motivos de colisión de poderes y lucha de competencias, que
empezaron ya desde 1763, fecha en que se dispuso, por real orden de 20 de julio, que las
dudas que se suscitasen y dificultades que pudieran presentarse en la ejecución de lo
dispuesto en 4 y 5 de julio del año anterior (fechas de nombramiento e instrucciones
respectivamente enviadas a Moreno Mendoza) las resolviese don José Solano, que a la
sazón era Gobernador y Capitán General de Venezuela, según nombramiento fechado
en Madrid el 12 de junio de aquel mismo año de 1763.
Para ello, hubo de interrumpir su carrera que continuó en adelante con aquella doña Ana
Antonia de Atristain, la fiel compañera de su vida. Pues bien, ahora, al final de ella,
volvería allí. En su mayorazgo de Sarria, en Orio, en sus tierras de Usurbü (1), o mejor
que todo, en su Azpeitia natal, en aquel verdeante valle que en el Urola se espeja y en el
que la mole del Izarraitz pone una nota de majestuosa perennidad, en aquel valle de su
in-íancia y mocedad, el mismo donde corriera las suyas Iñigo de Leyóla, el peregrino de
las rutas del cielo, sería bueno terminar en paz su trabajosa vida, arrullado por los
recuerdos de tanta lucha y tanto trajinar por tierras exóticas. Apacibles paseos; graves
conversaciones con los Padres del Santuario; charlas sobre éste o aquél tema científico
con sus viejos amigos, aquellos caballeriles de Azcoitia teñidos de un amable
volterianismo...
Todas estas cosas y muchas otras más, nos place imaginar que pasarían por la cabeza de
nuestro guipuzcoano cuando, después de haber delegado todas sus facultades de
Comandante General del Orinoco en el que hacía poco que había entrado a serlo de
Guayana, don Manuel Centurión, emprendió viaje hacia Caracas.
APÉNDICE l.
INFORMACIÓN sobre el estado de la expedición de Limites a cargo de ITURRIAGA
redactada por D. Julián de ARRIAGA (Secretarla de Estado).
(Archivo General de Simancas. Legajo 7391, folio 1).
Extracto.
Se dice cómo para establecer la frontera entre los dominios de España y Portugal, según
se previene en el Tra¿ tado de Limites, se formaron dos divisiones de Comisarlos, unos
para el Norte y otros para el Sur.
Cómo las del Norte salieron a principios del 1754 y llegaron a dimana el 9 de abril.
Como no hay otro camino para llegar a su destino sino el de Cumaná, se le encargaron a
ITURRIAGA algunas diligencias y reconocimientos mientras se mantuviese allí y en el
tránsito para el Río-Negro, que desagua en el Marañón por su ribera septentrional,
donde esperan los portugueses.
Tomar las noticias mas exactas de todo cuanto pueda conducir al buen gobierno de esta
provincia, de las islas Trinidad y Margarita.
Averiguar las comunicaciones del río Orinoco y el estado de las misiones que mantiene
allí V.M. y en la provincia de Guayana.
Tomar noticia de todo lo concerniente a la Historia Natural del gran terreno situado
entre los ríos Marañón y Orinoco, perteneciente a SJM., a cuyo efecto llevó consigo a
Pedro Leofflin (sic), famoso botánico sueco, con cuatro discípulos españoles, los cuales
iban principalmente para mejorar un defecto de la canela que producen las provincias
Mijos y Macas, que en sí misma es más aromática que la canela del Ceilán, para cuya
obra se dieron muy individuales instrucciones, considerándola mucho más importantes
que la principal.
Después envió el navio a Caracas y pidió a Ricardos (el gobernador de allí) 100.000
pesos y Ricardos le dio 80.000.
Salló ITURRIAGA de Cumaná para Cabruta sin que haya recibido carta suya, sino las
primeras de su llegada, en que no hace mención de las disputas.
Pero el gobernador, en carta de 22 de mayo de 1754 al marqués de la Ensenada, le dio
cuenta de lo ocurrido, cuyos papeles llegaron después de su separación. Después se
supo que en 1755 se valló ITURRIAGA del Gobernador de Trinidad para tomar víveres
de los franceses de Martinica y que en este año y el de 1756 ha padecido toda la
Expedición suma miseria, muriendo la mitad de sus individuos y padecido muchos
quebranto en la salud el mismo Iturriaga.
TODAS las noticias extrajudiciales que se reciben condenan su conducta como hombre
perezoso y de áspero trato, pero no ha llegado ningún informe que le defienda ni carta
suya de oficio, ni para sus amigos, ni para su casa.
Se refiere después a noticias de ALVARADO. Madrid, 1 de junio de 1757.
"Se dio cuenta a V.M. de todo lo referido con otras circunstancias agravantes y en su
inteligencia mandó comunicar a Don Julián de Arriaga los antecedentes para que
discurra y proponga las providencias más prontas, a cuyo tiempo llegó el Capitán de
Fragata Don Juan Ignacio de Mada-riaga, enviado por ITURRIAGA para que informe
su situación, y muy poco después han llegado los pliegas del referido ITURRIAGA con
cuyo motivo se suspendió el informe y dictamen que pidió V.M. hasta oír las últimas
noticias.
Este oficial, en siete cartas fechas en el rio Orinoco a 15 de noviembre de 1756, entra
quejándose de la conducta del Gobernador de Cumaná, no sólo por los hechos que van
sentados en que se conforman los dos y de que dio cuenta el Gobernador al Marqués de
la Ensenada, en cartas y autos que se recibieron después de su deposición, sino también
por otros sucesos dirigidos a destruir la expedición y son los siguientes:
Que, viendo no le quería dar nada, se valió de los dineros que le enviaron sus amigos de
Caracas para habilitar su transporte con embarcaciones y víveres a su costa, porque ni
aún con esto quiso auxiliarle, antes bien le enviaba los Patrones y bogadores todos los
días a su casa, diciéndole que los mantuviese, pues de lo contrario no extrañaría su
deserción, y asegura que sobre estas especies tuvo que tolerarle mucho.
Que tuvo con él (carta 4) una disputa sobre compra de embarcaciones y entre las que le
ofreció fueron dos muy grandes que no le servían y después de la disputa le subrogó
otras tan chicas que tampoco eran del caso, y así tuvo que despachar por si mismo el
primer convoy.
Que le puso muchas dificultades y controversias (carta 5) sobre sueldos de la tropa que
llevó y que no quiso darle al Sargento mayor para que la mandase (carta 6).
Que, usando de la orden que se le mandó de llevar Capellanes, se ajustó con tres
Religiosos y no quiso permitirles el pase, que por Iturriaga no se los pedía a él, a que se
excusó y lo dejó ir sin ellos.
En otra de la misma fecha, que también acompaña, recopila los sucesos antecedentes y
añade que cuando estuvo en Cumaná había en cajas más de 30.000 pesos, y que en el
día llegarían a 50.000, y después de pedir una cédula muy fuerte para que le den 40.000
sin dependencia del Gobernador, añade que este sujeto es mal servidor de V.M. y peor
Gobernador, pues con el largo estudio de las Leyes de Recopilación, ayudado de la
amistad de un Escribano antiguo que hay allí, sabe muy bien los modos de descubrir
con las mismas leyes las picardías y trampas comunes en aquellas partes.
En otra carta de 20 de octubre, que se hará presente más abajo, añade que le fue preciso
fabricar en la Trinidad y Guayaría otras embarcaciones, cuya construcción la tenía
empezada en Cumaná, pero cesó en ella porque el Gobernador le quitó los oficiales con
pretexto de hacer cureñas para la plaza.
Últimamente dice, en carta del 6 de abril de este año, que al mismo tiempo que este
gobernador de Cumaná procuró por todos los medios posibles destruir la expedición, el
de la Margarita la auxilió con cuantos pudo, enviándole embarcaciones, víveres en
abundancia, medias para la tropa, 3.000 pesos en dinero y otras cosas, añadiendo que si
le fuera lícito comparar el mérito de estos dos Gobernadores, sería de parecer que al de
Margarita se le diera el Gobierno de Cumaná, para que vea cuanto desagradan a V.M.
los agravios hechos a su comisión y cuánto le complacen los auxilios que se le
franquean.
Mientras tanto, envió los Comisarios y Geógrafos con las tropas correspondientes cada
uno a su destino: a Solano para hacer embarcaciones chatas en la Trinidad, a Alvarado
para reconocer la provincia de Guayana y así otros, todos los cuales fueron enfermando
y muriendo algunos, por cuyos motivos se fueron atrasando las operaciones.
Iturriaga arrancó finalmente de Cumaná por el mes de junio de 1755, habiéndose
detenido allí más de 14 meses después de su llegada.
Llegó a los pueblos de las Misiones de los Padres Capuchinos Aragoneses de la costa de
Parla y desde allí pasó a la Trinidad, subiendo después por el río Orinoco, reconociendo
varios sitios y en especial se informó de los raudales de los Atures y Maipures, situados
en la Ribera del sur y que se han de pasar forzosamente para buscar a los Portugueses en
el río Negro, de que da cuenta en carta de 20 de octubre de 1756, arriba citada, y dice
que habiendo vencido Solano las dificultados que se ponderaban en los dos raudales,
estaba pronto para empezar la línea luego que reciba la respuesta de estos pliegos y no
cree encontrar otro reparo invencible para su tránsito al río Negro para el tiempo de las
brisas del año próximo, que es éste de 57 a 58.
Esta es la carta más esencial de todas cuantas envía con /echa de 20 de octubre de 1756,
y es muy notable que, escribiendo otras en marzo siguiente de 1757 y una fecha a 6 de
abril, no vuelve a tocar la especie de si estará o no pronto para navegar; antes, en una de
22 de febrero, dice que no pudo ir a los raudales porque fue preciso dar licencia a los
indios Vogas para que se fuesen a sus casas.
De los muertos, da cuenta en otra carta de esta fecha y son el tercer Comisario Urrutia,
Capitán de Navio, los Cosmógrafos, Don Juan Galán, el Padre Haller, que iba también
de Capellán, Don Francisco Guillen y Don José Santos, el Botánico Leoffling y uno de
sus discípulos que se ha desaparecido y remitiendo un cajón de yerbas y papeles que
dejó el Botánico, pide providencia.
Para el empleo de Comisario, a falta de Urrutia, ha nom-f btado al Capitán de Fragata
Don Juan Ignacio de Madariaga, i, que es el sujeto que ahora envía y pide se le confirme
este nombramiento al mismo tiempo que recomienda particularmente su mérito y
servicios de tres años, negado a las ventajas que pudo adquirir en su carrera, sin haberle
premiado con igualdad a los demás que fueron a la misma expedición.
Así mismo recomienda en dos cartas, de 20 de marzo de este año, a Don Ignacio
Milhau, el cual fue elegido para Geógrafo de esta expedición en el estado de Guardia
Marina, a cuyo tiempo se le Incluyó en una promoción con el grado de Alférez de
Fragata, y por esto no le corrió otro grado, sino el de Alférez de Navio cuando V.M.
concedió dos a los demás. Pide Iturriaga el de Teniente de Fragata para este sujeto y
asegura que, según su habilidad, le hubiera adquirido acá aunque no hubiese ido a la
expedición.
Igualmente recomienda a los Guardias Marinas Don Vicente Doz y Don Nicolás
Guerrero, que fueron sin ascenso a trabajar con Don José Solano y se han aplicado tanto
que pueden servir de Geógrafos: pide para ellos los dos grados que se le dieron a los
otros.
Últimamente dice que, por no tener Cirujano, retuvo para sí en Cumaná a Don
Francisco Rodríguez, uno de los de la armada y pide la misma ayuda de costa de 20.000
reales que se dieron a los otros Cirujanos destinados desde acá y que se expida la orden
a los oficios de Marina para que se le haga presente como a los oficiales.
El coronel Alvarado tenia escritas cuatro cartas a Don Ricardo Wall, con fecha de 20 de
diciembre de 1755, a que acompañó un duplicado del reconocimiento que hizo en la
provincia de Guayana, que comprende aquella historia natural y la forma de Gobierno
de los Misioneros, comunicaciones con las Colonias Holandesas, sus grangerias y modo
de vivir.
Acompaña copia de la Instrucción que le dio Iturriaga y satisface a ella capítulo por
capítulo, haciendo ver que algunos son inasequibles y de camino se queja de la cortedad
que le dio para el viaje y que le había puesto en un destino donde pasaba mucha hambre
y enfermedades.
En una de las cartas dice que llegaron allí a fines de junio de 1755 Iturriaga y Solano,
derrotados de los aguaceros pero luego cayeron malos y otros del convoy de que ya
estaban ellos mejorados. Que Iturriaga había de marchar, pero como ya los fines de
diciembre no daban providencia para la marcha. Vistos los perjuicios de sufrir otro año
en aquellas provincias, se persuadía a que procedía con orden de Don Ricardo Wall.
Últimamente, en otra carta de la misma, hace presente su mérito en 25 años de Capitán
hasta el de Granaderos en lo mas crudo de la guerra y pide el grado de Brigadier.
NOTA
Este oficial, Alvarado, era Capitán de Granaderos del Regimiento de Lombardía. Don
José de Carbajal, con la noticia de su expedición y pronto manejo, le sacó con el grado
de Coronel de Infantería el año de 1750, para encargarle el despacho de los dos navios
que fueron por los dos rumbos de la línea, y lo demás que ocurrió en más de tres años y
medio, teniéndole destinado para que pasase después como segundo de Iturriaga y así lo
ejecutó sin que se le diese otro grado, como se hizo con los oficiales de Marina.
Reflexiones sobre estos hechos y otras especies que toca en sus cartas :
Quedóse ITURRIAGA en Cumaná más de catorce meses, sin saberse a qué fin, una vez
que él mismo se queja de que el Gobernador no le dejó hacer nada; pero aún es más
notable que retuviese en aquel puerto nueve meses la fragata que le llevó sin
despacharla a Caracas, a donde llevaba su destino, ignorándose el motivo de la
detención y más no habiendo dado cuenta entonces, ni escrito una palabra como debiera
y pudiera en ocasión tan segura para que V.M. supiera la perjudicial detención o
desobediencia del Gobernador de Cumaná y las enfermedades y miserias que
experimentaban ya. Ni tampoco quiso escribir poco antes por mano del Gobernador de
Caracas, pudiendo llevarle las cartas Madariaga cuando fue por 100.000 pesos, de suerte
que no ha escrito sino las primeras a los ocho días de su llegada y éstas de ahora.
En algunas partes dice que no pudiera hacer nada si no fuese por los préstamos de sus
amigos de Caracas, pero en todas omite la noticia de que su Gobernador le dio 80.000
pesos y sacó otros 20.000 de los efectos que llevó de acá, ni tampoco dice que envió a
Madariaga por más dinero, aunque ignorase que le han dado últimamente otros 62.000
pesos.
Así mismo es de admirar que, después de tres años cumplidos, sale, en carta del 6 de
abril de éste, diciendo cuanto siente no haber podido participar antes los sucesos
pasados y que mientras le llega algún Secretario, tantas veces pedido, irá coordinando
las noticias, etc.
Sobre ésto se previene que jamás ha pedido Secretario, ni aún ha escrito como él mismo
confiesa y se percibe de todas sus cartas, y como estábamos aquí persuadidos de que era
imposible en él semejante omisión, se creyó que el Gobernador de Cumaná le
interceptaba las cartas, pero es justo y preciso libertarle de esa nota.
Lo que hay en esto del Secretario es que, estando ya señalado para que lo fuese de la
expedición y Congreso un individuo de las Oficinas de V.M., propuso ITURRIAGA a
Madariaga fuese en lugar suyo, manifestando iría contento si
le daban el grado de Capitán de Fragata, que era su inmediato ascenso, y aunque sobre
esto se le propusieran diversos inconvenientes, aseguró que las prendas de Madariaga y
su amistad le quitaba todo recelo y este expediente verbal que pasó con Don José de
Carbajal le adquirió el grado, y que pasase a las órdenes de ITUBRIAGA. Ahora se
olvida de todo esto y echa de menos que no diesen a Madariaga los dos grados que a los
otros y que no se le haya enviado el Secretario que no ha pedido.
Aún son mas notables y más de temer los resultados de la indisposición de este oficial
con el Coronel Alvarado. Desde que llegó a Cádiz le empezó a faltar a la
correspondencia de urbanidad, le quiso quitar el despacho del último navio en que de
orden de V.M. estaba entendiendo, y pasaron otros lances que, sabidos por Don José de
Carbajal, les advirtió reservadamente algunas cosas y decidió la competencia a favor de
Alvarado.
Luego que llegaron a Cumaná, le destacó a la Guayana y no se han vuelto a ver sino una
vez, de paso, en esta Provincia.
De aquí ha resultado alguna indisposición entre los dos, y aunque la presunción está a
favor de ITURRIAGA por ser Superior, los hechos particulares que han pasado prueban
claramente que el agresor ha sido él, además de lo que se puede afirmar
extrajudicialmente.
Lo segundo, para preparar la disculpa por si le hacen este cargo, le tiene siempre
distante, y por eso dice en carta de 22 de febrero de este año, que no le comunicó los
secretos que reveló a Madariaga y Solano, por si acaso se muere, y es muy de notar que
siendo Alvarado su segundo y estando capitulado con la Corte de Lisboa, que ha de
hacer de primero por su falta, no le haya comunicado estos secretos que llama tan
importantes, aunque fuese por escrito, y sin embargo sé que tratan sólo de la canela, sin
reparar que si sucediese su muerte sería muy de temer una general desobediencia contra
Alvarado y otro nuevo embarazo con Lisboa, y no es imaginario el recelo, pues no
puede menos de ser muy escandalosa tanta desunión con su segundo, y producir en los
favorecidos una animosidad difícil de reprimir en aquellas partes.
Lo tercero, lo destinó y mantuvo en Guayana que, sobre ser uno de los mas distantes, es
el más enfermo de todos, como él mismo lo experimentó con toda su comitiva en pocos
días que estuvo allí de paso.
Pasando a otros asuntos, se repara que en el mes de octubre de 1756, dice que ya no
espera mas que la respuesta de estas cartas para transportarse luego al Río Negro, pero
en las posteriores que escribe en febrero, marzo y abril de este año de 1757, no toca ya
este asunto ni dice si está o no en estado de pasar adelante, antes bien, en la de 22 de
febrero, dice que no pudo ir a los raudales porque fue preciso enviar a su casa los Indios
Vogas.
Ademas de ésto, están todas las cartas tan descarnadas y secas, que ni se percibe idea
del estado en que se halla, ni de la situación de las provincias y comunicaciones de sus
ríos. Se disculpa con la falta de Secretario, pero no se halla excusa al empeño de querer
penetrar todos los secretos de un terreno cuyo clima es poco menos que inhabitable y
aunque en él se comprendan las mayores riquezas, sólo podrán servir sus especulaciones
para adorno de la historia natural.
Da noticia de la muerte del Botánico, con expresión de que allá no hay otro que ocupe
su plaza, y como el fin principal de su envío fue para la canela de la provincia de Quijos
y Macas, parece que con la instrucción circunstanciada que se le dio y otros secretos que
dice tiene adquiridos, bastará para que pueda dirigir a los discípulos del Botánico.
Pide, en carta separada, que V.M. envié una Cédula de libertad para los Negros
fugitivos de las colonias Olandesas, a fin de que vengan a nuestros dominios y ésto lo
hace apoyado en el dictamen de los misioneros capuchinos, cuya proposición merece
desprecio, porque VM. no es dueño de ellos ni es permitida semejante hostilidad aunque
estuviésemos en guerra con aquellas Repúblicas, no porque los Olandeses no ejecuten
equivalente excesos, pero lo hacen secretamente y
De todo ello se infiere que, sin haber hecho en tanto tiempo otra cosa que empeñar
inconsideradamente a sus subalternos en manos de la hambre y de la intemperie, no
hemos sacado otro fruto sino unos cajones de ojas y cortezas parecidas a la canela. No
ha empezado a trabajar en su principal destino, y no repara en pedir premios para los de
su parcialidad, sin hacer mención de Alvarado, que es el único que se fue sin el premio
equivalente a los otros, y esto es lo principal que resulta de sus cartas, en cuya
inteligencia resolverá VJM. lo que sea más de su real agrado y servicio.
Madrid, 8 de agosto de 1757.
(Archivo General de Simancas. Legajo 7391, folio 3).
Madrid, 22 de agosto de 1757.
Por el Sur fue el Marqués de Valdelirios y los suyos, y por el Norte Don José de
ITURRIAGA con otros Comisarlos y Geógrafos.
Estos salieron mucho después que aquellos, llevando a su cargo, ademas del fin
principal, diferentes comisiones que han de ejecutar en el camino.
Llegaron al puerto de Cumaná, y sin embargo de varias cédulas y órdenes dirigidas a
este Gobernador para que le auxiliase con todo cuanto tubiese en su jurisdicción, negó
este auxilio con excusas insuficientes y aún embarazó los medios que preparaba
ITURRIAGA para habilitarse a costa de los fondos que llevó y el caudal que se le dio
en cajas de Caracas.
Los autores de todo el daño son Don José de ITURRIAGA y el Gobernador de Cumaná:
la suma de todo es que cumpliéndose ahora tres años y medio que llegaron a Indias, aún
no han salido del rio Orinoco para ir al Negro, donde deben acudir los Portugueses.
Las causas están desmenuzadas en el extracto adjunto con las reflexiones que
acompañan, en donde verá S.M. que si tenemos la felicidad de que esté servido por los
que fueron al rumbo del Sur, se verifica al contrario en éstos del Norte
Mandó V.M. que Don Julián de Arriaga pusiese su dictamen, y que después lo viese
Don Francisco de Auzmendi, y están conformes en las providencias siguientes:
Que se quite al Gobernador de Cumaná no solo por castigo (muy leve a correspondencia
de sus culpas, en que está confeso) sino para que concurra otro con todas sus fuerzas a
esta última habilitación.
Que sea -éste interino por el poco tiempo que le falta, mientras V.M. le nombra sucesor,
respecto de que no se podrá habilitar el nombrado con la celeridad que conviene.
Que el interino sea el Gobernador de la Trinidad, o el Comandante del Batallón de
Caracas.
Que se reprehenda con secreto y severidad a ITURRIAGA todos sus defectos, cargando
la mano sobre tres puntos: el primero el escándalo y mal ejemplo con que tiene separado
de si al coronel Don Eugenio Alvarado que es su segundo, sin darle parte en nada contra
lo que le está mandado; el segundo que se venga proponiendo una multitud de gracias a
favor de los que hasta ahora no han hecho nada; y el tercero que se haga asunto
principal descubrir los secretos de aquel río y sus provincias situadas en clima que él
mismo llama homicida, advirtiéndole muy seriamente que su fin principal expreso en
todas las instrucciones y órdenes es cumplir el empeño con los Portugueses y mejorar la
canela de la jurisdicción de Quito.
Se le negará el ascenso que pide para Madariaga, extrañándole que afirme le tendría, si
no hubiese ido allá y ad-vírtíéndole que debió excusar su venida, como también que le
haya pagado sus sueldos con exceso, teniendo tan mal atendidos a los otros
dependientes.
A los Guardias Marinas que hay allá se les hará Alféreces de Navio, por ahora
empezarán a servir de Geógrafos.
Se negará, la licencia que piden de vender en Caracas las generalas y la ayuda de costa
que propone para el Cirujano de Marina.
No siendo necesario que vayan de aquí más Geógrafos ni más personas que Madariaga
y un Botánico, se le enviara la orden que pide para que los Gobernadores le den
Oficiales de quien pueda servirse en caso necesario, y especialmente que tome un
Secretario entre ellos, encargándole que use de esta orden con moderación y
advirtiéndole las equivocaciones que se le han notado sobre este punto de Secretario.
Se harán otras advertencias menores, y se considera pn, ciso avisar a Lisboa por medio
de su Embajador el estadi* de la expedición y causas forzosas de haberse detenido.
Madrid, 22 de agosto de 1757.
(Archivo General de Simancas. Legajo 7391, folio 12), Colleccao Varnhagen, doc. 180.
Madrid, fines de agosto de 1757 (consta doc. 179). Despacho del Ministro Wall para
Iturriaga, reprendiéndolo, de conformidad al documento anterior.
COPIA
De una minuta de carta del Señor Wall al Señor Don José de Iturriaga, reservada,
notándole sus excesos y repre hendiéndoselos, severamente.
Las primeras cartas que se vieron de V.M. con fecha UL muy pocos días después de su
llegada a Cumaná, se redujeron en substancia a proponer si estando mandada dar la
mesa a todos los dependientes de la expedición deberían también ser comprehendidos
en gratificaciones muchos que no incluye la Ordenanza de Marina, refiriendo la
prontitud y celo con que se empleó el Gobernador en la descarga del Navio y
alojamiento de los que iban a su bordo, y aunque a estas cartas se dio pronta respuesta,
parece que no ha llegado a manos de V.M.
Causó admiración que en el mismo Navio y con fecha posterior que dirigió el citado
Gobernador al Marqués de la Ensenada, para que se le aprobase su resolución de no dar
& V.M. dinero ni cosa que lo valiese, no obstante la decisión clara de la cédula de 19 de
Junio de 1753, que se le intimó y como aquí se viesen impertinentes excusas que
insinuaba, ya <jue los Indios hacían falta y no pagarían los tributos mientras sirviesen,
ya que si entregaba tropa seria preciso reemplazarla con labradores, ya que necesitaba
todas las embarcaciones hasta que encontró las leyes que tratan de librar -. cuídales de
Real Hacienda que le parecieron bastantes para absoluta exclusiva, sin embargo de las
concluyentes razo-con que Vil. le hizo ver que no eran del caso, se extrañó la falta de
cartas de V.M. en una ocasión tan impor-ite y en el principio de los preparativos a que
solo podían concurrir estas provincias, gobernadas por un hombre enteramente opuesto
al curso de la expedición, y más debiéndose sospechar que en el mismo Navio se
condujo a la causa de su enemiga, como se infiere de la repentina mudanza que hubo
con diferencia de pocos días de la llegada entre el primer auxilio para el desembarque y
la denegación de todo alivio para después.
Llegaron las cartas del dicho Gobernador después de la separación del Marqués de la
Ensenada y aunque al instante se echaron menos las de V.M. se presumió que tal vez se
las podían haber extraviado o que vendrían en algún otro Navio de la Compañía, pero
no habiendo sucedido así, dio cuenta últimamente el Gobernador de Caracas del dinero
que había entregado a Don Juan Ignacio de Madariaga, en virtud del poder de V.S. y
llegó con el Navio Don Santiago de Zuloaga, sin carta ni la menor especie tocante al
estado de la expedición.
Con todo eso, luego que supo por cartas particulares que V.S. después de haber tocado
con la Guayana se estableció en Cabruta, se esperaba que diese noticia formal de su
estado tanto mas necesaria cuanto se había engrosado la fama de las enfermedades,
hambres y miserias a que han estado sujetos todos esos dependientes, aunque no fuese
sino para sacarle cuanto antes de un país que V.S. mismo llama homicida.
Últimamente, al cabo de tres años cumplidos, escribe V.S. enviando a Madariaga para
que explique su mente en lo que no expresa cuya diligencia hubiera sido mas oportuna
en los principios, aunque siempre inútil para el fin público de la expedición y mucho
más ahora que después de tanto tiempo no pueden conducir las noticias de este oficial
sino para acelerar la idea de que se tenía acá por precisa de que V.S. abandone el río
Orinoco y sus provincias, recogiendo lo trabajado que a lo menos conducirá para
disminuir el recelo de que se establezcan extranjeros vista la intemperie del clima y las
dificultades de la naturaleza.
Después del fallecimiento del Señor Don José de Car-bajal ha tomado el Rey tan de su
cuenta el conocimiento por menor del tratado de Límites, su progreso y resultas, que
apenas tendrá ejemplar, ni será creíble, si no a quién ha visto, pues llega a la
menudencia de ver y corregir las minutas de las órdenes y hacerse leer las cartas más
dilatadas, sin fiarse de extractos y habiéndose puesto en su noticia lo que ha pasado en
la expedición del cargo de V.S. junto con sus cartas halla las notas y reparos siguientes:
Lo primero, que siendo V.S. y el Gobernador de Cumaná los autores de los daños y
atrasos experimentados por que los demás no han hecho sino obedecer, duda S.M.
racionalmente quién de los dos tendrá más culpas, si el Gobernador negando el el
ausilio, o V.S. callando este (suceso) exceso y las enfermedades y miserias que se
siguieron, habiendo ceñido tantas ocasiones seguras en que pudo y debió dar cuenta.
Lo segundo, que se disculpe con que no le han enviado Secretario tantas veces pedido,
para no escribir ni avisar en tres años lo que ha ejecutado sino únicamente la simple
noción del árbol parecido a la canela y sobre esto me manda el Rey hacer memoria a
V.S. de que, con este fin y por su especial empeño con el Señor Don José de Carbajal,
llevó a Ma-dariaga por secretario de la expedición aunque solo se le man do pasar a las
órdenes de V.S. y le dio el grado de Capitár de Fragata, que no le correspondía, ni aún
ahora lo fuera según su antigüedad, y que se ha hecho mucho más notable que diga ha
pedido muchas veces Secretario cuando de todas sus cartas y de lo que ha informado
Madariaga consta que no ha escrito otras sino esta y las primeras arriba citadas de que
remite copia, pues no se cree hable de las veces que le pidió acá, constándole que para
este oficio estaba elegida otra persona y no fue por su empeño eficaz a favor de M>
darlaga.
Lo cuarto, ha notado S.M. que se venga V.S. proponiendo tantas gracias por los que no
han hecho nada del fin principal, y se ignora lo que habrán hecho en el accesorio, de que
no da cuenta por falta de Secretario, pues para el caso lo mismo es que la inacción
proceda de culpa suya o ajena; ademas de que también se ignora el fundamento que
tiene VB. para afirmar que si se hubiesen quedado aquí vendrían ya los ascensos que
propone, y es preciso advertirle que Madariaga en menos de dos años fue Teniente de
Navio y Capitán de Fragata, dejándose atrás hasta unos cuarenta oficiales mucho más
antiguos, que gran parte de ellos no le ceden nada de mérito. Tocante a los demás, no se
alcanza como en tan poco tiempo debían haber ascendido a los tres grados, y sin
embargo, de todo considerando que los dos Guardias Marinas que llevó Solano han de
servir ahora de Geógrafos, saliendo de su discipulado, ha resuelto S.M. se les confiera
hasta los dos grados por la misma razón de igualarlos con los demás oficiales de
Marina, y no distinguirlos como V.S. propone de que va carta separada de los títulos y
no se puede menos de reparar que los únicos exceptuados de la recomendación de V.S.
son Alvarado y Solano.
Se entiende que éste no debía serlo, porque llevó tres grados sin ejemplar,
remunerándosele al mismo tiempo, lo que trabajó antes de embarcarse, pero Alvarado
fue el primer llamado para la expedición y se empleó aquí cerca de cuatro años, sin más
premio que los dos grados que se le dieron cuando se le sacó de su Regimiento, y en
esta conformidad ha seguido su mala fortuna en el terreno más enfermo de todas esas
provincias manteniéndose constantemente a pesar de tanta enfermedad y miseria hasta
que logró satisfacer la instrucción de V.S. examinando todos los secretos de la provincia
de Guayana, de cuyos trabajos merecía a lo menos que se le incluyese con unos
muchachos que fueron para aprender, y lo conducente que han adquirido se reduce a
instruirse para una vulgar observación astronómica.
Lo quinto, que diga y repita V.S. no hubiera hecho nada sino fuese por el dinero que le
dieron sus amigos, sin nacer mención de los 100.000 pesos que llevó Madariaga de
Caracas, sacados los 80.000 de cajas y de que se envió últimamente por más dineros,
aunque no supiese que le habían entregado otros 62.000 pesos. Sólo se explica V.S. por
menor los socorros que le envió el Gobernador de la Margarita para preparar otra
recomendación sobre que se le dé el Gobierno de Cumaná y este proceder es mucho
más notable, viendo que avisa los excesos del que actualmente le sirve, cuando le desea
desocupado para que tenga efecto la recomendación.
Lo sétimo, queda S.M. con el cuidado de si V.S. podrá salir en el verano próximo, pues
aunque en carta de 20 de
Negro luego que reciba la respuesta de estos pliegos, escribiendo V.S. después en
Febrero de este año y la última a seis de Abril, no vuelve a tocar este punto, antes bien,
en una de ellas dice que no pudo ir a los raudales por la precisión de dar licencia a los
Indios Vogas para que fuesen a sus casas.
De aquí resulta otra consideración, y es cómo han podido devengar tanto dinero en tres
años estos dos oficiales, mayormente suponiendo que sus generalas no se han vendido.
Madariaga confiesa que su haber resulta de sueldos y ayudas de costa, y según parece
aún han dado mayores éstas que aquéllos, debiendo V.S. en todo caso dar cuenta de las
ayudas de costa que ha librado con individual expresión de sus causas, para que aquí se
determinase aprobarlas o excluirlas.
De todos estos antecedentes se han seguido tres daños principales. El primero la muerte
de tantos inútilmente empleados en esa Comisión; el segundo el desafecto con la
persona de Alvarado, que se traslució en Cádiz y se ha explicado escandalosamente en
esas provincias; y el tercero la ruina de las cajas de Caracas y la precisión de que vaya
Solano a recoger lo que haya quedado en las demás del Reino, y es cosa digna de
admiración que no diga V.S. ni conste si ha establecido algún género de intervención
para el gasto de caudales, de acuerdo con los demás comisarios, cuyo defecto probará
claramente que ni aún tiene cuidado de sí mismo, ni le aflige el recelo de quedar
implicado en unas cuentas difíciles o de imposible aprobación, sobre que se le previene
a V.S. lo conveniente en orden separada, no solo por seguir en la forma posible el orden
y modo con que distribuyen los caudales de Real Hacienda, sino también por resguardo
de su persona.
Con todos estos daños aún son más de temer otras dos resultas: La primera' que vaya
adelante la desunión con Al-varado, y la segunda que haya alguna incidencia
embarazosa con unos hombres de tanto pundonor como los Portugueses.
Quanto a la primera, debió V.S. desde Cádiz ocultar enteramente sus afectos o no
haberlos manifestado con la indecencia de intentar apoderarse de la comisión de cargar
el navio en que estaba entendiendo Alvarado, de orden del Rey, sobre lo que se pasó la
orden que V.S, sabe y esto es omitiendo otras especies domésticas que se supieron por
varias partes y se nota mucho en aquella ciudad, hubiera sido mejor que V.S. hablase
claro diciendo que no quería tal segundo, pero después que el Rey ha hecho tal
confianza y distinción de su persona, debe V.S. sujetarse a la decisión de sus reales
órdenes, que le llegan inmediatamente con él, mortificando su propio afecto, y
haciéndole esclavo del servicio de S.M. que así lo quiere, porque no le faltarán horas
para entregarse al gusto de los amigos que sean de su genioT aunque siempre será mejor
no negarse al obsequio de Alvarado para evitar escándalos, sobre cuyo asunto se le
previene también lo conveniente y con igual reserva al referido Alvarado, pues no se
ignora lo que ha delinquido, ni la calidad de su genio.
Por lo que mira al tratamiento futuro con los Portugueses no es fácil prevenir desde aquí
lo que V.S. deberá ejecutar, pues aunque están dadas reglas para evacuar esa Comisión
con la debida individualidad, se ofrecerán sin duda, algunas incidencias tal vez de
oscura decisión, y tal vez más intrincadas por el corto talento de los que concurran, y,
sobre todo, queda siempre en pie el trato frecuente de urbanidad que suele ocasionar
otras incidencias más peligrosas. Se sabe que el genio y aspecto de V.S. declina con
exceso a la seriedad, aunque en esta parte se queda con el consuelo de que en todas las
ocurrencias sabrá suavizar el trato y desmentir las señales exteriores; Por lo que mira a
las que resulten de la expedición quiere S.M. que en esta parte ceda V.S. cuanto pueda
sin indecencia, y cuando considere que no puede ceder se valdrá del medio de que se dé
cuenta a los dos Soberanos, sin contención ni disputa como está capitulado entre las dos
Cortes ; bien es verdad que en ese terreno tenemos tan corto interés que no se esperan
muchos reparos.
Todo esto que se lo digo a V.S. de orden del Rey, es efecto de la mala satisfacción con
que ha oído semejantes noticias y V.S. deberá recibir esta reprehensión reservada con la
más profunda gratitud por que se contenta S.M. con la diligencia, exactitud y buen
servicio que espera en adelante de un hombre del honor de V.S. para borrar de su
memoria los descuidos pasados.
Yo, por mi parte, puedo decirle que la división de V.S. con los demás, el huir de sus
consejos, la inacción y todo lo demás que puede notarse entre V.S. y sus dependientes,
no puede tener otro paradero sino la ruina común de todos y la exclusión de la gracia del
Rey, y asi creo que la absoluta negativa de todas las que propone V.S. resulta más de su
real benignidad, que no de su justicia, para que destituidos por ahora de sus esperanzas
queden con esta mortificación más bien dispuestos para concurrir unidos al fin
principal, y al particular beneficio de cada uno, pues de lo contrario no podrán sacar
sino confusión y deshonra y más cuando S.M. examina por sí mismo las cosas y las
juzga por su sentido, sin detenerse en la letra más que lo preciso para discernirle.
Dios guarde, etc. No tiene fecha, pero en la carpeta dice así.
Tengo formado un borrador de mapa de todo este camino con sus jornadas y con las
individualidades predichas, y espero otras noticias que ha ofrecido enviarme el Padre
Narciso para añadirlas al borrador y ponerle en estado de pasarle a V.E.
Entre tanto, diré a V.S. que el tiempo más propio para dar principio a esta empresa, es el
mes de Henero y que los Octubre de 1756 dice que estaba pronto para navegar al Rio
Padres se contentan con diez o doce hombres para escolta del viaje, por si V.E. gustase
pasar a noticia de S.M. las que he comunicado a V.E. en esta materia a fin de que S.M.
resuelva lo que fuera más de su real agrado.
Dios guarde, etc., etc. Cabruta, 8 de Julio de 1758".
"Excmo. Señor:
Muy señor mió: Demás de las muchas labranzas que tienen hechas y están haciendo los
Indios de Atabapu, se hacen otras por los que envió el Gobernador de Caracas. Están
encargados y trabajan en lo mismo los muchos indios de Casiquiare y otros del alto Rio
Negro, a fin de que la escasez de cazabe de estas Misiones no sirva de embarazo al
cumplimiento de las resoluciones de S.M. relativas a lo comisión de Limites.
El pueblo se ha aumentado considerablemente y se aumentará más cuando lleguen dos
capitanes de Rio-Negro amigos y parientes de Cruceru, que insisten en juntarse. Hay
noticias del rio Iniricha que también quieren poblarse los Pu-navis, nación numerosa y
bizarra, y también los Maipures y Megepures del Benituari. Se procurará repartirlos en
diferentes pueblos al largo del víage que ha de seguir la expedición por el Orinoco hasta
que despide al Casiquiare. En este puesto se quisiera poblar al capitán Imo a quien se
espera en San Fernando en la boca de este brazo en Rio-Negro.
Las últimas noticias de los Irruminavis dicen que formaban cinco pueblos más arriba del
Marava, capital de las Misiones del Río-Negro, mataron algunos portugueses, y pasaron
el raudal que de alli bajaron y atacaron a Marava, y aunque mataron algunos, fueron
rechazados. No obstante que los Indios cuentan constantemente estas noticias se
aguarda para su confirmación la venida de los Capitanes de Rio-Negro que estaban
encargados de su averiguación.
Dios guarde, etc., etc. Cabruta, 8 de Julio de 1758".
Archivo General de Simancas. Legajo 7396, folio 34.
Colleccao Varhagen, doc. 187.
COPIA
De carta original del Señor Don José de Iturriaga a Exmo. Señor Don Ricardo Wall.
Sobre las amistades que va haciendo Solano con los Indios de alto Orinoco.
Exmo. Señor.
Muy señor mío: los Indios del alto Orinoco los de Ca-siquiari y algunos de Rio Negro
se han movido favorablemente, como tenían ofrecido. Así me escribe Don José Solano
como informará a V.E. la respectiva copia, que paso con esta a manos de V.E.
Para mas cabal inteligencia de las noticias de Solano diré, que el viaje de Imo, como
padre de una numerosa familia y como capitán guerrero famoso entre aquellos Indios,
ha tenido muchos secuaces, y tantos que ha sabido ponerse en campaña con seiscientos
hombres. Cocubí es hierno suyo y amigo de los irruminabis.
El raudal de Corocubi dista de la boca de Casiquiari aguas abajo de Río Negro cinco
días de navegación. De este raudal, habitado de los Irruminabis, navegando día y medio
aguas abajo, se llega al primer pueblo de los portugueses llamado el Arraya!, El raudal
Vitan está más abajo.
Habíale yo dicho a Solano que debían poblarse con preferencia los puestos más
ventajosos como la boca del Qua-vire, principio de Casiquiari. Dijeles que se hiciese
diligencia de algún buen sitio dentro del Casiquiari para asegurar la reciproca
navegación de Orinoco y Río Negro.
Cocubí ha avisado que sus amigos los Irruminabis no quieren subir a Orinoco y que los
agregará al pueblo que intenta formar con su gente en las juntas de Rio Negro con
Casiquiari a la parte oriental de este. Prevengo a Solano que no permita la saca de los
Irruminabis del raudal de Corocubí, que llame algunos de sus Capitanes y de los
Marabizanes, que regale a unos y otros, que los atraiga a nuestra amistad, que los
asegure en ella, que los encargue la unión buena correspondencia entre sí y los prontos
avisos de cualquiera movimiento de los Portugueses, asegurándoles que serán
agradecidos y regalados. Parece conveniente mantener en el confín los enemigos de los
vecinos y conservarlos en nuestra amistad para asegurar gente y víveres cuando se
necesiten.
Vino también de Bio-Negro el Capitán Feyo con alguna gente y ofreció juntar tanta
como Cruceru en San Fernando (y San Fernando tiene más de doscientos Indios de
Macana) como se le dejase poblar en Río Negro a la boca de un riedto. Distará este
pueblo de San Fernando ocho días, los cuatro primeros de navegación por Atabapu, los
tres siguientes también de navegación por Femni, rio que entra en Atabapu por la banda
del Sur y un corto por tierra hasta ía boca de otro riecito, donde estará el pueblo y será
resguardo de las avenidas de rio Negro para San Fernando por Atabapu.
La fecha de los pliegos es de Febrero, y descubro por ellos, que además de la primera
remisión de doscientas y cincuenta reses, tenía enviadas hasta el completo de
cuatrocientas, y tenía dispuesto el envío de otras quinientas a completo de cuatrocientos,
y tenía dispuesto el envío de otras quinientas a mediado de Marzo, como también de
mucho ganado siguiendo el mismo camino.
Desde que entré en Orinoco recelé la falta de bogas por la fuga de los Indios, las
correspondencias y los sucesos fueron aumentando los recelos y empecé a trabajar
contra ellos juntando en San Fernando de Atabapu mucha gente, reclu-tando gente de
mar y aquella tropa de Gastadores con las obligaciones de bogar, etc., pero nada sufraga
a cubrir la falta de los Indios que la miro ya casi cierta.
Las enfermedades de San Fernando se llevaron mucha gente, las deserciones alguna y es
poca la que ha quedado. De la gente de mar no han quedado doce, no obstante que no
han servido al remo, sino al timón. De la tropa de Gastadores serán veinte los que han
quedado y tengo por cierto que los más harán fuga en tocando la marcha para Rio-
Negro.
Entre tanto he oído a Don José Diguja, he conferenciado con él varias veces y no se
encuentra otro arbitrio que el de pedir a los Gobernadores confinantes y al de Margarita
los mozos presos en las cárceles y los vagos o mal entretenidos de sus jurisdicciones, y
en su consecuencia lo ejecuto con esta fecha aunque en la incertidumbre del efecto, si
bien en el conocimiento de que no producirá el suficiente a cubrir toda la falta que dejo
insinuada.
En este supuesto quedo a pensar algún otro medio ínterin llegan las respuestas de
Alvarado y Solano y practicar entonces uno o más que parezcan eficaces.
Cabruta, 14 de Mayo de 1760. Dios guarde, etc.
Excmo. Señor.
Muy señor mío: Con fecha de 13 de Abril dije a V.E. el suceso de las dos expediciones
de los rios Cauta y Aroi a las órdenes del Alférez de Navio Don Vicente Doz y del
Teniente de Infantería Don Antonio Maghenis, y ahora paso a manos de V.E. el curso
de aquellos dos rios levantado por Doz, arreglado a sus observaciones en el viaje de
Caura, y a las del Piloto Don José Alozen en su viaje del Aroi con Maghenis.
Comprehende este plano el país intermedio hasta el Orinoco y se registran las
fundaciones de Real Corona y Ciudad Real.
Dios guarde, etc. Cabruta, 12 de Junio de 1760.
La copia inserta en los ANAIS dice: "Copia de carta original del señor D. José de
Iturriaga al Excmo. Señor Don Ricardo Wall. Remite un plano de los rios Caura y Aroi
con las fundaciones de las dos ciudades Real Corona y Ciudad Real, pero este mapa o
plano se lo guardó el Rey nuestro Señor, según esquela S.E. que Incluye esta carta.
Esta esquela autógrafa de Wall dice asi: "Amigo y Señor: Son cartas de Iturriaga, y me
parece que no tenemos ya que responder, el Rey se ha quedado con el plano de las
nuevas ciudades: A Dios, Wall".
CAPITULO III
El hombre de la Compañía. Nos es familiar la clara letra del Factor Principal de la Real
Compañía Guipuzcoana, don José de Amenabar. Letra clara como, sin duda, lo era su
espíritu, rápido en captar y presentar la verdad o, en el peor caso, la mayor apariencia
posible de verdad, en defensa de los intereses que le estaban encomendados. Cierto que,
la mayoría de las veces, los expedientes del Archivo General de la Nación no nos dan
otra cosa sino una machacona repetición de las causas de contrabando en las que la
variedad y el interés poco pueden resplandecer. Pero, no faltan ocasiones en que el
espíritu de nuestro Factor tenía que ponerse en tensión, y no faltan tampoco entonces a
su pluma ni fluidez en la expresión, ni hondura en el concepto, ni fuerza en el
argumento presentado.
Un ejemplo de estas intervenciones de Amenabar lo encontramos en el debate sostenido
en la junta de 1774, en la que, el representante del Cabildo, pedía un nuevo aumento en
los precios del cacao apoyándose, principalmente, en razones de escasez (150).
(150) A. G. N. Diversos. Año 1774. Tomo XLV.
Pasa, a continuación, a presentar certificación dada por los Oficiales Reales y que
abraza el ramo de diezmos, desde el año de mil setecientos cincuenta hasta el de mil
setecientos sesenta y nueve y da la correspondiente a las extracciones del año 1773, por
el que consta, que salieron ese año, por legítimo registro, sesenta y cuatro mil
cuatrocientos ochenta y dos fanegas, setenta y tres cuartas libras de cacao, para después
de otras precisiones, terminar diciendo concluyentcmente : "La prueba real de la
abundancia o escasez de frutos en cualquiera país, la dan sus extracciones: sólo por
ellas, es por donde con seguridad y sin falencia, se descubre el estado de sus cosechas,
porque, si éstas han sido cortas, no puede salir mucho, ni poco habiendo sido
abundantes y habiendo quien las extraiga".
La certificación segunda que presenta, también extraída por los Oficiales Reales,
demuestra que en los dos últimos años de 1772 y 1773 se extrajeron más porciones que
en cada uno de todos los 10 años anteriores, con lo cual, demuestra que no hubo escasez
y refutado así el argumento básico del Diputado de Feria, pasa Amenabar a hacer otras
interesantes consideraciones.
Se refiere a la R. O. citada por el Diputado, según la cual SJM. encarga que se señale al
cacao en la Feria algo mayor precio que el corriente, y hace ver que esta B. O. habla del
caso en que se advierta escasez de cosechas, cosa que no sucede, según lo acaba de
demostrar.
Habla del precio siempre menor que regía fuera de la Factoría, porque aquél se pagaba
en plata, y el de la Factoría, parte en la misma especie y otra en géneros, cuando los
caudales de ella no alcanzaban a pagar todo lo que se le traía a vender; pero este,estado
de cosas ha variado, dice, y hoy el precio de los particulares es el mismo que el de la
Factoría, "y no puede ser menor porque se recibe en ella a dinero cuanto presentan,
porque, habiendo variado el método de las ventas, a proporción que se han ido creando
mercaderes de caudal y crédito, para poderlas hacer sin largas demoras en la cobranza,
hay caudales de sobra, para pagar en plata, todo el cacao que traen a ella. Privados por
esta razón, los particulares de aquella ventaja que les daba su plata... se ven precisados...
a buscar la preferencia por medio de la salida de precio, y así lo están haciendo, como es
público y notorio".
Pero no se limita Amenabar a este hábil alegato, en el cual los intereses de la Compañía
se hace ver que marchan con los de la inmensa mayoría de la población de Venezuela, y
se lanza a demostrar cómo las alzas del precio del cacao que, repetidamente son
exigidas por los Diputados de Feria, no hacen sino impedir "el fomento de otras
ocupaciones más acomodadas y propias para la población, y de más verdadera y sólida
riqueza de la Provincia".
"Esto es lo que no hay que temer en Caracas, y de que nace el desorden, porque
asegurados los que tienen algún caudal de que, por mucho cacao que haya, siempre
tienen en la Compañía comprador que solo pague a muy buen precio, y asegurados
también de que aunque nos llueva cacao, aunque no se pueda vender en España ni haya
quien lo consuma, nunca había de bajar el precio, antes ha de tener un Diputado que, a
todo trance y con el nombre del público, ha de solicitar en cada año que se suba de
nuevo, todos se aplican el cacao. En el día se está entablando el cultivo y perfección del
añil, con feliz principio. Esta es una labor que mantendría mucha gente, quizá más útil a
la República que la que se ocupa en el cacao, y por consiguiente sería una industria
ventajosísima de esta Provincia. Pero, sin embargo, no tengo duda ni me parece que
nadie la debe tener, en que el desproporcionado precio del cacao ha de impedir este
ramo de agricultura e industria. Con el añil que aquí se trabaje, entrará en el comercio
una nueva cantidad, que ha de hacer bajar el precio actual de este ingrediente en Europa;
por consiguiente, deberá tener aquí un precio muy cómodo el comerciante, y de lo
contrario, no siendo tan útil a los empresarios, éste, como el que tiene el cacao, no se
puede dudar de que quien tenga caudal que emplear, preferirá la hacienda de cacao a la
siembra y labor del añil; y he aquí cómo la desproporcionada salida de aquél, impedirá
el establecimiento y progreso de éste".
En sus ataques al mal del monocultivo, pasa Amenabar a expresar lo que "está
sucediendo con el algodón, que apeñas hay un rincón donde no se vea una mata de él.
La Compañía ha deseado y procurado su cultura y beneficio; tiene señalado un precio
aún mayor que el que convendría para venderlo utilmente en Euopa. Pero, ni por esto
asi como porque haya tanta gente ociosa en la Provincia, ni porque en la mayor parte
sea ocupación propia de mujeres, no ha podido conseguir este ramo de comercio, y no
hay más razón sino que la que tienen algún caudal, sólo aspiran al cacao, como si Dios
hubiera negado a esta tierra virtud, productiva para todo lo que no es cacao".
"Lo mismo sucede con el trigo, de que quizá produciría mucho esta Provincia, si a su
siembra se aplicaran algunos caudales, sin estar dependiendo de Europa, como lo está".
"Finalmente, lo mismo pasa con el azúcar, que aunque la necesidad y gran consumo de
ella asegura venta en dulce y papelón, con todo eso hay tan poca, que cuesta mas que en
España".
Con gran habilidad, ataca al Diputado de Feria, volviendo a mostrar los intereses de la
Compañía ligados con los de la comunidad, al decir a continuación: "Yo no extrañaría
que cada particular dueño del cacao pretendiese vender caros sus frutos, porque es
natural inclinación al particular mirar a su ventaja sin considerar la conveniencia del
común. Pero, lo que no se puede menos de admirar, es que un Diputado que va a la
Feria encargado de la procomunal, y, que, aunque sea hacendado de cacao, la confianza
y representación que lleve le constituye en la obligación de mirar por todos en común,
aunque sea contrario en particular, manifieste tanto empeño en procurar lo que, a lo
más, es sólo bueno para los hacendados y malo universalmente para todos".
Con gran habilidad, ataca al Diputado de Feria, volviendo a mostrar los intereses de la
Compañía ligados con los de la comunidad, al decir a continuación: "Yo no extrañaría
que cada particular dueño del cacao pretendiese vender caros sus frutos, porque es
natural inclinación al particular mirar a su ventaja sin considerar la conveniencia del
común. Pero, lo que no se puede menos de admirar, es que un Diputado que va a la
Feria encargado de la procomunal, y, que, aunque sea hacendado de cacao, la confianza
y representación que lleve le constituye en la obligación de mirar por todos en común,
aunque sea contrario en particular, manifieste tanto empeño en procurar lo que, a lo
más, es sólo bueno para los hacendados y malo universalmente para todos".
Por este documento, nos enteramos de que don José Antonio de Amenazar era natural
de la villa de Azpeitia, en Guipúzcoa, "hijo legítimo de legítimo matrimonio de don
Antonio de Amenabar y de doña Antonia de Zuloaga, ya difuntos, naturales y vecinos
que íueron de dicha Provincia".
Estaba casado con doña Francisca Ignacia Egaña, hija de quien era a la sazón Regidor
Alguacil Mayor de Caracas, don Antonio de Egaña. El matrimonio no había tenido
sucesión, y Amenabar otorgaba poder para que "procedan a hacer y formar dho. mi
testamento, arreglados para su forma-ción a los comunicados que les hiciere y apuntes
que les dejare" a sus tres compatriotas, Juan José de Mintegui, Manuel de Anzoátegui y
José Joaquín de Ansa, prueba de confianza en la amistad y el paisanaje que puede
apreciarse hasta en el simple detalle de los tres testigos ante quienes otorga el
documento, dos de los cuales también, Juan Francisco Antonio Lanz y José Lasa, bien a
las claras muestran, en sus apellidos, su inconfundible oriundez.
En el año de 1764, veinte antes del fallecimiento de Ame-nabar, las Juntas Generales de
Guipúzcoa, reunidas en julio de ese año en la villa de Azcoitia, vecina a la natal de
nuestro Factor, aprobaban el proyecto que don Xabier María de Mu-nibe e Idiáquez,
conde de Peñaflorida, había presentado a las mismas como "Plan de una sociedad
económica o Academia de Agricultura, Ciencias y Artes Útiles y Comercio, adoptado a
las circunstancias y Economía particular de la M.N., y M.L. Provincia de Guipúzcoa"
que, extendido de inmediato a las otras regiones vascas occidentales de Álava y
Vizcaya, vino a constituir la benemérita "Real Sociedad Bascongada de Amigos del
País", cuyos íines aparecen claramente sintetizados en el artículo 1 de sus Estatutos, que
reza así: "El objeto de esta Sociedad es el de cultivar la inclinación y el gusto de la
Nación Bascongada hacia las Ciencias, Bellas Artes y Letras ; corregir y pulir ssu
costumbres; desterrar el ocio, la ignorancia y sus funestas consecuencias, y estrechar
más la unión de las tres Provincias Bascongadas de Álava, Vizcaya y Guipúzcoa".
A combatir esta ignorancia consagró sus esfuerzos —y más de cien mil ducados de su
fortuna— el señor de Munibe con la fundación de la Sociedad Bascongada, que fue la
primera de su clase instituida en la Península (la de Madrid, primera que la siguió en
España, no nació hasta 1775) y sirvió de modelo a todas ellas. Acompañaban a
Peñaflorida en esta empresa su primo don Joaquín María de Eguía y Aguirre, marqués
de Narros, don Miguel José de Olaso y Zumalabe, que fue el primer secretario perpetuo
de la Sociedad, don Vicente de Lili, conde de Alacha, que fue el primer tesorero, y otros
ilustres proceres vascos.
Comprendieron ellos muy bien que, para que la empresa progresase, se necesitaba del
concurso de profesores extranjeros y así llamaron al destacado físico francés Francisco
Cha-vaneux, que dictó, en el Seminario de Vergara, fundado por los Amigos del País,
clases de fisica experimental y lengua francesa. Otro ilustre profesor del Seminario fue
el químico, también francés, Luis José Proust, nacido en Angers en 1754; Profesor de
Mineralogía, fue allí el egregio químico Fausto de Elhuyar y Subiza, de estirpe vasca,
como sus apellidos lo proclaman, aunque nacido fuera del país, en 1775, que ejecutó en
dicho seminario con el tungsteno dos valiosos experimentos: el primero de ellos la
obtención del tungsteno separándolo del ácido túngstico del wolfram por el
procedimiento del carbón; y el segundo, la comprobación de que, en efecto, era un
nuevo metal el ácido desconocido hallado por Sebéele en el tungstato calcico, como ya
Bergman lo habla sospechado. Y establecidas relaciones de amistad con diversos sabios
del continente europeo, se consiguió que los que no pudieron venir al País Vasco a
dictar cátedras de sus especialidades, comunicasen, al menos, con la Sociedad, habien-
do sido miembros de ella los escoceses Blak y Robertson, de la Universidad de
Edimburgo; Charles Burgoine, director de la fábrica de Carrón en la misma Escocia;
Morvean, profesor de Química en Dijon; Arset, del Colegio Real de Francia; Guignon,
correspondiente de la Academia Real de Ciencias de París; el jesuíta Luis Belot, ex
profesor de Matemáticas en Perpignan; el abate Diquemare, profesor de Química
Experimental en París, etc., etc.
A la vista están las realizaciones de los Amigos del País, de aquellos "caballeritos de
Azcoitia", como, burlonamente, les llamaba el P. Isla, y la primera de ellas, aquel "Real
y Patriótico Seminario" de Vergara que atrajo a lo más granado de la juventud de la
tierra, haciéndose digno, como decía el marqués de Valdelirios, en carta a Feñaflorida,
"de todo el fomento de la Nación Bascongada".
No eran los Amigos del País una de tantas inocuas sociedades de literatos —sin que ello
quiera decir que no contaron en su seno con distinguidos hombres de letras como el
fabulista Samaniego, el historiador Landazuri, el erudito Prestamero, etc., etc.—, sino
que se distinguen especialmente, por haberse dedicado con particular ahinco al estudio y
solución de cuestiones de común utilidad, poniendo todo su conato en el
perfeccionamiento de los métodos agrícolas, ganaderos e industriales del pais con
memorias técnicas impresas, concursos de peritos, asesoramientos gratuitos y
recompensas pecuniarias a los inventores, ya científicos, ya experimentales.
En este breve resumen de las actividades de los Amigos del País, podemos ver
reflejadas claramente sus fundamentales características. En primer lugar, y en cuanto a
su origen, no cabe duda de que se trata de una entidad que surge al impulso de las ideas
que agitaban la Europa en el siglo xvm: la Ilustración y el Enciclopedismo. El conde de
Peñaflorida, que fue el alma de los Amigos del País, había estudiado en Francia, y
franceses fueron, como hemos visto, varios de los mas ilustres profesores del seminario
de Vergara. En rigor, al recibirse y canalizarse estas ideas en el País Vasco, éste no
hacía sino seguir aquella tradición de siglos, que le constituía en receptor de
movimientos culturales europeos que luego, transmitía a la Península.
— 233 —
No fueron heterodoxos, como cumplidamente se ha demostrado (151), Peñaflorida y sus
colaboradores, pero es cierto
—y no les faltaban precedentes nacionales como el del ilustre Huarte de San Juan y
otros— que estaban ya lejos de admitir aquel predominio de la teología sobre las otras
ciencias en cuanto iba en detrimento de las ciencias físico-naturales y constituía a "Don
Aristóteles", como Peñaflorida llamaba al Estagirita, en una barrera que impedia el paso
hacia nuevas formas de vida, de la que eran signos las ansias de bienestar terreno,
mediante el desarrollo de las riquezas materiales, perseguidas a través de los avances en
la agricultura, el comercio y la industria.
La inspiración francesa hubo de adaptarse a los moldes raciales vascos, por lo que, en
ningún modo, fueron los "ca-balleritos de Azcoitia" unos dilettantis de las ideas en boga
aireadas en elegantes reuniones de peluca y casaca, al compás del minué. Algo de ésto,
indudablemente, habría en aquellos hombres que como Munibe, Eguía, etc., ostentaban
títulos nobiliarios —por cierto, extraños al país, porque las democráticas leyes
guipuzcoanas no permitían a ningún hijo de la tierra aceptar títulos que, en alguna
manera, pudieran hacer creer en un predominio sobre este o el otro lugar de ella, con
detrimento de la natural igualdad vasca reflejada en la universal nobleza—; pero lo que
no admite duda alguna, a través de las palabras y hechos de aquellos hombres, es que se
movían inspirados, ante todo, por un sincero y ardiente amor hacia su nación y que, por
encima de toda otra consideración, buscaban el bienestar y progreso de su tierra, como
lo demuestra el carácter eminentemente práctico que supieron dar a sus realizaciones y
que, en resumidas cuentas, no era otra cosa que la modalidad peculiar que el espíritu
vasco buscaba en sus obras.
Este espíritu es el que, en última instancia, campea y pone su sello en la empresa de los
Amigos del País. La amistad que alguno de los mas prominentes de ellos, como Altuna,
tuvo con Rousseau; las lecturas de los tomos de la Enciclopedia con su sabor de una
nueva fe en la perfectibilidad individual y social, a través del triunfo universal de la
libertad, no hay duda de que dejarían mas de un rastro en el espíritu de los
"caballeritos"; pero el anclaje religioso de éstos, era demasiado recio para ser roto por
esas sacudidas, y la visión del fin que perseguían demasiado clara también, para ser
borrada por otras consideraciones. Y lo mismo, cuando llamaban a sus cátedras a sabios
profesores extranjeros, que cuando ellos, como el citado Altuna o el malogrado
primogénito del señor de Munibe recorrían toda Europa, su objeto era siempre uno solo:
traer a su tierra la flor de todos los adelantos que pudieran servir a su progreso y
bienestar y aclimatarlos allí, haciéndolos suyos para siempre. Esta practicidad de la obra
de los Amigos del País, lo diremos una vez más, es su aspecto más característico, sin
que con esto pretendamos despojar a sus reuniones de ese encanto que más de una vez
habrían de tener, al reflejarse en las señoriales mansiones azcoitia-nas, algo del seductor
recuerdo de los aristocráticos salones parisinos que aquí, en Caracas, tuvieron su
representación mas acabada en aquél de los hermanos Xavier y Luis de Us-táriz,
vastagos del mismo viejo tronco de los caballeritos, que admiraban a Humboldt como
artistas y como sabios, y se preparaban la otra corona más gloriosa que había de ceñir
para siempre sus sienes, como héroes de una patria que empezaba a alborear a la vida de
la libertad.
Es muy probable que don José de Amenabar contemplara allá, en su tierra natal, el
surgir de la Sociedad Bas-congada, cuyos principales hombres se movían en su vecina
Azcoitia. En todo caso, sabemos, como en seguida se verá, que estaba al corriente de
sus actividades y que, si su venida a América hubo de desligarlo de una asidua y
práctica colaboración con ellos, el espíritu que informaba a los beneméritos Amigos del
País no le era, en ninguna manera, ajeno. Cuando, en la exposición hecha en la Junta de
Feria de 1774, de la cual hemos transcrito varios párrafos, aboga firmemente por el
desarrollo de la agricultura en Venezuela, por la necesidad de desterrar el monocultivo y
dedicarse al beneficio de diversos frutos que estaban casi abandonados, ya en él
podemos ver como un reflejo de las mas características preocupaciones de los Amigos
del País. Pero vayamos a algo mas concreto.
Entre los documentos que integran el expediente abierto a raíz del fallecimiento del
Factor guipuzcoano (Real Compañía Guipuzcoana, Tomo, Apéndice IV), hay uno que
especialmente nos interesa, y es el "Avalúo que hago yo, Lucas de Goicoechea, de los
libros y estampitas que quedaron por muerte del Sr. Dn. José de Amenabar, en virtud de
nombra-miento que se me ha hecho por el Sr. Gobernador y de la aceptación que hice
para ello". Veamos lo que encontramos en la relación que sigue.
En primer lugar, se nos presenta el testimonio del espíritu religioso del Factor. Nos lo
dan "Ocho tomos del Año Christiano", con falta de los meses de Abril, Mayo, Junio y
Julio". En el mismo sentido testimonian "Seis tomos de las Dominicas"; Uno de la
"Vida devota de San Francisco de Sales"; otro titulado "Compendio histórico de la
Religión"; otro de la "Semana Santa", en pasta usado; un tomo en pergamino "Verdades
Cathólicas"; un tomito de "Kempis" usado; ocho "catecismos de Ripalda"; un libro de
"Letanía Lau-retana"; un libro "Devoción al Corazón de Jesús"; un "Método de Oración
mental"; un "Hacecito de Mirra"; un librito de "Oración y meditación para la Misa"; un
"Formulario para visitar las iglesias en el Año Santo", y otro librito de "Oraciones para
la Misa, confesar y comulgar".
Los testimonios de sus aficiones literarias y artísticas son bastante escasos. Tres "autos
de Calderón" usados; tres to-mitos de "El hombre feliz"; un tomo "Pintura de
Inglaterra"; "veinte y dos estampitas de los trajes de varias Provincias de España" y un
tomo en pergamino de "Teatro Crítico". Eso es todo.
Tenemos, en efecto, entre sus libros: Dos tomos en pasta y pergamino de "Ensayo de la
Sociedad Bascongada", que no es otro que aquel volumen editado en 1768 por los
Amigos del País como primera de sus publicaciones, y en el que se contienen selectas
nociones de agricultura, economía animal y doméstica, fertilizantes, prados, etc., etc.;
industria, arquitectura, métodos para la conservación de los caminos, y comercio.
Contenía también este "Ensayo" unas observaciones sobre la epidemia de viruela que
cundió en Azcoitia en 1762 y 63, y estaban firmadas por don Juan Antonio de Caracas.
Sobre el uso de la fruta sazonada, apuntes del mismo médico, y traía la descripción de
una máquina neumática inventada por don Manuel Gamarra para conservar incorrupta
la carne.
Así: dos tomos en pasta "Arte de hacer las Indianas"; dos tomos en pasta "Arte de
Cerero" (y sabemos cuánto se ocupó de ésto la Sociedad Bascongada); dos tomos en
pasta "Arte de hacer papel" (que también, según vimos, fue otra de las preocupaciones
de los Amigos); un tomo en pasta "Arte de cultivar Moreras" (ligado, indudablemente,
al interés de la Sociedad Bascongada por la industria de la seda); dos tomos "Arte de
teñir lanas"; dos tomos en pasta "Ensayo sobre el blanqueo de lienzos"; dos tomos en
pasta "Arte de convertir el cobre en latón"; un tomo "Industria popular"; un tomo en
pasta "Proyecto económico" y dos tomos en pergamino "Historia y descripción de los
intereses de Comercio". Podría añadirse a estos tomos, el ya mencionado "Teatro
Crítico" que, indudablemente, no es otro que el "Teatro crítico universal" de Feijóo,
cuyo espíritu, amplio, tolerante y sediento de todas las innovaciones progresistas, tan
afín era al de los Amigos del País, y, sin miedo a errar, podemos decir que en esa
pequeña colección de libros, tenemos el compendio de las inquietudes más íntimas y las
más caras aficiones del Factor principal de la Real Compañía de Caracas, don José de
Amenabar y Zuloaga.
CAPITULO IV
1. Inventario de 1749.
Corría el año de 1749 y con él se cumplía una veintena, desde que se iniciaron las
actividades de la Real Compañía Guipuzcoana, cuando se produjo en Venezuela un
sonado acontecimiento : la rebelión de Juan Francisco de León, Sólo in-cidentaímente
nos toca aquí ocuparnos de ella. Lo han hecho a fondo varios autores, cuyos juicios
agrupa, muy acertadamente, Morales Padrón en su enjundioso y documentado estudio
sobre el tema (152) en tres categorías: la de los Que ven en la revuelta de León un
antecedente de la independencia política; la de los que la valoran como una contienda de
meridionales (isleños y criollos) contra norteños (vascos), y, finalmente, la de los que la
enfocan como un simple movimiento reivindicador de mejoras económicas.
Por nuestra parte, no negaremos lo que en esa rebelión pueda señalarse de manifestación
de un sentido de naciónalidad, si no ya formado y desarrollado, como lo quiere Augusto
Mijares, por lo menos incipiente y como en estado de nebulosa. Tampoco desecharemos
la parte que en la génesis del mismo pueda caber a cierta innata animadversión entre
vascos y meridionales que Basterra señalaba (154), y se halla patente en las repetidas
expresiones antivizcaínas de Juan Francisco. Pero concediendo hasta donde sea
razonable a estos factores, para nosotros es evidente que la rebelión, como señala Arcila
Parias , fue impulsada, fundamentalmente, por causas económicas, y que en lo propia
naturaleza del régimen impuesto por la Compañía, hay que buscar las razones profundas
del descontento, que hizo posible ésta y otras manifestaciones de protesta.
Hubo, por otra parte, no hay por qué ocultarlo, abusos de la Compañía. Esta fue, sin
duda, como dice Hussey (156), culpable de muchas faltas y censurada aún por más. Los
abusos estaban en germen en la misma esencia del régimen monopolista. Pero es
preciso entender también, como muy acertadamente señala Casto Fulgencio López, que
el monopolio era la única forma de garantizar una tan fuerte inversión como suponía la
empresa guipuzcoana. Es necesario también enjuiciar a este régimen en el tiempo y en
el espacio.
Lo que hoy nos parecería monstruoso pensar siquiera para Venezuela, es preciso
aceptarlo como conveniente en aquel tiempo de esta tierra, y los beneficios que el
régimen produjo, hay que saber valorarlos, por lo menos, con la misma ponderación que
sus excesos. Quizá una de las frases más preñadas de profunda verdad que hallamos en
el "Manifiesto" de la Guipuzcoana (157), es aquella en que, refiriéndose a la revuelta de
León, expresa: "Mirado con un poco de reflexión y advertencia, es la prueba más
convincente de la importancia y necesidad de la Compañía".
Pero nos estamos alejando de nuestro verdadero tema. No nos toca aquí estudiar a fondo
ni enjuiciar la revuelta de León. La citamos sólo, al iniciar este capitulo, porque ella fue
inesperadamente motivo de que contemos hoy con una interesante documentación
referente a los libros que llega-foan al país en la primera mitad del siglo XVIII, a bordo
de los "navios de la ilustración"; documentación, sin duda, la más importante de cuantas
al respecto, existe en el Archivo General de la Nación. Sabido es que muy poco es lo
que en este orden de información puede encontrarse aquí. Tan poco, que autor tan
versado en la materia como Isaac J. Pardo, puede escribir en su primorosa descripción
de ios libros que llegaban a América: "Tampoco tenemos documentos referentes a
Venezuela" (159). Cierto que esta declaración la formula, mas con relación al siglo
XVI, pero sus palabras no dejan de ser bastante valederas para la época que nos ocupa.
Sabemos que en el año 1730, con los primeros navios de la Guipuzcoana, llegaron,
según certificación hecha por el contador, a petición del Gobernador García de la Torre,
26 cajones de libros (160). Pero este dato precioso que revela que, desde su primer
viaje, los navios de la R.C.G. se cuidaron de proporcionar el debido pasto a los claros
espíritus venezolanos, es incompleto por su falta absoluta de especificación. Esta no nos
llega hasta el año 1749 y en las circunstancias que pasamos a relatar.
Es en abril del citado año cuando, al sublevarse Dn. Juan Francisco de León, avanza con
sus hombres armados sobre Caracas, Veamos cómo lo cuenta y qué disposiciones
adopta, respecto al punto que nos ocupa, el Gobernador y Capitán General Castellanos.:
Compa. y sus intereses expuestos a una euidente perdida, y peligro de ser substraídos
por deberse asegurar lo q. en ellos pertenese a S.M. q. Dios guarde como lo
correspondiente a los fondos de dha. Rl. Compa. por ser uno y otro del encargo de Su
Sa. por pronta prouidencia Gu-vernatiua devia de mandar y mando se haga sauer y
notifique a Dn. Manuel Felaes y Flores de esta ciudad, de notoria legalidad q. como fiel
vasallo de S.M. pase a haserse cargo y entregarse de la referida casa e intereses q. se le
encargaren por Imbentario formal q. de todo con la indibidua-lidad deuida se hará por
ante el presente escribano a quien se comete por la precisa actual ocupación del Rl.
servicio en q. se halla Su Sa. q. en el Rl. nombre elixe y constituye a dho. Dn. Manuel
Felaes y Flores por administrador y tenedor de la referida casa e intereses, durante la
ausencia de dhos. factor pral. y dependientes, con la facultad de q. para qu. de ello no se
siga quebranto ni perjuicio alguno pueda vender y venda los que fueren de calidad de
haserlo como lo hacia y execu-taria dho. factor pral. y por los mismos precios q.
acostumbra haserlo la casa, licuando quenta y rason de todo y manteniendo la referida
casa e intereses con la guardia y custodia correspondiente a su seguridad q. enterado Su
Sa. de la lealtad y celo al Rl. Seruicio, como buen vasallo, así lo obserbara y cumpliera
dho. Dn. Manuel Felaes, y por este así lo proueyo, mando y firmo con parecer de
Asesor Dn. Luis Franco. Castellanos. Sr. Dn. Diego Muñoz. Ante mi, Faustino Areste y
Reyna. Escno. público".
En vista del antecedente auto, el mismo día 20 de abril, el escribano Areste y Reyna se
persona en la casa de la Compañía Guipuzcoana y, en presencia del nombrado
Administrador Peláez y Flórez y de los dependientes de la misma casa Dn. José Antonio
de Murguía, Dn. Martín Antonio Oscoz y Dn. Rafael de Echeverría y de tres testigos
vecinos de Caracas, practica el primer inventario que comprende noventa partidas en las
que entran las mercaderías más heterogéneas, entre las que no faltan las que claramente
denuncian su origen vasco, como el hierro en planchas y barras, o aquellas otras que
mas se acercan a lo que ahora más nos Interesa, como las resmas de papel y los cañones
o plumas de escribir.
Por lo que hace, concretamente, a los libros, hallamos las siguientes partidas:
"10-Item. Un cajón aforrado en crudo con libros del Corazón de Jesús, del tiempo de
Dn. Nicolás de Aizpurua".
"16-Item. Ciento y seis breviarios de cuatro cuerpos y dos de un cuerpo, pertenecientes
a la misma cargazón del "San Ignacio", tercero viaje".
"17-Item. Treze cajones grandes con libros de impresión del tiempo de dho. Aizpurua y
diferentes libros en pasta sueltos, en el quarto frente a la iglesia de San Mauricio".
"18-Item. Un cajón con libros "Instituciones", "Historia de España", pertenecientes a D.
Diego Gamarra".
"82-Item. Quatro libros Larraga, de la "Santa Teresa", segundo viaje".
"88-Item. Quatrocientos y cinquenta libros de impresión, poco mas o menos, de a folio,
quartilla y octava, que se hallan en los estantes del primer mostrador del Almacén
entregados por dicho Aizpurua".
Este inventario, con el que toma posesión de los bienes de la Guipuzcoana el nuevo
administrador Peláez y Flórez, es global, "sin haverse hecho de ello peso, mensura ni
numeración por no haver dado lugar al tiempo... por cauca de que, estando haciendo
actualmente esta diligencia la tarde de este dia, como a ora de las quatro de ella,
repentinamente circumbalaron esta casa de la Real Compañía como
R.C.O. Tomo U, U. 196 a 201. más de sinquenta hombres con armas de fuego y a
cavallo que se dijo ser de la comitiva de Dn. Juan Francisco de León que también
entraba a la misma hora, con el demás resto de su gente en esta ciudad, a efecto de
expulsar y hechar los factores y dependientes de dicha Real Compañía, con lo que se
conturbaron los que en dicha casa havian quedado, y todos los que se hallaron en ellas,
y por la confusión no huvo lugar de hacer otra alguna diligencia sino concluir como lo
hago en este dicho Imbentario. -."
Vemos que en ese inventario la mayoría de los libros o, si se quiere mejor, todos los que
van comprendidos en los cajones que se citan, llevan la precisión "del tiempo de Dn.
Nicolás de Aizpurua", y como éste ejerció la dirección de la Compañía por los años de
1736 a 1744, deducimos que esos cajones son el resto de los que ya, por lo menos cinco
años antes, habían llegado a Caracas a bordo de los navios de la Compañía.
Antes de seguir adelante, no está de más señalar un nuevo auto, fecha 21 de abril, en el
que el Gobernador Castellanos manifiesta cómo el Factor Principal Goizueta íe ha
dirigido desde La Guaira una carta en la que le comunica que, en aquél puerto, corre la
voz de que Dn. Juan Francisco de León no piensa deponer las armas, hasta tanto no
abandonen la provincia los de la Guipuzcoana. Y que, en vista de ello, el referido Factor
ha dado orden a sus criados, para que se trasladen sin demora a La Guaira con los baúles
y demás efectos a él pertenecientes, y para que el Factor de La Guaira tome un buque
próximo a salir con destino a Europa. Goizueta expresa asimismo su resolución de dar
cuenta de la situación a todos los demás Factores, a fin de que se pongan en salvo. Y
ante esta carta de Goizueta, el Gobernador Castellanos manda, tras agregarla a los autos,
librar despacho a los Factores de La Guaira, Puerto Cabello y San Felipe, así como
también orden al Justicia Mayor del primero de estos lugares para que permita el
embarco de los guipuzcoanos, según se le pide, y entregue, bajo inventario formal, a una
o dos personas la casa y efectos de la Compañía en el mismo puerto. Esta disposición es
también tomada con respecto a los Tenientes Justicias Mayores de Puerto Cabello y San
Felipe, previniendo que donde no hubiera escribano, las diligencias deberán practicarse
con asistencia de dos o tres testigos.
Lástima que entre los documentos del Archivo no encontremos esos inventarios de La
Guaira, Puerto Cabello y San Felipe que, sin duda, contribuirían a completar el
caraqueño, proporcionándonos asi una preciosa documentación sobre los libros que, en
los cuatro primeros lustros de su tráfico, condujeron a Venezuela los navios de la
Compañía.
Y aún otro auto del Gobernador Castellanos hemos de citar. Es de la misma fecha Í21
de abril) del anterior y en él expresa que, habiendo examinado las diligencias de entrega
que bajo inventario se hizo a Peláez y Plórez y visto que no pudo pesarse, medir ni
numerar los efectos existentes en la casa de la Compañía Guipuzcoana por haberse
presentado en ella, a las cuatro de la tarde del día 20, hora en que se practicaba el
inventario, una partida de cincuenta hombres a caballo, perfectamente armados,
pertenecientes a las fuerzas de Juan Francisco de León, que rodearon la casa con
visibles muestras de querer atacarla, ordena que el escribano Areste y Reyna pase a
ejecutar por ante tres testigos las interrumpidas diligencias, sacando de ellas la
correspondiente constancia. (T. II, f. 206),
Conforme a lo dispuesto por este auto, comienzan los inventarios en el primero de los
cuales, realizado el mismo día 21 de abril, sólo hallamos, por lo que a nosotros interesa,
esto que sigue: "ítem.
Se contaron los Breviarios contenidos en la par tida diez y seis, y solo se encontraron
sesenta Breviarios Romanos de quatro cuerpos y dos de un cuerpo ídem— y ocho
dichos de quatro cuerpos Augustinianum"
.
El segundo inventarío es notablemente más rico. Se refiere a la partida 88 que, según el
inventario inicial y global, decía contener "quatrocientos y cinquenta libros de
impresión, poco mas o menos, de a folio, quartilla y octava que se hallan en los estantes
del primer mostrador del Almacén entregados por dicho Aizpurua", y la especificación
es como sigue:
"Cicerón", diez y seis tomos de a quartilla.
"Cicerón", cinco tomos de a quartilla.
"Bartolomé Bravo", tres tomos de a quartilla.
"Sermones quadragesimales", catorce tomos de idem.
Ayala, "De Cirugía", cinco tomos de idem.
Rivera, "De Médicos", veinte y cuatro tomos de idem.
"San Buenaventura", siete tomos de a folio.
"San Bernardo de Sena", dos tomos de a folio, primero y segundo.
"Epitome Annalium Ordinis Minorum", treinta y seis tomos de a folio.
"Vida de San Bernardo", treinta tomos de idem.
"Corte Santa", de Causino, cinquenta tomos de idem.
"Vida de San Joseph", veinte y siete tomos de idem.
"Vida de San Francisco de Borja", veinte tomos de idem.
"Ríos de Rivera", diez y siete tomos de idem.
"Gutiérrez", ocho tomos de idem.
"Vida de San Julián, obispo de Cuenca", ocho tomos de idem.
Cuello, "Espejo Evangélico", seis tomos de Ídem.
"Cabrera", diez y siete tomos de a folio.
Oviedo, "De Botica", cinco tomos de idem.
"Historia de la Compañía de Jesús", dos tomos de idem.
"Tirso González", siete tomos de a quartilla.
"Vida de Santa María Ana de Jesús", quarenta tomos de a folio.
(R.O.O. Tomo II, f. 207.
"En el cajón primero, ciento y sesenta de diferentes obras y entre ellas las de Quevedo.
