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¿Por qué se producen las dificultades en la definición y delimitación del

Derecho Penal Económico?


Entre muchos de los factores que podríamos identificar, se encuentran
principalmente la falta de conciencia del tema, la violencia, la incultura, la
proyección individualista del hombre, la inseguridad pública agravada por la
difusión y sobredimensionamiento de la información sobre casos de delincuencia
relacionados con el Derecho penal Económico.
No poco debatido ha sido de igual forma el entendimiento del "orden económico";
para muchos no significa lo mismo que Economía. Mille16 plantea que la
economía es un hecho, un fenómeno cultural y social, que en su expresión más
sencilla puede existir con poco o sin protección jurídica, basada solamente en el
intercambio de productos entre los hombres, sin embargo, en la época actual, sin
un cierto orden, esa economía no puede prosperar, lo que permite afirmar que el
Derecho Penal Económico, protege la integridad de ese orden económico, no el
hecho económico en sí mismo. La protección penal, por consiguiente, debe o está
dirigida al amplio campo del fenómeno o actividad económica, y por supuesto a su
orden, que le es inherente. Esto es un principio válido para cualquier ordenamiento
jurídico vigente en un Estado de Derecho.

¿Cuáles son los aspectos más resaltantes de la lucha contra la criminalidad


económica?

Los aspectos más saltantes de la lucha contra la criminalidad económica que no


esta alejada de la criminalidad organizada, se encuentra básicamente en la
legislación internacional, las que provienen de países que por el impacto de su
desarrollo económico han experimentado las primeras manifestaciones de este
tipo de criminalidad y, consecuentemente sus legisladores han implementado
mecanismos de persecución, que más temprano que tarde han tenido que ser
copiados, mejorados y también aplicados en países emergentes como el nuestro.
Entre las que podemos identificar se encontrarían los siguientes.

a) la regulación del blanqueo de capitales.


b) la normativa sobre la usura.
c) la regulación del acceso a los mercados reglados
d) la protección de la libertad de competencia
e) la penalización como lavado de activos a los capitales provenientes de la
minería ilegal etc.

Explique usted porque el hecho se dirige contra los intereses sociales y


supraindividuales de acuerdo al Delito Económico y el Derecho Penal
Económico.
El Derecho que rige las relaciones entre los miembros de la sociedad civil
(políticamente organizada en un Estado o en otra estructura política) ha
experimentado importantes transformaciones si se compara con la situación de
finales del siglo XIX y principios del XX.
La regulación es más abundante y alcanza a los ámbitos más diversos de la vida
social. La causa principal radica en las importantes transformaciones producidas
en la realidad social regulada, debidas al desarrollo social, económico y
tecnológico. Esa realidad ha transitado desde un estadio en el que predominaban
las relaciones jurídicas singularizadas y aisladas entre sí, hacia otro estadio
caracterizado por el predominio de relaciones jurídicas masivas, de situaciones
jurídicas que afectan a conjuntos más o menos amplios de personas.

“En los últimos años el derecho penal económico ha alcanzado una gran
autonomía científica. Esto quiere decir que no solo ha tomado cierta distancia de
los principios y contenidos particulares del derecho mercantil, financiero o
bancario, sino que además, dentro mismo del derecho penal, es posible hablar de
aspectos propios y diferenciados del derecho punitivo aplicado a la economía. En
el pensamiento penal alemán, Klaus Tiedemann se refiere al derecho penal
económico como aquél que se aplica a los ilícitos que surgen en la actividad de
intervención y regulación estatal dentro de la vida económica. Su finalidad es la
protección de bienes supraindividuales y para ello se vale de normas que se
aplican en la producción, fabricación y distribución de bienes y servicios.

