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ÍNDICE

ÍNDICE…………………………………………………………………………….pág. 1
INTRODUCCIÓN…………………………………………………………….......pág. 2
CAP. 1: La sociedad actual producto de dos dimensiones……………….,,..pág. 4
CAP. 2: Descomposición y saturación de las sociedades occidentales……pág. 6
CAP. 3: La globalización: ¿Divide o une?.....................................................pág. 10
CAP. 4: La posmodernidad: un florecer de ideas……………………………..pág. 13
CONCLUSIÓN…………………………………………………………………….pág. 14
BIBLIOGRAFÍA……………………………………………………………………pág. 15

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INTRODUCCIÓN

Para poder abordar problemáticas vinculadas al arte y la literatura contemporánea,


lo cual se llevará a cabo a lo largo del cursado de la materia Seminario de las
Problemáticas del Arte y la Literatura Contemporánea del siglo XX y XXI, es
necesario, primeramente, realizar un marco contextual en el cual se detalle y
especifique cuales son aquellos factores o puntos de la vida social que inciden en
estos. Enfocándose en este objetivo, en el siguiente informe se desarrollarán las
características de la relación modernidad-posmodernidad (siglo XIX y XX) que se
dan en todos los ámbitos a través de una serie de autores.

En primera instancia, en el capítulo 1, se presenta como base al autor Manuel


Antonio Garretón y su texto ¿En qué sociedad vivi (re) mos? (1998) donde plantea
que la sociedad actual se encuentra conformada a partir de dos dimensiones
societales: la sociedad industrial de Estado nacional y la sociedad post-industrial
globalizada.

En el capítulo siguiente, exponiendo a Cornelius Castoriadis en los capítulos I, V y


IV de su libro El avance de la insignificancia (s.f.) se enuncia la descomposición de
las sociedades occidentales con todas sus características que hacen que esta pase
por un periodo de crisis. Además, teniendo en cuenta la entrevista hecha por el
diario La Nación titulada “Estamos en la era de los nómades y las tribus” al sociólogo
francés Michel Maffesoli en el año 2009, se desarrolla su concepto de saturación de
las sociedades occidentales y de tribus.

El capítulo 4 trabaja el concepto de globalización que caracteriza a la sociedad


moderna tardía o posmodernidad a partir del sociólogo Zygmunt Bauman y su libro
La globalización: consecuencias humanas (2001) el cual expone una serie de
consecuencia provocadas por este proceso, que consiste básicamente en la
estratificación dentro de las sociedades.

Por último, teniendo en cuenta el artículo de Fernando Savater “La historia no


terminó: las ideas siguen levantando trincheras” (s.f.) publicado en el diario Clarín,

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se plantea que la posmodernidad se caracteriza por adhesión o redefinición de
nuevos conceptos tanto como la religión, la globalización y la identidad.

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CAPÍTULO 1: LA SOCIEDAD ACTUAL PRODUCTO DE DOS DIMENSIONES

Garretón (1998) en su texto sostiene que: “(…) asistimos a un cambio sincrónico y


diacrónico, a una transformación de la modernidad misma y de los procesos de
desarrollo o de constitución de las diversas modernidades. Ello constituye el
fenómeno principal del fin de siglo y marcará el próximo” (Garretón, 1998,1). Este
cambio es el constituye la sociedad actual que se caracteriza por estar formada a
partir de dos dimensiones societales: la sociedad industrial de Estado nacional y la
sociedad post-industrial globalizada.

La sociedad industrial de Estado nacional es aquella que se organiza a partir de la


producción, el trabajo y la política como expresión primordial de la vida social. Los
individuos que interactúan dentro de este tipo de sociedad se denominan actores
sociales y se desenvuelven en espacios enmarcados dentro de instituciones
vinculados a la economía, la política, la cultura, como por ejemplo la escuela y la
familia y sus variantes, las cuales ejercen un papel importantísimo en la sociedad
actual. Este tipo de sociedad tiene como centro a la “polis”, es decir, el lugar donde
se toman decisiones. Por otro lado, la vida social se encuentra predeterminada por
principios éticos que se traducen a partir de normas de conductas. Además, el
principio de cambio de la sociedad está vinculado con el progreso.

