Вы находитесь на странице: 1из 200

Experiencias en torno al patrimonio

cultural zacatecano

Ma. Cristina Morales Viramontes (Coordinadora)


Juan Gualberto Elías Corrales García

José Humberto Medina González • Baudelina Lydia García Uranga


Peter Jiménez Betts • Carlos Alberto Torreblanca Padilla
Olga Villanueva Sánchez • Cristina Morales Viramontes
Violeta Tavizón Mondragón • Alejandro Huerta Carrillo
María Eugenia Berthier Villaseñor • J.G. Elías Corrales
Héctor Castanedo Quirarte • Laura Solar Valverde
Octavio Martínez Méndez • Adriana Cabrera Petricioli
DIRECTORIO

CONSEJO NACIONAL PARA LA CULTURA Y LAS ARTES

Rafael Tovar y de Teresa


Presidente

INSTITUTO NACIONAL DE ANTROPOLOGÍA E HISTORIA

María Teresa Franco


Directora General

César Moheno Carlos Augusto Torres Pérez


Secretario Técnico del INAH Delegado del INAH en Zacatecas

José María Muñoz Bonilla Rosa María Franco Velasco


Coordinador Nacional de Centros INAH Directora del Museo Regional de Guadalupe

Leticia Perlasca Núñez Porfirio Castro Cruz


Coordinadora Nacional de Difusión Director de Divulgación

75 Años Instituto Nacional de Antropología e Historia. Investigando, conservando y difundiendo el patrimonio


cultural. Experiencias en torno al patrimonio cultural zacatecano
María Cristina Morales Viramontes (Coordinadora)
Juan Gualberto Elías Corrales [et. al.]
Primera edición 2014
D.R. © INAH, Córdoba No. 45, Col. Roma, Del. Cuauhtémoc.
C.P. 06700, México, D. F.

ISBN: 978-607-484-540-2

Ed. Isabel Cristina del Rió Hernández.


Diseño de portada: Jorge Luis Pereira Jaramillo.
Queda prohibida la reproducción parcial o total, directa o indirecta, del contenido de la presente obra, por cualquier medio o
procedimiento, sin contar previamente con la autorización de los editores, en términos de la Ley Federal de Derechos de Autor
y en su caso, de los tratados internacionales aplicables. La persona que infrinja esta disposición se hará acreedora a las sanciones
legales correspondientes.
La reproducción, uso y aprovechamiento por cualquier medio de las imágenes pertenecientes al patrimonio cultural de la nación
mexicana, contenidas en esta obra, está limitada conforme a la Ley Federal sobre Monumentos y Zonas Arqueológicos, Artísticos
e Históricos, así como a la Ley Federal de Derechos de Autor. Su reproducción debe ser autorizada previamente por el INAH y
los titulares de los derechos.
contenido

INTRODUCCIÓN 5
PALABRAS DE BIENVENIDA 11

LA HISTORIA DE LA ARQUEOLOGÍA EN ZACATECAS 15

LA ARQUEOLOGÍA EN ZACATECAS DURANTE EL S. XX Y ANTES DE LA FUNDACIÓN


DE SU DELEGACIÓN ESTATAL INAH. José Humberto Medina González 16

ALGUNOS PROYECTOS ARQUEOLÓGICOS Y LABORES DESARROLLADOS POR EL


INSTITUTO NACIONAL DE ANTROPOLOGÍA E HISTORIA EN EL ESTADO DE
ZACATECAS, A PARTIR DE LA DÉCADA DE LOS AÑOS SETENTAS DEL PASADO SIGLO.
Baudelina Lydia García Uranga 31

LA HISTORIA DEL INAH Y LA ARQUEOLOGÍA EN ZACATECAS, DE 1974 A LA FECHA.


Peter Jiménez Betts 47

RESCATE Y PUESTA EN VALOR DE LA ZONA DE MONUMENTOS ARQUEOLÓGICOS


DE LA QUEMADA. Carlos Alberto Torreblanca Padilla 65

HISTORIA DE LA INVESTIGACIÓN ANTROPOLÓGICA


Y ETNOGRÁFICA EN ZACATECAS 77

LA ANTROPOLOGÍA FÍSICA. 20 AÑOS DE ACTIVIDADES EN EL ESTADO


DE ZACATECAS. Olga Villanueva Sánchez 78

INICIO DE LA INVESTIGACION ETNOGRÁFICA EN EL CENTRO INAH


ZACATECAS. Ma. Cristina Morales Viramontes 91

HISTORIA Y EXPERIENCIAS SOBRE LA CONSERVACIÓN


DEL PATRIMONIO CULTURAL ZACATECANO 107

MANUEL PASTRANA: GUARDIÁN DEL PATRIMONIO CULTURAL.


Violeta Tavizón Mondragón 108

EL LABORATORIO EN LA INVESTIGACIÓN Y CONSERVACIÓN DEL PATRIMONIO


CULTURAL. EJEMPLOS EN ZACATECAS. Alejandro Huerta Carrillo
y María Eugenia Berthier Villaseñor. 121

ÁREA DE MONUMENTOS HISTÓRICOS DEL CENTRO INAH ZACATECAS,


DESDE SU CREACIÓN. J. G. Elías Corrales García 132

EXPERIENCIAS EN TORNO AL PATRIMONIO CULTURAL DE ZACATECAS.


Héctor Castanedo Quirarte 153
EL RESCATE DEL PATRIMONIO CULTURAL DEL ESTADO
DE ZACATECAS. UNA RESPONSABILIDAD COMPARTIDA 163

LA PARTICIPACIÓN CIUDADANA EN EL RESCATE, ESTUDIO Y


CONSERVACIÓN DEL PATRIMONIO ARQUEOLÓGICO ZACATECANO.
Laura Solar Valverde y Octavio Martínez Méndez 164

LA PARTICIPACIÓN MIGRANTE EN LA CONSERVACIÓN DE LOS EDIFICIOS


HISTÓRICOS DE ZACATECAS: UNA PRÁCTICA CULTURAL TRANSNACIONAL.
Adriana Cabrera Petricioli 183
5

INTRODUCCIÓN

A finales de la década de los 30´s del siglo pasado, el entonces Pre-


sidente de la República el Gral. Lázaro Cárdenas, presenta una
iniciativa legal al congreso con la finalidad de transformar el Departa-
mento de Monumentos Artísticos, Arqueológicos e Históricos de la Se-
cretaría de Educación Pública (SEP) en un instituto con personalidad ju-
rídica y patrimonio propios.
De esta manera, el 3 de febrero de 1939 fue creado el Instituto Na-
cional de Antropología e Historia (INAH), como un organismo público
dedicado a la investigación, conservación, protección y difusión del pa-
trimonio cultural de orden prehistórico, antropológico, arqueológico e
histórico de México.
Desde su creación, el Instituto ha jugado un papel clave en la preser-
vación de la herencia cultural de México y el mundo. Su noble misión ha
sido el fortalecimiento de la identidad y memoria histórica de la socie-
dad mediante una de las funciones más complejas en nuestro país, la
protección y defensa del patrimonio cultural nacional.
A más de siete décadas de su fundación, el Instituto Nacional de
Antropología e Historia tiene como objetivo general el reposicionarse
como una de las instituciones culturales más sólidas, fortaleciendo su
liderazgo, presencia y rectoría normativa en todo el país.
Para lograrlo, es fundamental la implementación de acciones que
promuevan y difundan todas aquellas actividades que conforman las
tareas sustantivas que desarrolla la Institución en su noble misión de
salvaguardar el patrimonio cultural de todos los mexicanos.
A lo largo de su historia, la comunidad del INAH ha emprendido con
determinación, pasión y firmeza la titánica labor de investigar, proteger,
conservar y difundir nuestro patrimonio cultural material e inmaterial.
Es por ello que en el marco de la conmemoración del 75 aniversario
de la creación del Instituto Nacional de Antropología e Historia nos he-
mos reunido investigadores, arquitectos, historiadores y restauradores
6 

para exponer las “Experiencias en torno al patrimonio cultural zacateca-


no” con el objetivo de dar a conocer el trabajo realizado por el Instituto
en el estado, a lo largo de casi 40 años, y la forma como ello ha contri-
buido a la conservación de su vasto patrimonio cultural.
Desde su fundación en 1939, el instituto concibió a la investigación
y a la conservación como actividades esenciales para la salvaguarda del
patrimonio cultural por cuanto una está indisolublemente ligada a la
otra, ya que para conservar es necesario investigar.
Esta simbiosis llevada a la práctica como filosofía en el quehacer co-
tidiano, ha sido, en gran medida, lo que ha convertido a este instituto en
lo que es hoy, una de las instituciones con más prestigio en nuestro país
debido al conocimiento desarrollado a través de su historia.
Es ahí, precisamente, en donde el INAH encuentra su fuerza, por-
que para poder conservar nuestro patrimonio hay que convencer, para
poder convencer hay que argumentar y los argumentos sólo pueden
ser lo suficientemente sólidos y convincentes si van respaldados con el
conocimiento.
Las 12 ponencias que se dictaron en esta jornada de trabajo celebra-
da en el mes de abril de 2014, teniendo como sede el magnífico Museo
Regional de Guadalupe, son una muestra de ello, ya que condensan la
multiplicidad de investigaciones, experiencias, proyectos, tareas y lo-
gros que a través de los años han permitido a nuestra institución cum-
plir con su ardua labor en disciplinas tales como la arqueología, la an-
tropología física y social, la paleontología, la etnografía, la lingüística,
la historia y la etnohistoria, la arquitectura, la conservación de bienes
muebles y la museología.
Como todos sabemos, las fechas conmemorativas siempre son un es-
tímulo a la memoria, por lo que en su mayoría, los trabajos presentados
aprovecharon la oportunidad para la reflexión y la mirada retrospectiva
a la historia de la investigación y conservación en Zacatecas partiendo
del presente, pasando por el nombramiento de su representación y pos-
terior instalación de su delegación, e incluso dando cuenta de las accio-
nes que llevaron a cabo los diferentes departamentos previo a la exis-
tencia del INAH y que a la postre serían los que darían origen al propio
Instituto.
Los arqueólogos Baudelina Lydia García Uranga y José Humberto Me-
dina González presentaron una antología de la arqueología en Zacate-
cas, desde la atención a los sitios previo a la existencia del INAH hasta
Introducción 7

los diferentes proyectos que se han llevado a cabo en territorio zacate-


cano a raíz de la instalación de la delegación, el arqueólogo Peter Jimé-
nez Betts por su parte, nos expone la historia de la arqueología en el
estado de 1974 hasta nuestros días, y refiere como la fórmula INAH-Go-
bierno de Estado ha sido la vía del rescate e intervención del patrimonio
arqueológico de Zacatecas cómo un modelo casi único en el país.
El arqueólogo Carlos Alberto Torreblanca Padilla abordó el tema de
la historia y la puesta en valor de la Zona de Monumentos Arqueológi-
cos La Quemada, único sitio en el estado con declaratoria federal decre-
tada en 1993 y la creación de su museo de sitio, cuya apertura se dio en
1996 como resultado de una innovadora labor conjunta entre el INAH y
el Gobierno Estatal para la creación de infraestructura cultural destina-
da a promover los valores arqueológicos de Zacatecas. La Antropóloga
Física Olga Villanueva Sánchez presenta su trabajo en antropología físi-
ca, de 20 años de actividades en Zacatecas.
La investigación y registro del patrimonio cultural inmaterial para
su protección es una actividad fundamental del instituto y representa,
sin duda alguna, el reto más importante por afrontar, dada la vulnera-
bilidad del mismo debido a su naturaleza como un producto sociocul-
tural; la antropóloga social, maestra Ma. Cristina Morales Viramontes,
da cuenta de la labor realizada en este ámbito, junto con el ya fallecido
etnólogo José de Jesús Montoya Briones, durante 28 años de trabajo et-
nográfico en el Estado.
La historiadora Violeta Tavizón Mondragón, nos expuso la vida y
obra del artista académico Manuel Pastrana en su faceta como guardián
del patrimonio, quien recibe en 1917 el nombramiento a través del De-
partamento Universitario de Bellas Artes como Inspector Local Hono-
rario y Conservador de Monumentos Artísticos, ratificado por el Presi-
dente de la República Venustiano Carranza; en ese mismo año recibe
también el nombramiento como Director del Museo de Antigüedades de
Guadalupe, hoy Museo Regional de Guadalupe, una de las pinacotecas
virreinales más antiguas e importantes del país.
La conservación del patrimonio mueble o inmueble por destino, apo-
yada en bases científicas, es una actividad que el instituto ha venido
realizando a lo largo de su historia, el Ingeniero Químico especialista en
restauración Alejandro Huerta Carrillo, nos presenta sus experiencias
en este ámbito mediante la conformación del laboratorio y su papel en
la investigación y conservación del patrimonio cultural.
8 

Sin duda alguna, la participación del área de monumentos históricos


del Centro INAH Zacatecas ha jugado un papel fundamental en la con-
servación, no solamente del centro histórico de la ciudad de Zacatecas
reconocido por la UNESCO como Patrimonio Cultural de la Humanidad,
sino del patrimonio cultural edificado en todo el Estado, el trabajo que
da cuenta de esta labor fue presentado por el maestro en arquitectura
Juan Gualberto Elías Corrales García, primer arquitecto del área, confor-
mada hace 22 años.
La vinculación con los tres órdenes de gobierno ha representado una
de las estrategias más efectivas para salvaguardar, conservar y difundir
nuestro patrimonio cultural, en ese sentido el Arq. Héctor Castanedo
Quirarte, como ponente invitado, nos comparte a manera de charla, sus
experiencias en la conservación del patrimonio cultural edificado desde
la década de los 80´s del siglo XX hasta la primera década del siglo XXI
y desde la óptica del Gobierno del Estado dando cuenta de la concep-
ción, planeación, gestión, socialización y ejecución de relevantes obras
que han marcado en gran medida la vocación actual del Centro Históri-
co de Zacatecas y cómo esta importante labor se pudo llevar a cabo en
estrecha y constante coordinación con el INAH.
La doctora en historia y arquitecta Adriana Cabrera Petricioli, pre-
senta un tema con enfoque actual, en el que se aborda la conservación
del patrimonio como una práctica cultural trasnacional a través de la
participación de la comunidad migrante.
La función y el beneficio social que lleva a cabo el Instituto es uno de
los aspectos que justifican su existencia, el compromiso es contribuir
para el desarrollo integral de las poblaciones, en las cuales, mediante
la ejecución de los diferentes proyectos, se busca generar estabilidad a
partir de la creación de empleos permanentes, la conservación de los
oficios, la capacitación y enseñanza constante y la consolidación del
arraigo cultural de las personas a su lugar de origen. Como ejemplo de
lo anterior se presenta el proyecto arqueológico Cerro del Teúl, el cual,
además de cumplir con esa vocación de impacto social en la población,
se concibe como punta de lanza para ampliar la oferta cultural del esta-
do hacia la amplia y muy importante región Caxcana al occidente del es-
tado y el cual se ha venido desarrollando en los últimos 6 años y cuyas
experiencias fueron presentadas por el arqueólogo Luis Octavio Martí-
nez Méndez.
Introducción 9

La arqueóloga Laura Solar Valverde, aborda el tema de la participa-


ción ciudadana como aspecto fundamental en la tarea de la conserva-
ción y expone la experiencia del rescate de una tumba milenaria en Val-
paraíso, Zac. localizada a raíz de la atención a una denuncia ciudadana
en la región y cuyo hallazgo abre un nuevo horizonte en el estudio de
las tradiciones funerarias en esa región del Estado en donde fueron em-
pleadas las denominadas tumbas de tiro.
En el recorrido de sus páginas, esta memoria da cuenta de la forma
en que los ponentes a lo largo de la jornada, nos mostraron el queha-
cer institucional en todos los ámbitos de competencia del Instituto y re-
mitiéndonos hasta prácticamente mediados del siglo XIX en que empe-
zaron a surgir los nombres y las acciones de los personajes que en su
paso por la vida han jugado un papel trascendente en la historia de la
conservación del patrimonio no solamente de nuestro estado, sino de
nuestro país.
Nombres como el propio Francisco García Salinas, Carl de Berghes,
Leopoldo Batres, Genaro García, Manuel Gamio, Eduardo G. Pankurst,
Manuel Pastrana, Eduardo Noguera, Agustín García Vega, Ignacio Mar-
quina, Federico Sescosse, Eugenio del Hoyo, Charles Kelley, José Corona
Núñez, Guadalupe Cervantes Corona, Joaquín García Bárcena, José de
Jesús Montoya y Raúl Toledo Farías entre otros, dan cuenta de más de
150 años no sólo de conciencia sobre la importancia de salvaguardar el
legado histórico y cultural de Zacatecas sino de acciones concretas en-
caminadas a ello y las cuales han posicionado a este estado histórica-
mente como un pionero en la materia.
La búsqueda de la fecha de instalación de la Delegación del INAH en
nuestro Estado también fue un tema recurrentemente abordado por los
ponentes, quienes expusieron evidencias documentales que se remon-
tan al nombramiento como representante del Instituto Nacional de An-
tropología e Historia, de Don Federico Sescosse Lejeune en 1970 como
el antecedente inmediato, de lo que después sería su nombramiento
como delegado, lo cual se constata en los primeros oficios que firma ya
con el cargo en 1973, apareciendo como subdelegado el Arq. Raúl To-
ledo Farías.
Por todo lo anterior, las ponencias plasmadas en este libro de divul-
gación se constituirán sin duda alguna en una fuente de consulta obliga-
da para la historia de la conservación del patrimonio cultural en Zacate-
cas, cumpliéndose con creces el objetivo marcado por nuestra Directora
10 

General Ma. Teresa Franco, en el sentido de que en esta celebración el


Instituto fuera lo menos endógeno posible y quedó de manifiesto que
las actividades que desarrolla el INAH lo constituyen en una institución
única en cuanto a su misión, cuya finalidad principal es el engrandeci-
miento cultural de nuestro país
Definitivamente sin la presencia del Instituto Nacional de Antropolo-
gía e Historia, sus investigadores, especialistas y trabajadores, la histo-
ria de México no sería la misma.

Carlos Augusto Torres Pérez


Delegado del centro INAH Zacatecas
11

PALABRAS DE BIENVENIDA

E ste año estamos de fiesta. El Instituto Nacional de Antropología e


Historia celebra su 75 aniversario, ya que fue creado por decreto
presidencial del general Lázaro Cárdenas el 3 de febrero de 1939.
A lo largo de los años ha cumplido cabalmente con la misión de in-
vestigar, conservar y difundir el patrimonio arqueológico, antropológi-
co e histórico de nuestro país.
En este sentido, el Instituto se ha dado a la tarea de llevar a cabo di-
versas acciones que darán cuenta a lo largo de 2014, de las distintas
áreas sustantivas que maneja, entre las que destaca la investigación ar-
queológica, antropológica, histórica, etnográfica, arquitectónica y artís-
tica, por mencionar algunas. Así también los museos son una parte fun-
damental del acontecer diario del INAH; esta red está integrada por 114
museos y 6 salas de exhibición y usos multidisciplinarios.
Los museos del Instituto ofrecen un abanico de posibilidades de co-
nocimiento para la comunidad y la sociedad en su conjunto. A través
de la Coordinación Nacional de Museos y Exposiciones, los museos nos
sumamos para lograr a partir de exposiciones innovadoras y originales,
que los distintos públicos que acuden se apropien del patrimonio, por
medio de una política cultural consciente del compromiso y la respon-
sabilidad de reconocer el valor social y el uso de patrimonio; ya que lo
que mantiene viva a una comunidad es que constantemente recuerden
y resignifiquen su propia historia, valorando el acervo tangible e intan-
gible que los rodea.
Ejemplo de esta riqueza de los inmuebles y acervos de los museos
del Instituto, se encuentra en el Museo de Guadalupe que ocupa una am-
plia extensión de lo que fue el antiguo Colegio de Propaganda Fide de
Nuestra Señora de Guadalupe. En los primeros años del siglo XVIII se
inició la construcción del inmueble, que partió del claustro de San Fran-
cisco y el noviciado, fray José Guerra fue el encargado de conseguir los
recursos necesarios para la edificación, lo que se logró gracias al patro-
12 

cinio de los ricos mineros zacatecanos como el Conde Ignacio Ribera de


Bernárdez.
Durante el siglo XIX, el edificio sufrió varios procesos en el uso de
sus espacios. En 1859 el Gobernador del Estado de Zacatecas, el general
Jesús González Ortega solicitó a los franciscanos del Colegio de Propa-
ganda Fide de Guadalupe la mayor parte del edificio como resultado de
la exclaustración emitida en las Leyes de Reforma promulgadas por el
presidente de la República Mexicana, Benito Juárez. Desde ese momen-
to algunos de los espacios fueron ocupados por la Escuela de Artes y
Oficios, siendo el taller de la imprenta uno de los más productivos. Des-
pués de algunos años, aquí se estableció el Hospicio de Niños, por or-
den del gobernador Trinidad García de la Cadena, funcionando como tal
hasta la década de 1970, una parte de este edificio.
En 1908 se suprimieron todos los Colegios de Propaganda Fide, por
Bula Papal y la mayor parte del inmueble estuvo cerrada por algunos
años. Fue hasta 1917, que este conjunto arquitectónico se abrió como
Museo de Antigüedades del ex Convento de Guadalupe, primer museo
de Zacatecas, cuyo primer director fue el pintor Manuel Pastrana Gonzá-
lez, quien un año después obtuvo su nombramiento por parte del presi-
dente Venustiano Carranza. Es importante señalar que el Museo de Gua-
dalupe fue uno de los únicos espacios museísticos en el país abierto en
plena Revolución Mexicana.
En 1939 el Museo fue proclamado Monumento Nacional y quedó bajo
la custodia del Instituto Nacional de Antropología e Historia; en 2010
fue declarado por la UNESCO Patrimonio Cultural de la Humanidad, por
ser un sitio fundamental dentro de la Ruta Histórica del Camino Real de
Tierra Adentro.
La historia del Museo de Guadalupe ha estado estrechamente rela-
cionada con la propia historia del Instituto Nacional de Antropología e
Historia en Zacatecas. De forma conjunta se ha luchado por la protec-
ción del patrimonio de Guadalupe y del estado de Zacatecas, los cuales
gozan de una enorme riqueza cultural, misma que a lo largo de 75 años
se ha defendido. Así, al dar a conocer a la sociedad en general las in-
vestigaciones y los trabajos realizados por los especialistas en materia
arqueológica, histórica, arquitectónica y artística del estado, se contri-
buye no sólo a impulsar la difusión del patrimonio cultural zacatecano,
sino también a valorarlo y otorgarle el debido respeto.
Palabras de bienvenida 13

Las experiencias vertidas por investigadores, arquitectos, historiado-


res y restauradores, tuvieron como finalidad sumarse a la magna cele-
bración de los 75 años del Instituto Nacional de Antropología e Histo-
ria, dándose a conocer desde distintas trincheras la labor emprendida
en el estado de Zacatecas en lo referente a los descubrimientos y zonas
arqueológicas de la entidad, la investigación etnográfica, la semblanza
histórica del primer director del Museo de Guadalupe y la conservación
del patrimonio cultural mueble e inmueble.
Cada uno de los artículos presentados da cuenta de las actividades
realizadas por los diferentes especialistas en su respectiva rama profe-
sional, por lo que agradecemos a cada uno de ellos que compartieran
con todos nosotros sus experiencias y anécdotas, que de forma directa
o indirecta se vinculan estrechamente a la historia de nuestro querido
instituto.

Rosa María Franco Velasco


Directora del Museo de Guadalupe
“Vista aérea del centro ceremonial de La Quemada”, 1993.
Fotografía Peter Jiménez.
La historia de la arqueología
en Zacatecas
16

LA ARQUEOLOGÍA EN ZACATECAS DURANTE EL S. XX


Y ANTES DE LA FUNDACIÓN DE SU DELEGACIÓN
ESTATAL INAH
José Humberto Medina González*

A ntes de la conformación del Instituto Nacional de Antropología e


Historia (INAH) en el año de 1939 y de la fundación en 1973 de
su Centro Regional en el estado de Zacatecas, aquellas dependencias
federales, encargadas en estudiar, proteger y conservar el patrimonio
arqueológico de nuestro país, recibieron de dicho Estado, una enorme
cantidad de noticias escritas sobre el hallazgo de asentamientos perte-
necientes a la época prehispánica, reportes sobre la destrucción de sus
vestigios y grave deterioro de sus monumentos, y finalmente denun-
cias sobre saqueos clandestinos y del tráfico ilegal de piezas arqueoló-
gicas. Es gracias a estas noticias que los directores, arqueólogos, estu-
diantes, topógrafos y vigilantes de las ya desaparecidas, Inspección de
Monumentos Arqueológicos de la República Mexicana (1885-1917), del
antiguo Museo Nacional de México, de la Dirección de Estudios Arqueo-
lógicos y Etnográficos (1917-1919), de la Dirección de Antropología
(1919-1924), del Departamento de Antropología (1925), de la Dirección
de Arqueología (1926-1930) y de la Dirección y posteriormente Depar-
tamento de Monumentos Prehispánicos (1930-1975) del INAH; efectua-
ron inspecciones de reconocimiento de superficie, trabajos de limpieza,
levantamiento de planos arqueológicos, labores de excavación, trabajos
de liberación y restauración en los monumentos arquitectónicos prin-
cipalmente en las zonas arqueológicas de Alta Vista en el noroeste y de
La Quemada en el centro-sur del territorio zacatecano. (Figura 1) El ob-
jetivo de este artículo, es únicamente exponer a través de la documen-
tación de archivo y de aquella publicada, un breve recuento histórico de
los tempranos esfuerzos realizados por dichas dependencias federales
y por el mismo INAH por registrar, explorar, conservar e investigar es-
tas dos importantes zonas arqueológicas del Estado antes de la funda-
ción de su Delegación o Centro Regional en Zacatecas.

* Arqueólogo investigador del Archivo Técnico de la Coordinación Nacional de Arqueología del


INAH.
La arqueología en Zacatecas durante el S. XX y antes de la fundación de su delegación… 17

ALTA VISTA 1

En agosto de 1908, siendo director del Museo Nacional de Historia,


Arqueología y Etnología de México, el licenciado Genaro García, 2 al re-
cordar sus hallazgos e investigaciones - realizadas a finales del siglo
anterior -3 sobre los antiguos monumentos pertenecientes a una civili-
zación avanzada en la región de Chalchihuites, comisionó al estudiante

1 Esta zona arqueológica se localiza dentro del municipio de Chalchihuites en el noreste de Zacatecas,
a escasos 4.2 km. al Norte del Trópico de Cáncer. Sus monumentos se extienden sobre un lomerío
que domina parte del valle del río Colorado, afluente del Súchil en las estribaciones orientales de la
Sierra Madre Occidental. Véase: García, Uranga, B. y J.H. Medina G., 2012:pág. 264.
2 A partir de 1882, un grupo de jóvenes zacatecanos los ciudadanos Carlos Fernández, Ramón de
Castañeda, Oliverio Díaz, Buenaventura Ríos y el ya mencionado licenciado Genaro García, efectua-
ron varios recorridos en las tierras de los ranchos alrededor del antiguo pueblo minero de Chalchihui-
tes. En estos terrenos descubrieron esparcidos sobre la superficie vestigios arqueológicos y exploraron
el interior de algunas cavernas o “cuevas artificiales”. Así mismo realizaron inspecciones de recono-
cimiento, levantamiento de planos de edificaciones, registro de petrograbados y excavaciones en los
antiguos monumentos de los “cerros fortalezas” de El Chapín y el Pedregoso. Consultar: Amador, E.,
1982 (1892): págs. 234-242; Castañeda, R., 1892a: págs. 3-4 y 1892b: pág. 2; Fernández, C., 1886:
págs. 68-71 y 1890: pág.132.
3 “…en octubre de 1892 el joven Genaro [García] se hizo cargo de los intereses mineros de su pa-
dre [Don Trinidad García [1831-1906] y estuvo viviendo en Chalchihuites, Zacatecas, durante un
año, vigilando la mina de su familia.” Véase Ramos Escandón, C., 2001: pág. 92. Por su parte en la
noticia publicada el 9 de noviembre 1908 en el periódico El Imparcial, el licenciado Genaro García
ya como Director del Museo Nacional de México, señaló “Meritísima es la labor del joven Gamio,
pues ha hecho un verdadero descubrimiento y de ello debe estar satisfecho. Nadie tenía noticias de
esas ruinas. Yo hice un viaje por ellas hará unos quince años poco más ó menos [1892-1893] y en
mis pesquisas encontré varios objetos pertenecientes á una civilización muy avanzada, pero por cier-
tos asuntos que tenía pendientes no pude permanecer sino tres días y hube de abandonar mis inves-
tigaciones. Acordándome de esto, mandé al señor Gamio, y ya usted ve los resultados. No pueden
ser más satisfactorios. Los objetos de cerámica que nos ha enviado [desde Chalchihuites] son riquí-
simos; y la adquisición que de ellos ha hecho el Museo, no tiene precio.” Véase: Lombardo de Ruiz,
S., 1994: Vol. II, pág. 457. Por otra parte en otra noticia publicada el 22 de noviembre de 1908 en
el mismo diario El Imparcial se escribió : “Quien primeramente exploró la región y se dió cuenta de
su importancia arqueológica, allá por el año de 1905, fue el señor licenciado don Jenaro García, Di-
rector del Museo Nacional quien hizo un estudio de la curiosa necrópolis de Santa Rosa, de las ca-
vernas adyacentes, y de la fortificación del Cerro Pedregoso, en los cuales encontró restos humanos,
utensilios domésticos, deidades de piedra, etc. Obligaciones ineludibles obligaron al señor García á
aplazar tales estudios, pero últimamente envió para que los continuara, al señor don Manuel Gamio
en calidad de Comisionado del Museo Nacional.” Consultar también: Lombardo de Ruiz, S., 1994:
Vol. II, p. 461. Pienso que la fecha de 1905 es muy tardía, ya que a partir de los datos expuestos an-
teriormente, Genaro García residió en Chalchihuites en los primeros años de la última década del si-
glo XIX ó quizás unos años antes.
18 José Humberto Medina González

y profesor auxiliar en Historia del mismo museo;4 Manuel Gamio para


realizar una excursión arqueológica por el noroeste del Estado de Zaca-
tecas.5 Al llegar Gamio a Chalchihuites, ejecutó una serie de recorridos
por los alrededores, visitando diferentes tipos de cavernas que consi-
deró como de habitación o refugio. Igualmente inspeccionó las ruinas
fortaleza del Chapín, donde dibujó un petrograbado de círculo – cruz
y los cimientos de otras edificaciones. Una vez que Gamio, disponía su
partida al Sur del estado, accidentalmente se enteró de la existencia de
restos arqueológicos a 8 km al Oeste de la población de Chalchihuites
en los terrenos pertenecientes al rancho de Buena Vista o Alta Vista. Al
llegar aquí, encontró restos de edificios sobresaliendo en superficie y
un pozo de saqueo en uno de los montículos cubiertos de vegetación.6
El 14 de octubre de 1908, Gamio telegrafió al licenciado Justo Sierra, Se-
cretario de Instrucción Pública y Bellas Artes, informando sobre el des-
cubrimiento de importantes monumentos arqueológicos producto de
sus excavaciones -el Salón de las Columnas y una escalinata anexa, hoy
conocida como Escalera de Gamio.7 (Figura 2) El 25 de octubre en el pe-
riódico El Imparcial de la Ciudad de México,8 se hace público el descu-
brimiento de las ruinas de Alta Vista e inmediatamente, Leopoldo Ba-
tres, Inspector General y Conservador de Monumentos Arqueológicos
de la República Mexicana, remitió oficios al ya mencionado Secretario
de Instrucción Pública y Bellas Artes,9 al Director del Museo Nacional10
y al Gobernador de Zacatecas,11 suplicando suspender en calidad de ur-
gente las exploraciones arqueológicas, ya que éstas no fueron autoriza-
das por la mencionada Inspección de Monumentos. El 29 de octubre de
1908, el licenciado Ezequiel Chávez; Subsecretario de Instrucción Públi-

