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UNIVERSIDAD NACIONAL DE COLOMBIA

FACULTAD DE MINAS LABORATORIO TOPOGRAFIA


TAREA #5y6 GRUPO 01 FECHA 05/06/2019
PROFESOR: OSCAR DE JESUS ZAPATA OCAMPO
NOMBRE: DAVID FABIÁN GARCÍA MONROY

http://bolsa.fing.uach.mx/index.php?option=com_phocadownload&view=category&i
d=27:4pdf&download=180:surgimiento&Itemid=123
“…En México, el desarrollo y evolución de la topografía tienen sus orígenes a más de mil
años con el Pueblo Maya, quienes dejaron como evidencia caminos construidos de
piedra, así desarrollaron una importante cultura caminera para lo cual aplicaron sus
conocimientos de matemáticas, astronomía y arquitectura a través de una amplia red de
comunicaciones fluviales, marítimas y terrestres. Los caminos que construían con
elevación eran llamados “sacbe” y para su construcción era necesario trazar y construir la
línea recta, poniendo en práctica su capacidad de observación astronómica, el desarrollo
de referencias para la orientación sobre el terreno, usando sencillos instrumentos para la
medición topográfica y el conocimiento del entorno natural y de los materiales disponibles
en la región. Queda demostrada la aplicación de los conocimientos que dan origen a esta
actividad con la disposición geométrica de Ciudades como Teotihuacan, Chichen Itza,
Palenque, entre otras. La ubicación en México de los trabajos estrictamente topográficos
es muy complejo, ya que en épocas de la colonia e independencia, se llevaron a cabo una
gran cantidad de trabajos de gran importancia como el levantamiento del primer plano de
la Ciudad de México, construcción de cartas, mapas y atlas geográficos, además de la
obtención de datos precisos de las dimensiones del territorio mexicano, su relieve y
demás datos geográficos, todos, acontecimientos de gran relevancia, pero no distinguen
la actividad topográfica de su conjunto disciplinar estrechamente vinculadas como son: la
cartografía, la geodesia y geografía…”
https://www.abc.es/hemeroteca/historico-04-04-2008/abc/Sociedad/aztecas-y-
chichimecas-empleaban-la-aritmetica-para-medir-y-registrar-
tierras_1641769508559.html
“…Los aztecas o mexicas de Tenochtitlan y sus vecinos chichimecas acolhua de Texcoco
no empleaban la rueda (excepto en los juguetes de los niños, curiosamente) pero, según
un estudio que hoy publica la revista «Science», sí aplicaban cálculos aritméticos a la
medición y registro de parcelas.
Las investigadoras Bárbara Williams y María del Carmen Jorge y Jorge han llegado a esta
conclusión tras analizar y aplicar programas informáticos a dos documentos históricos, el
Códice de Santa María Asunción y el Códex Vergara, dos manuscritos pictóricos que
documentan el catastro agrícola de la ciudad-estado de Tepetlaoztoc entre 1540 y 1544.
Aunque en documentos españoles de la época colonial ya se señalaba que determinados
glifos equivaldrían a medidas de longitud castellanas, este nuevo estudio sugiere que
estas representaciones se corresponderían con un sistema propio de agrimensura,
utilizado para el registro y la transacción de bienes raíces…”
“…El nuevo estudio muestra evidencias del uso de principios matemáticos congruentes,
basados en proporciones entre la medida lineal estándar de los acolhua y otras unidades
menores. Además, se aprecian variaciones entre las unidades métricas (y sus
representaciones) del pueblo que habitaba Texcoco y las utilizadas por los tenochca
(pobladores de la vecina Tenochtitlan).
El sistema de medidas de perímetros y áreas de los acolhua se basa en unidades
estándar de longitud y distancias monódicas menores. Los estudiosos hispanos del siglo
XVI definían estas unidades en términos de varas y brazas. Sin embargo, en la
concepción de sus inventores cada unidad tendría entidad propia, y no serían fracciones
de otras unidades superiores. Así, en el sistema métrico, la mano equivaldría a un metro y
medio; la flecha, a 125 centímetros; el corazón, a un metro; y el hueso, a medio metro.
Más problemático, el brazo podría corresponder a 83 centímetros.