En el cajón número dos, también se hallaron ciento y noventa y cuatro libros de
diferentes obras y tamaños.
En el cajón número tres, se encontraron ciento y cuarenta libros, también de diferentes
obras y tamaños.
En el cajón número siete, se hallaron doscientos setenta y cinco libros de los folios,
octava y media octava de diferentes obras.
En el cajón número ocho, así mismo, se hallaron trescientos setenta y ocho de dichos
libros de a octava y de a quarta de distintas obras.
En el cajón número diez, se hallaron mil cuatrociento sesenta y seis libros sin
pergamino, que se componen de novenas, cartillas rústicas y otras distintas obras de a
folio, de a quarta, media cuarta y octava y algunos de dichos libros muy maltratados.
"El Corazón de Jesús", Rivera "t)e Medicina", "Historia de los Sucesos de Ungría" y
otras obras.
En el cajón número doce, mil doscientos si'nquenta y siete libros de distintos tamaños y
obras, y
En el cajón número treze, así mismo, se hallaron ciento y ochenta y ocho libros de a
quarta de varias obras.
ítem se contaron los libros del cajón contenido en la partida diez y ocho de dho.
Inventario, por haverse encontrado abierto, perteneciente a Dn. Diego Gamarra, y se
hallaron ciento ochenta y seis de dhos. libros intitulados "Instituciones Historia de
España". ítem se encontraron diferentes libros sueltos y, contados, se hallaron los
siguientes: de San Buenaventura, siete tomos de a folio.
De dicho "Breviario predica", también en octava, sin principio que se halla muy
matratado y dequadernado".
•Kempis" en pasta.
Hasta aquí el Inventario, a la vista, del cual hemos de hacer algunas consideraciones y
precisiones.
En primer lugar, en cuanto al número de libros, que asciende, según puede verse
sumando las diferentes partidas, a cinco mil novecientos treinta y tres (5.933)
volúmenes.
Siendo, como es, lo inventariado, resto de cargamentos de años anteriores, esta cifra
nada puede, desgraciadamente, decirnos del promedio, por ejemplo, de libros que
anualmente llegaba a Venezuela por esta época. E incluso nos pudiera dejar en la duda
de si después de la partida de Dn. Nicolás de Aizpurua (1736-44), ningún otro envío de
libros haya llegado al país en los vientres de los navios guipuzcoanos hasta el año 1749,
que es el del inventario. Pensamos que hay que descartar razonablemente esta hipótesis,
y cargar la falta a la cuenta de una documentación regular y ordenada, a cuya ausencia
habría que achacar también, otras lagunas que veremos.
En segundo lugar, hemos de fijarnos en qué de los 5.933 libros inventariados, el número
de los especificados sólo llega a mil ciento cincuenta y nueve. Se ve, a través de los
distintos inventarios parciales realizados, que la individualización es enteramente
caprichosa, citando aquí y omitiendo allá, al correr de la revisión que escribanos y
testigos van haciendo. Y otra vez toca lamentarse de que la omisión de tantos y tantos
títulos, como se observa, nos prive de datos que serian hoy preciosos para nosotros a los
fines de establecer, de un modo preciso, el movimiento de las ideas y la marcha del
gusto en la primera mitad del siglo XVIII venezolano.
Cabe, desde luego, hacer una clasificación del material que los inventarios nos ofrecen,
distribuyéndolo, más o menos por materias, como sigue:
Asi, por ejemplo, entre las obras del primer grupo, podemos citar los libros del Corazón
de Jesús (partida número 10); los Breviarios (partida 17); los de Oficios, salterio de
David, Pontifica! romano, Kemp'is, etc.
La Teología y la Moral están representadas por las obras de Suárez, Larraga, Medrano,
San Buenaventura, las "Charlas y Cuestiones morales", el "Resumen del crisol moral", y
la "Philosophia moral", etc.
La literatura latina está escasamente representada. Sólo Cicerón, Ovidio y Valerio —de
cuyas obras, por cierto, no hay la menor precisión, no sabiendo, por tanto, si se trata de
originales o traducciones—, a cuyos autores podríamos sumar San Agustín y aún
agregarles, a guisa de caudatario, el gramático y retórico P. Bartolomé Bravo, del que
tampoco se nos individualizan las obras.
En cuanto a la literatura española, la muestra es muy escasa también. Salva un poco esta
laguna la relativa abundancia de obras de Quevedo, de las cuales, por desgracia, sólo
hallamos individualizada la "Política" ("Política de Dios y Gobierno de Cristo").
Después de ésto, sólo las anónimas y "Comedias varias" y la "Floresta de varios
romances", y apenas nada más. riesgo que se corre al pretender una generalización más
o menos sólida de tan fragmentaria y caprichosa colección, lo haríamos refiriendo el
conjunto de la misma a dos instituciones instaladas en Caracas casi por los mismos que
la Compañía Guipuzcoana: la Universidad, que comienza a funcionar en 1725, y el
Colegio de los Jesuítas, inaugurado en 1731, es decir, tres años antes y después,
respectivamente, que la Real Compañía.
No hay por qué hablar todavía de influjo enciclopedista, puesto que la Enciclopedia —
cuyos volúmenes, como es bien sabido, tanta acogida tuvieron en Guipúzcoa— no había
nacido aún. En cambio, es muy natural pensar que una empresa como la Real
Compañía, nacida en la misma tierra de Ignacio de Loyola, al que, por cierto, nombró su
Patrono, se mantuviese en estrecho contacto, como para determinadas atenciones
espirituales, nos consta lo estaba, con la otra Compañía, también de origen vasco: la
Sociedad de Jesús. Había de llegar la segunda mitad del siglo XVIII para que la
aparición de la Enciclopedia (1751) y la expulsión de los jesuítas (1767) concurrieran
juntas a determinar otros rumbos en las ideas Imperantes.
2. El Factor Tellería.
La ciudad de San Felipe el Fuerte, aquella que José Luis de Cisneros (165) califica
como "la de más comercio de esta Provincia", con "buenas aguas y no malos aires",
hubo de andar muy revuelta allá por el año de gracia de 1741.
En ese año, el Gobernador don Gabriel de Zuloaga, habiendo quedado vacante el cargo
de Teniente de Justicia Mayor, y "considerando que en aquella ciudad se requería, por
lo ocasionada que es al ilícito comercio y proximidad que
(IBS) "Descripción exacta de la Provincia de Benezuela, Valencia, MDCCLXTV.
tiene a las costas del mar, persona de toda integridad, conocido celo y valor, que
ocupase el expresado empleo, habiendo entendido que las referidas circunstancias
concurrían en la de don Ignacio de Basazábal..., tuve por conveniente nombrarle, como
le nombré, por tal Teniente y Justicia Mayor de la mencionada ciudad de San Felipe" (
Pero la íama de eficaz perseguidor del contrabando que Basazábal se habla granjeado en
Carera y las amplias facultades de que venía revestido para ocupar su nuevo cargo, no
eran prendas las más apropiadas para crearle ambiente de simpatía en aquella ciudad de
San Felipe que, del ejercicio del comercio ilícito, había hecho su principal medio de
vida. Érale, sin duda, connatural ese ejercicio como a población "que se habla
fomentado... con muchas familias de isleños" (167), contrabandistas natos, al parecer,
en tierras de Venezuela. Contaba ya en su historia con "el fomento que de ese pueblo
tuvo el Sambo Andresote e su gente en el levantamiento e sublevación" (168), y
asimismo "con la sublevación no ha mucho executada en ella contra su Teniente Don
Juan Ángel de Larrea, quitarle la vida y de conseguirlo quemar la expresada factoría y
sus libros y papeles" (169), y, en fin, y por encima de todos estos precedentes, porque
"no convenia a los capitulares sanfelipeños, casi todos ricos hacendados y comerciantes,
esta nueva autoridad"
Por todo ello, antes de que Basazábal llegara a la ciudad y, con su conducta, diera lugar
o pretexto al motín, ya, a la sola llegada al Cabildo del título de su nombramiento,
despachado por el Gobernador Zuloaga, los cabildantes "...temerosos de las violencias
que les pueda hacer el dicho señor Gobernador y como compulsos y apremiados reciben
al dicho D. Ignacio Basazábal al uso y ejercicio de tal Teniente.,."(171).
Llegado Basazábal el día 1° de diciembre, todo ese mes trancurrió con el hervor de una
conspiración sorda que no buscaba sino pretextos para manifestarse. Los dio la conducta
imprudente de Basazábal y, en la madrugada del 4 del siguiente enero, estallaba el
motín al cual, renovando los tiempos de Andresote, los marinos holandeses, con su
cuenta y razón, acudían a prestar fomento, y a la voz de "abajo los vascos", es decir,
"fuera el control comercial", se inició la sublevación que puso a la pequeña ciudad en
conmoción.
Basazábal hubo de huir a la misión de San Javier y, de allí, más tarde, a Puerto Cabello.
"La ciudad, transformada en una "República de Su Majestad", como decían los
capitulares, pudo a sus anchas dedicarse al comercio con los holandeses... Los agentes
de la Guipuzcoana se cruzaron de brazos. El contrabando resurgió ms fuerte que nunca.
Puerto Cabello no podía hacer nada, pues los navios ingleses y muchos holandeses,
izando el pabellón de Su Majestad británica, se paseaban tranquilos por los
desembarcaderos de la boca del Yaracuy"
En esta pacificada San Felipe pasó, a sustituir a Olasi-regui, su paisano don José de
Tellería. De él tenemos noticias por un expediente (1751 en el que, sobre todo, nos
interesa el inventario que de su hacienda de Corepano fue hecho el 3 de mayo de 1755,
muerto ya Tellería.
No fueron pocos ni menguados los bienes que quedaron "por fin y muerte" de don José.
La citada hacienda de Corepano contaba con una casa de vivienda de 29 varas, con sus
dos corredores cubiertos de palma real, con tres cuartos, dos puertas de dos alas y cinco
de una, todas de madera de cedro, nuevas y cinco ventanas de reja". Había también, una
capilla de quince varas de largo, cubierta de palma real, con su sacristía, y dos ventanas
de reja y su puerta de dos alas de madera de cedro, todo nuevo". Con todos sus
accesorios, desde el cuadro de San Francisco Xavier, quien, como paisano de Tellería,
presidía la capilla, hasta un confesionario, sin olvidar los sagrados vasos y ornamentos.
La hacienda era "de cacao de tempero", con 14.986 árboles frutales y a su servicio
estaban 33 negros, cuyos nombres y condiciones se detallan en el inventario.
Parece que don José gustaba de vivir a lo principal. Amueblaban la vivienda "una cama
de cedro con sus barandillas torneadas de Gatiado"; una mesa grande de cedro nueva;
sillas, taburetes, etc. Sin que faltase "un armero de cedro nuevo", en el que lucían "dos
pares de pistolas, unas españolas, otras extranjeras, una escopeta, dos tercerolas, una
espada buena y un sable con su guarnición de plata bueno". Un Santo Cristo de bronce,
cuadros de la Inmaculada Concepción y San José, otro de San Vicente Ferrer y otro de
San Francisco Xavier decoraban la estancia, en la que podía verse "un escritorio con
ocho gavetas pequeñas y dos grandes, con sus manillitas de plata, con su llave y
cerradura".
De las disposiciones militares y políticas que hubo de tomar el gobernador Zuloaga para
aplastar la conspiración que, para abril del mismo año podía darse ya por fenecida y de
las demás medidas adoptadas hasta conseguir la total pacificación, puede informarse el
curioso lector en la excelente monografía de León Trujillo, tantas veces citado.
Diremos, por nuestra parte, que una de las principales características de esta rebelión de
San Felipe es la de carecer de caudillo epónimo. No hay en ella un Andresote o un Juan
Francisco de León, que polaricen alrededor de su persona, la impetuosa corriente de la
rebeldía popular. Quizá, ésta fue una de las causas por las que esta sublevación dejó tras
de sí una menor cosecha de perdurables rencores; quizá, a ésto contribuyeron también la
prudencia del gobernador Zuloaga, quien si, en principio, pidió al Rey que castigara a la
rebelde ciudad a perder este título, convirtiéndola en una simple población gobernada
por un Teniente Justicia; lo cierto es que, cuando ello le fue discrecionalmente
concedido, no hizo uso de sus facultades, atendiendo a los dictados de la razón, a la
inspiración de una sabia política, y, quizá, por una vez al menos, a la tradicional
veneración que, a fuer de vasco, debía sentir hacia las libertades municipales.
Fuera de ello lo que fuese, el hecho es que, pese a los antecedentes aquí relatados, la paz
y la disciplina volvieron y se asentaron de tal modo en San Felipe que, cuando ocho
años después, Juan Francisco de León levantaba a la Provincia contra la Compañía
Ouipuzcoana, la ciudad de San Felipe se abstuvo de la revuelta y aún manifestó su
adhesión a los guipuzcoanos, según éstos, en su célebre "Manifiesto" de 1749 lo hacen
constar.
Nos habla también el inventario de "dos baúles grande» y dentro de ellos colgaduras de
cama" y no omite las "casacas negra, griseta y de gorgueran", ni los calzones negros, de
gorgueran, de Morocoy, de grana con botones de oro, y de terciopelo azul", que
pertenecían a Tellería. La relación de joyas es también prolija: desde el cofrecito de
carey con llave y cerradura de plata y engastada en lo mismo dentro de él un restrillo de
oro y esmeraldas". "Otro cofre mas grande de madera aforrado en plata con cerradura y
llave de lo mismo y dentro de él, un canutillo con cinco sortijas de oro y esmeraldas".
Y, siguen los zarcillos de oro y esmeraldas y los peines de oro, y las rosas de oro
esmaltadas de perlas y esmeraldas", y las "dos manillas de perlas con doce hebras cada
una y sus broches esmaltados de perlas". Un Agnus con un "Lignum Crucis guarnecido
de oro", y sigue la relación que, por un momento, nos llama al recuerdo de aquellas
palabras que por los mismos años (1754) estampaba, en su "Corografía de Guipúzcoa",
el célebre Padre Larramendi en el capítulo referente a la Real Compañía: "Los factores
sí que se han hecho increíblemente ricos, y se ve por los efectos ; y como sea sin
perjuicio de la Compañía y de sus interesados, y sin infidelidad a sus obligaciones ni a
la confianza que se ha hecho de ellos, háganse enhorabuena ricos y más ricos, pues no
van tan allá por esos mares y peligros a quedar o volver pobres, desventurados y arietes,
y a practicar ellos solos, los consejos evangélicos entre cuantos pasan a las ludias, y no
van a practicar la pobreza y despego de los bienes de la tierra; y pienso que este mi
juicio, no es temerario. Ni los que muerden esta fortuna de los factores, con tan maligno
diente, siguieran otro camino de perfección, enviados allá como como factores. Oh) que
han practicado mu trampas y picardías y comercios ilícitos! Eso es menester probarlo; y
es lo que le toca a la Compañía: y no habiendo pruebas, es temeridad y envidia hacer
unos juicios tan ofensivos".
Pero, la verdad es que el Factor Tellería no había muerto rico, sino alcanzado con la
Compañía en una deuda que mon- 1 taba a once mil trescientos treinta y cinco pesos, y
la hacienda de Corepano con todo lo allí acumulado —"que todo esto se trajo de San
Felipe", según reza el inventario—, es avaluado en la cantidad de nueve mil quinientos
noventa y cuatro pesos, es decir, casi exactamente la misma cantidad —9.340 pesos—,
que sabemos había llevado como dote su esposa, doña Mariana Chirinos.
Pero vayamos a lo que nos interesa. En ías diversas gavetas del escritorio del Factor
Tellería hay cosas de interés. Comenzando por "un quaderno rotulado "Información
hecha en San Felipe sobre el oficio de Factor", que, seguramente, tiene que ver con los
hechos relatados al comienzo de este capítulo, podemos ver "dos libros grandes de la
Compañía"; cartas y "una petaca grande llena de papeles", y en otra gaveta papeles que
contienen cuentas con su paisano don Miguel de Olondo. Y en otra gaveta, otro
cuaderno "de información de Genealogía de los Chirinos", y aún otro en que están
asentados los bautismos de los hijos.
Nuestro Factor se ha sentado hoy en su escritorio, que en estas plácidas horas nocturnas
iluminan, tal vez, dos can-deleros de plata de esos, que aparecen también registrados en
el inventario. Son las horas propicias al tranquilo placer de la lectura, a que don José se
entrega en su pequeña biblioteca. Tal vez apacienta su espíritu con los "Cinco libros de
la Madre Agreda", la mística doctora María Coronel Arana, consejera de aquel Felipe
IV que, al parecer, no supo aprovechar mucho de sus avisos. Otras veces son las páginas
del "Coronicón Christiano" con su sabor de fe recia y un tanto ingenua. La "Vida de San
Clemente Octabo" y la "Historia Pontifical" parecerían denotar en su asiduo lector don
José de Tellería, una decidida adhesión a la sede vaticana que, ciertamente, no haría
sino acrecentarse con la lectura de aquel otro libro de la "Vida de San Ignacio", cuyo
autor no se especifica, pero en el que, indudablemente, el Factor conjugaba las
religiosas tendencias de su espíritu, con su admiración y afecto hacia su paisano, el
coloso de Loyola. El sabor de la tierra natal, con el recuerdo de sus verdes campos,
blancos caseríos y cuadradas torres infanzonas, lo bebía don José en "un libro de
hidalguía de la Provincia de Guipúzcoa" al que servía de complemento, el de
"Franquezas y libertades de Vizcaya, Los Fueros de Vizcaya", en cuya inmortal
recopilación, archivo de la más pura y antigua democracia, su espíritu vasco continuaba
alimentándose.
Había también horas para la lectura amena, como la que le ofrecían las "Epístolas
familiares" de Fray Antonio de Guevara, en que éste, retórico predicador y cronista del
César, gusta, sin importársele demasiado de la verdad histórica, y a través de una rica
variedad de temas, de los juegos de palabras y la fácil música de la similicadencia. Y
tenia también, para las horas furtivas, "otro libro de la vida de Solís" y otros "dos libros
de novelas", con los que su imaginación, libre de trabas, volaba lejos, muy lejos de los
campos sanfelipeños. En compensación, "tres tomos de la Recopilación de Indias",
ponían sobre el escritorio la gravedad de su presencia.
Estos son algunos de los libros, que el Factor de la Real Compañía Guipuzcoana leía en
San Felipe, allá por los años de 1750. Decimos algunos porque, aunque en el inventario
que nos ha guiado, no se citan más, la misma variedad de la pequeña colección
examinada, autoriza a pensar, que no serían los únicos en componer el acervo cultural
del factol de San Felipe.
3. El Capitán Urrutia.
Con mucho gusto trascribimos del excelente estudio sobre las "Bibliotecas coloniales de
Venezuela", del buen amigo y notable Investigador y escritor Prof. Manuel Pérez Vila,
la lista de libros propiedad del Capitán de Navio don Antonio de Urrutia, uno de los
cuatro Comisarios de Expedición de Limites encabezada por don José de Iturríaga..
Real Hacienda, t. 424, ff. 98-99.
Papelera forrada de baqueta, con:
Tres tomos Cartas Eruditas de Feijóo.
Dos idem Demostración Crítica.
Diez ídem Theatro Critico.
Nueve ídem Compendio Matemático por Tosca.
Cinco ídem Descripción de Indias por Herrera.
Cinco idem Viaje de la América, por don Jorge Juan y Ulloa.
Uno idem García, Origen de los Indios,
Uno idem, Arte de la Navegación.
Seis idem Historia Antigua por Mr. Rolin (sic).
Dos idem Consejo de Sabiduría.
Cuatro idem Monarquía Hebrea.
Uno idem Cosmographia.
Uno idem Pensamientos Christianos.
Uno idem de Artillería.
Dos idem Ordenanzas de Marina.
Dos idem Orinoco ilustrado.
Dos idem Comentarios de las Guerras de España.
Cinco idem de la Madre Agreda.
Dos idem Aventuras de Telémaco.
Uno idem Marco Aurelio.
Uno idem Escuela de Daniel.
Uno idem Philosofía Moral de Thesauro.
Uno idem historia de Amazonas.
Uno idem Arte de Cartas.
Uno idem Arte de Navegación.
Un librito Explicación de los Elementos Geométricos.
Uno, Explicación en francés del Quartier de reducción esphérico (sic).
Uno Explicación abreviada de los Elementos de Euclides.
Uno Cosmographia Náutica.
Uno Gramática en francés.
Uno Trigonometría aplicada a la Navegación, por Cedillo,
Uno Adiciones de Gramática Francesa.
Uno Ramillete de varias Flores y Compendio de los sucesos de Europa.
Uno Señales de reconocimiento.
Uno Geometría Militar, con las Tablas Plimétricas.
Uno de a folio de Fortificación.
Estimamos que la precedente relación dice bastante de los gustos y formación cultural
de Urrutia, de quien tuvimos ocasión de hablar en el capítulo consagrado a don José de
Iturriaga, y nos lo hace ver a una luz muy distinta de la proyectada sobre él por la mala
voluntad de Alvarado.
4. El Director Iturriaga.
En el Registro Principal (177) puede verse un expediente sobre los "Autos formados
sobre las almonedas de los bienes del Sr. José de Iturriaga, a pedimento de sus albaceas
don Antonio de Egaña y don Francisco Guasche". Comienzan dichos autos con las
siguientes líneas que nos complacemos en copiar porque hablan ellas, más alto que
ningún ditirambo, sobre la probidad de aquel guipuzcoano que, como vimos, tan altos
puestos ocupó en la Compañía y fuera de ella: "Relación de las partidas que, como
albaceas del difunto don José de Iturriaga encontramos entre sus bienes en el inventario
de ellos, y se hallan unas absolutamente despreciables y otras de servicio sólo para
pobres por no corresponder a la decencia del difunto ni a la pena de que se avalúen...".
Diremos, en efecto, que el producto total de las cuatro almonedas realizadas, tras los
correspondientes avalúos de los maestros de sastre Juan José Parían y Pablo Cordero; el
maestro carpintero Juan Custodio Céspedes; el maestro platero Andrés Pan-toja; el
maestro relojero Crisóstomo López y el librero Bartolomé Riesgo, dio la suma de mil
setecientos sesenta y cuatro pesos.
Copiamos el avalúo de los libros que se hallaron en los baúles del difunto y que nos
hablan del azpeitiano en los Ejercicios de su paisano, el santo de Loyola; del marino en
los tomos de Jorge Juan y Ulloa, la Astronomía de Alerpis, etc.; del hombre de la
Guipuzcoana en el "Libro Historial de la Compañía de Caracas", la Teoría y Práctica del
Comercio, de su compatriota Ustáriz y los tres tomos del Diccionario Universal de
Comercio; el asomado a la cultura de Europa, en sus gramáticas francesa e inglesa, y,
finalmente, la indispensable compañía para un hombre de su tiempo, con
preocupaciones por la literatura de tendencias científicas: las Cartas y el Teatro Crítico
del Padre Feíjóo.
"Avalúo que yo, Don Bartolomé Riesgo de los Monteros de Espinosa, hago de
nombramiento de D. Antonio de Egaña y D. Francisco Guasch, albaceas que son del
difunto jefe de Escuadra D. José de Iturriaga, a saber, de la forma siguiente:
Nueve tomos en pergamino y octavo del Teatro Crítico del Reverendísimo Padre
Feyjóo.
Otro tomo en folio y pergamino con sus láminas. Su título Observaciones Astonómicas
y Físicas en el Perú por los mismos señores D. Jorge Juan y D. Antonio de Ulloa el cual
lo avalúo en tres pesos
Un tomo en pasta y folio menor Movimientos Celestes de Efemérides, bueno, lo avalúo
en tres pesos
Un tomo en pasta y folio menor de Astronomía
por Monsieur Alerpis, lo avalúo en tres pesos
Un cuaderno en pasta y folio menor que contiene copia de la Real Cédula de S. M. para
el establecimiento de la Compañía de la Habana, el que lo pongo en ocho reales
Un tomo en pasta y octavo Historia de las Amazonas en idioma francés el que lo pongo
en diez reales por estar algo ajado
Un tomo en pasta y dorado Examen de Conciencia y ejercicios en idioma francés y
latino,, el que lo pongo en ocho reales
Un tomito en pergamino y dorado, su autor D. Juan Bona, el que lo pongo en cuatro
reales
Un tomo en octavo y pasta gramática francesa el que lo pongo en seis reales por estar
muy mal tratado
Un tomo en ídem gramática inglesa, el que lo pongo en seis reales por estar muy mal
tratado
Un tomo en pasta y octavo Historia del Imperio francés, el que ío pongo en ocho reales
por estar mal tratado y le falta la primera parte
Un tomo en pasta y octavo Arte de Nebrija, le pongo en cuatro reales por estar muy
maltratado
Un tomo en pasta y marca mayor Arte de tornear, en francés, con sus láminas, al que le
pongo en seis pesos por su estado
Un libro muy viejo con seis Cartas de marear, le pongo en seis pesos por su estado
Un tomo en octavo y pergamino Capuchino retirado, le pongo en 8 reales
Un tomito en pergamino Manual de Ejercicios por el Padre Villacastin, le pongo en
cinco reales por estar muy ajado
Un tomito en pergamino y octavo Práctica de Ejercicios Espirituales de San Ignacio, le
pongo en cuatro reales
Un tomo en pergamino y folio Teoría y Práctica del Comercio por el Sr. Ustáriz, le
pongo en dos pesos por estar algo maltratado
Un tomo en pergamino y folio Establecimiento del
Orden de Santiago, le pongo en dos pesos
Nueve tomos en pergamino y octavo Compendio Matemáticas de Tosca, usados pero
bien tratados, lo pongo en diez y seis pesos
Tres tomos en folio y pasta Diccionario Universal del Comercio en idioma francés, los
cuales los pongo en diez y ocho pesos
Seis tomos en pasta y folio menor Maquinas, en francés, con sus láminas, los cuales los
pongo en veinte y dos pesos por estar algo picados
Un tomo en pasta y folio menor Arquitectura hidráulica, en francés, con sus láminas, el
cual le pongo en seis pesos
Un tomo en pasta y folio Tratado de Construcción, con sus láminas, en francés, el cual
lo pongo en tres pesos por estar usado
Un tomito en pasta y octavo Observaciones hechas por Monsieur Condelamina <sic), en
el Perú, el cual lo pongo en ocho reales por estar muy usado
Un tomito en pasta y cuarto, su título Libro Historial de la Compañía de Caracas, el cual
lo pongo en ocho reales
Tres tomitos en pasta y diez y seis, Oficio parvo de Nuestra Señora, dividido en los tres
tomitos, los cuales los pongo en veinte reales por el trato que tiene el un tomo
cuanto ésta puede ser reflejada por sus ropas y demás efectos, que en el catálogo
aparecen, y, sobre; todo, y es lo que & nosotros especialmente nos interesa, por la
colección de libros relacionados en el dicho inventario. No nos detendremos mucho en
este capítulo porque, contrariamente a los demás todos sobre materia no explorada, nos
encontramos con que ya el contenido bibliográfico de este inventario, fue examinado
por el brillante escritor Ramón de Basterra en su conocida obra "Los navios de la
Ilustración". Pero no dejaremos, sin embargo, de hacer un breve análisis de esos libros,
ya que su contenido viene a constituir algo así, como un anillo en la cadena formada por
los que en los anteriores capítulos hemos estudiado y aquéllos que han de seguirle.
Piremos, en primer lugar, que ofrece esta colección, con respecto a la extensa del
Inventario de 1749 y a la pequeña del Factor Tellerla, una característica especial y es, la
vertical caída de la preponderancia de las obras religiosas que hasta ahora hemos visto.
En efecto, sólo cuatro o cinco libros de carácter religioso, se registran entre las treinta y
cinco obras que formaban la biblioteca del empleado de la factoría de Puerto Cabello:
"Cronicón de Cristiano", "Armónica vida de Santa Teresa en poesía", "Discurso
teológico" y Jacobo de Miseno.
Piremos, en primer lugar, que ofrece esta colección, con respecto a la extensa del
Inventario de 1749 y a la pequeña del Factor Tellerla, una característica especial y es, la
vertical caída de la preponderancia de las obras religiosas que hasta ahora hemos visto.
En efecto, sólo cuatro o cinco libros de carácter religioso, se registran entre las treinta y
cinco obras que formaban la biblioteca del empleado de la factoría de Puerto Cabello:
"Cronicón de Cristiano", "Armónica vida de Santa Teresa en poesía", "Discurso
teológico" y Jacobo de Miseno.
Los clásicos castellanos están representados por Calderón (tomos tercero y sexto), Solís
(un tomo), y otros como Soto "Al Maestro cuchillada", "Historia de España" (dos tomos
sin nombre de autor-, etc. Es de interés señalar el libro "Tratado de la regalía de la
amortización", del conde Cam-pomanes, tanto por la significación ideológica del autor,
como porque editada, como sabemos, por primera vez en Madrid en 1765, ya estaba,
por lo menos en 1768, en Venezuela.
Y que se entregaron, como todos los demás efectos, al depositario don Pedro de
Iturrieta, dependiente, a la sazón/ en la factoría guipuzcoana de Puerto Cabello.
El Factor Uranga.
El año de 1770 fallecía en Caracas, el Factor Principal de la Real Compañía
Guipuzcoana don Agustín Ignacio de Uranga, "natural de la villa de Azpeitia" —como
Iturriaga, como Amenabar...—, "hijo legítimo de legítimo matrimonio de don Pedro
Ignacio de Uranga y doña María Clara de Beristain naturales que fueron de dicha villa".
Había ejercido durante varios años la suprema dirección de la Compañía en Venezuela
y, como otros que antes y después de él ocuparon dicho puesto directivo —Olabarriaga,
Goicoechea, Amenabar...—, moría, en el ejercicio del mismo, en su patria de adopción,
disponiendo, entre otras cosas, que su cuerpo fuese sepultado en la Santa Iglesia
Catedral "en lugar decente".
Una cosa nos interesa sobre todas al examinar el inventario de sus bienes; la relación de
los libros que deja, que es la que sigue:
Seis libros de a folio Diccionario español.
Diez dichos en pasta, de a folio, Diccionario español de
Moreri.
Seis tomos de la Recopilación de Indias. Dos tomos de a folio "El Cantero de
Monserrate. Fr. José
de San Benito". Uno dicho Autos acordados. Quince libros en cuarto Historia Sagrada.
Once dichos en cuarto, obra de Torres. Tres tomos en cuarto, por don Nicolás de la
Barre. Un tomo en octavo. Sales, Vida Devota. Otro dicho en octavo Librería de Jueces.
Un librito en octavo titulado Arte de Cartas. Un librito en octavo, Filosofía Moral.
Cinco en cuarto de pasta. Historia de las variaciones de
las iglesias protestantes. Dos cuadernos, Instrucción pastoral por el Arzobispo de
París.
Dos libros en octavo, Torrubia, Ejercicios de San Ignacio. Once libritos en octavo, Bula
de la Santa Cruzada. Otro dicho en octavo, Oráculo de Europa. Un librito titulado
Cartas de un padre de familia.
Otro dicho titulado Correo General. Tres tomos de a folio Mística Ciudad de Dios. Otro
dicho muy maltratado y roto, Teórica y practica del comercio.
Eso es todo. Poco mas de ochenta volúmenes, entre los cuales, los de carácter religioso
con los Ejercicios de su gigante paisano al frente, se llevan la primacía; con ellos,
algunos de los que su cargo le imponía, como la Recopilación de Indias y otros que
debía de haber consultado muchas veces, como el de su compatriota Ustariz (Teórica y
Práctica del Comercio). Eso es todo lo que sabemos que dejó en su biblioteca el Factor
don Agustín Ignacio de Uranga, según se puede ver en los papeles de su testamentaría
que constan en el tomo U del año 1770, sección Testamentarías del Registro Principal
de Caracas.
No sabemos más detalles del suceso. Y apenas mas de la vida de Aguínagalde, "Cavo a
guerra y Juez de Comisos del valle de Chuao y su jurisdicción natural", sino lo que nos
dice el testamento de aquel dicho día, once de noviembre de mil setecientos setenta
hubo de otorgar "con una herida mortal de que me siento gravemente enfermo, pero en
todo mi acuerdo, juicio y entendimiento natural".
Sabemos, por dicho testamente, que don Xavier de Aguinagalde era natural de la villa
de Azpeitia, en la provincia de Guipúzcoa, hijo legítimo de don Francisco Xavier de
Aguínagalde y de doña María Ignacia de Oserein, ambos vecinos de la dicha villa
guipuzcoana.
Por el mismo instrumento, nos informamos de que Aguinagalde dejaba diversos bienes
a cargo de su amigo, don Francisco de Iburusteta; bienes que se detallan en el inventario
adjunto al citado testamento
.
Poco nos pueden interesar en el tal inventario, ni las dos casas, "la una de bahareque y
de cogollo y bahareque sencillo", la otra, por las que se dieron como precio" al Thte.
antecesor On. Pedro Balerri la cantidad de trescientos y cuarenta y dos pesos"; ni los
muebles, ropas y efectos comunes que a continuación se detallan. Pero, hay algo que
llama de inmediato nuestra atención: la relación de los libros que componían, al parecer,
la pequeña biblioteca de Aguinagalde y que son los que siguen:
7. Una certificación.
Sabemos que con la primera expedición de la Compañía Guipuzcoana, integrada por las
fragatas de cuarenta cañones "San Ignacio" y "San Joaquín" y la "Galera Guipuacoa-
na", que zarparon del puerto de Pasajes el 15 de julio de 1730, llegaron a Venezuela,
entre los 564 fardos, 237 cajones y barriles y cesticos del cargamento total que se
enumeran, 26 cajones de libros, como contribución que, desde su primer viaje, hacía la
empresa a la causa de la cultura venezolana
.
Hemos visto luego que, en los inventarios formados en los almacenes de la Compañía a
raíz de la rebelión de Juan Francisco de León, el año 1749, el referente a los libros se
hace en base a los cajones que, cargados de ellos, allí están depositados.
Pero después, en los treinta y tantos años siguientes en que la Compañía sigue
desarrollando sus actividades en tierra venezolana, las referencias a la importación por
la Guipuzcoana del primordial elemento de cultura que el libro constituye, han escapado
por completo a todas nuestras afanosas investigaciones en el Archivo General de la
Nación, a través de la sección de la citada Compañía, como de todas las demás en que,
repetidamente, y en casi todas ellas a fondo, hemos indagado. Ni una factura, ni un
recibo, ni el más mínimo papel, en fin, que nos hablara o diera alguna luz sobre punto
de tanto interés para nosotros y para cualquiera que, siquiera de lejos, se haya interesado
sobre los afanes de los "Navios de la Ilustración", como la intuición de Ramón de
Basterra dio en llamar a los barcos de la Compañía.
Pero la casualidad que, del modo más inesperado, viene, a veces, a premiar los
esfuerzos, al parecer, vanamente realizados, hizo que recientemente, examinando, para
bien distintos propósitos, en el Registro Principal de esta ciudad, en la Sección
"Escribanías" el tomo 1, correspondiente al año 1705, paráramos la atención en unos
cuantos folios cosidos que, al principio y al fin de dicho tomo, estaban puestos como
guardas del mismo. Nuestra curiosidad se aguzó al ver que se trataba de folios
correspondientes a las actividades de la Guipuzcoana y nuestra satisfacción quedó
colmada al descubrir el folio que textualmente copiamos a continuación:
"Certificación.
Don José Manuel de los Reyes, vecino y escribano público de los de número de esta
ciudad de caracas, en el mejor modo que por derecho puedo y debo, certifico, para
donde convenga y a los señores que la presente viesen, como habiéndose abierto veinte
y dos cajones de libros que condujo el navio "San Francisco Xabier" de la Real
Compañía Guipuzcoana, en su primero viaje, se encontraron de menos en ellos los
siguientes:
Por sí esto fuera poco, en otro folio, cosido como el anterior junto con otros, como
guarda de los del tomo 4 del año 1707 de la misma Sección de Escribanías, hallamos,
con fecha esta vez de 6 de Agosto de 1757, una '"Nota de los efectos que en el
inventario se encontraron con avería y avalúo que de éstos han hecho don Bartolomé
Méndez y don Andrés Peña", en cuya nota y con referencia al navio "San José" de la
R.C.G. vemos se detallan, entre otros efectos de su carga, los siguientes:
"Un juego de breviarios y dos misales maltratados, a
16 pesos. "Un Ritual maltratado, a 4 pesos.
Y en el navio "Santa Ana" de la misma Compañía:
"13 libros 'Historia del pueblo de Dios, incluso tras del establecimiento de la Iglesia, 16
pesos."
Poca cosa todo ello, pero, sin duda, lo suficiente para asegurarnos de que los envíos de
libros a través de los navios de la Guipuzcoana, eran mercadería corriente y sobre la
cual hemos de hacer las siguientes puntualizaciones:
En primer lugar que, cualquiera que tenga noticia de los libros que de ordinario
integraban las bibliotecas familiares del Caracas del siglo XVIII, puede comprobar que
los que en esa certificación se citan son todos o casi todos ellos de los que en aquellas
aparecen, es decir, que llegaban a los hogares caraqueños después de haber viajado en
los panzudos navios de la Compañía.
En segundo término, y por lo que se refiere a las faltas y sobras que, según la
correspondiente factura, dicese se advierten, ¿se trata, como muy bien puede ser, de
descuidos o fallas naturales en el curso corriente de los negocios, o sería permitido
pensar que nos hallamos ante uno de tantos casos de sustitución de los libros de títulos
piadosos por aquellos otros que las corrientes de la Ilustración hacían entrar de
contrabando en los envíos de la Guipuzcoana?
8. El Arancel de Maracaibo.
Cuando, el año 1779, estalló de nuevo la guerra con Inglaterra, ordenó el rey de España,
atendiendo a que la Real Compañía Guipuzcoana "no debe suspender el giro de su
comercio, por estar obligada a proveer de lo necesario a las Provincias e Islas de su
concesión, y a sacar todos los frutos que respectivamente producen; a los indispensables
mayores gastos que en estas circunstancias se le recrecen con motivo de tener que
aumentar en sus navios mayor fuerza de gente y armas, para atender a su propia
defensa; y a los riesgos que se le aumentan por el peligro de ser atacados, y aún
apresados por corsarios o navios de guerra ingleses, teniendo que correrlos por sí, o
pagar por los seguros que haga crecidos intereses", atendiendo a todo esto, prosigue la
Real Orden, "ha venido S.M. en concederle su Real permiso para que pueda subir el
precio del cacao de Caracas, desde quarenta pesos a que expendía al público la fanega
en los almacenes principales que tiene en el Reyno, antes de que comenzasen las
hostilidades entre España e Inglaterra, hasta quarenta y seis pesos la misma fanega
mientras duren éstas; y que en los mismos términos pueda, desde luego, hacer en las
ventas de los géneros y efectos que conduzca bajo de registro de España a las Provincias
e Islas de su cargo, aquellos aumentos de precio que se estimen justos y proporcionados
a los motivos que obligen a esta alteración, etc, etc". (180)
En efecto, en esa extensa tarifa que abarca varios cientos de los más heterogéneos
artículos, desde sables, pistolas y "fuciles con bayonetas", hasta cortes de encaje y
cuerdas de violín, desde quesos de Flandes a vinos de Tudela y Men-digorria, etc., etc.,
nos encontramos con que aparecen, aquí y allá, diversos títulos de libros que eran, por
lo visto, de tráfico corriente de la Guipuzcoana y nos dan así una idea de lo que era
lectura corriente y general en el Maracaibo de aquella época. Haremos la observación de
que la nueva tarifa no afecta a estos libros, cuyo precio permanece inalterable.
Dominan entre ellos, como era de esperar, los de carácter religioso. Asi el "Año
Christiano", de 18 tomos, cuyo precio era de 25 pesos; la "Familia regulada", de Arbiol,
que costaba a 12 reales; los "Brebiarios de 4 en juego", a 16 pesos; las "Cartillas", a 9
reales docena; el "Cathecismo de Ripalda", a 15 reales docena; los "Ejercicios
cotidianos", a:'Sermones de La-4 reales; los "Misales", a 16 pesos, y los varre", a 8
pesos.
Hay libros para la enseñanza como los "Catones", que se vendían a 15 reales la docena;
las "Artes de la gramática", a 10 reales; y podríamos añadir las "Fábulas de Isopo", que
costaban a 5 reales el ejemplar.
No falta alguna representación de los clásicos latinos como el "Quinto Curcio", que se
vendía a 10 reales; ni de los castellanos, casi contemporáneos, como "Feí Joo" (sic) del
que no se especifican las obras que costaban a 20 reales. Juristas y leguleyos podían
hallar pasto en la "Librería de Jueces", que valía 16 pesos y en la "Recopilación de
Indias", que se vendía a 20. Olvidábamos la "Curia Filípica", cuyo precio era de 5
pesos.
Estos son todos los libros que aparecen en la citada tarifa. Muy pocos, como se ve, para
una relación tan extensa que parece, además, comprender todos los efectos de
importación corriente. Muy pocos, también, para poder hacer con ellos especulaciones
sobre las corrientes culturales en la patria de los Baralt, uno de los cuales contribuyó a
confeccionar este Arancel. Como quiera que sea, recogemos cuidadosamente estos datos
en la esperanza de que, quizás, sirvan para complemento de otros más amplios y
precisos.
Un Manuscrito
CAPITULO V
"Razón Suelta de la Provincia de Guayana"
No hemos podido conseguir muchas noticias en los archivos caraqueños sobre Fermín
de Sansinenea, el autor de esta "Razón". Nos encontramos con él, por primera vez, en el
año de 1775, en que lo vemos navegando como capitán del navio "San Ignacio de
Leyóla", de la Real Compañía Gui-puzcoana "en su séptimo tornaviaje con destino a
Cádiz"
El poder en virtud del cual actúa Barcaiztegui en nombre de Sansinenea, fue otorgado
en La Guaira el 21 de abril de 1787, "...próximo para seguir viaje a los reinos de
España..." de donde, según todos los indicios, no volvió mas, dejándonos la impresión
de un indiano enriquecido que regresa a su tierra para en ella, tras unos años de
tranquilo disfrute de lo lucrado, dejar sus huesos.
Dejó también este manuscrito cuyo original se guarda en la biblioteca del Palacio Real
de Madrid y del que pudimos obtener la copia que, a continuación, ofrecemos, gracias a
los buenos oficios de nuestro muy estimado amigo y competente Director del Archivo
General de la Nación, doctor Mario Briceño Perozo.
Razón suelta de la Provincia de Guayana es a saver
La dicha Provincia está bañada del grande e incompreensible rio Orinoco, de cuyo
nacimiento se habla con variedad, pero sus circunstancias, son dignas de Notar, como es
el flujo, y reflujo tardando para uno y otro un año entero, como es en crecer seis meses,
y en disminuir otros seis meses elevando desde el parage cosa de 20 varas para arriba,
principiando para el efecto, a mediados de Marzo, aunque en los últimos de Febrero da
sus cortas Cavazadas en el suvir pero apenas se conoce hasta el tiempo dicho, según las
observancias hechas hasta el 15 de Agosto; bien que hace también sus Cavezadas de
suvir y vajar algunas veces hasta mediados de Septiembre pero efectivamente empieza
su declinación en dicho día 15 de Agosto; Este incomprehensible Rio por lo que llevo
dicho se desagua por distintas bocas en la mar, pero con particularidad por la Boca de
Navios que tiene de ancho como seis leguas, y a excepción de la Canal que hay en ella
es de poco fondo, y en dicha Canal solo tiene cosa de 21 Píes de agua por donde se
introducen, Navios, y llegan al Puerto de la Nueva Guayana por otro nombre angostura
que dista 110 leguas desde la Boca, y para introducirse en ella se necesita practico, bien
que puesto en dicha Boca en disposición como lo tienen los Colonos vecinos de
Esquivo Demararia, y Berbis con sus correspondientes Balijas y Capitán del Puerto
desde luego con mas facilidad que en dichas Colonias se podrá lograr introducir que
tanto se necesita se tenga presente esta ventajosa citación al estado por sus grandes
circunstancias.
Por el Rio Esquibo se suve a dar con el Caño de Cuyum en Orinoco inmediato a la Misión, y
ato de Catalanes y también al de Paragua como a Barceloneta. Donde tenemos Población
con sembrados de Tabacos, Algodones, y algunos attos de Ganados Bacunos.
Introduciendo por la referida boca grande se va navegando hasta la Guayana vieja
donde está el precidio que dista desde la mar mas de 100 leguas, en este transito no hay
población alguna asi por ser tierras anegadizas, aunque frondosas como por haver
conocido los fundadores no convenía hacer abrigaderos para enemigos a mas de ser
muy enfermizas. Desde el presidio cosa de 4 leguas acaban de fundar los Capuchinos
Catalanes una Misión en las Orillas del Orinoco con el nombre de San Miguel y seis
leguas de esta Misión está la Boca del Rio llamado Caroni en donde bajas mareas
quedan las embarcaciones grandes y se cargan y descargan pero a luego que empieza a
subir el Rio o crecer procuran pasar a dicha Capital. Dicho Caroni se desagua en
Orinoco, y de la expresada Boca al Puerto nombrado San Joaquín en dicho Rio que
dista de la boca de ella cosa de tres quartas de legua llegan barquitos que conducen sal
efectos y frutos de Europa para el abasto de las Misiones como son Cueros, Tavacos,
Algodón, para cuyo efecto tienen sus Almacenes en dicho Puerto. Desde este Puerto a la
Capital que se intitula Oaroni, habrá legua y media. Población PP--petable, y formal. En
ella tiene la Misión su Procuradoria de donde surten a todas misiones con todo lo
necesario, y en dicho Pueblo o Capital hay tal qual familias blancas, pero en las otras es
rara la que hay y todos son de Indios, internando para dentro está la Villa y Jurisdicción
de Upacta circunstancias de ella se pone por separado incluyendo las noticias de las
Misiones y Pueblos:
Razón de los parages que están en proporción para abastecer con sus cosechas de Trigo
a las Provincias de Caracas, Cumaná, Islas de la Margarita, Trinidad y la Provincia de
Guayana por el Rio Orinoco desde el Reyno de Santa Fee y de las veredas por donde se
a de conducir al Puerto de Macuco en el Rio Meta a saver.
De los Valles de Sogamos, Bousá, y Cerinza con las riberas del Eio Chimocha en que se
incluyen vanas poblaciones hasta la de Talco, y en que se comprehenden cosa de Í7
leguas de largo y de 6 a 10 de ancho todas tierras fértiles y de buena calidad, los trigos
que en ella se cogen, y en las que abundaran sementeras y cosechas a proporción de la
salida y venta que tenga; de todo este territorio se conducen por la cordillera inmediata
de Toquilla, hasta la Población de Labranza grande y de esta al Puerto de Macuco, hasta
donde pueda ser su regular costo la carga de 10 arrobas netas de Arina bien cernida y
floreada, de 10 a 14 pesos pro-porcionalmente a la mas o menos distancia de donde se
conduce.
De la misma Rivera del Rio Chimocha y sus varias Poblaciones como son, las dichas
Tasco o Beteiava, laderas de Suata, Sativa, Socha, Sogamosa, igualmente abundantes de
buenas tierras y de calidad la mejor, pueden conducirse en la misma conformidad las
Cargas de Arina por inmediata Cordillera y paso que llaman de Peiba, hasta de el de
Paita, y de alli al Puerto de Macuco, y por esta vereda se podrán facilitar con algún
menos costo, según las demás poblaciones de las riberas de Chimocha de todo el partido
de Chita, Boavia, Macaravita, y Cucuy, igualmente abundantes de tierras de calidad
pueden pasar la cordillera inmediata por Chita a la Salina hasta el Pueblo de Tenza, y de
alli al Puerto de Macuco con el mismo costo que las antecedentes, y también tiene mas
proporción para el Puerto de Casanare si también proporcionasen la navegación de este
Rio.
Las Cargas de Arina desde la casa donde se dispone deven llevar la Marca de las que
embia para que, con las respectivas cartas Guias que las han de acompañar, lleven
cuenta clara con todos los Que las embien y la general de entrada en Bodega, para mas
claridad y seguridad en el consumo de Ja Arina, convendrá mucho que al entrar en la
Bodega se les ponga a todos los sacos la marca de la Compañía sin borrar la que traen y
mas del caso. Numerarlos esto es toda la que entre en Bodega en el mes de Enero.lo. a
la que entra en Febrero numero 2, en Marzo número 3 y asi los restantes meses del año
hasta numero 12 para asi las distinguen en la bodega para embarcar las primeras que
llegaron a ella y a donde la lleven para vender por esta orden se consiga el que no le
pierdan. Guayana y Mayo 7 de 1783. Fermín de Sansinenea.
N OTA
Que las Arinas, Cacaos y demás frutos del territorio de Corrales, Suata y Cuenta se
traficaron en otro tiempo, y se
— 291 —
pueden traficar hoy, {pacificados los Motilones) desde Pamplona por el rio Zulia a la
Laguna de Maracaybo; cuyo opulento comercio decayó en la infestación de dichos
Indios; y con haverse prohivido hacia el año de 1680 poco mas o menos la internación
de efectos de Castilla y piezas de África, por el Cordón de la Provincia de Venezuela al
Nuevo Reyno y con estas dos causas se arruinaron las Ciudades de San Francisco
(Puerto de Zulia) y Barinas.
Las excelentísimas Alinas de Tunjuelo (Valle distante 4 leguas de Santa Pee al Sur) que
son las mas apreciables de aquellos territorios se pueden llevar a Guayana con los
demás frutos regionales y muy estimados por el camino llamado de Caqueza por donde
se toma la navegación del Meta arriba del Puerto de Macuco, y ademas los ríos de San
Martin, y el Puerto dos Poblaciones arruinadas, y haber cesado el Comercio, y
impedidose la internación por Guayana y por el rio Guayavera, y otros por donde es
mas breve el trafico de Santa Fee a el Orinoco, y lo frequentaron los Jesuítas.
Es cosa demostrada que si se abriera el Comercio de Santa Fee por Orinoco es mas
ventajoso a la Metrópoli y con menos riesgos que la de Navegación del Magdalena y se
Poblaman (sic) las inmensas llanuras corridas desde Barinas, Casanare etc. hasta
Caqueza y San Martin y se .aprovecharan sus preciosísimas producciones de Aromas,
especias, Maderas, Minas.
El método de adovar los Costales en salmuera y empacar la Arina floreada con terrones
de sal, es el mismo que de rnuy antiguo se usa en aquel Reyno para transportar las Ari-
nas al Choco, Cartagena, Antioquia, Neiva y demás Provincias tórridas acaso el uso de
barricas de cedro blanco que resiste al Comegen y gorgojos, bien embreadas seria
preferible si se experimentase.
Pedro De Berastegui
CAPITULO VI
1. Noticia personal.
Muy poco podemos saber, a través de los archivos caraqueños, de los orígenes y familia
de don Pedro de Beras-tegui. Sospechamos que algo tenga que ver con aquellos don
Antonio de Berastegui y su sobrino Juan José, que, como al-bacea del anterior, prosigue
el juicio por su tío incoado el año 1773, contra la Real Compañía Guipuzcoana,
pretendiendo el abono, por parte de ésta, de ciertas partidas de tabaco depositadas en la
factoría de la misma en Puerto Cabello (183). La identidad de apellidos, el que don
Antonio "natural de los Reynos de España y residente en esta ciudad" se declare, no
sólo comerciante en tabaco, sino que añada que "girando por este comercio con positiva
aplicación me he Impuesto en todas las calidades de dho. fruto, hasta haberlo por mi
propio sembrado, y cultivado y cosechado" (ídem. fl. 3 vuelto y 4), es decir, el que
sepamos a don Antonio experto en la misma materia que, como veremos, era de la alta
competencia de nuestro biografiado, autoriza a sospechar en un posible nexo familiar;
pero la verdad es que el nombre de don Pedro para nada aparece en el citado
voluminoso expediente que se prolonga hasta el año de 1785, es decir, comprendiendo
los años de residencia de don Pedro en Caracas hasta el de su muerte.
Poco sabemos también de él por los historiadores. Baralt nos da alguna noticia al
escribir que: "En 1781 llegó a Caracas un químico español de nombre Don Pedro
Verástegui, y recorriendo los pueblos occidentales de Venezuela, observó que sus
naturales hacían mucho uso del tabaco molido y hecho una pasta blanda, a la cual
agregaban sal de urao. Esta no es otra cosa que un sesquicarbonato de sosa que se halla
abundantemente en el fondo de una laguna de la provincia de Mérida, semejante al de
Trona en el África. El químico perfeccionó su beneficio y elaboración, enseñó a
mezclarlo en proporciones convenientes y a utilizar para aquellas pastas el tabaco de
desperdicio; con lo que, despertada la codicia del fisco, se mandaron comprender en el
monopolio asi la sal como las pastas, dichas vulgarmente mo y chimó"
Esta escasez de noticias nos podría hacer dudar sobre su inclusión en esta galería de
"Hombres de la Guipuzcoana". Lo hacemos, sin embargo, porque, si no nos consta que
viniese con la Compañía o perteneciese a ella, sí sabemos lo bastante de su oriundez
para proclamarlo auténtico guipuz-coano. Nos lo está diciendo su apellido, no sólo de
irrecusable vasquía, sino que es, además, el mismo del de un conocido pueblo de
Guipúzcoa; lo sabemos por el testimonio indirecto de Francisco Miguel de Goicoechea,
administrador de Real Hacienda de Trujillo, quien en el encabezamiento de una carta
que dirige a Berastegui el 1 de octubre de 1781, le llama "paisano", palabra que repite al
despedirse; lo confirma su actuación como testigo en el testamento "a usanza militar
ante tres testigos" del guipuzcoano, natural de la villa de Segura, don Francisco de
Muxica, en cuyo testamento los otros dos testigos son los destacados hombres de la
Compañía don Agustín de Zuaznabar y don Pedro de Ibarrarte (185), y, finalmente, por
el único familiar de quien, a través de los papeles del Archivo, tengamos noticias: su
sobrino don Martín de Zubiria (186).
La verdad es que el tabaco, como dice Depons, "es planta que se da allí
admirablemente; puede cultivarse en grande o en pequeño, sin utensilios ni máquinas
costosos", por todo lo cual su cultivo fue de antiguo natural en Venezuela y amplío su
comercio. Desde que los ingenuos cabildantes del Tocuyo, en su informe de 1579,
escribieran que: "Usaban (los indios), antes de agora y de presente es común verse con
el Demonio usando de supersticions e ritos o bebiendo el humo de una yerba que llaman
tabaco que es propiamente a manera de beleño de España y este humo bebido les
embriaga" ("Descripción de la ciudad del Tocuyo"), el uso de la nueva planta se
generalizó en Europa e incrementada la demanda del viejo mundo, en las costas de
Venezuela, alcanzó a ser el producto de mayor exportación. Y así sabemos que "En los
últimos años del siglo XVI, ya salían anualmente por Maracaibo más de 1.000 arrobas
de tabaco de Guanare, al mismo tiempo que por La Guaira se iniciaban las extracciones
en vertiginoso aumento hasta alcanzar cifras enormes" (189), hasta el punto de que, no
sólo las plantaciones se extendían por todas partes, sino que el comercio de contrabando
alcanzó un auge tal que el mismo Cabildo de Caracas hubo de hacer una representación
al Rey quien, respondiendo a la misma, prohibió, por Cédula de 25 de agosto de 1606,
el cultivo del tabaco en toda la provincia de Venezuela durante un lapso de diez años.
Esta real medida fue llevada hasta el extremo por la drástica determinación del
gobernador Sancho de Alquiza de talar todo el tabaco que había en esta Provincia,
previniendo, además, a los vecinos de que nadie lo sembrase sin su licencia. Todo esto
originó que por los siguientes años las exportaciones de tabaco fueran reducidas a
insignificantes cifras, y aunque luego el comercio resurge, sólo a fines del siglo XVII
llega a restablecerse su comercio con España. Tenemos para principios del XVIII el
cuadro de producción y consumo de la Provincia, según consta en la inédita e
interesantísima "Instrucción..." de don Pedro José de Olavarriaga, por el cual nos
informamos de que la Provincia producía 23.000 arrobas, de las cuales gastaba 3.700,
quedando, de consiguiente, para el embarque 19.000. Y con esto llegamos a los años de
la Guipuzcoana, duramente censurados, como en otros aspectos, por lo que hace
concretamente al tabaco, en la exposición elevada al Gobernador por el Alférez Juan
Quintero de Toledo, el año de 1750, con motivo de la sublevación de Juan Francisco de
León. Según Quintero, la Compañía había relegado de tal forma el cuítivo y comercio
de este producto, que no sólo no lo compraba a los debidos precios, sino que cuando lo
aceptaba, estimándolo de mala calidad, conforme al dictamen de un perito parcial suyo,
lo pagaba "en ínfimo precio, dando en cambio sus efectos por el más alto y subido y en
aquellos que quería y no de los que el vendedor necesitaba", llegando la arbitrariedad al
extremo de que el tabaco dado por malo era arrojado al mar, sin que el propietario
pudiese impedirlo; todo lo cual ocasionaba que labradores y mercaderes se fueran
retrayendo en la siembra y en la compra, y así los cultivos fuesen, en gran parte,
abandonados.
Dando por sentada la exageración de algunas de las anteriores manifestaciones hechas
en evidente clima de hostilidad a la Compañía, la verdad es que ésta, según puede
comprobarse con un ligero estudio de sus exportaciones generales, no se distinguió por
su especial atención al cultivo y comercio del tabaco. En la representación que los
guipuzcoa-nos elevaron al Rey en 1757 (Ver Hussey: "The Caracas Company", pág.
181), se hace notar el fracaso del intento de colocar dicho producto en los países del
norte de Europa, ante la poderosa competencia holandesa. Las cosechas venezolanas
dieron de 6.000 a 7.000 quintales cada año, pero las ventas sólo alcanzaron a 9.172 en
cuatro años; el precio había bajado el 50% y la Compañía debió quemar parte de sus
existencias.
No pueden, sin embargo, desconocerse algunos esfuerzos que ésta hizo por mejorar este
renglón de su comercio, como se ve, p. ej. en la circular que el Capitán General dirigió
con fecha 15 de octubre de 1782 a las autoridades de Tur-mero, Valencia, Nirgua,
Aragua, Barquisimeto, San Carlos, Guanare y San Felipe en que les participa que
próximamente pasará a sus jurisdicciones D. José Antonio Enríquez "destinado por la
Rea! Compañía Guipuzcoana, de orden de Su Majestad, para la elaboración del tabaco
al modo del de Brasil", ordenándoles que le presten todos los auxilios que necesite
"procurando que con este motivo no se alteren los precios regulares de esta especie ni
los jornales de los peones que se destinaren a la fábrica, obligándoles en caso necesario
por la preferencia que debe tener este encargo (190). Lo cierto es que de la mentada
opresión de la Compañía se pasó, como dice Baralt, a otra mayor cuando, en 1777 (Real
Cédula del 24 de junio), mandó Carlos III establecer el estanco del tabaco en estas
provincias al modo en que lo estaba en casi todos los reinos de Europa, y de la misma
manera que se había hecho en Méjico trece años antes, y en el Perú, Guatemala y Santa
Fe.
"Lo mas singular que hay en la historia del estanco —escribe Baralt— es que el
Gobierno puso a los habitantes de Venezuela en la alternativa de sufrirlo o pagar
anualmente un encabezamiento que equivaliese a la ganancia que se pro-ponia sacar del
fruto.. - El caso fue que entre los habitantes y el primer intendente de Venezuela don
José Abalos se levantaron grandes disputas y que los primeros (a quienes tal vez hubiera
convenido más el encabezamiento que el estanco) prefirieron éste por vanidad, viendo
en aquél un tributo que los asimilaba a los indios y los confundía con la plebe". De los
dos extremos, dice con mucha exactitud el viajero Depons, eligieron el peor, y sin oir la
razón ni consultar sus intereses, lo sacrificaron todo a la presunción, todo a la ira y al
encono".
El primero de los dos que conocemos, fechado en Mérida el 2 de junio y que, al igual
que el segundo, lo hemos hallado en la colección de "Papeles del Dr. Julián Viso (Tomo
XI) (*), lleva el título de "Dictamen de los terrenos de las ciudades de Guanare, Harinas
y sus respectivas jurisdicciones a efecto de si convendrá fomentar en ellas las siembras
de tabaco o el beneficio cura-seca y otros", y en él, después de referirse a su citado
informe sobre los terrenos de Aragua en el que se dice propuso "el beneficio que
necesita después de su colección, y además de haber insinuado el modo del exterminio
del contrabando que se hace en aquellos valles con los retoños que producen los tallos
que quedan en las haciendas", da también instrucciones sobre "el modo de tener
abundante, segura y buena la semilla", entra ya en materia, comenzando por referirse a
lo que sucede con los más de los labradores que se hallan escasos "o por mejor decir
exhaustos de aquellas luces necesarias para la elección de terrenos para hacer las
siembras que desean aumentar". Da, pues, algunas instrucciones sobre los terrenos
propios para la siembra del tabaco, comenzando por establecer que "Los terrenos de
Guanare, Harinas y sus respectivas jurisdicciones tienen tan acreditada la propagación
del tabaco que se puede asegurar todos son buenos para criar en abundancia y de buena
calidad este vegetal". Habla, a continuación, del abono de las tierras diciendo que: "Si
las tierras de Guanare, Harinas y sus jurisdicciones tuviesen todos los operarios precisos
para sus respectivas labores, insensiblemente, y acaso sin conocerlo, abonarían dichos
terrenos", pero sucede que "Es constante y cierto que en las expresadas ciudades y sus
jurisdicciones apenas hay operarios para trabajar la cuarta parte de los terrenos que
poseen, por lo que en cada cosecha mudan de terreno sin haber disfrutado lo más
particular y exquisito que, a mi ver, les promete el que dejaron". Seguidamente, propone
el método de hacer almacigos o viveros "que es uno de los principales puntos y el
primero que debe aprender el labrador cuando se promete sembrar tabaco".
Y después de dar varios consejos al respecto, ya en cuanto a los terrenos adecuados para
los dichos viveros, ya sobre los distintos tiempos en que conviene se hagan, explica el
modo de arrancar las matas de los almacigos y proceder a su plantación con todos los
cuidados a ésta inherentes, deteniéndose en el caso de que el cultivador determine en el
siguiente año plantar tabaco en el mismo terreno o rastrojo. Después vienen las
consideraciones sobre la recolección que se hará cuando el tabaco manifiesta su
madurez con su hoja que empieza a arrugarse y a "manifestar un color dorado oscuro
como la corteza leñosa de la almendra". Viene entonces la preparación de los caneyes,
el arranque hoja por hoja "si ser puede", el golpear, el arrollar, el hacer los manojos, el
colgarlos, secarlos y otra serie de pormenores, hasta terminar "sacando de la pila el
tabaco según se va hilando, cuyas cuerdas o longaniza será muy del caso se hagan lo
mas delgadas que se puedan". Pasa a explicar el ambirado, mediante la debida
prevención del moho o chimó 'llámese como se llamare", sobre lo cual termina diciendo
"en carta separada hablé de esto con atención a las siembras de Aragua".
El otro informe que poseemos, de puño y letra de Beras-tegui, es de los últimos meses
de su estancia en Venezuela, y en menos de un año anterior a su fallecimiento, como
fechado en Guanare el 26 de agosto de 1784. Se refiere a los ensayos practicados con el
tabaco cura-seca en dicha región venezolana a imitación del que se trabaja en Brasil y
sobre su costo y el que podrá tener si se establece fábrica para trabajarse en cantidad, y
comienza diciendo, tras algunas reflexiones generales, que: "Como hasta ahora (que yo
sepa) en el tabaco de esta especie y que con el mismo objeto se ha conducido a los
Reinos de España, no se ha tenido el cuidado de prevenir las cosas referidas... a fin de
precaver igual suceso... se dispuso como se hizo, tres diversas especies de ensayos,
todos tres con la mira de que lleguen, ya que no perfectos, sin perderse o corromperse, y
en disposición de instruirnos para reparar las faltas en los primeros trabajos de la misma
especie". Expone, a continuación, con toda clase de pormenores, el ambir con que se ha
beneficiado el tabaco que va marcado con el numero 2 y el número 4, y después el
ambir con que se ha beneficiado el número 3, y explicadas las tres suertes de ensayos,
"omitiendo varios que se malograron", pasa a determinar su costo y las causas que lo
han motivado, terminando con la observación de que como "no habia ninguna
disposición cuando se determinó ensayar este tabaco, sería demasiada prolijidad y
enfadoso explicar por menor las causas que han motivado su alto precio. La falta de
casa con almacenes proporcionados, la diversidad de trojes y que no se advertía hasta
cuando se necesitaban, la de los asoliadores para secar el retoño que se perdía mucho de
éste por no poderse reducir a ambir para cuando llegaba otro que era preciso recibir por
la falta y pequenez de los fondos en que se cocía, la demasía de peones que se ocupaba
por falta de las cosas referidas, últimamente se considera se ha hecho duplicado gasto
del que se hará poniendo fábrica con los utensilios necesarios para ambirar anualmente
24.000 quintales que, a lo sumo, se considera puedan cosecharse en esta Provincia con
reflexión al actual vecindario y a los que se ocupan en sembrar tabaco".
3. Apéndice I.
"Informe que rinde Don Pedro Berasteguí acerca del fomento y conveniencia de la
siembra de tabaco, en los terrenos de la jurisdicción de los ciudades de Guanare y
Harinas, «u beneficio y demás medidas para favorecer este ramo de la agricultura."
(COPIA) DICTAMEN de los terrenos de las ciudades de Guanare, Barinas y sus
respectivas jurisdicciones a efecto de sin convendrá fomentar en ellos las siembras de
tabaco a el beneficio cura-seca y otros.
Anteriormente tengo dado en igual asunto mi parecer de los terrenos de Aragua y su
utilidad para el tabaco cura-negra que generalmente lo estiman para mascar y fumar en
lo mas de esa Provincia, lo conveniente que consideraba tentar por los medios posibles
su consumo en todos los pueblos y, teniendo por demás explicar su cultivo de hacienda,
propuse el beneficio que necesita después de su colección, y ademas de haber insinuado
el modo del exterminio del contrabando que se hace en aquellos valles con los retoños
que producen los tallos que quedan en las haciendas, indiqué el modo de tener
abundante, segura y buena la semilla. En este presente diré lo que concibo de los
terrenos nominados, lo que convendrá para adelantar y mejorar el cultivo y bene-íicio
cura-seca y otros, el medio para fomentar las siembras sin perjuicio de lo dispuesto en
este particular.
Acontece regularmente a los mas de los labradores hallarse escasos o por mejor decir
exhaustos de aquellas luces necesarias para la elección de terreno para hacer las
siembras que desean aumentar; esta es, a mi ver, la causa por que algunas siembras
nuevas que se intentan no surten los fines de los que desean su fomento. Convengo en
que el labrador esté bien instruido, en qué tiempo y de qué modo ha de trabajar un
pedazo de terreno que se ha propuesto sembrar, por ejemplo de garbanzos, que
igualmente se halle enterado de las labores de siervos y acaso otras prolijidades que
necesita esta semilla hasta que su mata se haya de cortar o arrancar de la tierra; otro
labrador sabe, y se halla enterado de los beneficios y labores que requiere otro terreno
para cáñamo, los pone en práctica, hace su sementera y logra perfectamente su cosecha;
asi mismo sucede a otro que sembró tabaco: esta especie de cultivadores son buenos y
se deben estimar para propagar los terrenos que tienen acreditados que con aquellas
labores y beneficio van en abundancia garbanzos, cáñamo y tabaco. Ahora, pues,
siempre que se intenten sembrar de las que no tiene el terreno acreditado su producción,
y se fíen a sujetos que sólo poseen la agricultura en la forma que se insinúa, es
indubitable que se perderá el tiempo y caudal, a no tener estos la fortuna de topar con un
terreno bueno, y propio a la naturaleza de la semilla que sembraron, que les favorezca el
temperamento y clima: ademas por falta de las precisas luces se hallan tan distantes de
proponer mas medios para la multiplicación de las siembras que malograron, que
desestimando toda razón que les proponen, afirman la imposibilidad de su sementera en
aquel terreno, solo porque saben que su abuelo, su padre y hermanos con solo el trabajo
que ellos han puesto por obra lograron bien semejantes cosechas. inundaciones; pues en
tal caso se ve que si dichos sitios no se hallan con arena pura, las plantas que se crian en
ellos, son pajosas, estoposas o lanosas, y de un corazón enteramente blando y de fácil
separación y sí acontece hallar algún árbol que por su calidad le corresponda buena
madera y fruto, por lo regular está desmedrado, enfermo y no se perfecciona aquel y así
todas las demás plantas, por lo que solo se hallan cañas, juncos, sombrerera y otros
semejantes; tampoco es mi ánimo se pongan estos en orden para las siembras de tabaco,
antes si persuadiré se dejen hasta que naturaleza los trabaje y prepare con el tiempo, y
asi sólo propondré lo que me parece útil para hacer aquellos terrenos buenos, uniformes
y mejores, por un medio nada gravoso y que den igualmente este fruto mas nutrido y
jugoso que hasta aquí.
Si las tierras de Guanare, Barinas y sus jurisdicciones tuviesen todos los operarios
precisos para sus respectivas labores, insensiblemente y acaso sin conocerlo abonarían
dichos terrenos; pero ya que al presente se considera esto difícil se hace preciso indicar
los medios para que les sirva de guía a los que se hallan avecindados en ellas.
Es constante, y cierto, que en las expresadas ciudades y sus jurisdicciones apenas hay
operarios para trabajar la quar-ta parte de los terrenos que poseen, por lo que en cada
cosecha mudan de terreno, sin haber disfrutado lo mas particular y exquisito que, a mi
ver, les promete el que dejaron: no hay duda y tiene infinitas veces demostrada la
experiencia que una tierra nueva plantada de árboles de frutas sabrosas y sembrado de
semillas particulares, los frutos que producen dichos arboles en la primera cosecha no
son tan jugosos y dulces, y los granos no quedan tan nutridos como a la segunda, tercera
y quarta, y asi, al paso que la tierra se va desembarazando de los humores extraños que
recogió en el tiempo que estuvo inculta, va suministrando a las plantas mejor alimento,
éstas como mas puro y propio lo adaptan mejor, lo elaboran como corresponde, y
después dan frutos y simientes en el grado de perfección correspondiente cada una en su
especie. Ahora pues, si a estos cultivadores de tabaco que SM. les concede particular y
privativamente estas siembras se les obligase a que seguidamente sembrasen en un
mismo terreno cinco o seis años, desde luego que estas tierras libres de aquellos jugos
extraños y superfluos criarían mejor tabaco; y sólo por este medio que se deja ver no es
nada gravoso se consigue más nutrido y jugoso este fruto; además por este mismo
medio de continuar en un mismo trabajo las siembras conseguirán modificar una capa
delgada de arena que poseen los mas de los terrenos de que se habla, que sin dificultad
les es vastamente nociva. La arena por su naturaleza es caliente y seca, chupa la
humedad a la tierra y encierra en sí el calor del sol, con que si después que se planta el
tabaco, no vienen a menudo las lluvias, extrae la arena la humedad tan precisa que tiene
la tierra, y con el calor destempla, si no quema, la planta e interrumpe el tránsito de la
savia, o alimento, y así queda desustanciada aun sucediendo esto después de haber
criado bastante cuerpo la planta. Como esta arena es poca, aunaue suficiente para causar
los efectos dichos, no hay duda de que con la continuación de repetir en un mismo
terreno las siembras, se unirá con la tierra buena, que, cuando no la abone, no se
experimentaran los daños que se han hecho presentes.
Acostumbrados, los cultivadores de tabaco, a mudar de terreno todos los años, alegan
sin práctica ni conocimiento, que si nuevamente vuelven a sembrar en los rastrojos o pe-
dujales anteriores para lograr el fruto bueno en ellos, se hace preciso darles dos o tres
deshiervos. Está bien y se contemplan necesarios: pero sacadas las cuentas de los costos
de los dos o tres deshiervos que se necesitan para la segunda cosecha, no equivalen al de
la roza penosa que les es indispensable hacer para la primera; además, si aquella arroja
tanta hierba que se hacen precisas las citadas labores, por la misma razón de matar para
ella con tanta prolijidad la hierba en las siguientes cosechas arrojará muy poca o
ninguna, y se hallan con solo este trabajo adelantado, con una hacienda que les
producirá buenas cosechas en seis o más años continuos, sin el quehacer de la roza
trabajosa que todos los años hacen para sembrar tabaco.
Para vivero o almacigo se buscará el mejor terreno que sea fértil y más seco Que
húmedo porque en este temperamento se crían las plantas más sanas, y sienten novedad
cuando las mudan de terreno; se limpiará con particular cuidado este sitio de todas las
malezas, plantas, hierbas y raices que tuviere; se revolverá bien la tierra sea arándola a
mano, o con reja, a fin de que reciba con igualdad el beneficio que le administra el sol,
el aire y las lluvias y quede más suelta en este estado y estando más húmeda un poco la
tierra, se repartirá por ella la semilla, y para que éste caiga igual se le puede mezclar
antes dos tantos de arena o tierra muy menuda; esta diligencia es muy precisa,
atendiendo a la pequenez de la semilla del tabaco para que se distribuya mas rala y no
nazca cepera en el almacigo, acusando por este medio la saca que se debe hacer en el
vivero, caso que venga muy espesa. Si a pocos días de haber sembrado esta semilla no
nace, y el terreno está seco, se le puede dar un riego suave de forma que no haga mas
que humedecer la tierra evitando se reduzca a lodo; pues si no se tiene esta precaución,
y viene a continuación un sol ardiente, se formará una corteza dura en la superficie de la
tierra que, cuando no ahogue la semilla, retardará su planta. Cuando ésta consiga tener
como tres pulgadas fuera de la tierra, si no tiene las lluvias necesarias, se puede regar
sin aquel peligro, siempre que se reconozca tiene necesidad. Sin perjuicio de la mezcla
de arena o tierra que se ha insinuado para repartir esta semilla en el almacigo, convendrá
mucho si este viene demasiado espeso y cuando esta planta tenga la mitad de su
longitud, hacer alguna saca que deberá ser con la precaución siguiente. Se reconocerá la
cantidad de plantas que convendrá extraer, para lo cual si no está blanda la tierra se debe
humedecer antes, y luego a mano se arrancan de raíz aquellas matas menos lozanas y
vigorosas para que las que queden reciban el alimento que inútilmente gastaban
aquellas.
Como las siembras de tabaco regularmente principian por Agosto y duran hasta
Noviembre, convendrá hacer almacigos en distintos tiempos a fin de que en todos se
logren las plantas proporcionadas, tiernas y fáciles de prender y no queden las tierras
laboreadas sin plantar por falta de viveros hechos en su debido tiempo. Esto es, que se
deben hacer almacigos con alguna diferencia de dias de unos a otros.
Hecho el vivero como queda prevenido, dispuesta la roza, quemada la leña y, si ser
puede, surcada la tierra, no sólo con el fin de que quede más esponjosa, sino también
con el de exterminar varios insectos que suele tener, y son nocivos con cuyas labores,
sino todos, se malogran muchos. Se arrancaran del almacigo estando húmedo, y sin
maltratar las raices las matas necesarias y que consideren se pueden plantar en un día, se
dispondrán en mano o sin que se rompan, y guardando la distancia de cinco cuartas en
cuadro de mata a mata, se harán unos hoyos con un palo duro y resistente
proporcionados a las raices de las plantas. En cada uno de estos hoyos se pondrá una
mata sin maltratarla, se llenará el hoyo de tierra con mucha suavidad a fin de no romper
dichas raices, y en esta conformidad se proseguirá hasta que se haya concluido de
plantar toda la hacienda. Los manojos que por la mañana se sacaron del almacigo, se
deben guardar por aquel día en un sitio fresco y resguardado del sol para que no se
sequen los raices, y se marchite la guia, y según se vayan plantando, se irán llevando de
este lugar a la hacienda, para ver las plantas que no han prendido, y luego en la forma
que queda prevenido, se plantarán las que faltaren. Se reconocerá asi mismo la hierba
que tuviere, y si fuere necesario, se le dará un deshierbo con una azada de mano a dos
pulgadas de profundidad, esto es, poco mas que raspar la tierra. Estas mismas
diligencias se practicarán por dos veces más, y en el intermedio que el tabaco se levante
poco más que a la mitad de su altura. Hallándose el tabaco en esta disposición, ya se
considera por demás el resiembro y se supone con bastante lozanía para ahogar la hierba
que puede criar la tierra, pero, si ésta está seca, será muy del caso arrimarle a cada mata
una poca de su vecindad; esto es aporcar el tabaco a fin de que el tallo se mantenga más
fresco y el sol no le cause impresión. Sin perder de vista estas prevenciones, se tendrá
cuidado si da señales de querer florecer el tabaco, para antes tostarle la guia con el fin
de que no se eleve demasiado, la planta dejando desmedradas las hojas lo que se
reiterará de tres en tres días por tres o mas veces, cortando asi mismo además de la guia
los retoños o hijos de las matas han brotado de las heridas que se les hizo para que
quitarles la guia, y a esto se llama capar. Con este beneficio se cria el tabaco bien jugoso
y nutrido hasta que se haya de coger de la hacienda.
Dispuesto asi el caney, se cogerá el tabaco en el estado y con las señales que se han
indicado; y hoja por hoja, si ser puede, se le quitará la vena recta que corre desde el
pezón hasta su extremidad y cuando esto no pueda hacer con el todo, siquiera cuatro o
cinco dedos de ella y a la restante darle dos, tres o mas golpes con un palo ancho que
para ello se tendrá apropósito a fin de que se separe y quede igual con la hoja y venga a
secarse a un mismo tiempo. Esta vena en un mismo espacio de volumen contiene
cuando menos tres veces más humedad que la hoja mas viscosa, pesada y gruesa y
dificil de evaporarse, por lo que se condensa y lija en aquella parte. Puesta asi en rollos,
si se recalienta por algún accidente, se pone en movimiento, se fermenta e inficciona lo
demás de la hoja, y cuando no la pierda del todo, al menos le comunica olor y sabor
desagradables. Dispuestas asi las hojas se hacen manojos de dos o tres en tres, se atan
con dos cabullas o cuerdas que se tiene dispuestas de una planta que llaman vijiran y se
cuelgan no muy juntos en el referido caney, y se dejan hasta que se sequen. Ya está
sentado tener el tabaco en dicho caney hasta que empiezan los primeros aguaceros que
llaman invierno, y asi que éste llegue en la conformidad que se halla lo descuelgan para
ponerlo en pila que es darle a calentura; como el tabaco no lo ponen siempre en una
misma disposición a la calentura ya se ve no pueden atinar sobre poco mas o menos el
tiempo que lo deben mantener en ella, y por lo regular este beneficio lo dejan
imperfecto. Si el tabaco lo ponen en pila o a la calentura, sin que esté bien seco, toma en
tanto grado el calor que se fermenta y se pierde; con que para obviar este inconveniente
luego y en la pila de tabaco reconocen un mediano calor, lo sacan, lo tuercen, lo hacen
rollos, y asi el tabaco no queda bien curado. Informados de esto los mercaderes o
compradores de tabaco, lejos de remediar el daño por que no conocen la causa, cuidan
de que los cosecheros no le dan mucho calor al tabaco, porque de darle se exponen a no
cobrar lo que de sus caudales les adelantaron a cuenta de sus cosechas de tabaco; por lo
que tanto los mercaderes como Jos cosecheros han contribuido a que no se perfeccione
este beneficio. Ahora pues, los aguaceros o invierno se suelen adelantar unos años y
otros se retardan, y asi el sol unos tiempos calienta mas que los otros; igualmente
sucede con el aire; unas veces corre húmedo y otras mas caliente y seco; la humedad en
el tabaco, a corta diferencia, se supone igual, aunque por el método que se practica la
desecación, no es posible quede todos los años igualmente seco el tabaco, Fácil es de
conocer cuando el tabaco está bastante seco y en disposición de ponerlo en pila o
calentura, si se pone un poco de cuidado.
Ya queda explicado el modo de mejorar los terrenos y el beneficio que requiere para
que el tabaco quede perfectamente curado, veamos ahora como recibirá el ambirado o
bra-siliense: hallándose el tabaco de recibir este beneficio lo primero que se deberá
prevenir es el moho o chimo o llámese como se llamare; este se debe hacer con tabaco
bastantemente seco, a lo menos que por la secación se le hayan exhalado todas las partes
herbáceas suculentas y mocosas, pues si el tabaco se ambira con moho hecho con tabaco
verde, en lugar de mejorarlo, lo pone fuerte de un gusto áspero, causa nauseas y lo
dispone a una pronta fermentación aun cuando el moho se le mezcle en su debido punto
y en la debida cantidad. Conviene, pues, mucho saber elegir y preparar el tabaco para
hacer el moho que se ha de gastar en ambirar tabaco; asi mismo importa darle el punto
necesario y no más. Debe tener el moho para este efecto un punto de miel, esto es,
cuando está frió o de un jarabe espeso; hecho el moho en esta conformidad y del tabaco
preparado como corresponde se pasa a ambirar el tabaco que se quiere reducir a brasil,
cuyo modo es el siguiente. Se pondrá el tabaco a revenir, según se ha dicho, en el
beneficio de calentura; asi que las hojas estén algo flexibles, se tomará una vasija capaz
y plana donde estará a prevención el moho frió; en esta vasija se irán metiendo las hojas
del tabaco, una por una, hasta que se empapen de moho; luego se sacarán y, asi que se
enjuguen un poco, se hilarán con mucha delicadeza y con igualdad de modo que no
quede mas gruesa la cuerda que un dedo regular de la mano de una persona. Estas
cuerdas, según se vayan hilando, se deben ir colgando en una azotea o solana bien
ventilada y resguardada del sol. En ella se mantendrá colgado este tabaco hasta que se
sequen perfectamente; luego se harán rollos y en un almacén bien seco se guardará este
tabaco. Los tallos o troncos, las hojas menudas y algo pasadas, los botones y las cabezas
que quedan en las haciendas después de haber cogido el tabaco bueno, son muy a
propósito para hacer este moho siempre que para ello se dispongan como corresponde;
también se pueden aplicar y sin tantos requisitos estas mismas partes de la planta para la
fábrica de moho; en carta separada hablé de esto con atención a las siembras de Aragua.
