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Cultura Comunicación Educación - Apunte: Digitalización de la Cultura

Hace ya tiempo que el soporte por excelencia del conocimiento es el digital. No sólo los nuevos documentos
son digitales sino que el conocimiento generado en el pasado se está digitalizando con el objetivo de que se
pueda acceder a él de manera rápida y fácil.
Las ventajas de la digitalización de la cultura son obvias:
 Permite el trabajo colaborativo en red
 Da acceso a la información sin importar las distancias físicas o las fronteras territoriales
 La digitalización del patrimonio contribuye a su conservación al permitir su acceso sin manipulación de
los originales. Por otra parte, la copia digital constituye una garantía de preservación de la información
contenida en los documentos originales, en caso de desastre o sustracción.
 Supone un impacto en el mercado laboral en la medida que facilitar el acceso a la cultura (mayor
acceso a la cultura = mayor inclusión social y profesional)

¿Qué es la brecha digital?


La brecha digital se define como la separación que existe entre las personas (comunidades, estados,
países...) que utilizan las Tecnologías de Información y Comunicación (TIC) como una parte rutinaria de su
vida diaria y aquellas que no tienen acceso a las mismas o que aunque las tengan no saben cómo utilizarlas.
¿Cuántas personas se encuentran actualmente excluídas del acceso a la tecnología?
Según la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT), 4.500 millones de personas (dos tercios de la
población mundial) no tienen acceso a la tecnología.
En Argentina, según la Encuesta Nacional sobre Acceso y Uso de Tecnologías de la Información y la
Comunicación, el 33% de los hogares aún no tiene acceso a una computadora, mientras que el 38,2% no
cuenta con conexión a Internet.

Brecha digital: conectados vs. desconectados, la peor grieta


https://www.lanacion.com.ar/sociedad/brecha-digital-conectados-vs-desconectados-la-peor-grieta-nid2120047

Según cifras oficiales, uno de cada tres argentinos no está conectado a una red de banda ancha fija, y los que
sí están no pueden cantar victoria: probablemente su conexión es precaria -lenta, insegura- y, en muchos
casos, cara. Además, al menos el 40% de los que acceden a la Web no saben usarla. La distancia entre unos
y otros, entre los que la han incorporado a sus vidas a tal punto de no imaginarse ya sin ella, y los que quedan
afuera, al desamparo, se denomina "brecha digital". Una suerte de grieta tecnológica, acaso más traumática y
disfuncional que la política.
Mal de muchos, consuelo de argentinos. En el mundo hay unos 4500 millones de personas (dos tercios de la
población) a las que no les llegan las nuevas tecnologías. La otra brecha se da entre quienes les sacan
provecho y los que no saben usarlas. Este déficit, que hace estragos en la calidad de vida, tiene un nombre:
analfabetismo digital.
El de los excluidos digitales es un mundo de flagrante desigualdad, porque tienen infinitamente menos
oportunidades en el campo laboral, social, educativo, de la salud, comunicación e información. Algunos
sostienen incluso que hablar de brecha es un eufemismo, porque lo que existe es una fractura feroz, un
abismo.

Ricos y pobres: las razones de la brecha digital entre los jóvenes argentinos
https://www.clarin.com/opinion/ricos-pobres-razones-brecha-digital-jovenes-argentinos_0_S16SZaflQ.html