La simetría de las proporciones utilizadas más frecuentemente es consistente con el
sistema vigesimal común en Mesoamérica para representar la cosmovisión y la división
temporal. Lo inesperado -concluye el estudio- es que aztecas y chichimecas emplearan
cálculos aritméticos en su día a día, para sus actos cotidianos, y haber encontrado ahora
evidencia documental de dicha costumbre…”
http://postgrado.fausac.gt/wp-content/uploads/2016/09/Ram%C3%B3n-Francisco-
Morales-Cansino.pdf
“…Agrimensura en la época maya Según Mendía González y Leabeau, se considera a la
civilización maya en Mesoamérica, como una de las más avanzadas del mundo
prehispánico, y con sorprendentes avances en el campo científico, dejando pensar que
habían alcanzado una práctica de la agrimensura, tales como: arquitectura monumental
en centros urbanos y ceremoniales, red de ciudades estado densamente pobladas y
planificadas, construcción de rutas comerciales desde México hasta Panamá, manejo del
agua y conocimientos de irrigación. Los mismos autores, continúan diciendo que a pesar
de sus conocimientos técnicos y científicos, así como obras de ingeniería, no existen
datos, documentos o planos que relaten los métodos utilizados para la construcción de los
mismos. Sin embargo, al observar las orientaciones y ordenamiento de las ciudades se
puede deducir que necesariamente los mayas aplicaron un tipo de agrimensura. En
efecto, sus conocimientos en astronomía y solución de problemas de la agricultura, dieron
lugar al nacimiento y desarrollo de las matemáticas y de la geometría, preludio a la
agrimensura, al igual como la observación de los astros constituye el origen de la
geodesia y la cartografía en el siglo XVII, en la civilización occidental. Como lo expresó el
antropólogo guatemalteco, Carlos Guzmán Bockler, dicen estos autores, debido a la
conquista española por auto de fe, ha llevado a la desaparición de los conocimientos
técnicos y científicos del pueblo maya, resultando muy difícil la comprensión de las
técnicas del pueblo maya y posiblemente el desciframiento de los Códices Mayas pueda
aportar respuestas. Según dice Cambranes, citando a Girard, que ¨causa universal
admiración la capacidad de abstracción de los mayas, que superó a la de todos los
pueblos 10 del Nuevo Mundo, así como a la de los egipcios, babilonios, chinos, persas,
griegos y romanos. Fueron los primeros en tener un punto de partida fijo para su
cronología. Sus sistema de numeración superó al de griegos y romanos. En el dominio de
las matemáticas, de la cronología y de la astrología superaron, no sólo a todos los
pueblos americanos, sino también a todas las civlizaciones antiguas del Viejo Mundo¨.
Agrega Medina Cervantes, que los Mayas en el año 300 tenían dos tipos de propiedad:
comunal y privada. Siendo la primera propiedad del Estado, para satisfacer las
necesidades públicas; tierras trabajadas por los tributarios y los esclavos; y la segunda,
pertenecían a la nobleza. Indica también, que es necesario asentar que su medida
agraria, conocida como Hum-Uinic…”
http://www.buenastareas.com/ensayos/Historia-De-La-Topograf%C3%ADa-En-
M%C3%A9xico/1313435.html
“..., el desarrollo y evolución de la topografía tienen sus orígenes a más de mil años con el
Pueblo Maya, quienes dejaron como evidencia caminos construidos de piedra, así
desarrollaron una importante cultura caminera para lo cual aplicaron sus conocimientos de
matemáticas, astronomía y arquitectura a través de una amplia red de comunicaciones
fluviales, marítimas y terrestres. Los caminos que construían con elevación eran llamados
“sacbe” y para su construcción era necesario trazar y construir la línea recta, poniendo en
práctica su capacidad de observación astronómica, el desarrollo de referencias para la
orientación sobre el terreno, usando sencillos instrumentos para la medición topográfica y
el conocimiento del entorno natural y de los materiales disponibles en la región. Queda
demostrada la aplicación de los conocimientos que dan origen a esta actividad con la
disposición geométrica de Ciudades como Teotihuacan, Chichen Itza,
Palenque, entre otras. La ubicación en México de los trabajos estrictamente
topográficos es muy complejo, ya que en épocas de la colonia e independencia, se
llevaron a cabo una gran cantidad de trabajos de gran importancia como el levantamiento
del primer plano de la Ciudad de México, construcción de cartas, mapas y atlas
geográficos, además de la obtención de datos precisos de las dimensiones del territorio
mexicano, su relieve y demás datos geográficos, todos, acontecimientos de gran
relevancia, pero no distinguen la actividad topográfica de su conjunto disciplinar
estrechamente vinculadas como son: la cartografía, la geodesia y geografía…”
http://bibliotecadigital.ilce.edu.mx/libros/texto/h5/u10t07.html
… gobierno del Inca logró organizar la capacidad de trabajo de las comunidades para
construir obras públicas, que servían a todos y facilitaban la administración del imperio.