Por otro parte, la sociedad post-industrial globalizada se estructura a partir de la


comunicación, como principio fundamental, y el consumo. Esta surge en
consecuencia del fenómeno de la globalización y se encuentra organizada a través
de una dimensión económica que en realidad es financiera, una cultural que es más
que nada comunicativa y una débil dimensión política opacada por las anteriores.
4Además, se origina gracias a otro fenómeno denominado la afirmación de
identidades que consiste en la identificación en base a las edades, el sexo, la etnia,
el color, etc. Todavía, en la sociedad post-industrial globalizada no se han generado
instituciones que se puedan adecuar al cambio de estructura que presuponen y, por
lo tanto, se debe realizar una renormativización. En este caso, el principio de cambio
de la sociedad post-industrial globalizada no es el progreso como en la anterior, sino
la calidad de vida o la felicidad en la cual se potencia el desarrollo humano en

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contraposición del económico y esto implica un desafío debido a la diversidad
cultural y la interculturalidad. Surgen nuevas utopías como la de género, ecología,
la aldea global, la comunicación vía internet, etc.

Por último, Garretón afirma lo siguiente:

Estamos frente a un tipo societal enteramente moderno, donde incluso los


elementos adscriptos, tradicionales o religiosos tienden a desprenderse de
su dimensión natural, atávica o meta social y a constituir sujetos históricos.
Solo que se trata de un tipo de modernidad distinta: modernidad post-
industrial globalizada y no modernidad de Estado nacional. (Garretón, 1998,
6)

Sin embargo, luego aclara, que no se está frente al fin de la sociedad industrial de
Estado nacional, sino que esta se encuentra transitando un periodo de
transformación en el cual deja de ser el único para enlazarse con otras dimensiones

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CAPÍTULO 2: DESCOMPOSICIÓN Y SATURACIÓN DE LAS SOCIEDADES
OCCIDENTALES

En lo capítulo I, V y VI de su libro El avance de la insignificancia, Castoriadis, a


diferencia de Garretón, plantea una descomposición de las sociedades, es decir,
una crisis de las sociedades modernas de occidente que va provocando su
deterioro.

Las sociedades occidentales contemporáneas se caracterizan por una serie de


factores que van provocando su propia descomposición. Según el autor, estas son:

- Sociedades vacías de significaciones imaginarias sociales (valores,


tradiciones, normas, proyectos, etc.) que provoca un derrumbe en las
autorrepresentaciones que hacen que una sociedad sea lo que es y que sus
actores puedan ser motivados para hacer funcionar a la sociedad y a ellos
mismos. Los jóvenes se encuentran en un presente en el cual las normas y
los valores son reemplazados por el nivel de vida, el bienestar, el confort y el
consumo, y el único valor es el dinero.
- Existe una pseudo-libertad condicionada por el campo histórico-social que
tienen relación directa con el disfrute, es decir, en palabras del autor: “(…) el
individuo libre, soberano, autárquico, sustancial, en la gran mayoría de los
casos ya no es sino una marioneta que realiza espasmódicamente los gestos
que le impone el campo histórico-social: hacer dinero, consumir, gozar (…)”
(Castoriadis, s.f., 80)
- Apatía por la política. Esto se manifiesta en base al fracaso duradero de las
políticas frente a las problemáticas económicas como el desempleo y el alza
de precios y a las ecológicas y del medio ambiente. El autor sostiene que
esto se deba probablemente a la burocratización de los aparatos políticos,
en los cuales la selección o reclutamiento del personal político no se basa en
las capacidades sino en cuál es el más vendible. Además, se produce un
quiebre entre las relaciones socio-políticas debido a que los partidos no son
capaces de enmarcarse dentro de determinadas ideologías.

