LAVES DEL AÑO CERO

EXCLUSIVA DESDE MÉXICO

ASISTIMOS A UN
RITUAL REAL DE
MAGIA NEGRA
CATEMACO, MUNICIPIO DEL ESTADO MEXICANO DE VERACRUZ,
SE SUMERGE EN LA AJETREADA MONOTONÍA DE UNAS CALLES
TRANSITADAS POR MERCADILLOS AMBULANTES. PERO MÁS
ALLÁ DE ESTE ESCENARIO APACIBLE HAY OTRA REALIDAD
SUBTERRÁNEA: LA DE LOS POLÍTICOS Y NARCOTRAFICANTES
QUE ACUDEN HASTA AQUÍ PARA ESTABLECER PACTOS CON EL
MISMÍSIMO DIABLO. POR ALGO ES LA CIUDAD DE LOS BRUJOS…

CRÓNICA: ANTONIO LUIS MOYANO

n el estado de Veracruz, que los apacibles circuitos turísticos

E delimita el Golfo de México,

y abrigado en la Sierra de
los Tuxtlas –una de las principa-
les reservas de la biosfera–, el
municipio de Catemaco goza de
suficientes atractivos turísticos.
El paisaje lacustre que orilla una
frondosa vegetación selvática
integra un lienzo tan cinematográ-
fico como para que Mel Gibson
decidiera rodar aquí Apocalypto.
Pasear por su Malecón, navegar
en kayak por la laguna o paladear
una ración de «tegogolos» –cara-
coles de agua dulce– son algunas
de las propuestas para el turista
que se acerque a este municipio.
Pero como tantas otras
ciudades que ofrecen su mejor
perfil al visitante, Catemaco no
es una excepción… Fuera de
proyectados para viajar en familia,
hay otro Catemaco: el de los
círculos de magos y hechiceros
que realizan misas negras para
invocar al Diablo. Por esta razón,
dicha localidad es conocida como
«el pueblo de los brujos».
La tradición brujeril en Catema-
co se inicia en 1970. Es entonces
cuando el «Brujo Mayor» don
Gonzalo Aguirre (1914-1982),
heredero de una larga tradición
de hechiceros que servían por
igual a Dios que al Diablo –lo
que debe interpretarse como el
mejor ejercicio de pragmatismo–,
inaugura la primera convención
anual de brujos. Desde entonces,
el primer fin de semana del mes
de marzo se añade a los recla-
mos turísticos de esta localidad,

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12 SEÑALES
LAS REVELACIONES
DEL MAR MUERTO
donde sus brujos liman asperezas
–todos presumen de ser más
aliados de Satán que el resto de
la competencia–, para desplegar
un espectáculo de aquelarre con
el que convocar al Diablo y su
cohorte infernal. Pero más allá de
esta simple puesta en escena, a
Catemaco acuden altas personali-
dades de la política y la judicatura,
personajes famosos del mundo
artístico… y capos del narcotrá-
fico. Pretenden alcanzar el éxito,
aunque sea hipotecando su alma,
y deshacerse de sus enemigos a
través del vudú y la magia negra.
En rigurosa exclusiva, hemos
tenido ocasión de participar en
uno de estos rituales, donde un
mago negro invoca al Señor de
las Tinieblas y solicita a los demo-
nios del Averno que desplieguen
16 REPORTAJE
SE REABRE 60 AÑOS
DESPUÉS EL CASO DYATLOV
todo tipo de calamidades para
arrastrar a una persona hasta
la muerte. Tres días es el plazo
máximo fijado por Satanás para
culminar su pacto con el solicitan-
te y fulminar a cualquiera de sus
enemigos. He aquí la descripción
de la ceremonia, no apta para
espíritus sensibles.
EN EL INFIERNO NO SE FÍA
Entre la nómina de hechiceros,
que ofertan sus servicios al mejor
postor y que presumen, no de
ser «adoradores» del Diablo, sino
de ser sus «aliados», destaca
un excéntrico personaje: Reyes
Álvarez, un septuagenario que
debe gozar de una longevidad
próspera gracias a un pacto con
el Señor de las Tinieblas que él
mismo se encarga de renovar
28 RULETA
SECCIONES
RUSA
«EL VISITANTE»,
POR JAVIER ARRÍES
La Santa Muerte. Una leyenda sitúa el origen de su culto en Catemaco. Fue
en los años sesenta cuando un lugareño vio la imagen de «La Flaca» calcinada
sobre su choza. Hoy está presente en numerosas fachadas de Catemaco.
todos los días, cuando llega la
medianoche. Llegada la hora, in-
terrumpe la entrevista para rendir
su letanía a Lucifer, a cuyo honor
ha erigido el más bizarro de los
altares: un macho cabrío –inspira-
do en el Baphomet del ocultista
Eliphas Lévi– preside el estrecho
recinto. Flanquean el ceñido altar
Baphomet unas paredes que amenazan con
besarse, donde la estampa de un
DEMONIO DE LA Lucifer crucificado con el «666»
SABIDURÍA PARA y un pentagrama calavérico termi-
UNOS, OBJETO nan por configurar lo que parece
DE CULTO DE LOS la escenografía de una película de
TEMPLARIOS PARA terror de «serie B».
OTROS, SU IMAGEN No le preguntamos sobre los
ESTÁ PRESENTE detalles que le condujeron a
EN LOS ALTARES entablar amistad con Belcebú,
DE LOS BRUJOS DE pues su testimonio sugiere que
CATEMACO. antes tuvo que tributar la vida de
unos cuantos que se tropezaron
09
 LAVES