La obra más notable fue una extensa red de caminos, que medía por lo menos 25 mil
kilómetros y que llegaba a todos los rincones del imperio. Sus constructores fueron
hábiles ingenieros; en algunas partes aprovecharon el trazo de viejas veredas; en otras
edificaron vías nuevas, protegidas contra los daños que podían causar las lluvias o las
arenas del desierto. Para cruzar los torrentes y los abismos de la montaña, hicieron
puentes colgantes que ahorraban fatigosas horas de marcha.
A lo largo de los caminos, se construyeron centenares de lugares
llamados tambos, separados más o menos por un día de viaje, que servían como
hospedaje para los viajeros y para almacenar las provisiones y los artículos que
circulaban por el imperio.
La otra gran obra pública, que ya conoces, fueron las terrazas agrícolas, que los incas
extendieron en las regiones montañosas. Millones y millones de horas de trabajo se
consumieron en levantar y conservar los muros de piedra, en emparejar las tierras de
cultivo y en construir canales para regar y eliminar el exceso de agua en las temporadas
de lluvia...”
http://gonvie.blogspot.com/2011/02/autocad.html
“…el desarrollo y evolución de la topografía tienen sus orígenes a más de mil años con el
Pueblo Maya, quienes dejaron como evidencia caminos construidos de piedra, así
desarrollaron una importante cultura caminera para lo cual aplicaron sus conocimientos de
matemáticas, astronomía y arquitectura a través de una amplia red de comunicaciones
fluviales, marítimas y terrestres…”

“…Los hombres de Estado y los escritores del siglo XIX repetían sin descanso una
imagen que caracterizaba a los indígenas como unos pobres, inocentes e ignorantes
“nobles salvajes”, que podrían ser fácilmente abusados por los hombres blancos,
conquistadores y hambrientos de tierra. Esa imagen ha servido para borrar el
conocimiento que los indígenas tenían de la política y la legislación local y nacional y de
los pasos que dieron para actuar en esos campos. Por otra parte, la legislación nacional
sobre la agrimensura tuvo un efecto profundo sobre los intereses indígenas. Como
sugiere Raymond Craib, los aldeanos estaban muy conscientes de las implicaciones de la
agrimensura en las tierras en donde vivían y trabajaban. En general, el agrimensor
privatizaba los resguardos de manera que la tierra quedara en lotes discretos y
manejables, y esta división no coincidía necesariamente, si es que coincidía en algo, con
el uso que la gente del lugar les daba a diario. Los indígenas protestaban por la manera
como se distribuía la tierra, a sus ojos injustamente, y eran muy sensibles a las
reglamentaciones que los excluían o incluían a ellos y sus familias en la repartición de las
parcelas de los resguardos. Por ejemplo, las ordenanzas de Bogotá, para facilitar el
acatamiento de las leyes nacionales, regulaban la medición y el reparto de acuerdo con
varios pasos que buscaban determinar qué personas calificaban como los indígenas y
cuáles merecían un pedazo de resguardo. Primero, el jefe político de cada cantón tenía
que pedir a los cabildos de indígenas de cada parroquia que hicieran un listado de los
individuos calificados para recibir una porción de resguardo. El párroco y el gobernador
eran los responsables de que sólo los indígenas que hubieran pagado tributo o cuyos
padres hubieran pagado tributo, y sus familias, formaran parte del listado. Por medio de
los jefes políticos y de los cabildos se notificaba a la población indígena acerca de la
fecha en que era necesario hacerse presentes en la capital si consideraban que debían
ser incluidos en el listado de indígenas. Algunos indígenas también participaban
activamente en la medición de resguardos. La ley requería que los jefes del cabildo
acompañaran al agrimensor, sin ninguna compensación y le explicaran los diversos
aspectos de la vida comunitaria que le fuera necesario conocer. El hecho de que
indígenas participaron en esta labor no reenumerada demuestra la importancia de este
