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El manejo de la vía aérea ha sido y será siempre una prioridad en la atención del paciente,
costituyéndose su manejo adecuado en uno de los desafíos más importantes para el profesional de
la salud. Sociedades científicas de renombre han enfatizado su importancia en la generación de
algoritmos y nemotecnias que ubican el manejo de la vía aérea y la ventilación como la primera
prioridad de atención, todo ésto respaldado por datos estadísticos que confirman que la principal
causa de muerte está dada o relacionada por el manejo inadecuado de la vía aérea y/o la ventilación.
Un hito improtante impuso la Sociedad Americana de Anestesiología ( American Society of
Anestesiology – ASA) con la publicación del primer Algoritmo de Intubación Difícil el año 1993,
observándose a partir de entonces una significativa disminución de las muertes o muerte cerebral
de causa anestésica, del 65% entre los años 1985 y 1992 al 35% entre los años 1993 y 1999.
Clasicamente se ha dividido la vía aérea en una porción superior y una porción inferior,
límite dado por el nivel de las cuerdas vocales o glotis. Esta división tiene varios fundamentos, en
primer lugar la vía aérea subglótica es una cavidad estéril por lo que su instrumentación constituye
la ruptura de una barrera fisiológica a la infección. En segundo lugar, la apertura y cierre de las
cuerdas vocales con cada inspiración – espiración respectivamente permite mantener un PEEP
(Positive End Expitatory Preasure) fisiológico de aproximadamente 2 cmH2O que previene la
atelectasia alveolar durante la fase espiratoria de la ventilación espontánea, por lo que la presencia
de un Tubo Endotraqueal (TET) elimina este factor protector y hace al pulmón mas susceptible al
Atelectrauma.
La vía aerea superior se puede dividir en 3 porciones: cavidad nasal, cavidad oral y faringe.
La vía aérea inferior esta compuesta por la Laringe, Tráquea, Broquios Principales y sus posteriores
divisiones hasta llegar al alvelolo, la unidad anátomo – funcional del intercambio gaseoso. A
continuación revisaremos los hitos más importantes de cada porción utilizando como medidas de
referencia las de un paciente adulto, con las debidas consideraciones acerca de la vía aérea
pediátrica.
La cavidad nasal es la principal vía de ingreso de aire a la vía aérea y representa 2/3 de la
resistencia total al flujo de aire. Se extiende desde las aperturas anteriores (narinas) hasta las
posteriores (coanas), dividida en su parte medial en 2 cámaras por el tabique nasal. El techo de cada
cámara está dado por la lámina cribosa del hueso etmoides, estructura frágil cuya lesión
frecuentemente se asocia con fracturas de la base del cráneo, por lo que ante la sospecha de dicha
lesión se debe evitar la instrumentación vía nasal de la vía aérea por la posibilidad de ingresar a la
bóveda craneal y lesionar estructuras encefálicas. El piso de la cavidad nasal está formado por el
paladar que la separa de la cavidad oral.
Las paredes laterales están formadas por los huesos etmoides y maxilar desde los cuales
protruyen los cornetes nasales, estructuras oseas recubiertes de mucosa bajo las cuales se
encuentra un conducto o turbina que permite el paso y entibiado del aire y un orificio que permite
el drenaje de los senos paranasales y los conductos lacrimales. Los cornetes superiores y medio
provienen del etmoides, mientras que el inferior articula con el maxilar pero es un hueso
independiente. Importante es considerar que cualquier dispositivo que ingrese a la cavidad nasal
pasará por debajo del cornete inferior. La permanencia de un dispositivo vía nasal favorece la
obstrucción del drenaje de los senos paranasales, aumentando la incidencia de sinusitis.
La cavidad oral se extiende desde los labios por anterior hasta los pliegues palatoglosos por
posterior. En tu parte anterior merece especial consideración el tamaño de los incisivos y la apertura
bucal que pueden transformarse en factores de dificultad en la intubación. Una apertura bucal
menor a 2 cm es un indicador de intubación imposible. Su porción posterior se encuentran los
pilares que se agrupan en 2 pares, uno anterior (glosopalatino) y uno posterior (faringopalatino),
entre ellos se ubican las amígdalas. La rotura de los pilares pruducto de maniobras bruscas durante
la intubación causa sangrado profuso y difícil de cohibir. La hipertrofia del tejido amigdalino puede
constituir también una dificultad.