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- La institución familia también pasa por una etapa de descomposición de los
roles tradicionales lo que produce un avance de los individuos hacia la
autonomía y la emancipación.
- Existe un vacío en la educación. Hace veinte años, el sistema educativo entró
en una crisis de contenidos, crisis de los objetivos en función de los cuales
estos programas están definidos y una crisis de la relación educativa, no
obstante, la crisis más grande que deben enfrentar es el desinterés por la
educación por parte de docentes y alumnos.
- Con respecto a la cultura, el autor sostiene: “La cultura pasada ya no está
viva en una tradición, sino que es objeto de saber museístico o de
curiosidades mundanas y turísticas reguladas por las modas”. (Castoriadis,
s.f., 27)
- Se produce una crisis de la crítica, es decir, deja de cuestionarse
verdaderamente, lo que hace que todo se vuelva insignificante. Esto provoca
un conformismo generalizado, no solo en relación al consumo, sino en la
política, en las ideas, en la cultura, etc. Una manifestación de esto es en la
cual el sistema y los medios masivos de comunicación manipulan a la gente
de manera tal que no puedan interesarse finalmente por algo que supere
algunos segundos.
- Ya nadie sabe qué papel cumple dentro de la sociedad, como ciudadano,
hombre o mujer. Esto último se debe a que los roles sexuales se disolvieron.
- Con respecto a las ciencias tecnológicas, se produce todo lo que se pueda
producir por más que todavía no haya surgido una necesidad para satisfacer,
esto se generará luego. Esto otorga a los individuos un cierto poder absoluto
que en realidad es simbólico debido a que la tecnociencia se ha vuelto
autónoma, es decir, nadie controla su evolución y su orientación.
- Hay un rechazo por la idea de que se vive a base de incertidumbres y de
caos y una huida desesperada ante la muerte.
- El hombre contemporáneo vive en una rutina cada vez más repetitiva y cada
vez más acelerada.

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Por último, sostiene que para poder enfrentar esta crisis se requiere, y en palabras
textuales:

(…) una nueva creación imaginaria de una importancia inexistente en el


pasado, una creación que ubicara en el centro de la vida humana otras
significaciones que no sean la expansión de la producción y del consumo,
que plantearan objetivos de vida diferentes, que pudieran ser reconocidos
por los seres humanos como algo que valga la pena. (Castoriadis, s.f., 119)

(…) la economía fuese ubicada en su lugar como simple medio de la vida


humana y no como fin último (…) (Castoriadis, s.f., 119)

(…) el desarrollo de los seres humanos, en lugar del desarrollo de los objetos
de consumo. (Castoriadis, s.f., 120)

Por otro lado, y siguiendo esta línea de pensamiento, Maffesoli (2009) en una
entrevista publicada en el diario La Nación, expone que la modernidad llegó a su fin
debido a una saturación de los grandes valores que lo compusieron (progreso y
dominio de la razón). Según él, esto se debe a que en un momento determinado se
produce una fatiga o hartazgo que vuelve a producir una recomposición dando
origen al posmodernismo.

El posmodernismo se caracteriza por la acentuación en el presente, por el retorno


del afecto, del sentimiento y de lo festivo, es decir, lo que es importante es estar
juntos. Es por esto que se produce un resurgimiento de las tribus (antes ya existían,
pero eran consideradas marginales). Estas pueden ser tribus sexuales, musicales,
artísticas, deportivas, culturales, religiosas, etc. Además, sostiene que el individuo
es nómade, es decir, puede pertenecer a diferentes tribus. Lo que antes, en la
modernidad, era considerado un cuerpo social homogéneo (la Republica), ahora es
fragmentario. Dentro del concepto de tribu, el autor introduce otro denominado
cenestesia que consiste en que después de un proceso de aprendizaje y
adecuación, se producirá una cenestesia, es decir, las diferentes tribus sabrán
organizarse según sus necesidades y las del resto hasta alcanzar un equilibrio. Este
ajuste se producirá gracias a Internet.

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Con respecto a la política, se ha convertido en algo difícil de definir y ha dejado de
tener sentido para el hombre, ejemplo de saturación, por lo que provoca un rechazo
en la nueva sociedad. Ahora, se habla de un localismo, es decir, se produce un
interés por el barrio, la calle en que se vive, la vida local.

Por último, señala que Latinoamérica será el laboratorio del posmodernismo debido
a la importancia que se le otorga al cuerpo, la teatralidad en todos los actos de la
vida, la importancia del presente, del carpe diem, de la relatividad del progreso, de
la importancia de la festividad, la diversidad cultural y la interculturalidad.

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CAPÍTULO 3: LA GLOBALIZACIÓN: ¿DIVIDE O UNE?

Bauman (2001) en su libro La Globalización: consecuencias humanas, al igual que


Garretón en la presentación de la sociedad post-industrial globalizada, expone
justamente que la sociedad moderna tardía o se caracteriza por ser una sociedad
globalizada.