emprendimiento para el individuo y la comunidad. A pesar de la conciencia y participación
indígena, los gobernadores de algunas provincias se encontraron con complicaciones,
quejas, corrupción y conflictos al hacerse efectivos la abolición y el repartimiento en sus
jurisdicciones. Un repaso de todos los informes de los gobernadores emitida en 1843, por
ejemplo, revela los efectos de la legislación nacional sobre las distintas provincias de
Nueva Granada. No todos los gobernadores mencionan los resguardos de indígenas en
sus informes, pero los que sí lo hacen, invariablemente mencionan las dificultades
concomitantes. El gobernador de Casanare destacó que la ley nacional de abolición y
reparto “es un semillero continuo de pleitos entre los vecinos i los indígenas. Los unos
creen que no deben pagarse las mejoras ya hechas, i los otros creen que se les deben
pagar, porque suponen que la ley ha querido hablar de las mejoras que se hagan en
adelante”. Los indígenas del Casanare no eran los únicos que creían tener derecho a los
frutos de su trabajo. En 1849 toda la comunidad de Facatativá se quejaba de que la
asignación de las parcelas no era adecuada. Los indígenas se quejaban igualmente ante
el gobernador de que a las personas que no tenían derecho a los resguardos se les había
otorgado las mejores tierras. Además, acusaban al agrimensor por no entregar las tierras
a los indígenas que las merecían sino a otras personas. Los indígenas que habían sido
lesionados por estas medidas deseaban obtener compensación por el tiempo y el trabajo
que habían invertido en hacer estas tierras productivas. La población indígena de Ortega,
en la provincia de Mariquita, protestaba porque la cantidad de tierra que iba a ser
asignada para el pago por la medición era exorbitante. Sus quejas llevaron a detener la
repartición. En Serrezuela, aunque la medición del resguardo se llevó a cabo
exitosamente en 1837, los problemas surgieron años después cuando los administradores
locales intentaron interpretar el trabajo del agrimensor para distribuir las parcelas.
Familias enteras se quedaron sin las tierras reclamadas por ellos como legalmente suyas,
y el proceso se prolongó hasta 1860. El gobernador provincial de Vélez anuló la medición
y reparto de tierras en Chipatá, porque “más de sesenta cabezas de familia de entre los
indígenas, asegurando haber sido excluidos de las listas, tuve a bien anular las diligencias
practicadas i hacer se incluyesen a estos desgraciados en el repartimiento de sus
terrenos”. En parte la explicación de los problemas que encontraron las autoridades
locales se generaba en las ambigüedades discriminatorias referentes al género y etnia
que contenían las leyes que regulaban la medición y el reparto. Las rivalidades locales,
las “vendette”, los errores humanos y la corrupción también ayudan a explicar por qué era
tan complicado decidir quién podía ser un indígena que merecía ser incluido en las listas y
cómo distribuir las tierras. Bien fundamentados o no, los alegatos indígenas de hurto y
corrupción hacían hincapié en este aspecto. La legislación que regulaba la repartición
fomentaba, efectivamente, prácticas cuestionables. Por ejemplo, en su informe, el
gobernador Acevedo de Bogotá afirmó en 1843 que los agrimensores tenían tendencia a
seleccionar las tierras más valiosas como pago por sus servicios cuando decidían cómo
dividir las doce partes iguales de los resguardos. Varios informes de los gobernadores
reiteraban como los agrimensores, jefes políticos y otros gobernadores se aprovechaban
de los indígenas. Esta observación frecuente de las autoridades locales perpetuaba
estereotipos profundamente arraigados culturalmente de nativos sumisos, inocentes,
explotados por europeos ávidos de tierra y apuntaba hacia prácticas de avaricia y
corrupción que influenciaban la forma como las agrimensuras y la repartición de tierras se
llevaban a cabo. Las quejas reportadas a los gobernadores provinciales por parte de