Faringe
Es una estructura tubular que mide entre 12 y 15 cm en el adulto que se extiende desde la
base del cráneo hasta nivel de C6 donde se continúa con el esófago, formada por 3 capas de
musculos constrictores que permiten el paso del bolo alimenticio. La parte baja del musculo inferior
se inserta en el cartílago cricoides originando el músculo cricofaríngeo o esfínter esofágico superior,
última barrera a la regurgitación de contenido gástrico. En el paciente inconciente o anestesiado,
dicho esfínter disminuye o pierde su tono, aumentando el riesgo de aspiración. En su cara anterior
se comunica con las distintas cavidades dando origen a la Nasofaringe, Orofaringe y Laringofaringe
(Hipofaringe). La estructura tubular de la faringe es mantenida por el tono de los musculos que
conforman su pared, por lo que la pérdida de éste la hace proclive al colapso.
PALADAR DURO
CAVIDAD NASAL
NASOFARINGE
CAVIDAD ORAL
PALADAR BLANDO
LENGUA OROFARINGE
LARINGE
EPIGLOTIS
CARTILAGO CRICOIDE
CUERDA VOCAL
ESOFAGO
TRAQUEA
Constituye un estructura tubular que en esencia es la válvula que divide la vía aèrea en
superior en inferior, mide entre 5 y 7 cm y se ubica entre los niveles C4 y C6, comunicándose por
arriba con la faringe y por abajo con la tráquea. Consta de 9 cartílagos, 3 estructuras cartilaginosas
principales únicas (Epíglotis, Tiroides y Cricoides) y 3 pares (Aritenoides, Corniculados y
Cuneiformes) de menor tamaño. Los musculos intrínsecos participan de apertura – cierre de la glotis
y tensión las cuerdas vocales, mientras los extrínsecos se encargan de la elevación – descenso de la
laringe durante la deglución.
El Hueso Hioides se ubica a nivel de C3, entre la mandíbula y la laringe. No forma parte de
la estructura laríngea propiamente tal, pero en él se insertan diversos ligamentos y participa del
proceso de la deglución.
Tráquea y Bronquios
Estructura tubular que se extiende entre los niveles C6 y T5, limita por arriba con el cartílago
cricoides y por abajo con la carina donde se divide en los 2 bronquios pricipales. Mide entre 10 y 15
cm de largo y su diámetro promedio es de 2,5 cm. Está formada por 18 a 22 cartílagos incompletos
en forma de herradura abiertos en su parte posterior, con alturas variables entre si, conectados
anteriormente por tejido fibroelástico y posteriormente por el músculo traqueal. Su región posterior
o zona membranosa es el sitio más frecuente de lesión por instrumentación de la vía aérea. En su
región proximal ocupa la línea media, mientras en su proción distal es desplazada a la derecha por
el arco aórtico.
La Carina se ubica a nivel de T5, dando origen a los bronquios principales derecho e
izquierdo. El bronquio izquierdo mide 3 a 7 cm y deja la carina en un ángulo de 45 en relación a la
tráquea. El bronquio derecho mide cerca de 2 cm y deja la carina en un ángulo de 25 a 30 en
relación a la tráquea. El desplazamiendo de la tráquea hacia la derecha y el ángulo de salida del
bronquio derecho son los factores que influyen en la tendencia del TET de ir hacia dicho lado al
insertarlo con demasiada profundidad.
Existen diferencias notables entre la vía aérea del adulto y la del niño, algunas por
diferencias en la vía aérea propiamente tal, como otras dadas por estructuras distintas.
La cabeza del niño es proporcionalmente mas grande que la del adulto y el hueso occipital
en mas prominente, lo que puede llevar a subestimar el tamaño de la mascarilla facial a utilizar.
Producto de esta diferencia anatómica, en posición supina la cabeza del niño tiende a la flexión,
faroreciendo la obstrucción de la vía aérea. Una forma de solucionar dicha situación es colocar,
siempre que sea posible, algún elemento bajo los hombros del niño que permita alinear en un
mismo plano el conducto auditivo externo con la cara anterior del hombro. La cara más ancha y
aplanada puede dificultar la adaptación de la mascarilla facial. El cuello es corto y el mentón choca
con el tórax a nivel de la segunda costilla en el niño pequeño.
El ángulo de la mandíbula es de 140o en el lactante, comparado con los 120o del adulto, lo
que puede suponer una dificultad en la ventilación con bolsa – mascarilla.
La laringe se encuentra a un nivel más alto (C3 – C4) y en un plano más anterior que
en el adulto. Esto hace dificíl su visualización mediante la laringoscopía directa. La laringe del niño
es una estructura menos rígida y por tanto más colapsable. Si la vía aérea superior no está
permeable, la presión negativa generada al inicio de la inspiración puede colapsar también la vía
aérea inferior. El descenso del nivel de la laringe se produce en 2 periodos, el primero cerca de los
3 años y el segundo durante la pubertad (por crecimiento del cartílago tiroides).
La vía aérea del adulto tiene una estructura tubular, a diferencia de la pediátrica que es de
forma cónica. En el adulto el punto mas estrecho de la vía aérea está a nivel de las cuerdas vocales
mientra en el niño está a nivel del cartílago cricoides. Esto supone un cuff fisiológico y por tanto en
pacientes pediátricos no está indicada de rutina la utilización de TET con manguito.