4 González Gamio, A. 1988: pág. 25.


5 Gamio, M., 1910: pág. 469-470 y 1911: pág.1.
6 Gamio, M., 1910: pp. 478-479 y 1911: pág. 14.
7 AGN, SIPBA, Museo Nacional, Caja 168, Exp. 38, f.5.
8 Véase: Lombardo de Ruiz, S., 1994: Vol. II, pág. 449.
9 AGN, SIPBA, Museo Nacional, Caja168, Exp. 38, f. 7 anv. y rev. y f.8.
10 AGN, SIPBA, Museo Nacional, Caja168, Exp. 38, f. 10 anv. y rev.
11 AGN, SIPBA, Museo Nacional, Caja168, Exp. 38, f. 9.
La arqueología en Zacatecas durante el S. XX y antes de la fundación de su delegación… 19

ca y Bellas Artes, escribió a Don Leopoldo Batres sobre el término de las


excavaciones en las ruinas de Alta Vista.12
En la década siguiente, a pesar de las labores de limpieza de los con-
serjes vigilantes nombrados, los edificios expuestos por Gamio en Alta
Vista sufrieron un acelerado deterioro principalmente debido a su expo-
sición a la intemperie y a la falta de labores continuas de intervención
encaminadas hacia su conservación. En abril de 1926, el ingeniero Rey-
gadas Vértiz, titular de la Dirección de Arqueología de la SEP,13 acom-
pañado por el arqueólogo Eduardo Noguera,14 realizaron un reconoci-
miento en este sitio para corroborar las noticias de los custodios sobre
daños provocados por las lluvias, conocer el estado de conservación de
las ruinas y verificar la exactitud de las descripciones y croquis que Ma-
nuel Gamio publicó en su artículo “Los Monumentos Arqueológicos de
las Inmediaciones de Chalchihuites, Zacatecas” que salió a luz pública
en 1910 dentro de los Anales del Museo Nacional de México. Posterior-
mente, en noviembre de 1928 también comisionado por la mencionada
Dirección, el inspector Benalí Salas, visitó estas ruinas,15 dejando ins-
trucciones al vigilante Buenaventura Ríos de consolidar los aplanados
originales de muros y columnas; labor que este último realizó en ene-
ro del siguiente año.16 En junio de 1930, por órdenes del mismo inge-
niero Reygadas Vértiz, ahora Director de Monumentos Prehispánicos;

12 INAH, ATCNA, SEP, Departamento de Monumentos Prehispánicos, Año de 1908-1922, Refe-


rencia B/311.32(Z41-2)1. Legajo 1. Zona Arqueológica de Chalchihuites, Zacatecas, Exploraciones
y Conservación de la…, f.4. Otros trabajos donde se ha escrito sobre los trabajos arqueológicos de
Gamio en las ruinas de Alta Vista y la suspensión de sus exploraciones ahí, también véase: Gallegos
Téllez Rojo, J. R., 1996: págs. 44-47; García, Uranga, B., 1998: págs.30-32; Guerrero Crespo, C.,
2003: págs.132-134; Medina González J.H. y B. García Uranga, 2010, págs.29-37.
13 INAH, ATCNA, SEP, Dirección de Arqueología 1926, Reygadas Vértiz, José, Visita e Inspección
a las Ruinas Arqueológicas de Casas Grandes, Chih. y Chalchihuites, Zac., Archivo Muerto de la Di-
rección de Monumentos Prehispánicos, Rúbrica de Clasificación: 2862-VIII-I [166-2(724-1)]-, 8 fs.
Sobre esta expedición al Norte de México, también véase: López Hernández, H., 2003: págs. 64-65
y Marquina, I., 1994: pág. 37.
14 Noguera, E., 1930: pág. 104.
15 INAH, ATCNA, SEP, Dirección de Arqueología, Año 1928, Salas, Benalí, Visita de Inspección a
las Ruinas Arqueológicas de Zacatecas y Casas Grandes, Chih., Archivo Muerto de la Dirección de
Monumentos Prehispánicos, Rúbrica de Clasificación: 2859-VIII-I /166.2 (724 -1)/-, 7 fs.
16 INAH, ATCNA, SEP, Departamento de Monumentos Prehispánicos, Año de 1908-1933, Re-
ferencia B/311.32(Z41-2)/1. Legajo 1. Zona Arqueológica de Chalchihuites, Zac. Exploraciones y
conservación de la…, f. 31, f. 33, f. 34 y f. 47 con 7 fotos anexas.
20 José Humberto Medina González

se comisionó al topógrafo Agustín García Vega para visitar Alta Vista.


Sus trabajos se concentraron en el retiro de vegetación, el registro del
estado de conservación que guardaban los monumentos y el diseño de
un proyecto de techumbre para proteger el interior del Salón de las Co-
lumnas.17 No será hasta el año de 1946 cuando J. Buenaventura Ríos,
Guardián de las ruinas de Alta Vista, terminó la construcción de cua-
tro largos tejados de madera para proteger las 28 columnas interiores
del Salón.18 En abril de 1955, dicho Guardián o Encargado, remitió al ar-
queólogo Eduardo Noguera que ocupaba la jefatura del Departamento
de Monumentos Prehispánicos del INAH, un presupuesto para renovar
las tabletas y vigas de madera de las techumbres del mismo Salón.19 Fi-
nalmente en ese mismo año se cambiaron las tabletas de madera por lá-
minas de cartón acanalado.20
En el mes de abril de 1958 y siguiendo las instrucciones telegráficas
del arqueólogo Román Piña Chan, Subdirector Administrativo del De-
partamento de Monumentos Prehispánicos del INAH; el arqueólogo José
Corona Núñez que en ese entonces era el Jefe de las Zonas Arqueológi-
cas del Noroeste de México, realizó una breve visita de inspección a las
ruinas de Alta Vista. Debido al grave deterioro y la urgente necesidad de
reemplazar o volver a reconstruir la estructura de madera y las techum-
bres ya mencionadas que protegían las columnas interiores del Salón,
preparó un presupuesto para su reparación. Las reparaciones de tres de
las cuatro techumbres quedaron terminadas en diciembre de ese mis-

17 INAH, ATCNA, SEP, Dirección de Monumentos Prehispánicos, Año 1930, García Vega A.,
Asunto: Inspección a las Ruinas Arqueológicas de Chalchihuites, Zacatecas y Casas Grandes, Chi-
huahua, Archivo Muerto de la Dirección de Monumentos Prehispánicos, Rúbrica de Clasificación:
2858-VIII-I [166.2 (724 -1)]-, 34 fs.; INAH, ATCNA, antes ATDMP, Informe de la Visita de Ins-
pección a las Ruinas Arqueológicas de Chalchihuites y Casas Grandes, Chih. Julio 30 de 1930, Tomo
CLXXV, Estados de Veracruz y Zacatecas, Varios, Vol.5, 1918-1952, núm. 1337-13, 12 fotos, 3 cro-
quis y 14 págs.
18 INAH, ATCNA, SEP, Departamento de Monumentos Prehispánicos, Año de 1934-1948, Re-
ferencia B/311.32(Z41-2)/1. Legajo 2. Zona Arqueológica de Chalchihuites, Zac. Exploraciones y
conservación de la…, f. 82.
19 INAH, ATCNA, SEP, Departamento de Monumentos Prehispánicos, Año de 1952-1988, Re-
ferencia B/311.32(Z41-2)/1. Legajo 3. Zona Arqueológica de Chalchihuites, Zac. Exploraciones y
conservación de la…, f. 93.
20 INAH, ATCNA, SEP, Departamento de Monumentos Prehispánicos, Año de 1952-1988, Re-
ferencia B/311.32(Z41-2)/1. Legajo 3. Zona Arqueológica de Chalchihuites, Zac. Exploraciones y
conservación de la…, f. 94., f. 95 y f. 96.
La arqueología en Zacatecas durante el S. XX y antes de la fundación de su delegación… 21

mo año. 21En 1961, el INAH realizó un amplio proyecto arqueológico en


las regiones del occidente, norte-centro, noroeste de México -estados de
Jalisco, San Luis Potosí, Zacatecas, Durango y Sinaloa- en el que parti-
ciparon los reconocidos arqueólogos Román Piña Chan, Beatriz Braniff
Cornejo y Agustín Delgado. Este último excavó en las ruinas de Alta Vis-
ta, un pozo de sondeo en la esquina interior norte de la plaza principal
ubicada enfrente del Salón de las Columnas. 22 Sus datos estratigráficos
producto de la excavación, fueron presentados en la IX Mesa Redonda
de la Sociedad Mexicana de Antropología celebrada en agosto de 1961
en la ciudad de Chihuahua, Chihuahua.23
Varios años después, en marzo de 1967, el arqueólogo Eduardo Con-
treras Sánchez, comisionado por el mismo Departamento de Monumen-
tos Prehispánicos del INAH, visitó la zona arqueológica de Alta Vista.
En su informe, consideró urgente e indispensable, llevar a cabo traba-
jos de reconstrucción y consolidación, debido al deterioro de todos los
muros y columnas; de la misma manera pidió cercar el área con postes
y alambre de púas, para evitar el paso del ganado que frecuentemente
invadía la zona arqueológica y provocaba mayor destrucción. También
señaló que dentro del Salón sólo quedaban los restos inservibles de los
postes de madera de las techumbres que en algún tiempo protegieron
a las columnas en su interior. Finalmente, entregó un presupuesto para
dichos trabajos, al que adjuntó fotografías de los daños. 24 No será has-
ta los comienzos de la década del setenta, cuando la Universidad del
Sur de Illinois en los EE.UU, realizó tres temporadas de excavaciones y

21 INAH, ATCNA, SEP, Departamento de Monumentos Prehispánicos, Año de 1952, Referencia


B/311.32(Z41-2)/1. Legajo 3. Zona Arqueológica de Chalchihuites, Zac. Exploraciones y conserva-
ción de la…, Asunto: Corona Núñez, Presupuesto para la Reparación de Tejados en las Ruinas Ar-
queológicas de Chalchihuites, Zacatecas, 14 de abril de 1958, 1 f. sin número; Telegrama de 19 de
Marzo de 1958, de Román Piña Chan enviado a José Corona Núñez, 1 f. sin numero; J. Buenaven-
tura Ríos G., Se remiten comprobantes de pago de materiales, 16 de Diciembre de 1968, 1 f. sin
número.
22 Agustín Delgado, 1961. Arqueología del Noroeste de México Chalchihuites Zacatecas y el Zape
Durango, véase INAH, ATCNA, Agustín Delgado, Su Expediente Personal del Sr. …, Rúbrica de
Clasificación: B/131/1, 1959, 6 fs.
23 Véase la ponencia no publicada: Delgado, Agustín, 1961. Arqueología del Noroeste de México:
Chalchihuites, Zacatecas; El Zape, Durango; Pueblo Viejo, Culiacán, Sinaloa, INAH,MNA, AH,
Vol. 183, núm. 6419, exp. 5. fs. 58 – 78. Para una síntesis publicada de esta información también
consúltese: Delgado, A., 1961: págs. 2-3.
24 INAH, ATCNA, Rúbrica de Clasificación: B/311.32 (241-2)11, 6 fotos y 5 fs.
22 José Humberto Medina González

liberaciones a gran escala en la zona arqueológica de Alta Vista, mismas


que fueron autorizadas por el Departamento de Monumentos Prehispá-
nicos. Desde 1974, el arqueólogo Eduardo Cepeda Cárdenas fue comi-
sionado por la anterior Dirección para supervisar las labores de estabi-
lización y conservación de los monumentos explorados por la anterior
universidad.25

LA QUEMADA, MUNICIPIO DE VILLANUEVA 26

En los primeros años del s. XX, el licenciado Justo Sierra, Secretario


de Justicia e Instrucción Pública, comisionó a Leopoldo Batres, Inspec-
tor y Conservador de los Monumentos Arqueológicos de la República
Mexicana; para realizar un viaje al estado de Zacatecas con el objetivo
de visitar las ruinas o Edificios de la Quemada y nombrar un guardián
que las cuidase.27 Durante su breve reconocimiento, describió, obtuvo
medidas y elaboró croquis de sus conjuntos arquitectónicos mayores,
revisó las antigüedades encontradas ahí de la colección del Sr. Ildefon-
so Franco, propietario de la Hacienda de la Quemada en cuyos terrenos
están dichas ruinas y nombró a Juan de M. Franco -hijo del dueño- como
Guardián de las mismas.28 El resultado de esta breve visita, fue la pu-
blicación en 1903 de su libro titulado Visita a los Monumentos Arqueo-
lógicos de La Quemada, Zacatecas, considerado hasta la fecha el regis-
tro arqueológico más detallado del estado de conservación de este sitio
a principios del s. XX. No será sino hasta enero de 1918, cuando Jesús
Vargas de la Dirección de Estudios Arqueológicos y Etnográficos en la
Secretaría de Agricultura y Fomento, presentó una monografía de estas
ruinas, la que quizás sea el producto de una rápida inspección realizada

25 Medina González, J.H. y B. García Uranga, 2010, pág. 74.


26 Esta zona arqueológica se localiza en el alto valle del río Malpaso dentro del actual municipio de
Villanueva en el centro-Sur del estado de Zacatecas. Los colosales e impresionantes conjuntos arqui-
tectónicos que integran estas ruinas que dominan la extensa planicie o llanura de Malpaso –Villanue-
va, fueron edificados sobre los costados y las tres cimas (Sur, noreste y noroeste) de una enorme mon-
taña aparentemente aislada denominada el cerro de los Edificios o de la Quemada, que forma parte de
la Sierra de las Palomas, la que a su vez constituye parte de estribaciones orientales de la Sierra Madre
Occidental. Medina González J.H., 2012: pág.276.
27 Batres, L., 1903: pág.1y pág. 4.
28 AGN, SIPBA, Caja150, Exp. 46, 2f.
La arqueología en Zacatecas durante el S. XX y antes de la fundación de su delegación… 23

por él a las mismas.29 Varios años después, el ingeniero Reygadas Vér-


tiz que encabezaba la Dirección de Arqueología de la SEP, comisionó a
mediados del mes de octubre de 1926 al inspector Eduardo Noguera y
al oficial segundo Agustín García para llevar a cabo una visita de explo-
ración, realizar un levantamiento de un plano topográfico e informar
ampliamente acerca de las condiciones que guardaban los monumen-
tos arqueológicos de La Quemada. En el informe arqueológico redacta-
do por Noguera que dirigió al Director, señaló que durante los tres días
que duró su visita, se pudo examinar la información de las descripcio-
nes y mapas arqueológicos elaborados anteriormente y que era urgente
proceder a la limpieza del bosque de vegetación que cubría a la mayo-
ría de los monumentos no sólo para evitar su deterioro y pronta des-
trucción, sino también para hacer cualquier trabajo de reconocimiento,
estudio y mediciones de los mismos.30 Unos meses después en febrero
de 1927 y como resultado del informe anterior, el mismo Director de
Arqueología autorizó que Agustín García Vega que ocupaba el puesto
de Ayudante Técnico se trasladará de nueva cuenta a las ruinas de La
Quemada para ejecutar trabajos de limpieza de la enorme cantidad de
vegetación que había crecido sobre los monumentos y así proceder al
levantamiento del plano arqueológico.31 En el informe que García Vega
entregó el 5 de abril al Director, escribió sobre el nombramiento que
hizo de dos Guardianes conservadores para estas ruinas y de los tra-
bajos ejecutados de limpieza y desmonte a gran escala ahí,32 que con-
firmaron plenamente la exactitud del Plano General de las Ruinas de la
Fortaleza de La Quemada, levantado en 1866 y publicado en 1867 por

29 INAH, ATCNA, antes ATDMP, Monografía de las Ruinas de la Quemada, Tomo CLXXV, Es-
tados de Veracruz y Zacatecas, Varios, Vol.5, 1918-1952, núm. 1334-10, 10 págs. En sus dos pri-
meras páginas, el autor presenta una descripción muy general de la zona arqueológica enfocándose
únicamente en el Salón de las Columnas y su anteplaza. El resto del documento es una transcripción
íntegra del capítulo titulado Descripción de los Edificios del libro de Batres, L., 1903: págs.25-33.
30 INAH, ATCNA, SEP, Dirección de Arqueología, Año 1926, Noguera Eduardo y Agustín Gar-
cía V., Asunto: Visita de Inspección a las Ruinas Arqueológicas de La Quemada, Zacatecas, Archi-
vo Muerto de la Dirección de Monumentos Prehispánicos, Rúbrica de Clasificación: 2861-VIII-I
/166.2 (724 -1)]-, 26 fs.; INAH, ATCNA, antes ATDMP, Noguera, Eduardo, Informe de Inspec-
ción a las Ruinas Arqueológicas de La Quemada, Noviembre 10 de 1926, Tomo CLXXV, Estados de
Veracruz y Zacatecas, Varios, Vol.5, 1918-1952, núm. 1335-11, 8 págs. También véase las siguientes
publicaciones: Noguera E., 1927: págs.118-126, 1928: págs.17-27 y 1930: pág.66.
31 Noguera E., 1928: págs. 21-22 y 1930: pág. 66.
32 García Vega, A., 1927: págs. 81-93.
24 José Humberto Medina González

Guillemin Tarayre,33 por lo que no hubo la necesidad de hacer un nuevo


levantamiento topográfico.34
Posteriormente, en junio de1930, el ingeniero Reygadas, ahora a car-
go de la Dirección de Monumentos Prehispánicos de la SEP, ordenó que
Martín Mayora, Agente de 3ª de esta oficina, hiciera una inspección a los
monumentos arqueológicos de La Quemada. En su reporte entregado al
Director a fines del mismo mes, Mayora escribió que a partir de su cor-
ta visita, pudo inspeccionar detenidamente las ruinas y verificar el cum-
plimiento de los trabajos de limpieza y vigilancia de los dos custodios.35
A finales del mes de febrero e inicios de marzo de 1947, el arqueólo-
go Eduardo Noguera, quien ocupaba el puesto de Director del Departa-
mento de Monumentos Prehispánicos del INAH, designó al arqueólogo
Hugo Moedano Köer para realizar estudios e investigaciones en la zona
arqueológica de La Quemada. A mediados del mes de abril, el anterior
investigador y cuatro estudiantes del Mexico City College iniciaron una
temporada cuyos trabajos se concentraron principalmente en la excava-
ción, liberación e intervenciones de restauración en el Salón de las Co-
lumnas (Figura 3) y el Juego de Pelota, ambas construcciones ubicadas
en el primer nivel en la zona conocida como la Acrópolis en estas rui-
nas, en una de las calzadas que convergen hacia esta última; y así mis-
mo se realizaron exploraciones en tres sitios arqueológicos menores en
la planicie del valle de Malpaso. 36 Cuatro años después Pedro Armillas,
quién trabajaba para el Departamento de Monumentos, realizó nuevas
investigaciones arqueológicas en la Quemada. Entre el fin de diciembre
de 1951 y principios de enero de 1952, emprendió una corta temporada

33 Tarayre, G., 1867: Plancha V.


34 Noguera E., 1930: pág. 66.
35 INAH, ATCNA, SEP, Dirección de Monumentos Prehispánicos, Año 1930, Mayora, Martín.,
Asunto: Inspección a las Ruinas de Chalchihuites [sic.de la Quemada], Archivo Muerto de la Direc-
ción de Monumentos Prehispánicos, Rúbrica de Clasificación: 2860-VIII-I [166.2 (724 -1)], 12 fs.;
INAH, ATCNA, antes ATDMP, Mayora, Martín, Informe del Estado Actual de las Ruinas de La
Quemada, Tomo CLXXV, Estados de Veracruz y Zacatecas, Varios, Vol.5, 1918-1952, núm. 1336-
12, 5 págs.
36 Piña Chan, R., 1997: págs. 480-481. También consultar: INAH, BNAH, SD, Archivo Histó-
rico del INAH, Vol.40 (1947), núm.22, Curriculum Vitae de Hugo Moedano Köer, 3 fs. y Vol.39
(1947), núm.17, Recortes de Prensa. Entre otras noticias relativas a las exploraciones arqueológicas
en La Quemada; véanse recortes de noticias de periódicos del año 1947: El Universal, febrero 21;
Novedades 1 de marzo; Excélsior 18 de Junio y Excélsior 29 de julio. Para la información de los tres
sitios menores que fueron excavados véase: Faulhaber, J., 1959: págs. 131-142.
La arqueología en Zacatecas durante el S. XX y antes de la fundación de su delegación… 25

de exploraciones en el sector bautizado por él como El Cuartel, dos ca-


sas-habitación emplazadas sobre una terraza en el risco Este del cerro
en el tercer nivel de la Acrópolis, donde se excavaron completa y par-
cialmente el interior de varios cuartos.37
En abril de 1955, Eduardo Noguera que aún ocupaba la jefatura de
la Dirección de Monumentos Prehispánicos, autorizó que con el apoyo
presupuestal - materiales de construcción y pago de peones- del Gobier-
no de Zacatecas; el arqueólogo Corona Núñez, Inspector del INAH en el
Occidente de México, llevará a cabo durante dos meses intervenciones
de consolidación urgentes en algunas edificaciones en el área monu-
mental de la zona arqueológica de La Quemada. Desde el 1 de mayo has-
ta el 18 de junio, Corona concentró su trabajo en la restauración en los
muros y taludes afectados en los diferentes niveles de la Acrópolis, en
un basamento piramidal conocido como el Mirador ubicado en la cima
de esta última, así como en un par de columnas al interior del Salón de
las Columnas o Sala Hipóstila y principalmente en la liberación y re-
construcción de la pirámide Votiva. Según la documentación, la falta de
dinero en la Tesorería del Estado de Zacatecas, obligaron al Gobernador
a suspender el apoyo presupuestal para dichas obras antes de los dos
meses planeados.38 Fue necesario esperar hasta 1973, año cuando se
establece la Delegación del INAH en Zacatecas, para que el arqueólogo
Gerardo Cepeda Cárdenas del Departamento de Monumentos Prehispá-
nicos del INAH, comenzara los trabajos de consolidación y restauración
en algunos de los monumentos mayores en esta zona arqueológica.39

37 Piña Chan, R., 1997: pág. 481 y consultar INAH, ATCNA, Colección Kelleys, Asunto: National
Science Foundation, Grant G18586, Northern Frontier Armillas´ Project B, Folder – Corresponden-
ce, Consultar Documento titulado: La Quemada. Armillas, Excavaciones Diciembre 1951 y Enero
1952, 2 p. La única nota publicada sobre esta temporada apareció en: Notas del Interior, “La Quema-
da”, Revista Tlatoani, Vol.1, núm. 2, Marzo- Abril, Boletín de la Sociedad de Alumnos de la Escuela
Nacional de Antropología e Historia, México, pág. 38.
38 Toda la documentación referente a esta temporada se encuentra: INAH, ATCNA, SEP, Dirección
de Monumentos Prehispánicos, Año 1947, Referencia B/311.32(Z41-1)/1, Legajo 2, Zona Arqueo-
lógica de La Quemada, Zac. Documentación Sobre los Trabajos de Exploraciones y Conservación…,
fs.80-81 y 84-95. También véase, INAH, ATCNA, antes ATDMP, Corona, Núñez J. 1955. Informe
de los Trabajos Realizados en las Ruinas Arqueológicas de La Ciudad de Tuitlán (La Quemada) Za-
catecas, Durante los Meses de Mayo y Junio de 1955, Tomo CLXIII, Estado de Zacatecas. Tuitlán.
La Quemada. 1955, n. 1205-1, 14 Fotos, 1 Dibujo, 8 págs. y Corona, Núñez, 1972: págs. 43-51.
39 INAH, ATCNA, SEP, Dirección de Monumentos Prehispánicos, Año 1976, Referencia
B/311.32(Z41-1)/1, Legajo 3, Zona Arqueológica de La Quemada, Zac. Documentación Sobre los
Trabajos de Exploraciones y Conservación…, fs. sin número.
26 José Humberto Medina González

INSTITUCIONES Y ACERVOS CONSULTADOS

AGN: Archivo General de la Nación, México


-SIPBA: Secretaría Instrucción Pública y Bellas Artes
INAH: Instituto Nacional de Antropología e Historia
-BNAH: Biblioteca Nacional de Antropología e Historia
-SD: Subdirección de Documentación
-CNA: Coordinación Nacional de Arqueología
ATDMP: Archivo Técnico de la Dirección de Monumentos Prehis-
pánicos, hoy ATCNA
ATCNA: Archivo Técnico de la Coordinación Nacional de Arqueo-
logía, antes ATDMP
-CND: Coordinación Nacional de Difusión
-SINAFO-Sistema Nacional de Fototecas
-MNA: Museo Nacional de Antropología
AH- Archivo Histórico
SEP: Secretaría de Educación Pública
UNAM: Universidad Autónoma de México

BIBLIOGRAFÍA
Amador, Elías, 1982 (1892). Bosquejo Histórico de Zacatecas, 1era. Reimpresión
1943 por Orden Expresa del Supremo Gobierno del Estado, Zacatecas, 2da.
Reimpresión 1982, Partido Revolucionario Institucional, Comité Directivo
Estatal, Tomos I y II, México.
Batres, Leopoldo, 1903. Visita a los Monumentos Arqueológicos de “La Quema-
da” Zacatecas, Inspección y Conservación de Monumentos Arqueológicos
de la República Mexicana, Imprenta de la Viuda de Francisco Díaz de León,
4 planos, fotos, 43 págs.
Castañeda, Ramón A., 1892a. “Remitido”, El Demócrata de Zacatecas, Tomo I,
núm. 14, 7 mayo 1892, Zacatecas, págs. 3-4.
—, 1892b. “Ruinas de Chalchihuites”, El Monitor Republicano, año XLII, Quinta
Época, núm. 120, Jueves 19 de mayo, Ciudad de México, pág. 2.
Corona, Núñez José, 1972. “Ruinas de La Ciudad de Tuitlán, Zacatecas”, Estudios
Antropológicos en el Occidente de México, Memorias de la Escuela de Antro-
pología, núm. 1, Universidad Veracruzana, Facultad de Humanidades, Jala-
pa, Veracruz, 3 fotos, 1 esquema, págs. 43-51.
Delgado Agustín, 1961. “Exploraciones Arqueológicas en el Noroeste de Méxi-
co”, Boletín del INAH, núm. 5, Julio, INAH, México, págs. 2-3.
Faulhaber, Johanna, 1959. “Breve Análisis Osteológico de los Restos Humanos
de ‘La Quemada’, Zac.”, Anales del Instituto Nacional de Antropología e His-
toria, Tomo XII, INAH, México, págs. 131-149.
La arqueología en Zacatecas durante el S. XX y antes de la fundación de su delegación… 27

Fernández, Carlos, 1886. “Antigüedades Mexicanas”, Anales del Museo Nacional


de México, Tomo III, Imprenta de Ignacio Escalante, Bajos de San Agustín
núm.1, México, págs. 68-71.
—, 1890. “Apuntes Referentes a la Municipalidad de Chalchihuites”, Boletín de
la Sociedad Mexicana de Geografía, Cuarta Época, Tomo II, Imprenta del
Sagrado Corazón de Jesús, Sepulcros de Santo Domingo núm.40, México,
págs.132-145.
Gamio, Manuel, 1910. “Los Monumentos Arqueológicos de las Inmediaciones de
Chalchihuites, Zacatecas”, Anales del Museo Nacional de Arqueología, Histo-
ria y Etnología, Tomo II, México, págs. 469-492.
—,1911. Archaeological Research in Chalchihuites State of Zacatecas, Northern
México, Masters Arts, Philosophy, April 1911, Rare Book & Manuscript Li-
brary, COA- F11, Butler Library, Columbia University, New York, USA, 26
plates, 26 págs.
Gallegos Ruiz, Roberto (Coordinador), José Roberto Gallegos Téllez Rojo y Mi-
guel Gabriel Pastrana Flores (Compiladores), 1997. Antología de Documen-
tos para la Historia de Teotihuacan, Colección Antologías Serie Arqueología,
INAH, México, 674 pp.
Gallegos Téllez Rojo, José Roberto, 1996. Manuel Gamio y la Formación de la
Nacionalidad: El Problema de los Indios y de los Derechos de los Pueblos, Te-
sis de Licenciatura en Historia, Facultad de Filosofía y Letras, UNAM, Méxi-
co, 275 págs.
García Moll, Roberto, 1982. Índice del Archivo Técnico de la Dirección de Monu-
mentos Prehispánicos del INAH, Colección Científica del INAH, núm. 120,
Catálogos y Bibliografías, INAH, México.
García Uranga, Baudelina, 1998. “Chalchihuites”, Hallazgos Importantes en la
Arqueología Mexicana, Arqueología Mexicana, núm. 30, Marzo y Abril, Edi-
torial Raíces, págs. 30-32.
— y José Humberto Medina González, 2012. “Alta Vista, Zacatecas”, Diálogos
con el Pasado Recuento, CONACULTA-INAH, págs. 262-274.
García Vega, Agustín, 1927. “Al Ciudadano Director de Arqueología.- Presente
[Informe Sobre Trabajos Ejecutados en las Ruinas de La Quemada]”, Bole-
tín de la SEP, Tomo VI, núm.4, Abril de 1927, Publicaciones de la SEP, Tomo
XIV, núm.1, México, 7 fotos, págs. 81-89.
González Gamio, Angeles, 1988. Manuel Gamio, Una Lucha sin Final, Coordina-
ción de Humanidades, UNAM, México, 261 págs.
Guerrero Crespo, Claudia, 2003. Historia de la Arqueología Mexicana a partir
de los Documentos del Archivo General de la Nación (1876-1920), Tesis para
Optar por el Título de Licenciada en Arqueología, ENAH, INAH, México, D.F.,
292 págs.
Guillemin Tarayre, Edmond, 1867. “L`Exploration Minéralogique Des Régions
Mexicaines Suivie de Notes Archéologiques et Ethnographiques, II Partie.
Deuxième Partie; Vestiges Laissées par les Migrations Américaines Dans le
Nord du Mexique”, Archives de la Commission Scientifique du Mexique, Pu-
bliées Sous les Auspices du Ministère de L’Instruction Publique, Extrait du
Tome III, Imprimerie Impériale, Paris, France, 535 pp.
28 José Humberto Medina González

Lombardo de Ruiz, Sonia, 1994. El Pasado Prehispánico en la Cultura Nacional


(Memoria Hemerográfica 1877-1911), Volumen II, El Imparcial (1879-1911),
Antologías, Serie Arqueología, INAH, México, 728 pp.
Marquina, Ignacio, 1994. Memorias, Colección Biblioteca del INAH, INAH, Méxi-
co, 181 págs.
Medina González, José Humberto, 2012. “La Quemada”, Diálogos con el Pasado
Recuento, INAH, México, págs. 276-284.
— y Baudelina L. García Uranga, 2010. A 100 Años de su Descubrimiento Alta Vis-
ta, Gobierno del Estado de Zacatecas, CONACULTA, INAH, México, 292 págs.
Noguera, Eduardo, 1927. “Al Ciudadano Director de Arqueología.- Presente [In-
forme sobre Visita de Inspección a las Ruinas de La Quemada]”, Boletín de
la SEP, Tomo VI, núm.1, Enero de 1927, Publicaciones de la SEP, Tomo XII,
núm.18, México, 6 fotos, págs. 118-126.
—,1928. “La Quemada”, El Estado Actual de los Principales Edificios Arqueológi-
cos de México, Contribución de México al XXIII Congreso de Americanistas,
Dirección de Arqueología, Publicaciones de la SEP, Talleres Gráficos de la
Nación, México, págs.17-27.
—,1930. Ruinas Arqueológicas del Norte de México. Casas Grandes (Chihuahua),
La Quemada, Chalchihuites (Zacatecas), Dirección de Monumentos Prehis-
pánicos, Publicaciones de la SEP, Talleres Gráficos de la Nación, México,
D.F., 107 págs.
Piña Chan, Román, 1997. “Breve Informe sobre el Departamento de Monumen-
tos Prehispánicos a los Veinticinco Años de Haberse Fundado”, Antología de
Documentos para la Historia de Teotihuacan, Gallegos Ruiz, Roberto (Coor-
dinador), José Roberto Gallegos Téllez Rojo y Miguel Gabriel Pastrana Flo-
res (Compiladores), Colección Antologías Serie Arqueología, INAH, México,
pp. 475-488.
Ramos Escandón, Carmen, 2001. “Genaro García, Historiador Feminista de Fin
de Siglo”, Signos Históricos, núm. 5, Enero-Junio, Universidad Autónoma Me-
tropolitana, México, págs. 87-107.
La arqueología en Zacatecas durante el S. XX y antes de la fundación de su delegación… 29

Figura 1.-Localización de las Zonas Arqueológicas Alta Vista y La Quemada.