Esta globalización trae aparejada una serie de consecuencias a nivel social. Como
dice el autor: “(…) los llamados procesos globalizadores redundan en la
redistribución de privilegios y despojos, riqueza y pobreza, recursos y desposesión,
poder e impotencia, libertad y restricción. Observamos una restratificación mundial,
en cuyo transcurso se crea una nueva jerarquía sociocultural, una escala mundial”
(Bauman, 2001, 94).

Bauman presenta dos grupos de individuos dentro del proceso de globalización, los
globales en los cuales se encuentran las élites que se encargan de establecer los
valores y las pautas del comportamiento social a través de establecer como centro
a la administración del Estado, y los locales que son el resto de la población y que
están condicionados por los globales, es decir, lo que para algunos la globalización
significa libertad, para los demás se encuentra llena de incertidumbres.

Esto se puede ejemplificar con la noción de tiempo/espacio en relación con la


mercancía generada, la cual es escasa y distribuida de manera desigual. Esto se
debe, por un lado, a la propiedad privada perteneciente a los globales, o más
específicamente a los denominados inversores, la cual se transforma en un
escenario de desigualdad, en el que los trabajadores son el eslabón inferior. Por
otro lado, la liberación de las delimitaciones territoriales. Esto último trae como
consecuencia que los globales tenga una mayor posibilidad de movilidad de un lugar
a otro que los locales, es decir, cuando una empresa observa que en determinado
territorio la producción ya se encuentra en su etapa final y no genera lo esperado,
se toma la decisión de moverse a un nuevo territorio, dejando sin trabajo a aquellos
grupos sociales que, por ciertas cuestiones, no pueden seguirla. Esto se debe a la
nueva libertad del capital, en otras palabras, la producción ya no se encuentra
determinada o limitada por el espacio geográfico. De esta manera, la movilidad en

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el espacio se convierte en un factor importante que afecta a las dimensiones
políticas, sociales y culturales.

Con respecto al tiempo, lo que aumenta esta brecha entra globales y locales, es el
progreso en el transporte donde todo se resuelve más rápido que antes. Sin
embargo, el avance que más influencia trajo en la etapa de globalización es el
transporte fluido de la información lo que crea una especie de ciberespacio en el
cual resulta dificultoso realizar cuestionamiento a las autoridades ya que les permite
estar aislados de las localidades.

Por otro lado, Bauman plantea a la globalización como “un nuevo desorden mundial”
debido a que esta es ingobernable e indeterminada lo que no permite una
planificación o acción frente a la débil capacidad de los Estados.

Según el autor, a causa de la desaparición de los limites propuestos por el espacio


y el tiempo, la sociedad actual, como ya se dijo, presenta cierta movilidad en relación
a que todos los individuos, en mayor o menor medida, se encuentran conectados a
través de la tecnología.

La sociedad moderna tardía o posmoderna se caracteriza por ser una sociedad de


consumo, la cual va constituyendo sus actores para que cumplan su papel de ser
consumidores, y no productores como eran antes. Bauman introduce nuevamente
la noción de tiempo en el sentido de que se debe realizar una reducción de este
para que la etapa de satisfacción se produzca brevemente luego del consumo
provocando que el individuo se encuentre en un estado de insatisfacción
permanente. De esta manera, el mercado los seduce nuevamente.

En esta sociedad de consumo vuelve a presentarse la estratificación. Existe un


grupo social, los consumidores, que pueden moverse dentro de la esfera del
consumo y del placer y, por otro lado, aquellos que desean ser consumidores y son
excluidos contantemente debido al miedo que les provoca a los consumidores que
sean iguales a ellos. Entre ambos, se evidencia una incomunicación. Mientras los
primeros, los turistas, viven en un mundo sin limitaciones temporales ni espaciales
ya que pueden moverse de manera libre a través de las fronteras nacionales, los

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otros, los vagabundos, se rigen primordialmente por el espacio local donde lo
extraterritorial se vuelve casi imposible económicamente y su movilidad se genera
debido a una fuerza exterior que los obliga a hacerlo.