Esternón de consistencia blanda, base inestable para las costillas, que son casi
horizontales. Las costillas inferiores carecen de movimiento, al contrario que en niños mayores y
adultos, por lo la expansión anteposterior y transversal del tórax es menos acentuada en el recién
nacido y lactante menor y su ventilación es fundamentalmente diafragmática. Los músculos
intercostales son poco desarrollados y los músculos accesorios proporcionan muy poca asistencia
en caso de ser requeridos.
Indicaciones:
Son aquellos que no satisfacen las demandas ventilatorias del paciente y en consecuencia,
la FiO2 también es imposible de determinar.
Mascarilla Simple:
Con esta mascarilla teóricamente se pueden lograr mayores FiO2 (0,35 a 0,5) que con la
naricera y se debe utilizar con flujos de al menos 5 l/min para evitar la reinhalación del gas espirado
hacia la mascarilla. La principal desventaja con respecto a la naricera, es que el paciente debe utilizar
un sistema alternativo durante la alimentación.
Existen dos variantes de mascarillas con reservorio de O2. La mascarilla con reinhalación
parcial y la mascarilla sin reinhalación. El flujo de oxígeno va desde la fuente al reservorio, y desde
éste a la mascarilla, sin embargo, en el caso de la mascarilla con reinhalación parcial, parte del aire
exhalado, puede ser nuevamente inspirado por el paciente. Para disminuir esta probabilidad, el
reservorio debe permanecer siempre con contenido de oxígeno, y nunca colapsarse. Para esto es
necesario utilizar un flujo de al menos 8 a 10 l/min. La FiO2 que es posible desarrollar con este tipo
de mascarilla va entre 0,4 y 0,7, pero como todo sistema de bajo flujo, depende del patrón
ventilatorio del paciente.
Este tipo de mascarilla utiliza el principio físico descrito por Bernoulli, que explica el
comportamiento de un fluido que se mueve a lo largo de un conducto cerrado. Cada mascarilla tipo
venturi está diseñada para trabajar con flujos de oxígeno específicos, combinado con aberturas de
tamaño determinado, generando grandes flujos finales de gas con una FiO2 conocida.
Pueden considerarse como sistemas de oxigenoterapia de alto flujo otros equipos como los
generadores de flujo utilizados en ventilación mecánica no invasiva, también conocidos como BiPAP,
y los ventiladores mecánicos, pese a que su propósito primordial no es sólo el aporte de oxígeno.
Humidificación:
Humidificador de Burbuja
Humidificador de Sobrepaso
Intercambiador Calor Humedad
Existen diferentes métodos que permiten solucionar las dificultades para mantener
espontáneamente la permeabilidad de la vía aérea. Estos métodos se pueden clasificar en tres
categorías; manual, mecánico y transtraqueal.
MÉTODO MANUAL
El control manual de la vía aérea se logra a través de dos maniobras, una llamada Maniobra
Frente-Mentón (o Maniobra de Safar) y otra llamada Subluxación de la Mandíbula (o Tracción
Mandibular). En pacientes Inconcientes Con Pulso, la sóla apertura de la vía aérea mediante técnicas
manuales puede ser suficiente para la reanudación del esfuerzo respiratorio espontáneo.
En niños menores de 2 años, se debe colocar el paciente sobre una superficie dura con el
mentón elevado. Estos pacientes no requieren desplazamiento anterior del cuello ya que éste se
produce naturalmente al tener un occipucio más prominente. La elevación de los hombros mediante
cojines facilita la maniobra.
MÉTODO MECÁNICO
Cánula Orofaringea
En el adulto con trauma, así como en el niño menor de 8 años, la cánula se introduce en la
misma posición en que va a quedar, es decir con la concavidad hacia la lengua y con la ayuda de un
bajalenguas. En el adulto sin trauma ni sospecha de ello se introduce en posición invertida y se gira
en 180 hacia la posición final a medida que se introduce en la boca. Una alternativa es insertarla
de costado con la concavidad hacia lateral y girarla en 90 para posicionarla.
Dispositivo Nasofaríngeo
Es tubo de goma o plástico blando con un extremo en bisel que crea un conducto para el
flujo aéreo entre las narinas y la faringe. Se puede usar en paciente concientes, pacientes con
deterioro neurológico, hipotónicos y que mantienen reflejo nauseoso ya que es mejor tolerada que
el dispositivo orofaríngeo.