Figura 2.- Fotografías de las ruinas de Alta Vista, Periódico El Imparcial 9 de noviembre de
1908.
30 José Humberto Medina González

Figura 3.- Fotografía tomada en 1947 Hugo Moedano Köer y alumnos del Mexico City College
excavando en el interior del Salón de las Columnas, La Quemada. INAH, CND, SINAFO, núm.
de inventario 324545.
31

ALGUNOS PROYECTOS ARQUEOLÓGICOS Y LABORES


DESARROLLADOS POR EL INSTITUTO NACIONAL DE
ANTROPOLOGÍA E HISTORIA EN EL ESTADO DE ZACATECAS,
A PARTIR DE LA DÉCADA DE LOS AÑOS SETENTAS DEL
PASADO SIGLO1

Baudelina Lydia García Uranga*

E l Centro del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH)


en Zacatecas existió como delegación de dicha institución desde la
década de los años setentas del siglo pasado. Sin embargo, en sus ini-
cios no contaba más que con un delegado y sus secretarias. No fue has-
ta 1985 que empezaron a integrarse al mismo investigadores de base y
contratados de diversas especialidades.
Previo a que el Centro INAH Zacatecas contara con personal de ar-
queología contratado (1985) y al establecimiento de proyectos arqueo-
lógicos del mismo centro (1991), personal de varias dependencias del
INAH llevó a cabo diversas labores encaminadas a la protección y con-
servación de los sitios arqueológicos ubicados en el estado de Zacatecas.
En el recuento de tales acciones en este escrito sólo trataremos del
sitio arqueológico de Alta Vista y algunos otros no tan conocidos, ya
que las labores y proyectos realizados en La Quemada, Las Ventanas y
el Teúl son expuestos en otros escritos de mis compañeros arqueólo-
gos. Por otro lado, también enlistamos tanto los proyectos arqueológi-
cos efectuados en el estado de Zacatecas por el centro, como por otras
dependencias del INAH.
Es necesario mencionar que para todos los proyectos arqueológicos
que se mencionan, el INAH ha contado y cuenta con importante apoyo
y colaboración por parte del Gobierno del estado de Zacatecas en diver-
sas formas.

1Toda la información presentada en este escrito ha sido extraída de documentos y textos de proyectos
e informes arqueológicos que forman parte del Archivo de Arqueología del Centro INAH Zacatecas
y del archivo personal del autor.
* Arqloga. Investigadora del Centro INAH Zacatecas
32 Baudelina Lydia García Uranga

INSPECCIONES, SUPERVISIONES, ATENCIONES


A DENUNCIAS Y OTRAS LABORES

Década de los años 1970

En octubre de 1973 personal del Departamento de Monumentos Pre-


hispánicos, llevó a cabo un recorrido por el estado para la investigación
preliminar sobre la arqueología de Zacatecas, detectando el tipo de es-
tructuras prehispánicas en cada uno de los sitios examinados. En los
municipios de Chalchihuites y Sombrerete se visitaron Alta Vista, Cerro
de Moctezuma, Cerro Chapín, Gualterio Abajo, Cerro Colorado y La Que-
madita. Así mismo, en Alta Vista posteriormente al desmonte general,
se programó una serie de pozos estratigráficos para el conocimiento de
las estructuras.
De nuevo, en 1974 personal del Departamento de Monumentos Pre-
hispánicos, se hizo cargo en Alta Vista de los trabajos de consolidación
y restauración; en ésta ocasión dentro del proyecto bajo la dirección del
Dr. J. Charles Kelley de la Southern Illinois University.
En diciembre de 1977 personal del Registro Público de Monumentos
y Zonas Arqueológicos, realizó la delimitación de la zona arqueológica
de Alta Vista con una superficie de poco más de 11 has., cuyo perímetro
aproximado fue señalado con postes y alambre de púas.
En julio de 1978 personal de Monumentos Prehispánicos llevó a cabo
recorrido de inspección técnica en La Quemada y en Alta Vista. Para
ésta última zona arqueológica recomendó que personal del Departa-
mento de Conservación se encargara de la preservación de la arquitec-
tura y elementos de tierra bajo la supervisión de un arqueólogo apto, y
recomendó la construcción de una caseta para los vigilantes y el públi-
co visitante.

Década de los años 1980

Durante el primer semestre de 1983 personal del Centro Regional


Norte/Centro (INAH) llevó a cabo una inspección a Alta Vista, rindien-
do un informe sobre el estado en que ésta se encontraba y presentó un
proyecto de conservación de la misma, el que fue aprobado y quedó en
espera de los recursos requeridos.
Algunos proyectos arqueológicos y labores desarrollados por el Instituto… 33

En base a dicho proyecto, a principios de 1984 la Dirección de Monu-


mentos Prehispánicos comisionó personal para que efectuara trabajos
de restauración emergente en Alta Vista; se intervino el Salón de Colum-
nas, la Estructura 1Sureste, el Templo de los Cráneos, las Habitaciones 1
y 2 de la Plataforma Sureste de la Estructura 2, la Habitación ¾ y el La-
berinto u Observatorio. Finalmente, se retiraron parte de los azolves de
la plaza de la Estructura 2.
En noviembre de 1984 personal del Departamento de Salvamento Ar-
queológico atendió la denuncia y realizó el rescate de dos entierros hu-
manos al sureste de la Estructura 4 en Alta Vista, ubicados sobre el cer-
cado de la zona arqueológica.
A partir de año de 1985 el centro contó con personal contratado de
la especialidad de arqueología, lo cual significó un trabajo más integral.
Durante abril y mayo de ese año, se realizaron dos inspecciones en Alta
Vista tocantes a derrumbes en el Observatorio, vestigios de pisos enja-
rrados y adobes fuera del cercado del sitio, pero dentro del polígono de
delimitación, así como acerca de la colocación de una techumbre metá-
lica sobre la Plataforma Sureste de la Estructura 2.
En agosto de ese mismo año, se atendió denuncia de entierros en la
Habitación 0 de la Plataforma Sureste de la Estructura 2 en Alta Vista.
Durante el primer semestre de 1987 se presentó a la Dirección de
Monumentos Prehispánicos el “Diagnóstico e Intervenciones de Restau-
ración para la Zona Arqueológica de Alta Vista”, elaborado por perso-
nal de los Centros Regionales del INAH en Zacatecas y Aguascalientes.
En agosto de 1988 personal de ambos centros, con apoyo de una res-
tauradora y alumnos de la Escuela Nacional de Conservación, Restau-
ración y Museografía (ENCRyM) llevaron a cabo trabajos de desazolve y
rectificación de salidas de agua, así mismo realizaron algunas pruebas
para la conservación de elementos arquitectónicos en Alta Vista.
A partir de febrero de 1989 el Centro Regional del INAH en Zacate-
cas contó con personal de base de la especialidad de arqueología ads-
crito al mismo.
En febrero de 1989 se realizó inspección a Alta Vista para precisar
las necesidades más apremiantes de consolidación y conservación, así
mismo se informó que el cercado no abarcaba la delimitación precisa
del polígono de la zona, lo que ocasionó que trabajos de cultivo en los
terrenos colindantes invadieran parte del sitio y algunas estructuras
menores resultaran dañadas.
34 Baudelina Lydia García Uranga

En marzo de 1989 a petición de la Coordinación Nacional de Cen-


tros INAH, se realizó el “Diagnóstico de las zonas arqueológicas abier-
tas al público en el estado de Zacatecas”, (Alta Vista, La Quemada y Las
Ventanas).
En noviembre de 1989 el centro atendió denuncia sobre un entierro
primario infantil en Alta Vista y se realizó inspección al sitio de Las Ví-
boras en el municipio de Jiménez del Teúl, reportándose pozos de sa-
queo recientes.

Década de 1990

En los meses de abril y mayo del año de 1990 personal de la Subdi-


rección de Estudios Arqueológicos apoyó al centro atendiendo varias
denuncias respecto a sitios arqueológicos en cinco municipios de Za-
catecas (Chalchihuites, Sombrerete, Jerez, Villanueva y Genaro Codina).
Durante los meses de abril y agosto 1991 se llevaron a efecto dos ins-
pecciones a Alta Vista por personal de arqueología del centro.
A fines de 1991 y hasta 1993 se llevó a cabo el “Proyecto Arqueoló-
gico Alta Vista, Chalchihuites, Zacatecas”, proyecto conjunto entre el
INAH y el Gobierno del estado de Zacatecas, al que posteriormente y
hasta 1999 se le denominó “Proyecto de Investigación y conservación de
la zona arqueológica del Alta Vista, Chalchihuites, Zacatecas”.
Los objetivos de éste fueron:
1.- Realizar trabajos de investigación dentro del conjunto monumental
de la zona en áreas de contextos arqueológicos que pudiesen apoyar
en precisar la cronología prehispánica del sitio.
2.- Efectuar una serie de intervenciones de conservación en áreas priori-
tarias, mismas que se encontraban o bien deterioradas o en un avan-
zado proceso de deterioro.
3.- Implantar un circuito peatonal dentro de la zona para dirigir y con-
trolar la circulación de los visitantes en torno a los distintos conjun-
tos arquitectónicos.
4.- La verificación de la delimitación de la zona federal de Alta Vista.

Avances alcanzados:
Se excavaron y liberaron dentro de la Estructura 3 los denominados
Palacio de los Astrónomos, así como el Atrio Nuevo. En la Estructura
4, la Habitación 1 de la Plataforma Suroeste-Sur; el acceso Noreste a la
Algunos proyectos arqueológicos y labores desarrollados por el Instituto… 35

Plaza de la misma estructura; los depósitos restantes sobre la banqueta


Suroeste-Oeste a partir del acceso a la Habitación 1 y se finalizó la exca-
vación del Acceso 3/4.
Se concluyó la excavación y liberación de las plazas centrales de las Es-
tructuras 2 y 4; se realizaron pozos de sondeo en dos de las banquetas de
ésta última Estructura, así como otro, frente a la entrada del drenaje de
la Plataforma Sureste. Se excavó el Pasillo al Observatorio, se concluyó la
excavación de la Habitación 1 de la Plataforma Sureste de la Estructura 2.
Finalmente, se excavaron algunas áreas dentro de la Estructura 5 —
el área adyacente a la esquina Este de la Estructura 3 y Noreste de la Es-
tructura 4—, y parte de la Estructura 3 Oeste.
En cuanto a trabajos de restauración, consolidación y mantenimiento
se intervinieron las áreas excavadas, así como otras ubicadas al interior
de los cinco conjuntos arquitectónicos principales de la zona arqueoló-
gica, el Laberinto, el Camino del Sol y el Muro de la Serpiente.
Años después de finalizadas las excavaciones (2009), se llevó a cabo
el levantamiento del plano de todas las estructuras liberadas en Alta
Vista, se estableció un circuito peatonal para la visita (2007), redactán-
dose y colocándose cédulas informativas de las estructuras prehispáni-
cas, así como el plano de la zona con apoyo de la Dirección de Opera-
ción de Sitios. En 2008 se colocaron diferentes cédulas (introductoria,
recomendaciones, horarios, etc.) en torno a la Unidad de Servicios.
A partir de septiembre de 2003, el Centro INAH en Zacatecas inició
gestiones para obtener la colaboración de los tres niveles del gobier-
no orientada a la construcción e instalación de la Unidad de Servicios
para el público visitante a la zona arqueológica. Por ello a fines de 2003
y principios de 2004 se realizaron trabajos, de sondeo, restauración y
mantenimiento en Alta Vista. Los primeros contemplaron la excavación
de 42 pozos de 2x2 y 2x3 m. en el área donde se construyó dicha Uni-
dad de Servicios. Su objetivo fue verificar la ausencia de estructuras
prehispánicas y contextos arqueológicos que pudiesen resultar daña-
dos. Paralelamente a la excavación de tales pozos se llevaron a cabo la-
bores de mantenimiento y restauración en las Estructuras 1, 2 y 3.
Posteriormente, en los años 2005 y previo a la inauguración de la
Unidad de Servicios y Museo de Sitio en Alta Vista en 2007, se efectua-
ron temporadas de campo centradas en el mantenimiento menor de to-
das las estructuras de la zona arqueológica. Dicha Unidad y Museo fue-
ron inaugurados el 30 de octubre de 2007.
36 Baudelina Lydia García Uranga

Para el año de 2009 se establece el proyecto permanente “Mante-


nimiento menor de la zona arqueológica de Alta Vista, Chalchihuites,
Zac.”, el que a la fecha continúa, con dos temporadas de campo (2009
y 2012) durante las cuales se han efectuado trabajos de mantenimien-
to en partes de todas las estructuras arqueológicas del sitio. Por otra
parte, desde ese mismo año a la fecha, se ha contado con apoyo del
Programa de Empleo Temporal (PET) del gobierno federal, para llevar a
cabo labores de desyerbe, jardinería, establecimiento y mantenimiento
de senderos, bancos para los visitantes, etc. dentro de la zona, así como
el mantenimiento de la Unidad de Servicios.
En el año de 2009 se establece el Fideicomiso para conformar el Co-
mité Técnico de Apoyo en Materia de Investigación, Rescate, Conserva-
ción y Difusión del Patrimonio Arqueológico del Estado de Zacatecas
-en el que participaron el Gobierno del Estado de Zacatecas, el INAH y el
FONCA- orientado a desarrollar mediante proyectos arqueológicos, di-
chas labores en 6 sitios y zonas arqueológicos, entre ellas: Alta Vista y
Cerro Moctehuma en el municipio de Chalchihuites y Cruz de la Boca en
el municipio de Sombrerete.
Entre los años de 2009 a 2011 se realizó el “Proyecto Conservación
integral del relieve Picacho Pelón, zona arqueológica de Alta Vista, Zac.”
conjuntamente con personal de la ENCRyM. Además, con apoyo de dos
profesoras y 4 alumnas de dicha escuela se efectuó la restauración de
91 piezas de turquesa, concha y hueso de la colección de piezas arqueo-
lógicas en exhibición en el Museo de sitio.
En 2012 como parte del proyecto en Alta Vista se llevó a cabo el aná-
lisis de 136 piezas y fragmentos cerámicos (del tipo Súchil)2, mismos
que fueron estudiados, registrados y subidos al Sistema Único de Re-
gistro del INAH.

“Proyecto Atlas Arqueológico del estado de Zacatecas”, 1985-1986

Parte del “Proyecto Atlas Arqueológico Nacional” y del Atlas Inte-


gral de todas las especialidades (Etnográfico, Lingüístico, etc.). Coordi-
nado por el Departamento del Registro Público de Monumentos y Zonas
Arqueológicos.

2Tipo cerámico diagnóstico de la fase Alta Vista (550-850 d.C.) cuya decoración pintada caracterís-
tica son motivos en color rojo sobre un fondo café.
Algunos proyectos arqueológicos y labores desarrollados por el Instituto… 37

Los objetivos específicos de este fueron producir a corto plazo el in-


ventario de zonas arqueológicas, tanto para establecer las políticas na-
cionales de protección del patrimonio arqueológico, como para formar
un banco de datos que sustentara la investigación de nuestra historia
prehispánica. El proyecto se estructuró en 3 etapas; la primera consis-
tió en realizar el inventario de sitios arqueológicos. Ésta primera etapa
permitiría instrumentar a nivel nacional un programa de conservación
del patrimonio arqueológico por la vía de declaratorias-decretos, man-
tenimiento, salvamento y habilitación de nuevas zonas.
La segunda etapa fue establecer un orden jerárquico de aquellos si-
tios sobre los que sería necesario recabar más información, tanto para
fines de investigación arqueológica como para la preparación de los ex-
pedientes técnicos asociados a la gestión de declaratorias-decretos.
La tercera etapa sería de investigación libre, en ésta etapa con el apo-
yo de la información arrojada por las etapas anteriores, el investigador
fijaría el conjunto de problemas a resolver, seleccionaría su área de tra-
bajo y en su caso, alimentaría el Atlas con la localización de nuevos
sitios.
En el caso específico del estado de Zacatecas se planteó un reco-
rrido de superficie por el sur de estado, desde el paralelo de 22° (va-
lle de Tlaltenango, cañón de Juchipila y parte del valle de Nochistlán)
para evaluar las expectativas de recuperación de sitios en función de su
monumentalidad.
Al final de la temporada de campo, se logró el registro de 81 sitios
arqueológicos.
Tocante a las conclusiones de dicha temporada, éstas fueron que por
ningún concepto debía considerarse la extensa región trabajada como
un área recorrida en su totalidad, ya que únicamente se recorrieron las
estribaciones de las sierras y al parecer en plena sierra existe la mayor
concentración de sitios arqueológicos. Por otro lado, fue evidente la
abundancia de zonas arqueológicas en una región que aparentemente
no presentaba expectativas de incrementar mayormente el conocimien-
to de las mismas.

“Proyecto Cañón de Juchipila”, 1992

Su objetivo fue inventariar los sitios arqueológicos existentes en esa


zona y proponer acciones para su protección y conservación. Lo ante-
38 Baudelina Lydia García Uranga

rior debido a que las posibilidades de uso agrícola en el cañón son muy
altas y a partir de la década de los años 80´s del siglo pasado se había
desarrollado la agricultura mecanizada. De ésta forma el cañón estaba
siendo explotado agrícolamente de manera intensiva, impulsando la ac-
tividad frutícola basada principalmente en el cultivo de la guayaba, be-
neficiado por el río Juchipila, además de que cada vez aumentaban más
los cultivos comunes de maíz, frijol, chile, etc.
En primer término se recurrió a la información bibliográfica, así
como a la fotointerpretación, marcando aquéllas “irregularidades” so-
bresalientes en el terreno. Posteriormente, en campo se verificaron di-
chas irregularidades, así como los lugares reportados bibliográficamen-
te; además se concentró la atención en las áreas ya afectadas por la
siembra de árboles frutales y se recurrió a informantes locales.
Se registraron 19 sitios arqueológicos, 6 de los cuales ya habían
sido registrados por personal del Departamento del Registro Públi-
co de Monumentos y Zonas Arqueológicos (DRPMyZA). Se hicieron
croquis y levantamiento de materiales. La información obtenida en
campo y gabinete se vació en las cédulas elaboradas por dicho Depar-
tamento, presentándose medidas de protección y conservación para
cada sitio. En el caso de sitios intactos, se propuso que fueran con-
servados como reservas arqueológicas. Se estableció una jerarquía de
sitios, la que consistió en diferenciarlos por la presencia o ausencia
de estructuras.
El área recorrida comprendió los municipios de Tabasco, Huanusco,
Jalpa y Apozol. La mayor parte de los sitios se localizaron sobre lomas
que rematan en mesetas. Los sitios con mayor número de estructuras
resultaron ser los más deteriorados debido al saqueo sistemático o van-
dálico de que habían sido objeto.

“Proyecto Atlas Arqueológico del estado de Zacatecas”, 2001-2007

Retomando los objetivos generales del “Proyecto Atlas Arqueológi-


co del estado de Zacatecas” desarrollado en la década de los años 1980,
su objetivo específico fue la actualización de la base de datos en torno
al patrimonio arqueológico existente en el estado de Zacatecas, median-
te el registro de nuevos sitios arqueológicos y la verificación del estado
de conservación de los sitios arqueológicos ya registrados, con el fin de
establecer criterios de protección del patrimonio arqueológico a corto,
Algunos proyectos arqueológicos y labores desarrollados por el Instituto… 39

mediano y largo plazo, manteniendo vínculos de colaboración con los


propietarios de los terrenos que presentan sitios arqueológicos y los di-
ferentes niveles de gobierno e instituciones comprometidas con la pro-
tección del patrimonio arqueológico, para de manera conjunta ser soli-
darios responsables en su conservación y protección.
Este proyecto desde sus inicios colaboró con el de “Protección téc-
nica y legal del patrimonio arqueológico y paleontológico del estado de
Zacatecas”.
Se llevaron a cabo reconocimientos arqueológicos de superficie en
los municipios de Villa García, Pinos, Fresnillo, Nochistlán, Monte Es-
cobedo, Luis Moya, Ojocaliente y Cd. Cuauhtémoc. Además, del regis-
tro de sitios arqueológicos y paleontológicos mediante atenciones de
denuncias presentadas las que fueron atendidas a través del proyecto
“Protección técnica y legal del patrimonio arqueológico y paleontológi-
co del estado de Zacatecas”, en los municipios de Villa García, Loreto,
Saín Alto, Morelos, Fresnillo, Sombrerete, Pinos, Villanueva, Valparaíso
y Jerez.
Lo anterior permitió aumentar la base de datos mediante el registro
y verificación del estado de conservación de sitios arqueológicos y pa-
leontológicos, detectar problemáticas específicas en torno a la conser-
vación del patrimonio arqueológico y proponer estrategias encamina-
das a su preservación.
Se registraron 53 sitios nuevos, se verificaron 33, se realizó la deli-
mitación de 20 sitios arqueológicos mediante poligonal envolvente y se
estudió parte los materiales arqueológicos recolectados.
Durante la década de los años 90 del siglo pasado el Centro Regio-
nal del INAH en Zacatecas estableció el proyecto permanente de “Aten-
ción a denuncias de sitios arqueológicos”, posteriormente denominado
“Protección técnica y legal del patrimonio arqueológico y paleontoló-
gico del estado de Zacatecas”, el cual atiende las denuncias sobre su-
puestos hallazgos de sitios y materiales arqueológicos presentadas
por particulares y dependencias. Así mismo, realiza prospecciones en
áreas donde se llevan a cabo obras de infraestructura (carreteras, ten-
didos de de líneas de transmisión de energía eléctrica, etc.) y de desa-
rrollos mineros. Este proyecto alimenta la base de datos de sitios ar-
queológicos del estado.
Igualmente se han efectuado algunos trabajos de rescate y salvamen-
to arqueológico en la ciudad de Zacatecas.
40 Baudelina Lydia García Uranga

“Proyecto Arqueológico Cruz de la Boca, municipio


de Sombrerete, Zacatecas”, 2002-2004

Objetivos de investigación:
1. Cronología del crecimiento del sitio (afinación de cronologías exis-
tentes en la región).
2. Estructura y desarrollo del sitio (tamaño, tipo de arquitectura y la
naturaleza de las actividades).
3. Economía (subsistencia, adquisición de recursos y papel que jugó
dentro de un sistema económico regional e inter-regional mayor).
4. Ideología (elementos compartidos y ajenos a la tradición cultural
mesoamericana).
5. Tamaño y permanencia de la población.

Se efectuaron dos temporadas de campo que principalmente se con-


centraron en la recolección controlada de materiales en superficie, el
mapeo de aproximadamente el 50% de los vestigios arquitectónicos so-
bre el terreno, así mismo la limpieza y excavación controlada de un
pozo de saqueo ubicado dentro de una estructura aparentemente ha-
bitacional. También se describió de manera general la arquitectura en-
contrada en los 5 sectores en que se dividió el sitio y se realizó una pro-
puesta de delimitación del mismo (234. 56 has.). Por otro lado, se llevó
a cabo el análisis del material recuperado por la excavación y el de la
recolección de superficie.

“Proyecto Arqueológico Cruz de la Boca y


Cerro Moctehuma.” 2007-2011

Objetivos de investigación:
1. Efectuar investigaciones en las ruinas de Cruz de la Boca y Cerro
Moctehuma, con la finalidad de entender el proceso de emergencia
y desarrollo sociocultural, en el horizonte Clásico temprano y Epi-
clásico mesoamericano, de la unidad sociopolítica ubicada a lo largo
del valle del río san Antonio, de la cual forman parte ambos sitios.
2. Explicar los vínculos culturales y las relaciones de interacción que
dicha unidad sociopolítica estableció con aquélla que se ubicó al po-
niente –un proceso de emergencia entre pares-, en el vecino valle del
río Colorado, y que tuvo su centro rector en Alta Vista.
Algunos proyectos arqueológicos y labores desarrollados por el Instituto… 41

El fin principal de la realización de investigaciones arqueológicas en


una de las regiones —el valle del río san Antonio— del área nuclear de
la rama Súchil de la cultura Chalchihuites, sería poder establecer corre-
laciones cronológicas y culturales con otras áreas del centro y sur de
Zacatecas con el fin de comprender los vínculos culturales y relaciones
que ésta región del extremo noroeste de Mesoamérica estableció con
otras áreas culturales del centro, occidente, oriente y Norte de México y
con el lejano Suroeste Americano.
En Cruz de la Boca se realizó la delimitación del sitio por medio
de un polígono envolvente, se finalizó el levantamiento de las evi-
dencias arquitectónicas y se elaboró el expediente técnico para la
declaratoria-decreto.
En Cerro Moctehuma se llevó a cabo la delimitación, la colocación de
mojoneras con apoyo de la DRPMyZA, se realizó el levantamiento del
100% de los vestigios de estructuras sobre el terreno y finalmente se
elaboró el expediente técnico, nos encontramos en espera de la declara-
toria presidencial.

“Proyecto Investigaciones arqueológicas en el valle


del río Súchil, Zacatecas y Durango”

Inició en 2004. Proyecto dirigido por personal de la Dirección de Es-


tudios Arqueológicos y de la Escuela Nacional de Antropología e Histo-
ria (ENAH).
Este proyecto se planteó como un estudio regional y a largo plazo,
con dos propósitos generales, por una parte la investigación del proce-
so de desarrollo de los grupos que habitaron el área que ocupó la cultu-
ra Chalchihuites, en particular los asentados en las regiones cercanas a
los ríos Colorado y san Antonio, y por otra, se vinculó con actividades
docentes de la ENAH.
Objetivos generales:
1. Caracterizar los períodos sedentario inicial y de transición entre
las sociedades tribal y jerárquicas de la cultura Chalchihuites, así
como la inserción o interacción a un sistema estatal mayor foráneo
o panregional.
2. Reconstruir los sistemas de asentamiento y subsistencia que adop-
taron los habitantes de la región de Chalchihuites, desde los pri-
meros grupos sedentarios pasando por la fundación de Alta Vis-
42 Baudelina Lydia García Uranga

ta y Cerro Moctehuma, hasta la virtual desocupación del territorio


señalado.
3. Determinar las características socioeconómicas y la transformación
estructural que experimentaron éstas comunidades a través del
tiempo, así como sus posibles causas.
4. Inferir la importancia de la estructura religiosa en la organización
económica y social de estos grupos.
5. Iniciar estudios sobre extracción, procesamiento e intercambio inter-
no y foráneo de los diversos productos minerales que se explotaban
en la región. Buscando generar datos confiables que contribuyan al
entendimiento de los sistemas de producción, concentración e inter-
cambio tanto al interior como al exterior en los diferentes momentos
del desarrollo regional, así como sus consecuencias en otros ámbitos.