Como hasta aora (que yo sepa), en el tabaco de esta especie, y que con el mismo objeto
se ha conducido a los Reynos de España, no se ha tenido el cuidado de prebenir las
cosas referidas y, aunque se hubiese mandado con estte intento no se han practicado por
haberse perdido en la nabegacion, según relación de algunos viajeros por la sobra de
ambir y su mala disposición; a ítn de precaber igual sucesso, y nos prlbe de unas
obserbaciones tan Importantes con el que aora se conduce; se dispuso como se hizo tres
dibersas especies de ensayos todos tres con la mira de que lleguen, ya que no perfectos,
sin perderse o corromperse, y en disposición de instruirnos para reparar las faltas en los
primeros trabajos de la misma especie; en cuya virtud se explicara a beneficio de cada
una de las especies insinuadas de ensayos y el ambir que les corresponde.
Dispuesto asi el ambir, y el tabaco torcido según queda indicado, ha de hacerse para
ambirar este tabaco las mismas labores y obserbaciones que en el antecedente, sin que
falte nada hasta ponerlo en zurrones. Dispuesto el ambir para el tabaco n.4 según queda
prebenido, se tiene a prebencion una troje de la misma especie que queda explicado. En
dicha troje y sobre la carnada de ojas de plátanos se pone otra delgadita e igual del
tabaco que ha de serbir de tripas en esta torce-dura, se rocea muy bien con el ambir
citado. Caliente luego se tiende sobre esta carnada otra en la misma conformidad del
mismo tabaco, y se buelbe a rocear en la misma forma con ambir; se apelmaza muy bien
este tabaco, y asi se prosigue hasta ambirar el tabaco necesario; este tabaco asi dispuesto
y con suficiente cubierta y peso encima ha de mantenerse en dha. troje por quatro días
pasados los quales se saca y tuerze echándole la capa sin ambirar; luego se debe pasar
ligeramente esta cuerda por ambir obserbando y haciendo todas las operaciones que en
los antecedentes, y este es el modo como se beneficia el tabaco que ba marcado con el
n.4.
Se ha poner siempre el ambir caliente porque sino como esta grueso, ademas de gastarse
mas del necesario, se encharca en el tabaco y no se distribuye con igualdad.
Explicados las tres suertes de ensayos, omitiendo barios que se malograron,
especialmente los que se efectuaron con tabaco fresco, diré a corta diferencia su costo y
las causas que lo han motibado.
Para las 3.850 libras de tabaco que se ha ambirado se recibicieron 3.716 libras tabaco
cura-seca con benas, y sin estas 1.281 libras que todas hacen 4.997 libras, a razón de
doce reales arroba, importa 2.400 reales el costo del ambir hasta enzurronarse este
tabaco ascendió a 8.800 con que bie-ne a salir la libra de este tabaco ambirado a 2 reas.
8 mrs. o poco mas, obserbandose faltan en este tabaco 1.147 libras sin 150 libras que se
supone su merma con el peso del ambir que todas hacen 1.297 libras razón de la falta de
este tabaco con benas que se recibió y fue preciso quitárselas, hubo de merma 975 libras
que pesaron dichas benas y 50 libras de cabullas y estacas de 236 rollos en que se
hallaba dicho tabaco son todas 1.025 libras. Las 272 que restan se consumieron y
malograron en diferentes ensayos: espliquemos ahora la razón de estos gastos:
Siempre que conbenga se trabaje por mayor este tabaco, se hace providenciar con los
cosecheros que luego que cojan la oja, le quiten las benas en cuyo tiempo, por hallarse
con toda su flexibilidad, se hace con facilidad esta maniobra, y se ahorra el grande costo
que tiene de hacerse estando seco, y aunque por lo menos que pesa el tabaco sin benas
pretendan aumentar de precio, y sea éste a proporción de la merma, no equivale al costo
de haberlas de quitar estando seco, además de que con las benas se quita parte de la oja,
lo que no sucede cuando berde.
Bajo el supuesto que no había ninguna disposición cuando se determinó ensayar este
tabaco, seria demasiada prolijidad y enfadoso explicar por menor las causas que han
motivado su alto precio. La falta de casa con Almacenes proporcionados, la de
dibersidad de trojes y que no se advertía hasta quan-do se necesitaban, la de los
asoliadores para secar el retoño que se perdía mucho de este por no poderse reducir a
ambir para quando llegaba otro que era preciso recibir por la falta y pequenez de los
fondos en que se cozia, la demasía de peones que se ocupaba por falta de las cosas
referidas, últimamente se considera se ha hecho duplicado gasto del que se hará
poniendo fabrica con los utensilios necesarios para ambirar anualmente 24.000 q.q. que
a lo sumo se considera pueden cosecharse en esta Provincia con reflexión al actual
vecindario y a los que se ocupan en sembrar tabaco. Guanare, 26 de Agosto de 1784.
Pedro Berastegui",
5. Minas y Plantaciones.
Los conocimientos y actividades de Berastegui no se limitaron al tabaco. Lo sabía bien
el Intendente Abalos, quien, después de haberlo empleado en las labores que hemos
visto en Guanare y Barinas, lo comisionó para que fuese a la ciudad de Mérida donde
había de dedicarse a diversos estudios.
Llegó Berastegui a Mérida el 16 de mayo de 1781, según nos informamos por carta que
de allí dirigió el 5 de junio siguiente a Abalos (195), y en dicha ciudad fue atendido por
el Vicario Eclesiástico don Francisco Antonio Uzcátegui, a quien iba recomendado por
Abalos (196) y en la citada carta nos da cuenta del comienzo de sus actividades: "A esta
ciudad llegué el diez y seis del último mes de mayo y luego dispuse en las vecindades
de su laguna diversidad de montones de tierra de la que baña la agua de la misma laguna
algunas ocasiones; esta tierra dispuesta en la conformidad dicha, mezclada con distintas
materias y libre de las lluvias, es preciso que por algún tiempo le dé por todo lados el
aire, además de lo dho. otros montones de la misma tierra se regarán con la agua de dha.
laguna, de forma que se tentará por todos los medios que ocurran y yo alcance a fin de
investigar de cual saldrá el salitre con más utilidad. La agua de la citada laguna no es
común, y las señales de color, olor y gusto la caracterizan de particular, motivo
suficiente para ponerlo en tortura a fin de que manifieste lo que ahora nos oculta".
Termina la carta con otro párrafo por el que vemos que, no sólo el Vicario sino que
también el Cabildo y el Administrador de Real Hacienda le ofrecían la debida
colaboración en su empresa.
No todos eran colaboraciones, sin embargo, y no faltaban las suspicacias y las quejas
que, como con frecuencia suele suceder, venían de un paisano suyo, el comisionado Ar-
teaga, que escribía al Intendente en los siguientes términos, en carta fechada en 28 de
junio: "Muy señor mió: Porque no extrañe V.S. que no le participe alguna cosa sobre los
progresos de la comisión conferida a Dn. Pedro Berástegui, insinuaré lo que ha
ocurrido. Y es que, a pocos días de haber llegado a ésta, continuó su marcha para la
laguna del Urao, en donde me dicen está haciendo algunas operaciones para verificar lo
que de ellas solicita. Esto he sabido por fuera, pues no le he merecido me haya dado la
menor noticia en la corta distancia que hay, que es poco más de media día de camino.
"También estoy notificado de que hallándose allí un confidente del Administrador de la
Renta de Tabaco haciendo sacar algunas arrobas de urao para proveer esta Admon. y
otras que tiene a su cargo para sufragarles con dicho urao, se apropió de los pocos
indios que lo sacan dejando al comisionado de la Admon. sin conseguir el que se
necesitaba y se le había prevenido por dicho Admor. Dicen también que el principal
motivo de agregarse los indios a Dn. Pedro y su compañero fue por haberles ofrecido
mayores ventajas y premios, conforme a la cantidad del urao que dichos indios le
entregaran, y con éste motivo se haya excusado en parte el celo que debe haber (según
lo mandado); se dice que los mismos indios han distribuido alguno entre los vecinos,
con grave perjuicio de la venta y contra la expresada orden del Administrador Oral, de
Maracaibo, lo que me ha parecido preciso insinuar a V.S. sólo con el pretexto de su
mejor inteligencia y no en perjuicio de don Pedro y su compañero"
Del efecto surtido por esta carta, tenemos noticia por la contestación dada por Abalos en
fecha 24 de Julio, en la que dice a Arteaga: "Quedo enterado de lo que Vm. me informa,
con fecha de 28 de junio último, sobre los progresos de la comisión conferida a Dn.
Pedro Berástegui, y su viaje a la laguna del Urao, con lo demás que expone acerca de la
extracción de ese mineral. En resulta, ha parecido prevenir a Vm, que con esta fecha
advierto al insinuado Berástegui no impida en manera alguna la extracción del urao que
necesitan los Administradores subalternos de esta Provincia y el de Trujillo para la
composición del chimó y mó, procurando con suavidad y buen modo que los indios
trabajadores no lo distribuyan oculta y clandestinamente a los vecindarios y a los
particulares que abusan de su sencillez, con perjuicio de la Renta. Pero todo eso, sin
perder de vista la moderación y buen trato que corresponde, hasta que conozcan el justo
motivo que se tiene para restringir su expendio"
.
Pero la prevención que se cree obligado a hacer a Berás-tejfui, no impide el que,
conociendo su valía y capacidades, le anime en sus trabajos, aprobando lo realizado y
exhortándole para lo futuro, en unos párrafos en que el tono administrativo queda
diluido en un breve torrente retórico: "Por la de Vm. de 5 de junio último, quedo
enterado de haber remitido al Administrador General de la Renta de Tabacos una razón
de lo que ha trabajado en Guanare y Barrnas, acerca del cultivo y fomento de las
plantaciones de esta especie. De su arribo a Mérida y del examen y reconocimiento que
hizo a su laguna, cuyas aguas manifestaban indicios de que se podría extraer buen
salitre. Previne a Vm. en otra ocasión que la naturaleza siempre ha sido muy rebelde en
manifestar sus secretos, y que de consiguiente era preciso proceder con el mayor tino y
circunspección, sin fiarse mucho de los primeros experimentos ni en sus consecuencias.
Pero no necesitaba de exhortaciones nuestro don Pedro que, sin experimentar la menor
cobardía "por razón de las cosas que al presente se hablan" (sin duda, las de la
sublevación), da cuenta al Intendente de sus labores en la obtención del salitre que ha
obtenido y espera salga bueno "para el efecto de pólvora". "Mi más venerado señor:
Sólo diré a V.S. en esta ocasión por lo tocante al examen de la laguna, que con el mayor
tesón y sin que hayan experimentado en la ciudad y jurisdicción de Mérida la menor
cobardía por razón de las cosas que al presente se hablan, he examinado !a laguna con
todo lo que en sí encierra y sus vecindades. Será testigo de ésto una carga de salitre y
cinco de urao que al cuidado de Cabanie, se conducen a la ciudad del Tocuyo; el salitre
es procedente de las tierras vecinas a la laguna de Mérida y a su agua; si éste, como
espero, sale bueno para el efecto de pólvora, haré con la mayor puntualidad un plan, de
forma que de la dicha laguna y las tierras vecinas se pueda sacar con bastante utilidad
cuanto salitre se quiera.
A fin de llevar a esa ciudad una carga del dicho salitre con el de que V.S. lo haga
examinar por algún polvorista a su satisfacción, dispuse la tierra y agua que me pareció
necesaria para completar dha, cantidad, y si las vasijas con que se hizo hubieran sido
aparentes y yo hubiera andado con economía, sin duda hubieran salido dos cargas, pero
me parece que con una será suficiente para las pruebas de pólvora". Termina esta carta,
fecha 25 cíe julio, avisando a Aba-los que "el 17 del corriente, después de haber dejado
empe-tacadas dichas cargas y pagados los portes hasta Trujillo, salí del pueblo de las
Lagunillas". Y la firma en Trujillo
A esta carta, contesta Abalos con otra, fecha 7 de agosto, que reza así: "Quedé enterado
de cuanto Vm. me informa, desde Trujillo, en su carta de 25 de julio último, sobre las
operaciones ejecutadas en la laguna de Mérida y sus inmediaciones, cuyas resultas me
han sido agradables por las noticias que se han adquirido de las utilidades que promete
para lo sucesivo y las tendré presente las que me comunica para hacer de ellas el uso
conveniente", remitiendo, al mismo tiempo, y con la misma fecha, al administrador del
Tocuyo, Dn. Francisco Xavier de Uriz, una en la que, al mismo tiempo que acusa recibo
de las que éste le había remitido, por conducto de Miguel Vizcaya, le envía otra para
Berástegui, quien deberá estar ya, según su aviso, para esas fechas por el Tocuyo
.
Había, pues, Berástegui interrumpido, por el momento, sus labores en Mérida, a causa
de la sublevación, sin haber podido, a causa de ello, dar total cumplimiento a los deseos
del Gobierno español, de lo que tenemos noticia por carta de Abalos al Ministro Gálvez,
fecha 18 de septiembre (203), en que leemos lo que sigue: "Muy señor mío: Cuando
recibí la Real Orden de 1 de junio de este año en la que V,S. se sirve participarme que
S.M. se ha dignado aprobar la providencia que tomé de acuerdo con el químico español
D. Pedro de Serás-tegul de formar en esta capital un depósito o criadero de todas las
plantas útiles para irlas remitiéndolas luego que cese la guerra, manifestándome al
propio tiempo que, sin perjuicio de esta providencia, quiere el Rey que por los correos
marítimos vayan paquetes moderados de semillas, según las vayan cogiendo antes que
se añejen, con lo demás que en ella tiene V.S. a bien preceptuarme, se hallaba dho.
Berásteguí en la ciudad de Mérida, Provincia de Maracaíbo, donde lo había destinado al
reconocimiento de la laguna que hay en aquella jurisdicción y ha hecho útilísimos
descubrimientos de salitre y otros mixtos de que daré cuenta a V.S. con toda
individualidad en otra ocasión para su superior inteligencia y demás efectos que
correspondan".
Para noviembre del mismo año de 1781, sabemos que Be-rástegui había llegado a
Caracas y allí, puesto al habla con el Intendente Abajos sobre las posibilidades de la
región me-rideña, le expresó sobre sus observaciones, entre otras cosas, lo que sigue,
que tomamos de una carta que Abalos dirigió desde Caracas al Vicario de Mérida,
doctor Francisco Antonio de Uzcátegui, en 29 de noviembre: "Dn. Pedro de Berástegui
que acaba de llegar a esta ciudad me ha informado que sus terrenos son escasos y poco
proporcionados para hacer considerables plantaciones de frutos, y que, aun cuando no
hubiera este obstáculo, de su felicidad hay otro casi insuperable cual es la conducción
de su producción a Maracaibo por lo costoso que es ejecutarlo per tierra y no haber
arbitrio para hacerlo por agua. Una y otra son dificultades de consecuencia cuyo
vencimiento ha de ser bastante trabajoso, pues no habiendo tierras suficientes y de
bondad para el beneficio de los frutos, no puede hacerse grandes cosechas sin las cuales
no es fácil el adelantamiento del comercio, y aunque las haya porque se busquen
terrenos donde cultivar, se encuentra el inconveniente de no haber comodidad para
extraerlos, a no ser con excedídl-simos costos de fletes de tierra, por cuyo medio quedan
estancadas con perjuicio del cosechero"
Y como las actividades de Berástegui, además del tabaco, el salitre para pólvora, las
plantaciones, etc., etc., miraban también al descubrimiento de minas y su explotación —
bien acuciado, sin duda, en ésto por Abalos, siempre avizor a todas las posibles fuentes
de aumento de los ingresos fiscales—, no falta en la misma carta una información sobre
una de cobre de la que Abalos escribe al citado Berástegui: "Dicho don Pedro
Berástegui me ha informado también que en las cercanías de esa ciudad se halla una
mina de cobre abundante y de buena calidad cuyo beneficio acarrearía considerables
ventajas a esa ciudad, singularmente, si lograse la navegación del Chama por la fácil
extracción que tendrían los metales mediante lo cual convendría mucho que Vm.
solicitara un minero inteligente en el beneficio del cobre en el Reino de Santa Fe y que
diese principio a la labor de la referida mina, pues de cualquier modo sería ventajoso su
beneficio por la escasez que hay en estos países del insinuado metal en cuyo asunto no
dudo procederá Vm. con el celo y eficacia que le es natural y que me comunicará de lo
que practicare para mi inteligencia y gobierno" .
No sabemos en qué quedó la explotación de esa mina. Ni si ella tiene alguna relación
con la que, enclavada en términos de la ciudad de La Grita, fue denunciada a principios
del siglo XVII por el tesorero de Real Hacienda Diego de Villanueva. Los
encarecimientos de éste sobre la riqueza del yacimiento se asemejan a los que Oviedo y
Baños hace de la de Cocorote, cuyo rendimiento sabemos que, en realidad, fue escaso.
Y nos recuerdan también las afirmaciones de don Pedro José de Olavarriaga (206) sobre
la abundancia de este metal en Venezuela con referencia, tal vez, a los yacimientos de
Aroa, de antiguo conocidos, por largo tiempo descuidados y puestos de nuevo en
rendimiento por los años de la visita de Humboldt, quien nos habla de tres minas de las
cuales la mayor, nombrada "La Vizcaína", "no tiene más que treinta obreros, elevándose
el número total de esclavos empleados en la extracción de mineral y en la fundición a no
más de 60 o 70"
OTRA: "Papeleta que amaneció fijada en las puertas del Oficio de esta ciudad de
Mérida el día 4 de junio.
M.I.C.J. y R. Hacemos saber a V.S. como los lugares principales de este Reino,
cansados de sufrir el intolerable peso de alcabalas hasta de lo sagrado, rigorosos
estancos aun de los frutos de la tierra, etc., con amenazas de peores si caben mayores:
hemos resuelto todos a una voz, sacudir tan pesado yugo y tomar otros temperamentos,
conservación de nuestras vidas y haciendas que no son muy ventajosas y así el tiempo
lo comenzaremos para que, con un acuerdo general, se trate lo mejor pidiendo por ahora
a V.S. siga a nuestro Partido y comunique sus progresos. Comenzando por los estancos,
donativos, etc., bien sabemos que todas estas Provincias hasta Caracas, anhelan esto
mismo, como sabrá V.S. el buen éxito del Inca del Perú de donde tendremos particular
razón. El portador espera la respuesta dentro del tercer día y hará ver que Pamplona,
Villa, Cúcuta y La Grita están acordes. Mérida y junio 5 de 1781".
Claro está que Abales no toma para nada en cuenta las razones que los sublevados
esgrimen, ni aún aquellas que tan de cerca le atañían al referirse a los "rigorosos
estancos, aun de los frutos de la tierra" en la carta que dirige a Gálvez, en 26 de
septiembre, en la que, después de hacer una breve historia del movimiento, diciendo que
muchos de los comuneros que habían capitulado en el Reino de Santa Fe se habían
llegado hasta "la Provincia.de Maracaibo donde fueron admitidos por los vecinos de La
Grita, San Cristóbal y Mérida, en cuyos pueblos se sublevaron deponiendo a las
Justicias, nombrando Capitanes Generales y particulares de ellos y apoderándose de los
caudales y papeles pertenecientes a S.M.", ataca muy duramente ai Gobernador y
Capitán General Unzaga y Amézaga, como también al de Maracaibo, acusándoles de
descuido en los comienzos del asunto y morosidad y tibieza en la posterior acción de
contener a los sublevados, y no duda en entrar de lleno en el auto-panegírico, diciendo
que: "...a no haber sido por la actividad y eficacia con que, a impulsos de mí celo por el
mejor servicio del Rey ha promovido este importante negocio y lo mismo mis
subalternos, estaría ya encendido el fuego de la sedición en toda esta Provincia, sin
excepción de la Capital".
Y con este espíritu, lo vemos intervenir de lleno en el negocio en el que queda envuelto
también, por orden suya, Berastegui, de quien nos da noticia en el extenso extracto de
los sucesos que envía a Calvez en fecha 22 de septiembre, donde se detalla cómo el 7 de
agosto recibió "carta de don Pedro de Berastegui escrita en Trujülo (a donde se habla
retirado evacuada su comisión) en 26 del propio julio, en la cual, entre otras cosas, me
avisaba el mal estado en que quedaba la ciudad de Mé-rída, a quien ya creía sublevada,
y que la de Trujülo se hallaba dispuesta a seguir su ejemplo, por lo que era necesario
enviar tropa para contenerla, y tomar otras serias providencias contra los amotinados y
los que los seguían"
.
Efectivamente, en esa extensa carta, cuya copia, afortunadamente, podemos consultar en
la obra que venimos citando, vemos que Berastegui expone al Intendente el estado de la
ciudad de Mérida diciendo que: ".. .ya en el día contemplo todo aquello turbado pues los
que directamente no se atreven a declarar por el lado de los leventes, lo demuestran en
su ánimo y algunas palabras que Inadvertidamente producen". Habla de un pedimento
que el Procurador General de Mérida presentó al Cabildo, expresando que: ".. .respecto
de hallarse la plebe inquieta por las muchas contribuciones presentes debía, desde luego,
el Cabildo suspender los estancos y donativos con el fin de aquietarlo". Dice luego
cómo, en 30 de junio, llegó al pueblo de Las La-gunillas —donde a la sazón paraba—,
el Dr. don Bruno de Castilla, Administrador de Real Hacienda de la ciudad de
Pamplona, quien le habló de los alborotos de esa ciudad en que estuvo presente y de su
conducta con el Oidor de la Au-'diencia de San Fe, Dr. Osorio, de quien habiéndose
apoderado, "...lo trataron con el mayor respeto y veneración". Sigue hablando de este
Dr. Castilla en diversos términos, para concluir acostándose del parecer de los que
sospechan de él como de "...uno de los confidentes de los sublevados y que anda delante
de ellos disponiendo los ánimos", lo mismo que otro "reinoso", don Fulano de Cuéllar,
que venía en su compañía y por quien "...hablan todas las gentes de que anda
disponiendo los ánimos de los de esta Provincia y es cierto que de anterior la tiene bien
conocida". Refiriéndose al ambiente de Mérida, escribe que: ".. .se puede inferir
también con bastante fundamento que los de Mérida han tenido y tienen comunicación
oculta con los sublevados de arriba, respecto de que: " . .aunque no transita el correo,
tienen cartas de la ciudad de Pamplona, Villa del Socorro y otros pueblos". Lo mismo se
infiere de los de Trujillo, donde también están dispuestos: "...a seguir el partido de los
de arriba", y, en resumen, "sé que todo está ocultamente sublevado". Termina dando su
parecer de que "...antes de que prenda aquí este contagio se puede remediar con solo
cincuenta hombres mandados por un buen Capitán", y aconsejando ".. .se debe empezar
con el mayor rigor a fin de contenerlos y sujetarlos a las órdenes del Rey y sus
ministros, y aunque considero hay tiempo para tomar las correspondientes providencias,
contemplo no se debe dilatar éste, a cuyo fin y a toda diligencia dirijo este propio".
Esto lo vemos confirmado en la carta que el mismo Intendente Abalos envió con fecha
18 de septiembre al Ministro Calvez, en la cual, después de referirse a las actividades
profesionales desarrolladas por Berastegui en Mérida, continúa escribiendo, en relación
al mismo, lo que sigue, en que se ve no escasea los elogios para el guipuzcoano;
"Posteriormente, con motivo de las revoluciones ocurridas en la misma Provincia, se
retiró a la ciudad del Tocuyo donde permanece por mi orden, promoviendo la defensa
de esta Provincia, y contención de los sublevados, con cuyo motivo y el de ser aquella
jurisdicción el paraje donde se han de acopiar los víveres que necesiten para la
manutención y subsistencias de la tropa y milicias que se destinan contra ellos, ha hecho
y está haciendo importantísimos servicios a! Rey y al Estado. Por esta causa, no se ha
podido dar cumplimiento a lo que V.S. se sirve prevenirme en dha. Real Orden, pero
luego que se sosieguen estas alteraciones, llamaré a esta ciudad al referido Berastegui, y
se dispondrá la ejecución y envío de cuanto V.S. se ha dignado preceptuarme".
"Mi más venerado Señor: Por la adjunta que he recibido de Dn. Francisco Alburquerque
la que original incluyo a V.S. se enterará del estado y designios de los levantados que
hasta ahora se hallan quietos en Mérida de donde, según yo entiendo, no pueden
reforzarse mucho y tirarán a conservar el puesto por lo ventajoso que les es, según
naturaleza lo ha dispuesto".
"Dn. Miguel Martínez, después de haber remitido a Trujillo cien hombres de las milicias
de aquí con otros ciento de las mismas y de las de Barquisimeto que agregó a su
destacamento, salió para Guanare el 21 del presente mes; a ambos destacamentos se les
dio los víveres correspondientes y demás que pidieron y se continuarán las providencias
de aquellos para lo sucesivo de lo aue espero se hallará bien servida la tropa".
"Por disposición del citado don Miguel Martínez y de este Teniente, se ha mandado
pedir a Eyaralar trescientos o cuatrocientos fusiles, cuatro quintales de pólvora, las balas
correspondientes y las piedras de chispa que se puedan cuyos pertrechos deberán estar
aquí para las ocurrencias de esta expedición, por considerarse esta ciudad la más
inmediata leal a la Provincia de Maracaibo y con atención a que este vecindario ha
contribuido en cuanto ha ocurrido en este asunto y que para la tropa y expedición de
víveres ha dado cerca de doscientas muías. Se le ha escrito a Larragoiti para que así que
lleguen a la aduana de su jurisdicción otras armas y demás, las remita aquí con bestias
de aquella jurisdicción con la custodia y guardia correspondiente, en cuya conformidad
se procurará tenerlas en esta administración".
"Llegaron ya de Puerto Cabello 6.000 pesos y mañana salen para Trujillo y con el
resguardo competente 2.000, a fin de que Goicoechea provea con oportunidad, si algo le
pidieren ; parece se halla ya más sosegado, no obstante de que en la actualidad
continuamente debe vivir con el mayor cuidado".
"En esta ocasión remito copia de la de Alburquerque al señor Gobernador, quien me
escribió a Mérida previniéndome le diese cuenta individual de estos alborotos. Recibí la
carta en esta ciudad, le contesté con agradecimiento y que cumpliría sus órdenes;
también le digo a dho. señor lo poco que contemplo puedan reforzarse los levantados en
Mérida por las pocas armas y alimentos que allí hay",
"Al presente no hay novedad particular, por acá prosigue este vecindario bien en mi
inteligencia, y así que me halle enteramente informado de todas las demás prevenciones
que V.S. me hace en las suyas para que le suministre las noticias de lo ocurrido aquí,
escribiré de ello a V.S."
.
La anterior carta nos da bastante noticia de las importantes actividades militares y
políticas que estaba desarrollando Beastegui, en contacto directo y con la confianza
plena de Intendente y Gobernador. De esas actividades, tenemos también noticia por la
carta que, con fecha 1° de octubre, le envía desde Trujillo el Administrador de dicha
población Francisco Miguel de Goicoechea, de la que copiamos: "Paisano y muy
estimado amigo: "El adjunto oficio es competente recibo de dos mil pesos que me ha
remitido Vm. para las ocurrencias presentes. La que me incluye Vm. para Alburquerque
la dirigiré con la mayor brevedad y el mismo cuidado tendré con sus consejos siempre
que me los remita. Acabo de recibir carta de este jefe, su fecha 30 del que ha expirado,
en que me dice que en Mérida continúan sin la menor novedad, y que García volvió a
La Grita con sus tropas; esto no obstante, aquí se han hecho preparativos y proyectan
partir para pasado mañana, sin haber la menor necesidad; yo he puesto mis disimulados
reparos, pero no me han valido; ¿odo es dirigido a desollar el Erario, cuya máxima no
dudo hubiese Vm. conocido a su partida de aquí, y hoy la siguen con tesón. Cardona no
se ha contentado con lo hecho, pues aún me promete grillos: sumamente sofocado me
veo, pero no dude Vm. de mi constancia, aunque con el justo dolor de no poder manejar
nada con acuerdo. Conviene noticie Vm. fil Sr. Intendente, pues yo no lo puedo ejecutar
a causa de que mi achaque totalmente me priva de la tarea de la pluma..."
.
A ésta de Goicoechea hace alusión Berastegui en la siguiente que, con fecha de 3 de
octubre, dirige a Abalos: "Mi mas venerado señor: La premura con que sale este propio
con bestias para la exportación del equipaje de S.S. Iltma. y el no haberlo sabido mas
antes sólo me permite dirigir la adjunta que hoy mismo he recibido de Goicoechea, por
la que verá V.S. la buena disposición que van tomando las cosas: yo creo que, conforme
se vayan arrimando las tropas, marchará cada pobre a su casa; estas noticias no obstante,
hoy ha salido de aquí para Trujillo Dn. Juan de Salas con sus tropas; le he informado de
los caminos y lo demás que me ha parecido y he quedado en remitirle una instrucción
circunstanciada de los tránsitos, terrenos y pueblos de aquellos parajes, pues, según me
ha dicho, va a ciegas, lo que me ha suplicado en vista de lo que le referido; ha salido
muy gustoso de esta ciudad tanto de la buena disposición en que la ha hallado, como de
los buenos víveres que se le han dado, habiendo prevenido se acopie para un mes con
atención a 800 hombres sobre lo que espero darle exacto cumplimiento".
"Esto no obstante, con atención a la buena disposición en que se consideran las cosas y
que lo que nuevamente ocurra, podrá muy bien dar evasión Uriz si le parece a V.S. me
retiraré a esa capital o donde V.S. lo dispusiese"
Abalos, por su parte, da satisfacción a las anteriores de Berastegui con la que le dirige
en 17 de octubre, en cuyas líneas finales concede al guipuzcoano el permiso, por 'éste
solicitado, para retirarse a Caracas o "a donde V.S. lo dispusiese", para "entender en
otros asuntos que se hallan pendientes por su falta", pero no sin que "antes de ejecutarlo
pase al reconocimiento de las minas de Aroa y a inspeccionar los trabajos ejecutados
por dirección de don Manuel de Lasarte...". Es decir, que apenas concluido su período
de actividades políticas y de Intendencia militar, ya se pensaba en utilizarlo de nuevo en
aquellas de su especialidad. Dice así la carta de Abalos:
"En cuanto a los fusiles, pólvora y demás pertrechos pedidos a Puerto Cabello, ya dije a
Vm. que se había mandado suspender el envío de acuerdo con el Capitán General, y si
hubiera alguna otra novedad que exija este socorro, se enviarán al primer aviso.
"Quedo inteligenciado de la llegada de los seis mil pesos remitidos a Puerto Cabello,
cuyo recibo como también de los tres que fueron de Coro me avisa Dn. Francisco
Xavier de Uriz y está bien que de éstos caudales se enviasen dos mil pesos al
Administrador de Trujillo para subvenir a los gastos que allí ocurrieron.
Lo que con motivo de la orden comunicada por el Capitán General para que se despache
la gente de los pueblos que estaba sobre las armas, según tengo avisado a Vm., no serán
de mucha consideración.
"Respecto de que con la llegada de Don Juan de Salas se irán pacificando los
sublevados y que, por lo tanto, cesarán en alguna parte las ocurrencias de esa ciudad
para el acopio y suministración de víveres y demás puntos relativos, y que, a lo que se
ofrezca podrá dar cómoda salida el Administrador de Real Hacienda, puede Vm. a no
haber motivo que lo impida, trasladarse a esta capital para entender en otros asuntos que
se hallan pendientes por su falta; pero es necesario que, antes de ejecutarlo, pase al
reconocimiento de las minas de Aroa y a inspeccionar los trabajos ejecutados por
dirección de Dn. Manuel de Lasarte; y que a presencia del estado en que se hallen,
disponga lo conveniente para que continúen las labores con utilidad y aprovechamiento,
tomando las demás noticias que considere conducentes para informarme de todo a su
llegada"
Era, como se ve, plena la confianza en las capacidades y conducta de Berastegui, quien,
ya con el pie en el estribo, en carta fechada en El Tocuyo, en 19 de octubre, da cuenta a
Abalos de las últimas novedades y disposiciones y de su impresión de que los días de la
sublevación están contados y se acerca la pacificación general: "Mi más venerado
Señor: Con este mismo conductor y por Puerto Cabello, remito a V.S. por mano de don
Juan Bautista Zarandia, un plan de los frutos que se cosechan en las jurisdicciones de
Mérida, La Grita y San Cristóbal: como se podrá allí fomentar el comercio, y lo demás
que he comprendido en atención a la facultad de siembra de tabaco, de donde se puede
surtir aquella Provincia y el modo fácil de guardarla,
Uriz y está bien que de éstos caudales se enviasen dos mil pesos al Administrador de
Trujillo para subvenir a los gastos que allí ocurrieron. Lo que con motivo de la orden
comunicada por el Capitán General para que se despache la gente de los pueblos que
estaba sobre las armas, según tengo avisado a Vm., no serán de mucha consideración.
"Respecto de que con la llegada de Don Juan de Salas se irán pacificando los
sublevados y que, por lo tanto, cesarán en alguna parte las ocurrencias de esa ciudad
para el acopio y suministración de víveres y demás puntos relativos, y que, a lo que se
ofrezca podrá dar cómoda salida el Administrador de Real Hacienda, puede Vm. a no
haber motivo que lo impida, trasladarse a esta capital para entender en otros asuntos que
se hallan pendientes por su falta; pero es necesario que, antes de ejecutarlo, pase al
reconocimiento de las minas de Aroa y a inspeccionar los trabajos ejecutados por
dirección de Dn. Manuel de Lasarte; y que a presencia del estado en que se hallen,
disponga lo conveniente para que continúen las labores con utilidad y aprovechamiento,
tomando las demás noticias que considere conducentes para informarme de todo a su
llegada"
.
Era, como se ve, plena la confianza en las capacidades y conducta de Berastegui, quien,
ya con el píe en el estribo, en carta fechada en El Tocuyo, en 19 de octubre, da cuenta a
Abalos de las últimas novedades y disposiciones y de su impresión de que los días de la
sublevación están contados y se acerca la pacificación general: "Mi más venerado
Señor: Con este mismo conductor y por Puerto Cabello, remito a V.S. por mano de don
Juan Bautista Zarandia, un plan de los frutos que se cosechan en las jurisdicciones de
Mérida, La Grita y San Cristóbal: como se podrá allí fomentar el comercio, y lo demás
que he comprendido en atención a la facultad de siembra de tabaco, de donde se puede
surtir aquella Provincia y el modo fácil de guardarla, como también algunos
departamentos de ésta: en la misma fecha prevengo a dicho señor Juan Bautista no
escribía a V.S. porque no ocurría novedad particular y para hacerlo después que lleguen
dos chasques que tenemos uno en Trujillo y otro en la raya de Mérida, los que
esperamos por horas. Después de haber cerrado aquella carta, he sabido que el Dr. Gil
tiene otro socorro de gente, lo que me ha movido a prevenir a V.S. que, según las
últimas noticias de Mérida y Trujillo, los rebeldes se hallan allí un poco dispersos y
faltos de un todo, por lo que no dispondrán de un nuevo ataque para Trujillo, como se
decía.
"No obstante de que siempre he dicho a V.S. la fidelidad de este vecindario, la que al
presente entiendo es la misma, la llegada de las tropas a esta ciudad y a la de Barinas
infiero será bastante para que no se haga el más mínimo movimiento de infidelidad, y
ya de arriba, no pasan tantas noticias y cartas como las que inficionaban a estas gentes.
"En Barquisimeto y aquí se ha reforzado el destacamento con doscientos hombres y ya
en el día los más de ellos van voluntarios: el buen modo y persuasiones de don Miguel
Martínez entiendo llevará tras si toda la tropa.
"Con reflexión a que en Trujillo y en lo demás del tránsito no hallará la tropa los
comestibles necesarios, se ha dispuesto aquí el almacén de víveres y los renglones que
pide el comandante son biscocho, legumbres y carne de todo lo que hay un razonable
acopio y disposiciones para reparar los que se vayan consumiendo, por lo que no dudo
estará bien asistida la tropa.
"Yo espero que, en breve, se ha de tranquilizar todo esto, según el semblante actual de
las cosas, pues ya aquí todos entienden que los rebeldes se deben tratar como
facinerosos" en la misma fecha prevengo a dicho señor Juan Bautista no escribía a V.S.
porque no ocurría novedad particular y para hacerlo después que lleguen dos chasques
que tenemos uno en Trujillo y otro en la raya de Mérida, los que esperamos por horas.
Después de haber cerrado aquella carta, he sabido que el Dr. Gil tiene otro socorro de
gente, lo que me ha movido a prevenir a V.S. que, según las últimas noticias de Mérida
y Trujillo, los rebeldes se hallan allí un poco dispersos y faltos de un todo, por lo que no
dispondrán de un nuevo ataque para Trujillo, como se decía.
"No obstante de que siempre he dicho a V.S. la fidelidad de este vecindario, la que al
presente entiendo es la misma, la llegada de las tropas a esta ciudad y a la de Barinas
infiero será bastante para que no se haga el más mínimo movimiento de infidelidad, y
ya de arriba, no pasan tantas noticias y cartas como las que inficionaban a estas gentes.
"En Barquisimeto y aquí se ha reforzado el destacamento con doscientos hombres y ya
en el día los más de ellos van voluntarios: el buen modo y persuasiones de don Miguel
"Yo espero que, en breve, se ha de tranquilizar todo esto, según el semblante actual de
las cosas, pues ya aquí todos entienden que los rebeldes se deben tratar como
facinerosos"
En esta ciudad se hallaron dispuestos a ejecutar y seguir el partido de los de arriba y con
deseos de que lleguen cuanto antes como entes de actuar en ella inadvertidamente y por
no conocerme se han explicado algunos que por disimular ni inquirir quienes son pero
por los criados y peones que me acompañan con quienes se explican con más
satisfacción se que todo esto está ocultamente sublevado: asi mismo me lo ha conferido
el abogado don Antonio Nicolás Briceño y el Cura del pueblo de Mendoza. Según me
parece antes que prenda aquí este contagio se puede remediar con solo cincuenta
hombres gobernados por un buen Capitán, con estos se atemorizarán los nobles u
ocultos sediciosos y no pudiendo conspirar a los plebeyos a dichos fines, sin duda se
harán todos del partido de la tropa y habrá suficiente número de gente para disputar por
esta parte la entrada, los de Marida en esta Provincia con otras providencias que según
los casos que se presenten se podrán tomar. Los sublevados cuando entran en un pueblo
quieto dicen que para quitar los estancos, donativos y otras contribuciones tienen
órdenes reservadas de nuestro Príncipe de Asturias y que no atrepellando la Ley de Dios
(según los han impuesto) no cometen delito, estas y otras persuasiones al intento
adelantan a los pueblos que pueden. Por todo lo cual y con la reflexión a los exhortes
que en Me-rida se practicado y el poco fruto que se sacó de ellos, me parece que aquí se
debe empezar con el mayor rigor a fin de contenerlos y sujetarlos a las órdenes del Rey
y sus Ministros y aunque considero hay tiempo para tomar las correspondientes
providencias contemplo no se debe dilatar este, a cuyo fin y a toda diligencia dirijo este
propio. Este es señor el informe que según mi alcance y con toda sinceridad puedo y me
ha parecido debo hacer a V.S. sobre estos asuntos, sea del agrado de V.S. u otro
superior para tomar las providencias más bien acertadas en estos asuntos. Después de
tres o cuatro días de la fecha de ésta partiré a la ciudad del Tocuyo donde espero con el
mismo propio las órdenes de V.S. pues me es imposible pasar a esa ciudad, tanto porque
tengo las bestias cansadísimas cómo por hallarme con una llaga bastante enconada en el
pié izquierdo que hace imposible poner el botín. Nuestro señor guarde la vida de V.S.
muchos años. Trujillo 26 de julio de 1781. B. las M. a V.S., su más atento seguro
servidor, Pedro Berástegui. Señor Intendente General de Ejército y Real Hacienda.
Es copia de su original. Caracas 20 de setiembre de 1781.
Abalos".
Como ahí se le llama "visitador", es claro que, por lo menos uno de los empleos que
Abalos le había conferido en los últimos días de su mando, había obtenido la aprobación
que vimos que Berástegui solicitó. El que se omita el otro, la falta da noticias sobre él
en esos dos últimos años y el que falleciera en la Corte, natural refugio de solicitantes,
nos hace pensar en que los últimos días de nuestro guipuzcoano no giraron bajo el signo
de la prosperidad que, ciertamente, por sus talentos y actividades merecía.
Asi nos sucede hoy con don Pedro de Berástegui, de quien tan poco sabemos, pero que,
sin embargo, nos sugiere tanto. Porque este guipuzcoano es para nosotros un tipo en que
la estirpe y el momento histórico coinciden en feliz unión. Traía de su estirpe el sentido
práctico en el hacer, la tenacidad en las empresas, que no otra cosa es sino la conciencia
de deberse a ellas por entero hasta verlas rematadas, y las demás comunes cualidades y
correspondientes defectos por los que los de nuestra sangre se han hecho conocidos en
América, como en otras partes de la tierra; pero unía a esas características las que el
momento estaba haciendo florecer en el País Vasco a través de los nobilísimos afanes de
los Amigos del País: el gusto por las ciencias naturales y la experimentación, por el
saber puesto al servicio del adelanto y mejora de los hombres y los pueblos mediante la
explotación de las fuerzas y riquezas naturales, por el bienestar material que trae el
disfrute de las cosas que han sido creadas para la comodidad y gloria del hombre y que
éste, sin incurrir en imperdonable desidia, no puede desdeñar.
Coronado de aquél halo de la Ilustración que turbaba un poco las cabezas de los
hombres pensantes del siglo dieciocho, se nos aparece por un momento Berástegui,
vasco de estampa y ya venezolano en sus gestos. Nos visita con el atuendo de la época:
amplia casaca sobre la blanca chupa, sombrero galoneado de plata y ceñido el espadín.
En sus manos un volumen que acaba de llegarle de Francia donde, por aquellos mismos
años, Lavoisier está consagrando a la renovación de la química lo mejor de aquella
genial cabeza que muy pronto hará rodar la guillotina, o quizá de Vergara, donde
Proust, otro gran químico galo, trabaja en los laboratorios de los Amigos del País...
Permanece un momento ante nosotros musitando un mensaje que creemos entender, y
luego, la sombra se lo lleva, como se lo llevaron las de la muerte, allá en Madrid, en el
mismo lugar y casi por los mis-mos meses del año en que se decretó el fin de la Real
Compañía de Caracas.
CAPITULO VII
EL AÑIL
"Apenas se conoció bien el cultivo y la elaboración del añil, se vieron llegar a los
deliciosos valles de Aragua a un grado de riqueza y población de que apenas habrá
ejemplo entre los pueblos mas activos e industriosos. Desde la Victoria hasta Valencia
no se descubría otra perspectiva que la de la felicidad y la abundancia, y el viajero,
fatigado de la aspereza de las montañas que separan a este risueño país de la capital, se
veía encantado con los placeres de la vida campestre, y acogido en todas partes con la
más generosa hospitalidad. Nada hallaba en los valles de Aragua que no le inclinase a
hacer más lenta su marcha por ellos: por todas partes veía alternar la elaboración del
añil con la del azúcar; y a cada paso encontraba un propietario americano o un
arrendatario vizcaíno que se disputaban el honor de ofrecerle todas las comodidades que
proporciona la economía rural. A impulsos de tan favorables circunstancias, se vieron
salir de la nada todas las poblaciones que adornan hoy esta privilegiada mansión de la
agricultura de Venezuela. La Victoria pasó rápidamente de un mezquino pueblo
formado por los indios, los misioneros y los españoles que se dispersaron en las minas
de Los Teques, a la amena consistencia que tiene actualmente; Maracay, que apenas
podía aspirar ahora cuarenta años a la calificación de aldea, goza hoy todas las
apariencias y todas las ventajas de un pueblo agricultor, y sus inmediaciones anuncian
desde muy lejos al viajero el genio activo de sus habitantes; Turmero ha debido también
al cultivo del añil y a las plantaciones de tabaco del rey los aumentos que le hacen
figurar entre las principales poblaciones de la gobernación de Caracas; Guacara, San
Mateo, Ca-gua, Güigüe y otros muchos pueblos aún en la infancia, deben su existencia
al influjo del genio agrícola, protector de los valles de Aragua; y las orillas del
majestuoso lago de Valencia que señorea esta porción del país de Venezuela, se ven
animadas por una agricultura que, renovándose todos los años, provee en gran parte a la
subsistencia de la capital
2. El Añil en Venezuela.
Según escribe don Andrés Bello, "en Venezuela sólo se conocía la indigófera añil con
que se teñía el hilo de algodón para tejido de manteles, hamacas y otras cosas". Y
explica que, cuando, gracias al espíritu emprendedor de los guipuz-coanos Orendain y
Arbide, se comenzó a trabajar en esta clase de agricultura, "se realizó el primer
establecimiento en la jurisdicción de la Victoria; pero no habiendo tenido la empresa el
éxito que se esperaba, trasladaron la plantación fe los sitios de Guey y Tapatapa, en la
jurisdicción de Ma-racay, en donde fueron colmados sus deseos, y de donde se propagó
la semilla a las demás provincias, de modo que, desde el año de 1792 hasta 1798, no
bajó anualmente la exportación de este género, de ochocientos mil a un millón de libras,
que producían un total de 1.200.000 pesos fuertes"
Hizo falta, indudablemente, una gran fe en el buen resultado de la empresa y una buena
dosis de constancia para proseguirla, no sólo porque, como arriba se dice, los principios
no fueron felices, sino además porque el ambiente no era nada propicio al nuevo cultivo.
Como dice Depons, los primeros ensayos fueron cruelmente censurados. Pero "luego la
crítica se hizo menos intensa, y pronto, la pretendida locura obtuvo muchos apologistas,
porque fue necesario rendirse a la evidencia, la cual demostró que el añil de Tierra
Firme nada tenía que envidiar al de Guatemala, cuyo valor comercial es siempre de un
ochenta por ciento más que el de los otros añiles".
Las razones por las que inicialmente hubo un ambiente tan contrario al cultivo del añil,
nacían del temor a la posible competencia que al cacao pudiera hacer y las resume así el
Factor Principal de la Guipuzcoana, don José de Amena-bar: "En el dia se está
entablando el cultivo y perfección del añil con feliz principio. Esta es un labor que
mantendría mucha gente, quizás mas útil a la República que la que se ocupa en el cacao,
y por consiguiente, sería una industria ventajosísima de esta provincia. Pero, sin
embargo, no tengo duda, ni me parece que nadie la debe tener, en que el
desproporcionado precio del cacao ha de impedir este ramo de agricultura e industria.. .
Con el añil que aquí se trabaja entraría en el comercio una nueva cantidad que ha de
hacer bajar el precio actual de este ingrediente en Europa; por consiguiente, debería
tener aquí un precio muy cómodo al comerciante, y de lo contrario, no siendo tan útil a
los empresarios éste como el que tiene el cacao, no se puede dudar de que quien tenga
caudal que emplear preferirá la hacienda de cacao a la siembra y labor del añil; y he
aquí como la desproporcionada subida de aquél impedirá el establecimiento y progresos
de éste"
.
Pese a todo, el cultivo del añil conoció su edad de oro en Venezuela. Como dice
Humboldt: "Este ramo de cultivo siguió desde 1772 al del cacao, y precedió a los
cultivos de algodón y el café. La predilección de los colonos se ha detenido
sucesivamente en cada una de estas cuatro producciones ; pero el cacao y el café han
quedado como único objeto importante del comercio con Europa. En los tiempos más
prósperos la preparación del añil casi ha igualado a la de México; se ha elevado en
Venezuela a 40.000 arrobas, o a un peso de un millón de libras, cuyo valor, a 10 reales
de plata la libra, excedía de 1.250.000 pesos. Guatemala lanza al comercio de 1.200.000
libras a 1.500.000 libras. Daré aquí, según datos oficiales que quedaron sin publicar el
incremento progresivo de este ramo de la agricultura de Aragua:
"El añil empobrece más que ninguna otra planta el suelo en donde se le cultiva durante
una larga serie de años. Se tiene como cansados los terrenos de Maracay, Tapatapa y
Turmero, y así el producto del añil ha venido disminuyendo de continuo. Las guerras
marítimas han hecho desmayar el comercio, y los precios han bajado a causa de la
frecuente importación del añil de Asia. La Compañía de las Indias vende ahora (por
ejemplo, en 1810), en Londres más de 5.500.000 libras de añil, mientras que en 1786 no
sacaba 250.000 libras de sus vastas posesiones. Mientras ha venido disminuyendo el
cultivo del añil en los valles de Aragua, ha ido aumentando en la provincia de Barinas y
en las ardientes planicies de Cúcuta, a orillas del rio Táchira, donde se cría abundante en
tierras vírgenes, y de un color de lo más rico"
Del interés que en la metrópoli había despertado el nuevo cultivo, da idea la siguiente
comunicación que el rey dirige al gobernador en 19 de abril de 1777:
"Dn. Joseph Carlos de Agüero antecesor de V.S. en ese Gobierno, reproduciendo sus
anteriores representaciones de 4 de Febrero de 774 y 25 de igual mes de el de 75
relativas al cultivo del añil que se había principiado en esa Provincia, y muestra que
remitió de él, con la primera, para que se reconociese su calidad, y se providenciase, en
su vista lo más conveniente al fomento de este nuevo ramo de comercio, ha hecho
presente en carta de 16 de Octubre último, lo que se ha adelantado la siembra de este
fruto, especialmente en los valles de Aragua; las continuas instancias de los labradores
que lo cultivan a los Factores de la Compañía para la compra, negativa de estos a
recibirlo por defecto de orden de la Dirección, y que ésto había motivado que no sea ya
en el día dicho fruto útil objeto de ese comercio. Enterado el Rey de todo, y con
presencia del informe que hizo Christoval Sedeño, Tintorero principal de S.M. en
Madrid, precedido el reconocimiento y prueba que practicó del añil remitido de muestra,
expresando que es tan bueno como el mejor de Guatemala, se ha prevenido a los
Directores de la Compañía den la conveniente orden a sus Factores en esa Provincia
para que compren el de buena calidad que les presenten los labradores y cosecheros de
este fruto; y deseando S.M. promover su cultivo y comercio, se ha dignado reducir los
derechos de extracción en esas Provincias a la mitad de lo que corresponden y deberían
exigirse. A lo cual prevengo a V.S. de su Real Orden para que lo haga público por
bando a fin de que llegue a noticia de todos, y me manda igualmente V.S. disponga que
cada año se Justiprecie dicho fruto con acuerdo de labradores y mercaderes,
nombrándose veedores, con dictamen de los segundos para que reconozcan y declaren
su calidad, lo que advierto a V.S. para que disponga su puntual cumplimiento. Dios
guarde, etc... Joseph de Qálvez".
Dos meses después, otra Real Orden venia a insistir sobre los extremos tocados en la
anterior, encargando la siembra y cultivo del añil; pidiendo noticia de la cantidad que se
coge, sobre su coste y costos en la conducción a España, y estableciendo que cada año
se celebre Junta para justipreciarlo. Dice así:
"En Real Orden de 19 de Abril último previne a V.S. de la buena calidad del añil que se
cultiva en esa Provincia según los reconocimientos que se habían hecho con el que
remitió de muestra el Gobernador don Joseph Carlos de Agüero, y también que se había
tomado la correspondiente providencia para que se comprase por la Compañía Guipuz-
coana todo el que presentasen de buena calidad los cosecheros de este fruto a sus
respectivos Factores: que deseando S.M. promover su cultivo y comercio se había
dignado reducir los derechos de extracción en esas Provincias a la mitad; y que
dispusiese V.S. que cada año que se justipreciase dho. fruto con acuerdo de labradores y
mercaderes, nombrándose veedores, con dictamen de los segundos para que reconozcan
y declaren su calidad. Y propendiendo el Rey al fomento de esta útil producción, me
manda encargue de nuevo a V.S. que procure se adelante en esa Provincia cuanto sea
posible su siembra y beneficio, haciendo entender a los que se dediquen a su cultivo las
utilidades que promete a sus cosecheros poi el alto precio a que se vende el buen añil en
estos reinos, y salida que SJM. permitirá del sobrante a los Países extranjeros, sobre que
queda en tomar las providencias convenientes con presencia de las noticias pedidas para
arreglar este punto con el conocimiento y acierto que exige su importancia. Al mismo
tiempo, quiere SM. que V.S. procure saber y avise la cantidad de añil que anualmente
podra venir de esa Provincia a España, el costo y costas que tenga, y los derechos que
ahí se cobran de su extracción. Y de su Real Orden prevengo a V.S. para su inteligencia
y cumplimiento. Dios guarde a V.S. muchos años. Madrid 28 de junio de 1777. Jo-seph
de Gálvez"
"Sin embargo de lo prevenido en Real Orden de 19 de abril del año próximo pasado
sobre que con acuerdo de los labradores del añil que se beneficia en esa Provincia y de
los mercaderes de ella, se justipreciase anualmente dicho fruto, nombrándose Veedores,
con dictamen de los segundos, para que reconociesen y declarasen su calidad, ha
resuelto S,M. en vista de lo representado por los Directores de la Compañía
Guipuzcoana sobre el particular, se deje el indicado fruto en libertad entre vendedores y
compradores, Y a fin de promover su cultivo, y que los sujetos que se dediquen a su
siembra y labor reporten toda la utilidad a que les hace acreedores su aplicación al
trabajo e industria, se ha servido tambien S.M. de libertarlo de toda contribución a su
salida para España y también a su entrada en ella, lo que prevengo a V.S, de su real
orden para que disponga su cumplimiento y haga se publique esta gracia por bando en
esa Provincia. En inteligencia de que si los Factores de la Compañía no comprasen,
como se previno en la anterior citada real orden, el añil que les presentasen de buena
calidad los cosecheros, proveerá el Rey que estos y los Mercaderes de la Provincia
puedan darle salida. Dios guarde, etc., San Lorenzo, 20 de Octubre de 1778"
A pesar de estas favorables disposiciones del monarca y de que el cultivo y la
exportación del añil continuó por unos años su curva ascendente, no faltaba el
descontento entre los hacendados de dicho fruto, como se ve por el documento que, por
las razones que en él se exponen y por estar firmado en cabeza por nuestro Antonio de
Arbide, juzgamos de interés copiar en toda su extensión.
"Representación que hacen ante el Tribunal, los hacendados cultivadores de añil, por la
cual se quejan de la alarmante reducción del precio de dicho fruto por parte del
comercio. Maracay, 21 de Noviembre de 1787.
Lo cuarto expresen si han concebido que dimana precisamente el poco valor de este
fruto en «1 día lo uno por la extensión de haciendas de añil en toda la Provincia y lo
otro por estar reducidas las comisiones del comercio español en tres o cuatro manos, y
si estos unidos y convenidos sujetan y precisan al cosechero a expander su fruto al
precio que ellos quieran por no haber otro particular que haga oposición en las compras.
Lo sexto declaren si han experimentado o por si saben de otros que el costo principal
del añil no baja al cosechero en diez reales libra por los gastos grandes que causan los
arrendamientos de tierra y peones jornaleros a que está reducido este ramo.
Lo séptimo si expendiendo este fruto de añil a los precios corriente del dia puede el
labrador subsistir en este ramo sin un total ruina de sus intereses.
Lo octavo digan si en el dia son patentes los considerables atrasos que han
experimentado las haciendas de añil de modo que muhasc de ellas se hallan enteramente
abandonadas y sin esperanza de su reedificación por las considerables deudas que han
contraído sus dueños en su cultivo y beneficio con la esperanza de expender sus frutos
con aquel valor que habían tenido hasta ahora pocos años.
Lo noveno declaren si saben de positivo que en el presente año ha sido muy limitada la
cosecha del añil en esta Provincia y la causa ha dimanado de la falta de socorros para el
cultivo de las haciendas proviniendo esta del poco valor de los frutos y por consiguiente
falta de intereses para atender a los trabajos del campo.
Lo undécimo expresen si estando como está, en el dia el precio del añil en manos de las
tres o cuatro comisiones del comercio español, puede subsistir ningún hacendado en
este ramo de agricultura por el valor tan abatido a que ha sido reducido y si por
consecuencia sacan que precisamente dentro de dos o tres años ha de venir a extinguirse
enteramente si el tiempo no presta otro remedio favorable.
Lo duodécimo digan si saben que las deudas contraidas en el presente año y atrasos
experimentados en las haciendas de añil comprensivas a la jurisdicción de este pueblo
de Maracay alcanzan a setenta u ochenta mil pesos. Y últimamente declaren si
valiéndose de la necesidad del labrador los comerciantes hacen sus compras
ordinariamente con general sentimiento del público y fha. que sea dha. información se
nos entregue original para los efectos que haya lugar. Por tanto e Vm. pedimos y
suplicamos se sirva dar por admitida la información ofrecida y en consecuencia mandar
evacuar a cuyo fin imploramos el noble oficio que Vm. ejerce y en lo necesario
juramos..."
Antonio de Arbide Josef Xavier de Zuloaga
Pedro Antonio de Estabanot"
3. Pablo de Orendain.
Leemos en el maestro Bello que ".. .en el año de 1777, don Antonio de Arbide, a
instancias de don Manuel de Clemente, hizo venir de Guatemala la semilla de indigófera
añil tinetoria, y a don Pablo Orrendain (sic), sujeto de grandes conocimientos en esta
clase de agricultura...", en lo que indudablemente hay un error, puesto que poseemos
varios documentos que prueban la residencia de Orendain en Venezuela antes de esa
fecha, y para no citar más que uno, el testimonio de escritura del contrato de compañía
que Orendain celebra con su compatriota don Felipe de Llaguno y Larrea "para la
siembra y planta de añil o de otras sementeras y labores" y en la que, entre otras cosas,
puede leerse: "Asi en una posesión de veinte fanegas de tierra que yo al referido don
Pablo arrendé por el tiempo de seis años desde veinticinco de octubre del año pasado de
mil setecientos setenta y cuatro en el... sitio de Santa Bárbara a don José Nicolás Brito,
vecino de aquél pueblo en la cantidad de doscientos ochenta pesos anuales..."
Sabemos, pues, que por lo menos en 1774 ya estaba Orendain en Venezuela dedicado
al cultivo del añil, aunque no podamos precisar, por defecto de documentación al
respecto, la fecha de su llegada a estas tierras. Por la misma razón, no hemos podido
verificar la fecha que da Gil Fortoul, al decir que: "Al año siguiente (1768) los
vascongados Pablo Orrendain (sic) y Antonio Arvide empezaron a cultivar añil en los
valles de Aragua".
Entre esas dos fechas, de 1768 y 1777 fija, con más exactitud Depons, el comienzo del
laboreo del añil en forma eficaz por los guipuzcoanos al decir que: "En 1774, el
sacerdote don Pablo de Orendain y don Antonio Arvide, con gran asombro de sus
conciudadanos, comenzaron a ocuparse del cultivo del añil, el cual ya había sido
emprendido y abandonado. Sólo a fuerza de constancia, pudieron arrostrar los
sarcasmos del prejuicio, que hacía ver como locura el exigirle añil a una tierra
acostumbrada a producir cacao únicamente".
Queda, pues, establecido que fue el año 1774 cuando don Pablo de Orendain comenzó
sus trabajos de cultivo de añil en Venezuela y nos consta, por la escritura al comienzo
de este capítulo citada, que en ese año había arrendado las veinte fanegas de tierra
mencionadas y que también por aquel tiempo estaba en posesión, "según escritura
otorgada en veinticinco de octubre por ante don Juan Toribio Paoli y Tanco, escribano
real", de "otras tres suertes de tierra que también compré yo al dicho don Pablo, una de
veinte fanegas en el sitio de Montalbán...; otra de ochenta fanegas en el valle de
Maracay.. y la otra que es una restinga o rinconada aneja a la antecedente con un
callejón o salida a la laguna..." (236). En dicho momento, vemos cómo se establece la
compañía, a la que Orendain aporta las citadas tierras y, "para dar principio a la fábrica
de oficina, siembras y otras preparatorias" suple Llaguno y Larrea la cantidad de cuatro
mil quinientos pesos en plata. Orendain se encarga "de la administración, expendio, giro
y venta de los añiles y demás frutos o producciones de dichas tierras en esta Provincia o
fuera de ella'; pero, "si aconteciere que si por enfermedad u otro legitimo impedimento,
no pudiere yo el dho. don Pablo de Orendain continuar en la asistencia, labranzas de
dichas tierras, sus fábricas, sementeras, administración y demás encargos, se ha de
trasladar todo esto al comparte...". Y con otras varias cláusulas referentes al caso de
muerte de alguno de los contratantes, continuación de la compañía por sus herederos,
etc., etc., se otorga esta escritura en el pueblo de Nuestra Señora de Chiquinquirá de
Maracay, donde se firma el seis de diciembre de mil setecientos ochenta.
Pero que la presencia de Llaguno y Larrea, como socio capitalista, es ahí puramente
nominal, es punto en que no nos cuesta mucho darle la razón al Procurador del número.
Escribano de Sepúlveda, curador ad litem de don Juan José y don Santiago Michelena,
herederos, entre otros, de Don Pablo de Orendain, cuando afirma que "las haciendas de
añil las había fundado (Orendain) en compañía de don Juan José de Mintegui, quien
había suplido 4.500 pesos para gastos y cultivo de ellas. Sólo que "conociendo que esto
repugnaría al destino con que (Mintegui) se halla en la Real Compañía Guipuzcoana,
cuyo reglamento interdice toda negociación a sus dependientes, se valió del auxilio de
su íntimo amigo don Felipe Llaguno para que... pasase a Maracay y le hiciese celebrar
un instrumento a dicho Presbítero en que sonase la Compañía con dicho Llaguno".
Sabemos que tampoco le fue bien a Orendain con el arrendamiento-de las tierras de
Santa Bárbara, puesto que, en 1776, entablaba demanda contra doña Juana Josefa Na-
tera, viuda de don José Nicolás Brito, reclamándole por las veinte fanegas arrendadas
que, según dice, le han resultado inútiles por anegarlas el río, que, por otra parte, el
verano no las riega, con lo que ha perdido, dice, las siembras de añil hechas en las partes
de dichas tierras. En los autos que siguen, nombra por perito suyo, para verificar la
verdad de lo que expone, a don Antonio de Arbide, quien, según mas adelante vemos, es
recusado por la parte contraria por ser "compañero, comensal y paniaguado" de
Orendain. Desgraciadamente, el expediente, ademas de muy deteriorado en gran parte
de sus folios, queda inconcluso, sin que sepamos, por tanto, cuál fue el resultado del
pleito y otros datos que nos podrían interesar mucho.
No será éste el único pleito en que veremos intervenir a don Pablo de Orendain. En
marzo del siguiente año de 1777, lo tenemos entablando "autos judiciales contra don
José Natera, por impedir con provocaciones el suministro de agua a unas tierras que
tiene arrendadas a su hermana doña Josefa Natera", y, en 1780, lo vemos empeñado en
unos autos judiciales contra Nicolás de Urdtnola e Ignacio de Oronoz, porque, según
declara Orendain, "...Nicolás de Urdinola e Ignacio de Oronoz, ambos compañeros y
mancomunados, me están debiendo ciento y sesenta y cuatro pesos que resultan de
cuenta ajustada a mi favor, por haberles suministrado en dinero efectivo para la
fundación de una posesión que en mis propias tierras han fundado" (239). Por cierto que
los pleitos que con Urdinola y Oronoz sostuviera en lebrero, no impidieron que pocos
meses después, los citados señores, buenos compatriotas, al fin y al cabo, sirvieran de
testigos en su testamento.
En primer lugar, tenemos los datos precisos sobre su naturaleza y filiación: "..yo don
Pablo de Orendain, Presbítero Beneficiado de la Parroquia del Sr. San Esteban Proto-
mártir del valle de Oyarzun, Provincia de Guipúzcoa, en el Obispado de Pamplona, y
actualmente vecino del pueblo de Maracay, hijo legítimo de don Antonio de Orendain y
de Micaela de Fagoaga, vecinos del expresado valle de Oyarzun. ..". Aunque no se
expresa fecha de nacimiento, el hecho de que aún vivía su madre y heredera doña
Micaela, nos hace presumir que al fallecer Orendain, el 1° de noviembre de 1780, no era
aún de edad avanzada.
Y "revestido de los ornamentos sacerdotales, alba, casulla y cáliz en las manos, ligado y
amortajado como se estila con semejantes difuntos", íué enterrado en la iglesia de
Maracay "en el lugar o sepultura de menos precio y valor, y el entierro con misa de
cuerpo presente, pero del precio mas ínfimo que señale el arancel o sinodal de este
Obispado", según rezan las disposiciones testamentarias.
Por el dicho testamento, sabemos también que de los muchos hijos que tuvieron sus
padres, "han quedado vivos cinco : dos sacerdotes, uno casado y las demás dos también
casadas, dejando a la madre por Albacea, tutora y curadora de todos los bienes libres
para mejorar a quien quisiere, y toda la alhaja del bien libre se reduce a una casilla
llamada Mar-tiacone con cinco fanegadas y un pedacito de tierra que todo ello apenas
valdrá 500 pesos". Tan corta era esta cantidad que, según nos dice don Pablo, él hubo de
suplir para mantener a dos hermanos: "al uno en un colegio y al otro en dos, y viendo
que el mayor que estuvo en un colegio repugnaba el estudiar latinidad, a mis expensas le
tuve estudiando el Pilotaje y lo habilité para Cádiz, y al otro lo puse en el colegio de
Santiago de México. No anduvo menos paternalmente solicito don Pablo con respecto a
sus hermanas, a una de las cuales, Josefa Teresa de Orendain, también "la habilité para
su boda con 400 pesos y a la otra, como mayor, siempre la mantuve en mi casa y mesa
y, en falta mía, mi señora madre, hasta que casó con hombre de posibles". Boda, en la
que nos figuramos, que si don Pablo no fue el planeador, poco debió faltarle a él que,
como también nos dice: ".. .así como a Sra. Madre y como a todos los hermanos y
hermanas los mantuve a mis expensas, ya en la comida como en el gasto del vestuario y
otros regulares y extraordinarios que ocurren en casas decentes".
Su calidad de hijo mayor y la prematura muerte de su padre, cosas dos a que don Pablo
no se refiere, pero que claramente se deducen de los datos que a través del testamento
van apareciendo, son, sin duda, las causas de que actuara del modo que dice respecto a
su familia. Por cierto que con relación a mayorazgo, declara que posee una ".. .en la
ciudad de San Sebastián y, en mi falta, le pertenece a mi hermano mayor (quiere decir,
sin duda, el mayor de sus cuatro hermanos) con quien he hecho mayores gastos,
teniéndolo estudiando en el colegio de Barbastro, en el reino de Aragón, vestido de
sotana, beca, bonete, etc., y surtido de cubiertos de plata, servilletas, paños de manos y
todo lo demás que necesitan los colegiales para entrar en semejantes colegios...". Pero
no iban las inclinaciones del hermano por semejante camino, y "... habiéndose
ausentado de él sin más del enca-pellado", hubo de pensar don Pablo en otra profesión
que se aviniese con las inquietudes atávicas del vasco y lo puso a estudiar Pilotaje en la
escuela de esta especialidad que funcionaba en Guetaria, pueblo natal del primer
circunnavegante, desde donde después lo remitió a Cádiz " . .con un baúl bien surtido de
ropas, peluca, espadín, sombrero, etc., dándole en más de un año doce pesos de
mesada". Todo lo cual no parece agradeció mucho el hermanito, pues "habiéndose
ausentado (de Cádiz) y venido a esta Provincia, me quitó en ella una partida de
sombreros blancos, finos y otra de estopilla fina, otra de calzones de punta de aguja y
algunas otras menudencias de todas las cuales nunca me ha dado medio real".
Con respecto a su parroquia de Oyarzun de la que, como sabemos, era beneficiado, nos
declara, en otro lugar de dicho testamento, que: "... los frutos de mi beneficio tengo
arrendados al administrador Sebastián de Bengoechea, en 150 pesos al año y, aunque
tiene algunos gravámenes, tiene también muchas utilidades de censos, fundaciones, etc.
Y es mi voluntad que supuesto que no me ha dado cuenta de nada en 16 años, poco más
o menos, las dé con toda claridad". Declaración que nos es muy útil, pues nos permite
conjeturar que esos 16 años serían, más o menos, el tiempo que don Pablo había partido
del País Vasco, es decir, en el año mil setecientos sesenta y seis, aunque, conforme a
una cláusula que sigue, sabemos que "el año de sesenta y seis, poco más o menos", pasó
a la ciudad de San Sebastián. - - a hablar con un amigo sobre la habilitación de mil
pesos que necesitaba. .", no nos parece descabellada la conjetura de que de la capital de
Guipúzcoa prepararía su viaje para América, que podemos íijar, sin gran error, por hacia
el año 1767. Sabemos que estuvo en México, que parece fue su primer destino, desde
donde pasó a Guatemala, aunque de esto no hemos hallado confirmación, para,
finalmente, venir a Venezuela, en fecha que exactamente no estamos en condiciones de
poder establecer, y comenzar hacia 1774 el laboreo del añil, en cuya ocupación continuó
hasta el 1780, año de su muerte.
Del humor de Orendain nos dan buenas muestras otras cláusulas de su testamento. No
es, en efecto, obstáculo el solemne carácter de última disposición de voluntad de dicho
instrumento, para que nos encontremos con una cláusula como ésta:
"Declaro que también tengo una cuentecita con don Marcos de Arana, que no son
capaces todos los contadores de S.M. de ajustaría; pero, no obstante, es mi voluntad que
mi albacea tome el trabajo de ajustaría y satisfacer lo que se le debiere".
Manda a su apoderado que cobre los 900 pesos plata que le debe el Presbítero don José
Calderón, de la capital de México, "aunque sea fulminando excomuniones, respecto a
que es poderosísimo el expresado presbítero Calderón ..".
Manda a su albacea que respecto al pleito que tiene en el tribunal de Caracas sobre el
curso de las aguas del Zanjón de Guayamu, por haber cerrado su curso voluntariamente
don Domingo Bautista Saavedra y Lugo, "lo siga, fenezca y concluya en todos grados e
instancias, hasta lograr sentencia favorable del curso y antigüedad de dicho Zanjón. .".
Su interés por la hacienda de San Ignacio, en cuya fundación había puesto tantas
esperanzas, se manifiesta en aquella otra disposición testamentaria en la que leemos así:
"Es mi voluntad que esta posesión de San Ignacio, aunque yo fallezca, de ningún modo
se venda, ni enajene a persona alguna, sólo si de los frutos que se fuesen cogiendo se
haga prorrateo de dividir su monto en tres partes: una para la ratificación o fomento de
ella y las otras dos terceras partes para pagar diferentes créditos en beneficio de ésta y la
de Montalbán hasta que del todo quede libre dicha posesión: así quiero se ejecute".
Hay en este testamento dos promesas: una de cien pesos a Ntra. Sra. del Socorro de
Valencia y otra de 80 para principiar el culto de Ntra. Sra. de la Concepción de
Montalbán. No olvidaba, como se ve, Don Pablo a su tierra de adopción; pero, tampoco
la de origen es olvidada, como lo demuestra el pago que ordena se haga, en plata fuerte,
a la Misericordia de la ciudad de San Sebastián y los legados a Juan José y Santiago de
Michelena, Sebastián de Oyarzábal (de Oyar-zun) y otros compatriotas como Luis
Ignacio de Lecuona, J. de Galarraga y Domingo de Zapiain.
Aparte algunos documentos aislados que nos certifican del trabajo propio y del impulso
que a los ajenos dio en el cultivo del añil, hallamos muy pocas noticias en los papeles
del Archivo General de la Nación que nos concreten las actividades de Orendain, con la
precisión que deseáramos. Lamentamos mucho no haber podido hallar algo que, como
los informes dejados por don Pedro de Berástegui sobre el cultivo del tabaco, por
ejemplo, nos hable de los conocimientos teóricos y prácticos que Orendain poseía sobre
el añil y que, sin duda, debieron de ser muy amplios.
En su defecto, sólo nos resta evocar su figura, que se nos antoja la de un clérigo de recia
estampa, poco dispuesto a sufrir ancas de nadie, amigo de correr tierras y conocer países
y a quien la preocupación por los negocios del siglo arrastraba seguramente un poco
más de lo que la rigidez de los preceptos canónicos consiente.
4. Antonio de Arbide
Según puede leerse en Gil Fortoul, a don Antonio de Arbide lo hizo venir a su costa la
Compañía Guipuzcoana desde Veracruz y, junto con Orendain, comenzó a cultivar el
añil en los valles de Aragua. Más tarde, Arbide envió un hermano suyo a Guatemala
para traer semilla con la cual, y 250 pesos que le suplió la Compañía, se dio impulso a
las primeras haciendas.
Así vimos ya cómo, en 1776, en el pleito entablado por Orendain a la viuda de don José
Nicolás Brito, aquél lo nombró su perito para el avalúo de sus siembras de añil, aunque
no pudo actuar como tal por haberlo recusado la parte contraria por "compañero,
comensal y paniaguado de Orendain", nombramiento y recusación que, en todo caso,
sirven para probar la buena amistad y entendimiento que siempre existió entre ambos
guipuzcoanos.
En el Registro Principal (244), hallamos diversos documentos; así (Año 1787, T. 3.),
aquella escritura de fianza que a su favor constituye Felipe Llaguno y Larrea por la
compra, que Arbide ha hecho a "SAI. por medio del Oficial Mayor de la Contaduría
General, don José Bujanda y del Regidor, Fiel Ejecutor don José Escorihuela... de cinco
negros bozales por la cantidad de 757 pesos a pagar en el término de un año", o aquella
otra, también de fianza que le presta otro compatriota, don Juan Bautista de Iturriza,
para el pago de una compra que ha hecho de 16 negros bozales "a S.M. por medio de los
señores don Antonio Mallo, Tesorero general y don José Bujanda, Oficial mayor de la
Contaduría de Ejército y Hacienda de la cargazón hecha por Baker y Daw-son, del
comercio de Liverpool"
Sin duda, se trata de braceros destinados a sus plantaciones de añil y algo nos dicen de
la gran dedicación de Arbide a esta empresa. Desgraciadamente, todo ello, así como lo
anterior es muy poco para hacernos conocer al hombre en su vida y en los aspectos más
íntimos de su carácter.
APÉNDICE
"Expediente formado sobre la providencia acordada para el reconocimiento del añil de
esta Provincia, su empaque y marcas, y publicación que se hizo de ella por bando".
(243) Archivo de Aragua. T. XX, í. 125.
(244) Escribanías. Año 1787, T. 3.
(245) Escribanías. Año 1788. T. 6.
Con respecto a que Dn. Antonio ARBIDE se ofrece a servir sin recompensa alguna el
cargo de veedor durante su residencia en Maracay, y lo mismo don Pedro Gallego por lo
tocante a esta ciudad, resta solo arreglar la contribución que haya de exigirse para la
satisfacción de alquileres, fábrica de marcas y piezas de reconocimiento con los costos
de su conservación, cuyos objetos podran muy bien llenarse imponiéndose por ahora
sobre cada quintal de añil cuatro reales para el veedor de esta ciudad y dos para el de
Maracay los que deberán exhibirse a los dichos al acto del reconocimiento,
entregándolos éstos a los sujetos que se destinaren para efectuar aquellas obras,
debiendo unos y otros llevar cuenta formal de todo para darla según se les prevenga. Por
consecuencia de este proyecto, será absolutamente prohibido a todo labrador de vender
o comerciar sus añiles sin precedente examen y calificación de los veedores en los
términos que van especificados, bajo la pena de comiso los que se encontraren
mezclados con especies extrañas al tiempo del reconocimiento quedando comprendidos
en la misma prohibición y pena los comerciantes a quienes sin aquel requisito no se
permitirá su embarque en los puertos de registro, a cuyos ministros se les comunicarán
las correspondientes órdenes con nota de las marcas que se fabricaren para su
inteligencia y confrontación, las cuales presentaran al tribunal los dueños de fábricas de
añil por lo respectivo a los de esta ciudad dentro del término de un mes contado desde la
publicación, y los de los demás partidos a los respectivos administradores donde haya
siembra de dicho fruto dentro del término que se les asignen, remitiéndolas a esta
Intendencia para dicho empadronamiento y para que llegue a noticia de todos y no se
alegue ignorancia, mandó S.S. se haga saber esta providencia por bando a usanza militar
en los parajes acostumbrados de esta capital a cuyo fin el presente escribano pasará a la
habitación del Sr. Gobernador y Capitán General de esta Provincia y, precedido el
recado político y venia del estilo, impetrará de S.S. el auxilio competente de tropa y
tambores, ejecutándose lo mismo por los Administradores de los pueblos de la Victoria,
Turmero, Maracay, Guanare, Barinas y Santa Lucia, librándose para ello los
competentes despachos. Y por ante mí, etc. etc. Francisco de Saavedra". ("Diversos", T.
LIX, ff. 31-35).
5. Manuel de Arbide
Hemos visto en el anterior capítulo que don Antonio de Arbide envió a un hermano
suyo a Guatemala para que trajera de allí semilla, con lo que se incrementó el reciente
cultivo del país.
Ese hermano es, sin duda, Manuel de Arbide, del que pocas noticias personales
podemos encontrar en los viejos documentos en donde, sin embargo, su nombre aparece
con cierta frecuencia casi siempre bajo el signo del añil.
Así en los "Autos judiciales seguidos por don Manuel del Puerto contra la esposa y el
hijo menor de don Juan José de Unzain (difunto) por cobro de pesos que quedó
comprometido a devolver en añil flor" (246). En estos autos declara como testigo
Manuel de Arbide quien, entre otras cosas, dice que no tiene parentesco de afinidad ni
consanguinidad con don Manuel del Puerto ni con su apoderado don Pedro Ignacio
Sistiaga; que sólo tiene con estos dos sujetos una regular amistad de conocimiento y
trato "como paisanos". Y como sabemos que Puerto, a pesar de ese apellido, era vasco
como igualmente nos consta lo era Sistiaga. nos nos queda ninguna duda de la vasquía
de Arbide, del que desgraciadamente, como dijimos, no tenemos datos personales.
Por el año de 1789 podemos ver a Manuel de Arbide en otros autos que sigue contra
don Javier de Altuna por cobro de pesos que éste último le debe por arrendamientos
devengados. Altuna, careciendo de dinero, señala como garantía del pago de su deuda
"una fanegada de tierra cellada de planta de añil nuevo..."
En otro autos, volvemos a encontrar muy pronto a Arbide, en los que entabla contra
Francisco Antonio de Ezpe-leta, por cobro de pesos precio de "cuatro arrobas de añil
flor" que Arbide le había entregado con la condición de devolvérselas "en el primer
corte del año venidero"
.
En los autos judiciales contra Juan José Isasa, por cobro de pesos, volvemos a encontrar
a Arbide en ese mismo año de 1789 (249); y, para no alargar más la lista, terminaremos
con otros autos que ya en agosto de 1795 sigue contra Agustín Pérez Barrios, también
por cobro de pesos. Lo encontramos también en similares documentos del Registro
Principal, sección Escribanías.
En todos los pleitos hemos hallado a Arbide como demandante; en todos aparece como
vecino de Maracay, y todos, o casi todos, se relacionan con el afiil. Es con esos datos
que podemos forjamos la figura de Manuel de Arbide como la de uno de los mas fuertes
hacendados de afiil de la región de Maracay, dedicado intensamente a ese negocio, y
con un corazón que no parece haberse caracterizado por la blandura hacia aquellos que
en sus tratos le resultaban deudores.
Así como, junto a don Antonio de Arbide, hemos visto a su hermano Manuel, de la
misma forma, al lado de don Pablo de Orendain, hemos tenido ocasión de conocer a su
asociado en el cultivo del afiil, don Felipe de Llaguno y Larrea, quien, a la muerte de
Orendain, se hace cargo de la hacienda "San Ignacio" hasta que fallece, a fines de 1788
Otro guipuzcoano notable en este ramo es don Félix de Zuaznabar, refiriéndose al cual,
dice el docto historiador García Chuecos: "Salvaremos su nombre del olvido insertan-do
la siguiente Real Orden dirigida por el Ministro Valdés al Intendente Interino don Juan
Guillelmi, con fecha 22 de octubre de 1788: "En atención al particular mérito que ha
contraído en Caracas el Teniente Coronel graduado de Milicias de Infantería don Félix
de Zuaznabar, promoviendo a su costa la cosecha de algodón, se ha servido el Bey
concederle la particular gracia de que pueda extraer del puerto de La Guaira a la isla de
Curazao, seis mil libras (Ltas. 6.000) de añil, y seis mil cueros (6.000) al pelo,
retornando su importe al mismo puerto en géneros de común consumo, cuyo uso no esté
prohibido por Reales disposiciones, todo con libertad de derecho de extracción e
introducción, y sin que sirva de ejemplar para lo sucesivo"
.