Para su inserción se debe previamente elegir el tamaño, se debe utilizar una cánula cuya
longitud sea igual a la distancia entre la aleta nasal y el conducto auditivo externo. Antes de
introcucirla se debe lubricar el dispositivo con un lubricante hidrosoluble como la glicerina, se
inserta con delicadeza y movimientos rotatorios cerca de la línea media a lo largo del piso de la fosa
nasal hasta la faringe posterior, más allá de la lengua. Si se encuentra resistencia al introducirla,
retírela 1 a 2 cm e intente nevamente. Si sigue existiendo resistencia, retírela completamente e
intente por el otro orificio nasal. No se deben realizar repetidos intentos de instalación.
Existen también complicaciones de su mala utilización. Si el tubo es muy largo puede entrar
en el esófago ocasionando distención gástrica e hipoventilación durante la respiración asistida. Es
mejor tolerada en pacientes concientes, sin embargo también puede producir vómito y espasmo
laríngeo. La inserción del dispositivo puede ocasionar hemorragia de la mucosa nasal y posible
aspiración de sangre hacia la tráquea.
Aspiración de secreciones
Los dispositivos de aspiración portátil son fáciles de transportar, pero pueden no tener la
potencia de aspiración suficiente. Por lo general se requiere una fuerza de aspiración de 60 a 80
mmHg en neonatos, 80 a 120 mmHg en niños y 100 a 120 mmHg en adultos para lograr retirar
secreciones espesas. Una unidad de aspiración fija en óptimas condiciones debe generar un vacío
de 300 mmHg cuando el tubo está pinzado y en aspiración completa. A fin de no traumatizar la via
aérea, el dispositivo debe tener un regulador de aspiración ajustable para cuando se emplea en
niños o en pacientes intubados. Siempre se deben unir tubos no colapsables y de gran calibre a la
unidad de aspiración, y se debe disponer de sondas rígidas o semirígidas para aspiraciones faríngea.
Los catéteres de aspiración plástico flexibles son útiles para aspirar secreciones fluidas
desde un Tubo traqueal (TT), la nasofaringe o la boca. Los catéteres o sondas de aspiración tiene
varios diseños, lo habitual es que midan aproximadamente 56 cm de largo y poseen diferentes
medidas en French referente a la circunferencia externa, si esta fuera muy grande en relación a la
vía aérea se producirá hipoxia y atelectasias rápidamente, por lo que lo ideal es que el diámetro del
catéter sea una vez y media menor que el diámetro del TT. Para calcular la medida ideal de la sonda
se multiplica por 2 el número del tubo y se utiliza la sonda con la medida inmediatamente inferior
al resultado de la multiplicación. Por ejemplo: si el diámetro del tubo es 8 mm, se multiplica por 2
y el resultado es 16, entonces la sonda a elegir será de 14 French.
Una vez que se ha permeabilizado efectivamente la vía aérea, se debe evaluar la calidad de
la respiración. Evalúe la frecuencia respiratoria, la expansión torácica, el uso de musculatura
accesoria, el color del paciente y la Oximetría de Pulso si está disponible. Si la ventilación es fectiva
y el paciente no presenta trauma, puede dejarlo en posición de seguridad y aportar Oxígeno de ser
necesario, las recomendaciones actuales mencionan sólo administrar la FiO2 (Fracción Inspirada de
Oxígeno) necesaria para lograr una Oximetría de 94%. Oximetrías mayores a 94% en pacientes que
reciben oxígeno suplementario se correlacionan con PaO2 mayores a 100 mmHg, apareciendo
riesgo de toxicidad por oxígeno. Sin embargo, ante Oxímetría desconocida en pacientes con
dificultad respiratoria, la recomendación es administrar Oxígeno 100% y titular posteriormente.
Utilizar el dispositivo Blosa Mascarilla sin conección a Oxígeno entrega sólo la FiO2
ambiental, es decir 21%. Si se utiliza oxígeno suplementario, puede entregar FiO2 entre 24% y 40%,
Para pacientes sin pulso, se deben realizar 2 ventilaciones luego de cada 30 compresiones
si no hay un dispositivo avanzado para la vía aérea colocado, pero no debe tardar mas de 10
segundos en ello. Para pacientes que no respiran, o no lo hacen adecuadamente pero tienen pulso,
La Maniobra de Sellick, o presión cricoídea, puede ser de utilidad para prevenir la aspiración
de contenido gástrico. Consiste en tomar con los dedos pulgar e índice el cartílago Cricoides y
desplazarlo hacia posterior, ocluyendo de esta manera el esófago entre el cricoides y la columna
cervical. No está claro su real utilidad, sin embargo muchos especialistas recomiendan utilizarlo de
existir un operador disponible. A partir de las Guías AHA 2010 no se recomienda su utilización de
forma rutinaria durante la RCP ya que puede obstruir aún más la vía aérea, no prevenir
considerablemente la aspiración y dificultar la instalación de un TET.