Se llevaron a cabo varias temporadas de campo durante las que se


efectuaron prospecciones de superficie y excavaciones en sitios de los
diversos tipos establecidos (centro rector, centro cívico y/o religioso,
centro local, villa, aldea, etc.).
Se registraron mediante la cédula de la DRPMyZA una gran cantidad
de sitios arqueológicos, parte de los cuales ya habían sido detectados
durante los proyectos llevados a cabo por el Dr. J. Charles Kelley de la
Southern Illinois University (Carbbondale) en las décadas de los años 60
y 70 del siglo pasado. Entre los sitios excavados se encuentran Pajones,
Cerro Moctezuma y El Bajío. Actualmente, se están finalizándo los aná-
lisis y estudios de los materiales y datos recobrados.

Otras Labores desarrolladas por el INAH en Zacatecas

1. El INAH prestó mediante comodato 38 piezas arqueológicas (29 de


Rinconada, Juchipila y 9 procedentes de Alta Vista) para la Sala de
Arqueología del Museo Zacatecano, así mismo personal del centro
colaboró en la elaboración del guión científico de dicha sala.
2. Registro de colecciones de piezas arqueológicas.
3. En 2007 la Coordinación Nacional de Arqueología llevó a cabo la
repatriación de los materiales arqueológicos del proyecto Fronte-
ra Septentrional de Mesoamérica realizado durante la década de los
años 60 del siglo pasado, materiales correspondientes a los trabajos
de prospección y excavación en los estados de Durango y Zacatecas.
Algunos proyectos arqueológicos y labores desarrollados por el Instituto… 43

En 2013 dicha Coordinación gestionó el traer a México el archivo ar-


queológico personal del Dr. J. Charles Kelley y la Mtra. Ellen Abbott
Kelley, el cual actualmente está siendo clasificado por personal del
Archivo Técnico de la Coordinación Nacional de Arqueología.
4. En cuanto a publicaciones de difusión tocantes a los sitios arqueo-
lógicos de Zacatecas; el INAH publicó en 1960 la Guía oficial de La
Quemada y Chalchihuites [Alta Vista]; en 1998 las mini-guías sobre
Alta Vista y La Quemada, mismas que en una versión actualizada
fueron publicadas en 2008 en español e inglés. Así mismo, en 2008
publicó, dentro de la serie Diálogos con el Pasado, los ejemplares
acerca de Alta Vista y La Quemada.
5. Por otra parte, el Centro INAH Zacatecas ha publicado varios car-
teles, un calendario y separadores de libros, trípticos y afiches alu-
sivos a Alta Vista y otros sitios arqueológicos, mismos que se han
distribuido entre el público en general y los visitantes a las zonas
arqueológicas.
6. Con fondos del Fideicomiso antes mencionado, y con motivo de la
celebración de un siglo del descubrimiento de Alta Vista (1908), se
realizó una exposición fotográfica; se publicó el libro “A cien años
de su descubrimiento: Alta Vista” (2010); así como la reproducción
de una copa cerámica en técnica decorativa cloisonné hallada en el
sitio por Manuel Gamio en 1908. En colaboración con personal de la
Coordinación Nacional de Difusión del INAH se realizó un documen-
tal y también en colaboración con diversas dependencias del INAH
se organizaron dos ciclos de conferencias, todo ello alusivos a la in-
dicada celebración.

Dicha exposición fue inaugurada dentro del marco del Festival Barro-
co del Museo de Guadalupe (2010, Guadalupe, Zac.), posteriormente en
el Museo Zacatecano (2011, Zacatecas, Zac.), en Casa Chihuahua (2013,
Chihuahua, Chih.) a la que se integraron 13 piezas arqueológicas y se
ha itinerado en varios museos del INAH de diferentes estados del país.
Se realizó la presentación del libro y de la reproducción en 7 ocasio-
nes en diversas sedes (Museo de Guadalupe 2010, Guadalupe, Zac.), Mu-
seo Zacatecano (2011, Zacatecas, Zac.), Museo Nacional de Antropolo-
gía (2011, México, D.F.); Museo de Alta Vista (2011, Chalchihuites, Zac.),
Feria Internacional de Libro Politécnico (2011, Zacatecas, Zac.); CIESAS
(2011, México, D. F.) XXVII Festival Cultural de Zacatecas (2012, Zacate-
44 Baudelina Lydia García Uranga

cas, Zac.). En cuanto al documental, fue presentado en 4 ocasiones: Mu-


seo Zacatecano (2011); Museo Nacional de Antropología (2011), Museo
de Alta Vista (2011); Casa Chihuahua (2012) y continúa como parte de
la exposición itinerante.
Finalmente, los ciclos de conferencias se desarrollaron en colabora-
ción con personal de Museo Nacional de Antropología (2011) y de la EN-
CRyM (2012) en sus sedes.

FOTOGRAFÍAS

Las fotografías de la 1 a la 12, son de la autoría del arqueólogo.


José Humberto Medina González, proyectos arqueológicos: Alta Vis-
ta-Chalchihuites; Cerro Cruz de la Boca, Sombrerete y Cerro Moctehu-
ma, Chalchihuites

Figura 1. Alta Vista, Salón de Columnas o Estructura 1 visto desde esquina Norte.
Fotografía: Arqueólogo. José Humberto Medina González, proyectos arqueológicos: Alta Vis-
ta-Chalchihuites; Cerro Cruz de la Boca, Sombrerete y Cerro Moctehuma, Chalchihuites.
Algunos proyectos arqueológicos y labores desarrollados por el Instituto… 45

Figura 2. Alta Vista, Es-


tructura 2 vista desde
esquina Este.

Figura 3. Alta Vista, Es-


tructura 4 vista desde
esquina Norte.

Figura 4. Alta Vista, Es-


tructuras 1A y 1B o Esca-
lera de Gamio.
46 Baudelina Lydia García Uranga

Figura 5. Museo de Sitio de Alta Vista, Sec- Figura 6. Alta Vista, senderos a la entrada de
ción Vida Cotidiana. la Zona Arqueológica.

Figura 7. Cruz de la Boca, vista aérea de una Figura 8. Cruz de la Boca, cimientos de habi-
de las plazas principales. taciones y banqueta

Figura 9. Cerro Moctehuma, cimientos de ha- Figura 10. Cerro Moctehuma, muro de con-
bitaciones sobre plataforma de una plaza tención de plataforma y acceso a plaza

Figura 11. Cerro Moctehuma, vestigios de Figura 12. Cerro Moctehuma, muro de con-
muro de mampostería de roca tención para habitaciones superiores Foto-
grafía: Arqueólogo
47

LA HISTORIA DEL INAH Y LA ARQUEOLOGÍA EN


ZACATECAS, DE 1974 A LA FECHA

Peter Jiménez Betts*

E l proceso de descentralización del Instituto Nacional de Antropolo-


gía e Historia mediante la formación de los Centros INAH en cada
entidad federativa que conocemos hoy día ha sido un proceso paulatino
de cuatro décadas de duración. A algunos nos tocó conocer el periodo
inicial de desconcentración del Instituto con la creación de los Centros
Regionales, como en el caso del que suscribe, a quien le tocó conocer
el Centro Regional de Puebla-Tlaxcala a finales de los años setenta. Por
necesidad más que por diseño, la gran concentración de patrimonio ar-
queológico e histórico a lo largo y ancho del territorio nacional ha obli-
gado al INAH a descentralizarse para poder estar en condiciones de
atender en forma permanente las necesidades del patrimonio.
Sobre el tema del desarrollo del Centro INAH Zacatecas y las accio-
nes en arqueología que han emanado de él en estas cuatro décadas, creo
pertinente la analogía de la sede donde nos reunimos para conmemorar
el 75 aniversario de la Institución: En 1981, para mi primera visita a la
entonces Delegación Zacatecas, cuya minúscula oficina se encontraba
en la entrada del Museo Pedro Coronel, este espacio en el Ex Hospicio
de Guadalupe se encontraba en ruinas fungiendo como bodega. Sobre el
piso yacían los restos parcialmente calcinados del Archivo Jurídico del
Estado, luego de haber sido transportado a este espacio habiendo so-
brevivido a un incendio. Carente de vidrios en sus ventanas, este vasto
salón, hoy transformado en digno auditorio para el Festejo, era un gran
palomar impresionante que bien pudo haberse calificado de reserva na-
tural “urbana” en su momento. Al comparar aquel espacio con el que
nos rodea hoy uno se da cuenta, y con asombro, que el INAH ha cumpli-
do con el rescate del Museo de Guadalupe, al grado de lograr un museo
de categoría mundial en estos treinta años.
Como metáfora del avance de este Centro INAH, hoy día se puede
apreciar un proceso semejante en cuanto a las condiciones tanto de su

* Arqueólogo, investigador del Centro INAH Zacatecas


48 Peter Jiménez Betts

propio espacio físico en el Centro Histórico de Zacatecas, como en las


zonas arqueológicas de la entidad. Es en este aspecto donde el presen-
te recuento pretende enfocarse: cuatro décadas de desarrollo desde la
perspectiva de un investigador a quien le tocó vivir y participar, dentro
del ámbito de la arqueología, durante tres de ellas.
Hoy casi todos concebimos las tareas del INAH como la “investiga-
ción, conservación y difusión”; sin embargo, para un activo en un Cen-
tro INAH entre los años setenta y ochenta, esas tareas significaban lle-
gar a un centro de trabajo y ponderar el abismo de la destrucción del
patrimonio, como el caso del palomar que apenas mencioné. No es exa-
geración subrayar que las tareas del INAH durante aquel periodo de
arranque eran la conservación, conservación y más conservación.
Si bien mi primer contacto con el Centro INAH Zacatecas fue en 1981,
sirve hojear hacia atrás una década más hacia los inicios de los años se-
tenta. La entonces Delegación Zacatecas del INAH estuvo en manos de
Don Federico Sescosse, primer y único Delegado Honorario en el INAH.
Experimentado en obras de restauración sobresaliente como fue la del
Ex Templo de San Agustín, Don Federico tuvo que ver por el patrimo-
nio sobre un territorio de aproximadamente 75,000 kilómetros cuadra-
dos de extensión. Hasta la contratación del Arquitecto Raúl Toledo Fa-
rías años más tarde, Sescosse tuvo que estar “en todos lados y en todo”.

LA ZONA ARQUEOLÓGICA DE ALTA VISTA

En 1974 le tocó a Sescosse hacer varias visitas a la zona arqueológica


de Alta Vista, en Chalchihuites, la cual se encontraba en plena excava-
ción por parte del norteamericano John Charles Kelley y su equipo de la
Universidad del Sur de Illinois.1 Las excavaciones por parte de Kelley en
esta zona hasta 1976 aumentaron en forma considerable el área de mo-
numentos de la zona abierta al público, y con ella una responsabilidad
considerable para su conservación.
En el siglo XX varios factores atentaron contra la sobrevivencia de
Alta Vista como zona arqueológica: haber sido un sitio excavado antes
del estallido de la Revolución Mexicana; su lejanía del Distrito Federal;
su lejanía de la Ciudad de Zacatecas, capital del estado; una mala terra-

1 John Charles Kelley. El centro ceremonial en la cultura Chalchihuites, UNAM, México D.F. (Colec-
ción Cátedra Extraordinaria Alfonso Caso y Andrade), 1983.
La historia del INAH y la arqueología en Zacatecas, de 1974 a la fecha 49

cería que lo vinculaba con la ciudad de Sombrerete; sus características


y técnicas constructivas sumamente delicadas de estabilizar y conser-
var, y la escasez de personal permanente interesado en conservar la
zona. Como ejemplo de su lejanía de la “realidad nacional”, cabe seña-
lar que todavía en el año de 1999 la Coordinación Nacional de Arqueo-
logía del INAH contemplaba a la zona de Alta Vista, ubicada en el mu-
nicipio de Chalchihuites, como dos sitios abiertos al público: Alta Vista
y Chalchihuites.
De las fotografías de Manuel Gamio publicadas en 1910 destaca el
excelente estado de conservación de los enjarres de cal que cubrían las
columnas en el sala hipóstila del sitio.2 Pasada la Revolución, las ins-
pecciones llevadas a cabo en la zona constatan el deterioro de la mam-
postería descubierta por Gamio. Bastaron dos décadas de lluvias y ba-
jas temperaturas para afectar tanto los enjarres como los núcleos de
mampostería de cada columna, adelgazando estos singulares elemen-
tos. Este ejemplo sirve para ilustrar que nuestras intervenciones en con-
textos arqueológicos generan condiciones de shock que atentan contra
los antiguos elementos arquitectónicos recién expuestos por nosotros,
luego de siglos de estabilidad encerrados en una matriz de tierra que
conserva los vestigios al cubrirlos como parte del proceso de deterioro.
En la época de Gamio no se hablaba de conservación ni de consolida-
ción de sitios arqueológicos mexicanos, por lo que es de esperar que las
zonas excavadas tempranamente a inicios del siglo XX, y no se diga en
épocas anteriores, vivieron décadas dolorosas de destrucción acelerada
entre los vaivenes de la Revolución, la fundación del INAH y la gran ex-
tensión territorial del país.
A pesar de todo, la zona de Alta Vista tiene algunas secciones que se
conservan en buenas condiciones hoy día, pero curiosamente son aque-
llas cuya mampostería fue desmontada y vuelta a levantar con mortero
de cemento y cal a mediados de los años setenta por personal de la Di-
rección de Monumentos Prehispánicos del INAH, cuando Kelley se en-
contraba en trabajos de excavación. Para inicios de los años ochenta,
la condición de los vestigios de Alta Vista era tan delicada que no po-
cas personas abogaron para que se enterrara la zona debido a la poca
capacidad del INAH para conservarla. Hoy día debemos a dos perso-

2 Manuel Gamio. “Los monumentos arqueológicos de las inmediaciones de Chalchihuites, Zaca-


tecas”, en Anales del Museo Nacional de Arqueología, Historia y Etnología, Tomo II, México, páginas
469-492. 1910.
50 Peter Jiménez Betts

nas la existencia ante nuestros ojos de Alta Vista como zona arqueoló-
gica abierta al público. En primer término al Ingeniero Joaquín García
Bárcena, quien en numerosas ocasiones y por insistencia del Gobierno
del Estado de Zacatecas recorrió muy detenidamente cada metro cua-
drado de Alta Vista en aras de evaluar y diseñar las intervenciones que
urgían en la zona. Fue García Bárcena quien defendió la zona ante las
peticiones de su re-entierro en el Distrito Federal, ante jerarcas pesi-
mistas del INAH. A finales de los años ochenta la Arqueóloga Baudeli-
na García Uranga comenzó un proyecto permanente en Alta Vista que
ha permitido atender con primeros auxilios y salvaguardar los vestigios
más delicados, además de acondicionar la zona para recibir a los miles
de visitantes que acuden anualmente. La idea inicial de García Bárcena
de emplear cal apagada ha sido un factor determinante en las interven-
ciones anuales que García Uranga ha aplicado con éxito. Alta Vista es
una zona de vestigios delicados construida con base en mampostería
de canto rodado, adobe y enjarres de cal. Las temporadas de campo de
García Uranga han mostrado que con un presupuesto moderado se pue-
de buscar un equilibrio entre conservación y deterioro, pero cuando pa-
san años de escasez presupuestal el equilibrio se pierde y la zona sufre
azotes mayores. Alta Vista ha enseñado que se requiere un presupuesto
adecuado y constante que permita temporadas de campo más largas, si
uno busca ganarle a la lucha contra el deterioro y el tiempo.

LA QUEMADA

Para inicios de los setenta La Quemada se encontraba estrenando ca-


seta para visitantes gracias a una donación que Doña María Esther Zuno
de Echeverría hizo a la Delegación Zacatecas luego de una visita a la
zona arqueológica durante la campaña presidencial de Luis Echeverría.
Durante dos décadas la caseta funcionó como taquilla, albergue para los
custodios y lugar de arribo para los visitantes, hasta que en los años no-
venta, a raíz de los brotes de cólera que vivió México en esos años, las
autoridades de salubridad dictaminaron clausurar la caseta al percatar-
se de que los sanitarios no contaban con sistema séptico.
Para mediados de la década de los años setenta, Federico Sescosse
solicitaba a la Dirección de Monumentos Prehispánicos del INAH una
intervención en el Salón de las Columnas en La Quemada. Hasta enton-
ces, la visita típica a La Quemada consistía en llegar con vehículo hasta
La historia del INAH y la arqueología en Zacatecas, de 1974 a la fecha 51

el espacio aledaño al Salón para entrar a pie hasta el interior del singu-
lar edificio. Las peticiones de Sescosse iban en son de conseguir que un
equipo de arqueólogos viniera a ejecutar intervenciones sobre el muro
perimetral y las columnas mismas, elementos que ya se encontraban
en un proceso acelerado de desprendimiento de grandes secciones de
mampostería. Para finales de los setenta, Monumentos Prehispánicos
tuvo a bien comisionar al Arqueólogo Román López para llevar a cabo
trabajos urgentes en el Salón. López efectuó intervenciones importan-
tes en ambos rostros del muro perimetral del edificio, además de resti-
tuir mampostería en secciones dañadas de cada columna, trabajos que
lograron salvar el edificio de la pérdida total. Si bien su estancia en La
Quemada fue breve, sus acciones fueron decisivas.
Para finales de los setenta e inicios de los ochenta, durante el auge
petrolero de la administración de José López Portillo, Sescosse se dio
cuenta y comunicó a la Dirección de Monumentos Prehispánicos del
INAH que camiones de volteo pertenecientes a aquella gran subsecreta-
ría federal de entonces, la SAHOP (Subsecretaría de Asentamientos Hu-
manos y Obras Públicas), estaban entrando a la zona arqueológica de
noche para cargar y llevar toneladas de lajas provenientes de derrum-
bes de basamentos y edificios para usarlas en la construcción de cami-
nos y puentes en el sur del estado. Esto sin duda representó la hora más
sombría en la larga historia de La Quemada. Si bien los escombros de
los vestigios de la zona fueron banco de lajas para las construcciones
de potreros y la Hacienda de La Quemada durante los siglos XVII a XIX,
tener vehículos pesados dentro de la zona en pleno siglo XX para la ex-
tracción masiva de mampostería derrumbada por parte del propio Esta-
do Mexicano mostraba que el INAH no podía proteger un sitio a escasos
50 kilómetros de la capital de la entidad: La Quemada estaba convirtién-
dose en el banco de material de construcción más grande del norte de
México. Desafortunadamente la zona siguió siendo “banco de materia-
les” ya bien entrada la década de los años ochenta.
El año de 1984 fue parteaguas para el INAH, la arqueología nacional,
y lo que después sería el Centro INAH Zacatecas. En primer término la
concepción del Proyecto Atlas Arqueológico Nacional por parte de Enri-
que Nalda Hernández, Margarita Gaxiola González y Javier López Cama-
cho, mismo que este año cumple su treinta aniversario, fue de suma im-
portancia. El Proyecto Atlas buscaba llevar a cabo una especie de censo
arqueológico: conocer y registrar la mayor parte posible de los vestigios
52 Peter Jiménez Betts

arqueológicos en todo el territorio mexicano, empleando todo tipo de


técnicas desde el archivo, el informante, hasta la detección por fotogra-
fía aérea. Esta ambiciosa actualización del inventario nacional implicó
reforzar el INAH en los estados de la República para poder coordinar
una cobertura tanto intensiva como extensiva desde el Distrito Federal.
Vale la pena recordar que en su momento y para el arranque del Pro-
yecto Atlas el país se encontraba severamente golpeado y en un limbo
tenso luego de la devastadora devaluación de 1982. Para una institución
que se había acostumbrado a funcionar con fondos federales propios,
una economía nacional sacudida y un Proyecto nacional en puerta como
era el Atlas Arqueológico orillaron al INAH a abrirse a acuerdos y conve-
nios con los gobiernos estatales en busca de una coparticipación en una
escala hasta entonces desconocida. El diálogo resultante propició en al-
gunos casos que los gobiernos de los estados llegaran a jugar un papel
más participativo y recíproco en la labor de conservación, estudio y di-
fusión del patrimonio. Fue en esas circunstancias que mi participación
en el Centro INAH Zacatecas comenzó a finales de 1984.

COMO SUELE SUCEDER, TODO COMIENZA


CON UNA LLAMADA TELEFÓNICA

Mis primeros contactos con la Delegación del INAH en Zacatecas fue-


ron a partir de 1981 cuando vine a revisar la bodega de cerámica de la
Delegación albergada en un pequeño salón en el Museo de Guadalupe.
Volví en los veranos de 1982 y 1983 para consultar más colecciones ar-
queológicas y consultar el archivo personal de Don Federico. A inicios
de 1984 recibí una llamada del despacho del Gobernador del Estado de
Zacatecas, Don Guadalupe Cervantes Corona, quien me pidió asistir a
Zacatecas como guía para una gira en helicóptero por las distintas zo-
nas arqueológicas de la entidad en compañía del Director General del
INAH, Enrique Florescano, el Director de Centros INAH, Enrique Nalda,
y Don Federico Sescosse. Fue durante dicha gira que se pudo evaluar el
estado de conservación de las zonas de Alta Vista, La Quemada, Cerro
del Teúl y Las Ventanas. Enrique Nalda conocía los trabajos de la fron-
tera septentrional de Pedro Armillas, por lo que pudimos entablar exce-
lentes conversaciones en el vuelo intermedio entre zonas. La gira tenía
como objetivo plantear al Gobierno del Estado la idea del Atlas Arqueo-
lógico Nacional y poner el proyecto a su consideración en lo relativo a
La historia del INAH y la arqueología en Zacatecas, de 1974 a la fecha 53

un posible apoyo en la adquisición de la aerofotografía, un gasto bas-


tante elevado. Don Guadalupe, originario del Teúl de González Ortega,
era muy conocedor del pasado prehispánico de la entidad y quiso visi-
tar las zonas en compañía de los jerarcas del INAH para conocer sus
planes en lo referente a la conservación; es decir: se trataba del clásico
primer encuentro entre Instituciones con miras hacia un futuro “dando
y dando”.
En el trayecto de regreso a Zacatecas Nalda propuso que me fuera a
la Delegación de Zacatecas contratado para coordinar varios proyectos,
el Atlas entre ellos. Sescosse ya llevaba varios años pidiendo lo mismo
y ahora con la nueva insistencia del Gobernador me tocó responder al
ofrecimiento en cuestión de semanas.
Hoy, a cualquier investigador contratado o de base recién llegado al
Centro INAH Zacatecas quizá le agraden las condiciones de este centro
de trabajo, es como llegar a una mesa bien puesta para una comida de
cinco platillos. En 1984, cuando llegué para integrarme a esta Delega-
ción no había un espacio para instalarme, no contaban con escritorio ni
silla “extra”, no había lápices en el armario de la papelería... La reser-
va de la papelería de la Delegación consistía de cuatro rollos de papel
sanitario, dos borradores de goma, cuatro botellitas de corrector líqui-
do, diez pequeños rollos de papel para la máquina sumadora y punto.
Había dos camionetas, una del año setenta y una Ford reciente que uti-
lizaba el Delegado, Raúl Toledo Farías. Los tiempos y las condiciones
han cambiado notablemente en estos treinta años. Luego de un viaje
de quince días al Distrito Federal para trabajar en las oficinas de Cen-
tros INAH en Córdoba 16 con Enrique Nalda en la elaboración de cinco
proyectos y convenios para presentar al Gobierno del Estado en fecha
próxima, me di cuenta durante las comidas con Nalda que el INAH no
se encontraba en buenas condiciones financieras. Fue en una de estas
comidas aceleradas, muy al estilo de Enrique, que me comentó, con su
dedo pegando en la mesa, que el futuro de la arqueología en Zacatecas
realmente dependía de la participación del Gobierno del Estado, ya que
el INAH no iba a contar con los fondos necesarios para todo lo que hacía
falta para las zonas de la entidad, mismas que se encontraban en con-
diciones deplorables. Fue en ese momento que propuse a Nalda como
posible salida una política en la cual todo gasto de infraestructura de
índole turística debería correr por parte del Gobierno del Estado, mien-
54 Peter Jiménez Betts

tras que todo gasto de conservación e investigación corriera por parte


del INAH, idea a la cual Nalda dio su visto bueno.
De regreso en Zacatecas, durante una reunión privada con Don Gua-
dalupe Cervantes para discutir la próxima visita del INAH a la entidad,
examinamos la factibilidad de la “política de inversión compartida”, a la
cual también Cervantes Corona vio como única salida posible. En víspe-
ras de la segunda reunión entre ambas instituciones en Zacatecas, Don
Federico tenía interés en que empezáramos de inmediato con trabajos
en la zona de Las Ventanas, Juchipila; mientras que Don Guadalupe Cer-
vantes insistía en dar inicios en el Cerro del Teúl, y obviamente Nalda
abogaba por el arranque del Atlas Arqueológico. Pasadas unas semanas,
luego de esa segunda reunión, donde el gobernador pidió tiempo para
estudiar los cinco proyectos antes de dar una respuesta final al INAH,
me citó a una junta en su despacho en el Palacio de Gobierno para co-
nocer mi opinión. Con los cinco proyectos en una pila frente a su silla,
Don Guadalupe comenzó recordándome que Zacatecas era un estado
muy pobre, con deficiencias y atrasos históricos en cuestiones tan bási-
cas como el agua potable, las escuelas, las clínicas rurales, y con una mi-
gración alarmante. Del mismo modo reiteró que los zacatecanos siem-
pre habían estado preocupados por su pasado, relatando los esfuerzos
del gobierno estatal desde tiempos de Francisco García Salinas a inicios
del siglo XIX. En un momento de la plática, Don Guadalupe distribuyó
la pila de proyectos cuidadosamente con su mano enfrente de mí sobre
la mesa, preguntando “¿Cuál de estos proyectos considera usted prio-
ritario?” Le respondí que consideraba a cada proyecto prioritario, sin
embargo, urgía tener una idea de la existencia y la gama del patrimonio
arqueológico en la entidad (es decir, emprender el proyecto Atlas). En
cuanto a los cuatro proyectos de zonas arqueológicas, comenté que mi
interés personal estaba en el Cerro del Teúl, pero que habría que con-
siderar que en fecha reciente secciones de basamentos en La Quemada
se habían desprendido por las lluvias, y más que abrir nuevas zonas era
conveniente restaurar y dar a conocer las dos ya abiertas al público. Le
reiteré las pérdidas recientes en La Quemada por parte de la SAHOP con
sus acciones ilegales de sustracción de lajas, lo cual movió la báscula en
forma contundente hacia emprender acciones urgentes de conservación
en La Quemada. Sabiendo de su pasión por su terruño temía desanimar-
lo, sin embargo concedió que el estado lamentable y trágico de La Que-
mada era el más urgente y que habría que atenderlo cuanto antes. Sobre
La historia del INAH y la arqueología en Zacatecas, de 1974 a la fecha 55

la necesidad de aerofotografía para el Atlas, Don Guadalupe comentó


que la Dirección de Catastro del Gobierno del Estado podría prestar al
INAH toda la fotografía necesaria y de inmediato. De esta forma se ini-
ció una colaboración entre el INAH y el Gobierno del Estado que lleva
tres décadas funcionando, probablemente constituyendo un caso singu-
lar en el país por los frutos que ha dado.

LA CONSERVACIÓN DE LA QUEMADA Y ALTA VISTA

Arriba he mencionado el estado lamentable que presentaba la zona


de Alta Vista a inicios de los años ochenta, junto con las intrusiones de
la SAHOP en La Quemada por las mismas fechas. Aunque Alta Vista es
una zona pequeña, cada sección de su arquitectura expuesta presenta
diversos problemas y procesos de deterioro que sumados son bombas
de tiempo con el potencial de provocar desplomes y destrozos consi-
derables. En cambio, en La Quemada ya fueron detonadas varias bom-
bas de tiempo con el resultado de la pérdida de basamentos, muros y
núcleos. Mientras que Alta Vista “te avisa” de los destrozos en poten-
cia, La Quemada te muestra un sitio ya devastado por múltiples pro-
cesos de deterioro. La razón de esta diferencia es sencilla: una tercera
parte de Alta Vista ha sido expuesta a los elementos desde 1908, y las
dos terceras partes restantes desde hace 40 años. El muy extenso cen-
tro ceremonial de La Quemada quedó expuesto a los procesos erosivos
de la naturaleza desde el día en el que incendiaron el centro ceremonial
hacia el año 1000 de nuestra era, es decir que lleva más de mil años ex-
puesto a los elementos, con el resultado obvio. Los dibujos detallados
elaborados por Carl de Berghes en 1832 muestran secciones de grandes
basamentos en proceso de desplome y destrucción.3 La extensión de
casi un kilómetro de arquitectura sobre distintos niveles de basamen-
tos levantados sobre el cerro dejó expuesta una vasta concentración de
edificaciones que con el paso de siglos se colapsaron sobre sus propios
cimientos. Para mi llegada a La Quemada hace tres décadas el peligro
inminente del momento consistía en la existencia de grandes boquetes

3 Carl de Berghes. Descripción de las ruinas de asentamientos aztecas durante su migración al Valle de
México, a través del actual Estado Libre de Zacatecas. Traducción, estudio introductorio y notas de
Achim Lelgemann, Gobierno del Estado de Zacatecas, Universidad Autónoma de Zacatecas y Cen-
tro Bancario del Estado de Zacatecas, A.C., México (Colección Joyas Bibliográficas Zacatecanas II)
1996 [1855].
56 Peter Jiménez Betts

en los basamentos mayores en la porción sur del conjunto monumen-


tal. Había secciones de núcleos perdidos y expuestos que alcanzaban
los 16 metros de profundidad, lo cual ponía en peligro los restos de los
edificios del nivel 3 del asentamiento, o sea, el desplome del resto del
basamento llevando consigo los dos conjuntos arquitectónicos que se
levantaban sobre él; una reacción en cadena que iba a arrasar con dos
terceras partes de la totalidad de los vestigios del conjunto sur. Duran-
te los diez años siguientes en forma continua, sin parar, tuvimos una
carrera contra el tiempo en restituir los núcleos perdidos, detener los
que se encontraban desplomándose y restituir los grandes taludes que
sellaban los basamentos. En resumidas cuentas, La Quemada estuvo en
la sala de emergencias por una década.4
Para 1992 el panorama de las “ruinas de Chicomoztoc” cambiaba
ante la cada vez más restaurada silueta monumental de su arquitec-
tura. La zona ya lucía y el INAH propuso que el sitio entrara en el pa-
quete de zonas arqueológicas para obtener Declaratoria Presidencial,
lo que resultó favorable en diciembre de 1993. Fue en el transcurso de
ese año que se decidió conjuntar esfuerzos entre el INAH, el Gobierno
del Estado y SECTUR para la creación del Museo de sitio. Superar el reto
de ubicar un museo tan cerca de la zona fue posible gracias a dos fac-
tores: primero, el basamento del Salón de las Columnas bloqueaba vi-
sualmente un pequeño espacio en la curva del camino de acceso, el cual
pudo contener una construcción moderna sin estar a la vista desde el
conjunto monumental; y segundo, el mismo basamento ofreció líneas y
taludes visuales que podían ser integrados al diseño del edificio moder-
no anexo, logrando una integración mediante la utilización de lajas. La
construcción rebasó en poco la suma reunida para la construcción, lo
que generó como efecto secundario que a la hora de la museografía no
contábamos con un presupuesto más allá de los vidrios de la sala per-
manente. Esto obligó a conceptualizar una museografía muy económi-
ca y didáctica a la vez. El estímulo (es decir, la presión) para lograr un
concepto museográfico especial llegó por parte de mis superiores, rei-
terándome en tres ocasiones que sería la museografía lo que iba a de-
terminar si los fondos ejercidos en la construcción del Museo fueron

4 Peter Francis Jiménez Betts. La Quemada. Rescate y estudio de un monumento arqueológico. Instituto
Zacatecano de Cultura, Instituto Nacional de Antropología e Historia, Zacatecas, Zac. 2010.
La historia del INAH y la arqueología en Zacatecas, de 1974 a la fecha 57

bien empleados, o malgastados. La opinión pública sería nuestro juez a


partir de 1996.
Ocho años más tarde el Gobierno del Estado instigaría de nueva
cuenta la colaboración del INAH para la creación del Museo de sitio de
Alta Vista. Nuevamente la mayor parte del gasto iba a correr por parte
del Gobierno de Zacatecas debido a que el Museo sería detonante para
el turismo en aquel rincón de la entidad. La sala permanente del Museo
tuvo como objetivo primordial integrar el conocimiento de los fenóme-
nos astronómicos y el calendario solar con el ciclo ritual y agrícola. Gra-
cias a los adelantos en tecnología para la producción de multimedia se
pudo conceptualizar un recorrido didáctico en muy poco espacio, cuya
culminación y desenlace, al final de la sala, es una vasija decorada des-
tacada de Alta Vista, de la cual se ofrece una lectura cosmogónica que
es congruente con la forma de ver el mundo de aquella sociedad. La
creación del Museo de Alta Vista tuvo la intención implícita de reiterar
al INAH la importancia que esta zona arqueológica tiene para los zaca-
tecanos, en aras de asegurar el compromiso de salvaguardar este singu-
lar centro ceremonial en el futuro.
Para 2008 las dos principales zonas abiertas al público en la entidad
ya se encontraban restauradas y con museos de sitio para difundir el co-
nocimiento del pasado remoto de los asentamientos. Se podría ya final-
mente comenzar a pensar en el otro sitio oficialmente abierto al público
pero sin atenciones previas: Las Ventanas, en el municipio de Juchipila,
además del gran centro ceremonial de los caxcanes: el Cerro del Teúl.