indígenas ilustran cómo ellos, individualmente y en grupos, encontraban la forma de
demorar la repartición de los resguardos cuando evidenciaban que los procesos excluían
injustamente a algún indígena. Estas quejas sugieren también que la comprensión local
del uso y titulación de la tierra contradecía los esfuerzos provinciales y nacionales de
transformar las tierras comunales en lotes de tierra que pudiesen ser ordenados y
vendibles. Otro aspecto de la legislación nacional que generaba conflicto y demoras a
nivel provincial, tenía que ver con la forma como un agrimensor era oficialmente
designado para la agrimensura de un resguardo. Las leyes nacionales estipulaban que el
gobernador de la provincia era quien designaba los agrimensores, pero la decisión final
sobre quién servía como agrimensor estaba sujeta a la aquiescencia del cabildo de
indígenas y de los jefes políticos. En la práctica, los gobernadores de Bogotá urgían
constantemente a las legislaturas provinciales a que les dieran a ellos mismos el control
total del nombramiento de los agrimensores, de tal manera que se excluyera al gobierno
cantonal y a las autoridades indígenas. A pesar de que esta demanda contradecía
directamente la legislación nacional, la legislatura provincial accedió a la solicitud del
gobernador. Las leyes provinciales que entraran en conflicto con las nacionales deberían
ser inaplicables. Sin embargo, el gobierno nacional de la Nueva Granada no envió tropas
a Bogotá ni tampoco invalidó las ordenanzas que entraban en contradicción con el
sistema jurídico nacional. La razón: los gobernadores de Bogotá justificaban su posición
citando la legislación nacional que afirmaba que ellos, como gobernadores, estaban
obligados a hacer su escogencia “prefiriendo siempre a los agrimensores científicos”…”
“…La medición y el reparto de los resguardos dependía de la legislación nacional, el
poder provincial, la cooperación indígena y de los agrimensores facultativos
científicamente entrenados. En palabras del gobernador Ospina, el proceso de Bogotá fue
“un embrollado desorden”, en parte porque se originó en el hecho de que las leyes
nacionales que regulaban la distribución de la tierra de resguardo eran problemáticas.
Estas leyes habían ligado la posibilidad de que una persona pudiera recibir tierra de
resguardos a la etnicidad indígena, de tal manera que necesariamente miles de indígenas
tenían que adoptar un deshonroso estatus de ilegitimidad. Se contradecía, así, el ideal
nacional de igualdad entre los ciudadanos, que había justificado la repartición del
resguardo. Sin embargo, los gobernadores de Bogotá no presentaron a sus legisladores
provinciales la legislación nacional de abolición y repartición como la causante del
conflicto. El problema, según ellos, era que agrimensores inadecuadamente entrenados
fueron intencionalmente contratados por jefes de cabildos indígenas y jefes políticos
cantonales para bloquear, retardar o llevar adelante en forma inadecuada las
reparticiones de resguardos. Los gobernadores argumentaron esta como la razón por la
cual tuvieron que desperdiciar enormes cantidades de tiempo escuchando indígenas
quejarse por haber sido excluidos de recibir lotes de resguardos…”
http://bdigital.unal.edu.co/43182/6/9587011600_Parte%201.pdf
“…lo que les dio un notable grado de conocimiento de su valor terapéutico y de huertos
que les permitían satisfacer las necesidades alimenticias de una comunidad creciente y
recuperar terrenos improductivos, son obras de ingeniería de reconocida utilidad,
tecnología y belleza. Al opacarse el horizonte de la cultura Tiahuanaco, ubicada en Bolivia
a orillas del lago Tititaca, floreció el Imperio Inca desde 1450 hasta 1536, época de la
invasión española, que logró extenderse desde la región peruana del reino Chimú hasta el
sur de Colombia y el norte de Argentina y Chile. La arquitectura Inca se caracteriza por la
solidez y sencillez de sus palacios y templos de Pachacámac y el Cuzco y sus fortalezas