Una maniobra aparentemente similar, pero que persigue un objetivo distinto es la maniobra
BURP (Back Up Rigth Position). Esta maniobra consiste en tomar el cartílago Tiroides y llevarlo hacia
un plano posterior, cefálico y a la derecha del paciente. Durante un intento de intubación con
laringoscopía directa, la maniobra BURP lleva la glotis hacia el campo visual del operador.
Una vez que se ha logrado el RCE y como parte de los Cuidados Post Reanimación, la
instalación de un dispositivo avanzado para la vía aérea puede ser de utilidad, en especial si el
paciente va a ser trasladado a otra unidad o centro asistencial. Para la elección del dispositivo a
utilizar se consideran varios factores, entre ellos el objetivo final de su instalación, la disponibilidad
de dispositivos y las competencias del operador.
Existen distintos dispositivos avanzados alternativos para el manejo de la vía aérea, con
múltiples variaciones de cada uno de ellos. Una clasificación fundamental es entre aquellos
dispositivos que atraviesas la barrera impuesta por las cuerdas vocales (Dispositivos Intraglóticos) y
auqellos que quedan posicionados fuera de ella (Dispositivos Extraglóticos).
El manejo avanzado de la vía aérea y la elección del dispositivo a utilizar han planteado
desde siempre interrogantes que es necesario resolver sistemáticamente, apareciendo producto de
dicha necesidad el concepto de Vía Aérea Difícil.
La vía aérea difícil (VAD) puede definirse como la complicación en el acceso al conducto por
el cual pasa el aire desde la nariz o la boca hacia los pulmones. La ASA (American Society of
Anesthesiologist) define la VAD como la situación clínica en la cuál un Anestesiólogo con
Entrenamiento Convencional experimenta dificultad para la ventilación con una mascarilla facial
(no se puede mantener la saturación de oxígeno por arriba de 90% administrando oxígeno al 100%),
dificultad para la intubación traqueal o ambas. La VAD representa una compleja interacción entre
factores del paciente, el entorno, habilidades y preferencias del operador. Se puede declarar la
presencia de una VAD cuando se han realizado más de tres intentos con laringoscopía convencional
en las condiciones ideales, es decir, con un operador experimentado y en las mejores condiciones
clínicas. Entidades clínicas que han sido asociadas a una VAD son:
Intubaciones previas
Patología respiratoria
Alteraciones dentarias
Artritis reumatoide
Coagulopatías
Síndromes congénitos
Diabetes Mellitus
Patologás maxilofaciales ( incluido el trauma)
Obesidad
Si bién existe una serie de escalas para clasificar a los pacientes y predecir una VAD antes
de la intubación traqueal, se ha demostrado que éstas por si solas no aseguran una evaluación
certera del paciente. Lo más correcto y que da una noción más acertada es la combinación de los
sistemas de evaluación en el adulto. Esta debe considerar el tamaño de la lengua, la movilidad del
cuello, la proximidad de la laringe a la base del cuello y la distancia entre los incisivos superior e
inferior. A continuación se mencionan algunos indicadores de VAD.
Escala de Mallampati (modificada por Samson y Young) que mide los grados de acuerdo a
las estructuras visibles con el máximo de apertura bucal que tenga la persona.
Escala de Patil–Aldreti para valorar la distancia entre la escotadura del cartílago tiroides y el
mentón (Distancia Tiro-Mentoniana), realizada con el paciente en sedente, cuello extendido y boca
en máxima apertura. Un valor menor a 6 cm (Clase III) es predictor de intubación difícil.
Clase I Más de 13 cm
Clase II 12 a 13 cm
Clase III 11 a 12 cm
Clase IV Menos de 11 cm
Escala para valorar el grado de movilidad de la cabeza y el cuello con respecto a los 35° de
movilidad normal (Escala de Bellhouse-Doré)
Clase I Ninguna
Clase II 1/3
Clase III 2/3
Clase IV Completa
Parametros de las escalas anteriores para clasificar a los pacientes como con VAD hecha por
Benumof.
Existe en diferentes medidas, desde el 2.5 al 9.0, número que representa su diámetro
interno en milímetros. Existen diferentes recomendaciones para la elección del tamaño apropiado.
En adultos por regla general se utilizan los tamaños 7.0 a 8.0 en mujeres y 7.5 a 8.5 en hombres.
Para pacientes pediátricos se utiliza una fórmula que permite elegir el tamaño de acuerdo a la edad,
(Edad / 4) + 4. Por ejemplo, para un paciente de 2 años, (2/4) + 4, TET 4.5. Para recien nacidos,
podemos utilizar la siguiente tabla propuesta por el Programa de Reanimación Neonatal de la
American Academy of Pediatrics (AAP):
Como las recomendaciones anteriores no son medidas exactas, se debe disponer siempre
de un TET del tamaño inmediatamente inferior y superior al estimado al realizar un intento de
intubación.