en su camino. Sin inmutarse, nos

cuenta cómo ha contribuido a
incrementar esa legión de incau-
tos que han saldado con su alma
una vida terrenal más ventajosa…
apremiando incluso al que, llega-
do el momento de rubricar con
su propia sangre el mefistofélico
contrato frente al imponente altar
en honor de Satanás, titubeaba
presa del pánico. A partir de ahí,
no tardó en alcanzar el éxito en
todas las esferas, y Reyes Álva-
rez presume de haber cerrado
cantinas, siempre con la mejor
compañía; siendo reclamado por
gente muy importante –entre los
que, supuestamente, se conta-
rían altos cargos políticos– que
envidia su tren de vida. «Hasta mí
–nos confiesa– vienen judiciales
(jueces), generales, capitanes…
Viene naturalmente gente de la
alta sociedad que se quiere quitar
a sus enemigos y que saben que
es más fácil entregarlos a la bruje-
ría que mandar a un matón al que
pueden descubrir o que luego
puede hablar…».
Atender las solicitudes de
quienes prefieren acudir al Diablo
antes que a un sicario para
librarse de sus enemistades se
convirtió en un lucrativo negocio
para quienes, como el brujo de
Catemaco, hacen de embajado-
SEÑALES res del Averno. «Y así –testimonia
Reyes en un relato prolijo en
detalles– comenzó a buscarme la
gente y a decirme: ‘Yo quiero que
mates a Fulano de tal, ¿cuánto
me cobras?’. ‘Doscientos mil
pesos (8.700 euros)’, les respon-
día yo. ‘Pero, ¿cuánto hay que
dejarte (de anticipo)?’. ‘No tienes
que dejarme nada. Vete tranquilo.
DEL DIABLO A LOS NARCOS
Cuando vengas, ya le estarán en-
Se señala a Fidel Herrera, quien fuera gobernador del estado de Veracruz
terrando (a tu enemigo). Pero ¡ay
(2004/2010) y luego cónsul de México en España, como uno de los polí-
de ti cómo no vengas a pagar!... ticos que, supuestamente, habría pactado con el Diablo. Es la prensa
Porque tú eres el siguiente’». mexicana la que se hace eco de los encuentros secretos que el dirigente
habría mantenido con el círculo de brujos de
EL DIABLO MATA Catemaco, cuyas artes mágicas le habrían catapul-
EN TRES DÍAS tado hasta el poder. Como prueba que confirmaría
A los pies del altar se advierte la la eficacia que tuvieron estos rituales de magia
pequeña figura de un demonio, negra, se menciona el hecho de que a Herrera
sobre cuya cornamenta descan- le tocó la lotería… ¡en dos ocasiones! Aun así, ni
sa la fotografía ampliada, tipo siquiera el mismísimo Diablo habría conseguido
carné, de un hombre joven, de colmar las inagotables ansias de fortuna del exgo-
unos treinta y pocos años, cuya bernador, quien habría terminado abrazando la
expresión alberga un gesto de corrupción para recibir dinero de los narcos.