Nuestros jóvenes, conocidos como Millennials, la generación que tiene entre 18 y 35 años, han crecido en un
ambiente en dónde la inmediatez pasó a tener un valor supremo.
Viven al mundo digital como una extensión del mundo real que les permite comunicarse, entretenerse e
informarse. Representan el 28% de los argentinos y, dado su peso demográfico, serán quienes en el corto y
mediano plazo se verán más afectados por la revolución tecnológica, que producirá cambios en los medios
tradicionales de producción. Es por ello que interesa especialmente conocer a esta generación.
Según datos del estudio Compás Millennials que realizamos junto con BID/Intal, el 96% de los jóvenes
argentinos se conectaron en el último mes, siendo el teléfono celular con Internet el dispositivo más usado y
con alta penetración en todos los segmentos (93% posee celular con Internet mientras solo 55%
computadora).
Casi todos usan redes sociales (92%) y están un promedio de cuatro horas al día chateando, tres navegando
y dos viendo televisión. Igualmente poseen un mundo offline activo y manifiestan necesidades y preferencias
por fuera de Internet, como hacer amistades y vínculos cara a cara. Sostienen que los amigos son sobre todo
los de la vida, no los de las redes sociales.
Dice Gerardo Della Paolera: "Educar a la ciudadanía desde la primera infancia es difícil... más fácil es hacer
autopistas"
A pesar de ser nativos digitales, se informan principalmente a través de la televisión (79%), especialmente en
los sectores bajos. Las redes e Internet se ubican en segundo lugar, a excepción de la clase alta donde es lo
más utilizado.
La tecnología como herramienta de socialización y entretenimiento está profundamente internalizada en los
jóvenes pero se ha extendido menos al ámbito laboral. El uso cotidiano está marcado por el nivel
socioeconómico: mientras cinco de cada diez jóvenes de clase alta utiliza tecnología casi todo el tiempo en su
trabajo, sólo uno de cada diez en los sectores bajos la utiliza. Existe una marcada brecha digital, tanto en el
acceso como en conocimiento informático según nivel socioeconómico.
Aun cuando un 80% cree que es imprescindible saber usar Internet y las nuevas tecnologías para poder
moverse en el mundo de hoy, tienden a considerar que la educación formal da más oportunidades de entrar
en el mercado laboral que saber usar las nuevas tecnologías.

Ciberculturas juveniles. Los jóvenes, sus prácticas y sus representaciones en la era de Internet

Ciberculturas juveniles: los jóvenes, sus prácticas y sus representaciones en la era de internet es el resultado
del trabajo colectivo, desarrollado por un grupo de jóvenes sociólogos (dirigidos por el sociólogo y filósofo
Marcelo Urresti), e investigadores del área de estudios culturales del Instituto de Investigaciones Gino
Germani de la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA. Este libro partió de la importancia que tiene el
espectro hipertextual en la vida cotidiana de los jóvenes y los adolescentes de Buenos Aires.

El punto de partida de los investigadores fue que los estudios sobre Internet se atienen exclusivamente al
mapeo del acceso, bajo el supuesto que a mayor acceso a Internet hay una mayor democratización. Sin
embargo, estos sondeos soslayan el uso diferencial de Internet. Por lo tanto, el libro analiza, desde el enfoque
de la sociología de la cultura, el impacto concreto de las nuevas tecnologías de la comunicación e información
en los jóvenes de Buenos Aires en los últimos años.
La primera parte del libro describe los usos sociales de las nuevas tecnologías: computadoras, programas e
internet desde el punto de vista de los usuarios. Los jóvenes tienen en común la pertenencia al universo
hipertextual porque generacionalmente han sido socializados con el uso de esta tecnología, pero los usos que
producen se alejan definitivamente entre sí y dependen de las experiencias cotidianas propias del mundo de
vida particular en que cada segmento de jóvenes. Adolescentes y jóvenes de distintas clases sociales
acceden a internet, los programas y la red de redes, pero el modo de acceso, los recursos y capacidades
informáticos y cognitivos que utilizan, las formas de navegación o de comunicación por las que se deciden,
describen universos disímiles.
En la segunda sección del libro, los investigadores construyeron un sistema de categorías de los productores
hipertextuales, es decir, de aquellos que son más que meros usuarios (los que usufructúan las herramientas
comunicacionales de Internet sin incidir sobre ellas). Partiendo del uso diferenciado en la producción de estas
herramientas podemos agrupar desde los miembros más activos a los menos. En primer lugar, los hackers
son aquellos programadores más activos en términos de uso y extensión de las herramientas
comunicacionales e informativas, con utopías de democratización por medio de la acción por el software libre.
En segundo lugar, están los webmaster, quienes organizan contenidos con un fin comunicativo definido, sea
comercial, de acción socio-comunitaria y política. En tercer lugar, los bloggers y floggers, productores de
contenidos textuales, musicales y visuales.
Algunas preguntas que el libro intenta responder son:
¿qué hacen concretamente los jóvenes de distintos sectores sociales con las computadoras, los programas y
la red de redes?, ¿cuáles son y qué características tienen los géneros discursivos hipertextuales que
producen y reciben?, ¿cómo se conforma la vida cotidiana, la interacción y las comunidades que articulan en
el mundo virtual?

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