En el dorso del dispositivo y siguiendo su curvatura mayor, se encuentra una línea raio opaca
que corre de extremo a extremo. Una vez instalado el TET y confirmada su posición de vía aérea, la
línea radio opaca permite constatar la distancia entre el extremo del TET y la carina.
En el extremo proximal, los TET así como otros dispositivos avanzados, posee un conector
estándar con un diametro externo de 15 mm. Este conector universal permite conectar el TET a un
resucitador manual de cualquier marca, así como a sistemas electrónicos de ventilación.
Algunos TET cuentan con un manguito o cuff unos centímetros antes de su extremo distal.
Dicho manguito en un reservorio de alto volumen/baja presión que permite realizar un sello
hermético entre el TET y la pared interna de la tráquea. Como se mencionó anteriormente, las
características de la vía aérea del adulto y la del niño son distintas, lo que hace que estos manguitos
rara vez sean necesarios en niños pequeños. La presión de perfusión de la mucosa traqueal en
pacientes normotensos es de 25 a 30 mmHg, por lo que presiones de inflado del cuff mayores a ese
valor pueden producir isquemia y necrosis de la mucosa. La presión ideal de inflado del manguito
va de 18 a 30 mmHg, valores inferiores a estos valores permitirán fugas excesivas de aire que
dificultarán la administración de la ventilación. Estos manguitos existen también en varias formas,
algunas circulares y otras alargadas. Aquellos manguitos circulares concentran la presión en un área
menor de la mucosa con un mayor potencial de producir lesión, e cambio aquellos alargados
distribuyen la presión en un area más extensa de la mucosa por lo que podrían ser mas seguros.
Apnea
Incapacidad para mantener por si solo la permebilidad de la vía aérea
Compromiso potencial o inminente de la Vía Aérea
Incapacidad de mantener la oxigenación adecuada con dispositivo de mascarilla
TEC con Escala de Coma de Glasgow a 8 puntos
Politraumatizado con Escala de Coma de Glasgow a 10 puntos
Laringoscopio
La hoja de laringoscopio es una estructura plana, que permite apartar y sostener la lengua
para la visualización de la glotis. Existen en varios materiales siendo las más frecuentemente
metálicas, desechables y reutilizables. En su extremo proximal posee su sitio de anclaje al mango y
en su extremo distal cuenta con una fuente de luz dada por una bombilla o ampolleta, o bien por
fibra óptica. Existen varios tipos de hojas, y dentro de cada tipo encontramos distintas medidas. Los
2 tipos más comunes son las hojas curvas o Macintosh y las hojas rectas o Miller. La utilización de
una u otra depende de las características del paciente y la preferencia personal del operador,
aunque la literatura recomienda la utilización de hojas Mac en pacientes adultos y hojas Miller en
pacientes pediátricos. La hoja Mac tiene su extremo distal engrosado y romo, y está diseñada para
ubicarse en el surco glosoepiglótico y elevar la epíglotis por estimulación del ligamento del mismo
nombre. La hoja Miller no posee dicho engrosamiento y está diseñada para levantar directamente
la epíglotis y exponer las cuerdas vocales. Otras variaciones de los tipos de hoja mencionados le
confieren características adicionales, por ejemplo la Hoja McCoy es en esencia una Hoja Mac con un
extremo distal móvil que permite mediante el accionamiento de un control ubicado en el mango,
elevar la epiglotis.
Estilete de Intubación
Monitorización
Técnica de Intubación
Una vez posicionado el TET, se debe retirar con cuidado el estilete si se había utilizado,
fijando firmemente el TET e inflar el manguito para proceder a corroborar su correcta ubicación.
Existen métodos primarios y secundarios de verificación de la correcta ubicación del TET. Los
primarios son elementos clínicos como la visualización del TET pasando entre las cuerdas vocales, la
elevación del tórax al comprimir la bolsa de reanimación, la presencia de vapor de agua en la pared
interna del TET durante la exhalación, el aumento de la frecuencia cardíaca y Oximetría de pulso
inicialmente bajas y la aucultación de 5 puntos. Para auscultar, se debe realizar primero a nivel del
epigastrio ya que la presencia de burbujeo a éste nivel al comprimir la bolsa indica que el TET se
encuentra en esófago y se debe retirar inmediatamente. De no existir burbujeo en epigastrio, se
deben aucultar la región axilar izquierda y luego la derecha para terminar con ambas bases
pulmonares. Un TET bien posicionado genera ruidos simétricos en ambos campos pulmonares y
ausencia de ruidos en epigastrio. En el caso de pacientes pequeños se debe utilizar idealmente un
Fonendoscopio pediátrico ya que utilizar uno de tamaño adulto puede llevar a confusión por
transmisión de sonidos en un tórax pequeño.
