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Con el paso del tiempo, los bebes aprenden a regular sus emociones, y los pueden reconocer
en los demás. Al pedirles que obedezcan a ciertas peticiones en las que no están de acuerdo,
algunos bebes pueden empezar a mostrar frustración. La razón de esto es que el cuidado de los
niños esta directamente relacionado con el temperamento. Esto significa que cada padre, madre
o cuidador debe saber identificar el temperamento de su hijo y actuar acorde a este. Sin
embargo, el temperamento no es algo permanente, por lo que, dependiendo de las reacciones
de los padres a las llamadas de atención de sus hijos, estos pueden moldear el comportamiento
de su bebe, y contribuyen a modelar la respuesta emocional del bebe. Si un adulto es
comprensivo y ayuda al bebe a superar sus dificultades, sin saberlo le está enseñando como
afrontar estas. A los 10 meses, los bebes son capaces de interpretar las expresiones faciales de
los adultos, y utilizan esta información como una guía para lo que tienen que hacer en
situaciones desconocidas o que presenten un reto. Al mismo tiempo, los padres son conscientes
de que tienen una herramienta a su disposición que puede influir en sus hijos. La manera en
que la gente reacciona hacia las expresiones del bebe basadas en su temperamento aporta en
gran manera a su desarrollo. En el caso de que no cuenten con la ayuda de nadie, los bebes
pueden controlar sus propias emociones por medio de distracciones externas (como por
ejemplo un televisor) y juegos imaginarios propios. En situaciones en las que los infantes están
expuestos a la ansiedad, es normal que dicen huir de ellas si se sienten incapaces de manejarlas.
Varios investigadores han demostrado que cuando los niños ya han alcanzado la edad de 24
meses, han adquirido por su propia cuenta las habilidades necesarias para serle frente a
situaciones de ansiedad y miedo.
Ante situaciones en las que los bebes están expuestos a la frustración, pueden reaccionar de
forma diferente dependiendo de su temperamento (pueden ser dramáticos, rebeldes o pacientes,
entre otros). Diferentes niños adoptan un estilo propio de ellos al momento en que se les
presentan este tipo de situaciones. Algunos de estos temperamentos pueden ser mas efectivos
que otros. Aunque posean emociones básicas de miedo, frustración, euforia y sorpresa,
conforme pase el tiempo van a ir adquiriendo diferentes tipos de emociones, y estas emociones
básicas se irán desenvolviendo de forma mas profunda. Los sentimientos que en estas etapas
aun no son conocidas por los bebes son los sentimientos de autoconciencia, incluyendo el
orgullo, la vergüenza y el pudor. Estos sentimientos solo se presentan cuando la misma
autoconciencia ha sido desarrollada. Esta fase aparece al haber cumplido los 2 años de vida.
Esto se puede ver de forma clara cuando los bebes son capaces de reconocerse en el espejo.
Los bebes que son autoconscientes pueden expresar vergüenza cuando son el centro de
atención. Las reacciones que pueden presentar al sentir vergüenza son tocarse el cuerpo y
sonreír. Por otro lado, el pudor es un sentimiento que puede manifestarse de diferentes maneras.
Acompañado de este pueden venir otros sentimientos, así como la misma vergüenza o la
negación, que hacen que el sentimiento de pudor no sea tan evidente. En contraste, el orgullo
es un sentimiento que es inconfundible, a pesar de que también puede venir acompañado de
otros sentimientos. Estos sentimientos de orgullo y de pudor solamente aparecen ya cuando el
bebe es consciente de sus propios logros y fracasos. Todas estas emociones van evolucionando
desde las primeras etapas del bebe hasta el resto de su vida. Eventualmente, serán capaces de
experimentar el amor, el cual los tomara toda la vida explorar.