A este Zuaznabar se le puede hallar con cierta frecuencia en los documentos de las
diversas colecciones del Archivo Nacional. Así lo vemos en 1777, Teniente Justicia,
Cabo principal a Guerra y Juez de Comisos de Maracay , y dos años más tarde, en 1779,
Teniente de Gobernador que, "solicitando su incorporación al Batallón de Voluntarios
Reglados", hace relación de sus méritos alegando, entre otras cosas, que "el mejor
comprobante de su conducta" es "la notoria aprobación y confianza de cuatro señores
Capitanes Generales sucesivos a cuyas órdenes ha estado y está empleado" (253) Lo
vemos pocos meses después, en ese mismo año de 1779, como, entre otras cosas, dice
que "mi primera hacienda de añil está establecida en tierras y -agua arrendadas al
Capitán don Gabriel Bolívar, y la segunda en las arrendadas a don José Madriz, y así en
otros varios documentos.
Otro fuerte hacendado de añil residente en Maracay sabemos era don José Xavier de
Zuloaga, "hijo legítimo de don José Ignacio de Zuloaga y de doña Polonia de Ugarte,
naturales el primero de la villa de Azpeitia y la segunda de la de Ezquioga en la
Provincia de Guipúzcoa" (254). Este Zuloaga era primo hermano del que fue Factor
Principal de la Compañía Guipuzcoana, don José de Amenabar y Zuloaga y, entre los
albaceas testamentarios que nombró, vemos aparecer al "Capitán graduado Dn. Antonio
de Arbide".
Viene aquí la relación con especificación de calidades, pesos y precios de flor buena,
superior, sobresaliente, etc., etc., con un total de libras netas 2,167 y un precio de pesos
2.251.
El perito evaluador que firma esto en Maracay, a 7 de mayo de 1800, es otro
guipuzcoano, Agustín Ignacio de Ece-narro, uno de tantos, como antes vimos a José de
Hoñatibia, entendidos en la teoría y la práctica del cultivo del añil.
Y, sin detenernos más en casos individuales, vamos a cerrar este capítulo con una
enumeración de hacendados vascos añileros que, al correr de los tomos del Archivo de
Ara-gua, hemos ido anotando sin pretender, de ningún modo, haber agotado la serie.
La mayor parte de ellos aparecen muchas veces en los folios del Archivo. Nos hemos
limitado a una cita, generalmente la de la primera vez que los hemos encontrado,
aunque algunas veces ella no sea la más adecuada y completa para la citación.
En otras fuentes, como el Registro Principal, es fácil dar con otros nombres, como los
de José de Esquibel y Miguel de Gárate, quienes, por el año 1788, tenían en Valencia
hacienda de añil, etc., etc.
Entre esta lista y los anteriormente citados, tenemos una cuarentena de cultivadores
guipuzcoanos del añil. Creemos que basta para dar idea de la densidad de un esfuerzo
que se realizaba sobre un territorio de cuatro o cinco leguas cuadradas, como escribía
Humboldt. Podrían añadirse a ellos otros hombres que desfilan por el Archivo como
dueños de almacenes, pulperías, etc., etc. Muchos otros ejercían en esas haciendas de
añil cargos de confianza como mayordomos y otros subalternos, entre los que no
faltaban los de tan pura cepa que ni siquiera conocían el idioma español. Así, en los
autos judiciales seguidos por don Manuel del Puerto, contra la esposa y el hijo menor de
don Juan José Unzainí difunto) por cobro de pesos que quedó comprometido a devolver
en añil flor, se ve que cuando el apoderado de Puerto, don Ignacio de Sistiaga, prepara
la prueba testifical, los testigos que presenta, no siendo "nada instruidos en el idioma
castellano", es preciso hagan sus declaraciones a través de intérprete. Y, en efecto, por
medio del nombrado como tal don Santiago Michelena, deponen Luis de Martiarena,
Juan de AHurralde, Ignacio Gamón y Sebastián de Arrieta, de todos los cuales se dice
ser "de Nación Vizcaína". En el mismo acto, intervienen también como testigos don
Xavier de Zuloaga, "sin asistencia de intérprete respecto a estar instruido en la lengua
castellana", y don Antonio de Aizpuru, "de Nación Vizcayna e instruido en la lengua
castellana"
Munibe fundador de una empresa: Real Compañía Guipuzcoana de Caracas, cuyos factores
—algunos educados en universidades francesas— introdujeron en Venezuela el culto a nue-
vas ideas que "hacían torcer el gesto a los inquisidores".
ABURUZA, Manuel de.—Residente en La Guaira en el año 1778. A.G.N. Real Cía. Guip.
XXXVI, 289.
ACHA, Juan José.—Mayordomo a bordo del bergantín "Ntra. Sra. del Coro" que viaja de
Pasajes a La Guaira en septiembre de 1783, bajo el mando del Comandante Vicente Antonio
de Icuza. A. G. I. Caracas, legajo 786.
AGREDA, Manuel de.—"Natural de Navarra, hijo del Coronel Don Crisógono de Agreda y de
doña Francisca de Narváez. Casó en Coro en 1743 con doña Juana María de la Colina.
Murió esta señora poco después y don Manuel volvió a su patria.
Arcaya, Pedro M.: "Familias de Coro". Boletín de la Academia Nacional de la Historia.
Abriljunio de 1965. N» 190.
AGUERREBERE, Pedro Ignacio de.—"Natural del lugar de Arizcun, valle del Baztán en el
Reino de Navarra y residente en Caracas. Hijo legítimo de don Pedro José de Aguerrebere y
de doña Catalina Sanzberro, vecinos que fueron de dicho lugar".
Hace su testamento el 4 de enero de 1792. Era comerciante establecido en la ciudad de
Caracas. R. P. Escrib. 1792, t. 3, f. 2.
Se casó con doña Juana Catalina de Echenique el 24 denoviembre de 1795.
Catedral, Matr. IX, 17851810, f. 83.
AGUXNAGA, Joaquín de.—Marinero del jabeque "San Francisco Javier" el año 1757.
A. G. N. Real Cía. Guip. t. V. f. 125.
Guardián del navio "San Miguel y Santiago" de la R. C. G. en viaje a Cádiz en marzo de
1775. A G. N.—Gob. y Cap. Gral. XVI, 75.
AGUINGALDE, Xavier de.—Cabo a Guerra y Juez de Comisos del Valle de Chuao. Natural
de Azpeitia, Guipúzcoa. Hace testamento el 11 de noviembre de 1770, "gravemente herido
de un lanzazo que atravesaba el cuerpo".
A. G. N. Aren. Aragua. T. IV, ff. 159170.
AGUIRRE, Jorge.—Condestable de la fragata "Ntra. Sra. del Socorro". 1756. R. P. Test. Año
1755. Tomo M4.
AGUIRRE, José de.—Capitán de una fragata que trajo de registro de los reinos de España y
se hallaba en La Guaira el año 1726. A. G. N. Diversos. XI.
AGUIRRE, José Zenón de.—Es apoderado por don José Antonio de Ibarrondo para
contraer matrimonio, el 3 de junio de 1801. Mulares. R. F. Maracaibo.
AGUIRRE, Juan Bautista de.—Tal vez sea el anterior. Natural de San Sebastián (Guipúzcoa).
De 20 años de edad en 1771. Mayordomo que fue de la balandra corsaria "San Antonio y
"San Carlos" varada y perdida cerca de la ¡ala de Oma. A. G. N. Real Cía. Guip. XXm, 148.
AGUIRRE, Lucas de.—Apoderado del capitán del "San Francisco Javier". Antonio Pascual
Echeverría. Año 1767.
AGUIRRE, Mariano de.—En 1800, vecino de Valencia donde se le ejecutan las casas el 14
de enero de 1800. R.P. Valencia. Año 1800, f. 3.
AGUIRRE, Martín de.—Marinero del bergantín "Ntra Sra. del Coro" guardacostas de la R. C.
G. Testigo en La Guaira en septiembre de 1770. A. G. N. Real Cía. Guip. XXII, 226.Gaviero y
patrón de lancha del navio "San Carlos" de la R. C. G. en viaje a Cádiz en agosto de 1774. A.
G. N. Gob. y Cap. Gral. XV, 134.
AGUIRRE, Martín José de.—Marinero del jabeque "San José" de 29 años de edad en 1758.
A. G. N. Real Cía. Guip. VI, 5.
AGUIRRE, Matías de.—Firmante de una carta fechada en 1754, Caracas. A. G. N. Real Cía
Guip. Apénd. I, 70.
AGUIRRE, Pedro.—Efectúa pago en plata por compra de cacao. Año 1767. A. G. N. Real
Cía. Guip. XLX, 305.
AGÜIRRE, Pedro Pablo, de.—Escribano del navio "San Francisco Xavier" de la R. C. G. Año
1767. Viaje de La Guaira a Cádiz.
A. G. N.—Real Cfa. Guip.—XVII, 40.
AGUIRRE, Tomás de.—Escribano Real en el valle de Pascua en 1795. R. P. Test. Año 1795.
T. XX, AS.
AINZIBUKU, José Antonio de.—Cadete del Bergantín "Ntra. Sra. del Coro", guardacostas de
la R. C. G. de 19 años de edad. Testigo en La Guaira en noviembre de 1770. A. G. N. Real
Cía. Guip. XXII, 237.
AINZURIZA, Francisco Ignacio de.—Capitán de la fragata "Santiago" de la R. C. G. en
viaje de Venezuela a España en mayo de 1737. A. G. N. Real Cia. Guip. Legajo sin
encuadernar, f. 55.
AIZ, José Nicolás.—Marinero del navio "Ntra. Sra. del Coro" de la R. C. G. A. G. N. Gob. y
Cap. Gral. XIV, 2. Año 1773.
AIZ, Santiago de.—Contramaestre del jabeque corsario "San Francisco Javier". Año 1757.
Real Cia. Guip. (A. G. N.) V, 33.
AIZABURU, José.—Residente en La Guaira el año de 1786. A. G. N. Real Cía. Guip. XVI, 30.
AIZPITARTE, Manuel de.—Teniente y Justicia Mayor del Partido de Maiquetía el año 1760.
R. P. Test. Año 1765. T. M2.
AIZPURU, Antonio de.—"De Nación Vizcayna e instruido en lengua castellana". Actúa como
testigo en los autos judiciales seguidos por don Manuel del Puerto contra la esposa e hijo
menor de don Juan José de Unzain. Año 1788. A. G. N. Archivo Aragua. T. XXH, ff. 80102.
AIZPURUA, Antonio de.—Vecino de Maracaibo, autorizado para comprar una fragata junto
con don Francisco de Larrumbide. Abril, 1781. A. G. N. Int. Ej. y Real Hda. T. XII, f. 267.
AIZPURUA, José Antonio de.—Vende a Ana María Magdalena, mujer de don José de
Bujanda, tesorero pral. de Ej. y Real Hda. de la provincia de Maracaibo una esclava el 6 de
mayo de 1799.
AIZPURUA, José María de.—Compra a Josefa Vülasmil una casilla sita en la cañada llamada
Manantial que cruza la ciudad hacia la carnicería, en la cantidad de 50 pesos el 29XI1800.
Mijares. R. P. Maracaibo.
AIZPURUA, Manuel de.—Residente en La Guaira. Testigo en 1760. A. G. N. Real. Cía. Guip.
Apénd. IV, 22.
ALAMANEA, Cristóbal de.—Representante del capitán Mateo Hernández, maestre del navio
llamado el Palo Negro. Año 1729. A. G. N. Resid. Portales y Meneses. T. XX, í. 58.
ALARRAI, Juan.—Mayordomo de don Diego Díaz. Abril de 1783. A. G. N. Gob. y Cap. Gral.
T. XXVH, f. 44.
ALBIZU, Felipe Miguel.—Maestro carpintero de ribera que sale de La Guaira con destino a
dimana solicitado por esa comandancia de orden superior. Enero de 1776. A. G. N. Gob. y
Cap. Gral T. XVH, f. 241.
ALBIZU, Juan Felipe de.—Cabo de la guardia del valle de Patanemo. 1769. A. G. N. Real
Cía. Guip. Apénd. ni, 301.
ALBIZURI, Martín de.—Contrata servicios para milicias del Valle de la Victoria. Marzo de
1781.A G. N. Int. Ej. y Real Hda. T. XII, f. 344.
ALCORTA, Marcos Antonio de.—Marinero de la lancha del jabeque "San Pedro1'. Año 1766,
A. G. N. Real Cia. Guip. XV, 144.
ALDAMA, Pedro.—Testó en 1800. Era natural del lugar de en Vizcaya. Estaba, casado con
Dña. Rosa García.
Pedro M. Arcaya: "Familias de Coro". B. A. N. H. Abriljunio 1965, n» 190.
ALPAONDO, Martín José.—Natural de la villa de Alza, Guipúzcoa. Se casa con Dña. Bárbara
Josefa García el 26 demayo de 1783.Altagracia, Mat. Lib. 1« 17511786, f. 168
ALLUNALDE, Juan.—Carpintero y calafate que viaja en elbergantín "Ntra. Sra. del Coro", de
Pasajes a La Guaira en septiembre de 1783, con sueldo de marino y destinado
para el caso de establecerse maestranza.A G. I. Caracas, legajo 786.
ALDAY, Juan.—Paje que viene a bordo del "Ntra. Sra. de Coro", en viaje de Pasajes a La
Guaira, en septiembre de 1783, al mando del comandante Vicente Antonio de Icuza. A. G. I.
Caracas, Legajo 786.
ALDAYA, José Antonio.—"Natural del pueblo de Oiz (Aoiz) en el reino de Navarra". Teniente
Justicia Mayor del valle del Guapo.
Otorga un poder general el 5 de enero de 1793. R. P. Escrib. 1793. t. 8 f. 5.
ALEGRÍA, José Antonio.—Cabo de una balandra el año 1764. A. G. N. Real Cía. Guip. XIII,
244
ALSUA, Manuel Esteban de.—Escribano. Año de 1766.A G. N. Real Cía. Guip. XV, 2
ALTUNA, Gabriel Antonio.—Puerto Cabello. 1756. R. P. Test. Año 1755, Tomo M4.
ALTUNA, Lorenzo de.—Patrón de bote y gaviero a bordo del navio "San Francisco Javier",
de la R. C. G. en viaje de La Guaira a Cádiz el año de 1767. A. G. N. Real Cía. Guip XVII, 40,
ALTUVE, Juan José Antonio.—Cirujano barbero que alcanzó su auge en San Felipe en el
año 1768. Archila: "Historia...".
AMAYA, Domingo.—A mediados del siglo XVITI casó en Coro el vizcaíno Don Domingo de
Amaya con Dña. Margarita Prieto.
Pedro M. Arcaya: "Familias de Coro". B. A. N. H. abriljunio 1965, n« 190.
AMEZAGA, José Antonio.—Residenciado en La Guaira como Corregidor que fue del pueblo
de Maiquetia en 1793. A. G. N. Reaid. LXVH, 339 y 369.
AMIAMA, Santiago de.—Vecino de Maracay y testigo allí en 1782. A. G. N. Real Cía. Guip.
XLQ, 162.
ANACHURI, Justino.—Paje del bergantín "Ntra. Sra. del Coro"que bajo el mando del
Comandante Vicente Antonio de Icuza viaja de Pasajes a La Guaira en septiembre de 1783.A
G. I. Caracas, legajo 786.
ANASAGASTI, Martín de.—Maestre de equipajes a bordo del navio "San Francisco Javier"
en viaje de La Guaira a Cádiz en 1767.A G. N. Real Cía. Guip. XVH, 40.
ANCIOLA, Manuel Antonio de.—Receptor de cacao. Año de 1767. A. G. N. Real Cía. Guip.
XIX, 293.
ANDUEZA, Juan Cruz.—Natural del lugar de Lezo, Guipúzcoa y vecino de Caracas. Hijo de
D. Juan y de Dña. María Oyarzabal del mismo lugar. Casado con Francisca de Irisarri, natural
de Navarra. Tuvo como hijos a Xabier María y otros dos que murieron. Otorga testamento el
12 de julio de 1806.
R. P. Eflcrib. 1806, T. 5, f. 60. —Bodeguero en Caracas en 1810. M. Alvarez: "Comercio...". p.
147.
ANCLES GORTARI, Matías de.—Natural del Reino de Navarra. Gobernador que fue de
Tucumán. Murió en la villa de San Carlos de Austria cuando viajaba de Lima para la
Península. En dicho viaje llevaba consigo varios talegos conteniendo dinero que hacían un
total de 49.331 pesos. R. P. Test. 1787, A2.
ANIZ, José Manuel.—Teniente Justicia Mayor de Curepe. 1784. A. G. N. Real Cía. Guip.
XXm, 26.
ANIZ, José Tomás de.—Teniente interino del valle de la Pascua. 3 de octubre de 1788. A. G.
N. Gob. y Cap. Gral. T. XL, f. 90.
ANIZ, Miguel de.—Síndico Procurador del Convento de Ntra. Sra. de las Mercedes. Caracas
18 de septiembre de 1788. A. G. N. Gob. y Cap. Gral. T. XL, f. 25.
ANSA, Nicolás.—Marinero del navio "San Carlos", de la R. C. G. en su segunda travesía a
Pasajes desde La Guaira, en
1772.
A. G. N. Gob. y Cap. GraL XII, 174.
ANSO, José Joaquín de.—Marinero del navio "Ntra Sra. del Coro" de la R. C. G. en viaje a
Pasajes en septiembre de
1773. G. N. Gob. y Cap. Gral. XIV, 2.
ANTIA, José Domingo de.—Residenciado en Carera, como Teniente Justicia Mayor que fue
de los valles de Moroturo Baragua y Corregidor de los pueblos de San Sebastián, San Miguel
y Siquisique, en 1787 y 1793. A.G.N. Resid. LVIH, 524 y 614; LXVHI, 473 y 547.
ANTIA, Juan de.—Corregidor de los pueblos de San Miguel y Siquisique en octubre de 1774.
A. G. N. Gob. y Cap. Gral. XV, 187.
ANTIA, Juan Francisco.—Nombrado Alcalde de la Santa Hermandad de la ciudad de Carora
en febrero de 1779. A. G. N. Gob. y Cap. Gral. XXI, 202.
ANTIA, Juan José de.—Acusado de haber dado de palos al Comisionado de Real Hacienda
de Barrancas. Barinas. 23IX1778. A. G. N. Jntend. Ej. y R. Hda. T. V. f. 278.
ANTIA, Juan Pablo.—Residenciado en Carora, como Procurador General que fue en dicha
ciudad en 1793. A. G. NA LXVH, ff. 502 y 544.
ANZA, Agustín de.—Coro, abril de 1783. A. G. N. Gob. y Cap. Gral. XVII, 37.
ANZO, Cristóbal de.—Hacendado y cultivador de añil del valle de Aragua a fines del siglo
XVHI. A.G.N. Archivo Aragua. T. XXV, f. 4.
ANZOLA, Joaquín de.—Natural de Motrico (guipúzcoa). Marii ñero del jabeque "San Rafael",
corsario de la R. C. G. Año X 1769.
A. G. N. Real Cía. Guip. XX, 239.
ANZOLA, José Antonio de.—Depositario judicial de los bienes de don Antonio Pulido.
Caracas, 1761. A. G. N. Real Cía. Guip. IX, 277.
ANZORENA, Lorenzo de.—Perito avaluador. Año 1760. A. G. N. Real Cía. Guip. VI, 16.
ANZOTEGUI, Manuel de.—Vende un esclavo a don Sebastian Mier y Terán. Caracas, 23,
octubre 1800. R. P. Escrib. Año 1800, f. 348,
AÑORGA, Manuel Vicente.—Marinero del navio "Ntra. Sra. del Coro", de la R. C. G. en viaje
a Pasajes en setiembre de 1773. A. G. N. Gob. y Cap. Gral. XIV, 2.
AÑORGA, Santiago.—Patrón de una lancha de Cumana que llega a La Guaira trayendo dos
presos que remite el gobernador de Cumaná, 10marzo1801. A. G. N. Gob. y Cap. Gral.
XCV1, 80.
APAOLAZA, Gabriel José.—Marinero del navio "San Francisco Javier" de la R.C.G. en viaje
de La Guaira a Cádiz. Año 1767. A. G. N. Real Cía. Guip. XVII, 40.
APARDEGUI, Xavier de.—Marinero del navio "San Ignacio de Loyola" de la R. C. G. en viaje
a Pasajes en junio de 1776. A.G.N. Real Cía. Guip XVm, 54.
APAZTEGUI, Manuel Agustín.—Paje del bergantín "Ntra. Sra. del Coro" que viaja en
septiembre de 1783 de Paaajes a La Guaira bajo el mando del comandante Vicente Antonio
de Icuza. Archivo General de Indias. Caracas, legajo 786.
APELLANIZ, José de.—Vecino de Caracas, da poder a Dn. Francisco Albizun para cobro de
cantidad de pesos a Dn. Domingo Aldecoa, morador del pueblo de Turmero. 9 enero 1796. R.
P. Escrib. 1796, U, P. 13.
ARAMBARRI, Pablo de.—Del comercio de Puerto Cabello. R. P. Test. Año 1794. T. M. Vecino
de Valencia en 1800.
Aparece con frecuencia en los documentos del Archivo Principal de esta ciudad por estos
años.
ARANGOrriA, Ciprian de.—Testigo en La Guaira. Año de 1773. A. G. N. Real Cía. Guip. XXH,
358.
ARANGUREN Y ANZUETA, María del Carmen.—Viuda del Contador Pral. del Ej. y Real
Hacienda Dn. Francisco de Música, Marzo de 1786. A. G. N. Int. Ej. y R. Hda. T. XXXIII, f. 45.
ARAMBURU, Gabriel José de.—Escribano público del número de Caracas. 1778AG. N. Real
Cía Guip. XXXII, 262 y passim.
ARANA, José,—Otorga un poder en Caracas, año 1759.A G. N. Real Cía. Guip. VII,
ARANA, José Domingo.—Marinero del navio "San Rafael" dela R. C. G. con destino a
Pasajes en abril de 1775.A G. N. Gob. y Cap. Gral. XVI, 117.
ARANA, Gregorio de.—Teniente Justicia Mayor que fue de la ciudad de Mérida en 1704. A.
G. N. Resid. LXX1, 293 y 708.
ARANALDE, José Joaquín de.—"Residente en esta ciudad de Caracas y próximo para hacer
viaje a los reinos de España. .." Otorga poder el 2 de agosto de 1791. R. P. Escrib. 1791, 5. f.
245.
ARANZADI, Miguel Antonio.—Vecino de Caracas. Otorga poder cumplido a Dn. José Mateo
de Aballa. 12 de febrero de 1799. R. P. Escrib. 1799, 5. f. 21.
ARANA, Gregorio de.—Teniente Justicia Mayor que fue de la ciudad de Mérida en 1704. A.
G. N. Resid. LXX1, 293 y 708.
ARANALDE, José Joaquín de.—"Residente en esta ciudad de Caracas y próximo para hacer
viaje a los reinos de España. .." Otorga poder el 2 de agosto de 1791. R. P. Escrib. 1791, 5. f.
245.
ARANZADI, Miguel Antonio.—Vecino de Caracas. Otorga poder cumplido a Dn. José Mateo
de Aballa. 12 de febrero de 1799. R. P. Escrib. 1799, 5. f. 21.
Natural de la villa de Ezguioga, Guipúzcoa, Vecino y del
comercio de Caracas. Hijo de Dn Juan Antonio, natural de
Ezquloga y de Dña. Josefa Antonia de Eleizalde, natural
de Ichaao,
Otorga testamento el 4 de diciembre de 1806. R. P. Escrib. 1806, T. 4, f. 189
ARBURUA, Felipe de.—Acreedor de Miguel Tomás Dorre. Año 1761. A. G. N. Real Cía. Guip.
IX, 16.
ARCAYA, Ignacio Luis de.—Fue el fundador de la familia Arcaya en Coro por su matrimonio
efectuado en esta ciudad el 12 de septiembre de 1752 con Dña. María Josefa de Medina. Era
natural del lugar de Matauco en Álava, hijo legitimo de Dn. Juan de Arcaya y de Dña. María
de Lezama. Pedro M. Arcaya: "Familias de Coro". B. A. N. H. Abriljunio de 1965. n» 190.
Alcalde Ordinario de Coro en 177885. A. G. N. Resid. XLHL 376 y 477. LI, 205 y 286.
ARCAYA, Juan Dionisio de.—Residenciado en Coro, como Procurador General que fue en él,
en 1793. A. G. N. Resid. LX1X, 428.
ARCAYA, Mariano de.—Vecino de Coro. Vende una casa al ministro del Tribunal Supremo de
Alta Corte Dn. Francisco Javier el 2 de marzo de 1822. R. P. Escrib. 1822, T. 4, f. 4.
ARCE, Coronel don Francisco de.—Jura el 11 de diciembre de 1778 el recién creado cargo
de Teniente de Rey. García Chuecos: "Relatos..." ps. 3233.
ARCE, Joaquín Ignacio de.—Ejerció la medicina primero en Pto. Cabello hasta 1796 y luego
se trasladó a San Felipe. En 1798 tenía 48 años. R. Archila: "Historia..."
ARESTI, Juan de.—Marinero del navio "San Ignacio" .de laR. C. G. en viaje de Venezuela a
Cádiz. Año 1772.A. G. N. Gob. y Cap. Gral. XII, 143.
ARGAIN, Juan de.—"Natural del lugar de Alzuruch, en Navarra, Reinos de Francia, y vecino
de esta ciudad..." 1788. R. P. Escrib. 1788, T. 2.
Vecino de Caracas. Testigo en el testamento de Martín de Echeverría. 1770.
R. P, Test. 1773, T. E.
Hijo de Dn. Juan y de Dña. María Irigaray. Se casa conDña. Mariana Blanco Valvis.
Catedral Mat. 8. 17481782, f. 156.
ARGAIN, Juan de.—Recibe carga del "Ntra. Sra. de los Dolores", 1767. A. G. N. Real Cía.
Guip. XVm, 10.
AREjJMENDI, Juan Bernardo de.—Capitán de navio; año 1751. A. G. N. Real Cía. Guip. 11,
116.
ARISPE, Miguel Antonio.—Contramaestre del navio "Ntra. Sra. del Rosario" en viaje a
Pasajes; nov. 1773. A.G.N. Gob. y Cap. Gral. XIV, 74.
ARISTEGUI, José Félix.—Hacendado de cacao. Año 1767. A.G.N. Real Cia. Guip. XIX, 296.
ARISTEGUI, José Félix.—Marinero del navio "Santa Ana" de 1& R.C.G. de viaje de La
Guaira a España en 1767. A.G.N. Real Cía. Guip. XIX, 309.
ARISTEGUI, Martín de.—Marinero del navio "Santa Ana" de la R.C.G. en viaje de Venezuela
a España en 1767. A.G.N. Real Cía. Guip. XIX, 309.
ARISTEGUI, Vicente.—Paje a bordo del navio "San Francisco Javier" de la R.C.G. en viaje
de La Guaira a Cádiz en 1767. A.G.N. Real Cía. Guip. XVII, 41.
ARISTI, Manuel Francisco de.—Marinero del navio "San Julián"; año 1775. A.G.N. Gob. y
Cap. Gral. XVII, 221.
ARISTIZABAL, Nicolás— Marinero del "Sta. Ana" de la R.C.G. en viaje a España en 1767.
A.G.N. Real Cía. Guip. XDC, 810.
ARIZA, Tomás.—Postor en subasta en Puerto Cabello. Año 1770. A.G.N. Real Cía. Guip.
XXTJ, 197.
ARIZABALO, Juan Bautista.—Recibe pago en plata "Del nuevo cuño mexicano". Año 1767.
A.G.N. Real Cía. Guip. XIX, 305.
ARISCUN, José de.—Marinero de la balandra "San Antonio", alias "La Prusiana", corsaria de
la R.C.G. Año 1775. A.G.N. Real Cía. Guip. XXXI, 134.
ARIZGCTTI, Ignacio.— Pasajero a bordo del navio "San Ignacio" en viaje de Venezuela a
Cádiz, en 1772. A.G.N. Gob. y Cap. Gral. XII, 143.
ARIZMENDI, Miguel de.—Destinatario de una carta en Camaná el año 1754. A.G.N. Real
Cía. Guip. Apénd. I, 80.
ARTZMENDI, Pedro Ignacio.—Marinero a bordo del navio "Santa Ana" en viaje de Venezuela
a España, en 1767.
ARIZTEGUIETA, José.—Exportador. Caracas, mayo de 1786. A.G.N. Int. Ej. y Rl. Hda.
XXXIH, 333.
ARIZTIZABAL, Juan Marcos.—Piloto segundo del navio "Ntra. Sra. del Coro" de la R.C.G. en
viaje a Pasajes, en septiembre de 1773. A.G.N. Gob. y Cap. Gral. XIV, 2.
AROCENA, Marcial de.—Marinero del navio "San Miguel y Santiago" de la R.C.G. en viaje a
Cádiz. Marzo de 1775. A.G.N. Gob. y Cap. Gral. XVI, 75.
AROSTEGUI, Domingo de.—Factor de la R.C.G. en Puerto Cabello. Año 1733. A.G.N. Real
Cía. Guip., VH, 71.
AROZ, Esteban de.—Testigo en inventario de una goleta el año 1757. A.G.N. Real Cía.
Guip., V, 119.
AROZENA, José de.—Marinero del navio "San Carlos" de la R.C.G. en su segunda travesía
a Pasajes. Año 1772. A.G.N. Gob. y Cap. Gral. XH, 174.
ARPIDE, Matías de.—Residente en Maracaibo en junio de 1774. R. P. Test. A3. Año 1786.
ARPIDE, Santiago de.—Marinero del "Santo Cristo" de la R.C.G. en 1767. A.G.N. Real Cía.
Guip. XVI. 273.
ARRAGA, Antonio.— Capitán del bergantín "Amistad". Caracas, marzo de 1801. A.G.N. Gob.
y Cap. Gral. XCVI, f. 98.
ARRAIZ, Francisco José.—Vecino del valle de Aroa. Otorga poder el 31 de agosto de 1796.
R. P, Escrib. 1796, T. 5, f. 315.
ARRAIZ, Matías Antonio.—Vecino de Caracas. Suplica algún acomodo para mantenerse con
su mujer honradamente. Dice que ha servido durante 18 meses el empleo de cabo en el valle
de Cúpira. Caracas 4 de nov. de 1777. A.G.N. Int. Ej. y R. Hda. T. m, f. 235.
ARRASCUE, José Ignacio de.—Marinero del jabeque "San José" corsario de la R.C.G., de
20 años de edad en 1748. A.G.N. Real Cía. Guip. Apénd. I, 412.
ARRATIA, José Félix.—Deudor a Diego Plaza de la cantidad , de seis pesos. Año 1789. R. P.
Test. Año 1792. Tomo F.
ARREGUI, Pedro José.—Carpintero a bordo del navio "Santa Ana" de la R.C.G. en viaje de
Venezuela a España el año 1767.
A.G.N. Gob. y Cap. Gral. XVI, 76. A.G.N. Real Cía. Guip. XIX, 309.
ARREGUI, Pedro José.—Quizá se trate del anterior. Aparece como avaluador en Puerto
Cabello, el año 1771. A.G.N. Real Cía. Guip. XXIV, 49.
ARRESE, José de.—Vecino de Caracas. Actúa como testigo en escritura de fianza otorgada
por el Factor Pral. de la R.C.G., el 10 de septiembre de 1771. R. P. Escrib. 1771, 6. P. U.
ARRIA, Diego de.—Soldado distinguido. Caracas, abril de 1786. A.G.N. Int Ej. y R. Hda. T.
XXXm, f. 226.
ARRIA, Francisco Antonio de.—Testigo en Maracaibo, noviembre de 1771. A.GJÍ. Int. del Ej.
y R. Hda. T. IX, F. 63.
ARRIA, Juan de.—Vecino de Barinas y testigo en dicho lugar el año 1783. R.C.G. XLI, 323.
Testigo en Maracaibo, 1771. A.G.N. Int. Ej. y R. Hda. DC, 62 v.
ARRIAGA, Dionisio de.—Capitán del bergantín "Jesús Nazareno" el año de 1720. (Anterior a
la Guípuzcoana). A.G.N. Diversos, XV, 425.
ARRIARAN, José Joaquín de.—Capitán en 1760 del jabeque "San Pablo" de la R.C.G. y de
edad entonces de 42 años y dispuesto a seguir viaje de primer piloto en el navio "San José".
A.G.N. Real Cía. Guip. Apénd. W. 49.
ARRIARAN, Juan José.—Pilotín del navio "San Rafael" de la R.C.G. con destino a Pasajes,
en abril de 1775. A.G.N. Gob. y Cap. Gral. XVI, 116.
ARRIBILLAGA, Martín José de.—Nombrado maestro del paquebot "San Antonio", alias "El
Bizarro". 2 de noviembre
de 1769. R. P. Eacrib. 1769, 3 F. 89.
ARRIETA, Esteban de.—Marinero del "San José y las Animas", en el año de 1741. A.G.N.
Real Cia. Guip. T. I. F. 226.
ARRIETA, Felipe de.—Marinero del navio "El Gran Poder de Dios". Puerto Cabello, año de
1769. A.G.N. Real Cía. Guip. XXI, 49.
ARRIETA, Francisco de.—Testigo en una subasta en La Guaira, año 1749. A.G.N. Real Cia.
Guip. II, 262.
ARRIETA, Francisco Antonio de.—Cosechero de cacao. Año de 1767. A.G.N. Real Cía. Guip.
XDC, 287v.
ARRIETA, Joaquín de.—"Natural de San Sebastián en el Señorío de Vizcaya (sic) y vecino
del pueblo El Sombrero". Hijo de Dn. Esteban y de Dña. María Antonia Guruceaga. Es
soltero. Albaceas: Juan Manuel Lecumberri y su sobrina Urbana Arrieta. Otorga testamento el
21 de abril de 1806. R. P. Escrib. 1806, t. X, ff. 7374.
ARRIETA, José Joaquín de.—Marinero del navio "San Julián" de la R.C.G. en viaje a Cádiz,
en diciembre de 1772. A.G.N. Gob. y Cap. Gral. XH, 284.
ARRIETA, Juan Felipe de.—Propietario del navio Poder de Dios". Puerto Cabello, año de
1769. A.G.N. Real Cía. Guip. XXI, 49.
ARRIETA, Pedro.—Marinero del navio "San Carlos" de la R.C.G. en viaje a Cádiz, en agosto
de 1774.A.G.N. Gob. y Cap. Gral. XV, 135.
ARRILLAGA, Juan Bautista de.—Factor de la R.C.G. en Sta. Ana de Coro. 1776. A.G.N. Real
Cía. Guip. XXIX, 97.
ARRILLAGA, Simón de.—Marinero a bordo del navio "San Francisco Javier" de la R.C.G.
en viaje de La Guaira a Cádiz. 1767. A.G.N. Real Cía. Guip. XVII, 40.
ARRTTEGUI, José Manuel de.—Tercero avaluador en La Guaira en 1761. A.G.N. Real Cía.
Guip. Apénd. IV, 89.
ARRITEGUI, Pedro Joaé.—Feligrés del pueblo de la Vega. Hijo legitimo de Dn. José y de
Dña. Josefa Velasco "naturales de San Sebastian, Vizcaya" (sic). Se casa con Dña.
Petronila Medina el 15 de noviembre de 1798. San Pablo. Mat. 2, 17821806. f. 115v.
ARRIZO, José Vicente.—Marinero del bergantín "Ntra. Sra. del Coro", 1766. AGN. Real Cía.
Guip. XVI, 208.
ARROÍíA, Benito.—Maestre del navio "San Sebastián". .AGN. Real Cía Guip. I, 256, Año
1748.
ARTAIN, Juan de.—Cosechero de cacao. Año 1767, A.G.N. Real Cía. Guip. XDC, 288.
ARTEAGA, Bruno de.—Vecino de Araure. Enero de 1785. A.G.N. Gob y Cap. Gral. XXXII,
320.
ARTEAGA, Cornelio José de.—Marzo de 1775. Soldado de la volante de la R.C.G. Año 1777.
A.G.N. Real Cía. Guip. XXX, F. 1.
ARTEAGA, Félix de.—"Natural del señorío de Vizcaya, hijo de Dn. Domingo y de Dña.
Josefina Goiri". Vecino de Puerto Cabello. Hace testamento el 4 de noviembre de 1804. R. P.
Valencia. Año 1804, ff. 3536.
ARTEAGA y SOLOETA, Juan José de.—Alcalde ordinario de San Sebastián de los Reyes.
Actúa como tercero avaluador de los bienes de Dn. José Carvajal en el sitio de El Carrizal,
jurisdicción de la ciudad de San Sebastián de los Reyes.
Año 1733. R. P. Test. Tomo B.C.E.M. Año 1733.
ARTEAGA, Manuel de.—Residenciado en Caracas como Teniente Justicia Mayor que fue de
Sabana de Ocumare. Año 1778. A.G.N. Resid. XLV, ff. 358 y 359.
ARTEAGA, Silvestre.—Zapatero en Caracas. Interviene como ' tasador de las prendas del
difunto Factor Dn. José de Amenabar. Año 1784. A.G.N. Real Cia. Guip. Apénd. IV, f. 45.
ARTECHE, José de.—Marinero del navio "San Ignacio" de la R.C.G. en viaje de Venezuela a
Cádiz, el año de 1772, A.G.N. Gob. y Cap. Gral. XII, 143.
ARTECHE, Tomás de.—Marinero del jabeque "San José" de laR.C.G. De 26 años de edad
en 1754. A.G.N. Real Cía. Guip. Apénd. I, 46.
ARTECHO, Tomás.—Paje a bordo del Bergantín "Ntra. Sra.del Coro" en viaje de Pasajes a
La Guaira, en septiembre de 1783, al mando del Comandante V. A. de Icuza.
Archivo General de Indias. Caracas, Leg. 786.
ARTOLA, José Tomas de.—"Natural de Ernani". Marinero dela balandra corsaria "Santa
Gertrudis", de 27 años de edad. Aiío de 1778. A.G.N. Real Cía. Guip. XXXV, 105.
ARTOLA, Manuel—Marinero del "Santa Ana" de la R.C.G. en viaje de Venezuela, a España.
Año 1767. A.G.N. Real Cía. Guip. XIX, 309.
ARTUSA, Manuel de.—Paje a bordo del Bergantín "San Antonio" en viaje de La Guaira a San
Sebastián, año de 1772.
A.G.N, Gob. y Cap. Gral. XII, 211.
ARTUSA, Mateo de.—Buzo y marinero del jabeque "San Francisco Javier" de la R.C.G. Año
de 1759.
A.G.N. Real Cía. Guip. VII, 163.
ARTUZA, Martin de,—Marinero del navio "San Julián" de la R.C.G. en viaje a Cádiz, en
diciembre de 1772. A.G.N. Gofa, y Cap. Gral. XII, 284.
ARTUZA, Miguel de.— Marinero del navio "San Carlos" de la R.C.G. en su segunda travesía
a Pasajes, el año 1772. A.G.N. Gob. y Cap. Gral. XII, 174.
ARTUZA MUGICA, Rosa.—Cosechera de Cacao. Año 1767. A.G.N. Real da Guip. XIX, 286.
ARVIZUA, Bernardo de.—Marinero del jabeque "San Francisco Javier". A.G.N. Real Cía.
Guip. VI, 154.
ARZA, Felipe Fernández de.—Escribano Público en la isla Margarita, el año de 1766. A.G.N.
Real Cía. Guip. XVH, 181.
ARZA, Francisco de.—Marinero del navio "San Miguel y Santiago" de la R.C.G. en viaje a
Cádiz, en marzo de 1775. A.G.N. Gob. y Cap. Gral. XVI, 76.
ARZA, José.—Escribano de la goleta holandesa "El Rey David". Natural de la isla Margarita.
Año 1759. A.G.N. Real Cía. Guip. VI, 290.
ARZAC, Mateo.—Marinero del navio "Ntra. Sra. del Coro" de la R.C.G. en viaje de Venezuela
a Pasajes, en septiembre de 1773. A.G.N. Gob. y Cap. Gral. XIV, 2.
ASPIROZ, Vicente de.—Marinero del navio "San Ignacio de Loyola" de la R.C.G. en viaje a
Cádiz en julio de 1775. A.G.N. Gob. Cap. Gral. XVI, 261.
ASTERRICA, Juan Antonio.—Marinero del navio "San Carlos" de la R.C.G. en viaje a Cádiz,
en agosto de 1774. A.G.N. Gob. y Cap. Gral. XV, 134.
AYALA, Manuel de.—Justicia Mayor de La Guaira en el año 1764. A.G.N. Real Cía. Guip. VI,
364.
AYARDEBURU, Francisco Antonio de.—Preso por el tribunal eclesiástico en 1767. A.G.N.
Real Cía. Guip. XV, 265.
ATESTA, Vicente María de.—Vecino de Puerto Cabello. Contrae obligación con Dn. Pedro
Antonio Labaca por entrega que éste le ha hecho de una goleta y otros efectos, el 20 de
mayo de 1803.
í R. P. Valencia, 1803, f. 93.
AYESTERAN, Juan Bautista,—Marinero del navio "San Carlos" de la R.C.G. en viaje a Cádiz,
en agosto de 1774. A.G.N. Gob. y Cap. Gral. XV, 134.
AZALDEGUI, Francisco.—Marinero del navio "Ntra. Sra. del Coro" de la R.C.G. en viaje a
Pasajes, en septiembre de 1773. A.G.N. Gob. y Cap. Gral. XIV, 2.
AZCARATE, Andrés de.—Cosechero de cacao en el año de 1767. A.G.N. Real Cía. Guip.
XIX, 300.
AZCARATE, José de.—Factor de Puerto Cabello. 17381743. R. P. Test. 1742. T.A. ff. 39 y 57.
AZCARATE, Tomás Gerónimo de.—Receptor de cacao. 'Año de 1767. A.G.N. Real Cía. Guip.
XIX. 300.
AZCARRAGA, Manuel de.—Marinero del navio "San Rafael" de la R.C.G. con destino a
Pasajes, en abril de 1775. A.G.N. Gob. y Cap. Gral. XVI, 117.
AZCOYTIA, P. Fr. Vicente de.—Capellán del navio "San Julián" de la R.C.G. en viaje a
Pasajes. Octubre de 1776. A.G.N. Gob. y Cap. Gral. XVH, 148.
AZCUE, Fermín de.—Marinero del navio "San Carlos" de la R.C.G. en su segunda travesía a
Pasajes, el año 1772. A.G.N. Gob. y Cap. Gral. XH, 174.
AZPIAZU, José María de.—Contramaestre del navio "La Soledad". Actúa como perito
avaluador en Puerto Cabello, en 1770. A.G.N. Real Cía. Guip. XXI, 123.
AZPILCUETA, Juan de.—"Natural de los Reinos de España que al presente reside en esta
ciudad de Santiago de León de Caracas..." Dice que ha sido nombrado por la R.C.G. en su
sesión celebrada en Madrid el 17 de diciembre de 1775, Factor en Puerto Cabello. Acepta y
jura cumplir fielmente su cargo. 7 de diciembre de 1776. R. P. Escrib. 1776, 6. f. 57.
Factor de la R.C.G. en Maracaibo. Pasajero en noviembre de 1772 de la goleta "Pincela" de
la R.C.G. Factor en Puerto Cabello en 1779. A.G.N. Real Cía. Guip, XX, 169 Gob. y Cap.
Gral. XH, 256.
AZPILLAGA, José Antonio.—Carpintero y calafate del navio "Ntra. Sra. del Rosario" en viaje
a Pasajes, en noviembre de 1773. A.G.N. Gob. y Cap. Gral. XIV, 74.
AZPITARTE, José María.—Testigo en La Guaira. Año 1778. A.G.N. Real Cía. Guip. XXXVm.
108.
AZPITARTE, José María de.—Perito avaluador en Puerto Cabello. 1770. A.G.N. Real Cía.
Guip; XXI, 123.
AZPIAZU, José María de.—Contramaestre del navio "La Soledad". Actúa como perito
avaluador en Puerto Cabello, en 1770. A.G.N. Real Cía. Guip. XXI, 123.
AZPILLAGA, José Antonio.—Carpintero y calafate del navio "Ntra. Sra. del Rosario" en viaje
a Pasajes, en noviembre de 1773. A.G.N. Gob. y Cap. Gral. XIV, 74.
AZPITARTÉ, José María.—Tesügo en La Guaira. Año 1778. A.G.N. Real Cía. Guip. XXXVin.
108.
AZPITARTÉ, José María de.—Perito avaluador en Puerto Cabello. 1770. A.G.N. Real Cía.
Guip; XXI, 123.
AZUAJE, Francisco Esteban.—Recaudador del Real Haber en Tocuyo. 1775. A.G.N. Real
Cía. Guip. XXX, 45.
BALERRI, Pedro.—Teniente Justicia Mayor del valle de Chuao que vende a su sucesor,
Xavier de Aguinagalde, una casa de bahareque y de cogollo y otra de bahareque sencillo por
la cantidad de 342 pesos. A.G.N. Archivo de Aragua. T. IV. ff. 159170.
BALZOLA, Lorenzo.—Marinero del navio "San Carlos" de la R.C.G. con destino a Pasajes,
en septiembre de 1775. A.G.N. Gob. y Cap. Gral. XVI, 343.
BARANDICA, Juan José.—Escribano del navio "San Ignacio de Loyola" de la R.C.G. en viaje
a Cádiz. Julio de 1775.
A.G.N. Gob. y Cap. Gral. XVI, 261.
BARCENA, Juan Domingo de.—Escribano Público en Caracas, 1790. AGN. Real Cía. Guip.
XXIII, 59.
BARRENA, Ignacio.—De Azpeitia. Marinero a bordo del "Santa Ana" de la R.C.G. en viaje a
España en 1767. AGN. Real Cía. Guíp. XIX, 309.
BARRENA, Igjmcio.—De Motrico. Marinero del Bergantín "Ntra. Sra. del Coro" en viaje
de Pasajes a La Guaira, que en septiembre de 1783 realiza bajo el mando del comandante
Vicente Antonio de Icuza. Archivo General de Indias. Caracas, Legajo 786.
BARRENA, Ignacio Ángel.—Capitán de la lancha corsaria "La Concepción" de la R.C.G. Año
de 1778. AGN. Real Cía. Guip. XXXV, 76.
BARRENA, Ignacio Manuel.—Paje a bordo del navio "San Ignacio" de la R.C.G. en viaje a
Cádiz en 1772. A.G.N. Gob. y Cap. Gral. XII, 143.
BARRENA, José Manuel.—Marinero del navio "San Miguel y Santiago" de la R.C.G. en viaje
a Cádiz en marzo de 1775. A.G.N. Gob. y Cap. Gral. XVI, 76.
BARRENA, Miguel de.—Capitán de la balandra "Ntra. Sra. del Carmen" en viaje a Santo
Domingo en mayo de 1776. A.G.N. Gob. y Cap. Gral. XVHI, 18.
BARRENA, Miguel Ignacio.—Teniente del jabeque corsario "San Pablo". De 28 años de edad
en 1762. Puerto Cabello. A.G.N. Real Cía. Guip. XI, 6.
BASABE, Ana.—Viuda de don José de Blizalde. Da licencia para matrimonio a su hija María
del Carmen Elizalde que se casa con don Bernardo de Larrain. llX1796. R.P. Escrib. 1796, t.
7. f. 182.
BASABE, Carlos Francisco.—Contra Juan José Armas por cobro de pesos. R.P. Civ. 1736 B
14.
BASABIL IGARTUA, José Manuel de.—Residente en Caracas. Presta fianza por el Capitán
don Diego Iñiguez de Ziriano el 10 de marzo de 1735. Ziriano había sido nombrado por
Lardizabal Corregidor de los indios del pueblo de Cuiagua y Justicia Mayor, Juez de Comisos
y Cabo a guerra de aquel partido.
R.P. Escrib. 1735, t. 3, f. 55.
BASANTA Valentín.—Agregado del bergantín "Ntra Sra. del Coro" en viaje de Pasajes a La
Guaira en septiemb™ de 1783. A.G.I. Caracas, legajo 786.
BASTERRA, Antonio Matías—Hijo de don Miguel de Basterra y doña María Antonia Aresti.
Natural de Puerto Cabello. Estudiaba pintura en la Academia de San Fernando (Madrid) por
los añoa de 1797.
Vid. A. Boulton: "Historia de la Pintura en Venezuela", fs. 31213.
BASTERRICA, Juan Antonio.—Marinero del navio "San Carlos" de la K.C.G. con destino a
Pasajes en septiembre de 1775. A.G.N. Gob. y Cap. Oral XVI, 342.
BAZTERRICA, Miguel de.—Muere en San Felipe en 1746. R.P. test. Año 1746, Tomo CF.
BEGOÑA, José Díaz de.—Su cuadra estaba en la calle del Cenáculo, del plano del Obispo
Diez Madroñera en 1766.
BEGUIRISTAIN, José Miguel de.—Residenciado en Coro, como Corregidor que fue de los
pueblos de la serranía de él y Justicia Mayor del de San Luis, en 1778 y 1785. A.G.N. Resid.
XLIU, 363 y 470. LI, 191, y 312.
BEITIA, José de.—Capitán y Maestre de la fragata "San José y San Francisco Javier". 26 de
mayo de 1749. B.P. 1794, 4, f. 17.
BEITIA, José.—Pide licencia para poner una bodega en La Guaira. R.P. Civ. 1741, Bl.
BEITIA, José Ignacio de,—Marinero del jabeque "San Pablo" de la R.C.G. A.G.N. Real Cia.
Guip. Xni, 201.
BELANDIA, José de.—PUoto de la bala adra "La Caridad" de la R.C.G. A.G.N. Real Cía.
Guip. Tomo V, ff. ±i9180.
BELANDIA, José Jacinto de.—Piloto de la balandra de la R.C.G. '.'La Caridad". Año de 1757.
AGN. Real Cía. Guip. V, 180.
EELDARRAIN, Francisco Ignacio de.—Marinero del navio "San Ignacio" de la R.C.G. en viaje
de Venezuela a Cádiz el año de 1772. A.GN. Gob. y Cap. Gral. XII, 143.
BELDARRAIN, José Antonio.—Marinero del navio "San Julián" de la R.C.G. en viaje a Cádiz;
año de 1772, AGN. Gob. y Cap. Gral. XII, 284.
BELDERRAIN, Agustín.—Marinero del navio "Ntra. Sra. del Coro" de la R.C.G. en viaje de
Pasajes en septiembre de 1773. AGN. Gob. y Cap. Gral. XIV, 2.
BELOQUI, José de.—Cirujano segundo del navio "San Ignacio" de la R.C.G. en viaje de
Venezuela a Cádiz en 1772. A.G.N. Gob. y Cap. Gral. XII, 142.
BELOQUI, Rafael.—Marinero del navio "Ntra. Sra. del Coro" de la R.C.G. en viaje a Pasajes
en septiembre de 1773. A.G.N. Gob. y Cap. Gral. XIV, 2.
BENGOECHEA, Juan de.—Supernumerario a bordo del navio "San Rafael" de la R.C.G. con
destino a Pasajes en abril de 1775. A.G.N. Gob. y Cap. Gral. XVI, 117.
BENUA, Manuel.—Marinero del jabeque "San Ignacio" de la R.C.G. Año de 1757. A.G.N.
Real Cía. Guip. IV, 319.
BERACOECHEA, José Miguel de.—De mancomún con su esposa Bárbara Elicechea, vende
un solar en Valencia, el 20 de junio de 1803. R.P. Valencia, año 1803, f. 130.
BERASTEGUI, Juan José de.—Natural de la villa de Deba, Prov. de Guipúzcoa, hijo legitimo
de don Juan José de Berastegui y Dña. María Ana Muguerra, naturales y vecinos que fueron
de la misma villa. RJ>. Escrib. 1800, f. 80 82v.
BERASTEGUI, Pedro de.—Destacada figura del siglo XVHI venezolano por sus actividades
como cultivador de tabaco y otras plantaciones en general. Tuvo también actividades mineras
y otras.
Vid. Amezaga. "Hombres de la Compañía...", págs. 294350.
BEROIZ, Fernando.—Cirujano segundo del navio "Ntra. Sra. del Coro" de la R.C.G. en viaje
de La Guaira a Pasajes, en septiembre de 1773. A.G.N. Gob. y Cap. Gral. XIV, 2.
BERRA, Juan de.—Marinero del navio "San Carlos" de la R.C.G. en su segunda travesía a
Pasajes el año 1772. A.G.N. Gob. y Cap. Gral. XII, 174.
BERRA, Martín Lula de.—Natural de San Sebastián (Guipúzcoa). Hijo de don Tomás de
Berra y de doña Josefa de Salaberria. Se casa el 1 de julio de 1765 con doña Antonia
Bárbara Díaz Orgaz. Altagracia. Matrim. Libro I9 Años 17511786, f. 72. A.G.N. Real Cía.
Guip. IX, 105.
BERRIARZA, Andrés de.—Marinero del navio "San Julián" de la R.C.G. con destino a Cádiz
en diciembre de 1775. AGNGob. y Cap. Gral. XVII, 220.
BERROETA, Francisco de.—Vecino del valle de San Sebastián de Ocumare. 1769. A.G.N.
Real Cía. Guip. Apend. HI, 298.
BERROTARAN, Pedro Ignacio.—Marinero del navio "Ntra. Sra. del Coro" en viaje a Pasajes
en septiembre de 1773. AGNGob. y Cap. Gral. 1. XIV, 2.
BERRUETA, Juan Manuel.—Traficante en ganado. Abril de 1783. AGN. Int. Ej. y R. Hda. T.
XXV, f. 149.
BERTONDANO, María.—Cosechera.
AGN. Real Cía. Guip. T. 1. F. Año de 1741.
BIZARRONEA, Juan Bautista.—Marinero del navio "San Rafael" de la R.C.G. con destino a
Pasajes, en abril de 1775. A.G.N. Gota, y Cap. Gral. XVI, 116.
BOLÍVAR, José Antonio.—Residenciado en Caracas como Teniente Justicia Mayor que fue
del valle de Caucagua, en1785.A.G.N. Resid. XXXVH, 186.
BOLÍVAR y ARIAS, Juan.—Residente en la villa de San Luisde Cura como Teniente Justicia
Mayor que fue de ella, en1767. A.G.N. Resid. XXXII, 155 y 236.
BORDAGARAY, Alejo.—Marinero del navio "San Ignacio" dnla R.C.G. en viaje de Venezuela
a Cádiz, el año 1772. A.G.N. Gob. y Cap. Gral. XH, 143.
BURINAGA, Martín de.—Marinero de la goleta "San José" de la. R.C.G. en viaje a Sania
Marta, en mayo de 1775. A.G.N. Gob. y Cap. Gral. XVI, 159.
BURUAGA, Juan Antonio de.—Marinero del navio "San Julián" de la R.C.G. en viaje a Cádiz,
en diciembre de 1775. A.G.N. Gob. y Cap. Gral. XVH, 220.
BUSTINZURIA, José de.—Procurador. Caracas, marzo de 1784. A.G.N. Int. Ej. y R. Hda. T.
XXXVm, f. 318.
BUTRÓN, Francisco.—Testigo en Maracaibo, el año de 1778. A.G.N. Real Cía. Guip. T. XXX,
f. 134.
CANDURI, Francisco Xavier.—Soldado, de 21 años de edad.A.G.N. Real Cía. Guip. IX, 223.
CAPEROCHIQUI, Andrés.—Teniente del Bergantín "Ntra. Sra.del Coro" en viaje que éste
realizó en septiembre de 1783 de Pasajes a La Guaira, al mando del Comandante Vicente
Antonio de Icuza.
Archivo General de Indias. Caracas. Legajo 786.
CAPEROCHIQUI, Antonio.—Paje del Bergantín "Ntra. Sra. del Coro" que con destino a La
Guaira sale de Pasajes en septiembre de 1783, bajo el mando del Comandante Vicente
Antonio de Icuza. Archivo General de Indias. Caracas. Legajo 786.
CAPITANACHE, Pablo.—Cosechero de cacao en el año 1767. A.G.N. Real Cía. Guip. XVH,
29.
CAREAGA, José María.—Hijo natural de Dn. Juan Antonio, caballero profeso de la orden de
Calatrava ya difunto y de una señora noble... Se casa con Dña. Concepción Santana de esta
feligresía, el 21 de noviembre de 1813. Catedral, Mat. X (18111821), f. 25v. Fue "militar al
servicio de la República con cuyo carácter salió de Maturin en 1814 a la desgraciada acción
de Úrica... de la que no volvió a Maturin como volvieron los muy pocos que se salvaron ni se
supo mas de él". R.P. Escrib. 1823, T. 12, f. 106.
CARRANZA, Nicolás.—Paje a bordo del navio "El Santísimo Sacramento" en viaje de retorno
a Canarias. Mayo de 1774. A.G.N. Gob. y Cap. Gral. XV, 38.
CARRANZA, Nicolás.—Se le apresa una goleta «i octubre de 1777. A.G.N. Gob. y Cap. Gral.
XIX, 167, 176.
CARRANZA, Pedro.—"En 1803 el Consulado de Caracas .hizo levantar un plano por Dn.
Pedro Carranza, hábil piloto, con el objeto de hacer limpiar el cauce y canalizar (el río Tuy) y
de prevenir, por medio de trabajos bien dirigidos, Jos males que causan sus inundaciones".
Depons: "Viaje...", p. 47.
CASARES GOICOECHEA, José de.—Intérprete en Caracas. Año 1741. A.G.N. Real Cía.
Guip. I, 222.
CASAS, Martín Antonio de.—Natural de Hernani, Guipúzcoa, hijo de Dn. Lorenzo y de Dña.
Rosa de Malome. Se casa con Dña. Manuela Ancheta, el 13 de octubre de 1782. Catedral,
Mat. D£, f. 2v.
CASTILLOBEITIA, Joaquín de.—Cosechero de cacao. Año de 1767. A.G.N. Real Cía. Guip.
XDC, 289.
CASTRO y ARAOZ, José.—Deudor del Factor Amenabar al tiempo del fallecimiento de éste,
en 1784. A.G.N. Real Cía. Guip. Apénd. IV, 68. Intend. XXTV, 132.
CELARAIN, José.—Testigo en La Guaira. Año 1765. R.P. Test. Año 1773. Tomo T.
CELARAIN, Juan José.—Marinero del navio "San Francisco Xavier" de la R.C.G. en viaje de
La Guaira a Cádiz, el año 1767. A.G.N. Real Cía. Guip. XVH, 40.
CELAYA, Gerónimo de.—Vecino de La Guaira. Año 1765. A.G.N. Real Cía. Guip. XH, 267.
CELAYA, José de.—Marinero del navio "San Ignacio" de la R.C.G. en viaje de Venezuela a
España, el año 1772. A.G.N. Gob. y Cap. Gral. XH, 142.
CHIPIA y LANDABTA, Dr. Agustín del Carmen.—Nacido en Valencia del Rey, el 28 de agosto
de 1788. Rector de la Universidad de Mérida. Alcanzó reputación como sabio helenista y
latinista y de elocuentísimo orador. Vid. P. N. Tablante Garrido. Boletín de la Academia
Nacional de la Historia. Tomo XLV, N? 179, julioseptiembre de 1962.
DASIOZ, Esteban,—Primer piloto del navio "San Francisco Javier" de la R.C.G. en viaje de
La Guaira a Cádiz, el año 1767. A.G.N. Real Cía. Guip. XVH, 40.
DARGAIÑAROZ, Miguel de.—Vecino de Caracas. Da poder. 4 de enero de 1790. R.P. Escríb.
1790, 8. f. 3.
ECEIZA, Manuel José.—Marinero del navio "San Miguel y Santiago" de la R.C.G. en viaje a
Cádiz, en marzo de 1775. A.G.N. Gob. y Cap. Gral. XVI, 174.
ECHAGARAY, Antonio.—Residente en La Guaira en el año 1769. A.G.N. Real Cía. Guip. XH,
341.
ECHAGUE, Diego.—Receptor de cacao en el año 1767. A.G.N. Real Cía. Guip. XIX, 294.
ECHANIZ, José de.—Marinero del "Santa Ana" de la R.C.G. en viaje de Venezuela a España,
en el año 1767. A.G.N. Real Cía. Guip. XIX, 309. ECHARRI, Bernardo Joaquín de.—
Marinero del navio "San Ignacio" de la R.C.G. en viaje de Venezuela a Cádiz, el año
de 1772.
A.G.N. Gob. y Cap. Gral. XII, 142.
ECHARRI, Felipe.—Residenciado en Caracas, como Teniente Justicia Mayor que fue del
valle de Chuspa, 1785. A.G.N. Resid. XXXVII, 173.
ECHARRI, Juan Miguel.——Marinero del navio "San Miguel y Santiago" de la R.C.G. en viaje
a Cádiz, en marzo de 1775. A.G.N. Gob. y Cap. Gral. XVI, 75.
ECHAVE, Domingo de.—Testigo en Puerto Cabello. Año 1767. A.G.N. Real Cía. Guip. XVI,
217.
ECHAVE, Manuel de.—Marinero del navio "San Ignacio" de la R.C.G. en viaje de Venezuela
a Cádiz, el año 1772. A.G.N. Gob. y Cap. Gral. XII, 143.
ECHEARRI, Felipe de.—Actúa como avaluador en La Guaira, el año de 1761. A.G.N. Real
Cía. Guip. Vm, 215.
ECHEBERRIA, José Agustín de.—Marinero del Bergantín "Ntra. Sra. del Coro",
guardacostas de la R.C.G. Testigo en La Guaira, en septiembre de 1770 y de 22 años de
edad en esa fecha. A.G.N. Real Cía. Guip. XXH, 227.
ECHEBERRIA, José Ramón de.—Albacea de Dña. Brígida Hermoso, el año de 1795. R.P.
Test. Año 1797, tomo H.
ECHEBESTE, José Domingo de.—"Vecino y natural que dijo ser de la villa de Usurbil, en la
Prov. de Guipúzcoa...." Otorga poder para casarse. Caracas, 18 de marzo de 1749. R.P.
Escrib. 1749, 4. f. 15v.
ECHEGOYEN, Gabriel José de,—Marinero del navio "San Carlos" de la R.C.G. en viaje de
La Guaira a Cádiz, en agosto
de 1774.A.G.N. Gob. y Cap. Gral. XV, 135.
ECHENAGUSIA, José Manuel de.—Marinero del navio "San Julián" de la R.C.G. en viaje a
Cádiz, en diciembre de 1775.
A.G.N. Gofa, y Cap. Gral. XVII, 221.
ECHENIQUE, Francisco Nicolás de.—"Natural del Reino de Navarra, en el valle del Baztan y
lugar de Brrazu y residente en Caracas".
Otorga poder para testar el 10 de mayo de 1765. R.P. Escríb. 1795, t. 9, f. 56.
ECHENIQUE, Juan José de.—Vecino de Caracas y natural del lugar de Ciga, Baztán,
Navarra; hijo de Don Martin y de Dña. Isabel de Meoqui. Poder para testar el 28 de mayo de
1776. R.P. Escrib. 1776, 10. f. 20.
ECHENIQUE, Juan Tomás de.—Teniente Justicia Mayor del valle de Aragüita. 1788. R.P.
Test. Año 1785, T. A.
ECHENIQUE, Juan Tomás de.—Residente en Caracas. Otorga poder Gral. a Don Juan José
de Echenique el 3 de agosto de 1778. R.P. Escrib. 1778, 1. f. 162.
ECHENIQUE, Miguel.—Se entabla juicio contra él por venta de una balandra con carne en
Curazao. R.P. Civ. 1741. E 4.
ECHETO, Juan de.—Capitán de Volantes del Yaracuy. Teniente Oficial Real. Año 1775.
A.G.N. Gob. y Cap. Gral. Ts. XVH y XX, fs. 106 y 167.
ECHENIQUE, Juan Tomás de.—Teniente Justicia Mayor del valle de Aragüita. 1788. R.P.
Test. Año 1785, T. A.
ECHENIQUE, Juan Tomás de.—Residente en Caracas. Otorga poder Gral. a Don Juan José
de Echenique el 3 de agosto de 1778. R.P. Escrib. 1778, 1. f. 162.
ECHENIQUE, Miguel.—Se entabla juicio contra él por venta de una balandra con carne en
Curazao. R.P. Civ. 1741. E 4.
ECHETO, Juan de.—Capitán de Volantes del Yaracuy. Teniente Oficial Real. Año 1775.
A.G.N. Gob. y Cap. Gral. Ts. XVII y XX, fs. 106 y 167.
ECHEVELZ, José Agustín.—Paje a bordo del navio "Santa Ana" de la R.C.G. en viaje de
Venezuela a España en 1767. A.G.N. Real Cía. Guip. XIX, 310.
ECHEVERRÍA, Agustín de.—Marinero de la galera de la R.C.G. 1750. AGN. Real Cía. Guip.
IV, 87.
ECHEVERRÍA, Agustín de.—Maestro de calafates. La Guaira, 1757. AGN. Real Cía. Guip. V,
68.
ECHEVERRÍA, Alejandro de.—Marinero del jabeque corsario "San Francisco Xavier". Año de
1758. AGN. Real Cía. Guip. VI, 156.
ECHEVERRÍA, Ana María de.—"Mujer legma. de don Franco. Miranda, auste. en la isla
Española de Santo Domingo". Año 1784. AGN. Real Cía. Guip. XXHI, 40.
ECHEVERRÍA, Antonio de.—Avaluador en Puerto Cabello, 1756. AGN. Real Cía. Guip.
Apéndice 1. 60.
ECHEVERRIA, Antonio Pascual de.—Capitán del navio "San Francisco Xavier" de la R.C.G.
en viaje de La Guaira a Cádiz. 1767. AGN. Real Cía. Guip. XVII, 40.
ECHEVERRÍA, Asencio de.—"Hijo legitimo de don Juan de Echeverría y Da. María Angela
Zubiaurre, naturales de la villa de Usurbil (Guipúzcoa)". Hace testamento el 8 de agosto de
1SOO en Valencia. R.P. Valencia. Año 1800, f. 89.
ECHEVERRÍA, Blas Ramón de.—Paje a bordo de la fragata "El Santo Cristo" de la R.C.G. en
viaje de La Guaira a Pasajes. 1766. AGN. Real Cía. Guip. XVI, 273.
ECHEVERRÍA, Fermín.—Compra a Don Diego Julián de Auvert en 150 pesos una negra
llamada María Jacinta Colina, con su hijo de pechos de nombre Fernando. 31 de diciembre
de 1800. Mijares. R.P. Maracaibo.
ECHEVERRÍA, Fermín de.—Vecino de Caracas. "Natural del valle del Baztán, lugar de Ciga,
en el Reino de Navarra", hijo de Pedro y Ana María Iturralde, vecinos que fueron del dicho
lugar en su barrio de Zuraurre. Da poder para testar el 26 de abril de 1773. R.P. Escrib.
1773,5. f. 22.
Se casó con María de la Encarnación González el 24 de agosto de 1750. Catedral, Mat. 8,
17481782, f. 68v.
ECHEVERRIA, Jacinto.—Marinero del "Santo Cristo" de la R.C.G. Año 1766. AGN. Real
Cía. Guip. 273.
ECHEVERRIA, Jacinto.—Marinero del "Santo Cristo" de la R.C.G. Año 1766. AGN. Real
Cía. Guip. 273.
ECHEVERRÍA, Joaquín de.—Patrón de lancha. Año de 1757. AGN. Real Cía. Guip. T. IV; f.
303.
ECHEVERRÍA, Joaquín de.—Puerto Cabello, 1776. AGN. Real Cía. Guip. XXXIII, 50.
ECHEVERRÍA, José de.—Marinero a bordo del navio "San Francisco Xavier" de la R.C.G.
en viaje de La Guaira a Cádiz en el año 1767. A.G.N. Real Cía. Guip. XVII, 40.
ECHEVERRÍA, José Agustín de.—Marinero del navio "San Ignacio" de la R.C.G. en viaje de
Venezuela a España el año 1772. A.G.N. Gob. y Cap. Gral. XII, 142.
ECHEVERRÍA, José Martín de.—Firma por otro que no sabe en Puerto Cabello, año 1778.
En años anteriores se le encuentra como marinero.A.G.N. Real Cia. Guip. XXXV, 234.
ECHEVERRÍA, Juan José de.—Marinero del navio "Ntra. Sra. del Coro" de la R.C.G. en viaje
a Pasajes en septiembre de 1773. A.G.N. Gob. y Cap. Gral. XIV, 2.
ECHEVERRÍA, Juan Vicente de.—Cura párroco de la Catedral. En virtud del poder que para
ello le dio su cuñado Dn. Juan Bta. Echezuría, otorga el testamento de éste, el 2 de marzo,
1802. R.P. Escríb. 1802. f. 55.
ECHEVERRÍA, Juana Manuela.—Madrina de bautismo en Puerto Cabello el 8VI1800. Arch.
Parroq. Puerto Cabello. Años 17961801.
ECHEVERRÍA, Manuel de.—Marinero de la galera de la Rea! Cía. Guip. Año 1750. A.G.N.
Real Cía. Guip. T. IV, f. 86.
ECHEVERRÍA, Manuel de.—Perito avaluador en Puerto Cabello el año 1758. A.G.N. Real
Cía. Guip. T. VI, f. 194.
ECHEVERRÍA, Martín de.—Mayordomo del navio "San Carlos" de la R.C.G. en viaje a Cádiz
en agosto de 1774. A.G.N. Gob. y Cap. Gral. XV, 134.
ECHEVERRÍA, Martín de.—Mercader en Caracas, en 1763. R.P. Test. Año 1763, Tomo F.
Apoderado de Bartolomé Iturraíde en 1757. R.P. test. Año 1755, Tomo M.
Natural del Baztán, Navarra, hijo de D. Pedro y de Dña. Juana María Lizarralde. Compra una
casa en Caracas en 1756,
A.G.N. Real Cía. Guip. XLIII, 301.
La esquina de D. Martín Chavarría o Echeverría estaba en la calle de la Sma. Trinidad. Vid.
E. B. Núñez: "La ciudad de los techos rojos".
ECHEVERRIA, Martín de.—Acreedor de Pablo Lezama por 537 reales. 30 de julio de 1800.
Mijares, R.P. Maracaibo.
ECHEVERRÍA, Pedro de.—Marinero del navio "Ntra. Sra. Del Coro" de la R.C.G. en viaje a
Pasajes. Septiembre de 1773. AGNGob. y Cap. Gral. XIV, 3.
ECHEVERRÍA, Rafael de.—Residenciado eu Maracaibo, como Justicia Mayor que fue del
valle del Zulia, en 1794. AGNResid. LXXIII, 211, 217.
ECHEVERRÍA, Ventura.—Paje a bordo del navio "San Julián" de la R.C.G. en viaje a Cádiz
en diciembre de 1772. A.G.N. Gofa, y Cap. Gral. XH, 284.
ECHEZURIA, Juan Esteban de.—"Residente en esta ciudad de Caracas y natural del lugar o
pueblo de Arrayoz, uno de los catorce que componen la Universidad y Valle del Bastan. Hijo
legitimo y de legítimo matrimonio de D. Juan Miguel de Echezuría y de Dña. Ana María de
Perurena, natural del mismo valle..." Otorga poder para testar el 8 de mayo de 1789. R.P.
Escrib. 1789. Tomo I.
ECHEZURIA, Juan Miguel de.—"Natural del lugar de Arrayol, uno de los catorce que
constituyen el valle de Baztán en '| el Reino de Navarra y vecino de Caracas..." Hijo de D. |
Miguel y de Dña. Juana María Perurena. Dispone sea sepultado en S. Francisco, capilla de la
Soledad. Casado con Dña. Micaela de la Concepción Hernández. Hijos: Alejandro, Rosa
María, Pablo José, Pedro Pablo, Bernarda de la Soledad, Josefa María, Juan de los Santos,
José Anto| nio, María Regina, María Andrea, Jorge Anselmo, Mareo Anselmo, Rafael Antonio
y Juana Bautista, (14). poder para testar el 29III1S02. Está revocado por otro:) otorgado el
9XI1810 ante Agustín Hernández. R.P. Escrib. 1802,5 f. 9. Cosechero de cacao en el año
1767. A.G.N. Real Cía. Guip. XVI, 28 v. Teniente de 1» Cónsul en 1793. Consulado. Síndico
Procurador de Caracas en el año 1783. A.G.N. Int. Ej. y R. Hda. XXVn, f. 102, Nombrado
depositario judicial de cantidad de pesos en Lt1 Guaira en marzo de 1770. A.G.N. Real Cía.
Guip. XXI, 288.
ECHEZURIA, Pablo de.—Comerciante de Caracas. Depons, "Viaje..." pág. 410. Otorga poder
el 7 de septiembre de 1800. R.P. Escrib. Año 1800, f. 67.
ECHEZURIA, Pedro de.—Comerciante de Caracas. Depons, "Viaje..." pág. 410.
"Natural del lugar o pueblo de Arrayoz, uno de los catorce que componen la Universidad y
Valle del Baztán. Hijo legítimo de legítimo matrimonio de D. Juan Miguel de Echezuría y de
Dña. Ana de Perurena". Otorga poder para testar en Caracas donde reside el 8 de mayo de
1789. R.P. Escrib. 1789, Tomo I.
EGAÑA, Francisca Ignacia.—Hija del que fuera Regidor Alguacil Mayor de Caracas, Antonio
Egaña. Casó con José Antonio de Amenabar.
EGAÑA, Juan.—Testigo en Puerto Cabello el año 1758. A.G.N. Real Cía. Guip. VI, 195.
EGAÑA, Juan Miguel de.—Capitán y maestre del pingue de la R.C.G. "Ntra. Sra. de la
Soledad" en el año de 17S9. A.G.N. Real Cia. Guip. VH, 102.
EGAÑA, Pedro de.—Marinero del navio "San Ignacio" de la R.C.G. en viaje de Venezuela a
España el año 1772. A.G.N. Gob. y Cap. Gral. XH, 143.
EGUI, José Joaquín de.—"Natural de los Reinos de España y vecino y del comercio de esta
ciudad". Como hermano mayor de Pedro da a éste licencia para casarse con Dña. María del
Carmen Machillanda. 24DC1796. R.P. Escrib. 1796,5. f. 347.
EGUI, Pablo.—Teniente Justicia del pueblo de San José. R.P. Valencia. Año 1800, f. 136.
EGUI y EGUI, Pablo.—"Natural de los reinos de España y vecino del comercio de esta
ciudad". Se casa con M. del Carmen Machillanda. 24IX1796.— R.P. Es. 1796,5 f. 348.
EGUIARRETA, Dr. Juan Antonio de.—Presbítero, poeta y escritor. Fue Cura de La Victoria y
por 1761 pronunció ea San Sebastián de los Reyes un famoso sermón con motivo de la
proclamación del Rey Carlos m. H. García Chuecos: "Orígenes de la prensa en Venezuela".
EGUILUZ, Juan Bautista.—Segundo patrón del jabeque "San Rafael" de la R.C.G. 34 años
en 1770. La Guaira. A.G.N. Real Cía. Guip. XXH, 89.
EGUINO, Juan Bautista de.—Apoderado de Felipe Llaguno y Larrea en Maracay. Año 1782.
A.G.N. Real Cía. Guip. XLJI, 159.
EQUINO, Juan Pablo de.—Patrón del "Nuestra Señora del Rosario" el año 1764.
A.G.N. Real Cía. Guip. VIH, 260. BGUREN, Manuel.—Maestro carpintero de ribera que sale
deLa Guaira con destino a Cumaná solicitado por esa Comandancia de orden superior.
Enero, 1776.
A.G.N. Gob. y Cap. Gral. Xvn, 241.
EGUSQUIZA, Manuel de.—Vecino de San Joaquín de Mariara. R.P. Escrib. Año 1789.
EGUSQUIZA, Miguel Antonio.—Natural de Urnieta, Guipúzcoa. Marinero del "Santa Ana" de
la R.C.G. en viaje a España en 1767. A.G.N. Real Cia. Guip. XIX, 309.
EIZAGA, Ana María.—Vecina de Coro. Vende esclava el 19 nov. 1796. R.P. Escrib. 1796, T.
1, f. 204.
ELEIZALDE, José de.—Vecino de Santa Ana de Coro. Año de 1776. A.G.N. Real Cía, Guip.
XXK, 128.
ELGUEA, José Manuel.—Residente en Puerto Cabello el año 1762. A.G.N. Int. Ej. y R. Hda.
T. XXVH, f. 7.
ELICECHEA, Pedro José de.—Vende una casa en Valencia el 16 de agosto, 1802. R.P.
Valencia, 1802, f. 82.
ELIZABERA, Juan José, Marinero del "Santo Cristo" de U R.C.G. 1767. A.G.N. Real Cía.
Guip. XVI, 273.
ELEABERA, Manuel José de.—Marinero del navio "San Miguel y Santiago" de la B.C.G. en
viaje a Cádiz en marzo
de 1775.
A.G.N. Gob. y Cap. Graí. XVI, 76.
ELIZALDE, Juan de.—Marinero del bergantín "San Antonio" en viaje de La Guaira a San
Sebastián. Año 1772.
A.G.N. Gob. y Cap. Gral. XH, 211.
ELIZALDE, Martin José de.—Marinero del navio "San Julián"de la R.C.G. con destino a
Cádiz en diciembre de 1775.
A.G.N. Gob. y Cap. Gral. XVII, 221.
ELIZALDE, Miguel Antonio de.—Vid. en A.G.N. Aren, Aragua, tomo XXV, f. 98.
ELIZALDE, Xavier Ignacio de.—Escribano del navio "San Miguel y Santiago" de la R..C.G. en
viaje de Venezuela a Cádiz, en marzo de 1775.
A.G.N. Gob. y Cap. Gral. XVI, 75.
ELIZECHEA, Pedro José de.—Fallecido en Valencia, en 1800. R.P. Valencia. Año 1800, f.
141.
ELIZONDO, José Domingo.—Capitán del navio "San Rafael" de la R.C.G. con destino a
Pasajes, en abril de 1777. A.G.N. Gob. y Cap. Gral. XVI, 116.
ELIZONDO, Juan de.—Natural y vecino de San Felipe. Otorga poder a don Bartolomé de
Irigoyen y a don Juan Toma» de Iribarren, vecinos de Arizcun en el reino de Navarra para que
cobren la parte de herencia que pueda correapon, derle por muerte de su padre don Juan
Gerónimo como dueño que fue de la casa "Chillarrena" en la villa de Yand, etc. Dicho
otorgamiento se hace el 2 de abril de 1821. R.P. Escríb. 1821, t. 9, ff. 2627.
ELIZALDE, Xavier Ignacio de.—Escribano del navio "San Miguel y Santiago" de la R.C.G. en
viaje de Venezuela a Cádiz,
en marzo de 1775.
A.G.N. Gob. y Cap. Gral. XVI, 75.
ELIZECHE, Martín de.—Marinero del navio "San Ignacio de boyóla" de la R.C.G. en viaje de
Venezuela a Cádiz, en julio de 1775.
A.G.N. Gob. y Cap. Gral. XVI, 261.
ELIZECHEA, Pedro José de.—Fallecido en Valencia, en 1800. B.P. Valencia. Año 1800, f.
141.
ELIZONDO, José Domingo.—Capitán del navio "San Rafael" de la R.C.G. con destino a
Pasajes, en abril de 1777. A.G.N. Gob. y Cap. Gral. XVI, 116.
ELIZONDO, Juan de.—Natural y vecino de San Felipe. Otorg* poder a don Bartolomé de
Irigoyen y a don Juan Tomáa de Iribarren, vecinos de Arizcun en el reino de Navarra para que
cobren la parte de herencia que pueda correaponderle por muerte de su padre don Juan
Gerónimo como dueño que fue de la casa "Chillarrena" en la villa de Yanci, etc. Dicho
otorgamiento se hace el 2 de abril de 1821. R.P. Escrib. 1821, t. 9, ff. 2627.
ELIZONDO, Martin de.—Hijo de Dn. Pablo de Elizondo y Dña. Polonia Egües, naturales de la
villa de Mendibil, Guipúzcoa. Otorga testamento el 18 de diciembre de 1785. R.P. Escrib.
1785.
ELORRIAGA, Vicente de.—Capitán y Maestre del navio "San Joaquín" de la R.C.G. que llegó
a Cádiz procedente de Venezuela, en diciembre de 1734. A.G.N. R. Ordenes. T. IH, f. 13.
ELZO o ELSO, José Gerónimo.—Marinero del navio "San Rafael" de la R.C.G. en viaje de La
Guaira a Pasajes, en abril
de 1775. A.G.N. Gob. y Cap. Gral. XVI, 116.
EMASABEL, Francisco Antonio de.—Declara tener en su poder, por haberlo recibido de Dn.
Francisco y Dn. Juan Bernardo de Monasterios y de Dn. Félix Blanco, 14.200 pesos de plata
que los susodichos se obligaron pagar a Dn. Diego de Allende Salazar, vecino de Bilbao... y
otorga la cancelación correspondiente. La escritura es de 26 de noviembre de 1731. R.P.