LAS VENTANAS Y EL CERRO DEL TEÚL

Luego de varios años de intentos de gestión para proyectos de nueva


creación, lo que resulta sorprendente por la dificultad que representa,
en el 2002 se logró convencer a la autoridades del INAH de dar inicio
a dos nuevos proyectos arqueológicos para el Centro INAH Zacatecas:
El Proyecto Arqueológico Cerro de Las Ventanas, en la comunidad de El
Remolino, Juchipila, y en el extremo noroeste de la entidad el sitio de
Cruz de la Boca, en Sombrerete. Le tocó al Dr. Miguel Ángel Nicolás Ca-
reta dirigir ambos proyectos en campo en forma simultánea, efectuan-
do durante los tres años iniciales trabajos de recorrido, registro, levan-
tamiento topográfico y excavaciones de sondeo, los cuales han servido
como base de ambos proyectos en la actualidad. A raíz de la partida de
58 Peter Jiménez Betts

Zacatecas de este arqueólogo, desde el 2006 los dos proyectos han teni-
do altibajos que no han permitido emprender la investigación arqueoló-
gica, la conservación ni la habilitación en los tiempos programados, por
lo que ambos proyectos no han logrado despegar en forma adecuada.
Debido a que Las Ventanas ha sido un sitio visitado desde los años se-
senta, el INAH tiene la zona registrada como abierta al público. En fecha
reciente el Gobierno del Estado logró un presupuesto Federal a través
de la Secretaría de Turismo, además de destinar un recurso propio, para
la creación de un centro de atención al visitante. Actualmente los inte-
grantes del Proyecto Arqueológico Cerro del Teúl estamos conceptuali-
zando el espacio arquitectónico y preparando el discurso gráfico para
la adecuación de una sala introductoria una vez terminada la construc-
ción. De esta forma Las Ventanas tendrá un formal control de acceso y
el INAH aportará información pertinente para divulgar los valores del
sitio a los visitantes que lleguen a la zona.
En el 2006 la Comisión de Cultura de la Cámara de Diputados de la
Federación promovió y logró la asignación de un presupuesto modes-
to pero significativo para el arranque del Proyecto Arqueológico Cerro
del Teúl, en el extremo suroeste de la entidad. Debido a los obstáculos,
trabas e incapacidad de los funcionarios de aquel momento en el Fon-
do Nacional para la Cultura y las Artes, aquellos fondos no pudieron
ser ejercidos hasta el año 2009, cuando se pudo por fin dar inicio a un
Proyecto que por fortuna lleva casi seis años operando en forma per-
manente. El Proyecto Cerro del Teúl representa uno de los proyectos ar-
queológicos más grandes del INAH en su historia dentro de las regiones
del Occidente y Norte de México. Mantener a más de cincuenta personas
en campo y gabinete en forma permanente ha sido lo que ha permitido
trascender en la investigación arqueológica de uno de los asentamien-
tos prehispánicos con ocupación más prolongada. Por su ubicación en-
tre el Occidente y el Norte, los trabajos en el Teúl han logrado llenar un
vacío en el contexto tanto cronológico como geográfico de la arqueolo-
gía regional. Aunado a la investigación, los trabajos de registro con tec-
nología de punta han permitido al Proyecto experimentar y crear recur-
sos virtuales diversos, con lo que se logrará implementar una aplicación
de realidad aumentada como parte de la señalética en una zona arqueo-
lógica en este continente. Con estos dispositivos los visitantes podrán
tener acceso a información contextual de los distintos aspectos de la in-
vestigación en campo, que por lo general sólo tendría un interesado si
La historia del INAH y la arqueología en Zacatecas, de 1974 a la fecha 59

fuera a consultar un informe técnico en archivo. La utilización de dispo-


sitivos multimedia dentro del recorrido de la zona arqueológica es un
instrumento didáctico muy en boga para las generaciones más jóvenes,
lo que servirá para lograr un acercamiento, en una forma más actuali-
zada y creativa, entre el remoto pasado y el futuro inmediato. El uso de
multimedia durante el recorrido de campo por una zona arqueológica
tiene implicaciones directas en el concepto de Museo de Sitio como lo
conocemos hoy día. De hecho, el uso de estos recursos durante el reco-
rrido conlleva que la zona arqueológica en sí se convierta en gran medi-
da en su propio museo. Por otro lado, en el caso del Teúl el Municipio ha
adquirido una finca en el centro histórico para adecuar un Museo de Ar-
queología del Sur de Zacatecas, cuyo guión será elaborado por el INAH.
En esta forma se ha logrado una participación de los tres niveles de go-
bierno en la conservación, estudio y difusión de esta zona.

¿Y EN LO PERSONAL?

En no pocas ocasiones tanto mis colegas extranjeros como mis ami-


gos zacatecanos me han preguntado cuál ha sido la acción más signifi-
cativa y satisfactoria para mí, luego de treinta años de hacer arqueolo-
gía en Zacatecas. La respuesta es de hecho muy personal. Hacia 1985,
cuando las primeras acciones de atención a denuncias en Alta Vista pu-
sieron a la luz la erosión de contextos funerarios en áreas alrededor de
la plaza principal de la zona, me tocó estar en contacto cada vez más
frecuentemente con John Charles Kelley. Sobreviviente de una lucha lar-
ga contra el cáncer, Kelley a su muy avanzada edad mostraba un entu-
siasmo espectacular hacia todo lo referente a los trabajos de arqueo-
logía en Alta Vista y regiones vecinas. En una conversación en la que
estuve detallando los fragmentos detectados en cuartos erosionándose
cerca del Salón de Columnas, Kelley me gritó emocionado por el telé-
fono: “¡Daría mi brazo izquierdo por una oportunidad de estar en Alta
Vista otra vez!” Algo que pocas personas saben de Kelley es que la gama
de tratamientos y medicamentos que tomó y que tomaba como parte de
su mantenimiento de salud habían traído como secuela la pérdida total
de su vista en un ojo, además de tener la visión perdida en el otro en un
65%. Otro daño permanente había sido que un medicamento le ocasio-
nó la formación de una serie de espolones en sus omoplatos, por lo que
el uso de sus brazos le causaba un dolor severo. Las personas que lo
60 Peter Jiménez Betts

conocieron en esa época recordarán que, al saludarte, Kelley tenía que


apoyar su brazo derecho con su mano izquierda, para poder estrechar-
te la mano. Era una acción muy discreta que pasaba desapercibida en
la mayoría de las ocasiones. Saludarte con el entusiasmo y afecto que
lo caracterizaban le causaba un dolor que reprimía. Al verlo escribir en
su computadora con su visión afectada y usando sus manos con brazos
adoloridos por los cortes de los espolones en el hombro, te dabas cuen-
ta de que este señor vivía para la arqueología.
Para 1986 la Sociedad de Amigos de Zacatecas, en compañía del Go-
bernador Genaro Borrego Estrada, homenajeó a Kelley en una comida
en Zacatecas. Durante la comida le prometí hacer todo en mi poder para
que él volviera a excavar en Alta Vista antes de fallecer. Cinco años más
tarde el Gobierno del Estado de Zacatecas elaboró el convenio para cu-
brir los honorarios de él y de su esposa para que pudieran venir a ex-
cavar en Alta Vista durante dos temporadas de campo. En estas tempo-
radas hablé con él en ocasiones sobre los aspectos que le preocupaban
en la arqueología regional a estas alturas de su vida. Kelley describió su
preocupación principal en forma muy contundente “La arqueología del
norte de México ha tenido bastantes americanos en el pasado, pero re-
quiere de muchos mexicanos para el futuro”. Fue a raíz de esta conver-
sación que se me ocurrió solicitar al INAH los apoyos para un semina-
rio de arqueología de ocho días de duración en la Ciudad de Zacatecas.
Gracias al apoyo de José Muñoz Bonilla, entonces Coordinador Nacional
de Centros INAH, y su asistente Estela Martínez, pudimos programar y
llevar a cabo dicho seminario en noviembre de 1993, encerrándonos 30
arqueólogos en el Hostal del Vasco en la Alameda para discutir el pasa-
do y el futuro de la arqueología septentrional.
De esta forma se pudo generar el espacio donde los entonces jóve-
nes mexicanos recién salidos de la ENAH pudieron tener largas horas
para discutir, preguntar y conocer a detalle a Kelley y a su esposa Ellen,
lo que sirvió para puentear una generación de pioneros con otra de nue-
va sangre, inteligencia y energía. El entusiasmo de Kelley en estos ocho
días pudo entrar en las venas de todos los presentes. Si uno repasa
quién es activo y pujante en la arqueología hoy día en Zacatecas y ane-
xos, no es casualidad que estuvieron presentes en dicho Seminario. El
INAH logró reforzar la arqueología en el Norte y cubrir una brecha ge-
neracional y geográfica de paso. Esto es un logro institucional en el que
Kelley soñaba con participar. De esta forma, el relevo generacional en
La historia del INAH y la arqueología en Zacatecas, de 1974 a la fecha 61

la investigación, que constituye la base de nuestra disciplina, continuó


y perdurará.

EL FUTURO DEL INAH

En una nota principal de la página web del INAH he leído que el 75


Aniversario será un año de reflexión y autocrítica. No sé qué tan en se-
rio ha tomado este comentario el personal del INAH mas allá de vocife-
rar esa tradicional y larga lista de recriminaciones y quejas contra el go-
bierno y autoridades en turno. Carezco del honor de ser mexicano (fui
adoptado por un descendiente de mexicanos, de allí mi apellido) y por
consecuencia mi perspectiva se limita únicamente a la de infantería de
trinchera de excavación. Estando en campo durante el presente perio-
do de reformas constitucionales he padecido en carne propia el efecto
de oleaje tsunami, del epicentro a la periferia. La intensidad del shock
hacendario en esta lejana provincia ha sido difícil de ignorar. No pocas
personas han decidido cerrar sus “micro establecimientos”, donde poco
a poco por años lograron sacar lo necesario para comer, en lugar de li-
diar con un nuevo y complicado aprendizaje de procedimientos fiscales
y vivir con miedo ante la espada de Dámocles del SAT. Sin duda, parte
de las reformas han sido hechas para disminuir la evasión fiscal y redu-
cir la corrupción, prácticas habituales en todos los países del mundo,
sobre todo entre los que pueden gastar en tener un contador de cabece-
ra especialista en buscar huecos en el sistema. Por otro lado dicha refor-
ma busca incrementar los ingresos de la Federación, un problema serio
que confrontan todos los gobiernos en este momento histórico de una
economía mundial en recesión. Pero el problema desde la trinchera re-
side en la forma sobre burocratizada de atar comprobación a informes
a programación a informe, un padecimiento que Guillermo Sheridan al-
guna vez describió como “informitis”. En el Proyecto Cerro del Teúl hay
quien tiene que elaborar un informe diario de actividades y objetivos
logrados, aunado a un informe mensual por cada investigador, que a la
vez se suplementa con el informe trimestral del proyecto y luego uno
semestral, éstos subidos al famoso y medio orwelliano “sistema”, donde
pasan por el umbral de lo surreal al tener que rolar por toda la torre del
castillo de las “validaciones”. Todo esto para personas cuya responsabi-
lidad primordial en campo es el registro de datos diarios para un infor-
me que se entrega al Consejo de Arqueología al finalizar cada tempora-
62 Peter Jiménez Betts

da, reportando el trabajo cotidiano que conocemos como el registro del


contexto arqueológico.
Ante esta tendencia y obsesión resulta cada vez más difícil para el
investigador investigar, teniendo que convertirse paulatinamente en mi-
nicontador y cronista de lo cotidiano. No sé si exista un espacio dentro
de la Institución donde se evalúe el impacto del nuevo sistema de pre-
supuesto-comprobación-informe-validación-solicitud de fondos-pago
de lista de raya dos meses después… Lo que puedo afirmar es que con
el curso actual de burocratización y deseo de “control” se está asfixian-
do la investigación y la conservación del patrimonio arqueológico mexi-
cano. Los “logros” que se describen a lo largo de este texto habrían sido
imposibles bajo las prácticas burocráticas actuales. Tener un proyecto
en campo se está convirtiendo en una pesada carga burocrática que deja
al investigador exhausto, eternamente sin presupuestos, cada vez más
poniendo fondos personales de su bolsa para completar la raya y cada
vez más alejado de los perfiles estratigráficos de la excavación y la mez-
cla de cal de la conservación, que son las tareas sustantivas del INAH de
antaño. Con la tendencia actual veo con pesimismo la probabilidad de
que el INAH llegue a celebrar su 100 Aniversario sin una previa parálisis
y conato de infarto. Según se cuenta de los años dorados del INAH, en
los tiempos de Alfonso Caso e Ignacio Marquina, la arqueología institu-
cional era un caballo de trabajo que cargaba a una hormiga burocrática.
Hoy la arqueología se ha convertido en la hormiga que carga un caballo
burocrático, y a la hormiga se le están doblando las patas.

BIBLIOGRAFÍA
Berghes, Carl de. Descripción de las ruinas de asentamientos aztecas durante su
migración al Valle de México, a través del actual Estado Libre de Zacatecas.
Traducción, estudio introductorio y notas de Achim Lelgemann, Gobierno
del Estado de Zacatecas, Universidad Autónoma de Zacatecas y Centro Ban-
cario del Estado de Zacatecas, A.C., México (Colección Joyas Bibliográficas
Zacatecanas II) 1996 [1855].
Gamio, Manuel. “Los monumentos arqueológicos de las inmediaciones de Chal-
chihuites, Zacatecas”, en Anales del Museo Nacional de Arqueología, Histo-
ria y Etnología, Tomo II, México, páginas 469-492. 1910.
Jiménez Betts, Peter Francis. La Quemada. Rescate y estudio de un monumento
arqueológico. Instituto Zacatecano de Cultura, Instituto Nacional de Antro-
pología e Historia, Zacatecas, Zac. 2010.
Kelley, John Charles. El centro ceremonial en la cultura Chalchihuites, UNAM,
México D.F. (Colección Cátedra Extraordinaria Alfonso Caso y Andrade),
1983.
La historia del INAH y la arqueología en Zacatecas, de 1974 a la fecha 63

Imagen 2. Restauración a escala ma- Imagen 1. Restauración a escala mayor del basa-
yor del basamento del tercer nivel del mento del tercer nivel del sitio, a principios de los
sitio, a principios de los años noventa. años noventa. Zona Arqueológica La Quemada.
Zona Arqueológica La Quemada.

Imagen 3. Restauración del basamento de la Plaza del Salón de las Columnas a principios de
los años noventa. Zona Arqueológica La Quemada.
64 Peter Jiménez Betts

Imagen 4. Restauración de la Pirámide Votiva y el Edificio 1.7 a principios de los años noventa.
Zona Arqueológica La Quemada.

Imagen 5. Refugio “Cuco” Calvillo† y don Jesús de la Torre† durante la exploración del Juego de
Pelota (1991). Zona Arqueológica La Quemada.
65

RESCATE Y PUESTA EN VALOR DE LA ZONA DE


MONUMENTOS ARQUEOLÓGICOS DE LA QUEMADA

Carlos Alberto Torreblanca Padilla*

INTRODUCCIÓN

C on motivo a los 75 años de la fundación del Instituto Nacional de


Antropología e Historia, los investigadores que formamos parte de
esta institución nos detenemos a reflexionar y evaluar los trabajos rea-
lizados en materia de protección, conservación, investigación y difusión
del patrimonio cultural. En el caso presente, el enfoque se dirige hacia
las acciones emprendidas en el Estado de Zacateas con énfasis en la
zona de monumentos arqueológicos de La Quemada.
La Quemada es uno de los sitios emblemáticos del norte de México,
debido a las dimensiones de sus edificios y la extensión del asentamien-
to que ha sido centro de atención desde la llegada de los primeros eu-
ropeos hasta la actualidad. Mediante una importante serie de esfuerzos
realizados de manera coordinada entre el INAH en el estado y el gobier-
no local, se ha permitido preservar, equipar y difundir este sitio. A con-
tinuación se hace una breve exposición de estas actividades.

LA CONSERVACIÓN

En este apartado incluimos aquellos trabajos realizados en La Que-


mada cuyo objetivo fue mantener y cuidar la integridad física, tanto de
los edificios como de las distintas piezas ahí localizadas, a fin de que
no se perdieran sus características y propiedades con el paso del tiem-
po. Sin duda alguna las descripciones elaboradas por Almíndez de Chi-
rinos en el siglo XVI, Félix María Calleja en 1790 y José Meléndez Valdés
en 1793; o las de Manuel Esteban Gutiérrez y George Lyon a principios
del siglo XIX, así como las imágenes de Nebel realizadas en 1836 y Gui-
llermin Tarayre en 1867, proporcionan importantes referencias sobre el
*Arqueólogo e Investigador del Centro INAH Zacatecas.
66 Carlos Alberto Torreblanca Padilla

estado de conservación de La Quemada. Sin embargo, podemos señalar


que el levantamiento topográfico realizado por Carl de Berghes a solici-
tud del gobernador de Zacatecas, Francisco García Salinas “Tata Pachi-
to”, representa la primera medida de conservación directa sobre el sitio
(Fig.1). Lo anterior debido a que registra las características arquitectóni-
cas de los distintos monumentos existentes en su época, de los cuales a
la actualidad ha sufrido cambios. Por lo tanto es un importante referen-
te para las actividades de conservación, consolidación y restauración.
De este periodo de gobierno del Lic. Francisco García Salinas, surge la
primera ley para la protección de las antigüedades en Zacatecas. Medida
pionera en el país que permitía la preservación de sus monumentos his-
tóricos y arqueológicos, así como la pretensión de construir un Museo
de Historia en la ciudad capital, en la medida que los recursos financie-
ros del Estado lo permitieran.
Durante el porfiriato Don Leopoldo Batres fue comisionado a visi-
tar La Quemada y nombrar a un guardián para que cuidara de su con-
servación (Batres 1903:4) (Fig.2). Elabora un reporte donde señala las
condiciones en que se encontraba el lugar así como la descripción de
los principales edificios, asumiendo una filiación tarasca a este asenta-
miento prehispánico (Batres 1903:40). Este autor ya nos señala las fre-

Fig.1 Plano de la zona arqueológica La Quemada levantado por Carl de Berghes en 1832.
Rescate y puesta en valor de la zona de monumentos arqueológicos de La Quemada 67

cuentes visitas de distintas personas al lugar a principios del siglo XX


así como la extracción de piedra para la construcción de las haciendas
y potreros vecinos.
Posteriormente a la revolución mexicana, el nuevo gobierno genera
leyes a favor del patrimonio arqueológico, este es el caso de la ley de
Protección y Conservación de Monumentos y Bellezas Naturales, deri-
vado de ella, el 20 de enero 1930 es creado por decreto presidencial el
Departamento de Monumentos y Objetos Artísticos, Arqueológicos e
Históricos de la República. Para cumplir con su misión, esta dependen-
cia nombró inspectores y subinspectores honorarios de monumentos
artísticos e históricos en distintos lugares de la república, en el caso de
Zacatecas se encontraban, Manuel Pastrana en la ciudad de Zacatecas,
Leopoldo Suarez del Real en Jerez y Febronio Alvarado en Concepción
del Oro (Montes 2004:33). Es posible que Leopoldo Suarez del Real por
su cercanía pudiera realizar inspecciones por La Quemada, sin embargo
no existe por el momento un documento que los señale así.
En 1926 la Dirección de Arqueología dependiente de la Secretaría de
Educación comisionó a Eduardo Noguera y Agustín García a La Quema-
da, quienes realizaron trabajos de restauración y limpieza. Durante los
trabajos de limpieza en la pirá-
mide Votiva se detectó la escali-
nata sur (Noguera 1930:66).
Con la creación del INAH en
1939 por el presidente Lázaro
Cárdenas, el gobierno federal
se centra en la conservación y
protección de su amplio patri-
monio arqueológico. Es en esta
época cuando en 1947 se inician
las obras de conservación en
La Quemada por parte de Hugo
Moedano en el salón de colum-
nas y Carlos Margain en el resto
del sitio.
En la década de los sesentas
Pedro Armillas realizó explora-
ciones en el Valle de Malpaso y
el Cuartel de La Quemada como Fig.2 Don Leopoldo Batres.
68 Carlos Alberto Torreblanca Padilla

parte del Proyecto Estudios de la Frontera Septentrional de Mesoaméri-


ca de la Universidad Southern Illinois (Armillas 1963:15).
Posteriormente la Dirección de Monumentos Prehispánicos del INAH
comisionó entre los meses de mayo y junio de 1955 a José Corona
Núñez, para realizar trabajos de conservación y restauración en el muro
oriente del edificio anexo al patio IV, pirámide votiva, plataforma del
cuartel (Esquina sureste) y la reconstrucción de dos columnas de la sala
hipóstila. Este investigador presenta su planteamiento para señalar que
el verdadero nombre del lugar es Tuitlán (Corona 1955:5).
En la necesidad del INAH de atender la provincia, fueron creados
los Centros Regionales a fin de que cubrieran una porción del país, es
de esta manera que en 1975 el Centro Regional Guanajuato-Querétaro
comisiona a Gerardo Cepeda para realizar trabajos de mantenimiento
y liberación en La Quemada. En 1979 por su parte el Centro Regional
del Occidente realiza el Proyecto de Consolidación y Protección Mayor
para la Zona Arqueológica La Quemada a cargo de los arqueólogos Olga
Fe Ramírez Montes de Oca y Ramón López. Algunas acciones fueron
realizadas en 1981 por el arquitecto Raúl Toledo y el arqueólogo Otto
Schondube.
Es a mediados de la década de los ochenta cuando se establece un
proyecto de continuidad en La Quemada por parte del INAH Zacatecas
en colaboración con el departamento de arqueología de la Secretaría de
Obras Públicas del Gobierno del Estado de Zacatecas. Este proyecto fue
coordinado desde 1985 hasta el 2009 por el arqueólogo Peter Jiménez
Betts. Durante este largo periodo se realizaron distintas obras de con-
servación las cuales le proporcionaron a La Quemada gran parte de su
actual fisonomía. Los espacios intervenidos fueron, el Salón de colum-
nas, Basamento de la plaza del salón de columnas, Juego de pelota, Pi-
rámide Votiva, Plataforma sur o de “Los Fogones”, Muralla Norte, Muro
perimetral de La Ciudadela, Escalinata de La Ciudadela, Basamento 3
Sur y Escalinata 2-3 Sur (Jiménez 2010).
El ingeniero Arturo Maldonado y el arqueólogo Peter Jiménez reali-
zaron un trabajo interdisciplinario que apareció en 2003, y muestra la
combinación de la ingeniería civil con la arqueología para comprender
los sistemas constrictivos prehispánicos y la mecánica estructural de
los edificios (Maldonado y Jiménez 2003).
Posteriormente los trabajos de conservación en La Quemada son re-
tomados por el arqueólogo Armando Nicolau Romero en el periodo de
Rescate y puesta en valor de la zona de monumentos arqueológicos de La Quemada 69

2009 al 2011. Interviniéndose exclusivamente el Salón de Columnas e


iniciando el Plan de Manejo del sitio.
Para el periodo 2011 al 2014 el proyecto lo dirige el arqueólogo Mar-
co Antonio Santos Ramírez quien continúa con el Salón de Columnas y
El Cuartel, además de establecer un diagnóstico del estado de conserva-
ción de los principales monumentos, se crean algunos senderos de cir-
culación y continúa con el Plan de Manejo.

LA PROTECCION

Desde el siglo XIX, Lyon señalaba el saqueo de piedra laja para la


construcción de potreros o casas habitación de las comunidades cer-
canas como Hacienda de La Quemada (Lyon 1984:118). Igualmente
Leopoldo Batres indica con base a los comentarios de algunos viejos de
la Hacienda La Quemada, que Don Juan Manuel de la Bárcena mandó a
derribar las antiguas edificaciones que se encontraban en el cerro para
construir dicha hacienda (Batres 1093:13).
En materia legal el antecedente más remoto sobre un decreto de pro-
tección y conservación a las antigüedades fue presentado por Francisco
García Salinas ante el Congreso del Estado Supremo del Gobierno de Za-
catecas en 1830 (Jiménez 1988:345; Medina 2000:54). Este decreto era
general y pretendía proteger el amplio patrimonio arqueológico del Es-
tado y crear un Museo en la ciudad capital.
En particular, La Quemada inicia en la década de los noventas los
trabajos para su declaratoria. Esta acción inicio con la creación de un
expediente técnico del sitio, el cual elaboró Mario Córdoba Tello, quien
fue comisionado por la Dirección de Registro Público de Monumentos y
Zonas Arqueológicas. Posteriormente se continuó con las formalidades
administrativas ante los distintos niveles de gobierno, lo cual fructificó
en 1993 con la expedición en el Diario Oficial de la Federación, Tomo
CDLXXXIII No.6 México D.F. del Miércoles 8 de diciembre, donde se de-
cretó a La Quemada como Zona de Monumentos arqueológicos, abar-
cando una superficie de 216 hectáreas, 75 áreas, 64.40 centiáreas.

EQUIPAMIENTO Y CUSTODIA

Como lo señalamos anteriormente, Batres nombra a un guardián en


La Quemada, a principios del siglo XX. Para los años 30´s existen va-
70 Carlos Alberto Torreblanca Padilla

rios inspectores de monumentos en Zacatecas, es posible que Leopoldo


Suarez del Real sea quien desde Jerez pudiera haber atendido las nece-
sidades que presentó La Quemada. Para la década de los sesentas, te-
nemos los reportes de los guardianes Hipólito Escobedo y Luis Torres,
posteriormente solo continuó don Jesús Escobedo en la custodia de La
Quemada, integrándose más tarde Arturo Ramírez durante las décadas
de los setentas y ochentas. Finalmente este grupo se amplió en los no-
ventas con el ingreso de Víctor Trujillo Domínguez, Rafael Palafox Ro-
dríguez, Gerardo Carrillo Ruíz, José Guadalupe Moreno Rodríguez, Bal-
tazar Medina Maldonado y Martha Elena Rodríguez Delgado, además
del nombramiento de Refugio Martínez Saucedo como administrador de
recursos materiales. Para finales de los setentas se construye la caseta
para los custodios del INAH en la zona arqueológica La Quemada (Fig.3)
y en 1985 se coloca la puerta de acceso.
En cuanto a la señalética, esta es considerada desde hace tiempo
sobre la carretera para indicar al visitante la ubicación de la zona ar-
queológica La Quemada. Sin embargo, los señalamientos han optado
por denominar el lugar como las “Ruinas de Chicomoztoc” omitiendo el

Fig.3 Antigua caseta de custodia y cobro para el acceso a la zona arqueológica La Quemada.
Rescate y puesta en valor de la zona de monumentos arqueológicos de La Quemada 71

nombre de La Quemada. Situación que ha generado muchas confusio-


nes entre los visitantes, debido a que consideran un destino diferente y
suelen llegar a la comunidad de La Quemada, algunos kilómetros retira-
do de la zona arqueológica.
En la señalética carretera se puede mencionar que existe la de dis-
tancias, la cual como su nombre lo indica, muestra los kilómetros a re-
correr, por otro lado está la orientativa, que solo indica el rumbo a to-
mar (Fig.4)
Al interior de la zona arqueológica también se ha colocado la señalé-
tica correspondiente y consiste en las cédulas patrimoniales (Fig.5), res-
trictivas, orientativas e informativas (Fig.6).

MUSEO ARQUEOLÓGICO LA QUEMADA

Tomando en cuenta que parte de los servicios que debe prestar a sus
visitantes una zona arqueológica consisten en proporcionar una amplia
explicación de los hechos históricos ocurridos en el lugar, de las carac-
terísticas que guarda la zona arqueológica, la exhibición de los restos

Fig.4 Señalética carretera para indicar la localización de la zona arqueológica La Quemada.


a) Señalética de distancia, b) Señalética orientativa.

