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Cada organización política puede designar los fiscales de mesa que considere
necesarios para que, en cada Junta Receptora de Votos, cuide que no exista
ningún tipo de fraude durante los comicios. Los grandes partidos se preparan
para capacitar y designar a más de 20 mil personas para estas tareas el
próximo 16 de junio.
Por Alex Fernando Rojas
Publicado el 23 de abril de 2 019 a las 11 :04h
Archivado en:
Elecciones 2019tribuna plusTribunal Supremo Electoral
Los fiscales de mesa tienen como principal función vigilar que los votos
de los partidos que representan no sean anulados de manera incorrecta
por parte de las autoridades electorales. (Foto Prensa Libre: Hemeroteca
PL)
Hasta ahora se estima que, en todo el país, el próximo 16 de junio, estarán
instaladas unas 20 mil mesas receptoras de votos y las organizaciones políticas
afinan la logística para poder tener igual cantidad de personas que vigilen el
proceso y garanticen, a su favor, el proceso electoral.
Estas 20 mil personas son denominados fiscales de mesa y según la Ley Electoral y
de Partidos Políticos (LEPP), tienen como principal función cerciorarse del correcto
desarrollo del proceso electoral, hacer las observaciones y protestas que estimen
pertinentes.
El fiscal nacional de Visión con Valores (VIVA), Rudy González, tiene clara la
necesidad de contar con fiscales en cada mesa “porque muchas veces se pierden los
votos al momento del escrutinio”.
“-Hay muchos municipios donde se sigue insistiendo con esta práctica -de
nombrar gente afín a los candidatos en las Juntas Receptoras- no sé a qué está
jugando el Tribunal ante estos señalamientos que se han hecho, es una situación de
poner en riesgo la tranquilidad de algunos lugares conflictivos”, señala Romano.
Al cerrar los centros de votación, cada JRV realiza el conteo de votos y transmite la
información al centro de cómputo para consolidar los resultados. (Foto Prensa
Libre: Hemeroteca PL)
Otra de las debilidades que los fiscales señalan es que el Tribunal no transmite la
información de manera efectiva a sus Juntas Receptoras de Votos y, en algunos
casos, los fiscales de los partidos políticos saben más que los encargados del
proceso, lo que pone en riesgo la veracidad de los resultados.
“Hemos visto que hay municipios que tienen mucha conflictividad electoral (…) si
no hay un fiscal que esté supervisando que el voto se lleve de la forma correcta y se
contabilice, se corre cierto riesgo”, dice José David Prado, fiscal nacional de FCN-
Nación.
Pagar o no pagar
Una investigación del Ministerio Público del 2018 señaló al partido Frente de
Convergencia Nacional (FCN-Nación) de haber gastado alrededor de Q15
millones en el pago de fiscales de mesa el día de las elecciones, tanto en la primera
vuelta como en el balotaje. Ese dinero no fue reportado al Tribunal, por lo que se
sigue una investigación por financiamiento electoral no reportado.
En su momento, de acuerdo a las pesquisas hechas públicas por la Fiscalía, el
entonces secretario general de FCN-Nación y ahora presidente, Jimmy Morales,
habría solicitado este dinero para que el partido tuviera la capacidad de tener
fiscales de mesa en cada junta receptora y defender los votos.
Por ahora, FCN-Nación, cuenta con un grupo de personas que se está capacitando,
aunque aún no definen si serán pagados o lo harán de manera voluntaria. Esto
depende si los gastos serán tomados por el TSE como parte del gasto de campaña o
se tomará como gastos permanentes del partido, explica el fiscal nacional, José
David Prado.
“Se ha tenido acercamiento con las bases para que empiecen a hacer la selección de
los fiscales de las juntas receptoras de votos. Aunque no tenemos la certeza de
cuántas van a ser, estamos tomando un aproximado de 20 mil y queremos tener
presencia en todas las mesas para poder defender cada uno de los votos”, dice
Prado.
El partido VIVA fue uno de los pocos que en el 2015 sí reportó gastos de fiscales de
mesa por un monto de Q4.9 millones. No obstante, para este año la organización
cuenta con representación en la mayoría de los municipios y se espera un trabajo
de voluntariado, explica González.
“Nunca se ha dado esa práctica de costear viáticos porque los compañeros dan de
su tiempo porque están cerca. En las comunidades, como hay organización
partidaria, se organizan y les llevan almuerzo a sus fiscales (…) en lugar de
comprar tiempo de personas para que participen en actividades políticas hay más
civismo y se evita que esto -el proceso electoral- se vuelva un mercantilismo”,
explica el fiscal nacional de la UNE.