Escrib. Año 1731, 3.
EMASABEL, Ignacio de.—Mercader en La Guaira. Año de 1748. A.G.N. Real Cfa. Guip.
Apénd. I, f. 444,
EMASABEL, Juan José.—Marinero del navio "San Ignacio de Loyola" de la R.C.G. en viaje a
Cádiz, en julio de 1775. A.G.N. Gob. y Cap. Gral. XVI, 261.
ENBIL, José Bernardo.—Marinero del navio "San Carlos" de la R.C.G. en viaje a Cádiz, en
agosto de 1774. A.G.N. Gob. y Cap. Gral. XV, 134.
ENDAIA, Miguel de.—Marinero del navio "San Carlos" de la R.C.G. con destino a Pasaje, en
septiembre de 1775. A.G.N. Gob. y Cap. Gral. XVI, 343.
ENDAYA, José Antonio.—Marinero del navio "San Carlos" de la R.C.G. con destino a
Pasajes, en septiembre de 1775. A.G.N. Gob. y Cap. Gral. XVI, 342.
ENDAYA, José Jacinto.—Marinero del navio "San Carlos" de la R.C.G. en viaje a Cádiz, el
año 1774.
ERASO, José Agustín de.—Factor de la Real Cía. Guip. en el puerto de La Guaira. Año 1771.
A.G.N. Real Cía. Guip. XXJH, 269.
ERASO, Juan Ángel de.—Primer piloto de la fragata "San Francisco Xavier" en viaje a
Tenerife, en julio de 1776. A.G.N. Gob. y Cap. Gral. XVIII, 32.
ERROTABERA, Juan Agustín de.—Marinero del navio "San Rafael" de la R.C.G. en viaje a
Pasajes, en abril de 1775.
ESPARZA, Fernando de.—"Natural del pueblo de Añorbe, Reino de Navarra, hijo legítimo de
Dn. León de Esparza y de Dña. Bernarda Lezaun, naturales y vecinos del dicho pueblo". R.P.
Escrib. 1800, f. 77.
ESPARZA, Francisco Xavier de.—Es nombrado guarda mayor de Toruros. Venía siendo
hasta la fecha interventor de las obras de La Guaira. Caracas, 24 de septiembre de 1790.
A.G.I. Caracas. 115.
ESPONDA, José Ignacio.—Marinero del navio "Ntra. Sra. del Coro" de la R.C.G. en viaje de
Pasajes, en septiembre de 1773. A.G.N. Gob. y Cap. Gnu. XIV, 2.
ESQUTVEL, José D.—Tiene una hacienda de añil en Valencia por el año de 1788. R.P.
Esfrib. Año 1788, Tomo J.
ESQUIVEL, Pedro.—Escribano. Año 1748. A.G.N. Real Cía. Guip. I, 4.
ESTIBANS URALDE, José Manuel de.—Natural de San Sebastián (Guipúzcoa). Testigo que
debe declarar por intérprete por no saber el idioma español. Año 1771. A.G.N. Real Cía.
Guip. XII 27.
ESTIBAR, Juan José.—Hijo de don Pedro Estibar, natural de San Sebastián en Guipúzcoa,
soltero, de 22 años de edad en 1767. Piloto agregado en el navio de la Real Compañía "Ntra.
Sra. de los Dolores". A.G.N. Real Cía. Guip. XVIII, 16.
ESTOMBA, Salvador de.—Testigo en documento. Año 1739. A.G.N. Divers. XXn, 522.
EZCURRA, José Antonio.—Marinero del navio "San Miguel ySantiago", de la R.C.G. en viaje
de La Guaira a Cádiz en marzo de 1775.
A.G.N. Gob. y Cap. Gral. XVI, 75.
EZPELETA, Juan Antonio.—Paje que viene a Venezuela en el Bergantín "Ntra. Sra. del
Coro" en el viaje de éste dePasajes a La Guaira en septiembre de 1783.
A.G.I. Caracas, legajo 786.
EZPONDA, Javier de.—Marinero del "Santo Cristo" de la R.C.G. 1767. A.G.N. Real Cía.
Guip. XVI, 273.
EZQUIAGA, José Ignacio de.—"Hace compañía" con Francisco Trujillo, en una tienda de
"mercería de géneros de lícita introducción", el 20 de octubre de 1800. R. P. Escrib. 1800, ff.
359361.
FAGOAGA, José Martín.—Marinero del navio "San Julián" de la R.C.G. en viaje a Cádiz.
Diciembre de 1772, A.G.N. Gob. y Cap. Gral. XH, 284.
FURUNDARENA, Melchor.—Cúpira, marzo de 1779. A.GJÍ. Gob. y Cap. Gral. XXI, 239.
GABARAIN, Manuel de.—Pilotín del navio "San Francisco Xavier" de la R.C.G. en viaje de La
Guaira a Cádiz el año 1767. A.G.N. Real Cía. Guip. XVI, 40.
GABIDIA, Lorenzo.—Vecino del sitio de Bureche el año 1796. R.P. Test. Año 1797. Tomo Q.
GAJNZA, Alejandro de,—Capitán. Apoderado de Dña. Juana de la Plaza. Año 1767. A.G.N.
Real Cía. Guip. XVII, 24 vto.
GAINZA, Juan Fermín de.—Vecino de La Guaira. Testigo en juicio en 1769. A.G.N. Real Cía.
Guip. XX, 225.
GALAINENA, Fray Ignacio.—Residente en Caracas el año 1775.R.P. Test. 1788. Tomo G2.
GALAINENA, Martín de.—Residente en Cuyagua. Muerto para marzo, 1774. A.G.N. Archivo
Aragua. T. V, f. 205.
GALARMENDI, José de.—Marinero del navio "San Rafael" de la R.C.G. en viaje a Pasajes,
en abril de 1775. A.G.N. Gob. y Cap. Gral. XVI, f. 116.
GALARMENDI, Tomás de.—Capitán del navio de la R.C.G. "Ntra. Sra. del Coro". A.G.N.
Real Cía. Guip. T. 1, f. 9. Año 1731.
GALARRAGA, José Vicente.—Patrón de la canoa "San Ignacio". Año 1769. A.G.N. Real Cía.
Guip. XXH, 56.
GALDOS, Isidro.—Marinero del navio "San Julián" de la R.C.Q. en viaje a Cádiz en diciembre
de 1775. A.G.N. Gob. y Cap. Gral. XCII, 220.
GAMARRA, Diego.—Teniente Justicia Mayor de los valles de Aragua. Bolet 85 del Arch. Nac.
Pag. 160.
GAMARRA, Dieyo de.—Propietario de diversos libros inventariados. 1749. A.G.N. Real Cía.
Guip. T. II f. 197 vto.
GAMBOA, Pedro.—Amanuense del capitán José de Tolosa del navio "El Santísimo
Sacramento", en viaje de retorno a Canarias en mayo de 1774. A.G.N. Gob. y Cap. Gral. XV,
38.
GAMIO, Juan Miguel.—Vecino del valle de San Sebastián de Ocumare. 1769. A.G.N. Real
Cía. Guip. Apénd. D3, 295.
GAONA Pedro José de.—Vecino de Caracas. Otorga escritura de poder general para
cobranzas el 18 de octubre de 1783. R.P. Escrib. 1783, 11. f. 240.
GARAGARZA, Gabriel de.—Carpintero y calafate del navio "Ntra. Sra. del Coro" en viaje a
Pasajes en septiembre de 1773.
A.G.N. Gob. y Cap. Gral. XTV, 2.
GARAICOECHEA, Agustín.—Marinero del navio "Ntra. Sra. del Coro" de la R.C.G. en viaje a
Pasajes, en septiembre de 1773.
A.G.N. Gob. y Cap. Gral. XIV. 2.
GARATE, Miguel.—Residenciado en Nueva Valencia, como Alcalde Ordinario que fue en ella
y Teniente Justicia Mayor del valle Patanemo en 178587. A.G.N. Resid. XLVI1I, 184. LVI, 82,
192, 219. Deudor a Pedro Jáuregui, según consta en testamento de éste otorgado en el valle
de Patanemo. A.G.N. Archivo Aragua, T. IV, f. 197.
GARCÍA BILBAO, Juan.—"Alcalde Ordinario de primera elección de esta dicha villa, (San
Luis de Cura), que actuó en ella como Juez Cartulario por no haber escribano público
ni real. . .".
R.P. Test. Año 1767. Tomo NS. Residenciado en San Luis de Cura como Alcalde ordinario
en 1767 y 68.
A.G.N. Resid. XXXII, 202, 251, XLI, 398, 460.
GARMENDIA, Esteban de.—Testigo, vecino del valle de San Francisco de Cata. Año 1769.
A.G.N. Real Cía. Guip. Apénd. ni, 304.
GARMENDIA, José Joaquín de.—Encargado del inventario de una balandra apresada por los
corsarios de la R.C.G. Año 1754. A.G.N. Real Cía. Guip. Apénd. 1, 9.
GARRAIN, Juan Bautista.—Capitán y dueño del navio "San Vicente Ferrer". 1724. A.G.N.
Diversos. X, 508.
GARRO, José.—Marinero del navio "San Carlos" de la, R.C.G. en viaje a Cádiz, en agosto
de 1774. A.G.N, Gob. y Cap. Gral. XV, 135.
GASTAÑAGA, Esteban.—Marinero del navio "San Julián" de Ja Real Cía. Guip. en viaje a
Cádiz, en diciembre de 1772. A.G.N. Gob. y Cap. Gral. XII, 284.
GOENAGA, José de.—Contrae obligación con Dn. Pedro Antonio de Labaca, por entrega
que éste le ha hecho a él, y a Vicente Ayesta, de una goleta y otros efectos, el 20 de mayo
de 1803. R,P. Valencia, 1803, f. 93.
GOENAGA, José Jesús de.—Comerciante de La Guaira. Presta fianza por los patriotas
presos Casimiro y Manuel Isava, el 28 de abril de 1813. A.G.N. Infid. T. 19, f. 1.
GOIBURU, Manuel de.—Marinero del navio "San Ignacio", en viaje de Venezuela a Cádiz en
1772. A.G.N. Gob. y Cap. Gral. XII, 143.
GOICOA, José Miguel de.—Vecino de La Guaira. Testigo en documento en 1769. A.G.N.
Real Cía. Guip. XVHI, 370.
GOICOECHEA, Agustín de.—Residente en Puerto Cabello. Año 1766. A.G.N. Real Cía. Guip.
XII, 227.
GOICOECHEA, Antonio de.—"Tiene tratado contraer matrimonio con Dña. Ignacia de Ayesta,
natural de Hernani y residente en San Sebastián, provincia de Guipúzcoa para lo que da
poder bastante a Dn. Mariano Mendinueta el día 21 de julio de 1783.
R.P. Escrib. 1783, 9. f. 261. Comerciante en Caracas en 1805. U. Alvarez: "Comercio y
Comerciantes", pág. 59.
GOICOECHEA, Francisco de.—Receptor de cacao en 1767. A.G.N. Real Cía. Guip. XLX,
287.
GOICOECHEA, Francisco Miguel de.—Natural del lugar de Urdiain, valle de Burunda. Reino
de Navarra, hijo de Dn. Juan Miguel de Goicoechea y de Dña. Mariana de Goicoechea, del
mismo lugar de Urdiain. Casado con Dña. María Eusebia Arrayaga. El 14 de julio de 1802
otorga un poder. R.P. Valencia, T. 1802, f. 48.
GOICOECHEA INCIARTE, José Antonio de.—Hijo de Martín de Goicoechéa, Factor que fue
de la R.C.G. Año 1781. A. G. N. Real Cía. Guip. XLII, 38.
GOICOECHEA, José Blas de.—Marinero del navio "Ntra. Sra. del Coro", de la R.C.G. en
viaje a Pasajes en septiembre de 1773.
A.G.N. Gob. y Cap. Gral. XIV, 3.
GOICOECHEA, José Joaquín de.—Vecino del pueblo del Calvario. Escritura de declaración.
Caracas, 23 de octubre de
1799.R. P. Escrib. 1799. ff. 19192.
GOICOECHEA, Juan de.—Depositario de tierras del inventario de Dn. Gilberto Fuentes. Año
1765. Test. Año 1774. Tomo F.
GOICOECHEA, Juan Esteban de.—Panadero a bordo del navio "San Francisco Xavier" de la
R. C. G. en viaje a Cádiz, en1767.
A.G.N. Real Cía. Guip. XVII, 40 .
GOICOECHEA, Juan Miguel de.—Segundo teniente del jabeque corsario "San Francisco
Xavier" alias El Vengador. Año 1757. A.G.N. Real Cia. Guip. V, 31.
GOICOECHEA, Juan Miguel de.—Escribano del jabeque corsario "San Francisco Xavier".
Año 1758. A.G.N. Real Cía. Guip. VI, 149.
GOICURIA, Antonio de.—Residente en Maracaibo. Recibe poder de Dn. Ignacio Baralt, para
vender un bergantín el 23
noviembre de 1799.
Mijares, R.P. Maracaibo.
GOITI, Juan de.—Vecino de La Victoria en 1760. R.P. Test. Año 1764, Tomo H, f. 96.
GOITI, Juan de.—Depositario de géneros. Caracas, año 1764. A.G.N. Real Cía. Guip. XIII,
40.
GOITIA, José María.—Vende un solar en Caracas el 3 de sept. 1799. R.P. Escrib. 1799, T. 9,
f. 36.
GOITIA, Juan.—Algebrista.
R. Archila, "Historia...", pág. 297.
GOITIA, Pedro.—Residenciado en Caracas, como Teniente Justicia Mayor que fue en el valle
de Panaquire en 1785. A.G.N. Resid. XXXVII, 234. Int. XV, 180. Otorga poder general el 7 de
marzo de 1781. R.P. Escrib. 1781, 11. f. 54.
GOITIA, Pedro de.—Vecino del pueblo de San José. Otorga un poder el 4 de febrero de
1796. R.P. Escrib. 1796, T. 5, f. 48.
GOIZUETA, Juan Bautista de.—Director de la R.C.G. en el año 1777. A.G.N. Real Cía.
Guip. XXXIV, 63.
GOIZUETA, Juan Fermín de.—Avaluador de bestias apresadas. Puerto Cabello, año 1765.
A.G.N. Real Cía. Guip XII, 151.
GOIZUETA, Juan Manuel de.—Fue Factor principal de la R.C.G. en La Guaira desde el año
1744 hasta 1749. A.G.N. Real Cía. Guip. Apénd. I, 440.
GOIZUETA, Tomás Ignacio.—Testigo en La Guaira el 1768. A.G.N. Real Cía. Guip. XX, 122.
GOMINSORO, Miguel de.—Vecino de Caracas, acreedor de Martin José Inda. Año de 1770.
R.P. Test. Año 1771. Tomo HI.
"Vecino desta dicha ciudad y Procurador de la Venerable Orden Tercera de Ntro. Seráfico
Padre San Francisco". Año 1790. R.P. Escrib. Año 1790. Tomo 10.
GOÑI, Domingo.—Deposita en poder del escribano público Dn. José Elizalde, la cantidad de
300 pesos pertenecientes a los bienes dejados a su fallecimiento por Dn. Antonio Castro. 20
de julio 1761. A.G.N. Real Cía. Guip. XX, 314.
GORACHURRETA, Miguel Felipe de.—Marinero del navio "San Julián" de la R.C.G. que sale
de La Guaira, con destino a Cádiz, en diciembre de 1775. A.G.N. Gob. y Cap. Gral. XVII, 220.
GOROSTEGUI, Juan Francisco.—Paje a bordo del navio '1 Julián" de la R.C.G. en viaje de
La Guaira a Cádiz en Diciembre de 1772.
A.G.N. Gob. y Cap. Gral. XII, 284.
GOROSTEGUI, Juana María.—Natural de la vüla de Ur Hija de Dn. Martín y de Dña. María
de larza. Se casa 11 de octubre con Dn. Roque Manzo. Catedral. Matr. IX. 17851810. f. 9.
GOROSTEGUI, Juan Francisco.—Paje a bordo del navio "San Julián" de la R.C.G. en viaje
de La Guaira a Cádiz en diciembre de 1772.
A.G.N. Gob. y Cap. Gral. XII, 284.
GOROSTOLA, Fermín de.—Marinero del navio "San Ignacio"de la R.C.G. en viaje a Cádiz,
año de 1772.
A.G.N. Gob, y Cap. Gral. XII, 143.
GORRIARAN, Martín de.—Marinero del navio "San Rafael" de la R.C.G. con destino a
Pasajes, en abril de 1775.
A.G.N. Gob. y Cap, Gral. XVI, 117. "
GOYA, Marcos de.—Perito avaluador en Puerto Cabello. Año 1771. A.G.N. Real Cía. Guip.
XXIV, 49.
GOYENECHE, Juan Pedro de.—Natural del lugar de Garaain, valle del Baztán, en el Reino
de Navarra. Hijo legítimo de Dn. Juan Miguel y de Dña. Ana María de Urrutia. Testamento el
16 de diciembre de 1798. R.P. Escrib. 1798, 5. f. 406. Comerciante en Caracas a fines del
siglo XVIII. M. Alvarez: "Comercio y Comerciantes" pág. 57.
GOYENECHE, Martín Manuel de. ya, en el Reino de Navarra.. racas, el 3 de enero de 1792.
R.P. Escrib. Año 1792.
"... y residente en esta ciudad de Caracas, hijo legítimo y de legitimo matrimonio de Dn. Juan
José y de Dña. Ana Francisca de Sanzberro, vecinos que fueron de la propia villa". R.P.
Escrib. Año 1792, 3 f. 1.
GOYENECHEA.—Testigo en Oruba. Año 1778. A.G.N. Real Cia. Guip. XXXV, 97.
GOYENECHEA, Joaquín de.—Artillero en Coro. Abril de 1783. A.G.N. Gob. y Cap. Gral. T.
XXVD. f. 38.
GUILISASTI, Juan Nicolás de.—Factor de la Real Compañía Guipuzcoana. A.G.N. Real Cía.
Guip. T. I, f. 74, 87, 90, 1739.
GUILISASTI, Manuel Ignacio de.—Piloto segundo del navio "San Miguel y Santiago" de la
R.C.G. en viaje a Cádiz. Marzo de 1775.
A.G.N. Gob. y Cap. Gral. XVI, 75.
Padrino de bautismo en Pto. Cabello, el 18 de octubre de 1778. Archivo Parroquia Pto.
Cabello, Baut. 177379.
GUILLAS, (EGUILAZ), Miguel Ignacio de.—Patrón de lancha corsaria. A.G.N. Real Cía. Guip.
Año 1761, VIH, 138.
GUINAGA, Joaquín de.—Marinero del corsario "San Francisco Javier", de 28 de edad. Año
de 1758. A.G.N. Real Cfa. Guip. T. VI, f. 153.
GUINAGA, José Antonio de.—Tripulante del navio "Ntra. Sra. del Coro", de la R.C.G. A.G.N.
Real Cía. Guip. T. I, f. 34. Año 1733.
GURUCEAGA, José.—Cacaotero en el año de 1767. A.G.N. Real Cía. Guip. XDC, 288.
GURUCEAGA, José de.—La Guaira. Año 1756. R.P. Test. 1755, Tomo M4.
GURUCHAGA, Pedro.—Oficial de la R.C.G. Herido en los combates de Pto. Cabello con los
ingleses en 1743. A.G.I. Sevilla, Audiencia Sto. Domingo. Leg, 707.
HEREDIA, Joaquín de.—Barquisimeto, junio de 1785. A.G.N. Gob. y Cap. Gral XXXI, 332.
HIDALGO GRESALA, José.—Vecino de La Victoria. Año de 1778. A.G.N. Real Cía. Guip.
XXXIX, 82.
HARTE, Domingo.—Vecino y residente en Caracas, en enero f de 1772.
A.G.N. Real Cía. Guip. XXH, 4.
Eugenio Miguel de.—Aparece entre los que han pa-gado sus obligaciones a la muerte del
Factor Principal Dn. Jwé de Amenabar. Año 1784. A.GJÍ. Real Cía. Guip. Apénd. IV, 6S.
HUIZI, Juan Asensio.—Natural de Goizueta en Navarra. Hijo de Dn. Juan Agustín y Dña.
Agustina de Navarrete. El 24 de septiembre de 1795, se casa con Dña. Dominga Josefa
Narbarte. R.P. Escrib. 1770, 1. f. 81.
HUIZI, Juan Domingo.—Natural de la villa de Goizueta, Reino de Navarra, hijo de Dn. Juan
Agustín y Dña. Agustina Narbarte. Tenía "fundación de añil" en el valle del Tuy. Albaceas:
Feo. Pimentel, Juan Asensio Huizi, ("mi herma¬no") y Andrés Narbarte ("mi primo"). Expresa
voluntad de ser enterrado en San Francisco. Es soltero, herederos: sus padres. Hace
testamento el 9 de agosto de 1805. R.P. Escrib. 1805, T. 8, f. 31.
IBAÑEZ DE ZABALA, Juan Ignacio.—Receptor de cacao. Año de 1767. A.G.N. Rea! Cía.
Guip. XIX, 303.
IBARGOYEN, José Ignacio.—Paje a bordo del navio "San Francisco Xavier", de la R.C.G. en
viaje a Cádiz, el año de 1767. A.G.N. Real Cía. Guip. XVH, 41.
IBARLASA, José Antonio de.—Marinero del "San José" y las Animas". A.G.N. Real Cía. Guip.
I, 226. Año de 1741.
IBARLASA, Lorenzo de.—Marinero del "San José" y las Animas". A.G.N. Real Cía. Guip. I,
226. Año de 1741.
IBARRA, Francisco.—Marinero del navio "Ntra. Sra. del Coro", de la R.C.G. en viaje a
Pasajes, en septiembre de 1773. A.G.N. Gob. y Cap. Gral. XIV, 2.
IBARRA, Gabriel Martín de.—Alcalde Ordinario de Caracas. Año de 1752. A.G.N. Real Cía.
Guip. III, 287.
IBARRA, José de.—Encargado de Bulas. Caracas, junio de 1783. A.G.N. Int. Ej. R. Hda. T.
XXVI f. 200.
IBARRARTE, Juan de.—Testigo en La Guaira. Año de 1774, A.G.N. Real Cía. Guip. XXn,
377.
IBARRARTE, Pedro de.—Testigo en La Guaira. Año de 1773. A.G.N. Real Cía. Guip. T. XXHI,
319.
IEATAO, Lorenzo de.—Marinero del jabeque "San José" corsario de la R.C.G. de 28 años de
edad, en 1748. A.G.N. Real Cía. Guip. Apénd. I, 411.
ICHAZO, José.—Receptor de cacao, en el año 1767, A.G.N. Real Cía. Guip. XIX, 295.
ICUZA, Juan Manuel.—Paje que viene a Venezuela en el Bergantín "Ntra. Sra. del Coro", en
el viaje de éste de Pasajes a La Guaira, en septiembre de 1783, bajo el mando del
Comandante
Vicente A. de Icuza. A.G.I. Caracas, Legajo 786.
IDOETA, Juan Bautista de.—Natural de la villa de Albistur, Guipúzcoa. Hijo de Dn. Juan y de
Dña. María Josefa Landa. Se casa con Dña. María Josefa Landa, eí 8 de marzo de 1789.
Altagracia, Mat. Libro 2 17861790, f. 31. Bautiza a José Martin, hijo suyo y de su esposa
Josefa María Landa, el 30 de agosto de 1792. Fue padrino Dn. Martín Manuel de
Goyeneche. Altagracia, Baut. 2" 17871799.
Vecino de Caracas. Contrato de permuta. 22 de enero de 1790. R.P. Esc. 1790, 4. f. 49.
IGAREDA, Narciso de.—"Natural del Señorío de Vizcaya. Capitán y Mre. del bergantín
nombrado La Ascensión del Señor, y residente en esta ciudad. . .". Da poder a Dn. Félix
María de Abia, el 7 de mayo de 1796. R.P. Escrib. 1796, 11. f. 245.
ILLARRAZA, Adrián de.—Maestro de albañilería. Año 1720. La Guaira. R.P. Test. 1734. Tomo
A bis.
IMAZ, José de.—Marinero del navio "Ntra. Sra. del Coro", de la R.C.G. en viaje a Pasajes, en
septiembre de 1773. A.G.N. Gob. y Cap. Gral. XIV, 2.
IMBULUZQUETA, José de.—Vende el bergantín "de construcción francesa", "El Caribe" del
que es dueño, capitán y maestre, de cien toneladas a varios comerciantes de Caracas:
Francisco Ignacio Aramburu, Bruno Ignacio Abasólo, José Cruz Ugarte, José Vicente
Salguera, etc., el 22 de abril de 1805. Por los compradores firman "Mintegui y otros". R.P.
Escrib. 1805, T. 4, f. 71.
INCHAURRANDIETA, Ignacio José de.—"Hijo del padre del mismo nombre. Natural del valle
de Oyarzun en la provincia de Guipúzcoa; casado allí con Dña. María Asensia de Iriarte.
Tiene un hijo. 31 años. Segundo cirujano del navio "Ntra. Sra. de los Dolores", de la R.C.G. el
año de 1767. A.G.N. Real Cía. Guip. XVIII, 16.
INCHAUSTI, José Antonio,—Marinero del navio "San Julián", de la R.C.G. en viaje a Cádiz,
en diciembre de 1775. A.G.N. Gob. y Cap. Gral. XVII, 232,
INCHAUSTI, José Joaquín.—Marinero del navio "San Julián", de la R.C.G. en viaje a Cádiz
en 1772. A.G.N. Gob. y Cap. Gral. XH, 284.
INCHAUSTI, Juan Bernardo.—Contramaestre del navio "Ntra. Sra. del Coro", de la R.C.G. en
viaje a Pasajes en septiembre de 1773. A.G.N. Gob. y Cap. Gral. XIV, 2.
INCIARTE, José Ignacio.—Guardián del navio "San Carlos" de la R.C.G. en viaje a Cádiz en
agosto de 1774. A.G.N. Gob. y Cap. Gral, XV, 134.
INDA, José Miguel.—Maestro carpintero de ribera, que sale de La Guaira, con destino a
Cumaná solicitado por esa Comandancia, de orden superior, en enero de 1776. A.G.N. Gob.
y Cap. Gral. XVH, 241.
INDA, Juan de.—Cirujano primero del navio "San Carlos", de la R.C.G. en su segunda
travesía a Pasajes. Año 1772. A.G.N. Gob. y Cap. Gral. XH, 174.
INDA, Martin José.—"Hijo de Dn. Francisco y María Josefa de Huici, marido y mujer legítimos
que somos de esta noble y Leal villa de Andoain en la M.N. y M.L. Prov. de Guipúzcoa,
Obispado de Pamplona". Muerto en la costa de Coro en 1770. R.P. Test. Año 1771. T. HI.
INDA, Miguel Tomás de.—Nombrado Comandante de la lancha "San Fernando" del corso de
la R.C.G. El Factor Pral. Martín Goicoechea da la fianza debida para que entre en posesión
de su nuevo cargo. R.P. Escrib. 1768, 7. f. 94.
INDA, Nicolás de.—Carpintero a bordo de la goleta "San José", en viaje a Orúa. Abril de
1776. A.G.N. Gob. y Cap. Gral. XVH, 341.
INDURRA, Josefa Antonia.—Viuda de Miguel Antonio de Aguiire, que falleció en San Felipe.
Comparece en la villa de Urnieta (Guipúzcoa), reclamando herencia, según testamento, para
sus hijos Juan Bautista y María Luisa Fernanda Aguirre, el año 1786. A.G.N. Real Cía. Guip.
XLU, 275.
I DÍZA, Antonio de.—Castellano y Justicia Mayor de La Guaira. 1733. A.G.N. Real Cía. Guip.
I, 30.
IÑARREA, José de.—Nombrado capitán de la lancha "San Nicolás", del corso de la R.C.G. el
23 de febrero de 1769. R.P. Esc. 1769, 3. f. 12.
Patrón de la lancha nombrada "La Catalana", corsaria de la R.C.G. De 34 años de edad en
febrero de 1771. La Guaira. A.G.N. Real Cía. Guip. XXI, 132.
IPENZA, Juan Bautista.—Marinero del navio "San Francisco Javier", de la R.C.G. en viaje de
La Guaira a Cádiz, en 1767. A.G.N. Real Cía, Guip. XVII, 40.
IRADI, Agustín de.—Capitán de la fragata "San Miguel", corsaria de la R.C.G. Pto. Cabello,
enero de 1771. A.G.N. Real Cía. Guip. XXIV, 16.
IRADI, José Felipe de.—Natural de San Sebastián, Guipúzcoa y residente en Caracas. Dice
haber servido en la R.C.G. como Cabo de Guardias en Choroní y después como Cabo
Volante en la boca del Yaracuy. Suplica empleo. Caracas, 19 de diciembre de 1777. A.G.N.
Int. Ej. y R.
Hda. T. 111, f. 298.
IRADI, Juan Agustín de.—Nombrado "Comandante de todas las embarcaciones del corso de
dicha Cía.". El Factor Pral. Martín de Goicoechea da la debida fianza. 11 de octubre de 1768.
R.P. Escrib. 1768, 7. i1. 94.
IRADI, Juan Manuel de.—Patrón de la lancha en el navio "San Ignacio" de la R.C.G. en viaje
de Venezuela a Cádiz. Año 1772. A.G.N. Gob. y Cap. Gnu. XII, 142.
| IRADI, Manuel Vicente.—Mayordomo del navio "Ntra. Sra. del Coro", de la R.C.G. en viaje a
Pasajes en septiembre de 1773. A.G.N. Gob. y Cap. Gral. XIV, 2,
IJRAEGUI, Javier Ignacio.—Compra una casa a Juan José Isasa, en el pueblo de Maracay,
el 22 de mayo de 1799. R.P. Eflcrib. ff. 7677.
IRALA, Andrés de.—Teniente de la Compañía Veterana de la isla de Margarita. Julio de 1778.
A.G.N. Gob. y Cap. Gral. XX, 195.
Teniente de la Compañía de Veteranos. Caracas, 17 de jumo de 1789. A.G.N. Gob. y Cap.
Gral. T. XLII, f. 41.
IRAOLA, Agustín de.—Perito avaluador en Coro. Mayo de 1770. A.G.N. Real Cía. Guip. XXI,
158.
En el testamento de Asencio Echeverría, es llamado por éste: "mi hermano". En
comunicación al Comandante General Dn. Andrés Boggiero, da informes sobre su hacienda
de San Joaquín, el número de esclavos que tiene y que la administra él mismo. Coro, 29 de
enero de 1801. A.G.N. Gob. y Cap. Gral. XCV, 5.
IRAOLA, José.—Entabla juicio con Juan Esteban de Rojas por haberle reprendido
injustamente. R.P. Civ. Año 1771, 4.
IRASTORZA, Juan José de.—Comerciante en Caracas en 1799. R.P. Test. Año 1799, T. A2.
IRASTORZA, Mateo.—Marinero embarcado en la goleta "San José", en viaje a Orúa, en abril
de 1776. A.G.N. Gob. y Cap. Gral. XVII, 341.
IRAZOQUI, Juan Bautista.—Otorga poder en Caracas el 20 d*j febrero de 1800. R.P. Escrib.
1800, F. 156 v.
IRAZOQUI, Juan Esteban.—Dependiente del comercio en Cai*4 cas en 1805. M. Alvarez:
"Comercio y Comerciantes", p. 61.
IRIARTE, Doctor Felipe Miguel de.—Casado con Dña. Jo Narcisa Basabe. Sus herederos
venden a Dn. Roque y Moreno, "una casa fabricada de piedra y cubierta de • en la plaza
Real, lindante por un costado con la casa Sargento Mayor, Teniente Coronel Dn. Jaime
Moreno, el otro con la cárcel Real y casas del Ayuntamiento, pffl fondo con la casa de Dña.
Ana María de Urdaneta y por 1 fachada con la mencionada plaza, en la cantidad de pesos.
30 de marzo de 1801. Mijares: R.P. Maracaibo.
IRIARTE, Francisco Antonio de.—Firma el inventario de goleta holandesa apresada por los
corsarios de la R.C 1755. A.G.N. Real Cía. Guip. Apénd. I.
IRIARTE, José.—Entabla juicio contra Luis Figueira por juria. R.P. Civ. Año 1773, 3.
IRIARTE, José Antonio.—Cosechero de cacao. Año de 1767,; A.G.N. Real Cía. Guip. XIX,
303.
IRAZOQUI, Juan Bautista.—Otorga poder en Caracas el 20 d*j febrero de 1800. R.P. Escrib.
1800, F. 156 v.
IRIARTE, Doctor Felipe Miguel de.—Casado con Dña. Jo Narcisa Basabe. Sus herederos
venden a Dn. Roque y Moreno, "una casa fabricada de piedra y cubierta de • en la plaza
Real, colindante por un costado con la casa Sargento Mayor, Teniente Coronel Dn. Jaime
Moreno, el otro con la cárcel Real y casas del Ayuntamiento, pffl fondo con la casa de Dña.
Ana María de Urdaneta y por 1 fachada con la mencionada plaza, en la cantidad de pesos.
30 de marzo de 1801. Mijares: R.P. Maracaibo.
IRIARTE, Francisco Antonio de.—Firma el inventario de goleta holandesa apresada por los
corsarios de la R.C 1755. A.G.N. Real Cía. Guip. Apénd. I.
IRIARTE, José.—Entabla juicio contra Luis Figueira por juria. R.P. Civ. Año 1773, 3.
IRIARTE, José Antonio.—Cosechero de cacao. Año de 1767,; A.G.N. Real Cía. Guip. XIX,
303.
IRIARTE, Juan de.—"Natural del valle de Baztan, lugar de Garzain, en el Reino de Navarra".
Otorga testamento el 9 de mayo de 1777. R.P. Escrib. 1777, 8. í. 110,
Hijo de Dn. Juan Miguel y de Dña. M. Catalina Echeverría. Casado con Begoña Aristiguieta,
(1775). Hijos: Josefa, María del Carmen, Merced Francisca, Ciríaco Vicente y Soledad (y 4
varones que fallecieron). Pide que lo entíerren en San Francisco, capilla del Sto. Niño de
Forasteros. Otorga poder para testar el 4 de marzo de 1804. R.P. Escrib. 1804, T. 3, f. 710.
Dn. José Antonio de Aramburu, quien recibió el poder, otorga en su nombre testamento el 19
abril 1804. R.P. EBcrib. 1804, T. 3, ff. 2633.
IRIARTE, Juan de.—Testigo en La Guaira en 1773. A.G.N. Real Cía. Guip. XXUI, 317.
IRIARTE, Manuel de.—Capellán del navio "San Julián" de la R.C.G. en viaje a Cádiz, en
1772. A.G.N. Gob. y Cap. Gral. XII, 284.
IRIARTE, Martín de.—Tiene cuentas pendientes con Dn. Sebastián García de San Sebastián
de Ocumare. R.P. Test. Año 1791. T. G.
IRIARTE, Martín.—Se entabla juicio contra él por comiso de unas corazas. R.P. Cív. Año
1774, 5.
IRIARTE, Nicolás de.—Marinero del jabeque "San José" de la R.C.G. De 25 años de edad en
1754. A.G.N. Real Cía. Guip. Apénd. I.
IRIARTE, Pedro de.—Natural del valle del Baztán en el lugar de Garzain en el Reino de
Navarra, hijo de Juan Miguel y de Dña. María Catalina Echeberría. Da poder para testar el 14
de junio de 1773. R.P. Escrib. 17701773. f. 15.
Se casa con Dña. María de la Merced Jerez de Aristeguieta, el 24 de octubre de 1775. Cat.
M. 8. 17481782.
IRIARTE, Pedro de.—Vecino de La Guaira. Año 1769. A.G.N. Real Cía. Guip. XII, 339.
IRIARTE, Pedro de.—Comprador de añil a Pablo de Orendain, en 1782. A.G.N. Real Cía.
Guip. XLU, 110.
IRIARTE, Pedro Martín.—Natural del valle del Baztán en el lugar de Garzain, en el Reino de
Navarra, hijo de Dn. Juan Miguel y de Dña. María Catalina Echeberría. Se casa con Dña.
Francisca Jerez de Aristeguieta, el 24 de octubre de 1775. Cat. M., 8". 17481782.
IRIARTE, Pedro Martin.—Cosechero de cacao en el año de 1767. A.G.N. Real Cía. Guip.
XVII, 25.
IRIARTE, Pedro Martín de.—Capitán y maestre de la fragata nombrada "Ntra. Sra. del
Rosario", alias la Diana. Caracas, 19 de julio de 1770. R.P. Escrib. 1770, 10, f. 118.
IRIBARREN, Diego Luis de.—Natural del lugar de Altaran,'] valle del Baztán, Reino de
Navarra. Hijo de Dn. Juan mín y de Dña. Juana María de Echeberz. Albaceas: P«bü| Ignacio
Aguerrebere y Gregorio Irigoyen. Heredero, BU p*| dre. Otorga poder para testar en Caracas
a favor de Pedro Ignacio de Aguerrebere el 1 de julio de 1805. Eitef ordena su testamento el
29 de diciembre de 1806. R.P. Escrib. 1805, T. 4, f. 116. 1806, t. 11, ff. 192194.
IRIBARREN, Juan Antonio de.—Marinero del navio "San 10.I griel y Santiago" de la R.C.G.
en viaje a Cádiz, en marzo • 1775. A.G.N. Gob. y Cap. Gral. XVI, 75.
IRIBARREN, Juan José.—"Hijo de Pedro José y Nicolasa Uncein". Pide que habilitándosele
el tiempo que se le admita a examen de Abogado. Año 1793. V. H. García Chuecos:
"Abogados de la Colonia", p. 2TK|
IRIBARREN, Miguel Antonio.—Marinero del "San Ignacio", viaje de Venezuela a Cádiz. Año
de 1772. A.G.N. Gob. y Cap. Gral. XII, 143.
IRIBARREN, Diego Luis de.—Natural del lugar de Arizcun, valle del Baztán, Reino de
Navarra. Hijo de Dn. Juan Fermín y de Dña. Juana María de Echeberz. Albaceas: Pedro
Ignacio Aguerrebere y Gregorio Irigoyen. Heredero, su padre. Otorga poder para testar en
Caracas a favor de Dn. Pedro Ignacio de Aguerrebere el 1 de julio de 1805. Este ordena su
testamento el 29 de diciembre de 1806. R.P. Escrib. 1805, T. 4, f. 116. 1806, t. 11, ff. 192194.
IRIBARREN, Juan Antonio de.—Marinero del navio "San Miguel y Santiago" de la R.C.G. en
viaje a Cádiz, en marzo de 1775. • A.G.N. Gob. y Cap. Gral. XVI, 75.
IRIGOIEN, Vicente de.—Marinero del navio "Ntra. Sra. del Coro", en viaje a Pasajes, en
septiembre de 1773. A.G.N. Gob. y Cap. Gral. XIV, 2.
IRIGOITI, Juan José.—Marinero a bordo del "Santa Ana" de la R.C.G. en viaje de Venezuela
a España. Año de 1767. A.G.N. Real Cía. Guip. XIX, 309.
IRIGOYEN, Francisco Javier.—Cosechero de cacao en 1767. A.G.N. Real Cía. Guip. XIX,
286.
IRIGOYEN, Gerónimo de.—Vecino de La Guaira. Alférez. R.P. Test. Tomo OT. Año 1764,
IRIGOYEN, José Manuel de.—Vecino de La Guaira. Testigo en 1760. A.G.N. Real Cía. Guip.
Apénd. IV, Exp. 2, 62.
IRIGOYEN Mayor, José de.—Carpintero y calafate del navio "San Rafael", de la R.C.G. en
viaje de Pasajes, en abril, 1775. A.G.N. Gob. y Cap. Gral. XVI, 116.
IRIGOYEN, Manuel.— Marinero natural de San Sebastián que viene de Pasajes a La Guaira,
en septiembre de 1783 a bordo del Bergantín "Ntra. Sra. del Coro", bajo el mando del
Comandante Vicente A. de Icuza. A.G.I. Caracas. Legajo 786.
IRIONDO, Ignacio Félix de.—Marinero natural de Motríco, Guipúzcoa, que viaja de Pasajes a
La Guaira a bordo del Bergantín "Ntra. Sra. del Coro", en septiembre de 1783, bajo
el mando del Comandante Vicente Antonio de Icuza.
A.G.I. Caracas. Legajo 786. IRIONDO, Joaquín de.—Residenciado en la ciudad del Tocuyo,
como Procurador General que fue en ella en 1787.
A.G.N. Resid. LVH, 115. Int. Ej. y R. Hda. v!26 y IX, 318. IRIONDO, José de.—Marinero de la
goleta "Pincela" de laR.C.G. Noviembre de 1772.
A.G.N. Gob. y Cap. Gral. XII, 256.
IRISARRI, Antonio.—Por sí y en nombre de los demás vecinos del valle de Cúpira, pide que
se les releve de pagar el nuevo impuesto.
R.P. Civ. Año 1774. 6.
IRISARRI, Tomás de.—Comerciante de Caracas. A.G.N. Int. Ej. y R. Hda. T. XXVIII, f. 287.
IRIZAR, José Antonio de.—Residenciado en Nueva Valencia, como Justicia Mayor del valle
de Ocumare de la Costa, en 1767. A.G.N. Resid. XXXV, 90.
IRIZAR, José Antonio de.—Natural de Azpeitia, "Señorío de Biscalla", hijo de Dn. Pedro y de
Dña. Josefa Furunderena, ambos de Azpeitia. R.P. Test. Año 1795, T. I.
TRIZARTE, Joaé Antonio de.—Capitán de las Milicias Blancas del valle de Cúpira. Agosto de
1779. A.G.N. Gfob. y Cap. Gral. XXII, 120.
Demuestra estar enfermo de la vista por lo que no puede cumplir como capitán de las Milicias
del valle de Cúpira. 10 de agosto de 1779. A.G.N. Gob. y Cap. Gral. T. XXn, f. 120.
IRULEGUI, Julián de.—Escribe una carta a Bartolomé Benítez de Lugo desde La Guaira, el
30 de junio de 1776. R.P. Test. Año 1775. Tomo 3,2. f. 54.
IRURE, Carlos.—Marinero del navio "San Miguel y Santiago" de la R.C.G. en viaje a Cádiz,
en marzo de 1775, A.G.N. Gob. y Cap. Gral. XVI, 76.
IRURETA GOYENA, Ignacio.—Capellán del navio "San Carlos", en viaje a Cádiz, en el año
1774. A.G.N. Gob. y Cap. Gral. XV, 134.
IRURZUN, Juan Ignacio de.—Marinero de la goleta "Pincela". Nov. de 1772. A.G.N. Gob. y
Cap. Gral. XII, 256.
ISASA, José.—Capitán de la goleta "Ntra. Sra. del Carmen". 1794. A.G.N. Averías.
ISASA, José de.—Marinero del "San Carlos" en.su segunda travesía a Pasajes, en 1772.
A.G.N. Gob. y Cap. Gral. XII, 174.
ISASA, José Joaquín de.—Paje a bordo del navio "San Ignacio" de la R.C.G. en viaje de
Venezuela a Cádiz, en 1772. A.G.N. Gob. y Cap. Gral. XII, 143.
ISASA, Juan Antonio.—Marinero a bordo del "San Carlos" en su segunda travesía a Pasajes.
Año 1772. A.G.N. Gob. y Cap. Gral. XH, 174.
ISASA, Juan José Pío.—Hijo de Dn. José Antonio, natural de la provincia de Guipúzcoa y de
Pña. Juana Tadeo de esta ciudad. Hace testamento el 24 de mayo de 1768. R.P. Escrib.
1768, 1. f. 78.
ISASA, Juan José.—Cultivador de añil en el valle de Aragua a fines del siglo XVIII. Vende
una casa a Javier Ignacio Iraegui, en el pueblo de Maracay, el 22 de mayo de 1799. R.P.
Escrib. 1799, ff. 7677.
ISASA, Manuel José.—Marinero del "San Miguel y Santiago" en viaje a Cádiz, en marzo de
1775. A.G.N. Gob. y Cap. Gral. XVI, 76.
ISASA, Martin de.—Marinero del "San Ignacio" en viaje de Venezuela a Cádiz, ei: 177"
A.G.N. Gob. y Cap. U ' III, 142.
ISASA, Martín José.—MÍ ro del "Santa Ana" en viaje de Venezuela a España, ~\o
1767. A.G.N. Real Cía. Guip <, 310.
ISASA, Máximo de.—Man o del "San Francisco Xavier" en viaje de La Guaira a Cádiz. Año
1767. A.G.N. Real Cía. Guip. XVII, 40.
ISAZABAL, Miguel de.—Corregidor del valle de Choroní. O. Pikaza: "Zuloaga. . .", pág. 154.
ISTILARTE, Juan Antonio de.—Vecino de La Guaira. 1778. A.G.N. Real Cía. Guip. XXXVI,
290.
ISTURIZ, Francisco.—Reaidenciado en Caracas como Alcalde de la Santa Hermandad que
fue en ella, en 1778. A.G.N. Resid. XLV, 61 y 63.
ITURBIDE, José Vicente.—Tripulante del navio "San Julián", en viaje a Cádiz, en diciembre
de 1775. A.G.N. Gob. y Cap. Gral. XVH.232.
ITURBIDE, Juan Bautista de.—Natural del lugar de Ziga, valle del Baztán, Reino de Navarra.
Hijo de Juan y de Rosa de Iturralde. Da poder para testar el 21 de julio de 1773. R.P. Escrib.
17701773. f. 31.
Reclama el valor de un paquebot apresado por una goleta corsaria inglesa. Caracas, 15 de
abril de 1788. A.G.N. Gob. y Cap. Gral. T. XXXVUI, f. 308. Vecino de La Guaira, contrae
obligación. R.P. Esc. 1792, 9. f. 606.
ITURBURU, José Gabriel de.—Patrón de lancha y gaviero de la fragata "Ntra. Sra. del
Rosario", en viaje a Pasajes en noviembre de 1773. A.G.N. Gob. y Cap. Gral. XIV, 74.
ITURBURU, Vicente.—Marinero del "Santa Ana" en viaje de Venezuela a España. Año 1767.
A.G.N. Real Cía. Guip. XIX, 309.
ITURRALDE, Bartolomé de.—"Residente en esta ciudad y tural del Reino de Navarra, dueño
y administrador del quebot nombrado "Ntra. Sra. de la Soledad y las Nombra capitán y
maestre del mismo en su viaje a Slll Juan de Ulúa a Dn. José de Urquía, residente en
Caracw y natural de Guipúzcoa. 16 marzo 1746. R.P. Escrib. 1746.
Nombrado para vender mercaderías del "San José" en 17< Fermín de Echeverría como
Albacea testamentario de X Bartolomé de Iturralde, cumple lo dispuesto por éste, aplicar
parte de BUS bienes a la fundación y dotación una escuela pública en Caracas para enseñar
de vaMe cierto número de niños. R.P. Escrib. 1772, 1. f. 133. 7. B. de Iturralde deja dispuesto
que el interés de un de 2.000 pesos se destine a pagar un maestro de encargado de instruir
a un número de niños pobres, de ferencia huérfanos. Esta escuela de primeras letras se i en
1772, con 21 alumnos en la misma sala del Seminario don* de anteriormente había sido
establecida la clase de primera» letras, suprimida hacia mediados de siglo.
ITURRALDE, José Vicente de.—Marinero del corsario "Aranzazu" de la R.C.G. Año 1767.
A.G.N. Real Cía. Guip. XVI, 303.
ITURRALDE, Juan Bautista.—Marinero del "Ntra. Sra. del Coro", en viaje a Pasajes, en
septiembre de 1773. A.G.N. Gob. y Cap. Gral. XIV, 2.
ITURRALDE, Luis de.—"De este vecindario y comercio...". Otorga poder a Pedro Ignacio
Aguerrebere. 22 de mayo de 1799.
R.P. Esc. 1799, 5. f. 94.
ITURRALDE, Vicente.—Marinero del navio "San Carlos", en viaje a Cádiz. Agosto de 1774.
A.G.N. Gob. y Cap. Graí. XV, 134.
ITURRIA, José Félix de.—Residenciado en la villa de Capino, como Procurador General que
fue en la de Araure, en 1787 y en 1783.
A.G.N. Resid. LVII, 290 y 332. LXVI, 259,
ITURRIA, Juan Francisco.—Patrón de bote que viene a bordo del Bergantín "Ntra. gra, del
Coro" en viaje de Pasajes a La Guaira, en septiembre de 1783, bajo el mando del
Comandante Vicente Antonio de Icuza. A.G.I. Caracas. Legajo 786.
ITÜRRIA, Pascual de.—Marinero del jabeque "San José", sario de la R.C.G. De 19 años de
edad en 1754. A.G.N. Real Cía. Guip. Apénd. I, 49.
ITURRIAGA, Domingo.—Fallecido para el año 1762. de la R.C.G. A.G.N. Real Cía. Guip.
VHI, 224.
ITURRIAGA, Domingo de.—Natural del Señorío de Vizcij Vecino de Valencia, en el año 1757.
R.P. Test. Año 1755, Tomo M.
ITURRIAGA, Francisco Antonio.—Firma un recibo de pesoi < Caracas el 4101768. R.P. Test.
Año 1777. Tomo P.
ITURRIAGA, Ignacio de.—Aparece con sus obligaciones i tadas a la muerte del que fue su
acreedor, el Factor, nabar, en el año 1784. A.G.N. Real Cía. Guip. Apénd. IV, 68.
ITURRIA, Pascual de.—Marinero del jabeque "San José", corsario de la R.C.G. De 19 años
de edad en 1754. A.G.N. Real Cía. Guip. Apénd. I, 49.
ITÜRRIA, Pedro José de.—Escribano de la goleta "San José" de la R.C.G. en viaje a Santa
Marta, en mayo de 1775. A.G.N. Gob. y Cap. Gral. XVI, 159.
ITURRIAGA, Domingo.—Fallecido para el año 1762. Deudor de la R.C.G. A.G.N. Real Cía.
Guip. VIII, 224.
JTURRIAGA, Ignacio de.—Aparece con sus obligaciones solventadas a la muerte del que fue
su acreedor, el Factor Amenabar, en el año 1784. A.G.N. Real Cía. Guip. Apénd. IV, 68.
ITURRIETA, Pedro de.—Teniente Justicia Mayor. Chuao. 1775. A.G.N. Gob. y Cap. Gral.
XWI, 154.
ITURRIETA, Pedro de.—Depositario por orden judicial de los bienes que quedaron a la
muerte de Dn. Manuel María de la Torre. Año 1768. Puerto Cabello. A.G.N. Real Cía. Guip.
XX, 130.
ITURRIOZ, Juan José.—Marinero a bordo del "Santa Ana", en viaje de Venezuela a España
en 1767. A.G.N. Real Cía. Guip. XIX, 309.
ITURZAETA, José de.—Marinero del navio "San Carlos" de la R.C.G en su segunda travesía
a Pasajes, el año 1772. A.G.N. Gob. y Cap. Gral. XH, 174.
IZAGUIRRE, Juan Francisco.—Maestro y vecino de Nueva Valencia. Año 1744. R.P. Test.
1744, Tomo C.
IZAGUIRRE, Martín de.—Marinero del "San Carlos" en viaje a Cádiz, en agosto de 1774.
A.G.N. Gob. y Cap. Gral. XV, 135.
JARABEITIA, Fernando de.—Fallece dejando bienes en Cara¬cas. Marzo 1785. A.G.N. Gob.
y Cap. Gral. T. XXXI, f. 142.
JAUREGUI, Domingo de.—Capitán de la balandra "Aranzazu" guardacostas de la R.C.G. De
24 años de edad en 1775. A.G.N. Real Cía. Guip. XXXI, 20.
Capitán del Bergantín "Ntra. Sra. del Coro" en via-je de Pasajes a La Guaira, en septiembre
de 1783, bajo el mandó del Comandante Vicente Antonio de Icuza. A.G.I. Caracas, Legajo
786.
JAUREGUI, Francisco Luis de.—Capitán de la fragata "Trinidad", en viaje de La Guaira a
Veracruz. Año 1772. A.G.N. Gob. y Cap. Gral. XII, 144.
JAUREGUI, Jabier de.—Nombrado Comandante de la balandra "San Antonio" del corso de la
R.C.G. 17 de octubre de 1772. R.P. Escrita. 1772, 6. f. 116.
JAUREGUI, José.—Cocinero de la fragata "Ntra Sra. de la Soledad". Octubre de 1774.
A.G.N. Gob. y Cap. Gral. XV, 157.
JAUREGUI, José Buenaventura de.—"Natural de la villa de Orio, en la Prov. de Guipúzcoa.
Hijo legítimo de Juan Bautista y Catalina de Alzaga. Pide se le admita a examen de Abogado
para ser matriculado en el número de ellos y se le devuelvan originales, el titulo de bachiller y
la fe da bautismo, dejando testimonio". Año 1787. V. García Chuecos. "Abogados de la
Colonia", p. 17.
JAUREGUI, José Joaquín.—Marinero de la fragata "San Miguel" de la R.C.G. en viaje a
Cádiz, en marzo de 1774. A.G.N. Gob. y Cap. Gral. XIV, 284.
JAXJREGUI, José María de.—Nombrado capitán de la balandra
"San Antonio", alias la Prusiana, del corso de la R.C.G. el
9 de marzo de 1779.
R.P. Escrib. 1779, 1. f. 33. JAUREGUI, Juan de.—Llega a la Guayana como uno de los
principales consignatarios del Registro que se le concedió
a Dn. Manuel Ferrán. Junio de 1781.
A.G.N. Int. Ej. y R. Hda. T. XII, f. 160.
Vecino de la Guayana. 4 de junio de 1786.
R.P. Escrib. 1788, 10. f. 183. JAUREGUI, Juan Luis de.—Testigo en La Guaira donde
resideen 1761.
A.G.N. Real Cía. Guip. Vin, 122.
JAUREGUI, Juan Manuel.—Marinero del Paquebot. "San Juan Bautista" de la Cía de
Filipinas. Maracaibo, septiembre de 1786. A.G.N. Int. Ej. y R. Hda. T. XXXIV. f. 27.
JAUREGUI, Juan Miguel.—Natural del Baztán en el Reino de Navarra. Hijo de Juan
Francisco y Dña, Graciana de Iriar-te. Se casa con Dña. Petronila de Echezuría, el 5 de
diciembre de 1795. Cat. M. IX. 1785-1810.
Comerciante en Caracas a fines del siglo 18. V. Mercedes Alvarez: "Comercio y
Comerciantes", p. 57.
JAUREGUI, Manuel.—Grumete de la fragata "Trinidad" en viaje de La Guaira a Veracruz.
Año 1772. A.G.N. Gob. y Cap. Gral. XII, 144.
JAUREGUI, Miguel.—Marinero natural de San Sebastián que viaja de Pasajes a La Guaira,
en septiembre de 1783, en el Bergantín "Ntra. Sra. del Coro", bajo el mando del Comandante
Vicente Antonio de Icuza. A.G.I. Caracas, Legajo 786.
JAUREGUI, Nicolás.—Cosechero de cacao. Agosto de 1775. A.G.N. Gob. y Cap. Gral. XVI,
332.
JAUREGUI, Nicolás de.-—Notario Público. R.P. Año 1758. T. D,15.
JAUREGUI, Nicolás de.—Natural de Orio, Prov, de Guipúzcoa. Hermano de Pedro de
Jáuregui, según consta en testamento de éste otorgado en el valle de Patanemo. A.G.N.
Arch. Aragua. T. IV, f. 197.
JAUREGUI, Nicolás de.—Residente en Caracas en 1768, heredero de Dn. Manuel de
Hereínoz "en atención a que en el Señorío de Vizcaya, Patiia del relacionado Dn. Manuel,
(éste), no tenía herederos forzosos".
JAUREGUI, Pedro.—Natural de Orio, Guipúzcoa. Residente en el valle de Patanemo.
Testamento. A.G.N. Arch. Aragua. T. IV. f. 197.
Sentenciado en Caracas, como Teniente de Gobernador del valle de San Juan Bautista de
Patanemo, en 1778, 85. A.G.N. Resid. XLIÍ, 274 y 417. XLVHI, 182 y 190.
JAUREGUI, Tomas de.—Maestre de la fragata "La Elena". Otorga poder gral. en Caracas el 9
de noviembre de 1745. R.P. Escrib. 1745, 5. f. 134.
JAUREGUIETA, José Joaquín.—"Natural de la villa de Orio, en la Prov. de Guipúzcoa. Tenía
una tienda en La Victoria. Hace testamento en Caracas a 21 de abril de 1789. R.P. Esc. Año
1789.
JAUREGUIZAR, Miguel de.—Residente en La Guaira, de 44 años de edad en 1763. A.G.N.
Real Cía. Guip. XII, 35.
JAUREGUIZAR, Miguel de.—Cirujano primero del navio "San
Rafael", con destino a Pasajes, en abril de 1775.
A.G.N. Gob. y Cap. Gral. XVI, 116. JAURRECHE, Miguel de.—Marinero del navio "San
Ignacio"
en viaje de Venezuela a Cádiz. Año 1772.
A.G.N. Gob. y Cap. Gral. XII, 142. JEREZ de ARISTEGUIETA, José.—Residenciado en
Caracas,
como Corregidor y Teniente Justicia Mayor que fue en el
valle de la Pascua y en el de Chuao en 1778 y 87.
A.G.N. Resid. XLV, 382 y 383. LVm, 90. JUANCHORENA, Joaquín Ignacio.—Marinero de la
fragata
"San Miguel" de la R.C.G. en viaje a Pasajes, el año 1772.
A.G.N. Gob. y Cap. Gral. XH, 180.
LABACA, José.—Marinero del navio "San Carlos" de la R.C.G. con destino a Pasajes, en
septiembre de 1775, A.G.N. Gob. y Cap. Gral.
LABACA, José Lorenzo de.—Administrador de Dn. Cristóbal de Anzo. 16 de mayo de 1804.
R.P. Valencia, año 1804, f, 126.
LABARTA, José Antonio de.—Primer piloto del "San José" de la R.C.G. 1749. A.G.N. Real
Cía. Guíp. III, 96.
LABIAGA, Teresa.—Viuda de Dn. José Gurbindo. Vecina de Puerto Cabello. Otorga poder el
27 de abril de 1791. R.P. Escrib. 1791, 5. f. 177.
LABIANO, Nicolás de.—"Hijo de Dn. Juan de Labiano y de Dña. Maria de Lisco, difuntos
vecinos que fueron del lugar de Solchaga en el Reino de Navarra". Otorga testamento en
Caracas, el 18 de junio de 1736. R.P. Eserib. 1736, 2. f. 290.
LANDA ORUE, José Vicente de.—Natural de la villa de Tolosa en Guipúzcoa. Hijo de Dn.
Juan Miguel y Dña. María Jo¬sefa. Se casa el 22 de febrero de 1801, con Dña. Agustina
Ábrante. Cand. M. 2", 1794-1821.
LANDABURU, Matías de.—Cosechero de cacao. Año 1767. A.G.N. Real Cía. Guip. XVII, 29.
LANDAETA, Antonio Gregorio de.—Vecino de Valencia. Año de 1757. R.P. Test. Año 1755.
Tomo M.
LANDAETA, Lázaro.—Fiador que fue de Antonio Olivares. A.G.N. Gob. y Cap. Gral. XXXII,
187.
LANDAETA, Luis José Antonio.—Teniente de granaderos. Re¬sidenciado en Nueva Valencia,
como Alcalde Ordinario que fue en ella en 1785. A.G.N. Resid. XLVm, 239 y 297.
LANDAETA, Vicente de.—Teniente de Milicias en Valencia quien el 30 de octubre de 1800
recibe un préstamo de Juan Cruz de Iturrioz, pues "ha rematado para el año entrante de
1801, la bebida de guarapo y juego de gallos de esta ciudad de Valencia...". R.P. Valencia,
1800, f. 137.
LANDER, Pedro Antonio.—"Natural de Álava, de la villa de San Vicente de Arana, hijo de Dn.
Plácido y de Dña. An¬tonia de Achoste, ya difuntos, naturales y vecinos que fue¬ron de dicha
villa de Arana. . .". Fue Teniente Justicia Ma¬yor del pueblo de la Sabana de Ocumare. Hace
testamento en Caracas el 17-VIII-1800. R.P. Escrib. 1800, ff. 42-43.
LANZ, Miguel Ángel de.—Marinero de la goleta "San José", en viaje a Orúa, en abril de 1776.
A.G.N. Gob. y Cap. Gral. XVII, 341.
LARBURU, Ignacio.—Marinero del navio "San Francisco Xa¬vier" de la R.C.G. en viaje de La
Guaira a Cádiz, en 1767. A.G.N. Real Cía. Guip. XVII, 40.
LARRAGOITI, Juan Blas de.—Vecino de la ciudad de San Fe¬lipe. Año 1781. A.G.N. Real
Cía. Guip. XLU, 200.
LARRAGOYEN, Juan de.—Marinero del navio "San Francisco Xavier", en viaje de La Guaira
a Cádiz, el año 1767. A.G.N. Real Cía. Guip. XVTI, 40.
LARRAMENDI, Ignacio de.—De 30 años de edad. Escribano del bergantín "Santo Tomás" de
la R.C.G. Año 1763. A.G.N. Real Cía. Guip. XII, 4vto.
LARRAÑAGA, José Domingo de.—Teniente del jabequín "San Ignacio". Año 1758. A.G.N.
Real Cía. Guip. VI, 22.
LARRETA, Martín de.—Entretenido a bordo del navio "San Francisco Xavier" de la R.C.G. en
viaje de La Guaira a Cádiz. 1767. A.G.N. Real Cía. Guip. XVH, 40.
LARRIBARRENA, Pedro Ángel.—Paje del Bergantín "Ntra. Sra. del Coro", que en
septiembre de 1783 viaja de Pasajes a La Guaira, bajo el mando del Comandante Vicente
An¬tonio de Icuza. A.G.I. Caracas. Legajo 786.
LARRONDO, Juan Bautista.—Marinero del navio "San Julián" de la R.C.G. en viaje a Cádiz,
en diciembre de 1772. A.G.N. Gob. y Cap. Gral. XH,
LARROS, Esteban de.—Marinero del navio "San Ignacio de Loyola" de la R-C.G. en viaje a
Cádiz, en julio de 1775. A.G.N. Gob. y Cap. Gral. XVI, 261.
LARRU, José Antonio.—Marinero de la balandra "Ntra. Sra. del Carmen", en viaje a Santo
Domingo, en mayo de 1776. A.G.N. Gob. y Cap. Gral. XVIII, 18.
LARRUMBIDE, Francisco de.—Vecino de Maracaibo que obtiene permiso para comprar una
fragata, junto con Antonio de Aizpúrua.
A.G.N. Int. Ej. y R. Hda. T. XII, f. 267.
Vecino de Maracaibo. Exportador de cacao a Veracruz.
Enero de 1781.
A.G.N. Int. Ej. y R. Hda. T. X, f. 241.
Capitán de Milicias Regladas en Maracaibo. 3 de agosto de
1799.
Millares, R.P. Maracaibo. LARTEGUI, Miguel Francisco.—Residenciado en Caracas, como
Alcalde de la Santa Hermandad que fue en ella en 1778.
A.G.N. Resid. XLV, 39 y 41.
LÁRUMEE, José María de.—Otorga un poder en Caracas, el 2 de julio de 1798. R.P. Escrib.
1798, T. 2, f. 180.
LARZABAL, Rafael de.—Marinero del navio "San Miguel y Santiago" de la R.C.G. en viaje a
Cádiz, en marzo de 1775. A.G.N. Gob. y Cap. Gral. XVI, 76.
LASA, José Ignacio.—Cultivador de añil en el valle de Aragua. Aren. Aragua. t. XDt, f. 74.
Vecino de Caracas. Da poder cumplido en primer lugar a Dn. José Antonio Muxica, vecino de
la villa de Beasain y en segundo a Dn. Pedro Nolasco de Sasieta, vecino de Villa
Real y en tercer lugar a Dn. Emeterio de Estensoro en la Prov. de Guipúzcoa. Entre otras
cosas les autoriza a la ad¬ministración de las casas que tiene en Idiazabal, titulada
Naparrasagasti y la otra nombrada Eguia en la villa de Legorreta. Caracas, 7 de diciembre de
1799. R.P. Escrib. 1799, 2. f. 173.
LASA, José Joaquín de.—Marinero del navio "San Carlos" de la R.C.G. en su segunda
travesía a Pasajes. Año 1772. A.G.N. Gob. y Cap. Gral. XH, 174.
LASA, Juan Francisco.—Marinero del navio "Ntra. Sra. del Coro" de la R.C.G. en viaje a
Pasajes, en septiembre de 1773. A.G.N. Gob. y Cap. Gral. XIV, 2.
LASARTE, Gerónimo.—Citado como "vizcaíno" en los autos del motín de San Felipe, en
1741.
Vid. León Trujillo: "Motín y sublevación en San Felipe", pág. 115.
LASARTE, Manuel de.—Comandante de Resguardo. Año 1781. A.G.N. Int. Ej. y R. Hda. T.
XI, ff. 72 y 76.
LECUNA, José Antonio.—Casado con María Antonieta Párra-ga. Padre de Vicente Lecuna,
nacido en Valencia, en 1790, que tomó parte en la campaña con los ejércitos de la
Repú¬blica, en la que desempeñó el cargo de Comisario General; en 1823 pasó a ocupar la
Tesorería de varios Departamen¬tos y en 1830, al disolverse la República de Colombia y
constituirse Venezuela en nación independiente, pasó a des¬empeñar por largos años la
Tesorería Gral. del Estado. Ocupó importantes puestos y casó con Dña. Margarita de
Sucre, hermana del Gran Mariscal de Ayacucho, de cuyo hogar uno de los descendientes fue
el historiador Vicente Lecuna.
Vid. "Vicente Lecuna" por Alberto Sanabria, "El Univer¬sal", agosto de 1965.
LECUNA, Juan Ignacio.—Entabla juicio contra Pedro Padilla por cobro de pesos. R.P. Civ.
1744, T. 19.
LECUNA, Sebastián de.—Cultivador de añil del valle de Aragua. A.G.N. Archivo de Aragua,
XXXVUI, 111, Testigo en el testamento de D. Pablo de Orendaín otor¬gado en Maracay en
1780. A.G.N. Real Cía. Guip. XLJI, 97.
LEGUIA, Bartolomé de.—"Natural de los Reinos de España". Otorga carta por obligación
contraída en San Sebastián. R.P. Eacrib. 1784, 1. f, 117v.
LEGUIA, Bartolomé de.—Apoderado en Caracas. Año 1767. A.G.N. Real Cía. Guip. XIX, 286.
LEIZEAGA, Juan Santos.—Marinero, natural de San Sebas¬tián, que viaja a bordo del
Bergantín "Ntra. Sra. del Coro", en septiembre de 1783, bajo el mando del Comandante
Vi¬cente Antonio de Icuza. A.G.I. Caracas, legajo 786.
LEIZIAGA, Joaé María de.—"Menor hijo de Dn. Antonio Lei-zíaga y de Dña. Josefa de Torre,
difuntos, vecinos que fueron del puerto de La Guaira". Año 1792. R.P. Test. 1702, Tomo L.
LEJARRAGA, Vicente.—Se entabla juicio contra él por comer¬cio ilícito. R.P. Civ. 1774, 6.
LEJARRAGA, Vicente de.—Vecino de Coro. Año 1776. A.G.N. Real Cía. Guip. XXXI, 227.
LETAMENDI, Juan de.—Recibe una carga con la goleta ame¬ricana "Matilde", procedente de
Noufort. La Guaira, 1 de
marzo de 1801.
A.G.N. Gob. y Cap. Gral. XCV, f. 288.
LEZA, Pedro José.—Marinero del Bergantín "Ntra. Sra. del Coro". Año 1766.
A.G.N. Real Cía. Guip. XVI, 206.
LESAMA, Calixto.—Propietario de una casa en Caracas, en 1786. R.P. Escrib. 1786, T. 10, f.
370.
LEZAÜA, Francisco.—Maracaibo, abril de 1787. A.G.N. Gob. y Cap. Gral. T. XXXVI, f. 11,
LEZAMA, Francisco Custodio de.—Firma como testigo en eí inventario del navio "San
Prudencio", el 7 de octubre de 1730. Testamentaría del capitán Vicente de Orúa. R.P. Escrib.
T. H. f. 47v.
LEZAMA, Juan Bautista.—Fallecido ya para el 8 de junio de 1790. Deja viuda y dos hijos.
Millares: R.P. Maracaibo.
LEZO, Manuel.—Sumariado.
Caracas, 10 de mayo de 1788.
A.G.N. Gob. y Cap. Gral. T. XXXIX, f. 25. LICONA 1RAMATEGUI, Juan Antonio.—
Residenciado en San Carlos de Austria, como Alcalde Ordinario que fue en él,
en 1793.
A.G.N. Resid. LXVÍI, 97 y 159.
A.G.N. Int. Ej. y R. Hda. XXIX, 187.
LINZUAIN, José de.—Residente en Cumaná. Año 1767. A.G.N. Real Cía. Guip. XV, 148.
LIZARDI, Dionisio de.—Guardián del jabeque "San Pablo", de la R.C.G. A.G.N. Real Cía.
Guip. Xm, 268.
LIZARDI, Domingo de.—Testigo en el inventario de una balan¬dra, en 1749. A.G.N. Real Cía.
Guip. u, 235.
LIZARDI, Juan Esteban de.—Dueño de una balandra en Cuma¬ná. Enero de 1779. A.G.N.
Int. Ej. y R. Hda. T. VII, f. 208.
LIZARRAGA, José de.—Guardián de "Ntra. Sra. del Pilar". De 35 años de edad en 1741.
A.G.N. Real Cía. Guip. I, 72.
LIZARRAGA, Martín Esquer de.—Receptor de cacao en 1767. A.G.N. Real Cía. Guip. XIX,
295.
LIZARZABURU, Antonio José.—Testigo en La Guaira, en 1766. A.G.N. Real Cía. Guip. XV,
23.
LONGA, Francisco Xavier.—Vecino de Caracas. Año 1790. R.P. Test. 1790. T. A3.
Albacea de Dn. Antonio Patino, fallecido en 1772. R.P. Año 1773, Tomo P.
LOPERENA, Ignacio de.—Factor en San Felipe. Año 1738. R.P. Test. Año 1742. T. A. f. 55.
Factor de la R.C.G. en San Felipe. Año 1736. Diversos.—XVni, 383.
Residente en Caracas y "Natural cíe los Reinos de Espa¬ña...".
R.P. Eacrib. 1740, 6. f. 185.
MACHILANDA, Juan Santos.—Perito en carpintería. La Guaira. Año 1775. A.G.N. Real Cía.
Guip. XXIX, 365.
MACHÍN, Mateo.—Avaluador en La Guaira. Año 1776. A.G.N. Real Cía. Guip. XVI, 23.
MACHÍN, Tomás.—Capitán de una goleta. Año 1751. A.G.N. Real Cía. Guip. III, 248.
MAGUREGI, Juan José.—Marinero natural de Motrico, (Guipúzcoa), que viaja a bordo del
Bergantín "Ntra. Sra. Del Coro", de Pasajes a La Guaira, en septiembre de 1783, bajo
el mando del Comandante Vicente Antonio de Icuza.
A.G.I. Caracas, Legajo 786.
MAÍZ, José Antonio.—Residenciado en Cumaná, como Corregidor que fue de loa pueblos de
Santa Ana de Sopocuar y San Juan de Caranicuao, Año 1784. A.G.N. Resid. XXXVI, 30.
MANCISIDOR, Roque.—Testigo en La Guaira. Año 1760.A.G.N. Real Cía. Guip. VI, 349.
MAQUIBAR, Domingo de.—Segundo piloto del navio "San Ignacio" de la R.C.G. en viaje a
Cádiz. Año 1772.
A.G.N. Gob. y Cap. Gral. XII, 142.
MARROQUIN, Miguel Antonio de.—Vecino de San Felipe. Año 1779. De 25 añoo de edad.
A.G.N. Real Cía. Guip. XLI, 339 y 352. Otorga escritura de obligación para con Dn. José
Manuel de Lizarraga por préstamo de é! recibido, el día 9 de marzo de 1799. R.P. Escrib.
1799. ff. 4445.
MARTIARENA, "Luis.—Interviene en autos judiciales en 1788. A.G.N. Arch. Arag. t. XXII, ff.
80102.
MARTIARENA, Martín Ignacio.—Marinero del navio "Ntra. Sra. del Coro" de la R.C.G. en
viaje a Pasajes, en septiembre de 1773. A.G.N. Gob. y Cap. Gral. XIV, 2.
MARTICORENA, Nicolás de.—Marinero del "San Julián" de la R.C.G. con destino a Cádiz,
en diciembre de 1775. A.G.N. Gob. y Cap. Gral. XVH, 232.
MARTIN, Pepe.—"De nación vizcaíno. Muy aficionado a los toros". Noviembre de 1777.
A.G.N. Gob. y Cap. Gral. XIX, 201.
MARTINENA, Juan Bautista de.—Es nombrado por retiro de Ramón Alardin, capitán del
Bergantín del corso "Ntra. Sra. del Rosario". 5 de julio de 1791. A.G.N. Int. Ej. y R. Hda. Tomo
68, f. 186.
MARTIZA, Pedro.—Cortador a bordo del navio "San Julián" de la R.C.G. en viaje a Cádiz.
Diciembre de 1772. A.G.N. Gob. y Cap. Gral. XII, 284.
MAYA, Bartolomé de.—Residenciado en San Felipe el Fuerte, como Escribano Público del
Número y de Cabildo que fue en dicha ciudad y de su ilustre Ayuntamiento, en 1778 y 85.
A.G.N. Resid. XLIII, 200, y 282.
MAYA, Gabriel de.—Avaluador. La Guaira, año 1766. A.G.N. Real Cía. Guip. XVI, 66v.
MAYA, José Antonio de.—Residenciado en San Felipe el Fuerte, como Síndico Procurador
General que fue en él en 1787. A.G.N. Resid. LIX, 118 y 152.
MAYA, Juan José de.—Regidor, Alférez Real de la ciudad de San Felipe. Otorga un poder el
3 de febrero 1798. R.P. Escrib. 1798, t. 8. f. 42.
MAYA, Tomás de.—Tasador. Puerto Cabello, año 1769. A.G.N. Real Cía. Guip. VH, 183.
MAYORA, Juan.—Capitán de la fragata "La Soledad". Año 1760. A.G.N. Real Cía. Guip. VII,
254.
MBACHER, Diego Felipe.—Cabo de presa del jabeque "San Rafael" de la R.C.G. Enero de
1770. A.G.N. Real Cía. Guip. XXI, 296.
MEDINAVEITIA, José Miguel de.—Residenciado en Nueva Valencia como Teniente
Justicia, en 1767. A.G.N. Resid. XXXV, 92.
MENDIA, Domingo.—Residenciado en San Luis de Cura, como Alcalde Ordinario que fue en
él, en 1793. A.G.N. Resid. LXX, 396, 397, 425 y 497.
MENDIA, Esteban Domingo.—Cacaotero. Año 1767. A.G.N. Real Cía. Guip. XDC, 302.
MENDIA, Juan José.—Testigo en Puerto Cabello. Año 1778. A.G.N. Real Cía. Guip XXXVI,
38.
MENDIA, Ventura de.—Maestre del navio "San Ignacio de Leyóla" de la R.C.G. en viaje de
Venezuela a España, en agosto de 1736. A.G.N. Real Cía. Guip. leg. sin encuad. f. 42vto.
MENDIA, Vicente Ferrer de.—Teniente Justicia Mayor de Maracay por el año 1785. A.G.N.
Arch. Aragua. T. XH, f. 152. Administrador General de Rentas Estancadas de la Provincia de
Guayana. Otorga un poder el 24 de septiembre 1796. R.P. Escrib. 1756. t. 11. f. 474.
MENDIALDUA, José Antonio de.—Testigo. Vecino del valle de San Francisco de Cata. Año
1769. A.G.N. Real Cía. Guip. Apénd. ni, 304.
MENDIBURU, Antonio.—Vecino de Puerto Cabello. Año 1749. A.G.N. Real Cía. Guip T. III, f.
145.
MENDIBURU, Antonio.—Tesügo en La Guaira. Año 1758. A.G.N. Real Cía Guip. T. VI, f. 175.
MENDIETA, Francisco Ignacio de.—Segundo Teniente del jabeque "San Francisco Javier".
Julio de 1759. A.G.N. Real Cía. Guip. T. VII, f. 146. Capitán de la balandra "Aurora". Agosto
de 1759.
MENDIOLA, Francisco de.—Mejor postor en remate en Puerto Cabello. Año 1776. A.G.N.
Real Cía. Guip. XXX, 314.
MENDIOLA, Juan Andrés.—Residente, con sus hijos José y Pedro en la ciudad de Coro.
Año 1779. A.G.N. Real Cía. Guip. XXXH, 269.
MENDIRI, Juan José.—Comandante del puerto de La Guaira y Contador Real Interino. Uno
de los implicados en la conspiración de Gual y España en 1797. El día de San Juan, (24 de
junio) se reunieron los conspiradores en su casa, con el pretexto de celebrar un almuerzo por
su onomástico; por la tarde se fueron todos a un refresco ofrecido por Juan Xavier de
Aranzamendi y por la noche a la cena y baile en casa de los Elzaburu, todo con el mismo fin.
Vid. C. Fulgencio López: "Picornell y la conspiración de Gual y España".
MENDIVIL, José.—Piloto de la balandra "Ntra. Sra. del Carmen" en viaje a Santo Domingo.
Mayo de 1776. A.G.N. Gob. y Cap. Gral. XVHI, 18.
MENDIZABAL, Antonio.—Paje a bordo del navio "Santa Ana" de la R.C.G. en viaje de
Venezuela a España. Año 1767. A.G.N. Real Cía. Guip. XDC, 310.
MENDIZABAL, José Joaquín de.—Capitán del navio "San Miguel" de la R.C.G. con destino a
Pasajes. Año 1772. A.G.N. Gob. y Cap. Gral. XII, 180.
MENDIZABAL, José Joaquín de.—Capitán del navio "San Ignacio" (que conduce añil de
Orendain). Año 1780. A.G.N. Real Cía. Guip. XLII, 112.
MEOQUI, Juan Miguel de.—Recibe de Europa en el cargamento del "Ntra. Sra. de los
Dolores" con varias docenas de mapas y estampas, (dos cajones toscos). Año 1767. A.G.N.
Real Cía. Guip. XVIII, 10 y 26. Residente en Maracaibo en 1801. Mijares: R.P. Maracaibo.
MEOZ, Fermín de.—Capitán del columpo "Ntra Sra. del Carmen", propio de la R.C.G. Enero
de 1774. A.G.N. Gob. y Cap. Gnu. XIV, 166.
MICHELENA, Hnos.—Famosa casa de comercio de finales del siglo XVIQ y principios del
XIX. Francisco, Juan José, Santos y Andrés.
Aparece con frecuencia en tomos del R.P. Escrib. y en Protocolo Vargas, (La Guaira).
MICHELENA, José Andrés.—Otorga poder para pleitar al ciudadano José María Uriarte,
vecino de la villa de Maracay, el 13 de mayo de 1822. R.P. Escrib. 1822, T. 5, f. 47.
MICHELENA, Juan de.—Receptor de cacao en el año 1767. A.G.N. Real Cía. Guip. XIX,
290v.
MIGUELEÑA, Juan José.—Marinero del navio "San Carlos" de la R.C.G. en viaje a Cádiz,
en agosto de 1774. A.G.N. Gob. y Cap. Gral. XV, 134.
MICHELENA, Juan Nicolás de.—Pilotín del navio "Ntra. Sra. del Coro", de la R.C.G. en viaje
a Pasajes, en septiembre de 1773. A.G.N. Gob. y Cap. Guip. XTV, 2.
MICHELENA, Juan Pedro de.—Y su hermano Juan Bautista. Barquisimeto, febrero de 1785.
A.G.N. Gob. y Cap. Gral. XXXI, 49.
MICHELENA, Miguel Antonio de.—Escribano del jabeque "San José". Año 1754. A.G.N. Real
Cía. Guip. Apénd. I, 3.
MIMENDIA, Santiago de.—Tasador. La Guaira, año 1759. A.G.N. Real Cía. Guip. T. VII, f.
124.
MINCHOLATE, Ignacio.—Firma a ruego de Dn. Juan José Ovalle, en 1760. A.G.N. Real Lía.
Guip. Apénd. IV, 36.
MUNDUATE, Francisco Antonio de.—Testigo en La Guaira en el año 1749. R.P. Test. Año
1751, Tomo A2.
MUNIBE, José Antonio.—Marinero del navio "San Ignacio de Loyola" de la R.C.G. en viaje a
Pasajes. Junio de 1776. A.G.N. Gob. y Cap. Gral. XVIH, 53.
MUNIBE, Martín de.—Mayordomo del navio "Santo Cristo" de la R.C.G. A.G.N. Real Cía.
Guip. XVI, 273.
MUNITA, José Ignacio.—Marinero del navio "San Julián" de la R.C.G. en viaje a Pasajes.
Octubre de 1776. A.G.N. Gob. y Cap. Gral. XVHI, 149.