El detector esofágico es una pera de goma autoinflable que se conecta desinflada al extremo
del TET. Si el TET está en vía aérea, no será difícil extraer aire de ella y el detector esofágico
recuperará rapidamente su forma original. Si el TET está en esófago el autoinflado de la pera de
goma hará colapsar sus paredes y no volverá a expandirse.
El detector colorímetro de CO2 es un dispositivo de un solo uso que se conecta entre el TET
y la bolsa de reanimación. Luego de aproximadamente 5 ventilaciones, si el TET está en vía aérea el
detector cambiará de color de púrpura a amarillo. Si el TET no está en vía aérea el detector no
mostrará cambios. Entre sus desventajas se encuentra que si el flujo sanguíneo pulmoner es
demasiado bajo (PCR, TEP) el dispositivo podría mostrar un falso negativo. Otra desventaja es que
sólo permite conocer la correcta ubicación inicial del TET, pero no un posterior desplazamiento.
Una vez confirmada su correcta ubicación, se fija correctamente con el método disponible
y se debe corroborar la adecuada profundidad de la línea radiopaca del TET con una Radiografía de
Tórax AP.
Los dispositivos extraglóticos para el manejo de la vía aérea incluyen aquellos cuyo extremo
se ubica fuera de la región estéril de la vía aérea. Constutiyen una alternativa ante la intubación
fallida o necesidad de manejo avanzado de la vía aérea en ausencia de un operador experimentado
en intubación traqueal, disminuyen el espacio muerto en comparación a la ventilación con
mascarilla facial, no dañan las cuerdas vocales y mantienen el efecto protector que éstas ofrecen
ante el atelectrauma. Dentro de esta categoría podemos mencionar varios dispositivos y distintas
variantes de cada uno, que comparten la característica de insertarse a ciegas, es decir, sin la
necesidad de realizar una laringoscopía directa, lo que permite una fácil intalación con un menor
entrenamiento. Sin embargo, debido a que cuentan con un manguito de baja presión, no ofrecen
una protección completa ante el riesgo de aspiración como si lo hace el TET, por lo que su instalación
correcta no asegura la no aspiración de contenido gástrico. Estos dispositivos fueron diseñados para
su uso es la sala de operaciones, es decir en pacientes con estómago vacío, por lo que su uso en el
contexto de la atención de urgencia debe considerar los riesgos y beneficios. A continuación se
expondrán las características y técnica de instalación de los dispositivos extraglóticos más comunes.
Dispositivo que remeda a la mascarilla facial, pero con la característica de que el sello se
realiza a nivel de la hipofaringe. Su instalación a ciegas se basa en la alta probabilidad (90%) de que
un dispositivo insertado por vía oral realice un trayecto hacía la vía digestiva, bloqueando
parcialmente el extremo proximal del esófago y envolviendo con su manguito la entrada de la
laringe. Para esto dispone en su extremo inferior de una estructura piriforme con un orificio central
y rodeado de un manguito que, una vez inflado, permite la adaptación de la misma a la entrada de
la laringe. Esta estructura está unida a un tubo de silicona que en su extremo proximal tiene un
conector universal de 15 mm, no posee látex en su composición. El inflado del manguito se realiza
a través de un canal diseñado para ello que cuenta con un balón piloto y una válvula unidireccional
a la cual se conecta una jeringa. Existe en distintos materiales, algunos desechables y otros
reutilizables, pero su manejo es esencialmente el mismo. Para su elección se utiliza el peso del
paciente. Existen máscaras laríngeas para pacientes de todos los tamaños, desde el número 1 para
pacientes de menos de 5 kg hasta mascarillas número 6 para pacientes de 100 kg y más. Cada
máscara laríngea además de estar rotulada con el número del tamaño (nº1 al nº6) , indica el rango
de peso para el cuál es adecuada y la cantidad máxima de aire que se debe utilizar para inflar el
manguito y obtener un buen sello.
En ese momento se retira la mano guía realizando una pequeña presión hacia abajo con la
otra mano sobre el tubo de silicona hasta sentir un tope, que indica la insinuación de la punta de la
máscara en la porción proximal del esófago. Se procede entonces al inflado del manguito. Una vez
inflada es probable que la máscara tenga un ligero desplazamiento hacia afuera debido a la
acomodación del manguito en la hipofaringe, no se debe introducir más. Una vez posicionada se
debe confirmar su ubicación mediante visualización de la elevación torácica y auscultación. Se
puede fijar con cinta o con un dispositivo de fijación, al igual que un TET.
Existen algunas variantes de máscara laríngea que poseen prestaciones adicionales y tienen
algunas diferencias en su modo de uso, entre las que se encuentran la máscara laríngea de
intubación (Fastrach), máscara laríngea Proseal y máscara laríngea Supreme.