de Machu Picchu, Pisac, Sacsahuamán y Ollantaitambo. La ingeniería Inca sobresale por
la construcción de una magnífica red de caminos y canales de irrigación. En lo que
corresponde al territorio colombiano, algunos historiadores consideran que "Nuestros
aborígenes no fueron ingenieros. No construyeron nada parecido a las chinampas y a los
canales de los aztecas en Tenochtitlan, grandes obras de ingeniería hidráulica. Ni nada
similar a su soberbia arquitectura monumental. Tampoco hicieron nada semejante a los
larguísimos caminos de piedra, ni a los puentes colgantes, ni a las irrigaciones 24 de los
incas en su vasto imperio andino. Ni nada parecido, ni siquiera de lejos, a las pirámides y
edificios suntuosos de los mayas. Los recursos tecnológicos de nuestros aborígenes eran
bastante rudimentarios; se limitaban al conocimiento del fuego, a la fabricación de armas
y herramientas de madera y de piedra pulimentada, al tejido del algodón, al trabajo de la
madera, a la fundición del oro, a la evaporación de la sal, a la construcción de canoas
rudimentarias y a la apertura de caminos de indio muy deficientes. No tenían
conocimiento sobre el uso del hierro, ni del bronce, ni de la erección de monolitos
pesados, ni de la rueda, ni de la palanca, ni de curtir cueros, ni de la balanza, ni de
conducciones de agua, ni de astronomía, ni de sistemas de contar, ni de escritura, ni del
papel, mucho de lo cual sí tenían los aztecas y los incas"4. Sin embargo, la descalificación
de nuestros aborígenes como constructores y transformadores, se deriva de nuestra
formación y exagerada tendencia a la aceptación y aplicación de los conceptos técnicos
foráneos, al desconocimiento de nuestros propios espacios geográficos y valores, así
como al hecho de que nuestros territorios prehispánicos se poblaron no sólo de grupos
heterogéneos, algunos constituidos por simples cazadores, recolectores, pescadores, sino
también por integrantes de culturas más avanzadas que edificaron importantes ciudades
en las sierras y en las montañas, a la orilla de los ríos o los lagos, utilizando las técnicas
adecuadas para atender y satisfacer sus necesidades individuales y colectivas. Entre
estos últimos encontramos a los denominados Taironas quienes nos legaron vestigios de
una desarrollada arquitectura e ingeniería…”
“…Los Taironas supieron eludir la alta densidad de población aumentando las zonas
propias para cultivo y la construcción de amplios asentamientos urbanos, por medio de la
modificación de los terrenos con diversas obras de ingeniería lítica. Los ciudades de
Pueblito, Ciudad Perdida, Banda, Betoma, Taironaca y Pocigueica, albergaron
funcionarios, mercaderes, tejedores, plateros, carpinteros, fundidores, ceramistas,
orfebres, talladores de piedra y hueso, recurriendo a una elaborada arquitectura e
ingeniería lítica6 • Los poblados Taironas estaban enlosados con grandes piedras
apianadas y ajustadas con precisión, así mismo los numerosos caminos que los
comunicaban. En las casas las lajas de las puertas eran grandes y pesadas, apoyadas o
estabilizadas por pequeños bloques de piedra. Dentro de estas, con anillos concéntricos
de piedra, horizontales, se forma un pasadizo circular, pues se apoyan en otro anillo de
piedras colocadas verticalmente. A través de esta especie de pirámide escalonada
conducen escaleras anchas de lajas talladas desde el nivel de la terraza hasta el nivel de
las puertas. En el interior de las casas siempre se observan piedras planas, rectangulares
algunas veces, otras perfectamente cúbicas, que indudablemente sirvieron de soportes a
los horcones. La red de caminos obedece a las necesidades de comunicación y
transporte y a la topografía característica. Los terrenos planos permitieron construir
numerosos caminos con lajas trabajadas, muy cerca unas de otras, formando hileras. "No
obedece el trazado de los caminos a los esquemas geométricos a que está acostumbrada
la civilización occidental (octogonales, radiantes, lineales, centrífugos ni espirales).