MUNOA, José Antonio.—Marinero del navio "San Ignacio de Loyola" de la R.C.G. en viaje a
Cádiz, julio de 1775.
A.G.N. Gob. y Cap. Gral. XVI, 261.
MURGUIA, José de.—Cirujano a bordo del Bergantín "San Antonio" en viaje de La Guaira a
San Sebastián con carga de pescado. Año 1772. A.G.N. Gob. y Cap. Gral. XII, 211.
Piden informes acerca de su idoneidad y competencia como cirujano.
A.G.N. Real Cía. Guip. V, 12.
En 1775, el Gobernador Agüero informa a Amaga que desde que llegó Murguía a esta
provincia sólo aspira a colocarse en destinos distintos a su profesión. A.G.I. Caracas, 83.
MURGUIONDO, Ignacio.—Cabo de velas. Puerto Cabello, año 1778. A.G.N. Real Cía. Guip.
T. XX, f. 234.
MURO, José María.—"Regidor Llano del muy Ilustre departamento de esta capital. El 23 de
febrero de 1796 da poder a Miguel de Dolarea, Martín de Irigoyen y Bartolomé de Iturralde,
vecinos y del comercio del puerto de Cádiz" para que a su nombre se presenten en el
tribunal competente del Reino de Navarra a solicitar se despache ejecutoria de hidalguía y
nobleza de sangre a favor de D. Benito José de Muro, padre del otorgante, natural que fue de
la ciudad de Corella en dicho Reino y también a favor de éste, como su legítimo hijo. R.P.
Escrib. 1796, T. 5, ff. 7677.
MURRICHA, Martín de.—Segundo patrón de la lancha corsaria "San Nicolás". Año 1775.
A.G.N. Real Cía. Guip. XXIX, 355.
MURUA, José Antonio de.—Acreedor de Miguel Tomás de Dorre. Año 1761. A.G.N. Real Cía.
Guip. IX, 16.
MURUA, Juan Miguel.—Marinero del navio "San Miguel y Santiago" de la R.C.G. en viaje a
Cádiz en marzo de 1775A.G.N. Gob. y Cap. Gral. XVI, 75.
MUXICA, Juan de.—Cura de la Santa Iglesia Catedral. Caracas, año 1790. R.P. Test. 1792,
T.
N
NARBARTE, Juan Fermín de.—"Capitán y Maestre del Paquebot nombrado "La Pura y
Limpia Concepción y el Santísimo Cristo". Confiesa estar debiendo a D. Francisco Antonio de
Arrieta, D. Martín José de Zubillaga y D. Matías de Zabaleta la cantidad de 1.740 pesos el
día 3 de enero de 1770. R.P. Escríb. 1770, 9. f. 8.
NARVARTE, Francisco Xavier de.—Cura Párroco que fue de Valencia en el primer tercio del
siglo XIX. Vid. Archivo Parroquia Valencia.
NARVAJA, Lázaro de.—Firma por poder. Vecino de Coro, año 1775, A.G.N. Real Cía. Guip.
XXIX, 314.
NASARRIAGA, Pedro Ignacio de.—Marinero del navio "San Ignacio de Loyola" de la R.C.G.
en viaje a Cádiz, en julio de 1775. A.G.N. Gob. y Cap. Gral. XVI, 261.
OCHOA, José Nicolás de.—Marinero del navio "San Miguel y Santiago" de la R.C.G. en viaje
a Cádiz, en marzo de 1775.
A.G.N. Gob. y Cap. Gral. XVI, 75.
OCHOA, Juan Antonio.—Marinero del navio "San Miguel y Santiago" de la R.C.G. en viaje
a Cádiz, en marzo de 1775.
A.G.N. Gob. y Cap. Gral. XVI, 76.
OCHOA, Juan José de.—Deudor de cantidad de Pesos a D. Jorge Amador. R,P. Valencia,
año 1800, f. 88.
OCHOA, Juan Miguel.—Capellán a bordo del navio "Santa Ana" de la R.C.G. en viaje
de Venezuela a España. Año 1767. A.G.N. Real Cía. Guip. XDÍ, 309.
OCHOA, Luis de.—Vecino del valle de Yagua. Mayo de 1785. A.G.N. Gob. y Cap. Gral.
XXVH, 125.
OCHOA y GRESALA, Manuel José de.—Solicita del Intendente Abales su libertad, de la que
se halla privado por injusticia de los jueces de la Prov. de Maracaibo. Marzo de 1781. A.G.N.
Int. Ej. y R. Hda. T. XII, f. 42.
OCHOA, Manuel Santiago de.—Teniente Justicia de la ciudad de Nirgua. Año 1759. A.G.N.
Real Cía. Guip. Apénd. III, 257.
OCHOA, Nicolás de.—Marinero del jabeque corsario "San Pedro". Año 1768. A.G.N. Real
Cía. Guip. XVIII, 165.
OCHOA, Pedro Antonio de.—Marinero del navio "San Miguel y Santiago" de la R.C.G, en
viaje a Cádiz. Marzo de 1775. A.G.N. Gob. y Cap. Gral. XVI, 75.
OCHOTECO, Juan Antonio de.—Vecino de Harinas y testigo allí, en 1783. A.G.N. Real Cía.
Guip. XLI, 324.
OCHOTECO, Pedro.—Paje a bordo del navio "San Julián" de la R.C.G. en viaje a Cádiz.
Diciembre de 1772. A.G.N. Gob. y Cap. Gral. XII, 284.
OCHOTECO, Pedro José de.—"Natural de la villa de Lesaca, en el Reino de Navarra y al
presente vecino de esta ciudad". Hijo legítimo de D. Francisco y de Dña. María Engracia de
Baracearte. Se casa el 8 de febrero de 1795 con Dña. María Clemencia Sarobe. Altagracia,
Mat. IV.
ODRIOZOLA, Asencio de.—Tonelero a bordo del navio "San Francisco Xavier" de la R.C.G.
en viaje de La Guaira a Cádiz, en 1767. A.G.N. Real Cía. Guip. XVTI, 40.
ODRIOZOLA, Juan Bautista de.—Residente en La Guaira. Testigo en 1760. A.G.N. Real Cía.
Guip. Apénd. IV, 22.
OLACHEA, José.—Residente en Puerto Cabello, en 1759. A.G.N. Real Cía. Guip. VH, 101.
OLAECHEA, José Antonio.—Marinero del navio "San Rafael" de la R.C.G. con destino a
Pasajes, en abril de 1775. A.G.N. Gob. y Cap. Gral. XVI, 117,
OLAECHEA, Xavier de.—Paje a bordo del navio "San Rafael" de la R.C.G. con destino a
Pasajes, en abril de 1775. A.G.N. Gob. y Cap. Gral. XVI, 117.
OLAIZ, Manuel Ignacio.—Cultivador de añil en el valle de Aragua a fines del siglo XVIII.
A.G.N. Archivo Aragua. T. XXX, f. 331.
OLAIZOLA, Ambrosio de.—Residió en Puerto Cabello, pero para el año 1778 se había ido
para su patria.
A.G.N. Real Cía. Guip. XXXII, 212.
OLAIZOLA, Félix de.—Marinero del navio "San Ignacio de Loyola" de la R.C.G. en viaje a
Cádiz, en julio de 1775.
A.G.N. Gob. y Cap. Gral. XVI, 261.
OLARAN, Francisco Javier de.—Cirujano de la fragata "San Miguel" de ia R.C.G. con destino
a Pasajes. Año 1772.
A.G.N. Gob. y Cap. Gral. XII, 180.
El Gobernador Unsasa remite a Gálvez instancia de Olaran en la que solicita colocarse de
médico cirujano de la plaza y hospital de La Guaira. Caracas, 13 de abril de 1780.
A.G.I Caracas, 85.
Solicita licencia para restituirse a la Península con el grado de cirujano del Ejército, el 27 de
mayo de 1785.
A.G.I. Caracas, 88.
Solicita permiso para pasar a la provincia de Guipúzcoa. Caracas, 2 de mayo de 1786.
A.G.I. Caracas, 89.
Guillelmi y Saavedra dan cuenta a Sonora de la renuncia a su empleo que ha hecho el
médico y cirujano de La Guaira
Olaran. 17 de febrero de 1787.
A.G.I. Caracas, 90.
OLARAN2, Simón de.—Marinero del navio "San Ignacio" de la R.C.G. en viaje de Venezuela
a Cádiz, el año 1772.
A.G.N. Gob. y Cap. Gral. XII, 143.
OLARRA, José.—Marinero del navio "San Carlos" de la RC.G, en viaje a Cádiz, en agosto de
1774.
A.G.N. Gob. y Cap. Gral. XV, 134.
OLARRIA, Ignacio.—Maestro carpintero de ribera que sale deLa Guaira con destino a
Cumaná solicitado por esa Comandancia de orden superior, en enero de 1776.
A.G.N. Gob. y Cap. Gral. XVII, 241.
OLARRIA, José Ramón.—Marinero del navio "San Francisco Xavier" de la R.C.G. en viaje de
La Guaira a Cádiz, el año
1767.
A.G.N. Real Cía. Guíp. XVII, 41.
OLARRIA, Martín de.—Carpintero calafate. Perito tasador en Puerto Cabello, el año 1762.
A.G.N. Real Cía Guip. IX, 291.
OLARTE, Padre Ignacio de.—Superior del Colegio de la Compañía de Jesús. Año 1767.
A.G.N. Real Cía. Guip. XIX, 291.
OLASIREGUI, Juan Bautista de.— Testigo en el testamento cerrado de Dña. María Josefa
Unanue. Caracas, 23 de agosto de 1798. R.P. Escrib. 1798. T. 9. ff. 205206.
OLASO, Pascual de.—Marinero del navio "San Carlos" de la R.C.G. en su segunda travesía
a Pasajes, en 1772. A.G.N. Gob. y Cap. Gral. XII, 174.
OLATEA, Juan.—Residente en Puerto Cabello. Año 1762. A.G.N. Int. Ej. y R. Hda. T. XXVII, f.
7.
OLAVERRIA, Esteban de.—Vecino de Puerto Cabello, Perito tasador. 1777. A.G.N. Real Cía.
Guip. XXXIV, 124.
OLAZABAL, Vicente.—Residente en La Guaira, en 1765. A.G.N. Real Cía. Guip. XIV, 251.
OLAZIREGUI, José Domingo.—Grumete a bordo de la "Trinidad" en viaje a Veracruz, en
1772. A.G.N. Gob. y Cap. Gral. XII, 144.
OLEA, Andrés de.—Sargento Mayor del Batallón Veterano, fijo en Caracas, ascendido a
Teniente Coronel en el Estado Mayor de la plaza de Barcelona. 1775. A.G.N. Real Cía. Guip.
IV, 218.
OLEA, Joaquín de.—Marinero del navio "San Ignacio" de la R.C.G. en viaje de Venezuela a
España, en 1772. A.G.N. Gob. y Cap. Oral. XH, 143.
OLLOQUI, Juan José.—Marinero que embarca en la goleta "San José" rumbo a Orua, en
abril de 1776. A.G.N. Gob. y Cap. Gral. XVII, 341.
OLONDO, Manuel Antonio de.—Capitán, vecino de Puerto Cabello. Año 1749. A.G.N. Real
Cía. Guip. III, 155.
OLONDO, Miguel de.—En correspondencia con José de Tellería, Factor que fue de la R.C.G.
en San Felipe (v. hacienda de Corepano. Año 1773). A.G.N. Real Cía. Guip. XXIV, 267.
OLONDO, Miguel Antonio de.—Capitán, vecino de Puerto Cabello. Año 1757. R.P. Test. Año
1755. T. M.
OLORIZ, Fray José.—Religioso del pueblo de San Pedro Alcántara de Caura. Febrero de
1783. A.G.N. Int. Ej. y R. Hda. T. XXIII, f. 178.
ONDARZA, José Antonio de.—Teniente Justicia del valle de Capaya, en 1778. A.G.N. Real
Cía. Guip. XXffl, 78.
OQUENDO, Juan Plácido.—Sargento. Año 1739. Reg. Pral. Test. T. MO, f. 22.
OQUENDO, María Remedios.—17 julio 1800. Reconoce sobre una casa situada en el barrio
de la Punta Arrieta, un censo de 100 pesos pertenecientes a la misa de once fundada por
varias personas en el convento de S. Francisco de Maracaibo, del que era Capellán el
presbítero don Gregorio Luzando. Mijares: R.P. Maracaibo.
ORBEA, Juan Bautista de.—Marinero de la goleta "Pincela" de la R.C.G. A.G.N. Gob. y Cap.
Gral. xn, 256.
ORCOLAGA, Francisco Antonio de.—Capitán de la goleta nombrada "Ntra. Sra. del Socorro"
de la R.C.G. Año 1767. A.G.N. Real Cía. Guip. XIX, 382.
ORDERIZ, Juan Bautista.—Natural del lugar de Gulina, en el Reino de Navarra. Hijo legítimo
de Don Pascual y de Dña. Juana María de Amezqueta. Se casa con Dña. Josefa Tamariz, el
28 de diciembre de 1782. Alt. M. I. (17511786).
Se casa con Ana Josefa Tamariz, el 6 de septiembre de 1785.
Cat. M. IX (18051810).
Nota: Como al parecer se trata de los mismos contrayentes, no sabemos a qué puede
obedecer la divergencia de fecha y lugar entre ambas partidas. Otorga testamento el 14 de
septiembre de 1793. R.P. Escrib. 1793, 8. f. 458.
ORDOZGOnr, Martín de.—Traficante en ganado. Mayo de 1783. A.G.N. Int. Ej. y R. Hda. T.
XXVI, f. 67.
ORENDAIN, Juan Bautista.—Marinero de la balandra "Aranzazu". A.G.N. Real Cía. Guip. Vn,
221. Año 1760.
ORENDAIN y PAGOAGA, Pablo de.—"Presbítero beneficiado de la parroquia de San
Esteban Protomártir del valle de Oyarzun, provincia de Guipúzcoa, en el Obispado de
Pamplona y actualmente vecino del pueblo de Maracay". Testamento fechado en 1780.
A.G.N. Real Cía. Guip. XLII, 90. Introductor del cultivo del añil en Venezuela. Vid. V.
Amezaga: "Hombres de la Compañía Guipuzcoana".
ORIA, Manuel de.—Vecino de Puerto Cabello y testigo en dicho puerto en 1781. A.G.N. Real
Cía. Guip. XLIH, 29.
ORMAECHEA, Juan Ramón Antonio de.—Aparece entre los deudores del Factor Amenabar
a la muerte de éste. Año 1784. A.G.N. Real Cía. Guip. Apénd. IV, 68.
ORONOZ, Felipe Antonio de.—Capitán y dueño de la fragata "San Francisco Xavier" en viaje
a Tenerife, en julio de 1776.
A.G.N, Gob. y Cap. Gral. XVII, 32.
Residente en Caracas. Otorga poder el 23 de enero de 1781. R.P. Escrib. 1781.
ORONOZ, Martín de.—Firma en Puerto Cabello por Antonio de Tellechea, que no sabe. Año
1779.
A.G.N. Real Cía. Guip. XXXIX, 292.
OSIN, Antonio.—Cosechero de cacao. Año 1767. A.G.N. Real Cía. Guip. XIX, 291 vto.
OSPINA, José de.—Testigo en el valle de Tacarigua, en abril de 1771. A.G.N. Real Cía. Guip.
XXITI, 7.
OSTUA, Manuel de.—Cocinero de la goleta "San José" en viaje a Orua, en abril de 1776.
A.G.N. Gob, y Cap. Oral. XVII, 341.
OTALORA, José Cruz de.—Marinero del jabeque "San José" de la R.C.G., de 24 años de
edad en 1756. A.G.N. Real Cía. Guip. Apénd. I, 41.
OTAMENDI, José Ramón.—Hijo del anterior Esteban Antonio. Hace testamento en Caracas
el 27 de enero de 1799. R.P. Escrib. Año 1799, ff. 1416.
OTAMENDI, Juan José de.—Residente en esta ciudad y natural de la villa de Bilbao, hijo de
D. José de Otamendi y de Dña. María Josefa de Lazcano Iturburu, vecinos y naturales que
fueron de ia dicha villa de Bilbao. Está siguiendo pleito contra J. Francisco León y José Pérez
Delgado "por 3.000 pesos que por escritura pública me están debiendo". Otorga su
testamento el 2 de febrero de 1751. R.P. Escrib. 1751, 2. f. 80.
OTAMENDI, Manuel de.—Segundo Teniente del Bergantín "Santo Tomás". 1764. A.G.N. Real
Cía. Guip. XUI, 239.
OTAMENDI, Manuel Vicente de.—Pilotín del navio "San Carlos" de la R.C.G. en su segunda
travesía a Pasajes. Año 1772. A.G.N. Gob, y Cap. Gral. XII, 174.
OTALORA, José.—Aparece frecuentemente como testigo en las escrituras de los año3 1800
y siguientes en Valencia.
R.P. Valencia, 1S01, f. 49.
OTASO, Gregorio Antonio de.—Marinero del bergantín "Santo Tomás". Año 1764.
A.G.N. Real Cía. Guip. XIII, 239.
OTEYZA, José Bernardo.—Marinero del navio "San Carlos" de la R.C.G. con destino a
Pasajes en septiembre de 1775.
A.G.N. Gob. y Cap. Gral. XVI, 343.
OXANDABARAS, Pedro de.—Marinero del jabeque corsario San Pedro" de la R.C.G. Año
1768.
A.G.N. Real Cía. Guip. XVIII, 163.
OYANARTE, Juan Bautista.—Testigo en diligencia ante escribano. Año 1758. A.G.N. Real
Cía. Guip. VI, 175.
OYANGUREN, Juan de.—Marinero del navio "Ntra. Sra. del Coro" de la R.C.G. en viaje a
Pasajes en septiembre de 1773. A.G.N. Gob. y Cap, Gral. XVI, 2.
OYARBIDE, Jean.—Autor de una carta en idioma francés. A.G.N. Real Cía. Guip. V, 12. Año
1757.
OYARBIDE, Pedro Pablo de.—Padrino en el bautizo de Josefa Lorenza, hija de Félix Albistur
y Paula Josefa Pérez, el 16 de noviembre de 1791. Altagracia, Baut. 2' (17871799).
OYARZABAL, Felipe de.—Maestro carpintero de ribera que sale de La Guaira con destino a
Cumaná solicitado por esa Comandancia de orden superior en enero de 1776. A.G.N. Gob. y
Cap. Gral. XVII, 241.
OYARZABAL, José Pedro.—Marinero del navio "Ntra. Sra. Del Coro", de la R.C.G. en viaje a
Pasajes, en septiembre de 1773.
A.G.N. Gob. y Cap. Gral. XIV, 2.
OYARZABAL, Juan Bautista de.—Patrón de la goleta "San José" en viaje al puerto de Grúa
en solicitud de la balandra apresada que dejó allí Francisco Santoyo, capitán de la corsaria
nombrada "Santa Gertrudis". Abril de 1776. A.G.N. Gob. y Cap. Gral. XVII, 341.
PAGÓLA, Antonio.—Cultivador de añij en el valle de Aragua a fines del siglo XVIII. A.G.N.
Archivo Aragua. T. XXV, f. 231.
PAGÓLA, Fernando.—Defensor, tutor y curador en La Guaira. A.G.N. Real Cía. Guip. XXXIII,
83, 1776.
PAGÓLA, José Francisco de.—Teniente Cabo a Guerra interino de Puerto Cabello en 1734.
Expediente Cabildo Caracas, 1750.
PAGÓLA, José Trinidad.—Presbítero en Pto. Cabello por los años de 1777. Archivo
Parroquia Pto. Cabello, Baut. 17731779.
PAGÓLA, Mateo Alvares de.—Comparece en apreso de una goleta. A.G.N. Real Cía. Guip.
XXXI, 159. Año 1777.
PAULIN, Juan Antonio.—Natural de Azcoitia, Guipúzcoa. Marinero a bordo del "Santa Ana"
de la R.C.G. en viaje de Venezuela a España, en 1767. A.G.N. Real Cía. Guip. XIX, 309.
PERALTA, Juan Martínez de.—Testigo en Puerto España "Trinidad" en 1778. A.G.N. Real
Cía. Guip. XXXVI, 316.
PEREA ANCHETA, Francisco.—Marino. Apresador de una goleta. Año 1750. A.G.N. Real
Cía. Guip. TI, 301.
PICABEA, José.Sebastián.—Pinta y dora tres tarjetas para la Silla del Obispo en el coro de la
catedral de Caracas. Se le llama "pintor". 16 de febrero de 1772. A.G.N. Neg. Eclesiast. Vol.
XHI, f. 186.
PICA VEA, Manuel de.—Marinero del navio "San Ignacio" de la R.C.G. en viaje de Venezuela
a España, en 1772. A.G.N. Gob. y Cap. Gral. XH, 143.
PORTU, Juan Lorenzo.—Pilotín a bordo del "Santa Ana", de la R.C.G. en viaje de Venezuela
a España, en 1767. A.G.N. Real Cía. Guip. XIX, 309.
RADA, Fernando.—Cosechero de cacao. Año 1741. A.G.N. Real Cía. Guip. I, 167.
RADA, Gerónimo de.—Canónigo Magistral de la Santa Iglesia Catedral. Año 1737. A.G.N.
Real Cía. Guip. I, 167.
RADA, Luis Basilio.—"Castellano y Justicia Mayor del puerto de La Guaira, en el año 1725."
(anterior a la R.C.G.). A.G.N. Resid. Portales y Meneses. T. XXII, 260.
RAMÍREZ, Vicente.—Amo en parte de una lancha apresada por los corsarios de la R.C.G.
De 26 años de edad. "Natural de la ciudad de Fuenterrabia en la Provincia de Guipúzcoa".
Año 1779. A.G.N. Real Cía. Guip. XLI, 262.
RECALDE, Carlos.—Mayordomo del navio "San Rafael" de la R.C.G. con destino a Pasajes,
en abril de 1775. A.G.N. Gob. y Cap. Gral. XVI, 116.
RECALDE, Carlos.—Residente en Caracas. Año 1797. R.P. Test. Año 1797, T. R3.
RECALDE, Carlos de.—Testigo en Maracay. Año 1788. A.G.N. Aren. Aragua. T. XXX, f. 338.
R.P. Esc. 1798. t. 9 ff. 205206.
RECALDE, Juan José.—Maestro de víveres a bordo del navio "San Francisco Xavier" de la
R.C.G. en viaje de La Guaira a Cádiz. Año 1767. A.G.N. Real Cía. Guip. XVn, 40.
RECALDE, Juan Miguel de.—Marinero del navio "San Miguel y Santiago" de la R.C.G. en
viaje a Cádiz, en marzo de 1775. A.G.N. Gofa, y Cap. Gral. XVI, 76.
RECALDE, Carlos.—Mayordomo del navio "San Rafael" de la R.C.G. con destino a Pasajes,
en abril de 1775. A.G.N. Gob. y Cap. Gral. XVI, 116.
RECALDE, Carlos.—Residente en Caracas. Año 1797. R.P. Test. Año 1797, T. R3.
RECALDE, Carlos de.—Testigo en Maracay. Año 1788. A.G.N. Arch. Aragua. T. XXX, f. 338.
R.P. Esc. 1798. t. 9 ff. 205206.
4
RECALDE, Juan José.—Maestro de víveres a bordo del navio "San Francisco Xavier" de la
R.C.G. en viaje de La Guaira a Cádiz. Año 1767. A.G.N. Real Cía. Guip. XVH, 40.
RECALDE, Juan Miguel de.—Marinero del navio "San Miguel y Santiago" de la R.C.G. en
viaje a Cádiz, en marzo de 1775. A.G.N. Gob. y Cap. Gral. XVI, 76.
RECARTE, Pedro.—Paje a bordo del navio "San Francisco Xavier" de la R.C.G. en viaje de
La Guaira a Cádiz, en 1767. A.G.N. Real Cía. Guip. XVE, 41.
REMENTARITEGUI, José Manuel de.—Cirujano primero del navio "Ntra. Sra. del Coro" de la
R.C.G. en viaje a Pasajes en septiembre de 1773. A.G.N. Gob. y Cap. Gral. XTV, 2.
Barbero que viaja de Pasajes a La Guaira, en septiembre de 1783 en el "Ntra. Sra. del Coro".
A.G.I. Caracas, Legajo 786.
Solicita empleo de practicante del Hospital de Pto. Cabello. Oct. 1786. A.G.N. Int. Ej. R. Hda,
T. XXXV.
RESPALDIZA, José Ventura.—Presunto deudor de Juan Miguel de Egaña. Año 1759. A.G.N.
Real Cía. Guip. VH, 117.
RETEGUI, Ignacio.—Paje a bordo del navio "Santa Ana" de la R.C.G. en viaje de Venezuela
a España, el año 1767. A.G.N. Real Cia. Guip. XIX, 310.
RETOLA, Agustín.—Cirujano segundo del navio "San Julián" de la R.C.G. en viaje a Pasajes,
en octubre de 1776. A.G.N. Gob. y Cap. Gral. XVIII, 148.
RIBAS, José Tomás de.—"Natural de los Pasajes". Marinero de la balandra "Santa Gertrudis"
corsaria de la R.C.G. De 42 años de edad en 1778. Puerto Cabello. A.G.N. Real Cía. Guip.
XXXV, 331.
ROTETA, Antonio.—Maestro carpintero. La Guaira. Año 1752. A.G.N. Real Cía. Guip. Apénd.
I, 470.
ROTETA, Miguel Antonio.—Gaviero mayor a bordo del navio "Santa Ana" de la R.C.G. en
viaje de Venezuela a España, en 1767. A.G.N. Real Cía. Guip. XIX, 309.
SAGARZAZU, José.—Carpintero y calafate del navio "Santo Cristo" de la R.C.G. A.G.N. Real
Cía. Guip. XVI, 273.
SAGASTI, José.—Maestro carpintero de ribera que sale de La Guaira con destino a Cumana
solicitado por esa Comandancia de orden superior. Enero de 1776. A.G.N. Gob. y Cap. Gral.
XVII, 241.
SAIZAR., José Ignacio.—Maestro carpintero de ribera' que. sale de La Guaira con destino a
Cumana, solicitado por esa Comandancia de orden superior. Enero de 1776. A.G.N. Gob. y
Cap. Gral. XVII, 241.
SALABERRIA, Baltasar de.—Tasador. Vecino de Cumana. A.G.N. Real Cía. Guip. T. u, f. 21.
Año 1749.
SALABERRIA, Baltasar de.—Marinero del navio "Ntra. Sra. del Coro" de la R.C.G. en viaje a
Pasajes, en septiembre de 1773. A.G.N. Gob. y Cap. Gral. XIV, 2.
SALABERRIA, Fernando de.—Vecino de Puerto Cabello en 1788. R.P. Escrib. Año 1790,
T. 9, f. 93 v.
SALABERRIA, Juan Bautista.—Marinero del navio "Ntra. Sra. del Coro" de la R.C.G. en viaje
de Pasajes, en septiembre de 1773. A.G.N. Gob. y Cap. Gral. XIV, 3.
SALAVERRIA, Fernando.—Tasador en Puerto Cabello en 1767. A.G.N. Real Cía. Guip. XVI,
252.
SALAVERRIA, José Antonio de.—Marinero del navio "San Ignacio" de la R.C.G. en viaje de
Venezuela a Cádiz, en 1772 A.G.N. Gob. y Cap. Gral. XII, 142.
SALAVERRIA, Juan.—Cacaotero. Año 1767. A.G.N. Real Cía. Guip. XIX, 303.
SALAVERRIA, Juan Domingo.—Marinero de la lancha corsaria "Concepción" de la R.C.G.
A.G.N. Real Cía. Guip. XXXVI, 7.
SALAVERRIA, Martín de.—Pro. a bordo del navio "Santa Ana" de la R.C.G. en viaje de
Venezuela a España. Año 1767. A.G.N. Real Cía. Guip. XIX, 309.
SANDIA, José Francisco.—Testigo. La Guaira, año 1758. A.G.N. Real Cía. Guip. T. VI, f. 158.
SANGRONIZ, Juan de.—Licenciado, Cura rector de la Parroquia de Santa Ana de Coro. Año
1748. A.G.N. Diversos. XII, 432.
SANSETENIA, Antonio.—Marinero del jabeque "San Pablo" de la R.C.G. Año 1766. A.G.N.
Real Cía. Guip. XVI, 6.
SANTOYO, Agustín.—Cabo de presa del jabeque "San Pedro" de la R.C.G. Año 1760.
A.G.N. Real Cía. Guip. XX, 108.
SARTTJCHO Y ZIGARROA, Antonia.—Se entabla pleito por el inventario de sus bienes. R.P.
Civ. Año 1740, 82.
SASIAIN, Juan Ignacio.—Vecino de La Guaira en 1769. A.G.N. Real Cía. Guip. XII, 341.
SASIETA, Juan Ignacio.—Marinero del navio "San Carlos" de la R.C.G. en viaje a Cádiz, en
agosto de 1774. A.G.N. Gob. y Cap. Gral. XV, 134.
SEGURA, Manuel de.—Marinero del navio "San Ignacio" de la R.C.G. en viaje de Venezuela
a Cádiz. Año 1772.
A.G.N. Gob. y Cap. Gral. XII, 142.
SILBERTI, Justo de.—Teniente y Cabo a Guerra principal del valle de San Francisco de
Cata, Jurisdicción de Nueva Valencia. Año 1736.
R.P. Test. Año 1739. Tomo B. f. 69.
SIMONDEGUI, Pedro de.—Acreedor por 129 pesos y 2 reales del Alférez del Real Cuerpo de
Artillería, Dn. Antonio Medina. Puerto Cabello, 12 de marzo de 1776. A.G.N. Gob. y Cap.
Gral. XVH, f. 307.
SISNAGA, Juan Antonio.—Maestro carpintero de ribera que sale de La Guaira con destino a
Cumana, solicitado por esa Comandancia de orden superior. Enero de 1776. A.G.N. Gob. y
Cap. Gral. XVII, 241.
SISTIAGA, Juan Ignacio de.—Teniente de Gobernador. Caraballeda, año 1778. A.G.N. Gob.
y Cap. Gral. XX, 50.
SISTIAGA, Pedro Ignacio de.—Apoderado de Dn. Manuel del Puerto en autos judiciales.
A.G.N. Arch. Aragua. T. XXII, f. 50.
SORAIZ, José Miguel.—Marinero del navio "San Migual y Santiago", de la R.C.G. en viaje a
Cádiz, en marzo de 1775. A.G.N. Gob. y Cap. Gral. XVI, 76.
SORAZABAL, Ignacio de.—Albañil en La Guaira en 1743. R.P. Test. Año 1747. Tomo DG.
SORONDO, Manuel de.—Capitán del jabeque corsario "San Francisco Xavier", alias El
Vengador. Año 1757.
A.G.N. Real Cía. Guip. T. V, f. 29.
Nombrado Comandante del jabeque "San Ignacio" de la
R.C.G. El Factor Gilberto Ignacio Fuentes otorga fianza
por él. 7 de marzo de 1758.
R.P. Escrib. 1758, 3. f. 16.
SORRONSA, José.—Paje a bordo del navio "Santa Ana" de la R.C.G. en viaje de Venezuela
a España. Año 1767.
A.G.N. Real Cía. Guip. XIX, 310.
SÜSPERREGUI, Ignacio.—Marinero del navio "Ntra. Sra. del Coro" de la R.C.G. en viaje a
Pasajes en septiembre de 1773. A.G.N. Gob. y Cap. Gral. XIV, 2,
SUSTAETA, José Antonio de.—Residente en La Guaira. Año 1765. R.P. Test. Año 1773, T. I.
SUSTAETA, Miguel Prudencio.—Capellán del navio "San Ra¬fael" de la R.C.G. con destino a
Pasajes en abril de 1775. A.G.N. Gob. y Cap. Gral. XVI, 116.
T
TAFALIA, P. F. Francisco de.—"Predicador, exprocurador de la Corte; de 42 años en 1752, de
hábito 24; poca barba, pelo cano".
Armellada, P. F. Cesáreo: "Por la Venezuela Indígena..." TAFALLA, P. F. Javier de.
—"Predicador, calvo, de mediana disposición; de 34 años en 1752 y 14 de hábito".
Armellada, P. F. Cesáreo: "Por la Venezuela Indígena..."
TELLECHEA, Antonio de.—Vecino de Puerto Cabello en 1799. A.G.N. Real Cía. Guip.
XXXIX, 292,
TELLECHEA, Francisco de.—Nombrado perito para avaluar una carga en Puerto Cabello.
Real Cía, Guip. 1757.
TELLECHEA, Matías de.—Tasador en La Guaira el año 1767. A.G.N. Real Cía. Guip. XVI,
66.
Autor de "Descripción Geográfica y relación individual del Valle de Nuestra Señora del
Carmen de Aroa..." en donde era "Cabo a guerra principal y Juez de Comisos". Año 1769.
Altolaguirre y Duvale, A.—"Relaciones geográficas..." p. 119.
Residenciado en San Felipe el Fuerte, como Alcalde Ordinario y Procurador General que fue
allí en 1778 y 87. A.G.N. Resid. XLH, 142 y 225; XLVH, 278, 308, 355 y 375. Ln, 99, 115, 135
y 148.
TELLERIA, José de.—Factor que fue de la R.C.G. en San Felipe en 1742, tras el
apaciguamiento de la sublevación de aquella ciudad contra la R.C.G. A.G.N. Real Cía. Guip.
XXIV, f. 195 y sigtes.
TELLERIA, José Antonio.—Marinero del navio "San Miguel y Santiago" de la R.C.G. en viaje
a Cádiz en marzo de 1775. A.G.N. Gob. y. Cap. Gral. XVI, 75.
TELLERIA, María Eugenia.—Hermana de José, Factor que fue de la R.C.G. en San Felipe.
Año 1773. A.G.N. Real Cía. Guip. XXIV, 253.
TELLERIA, Matías de.—Vecino de Ocumare en 1796. R.P. Test. Año 1795. T. A2.
TOBIN, Juan.—"Vizcaíno". Pasajero de una goleta apresada por los corsarios de la R.C.G.
Dice que iba para el Orinoco con cartas para D. José de Iturriaga. La Guaira, 1760. A.G.N.
Real Cía. Guip. X, 160.
TOLOSA, José de.—Capitán y Maestre del navio "El Santísimo Sacramento" en viaje de
retorno a Canarias. Mayo de 1774. A.G.N. Gob. y Cap. Gral. XV, 38.
TORRE, Manuel María de la.—Fallecido en Puerto Cabello el día 15 de junio de 1768 cuando
desempeñaba las funciones de administrador de negros de Real Asiento y GuardaAlmacén
de Pertrechos de Marina de la R.C.G. A.G.N. Real Cía. Guip. XX, 129.
TROCONIZ, José Miguel.—Castellano del puerto de Maracaibo. Agosto 1782. A.G.N. Int. Ej.
y R. Hda. T. XXI, f. 68.
TROCONIZ, Sebastián.—Hace entrega a D. José Prieto de una esclava negra y por permuta
con ésta recibe a un esclavo negro, estimados ambos en la misma cantidad de 200 pesos.
20 de mayo de 1790. Miliares: R.P. Maracaibo.
UBERA, Martin de.—Marinero de la galera "Ntra. Sra. del Pilar" de la R.C.G. de 41 años de
edad en 1741. A.G.N. Real Cía. Guip. I, 72.
UBESCUN, Juan José de.—Patrón de la goleta "María" de la R.C.G. Año 1755. A.G.N. Real
Cía. Guip. IV, 123.
UBILLOS, Juan Antonio.—Gaviero mayor del navio "San Miguel y Santiago" de la R.C.G. en
viaje a Cádiz en marzo de 1775. A.G.N. Gob. y Cap. Gral. XVI, 75.
UGALDE, José.—Capitán de la fragata "San Miguel" de la R.C.G. Año 1769. A.G.N. Real
Cía. Guip. XX, 322.
Nombrado Comandante del jabeque "San Miguel"; presta para ello fianza, el Factor Gral. M.
de Goicoechea el 16 de enero de 1769. R.P. Escrib. 1769, 3. f. 5.
UGALDE, Juan de.—Tasador de una piragua en Puerto Cabello en 1762. A.G.N. Real Cía.
Guip. X, 273.
UGALDE, Manuel de.—Marinero del navio "San Miguel y Santiago" de la R.C.G. en viaje a
Cádiz, en marzo de 1775. A.G.N. Gob. y Cap. Gral. XVI, 76.
UGARTE, Felipe.—Exteniente de Capaya. Año de 1750. A.G.N. Real Cía. Guip. III, 227.
UGARTE, José de.—Marinero del navio "San Ignacio" de la R.C.G. en viaje de Venezuela a
Cádiz. Año de 1772. A.G.N. Gob. y Cap. Gral. XH, 142.
UGARTE, Miguel de.—Maestre del navio "Ntra. Sra. del Coro" de la R.C.G. en viaje a
España, en junio de 1734. Lleva plata, según se detalla, reservándose parte para la
fortificación de Puerto Cabello.
A.G.N. Real Cía. Guip. Leg. sin encuad, f. 8.
ULACIA, Pedro de.—Alcalde Ordinario de Coro, en 1743. O. Pikaza: "Zuloaga..." pág. 162.
ULACIA, Pedro José.—Marinero del navio "San Ignacio" de la R.C.G. en viaje de Venezuela
a Cádiz, el año 1772. A.G.N. Gob. y Cap. Gral. XII, 143.
UMARAN, Nicolás de.—"Piloto que ha sido de la fragata nombrada "Ntra. Sra. del Rosario y
S. José". Otorga poder el 2 de septiembre de 1794. R.P. Escrib. 1794, 9, f. 225.
UNANUE, Manuel de.—Marinero del navio "San Ignacio" de la R.C.G. en viaje de Venezuela
a Cádiz, el año 1772. A.G.N. Gob. y Cap. Gral. XII, 143.
UNANUE, Vicente de.—Marinero del Bergantín "Ntra. Sra. del Coro" de la R.C.G. Año 1769.
A.G.C. Real Cía. Guip. XVII, 79.
UNDA, Juan Francisco de.—"Vecino de la ciudad de Guanare y residente en ésta. . ." Otorga
escritura de sustitución el 7 de enero de 1783. R.P. Escrib. 1783, 6. f. 2.
UNDABARRENA, Antonio de.— Don Ignacio Baralt, vecino y del comercio de la ciudad de
Maracaibo, cede a su hija Dña. María Teresa, mujer de D. Antonio de Undabarrena, "una
goleta que ha construido en este puerto, nombrada "Santa Sofía", de 50 toneladas o mil
quinientos quintales, poco más o menos, de carga. . . con todos sus pertrechos, jarcia y
velamen". Mijares: R.P. Maracaibo.
UNZAIN, Juan José de.—Hacienda de añil en el valle de Aragua, Año 1788. A.G.N. Archivo
Aragua, T. XXII, f. 1.
UNZAIN, Manuel de.—Cultivador de añil en el valle de Aragua, a fines del siglo XVIII. A.G.N.
Archivo Aragua, T. XLIH, 255.
URAIN, José Joaquín de.—Despensero del "San Rafael" con destino a Pasajes, en abril de
1775. A.G.N. Gob. y Cap. Gral. XVI, 116.
URBINA, Antonio de.—Maestro albañil. Nombrado para el avalúo de la casa del difunto Dn.
Pablo de Orendain, en 1781.
A.G.N. Real Cía. Guip. XLJJ, 126 vto.
URBINA, Miguel de.—Capitán y Maestre del navio "Ntra. Sra.de la Concepción" de la R.C.G.
en su viaje de vuelta a España, en marzo de 1734.
A.G.N. Real Cía. Guip. Leg. sin encuard.
URDANAVIA, José Ignacio.—Natural de Irún, Guipúzcoa. Testigo que tiene que declarar por
medio de intérprete por no saber el español. Año 1771. A.G.N. Real Cía. Guip. XXI, 24.
URDANETA, Calixto de.—2 de octubre de 1799. Sebastián José Cuvillán, moreno libre,
otorga poder a D. Calixto de Urdaneta para el cobro de cualquier cantidad que se le
adeudare. Mijares: R.P. Maracaibo.
URDANETA, José María.—José de la Rosa García vende a José María Urdaneta "una casilla
que notoriamente poseo en el barrio del Saladillo y parage que nombran de las Tenerías
Viejas, su frente a la Laguna y su fondo con solar del capitán graduado don Luis Gutiérrez de
Celis, y por el Occidente con otra de Francisco Leal... en precio de 80 pesos". 16 de agosto
de 1799. Mijares: R.P. Maracaibo.
URDANETA, Miguel Jerónimo.—El doctor don León Francisco de Campos, abogado de las
Reales Audiencias de Santa Fe y de Caracas, otorga poder a D. Miguel Jerónimo Urdaneta
en vísperas de trasladarse a la segunda de estas ciudades, especialmente para aprehender
a un mulato de nombre José. 11 de mayo de 1799. Mijares: R.P, Maracaibo.
URDINANEA, Nicolás de.—Marinero del navio "San Francisco Xavier" de la R.C.G. en viaje
de La Guaira a Cádiz, en 1767. A.G.N. Real Cía. Guip. XVII, 40.
URDINARRAIN, Lorenzo de.—Testigo en Petare, en 1771. R.P. Test. Año 1773. Tomo PR.
URDINOLA, Nicolás de.—Testigo en el testamento otorgado en Maracay el año 1870 por D.
Pablo de Orendain. A.G.N. Real Cía. Guip. XLH, 103. Cultivador de añil en el valle de
Aragua. A.G.N. Archivo Aragua. T. XXVIII, f. 12.
URIZAR, José Antonio de.—Teniente de Gobernador de Venezuela. A.G.N. Real Cía. Guip.
XVII, 64, año 1767.
URLOA, Ignacio de.—Residenciado en la ciudad de Nueva Valencia como Alcalde Ordinario
y Mayordomo de Propios que fue en ella, en 1778, 87 y 97. A.G.N. Resid. XLn, 123 y 228.
URNIZA, José.—"Hijo de Don Juan, natural de la ciudad de Pamplona, de treinta y dos años.
Mostró su título, dimisorias y licencia de confesar". Capellán del navio de la R.C.G. "Ntra.
Sra. de los Dolores". A.G.N. Real Cía. Guip. XVIII, 15.
URQUIA, José Martín.—Marinero del navio "San Julián" de la R.C.G. en viaje a Cádiz, en
diciembre de 1772.
A.G.N. Gob. y Cap. Gral. XH, 284
URQUIA, Martín de.—Cocinero de tripulación del navio "Ntra. Sra. del Coro" de la R.C.G. en
viaje a Pasajes, en septiembre de 1773. A.G.N. Gob. y Cap. Gnu. XIV, 2.
URQUIA ITURRIOZ, Martín de.—Marinero del navio "San Ignacio" de la R.C.G. en viaje a
Cádiz, el año 1772. A.G.N. Gob. y Cap. Gral. XII, 143.
URQUIA, Pedro de.—Tripulante de la canoa de José Fuentes, apresada por los corsarios de
la E.C.G. Año 1750. A.G.N. Real Cía. Guip. IV, 76. Año 1750.
URQUIZA, Antonio.—Entabla pleito contra Micaela Ovalles por cobro de pesos. R.P. Civ.
Año 1745. U,5.
URRIETA, Pedro de.—El Cabildo de Caracas había mandado hacer un Pendón bordado para
la jura de Carlos IV. Urrieta recibió 15 pesos por "dos dibujos que sacó para hacer dicho
Pendón". Seguramente se trataba del diseño del mismo por su haz y envés. 12 de diciembre
de 1789.
Archivo del Concejo Municipal. Tomo Real. Sello Jura Carlos IV, Í. 129.
URRUTIA, Antonio de.—Capitán de navio, uno de los cuatro jefes de la expedición de Límites
de 1751.
Vicente de Amezaga: "Hombres de la compañía Guipuzcoana".
URRUTIA, Francisco.—Entabla juicio contra Alonso de Sota por cantidad de pesos. R,P. Civ.
Año 1772, 1.
URRUTIA, Francisco Ignacio.—Firma documento en Caracas por Isidro Recio, que no sabe
firmar. Año 1769. R.P. Test. 1758. Tomo D, 15.
URRUTIA, Francisco Xavier.—Testigo en la villa de San Juan Bautista del Pao, en 1780. Año
1735. R.P. Test. Tomo T.
URRUTIA, Ignacio de.—Cabo de Ja segunda Compañía en Maracaibo. 1778. A.G.N. Int. Ej. y
R. Hda. T. VH, f. 65.
URRUTIA, Ignacio de.—Soldado encargado del Hato del Rey. Maracaibo, agosto de 1782.
A.G.N. Int. Ej. y R. Hda. XXI, f. 68.
URRUTIA, Pedro.—Comerciante. Año 1733. A.G.N. Real Cía. Guip. leg. sin encuad.
URRUTIA, Pedro José de.—Maestro carpintero de ribera que sale de La Guaira para
Cumaná solicitado por esa Comandancia de orden superior, en enero de 1776. A.G.N. Gob. y
Cap. Oral. XVII, 241.
URRUTIA, Pedro José de.—"De la orden de Santiago, Coronel de los Ejércitos, Gobernador
y Capitán General de estas Provincias de Nueva Andalucía y Nueva Barcelona, sus costas y
Reales Fortalezas, y en ellas Superintendente del Ramo de Cruzada por el Rey Ntro. Señor".
A.G.N. Real Cía. Guip. XXIH, 170, 1771.
URTASUN, Ramón de.—Castellano de La Guaira. A.G.N. Real Cía. Guip. V, 351, año 1760.
URTEZABAL, Juan José—Comandante de una lancha. Abril de 1780. A.G.N. Gob. y Cap.
Gral. XXHI, 115.
UZTIZBEREA, Fermín de.— Nombrado Comandante de la balandra "San Antonio" alias "La
Prusiana", del corso de la R.C.G. El Factor presta la debida fianza. 14 de agosto de 1775.
R.P. Escrib. 1775, 2 f. 33.
Capitán y maestre de la urca "Santa Teresa" de la R.C.G. en viaje a Pasajes, en agosto de
1776. A.G.N. Gob. y Cap. Gral. XVHI, 84.
URTIBEREA, Fermín de.— Escribano del navio "Santo Cristo" de la R.C.G. A.G.N. R.C.G
XVI, 273, año 1767.
URTIZBEREA, Juan Felipe de.—Escribano del navio "Santo Cristo" de la R.C.G. A.G.N. Real
Cía. Guip. XVI, 273. Año 1767.
USATEGUI, Juan de.—Residenciado en Guanare, como Alcalde Ordinario que fue en él, en
1787 y 93. A.G.N. Resid. LIX, 306 y 351.
USATEGUI, Juan.—Entabla pleito contra Pedro Pino por entrega de unas muías. R.P.
Civ. 1774, 2.
USOBIAGA, Miguel .—Condestable a bordo del Bergantín "Ntra. Sra. del Coro" que en
septiembre de 1783 viaja de Pasajes a La Guaira, bajo el mando del Comandante Vicente
Antonio de Icuza. A.G.I. Caracas, legajo 786.
UZCATEGUI, José de.—Residenciado en Mérida, como Alcalde Ordinario que fue en ella, en
1794. A.G.N. Resid. 334, 410, 720 y 735.
UZCANGA, José de.—Vecino de Santa Cruz de Escobar, jurisdicción del pueblo de Caguas.
Año 1786. R.P. Escrib. Año 1786.
UZQUIANO, José de—Tacata. Mayo de 1789. A.G.N. Gob. y Cap. Gral. T. XLI, f. 357.
UZQUIANO, Julián José de.—Copista. Diciembre <Je 1786. A.G.N. Int. Ej. y R. Hda. T.
XXXVI, f. 270.
USTARIZ, Juan Agustín de. — Cosechero de cacao. Año 1767. A.G.N. Real Cía. Guip. XVH,
25.
Vecino de Cádiz, de la Casa Ustáriz Hnos. y Cía.". Con "bienes inmuebles y raíces en el
Reino de Navarra". A.G.N. Real Cía. Guip. XLII, 350. Año 1772.
USTARIZ, Luis Gerónimo. — El primero de este linaje que viene a Venezuela. Llegó a
Caracas en la primera expedición de la R.C.G, en septiembre de 1730, "según los apuntes
que se hallan en poder del señor Gonzalo Ustáriz Francia. El nombramiento del Gobernador
D. Sebastián García de la Torre, que vino con UstárLs en el navio "San Ignacio", está
refrendado por Gerónimo Ustáriz, tío de Luis Gerónimo, como Secretario a S.M. en el
Consejo de Indias. Este Ustáriz (Gerónimo), es el autor del libro "Theórica y Práctica del
Comercio y de la Marina" (primera edición, 1724)". E.B. Núñez: "Figuras y Estampas..."
(primera serie 31).
USTARIZ, Luis Gerónimo. — Hijo del anterior y de Dña. Melchora Tovar, nacido en Caracas,
en 1735. Hereda el título de marqués que en 1739 fue concedido por el Rey Carlos de
Ñapóles, después Carlos III, el 3 de abril de 1739, a su hermano mayor, Casimiro, quien
murió sin sucesión. El Libertador se hospedó en su casa en Madrid en su viaje a España en
1799 y lo llama "sabio" y en la hacienda "La Concepción", en los valles de Aragua,
propiedad de los Ustáriz, cuya casa tenía una hermosa bliblioteca, se hospedó Humboldt,
quien traía cartas del marqués para sus parientes y amigos de Caracas. Falleció en 1809. E.
B. Núñez: "Figuras y estampas. . .", págs. 3132
VALLENILLA ARANA, Félix de,—Teniente de Gobernador de San Felipe. A.G.N. Real Cía.
Guip. IX, 233. Año 1761.
VELDERRAIN, Bartolomé de.—Vecino de San Felipe, cabo que fue de guardia del puerto de
La Esmeralda. A.G.N. Real Cía. Guip. IX, 234.
VERA, Francisco Xavier de.—Tasador. Maracaibo. Año 1778. A.G.N. Real Cía. Guip. XXXV,
116.
VERAZADI, Bautista de.—Perito tasador. Puerto Cabello, año 1757. A.G.N. Rea! Cía. Guip.
IV, 322.
VERGARA, Juan Luis.—Pide licencia para importar cuchillos, hachas. A.G.N. Int. Ej. y R.
Hda. XXX, 291.
VERGARA, Vicente.—Residenciado en Caracas como Teniente Justicia Mayor que fue en el
valle de Cúpira, en 1778. A.G.N. Resid. XLV, 335 y 338.
VEROIZ, Fernando.—Cirujano segundo a bordo del navio "Santa Ana" de la R.C.G. en viaje
de Venezuela a España, el año 1767. A.G.N. Real Cía. Guip. XIX, 309.
VICUÑA, Leandro de.—Residenciado en Coro, como Alcalde Ordinario que fue en él, en
1793. A.G.N. Resid. LXDC, 410 y 541.
VTDAONDO, José Ignacio.—Residenciado en Coro, como Teniente Justicia Mayor que fue
del pueblo de Río Tocuyo. Año 1785.
YANCI, Juan Domingo de.—Capitán del navio "San Joaquín" de la R.C.G. en viaje de La
Guaira a Cádiz, en 1735. A.G.N. Real Cía. Guip. Leg. sin encuad. f. 21.
YARZA, José de.—Enviado en 1737 a Caracas por la R.C.G. para informarse si el Factor
Principal. Nicolás de Francia, había establecido exactamente las cuentas de las factorías; el
estado de éstas y la calidad de las mercancías existentes ; las necesidades de los naturales
en cuanto a provisiones y vestidos a fin de que !as remediasen los navios de la Compañía; y
a averiguar, sobre todo, consultándose con el Gobernador Martín Lardizabal y con su
sucesor designado, Gabriel Zuloaga, "el proceder de cada uno de los Factores, sus
dependientes y demás empleados, y si viven cristianamente".
Gil Fortoul: Historia Constitucional de Venezuela. T. I, p. 98. (lo refiere a los archivos
generales de Guipúzcoa, existentes en Tolosa) .
YARZA, José Antonio de.—Tasador de una piragua en Puerto Cabello. 1762. A.G.N. Real
Cía. Guip. X, 273.
YARZA, José Antonio de.—Carpintero del paquebote "San Juan Bautista" de la R.C. de
Filipinas. Maracaibo, septiembre de 1786. A.G.N. Int. Ej. y R. Hda. XXXW, f. 27.
YARZA, José Joaquín.—Natural de Fuenterrabia. Hijo legitimo de Don Miguel Antonio y Dña.
María Manuela de Eguiluz, naturales y vecinos que fueron de la ciudad de Fuenterrabia.
Otorga poder para testar, el 30 de enero de 1798. R.P. Escrib. 1798, 3. f. 4.
YARZA, Juan José de.—Oficial de la Real Hacienda de Cumaná. Julio de 1785. A.G.N. Int.
Ej. y R, Hda. T. XXXD, f. 1.
YARZA, Miguel Antonio,—Carpintero y calafate a bordo del navio "San Francisco Xavier" en
viaje de La Guaira a Cádiz. Año 1767.
YARZA, Miguel Antonio de.—Nombrado Comandante del Bergantín "Ntra. Sra. del Coro" del
corso de la R.C.G., el 23 de febrero de 1769. R,P. Escrib. 1769, 3. f. 12.
Capitán del bergantín "Ntra. Sra. del Coro", guardacostas de la R.C.G., de 41 años de edad.
Testigo en La Guaira, en noviembre de 1770. A.G.N. Real Cía. Guip. XXII, 236.
YARZA, Miguel Antonio de.—"Hijo de Don Juan, natural de Fuenterrabia, casado allí con
Dña. Manuela Eguiluz, tiene hijos y treinta y ocho años de edad. Mostró su título". Primer
piloto del navio de la R.C.G, "Ntra. Sra. de los Dolores". Año 1767. A.G.N. Real Cía. Guip.
XVIII, 15 vto.
YARZA, Miguel Ignacio.—Carpintero y calafate del navio "San Carlos" de la R.C.G. en viaje a
Cádiz, en agosto de 1774. A.G.N. Gob. y Cap. Gral. XV, 134.
YARZA, Roque de.—Perito tasador. La Guaira. Año 1761, A.G.N. Real Cía. Guip. VIH, 19.
YARZA, Vicente Antonio de.—Comandante del Resguardo Marítimo. Febrero 1785. A.G.N.
Int. Ej. y R. Hda, T. XXXI, f. 175.
YEREGUI, José María de.—Natural de Amezqueta, Guipúzcoa. Hijo legítimo de Don Manuel
de Yeregui y de Dña. Ana Antonia de Izeta. Se casa el 18 de abril de 1773 con Dña. Manuela
Figueroa. S. Pablo. M. II.
Residente en Caracas. Testigo en escritura por Miguel Antonio de Usobiaga, el 7 de febrero
de 1775. R.P. Escrib. 1775, 5. f. 20.
ZABALETA, Luis de.—Es nombrado Comandante del bergantín nombrado "Santo Tomás",
propio del corso de la R.C.G. R.P. Escrib. 1762, 2. f. 129.
Designado Comandante del bergantín nombrado "Ntra. Sra. del Coro", propio del corso de la
R.C.G. El Factor Principal, Martín de Goicoechea, da la fianza de rigor. R.P. Escrib. 1766, 1.
f. 30.
ZABALETA, Vicente de.—Factor del Asiento de Negros en la isla de San Juan de Puerto
Rico. Abril de 1767. A.G.N. Real Cía. Guip. XIX, 378.
ZAMORA, Martín de.—Marinero del navio "Ntra. Sra. del Coro" de la R.C.G. en viaje a
Pasajes, en septiembre de 1773.
A.G.N. Gob. y Cap. Gral. XW, 2.
Marinero, natural de San Sebastián, que viaja de Pasajes a La Guaira, en septiembre de
1783, a bordo del Bergantín "Ntra. Sra. del Coro", bajo el mando del Comandante Vicente
Antonio de Icuza.
A.G.I. Caracas, legajo 786.
ZAMORATEGUI, Juan de.—Notario Público. Año 1769. R.P. Test. 1758, D 13.
ZAPIAIN, José Domingo de,—Maestre y administrador del Bergantín "San Antonio", en viaje
de La Guaira a San Sebastián, con carga de pescado. Año 1772. A.G.N. Gob. y Cap. Gral.
XII, 211.
ZAPIAIN, Martín Luis de.—Vecino del pueblo de Turmero. Da poder general a D. Andrés
Mosquera, el 5 de diciembre de 1799. R.P. Escrib. 1799, f. 160161.
ZARA, Bartolomé de.—Marinero del navio "San Ignacio de Loyola" de la R.C.G. en viaje a
Cádiz, en julio de 1775. A.G.N. Gob. y Cap. Gral. XVI, 261.
ZARANDETA, Ignacio de.—Tasador. Vecino de Tocayo. Año 1775. A.G.N. Real Cía. Guip.
XXX, 44.
ZARANDIA, Juan Bautista de.—Factor de la R.C.G. Año 1758. R.P. Escrib. 1758, 1. f. 129.
Factor en La Guaira de la R.C.G. Año 1765. R.P. Test. Año 1773. Tomo T.
Testamento en virtud de poder. "Administrador General que fue de la Real Renta del Tabaco
en esta Provincia de Venezuela". "Residente en el pueblo de San Sebastián de Maiquetía y
natural de San Sebastián, provincia de Guipúzcoa y oriundo de la villa de Lesaca en el Reino
de Navarra, hijo legítimo de D. Juan Bautista y Ana María Balestena, el primero natural de
Goizueta y la segunda de Lesaca. Casado con Luisa Ana de Oteiza y Ustáriz, el 5 de
julio de 1782.
R.P. Escrib. 1782, 5. f. 171.
ZARANDONA, José de.—Marinero de la balandra "Ntra. Sra. del Carmen" en viaje a Santo
Domingo. Mayo de 1776
A.G.N. Gob. y Cap. Gral. XVII, 18.
ZARATE, Pbro. José Rafael Ortiz de.—Cura Rector del pueblo de San Felipe Neri, en Los
Teques. Otorga poder el 20 de febrero de 1797.
R.P. Escrib. 1797, T. 2. f. 36.
ZARATE, Juan Francisco Ortiz de.—"Hijo de Juan Francisco y de Dña. Rosalía Ordóñez, el
primero natural de Victoria, provincia de Álava y la segunda natural de esta ciudad.
Natural de Caracas." Abogado de la Real Audiencia e Ilustre Colegio y Catedrático de
Instituto de su Real y Pontificia Universidad. Otorga testamento el 8 de septiembre de 1797.
R.P. Escrib. 1797. T. 2. ff. 190194.
Doctor secutar de la Academia de Derecho. 1798.
Vid. H. García Chuecos: "Relatos y Comentarios", pág. 45.
ZARAZUA, Agustín.—Marinero del navio "San Rafael" de la R.C.G. con destino a Pasajes, en
abril de 1775.
A.G.N. Gob. y Cap. Gral. XVI, 117.
ZATARAIN, Manuel de.—Teniente del Bergantín "Santo Tomás" de la R.C.G. Año 1763.
A.G.N. Real Cía. Guip. XII, 6.
ZAVALA, Juan Lorenzo.—Capitán y Alcalde Ordinario del pueblo del Carrizal. Coro, año
1763.
A.G.N. Real Cía. Guip. XI, 388.
ZAZUETA, Joaquín.—Isla de Margarita. Enero de 1778. A.G.N. Gob. y Cap. Gral. XIX, 291.
ZELAIETA, Juan Gerónimo.—Carpintero. Tasador en La Guaira. Año 1760. A.G.N. Real Cía.
Guip. VII, 229.
ZELAYA, Gerónimo de.—Residente en La Guaira. Año 1765. R.P. Test. Año 1773. Tomo M.
ZELAYA, Juan de.—Información de la regalía que hizo a D. Lope Currilla. Año 1731. A.G.N.
Diversos, XIII, 71.
ZIDARDIA, Martín de.—Fue uno de los que primero (año 1740) intentaron y lograron fundar
haciendas de cacao en el valle de Aroa.
Vid. Tellechea (M.): "Descripción geográfica..."
En Altolaguirre y Duvale: "Relaciones. ..", pág. 130.
ZUASNABAR, Juan José de.—Receptor de cacao en 1767. A.G.N. Real Cía. Guip. XDX,
299. ZUASNABAR, Lorenzo de.—Marinero del navio "San Carlos"
de la R.C.G. en viaje a Cádiz, en agosto de 1774.
A.G.N. Gob. y Cap. Gral. XV, 134.
ZUASNAVAR, Manuel Francisco.—Marinero del navio "Ntra. Sra. del Coro" de la R.C.G. en
viaje a Pasajes en septiembre de 1773. A.G.N. Gob. y Cap. Gral. XIV, 3.
ZUBILLAGA, Agustín Luis de.—Mayordomo del Hospital de Santa Ana de Coro en 1794. R.
Archila: "Historia...".
ZUBILLAGA, José Domingo.—Teniente Justicia del pueblo de Guanaba, abril de 1801. R.P.
Valencia, 1801, f. 52.
ZUBILLAGA, José Ramón de.—Receptor de cacao en 1767. A.G.N. Real Cía. Guip. XIX,
287.
ZUBIRIA, Juan Ignacio de.—Natural de la villa de Irañeta en el Reino de Navarra. Hijo de Dn.
Juan José y de Dña. María Catalina de Yarza. Se casa con Dña. Angela Terrero el 4 de mayo
de 1780. Catedral, Mat. 8; (17481782). Otorga poder general el 3 de diciembre de 1774.
R.P. Escrib. 1774, 4 f. 195.
Dependiente de la Factoría de la R.C.G. en la ciudad de Caracas. Año 1778. A.G.N. Real
Cía. Guip. XXXVII, 81.
ZUBIRIA, Martín de.—"Natural de los Reinos de España. Hijo de Dn. Francisco y de Dña.
María Fermina Larriaga. Se casa con Dña. María Josefa Ramírez el 26 de diciembre
de 1786.
Catedral, Mat. XI, (17851810).
Otorga poder en Caracas el 24 de noviembre de 1797.
R.P. Escrib. 1797, T. XI, ff. 378379.
ZUBIZAR, José Antonio.—Marinero del navio "San Francisco Xavier" de la R.C.G. en viaje de
La Guaira a Cádiz en 1767.
A.G.N. Real Cía. Guip. XVH, 40.
ZUGASTI, José Miguel de.—Calafate a bordo del navio "San Ignacio" de la R.C.G. en viaje
de Venezuela a España en 1772. A.G.N. Gob. y Cap. Gral. XII, 142.
ZUGASTI, Manuel de.—Marinero del navio "San Julián" de la R.C.G. en viaje a Cádiz, en
diciembre de 1772. A.G.N. Gob. y Cap. Gral. XII, 284.
ZULAETA, Domingo.—El 26 de octubre de 1779, Dn. Santiago Pon, sustituye en el Dr. Juan
Germán Roscío, Dn. José Elias González y Dn. Domingo Zulaeta, vecino de Caracas, y por
ese orden, un poder. Mijares. R.P. Maracaibo.
ZULETA, José del Rosario.—Residenciado en Maracaibo como Alcalde Ordinario que fue en
la villa de Perijá en 1784. A.G.N. Resid. LXXIII, 396 y 399.
ZULOAGA, José Xavier de.—Vecino que fue de Maracay. Tuvo hijos de segundo matrimonio.
R.P. Escrib. 1802, T. X, ff. 9799.
ZULOAGA, Juan Lorenzo.—Cultivador de añil en el valle de Aragua a fines del siglo XVHI.
A.G.N. Archivo Aragua, T. XXV, f. 91. Curador testamentario de Nicolás Zuloaga. R.P. Escrib.
1802, T. X, ff. 9799.
ZULOAGA, Juan Pedro.—Guardián del jabeque "San José". Año 1759. A.G.N. Real Cía.
Guip. VI, 286.
ZULOAGA, Manuel.—Vecino del pueblo de San Joaquín, Mariara. Vende una posesión de
tierras con casas y oficinas situadas en Hato Viejo, jurisdicción de San Joaquín y una
máquina de sierras de desmotar algodón, prensa y útiles de agricultura, el 22 de noviembre
de 1823. R.P. Escrib. T. 5, ff. 177180.
ZULOAGA, Santiago de.—Cura de Nirgua. Oficia al Gobernador Agüero sobre los abusos de
fandangos, comedias, etc. A.G.N. Gota, y Cap. Gral. XIV, 191, 196. Tesorero Dignidad de la
Sta. Iglesia Metropolitana. Natural del valle de Choroní, costa del Mar. Hijo de Dn. Miguel
Antonio, natural de la villa de Azpeitia, Guipúzcoa y de Dña. Juana María Rubio, natural del
valle de Choroní. Her
mano de José Ignacio Zuíoaga, (únicos hermanos). Su sobrina Josefa Petronila casó con
Santiago Fortique. Otorga testamento el 18 de mayo de 1805. Dignidad de Ja Metropolitana
que con poder del Arzobispo Coll y Prat gobernaba la Diócesis, 1809. Procesado "por
infidente al Rey" fue remitido a España donde murió al poco.
Vid. H. García Chuecos: "Relatos y Comentarios", págs. 5657.
ZULOAGA, Xavier de.—Sobrino del Factor Principal de la B.C.G. Don José de Amenafaar.
Residente en Caracas, R.P. Eacrib. 1784, 5, f. 95.
ZULOETA, Pedro José.—Firma como testigo en Caracas el 12H1725.
Testamentaría de Melania Juana Alvarez, f. 31. Año 1730, T. H.
ZULUETA, Tomas de.—Marinero del Bergantín "Ntra. Sra. del Coro". Año 1766. A.G.N. Real
Cía. Guip. XVI, 207.
ZUMETA, Manuel de.—Cirujano del navio "San Carlos" de la R.C.G. en viaje a Cádiz en
agosto de 1774. A.G.N. Gob. y Cap. Gral. XV, 134.
ZUREARAN, Juan.—Tripulante del columpo "Ntra. Sra. del Carmen", de la R.C.G. en enero
de 1774. A.G.N, Gob. y Cap. Gral. XIV, 166.
ZUREARAN, Ramón.—Paje del columpo "Ntra. Sra. del Carmen", de la R.C.G. Enero de
1774. A.G.N. Gob. y Cap. Oral. XIV, 166.
Los quinientos años que han seguido a tan «glorificada» hazaña de la aventura, han sido
quinientos años de invasión, forzada muchas veces, inevitable algunas, compleja siempre. Y
el agente de esa invasión lo fue la persona común y corriente.
Por muchos diestros o alocados descubridores, por muchos idealistas, ilusos o sangrientos
conquistadores, por muchas autoridades y todo el mundo de papel que trajeron consigo, u
ocasionaron, si no hubiese venido la persona común, sin importancia, transparente a los ojos
de la historia grandilocuente, la invasión de la que estoy hablando no se hubiese dado. El
complejo, doloroso y creador proceso de invasión, y la génesis de un nuevo mundo, se
dieron precisamente por la llegada continua de personas que vinieron, cada vez más,
pensando en quedarse en estas tierras, pensando en hacer América, pero para quedarse. Y
vinieron de todas partes, algunos ilusionados, otros a ver qué pasaba con sus vidas, muchos
contra su voluntad.
Y vinieron a todas partes del perímetro del cont americano. Fueron a donde mejor se
pintaban las cosas. es< cir, a donde la posibilidad de mejorar ostensiblemente sus das
parecía más cierta. Y en el mapa que imaginariamefliei formaron los viajeros, Venezuela, o lo
que hoy es Venezuela fue siempre uno de los lugares más periféricos. México y y los lugares
por los cuales se llegaba a ellos, fueron los a des polos de atracción.
Y Venezuela pronto mostró dos . que la alejaban del centro de interés: por un lado, quedó >
que aquí no había oro para enriquecer a todos los que ansiaba» riqueza rápida; por otro, la
hostilidad de los pobladoi» autóctonos era feroz y escurridiza su presencia, lo que a vaos los
hacía inenfrentables y difíciles e incómodos enemigos.
los viajeros que fueron llegando a Venezuela vinieron soldados, bárbaros si los uñamos con
los preceptos de los derechos humanos actuales, aventureros que al ver que aquí había
poca cosa, pronto se fuero*. pero vinieron también, y más antes que tarde, campesinos oca
sus familias, no a «hacer la América» de los siglos XIX y XX sino a crear América sin saberlo,
y vinieron, también, funcionarios que pronto se mezclaron con los lugareños, los de anta y los
nuevos. Lo más característico de la invasión de las tien» y poblaciones del nuevo mundo es
que terminaron invadiéndose a sí mismos: si bien en un principio la llamada conquista se
hizo contra los habitantes originarios, pronto la colonizacicaí se hizo con y sobre los propios
agentes de la conquista.
De todo este proceso, poco se sabía hasta ahora. Conocemos las lamentables historias de la
conquista, las luchas entre los invasores y los invadidos; sabemos bastante sobre cómo se
fue formando un entramado de instituciones y esquemas legales que dan apariencia a un
nuevo mundo. Pero nada, o casi nada, sabíamos de los que he llamado agentes de la
invasión. No sabíamos nada del fondo de este proceso. \o sabíamos nada de quiénes habían
venido, quiénes se quedaron, quiénes «hicieron América» de otra forma. Es apenas reciente
la aparición de trabajos destinados a seguir la pista de estos viajeros, o por lo menos a
precisar quiénes fueron. Y para el caso venezolano, la reciente aparición de una obra, hija de
un largo trabajo, comienza a develar esta historia. José
Hubo dos lugares, y momentos, en los que la procedencia pudo tener otro origen: Santo
Domingo, a lo largo del siglo XVI, y Cádiz, desde finales del siglo XVII. Cuando América vive
el fragor del descubrimien-to-conquista, lo que podríamos llamar la fase violenta y mili tar de
la invasión, Santo Domingo hizo de primera parada para muchos de los pasajeros de Indias.
Allí acudían, acompañando a Adelantados, Descubridores y Conquistadores, para luego, a
causa de la mítica imagen que en aquellos tiempos se tenía del nuevo mundo, por el fracaso
de otras empresas o aventuras, o porque se movían en la trama de la burocracia indiana,
dirigirse finalmente a un destino que los vería asentarse, formar o reunir familia, y separarse
finalmente de las raíces, vascas en nuestro caso, peninsular para la mayoría de estos
viajeros.
El caso nías conocido, pero no el único, es el de Simón de Bolívar, llamado «el vizcaíno»,
que en 1589 pasó de dicha isla a Venezuela, para quedarse y dejar descendencia. ¿Cuántos
vascos llegaron por medio de este mecanismo, a lo largo de los trescientos años de historia
colonial? No lo sabemos, ni podemos formarnos idea clara por ahora, pero no debieron ser
pocos si tomamos en cuenta que vascos fueron muchos de los burócratas que actuaron en la
Venezuela de aquella época. Por otra parte, y de esto ya hay información más precisa (en
parte por el.libro arriba citado), Cádiz fue un
Como todos los demás viajeros, debían obtener permiso o licencia real, dejando fianza y
datos personales, como edad, procedencia, destino, profesión, estado civil y tiempo estimado
de permanencia en América. Las licencias o permisos reales se asentaban en unos libros
que se conocen como los de Pasajeros de Indias, pero no siempre los datos eran completos
o correctos, y a veces no se asentaban, de modo que muchos viajeros, y no sabemos
exactamente por qué, viajaron de la península a América, y Venezuela, sin haber dejado
mayor huella de su viaje. Y tampoco sabemos en qué cantidad o proporción. Por lo tanto, las
cifras que traeré a colación no serán sino ilustrativas, y más bien permitirán ver la cali dad y
circunstancia de los viajeros.
Una vez más, aquí hay algo de acto de equilibrio o de prestidigitad ón. Lo común es que en
la información dada por los pasajeros se detallasen tanto el lugar de nacimiento como el
nombre de los padres, junto al propio, y cuando el primero era positivamente vasco, no
queda mayor duda de su origen (lo cual tampoco es siempre cierto). Pero, ¿qué hacer
cuando el viajero tiene un evidente apellido vasco, pero notifica ser originario de otro lugar?
El recurso a los nombres de los padres, que también a veces acompañan con su lugar de
origen, puede ser válido, pero no siempre la operación «apellido vasco=emigrante vasco» es
válida. He considerado como emigrantes vascos a aquéllos que por los datos incorporados
me lucen vascos, a veces arbitrariamente; de la misma forma. no he contado a los
misioneros y gobernadores, que por lo general viajaban a América como burócratas o como
agentes de la cristianización, y no dejaban descendencia.
Por los datos que tenemos, la vasca fue una migración de segundo orden, lo que era de
esperar por el «monopolio-migratorio que supuso Sevilla y su entorno. De los 4.632 pa -
sajeros contabilizados por JEL, y según su interpretación, tan sólo 255 fueron vascos
(5,51%). La distribución, por siglos, fue como sigue: en el siglo XVI, vinieron 52 vascos entre
1.984 emigrantes (2,72%); en el siglo XVII, 86 de 1.319 (6,52%); y en el siglo XVIII, 115 de
1.329 (8,65%). De todos estos viajeros, los navarros (32%) son los más abundantes, y los
alaveses (14%) los menos; los vizcaínos, los que más viajan en el primer siglo (44%), y los
guipuzcoanos, los que más hacen en los últimos 50 años, (29%), a falta de datos del de los
100 que viajan entre 1751 y 1800.
Estas bajas cifras esconden, en realidad, una situación eresante: si atendemos a las
profesiones, el peso de los icos fue notorio en el caso de los criados, en el de los em-ados y
en el de cargadores, especialmente cuando la inicien vasca se hace más abundante.
Obviamente, si el siglo XVIII es el siglo de los vascos en Venezuela, gracias a la Compañía
Guipuzcoana, tanto la cantidad de los eos que vienen, como la calidad de los mismos,
depende-i de las necesidades de la empresa comercial. En los datos cuestión apenas
aparecen empleados o funcionarios de la ima, relativizando la incierta que los registros de los
pasáis indianos puede darnos, pues de los cientos de emplea- que debieron arribar a
Venezuela, tan sólo se señalan 6, diverso rango, y un Factor Principal, José de Amenábar, :
viaja en 1769
Sein y Unsain, de 24 años, que en 1793 vino de Oyarzun a ayudar a su primo, Ignacio de
Oronoz, en el manejo de las fábricas de añil, o Miguel Joaquín de Oscoz, de Erbiti. Navarra,
que en 1792 vino a ayudar a su primo, Bartolomé de Azparren, del comercio de Caracas.
Curiosamente, estos personajes, que bien han podido dar origen a las locales familias Orono
o Azparren, no aparecen en los registros de los pasajeros de Indias, circunstancia que se
repetirá abundantemente.
Comerciantes y cargadores vinieron 40, según los registros que he utilizado. Cargadores
eran comerciantes que, a cuenta y riesgo propio, traían de la península géneros y
mercadurías, al decir de la época, para venderlos aquí. Con el producto de dicha venta, o a
través del trueque o pago en especie, embarcaban los frutos de Venezuela, especialmente
cacao, tabaco, cueros, y luego añil y café, y los llevaban a la península, donde tenían un
importante mercado. Los primeros cargadores aparecen en la segunda mitad del siglo XVIJ.
Venezuela, especialmente la provincia de Venezuela, ya es conocida como potencia agrícola,
especialmente por los tres primeros productos señalados arriba, pero también es conocida
por la escasa vinculación que tienen tales productos con el comercio peninsular, pues salía
mayoritariamente por vía del contrabando de los holandeses y judíos de Curazao.
Aventurarse en el comercio de sus frutos fue una apuesta cada vez más común, tanto que la
Compañía Guipuzcoana, y su sucesora, la Compañía de Filipinas, son consecuencia de tal
situación. Hasta la aparición de la primera, en 1728-1730, 20 cargadores habían venido
desde la península, fundamentalmente desde Sevilla y Cádiz.
Algunos repiten s^apuesta, como Juan López de Arcaute, de Arcaya, Álava, que en 1668
viaja a Caracas a comerciar por cuenta propia, en un navio del maestre Francisco
Zemborain, y regresa 9 años más tarde, en 1677. Curioso resulta que las embarcaciones
utilizadas por López de Arcaute, probablemente del comercio gaditano, tienen como
maestres a Antonio de Barrenechea, José de Urtuzaustegui, así como que traen a otros
comerciantes vascos en tales viajes, Andrés de Gaínza y Juan de Celaya, respectivamente.
Y ahora entro en otro asunto. Si a finales del siglo XVI es evidente la relación existente entre
miembros de la misr familia, o entre vecinos de origen en Euskadi, tanta que er práctica
común enviar los jóvenes de un lado del océano
Sin noticias al respecto, ni siquiera imprecisas, poco podemos decir pero mucho podemos
imaginar. Especialmente si desde que desaparece la Guipuzcoana, de 78 vascos que
salieron para Venezuela, por lo menos 7 regresan al lugar en donde habitualmente residían,
o de donde eran originarios, como son los casos de Bernardo (de 18 años de edad) y Pablo
de Echezuría, probalmente hermanos, que tornan a Caracas en 1795 y 1796,
respectivamente, donde residen sus padres, Juan Miguel de Echezuria, del Baztan, y Micaela
Sanabria, de Caracas. Mientras tanto, 32 viajan llamados a reunirse con sus familiares, o a
acompañar a conocidos o vecinos de su lugar de origen, como son los casos de los años
1788 y 1789, cuando 7 jóvenes viajan en tales condiciones: José Antonio de Aldaia, de 18
años, natural de Aoiz, viaja a Puerto Cabello, a la compañía de su primo Juan José de
Andueza, que está establecido en el comercio de ella; Manuel Antonio de Indo, de 10 años,
de Pasajes, viaja a la compañía de Agustín de Indo, su padre; José Narciso de Vergara, de
14 años, de Urdax, viaja a la compañía de Custodio de Vergara, su padre, establecido en el
pueblo de Maracay; Martín José de Ordozgoiti, de 19 años, de Lesaca, pasa a la compañía
deTomás de Ordosgoiti, su padre, residente en Caracas; Miguel Ignacio de Aguirre, de 13
años, de Isaso, viaja a la compañía de Ignacio de Aramburu, su tío, a ayudarlo en el giro de
su comercio en Caracas; María Antonia de Seguróla, de Azpeitia, viaja a la compañía de
Nicolás de Garazarrote y Josefa de Seguróla, sus líos; Nicolás López de Ervina y Oraa, de
13 años, de Ibarguren, viaja a Caracas, a la compañía de José de Oraa, su tío carnal.
Ordinariamente lo hacen para colaborar en el trabajo, casi siempre en el comercio, a veces
en la agricultura.
Finalmente, varios son los que vienen a reunirse con familiares que forman parte de la
burocracia colonial, o los acompañan en sus viajes a Venezuela, entre los que destaca
Manuel de Echeandia, cuyo padre, Fernando Antonio de Echeandia, viaja por dos veces a
Venezuela, en 1791 a Guayana, y en 1800 a Caracas, siendo en ambos casos tesorero de la
Real Hacienda. Manuel, nacido en 1783 en el actual Ecuador, pasará a la historia como
militar patriota. Como tantos otros, había ido a Euskadi a educarse, como también lo había
hecho Sebastián de Osorio y Loaiza, de 23 años, que en 1792 regresa a San Sebastián de
Ocumare, donde vivían sus padres: había ido a Berastegui (Vizcaya), después de 1776, al
cuidado de José de Oronoz, a instruirse en las ciencias. Esta migración de finales del siglo
XVIII muestra no sólo la importancia que seguían teniendo las tierras venezolanas para los
vascos, sino también la formación de una comunidad vasco-venezolana, que mantenía
fuertes lazos con su tierra de origen, pero que ya apostaba por una nueva vida, en América.
No sabemos cómo afectaron los siguientes años de guerra esta situación, pero la migración
vasca, y en general la peninsular, cayó abruptamente para dar paso a un nuevo impulso, a
mediados del siglo XIX, pero ya con origen en otras partes de Europa.
Este pequeño panorama muestra el verdadero aporte de los vascos a Venezuela: los
venezolanos, pueblo de aluvión donde los haya, fueron y son resultado de infinidad de migra-
ciones, pequeñas, .modestas, trabajadoras, y entre esas migra-; vá^-^té'',ía 1..época colonial,
cuya historia, como la s, está por hacer. La Compañía Gqipuzcoaña,~así como los grandes
capitanes y la infinidad de gobernadores,.vascos que vinieron a Venezuela, habrán
deja^3'.clátó"recuerdo,=eii nuestra historia; estos otros vascos que-aquí he'querido
írééprdar-, dejaron no sólo su vida sino su
CAPITULO - 12
Ya para principios del siglo XVIII se asumen como un grupo asentado en la Provincia de
Venezuela y pertenecientes a la elite criolla, prueba de ello es el funcionamiento de la Real
Compañía Guipuzcoana de Caracas la cual tuvo el monopolio económico con la región
desde 1728 hasta 1781. El rey Carlos III designa a Luis de Unzaga y Amézaga como primer
Capitán General de Venezuela (1777-1782). Ilustres próceres de la independencia
venezolana tenían antepasados vascos, entre los que destacan el Libertador Simón Bolívar,
Cristobal Mendoza, Francisco Javier Ustáriz, Manuel Gogorza Lechuga, Rafael Urdaneta,
Luis Urdaneta, Carlos Soublette, José Antonio Anzoátegui, Salvador de Madariaga, Juan
Guillermo Iribarren, Pedro Lucas Urribarrí, José Tadeo Monagas, Juan Bautista Arismendi,
Justo Briceño Otálora y Juan José Flores Aramburu quien fuera el Primer presidente de la
República del Ecuador.