Fig.5 Cédula patrimonial en la zona arqueo- Fig.6 Cédula informativa referente al juego
lógica La Quemada. de pelota en La Quemada.
72 Carlos Alberto Torreblanca Padilla

materiales, como objetos de cerámica y herramientas de piedra recupe-


rados en el lugar, se comenzó a idear la creación de un museo para que
el visitante tuviera la oportunidad de conocer a través de distintos me-
dios la historia cultural. Durante la 6ta Reunión Ordinaria del Consejo
de Arqueología se aprobó la creación del Museo de Sitio de la Zona Ar-
queológica La Quemada. Las obras iniciaron de 1994 por medio de un
programa tripartita entre INAH, SECTUR y el Gobierno del Estado de Za-
catecas, siendo gobernador el Lic. Arturo Romo Gutiérrez (1992-1998),
en el gobierno federal coincidió con el final del periodo de Carlos Sa-
linas de Gortari (1988-1994) e inicio de Ernesto Zedillo Ponce de León
(1994:2000). Finalmente el Museo Arqueológico La Quemada abrió sus
puertas al público el 21 de diciembre de 1995 e inaugurándose oficial-
mente el 23 de junio de 1996 por Ernesto Zedillo Ponce de León (Torre-
blanca 1997) (Fig.7 y 8).
Este museo rápidamente acaparó la atención en el ámbito museográ-
fico y arquitectónico debido a su conceptualización donde se planteó
un edificio a partir de la arquitectura del paisaje que además fuera di-
dáctico (Michellet 1996). Como lo señalara su creador, “El Museo de Sitio
y Unidad de Servicios La Quemada se une la arquitectura y la arqueolo-
gía para crear un nuevo concepto la arquitectura del respeto, al entorno,
al tiempo y al hombre” (Lozano 1993:32).
El objetivo inicial de este museo fue mostrar el conocimiento sobre
las culturas arqueológicas y prehispánicas existentes en el territorio za-
catecano, con la intención de promover la creación de museos en los si-
tios arqueológicos. Razón por la cual se denominó Museo Arqueológico
La Quemada, mostrando así las culturas Loma San Gabriel como la más
antigua; La Cultura Chalchihuites con su importancia minera y ceremo-
nial siendo Alta Visita el lugar más conocido; finalmente aparecía la Cul-
tura del Valle de Malpaso con La Quemada.
Sus espacios museográficos se integraban a la arquitectura, donde el
edificio mismo mostraba sistemas constructivos prehispánicos, proce-
sos de destrucción e incendio final. La transformación del entorno y la
utilización de las materias primas se aprecian en el ingreso mismo, ya
que de la piedra burda que aparece en el estacionamiento, se va tras-
formando a rocas trabajadas con una forma más geométrica, con líneas
rectas como las lajas que se observan en la plaza de acceso, hasta llegar
al mármol pulido del interior del museo.
Rescate y puesta en valor de la zona de monumentos arqueológicos de La Quemada 73

Fig.7 Acceso al Museo Arqueológico La Quemada.

Fig.8 Museo, área de comidas y expendio de publicaciones.


74 Carlos Alberto Torreblanca Padilla

Las bases donde se encuentran exhibidas las colecciones arqueoló-


gicas refieren una vez más a la arquitectura prehispánica, en el espa-
cio dedicado a Loma San Gabriel aparece el uso del bajareque, es decir,
varas de carrizo forradas de lodo. En la sección de la Cultura Chalchi-
huites está la piedra bola y los aplanados de barro, reconstruyéndose
el templo de los cráneos, donde se emplea el adobe y la madera. Final-
mente, en la sección de La Quemada el uso de la laja sobresale a simple
vista.
La parte didáctica siempre fue cuidada, sobresaliendo la reproduc-
ción de una excavación arqueológica para explicar el proceso de recu-
peración de objetos, sus características históricas dependiendo de cada
época con cuadros de excavación. Así del periodo prehistórico, se mues-
tra su fogón; del prehispánico, se exhiben tepalcates, herramientas de
piedra y restos de construcciones; de la colonia, surge la rueda y carre-
tas para la comunicación, a más del trabajo de la piedra en recintos re-
ligiosos y la cerámica vidriada; en cuanto a la etapa independiente, en
que sobresalen las distintas batallas del siglo XIX en el país, muestra a
un individuo caído en batalla; de la época del porfiriato en que se in-
troduce el ferrocarril y avances tecnológicos, de los años cincuenta que
se distinguen por sus automotores, el empleo de lámina para charolas
entre otros; cerrando esta excavación con la gran diversidad de objetos
que nuestra sociedad consume y serán evidencias de su comportamien-
to cultural que interpretarán los futuros arqueólogos.
Finalmente están las aulas que se destinan para fomentar las habili-
dades a través del conocimiento, de las necesidades básicas del hombre,
como es en principio la alimentación, en la que se buscaría la forma de
preparar sus herramientas como puntas de proyectil para la caza o, en
su caso la manufactura de los enseres cerámicos necesarios en la pre-
paración de alimentos o su almacenamiento. Por ello en este espacio se
muestra cómo era la elaboración de las herramientas de piedra y la ma-
nufactura de los objetos a partir del barro.

PERSPECTIVAS

La zona de monumentos arqueológicos La Quemada es un asenta-


miento prehispánico de relevancia nacional, en la cual el Instituto Na-
cional de Antropología e Historia atiende su protección, conservación y
difusión. La sociedad lo reconoce como un legado histórico de impor-
Rescate y puesta en valor de la zona de monumentos arqueológicos de La Quemada 75

tancia no solo regional sino nacional, por lo cual suelen acudir, aten-
diendo inquietudes culturales o de esparcimiento social. En el área de
monumentos arqueológicos se fomenta la protección, conservación, in-
vestigación y difusión de este legado arqueológico existente en Zacate-
cas. A pesar del esfuerzo que se ha efectuado queda claro que se deben
de continuar realizando acciones para seguir garantizando su preserva-
ción conforme a las nuevas normas, a fin de que la gente pueda conocer
más sobre su pasado y continuar con el disfrute social.

BIBLIOGRAFIA
Armillas Pedro, 1963.- Investigaciones arqueológicas en el Estado de Zacatecas,
Boletín del INAH, Vol.14, pp.16-17, INAH, México.
Batres Leopoldo, 1903.- Visita a los monumentos arqueológicos de La Quemada,
Zacatecas. Imprenta de la Vda. De Francisco Díaz de León, México
Berghes Carl de, 1996.- Descripción de las ruinas de asentamientos aztecas du-
rante su migración al Valle de México, a través del actual Estado Libre de Za-
catecas. Gobierno del Estado de Zacatecas, Universidad Autónoma de Zaca-
tecas, Centro Bancario del Estado de Zacatecas, Zacatecas, México.
Corona Núñez José, 1955.- Informe de los trabajos realizados en las ruinas ar-
queológicas de la ciudad de Tuitlán (La Quemada), Zacatecas Archivo Técni-
co de la Coordinación Nacional de Arqueológia, INAH, México.
Faulhaber Johanna, 1960.- Breve análisis osteológico de los restos humanos de
La Quemada, Zacatecas. En Anales del INAH, Vol.13, pp.131-149, INAH,
México.
Jiménez Betts Peter, 1988.- “La arqueología en Zacatecas”, La antropología en
México. Panorama histórico. Vol.12
La antropología en el norte de México, Carlos García Mora Coordinador, Co-
lección Biblioteca del INAH, pp.345-366, INAH, México.
1994.- “La Quemada. Cuna de los toltecas”. Arqueología Mexicana, Vol.I,
Num.6, pp.45-47, Febrero-Marzo, Ed. Raices, INAH, México
1998.- “La Quemada”. Arqueología Mexicana, Vol.V, Num.30, p.33, Mar-
zo-Abril, Ed. Raíces, INAH, México
2010.- La Quemada.- Rescate y estudio de un monumento arqueológico. Ins-
tituto Zacatecano de Cultura Ramón López Velarde, Gobierno del Estado de
Zacatecas, INAH, Zacatecas, México.
Lyon George F. 1984.- Residencia en México, 1826. Diario de una residencia y es-
tancia en la república mexicana. Fondo de Cultura Económica, México
Lozano Ordoñez José Carlos, 1998.- “Museo de sitio y Unidad de Servicios La
Quemada”. Arqueología Mexicana, Vol. V, Num.30, p.32, Marzo-Abril, Ed.
Raices, INAH, México.
Maldonado Romero Arturo y Peter Jiménez Betts, 2003.- La Quemada. Estabi-
lización y consolidación de restos arqueológicos. Universidad Autónoma de
Zacatecas, INAH, SEP-CONACYT SEVILLA, Zacatecas, México.
76 Carlos Alberto Torreblanca Padilla

Medina González José Humberto, 2000.- El paisaje ritual del Valle de Malpaso.
Tesis de licenciatura, ENAH, México.
Michelet Dominique, 1996.- Musés. La Quemada, Zacatecas Méxique. Journal de
la Societée des Américanistes. Tomo 82, pp.5-6, Musée de l´Homme, Paris,
Francia.
Noguera Eduardo, 1930.-“Ruinas arqueológicas de La Quemada”. Ruinas ar-
queológicas del Norte de México, Casas Grandes Chihuahua, La Quemada y
Chalchihuites, Zacatecas. Dirección de Monumentos Prehispánicos de Méxi-
co, SEP, México.
Torreblanca Padilla Carlos Alberto, 1997.- EL museo arqueológico de La Quema-
da. Ariete, Año 2, No.16, Mayo pp.18-19, Fresnillo, Zacatecas, México.
Historia de la investigación
antropológica y etnográfica
en Zacatecas
78

LA ANTROPOLOGÍA FÍSICA. 20 AÑOS DE ACTIVIDADES


EN EL ESTADO DE ZACATECAS

Olga Villanueva Sánchez*

L os trabajos de Antropología Física en Zacatecas dieron inicio con las


investigaciones realizadas por el equipo del Dr.Jhon Charles Kelley,
de la Universidad del Sur de Illinois, en Carbondale, Estados Unidos que
realizaron trabajo de campo y posteriormente análisis de los materiales
óseos obtenidos durante las excavaciones efectuadas en el Centro Cere-
monial de Alta Vista en el Municipio de Chalchihuites, Zacatecas.
En vista de que el Centro INAH Zacatecas contaba con varios cientos
de restos óseos humanos que se fueron recuperando durante las dis-
tintas temporadas de campo en el sitio arqueológico de Alta Vista en el
Municipio de Chalchihuites, Zacatecas y de las varias atenciones a de-
nuncias hechas dentro del mismo estado se tomó la decisión de lanzar
en noviembre de 1993 la convocatoria a concurso para una plaza de an-
tropología física en el estado de Zacatecas.
En la convocatoria se solicitaba a los aspirantes a ocuparla, formular
un proyecto enfocado a realizar un “Análisis paramétrico y no paramé-
trico de restos óseos humanos de Alta Vista, Chalchihuites, Zacatecas”.
Tras los trámites necesarios y aprobar el examen de oposición se obtu-
vo la oportunidad de ingresar por espacio de seis meses en las instala-
ciones del Museo de Guadalupe, lugar donde se albergaban los restos
óseos humanos y una vez concluida la primera etapa del proyecto se
podría defender nuevamente el proyecto para acceder a obtener la defi-
nitividad de la plaza en el mes de julio de 1994.
Con la llegada de la Antropóloga Física al Centro INAH Zacatecas, se
da inicio a la actividad de investigación en este nuevo campo ya por per-
sonal de base de la propia institución en la delegación de Zacatecas Se
realizaron los trámites en 1994.
Al llevar a cabo las labores de limpieza y restauración de los restos
óseos humanos prehispánicos, la antropóloga se percata de que los ma-

*Antropóloga Física e Investigadora del Centro INAH Zacatecas


La Antropología Física. 20 Años de actividades en el estado de Zacatecas 79

teriales óseos se encuentran en un mal estado de preservación y de que


también es precario su estado de conservación
Después de los trabajos de limpieza y restauración se pudo compro-
bar que los materiales óseos motivo del proyecto con el que se concur-
só para la plaza de antropología física para el CINAH Zacatecas no se
encontraban dentro de los restos óseos que contenía la bodega ubicada
en el Museo de Guadalupe, sino que éstos estaban depositados en for-
ma dispersa, unos en bolsas y cajas de cartón de diferentes tamaños;
otros en costales de ixtle (figuras 1 y 2) y otros más yacían sobre el sue-
lo, mezclados entre el polvo, los desechos de materia orgánica de palo-
mas y ratas que frecuentaban el espacio donde fueron depositados los
restos óseos humanos. Una vez recuperados los materiales óseos de las
distintas temporadas de excavación, fue posible dar inicio a la selección
del material óseo objeto del estudio y motivo de la creación de la plaza,
que nos llevó a formar parte del cuerpo de investigadores en el Centro
INAH Zacatecas.
Después de una exhaustiva búsqueda, se llegó a la conclusión de que
los restos óseos que se analizarían para desarrollar el proyecto motivo
del ingreso al instituto no se localizaron en la bodega, se procedió a es-
tudiar otros materiales óseos que igualmente eran del Centro Ceremo-
nial de Alta Vista y fue cómo se seleccionaron los cráneos de las estruc-
turas 2-A, 2-B y 2-C del centro antes citado.
Se decidió analizar los cráneos porque se observó que presentaban
múltiples huellas de manipulación o huellas tafonómicas tales como
marcas de corte, orificios, raspado, golpes y exposición al fuego.
La decisión se tomó, porque al momento de realizar la limpieza y
restauración se observa que los cráneos tenían una impronta de hue-
llas de manipulación, actividad que inferimos quedó manifestada en los
materiales óseos al despojar a los individuos de las partes blandas de
cada uno de los esqueletos y que dicha actividad debió ser perimortem
o postmortem. Las inferencias se hicieron porque en los cráneos per-
forados no existe ninguna huella de regeneración y que dicha labor se
hizo cuando el cadáver estaba fresco, ya que no existen huellas de frac-
tura del hueso.
Para dar inicio al análisis de los cráneos, se adecuó una cédula grá-
fica utilizada por la Dra. Pijoan y con dicha cédula se procedió al re-
gistro de cada una de huellas tafonómicas observadas en cada cráneo.
Los resultados de este proyecto han sido muy interesantes, ya que han
80 Olga Villanueva Sánchez

Foto 1. Contenedores donde se encontraban los restos óseos de Alta Vista.

Foto 2. Estado de conservación del material óseo de Alta Vista.


La Antropología Física. 20 Años de actividades en el estado de Zacatecas 81

servido de base para compararlos con colecciones óseas de otros sitios


dentro del estado como son los cráneos de La Quemada, que presen-
tan varias de las actividades tafonómicas que se observan en los restos
óseos (cráneos) de Alta Vista y con muestras de otros centros arqueoló-
gicos dentro de la República Mexicana. A la par de analizar cada uno de
los cráneos también se analizaron otros segmentos óseos de los indivi-
duos del sitio, mismos que también presentan huellas de manipulación
cuya impronta quedo manifiesta cuando retiraron las partes blandas.
Para realizar la investigación se plantearon los siguientes objetivos
para el análisis de los restos óseos:
1. La elaboración de una cédula gráfica donde se registraran todas las
actividades tafonómicas que quedaron impresas en el cráneo. To-
mando como base la cédula gráfica que presenta C. Pijoan en su te-
sis doctoral (2010:40)
2. Determinar en los cráneos la presencia de cada una de las marcas de
corte, perforaciones, raspado, golpes y exposición al fuego.
3. Detectar cuales y cuantas marcas de los cráneos analizados se ma-
nifestaron en cada región
4. En particular se analizarían las marcas de corte, perforaciones, gol-
pes, raspado y exposición al fuego, que presentaban cada uno de los
84 cráneos provenientes de las estructuras 2-A, 2-B y 2-C.
5. Determinar de qué tipo fueron las perforaciones, en qué región del
cráneo y cuantas fueron, ya que pueden ser cónicas o cilíndricas.
6. Inferir cual fue la razón para realizar las perforaciones.
7. Averiguar de qué tipo fueron los utensilios o artefactos con los cua-
les se hicieron los orificios y se retiraron las partes blandas de cada
uno de los cráneos.

Con toda la información recopilada se han desarrollado distintas


presentaciones en coloquios, congresos y foros académicos relaciona-
dos con la especialidad de Antropología Física y se encuentra en proce-
so un catálogo de los cráneos de Alta Vista, que presentan actividades
tafonómicas.
En esta colección de material óseo prehispánico contamos con ejem-
plares de hueso humano y animal que tienen huellas de uso, esto sig-
nifica que fueron tratados para utilizarse como herramientas o instru-
mentos dentro de algunas actividades específicas del grupo humano al
que pertenecían.
82 Olga Villanueva Sánchez

Otro de los proyectos de investigación que se realizó fue el de “Evi-


dencias patológicas en restos óseos coloniales procedentes de la Capilla
de la Santa Veracruz, del Templo de la Soledad, Sombrerete, Zacatecas”.
Con el material óseo colonial del proyecto antes mencionado obtuvi-
mos información valiosa porque la población inhumada en la cripta de
la Capilla de la Santa Veracruz en Sombrerete, Zacatecas es en su mayo-
ría una población europeoide y presenta rasgos epigéneticos que no he-
mos encontrado en los restos óseos prehispánicos con los que se cuenta
en la Osteoteca del Área de Antropología Física en Zacatecas.
También con el material asociado que fue recuperado en el Panteón
Civil de Sombrerete se realizó la restauración a cuentas de rosarios, me-
dallas, madera, textiles, herrajes, botones y monedas.
Además se trabaja en el análisis epigenético de los restos óseos de la
colección ósea de la Capilla de la Santa Veracruz, del Templo de la Sole-
dad en Sombrerete, Zac.
Al material óseo procedente del Panteón de Dolores en el Municipio
de Pánuco, solamente se le realizó la limpieza y embalaje, este mate-
rial es colonial y el municipio es minero. De ese material se desprendió
la tesis “Exposición y contaminación por plomo en la población mine-
ra de Pánuco, Zacatecas. Un estudio bioarqueológico” realizada por una
alumna de la Universidad Autónoma de Zacatecas, de la licenciatura en
Arqueología. 2010.
Otro proyecto que está en proceso es el de “Determinación de líneas
de parentesco en tres individuos de la pirámide de la estructura 2-B de
Alta Vista, Chalchihuites, Zacatecas”.
En el proyecto antes mencionado se está analizando material pre-
hispánico, ya que se tiene la hipótesis de que los personajes que se en-
contraron en la Pirámide de la estructura 2-B, tienen parentesco entre sí
y por esa razón se han enviado muestras óseas al Laboratorio de Inte-
racción Núcleo-Mitocondrial y Paleogenómica, Langebio, Cinvestav-IPN,
Irapuato.
En ese laboratorio del Instituto Politécnico Nacional se realizan los
análisis genéticos a muestra de DNA antiguo de tres individuos, para
poder determinar si existe algún grado de parentesco entre ellos. Aun
no se han recibido los resultados finales.
En 20 años de actividades en el Área de Antropología Física se han
tenido las visitas de investigadores de otros centros de trabajo del Insti-
tuto Nacional de Antropología e Historia y de otros países, (fotos 3 y 4).
La Antropología Física. 20 Años de actividades en el estado de Zacatecas 83

Foto 3. Visita de los doctores Jacky y Cristy Turner II, Botella y Mtro. Romano.

Foto 4. Visita de la Dra. Bautista, A. F. Valdés y Dr. Arias.


84 Olga Villanueva Sánchez

COLABORACIONES

Un proyecto en colaboración con un investigador del Centro INAH


Yucatán “Análisis de la variabilidad biomecánica en restos óseos prehis-
pánicos del norte de Mesoamérica. Un enfoque funcional de las estrate-
gias de subsistencia a través de la actividad física”.
El proyecto antes citado se está realizando con huesos largos del
Centro Ceremonial de Alta Vista, Chalchihuites, Zac., a los que se les
realizó una tomografía computarizada en 3D.
En este año 2014, se programó el proyecto “Registro Único de Monu-
mentos y Zonas Arqueológicos e Históricos: Sección de Monumentos y
Declaratorias de muebles. Restos óseos humanos arqueológicos”.
El proyecto aún no ha sido autorizado y el objetivo es registrar todo
el material óseo que se tiene resguardado en la Osteoteca de Antropolo-
gía Física en el Área de Investigación en el Museo de Guadalupe.
También durante los años de actividad académica en Zacatecas se ha
prestado apoyo a otros Centros INAH, entre ellos uno de los primeros
trabajos de excavación en apoyo a otro centro de trabajo, fue el que se
realizó en el Sitio “La Campana”, en la Ciudad de Colima en el año de
1994.
En ese sitio se liberó en 1994 una tumba de tiro y de ese material se
realizó una investigación y posteriormente una publicación conjunta-
mente con el Instituto de Física de la UNAM.
El artículo se derivó del análisis de unas piezas dentarias que fueron
obturadas con hueso humano molido y aglutinado con otro componen-
te que lo adhirió a la cavidad que se obturó.
También se participó en 1994 en el “Proyecto Nacional de Registro de
Restos Óseos”, en el que se realizó el inventario de los materiales óseos
humanos y animales en los Centros INAH de Colima y Nayarit, pero que
posteriormente se suspendió.
También se apoyó al Centro INAH Aguascalientes en el rescate de un
individuo que se encontraba inhumado en una iglesia.
En varias temporadas de campo en el Centro de Estudios de Occiden-
te se colaboró en la limpieza, restauración y análisis de “Los cráneos
procedentes de la Colección Solórzano” a los que se les realizó a cada
uno análisis morfoantropométrico además de elaborar un inventario de
cada uno de los cráneos analizados.
La Antropología Física. 20 Años de actividades en el estado de Zacatecas 85

Durante mi estancia en el Centro de Estudios de Occidente colaboré


en la selección de restos óseos humanos y de animal que estaban tra-
bajados y que habían sido usados como herramientas. Esos materiales
óseos fueron expuestos en el Museo de Paleontología de Guadalajara.
Se apoyó al proyecto “Los restos óseos humanos de la Parroquia de
Indios, La Villa de Guadalupe”, México. 2009.
En este proyecto se hizo toda la métrica de los huesos largos para
que se publicaran los resultados en el libro “La población antigua de la
Villa de Guadalupe, ciudad de México”. 2013.
Además se limpió y restauró material óseo que posteriormen-
te fue analizado para detectar si presentaban impronta de alguna
paleopatología.
Un apoyo más fue el brindado al Proyecto Arqueológico “El Cóporo”,
sitio ubicado en el Municipio de Ocampo, Gto.
La actividad que se ha desarrollado para apoyar al proyecto ha con-
sistido en limpiar, restaurar e inventariar todo el material óseo y hacer
el análisis morfoantropométrico a los restos óseos de dicha colección,
proyecto que a la fecha se continúa apoyando.
De ese material actualmente se prepara un artículo de los elementos
óseos que se encuentran cubiertos con un pigmento negro.
Últimamente se analiza el esqueleto de un individuo que presenta un
cráneo bilobulado sobre el que se prepara un artículo que será presenta-
do en la Mesa Redonda de la Sociedad Mexicana de Antropología (SMA)
en el Estado de Queretaro.
Dentro del Proyecto Arqueológico “Cerro de los Remedios”, se llevó
a cabo la limpieza, restauración y análisis de un esqueleto encontrado
en ese sitio y además se dio una clase para los arqueólogos que colabo-
ran en ese proyecto donde se instruyó para que puedan llevar a cabo el
rescate de los restos.
Se ha colaborado en el proyecto “Momias de México, Cuerpos Eter-
nos”, en la Dirección de Antropología Física.
Durante el desarrollo de los proyectos relacionados con las investi-
gaciones anteriores se han elaborado varios trabajos y presentaciones
para congresos y coloquios en distintos foros académicos.
Se ha colaborado con la arqueóloga del CINAH Zacatecas durante dos
Temporadas de Campo, 1994 y 1997.
Fue de mucha ayuda poder excavar en la Plaza 4 durante 1994 y 1997
porque se pudieron confirmar algunas hipótesis que se habían formula-
86 Olga Villanueva Sánchez

do. En 1994 fue la primera temporada de campo en el sitio Alta Vista; se


inició la excavación para poder liberar la Plaza 4 y fue hasta la tempora-
da de 1997 cuando se concluyó la liberación de la misma, (figuras 5 y 6).

Figura 5. Primera Temporada de Campo en Alta Vista, 1994. Plaza 4.

Figura 6. Temporada de Campo en Alta Vista, 1997. Liberación de Plaza 4.


La Antropología Física. 20 Años de actividades en el estado de Zacatecas 87

TRABAJOS PUBLICADOS DURANTE LOS AÑOS


DE INVESTIGACIÓN EN ZACATECAS

“Exostosis auditiva en la población clásica de Palenque Chiapas. Un


estudio de caso”, 2013. Por Almudena Gómez Ortiz y Olga Villanueva
Sánchez
IBA Analysis of a possible therapeutic ancient tooth inlay. Nuclear
Instruments and Methods in Physics Research B 136-138 (1998) 908-
912. Colaboración de Andrade, E, J. C. Pineda, E. P. Zavala, G. Murillo, R.
Chávez, R. Lascurain, Ma. L. Espinosa, O. Villanueva.
“Manifestaciones Tafonómicas en segmentos óseos encontrados en
una de las escaleras de acceso a la Plaza 4 en el Centro Ceremonial de
Alta Vista, Chalchihuites, Zac.” Olga Villanueva Sánchez. En las Memo-
rias del IV Congreso de la Gran Chichimeca, Universidad Autónoma de
San Luis Potosí. , 2005.

PUBLICACIONES EN PRENSA

“Marcas de corte en restos óseos de Alta Vista, Chalchihuites, Zaca-


tecas. Una manifestación tafonómica”, VII Congreso de la Gran Chichi-
meca, 2008. Olga Villanueva Sánchez.
“Primer hallazgo de limado dentario en Zacatecas. El caso de un es-
queleto hallado en la Mesa de San Miguel, Apozol” colaboración conjun-
ta de Almudena Gómez Ortiz, Olga Villanueva Sánchez y Carlos Alberto
Torreblanca, 2013.
“Osteosarcoma. Un estudio de caso en material óseo de Apozol, Za-
catecas”. En colaboración con Olga Villanueva Sánchez, Almudena Gó-
mez Ortiz y Carlos Alberto Torreblanca, 2013.
“Radiocarbon dating and compositional analysis of pre-Colombian
human bones. Trabajo conjunto de E. Andrade, C. Solís, C. E. Canto, O.
G. de Lucio, E. Chávez, M. F. Rocha, O. Villanueva, C. A. Torreblanca.
2013.

PLÁTICAS PRESENTADAS EN ESCUELAS

“Las primeras culturas en Zacatecas”, impartida a alumnos de la Se-


cundaria Técnica No. 1 de Zacatecas en 1999.
88 Olga Villanueva Sánchez

“Eras Geológicas”: Fósiles, Tipos de fósiles, Técnica de Fechamiento


de fósiles, Criterios de división de las eras geológicas en 2000
“Evolución Humana”: Origen de la Especie Humana, Primates, Homi-
nización, Formación de fósiles en 2000.
“Tafonomía y prácticas rituales en restos óseos”. Clase impartida
a alumnos de la Licenciatura en Antropología con especialidad en Ar-
queología en la Universidad Autónoma de Zacatecas en 2004.
“Patrimonio Osteológico” a los alumnos de la Escuela Secundaria Ge-
neral Emiliano Zapata, Clave: 32DES0034Z, impartido al segundo grado,
2009.
“Patrimonio Osteológico” a los alumnos de la Escuela Secundaria Ge-
neral Emiliano Zapata, Clave: 32DES0034Z, impartido a los grupos B, C,
D y E., 2010.

CONFERENCIAS Y PONENCIAS PRESENTADAS

“Estudio imagenológico de un caso de probable mieloma múltiple en


el esqueleto de un individuo procedente del sitio La Campana, Colima”,
X Coloquio Internacional de Antropología Física “Juan Comas”, 1999.
“Estudios de materiales antropológicos y arqueológicos mediante las
técnicas del pixe y 4H RBS” 1999.
“Estudio de las alteraciones tafonómicas culturales en los cráneos
procedentes de las estructuras 2-A, 2-B y 2-C del sitio ceremonial de
Alta Vista, Zac”, Seminario-Taller permanente: Alteraciones Tafonómi-
cas en Hueso, 2000.
“Algunas manifestaciones tafonómicas en restos óseos de Alta Vista,
Zacatecas”. 1er Coloquio Interno del Seminario-Taller permanente: Alte-
raciones Tafonómicas en Hueso, 2000.
“La mutilación dentaria en un individuo rescatado en la Mesa de San
Miguel, Apozol, Zacatecas, III Congreso de lo Chichimeca, 2004.
“La momia de Apozol, Zacatecas”, VIII, V y II Coloquios Internos de
los Seminarios Permanentes de la Dirección de Antropología Física,
2004.
“Paleopatología y prácticas culturales detectadas entre los antiguos
habitantes de Apozol, Zacatecas”, 2005.
“Manifestaciones tafonómicas en segmentos encontrados en una de
las escaleras de acceso a la plaza del Centro Ceremonial de Alta Vista,
Chalchihuites, Zacatecas”, IV Congreso de la Gran Chichimeca, 2005.
La Antropología Física. 20 Años de actividades en el estado de Zacatecas 89

“La enfermedad del pasado en restos óseos de Alta Vista”, V Congre-


so de la Gran Chichimeca, 2006.
“Marcas de corte en restos óseos de Alta Vista, Chalchihuites, Zaca-
tecas, Una manifestación tafonómica”, VII Congreso de la Gran Chichi-
meca, 2008.
“Evidencias de patologías en restos óseos coloniales de la Capilla de
la Santa Veracruz, del Tempo de la Soledad, Sombrerete, Zacatecas”,
2008.
“Limado dentario en un individuo del entierro 17 de Xalostoc, perte-
neciente a la Época Prehispánica”, 2010.
“Paleopatología. Un estudio de caso de material óseo de Apozol, Za-
catecas”, 2011.
“Manipulación cultural en materiales del Centro Ceremonial de Alta
Vista, Zacatecas”, 2011.
“Primer hallazgo de limado dentario en Zacatecas. El caso de un es-
queleto hallado en la Mesa de San Miguel, Apozol”, 2013.
“Presencia de un osteosarcoma en material óseo de Apozol, Zacate-
cas. Un estudio de caso”, 2013.