Parecen más complejos, sí, pero no son una telaraña. Esta red vial comunicó durante
varios siglos la costa con las escarpadas ciudades de la Sierra"7. Aunque los Taironas
pudieron haber tenido su origen mesoamericano y, más exactamente, relacionarse con la
cultura maya, en buena parte, por la topografía del lugar no llegaron a construir los
caminos de estos, pero sí una vasta red con recorridos cómodos que bordean las laderas
y que conducen a numerosos poblados ubicados en los valles, en las laderas y en las
cuchillas en donde los asentamientos, presentan una organización lineal a lo largo del eje
del filo como en Ciudad Perdida…”
“…La conformación de la topografía Serrana exigió que en muchas ocasiones los caminos
se convirtieran en escaleras con centenares de gradas, anchas y bien pulidas. Allí en
donde se interponía un río O una quebrada, construyeron ingeniosos puentes que se
limitaban a "algunas lajas de arenisca o granito de forma rectangular, que están colocadas
entre dos grandes piedras, a orillas de pequeñas quebradas de no más de 1.50 mts. De
ancho"
Los muros constituyen la unidad elemental, la categoría primera, de toda la ingeniería
Tairona. Los muros Taironas se transforman en escaleras, sostenes de las terrazas ya de
cultivo, ya habitacionales, se acomodan como canales o complementan los caminos.
Todos los principios ingenieriles aplicados por los Taironas de la región se conjugan en
sus muros. Los materiales empleados (piedras rodadas, granitos, metamórficas, etc.)
fueron extraídos de los ríos y quebradas que rodean la Sierra. Para transportar los
gigantescos bloques se requirió el esfuerzo de miles de hombres. Ningún muro presenta
uniones de mortero o concreto. Bajo la superficie de la tierra, los cimientos se conforman
con piedras acuñadas con cascajo apisonado con arcilla arenosa propia del lugar. Los
muros, generalmente, siguen las curvas de nivel y dada su ligera inclinación conservan la
forma de las colinas en donde fueron hechos. Para su construcción solamente recurrieron
a la fuerza de gravedad.
La ingeniería Tairona almacenó el agua de las quebradas mediante pozos cubiculares,
recubiertos con muros de piedra y algunos con escaleras. Los asentamientos presentan
canales de drenaje y probablemente de irrigación, construidos como bajas murallas de
piedra, inclinadas o verticales. En Pueblito se encontró una alcantarilla, la cual conduce a
través de una planada cubierta por sitios de habitación, se trata de una zanja amplia -dice
Reichel Dolmatoff- bordeada interiormente de murallas verticales sobre las cuales se
pusieron lajas grandes para nivelarla y taparla. Además, agrega, sobre algunas piedras
sobresalientes de los muros verticales, se pusieron lajas en forma de puente.
El altiplano andino correspondiente a Cundinamarca y Boyacá lo habitaron los aborígenes
Muiscas quienes establecieron fructuosas relaciones de intercambio y produjeron
materias primas y manufacturas, por ejemplo, la sal se transportaba desde la sabana
cundí-boyacense hasta las poblaciones de las riveras del Magdalena y de allí llegaba el
algodón que procuraba atuendos adecuados para las zonas frías. Para tal efecto
desarrollaron amplias redes de caminos de piedra y puentes de madera que por muchos
años utilizaron los españoles. En materia educativa fueron los Chibchas los nativos
andinos más adelantados, ellos crearon la escuela moxa en donde se introducía a los
párvulos en el culto al sol y las creencias preponderantes, mientras que el aprendizaje de
la cerámica, la agricultura, la preparación de alimentos, la orfebrería, el sistema de
cuentas y el comercio se hacía, como en casi todas nuestras comunidades prehispánicas,
dentro de la comunidad mediante la enseñanza tradicional de la familia…”
Reseñas adicionales
 ftp://agrimensura.efn.uncor.edu/pub/trabajosfinales/Trabajo%20Final%20PON
S-ROBLEDO/09_Escritos/Identidad.doc
En este documento en la página 4 nos habla sobre cómo fue la agrimensura en las
antiguas culturas indígenas de Hispanoamérica
 http://www.bibliotecacpa.org.ar/greenstone/collect/libagr/index/assoc/HASHd
e53.dir/doc.pdf
En este documento podemos encontrar sobre cómo fue la agrimensura en “el rio
de plata” América antes de la conquista o en otras palabras América pre-hispana

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