Después que se asienta la Compañía Guipuzcoana, a partir del 1730, la afluencia vasca en
el país es numerosa. Y si en verdad choca el monopolio de la compañía, un monopolio que
ha sido apreciado como estímulo hacia Ja creación de sentimientos nacionalistas, un vasco
gobernador de Venezuela, Unzaga y Amezaga, preside la creación de la Capitanía General,
punto de partida de la unidad patria. Entre varios vascos se disputa en San Felipe el motín de
1742 y años posteriores, porque la tierra ya ha tomado al hombre y le ha dado calor y le está
enseñando a rebelarse. Después que se extingue la Guipuzcoana, los vascos ya se han
integrado al país, como lo prueba el impulso que dan al comercio en Puerto Cabello,
Cumaná, La Guaira. Y cuando Venezuela se dispone a liberarse políticamente, son Bolívar,
Mendoza, Ustáriz, Arrioja, Urdaneta, Soublette, Arísmendi, Aramendi, Zaraza, entre otros, los
que se echan al hombro la tarea sin par.
Lista de nombres de los comerciantes mayoristas que trabajan por su cuenta o por comisión
(año 1806),
El primer Bolívar. también llamado Simón, llega a Venezuela en las postrimerías del siglo XVI
y representa al país en el primer congreso de las ciudades y expone ante Felipe II las
necesidades de la naciente provincia y el rey otorga algunas gracias a Santiago de León.
Después morirá ciego y pobre.
CAPITULO - 14
La familia Bolívar provenía de una población llamada La Puebla de Bolívar en Vizcaya (País
Vasco, España), ubicada entonces en la merindad de Marquina. Además de esta
ascendencia vasca, hay que destacar su origen gallego, ya que su tatarabuelo, Jacinto de
Ponte y Andrade, era oriundo de Santiago de Compostela.6? A mayores, y ya desde los
inicios de la colonia sus miembros realizaron acciones destacadas en Venezuela.
El primero de los Bolívar en arribar a Venezuela fue el vizcaíno Simón de Bolívar, el cual,
junto con su hijo Simón de Bolívar y Castro (nacido en Santo Domingo, Higüey, actual
República Dominicana, de quien Bolívar era chozno),7? llegó a Caracas treinta años después
de la fundación de la ciudad, hacia 1589, y por tener el mismo nombre se les distinguió como
Simón de Bolívar el Viejo y Simón de Bolívar el Mozo.
Bolívar el Viejo destacó como contador real, por privilegio especial del rey Felipe II, quien en
el título de nombramiento le reiteraba su amplia confianza como velador de la Real Hacienda,
cargo que ejercieron tanto él como posteriormente su hijo, en Margarita y Caracas.
Fue, además, procurador general de las ciudades de Caracas, Coro, Trujillo, Barquisimeto,
Carora, El Tocuyo y Maracaibo ante la Corte española entre 1590 y 1593, para informar al
rey Felipe sobre el estado de la provincia y pedirle ciertas mejoras, exenciones de impuestos
y privilegios que facilitaran el desarrollo de la misma.
Entre sus logros para Caracas está el haber gestionado en el Consejo de Indias la concesión
real del escudo que aún conserva, junto con el título de Muy noble y leal ciudad.
Con el tiempo los Bolívar se unieron en matrimonio con las familias de los primeros
pobladores de Venezuela y alcanzaron rangos y distinciones tales como las de regidor,
Alférez Real y gestionaron los títulos nobiliarios de marqués de Bolívar y vizconde de
Cocorote, asociado con la cesión de las Minas de Cocorote y la facultad de administrar el
señorío de Aroa, conocido por la riqueza de sus minas de cobre (estos títulos, sin embargo,
no llegaron a concederse).
En cuanto a la familia Palacios, estos eran oriundos de la zona de Miranda de Ebro, actual
provincia de Burgos, en España. El primero de los Palacios en llegar a Venezuela fue José
Palacios de Aguirre y Ariztía-Sojo y Ortiz de Zárate, natural de Miranda de Ebro en 1647, que
falleció en Caracas en 1703. El resto de los descendientes se unieron en matrimonio con
otras familias aristocráticas y alcanzaron los puestos de alcalde, regidor, procurador, etc. Dos
generaciones después de José Palacios nacería María de la Concepción Palacios de Aguirre
y Ariztía-Sojo y Blanco, hija de Feliciano Palacios de Aguirre y Ariztía-Sojo y Gil de Arriata y
de Francisca Blanco de Herrera, descendiente de algunas familias canarias establecidas en
Venezuela.8?9? Ella fue la madre de Simón Bolívar.
Antepasados
Simón José Antonio de la Santísima Trinidad Bolívar Palacios Ponte y Blanco (Caracas, 24
de julio de 1783-Santa Marta, 17 de diciembre de 1830),fue un militar y político venezolano,
fundador de las repúblicas de la Gran Colombia y Bolivia. Fue una de las figuras más
destacadas de la emancipación hispanoamericana frente al Imperio español. Contribuyó a
inspirar y concretar de manera decisiva la independencia de las actuales Bolivia, Colombia,
Ecuador, Panamá,3? Perú y Venezuela.
Participó en la fundación de la Gran Colombia, nación que intentó consolidar como una gran
confederación política y militar en América, de la cual fue presidente. Bolívar es considerado
por sus acciones e ideas el Hombre de América y una figura de la historia universal, ya que
dejó un legado político en varios países latinoamericanos, algunos de los cuales lo han
convertido en objeto de veneración nacionalista. Ha recibido honores en varias partes del
mundo a través de estatuas, monumentos, parques, plazas, etc.
Los criollos, a pesar de los privilegios que tenían, habían desarrollado un sentimiento
particular del «ser americano» que los invitaba a la rebeldía: "Estábamos (explicaría Bolívar
más tarde) abstraídos y, digámoslo así, ausentes del universo en cuanto es relativo a la
ciencia del gobierno y administración del Estado. Jamás éramos virreyes ni gobernadores
sino por causas muy extraordinarias; arzobispos y obispos pocas veces; diplomáticos nunca;
militares sólo en calidad de subalternos; nobles, sin privilegios reales; no éramos, en fin, ni
magistrados ni financistas, y casi ni aun comerciantes; todo en contravención directa de
nuestras instituciones".
Ésta era, por lo demás, la clase a la cual pertenecían sus padres, Juan Vicente Bolívar y
Ponte y María de la Concepción Palacios y Blanco. El niño Simón era el menor de cuatro
hermanos y muy pronto se convertiría, junto a ellos, en heredero de una gran fortuna. Bolívar
quedó huérfano a los nueve años de edad, pasando al cuidado de su abuelo materno y
posteriormente de su tío Carlos Palacios; ellos velarían por su educación, aunque también la
negra Hipólita, su esclava y nodriza, continuaría cuidando del muchacho.
Mientras esto sucedía, tuvo la suerte de formarse con los mejores maestros y pensadores de
la ciudad; figuraban entre ellos Andrés Bello, Guillermo Pelgrón y Simón Rodríguez. Fue este
último, sin embargo, quien logró calmar por instantes el ímpetu nervioso y rebelde del niño,
alojándolo como interno en su casa por orden de la Real Audiencia, lo cual sería la génesis
de una gran amistad. Pero ni el apego al mentor ni el ingreso en la milicia fueron suficientes
para aquietar al muchacho, y sus tíos decidieron enviarlo a España a continuar su formación.
La gestación de un ideal
Tras una corta estancia en Estados Unidos, Bolívar regresó a mediados de 1807 a Caracas,
donde hubo de retomar sus antiguas ocupaciones de hacendado. José Antonio Briceño, un
vecino de tierras y fincas, le esperaba con un cerco en sus tierras; tal asunto debía
resolverse cuanto antes. Pese al fracaso, las incursiones de Miranda habían tenido la virtud
de adherir algunos caraqueños al proyecto emancipador; sin embargo, la gran mayoría de los
criollos se conformaba con rebelarse pasivamente violando las normas que se dictaban
desde España.
En 1808 Bolívar se había ya incorporado a las actividades conspirativas. Ese mismo año
tuvieron lugar gravísimos sucesos en la metrópoli: Napoleón invadió la península, mantuvo
retenidos en Bayona a Carlos IV y a su hijo Fernando VII y dio la corona a su hermano José I
Bonaparte. Tal usurpación desencadenó la Guerra de la Independencia Española (1808-
1814), convulsa etapa en la que los continuos combates contra el invasor y el rechazo
popular al impuesto rey francés ocasionaron un vacío de poder en España, cubierto apenas
con el establecimiento en Sevilla de la Junta Suprema de España e Indias (27 de mayo de
1808).
La situación era propicia para que Martín Tovar y Ponte, entonces alcalde de Caracas,
presentara a la Capitanía General un proyecto para crear una junta de gobierno adscrita a la
Junta Suprema de Sevilla, expresando así las demandas criollas de participación política. En
un comienzo, las autoridades coloniales se mostraron reacias al proyecto, pero
posteriormente, ante el vacío de poder que se había producido, decidieron pactar con los
conspiradores. Enterado de la situación, Bolívar abrió las puertas de una casa de verano
familiar (la Cuadra de Bolívar) para acoger las reuniones. Se negó categóricamente a
participar en cualquier alianza; para él, debía clamarse por la emancipación absoluta.
En las vísperas del jueves santo de 1810, arribaron a la ciudad los comisionados del nuevo
Consejo de Regencia de Cádiz, órgano de gobierno que actuaba en la península en
sustitución de Fernando VII, tras haber relevado a la Junta Suprema. Fueron recibidos por
Vicente Emparan, máxima autoridad colonial en tanto que gobernador y capitán general de
Venezuela, pero al día siguiente los criollos lo sitiaron y lo obligaron a dirigirse al cabildo. La
mitología venezolana recoge de esta fecha (19 de abril de 1810) el instante en el cual
Vicente Emparan se asomó al balcón del cabildo de Caracas para interrogar al pueblo
enardecido acerca de su predisposición a continuar aceptando su autoridad, con el clérigo
José Cortés de Madariaga detrás de él haciendo señas con el dedo al pueblo para que
negasen. Tras un rotundo "¡No!" por parte de la población, Vicente Emparan cedió: "Pues yo
tampoco quiero mando".
Comenzaba así la famosa revuelta caraqueña que, sin proponérselo, daba inicio al proceso
de independencia de Venezuela. Se constituyó la Junta Suprema de Venezuela, órgano
gubernativo teóricamente fiel al rey Fernando VII que, entre otras disposiciones, nombró a
Simón Bolívar coronel de infantería y le asignó la tarea de viajar a Londres, en compañía de
Andrés Bello y Luis López Méndez, en busca de apoyos para el nuevo gobierno.
En Londres fueron recibidos por el ministro de Asuntos Exteriores, Lord Wellesley, quien
después de varias entrevistas terminó por mantenerse neutral frente a la situación. Bolívar, a
pesar de ver frustrado el intento, encontró en esta coyuntura una reorientación y clarificación
de sus ideas sobre la emancipación de la América Latina. El momento clave fue su entrevista
en Londres con Francisco de Miranda, ideólogo y visionario de la independencia de América,
quien ya había ideado, entre otras cosas, un proyecto para la construcción de una gran
nación llamada «Colombia», que había de reunir en su seno a todas la antiguas colonias,
desde México hasta Chile y Argentina. Bolívar se empapó de las ideas del gran precursor y
las reformuló a lo largo de una campaña que duraría veinte años.
Bolívar regresó a Caracas convencido de la misión que había decidido atribuirse. Miranda no
tardaría en seguirlo; su figura era algo mítica entre los criollos, tanto por el largo tiempo que
había pasado en el exterior como por su participación en la independencia de Norteamérica y
en la Revolución Francesa. Casi nadie lo conocía, pero Bolívar, convencido de la utilidad de
Miranda para la empresa que se iniciaba, lo introdujo en la Sociedad Patriótica de Agricultura
y Economía, creada en agosto de 1810.
La independencia de Venezuela
La primera República se perdió como consecuencia de las diferencias de criterios entre los
criollos, de los resentimientos entre castas y clases sociales, y de las incursiones de
Domingo Monteverde (capitán de fragata del ejército realista) en Coro, Siquisique, Carora,
Trujillo, Barquisimeto, Valencia y, finalmente, Caracas. Estaba claro que una guerra civil iba a
desatarse de inmediato, pues la empresa en cuestión era todo menos monolítica. Bolívar
tomaría conciencia del carácter clasista de la guerra y reflexionaría sobre ello a lo largo de
todas sus proclamas políticas.
En esta oportunidad, sin embargo, le tocó defender la República desde Puerto Cabello. A
pesar de su excelente labor política y militar en defensa del castillo, todo fue inútil; las fuerzas
del otro bando eran superiores, y a ello se le sumaba la ruina causada por los terremotos
ocurridos en marzo de 1812. El 25 de julio se produjo la capitulación del generalísimo
Francisco de Miranda; si bien era necesaria en su opinión, Miranda no había consultado a
sus compañeros, y la rendición llenó de ira a Bolívar, quien, al enterarse de los planes de
Miranda de abandonar el territorio, participó en su arresto en el puerto de La Guaira: "Yo no
lo arresté para servir al rey, sino para castigar a un traidor".
La estrategia de Bolívar fue entonces huir hacia Curazao, desde donde partió a Cartagena,
en la costa caribeña de Colombia. El 27 de noviembre de 1811, Cartagena y otras ciudades
del Reino de Nueva Granada (actual Colombia) habían proclamado su independencia y
constituido las Provincias Unidas de Nueva Granada. La intención de Bolívar, arropada en el
manto de un discurso deslumbrante, era encontrar apoyo en las fuerzas neogranadinas para
emprender la reconquista de la República en la vecina Venezuela. "Yo soy, granadinos, un
hijo de la infeliz Caracas, escapado prodigiosamente de en medio de sus ruinas físicas, y
políticas": con estas palabras se iniciaba el Manifiesto de Cartagena, carta de presentación
de Bolívar ante el Soberano Congreso de las Provincias Unidas de Nueva Granada, en la
cual trazaba un diagnóstico de la derrota al tiempo que ofrecía sus servicios al ejército de esa
región. Los granadinos lo acogieron otorgándole el rango de capitán de la guarnición de
Barrancas.
Bolívar libró unas cuantas batallas, incluso desobedeciendo órdenes, y bajo el mismo
procedimiento inició su arremetida hacia Venezuela. En mayo de 1813 emprendió la
«Campaña Admirable», gesta que consistió en la reconquista de los territorios del occidente
del país (mientras, de forma simultánea, Santiago Mariño tomaba los de oriente) hasta entrar
triunfalmente en Caracas en agosto del mismo año. A su paso por Mérida le llamaron «el
Libertador», y con ese título fue ratificado por la municipalidad de Caracas, que lo nombró,
además, capitán general de los ejércitos de Venezuela. Pero la Segunda República iba a ser,
en esencia, tan efímera como la primera.
Después de un corto pero victorioso tránsito por la Nueva Granada (dirigió las tropas que
ocuparon Santafé de Bogotá, sellando así la adhesión de Cundinamarca a las Provincias
Unidas de Nueva Granada), Bolívar marchó hacia Jamaica en mayo de 1815. En Kingston se
dedicó a divulgar, a través de una copiosa correspondencia con personalidades de todo el
mundo, el propósito de la guerra que se estaba librando en el territorio de la América
meridional. Hasta entonces, el mundo sólo conocía la versión de los realistas.
La «Gran Colombia»
Fueron los tiempos del temible general realista Pablo Morillo, al que el absolutista monarca
español Fernando VII, repuesto en el trono una vez finalizada la Guerra de la Independencia
Española, había encomendado la misión de aplastar toda insurgencia. Vencerlo fue tarea
difícil, y Bolívar tuvo que emplear nuevas estrategias de adhesión: proclamó la libertad de los
esclavos y ofreció tierras a cambio de lealtad militar. Obtuvo así la colaboración de los
ejércitos llaneros al mando de José Antonio Páez, vitales para el desarrollo de la contienda,
como también lo fue la ayuda de un importante contingente de soldados y generales
europeos, británicos fundamentalmente, quienes anhelaban unirse al Libertador.
En una inolvidable gesta que incluyó la travesía de los Andes desde Argentina, San Martín
había liberado Chile en 1817; desde allí, al frente de un nutrido ejército que trasladó por mar,
desembarcó en Perú, ocupó Lima en 1821 y proclamó la independencia. Pero apenas un año
después, la disensiones internas y el hostigamiento de los realistas, que controlaban de
hecho la mayor parte del territorio, habían debilitado sensiblemente su posición. Ambos
libertadores se reunieron en Guayaquil en julio de 1822 con el fin de tratar éste y otros
asuntos relativos a la guerra. Nunca se supo de qué hablaron Simón Bolívar y José de San
Martín, pero el curso de los acontecimientos brinda la evidencia de un profundo desacuerdo;
poco después, San Martín renunció a su cargo de Protector del Perú y regresó a Chile.
Tras constituir la «Gran Colombia», Bolívar derrotó a los españoles en Perú, poniendo fin a
tres siglos de colonialismo
La definitiva liberación del Perú quedó así en manos de Bolívar. Apenas dos años después,
tras hacerse cargo en persona de los preparativos, las batallas de Junín y de Ayacucho
(agosto y diciembre de 1824) acabaron con la resistencia realista: la caída del Virreinato del
Perú ponía fin a tres siglos de dominación española. En el Alto Perú, liberado en los primeros
meses de 1825, se constituyó la actual República de Bolivia, presidida por su lugarteniente
Antonio José de Sucre. Culminadas así todas las operaciones militares, Bolívar regresó a
rendir cuentas al Congreso colombiano.
Bajo su impulso medio continente había alcanzado la independencia, pero, pese a haber
reflexionado largamente sobre la forma de gobierno que convenía a los territorios
americanos, ni la fortuna ni la clarividencia le acompañarían en su acción política. Bolívar
abogó en todo momento por la edificación de un Estado centralista que lograra cohesionar
aquello que, en virtud de una heterogeneidad racial, cultural y geográfica de la que era muy
consciente, no resistía la perfección de una federación; pronto se puso de manifiesto, sin
embargo, que el proyecto de mantener unidas en confederación a las nuevas naciones era
una quimera.
Si bien logró todavía aplacar la sublevación de la Cosiata (1826), Bolívar intentó luego evitar
la desmembración de la Gran Colombia invistiéndose de poderes dictatoriales (1828), lo que
sólo sirvió como pretexto para que, el 25 de septiembre del mismo año, se perpetrase un
atentado fallido contra su persona que minó profundamente su moral. Todo era inútil: el
general victorioso en las luchas por la libertad de las naciones se veía vencido en aquella
nueva etapa de lucha para la verdadera construcción de las mismas. El 27 de abril de 1830,
Bolívar presentó su renuncia ante el que sería el último Congreso de la Gran Colombia. Las
pugnas caudillistas y nacionalistas desbarataron toda posible conciliación y condujeron a la
separación de Venezuela y Ecuador.
Políticamente, su sueño fue unir las colonias españolas liberadas en una confederación al
estilo estadounidense; tal proyecto se materializó en la «Gran Colombia» (1819-1830), que
presidió el mismo Bolívar y llegó a englobar Venezuela, Colombia, Ecuador y Panamá.
a Bolívar
Fue un sueño de la tierra,
de la Tierra de Gracia;
de aquella cuya entraña generosa
toda virtud encierra
y que el vital afán del hombre sacia
con frutos mil que sin cesar fecunda
y codiciados bienes de que abunda.
La que del mar Caribe,
a sus plantas rendido,
como tributo de su fe constante,
los ardorosos hálitos recibe.
Aquella en que, arrogante,
la ceiba se alza, siempre en sed de cielo,
mientras que los samanes,
tercos eternidad pidiendo al suelo,
se añejan entre furias de huracanes.
La que en la palma se hace gentileza,
la que florece en sangre en los bucares
y corona en la orquídea su belleza.
La que los Andes tiene por altares,
y espejo de Infinito es en sus Llanos;
donde Orinoco, padre providente,
de la vida guardián de los árcanos
toda planta fecunda y ser viviente.
La tierra que en valor fue Guaicaipuro
y en el martirio Tamanaco fuera;
madre de un mundo primitivo y puro
en el que pareciera
que Dios al hombre regalarle quiso
lo que Adán se perdió en el Paraíso,
Un varón de justicia
cuya más pura gloria
fuera el saber vencerse en la victoria
para nunca caer en el abismo
donde el Tirano crece
y, a la vez que a sí mismo,
a su pueblo envilece.
al general inflama
y al soldado decide en la hora honrosa;
aquella que guiar al estadista
con el discurso o con la carta sabe,
la que profunda o grácil, acre o suave
convence al alma y voluntad conquista;
y, sin más arma que la voz desnuda,
la pasión que arrebata
a los contraríos en concordia muda
y su presa rendir hace a un pirata.
El rey Carlos III designa a Luis de Unzaga y Amézaga como primer Capitán General de
Venezuela (1777-1782). Ilustres próceres de la independencia venezolana tenían
antepasados vascos, entre los que destacan el Libertador Simón Bolívar, Cristobal Mendoza,
Francisco Javier Ustáriz, Manuel Gogorza Lechuga, Rafael Urdaneta, Luis Urdaneta, Carlos
Soublette, José Antonio Anzoátegui, Salvador de Madariaga, Juan Guillermo Iribarren, Pedro
Lucas Urribarrí, José Tadeo Monagas, Juan Bautista Arismendi, Justo Briceño Otálora y Juan
José Flores Aramburu quien fuera el Primer presidente de la República del Ecuador.
Cristóbal Mendoza, primer presidente de Venezuela (1811)
Andrés Ibarra hizo la campaña del Sur con Bolívar en 1829 y participó en la pacificación de Pasto y
Popayán; muerto "El Libertador", sirvió bajo el general Mariano Montilla y desde 1833 .
Su hermano Diego Ibarra tomó parte en el sitio de Barinas y la batalla de Carabobo; fue edecán del
Libertador Bolívar contribuyendo a la toma de Angostura (actual Ciudad Bolívar), luchó también en
Colombia y en la campaña del Ecuador y en 1833 se incorporó al Ejército con el grado de general.
Josefa Aristeguieta, prima del Libertador casada con el general Gregor MacGregor. Juan Guillermo
Iribarren luchó a las órdenes del general Rafael Urdaneta distinguiéndose en San Carlos de Cojedes; en
1824 fue comandante general del 4º distrito de Venezuela y acabó con la sublevación de Carabobo. En
el terreno de la cultura, José Agustín de la Torre y Urrieta fue rector de la Universidad de Caracas
mientras que Francisco María de Irastorza, alavés de Subijana, gestionó, como gobernador del obispado
(1800) la elevación del Colegio Universitario de Mérida a Universidad. Conviene recordar finalmente
que los versos del himno nacional fueron escritos por Vicente Salias y su música por Juan José
Landaeta, ambos fusilados en 1814 durante la guerra de independencia.
En la etapa republicana a partir de 1830 destacan el general Jacinto Fabricio Lara Urrieta, el general
José Loreto Arismendi, el coronel de ingenieros Nicomedes Zuloaga Aguirre, los generales Narciso
López Urrutia, José María Aurrecoechea y su hermano Ernesto, héroes de la Independencia de Cuba
ejecutados en La Habana, Tirso Salaverría que con el grado de teniente coronel participó en el Comité
Revolucionario que el 20 de febrero de 1859 dio el grito de la Federación en la ciudad de Coro,
iniciándose de esta manera la Guerra Federal, los cancilleres Santos Michelena y Wenceslao Urrutia y
los presidentes Andrés Narvarte, José Tadeo Monagas, José Gregorio Monagas, José Ruperto Monagas
y Raimundo Andueza Palacio. Otros notables venezolanos del siglo XIX tenían antepasados vascos
como Arturo Michelena uno de los mejores pintores de América y Felipe Larrazábal considerado por
muchos el músico más importante y uno de los compositores más sobresalientes que tuvo Venezuela en
el siglo XIX.
Uno de los principales objetivos del Gobierno Vasco al crear estos centros fue la implantación
en todos ellos de una enseñanza más o menos reglada que alcanzara a todos los niños. Es
obvio la trascendencia que las autoridades otorgaron a la presencia de un elevado número
de profesores y andereños junto a los niños evacuados. Todos ellos pasaron a ocuparse de
la enseñanza de los pequeños refugiados tanto en los centros del Gobierno Vasco como en
los creados por otras instituciones y organismos privados.
En este sentido tenemos que destacar la labor docente desarrollada en la colonia establecida
en la "Citadelle" de Donibane-Garazi. Su importancia dentro del exilio infantil vasco no viene
determinada exclusivamente por ser la colonia que mantuvo de forma estable un mayor
número de niños, sino también porque este centro se constituyó en un verdadero foco
educativo y de formación cultural vasco. La colonia acogió en su seno a numerosas
personalidades de la cultura vasca y contó con un plantel de profesores, andereños y
religiosos, de gran nivel en sus respectivos cometidos. Vicente Amézaga, Director de Primera
Enseñanza del Gobierno Vasco, fue el primer director de la colonia y tuvo bajo su
responsabilidad la coordinación del numeroso grupo de educadoras allí destinadas.
La mayor parte de ellas habían sido profesoras con anterioridad en diversas Escuelas de
Euzkadi, Escuelas Nacionales... y ya conocían a la mayor parte de los niños.
Casi dos terceras partes de los niños de esta colonia eran católicos practicantes y existía
también un elevado índice de euskaldunes, ya que muchos niños habían formado parte de
las Escuelas de Euzkadi; el resto procedían en su mayor parte de familias vascas
nacionalistas66. Los niños allí albergados fueron repartidos por sexos, edades y también por
su conocimiento o no del euskera, lo que permitió la constitución de varios grupos y diversas
clases en función de ambos aspectos. Había clases en euskera y también en español,
además se establecieron numerosos niveles de educación, desde la enseñanza básica hasta
la implantación de una sección de talleres para jóvenes, en lo que podríamos calificar como
una iniciación a la Formación Profesional, para los chicos mayores de catorce años.
El resto de centros infantiles, a los que nos hemos referido anteriormente, pusieron en
funcionamiento un esquema similar, aunque el menor número de niños no permitió la
creación de grupos tan homogéneos en cuanto a la edad o el sexo como los creados en la
"Citadelle"
Dentro de este marco cultural con participación infantil cabe destacar el papel desempeñado
por el grupo infantil "Elai-Alaí". Esta formación creada en 1925 por su director, Segundo de
Olaeta, estaba integrada por niños procedentes de Gernika. Fue precisamente su origen y la
capacidad evocadora del mismo lo que impulsó al Lehendakari Aguirre a decidir su salida
hacia Francia como vehículo para dar a conocer a Europa una imagen de los vascos alejada
de la que por entonces impulsaban los franquistas.
El grupo que se trasladó a Francia estuvo formado por 48 niños. Su primera residencia se
estableció en la "Cítadelle" de St-Jean-Pied-de-Port, con posterioridad se trasladaron a
Suresnes y finalmen-" te a Bry-sur-Marne, en las cercanías de París, donde ocuparon un
verdadero palacio70. "Elai-Alai", junto al coro "Eresoinka", formado en su mayor parte por
personas adultas, actuó en diversos teatros y escenarios al aire libre de Francia, con gran
éxito y una buena acogida entre los críticos de la prensa, como quedaba reflejado
constantemente en Eusko-Deya, el órgano de prensa del Gobierno de Euzkadi en Francia.
La religión también tuvo una presencia considerable en las diferentes colonias infantiles del
Gobierno Vasco, como un elemento más de la vida cotidiana, especialmente en aquellas
colonias dependientes del Departamento de Leizaola como la colonia de la "Citadelle" de
Donibane-Garazi. En este centro la misa y el rosario eran diarios y durante el período que
permaneció activa la colonia fueron muchos los niños que celebraron allí su primera
comunión
Francia 15.383
URSS 1.610
Total 20.854
Balance de la Evacuación
Después del análisis en profundidad que hemos realizado podemos afirmar que entre los
meses de marzo y octubre de 1937 fueron expatriados más de 32.000 niños vascos.
En el período de las evacuaciones infantiles, entre los meses de marzo y fi nales de junio de
1937, salieron hacia el extranjero 20.854 niños. A Francia llegaron 15.383, a Gran Bretaña
3.861 y a la URSS 1.610.
Para solventar estas limitaciones hemos estudiado los datos referentes a la edad y a la
procedencia de los integrantes de un buen número de expediciones. SÍ nos centramos en los
listados de los viajes realizados a lo largo del mes de agosto, observamos cómo el
porcentaje medio de niños vascos presentes en los mismos se sitúa en torno al 30 % (31.34)
del pasaje
Resulta pues evidente la elevada presencia de niños vascos en las expediciones realizadas a
lo largo de ese mes, presencia que no fue menor a lo largo del mes de julio a tenor de las
informaciones de la prensa y de las fuentes francesas que señalan la presencia mayoritaria
de niños y mujeres. Con estas premisas, sin pretender hacer un dogma de las cifras,
creemos que el número de niños vascos evacuados desde finales de junio hasta octubre
puede situarse por encima de los 11.000 niños.
En conjunto, entre los meses de marzo y octubre desembarcaron en las costas francesas
más de 26.000 niños vascos. En Francia permanecieron 22.800, aunque nunca llegaron a
coincidir en el tiempo tal número de niños sobre territorio galo. A Bélgica llegaron de forma
escalonada 3.278 niños; alrededor de 250 pequeños fueron acogidos en Suiza y otros 100
más en Dinamarca.
Los barcos estudiados son los siguientes: "Marvia" e! 4 de agosto 539 niños/2.600 refugiados
(20,7%). "Pilton" el 8 de agosto 928 niños/2.424 refugiados (38,2%), "Bramden" el 10 de
agosto 295/743 refugiados (39,7%). "Stanwool" ell 1 de agosto 401/1.350 refugiados (29,7%),
"Nausea Vale" el 17 de agosto 853/2.331 refugiados (28.4%). En total 3.016 niños evacuados
en estas cinco expediciones.
La cifra final de 32.000 niños expatriados a lo largo de 1937 supone en términos globales
casi el 20% (19,64) de la población infantil, entre 5 y 14 años, residente en 1930 en las
provincias de Bizkaia y Gipuzkoa. Si tenemos en cuenta que la mayor parte de los niños
evacuados estaban comprendidos en la banda de edad que va desde los 5 a los 12 años el
porcentaje de población evacuada sobre la población total de esas edades se elevaría al
24,11%. Por todo ello podemos afirmar que al menos un 20% de la población infantil vasca
que se vio afectada por la guerra fue evacuada al extranjero para evitar sus dramáticas
consecuencias
Muchos de esos niños viajaron a Venezuela en los años 1939 y 1940, donde re hicieron sus
vidas de adultos, y sus descendientes que nacieron en Venezuela
Sin embargo, tras la muerte del dictador, renace en Venezuela una nueva prensa,
francamente democrática, cuyo mayor exponente era el diario Ahora, que dirigía Luis Barrios
Luz, El Universal, de Luis Teófilo Núñez y El Heraldo, de Ramón David León. Este último
sector, junto a lo más destacado de la intelectualidad venezolana -que había sufrido las iras
de Gómez- están, desde el primer momento, con el Gobierno legítimo de la República. Y todo
esto ocurría, como señala Arturo Uslar Pietri, «mientras la pugna política se encrespaba y las
impaciencias se enardecían»
Por su parte, el periodista Alfredo Tarre «Sanín» afirma que «la contienda armada en la
península tuvo una enorme influencia en la política venezolana (...): contribuyó a hacer más
tensa la situación en Venezuela y a dividir aún más a los izquierdistas y las derechas en el
país»
.
La polémica mundial que sigue al bombardeo de Guernica en 1937 también tiene eco en
Venezuela. La mayor parte de los diarios reproducen las informaciones que llegan a través
de las agencias y servicios internacionales de prensa, sobre todo United Press. Tanto El
Heraldo, Ahora, El Universal, como La Esfera o la revista Élite dan, en un primer momento, la
información gubernamental. Es decir, que Guernica -considerada «ciudad santa» de los
vascos- había sido destruida por aviones alemanes e italianos al servicio de los franquistas.
Es cierto que dichas informaciones no tienen el mismo tratamiento.
La Es/era, si bien informaba el 29 de abril que «los aviones rebeldes efectuaron dos
incursiones que incendiaron la población de Guernica», dos días más tarde se hacía eco de
un despacho fechado en Salamanca -sede del cuartel general de los facciosos-, señalando
que: «los rebeldes declaran que los fugitivos vascos informan que los leales incendiaron a
Guernica mientras que los insurgentes estaban a quince kilómetros de la población» (5). Sin
embargo, va a ser La Religión el que mantenga con más ahínco estas tesis. Hay que
recordar que este diario ofrecía, casi exclusivamente, las notas oficiales proporcionadas por
el servicio de propaganda franquista, bajo el título genérico «Comunicados oficiales de la
Guerra Civil Española». En la edición del día 29 de abril de 1937 se ofrecían tres despachos,
fechados en Salamanca, que daban las siguientes versiones: «Los nacionalistas (franquistas)
desmienten una infamia de Aguirre sobre un supuesto bombardeo del Santuario de
Guernica» (...) «El general Franco demuestra que la aviación nacionalista (facciosa) no ha
volado por el mal tiempo ni el 26, ni el 27, ni el 28 del actual» (...) «Son criminalmente falsos
los informes de procedencia separatista, de que nuestras fuerzas aéreas han bombardeado
Guernica» (6). Por si esto fuera poco, el 1 de mayo difundía una «Crónica de Alemania», en
la que se hablaba de la «indignación por la campaña inglesa sobre la destrucción de
Guernica»
Para remarcar aún más aquella pugna, en 1937 se produce lo que algunos historiadores
califican de «reacción gomecista».
Es decir, una vuelta a algunos valores que caracterizaron la dictadura del general Gómez,
especialmente en sus contenidos anticomunistas . En este sentido no hay que olvidar que,
para algunos sectores, la guerra civil española se planteaba como una «cruzada» contra el
comunismo
.
Los intelectuales venezolanos y el caso vasco
En los países del Cono Sur americano (Uruguay, Chile y Argentina) existía desde antiguo una
fuerte minoría vasca organizada, tanto desde el punto de vista social como del político o
cultural. Asimismo hay Centros Vascos en Cuba, México y Estados Unidos. No así -al menos,
aparentemente- en Venezuela.
De tal forma que, en 1874, el historiador Arístides Rojas se quejaba de que en el siglo XIX no
se hubiese producido -al contrario de lo que ocurría con los países citados- una emigración
vasca significativa a Venezuela. Los vascos, como hemos visto, por un lado, habían
racionalizado el comercio a través de la Compañía de Caracas («La Guipuzcoana»), y por
otro lado habían introducido en el país las ideas ilustradas y liberales que marcaron el
proceso liberador del XIX
En 1936 existía entre algunos de esos intelectuales progresistas una cierta conciencia de
origen, avivada, sin duda, por los períodos de vacaciones en Biarritz, en el País Vasco-
continental. Éste sería el caso de Simón Gonzalo Salas, Carlos Enrique Aranguren, los
hermanos Arraiz, Aguerrevere, Ibarra... Quizás por ello no extrañe la especificidad vasca del
exilio republicano en Venezuela
.
En aquellos días Rafael Pizani era un joven abogado destinado como secretario de la
Embajada de Venezuela en Bélgica. En 1937 llegaban a aquel país los primeros niños
refugiados vascos (15). Desde el primer momento, su esposa, Cecilia Uzcategui, comenzó a
asistir a aquellos niños, especialmente en los problemas relacionados con el idioma francés.
Ante aquella situación dramática, Pizaní convence al embajador para que realice gestiones
cerca de su Gobierno, para que éste aceptase recibir a algunos de aquellos niños en
Venezuela.
No van a ser éstas las únicas gestiones. El embajador de Venezuela en Cuba, Alberto Smith
Zarraga, amigo personal de un exiliado vasco, el doctor Luis de Aranguren, realiza gestiones
directas con el general López Contreras con los mismos fines señalados anteriormente
Dentro de esa campaña, el 14 de mayo de 1938 el doctor Simón Gonzalo Salas presenta un
informe titulado Inmigración Vasca para Venezuela. Parte de ese informe será editado en
forma de folleto del que se hace una tirada de 20.000 ejemplares. El informe de Gonzalo
Salas dará lugar a duras críticas de los periódicos falangistas, caso del diario Hierro de
Bilbao.
En 1938 se producen dos hechos de singular importancia. Por un lado, Venezuela reconocía
el Gobierno de Burgos (franquista). Por otro, se aprueba el Plan Trienal que va a marcar la
actividad del régimen de López Contreras en los próximos años. En el Punto 7 de ese plan
se decía: «Nuestra demografía es estacionaria y por consiguiente necesita aportes de sangre
nueva que promuevan su favorable crecimiento. Venezuela no será jamás un gran país sin
un paralelismo armonioso entre su potencialidad económica y el factor humano».
Es una verdad que está tatuada en la conciencia nacional. Y en realidad que no puede ser de
otra manera si se piensa que sólo constituimos -después de un análisis frío y ecuánime- una
escasa guarnición de hombres, tarados en su gran mayoría, biológica y espiritualmente, cuya
finalidad se ha concretado desde 1830 para acá, a sostener -aún deficientemente- la
integridad política y territorial de la Nación. La inmigración es pues una necesidad que no
admite discusión; y no la admite, porque si no nos decidimos a afrontar el problema y a
resolverlo -de manera metódica y racionalizada- tal vez estemos condenados a desaparecer
del concierto de los pueblos libres. Se me excusará esta dureza de expresión.
Me expreso así porque creo actuar en un país donde si todos sus problemas fueran
analizados al desnudo, muy otra sería su suerte».
Para ello nada mejor que hacer la empresa con elementos fácilmente adaptables a nuestra
lengua, religión y costumbres, y a nuestro medio ambiente (...). La selección del emigrante es
la clave del éxito, sobre todo tratándose de nacionalidades como la nuestra». La inmigración
incontrolada (especialmente la escandinava y alemana) había sido un fracaso: «la mayoría
regresó de inmediato o esperó a explotarnos para hacerlo. En su casi totalidad la inmigración
de puertas abiertas está integrada por mercaderes u otros indeseables que miran al
indoamericano despectivamente» (
.
En un momento de su informe, Simón Gonzalo Salas se pregunta ¿dónde están esos
emigrantes?: «Esos emigrantes son por ahora 80.000. Son vascos y están en la actualidad
en Francia, deseosos de venir. Podría decirse que hoy están huérfanos de su gran Patria y
acogerían a la nuestra con el músculo y con el corazón.
Están exentos de tutelaje extranjero y, por tanto, con ellos está salvado el más grave
inconveniente cuando se presente el problema de la inmigración. Por lo demás, en cuanto a
su adaptabilidad, a su fácil y rápida asimilación al ambiente nacional, escuchemos: "La
historia será siempre justiciera para conceder a los vascos establecidos en Venezuela la
gloria de haber sido los primeros innovadores y los verdaderos creadores de la industria
agrícola" (Arístides Rojas, Orígenes de Venezuela). "La Compañía Guipuzcoana, a la que
también podrían atribuirse los progresos y los obstáculos que han alternado en la
regeneración política de Venezuela, fue el acto más memorado del reinado de Felipe V en
Venezuela" (Andrés Bello, Recuerdos de la Historia de Venezuela)»
El doctor Gonzalo Salas dedica una parte importante del repetido informe a describir la
historia, costumbres, economía y, parafraseando a Arístídes Rojas, «el elemento vasco en
Venezuela». En sus conclusiones afirma que «la inmigración vasca a Venezuela no
representa peligro ni aun remoto», debido «a la sana ideología del pueblo vasco». Para el
autor, la organización que recogía mejor esa «sana ideología» era el Partido Nacionalista
Vasco (PNV) que había luchado al lado de la República en defensa de sus fueros (sic) -se
refiere a la autonomía- y contra el totalitarismo que representaba la sublevación franquista
.
«Con el presente informe -concluía Simón Gonzalo Salas- creo haber puntualizado en detalle
el asunto que supongo más trascendental para la vitalización efectiva del organismo
nacional: el incremento de una fuerte corriente de inmigración vasca»
La reacción vasca
Esta campaña sorprende sobremanera al Gobierno vasco exiliado. Éste se había constituido
el 7 de octubre de 1936 tras aprobar las Cortes de la República española un «estatuto de
autonomía» para el País Vasco. Sus agentes pronto se movilizan para conocer el alcance del
mismo. Entre los informadores se encuentra un grupo de jesuítas vascos. Entre éstos el
padre Aranzadi, hijo de Engracio Aranzadi, uno de los dirigentes históricos del PNV .
Pero no todas las opiniones son coincidentes. El 25 de febrero de 1939 Ramón de la Sota
Mac Mahon, uno de los delegados del Gobierno Vasco en Nueva York, escribía al presidente
José Antonio Aguirre, exiliado en París: «Hace pocos días vino a visitarme de Venezuela un
amigo mío inglés, Mr. Dempster, que estudió conmigo.
Antes fue miembro del Cuerpo Colonial inglés dejándolo para venir a trabajar a la Shell Mex
a este Continente. Mr. Dempster, que conoce Euzkadi y nuestro problema, habiendo leído
casi todo lo que se publica en castellano sobre el movimiento nacional vasco, nos dijo cosas
muy interesantes sobre la inmigración vasca a ese país, que a su juicio sería un desastre. Me
prometió enviarme un estudio para enviárselo yo al Gobierno de Euzkadi. Según Mr.
Dempster, las tres últimas inmigraciones, la de los alemanes, los canarios y los suecos han
sido completos fracasos y los periódicos claman ahora por la inmigración vasca»
A pesar de todo esto, hasta las vísperas de la invasión nazi el presidente Aguirre no era
partidario de emigraciones masivas, quizá con la lejana esperanza de que un rápido triunfo
de los aliados diese una salida positiva al problema peninsular: «El Gobierno quiere fijar un
criterio. En materia de emigración es contrario a las emigraciones en gran número. Ni es su
convicción, ni las circunstancias, ajenas a nosotros, aconsejan ni permiten emigraciones en
esa medida (...). Pero el Gobierno respeta la decisión particular, y a este respecto apoya las
solicitudes que se le dirijan por los interesados en ese sentido. Pueden también dirigirse a los
organismos de ayuda dependientes de las instituciones republicanas los que así lo deseen.
Hacemos la advertencia de que el Gobierno Vasco, como tal, no tiene representación en los
referidos organismos»
Un acuerdo restringido
Hasta 1939 habían llegado a Venezuela algunos exiliados vascos, en algunos casos gracias
a gestiones de jesuítas residentes en el país. Entre éstos Ignacio de Rotaeche, ex-diputado a
Cortes y presidente del Euz,kadi Buru Batzar (Consejo Nacional) de la Comunión
Nacionalista Vasca (nombre que había adoptado el PNV entre 1916 y 1930). De ideas muy
conservadoras, al estallar la guerra civil se mostró contrario a que el Nacionalismo Vasco
apoyase a la República, exiliándose en 1936.
Primero en Francia, y más tarde en Venezuela, donde trabajó para el Ministerio de Obras
Públicas. En la misma situación se encontraba Manual Chalbaud Errazquin, hermano de un
destacado miembro de la Compañía de Jesús que había sido rector de la Universidad de
Deusto (Bilbao). Chalbaud se dedicará a la construcción
.
También llega a Venezuela, en abril de 1938, el doctor José María Bengoa Eekanda. Durante
el periodo republicano había sido dirigente de la Federación de Estudiantes Vascos en
Valladolid. En 1936, poco antes del estallido de la guerra civil, obtiene la Licenciatura en
Medicina por la Universidad de la citada ciudad castellana. En los primeros días de la guerra
se alista como voluntario en un batallón nacionalista. Tras la formación del Gobierno Vasco
se incorpora a la Sanidad Militar de Euzkadi, a las órdenes de Fernando Unzeta.
Sale para el exilio en 1937 y, como hemos señalado, llegaba a Venezuela ocho meses más
tarde. En julio de 1938 es destinado por el Ministerio de Sanidad y Asistencia Social
Venezolano al pueblo de Sanare (Estado Lara). Tras pasar por trapo (Estado Sucre), fue
nombrado jefe de Nutrición del citado Ministerio.
En esta etapa el doctor Bengoa crea los Comedores Escolares y los Comedores Populares,
así como el Instituto Nacional de Nutrición, del que fue jefe de su dirección técnica (1945
-1950). De ahí es destinado al Departamento de Nutrición de la Organización Mundial de la
Salud
.
En la primavera de 1939 se produce un hecho importante. Arturo Uslar Pietri es nombrado
director del Instituto Técnico de Inmigración y Colonización, al que se incorpora como
subdirector Simón Gonzalo Salas (31). Ante las demandas existentes y desde el
convencimiento de que una inmigración vasca sería útil para el país, Uslar accede e,
inmediatamente, inicia las gestiones
Las negociaciones en París las llevan en un primer momento, por parte venezolana, el
representante para Europa del Instituto de Inmigración, Eduardo Monsanto, y el ya citado
Simón Gonzalo Salas. Por parte vasca lo harán el vicepresidente del Gobierno Vasco, Jesús
María de Leizaola, y el director de Inmigración de éste último, Julio de Jauregui.
Posteriormente y para acelerar la llegada de vascos a Venezuela, participan en las
negociaciones Abel Cifuentes Espinetti y Carlos Enrique Aranguren, éste último había sido
cónsul general de su país ante el Gobierno de la República española
La puesta en marcha del convenio no estuvo exenta de dificultades. Por un lado, el cónsul
venezolano en Burdeos, Guzmán, a quien los refugiados vascos llamaban «Guzmán el
Malo», cometió tal número de arbitrariedades que fue sustituido por su Gobierno.
Este incidente hizo que muchos exiliados optasen por trasladarse a otros países (36). Por
otro, algunos empresarios vascos que, como hemos visto, ya residían en el país, comienzan
a contratar directamente a exiliados, al margen del Instituto de Inmigración. De esta forma se
vulneraba el acuerdo. La intervención de las autoridades vascas y venezolanas pondría fin a
dichas prácticas. Uslar Pietrí puso como condición que los vascos trabajasen por lo menos
un día en el puesto para el que se les había contratado. A partir de entonces tendrían plena
libertad para hacer lo que quisiesen.
A principios del verano de 1939 concluían las negociaciones entre los nacionalistas vascos y
el Gobierno venezolano. Al mismo tiempo comenzaba la selección de emigrantes. Tras firmar
los contratos y recibir los visados el primer grupo iniciaba el viaje. A éste se suma un joven
oficial de la Marina Mercante, Ricardo de Maguregui, exiliado en Francia desde la caída del
norte peninsular en manos de los franquistas.
Durante algún tiempo había esperado un contrato para navegar en una compañía naviera
filipina. En vista de que no recibe noticias de ésta decide ir a Venezuela. Era el único del
grupo vasco que aún no había recibido el visado. Sin embargo, en el tren que le lleva a Le
Havre para embarcar, Jesús Iraragorri, un médico contratado por el Gobierno venezolano, le
entregaba una carta del Euzkadi Buru Batzar (Consejo Nacional del PNV), nombrándole
responsable de aquella expedición.
En dicha carta se decía: «El Partido Nacionalista Vasco desea que esta primera expedición
de vascos a Venezuela lleve un buen orden, y a la vez necesita tener conocimiento de todas
las incidencias de la misma, tanto durante el viaje como a la llegada a Venezuela y mientras
van colocándose en los diferentes puestos nuestros compatriotas expedicionarios».
Para este fin delega el PNV en Ud. la representación provisionalmente en tanto ss establezca
allá una delegación definitiva para este grupo expedicionario»
En las primeras horas del día 9 de julio de 1939, el Cuba atracaba en el puerto venezolano
de La Guaira. A las 7 de la mañana, subía a bordo Arturo Uslar Pietri, acompañado de
Antonio Arraiz, Roberto Álamo Ibarra y Vicente Fuentes. A las 9 de la mañana, Maguregui
enviaba un telegrama a Villa Endara (sede del PNV), comunicando la llegada del grupo
vasco a Venezuela
Toda la prensa venezolana se hace eco de la llegada de los refugiados vascos. El diario
Ahora dedicaba una página, con gran profusión de fotografías, a este evento. Destacaba que
entre los recién llegados se encuentran médicos, ingenieros, contables, agricultores y
obreros especializados
El domingo 16 el grupo asiste en la parroquia de Santa Rosalía a una Misa cantada, oficiada
por su párraco, el padre Tenreiro, amigo del canónigo Alberto Onaindía, asesor del
presidente del Gobierno vasco con quien había estudiado en Roma.
A las once de la mañana, acompañados por Arturo Uslar Pietri y Simón Gonzalo Salas, los
vascos hacen una ofrenda floral en el Panteón Nacional, donde se encuentran los restos de
Simón Bolívar. Como se había acordado con las autoridades venezolanas, se canta el Agur
Jaunak y el Himno venezolano.
Sin embargo, uno de los refugiados, Esturo, por iniciativa propia, pidió permiso a Uslar Pietri
para interpretar el Euzko Abendaren Efeserkija (Himno Nacional Vasco). Lo que en
apariencia no dejaba de ser un hecho anecdótico, dará lugar a una polémica política. La
Esfera, un periódico muy reaccionario y pro-franquista, que mantenía una cruzada
permanente contra todo lo que oliera a izquierda, publicó una información sumamente crítica,
diciendo que se habían cantado «himnos comunistas» en el Panteón Nacional, en presencia
de un alto funcionario del Gobierno y con su anuencia.
El día 28 de julio de 1939 salía, asimismo de Le Havre, el Flandre, con 139 refugiados
vascos a bordo. Entre ellos Juan Olazabal Gómez, Interventor General de Hacienda del
Gobierno vasco, que encabezaba la Delegación oficial del PNV . Como responsable del viaje
venía Eusebio Barrióla Irigoyen, capitán del Batallón San Andrés (zapadores), perteneciente
al sindicato nacionalista ELA-STV (Solidaridad de Trabajadores Vascos), condenado a
muerte en Santoña y canjeado en 1938. Este viaje tuvo aspectos especialmente emotivos.
En el citado puerto francés se reunían, después de casi tres años, padres con hijos de
refugiados en Bélgica
El tercer viaje de esas características es el del Bretagne, que salió de Burdeos con 53
refugiados a bordo, cuyo responsable era Francisco Elórtegui Gambe, capitán de la Naviera
Sota y Aznar, que había sido comandante del bou armado Donostía. Elórtegui luchó en la
batalla del cabo Machichaco y llegó a La Guaira el 26 de agosto
A finales de 1937 un exiliado vasco, José Manuel Orúezabala, de acuerdo con unos
carpinteros de ribera, fundaba un astillero de barcos de madera en la desembocadura del río
Adour, en Bayona. Después de muchos apuros y sacrificios económicos se botó el primer
barco, al que poco después seguirán otros.
De estos astilleros salieron las embarcaciones Donibane (San Juan, en lengua vasca) —que
al principio se llamó Lendabizikoa (La Primera)- y Bigarrena (La Segunda), ambas generales,
con casco de madera, costillaje de varilla y provistas de motor diesel de 50 HP. Sus
características: eslora 14 metros; manga 3,50 metros y dos a tres pies de calado. El
Donibane fue botado en agosto de 1938 y, tres meses más tarde, su compañera. En su
primera etapa estas embarcaciones se dedicaron a la pesca en el País Vasco-continental.
Los dos barcos habían sido financiados gracias a unos créditos gestionados por la
Consejería de Hacienda del Gobierno Vasco
La suerte del Donibane y el Bigarrena en sus primeros meses de singladura estuvo marcada
por los accidentes y los sabotajes.
Éstos últimos debido a la oposición de los sindicatos franceses a que los exiliados vascos
trabajasen en sus aguas
Se habían convertido en los «malditos» de aquella pequeña flota. A pesar de los consejos en
contra, Burgaña y sus hombres se preparan para una travesía nunca antes intentada. Por
otro lado, no todos los tripulantes son marinos. Dos de ellos, Azpiritxaga y Echegoien,
oficiales del Ejército Vasco hechos prisioneros y canjeados, que habían combatido como
comandantes con las tropas regulares republicanas en Cataluña, se suman a la aventura.
«Teniendo en cuenta la poca capacidad de los depósitos de combustibles -escribe Burgaña-,
procurando conseguir eí mayor radio de acción, cargamos tambores de gas-oil con los que
llenamos las bodegas de popa y parte de la cubierta, intercalando entre los mismos barriles
de agua potable y de vino, bien sujeto todo, de modo que hicieran bloque con el barco.
En la bodega de proa almacenamos las redes y demás pertrechos de pesca, los bultos de
equipaje, los víveres, etc., dejando el espacio requerido para el alojamiento de los hombres.
Cada barco portaba un pequeño bote auxiliar, boca abajo, sobre la cubierta, y tapados por
ellos los chalecos salvavidas. Cocina a petróleo. Tablas de instrumentos náuticos,
cronómetros y aparato receptor de radio. Botiquín bastante bien surtido, solución de
permanganato contra las materias orgánicas del agua y obligación de tomar un limón por
persona,
Antes de abandonar el muelle Des Alees Marines, de Bayona, el sacerdote exiliado Policarpo
de Larrañaga. capellán exiliado del Sindicato de Pescadores (Euzko Tostarteko Bazkuna) les
da la bendición. A las seis y media de la tarde cruzaban la barra del río Adour. En alta mar
descubren a un polizón a bordo del Bigarrena. Se llamaba Miguel Marina Barredo, tenía 24
años y era natural de Bilbao
Sin embargo, el presidente Aguirre impondría una escala en Dakar. Así se hizo, no sin
dificultades. Las autoridades francesas de aquel puerto senegalés no se fiaban de aquellos
dos barcos que hacían una travesía tan poco frecuente a punto de estallar la guerra . Tras
aprovisionarse y aprovechando la travesía para pescar, el día 6 de septiembre de 1939 el
Donibane y el Bigarrena avistaban tierra venezolana. Dos días más tarde fondeaban en La
Guaira. Hacía una semana que había comenzado la guerra mundial
Los barcos entraron en el puerto venezolano con la ikurriña (bandera vasca) izada en sus
mástiles. Unos funcionarios de la embajada española trataron de establecer contactos con
los navegantes, pero un exiliado, Eustasi Sarasola, les advirtió en euskera y los agentes
franquistas no pudieron subir a bordo. En La Guaira les espera Olazabal, quien encarga a
Magureguí que realice las gestiones para el abanderamiento de los dos pesqueros y
consiguiera los permisos para faenar.
La emigración desde Santo Domingo
Hay dos tandas de viajes a la República Dominicana. La primera llega en el otoño de 1939 y
la segunda, en los primeros meses de 1940. Las condiciones de vida allí son
extremadamente duras y los medios económicos de subsistencia muy escasos. Ello hace
que un grupo de refugiados vascos -Urreztieta, Urruchua. Orne, Ibargüen. Basterrechea,
Uribarrena, Soto y Zabala- escribieran al presidente vasco, José Antonio de Aguirre. Le piden
que nombre a Eusebio María de Irujo y Olio delegado del Gobierno en Santo Domingo (en
aquellos días. Ciudad Trujillo)
Algunos de quienes más tarde van a gozar de gran prestigio en la comunidad vasco-
venezolana llegaron al país tras sufrir la angustiosa odisea del buque Alsina -que ha dado
lugar a obras literarias como Antón Sukalde y París abandonada de José Olivares Larrondo
«Tellagorri», o Crónicas del Alsina, de Arantzazu Amézaga-, tardando más de diez meses en
atravesar el Atlántico. Tras una escala en Veracruz y pasar por un campo de concentración
en las cercanías de La Habana, embarcarían en Santiago a bordo del Cuba, llegando a La
Guaira el 10 de diciembre de 1941. Entre ellos, el doctor Luis Bilbao y Lucio de Aretxabaleta.
Otros llegarían desde Argentina o Colombia, caso este último del escritor Luis Ruiz de
Aguirre
Mención aparte merece la llegada a Venezuela de las esposas, novias e hijos de los exiliados
ya que, como hemos señalado, no todos habían acompañado a los cabezas de familia. En
este punto es preciso destacar, una vez más, la importante labor de diplomáticos y
funcionarios venezolanos destacados en España. Algunos viajan en barcos españoles. Los
más conocidos "eran el Cabo de Hornos y el Cabo de Buena Esperanza de la Compañía
Vasco-Andaluza Ibarra y Cía. Aquellos viajes no estuvieron exentos de peligros. Se vivía la
batalla del Atlántico y en no pocas ocasiones los submarinos torpedeaban a los barcos
neutrales. Un exiliado vasco perdió a toda su familia en uno de esos barcos cuando acudían
a reunirse con él. Es cierto que, como parte positiva, cuando llegaban los barcos se
celebraban muchas bodas, iniciando una tradición de endogamia en un sector significativo de
la comunidad vasca de Venezuela, que se prolonga hasta nuestros días
Mientras todo esto ocurre, la prensa venezolana seguía reclamando la inmigración de
vascos. En el editorial de El Heraldo, de Caracas, se decía: «Indiscutiblemente, una de las
emigraciones más deseadas por Venezuela es la inmigración vasca. Entendiéndolo así, el
Gobierno de Venezuela gestiona entre los mejores elementos refugiados en Francia su
venida a nuestro país, y bastantes de ellos han llegado ya, dando en sus respectivas
especialidades los mejores y más brillantes resultados»
Para acelerar la inmigración se traslada a Francia Miguel Cifuentes Espinetti -que luego
ocupará un puesto diplomático en Madrid-, delegado del Instituto Técnico de Inmigración,
que se entrevista con los dirigentes del Partido Nacionalista Vasco
A pesar de los resultados positivos de estas negociaciones fallarían los medios de transporte.
El presidente López Contreras había propuesto poner a disposición de los vascos el Hotel
Jardín de Maracay, por si llegaban nuevos grupos. En aquellos días Ricardo de Maguregui
estaba tratando de fletar un barco panameño de carga, que se iba a acomodar para el
transporte de pasajeros, para que se trasladase a Burdeos y recogiese el mayor número
posible de pasajeros vascos. Sin embargo, el agravamiento de la situación bélica
internacional lo impediría
Según Sanín, «cuando murió Juan Vicente Gómez el petróleo comenzaba a cambiar la vida
económica y social de Venezuela. Hasta el comienzo de la década de los años 20 había sido
un país rural y pastoril, una tierra de hombres pobres y cultivadores que vivíamos del café,
del cacao, el maíz, el tabaco, el azúcar, el algodón y el ganado en un marco social del
latifundio, miseria y explotación infrahumana de la mano de obra. El petróleo vino a
transformarlo todo»
Según Uslar Pietri, todo comenzó a ser «condicionado, determinado, dirigido, creado por el
petróleo. Todo en grado apocalíptico, dependiente y transitorio» . López Contreras trataría,
por su parte, de racionalizar la industria petrolera cortando corruptelas y, sobre todo, tratando
que la riqueza que ésta producía revirtiese en el país. Por su parte, Germán Carrera Damas
señala que en el período 1936-1945 «comenzaron a tomar cuerpo los factores que habrían
de conducir al trastorno primero y a la transformación después de las estructuras
tradicionales de la sociedad venezolana» Es en ese marco cuando se produce lo que el
profesor Ramón Aizpurúa califica como «primera emigración a la Venezuela "democrática"
En 1936 la población venezolana era de 3.364.347 habitantes; treinta años más tarde
superaba los 8.000.000. Asimismo, cuando llegan los exiliados vascos, la capital, Caracas,
apenas llega a los 300.000 habitantes. El 65 por ciento de la población era rural, es decir,
vivía en núcleos por debajo de los 1.000 habitantes. Como hasta entonces no había una
política inmigratoria, la población de extranjeros no llegaba al 2 por ciento
Según una información firmada por Genaro Egileor «Atxerre» en Euzko Deya de Buenos
Aires, a finales de 1939 «los vascos residentes en tierras venezolanas son unos trescientos y
de ellos una mitad se halla en regiones apartadas de la capital y el resto en Caracas»
Un año más tarde, en una crónica de «Sancho de Beurko» (Luis Ruiz de Aguirre), en el
mismo periódico, elevaba la cifra a 1.010 . Por su parte, Fernando de Carranza, en un
informe presentado por la delegación venezolana en el I Congreso Mundial Vasco, señala
que, hasta 1940, la cifra rondaba los 500. Ésta aumenta considerablemente desde el final de
la guerra mundial, entre 1945 y 1947, con la llegada de íos vascos refugiados en Francia y
los primeros exiliados a causa de sus actividades en la Resistencia clandestina. A comienzos
de la década de los 50 se produce una fuerte corriente migratoria por motivaciones
económicas (aunque, como veremos, no exentas de raíces políticas). De esta forma, en 1956
Carranza fijaba el número de vascos residentes en Venezuela entre 8 y 10.000 . Quiere decir
ello que, en aquellos años, uno de cada 800 venezolanos era vasco.
Tras la caída del Gobierno democrático de Rómulo Gallegos, a finales de 1948, la Junta
Militar que le sucede suspende la inmigración europea hacia Venezuela, medidas que son
eliminadas un año más tarde con el establecimiento de nuevas normas. Según éstas, se
autorizaba la inmigración de unas 2.000 personas al mes. Tenían prioridad los agricultores,
técnicos y obreros especializados . Es entonces cuando se produce la emigración masiva de
vascos. Un alto porcentaje de éstos pertenecía ai bando perdedor en la guerra civil y su vida
en Euskadi se desenvolvía en condiciones muy precarias, agobiados no sólo por la crisis
económica que afectaba al conjunto del país. Por otro lado, en Francia residía un grupo de
exiliados que trabajaba, bien para el Gobierno Vasco, bien para el Partido Nacionalista
Vasco.
Tras el reconocimiento de la dictadura militar franquista por las potencias occidentales, sus
condiciones de vida y sus esperanzas de regresar al país se ven seriamente afectadas. De
esta forma, en 1953 la dirección del PNV se dirigía al Centro Vasco de Caracas para que
colaborase en las gestiones correspondientes para que pudiesen ingresar en el país 50
vascos residentes en Francia . En los primeros años 60 llegaban también a Venezuela los
primeros exiliados de ETA.
En una carta de Maguregui fechada en 1939 se decía que «la acogida ha sido buena por
parte del pueblo en general» . Por su parte, las autoridades habían reconocido como válido el
igarobide (pasaporte vasco), y en 1940 muchos de aquellos exiliados ya habían obtenido la
ciudadanía venezolana. Además de las autoridades, intelectuales y la prensa progresista
venezolana, como hemos señalado, los exiliados van a contar con la ayuda significativa de
algunos jesuitas vascos residentes en el país. Maguregui traía cartas de recomendación del
padre Fierre Lhande, director de la revista Eludes
.
A pesar de la llegada de Olazabal, hasta el mes de octubre de 1939 -y luego hasta nuestros
días en diferente grado- Maguregui seguirá en su puesto, bien negociando permisos de
entrada, bien buscando empleos a los recién llegados. A partir de entonces toma el relevo
una Comisión, originalmente formada en Francia y presidida por Juan de Olazabal, en la que
también participa el republicano Luís de Aranguren. Con lo que, aparentemente, se rompía el
monopolio del PNV
Como hemos visto, cuando llegan los primeros vascos sometidos al acuerdo citado ya
residen en el país otros exiliados, algunos de los cuales ya habían alcanzado cierta posición
económica, fundamentalmente en el sector de la construcción (Chalbaud o Rousse), que
iban a participar en la contratación de los que iban llegando. Según el repetido acuerdo,
antes de la llegada de los diferentes grupos se anunciaba por la prensa y por la radio las
profesiones de los que venían, con objeto de que ios empresarios solicitasen el personal que
necesitaban, especificando el sueldo que estaban dispuestos a pagar.
Según estaba convenido, los primeros refugiados pronto se incorporarán a sus puestos de
trabajo. Los médicos se trasladan a los estados de Anzoátegui (Iraragorri, Beh'n Mendikoa),
Monagas (Unzueta, Aránsolo y Urrestarazu) o Táchira (Arrieta). Luego llegarán otros médicos
de gran prestigio como Gonzalo de Aranguren o Luis Bilbao, iniciando una tradición de
médicos vascos de altísimo nivel profesional que ha llegado hasta nuestros días en las
nuevas generaciones de vasco-venezolanos. Pero no son éstos los únicos que viajan al
interior. Se trasladan a Ciudad Bolívar (Etxebarria, Iraola, Uría, Etxetxipia, Goiri), a
Maracaibo. Velar, a la Ceiba (Julián Etxebarria), a La Guaira (Santiago de Doxandabaraz)...
Sin embargo, la mayoría se quedaría en Caracas o tendería a volver a la capital. El único que
tiene problemas es Justo Ibarra, convaleciente de sus heridas de guerra. Los sueldos
oscilaban desde la simple manutención hasta los 1.000 bolívares al mes
Desde los primeros momentos, siguiendo instrucciones del PNV, Maguregui establecía una
intensa relación epistolar con los vascos residentes en el interior. Esta comunicación tenía un
doble objetivo: «establecer un control de nuestro pueblo en Venezuela» y, asimismo, «poseer
informes con ese objeto de comunicar sin pérdida de tiempo al Euzkadi Buru Batzar (Consejo
Nacional) ya que el día 10 de los corrientes han llegado unos 80 vascos y espero que pronto
se encargará otra expedición»
.
Casi inmediatamente se comienzan a recibir respuestas. En ellas, se describen las
condiciones de trabajo, salarios o expectativas, en ocasiones. En algunos casos los
emigrantes vascos ofrecían paite de sus primeros sueldos para ayudar a sus compatriotas
más necesitados. El 9 de agosto de 1939 Juan de Etxetxipia escribía a Ricardo de
Maguregui: «Ya hará Usted el favor de informarnos si Justo Ibarra sigue enfermo, pues en el
caso de que no pudiese trabajar hemos decidido ayudarle en lo que buenamente se pueda.
En el caso de que no estuviese en condiciones de trabajar y falto de recursos conteste a
vuelta de correo para que nosotros le enviemos el dinero»
.
Como se ve, existe entre los exiliados vascos en Venezuela un alto sentido solidario. «Vasco
ayuda al vasco» es una máxima que aún mantiene su sentido en aquel país. Los que se iban
instalando y ganando unos pocos bolívares ayudaban a los que llegaban, prestándoles parte
de lo ahorrado. Gracias a ello muchos comenzaron una nueva vida.
Según Martín de Ugalde «la construcción fue la actividad que agrupó a mayor número de
vascos y la que probablemente tuvo mayor eco de empresa colectiva. Quedan en Caracas
muchas huellas de la mano del constructor vasco que harán recordar por mucho tiempo su
colaboración leal en la empresa de construir la gran ciudad en que se ha convertido la capital
venezolana. Del esfuerzo en la construcción aún queda el testimonio del estilo vasco en los
edificios y las quintas en las urbanizaciones de Las Mercedes, Altamira, La Castellana y El
Rosal, entre otras. El primer edificio de apartamentos en el extrarradio de Caracas lo
construyó Miguel Salvador (que había llegado a bordo del Cuba): el Edificio Eguzki, en Los
Caobos, en 1940 (..,). El primer grupo de construcciones vascas fue el que organizó ya a
fines de 1939 Manuel Chalbaud, que emprendió obras como el Puente de Palenque
(Guárico) sobre el río Orinoco, la construcción de los muros de cierre de la Cárcel Modelo y
la fábrica de las primeras casas del Banco Obrero en Pro-Patria». Luego se fueron formando
otras importantes empresas constructoras vascas
.
Además de los constructores, los marinos mercantes vascos van a contribuir de forma
definitiva a la consolidación de la Marina venezolana. Bien desde la enseñanza, bien en los
buques, especialmente petroleros. En la década de los 50-60, raro era el barco que no
contaba con un oficial vasco a bordo. Quizá el homenaje de Venezuela a estos profesionales
lo constituya hoy en día el buque-escuela Simón Bolívar, construido, no por casualidad, en
los talleres Celaya de la ría del Nervión (Vizcaya).
Otro sector importante es el de las Artes Gráficas. Los impresores vascos han gozado y
gozan de un enorme prestigio. La nómina es interminable: Amenabar, Guruzeaga, Eizmendi,
Miangolarra, Gaubeka, Retana, Morales, Ricardo Leizaola...
Los pasajeros vascos del Cuba durante la travesía del Atlántico comienzan a debatir una
propuesta de Ricardo de Maguregui para garantizar una asistencia mínima a los refugiados.
Una serie de acontecimientos acelerarán este proceso . Como habíamos señalado, las
heridas de Justo Ibarra obligarían a su hospitalización y a una serie de intervenciones
quirúrgicas. La generosidad de los médicos haría que los gastos clínicos resultaran
insignificantes. Sin embargo, la inactividad laboral le dejaría en una situación muy precaria. A
esto habría que sumar, 20 de agosto de 1939, el nacimiento de un niño, Gorka, hijo de
Isidora Dorronsoro, que acarrearía los gastos consiguientes. Gorka Dorronsoro es hoy
directivo de una prestigiosa empresa de arquitectura. Por si esto fuera poco, cuando aún no
había finalizado el año se produce el primer fallecimiento, el de Francisco de Miangolarra
Así, el 6 de agosto de 1939, cuando aún no había llegado el Ftandre, se reunían en el recién
inaugurado Hotel Zuriñe, una pensión propiedad de Andrés Átela, un grupo de exiliados
vascos. No hay lugar para todos, La mayoría se sienta en el suelo, excepto los de mayor
edad, Manuel Chalbaud e Ignacio de Rotaeche, que ocupan sendas sillas. Va a nacer la
Asociación Vasca de Socorros Mutuos
.
Con este acto y quizá sin saberlo, el «Grupo del Zuriñe» reproducía un proceso que se
remontaba al siglo XVII en México y Lima cuando se fundan las «Cofradías de Nuestra
Señora de Aránzazu», con carácter de «Asociaciones Vascas de Socorros Mutuos». Con el
mismo signo se fundan en 1876 y 1877 los centros vascos Laurak bat de Montevideo y
Buenos Aires, respectivamente
Al finalizar 1943, la Asociación Vasca de Socorros Mutuos contaba con 217 socios (115
individuales y 102 familiares -lo que nos da una idea aproximada del número de exiliados
vascos en ese año-), así como delegaciones en La Guaira y en Maracaibo
Pasado el tiempo contará con los servicios de varios médicos vascos -como Luis Bilbao,
Joaquín Aristimuño, José María Diez de Rekarte o Joseba Bilbao-y de la Clínica Santa Ana.
El 1 de noviembre de 1952 se fundaba el Panteón vasco con 120 nichos, osario y capilla, en
el que descansan los restos de no pocos de aquellos exiliados .
Salvador de Paúl y Rafael de León: «Tenía un servicio de reparto a domicilio de mero, pargo,
calamares o langosta que se pescaban a la altura de La Orchila y Los Roques». Según
Ugalde, «esta tarea de dar a conocer diversidad de pescados que, como el atún, son plato
comente en el País Vasco, ha sido pionera en el abastecimiento y los hábitos alimenticios de
Caracas, donde pescaderías vascas -como las "Vizcaínas" de los hermanos Goitia- todavía
trabajan con diversidad de denominaciones».
Pesquerías Vascas del Caribe, sin embargo, va a fracasar. Según Martín Ugalde, «un
mercado que había que ir haciendo poco a poco no era precisamente el campo de trabajo
que más necesitaban aquellos que no disponían para el desarrollo de su empresa de más
capital que su trabajo»
La crisis de Pesquerías Vascas del Caribe dio lugar a algunas pequeñas tensiones en
refugiados que pedían destinar los fondos del Gobierno vasco -que suponía fabulosos- a
otros menesteres como, por ejemplo, el Centro Vasco que se proyectaba. Cuando José
Antonio de Aguirre llega a América en 1941, Olazabal le presenta su descargo y el estado
pormenorizado de todas las cuentas. El presidente vasco intervendría para poner fin a
cualquier reticencia, respaldando firmemente la gestión del director de la citada empresa
La caída de Francia y la desaparición de José Antonio de Aguirre tras las líneas alemanas
(mayo-junio 1940) coincide con la crisis económica de Pesquerías Vascas del Caribe. Dicha
crisis, además, afecta al pequeño capital que el Gobierno vasco había colocado en el país.
Muchos refugiados, que aún no habían logrado medios de subsistencia estables, piden el
reparto de aquellos bienes, lo que da lugar a no pocas tensiones, que no se superan hasta la
llegada a América del presidente vasco a finales de 1941. Éste último, entonces, res-
Es cierto que desde el 23 de febrero de 1940 José María de Gárate, expresidente del Bizkai
Buru Batzar (Consejo Regional de Vizcaya) del PNV, ocupaba el cargo de delegado del
Gobierno Vasco en Venezuela (3). Sin embargo, no lograría poner fin a las tensiones citadas
.
En octubre de 1941 Aguirre llegaba a Río de Janeiro y, tras visitar Uruguay y Argentina, se
instalaba en la ciudad de Nueva York. Como señalábamos, una de sus primeras decisiones
fue la de respaldar la gestión de Olazabal, restaurar la concordia en la comunidad vasco-
venezolana y confirmar a Gárate en el puesto de delegado.
El 5 de octubre de 1942, dentro de una amplia gira por Iberoamérica, José Antonio de Aguirre
llegaba al aeropuerto de Maiquetía. Tras ser recibido por representantes de las
organizaciones vascas (Delegación del Gobierno, Centro Vasco, Acción Femenina y
Asociación Vasca de Socorros Mutuos), el lehendakari (presidente) visita el Panteón
Nacional, donde deposita una corona de flores ante la tumba de Simón Bolívar, El Libertador.
En su primer viaje a Venezuela José Antonio de Aguirre dedica gran parte del tiempo a la
comunidad vasca. Reuniones, conferencias, charlas o actos como exhibiciones de danzas y
la presidencia del Primer Campeonato de Pelota a Mano . Además, encuentros con
periodistas, intelectuales y políticos. No hay que olvidar que, al igual que ocurre con otros
colegas iberoamericanos, dos diplomáticos venezolanos, Rómulo Araujo y Carlos Enrique
Aranguren, habían ayudado a Aguirre en su odisea a través de la Europa ocupada, dotando
de documentación venezolana a la esposa del presidente, que figuraba como «la viuda de
Guerra, un hacendado de Mérida»
Uno de los hitos más importantes de aquella primera visita de José Antonio de Aguirre a
Venezuela lo marcaron dos conferencias. La primera, titulada «Un creyente ante la crisis de
caridad», justifica el posicionamiento de los católicos vascos aliado de la legalidad
republicana ante la sublevación franquista. En la segunda, «Libertad y dignidad humana en el
pueblo vasco», condena todo tipo de totalitarismos, en aquellos momentos representados por
la Alemania de Hitler y la Rusia de Stalín. Repetía así el mensaje que había transmitido
durante su gira y que, al final, pretendía buscar el apoyo a la causa Aiiada de los católicos
americanos, entre quienes se encontraban no pocos seguidores del nazi-fascismo
.
El apoyo vasco-venezolano a los aliados
Según Guillermo Morón, la guerra mundial imponía dificultades especiales que se reflejaron
en la economía y en las relaciones exteriores. El presidente Medina imprimió a las relaciones
internacionales un carácter de «cooperación y solidaridad continental». Como consecuencia
del ataque japonés a Estados Unidos el 7 de diciembre de 1941 y la declaración de guerra a
Alemania e Italia, Venezuela aplicó la Declaración XV de la reunión de La Habana, aprobada
por el Congreso venezolano el mismo año de 1941. De acuerdo con esa doctrina, el
Gobierno interrumpió las relaciones con las potencias del Eje el 31 de diciembre. No entraba
en guerra, pero tampoco permanecería neutral. Hay que tener en cuenta que casi el ciento
por ciento del petróleo que utilizaba Inglaterra en su lucha contra Alemania y el Eje provenía
de los pozos venezolanos. El mismo autor resalta que algunas medidas de seguridad
tomadas con motivo de la guerra no afectaron al régimen de libertad plena de que gozaron
por única vez los venezolanos desde que crearon el Estado independiente en 1810
Nuesira posición de 1939 queda ahora ratificada y es deber de todo vasco prestar su
concurso activo a la causa de la libertad allá donde ella necesite de nuestra asistencia. Será
una manera más de agradecer a América la inolvidable y generosa acogida que tanto a mí
como a todos los vascos nos ha dispensado con especial afecto»
Por su parte, la Junta Directiva del Centro Vasco de Caracas reunida en sesión extraordinaria
el 10 de diciembre de 1941 tomaba por unanimidad el siguiente acuerdo: «En los momentos
actuales en que se ha alterado la paz en América, por la agresión de Japón a Estados
Unidos de América, dirigirse al ciudadano presidente de Venezuela, los embajadores de Gran
Bretaña y Estados Unidos de América, en nombre de los asociados y recogiendo el sentir de
los vascos residentes en Venezuela para ofrecerles incondicionalmente los servicios de la
colectividad»
José Antonio de Aguirre reitera este llamamiento a la comunidad vasca durante su estancia
en Caracas. Poco antes, al conocer la llegada de Aguirre a Nueva York, tres antiguos
oficiales del Ejército Vasco (Azpiritxaga, Calvo y Etxegoien) escriben al presidente solicitando
su opinión sobre la posible incorporación de éste a la unidad vasca que, de acuerdo con la
Francia Libre, se había formado en Londres.
En su respuesta éste les comunicaba: «No soy yo sino ustedes quienes deben decidir. Hasta
ahora no hay ninguna disposición obligatoria, siendo puramente voluntariamente (...). Más
tarde las circunstancias serán las que determinarán la actitud del Gobierno Vasco de Euzkadi
con sus nacionales. Es cuanto por el momento puedo adelantarles»
El comandante Etxegoien, que había llegado al país en el Bigarrena, tras combatir en
Euskadi y en Cataluña, viaja a África para alistarse en las Fuerzas Francesas Libres,
participando en la liberación de París. Posteriormente se integra en un grupo de «comandos»
vascos entrenados por oficiales norteamericanos y británicos hasta que, disuelta esta unidad,
regresa a Venezuela.
Los que se quedan pronto tendrán oportunidad de entrar en acción. Semanas después de
esta visita llegaba a Caracas Antón de Irala, secretario general de la presidencia del
Gobierno vasco. Su misión era la de crear un grupo de información y propaganda a favor de
los Aliados que dependería orgánicamente del delegado .
Como señalábamos antes, junto a las labores de espionaje un grupo de vascos se dedica a
hacer propaganda a favor de los Aliados, especialmente de los británicos. Ésta consistía,
sobre todo, en proyecciones de películas, distribución de folletos, charlas y conferencias
tanto en Caracas como en el interior. De hecho, este trabajo lo había iniciado ya a principios
de 1942 José Luis de Anasagasti en relación con la Legación de Gran Bretaña
.
Por otro lado, el Gobierno venezolano se había incautado de algunos barcos de pabellón
alemán e italiano, algunos de los cuales serán enviados a Estados Unidos. Otros formarían
parte de la incipiente Marina mercante venezolana
.
La unidad vasca
En el Acta de Constitución se decía: «Siendo este organismo que se crea dependiente del
Gobierno Vasco, los que suscriben reconocen y aceptan su legítima autoridad y jurisdicción
sobre el pueblo vasco expatriado en Venezuela, y su representante autorizado, señor José
María de Gárate, delegado del mismo (...). La Junta Asesora intervendrá en aquellas
materias que son competencia del delegado». Asimismo, la Junta debería impulsar la
creación de Galeuzca (Galicia-Cataluña-Euzkadi) en Venezuela.
La unidad del campo vasco en Venezuela se verá reforzada por el Pacto de Bayona de 1945
y la Declaración del Gobierno tras su reorganización en 1946. A partir de ahí, al igual que en
otros países americanos, se constituye la Comisión Interpartidos, en la que participan,
además de las fuerzas antes citadas, Acción Femenina Vasca, Unión General de
Trabajadores, CNT, Partido Comunista y ELA-STV. Pero esta unidad no durará mucho.
El día 22 de mayo de 1943 José María Díaz de Rekarte, militante de ANV, solicitaba a la
asamblea general de socios del Centro Vasco que, en la candidatura que se presentase para
renovar la Junta Directiva, se recogiesen todos los sectores de opinión del centro.
Esto ocurre un año más tarde, tras la asamblea del 20 de mayo de 1944, incorporándose a la
junta de militantes de PNV, ANV y PSOE. No así Izquierda Republicana, cuyo representante,
Chapartegui, enviaría una carta de protesta.
Las tensiones se avivan tras la caída del general Medina Angarita. El nuevo Gobierno,
presidido por Rómulo Betancourt, expresa que no mantendrá relaciones con gobiernos
surgidos de la fuerza y retira los diplomáticos acreditados en España, Nicaragua y República
Dominicana. Mientras que el representante venezolano en la ONU inicia una campaña contra
la dictadura militar franquista, al mismo tiempo que se reconocía al Gobierno republicano,
instalándose sus representantes en la Embajada española en Caracas; el cónsul general, por
su parte, era un irunés que había presidido la Gestora de la Diputación Provincial de
Guipúzcoa
.
En aquellos momentos las organizaciones republicanas, fortalecidas por el reconocimiento
gubernamental -durante los gobiernos de López Contreras y Medina Angarita no habían
gozado de la misma estima que los nacionalistas vascos por las razones ya señaladas-,
tratan que el Centro Vasco y las organizaciones políticas y sindicales de Euskadi se
integrasen en institucio-
nes más amplias. Por su parte, los republicanos exigen que se ice la bandera republicana, a
lo que se niegan los nacionalistas. La situación se hace más tensa a lo largo de 1947, lo que
da lugar a que numerosos republicanos y socialistas abandonen el centro
.