Por último, en el capítulo final, Bauman expone una problemática en relación con
las cárceles. Sostiene que, en la era de la globalización, estas son un método de
restricción espacial ya que dificulta la comunicación. Sin embargo, las cárceles
actuales fomentan la marginación ya que no presentan planes de rehabilitación para
que luego se produzca una inserción en la sociedad diferente como, por ejemplo,
que estén capacitados laboralmente. Además, esto genera en el resto de la
sociedad, una mayor sensación de inseguridad. Por otro lado, la población de las
cárceles se caracteriza por pertenecer a los grupos sociales más bajos, ya que los
crímenes empresariales son amparados por leyes translocales, logrando que las
elites gocen de ventajas.

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CAPÍTULO 4: LA POSMODERNIDAD: UN FLORECER DE IDEAS

Por último, Fernando Savater en su artículo del diario Clarín “La historia no terminó:
las ideas siguen levantando trincheras” sostiene que la posmodernidad se
caracteriza por la incorporación de conceptos o ideas nuevas o redefinidas.

Con respecto a la religión, plantea: “(…) regresa a un discurso según el cual


reivindicar nuestras raíces y nuestros valores vuelve a consistir en recuperar el
dogma y aborrecer de la insípida laicidad.” (Savater, s.f., 2)

Por otro lado, expone a la globalización como una consecuencia del aumento
desmesurado de los medios de comunicación y de los medios de transporte.
Además, introduce otro concepto que empieza a surgir que es el de identidad, es
decir, tener la ilusión de un destino. Estas identidades no se encuentran sometidas
a una imposición forzosa sino a una libre elección de cada individuo.

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CONCLUSIÓN

En conclusión, siguiendo a Garretón y Bauman, podemos hablar de una sociedad


moderna tardía que ha sufrido determinadas transformaciones y, por otro lado, a
Castoriadis y Maffesoli que plantean un quiebre en relación con la modernidad
debido a la descomposición o saturación de las sociedades occidentales.

Más allá de esto, realizando una unión de conceptos entre los cinco autores
propuestos, se puede determinar a la sociedad actual a partir de las siguientes
características. Por un lado, pertenecemos a una sociedad constituida a partir de un
modelo conformado por dos dimensiones societales, una que se rige a través de
instituciones relacionadas con lo político, económico y cultural establecidos por
leyes éticas y morales y el surgimiento de una nueva que se caracteriza por la
comunicación y el consumo. Según Castoriadis, las sociedades contemporáneas
presentan un vacío de significancias imaginarias sociales como los valores, las
tradiciones, los proyectos, etc. logrando que los individuos se encuentren
inmotivados, apáticos y que todo le parezca insignificante, donde el valor primordial
reside en el dinero. Otra característica, propuesta por Maffesoli es que las
sociedades posmodernas se determinan por su acentuación en el presente, por el
retorno del afecto, del sentimiento y de lo festivo. Es aquí donde surgen las tribus
sociales que hacen que la sociedad se vuelva fragmentaria. Bauman describe a una
sociedad estratificada en grupos sociales en la cual uno somete a otro a través de
nociones como el espacio, el tiempo y el consumo, como consecuencia del proceso
de globalización. Por último, la sociedad contemporánea, según Savater, es una
sociedad floreciente de nuevas o redefinidas ideas en la cual la religión vuelve a
tener cierto papel dentro de la sociedad, las identidades se desarrollan de manera
libre y sin sometimientos, y en la cual los medios de comunicación y transporte traen
aparejado como consecuencia la globalización.

De esta manera, se realizó un esquema contextual a partir de diferentes autores,


con sus diferentes perspectivas acerca de cómo se plantea a la sociedad actual en
la que estamos inmersos.

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BIBLIOFRAFÍA

Bauman, Z. (2001) La globalización: consecuencias humanas. México: Fondo de


cultura económica.

Castoriadis, C. (s.f.) Capítulo 1: “La crisis de las sociedades occidentales”, capítulo


V: “El deterioro de Occidente” y capítulo VI: “El avance de la insignificancia”,
El avance de la Insignificancia. S.L. Editorial: EUDEBA.

Corradini, L. (25 de marzo de 2009) “Estamos en la era de los nómades y las tribus”,
dice Maffesoli. La Nación. pp. 1-3

Garretón, M.A. (1998) ¿En qué sociedad vivi (re) mos? Tipos societales y
desarrollos en el cambio de siglo. S.L.S.E.

Savater, F. (s.f) La historia no terminó: las ideas siguen levantando trincheras.


Clarín. pp. 1-2

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