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«Entre los clientes de los brujos de Catemaco
que trabajan la magia negra, se encuentran
desde reconocidos políticos a narcotraficantes»
amargura mal disimulada, como
si el susodicho fuera consciente
del entorno poco amable que
le rodea… «¿Por qué está aquí
esta fotografía?», preguntamos.
«Porque va a morirse», responde
casi monosilábico el veterano
brujo de Catemaco. «El hombre
que aparece en esta fotografía…
¿va a morir?», insisto.
«Esta fotografía es de un espa-
ñol. Su mujer, dolida y lastimada,
la ha puesto aquí. Él se apoderó
de todas sus propiedades, la
golpeó, la maltrató… y tanto le
hizo, que su mujer ha querido
matarlo y nunca lo ha llevado
a cabo. Entonces ella recurre
a mí y me pide cómo la puedo
ayudar… Hasta ahorita la foto
lleva tres días en el altar… y él se
ha comenzado a poner enfermo»,
finaliza. «¿Y cómo lo hace usted
para que esta persona muera?»,
pregunto de nuevo, pero Reyes
no responde. De un rincón del
recinto, desempolva la réplica de
un pequeño féretro de madera.
De su interior extrae un muñeco
de cera, mientras del bolsillo saca
varios alfileres. Luego, alzando su
bastón, a modo de báculo de po-
der, se inclina reverencialmente
frente al altar de Satanás y alza su
voz: «¡Oh, Señor de las Tinieblas!
¡Oh, Señor Lucifer y Satanás!
Hoy en este día, porque para ti
es de día y el día es noche donde
duermes. Yo, Reyes Álvarez, me
inclino ante ti… Tú sabes que yo
trabajé para ti, y te cumplí dándo-
te todas las gentes y corazones
que me pediste… Hoy yo te pido,
que no dejes desamparada a la
mujer que ha pagado este ritual
que te está ofreciendo. Por eso te
pido, que por esta fotografía que
tienes en tu cabeza, con el daño
y el perjuicio que causó e hizo…
todo su cuerpo es tuyo, para que
le hagas todo el daño necesario
en sus carnes, en su alma y en su
espíritu. ¡Mortifícalo donde quiera
que esté y llévatelo a tu Reino!».
Tras una breve pausa, el hechi-
cero coge el muñeco entre sus
manos y lo alza como si fuera el
cuerpo sin vida de un animal sa-
crificado, al tiempo que comienza
a aguijonearlo con ímpetu y sin
ningún escrúpulo con los alfileres.
«Espíritus de los reinos
infernales y espíritus que vagan
sobre la faz de la Tierra. Por el
uno yo te llamo, por el dos yo
te ato y por el tres… el corazón
te chupo y te arrebato. Te clavo
este alfiler negro en tu cerebro,
para que no pienses. Te clavo
este alfiler negro en tus ojos,
para que no veas. Te clavo este
alfiler negro en el corazón…
¡para que mueras! Ahora –con-
tinúa explicándonos el brujo–, el
muñequito se mete en la caja,
se tapa y se lleva al panteón a
enterrar». A partir de entonces la
pregunta es cuánto le queda de
vida. Según afirma, «en setenta
y dos horas… morirá».
¿PACTO RENTABLE?
Así de sencillo es pactar con
Satanás y liberarse de cualquier
persona que intoxica nuestra
cotidianidad. Sin embargo, cabe
preguntarse, ¿merece la pena sa-
crificar la eternidad del alma para
alcanzar una mayor plenitud en
la existencia terrenal? Antes de
Altares eclécticos
dejarse seducir por tan tentadora
Los brujos de
Catemaco han
propuesta, en el prólogo de un
creado altares de libro sobre pactos satánicos, el
un eclecticismo doctor Jiménez del Oso advier-
extraordinario, en te: «Si el castigo en la otra vida
los que conviven resulta tan horrible… ¿cómo es
elementos dispares posible que haya incautos que
como estampitas quieran pactar con el diablo?
de san Escribá de Nunca he sentido la tentación
Balaguer con el de hacerlo, pero imagino que en
demonio de Eliphas la mente del solicitante hay un
Lévi. Sorprende la cierto grado de escepticismo y
naturalidad con la mucho de sentido práctico». Y es
que los habitantes se que, la posibilidad de alcanzar sin
toman estos cultos. esfuerzo riqueza, fama y poder
es tan sugestiva, que muchos
políticos han solicitado los favores
de los brujos de Catemaco para
que les sirva de mediador con el
Señor de las Tinieblas…
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