Las organizaciones políticas y sindicales
La mayor parte de los militantes vascos de partidos de izquierda que se exilian en América lo
hacen en países como México, Argentina o Chile. A pesar de ello, en Venezuela residirían
dirigentes socialistas de talla como los exconsejeros del Gobierno vasco Santiago Aznar y
Fermín Zarza, el comandante José Abasólo, Jon Víctor Etxebarria y otros, además de
republicanos como Chapartegui, Larrea o De la Cal. Sin embargo, durante los últimos
cincuenta años la comunidad vasca tendrá un fuerte componente nacionalista por razones
obvias.
Como hemos señalado, el primer acuerdo de inmigración se firma entre las autoridades
venezolanas y representantes del Partido Nacionalista Vasco que, como hemos visto, desde
julio de 1939 cuenta con delegados en el país (Maguregui y Olazabal). En 1942, se creaba la
primera Junta Extraterritorial del PNV, y en 1946 se abría la afiliación oficial a dicho partido
manteniéndose hasta nuestros días. Se daba además la circunstancia de que en este país se
habían exiliado numerosos dirigentes nacionalistas. Entre otros, el ya citado Gárate (Bizkai
Buru Batzar), Doxandabaratz y los hermanos Irujo (Ñapar Buru Batzar), Diez de Ibarrondo
(Araba Buru Batzar), Lucio de Aretxabaleta (Juventud Vasca de Bilbao)...
Durante todos estos años, entre los presidentes del PNV en Venezuela figuran nombres
como los de José María Echezarreta, José Ibargüen, Ricardo de Leizaola, José Ituarte, José
Oñatibia, Salvador Urroz, Pedro Olariaga, Xabier Leizaola, José María Anzola, Iñaki
Aretxabaleta, Peli Irizar, Isaías Atxa, Joseba Olabeaga, Fernando Carranza o Domeka
Etxearte. Entre abril de 1947 (fecha en que se abre la afiliación) y 1977, la media de afiliados
fue de trescientos cincuenta, llegando a los cuatrocientos en la década de los 50-60: Por otro
lado, desde 1948 contaron con delegados en Puerto La Cruz, Barcelona, San Cristóbal,
Maracaibo y Mérida, lo que da idea de la importancia y la extensión de esta organización.
Sobre todo a partir de 1950, el PNV de Venezuela se convirtió en uno de los principales
sostenes de esta organización, tanto en el exilio como en el interior del País Vasco. Desde el
punto de vista económico las cuotas, que comenzaron siendo de 500 dólares mensuales en
1946, se multiplicarían por 10 treinta años más tarde. Además de ello financiarían todo tipo
de eventos y publicaciones, además de la puesta en marcha de Radio Euskadi. En 1989 la
organización venezolana del PNV mantiene su derecho a voto en la Asamblea Nacional de
este partido (26).
El segundo grupo en importancia es el de Acción Nacionalista Vasca (ANV). Entre sus
miembros más destacados: Bernardino Bilbao, Luis Ruiz de Aguirre, Vicente Amoriaga, Antón
de Larrañaga, José María Díaz de Rekarte, Ramón Laniella, Jesús Dolara o Josu Osteriz,
entre otros. También en 1942 se constituye su órgano directivo en Venezuela que, hasta
1946, dependerá de la Ejecutiva exiliada en México. En muchas ocasiones desde 1938 ANV
haría de puente entre las organizaciones republicanas y los nacionalistas vascos. Al
producirse la crisis de 1946 a que hacíamos referencia, el entonces secretario de ANV en
Venezuela, Bernardino Bilbao, trató de mediar, sin éxito, en el conflicto surgido.
En 1944 se constituía la Delegación de ELA-STV -luego Junta Extraterritorial-, el principal
sindicato vasco, con participación de militantes de las diferentes organizaciones
nacionalistas. El último acto de esta organización fue la entrega de sus fondos a los
damnificados por las inundaciones de 1983 en Euskadi.
Otra organización que mantuvo una gran actividad en Venezuela, a pesar de su pequeño
número, fue el Euzko Mendigoizale Batza, más conocido como Jagi-Jagi, y luego como
Frente Nacional Vasco. Entre sus militantes más destacados: Fernández Etxeberria
«Matxari», Andima Ibiñagabeitia, Triki Azpiritxaga, Calvo... Originariamente, militantes del
PNV a partir de 1958 proponen la constitución de un Frente Nacional Vasco de todas las
fuerzas abertzales al margen de partidos de obediencia española, adoptando una actitud
sumamente crítica hacia el Gobierno vasco en el exilio. Su estrategia tuvo cierto éxito a raíz
de la campaña BAI (Batasuna, Askatasuna, Indarra: Unidad, Libertad y Fuerza) lanzada por
ETA, logrando, aunque de forma efímera, la integración de aquel frente de EMB-ANV-ETA.
En 1958 existía una relación intensa entre Julen de Madariaga y el grupo de jóvenes
venezolanos adscritos a EGI-Resistencia Vasca, uno de cuyos elementos más significativos
era Sabin Solozabal. A principios de 1959 algunos de éstos (Iñaki Endaya, Txomin
Letamendi, Koldo Azurza, Pruden Arozena, Xabier Uzkanga y Antón Uzkanga) constituían
ETA en Venezuela. A principios de los 60 llegaban los primeros refugiados.
Euzko Gaztedi
Por otro lado, en junio de 1956 llegaba a Venezuela Jokin Intza, que durante casi veinte años
se había mostrado como uno de los más activos elementos de la Resistencia en el interior,
tanto en el campo político como en el sindical. En Caracas va a desarrollar una intensa
actividad organizativa.
Consigue reunir a un grupo de quince o veinte jóvenes, a los que compromete con
actividades diferenciadas a las de Euzko Gaztedi. A partir de este grupo va a nacer Euzko
Gaztedi del Interior-Resistencia Vasca, dependiente ya de la dirección del PNV y cuyas
principales actividades estarían destinadas al interior, hasta el punto de que en Euskadi se va
a adoptar el nombre EGl. Desde nuestro punto de vista, la realización más importante de
EGI-Venezuela fue la revista Gudari, animada por Alberto Elósegui, que entre 1960-1974 se
distribuiría clandestinamente en el interior
En los años 50 hubo intentos de dotar de una mayor organización a la Delegación a través
de representantes locales de la misma. Asimismo, se elaboró un proyecto para crear una
cooperativa y se inició la elaboración de un censo de los vascos en Venezuela (intento que
se repite en 1989 desde el Centro Vasco de Caracas).
Según Martín de Ugalde, «cuando las reuniones se hicieron más nutridas hubo que buscar
un local mayor, y (los vascos han preparado siempre sus organizaciones cerca de una buena
mesa) pasaron sus reuniones al Txoko, un restauran! propiedad de Juan de Leniz»
.
La tradición asociativa de los vascos en el Nuevo Mundo se remonta al siglo XVI. A finales de
esta centuria surge la primera asociación vasca de socorros mutuos en el Potosí boliviano. A
lo largo del siglo XVII los vascos fundan las «hermandades de Nuestra Señora de Aránzazu»
que mantienen su actividad hasta bien entrado el siglo XIX. En el siglo XV11I se fundaba el
Colegio de San Ignacio de Loyola de México, más conocido como «de las Vizcaínas».
Durante el período colonial la mayor parte de los consulados de comerciantes cuentan con
un «partido vasco». A partir de 1876-77, con la fundación de los Centros Laurak bat de
Montevideo y Buenos Aires, surge el centro vasco moderno, que en la primera década de
este siglo se había extendido por diferentes países de América y Filipinas
.
El abril de 1941 la Comisión publica en la prensa la convocatoria de una Asamblea
Constituyente. Ésta se celebra el día 10 de mayo en unos locales de las calles Palma a
Miracielos No. 47. La Asamblea está presidida por los cuatro citados. Tras debatir el
articulado del Reglamento y dar cuenta de las gestiones realizadas hasta entonces, era
elegida por mayoría la nueva Junta Directiva. Ésta quedaría formada por José María de
Etxezarreta (presidente), José María de Barrenetxea (secretario) e Ilari de Ariño (tesorero), y
como vocales Ricardo de Leizaola, Ricardo de Goya, Silvino de Mugarra y Salvador Urroz. A
esta reunión asistieron 140 vascos El día 15 se reunía por primera vez la Junta Directiva,
asistiendo también Blas de Gárate y Ángel Aznar. Comenzaban las gestiones para conseguir
un local
El 7 de octubre de 1941 la Junta Directiva del Centro Vasco acordaba arrendar una casa en
Cipreses a Velázquez No. 9, con una renta mensual de 400 bolívares, fijando en ella su
primera sede social (6). Días más tarde se reunía la Asamblea General para que fuese ella la
que refrendase la elección de sede así como para buscar fórmulas para su financiación
Existe una polémica en torno a la fecha exacta en que se funda el primer Centro Vasco de
Venezuela. Evidentemente, entre los meses de octubre y diciembre de 1941 el Centro cuenta
con directiva, sede, empleados y primeras actividades. El día 10 de marzo de 1942 la
Directiva acuerda fijar el día 5 de abril como su fecha de inauguración. Para organizar los
actos se nombra una Comisión formada por Víctor de Elguezabal, Andoni de Arozena, José
Luis Otxoa de Txintxetru además de algunos miembros de la propia directiva (11). Asimismo,
el día 27 Santiago de Beristain era nombrado delegado del Centro en el estado de Carabobo
Los organizadores de los actos de inauguración desechan la idea de celebrar una gran
banquete por no poder hacerse cargo de los gastos que éste originaría, sustituyéndolo por un
«pequeño refrigerio». Según Ugalde, «era tan precaria la situación de los vascos en 1942,
que además de tener que pintar la casa los socios y los mismos miembros de la Directiva, se
vieron en la necesidad de reunir entre ellos unos bolívares para adquirir las banquetas
usadas que tuvieron como primer mobiliario (...), después tuvieron que obtener prestados
algunos pocos muebles de la Mueblería Lombao»
El día 22 de mayo de 1942 se celebraba una Asamblea General del Centro Vasco. En ella se
elegía una nueva Junta Directiva formada por Aurelio de Artetxe (presidente), Santos de
Gárate (tesorero) y como vocales José Luis Martínez Bilbao y Andoni de Arozena,
manteniéndose el resto de los cargos. Se estudian asimismo dos importantes propuestas.
Por un lado, editar una revista; por otro, crear la Liga de Amigos de los Vascos
Apenas dos meses después de la inauguración de los locales del Centro la Junta Directiva
comienza a buscar una nueva sede. El día 25 de junio se acuerda alquilar unos locales en
Truco a Balconcito. Asimismo se convoca a los contratistas socios del Centro para construir
un frontón en la nueva sede (17). A principios del mes de julio se iniciaba el traslado.
De Truco a Balconcito
Uno de los actos previstos era una Misa que debía celebrarse en la iglesia de Las Mercedes.
Los representantes franquistas presionaron para que los vascos no pudiesen celebrar un
oficio religioso específico, que finalmente es prohibido por la Jerarquía. Pero el día elegido
era domingo y los vascos acudieron en masa al templo, entre ellos el Hermano Ginés vestido
con sus hábitos. Ocho años más tarde era eí mismísimo Arzobispo de Caracas el encargado
de bendecir la primera piedra del nuevo Centro de El Paraíso.
Pero en aquella reunión debían renovarse algunos cargos directivos. José María Diez de
Rekarte, militante de Acción Nacionalista Vasca (ANV) propone, como veremos, una
candidatura en la que se recogiesen todos los sectores de opinión del Centro (26).
Asimismo en aquellos días, el Centro, consolidado ya, comenzaba a relacionarse con otros
organismos. En esta línea, el 30 de mayo la Junta Directiva acordaba establecer relaciones
fraternales con los demás Centros Vascos de América. También se iniciaba la elaboración de
un archivo de recortes de tenias vascos aparecidos en la prensa americana
Un marco más amplio
El mundo de la posguerra
En enero de 1948, representantes del Centro Vasco se integran en una comisión formada por
el cónsul de la República española, presidente de las casas regionales y la directora de la
Comisión Nacional de Inmigración, para fomentar la entrada en el país de refugiados
antifranquistas residentes en Francia . A pesar de ello y siguiendo una tónica que llega hasta
nuestros días, con la excepción de Galeuzca (Galicia-Euzkadi-Cataluña), el Centro Vasco se
mantiene al margen de las actividades de los españoles salvo en casos puntuales como era
éste
En aquellos días tanto el Centro como la Delegación del Gobierno vasco realizaban
gestiones individuales en favor de resistentes perseguidos por la policía política franquista y
en el de algunos emigrantes que se encontraban en dificultades en Nueva York y Saint
Thomas.
Ante las medidas en materia de inmigración dictadas por la Junta Militar en 1949, el PNV de
Venezuela se dirigía al Centro Vasco para que éste colaborase en las gestiones
correspondientes para que pudiesen ingresar en el país 50 vascos residentes en Francia .
En El Paraíso
Desde 1945 los incidentes entre el Centro Vasco y la propietaria del inmueble se multiplican,
impidiendo, por ejemplo, que se realizasen obras de mejora. El diciembre de 1947 esta
última anuncia a la Junta Directiva su intención de venderlo, ofreciendo una opción prioritaria
de compra de 300.000 bolívares . Pero para la Junta Directiva el precio resultaba excesivo,
rechazándose la oferta
En la Asamblea General Ordinaria del 29 de mayo de 1948, el presidente del Centro, José de
Elguezabal, propone la formación de una ponencia para buscar un nuevo emplazamiento. La
primera ponencia quedará formada por José de Abasólo, Ander Aranbaltza, Manuel Altube,
Francisco Badiola, Lorenzo Basagoiti, Joaquín Carrandi, B. Goikoetxea, José Luis Otxoa,
Miguel Salvador, Santos Ariño y Martín Gaubeka (42). Días más tarde la ponencia ya estaba
barajando varios terrenos y estudiando fórmulas concretas de financiación. El día 23 de junio
la ponencia proponía a la Junta Directiva la adquisición de un solar de 10.000 metros
cuadrados en El Paraíso que tenía un precio de unos 300.000 bolívares (43). Cuatro días
más tarde era presentado el plan de financiación a través de la creación de la Compañía
Inmobiliaria Euskalduna, que contaría con un capital social de 1.000.000 de bolívares,
dividido en acciones nominales de 500 bolívares
.
El día 3 de julio, con asistencia masiva, se celebra una nueva Asamblea General
Extraordinaria en la que se informa de las gestiones citadas. Al mismo tiempo se constituye
una ponencia financiera formada por Gonzalo de Aranguren, Julián de Lizarralde, Miguel
Pelay Orozco, Florentino Urarte, Adrián de Zalutregui, Juan de Urbistazu, Ilari Ariño, José
Estornés Lasa, Antxon Larrañaga y Juan de Iturri . Miguel Salvador se haría cargo del
proyecto.
El 14 de octubre se colocaba la primera piedra del nuevo Centro Vasco de Caracas. Fue
bendecida por el arzobispo Monseñor Lucas Castillo y, tras la actuación del coro Pizkunde,
los discursos corrieron a cargo de José de Elguezabal, presidente del Centro; Luis Bilbao,
delegado del Gobierno Vasco, y de José Antonio Aguirre, que había enviado una grabación
con tal motivo.
La prensa de la capital se hace eco del evento. La Esfera señalaba: «Ninguna de las colonias
extranjeras ha tomado una iniciativa de la índole que ahora toman los vascos». En El
Universal se decía: «Por su manera de actuar entre nosotros, laboriosa, honesta,
decididamente útil, debemos considerar como valioso aporte a nuestras actividades humanas
la presencia en Venezuela de un nutrido grupo de vascos»
.
El 5 de diciembre de 1949 la Junta Directiva del Centro Vasco acordaba invitar a José
Antonio de Aguirre a la inauguración de la nueva sede . El 2 de marzo de 1950 Aguirre y
Jesús de Galíndez, delegado vasco en Nueva York, llegaban a Venezuela. En el aeropuerto
de Maiquetía son recibidos por el delegado Luis Bilbao; el presidente del Centro, José de
Elguezabal, y Gonzalo de Aranguren.
El día 3 Aguirre ofrecía una rueda de prensa. Por fin, coincidiendo con el Aberri Eguna,
comenzaban los actos inaugurales. En estos participan, además de Aguirre y Galíndez,
Joseba de Rezóla, Andoni de Arozena (en euskera) y el arpista Nicanor Zabaleta. El día 12,
coincidiendo con la jornada de clausura, se plantó un retoño del Árbol de Gernika .
Durante más de una década muchos vascos del interior fueron miembros tanto de la
Asociación Vasca de Socorros Mutuos como del Centro Vasco de Caracas. Hasta los 50 los
euskaldunes se reúnen en bares o en casas particulares, e incluso jugan la pelota en
cualquier edificio cuyas paredes se asemejen a las de un frontón. La llegada más o menos
masiva de vascos a partir de 1950, tanto por razones políticas como por razones
económicas, hace que aparezcan numerosos centros. Sin embargo en 1989 sólo quedaban
tres: Caracas, Puerto La Cruz y Valencia
Allí se celebran tertulias y se juegan disputadas partidas de pelota a mano. Acudían gentes
de El Tigre, Anaco, Cumaná, Barcelona y Puerto La Cruz. Otros lugares de reunión, incluso
para quienes venían desde Caracas, eran los domicilios de las familias Etxearte y Etxebama
en el barrio de Los Cocos. En el patio de la casa de un pescador vecino estas dos familias
construyeron un pequeño frontón
.
Como señalábamos antes, la emigración de los años 50 llevó a la zona oriental del
Venezuela a numerosos vascos. Es en 1956 cuando se forma una comisión encargada de
estudiar la posibilidad de construcción de un Centro Vasco. La primera reunión se celebra en
el Hotel Caraguan, de Puerto La Cruz. Se acuerda constituir una inmobiliaria que llevará el
nombre de Anzoategui, con un capital social de 250.000 bolívares.
La primera Junta Promotora estuvo formada por Francisco de Aresti, Mariano de Maguregui,
Alejandro de Uría, Bias de Belzunegui, Pedro de Gárate, Eusebio de Ucar, Juan de Eíxearte,
Julián de Etxebama, Elias de Larruzea, Umbelin de Garmendia y Pedro de Beaskoetxea
.
A finales de 1956 se constituía la primera Junta Directiva Provisional, formada por Mariano
de Maguregui (presidente), Enrique de Azkune (secretario) y como vocales Juan de Etxearte
y Alejandro de Uría. Este último solicitaría muy poco tiempo después una nueva elección,
quedando la Directiva formada por Juan de Etxearte (presidente), Mariano de Maguregui
(vicepresidente), Enrique de Azkune (secretario), Unbelin de Garmendia (tesorero) y como
vocales Alejandro de Uría, Julián de Etxebarría y Eusebio de Ucar
.
A principios de 1958 se celebraba, en uno de los locales del Hotel Guaraguao, la Asamblea
General Ordinaria de la Inmobiliaria Anzoategui, en la que se elige su primera Junta
Directiva. Queda formada por Francisco Aresti (presidente), Alejandro Uría (vicepresidente),
Eusebio de Ucar (secretario), Pedro de Beascoechea (tesorero) y vocales Mariano de
Maguregui, Pedro de Gárate, Julián de Etxebarría, Elias de Larruzea y Blas de Belzunegui
.
En 1959 llegaba al aeropuerto de Barcelona-Puerto La Cruz el presidente vasco José Antonio
de Aguirre. Además de mantener entrevistas con las autoridades civiles y religiosas locales,
preside la ceremonia de la colocación de la primera piedra del Centro, presidida por
Monseñor Humberto Paparoni, obispo de Barcelona
.
Por fin, el 17 de diciembre de 1960, Jesús María de Leizaola, que poco antes había sucedido
a José Antonio de Aguirre (fallecido en marzo de ese año) en la Presidencia del Gobierno
Vasco, presidía la inauguración del Centro. Poco después, el 4 de febrero de 1961, se
constituía la primera Junta Directiva del Emakume Abertzale Batza, que estuvo formada por
María Jesús de Beaskoetxea (presidenta), Carmela de Elordi (secretaria) y Miren Buy de
Belzunegui (tesorera)
.
Valencia-Carabobo
En los años 50 llegaban más vascos: Lozano y Zabala, de Bilbao, Isidoro de Fagoaga
(sobrino del famoso cantante), los colonos del valle de Chirgüa, Ángel Unamuno (hermano
de José Luis), Xabier Biardeu, Julián Ertxebarria... Un nuevo grupo lo hace a finales de los 50
y principios de los 60: Imanol Ibarra, León y Jesús Celeya. Ifíaki Usabel, Juan Miota, los
hermanos Ruisánchez, José Luis Bilbao, José María Uzkanga, Fermín Gallurralde, Félix
Gárate, Imanol Icaran y otros. Fueron tiempos en los que se instalan en la zona numerosas
empresas norteamericanas, conociendo el estado de Carabobo un crecimiento sin
precedentes. En aquellos días la comunidad vasca estaba formada por unos 150 individuos.
Hacia 1964 comienzan los intentos para fundar un Centro Vasco. Alrededor de unos cuarenta
se reúnen en el restaurante La Pilanca, propiedad de Iñaki Usabel. Entre el grupo de
fundadores había algunos que se negaban a crear una entidad politizada, postura difícil en
aquellos tiempos. Así que aún se tardará diez años para poner en marcha el proyecto. Por
fin, en diciembre de 1974 se formaba la primera Junta Directiva integrada por Kepa Derteano
(presidente), Andoni Endemaño (vicepresidente), José María Uzkanga (tesorero), José Luis
Unamuno (secretario) y vocales Jesús Asiia, Juan Villar y León Celaya, con 40 socios
iniciales. Su primera sede estuvo en un viejo caserón cercano a la Parroquia de Nuestra
Señora de Begoña (fundada por un sacerdote vasco en 1782) donde construirían un frontón
de 32 metros.
Desde allí -y tras numerosas gestiones-, durante la presidencia de Patxi Arrue se pasa a una
preciosa casa colonial situada en un lugar tranquilo y fresco, dotado con un frontón cubierto,
piscina, biblioteca, restaurante y otros servicios para unos 75 socios; la mitad de la población
vasca de Valencia. La última directiva (89-90) está formada por Juan Sertutxa (presidente),
Jaime Burruchaga (vicepresidente), José Manuel Jayo (tesorero) y vocales José Luís
Unamuno y Jesús Celaya .
El Tigre
Eusko Etxea de El Tigre fue inaugurada el 1° de mayo de 1957 por José Antonio de Aguirre
que repetiría visita en 1959-
,
Maracaibo
La primera comunidad vasca moderna de Maracaibo aparece hacia 1941 y estaba formada
por unos seis individuos, todos exiliados. La cifra se multiplicaría por diez una década más
tarde.
En 1960 Jon de Urrezti comienza a editar Itzinan' go Argia, primer boletín periódico vasco
aparecido en el Estado Zulia. En éste se publicará la convocatoria de lo que, más tarde, sería
Marakaiboko Euzko Alkartasuna. Este queda constituido oficialmente el 30 de septiembre de
1970. La primera Junta Directiva quedó formada por Isidoro Zulaika (presidente), Joseba I.
de Elorriaga (secretario), Jon de Urrezti (tesorero) y como vocales Alejo de Artaza, Juan San
Juan y J. L. de Elgezabal
.
Aragua-La Victoria
Cwnaná
Esta ciudad, capital del estado Sucre en el Oriente venezolano, siempre contó con una
pequeña colectividad de vascos. Como destaca Depons, ya en el siglo XVI los vascos dejan
su huella en la toponimia del lugar: «Cumanacoa» que en euskera significa «de Cumaná».
Como consecuencia de la guerra civil llegaron exiliados que se ocuparon fundamentalmente
del sector pesquero, la CAIP y la construcción.
Quizás los vascos que llegaron a Cumaná fueron pioneros en el ordenamiento de la pesca,
en tiempos en los que en Venezuela casi no se consumía pescado y no había sistemas de
frío. Aquí nos encontramos con José María Solabarrieta, Fernando Carranza e Ixidor
Etxebenia. Este último cuando volvió a Ondárroa introdujo en el puerto pesquero bizkaíno el
sistema de cajas, que hoy es habitual en los puertos vascos y que él aprendió en Cumaná.
En la construcción se nota la influencia vasca en distintas quintas (villas) construidas por la
Inmobiliaria Olaizola, donde trabajaron Ruiz de Aguirre, Oñatibia, Okiñena y José Luis de
Anasagati. La casa de este último era un pequeño batzoki donde incluso se escribían las
cartas a la familia.
Los vascos de Cumaná celebraban las fiestas en el Colegio de los Padres Paules, donde
había un frontón. Ramón Muguruza, que fue miembro de la Directiva de la Juventud Vasca,
tuvo el hotel Comercio, así como Paco Ibarretxea el primer supermercado. Fue muy
apreciada la labor de la Srta. Arantza Olabeaga, directora de la Residencia Estudiantil
Diocesana, que formó generaciones de cumanesas. Asimismo es de destacar la labor de los
hermanos Pérez. Amilibia tuvo un curadera de tortugas.
En 1968 se inauguró el primer Centro Vasco, que contó con frontón. Su primer presidente fue
José M. Irazu, hijo del patriarca de aquella comunidad D. Sergio.
Desde 1940 y hasta nuestros días la comunidad vasca en Venezuela ha utilizado, como
ninguna otra del Nuevo Mundo, los medios de comunicación. Desde un inicial programa
radiofónico hasta los actuales Euzko Deia y el boletín Noticentro, siempre ha habido un
medio de comunicación vasco en dicho país. Por otro lado, en muchos momentos algunos de
los medios de comunicación promovidos por la comunidad vasco-venezolana están dirigidos
específicamente a Euskadi, donde o bien se distribuyen clandestinamente, caso de la prensa
escrita, o se reciben, no sin dificultades, a través de las ondas.
Según el historiador José Luis de la Granja: «la prensa escrita ha sido el medio de
propaganda más y más utilizado por el nacionalismo vasco en sus noventa años de
existencia. No creo equivocarme al afirmar que el nacionalismo vasco ha generado la mayor
cantidad de prensa política vasca en el siglo XX, más que las distintas fuerzas de derechas e
infinitivamente más que las de izquierda. Las publicaciones nacionalistas suman centenares
de títulos, si se tiene en cuenta no sólo las aparecidas en Euskadi sino también las de la
diáspora vasca, sobre todo en Francia y en América, especialmente durante el exilio tras la
guerra civil» (1). En este punto hay que destacar que los medios de comunicación vasco-
venezolanos tienen, sin excepción, un contenido nacionalista («patriótico»), aunque no sea
partidista.
Hay asimismo un dato que en parte explica este florecimiento periodístico. En Venezuela se
exilian no pocos periodistas profesionales vascos (Genaro Egileor «Atxerre», Luis Ibarra
Enciendo «Harko», Bernabé Orbegozo «Otarbe», Andoni de Astigarraga, Manuel Fernández
Etxebarria «Matxari», José de Abasólo Mendibil). Otros se forman o alcanzan su plenitud
profesional en el país. Este es el caso de Martín Ugalde, Alberto Elósegui, Xabier de
Leizaola, José Félix Azurmendi, Joseba Lazkano, María del Carmen Matxain, Laurentzi
Odriozola, Iñaki Anasagasti, Txomin Las Heras, María Isabel Arriaga... Junto a los periodistas
hay también una larga lista de diseñadores e ilustradores. También en Euskadi trabaja un
grupo de periodistas vasco-venezolanos como Estepan Aldamiz-Etxebarria o Sorne
Ortuondo.
Prensa comunitaria
Para nosotros prensa comunitaria es aquella editada por los diferentes centros vascos y otro
tipo de entidades culturales o deportivas. Además hay que destacar que la primera revista
vasca editada en Venezuela, Euzkadi, lo fue por el Centro Vasco de la capital, y la única
revista vasca que hoy se mantiene en el país, Noticentro, pertenece a dicha institución.
Euzkadi. Órgano divulgativo del Centro Vasco de Caracas aparece en el verano de 1942,
poco después de la fundación del mismo. Sale con cierta regularidad entre 1942 y 1950. La
revista fue dirigida por el científico venezolano Juan Iturbe (1942), José María de
Barrenetxea (1942), Blas Gárate (1943-1945), Eusebio Barrióla (1945-1946), José Estornés
Lasa (1946), José María Bengoa (1947-1948), Genaro Egileor «Atxerre» (1949) y Martín
Ugalde (1949-1950). Entre sus colaboradores, Eduardo González de Mendoza, Vernabé
Orbegozo,
José Olivares Larrondo «Tellagorri», Jesús de Galíndez, Manuel de Irujo, Julio de Jauregui,
Francisco Javier de Landaburu, Manu de la Sota, Piarres Laffite, Andoni de Arozena, Miguel
Pelay, Iñaki Urreztieta... El último número aparece en 1950, en medio de una fuerte crisis
económica. En una primera etapa reproducía numerosos artículos de vascos exiliados en
diferentes países del mundo y noticias reducidas al ámbito de la comunidad. A partir de 1946
reproducen las noticias difundidas por la agencia OPE, organizada en París por el Gobierno
Vasco.
Pasarán casi veinte años hasta que, de nuevo en Caracas, se edite Noticentro, al que poco
después sustituye Notimes, del que se publican quince números entre 1975 y 1977. Sus
directores fueron, sucesivamente, Iñaki Anasagasti y José Abasólo Mendibil.
En 1977 el órgano del Centro Vasco de Caracas recupera su nombre original, Euzkadi, del
que aparecen nueve números hasta 1979. Su responsable fue José Abasólo Mendibil. Entre
sus colaboradores, Segundo Cazalis, Martín de Ugalde, Luis Bilbao, Jesús Basáñez, Juan M.
Polo, José María Bengoa, María Antonia Aramendia, P.M. Urrutikoetxea, Jesús María Sasía,
Miren Etxezarreta, Koldo Ruiz de Aguirre... En este período en el Centro Vasco-Venezolano
de Valencia se edita el boletín Gasteak.
También en 1957, 1962 Y 1967 el Centro Vasco de Caracas editó álbumes con motivo de los
diferentes aniversarios de dicha institución. En ellos se recoge una serie de diferentes
trabajos históricos y literarios sobre la presencia de los vascos enVenezuela desde el siglo
XV.
Habrán de transcurrir casi 20 años hasta que aparezca GV-OPE, dirigido por Fernando de
Carranza. Entre octubre de 1972 y enero de 1978 aparecieron quince números y uno
extraordinario. Sus redactores fueron Joseba Olabeaga, José de Abasólo Mendibil e Iñaki
Anasagasti.
Sin duda es Euzko Gaztedi (en sus dos vertientes) la organización vasco-venezolana que
editó un mayor número de publicaciones, con las temáticas más diversas. A esta
organización pertenece, por ejemplo, una de las revistas más populares de la clandestinidad
anti-franquista: Gudari.
En 1949 comienza la publicación de Euzko Gaztedi con el lema «Al servicio de la patria y de
la juventud». Hasta 1956 aparecen 56 números, y luego saldrá de forma irregular hasta 1976.
Sus directores fueron Andoni Arozena, Martín de Ugalde, Joseba Leizaola, Alberto Elósegui e
Iñaki Anasagasti. Entre sus colaboradores, Jesús Dolara, Joseba Urruzuno, Txomin
Bizkarret, Bingen Amézaga, Koldo Ruiz de Aguirre, Vicente de Amézaga, José Joaquín
Azurza, Javier Uzkanga, Joseba Bilbao, Joseba Olabarrieta, Josu Osteriz, Silverio Zabala...
En 1958 aparecía Abefi como boletín de la Comisión de Organización y Formación Patriótica
de Euzko Gaztedi. De contenidos culturales, su director fue Lander Quintana, Publicó 20
números entre 1958 y 1962 y contó entre sus colaboradores a Nik Quintana, Xabier
Uzkanga, Arantza Basáñez, V. Korostola, Miren Berecfbar, Pello Irujo, Martín Ugalde, Jesús
Dolara...
EGI-lnforma sale en 1967 editado por la Resistencia Vasca. Sus redactores son Alberto
Elósegui, Iñaki Aretxabaleta e .Iñaki Anasagasti.
Entre 1969 Y 1970 Euzko Gaztedi edita el mensuario satírico La Pulga, que tiene como lema
«El periódico que mantiene intranquilo al Centro Vasco».
Publicó 16 números y fue dirigido por Iñaki Anasagasti. Sus redactores fueron J. I. Zuazo,
Zuriñe Zubillaga, Koldo Ruiz de Aguirre, Gotzon Lakatza y Miren y María Esther Solabarrieta.
Mención aparte merece la revista Gudari, que nacía en 1961 con el lema «por una Euzkadi
libre en una Europa unida». Estuvo dirigida fundamentalmente al Interior. Su fundador,
director y «alma» fue Alberto Elósegui, que ocupó puestos relevantes en diferentes medios
de comunicación caraqueños. Elósegui está presente en muchas otras iniciativas en el
campo de la comunicación; Euzko Gaztedi, EGI-lnforma, Radio Euzkadi o en la producción
de la película Los hijos de Gernika. Cuando Alberto Elósegui se traslada a Europa le sucede
Iñaki Anasagasti. Jokin Ynchausti, por su parte, se encargó de los números extraordinarios
dedicados al juicio de Burgos, y a Joseba Elósegui a raíz de su acción «a lo bonzo» ante
Franco.
Entre 1961 y 1974 se editaron 67 números, y contó entre sus colaboradores y redactores a
Luis Ibarra Enciondo, José de Abasólo Mendibil, Mauro Elizondo, Manuel de Irujo, Jesús
Insausti, Jesús María de Leizaola, Paul Doutournier, José de Artetxea, Iñaki Azpiazu...
Gudari publicó varios monográficos, libros y folletos como La causa del pueblo vasco (J.F.
Landaburu), El Árbol de Guernica (G.L. Steer), 7 meses y 7 días en la España de Franco (1.
Azpiazu,), Discursos de Lendakari (J.A. Aguirre) o El PNV en la vida práctica de un cuarto de
siglo y La Economía Vasca (I.M. Leizaola), El caserío vasco (Francisco de Abrisketa), Los
vascos no son españoles (Pantaleón Ramírez de Olano) o Mugarra begiraria (Francisco
Atutxa).
En Venezuela se exilia un grupo de militantes del Euzko Mendigoizale Batza (Jagi-jagi), que
a pesar de su pequeño número se va a mostrar especialmente activo en el campo de la
prensa. Sobre todo destaca la figura de Manuel Fernández Etxebarria («Matxari» y «Eibarko
betikoa»), periodista profesional que había sido redactor del diario Excelsius de Bilbao y que
durante la guerra había dirigido Euzkadi Roja, firmando entonces sus artículos con el
seudónimo «Un diplomático con boina»; luego en Caracas regentó una imprenta. El EMB fue
el gran defensor de un «frente nacional vasco» formado por todas las fuerzas nacionalistas.
La prensa y los artículos de «Matxari» fueron el reflejo de esa estrategia.
En febrero de 1957 aparecía Irintzi con el lema Erri azke batean Euzkadiko askatasunaren
alde (En un país libre por la libertad de Euzkadi). Dirigido por «Matxari» publica 15 números
hasta 1961. Entre sus colaboradores Andima Ibiñagabeitia, Andoni Arozena, Mikel Ayerdi,
Agustín Zumalabe y Balendin Aguerre.
Casi inmediatamente Irintzi es sustituido por Frente Nacional Vasco con los mismos
contenidos que su predecesor. Publicó 40 números entre 1960 y 1968. Un año más tarde
aparece BAI (Batasuna. Askatasuna. Indarra: Unidad. Libertad. Fuerza), editada
conjuntamente por ANV, EMB y ETA. BAI, que corresponde a lo que algunos denominan
como segunda etapa del «frente nacional», tendrá una vida efímera. En este caso la
estrategia «frentista» había sido diseñada por ETA y fracasa por la no adhesión del PÑV al
proyecto. Entre 1970 y 1971 «Matxari» edita Sabindara, una revista muy polémica bajo el
lema laungoikoa eta Lagi Zarra (Dios y Ley Vieja).
La prensa de ET A
Desde 1958 funciona un grupo activo de ETA en Caracas -formado por residentes en el
país-, que desde marzo de 1960 contará con su propia prensa. A raíz de la muerte de José
Antonio de Aguirre aparece el primer número de Zutik en tierras americanas, que mantiene
esta denominación hasta el número 11. A partir del 12 se denomina únicamente Zutik. Hasta
el número 22 el Zutik está hecho en imprenta, para ser multicopiado a partir de entonces.
Tras la V Asamblea de ETA Zutik incluye el lema «Órgano del Movimiento Vasco de
Liberación Nacional». Hasta 1970 aparecen 94 números. Durante los primeros años del Zutik
venezolano, por ejemplo, se utilizan los servicios de OPE, la oficina de prensa del Gobierno
Vasco con sede en París.
Entre 1970 Y 1971 aparece un Zutik editado por los escindidos de la VI Asamblea
(trostkistas). También en ese período se publican en Venezuela algunos números de Berriak.
Boletín informativo de ETA, editada oficialmente en el País Vasco-continental.
Entre 1978 y 1984 se publica Iritzi. Órgano divulgativo del Comité de Apoyo a presos y
refugiados vascos en Venezuela, cercano a los planteamientos de ETA militar.
En 1968 aparece Euzkadi editada por la Junta Extraterritorial de Venezuela del PNV. Hasta
1970 publica 23 de números. Reaparece en 1972 con periodicidad irregular hasta 1981.
También aparecían números -generalmente impresos a multicopista- para cuestiones
puntuales, desde asambleas hasta funerales.
Hay algunas revistas que por sus contenidos pueden considerarse próximas al PNV. Este es
el caso de Ernán. Cuadernos vasco-americanos, dirigidas por Francisco G. Mardones, que
publicó cinco números en 1967. Participan entre otros Andima Ibiñagabeitia, Martín de
Ugalde, Manuel de Irujo, Jon Mirande... La otra es Azkatuta, que con el lema Euzkadi da
euzkotarren aberria publica cinco números entre 1969 y 1970. Entre sus colaboradores
Sandalio de Tejada, Andoni de Arozena, Andoni de Astigarraga o Pedro de Olariaga.
Otras publicaciones
Durante dos años (1965-1966) la organización juvenil de Acción Nacionalista publica Acción,
con el lema «solidaridad nacional y justicia social». Entre sus redactores Jesús Dolara, Josu
Ostériz o Vicente Arnoriaga.
Azpiri. Hasta 1983 habían aparecido 84 números. Con el mismo tema se publican algunos
álbumes con motivo de las series internacionales de Jai Alai que se celebran en Caracas (2).
Las emisiones radiofónicas
El primer medio de comunicación que utilizan los vascos unos meses después de su llegada
a Venezuela es la radio. En 1940 comienza a emitirse un programa, fundamentalmente
musical, en el que participan entre otros Txomín Letamendi, Antón Gárate, José Velasco y
Paulin Urresti (3). También en los 40 hubo una emisión de radio llamada La Hora Vasca. Pero
sin duda la más importante y persistente será Euzko Deia. La Voz de los Vascos en
Venezuela.
Euzko Deia surge como iniciativa de un grupo de socios del Centro Vasco de Caracas. La
primera emisión tiene lugar el 9 de diciembre de 1959. El programa estaba basado en
informaciones y música y, en los primeros tiempos, se emitía a través de Radío Crono Radar
todos los domingos. Ha ido evolucionando ya que del «directo», con actuaciones en el
estudio del famoso coro Pizkunde, ochotes del interior o txistularis como Plentzi Cuezala, se
ha pasado a programas realizados en estudio.
En 1989 Euzko Deia, que mantiene el día de emisión, cuenta con un estudio de grabación
propio en una dependencia del Centro. Se emiten informaciones, entrevistas, comentarios en
euskera, música y fragmentos de programas elaborados por Eusko Irratía-Radio Euskadi en
el País Vasco, manteniendo un alto grado de profesionalidad. En su última etapa los
animadores de Euzko Deia -que se difunde a través de Radio Libertador- son José de
Abasólo, Guillermo Ramos, Elixabete Urcelay, Xabier Azpiritxaga, Jon Mikel Olabarrieta, Jon
Olabeaga, Txomin Bizkarret, Xabier Odriozola y Andoni de Arozena (euskera).
Durante doce años y siete días a la semana «desde un lugar de la selva venezolana» emitiría
para el País Vasco ocupado Radio Euzkadi, conocida popularmente por «La Txalupa». Y a
pesar de que en esta empresa participan casi un centenar de personas, militantes del PNV
(4), fue un secreto celosamente guardado mientras duró. Es cierto que en su origen, a través
de las gestiones del arquitecto Iñaki Zubizarreta, se consigue la colaboración -incluso
económica-y la cobertura del Ministro de Asuntos Interiores, Reinaldo Leandro Mora. Los
antecedentes habría que buscarlos en la Radio Euzkadi que, entre 1946y 1953, emite desde
Mougerre en el País Vasco-continental y que fue clausurada por el Gobierno francés.
Jokin Intza, Isaías Atxa, Iñaki Elguezabal, José Joaquín Azurza, Peio Irujo, Alberto Elósegui,
Feliciano Aranguren, Xabier Leizaola, Iñaki Zubizarreta, Guillermo Ramos, José María
Zugarramurdi, Rafael Mendizabal, Félix Berriozabal, Kepa Lekue, Jon Mikel Olabarrieta, Josu
Urresti, Pauliri Urresti, Iñaki Landa, Isaac Atucha, Joseba de Rezóla, Perú Ajuria, Garbiñe
Urresti, Julián Achurra, Joseba Amaga, Iñaki Arechavaíeta, Paul Aguirre, Juan María López
Izaguirre, Jon Garaigordobil, Txomin Llanos, Iñaki Anasagasti, Jone de Elósegui, Antonio
Mendiluce, Jesús María Gallastegui, Juan Ortiz, Ricardo Líbano, Patxi Albízu, Bonifacio
Urquizu, José Eleizalde, Luis José García, Julián Achurra Garate, Tomás Andonegui, José
Ignacio Zuazo, Joseba Urresti, Iñaki Ercoreca, Domeka Echearte, Andoni Olabarri, Miguel
Briceño, Joseba Iturralde, Julián Amezcoa, José Abasólo, Maite Leizaola, José Luis Acha,
Santiago Guruceaga, Mikel Olasagasti, Maite Garitaonaindia, Jon Gómez, Mikel Isasi, Miren
Solabarrieta Aznar, 1. Ugalde, Lander Quintana, Julene Urzelai, Joseba Olabarrieta, Jesús
Irazabal y Ventura Chico. Todos ellos eran militantes activos del Partido Nacionalista Vasco.
Estamos hablando del Dr Vicente Amezaga Aresti- que con su amplia y extensa labor en las
areas de cultura vasca, literatura, traducciones al Euskera, Conferencias, articulos de
prensa, y en Revistas especilaizadas
La finalidad de estos cursos organizados por la Asociación Pro-Universidad Vasca fue dar a
todos los vascos la oportunidad de adquirir un sólido conocimiento del ser nacional vasco.
L—LA TIERRA. Territorio primitivo y actual suelo vasco. Zonas y paisajes. La montaña
y el mar.
2.—EL HOMBRE VASCO PRIMITIVO. El vasco en la pre-histo-ria. La civilización
franco-cantábrica: su alcance y características su supervivencia en la Euzkadi de hoy.
3-—EL HOMBRE VASCO HISTÓRICO. Concepto del vasco a través de griegos y
romanos, la literatura francesa y española del Siglo de Oro; los viajeros extranjeros;
estudio caracteológico.
4.—EL COMPLEJO AGRÍCOLA, EL PASTORIL Y EL MARÍTIMO. Mineros y Ferrones.
5.—RELIGIÓN ANTIGUA. Calendario vasco. Mitología.
6.—EL CRISTIANISMO; su introducción en el país. Hechicería. Heterodoxos. Sentido
de la religiosidad vasca.
7.—LA LENGUA VASCA: características generales; área primitiva de la misma;
retroceso de sus fronteras a través de las diversas vicisitudes históricas. Influencias.
8.—LA CASA VASCA; su función étnica y social. Instituciones jurídicas de ella
derivadas: la troncalidad; el heredero; la comunicación floral.
9.—LA FAMILIA base de la democracia política vasca. El voto foguera!. Otras
instituciones de raíz familiar.
10.—LA EMIGRACIÓN; raíces y alcances de este problema.
11.—EL APELLIDO; su origen, clases y significación; los apellidos vascos en
Venezuela.
12.—GREMIOS Y COFRADÍAS ANTIGUAS; las relaciones de vecindad.
13.—EL MUNICIPIO autónomo y democrático; sus aspectos en las distintas regiones
del país vasco de los orígenes a nuestros días.
14.—ORGANIZACIÓN SOCIAL. Contenido de la democracia vasca; sentido de la
igualdad; reacción contra los intentos feudales de los Parientes Mayores. Nobleza
universal.
15.—LOS ELEMENTOS DISOCIATIVOS: Oñacinos y gamboinos, agramonteses y
beaumonteses, sabeltzuris y sabelgorris.
16.—EL PUEBLO en los períodos romano, visigodo y árabe: luchas y vicisitudes; la
unidad. Sancho el Mayor.
17.—INSTITUCIONES ESTATALES. El Ducado de Vasconia; orígenes y trayectoria
histórica.
18.—REINO DE NAVARRA; síntesis histórica de su grandeza y y miseria.
• i ••. fu.uu jjJJ IUJL.J1.LH, liSLULUJU \ltí UUlp'IJzc'oa y Álava;
características de los mismos; separación y relaciones mutuas.
20.—,LABURDI, ZUBEROA Y GENABARRA; desarrollo propio; sus vinculaciones con
Francia e Inglaterra y sus relaciones con los estados vascos del Sur.
21.—FUEROS VASCOS: Su aparición escrita en las distintas regiones de Euzkadi;
carácter fundamental de los mismos.
22.—DERECHO VASCO: Instituciones básicas del mismo; origen, sentido y valor de
las mismas.
23.—ORGANISMOS FORALES.—Las Juntas Generales; organización y funciones;
otros organismos gubernativos. Eí Regimiento y la Diputación General.
24.—VIDA INTERNACIONAL; los tratados con Inglaterra y la expansión marítima y
comercial vasca.
25.—LA EDAD MEIDA. Las llamadas uniones a Castilla; su sentido y alcance. Intentos
de absorción; cuatro glorias patrias.
26.—EL RENACIMIENTO. La conquista de Navarra; historia de una perfidia.
27.—LOS VASCOS EN LAS EMPRESAS DE LA CORONA DE CASTILLA;
precedentes y desarrollo.
28.—LOS VASCOS EN LA LITERATURA CATELLANA; desde Gonzalo de Berceo a
nuestros días.
29.—EL EUSKERA; Bernardo Dechepare, primer poeta en lengua vasca; estudio de
su obra.
30.—PEDRO DE AXULAR, el más grande prosista euskérico. Estudio de su "GERO".
31.—EL PRINCIPE DE VIANA; imagen de su patria y hombre del Renacimiento.
32.—LA CONTRARREFORMA. Ignacio de Loyola y Fracisco de Xabier.
33.—DESCUBRIMIENTO DE AMERICA. Los vascos en el mar; balleneros y
bacaladeros. Embarcaciones e invenciones marítimas vascas.
34.—LOS GRANDES NAVEGANTES. Juan de Lacosa, Sebastián de Elcano.
35.—EL DERECHO DE LOS PUEBLOS RECIÉN DESCUBIERTOS; Francisco de
Vitoria y su doctrina de Derecho Internacional.
36.—LOS MISIONEROS. Antxieta, Azpilikuetas, etc.
37.—LOS CIVILIADORES. Juan de Zumarraga.
38.—LOS FUNDADORES. Irala, Caray, Zabala.
39.^LOS COLONIZADORES. Urdaneta y Legazpi y la empresa de las Filipinas.
40.—LAS PRIMERAS VOCES DE LA LIBERTAD; Alonso de Er-cilla y Lope de Aguirre.
41.—EL SIGLO XVIII. Desarrollo marítimo; El Consulado de Bilbao. Proyección
internacional de sus ORDENANZAS.
42.—EMPRESAS COMERCIALES ULTRAMARINAS; La Real Compañía
Guipuzcoana de Caracas. Síntesis de sus actividades y realizaciones.
43.—EMPRESAS CULTURALES: La Sociedad Vascongada de Amigos del País;
Peñaflorida y sus colaboradores. Alcances de la obra realizada.
44.—SIGLO XIX. La Revolución Francesa y su repercusión en la Euzkadi continental.
Pérdida de las libertades de estas regiones.
45.—LA GESTA NAPOLEÓNICA. Resultados de la misma en el norte y en el sur del
país.
46.—LA CUESTIÓN DINÁSTICA ESPAÑOLA. La primera guerra carlista; sentido de la
intervención vasca. Zumalacarregui, el genio vasco de la guerra.
47.—LA SEGUNDA GUERRA CARLISTA. Sus características; pérdidas de las
libertades, per vi ven cías.
48.—José María de IPARRAGUIRRE; el bardo errabundo.
49.—LA REACCIÓN EN EL PAÍS; fueristas y "euskalerriakos". Intentos culturales y
políticos de renacimiento: Arturo Campion.
50.—SABINO DE ARANA GOIRI; raíces, vida, obra y doctrina.
51.—RENACIMIENTO VASCO. Aspecto cultural. Congreso de Estudios vascos. La
Sociedad de Estudios Vascos. La Academia de la Lengua.
52.—LA POESÍA ÉPICA. Precedentes. El poema "EUSKALDU-NAK" de Nicolás de
Ormaetxea.
53.—LA POESÍA POPULAR. Los bertsolaris. El bardo Fierre de Echahun.
54.—LA LÍRICA. Precedentes y contemporáneos. Xabier de Lizardi y su obra.
55.—EL TEATRO. Las "PASTORALES". Intentos modernos de creación.
56.—EL LIBRO vasco en euskera y castellano; historia, presente y futuro.
57.—EL PERIODISMO, EL CUENTO, LA NOVELA; las traducciones.
58.—LAS REVISTAS CULTURALES; obra realizada y por hacer.
59.—ARTES PLÁSTICAS: música y danzas;'deportes.
60.—EL PORVENIR DE LA CULTURA VASCA. De la escuela primaria a la
Universidad. El euskera lengua de cultura.
Articulos de prensa publicados en la Prensa nacional (El Universal y El Nacional), asi como
en Revistas de Venezuela
1. Articulos-Prensa-Venezuela-Aberri Eguna-1958
2. Articulos-Prensa-Venezuela-Aramburu-El Universal-02-1960
3. Articulos-Prensa-Venezuela-Aspectos culturales de Cia Guipuzcoana
4. Articulos-Prensa-Venezuela-Begoña de Naguanagua-Euzko Gastedi Octubre 1956
5. Articulos-Prensa-Venezuela-Carta a el Director del Diario La Religion
6. Articulos-Prensa-Venezuela-Carta de agradecimiiento
7. Articulos-Prensa-Venezuela-Carta Caracas,Gloria Bravo Pueblo-Euzko Gastedi 1958
8. Articulos-Prensa-Venezuela-Carta de Caracas
9. Articulos-Prensa-Venezuela-De Bolivar a Zaldivar-1961
10. Articulos-Prensa-Venezuela-De nuestra estirpe Jose de Cadalso
11. Articulos-Prensa-Venezuela-Dialogo de emigrados-Euzko Gastedi Febrero 1958
12. Articulos-Prensa-Venezuela-Dialogos presencia y ausencia-Euzko Gastedi-Julio 1956
13. Articulos-Prensa-Venezuela-El caso Vasco- El Nacional 1962
14. Articulos-Prensa-Venezuela-El Himno Nacional Vasco- Aberri 1959
15. Articulos-Prensa-Venezuela-El Humorismo Vasco-El Nacional 1963
16. Articulos-Prensa-Venezuela-Elcano Juan Sebastian
17. Articulos-Prensa-Venezuela-El-Caracter-Vasco-por-Vicente-Amezaga-Aresti
18. Articulos-Prensa-Venezuela-El-Himno-Vasco-por-Vicente-Amezaga-Aresti
19. Articulos-Prensa-Venezuela-Entierran a un Vasco-
20. Articulos-Prensa-Venezuela-Esto es Pizkunde
21. Articulos-Prensa-Venezuela-Etimologia-Vasca-Siglo-XVIII-Venezolano
22. Articulos-Prensa-Venezuela-Exportacion de cacao
23. Articulos-Prensa-Venezuela-Fundacion-de-la-real-Compania-Compania-Guipuzcoana-
24. Articulos-Prensa-Venezuela-Hacia la Libertad-Gudari 1969
25. Articulos-Prensa-Venezuela-Homenaje al Padre Zabala
26. Articulos-Prensa-Venezuela-Ideas simples-Euzko Gastedi 1959
27. Articulos-Prensa-Venezuela-Inedito-Guillermo Humboldt.
28. Articulos-Prensa-Venezuela-Inedito-Problemas en la traduccion al Euskera
29. Articulos-Prensa-Venezuela-Jesus de Galindez-El Universal 1959.
30. Articulos-Prensa-Venezuela-La Casa Vasca-Vicente-Amezaga-Aresti.
31. Articulos-Prensa-Venezuela-La Cultura del Exilio Vasco por Vicente Amezaga Aresti.
32. Articulos-Prensa-Venezuela-La Vigerie El Universal 01- Junio 1965-
33. Articulos-Prensa-Venezuela-Lengua Vasca y Nacionalidad-El Nacional Mayo 1958.
34. Articulos-Prensa-Venezuela-Lo que no podemos olvidar– Euzko Gastedi 1957-
35. Articulos-Prensa-Venezuela-Los-Vascos-en-El-Siglo-Xviii-Venezolano.
36. Articulos-Prensa-Venezuela-Los-Vascos-en-La-Fundacion-de-Caracas
37. Articulos-Prensa-Venezuela-Lucio de Aretxabaleta-09-08-1967
38. Articulos-Prensa-Venezuela-Madariaga Bolivar y los vascos-1961-
39. Articulos-Prensa-Venezuela-Murio Don Pio el Tremendo – El Nacional 29-22-1959
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41. Articulos-Prensa-Venezuela-Orixe-Nicolas Ormaetxea-Eusko Gastedi-09-1961-
42. Articulos-Prensa-Venezuela-Palabras de Defensa – El Universal Marzo 1959-
43. Articulos-Prensa-Venezuela-Pocas palabras a los hijos de Vasconia
44. Articulos-Prensa-Venezuela-Problemas de Jovenes-Euzko Gastedi Octubre 1956.
45. Articulos-Prensa-Venezuela-Programa Aberri Eguna Centro Vasco Caracas 1959-.
46. Articulos-Prensa-Venezuela-Puente de San Miguel – El Universal-.
47. Articulos-Prensa-Venezuela-Resisitir y Persistiir-Euzko Gastedi 1962-
48. Articulos-Prensa-Venezuela-Sabino de Arana Goiri-.
49. Articulos-Prensa-Venezuela-Sinfonia de Getxo-Euzko gastedi 1959
50. Articulos-Prensa-Venezuela-Sobre-apellidos-venezolanos-
51. Articulos-Prensa-Venezuela-Tierra Nuestra – Eusko Gaztedi – Febrero 1962-.
52. Articulos-Prensa-Venezuela-Un Reflejo Pais Vasco-El Universal 2 Julio 1968.
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2) Hombres de la Compañía Guipuzcoana. Prólogo Pedro Grases. Caracas,
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1-Griego:
2-Latin:
3-Frances.
4-Italiano
5-Castellano.
6-Ingles:
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"Trees", (Arboles), J. Kilmer.
"My Heart Leaps Up when I Behold", (Mi corazon palpita cuando yo contemplo, W.
Wordworth.
"The Ballad of Reading Gaol", (Balada de la carcel de Reading), Oscar Wilde.
"Hamlet", W. Shakespeare.
"Macbeth" W. Shakespeare. Inedito.
"Julius Cesar", W. Shakespeare. Inedito.
"A Midsumer- Nights Dream", (Sueño de una noche de Verano), W. Shakespeare.
Inedito.
"Rubaiat", Omar Kayam, Inedito.
7-Aleman:
2-Ingles:
Excediendo sus funciones, abarco, desarrollo y llevo adelante una extensa labor en pro de
la Cultura vasca, en pro del patriotismo vasco, en pro de la Unversidad Vasca
El profesor José Luis Abellán sobre el exilio republicano de 1939, la mención a universitarios
e intelectuales vascos en Venezuela, salvo contadas excepciones, es inexistente (1). Para el
investigador este hecho puede llamar a engaño, desviando la atención hacia otras
actívidades de la comunidad vasca en Venezuela. No es de extrañar que el profesor Rafael
Pizani, ex-rector de la Universidad Central de Caracas y ex-ministro de Educación, señalase
que una de las principales aportaciones de los vascos a Venezuela durante este medio siglo
esté, precisamente, en este campo (2).
Gotzon Egaña «Aníxeta» escribió una obra de pedagogía infantil: Muxugorri. En 1969 la
revista Gudari publica el poema del carmelita Francisco Atutxa «Bizkarregi», Mugarra
begiraria (Mugarra el vigía). También en Venezuela escribe sus obras de teatro el jesuíta Luis
María de Arrizabalaga: Ator eta jarri akit, Bazaren Zipriano Mixiolari eta Altarle y Xabier-
izpiaK). Otro religioso vasco residente en Venezuela, el benedictino Jesús María Sasía, ha
publicado importantes ensayos de toponimia vasca.
Otra personalidad relevante es la del socialista eibarrés Toribio Echeverría (1887-1968), con
una amplísima obra en euskera y castellano, cultivando diferentes géneros.
Pero probablemente la figura más relevante en el campo del euskera es Andima de
Ibiñagabeitia, traductor, pedagogo, escritor y, como señala Ugalde, uno de los soportes de la
revista Euzko Gogoa, publicada por Jokin Zaitegi en Guatemala
Por otro lado, desde 1942 hasta nuestros días se produce en Venezuela un esfuerzo, ora
colectivo, ora individual, por fomentar la enseñanza y difusión del euskera. En la enseñanza
de adultos destacan hombres como Jon Oñatibia, Andoni Arozena, Andima Ibiñagabeitia, Jon
Gómez, Jon de Urresti «Kirru» (fundador y primer director de la revista ftzinga' ko Argia )...
Organizaciones como Ekintzaleak (formada entre otros por Jon Oñatibia, Andoni Arocena,
Bíttor Elguezabal, Iñaki Urreztieta, José Estomés Lasa o Miguel Palay Orozco), Gernika o
Euskera Lagunen Elkartea (creador del Premio Andima Ibiñagabeitia). Asimismo, en torno a
estos grupos de personas se presentaron una serie de obras de teatro cuyo primer impulsor
fue Lucio de Aretxabaleta.
Por lo que se refiere a los escritores vascos en lengua castellana destaca sin duda Miguel
Pelay Orozko, Luis Ruiz de Aguirre «Sancho de Beurko»: Huellas, Vascos por el mundo,
Gudaris..., Iñaki Urreztieta: Cuentos, País Vasco y Jaque constante o Martín de Ugalde. Con
ellos José María de Burgaña: El vasco, pueblo singular; Jesús Basáñez; Luis de Aranguren:
Memorias de un exiliado vasco, y Pedro María de Urrutikoetxea: La hora del ultraje, en los
dos últimos casos libros de memorias) .
Artistas y arquitectos
En Venezuela coinciden tres generaciones de artistas vascos de nivel, muchos de los cuales,
precisamente, consolidan su carrera en el nuevo país. Algunos comienzan su actividad antes
de 1936 (Luciano Quintana «Nik» , Isaac Díaz de Ibarrondo, Andoni de Arozena, Eusebio
Azpiazu, Ricardo Arrue, Celes Otaño...). La segunda generación, como hemos señalado,
alcanza su madurez en Venezuela. Quizás los tres máximos exponentes sean Vicente
Amoriaga, José Ulibarrena y Eloi Erentxun. Aparece ya una nueva generación nacida y
formada en Venezuela, caso del ceramista Unai Azpiritxaga o del dibujante Eneko Lasheras.
Además, debemos destacar la incursión de algunos arquitectos vasco-venezolanos en las
Artes Plásticas, caso de Lander Quintana, Koldo Ruiz de Aguirre o Ilari Egiarte. Con ellos el
editor de arte Xabier Aizpurua.
Llama la atención el hecho de que en Venezuela se instale un grupo de cartelistas que había
popularizado su obra en la prensa vasca hasta el final de la guerra civil. Este es el caso de
«Nik» Quintana, Díaz Ibarrondo, Otaño o Arozena: «A-Bi».
Mención aparte merece Luciano Quintana «Nik» (Bilbao, 1904-Caracas, 1976), uno de los
más fecundos cartelistas vascos de la década de los 30, uno de los artistas que mejor retrató
la guerra y el primer exilio. Tras su paso por París se instaló en Venezuela, donde trabajó
como cartelista, ilustrador, maquetista... El terremoto de 1967 destruyó su casa y con ella su
importante archivo, lo que supuso un enorme golpe moral del que nunca se recuperó
En el acuerdo que en 1939 firman las autoridades venezolanas y los representantes vascos
figura la emigración al país de constructores, actividad en la que durante muchos años
destacaron muchos miembros de la comunidad. Era lógico que surgieran arquitectos e
ingenieros civiles que, como ocurriera en el siglo XVIH con La Guipuzcoana, dejan muestras
físicas de su actividad con construcciones específicamente vascas (caso de Las Mercedes).
Además de constructores como Miguel Salvador, Marcelino Aguirrezabala, Francisco Badiola,
Ángel Rousse o Manuel Mugika, destacan en este campo los arquitectos Isidro de Monzón,
Lander Quintana, Iñaki Zubizarreta, Ilari Egiarte, Koldo Ruiz de Aguirre... o el ingeniero Jon
de Aretxabaleta, director de las obras del Centro Cultural Teresa Carreño de Caracas.
Baile, música y teatro
La nómina de txistularis es interminable: los Atxurra, los Iriarte, los Oñatibia, Polentzi
Cuezala, Sabin Zenarruzabeitia, Joseba Mirena Badiola... O una nueva generación de
músicos muy jóvenes como Sertutxa (Valencia) o García (La Victoria). En 1966 se forma la
banda Basterretxea, integrada por Alberto Iriarte (ttistu L°), Joseba Mirena Badiola (txistu 2.°),
Sabin Zenarruzabeitia y Julián Atxurra (silbóles) y José Iriarte (atabal).
En el campo de la investigación del folklore vasco son muy importantes las aportaciones de
Jon Oñatibia, animador del grupo Ekintzaleak hasta su marcha a Estados Unidos, o los
trabajos de Juan Liscano sobre la herencia vasca en el folklore venezolano.
La música coral, de tanta raigambre en el País Vasco, tiene una notable presencia en
Venezuela hasta la década de los 70. En 1942 nacía el grupo Pizkunde, dirigido por Antón de
Gárate, que prodiga sus actuaciones en toda la RepúbÜca. Ocasionalmente se forman
otxotes (conjuntos de ocho voces graves), que llevan nombres como Bizkaia, Gipuzkoa,
«Nafarroa... Posteriormente Euzko Gaztedi contará con su propio coro. El último coro vasco
de cierta entidad fue el Venezeuzca, dirigido por Koldo Garmendia. Por otra parte, en 1970
se crea el grupo músico-vocal Gaur, formado por Miren y María Esther Solabarrieta y Maite y
Jajone Garitaonaindia.
Flandre
Hablar de la presencia de los vascos en Venezuela es como hablar, es decir, como asomarse
a través de toda nuestra historia. No es con la llegada de la Compañía Guipuzcoana, como
por allí se ha dicho, cuando los vascos intervienen activamente entre nosotros. No. En
Cubagua, la isla venezolana que parece un sudario de tierra, por 1500, aparecen vascos en
la empresa. Un Ochandiano, un López de Arechuleta, aparecen al lado de Pedro de
Barrionuevo, el primero que allí construye una casa con afán y esiuerzo en aquella Nueva
Cádiz que borra lentamente la avaricia. A Juan de la Cosa, llamado Juan el vizcaíno,
corresponde trazar el mapa del mundo que se incorpora.
A mediados del siglo XVI, cuando la res estructura a El Tocuyo, es un vasco, o hijo de
vascos, Juan Pérez de Tolosa, quien con un sentido de integración echa a andar el impulso
que se concreta en Borburata y hace posible la fundación de Barquisimeto y de Valencia,
años después, Y este mismo Tolosa envía a su hermano poy el Llano hacia los altos valles,
hoy asiento de San Cristóbal. Tolosa fue quien rubrico la muerte del gobernador Juan de
Carvajal, en la histórica ceiba tocuyana. Con Tolosa comienza en la antigua provincia de
Venezuela un concepto distinto de la acción colonizadora, pues se abren nuevas rutas, se
organiza el gobierno, se fundan pueblos, se estimula el comercio.
Mas parece que no hay tregua en esto de que los vascos sean acción y hasta locura: Lope
de Aguirre, e aventurero signado de desesperación, tallado de muchas sierpes, llega a
Margarita, a Valencia, a Barquisimeto. desde el Marañón andino. Son muchos los cuellos
qu< siega y muchas también las palabras urgidas de justicia y verdad que dice a Felipe II en
su carta escrita junto al Lago de Tacarigua.
Por allí van muchos hijos de Guipúzcoa, de Navarra, de Vizcaya, de Álava. Vera Ibargoyen
va hacia El Dorado y deja una relación de su hazaña; Berrío y Oruña baja del Nuevo Reino y
por el Orinoco busca también la ciudad de Manoa. Todo es sueño porque el siglo es sueño.
Luego la acción de los vascos y de sus descendientes prospera en la llanura, en los
numerosos hatos y pueblos que erigen junio a los ríos. A orillas del Orinoco y del Apurito,
Juan Ochoa Gresala y Aguirre, caraqueño, descendiente de vascos, funda a Nueva
Cantabria y crea riqueza. Otros surgen, crecen y pasan.
La Colonia agrupa entusiasmos, fija bases. Ola-varriaga estudia la economía venezolana, y
su informe —aún inédito—. es fuente segura. La Guipuzcoana interviene luego y el cacao, el
café y los cueros de res viajan al exterior. Con la afluencia de gente vasca, a partir de 1730.
la economía cobra mejores impulsos y los libros llegan a escondidas. Surgen levantamientos
contra el monopolio impuesto por la Guipuzcoana. el pueblo se agita, un canario alza los
negros de Pana-quire, el gobernador Zuloaga defiende La Guaira del asalto de los piratas
ingleses, y medio siglo después, el intendente José de Abalos, echa por tierra la Compañía
al crear el comercio libre. Por esta época hay gente de ascendencia vasca, ya criolla, como
los Bolívar, los y tantos, que miran, dentro de la inquietud universal de ser libres, con ansia,
la llegada del siglo XIX. Durante la guerra de Independencia, confundidos con señoritos y
mulatos, van los nuevos héroes. Un Francisco Iturbe libra a Bolívar de la muerte; un
Mendoza alcanza la primera Presidencia de Venezuela. Urdaneta deja una lección de
entereza; Arrioja es el que cierra desde Ca-bruta la tenaza con que Marino iba a estrechar la
horda llanera de Boves. Y no es solamente en esta etapa de prueba donde a menudo
aparecen los vascos. Fundidos a gentes del medio, la Colonia recoge los méritos y los
errores de numerosos vascos que tienen responsabilidades de gobierno como Alquiza (hoy
Sanchorquiz, un sitio en el antiguo camino de Caracas a La Guaira); Bastidas. Arguinzones,
Alberro, Lardizábal, Arriaga, Zubillaga, Unzaga y Amezaga. Este último es el capitán general
que pone en marcha la Capitanía General de Venezuela al dar cumplimiento a la real cédula
de 1777. punto cabal de partida de nuestra fisonomía como entidad política.
Y los nombres no se extinguen porque les anima nn fuego seguro. Mientras un descendiente
de vascos, un Urdaneta, cae fulminado cuando combatía con aliento popular en la tremenda
lucha social que caracteriza la Federación, un Aurrecoechea Irigoyen, después de protestar
cuando el general José Antonio Páez, ya ¿eniL inicia su dictadura, entrega su vida en
Holguín. en 1861. defendiendo la libertad de Cuba.
Entre Ochandiano, trabajador en Cubagua en 1500 y el vasco que llega en este momento a
Venezuela, no ha habido solución de continuidad. Como otros que vienen a dar lo mejor en la
estructuración de la ^ enezaela futura, tal vez sean los vascos y sus descendientes los q*e
más hondo han puesto a marchar entre nosotros esfuerzos y esperanzas.nacionalista. Uno
hablaba desde la óptica española y el otro desde la perspectiva de Euskadi. Unos y otros
hacían referencia a distintos gobiernos, a diferentes planes históricos, a expectativas
encontradas de futuro, etc. El exiliado vasco de ideología republicana se sentía pri mero
español, aunque nunca renegaba de su condición de vasco. En algunos casos se llegó a un
desconocimiento o a una indiferencia marcada entre unos y otros. Dos de los más grandes
intelectuales que dio la cultura del exilio vasco en ese país fueron el navarro García Bacca y
el donostiarra Eugenio Imaz, ambos con una encomiable labor intelectual y pedagógica en la
universidad venezolana de Caracas. Ambos eran unos perfectos desconocidos en el ámbito
del exilio vasco nacionalista. Estos últimos, los vascos nacionalistas, presentaban un
sentimiento de etnia y de cultura tan marcado que a pesar de la distancia y del tiempo
transcurridos permanecían fieles a la historia que motivó su exilio o el de sus padres. Se
puede decir, sin olvidar ni degradar su amor y su entrega por la sociedad venezolana, que
sentían y vivían en euskera y por Euskalerria. Un ejemplo claro era el Centro Vasco de
Caracas.
Mientras los centros regionales eran lugares de encuentro y de pasatiempo de gentes muy
variopintas, el Centro Vasco, -(En Venezuela sólo conocimos el de Caracas)-, era un espacio
vivo de afirmación nacional. Era una especie de réplica en miniatura de un pueblo cualquiera
del País Vasco. Los elementos fundamentales de todo pueblo vasco están presentes en este
centro: una capilla que hace las funciones de iglesia, unos jardines que representan la plaza,
un frontón, una taberna que hoy denominaríamos pomposamente «restaurante» y una o
unas salas de reunión que funcionan como lugar de debate y de decisiones, símbolo de la
alcaldía. En este espacio vivo pero alegórico destacaban las fiestas folklóricas y las
celebraciones religiosas. Sin lugar a dudas, estos actos colectivos servían, -creo que siguen
sirviendo-, para crear unos lazos de unidad y para potenciar el espíritu de nacionalidad. Las
misas por los difuntos de la colectividad vasca o la celebración del día de San Ignacio con
sus cantos y bailes son actos de afirmación nacional. En las reuniones gastronómicas se
vuelve una y otra vez a los mismos temas, que en el fondo no sólo son obsesiones de la
colectividad sino también signos de identidad. También observamos pequeños recelos, ri-
validades más o menos marcadas, afanes de protagonismo, aunque nunca demasiado
destacados, pero ante todo y sobre todo experimentamos las ganas de vivir, la necesidad de
alegría y la afirmación de una colectividad como grupo nacional. Estas conductas no las
encontramos en ningún sitio fuera del Centro Vasco.
Otro de los aspectos que nos llamaron poderosamente la atención fue la evolución ideológica
de los descendientes del exilio vasco. Observamos que los hijos y los nietos del exilio
republicano perdían poco a poco su relación e interés por el País Vasco. Los padres pudieron
vivir el trauma de la ruptura con su tierra de origen pero ese sentimiento iba desapareciendo
en los hijos y de forma ya clara en los nietos. Hijos y nietos, de manera más o menos
acusada, veían el País Vasco con curiosidad, como la tierra de sus mayores. Sentían verda-
deras ganas de conocerla pero no se daba una identificación basada en la responsabilidad.
Ellos eran venezolanos con cierto grado de interés por las cuestiones vascas. En el caso del
exilio nacionalista, observamos un fenómeno muy diferente. Sin que se pueda defender
grados de plena coincidencia, sí se puede hablar de tendencias manifiestas. Muchos de los
hijos y de los nietos seguían manteniendo un espíritu de compromiso con la realidad vasca,
centrada sobre todo en la cultura y en el folklore. Quién es capaz de pasar muchas horas del
año aprendiendo euskera, ensayando cantos o danzas, leyendo libros e inclusos periódicos
como medio de información o culturización, etc., revela un compromiso serio con el lugar de
origen de esa lengua, de esos canciones, y de esa cultura.
Se puede decir que los hijos y nietos del exilio nacionalista mantienen la llama viva del amor
y de la presencia del país de sus mayores. En cierto sentido, siguen viviendo el trauma del
exilio como ruptura y como desposesión. En el caso de ese país, sin negar en ningún
momento su ser y su compromiso con Venezuela, sienten la ausencia de esa otra tierra que
constituye el país de sus mayores pero también el suyo propio.
Otro colectivo de la comunidad vasca venezolana lo formaba el elemento clerical. ¿Qué difícil
era distinguir en estos grupos lo que era servicio vocacional o servicio obligado? El voto de
obediencia oculta muchas realidades, claramente perceptibles en algunos casos y difusas en
otros. Hablamos con curas y religiosos que habían sido destinados a ese país por la razón de
defender la lengua o la cultura vascas. Cuando era niño, a todos estos hombres que salían
de sus parroquias o de sus colegios para ir al extranjero para cumplir una labor sa cerdotal se
les denominaba misioneros. Pero dentro de la realidad misional se encendían verdaderos
casos de exilio. Recuerdo entre otros el caso del jesuita Aguirre, creador de diversos colegios
en la amplia geografía venezolana.
Otros casos eran más dudosos, difíciles de evaluar por la imprecisión en las afirmaciones de
sus protagonistas. Otros, sin lugar a dudas, eran hombres vocacionados, preocupados por el
hombre y deseosos de entregar su vida por los venezolanos como por los ecuatorianos, si su
destino hubiera sido éste. El hecho de los sacerdotes y de los religiosos vascos,
-comunidades de jesuitas, franciscanos, capuchinos, etc., etc.-, en los diferentes países
latinoamericanos, especialmente en Venezuela, debería ser estudiado a fondo.
Encontraríamos fuertes sorpresas, entre éstas casos sangrantes de exilio.
Cuando escribo estas líneas, consciente de que tengo que poner punto final a esta
«miscelánea de evocaciones», vuelvo a pensar, como lo hice en su día, en la realidad
histórica que nos hizo ser un pueblo escindido, con un sector de la comunidad en el País
Vasco y otro esparcido por la amplia geografía del mundo, pero en parte reunido en los
diversos centros vascos del mundo entero. No olvido que los que tuvieron que salir por
razones de la guerra formaban el núcleo central y mejor de nuestra sociedad. Me ha
admirado siempre la dignidad humana y ia integridad moral de la conducta de casi todos
ellos. ¿Cómo no recordar figuras como Toribio Echevarría, Vicente de Amezaga, Iñaki de
Urreiztieta, Pelay Orozco, etc.? Si formamos parte de una misma comunidad y de un mismo
pueblo, aunque nos encontremos esparcidos por tantas partes del mundo, cabría idear un
plan de trabajo que nos acercara cada vez más, porque la hermandad cultural es la mayor
fuerza de unidad y de progreso que existe. Si se da un potencial humano tan dinámico en las
juventudes de esos lugares y de todos los centros vascos, sería ilógico e inadmisible que se
perdiera esa fuerza de cultura y de unión por falta de medios y de proyectos.
Creo sinceramente que los gobiernos y las entidades públicas pertinentes, -¿por qué no
también las privadas?-, deberían hacer un esfuerzo serio y continuado de atracción y sintonía
con esos jóvenes y con dichas colectividades con planes de trabajo y de cultura que unieran
en lo posible los diferentes grupos de la diáspora vasca.
Sería la mejor manera de mantener siempre viva la llama del sentimiento vasco que tan
eficazmente encendieron y conservaron los representantes de nuestro exilio.
CAPITULO - 19
Los detractores sistemáticos de España han atacado en todas las épocas e! establecimiento
de lo que se consideró como una explotación onerosa y un odioso monopolio, cuando es lo
cierto que fue éste el paso más acertado que dio el Gobierno de España en favor del
desenvolvimiento, no sólo comercial y agrícola sino cultural y político de Venezuela.
El vasco es hacendoso, honesto, sobrio. Quien haya viajado por tierras de Espa ña advierte
enseguida la diferencio ds vida y costumbres que distinguen a Vizcaya, Álava, Navarra y
Guipúzcoa de las demás provincias ibéricas. El País Vasco es como una España depurada,
el arquetipo hispano con todas sus virtudes raciales: trabajo, corrección, independencia,
religiosidad, arte, Y eso trajeron a América los naos de San Sebastián; y eso dejaron en La
Guaira los barcos
Y dejaron, además, un grito libertario enredado en los almendros de Macuto y en los jobillos
de Río Arribo. Entre los fardos de sedas y terciopelos, en los huacales de pasas y ciruelas y
entre las cajas de esencias y baratijas, venían de relleno las ¡deas revolucionarias de los
enciclopedistas, los pensamientos elevados de los Caballeritos de Azcoitía y las
reivindicaciones ciudadanas que apuntaban en la "Real Sociedad de Amigos del País" con el
fomento de las industrias, la agricultura y la crio. El espíritu independiente y cultural del
vasco, preparó en La Guaira el clima que había de amparar el movimiento libertario de
América, con la rebelión del guaireño José María España, abono y semilla de la
independencia continental que realizó el Otro, vasco de sangre y de pujanzas.
CAPITULO - 20
Desde la hora inicial de esa forja terrible, ya entrado el siglo XVI. por 1515 ó 20, aparece un
Pedro de Archuleta erigiendo su casa de Nueva Cádiz, en la soleada y áspera Cubagua. Y
como la obra de acción parece el camino a seguir por los hijos de Vasconia, la conquista está
llena de hombres duros y tercos. Hijos de vascos, vascos ellos mismos, se funden en la
amalgama heroica, en la lucha terrible. Diego de Escorcha interviene en el asalto de Real de
Minas de Buría y echa por tierra al Rey Miguel. Tolosa es el primer gobernador que deja una
sensación de mesura, tras el crimen cotidiano de Carvajal, el escribano doblado en
bandolero que funda El Tocuyo.
El primer Bolívar. también llamado Simón, llega a Venezuela en las postrimerías del siglo XVI
y representa al país en el primer congreso de las ciudades y expone ante Felipe II las
necesidades de la naciente provincia y el rey otorga algunas gracias a Santiago de León.
Después morirá ciego y pobre. Diego de Henares nivela las calles de Caracas en la ocasión
en que Diego de Losada echa las bases definitivas de la ciudad y después. durante la
administración en Guayana de Fernando de Berrío, hijo del Berrío que funda a Santo Tomé
de Guayana en 1595 ó 96, llevará trescientas reses vacunas desde San Sebastián de los
Reyes hasta la capital del Orinoco. Por allí, por San Sebastián de los Reyes, esta vez en su
segundo asiento, dejará en alto su nombre y su descendencia se perpetuará en los Lezama,
familia guayanesa.
Pero el vasco que actúa durante la conquista, es decir, durante los siglos XVI y XVII, lo hace
estimulado por la aventura, por el azar, por la estrechez económica. Como una sombra
terrible atraviesa desde Margarita a Barquisimeto, seguido de sus marañones, un hijo de
Oñate, Lope de Aguirre, hombre tallado en muchos odios. La carta que desde Valencia dirigió
a Felipe II es tal vez la página más clamorosa y más realista del siglo.
Después que se asienta la Compañía Guipuzcoana, a partir del 1730, la afluencia vasca en
el país es numerosa. Y si en verdad choca el monopolio de la compañía, un monopolio que
ha sido apreciado como estímulo hacia Ja creación de sentimientos nacionalistas, un vasco
gobernador de Venezuela, Unzaga y Amezaga, preside la creación de la Capitanía General,
punto de partida de la unidad patria. Entre varios vascos se disputa en San Felipe el motín de
1742 y años posteriores, porque la tierra ya ha tomado al hombre y le ha dado calor y le está
enseñando a rebelarse. Después que se extingue la Guipuzcoana, los vascos ya se han
integrado al país, como lo prueba el impulso que dan al comercio en Puerto Cabello,
Cumaná, La Guaira. Y cuando Venezuela se dispone a liberarse políticamente, son Bolívar,
Mendoza, Ustáriz, Arrioja, Urdaneta, Soublette, Arísmendi, Aramendi, Zaraza, entre otros, los
que se echan al hombro la tarea sin par.
BIBLIOGRAFÍA,
a) Fuentes manuscritas:
ARCHIVO DE LA ACADEMIA DE LA HISTORIA (Caracas).
ARCHIVO DEL. CONCEJO MUNICIPAL (Caracas).
ARCHIVO GENERAL DE INDIAS (A.G.I.).
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Autores citados
ARISTIDES ROJAS
J.A. ARMAS CHITTY
JESUS DE GALINDEZ
JESÚS J. ALONSO CARBALLES
JESUS MARIA SASIA
JOSE MARIA DE BURGAÑA
JOSE RAFAEL LOVERA
KOLDO SAN SEBASTIAN
MANUEL LUCENA GIRALDO
PEDRO GRASES
PERU AJURIA
RAMON AIZPURUA AGUIRRE
VICENTE AMEZAGA ARESTI