Taller de Autoestima: en el sistema escolar, con los

alumnos y consigo mismo.

RECONSTRUYENDO MI HISTORIA

*Ejercicio de imaginería.

Cierra los ojos y comienza a recordar los mensajes que recibiste cuando
niño, por parte de tus padres, hermanos, profesores, tíos y amigos.

Escribe ahora un listado de los mensajes que has recibido en tu vida.

MENSAJES QUE HAS RECIBIDO EN TU VIDA

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 Taller de Autoestima: en el sistema escolar con los
alumnos y consigo mismo.

*Clasifique los mensajes en: (a) Contructivos

(b) Destructivos o negativos

TIPO DE MENSAJES
Mensajes Contructivos (positivos) Mensajes destructivos (negativos)

¿Cuáles de estos mensajes han permanecido en el tiempo?

Taller de Autoestima: en el sistema escolar con los

 alumnos y consigo mismo.

 Reflexione y ordene en la siguiente tabla los mensajes según sus áreas:

ÁREA HACIA DONDE ESTÁN DIRIGIDOS LOS MENSAJES

Físico

Intelectual

Psicológico-
emocional

Social

Económico

Ético-moral

*Reconoces algunos mensajes como tus fortalezas y/o debilidades?

¿Cuáles?:
CARACTERÍSTICAS

FORTALEZAS DEBILIDADES

H.

PERFIL DEL EDUCADOR

(Texto referencia: Nubia Saffie Ramírez. Psicóloga)
 La intervención del profesor como mediador es un factor de gran
importancia en la formación de la autoestima del alumno.
Es importante que el educador utilice formas comunicativas no verbales.
Se sugiere que el educador debe utilizar dos herramientas fundamentales: su
voz y su cuerpo.
Mediante el lenguaje que transmite a través del cuerpo, el educador
puede proporcionar confianza, seguridad, motivar, disminuir la inquietud,
ofrecer recompensas, aceptar y elogiar.
El contacto visual es otra técnica de comunicación que permite saber si
el alumno se siente cómodo o no con los demás. El educador procurará ser
sincero y sensible en la interacción con los estudiantes.
El elogio es un medio para que el alumno note sus éxitos y se sienta
motivado para enfrentar los futuros desafíos.
La voz y la expresión facial del educador sirven para que se cree, entre
el alumno y él, una atmósfera de confianza.
Su lenguaje debe estar de acuerdo a las características sociales,
emocionales y cronológicas del alumno.
En relación a la formación de la autoestima en estudiantes, profesores y
padres, Reasoner, R (1982) ha trabajado durante diez años en investigación.
Estos estudios se llevaron a cabo a través de la aplicación de un proyecto, con
la convicción del autor de que la autoestima era un componente importante del
comportamiento y del logro académico de los estudiantes.
Los cambios que produjo en los profesores y estudiantes hizo éste
trabajo exitoso.

Reasoner, R. Realizó una encuesta sobre autoestima a 3.000 padres y

profesores. Los resultados revelaron que el autoconcepto y la motivación eran
metas prioritarias, tanto de los profesores como de los padres, y llegó a la
conclusión que el profesor debería tener en cuenta para fomentar el desarrollo
de la autoestima de los siguientes aspectos:
 Crear un ambiente de seguridad en sus alumnos, con el fin de que
éstos pierdan el miedo al ridículo y la vergüenza.
 Muchas de las actividades deberían ser utilizadas más de una vez
para advertir los cambios y progresos en los alumnos y para que ellos
observen su crecimiento.
 Los profesores deben reforzar a sus alumnos aceptando los distintos
puntos de vista de ellos, para que se sientan bien acerca de sus
opiniones.
 Los estudiantes no deben ser expuestos a una posición en la cual
tengan que compartir información sobre sí mismos, a no ser que se
sientan cómodos al hacerlo. Debe dárseles el derecho a abstenerse
de responder si ellos no lo desean.
 Los profesores deben saber acoger en forma adecuada las
respuestas confidenciales de los alumnos.
 La manera en que un profesor reciba las respuestas de los alumnos
determina el grado de confianza que el alumno deposita en él.
 La relación profesor-alumno es fundamental en el proceso de
aprendizaje y en el desarrollo de la autoestima.