Con un contexto técnico más complejo y en una posición inalterada hasta la fecha
–TIEDEMANN- señalará que el delito económico consiste en un comportamiento
realizado por un agente económico con infracción de la confianza que le ha sido
socialmente depositada y que afecta a un interés individual (bien jurídico
patrimonial individual) y pone en peligro el equilibrio del orden económico (bien
jurídico supraindividual). Como vemos, en su concepción, el Derecho penal
económico se caracteriza por estar dirigida –aunque no exclusivamente- a la
protección de intereses sociales de orden colectivo. El mismo autor reconoce que
su posición ha generado entre otras críticas la afirmación que la protección de
bienes jurídicos supraindividuales supone el favorecimiento de la tendencia
expansiva del Derecho penal a través, por ejemplo, de la creación de tipos de
peligro abstracto. Los puntos de partida de esta idea resultan, es evidente, muy
discutibles, los valores sociales supraindividuales tienen “en el ordenamiento
económico actual, un lugar legítimo, reconocido por el Derecho Económico desde
hace mucho tiempo”

¿Cuál es la Problemática del Derecho Penal Económico que se plantea en el


empleo de las leyes penales en blanco?

Pese a innegables adelantos, en lo que concierne al tratamiento de la ley penal en


blanco, aun tiene algunos flancos débiles. La gama de problemas que genera
resulta de la más diversa; tensionando, en muchos casos, la propia garantía de
legalidad.

Así se presentan problemas con relación a la pregunta -de si el Derecho Penal


siempre debe seguir el valor del Derecho Administrativo. Controvertidamente fue
discutida la pregunta, como un material ilegal pero que se volvió vigoroso y en la
ejecución del acto administrativo repercute en la duración del hecho, en los cuales
se supone la aplicación de pena a las negociaciones administrativas ilegales. En
una posición extrema se sostenía una visión formal, la cual ponía en un primer
plano al pensamiento de la unidad del orden legal allí como también la seguridad
legal y por tal motivo quería arrimarse totalmente al Derecho Administrativo.

¿Cuáles son los alcances del principio de Culpabilidad en la vigencia del


societas delinquiere non potest?
Tradicionalmente, al menos desde el nacimiento del derecho penal liberal, casi
la unanimidad de los juristas –clásicos, neoclásicos y finalistas- sostuvieron la
irresponsabilidad penal de las corporaciones, entendiendo a las mismas como
sujetos de derecho de creación ficticia, sin existencia material, y en
consecuencia sólo responsables en la órbita del derecho privado.

Esta concepción, fuertemente arraigada en los ordenamientos jurídicos de raíz


continental europea, reconoce su origen en el derecho romano, del cual
proviene el viejo adagio “societas delinquere non potest”. Este principio casi
irrefutable a lo largo del tiempo (que como es sabido reconoce excepciones), a
partir del desarrollo de la economía capitalista y la multiplicación del uso de las
formas societarias en la sociedad moderna, ha entrado en una profunda crisis,
dejando al desnudo la impotencia del derecho penal y del sistema tradicional de
la teoría de delito (según la cual sólo el hombre entendido como un ser libre y
racional puede ser sujeto activo del derecho penal) para solucionar los caros
conflictos sociales que plantea esta nueva realidad.
En este particular, una vez más parecen enfrentarse, por un lado, la eficacia de
los sistemas de control social (exigencias de política criminal) y por el otro, el
respeto de las garantías constitucionales.

¿La Teoría de la Representación o modelo de imputación cómo analiza la


responsabilidad penal indirecta?

Siempre existirá la posibilidad de que se señale el inconveniente de correr


traslado la acción de la persona natural que actúa en representación de la
persona jurídica a esta, más aun en el caso en que se comenten hechos
delictivos. En este plano a través de la institución jurídica de la representación,
propia del derecho civil y comercial, se efectúa una traspolacion a la esfera de lo
penal en el siguiente modelo: la imputación al mandante (en este caso la
persona jurídica) de los actos realizados por el mandatario (el representante
legal o quien disponga de capacidad de decisión sobre determinados actos
relevantes) halla su sustento en la autonomía de la voluntad. Así dado que el
mandante se obliga por sí mismo a aceptar los actos y decisiones que en su
nombre tome el mandatario, entonces tal ejercicio volitivo es suficiente para
proceder al juicio de atribuibilidad de aquel sobre los negocios jurídicos
efectuados.
Aun mas, es la propia ley la que genera otra fuente de imputación sobre el
mandante, siendo viable la convivencia de las dos, la generada desde la
voluntad y la originada en la norma jurídica, a efectos de armonizar la
responsabilidad autónoma de los entes colectivos. Así, la representación se da
por dos vías: tanto por el propio momento decisorio del mandante como por la
descripción normativa expuesta por la ley.

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