Posee en su extremo distal una barra elevadora de la epiglotis, la cual la desplaza hacia
arriba al pasar el TET. La técnica de colocación es similar a la de la LMA convencional, pero al tomarla
desde su mango metálico se facilita su instalación. Está construida en materiales de fácil limpieza y
esterilización. Entre sus desventajas está que no existen tamaños para pacientes de menos de 30
Kg.
Variante de la mascarilla laríngea convencional, que reúne propiedades de las LMA Fastrach
y Proseal. Sus características principales son un lumen mas corto que la LMA convencional y más
rígido, pero su fabricación es en material no metálico y no permite la intubación a través de ella. Al
igual que la mascarilla laríngea Proseal, posee un segundo lumen para el paso de una sonda gástrica
pero utiliza la línea media desde su origen hasta la desembocadura en su extremo distal, lo que
impide acodamientos de dicha sonda o atrapamientos de la misma. Debido a su rigidez, la técnica
de inserción es la misma que para la mascarilla laríngea Fastrach.
Tubo con forma de S inicialmente cerrado en su parte distal, aunque los desarrollados mas
recientemente poseen un extremo distal abierto que permite el paso de una sonda gástrica a través
de un segundo lúmen. Se instala a ciegas, siguiendo la regla de que en más del 90% de los casos el
dispositivo se introduce en esófago. Posee dos balones, uno proximal de gran tamaño (50 a 80 ml)
que queda situado en la orofaringe cuya función es fijar el tubo a este nivel y un segundo balón de
menor tamaño (5 a 8 ml) a nivel distal, el cual debería quedar situado en esófago, sellándolo al ser
inflado.
Ambos balones se inflan a través de una misma válvula. Entre ambos balones, en la zona del
Tubo Laríngeo que enfrenta la entrada de la laringe, existen perforaciones por las cuales se
administra la ventilación. En su extremo proximal tiene un adaptador universal de 15 mm junto al
cual se encuentra la entrada para el lumen gástrico (si dispone de el). Cerca del conector universal
posee 2 líneas negras entre las cuales se debe ubicar la arcada dentaria superior.
Existen 7 tamaños de Tubo Laríngeo, 4 para adultos y 3 para niños. Los 4 tamaños para
adultos se eligen de acuerdo a la estatura del paciente, mientras que los 3 tamaños para niños se
eligen de acuerdo al peso. Cada tamaño posee un conector universal de distinto color y el LT trae
en su kit una jeringa de 60 ml graduada de acuerdo a dichos colores, lo que permite identificar
rápidamente el volumen a utilizar. Además, el kit trae una cinta que permite estimar la estatura del
paciente y elegir el tamaño adecuado de LT en cada caso.
Para su inserción, previamente elegido el tamaño del LT, se introduce hasta que la arcada
dentaria superior se ubique entre ambas marcas negras. Una vez posicionado, se inflan ambos
Debe ser utilizado solamente por personal entrenado, ya que se han descrito
complicaciones graves e incluso mortales relacionada con su uso inadecuado, fundamentalmente
durante la inserción. El dispositivo se inserta a ciegas, hasta que la arcada dentaria se sitúa entre las
2 marcas negras impresas en el tubo. Debido a la anatomía de la vía aérea y a las características del
dispositivo, es más probable que el Combitubo ingrese al esófago (90%) que a la tráquea. Una vez
en su lugar, se inflan ambos manguitos y se intenta la ventilación por el lumen n°1 visualizando si
hay expansión torácica y auscultando en 5 puntos.
Esta una fase crucial de la SIR, ya que en situaciones de extrema urgencia debe ser muy
breve y por tanto, a veces, incompleta. Existe la necesidad de tener todo el material previamente
ordenado y revisado.
El responsable de la intubación debe decidir si está indicada la SIR o alguna
de las modalidades alternativas de control de vía aérea, que requieren otras técnicas y secuencias
de actuación
Preoxigenación:
Oxígeno a alto flujo (12-15lt/min) con mascarilla con reservorio y no reinhalación durante 5
minutos (si la situación clínica lo permite).
Oxígeno a alto flujo (12-15lt/min) con mascarilla con reservorio y no reinhalación durante
mínimo 3 minutos.
Oxígeno a alto flujo (12-15lt/min) con mascarilla con reservorio y no reinhalación /
mascarilla tipo venturi (FiO2 50% - 15lt/min) y de 4 a 8 inspiraciones máximas consecutivas,
lo que requiere la cooperación del paciente.
Algunos pacientes deben que ser ventilados manualmente antes de la inducción, siempre
con oxígeno a flujo máximo y ajuste cuidadoso de mascarilla (idealmente técnica con 2
personas), administrando insuflaciones suaves, con presión cricoidea y acoplándose a la
respiración espontánea del paciente mientras esta persista, con el único objetivo de
mantener SatO2 por sobre 90%, hasta que se complete la IOT.