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Universidad Central del Ecuador

Escuela de Sociología y Ciencias Políticas


Formación Social Latinoamericana I
Nombre: Vanessa Arreyes
Curso: 4° semestre – Sociología. Semana N° 1

Stefanoni, Pablo (2012): Posneoliberalismo cuesta arriba. Los modelos de Venezuela, Bolivia y
Ecuador en debate. En Nueva sociedad N.° 239, Menos desigualdades, ¿más justicia social?, mayo-
junio 2012.

Pablo Stefanoni es un periodista, economista y doctor en historia. Actualmente, es editor jefe de la


revista Nueva Sociedad. Fue director de Le Monde Diplomatique-Bolivia y miembro del consejo
editorial del semanario Pulso. Es coautor de La revolución de Evo Morales y de Debatir Bolivia.
La presente obra se enmarca dentro de los estudios a los gobiernos postneoliberales en nuestra
región, en este caso particular, en los países andinos.

El objetivo del autor es plantear y analizar las políticas sociales llevadas a cabo en Ecuador, Bolivia y
Venezuela durante el período postneoliberal. Su tesis principal consiste en demostrar que los
discursos revolucionarios de estos tres países distan de las políticas aplicadas. A partir de esta tesis el
autor organiza sus principales argumentos.

Los tres gobiernos pasaron a llamarse “revoluciones”, es decir, Revolución Ciudadana (Ecuador),
Revolución bolivariana (Venezuela) y Revolución Democrática y Cultural (Bolivia), pero no hubo un
quiebre o un nuevo pacto que significara un cambio radical con modelos de desarrollo anteriores. En
términos de Stefanoni “es el carácter extractivista de sus economías, las dinámicas rentistas que se
generan y la dificultad para comenzar a pensar transiciones posextractivistas de mediano o largo
plazo” (2012:52).

Es decir, sigue primando la renta extractivista en los objetivos de estos países, aunque a diferencia
de viejos extractivismos, se intenta modelar políticas redistributivas. Para sostener este argumento,
el autor realiza una descripción general de las medidas adoptadas en cada país.

En Venezuela, el propio Chávez habla del socialismo petrolero. Se realizaron políticas de “inclusión
masiva y acelerada a través de una distribución más justa de la renta petrolera” (Stefanoni,
2012:55), es decir, se articularon misiones que serían el eje central de la política bolivariana.
Misiones con objetivos de cubrir carencias en el área de salud, otras en el área de educación, salud,
alimentos a bajo precio. Estas misiones lograron el objetivo de bajar los niveles de pobreza pero la
crítica fundamental del autor es la falta de institucionalidad que no asegura cambios estructurales a
largo plazo.

En Bolivia, se aprovechó el auge económico minero para financiar políticas sociales. Se otorgaron
bonos a la niñez, a los ancianos, a las mujeres embarazadas, se redujo la edad jubilatoria, se
incentivó la alfabetización en áreas rurales, se aplicó un bono anual para discapacitados, se
proporcionó un seguro agrícola, entre otros. Todas estas medidas tuvieron un efecto positivo en la
reducción de la pobreza aunque la misma sigue siendo elevada. En este sentido, para Stefanoni el
alcance es insuficiente y “logran algo de distribución de renta y bastante de compensación
simbólica” (2012:61) ya que no hay un proyecto de largo plazo de conseguir una sociedad más
integrada y más justa.

En el caso de Ecuador, el autor realiza una salvedad ya que afirma que se hecho reformas
impositivas progresivas, a diferencia de los dos casos anteriores. También se han aplicado bonos de
salud, educación, vivienda, subsidios a servicios públicos y a alimentos de consumo popular. Las
medidas también han logrado disminuir la pobreza pero no así la pobreza indígena.

Retomando la tesis principal podemos afirmar el autor reconoce que los tres modelos han tenido
avances pero que no han logrado soluciones estructurales que se enmarquen en un nuevo modelo
de desarrollo, o también, en un nuevo rol de estado. No se ha logrado salir de la lógica extractivista,
y no han podido articular planes de acción de largo alcance más allá que paliar las situaciones más
emergentes. En conclusión, Stefanoni demuestra que el discurso no coincidió con la práctica, a
pesar de que todos los países mejoraron sus indicadores sociales pero aún siguen siendo
preocupantes.

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