PRESENTACIÓN DE CARTEL

Displasias óseas en restos humanos del México Antiguo. XVI Reunión


Nacional de Morfología, Dr. Gregorio Benítez Padilla. Colaboración de
J. Bautista Martínez, A. Ortega Palma, J: Valdés, O. Villanueva Sánchez,
2005.
Radiocarbon dating and compositional analysis of pre-Columbian hu-
man bones. Trabajo conjunto de E. Andrade, 1C. E. Canto, 10. G. de Lu-
cio, 1E. Chavez, 2M. F: Rocha, 3O. Villanueva, 3C. A. Torreblanca. 2013.
Apoyo a pasantes de la carrera de Arqueología de la Universidad Au-
tónoma de Zacatecas
Se apoya en el análisis del material paleontológico a la pasante Mayra
Edith Arellano Guerra, cuyo proyecto de titulación es “Análisis tafonó-
mico de restos de mega fauna de la Laguna el Salitre, Villa Hidalgo, Za-
catecas”, se le proporciona material bibliográfico para que realice su
investigación.
90 Olga Villanueva Sánchez

COLABORACIÓN EN MONTAJE MUSEOGRÁFICO

En el Museo de la Quemada se apoyó en la selección y restauración


del material óseo que se usaría para elaborar el video que se exhibe en
la Sala de proyección del Museo de la Quemada. 1995.
Para el montaje de la Estructura 2-C también se colaboró seleccio-
nando y restaurando material óseo para ser expuesto. 1995.
Colaboración al seleccionar los materiales óseos y la elaboración del
guión científico para ser expuestos en el Museo de Sitio de la Unidad
de Servicios de la Zona Arqueológica de Alta Vista, Chalchihuites, Zac,
2005.
Preparación y presentación de la exposición temporal en el Museo de
Paleontología de la Ciudad de Guadalajara, “El trabajo del hueso en el
pasado. Colección Solórzano”, 2007.

ASESORÍA A ALUMNOS DE LA UNIVERSIDAD AUTÓNOMA


DE ZACATECAS QUE PRESTAN Y PRESTARON SU SERVICIO
SOCIAL EN EL ÁREA DE ANTROPOLOGÍA FÍSICA

Esa actividad se realizó con los alumnos que formaron parte de la


primera generación y hasta la actual. El número de alumnos que han
prestado su servicio social en el INAH durante mi estadía fue de más de
25. A cada uno de ellos se le brindó asesoría y bibliografía especializada
para realizar sus actividades.
Durante los años de investigación en el Área de Antropología Física
en Zacatecas se ha acudido a cursos, talleres, seminarios y diplomados
que sirven de apoyo a la investigación.
91

INICIO DE LA INVESTIGACION ETNOGRÁFICA


EN EL CENTRO INAH ZACATECAS

Ma. Cristina Morales Viramontes*

E n el año de 1986, año posterior al terremoto acaecido en la ciudad


de México, el Maestro José de Jesús Montoya Briones, y Ma. Cristina
Morales Viramontes; tomamos la decisión de cambiar nuestro lugar de
adscripción en la Dirección de Etnología y Antropología Social (DEAS),
eligiendo el estado de Zacatecas, lugar de origen del maestro Montoya,
como nueva residencia, en el hoy Pueblo Mágico de Jerez; población que
desde entonces contaba con el encanto que le llevó a recibir dicho títu-
lo. Un pueblo con el sabor andaluz en sus calles y fachadas, que en el
área del centro conserva construcciones que datan del siglo XVI, y man-
tienen en conjunto un estilo homogéneo con las clásicas y añosas puer-
tas de madera enmarcadas en cantera, material también presente en las
gárgolas y faldones de las casas además de los ricos herrajes; represen-
tando en resumen atractivos tanto en sus espacios de culto como es el
Santuario de Nuestra Señora de la Soledad o la parroquia de la Inmacu-
lada, y en construcciones civiles como el teatro Hinojosa o la casa de la
Torre, esta última con su estilo tan peculiar, al que se ha dado en llamar
gótico jerezano, o el panteón de Dolores con sus variados mausoleos
(figura I). Se escogió una población menor y no la capital, pensando en
que los presupuestos serían limitados para salir al campo, y de esta for-
ma residiríamos en el mismo lugar donde realizáramos la investigación.
Al arribar a Zacatecas el centro INAH consistía en una pequeña ofi-
cina inserta en el recinto del museo Pedro Coronel pero independiente
del mismo, su personal se componía por el director, quien contaba con
dos secretarias.
Nuestra llegada, significa entrar en una región con pocos anteceden-
tes en lo que a la investigación etnográfica y de la antropología social se
refiere. Entre las publicaciones encontramos para empezar, las descrip-
ciones de Fray Antonio Tello en su Crónica Miscelánea de la Provincia de
Xalisco, Manuel Pérez Verdía con su Compendio Histórico, Mota Padilla

* Antropóloga Social e Investigadora del Centro INAH Zacatecas


92 Ma. Cristina Morales Viramontes

con su Historia de la Conquista de la Nueva Galicia, además de la Histo-


ria Breve de Frejes, y el trabajo del Presbítero José Francisco de Sotoma-
yor, la Historia del Apostólico Colegio de Nuestra Señora de Guadalupe
de Zacatecas, y los trabajos pioneros relativos a la conquista, pero ya
entrando en el siglo de nuestro arribo (XX), contamos con obras valiosas
que abordan el tema de estudio desde el punto de vista de la antropolo-
gía, y así podemos mencionar el trabajo del antropólogo físico Ales Hrd-
licka, quien divulga en 1903, en la revista American Anthropologist New
Series, Vol.5, N.3, un artículo en que, aparte del tema arqueológico, rea-
liza una descripción detallada de un grupo indígena zacatecano, los te-
pecanos, de los que registra fotografías que muestran su indumentaria,
y algunos implementos utilizados para el trabajo y la magia o curación;
titulado The región of the ancient “Chichimecs” with notes on the tepeca-
nos and the ruin of la Quemada, Mexico. Avanzando en el mismo siglo,
tenemos la investigación del etnomusicólogo Vicente T. Mendoza y su
esposa Virginia Rodríguez Rivera de Mendoza, que en el libro titulado
Folklore de San Pedro Piedra Gorda y publicado por el Instituto Nacio-
nal de Bellas Artes, en 1952 aporta un estudio casi exhaustivo sobre los
diversos aspectos dentro de la temática del folklore de dicha población,
resulta ser una investigación única en su género no solo para el estado
sino para el país; Por su parte, para 1989, la doctora Águeda Jiménez
Pelayo contribuyó con una investigación de corte etnohistórico sobre
el origen y formación de las poblaciones, muchas de ellas conocidas
como haciendas; enfocando su investigación en el sur del estado, que
se expresa en el libro titulado Haciendas y Comunidades indígenas en
el sur de Zacatecas, publicado en la colección científica por INAH y CO-
NACULTA. Dentro de la temática de la medicina tradicional y la herbo-
laria, la doctora Carmen Anzures y Bolaños en 1978 publicó en la Aca-
demia Nacional de Medicina, su tesis basada en una investigación en la
biblioteca del convento de Guadalupe sobre el Florilegio medicinal que
el jesuita alemán Juan de Esteyneffer publicara en Chihuahua en 1711;
sin faltar las publicaciones del insigne investigador zacatecano, recien-
temente fallecido Cuauhtémoc Esparza Sánchez; El Corrido Zacatecano
publicado por el Instituto Nacional de Antropología e Historia, en el n.
46 de la Colección Científica, Historia Regional del Departamento de Di-
fusión y promoción Cultural; la Historia de la Ganadería en Zacatecas
(1531-1911), publicado por el Departamento de Investigaciones Histó-
ricas de la Universidad Autónoma de Zacatecas, en la Editorial. Jus, S.A.
Inicio de la investigacion etnográfica en el Centro INAH Zacatecas 93

de C.V. en México D.F. y la Monografía Estatal Zacatecas, suelo metáli-


co bajo las nopaleras, publicado por la Secretaría de Educación Pública,
México, como edición experimental y que por varios años formó parte
del paquete escolar de publicaciones del libro de texto gratuito en las
primarias del estado; aparte de las publicaciones discográficas del INAH
de corridos de la Revolución, producto de la investigación de la maes-
tra Irene Vázquez, los trabajos del profesor Eugenio del Hoyo sobre len-
guas indígenas, aunque enfocado al estado de Nuevo León, aparte de La
cocina jerezana, basado en el recetario de su madre y publicado en la
Impresora Monterrey S.A. en 1972 y Plateros, plata y alhajas en Zacate-
cas, investigación de análisis de archivos sobre herencias de productos
realizados en plata, publicado por el Instituto de Cultura de Zacatecas
en los talleres Impre-Jal S.A. en 1986; sin dejar de lado otras obras de
corte histórico como son los dos tomos del Bosquejo histórico de Zaca-
tecas del historiador Elías Amador, publicados por el Comité Directivo
del Partido Revolucionario Institucional, en 1982; y los trabajos alusi-
vos a la fatídica lucha por la conquista en el área, del investigador Philip
Powell, titulados La guerra chichimeca (1550-1600), y Capitán mestizo,
Miguel Caldera y la frontera norteña. La pacificación de los chichimecas
(1548-1587) ambos publicados por el Fondo de Cultura Económica, el
primero en la colección Lecturas mexicanas, N. 52 en 1975, y el segun-
do, en la Sección Obras de Historia, en 1977. Sin dejar de lado el estudio
que el mismo autor realiza sobre el desarrollo de la minería en la épo-
ca colonial enfocado a los años del 1546 al 1700 en Zacatecas, con el tí-
tulo de Minería y Sociedad en el México colonial, que tuvo una primera
edición en inglés en 1971, y traducido al español en 1976 por el propio
Fondo de Cultura Económica.
Fuimos los primeros investigadores adscritos ya directamente al
centro INAH Zacatecas, que hasta entonces solo había funcionado bási-
camente como oficina administrativa. Pues, aunque desde los 70´s se
había llevado a efecto investigación arqueológica en los sitios prehispá-
nicos, esta se había realizado contratando o enviando personal para di-
cho efecto desde las oficinas centrales del INAH en la ciudad de México.
El campo resultaba para nosotros rico en temas y materiales de in-
vestigación, de los que cada día surgía un nuevo aspecto. Así, a partir de
nuestra llegada empezamos a realizar recorridos y visitas a la capital, al
pueblo de Monte Escobedo y a diversos puntos aledaños circunscritos
94 Ma. Cristina Morales Viramontes

en un área amplia que abarcaba los municipios de Susticacán, Tepeton-


go, Huejúcar y Colotlán, estos últimos en el estado de Jalisco (Figura II).
Nuestro método de trabajo consistió básicamente en la investiga-
ción participante, que en principio se realizó con informantes directos
provenientes tanto de la familia del profesor Montoya, como de infor-
mantes que fuimos localizando, además de que al mismo tiempo reco-
pilábamos bibliografía sobre los diferentes aspectos de interés para un
Etnólogo y una Antropóloga Social, ávidos de conocimiento sobre la re-
gión, en especial en nuestros temas de interés, que incluyen la historia,
las costumbres, las tradiciones, aspectos sobre demografía, migración,
fiestas, etc. Materiales que se fueron enriqueciendo y siguen creciendo
tras 28 años de presencia en el estado.
Así, adquirimos monografías de los diferentes municipios, docu-
mentos del Instituto Nacional de Geografía y Estadística sobre aspec-
tos demográficos; materiales históricos de interés sobre la fundación
y la conquista del estado y la región, entre los que se incluyen los más
relevantes ya mencionados líneas arriba. A través de las pláticas con la
gente, y de las lecturas, tanto de publicaciones diversas como de revis-
tas y diarios, fuimos ubicando los aspectos que caracterizaban al esta-
do y municipio, dentro de nuestra materia de trabajo, entre los que pre-
dominarán los temas cotidianos y persistentes como el modo de vida
ranchero, la migración, la fuerte religiosidad del pueblo, la falta de em-
pleos, la pobreza en el campo y la poca atención al mismo por parte de
autoridades; siendo complementario a ello lo relativo a costumbres y
tradiciones que persisten y se refuerzan en el estado como producto de
la migración.
Con el fin de conocer y ubicar los elementos tradicionales caracte-
rísticos de la región, asistimos a las festividades como las ferias locales
de Susticacán, Tepetongo, Monte Escobedo, Colotlán y la capital, aparte
de a las fiestas patronales de algunos ranchos y pueblos como la de San
Antonio, en La Ciénega, la morisma en Los Haro y Ermita de Guadalupe,
la Ascensión en el barrio de Montecillo, todos ellos en Jerez; además de
asistir a la morisma en Plateros, municipio de Fresnillo, y en Bracho en
las inmediaciones de la capital; a la fiesta del Señor de los Rayos en Te-
mastián, Jalisco, y por supuesto, en el mismo Jerez, a la quema de Ju-
das del sábado de Gloria o a las festividades de la virgen de la Soledad
observando en todos estos eventos la presencia de danzas, misas y pe-
Inicio de la investigacion etnográfica en el Centro INAH Zacatecas 95

regrinaciones, que en este último caso, culminan con la pólvora y los


castillos, que constituyen prolegómenos del grito del 15 de septiembre.
Realizamos además recorridos en cierta forma recreativos en los que
explorábamos la geografía, orografía y arquitectura del estado, visitan-
do tanto los para nosotros obligados sitios arqueológicos de La Quema-
da, Alta Vista y El Teúl, con el fin de conocer lo que fueron los orígenes
de la cultura que hoy vivimos, y observar o registrar, elementos per-
sistentes de la misma , o conocer la actitud de los pobladores en rela-
ción a los sitios, al igual que sucede con las zonas de santuarios y culto
popular.
De la misma manera resultaron de interés los recorridos de áreas
geográficas como la sierra de los Cardos; muestra de un interesante
y atractivo aspecto de la orografía del lugar, que comparten los mu-
nicipios de Jerez, Susticacán y Valparaíso, llegando a través de sus in-
trincados caminos a lugares como la hacienda de San José de Llanetes,
ubicada al final de una ruta que, partiendo de Jerez, atraviesa por di-
cha sierra, recorriendo poblaciones clasificadas como ranchos, a pesar
de que su tamaño es mayor a lo que en nuestro concepto sería un ran-
cho, como El Cargadero, Parral de las Huertas, y Las Palmas, rancherías
con extensos terrenos sembrados de manzanos y chabacano, y la men-
cionada hacienda de San José de Llanetes, hasta llegar al municipio de
Valparaíso. Tomando otra ruta, que parte de Jerez, seguimos rumbo a
Monte Escobedo, y de allí, hacia Valparaíso, pasando por poblaciones
como Mezquitic perteneciente a Jalisco, San Antonio de Padua, Zacate-
cas, Huejuquilla el alto, Jalisco, hasta llegar al municipio de Valparaíso,
observando otro aspecto de las estribaciones de la sierra, en el área co-
lindante con el estado de Jalisco, zona de ricas serranías con cerrados
bosques de pinos, que comunican con el área donde habita el grupo
wirrárika. Además de llegar a haciendas como la de San Juan Capistra-
no, que un tiempo tuvo gran auge como productora de caña de azúcar
y todavía cuenta con un viejo trapiche de madera, aunque la hacienda
está en ruinas y abandonada.
Otra ruta fue hacia Sombrerete, atravesando el municipio de Fresni-
llo, con el fin de conocer la sierra de Órganos, que en cuanto a su oro-
grafía guarda parentesco con la de los Cardos. Así, en distintas etapas,
fuimos recorriendo los municipios del estado y conociendo su arquitec-
tura y geografía, abarcando básicamente desde el centro hacia el sur del
estado, adquiriendo en esa forma un panorama general de las caracte-
96 Ma. Cristina Morales Viramontes

rísticas de su economía, geografía y arquitectura, y en especial los as-


pectos culturales más relevantes para el estudio de la etnografía y an-
tropología social del estado.
En el área sur del estado, también recorrimos la zona del Cañón de
Juchipila, partiendo del municipio de Villanueva, zona que presenta
otro aspecto geográfico, al recorrerla por el río del mismo nombre, que
se mostraba sembrada de guayabos, mismos que a últimas fechas han
sido cambiados por agave azul tequilero, por resultar estos últimos más
convenientes a la economía para la elaboración del mezcal zacatecano.
Zona donde el pitayo tenía su hábitat junto con el guamúchil y otras
plantas características del semidesierto, y en la que en épocas tempra-
nas de la conquista hasta mediados del siglo pasado también contó con
cañaverales, aptos para su crecimiento en el clima cálido.
Durante esa misma etapa de acopio de materiales, en el año de 1988,
se enriquecieron nuestros materiales con la donación que el centro INAH
recibió de la autobiografía del profesor Manuel Ma. Gurrola, oriundo de
Valparaíso, obra en 10 tomos, mecanografiada y empastada de mane-
ra artesanal por el mismo personaje, quien la iniciara a escribir a los 80
años de edad y que cuando la entregó a nuestro centro, ya contaba con
98, ocurriendo su muerte a pocos meses de haber realizado la entrega
de dichos escritos, que resultaron de gran interés para nuestro tema de
estudio, pues aporta información valiosa en el ámbito de la historia lo-
cal o microhistoria; de la arqueología, y de muchos otros aspectos sobre
la región. En lo personal mi tarea fue la de analizarlos y anotar los datos
en fichas además de elaborar un índice de la obra. Resultando, a largo
plazo varios artículos, y dos libros.
De ese modo, fueron surgiendo publicaciones sobre los más variados
temas, entre los que mencionaría los artículos: “El Panteón de Dolores
en Jerez, Zacatecas”, “Los jerezanos, Introducción a su estilo de vida y
modelo social”, “La Batalla de Zacatecas vista desde Valparaíso”, “Una
breve descripción de la Ciudad de Zacatecas a fines del Siglo XIX y prin-
cipios del XX”, “Las experiencias de un migrante zacatecano”, “La migra-
ción en el estado de Zacatecas”, “Andanzas y prodigios del Santo Niño
de Atocha en Fresnillo”, y varios títulos más.
Esta primera etapa culmina con la publicación en 1996 de “Jerez y
su gente, región de vírgenes, migración y resistencia cultural”, por parte
del profesor Montoya; obra que resulta ser la primera investigación de
corte etnográfico sobre Zacatecas, que aunque se enfoca al municipio
Inicio de la investigacion etnográfica en el Centro INAH Zacatecas 97

de Jerez, es un trabajo pionero y básico para conocer el modo de vida


ranchero y las costumbres de los zacatecanos en general. En el mismo
año se entregó la tesis de maestría basada en la obra de Gurrola y en-
focada a la experiencia personal del personaje sobre la revolución y el
movimiento agrario en Valparaíso.
En vista de que nuestra actividad anterior dentro del INAH, se realizó
en la sierra de Hidalgo, aun estando en Zacatecas, siguen surgiendo pu-
blicaciones alusivas a dicha región, así, en ese mismo año se publica por
parte del INAH, otro trabajo de Montoya -Etnografía de la dominación
en México, Cien Años de violencia en la Huasteca- que fue galardonado
con una mención honorífica por el INAH en el premio anual, producto
de dicho trabajo, de varios años de investigación, en la Huasteca hidal-
guense dentro del proyecto Estructuras de Poder en la Sierra y huasteca
hidalguenses, como investigador de la Dirección de Etnología y Antro-
pología Social, material que originalmente estaba destinado como tesis
de doctorado, y que finalmente se entregó para dicho concurso.
En cuanto al centro de trabajo, poco después de nuestro arribo a Za-
catecas, empezaron a suscitarse cambios, pues el mismo director es
sustituido temporalmente por un pasante de arqueología; luego arriba
un etnólogo, cuya trayectoria, aparte de su supuesto título, nada tenía
que ver con su nueva actividad en el INAH salvo el aspecto administra-
tivo, ya que en Aguascalientes, había figurado como subdirector del pe-
nal. Él realiza cambios en la oficina, las secretarias que hasta entonces
habían estado son sustituidas; y llega nuevo personal en el área admi-
nistrativa. Dicho director quien mantuvo su residencia en Aguascalien-
tes, y que por lo mismo no se presentaba de forma cotidiana al centro,
es finalmente relevado.
Nuestra presencia como investigadores, pero sin un espacio específi-
co de trabajo, nos mantenía por completo ajenos a situaciones que con
el tiempo fuimos conociendo, y que representaban pérdidas por parte
del INAH en su calidad de encargado del resguardo del patrimonio cul-
tural, al que se le habían adjudicado la custodia del edificio del ex tem-
plo de San Francisco, la colección de arte huichol, donación del inves-
tigador belga de apellido Mertens, quien residió por largo tiempo en la
zona huichola o wirrárika como ellos se autonombran, colección que ac-
tualmente forma parte del acervo del Museo Zacatecano, y el diario de
José María Bustamante, y que el centro deja ir de sus manos a manera
de donación poco antes de nuestro arribo a Zacatecas.
98 Ma. Cristina Morales Viramontes

En 1989, se enriqueció el área de investigación con la presencia de


una arqueóloga, quien ya tenía tiempo trabajando en la región, adscrita
al departamento de prehistoria en la ciudad de México, y posteriormen-
te asume la dirección. A poco tiempo también se integra otro arqueólo-
go y un ingeniero químico que reforzará el área de restauración, mien-
tras que el equipo administrativo sigue en aumento.
En los años 90 hay un nuevo cambio de director, llega un maestro en
historia oriundo del estado de Zacatecas, persona activa, pero con de-
masiados proyectos personales, que diluyeron el valor de su actuación
como director, aunque hizo crecer al centro con mucho personal nuevo,
como una nueva secretaria. El espacio del centro, limitado a un pequeño
sector del recinto del museo, resulta insuficiente, y se divide el mismo
en dos pisos. Por su parte, el sector de investigación es fortalecido por
esas fechas con la presencia de una pasante de Antropología Física, que
trabajará una nueva área, cabe aclarar que hasta el momento los inves-
tigadores, por lo menos en el caso de los del área de etnografía, seguía-
mos sin contar con un espacio para laborar, además de que permanecía-
mos en el municipio de Jerez.
Paralelo a nuestro trabajo, en 1998, surgió en el INAH a nivel nacio-
nal, el proyecto titulado en principio “Etnografía de las regiones indíge-
nas de México hacia el nuevo milenio” Mismo que se proponía trabajar
a nivel nacional una especie de atlas etnográfico, tal vez rememorando
la época en que se realizaran el atlas arqueológico y el gastronómico,
y en el que se dejó de lado el etnográfico coordinado y entregado por
el profesor Montoya desde la DEAS, pero que nunca vio la luz. En este
nuevo proyecto se analizaría el aspecto etnográfico desde distintas re-
giones del país, y enfocando desde diversos temas relacionados con la
etnografía.
Nos incorporamos a tan interesante y ambicioso proyecto, para lo
que fue necesario contratar nuevo personal que auxiliara en la investi-
gación. Así ingresaron tres investigadoras, dos de ellas de la especiali-
dad de Etnografía, y una historiadora.
El trabajo de investigación en equipo, resultó muy provechoso; in-
cluía a los estados de Aguascalientes y Zacatecas como una sola área. El
primer producto consistió en una bibliografía comentada, en la que se
incluyeron los materiales más sobresalientes sobre la región. El trabajo
se titula “Cultura, migración y zona de frontera en Zacatecas y Aguasca-
lientes, una revisión bibliográfica”, y fue publicado en 2005 por el INAH
Inicio de la investigacion etnográfica en el Centro INAH Zacatecas 99

y CONACULTA y la Imprenta Juan Pablos en la serie Las regiones indíge-


nas en el espejo bibliográfico.
El segundo tema de investigación dentro de dicho proyecto, esta-
ba enfocado hacia los sitios de culto y de peregrinación, y el equipo se
abocó a la búsqueda de los mismos en el estado. Localizando desde los
cultos o devociones familiares, en donde entraría el caso de la reliquia,
hasta los sitios de peregrinación y las imágenes peregrinas, algunas de
interés estatal, y otras abarcando el ámbito nacional.
En cuanto a la reliquia, se estudiaron algunas con tradición de varios
años como la de San Pascual Bailón en el centro de la capital, y la de La
virgen de San Juan de los Lagos en Trancoso.
En relación a las peregrinaciones, confirmamos que Zacatecas cuenta
con uno de los santuarios más concurridos - el del Santo Niño de Ato-
cha-, en Fresnillo que es el tercero en importancia a nivel nacional, y
que el segundo, el de la virgen de San Juan de los Lagos, en Jalisco, se
encuentra en un área cercana al estado, al que se realizan variadas pe-
regrinaciones a pie, en bicicleta y otros medios desde diversos puntos
del estado, participando una de nuestras investigadoras con uno de los
grupos de peregrinación a pie.
Aunque se tuvo conocimiento de otras opciones, la limitación que se
pedía en cuanto a extensión del trabajo y tiempo para realizarlo, no nos
permitió abarcar más, así pasamos por alto la peregrinación de la juven-
tud al cerro del Cubilete en Guanajuato, punto importante de referencia
para los zacatecanos debido al gran significado y fuerza que tuvo el mo-
vimiento cristero en la región. Del mismo modo se dejó de lado el culto
y peregrinaciones a san Judas Tadeo en Villanueva, y muchos otros cul-
tos y peregrinaciones locales.
En cuanto a las imágenes peregrinas se tomaron para su estudio
como ejemplo general sobre el estado, dos casos; el de “La Preladita” en
la capital del estado, que realiza su recorrido durante todo el año por
las diferentes colonias de los municipios de Guadalupe y Zacatecas, ter-
minando en la catedral de Zacatecas, para finalmente regresar a su sitio
de origen en una gran peregrinación, acompañada por música danzas y
el pueblo que se vuelca a ese gran acontecimiento. El otro caso fue el de
la imagen de la Inmaculada Concepción en Monte Escobedo, que, par-
tiendo de la parroquia de la Inmaculada, recorre durante el año ranchos
y poblados, con permanencia de una semana en cada uno de los sitios,
para regresar a su lugar de origen el día de su fiesta, el 8 de diciembre.
100 Ma. Cristina Morales Viramontes

El gran estrés que para el profesor Montoya significó la investigación


con fechas límite de entrega, actuando como coordinador, se desenca-
denó en una enfermedad que lo orilló a dejar el proyecto, y con lo mis-
mo se disolvió el equipo de personas contratadas.
Montoya enfocó, entonces, parte de su trabajo de investigación al
estudio de la vida de un tío cercano nonagenario; don Guadalupe Már-
quez de la Rosa, con quien logró varias horas de entrevistas grabadas
que culminaron en el libro Auge y Ocaso de un modo de vida ranchero
en Zacatecas, publicado por el INAH y CONACULTA en 2006, en la Co-
lección Regiones de México.
Para estas fechas cumplíamos 6 años de habernos mudado a la ciu-
dad conurbada de Guadalupe. Sin embargo nos manteníamos en una
situación en cierta forma marginal, pues no contábamos con un espa-
cio de trabajo, por lo que continuamos trabajando en casa como lo ha-
cíamos en Jerez. Llevando adelante el proyecto titulado “Etnografía an-
tigua y moderna del Estado de Zacatecas” del que constantemente, en
cualquier plática o en las propias notas periodísticas, surge informa-
ción que enriquece el estudio. Así que además de acopiar bibliografía,
ha sido parte del trabajo cotidiano, el revisar la información de los dia-
rios y revistas locales, en los que podemos encontrar materiales de in-
terés, ya sea con temas de demografía o migración, o sobre las fiestas,
costumbres y tradiciones.
Poco después de la publicación de los libros de ambos, en el mes de
mayo de 2007 al profesor Montoya se le detectó cáncer, y empezó con
un tratamiento que en principio controló de manera exitosa la enferme-
dad, sin embargo, al cabo de ocho meses le resurgió, al grado de que sus
fuerzas se fueron agotando gradualmente, hasta terminar lamentable-
mente con su vida el 7 de junio de 2008, tras haber cumplido 40 años
como investigador del INAH. De esta manera el proyecto quedó huér-
fano de su original promotor y coordinador, quedando su servidora al
cargo del mismo con dos proyectos. El de Etnografía y el de la mujer
en el estado de Zacatecas, continuando el proceso de acopio y análisis
de materiales, con salidas esporádicas a realizar investigación en sitios
que lo requerían.
El 19 de junio de 2009 se organizó en el museo de Antropología en
la ciudad de México un homenaje al profesor Montoya con la participa-
ción de varios especialistas conocedores de su obra y trayectoria, y está
Inicio de la investigacion etnográfica en el Centro INAH Zacatecas 101

en proceso el desarrollo de una publicación de homenaje al profesor,


con los trabajos allí presentados y otros aportados con posterioridad.
Actualmente mi propuesta es complementar la información etnográ-
fica con datos de los municipios de los que se carece de la misma. Sin
embargo, la situación de inseguridad y violencia en el estado, evidente
en el caso del secuestro de nuestra compañera arqueóloga, me llevó a
limitar las posibilidades de salir y continuar con los recorridos. En julio
de 2011 obtuve finalmente un espacio para trabajar en el ex-convento y
museo de Guadalupe. Así, tomando en cuenta esa situación, a partir de
2012 tomé la decisión de continuar la etnografía, pero de tal modo que
se pueda concluir con un trabajo que abarque todos los temas de inte-
rés dentro de este campo de estudio. Así, reuní en un solo archivo, en
orden alfabético, la bibliografía que recopilamos referente al estado y
región y los temas afines, y un segundo archivo que comprende lo mis-
mo, pero clasificado por temas. La obra en sí abarca aspectos referentes
a las características generales del estado. Este será el quinto proyecto
concluido. Siendo el primero el que concluyó con la etnografía de Jerez,
el segundo el análisis de la obra de Gurrola con varios artículos, un fi-
chero, un índice y dos libros, el tercero y cuarto los realizados en el pro-
yecto de etnografía de las regiones indígenas de México hacia el nuevo
milenio, es decir, la bibliografía comentada y el estudio de santuarios y
peregrinaciones, y finalmente el que abarca en general la etnografía del
estado de Zacatecas, ya en un proceso de 50% de avance. En cuanto al
proyecto de investigación sobre la mujer, este se está trabajando de una
manera marginal en vista de la limitación para salir, aunque se sigue re-
colectando bibliografía e información.