Ahora bien, se ha podido apreciar que la actitud general de los

profesores que poseen falta de autoestima, tiende a incentivar a los alumnos
para que reconozcan sus habilidades, intenten nuevos desafíos, nuevos campos
de interés y respondan en forma motivada al aprendizaje. Estos profesores son
capaces de establecer metas y propósitos alcanzables para sus alumnos,
entregándoles retroalimentación estimulante, lo que hace surgir en ellos
sentimientos positivos.
Además, los sujetos de alta autoestima se sienten seguros en su
ambiente y en sus relaciones. Ellos tienden a tener un sentido de pertenencia
con los demás. Cuando se enfrentan a problemas o desafíos, responden con
confianza y alto grado de éxito. Tienen sentido de orgullo y responsabilidad en
sus actos. Se fijan una meta y propósitos futuros; aprovechan los recursos que
se les presentan para poder cumplir esas metas.

En cambio, los sujetos de baja autoestima tienen miedo a tomar

decisiones por el temor al fracaso y están preocupados de lo que piensan los
otros.
Los profesores tienen los medios para hacer que los jóvenes adquieran
confianza y se sientan bien consigo mismos y logren una motivación intrínseca
para alcanzar lo que ellos quieran.
Una investigación realizada en Perú por Barriga y Villalón (1978),
con 90 docentes y 1.254 alumnos, concluyó que la variable “satisfacción laboral
del maestro” muestra una correlación positiva con el rendimiento de los
alumnos en matemáticas y lenguaje y con el desarrollo de actitudes favorables
al trabajo escolar. La relación del profesor con sus alumnos era democrática y
afectuosa. También influía el modo como éste conducía y organizaba el trabajo.
Los profesores inseguros tienen una mayor tendencia a criticar a los
estudiantes, les desagrada preocuparse de la disciplina y trabajar con alumnos
desmotivados. Estos profesores tienden a evadir el problema de la autoestima
de los alumnos y enfocan su atención hacia el aprendizaje de los contenidos
más que a desarrollar una alta autoestima. Con estos profesores los
estudiantes están más a la defensiva, tratan de evitar las críticas y no utilizan
sus energías para obtener logros. Estos profesores, en vez de desarrollar
independencia y creatividad en sus alumnos, crean conformidad y pasividad.
Las investigaciones realizadas en Perú por los autores mencionados
apoyan los planteamientos de Reasoner, R.(1982) en relación a que el
comportamiento de un profesor es el reflejo de sus propios sentimientos y que
es evidente que desarrolla en sus alumnos rasgos similares a los que él tiene.
Así, aquellos educadores que tienen autoestima alta, desarrollan alumnos con
confianza en sí mismos y motivación, y aquellos educadores que tienen
autoestima baja, desarrollan en sus alumnos patrones de comportamiento
defensivo.
Los profesores que son abiertos a las nuevas ideas, receptivos a las
sugerencias y que establecen una buena relación con los otros, tienen
generalmente un autoconcepto sólido. El fundamento para este autoconcepto
fuerte es el realismo que se tiene frente a los defectos y virtudes propios y a
cómo se es visto por los demás.
Estudios nos dan evidencia que los sujetos aceptan a otros en la medida
en que se aceptan a sí mismos. (Este punto es de crucial importancia para los
profesores).

Si se quiere desarrollar un sentimiento positivo acerca de sí mismo, es

importante que el ambiente en que se desarrolle el sujeto sea significativo para
él, que en este ambiente se sienta aceptado y valorado por los demás.
El profesor que está preocupado de tomar en cuenta a sus alumnos,
apoyarlos constantemente en sus logros y proporcionarles retroalimentación
positiva, es más querido por ellos y su asignatura es más apreciada.
Es evidente, por lo tanto, que al establecerse una buena relación entre
profesor y alumno, va a aumentar en ambos la autoestima.
 El establecimiento educacional debería apoyar a sus profesores,
dándoles un sentido de satisfacción en el trabajo.
Es importante que el director del establecimiento y las autoridades
educacionales den seguridad a los profesores, para que éstos se sientan
apoyados y apreciados, con lo que se propendería a lograr que se respeten a sí
mismos. Estas relaciones positivas hacen que el alumno se incentive más en los
estudios independientemente.
El rol principal del profesor es guiar y asistir a los alumnos en su
aprendizaje, y el de los directores es el de asistir a los profesores en su rol de
docentes. Cuando se establece este tipo de interrelaciones, los distintos
miembros del establecimiento se aceptan mejor unos a otros y se favorece un
clima de confianza y habilidad para enfrentar los desafíos en la labor
educativa.