LA TRAYECTORIA DEL CENTRO INAH COMO DELEGACIÓN

En cuanto a nuestro centro de trabajo, como se comentó al principio,


el centro INAH consistía en una pequeña oficina inserta en el museo Pe-
dro Coronel, ocupada por dos secretarias y el director o delegado; tras
la presencia de varios delegados con variadas especialidades y que el
espacio resultara insuficiente; se le otorga un local un poco más amplio
en el edificio que hoy alberga al Instituto Zacatecano de Cultura, donde
permanece por poco tiempo para finalmente instalarse en la casa que
actualmente ocupa en el centro histórico.
102 Ma. Cristina Morales Viramontes

A partir de nuestra llegada han desfilado 12 delegados, repitiéndo-


se solo en dos casos la presencia de los mismos; de la misma forma, el
centro se fue transformando hasta lo que es en la actualidad, con espa-
cios para el personal que sigue en aumento, contando con tres arqui-
tectos, un historiador, un especialista en comunicación, dos restaura-
dores, ayudantes para el personal administrativo, y en relación a lo que
representaría el personal básico que es el de investigación, ya que es
el sentido de la existencia del INAH, es donde se muestra tendencia no
solo a la disminución sino a poco interés en recuperarle las plazas per-
didas, hecho observable en general en todo el INAH, donde el personal
administrativo ha crecido de forma desproporcionada en relación al de
investigación.

BIBLIOGRAFIA
Amador, Elías, 1982.- Bosquejo Histórico de Zacatecas, Tomos I y II. desde los
tiempos remotos hasta 1810, Partido Revolucionario Institucional, Comité
Directivo estatal, Arte, Sociedad e Ideología, Tipográficos Pedroza, Aguas-
calientes, México.
Anzures y Bolaños, Carmen, 1978.- El Florilegio medicinal de Juan de Esteyne-
ffer,1711, Academia Nacional de Medicina, Chihuahua, México.
Arlegui, Joseph.- Crónica de la Provincia de Nuestro Padre San Francisco de
Zacatecas.
De la Mota y Padilla, Matías Angel 1766.- Historia de la conquista del Reino de la
Nueva Galicia en la América Septentrional,
Frejes, Francisco, 1878.- Historia Breve de la conquista de los estados indepen-
dientes del imperio mexicano 1784-1846, Universidad de Michigan, Guadala-
jara tip, de S. Banda. Ed. del Edo. De Jalisco.
Hrdlicka, Ales, 1903.- “The region of the ancient “Chichimecs” with notes on the
tepecanos and the ruin of La Quemada”, Mexico American Anthropologist
New Series, Vol.5, N.3
Jiménez Pelayo, Águeda, 1989.- Haciendas y Comunidades indígenas en el sur de
Zacatecas, Colección Científica, INAH, CONACULTA
Mendoza Vicente T. y Virginia Rodríguez Rivera de Mendoza,1952.- Folklore de
San Pedro Piedra Gorda, Instituto Nacional de Bellas Artes.
Montoya Briones, José de Jesús, 2006.- Auge y ocaso de un modo de vida ranche-
ro en Zacatecas. CONACULTA, INAH, México.
Montoya Briones, José de Jesús, 1996.- Jerez y su Gente, Región de Vírgenes, No-
madismo y Resistencia Cultural. INAH, Plaza y Valdez editores 148 p. 56
fotografías.
Morales Viramontes, María Cristina 1990.- “El Panteón de Dolores en Jerez, Za-
catecas” Coautoría con J. Jesús Montoya Briones. Antropología. Boletín del
Instituto Nacional de Antropología e Historia, nueva época, V. n. 30 abril-ju-
nio pp. 46-51
Inicio de la investigacion etnográfica en el Centro INAH Zacatecas 103

----------1990. “La Batalla de Zacatecas vista desde Valparaíso” Antropología.-


Boletín Oficial del Instituto Nacional de Antropología e Historia, nueva épo-
ca, v. 32 octubre- diciembre pp. 50-53.
--------------1991. “Los jerezanos, Introducción a su estilo de vida y modelo
social” coautoría con J. de Jesús Montoya B. “Homenaje a Julio César Olivé
Negrete”- UNAM, CONACULTA, INAH, y Colegio Mexicano de Antropólogos,
México pp. 711-741.
--------------1992. “Una breve descripción de la Ciudad de Zacatecas a fines del
Siglo XIX y principios del XX. Aquí Zacatecas. Revista de Información y Tu-
rismo, Zacatecas, México
-------------1995. “Breve historia de la hacienda de los condes de Valparaíso,
Zacatecas” Primer Anuario de la Dirección de Etnología y Antropología So-
cial del INAH Instituto Nacional de Antropología e Historia pp. 113-123.
--------------1995. “La historia y las costumbres de Valparaíso vistos a través
de las memorias de Manuel Gurrola . Memorias del Segundo Foro de historia
de Valparaíso Zacatecas, México.
--------------1996. “Manuel María Gurrola, un personaje de Valparaíso” Mi Pue-
blo, vida y expresión de provincia, junio-julio 1996 número 106.
-------------1997.“Valparaíso a principios de siglo de acuerdo a Manuel María
Gurrola, un personaje del lugar” Polémica , Zacatecas.
------------- 1999. “Un migrante zacatecano” Mi Pueblo, vida y expresión de
provincia México D. F. enero-febrero.
-------------------“Festividades de la virgen de la Soledad” Mi pueblo, vida y ex-
presión de provincia. México D. F. marzo-abril.
--------------2003. Memorias de Manuel Gurrola sobre la Revolución Mexicana
en Valparaíso. Col. Las yertas prosapias Historia de Zacatecas. Instituto Za-
catecano de Cultura, Ayuntamiento de Valparaíso.
--------------2004. Ensayo “Dimensiones y Espacios Sagrados en un ámbito
mestizo-ranchero de alta migración” (coautoría) Diálogos con el Territorio
T. IV CONACULTA INAH.
--------------2011. Pormenores de la vida de un zacatecano de Valparaíso, ba-
sado en las memorias de Manuel Ma. Gurrola Acosta, CONACULTA, INAH,
México.
Sotomayor José Francisco de . Historia del Apostólico Colegio de Nuestra Señora
de Guadalupe de Zacatecas
Tello, Fray Antonio. Crónica Miscelánea de la provincia de Jalisco.
104 Ma. Cristina Morales Viramontes

Fig. I. Callejón de Jerez que conduce al Por- Fig. II Vista de Monte Escobedo.
tal de las Palomas, con la casa de la Torre al
frente

Fig. III.- Zona árida donde predominan las Fig. IV.- La ganadería, el modo de vida
nopaleras. ranchero.

Fig . V.- El cerro de los Cardos. Fig. VI.- La ciudad de Zacatecas.


Inicio de la investigacion etnográfica en el Centro INAH Zacatecas 105

Fig. VII.- El Santo Niño de Atocha y La Fig. VIII.-Corriendo la Morisma en Los Haro.
virgen de San Juan de los Lagos.

Fig. IX.- Publicaciones.

Fig. X.- Los tastoanes. Fig XI.- El maestro Montoya.


“Tastuán” Fiesta de Santo Santiago. Municipio de Moyahua,
Zacatecas. 2014. Fotógrafo Juan Carlos Basabe Bañuelos.
Historia y experiencias sobre la
conservación del patrimonio cultural
zacatecano
108

MANUEL PASTRANA: GUARDIÁN DEL PATRIMONIO


CULTURAL

Violeta Tavizón Mondragón*

E l Museo de Guadalupe ocupa una amplia extensión de lo que fue el


antiguo Colegio de Propaganda Fide de Nuestra Señora de Guadalu-
pe, en funciones de 1707 a 1908. En los primeros años del siglo XVIII se
inició la fábrica (construcción) del inmueble, fray José Guerra fue el en-
cargado de conseguir los recursos necesarios para la edificación, lo que
se logró gracias al patrocinio de los ricos hacendados zacatecanos como
el Conde Ignacio Ribera de Bernárdez. Los primeros trabajos iniciados
en 1702 incluyeron la fábrica de la planta baja: el claustro de San Fran-
cisco, el Templo y la sacristía, el atrio, el cementerio para bienhechores
y el noviciado, para fundar el 12 de enero de 1707 el Colegio Apostólico
de Propaganda Fide de Guadalupe, Zacatecas. Las labores continuaron

* Historiadora.

Museo de Guadalupe, CONACULTA-INAH.


Manuel Pastrana: guardián del patrimonio cultural 109

y para 1797 ya se encontraban terminadas las catorce estaciones con


los catorce nichos con cruces de piedra del vía crucis del atrio. Estas re-
cuerdan el camino que Cristo siguió hacia el Monte Calvario donde fue
crucificado.
El Colegio se construyó en las Huertas de Melgar cuyo nombre deriva
de quien donó las tierras, Jerónima de Castilla viuda de Melgar en 1674,
ahí existía una antigua ermita dedicada a Nuestra Señora del Carmen.
Dos años más tarde se otorgó el permiso eclesiástico para la edificación
de un nuevo santuario dedicado a la Virgen de Guadalupe y una hospe-
dería para los frailes que viajaban hacia el norte. La cédula de fundación
del Colegio de Guadalupe, fechada en 1704, menciona que las labores
apostólicas se encaminaban principalmente a la provincia de Coahuila
y también hacia tierras texanas. Dentro del Colegio generalmente habi-
taban alrededor de treinta religiosos y los frailes que salían a evangeli-
zar, tenían que pasar al menos dos años preparándose dentro de este
recinto.
Las primeras misiones las encabezó fray Antonio Margil de Jesús a
orillas del Río Sabinas en Coahuila, pero la hostilidad de los indios im-
pidió que éstas prosperaran. No obstante, el empeño de los frailes no
se vio frenado; para 1716 habían levantado algunas misiones sobre los
ríos San Antonio y Guadalupe en Texas, e incluso lograron ubicarse en
los límites de los territorios franceses de la Luisiana. A finales del siglo
XVIII fundaron también más de catorce pueblos en el Seno Mexicano (ac-
tual estado de Tamaulipas), se hicieron cargo de quince de las misiones
que dejaron los jesuitas en la Sierra Tarahumara, y arribaron a la Alta
California. De tal forma, la labor de los colegiales de Guadalupe quedó
plasmada en más de una treintena de fundaciones misionales, cubrien-
do así una gran parte de la frontera norte en el periodo virreinal. Es im-
portante señalar que este Colegio se distinguió por incluir en sus filas
a criollos y mestizos.
En 1845 se inició el proyecto para construir la capilla de Nápoles ane-
xa al Templo de Guadalupe. El nombre se debe a que la imagen de la
Purísima Concepción del altar mayor proviene de Nápoles, Italia, y fue
regalada a este Colegio durante las primeras décadas del siglo XVIII por
Isabel Farnesio, esposa del monarca español Felipe V.
En 1859 el Gobernador del Estado de Zacatecas, el general Jesús Gon-
zález Ortega solicitó a los franciscanos del Colegio de Propaganda Fide
de Guadalupe la mayor parte del edificio como resultado de la exclaus-
110 Violeta Tavizón Mondragón

tración (desalojo de los conventos) emitida en las Leyes de Reforma


promulgadas por el presidente de la República Mexicana, Benito Juárez.
Desde ese momento algunos de los espacios fueron ocupados por la Es-
cuela de Artes y Oficios, siendo el taller de la imprenta uno de los más
productivos.
Después de algunos años, se estableció aquí el Hospicio de Niños,
mismo que se encontraba a los pies del Cerro de la Bufa y que estaba en
pésimas condiciones, fue por esto que el gobernador Trinidad García de
la Cadena impulsó el cambio y brindó su apoyo para que la Junta de Be-
neficencia Pública recolectara más fondos del comercio y de otras insti-
tuciones, para la manutención de los huérfanos. 1
En 1908 se cerraron por Bula Papal los Colegios de Propaganda Fide.
En Roma el 19 de marzo de 1908, a través de Dionisio Schuler, quien era
consultor de la Sagrada Congregación y ministro general de la Orden de
los Frailes Menores, ordenó que se suprimieran los Colegios Apostóli-
cos de Propaganda Fide. En México José María Bottaro, definidor general
de la Orden, comisionario general de los religiosos en México y visitador
de las provincias y los colegios, expidió la abolición el 24 de junio de ese
mismo año; junto con ésto desapareció también la legislación especial
para los colegios y se determinó que todos los colegios se resumieran
a sólo tres provincias: la del Santo Evangelio en México, la de San Pedro
y San Pablo en Michoacán y la de San Francisco y Santiago en Jalisco. El
26 de junio de 1908 el Colegio de Guadalupe cerró sus puertas, por otra
parte la Capilla de Nápoles y el Templo quedaron bajo el resguardo de
la Provincia de San Francisco y Santo Santiago en Jalisco2
A pesar de esta clausura, el Hospicio de Niños continuó en uso, pero
los claustros alto y bajo, la biblioteca, el coro y algunas celdas (espa-
cios que habían ocupado los franciscanos) quedaron a expensas del
Gobierno.
Mientras tanto, en ese mismo año de 1908, en la ciudad de Méxi-
co, Genaro García propuso a Justo Sierra convertir los templos colonia-
les expropiados por el gobierno en monumentos históricos y artísticos,
produciendo en ellos alternativas para su conservación. Es importan-

1 Información extraída del Guión Científico del Museo de Guadalupe elaborado por Consuelo Ma-
quivar y Violeta Tavizón.
2 Los libros en los senderos de la Fe, Catálogo comentado de la Biblioteca del Colegio Apostólico de Propa-
ganda Fide de Guadalupe, Zacatecas, editado por ADABI (Apoyo al Desarrollo de Archivos y Biblio-
tecas de México, A. C.), México, 2010.
Manuel Pastrana: guardián del patrimonio cultural 111

te anotar al margen, que Genaro García fue hijo de Trinidad García de


la Cadena, gobernador del estado de Zacatecas y secretario de gober-
nación de México durante el periodo de Porfirio Díaz. Genaro nació en
Fresnillo, Zacatecas el 17 de agosto de 1867 en el seno de una familia de
tradición minera; estudió Derecho e inició su carrera política a la edad
de 25 años fungiendo como diputado suplente de Zacatecas en 1892. Su
trabajo como jurista siempre estuvo ligado a la cultura. Muestra de ello
fue su nombramiento por parte de Porfirio Díaz para ocupar el cargo el
19 de abril de 1907, como director del Museo Nacional (ubicado donde
actualmente se encuentra el Museo Nacional de las Culturas). Duran-
te esa época reestructuró la organización y funcionamiento del Museo
y escribió el reglamento del mismo que giraba en torno a: “Recolectar,
conservar y exhibir los objetos relativos a la historia, arqueología, etno-
logía y arte industrial retrospectivo de México y el estudio y la enseñan-
za de estas materias”3.
A partir de la muerte de su padre, además de su trabajo como aboga-
do, continuó haciéndose cargo de los negocios familiares en Zacatecas,
es por ello muy probable que haya conocido a Manuel Pastrana. De ahí
que esta línea de investigación queda abierta a partir de la mencionada
hipótesis.

MANUEL PASTRANA, UN
HOMBRE DE SU TIEMPO

La vida del pintor, se ha devela-


do parcialmente, en gran medida
gracias al rescate de la historia oral
de quien fue una amiga cercana a la
casa de los Pastrana- Escobedo, Jo-
sefina Ruiseco Sánchez, quien con
una privilegiada memoria guardó
anécdotas de la vida de este pintor,
así como de su familia.

3 Rico, Luisa Fernanda, Exhibir para educar (ob- Autorretrato, Autor. Manuel Pastrana, Téc-
jetos, colecciones y museos de la ciudad de Méxi- nica. Óleo sobre tela, Museo de Guadalupe,
co, 1790-1910), Ed. Pomares, Barcelona, 2004, p. CONACULTA-INAH.
227.
112 Violeta Tavizón Mondragón

Paulino Manuel Pastrana González, nació en la ciudad de México el


22 de junio de 1859 en el seno de una familia zacatecana de Villanue-
va. Fue el segundo de tres hijos. Su madre fue Lucía González y su pa-
dre Joaquín Pastrana quien tuvo un negocio en la ciudad de México. Se
desconoce la causa por la que ingresó a la Academia de San Carlos. Se
sabe que la familia del pintor no tenía una posición económica cómoda,
incluso Manuel Pastrana dejó por algún tiempo su carrera y oficio como
pintor para ayudar a su familia en el negocio que era su sustento. Des-
de muy joven presentó grandes aptitudes como dibujante, por lo que
creemos que no fue difícil conseguir una pensión en la connotada Aca-
demia de San Carlos.
Para un joven con aspiraciones como Pastrana, resultó viable ingre-
sar a la Academia ya que además de ofrecerle el poder terminar sus es-
tudios básicos, aprendió un oficio. En este sentido, en 1873, tras haber
presentado un riguroso examen4, a los trece años de edad, Manuel Pas-
trana entró pensionado a la Academia de San Carlos.
El pintor fue uno de los alumnos más jóvenes de su generación, pero
ésto no se convirtió en una limitante para que hiciera grandes amigos.
Uno de ellos fue el pintor Gonzalo Carrasco quien le llevaba tres años
y que posteriormente se convirtió en sacerdote. En las vacaciones, Ca-
rrasco que era de una prominente familia del estado de Morelos, a ve-
ces viajaba con Manuel a su hacienda en Otumba5. Además de Carrasco,
otra amistad de Pastrana fue Cleofas Almanza, pintor oriundo de San
Luis Potosí, así como Carlos Ribera que era de Jalapa, Veracruz. Estos
cuatro futuros artistas, transcurrieron sus años en la Academia juntos,
y su unión traspasó los años de escuela ya que continuaron con ella vía
epistolar, por largo tiempo.
Poco se conoce de la etapa escolar de Pastrana, ésta se puede recrear,
con el auxilio de algunos textos, entre los que sobresalen por su conte-
nido: “los Catálogos de las exposiciones de la Antigua Academia de San
Carlos de México (1850-1898)”, editada por Manuel Romero de Terreros,
donde se describen algunas de las clases que se dieron a lo largo de la
última mitad del siglo XIX, de igual forma, conociendo las tendencias

4 Romero Terrero, Manuel, Catálogos de las exposiciones de la Antigua Academia de San Carlos de
México (1850-1890), Op. Cit., p. 209.
5 Gómez Robledo, Xavier, Gonzalo Carrasco, el pintor apóstol, p. 210.
Manuel Pastrana: guardián del patrimonio cultural 113

ideológicas del momento, podremos especular sobre lo que se platica-


ba en la Academia.
Suponemos que los jóvenes de aquel entonces se preocupaban por
recuperar un pasado perdido y por reinventar una identidad. Dentro de
los caminos del arte, los pintores se dividieron en dos sendas: una de
ellas, la vida bohemia que imitaba a los artistas franceses del periodo
impresionista y que rompía con paradigmas establecidos entre el arte y
la sociedad, para ellos el arte debía ser para una elite culta y eligieron el
existencialismo como bandera; la otra proponía una vida más conserva-
dora, dedicada al estudio y a una formación humanística basada en la
influencia italiana y preocupada por recuperar una identidad nacional
que tuviera un lenguaje propio, convencidos de que las Bellas Artes de-
bían nutrirse de temas propios, y por lo tanto se tenían que pintar esce-
nas comprensibles para el espectador, estos jóvenes estudiaron en tor-
no a la línea positivista.
No sólo él siguió esta tendencia inmersa en el Romanticismo mexica-
no, también sus compañeros de clase y amigos, pero los causantes de
estas ideas fueron los mismos profesores que pidieron a los alumnos
perfección en el dibujo, sentimentalismo y verdad histórica. Todo lo an-
terior se percibe si repasamos brevemente algunas de las clases que lle-
vó en 1873, (año en que ingreso a la Academia):
a) Dibujos copiados de la estampa en el día, bajo la dirección de Rafael
Flores.
b) Clase de ornato bajo la dirección de Petronilo Monroy.
c) Dibujos del yeso en donde copiaban a lápiz o a carboncillo escultu-
ras en bulto de yeso, lo que ayudaba a los alumnos a estudiar el vo-
lumen y la masa.
d) Dibujo tomado del natural por Santiago Rebull, quien enseñó a sus
alumnos a estudiar la forma y los contornos del cuerpo. Cabe hacer
el comentario que de manera particular, Rebull influenció fuerte-
mente a Pastrana, al grado que forjaron una gran amistad (entre los
documentos que sustentan lo anterior se encuentran algunos óleos
y estudios, principalmente de manos, realizados por Rebull y con
dedicatoria a nuestro pintor).

A partir de 1877 Pastrana tuvo otras clases que marcaron un estilo


en su pintura y que le abrieron nuevos horizontes tales como:
114 Violeta Tavizón Mondragón

a) Paisaje dibujado que impartía José María Velasco, quien logró que
los alumnos tomaran clase extramuros en el campo y que captura-
ran lo más puro de la naturaleza; este método Pastrana lo aplicó tan-
to en sus propias creaciones, como en la técnica que empleó con sus
alumnas.
b) Dibujo tomado del yeso en la clase nocturna y del natural, también
bajo la dirección de Santiago Rebull, a esta etapa pertenecen los es-
tudios que realizó sobre el color de la piel.
c) Estudios divididos en cuatro grandes acciones: claroscuro, copia de
cuadros, copia del natural y composición en donde Manuel Pastrana
se especializó en composición.
d) Clase de pintura de figura en donde Pastrana presentó como trabajo
final un estudio de composición titulado Educación de Moisés en el
Egipto, en 1879.
e) Clase de dibujo impartida por Rebull, en 1881, con modelos toma-
dos al natural. Este método académico consistió en colocar ya fuera
a un modelo o una figura en el centro del aula, los alumnos se colo-
caban alrededor y comenzaban a dibujar la imagen que tenían en-
frente de ellos; de esta forma cada uno tomaba desde distintos án-
gulos el mismo objeto o personaje.
f) Composición dirigida por Salomé Pina, que tomaba como referencia
para su pintura, algunos textos bíblicos que los alumnos debían de
representar en dibujos a lápiz. Pastrana llegó a lograr una maestría
en los cartones-bocetos que realizó, entre ellos presentó en la bie-
nal de agosto de 1881 las composiciones tituladas Episodio del Dilu-
vio, Remordimiento y desesperación de Judas Iscariote, Gladiadores,
y Parábola del Sembrador.

Al examinar algunas de las clases que tanto Pastrana como sus com-
pañeros tomaron, es claro que los profesores querían forjarles un ca-
rácter humanista, para ellos, el pintor tenía que ser: crítico, sabio, con
la obligación de comunicar sus conocimientos, vivir en armonía para
no afectar su oficio, ser concienzudo, preciso y alimentarse intelectual-
mente del idealismo y romanticismo del siglo XIX. Antes de salir de la
Academia de San Carlos y llegar a Zacatecas, a Manuel Pastrana se le
puede definir como un pintor envuelto en gracia y suavidad. Su pintura
se concibe como relajada, procurando captar escenas de la vida cotidia-
na, abriendo una puerta a la fantasía a través de paisajes hermosos, ade-
Manuel Pastrana: guardián del patrimonio cultural 115

rezados con un sentido del buen gusto que emerge de la construcción


intelectual de sus composiciones.
En el año de 1886 llegó a la Academia de San Carlos una petición por
parte del Gobierno de Zacatecas, donde se solicitó a un profesor de di-
bujo para el Instituto Literario y el Hospicio de Niños, dicha petición fue
gestionada por el entonces Gobernador Marcelino Morfín Chávez (1884-
1888), ninguno de los condiscípulos de Pastrana quiso dejar la Acade-
mia para mudarse a un “pueblo de barreteros” como ellos mismos lo
llamaron6.
Así como muchos jóvenes de la Academia decidieron viajar a Europa
para continuar sus estudios, otros como Pastrana, resolvieron quedar-
se y aplicar su oficio de pintor en la práctica docente. Esa solicitud de
Morfín Chávez que para unos resulto un instante de burla, para Pastra-
na significó un paradigma en su vida, dado que el destino lo ubicaba de
nueva cuenta en Zacatecas.
Para entonces, en Zacatecas se esperaba a un profesor que tuviera
los lineamientos del ideal artístico académicos ya que hasta ese mo-
mento no había un maestro que destacara por sus estudios y por sus
habilidades.
Para el último cuarto del siglo XIX, así como hubo pintores que siem-
pre estuvieron en busca de un lenguaje expresivo propio, saltando de
un estilo a otro; artistas como Pastrana, decidieron poner en práctica lo
aprendido fortaleciendo las raíces y la base del nuevo arte nacional que
apenas se estaba construyendo, haciendo caso a lo que el mismo Pastra-
na mencionó en alguna de sus cartas al director de la Escuela Normal de
Señoritas; “Lo que permanece, no pasa”.
Al llegar a Zacatecas el Gobierno del Estado lo contrató como maes-
tro de pintura y dibujo en el recién inaugurado Hospicio de Niños de
Guadalupe7, en el Instituto de Ciencias y en la Escuela Normal para Se-
ñoritas. Así también el ex gobernador, el general Jesús Aréchiga Mojarro
lo empleó como profesor particular de sus hijas Julia y Lucrecia.
Manuel Pastrana, como profesor tuvo varias aportaciones al campo
de la enseñanza de las artes, principalmente con las mujeres. Para intro-
ducirnos en la investigación sobre su labor como catedrático, nos val-
dremos de varios documentos encontrados en el Archivo Histórico de

6 Anécdota mencionada por la señorita Josefina Ruiseco Sánchez.


7 Actualmente es el Museo de Guadalupe, como Hospicio abrió sus puertas en 1878.
116 Violeta Tavizón Mondragón

la Escuela Normal “Manuel Ávila Camacho”, que van hilando la etapa de


profesor del pintor. En este archivo se encuentran documentos entre los
que destacan: cartas del maestro al director, listas de materiales, pro-
gramas de estudio y registros de sus alumnas. Con todo este repertorio
de datos logramos comenzar a hacer un estudio más concienzudo sobre
la vida docente del pintor.
A su llegada a Zacatecas inició su labor pedagógica, y desde un
principio procuró implementar el método que había aprendido en la
Academia.
Pastrana egresó de la Academia en 1886, y en ese año inició como
maestro en la Escuela Normal para Señoritas, ya que en 1908 en la lista
de las Escuelas Normales y sus primarias anexas8, se hizo un listado de
todo la planta administrativa, así como de los profesores, y Pastrana fue
nombrado como “Maestro de la clase de dibujo y pintura con veintidós
años de servicio”, por lo que corrobora que este personaje a la edad de
veintiséis años inició su oficio de profesor y su compromiso por ense-
ñar a futuras generaciones.
La práctica constante a la que Pastrana sometió a sus alumnos, for-
mó a los maestros y maestras que tras generaciones enseñaron a los ni-
ños y niñas de Zacatecas el arte del dibujo y la pintura. Como se men-
cionó, introdujo en sus clases el método que algún día aprendió de sus
profesores José Salomé Pina, Santiago Rebull y José María Velasco; en
las clases que tuvo de estudios de claroscuro, paisaje y dibujo tomado
del natural.
Junto con su amigo de la Academia, Cleofás Almanza se estuvieron
alternando la clase de dibujo desde 18889 hasta1890, año en que Al-
manza decidió regresar a su natal ciudad, San Luis Potosí. A partir de
ese momento Pastrana quedó como profesor de la cátedra de dibujo, en
la Normal de Señoritas.
En esa época Pastrana se turnaba como profesor de dibujo entre la
Normal para Señoritas y el Hospicio de Niños de Guadalupe, atestigua
lo anterior una Memoria realizada por José E. Pedroza en 1890, donde
analizó y enumeró las materias que se enseñaron en las primarias del
Estado, entre ellas se hace mención del Hospicio de Niños de Guadalu-
pe y la descripción de cada una de las asignaturas. En cuanto a lo que

8 AHENMAC, Caja 22, Carpeta 100.


9 Tovar Y De Teresa, Guillermo, Repertorio de artistas de México, Tomo 1, p. 50.
Manuel Pastrana: guardián del patrimonio cultural 117

comprenden dibujo, idiomas y gimnasia, las clases eran: “Desempeña-


das por profesores especiales, ignorando los métodos que siguen para
enseñar”10, el dato de las clases de Pastrana en el Hospicio, coincide con
el contrato expedido en 1888 por el General Jesús Aréchiga Mojarro.
Su estancia en el Hospicio, inmueble que perteneció al antiguo Cole-
gio de Propaganda Fide, que aún operaba como tal, produjo una cercana
amistad entre el pintor y algunos franciscanos, lo que le permitió empa-
parse de las grandes obras maestras del arte virreinal que salvaguarda-
ban los muros de ese edificio. Esta amistad y cercanía al arte virreinal la
veremos reflejada en su trabajo más adelante.
Su faceta como conservador del patrimonio fue la última en su vida,
se convirtió en el primer defensor del siglo XX de la herencia arquitec-
tónica y artística zacatecana. Su incursión por este accidentado recorri-
do comenzó durante su estancia como profesor en el Hospicio de Niños,
ahí se adentró al inmueble que ocupaba la mayor extensión del antiguo
Colegio de Propaganda Fide y que en ese momento era utilizado para
distintos fines.
Mientras fue profesor en el Hospicio, trabajó en la restauración de
algunas obras como la Virgen del Refugio que se encuentra en la por-
tería del inmueble. Su labor como protector de los bienes muebles del
Colegio y su amistad con los franciscanos que habitaban aún una míni-
ma parte del edificio, le trajo como resultado obtener el nombramien-
to como primer Director del Museo de Antigüedades del ex Convento
de Guadalupe, actualmente el Museo de Guadalupe; se hizo cargo del
primer museo en el estado y su nombramiento fue firmado por el pre-
sidente Venustiano Carranza en 1919, pero dos años antes obtuvo el
mismo nombramiento por parte del gobierno estatal. Fue así como los
espacios que antes habían ocupado los franciscanos pasaron a formar
parte del Patrimonio Nacional y se convirtieron en un museo virreinal.
Permaneció como director aproximadamente seis años, mismos en
los que decidió trabajar en la conservación tanto del edificio, como de
la obra (al lado de su hija Otilia en ocasiones), cuenta una anécdota que
cierto día se encontraba con sus colaboradores a los cuales propuso que
se restaurara la mencionada Virgen del Refugio, por lo cual tenía que ser
trasladada a la ciudad de México, al sacar el lienzo del museo una turba

10 Pedrosa, José, Memoria sobre la instrucción primaria en el estado de Zacatecas 1887-1888, Zaca-
tecas, Imprenta del Hospicio de Niños, 1888, p. 131.
118 Violeta Tavizón Mondragón

de guadalupenses, les esperaba y se fue encima de ellos ya que conside-


raban este hecho como un acto profano, a uno de los que acompañaba
a Pastrana, lo mataron cuando le encajaron una viga de hierro, el artista
logro salir intacto salvo por el rompimiento de sus anteojos.
Restauró in situ algunas obras en la Capilla de la Enfermería, proba-
blemente los lunetos de San Antonio de Padua que se encuentran ahí,
y así también realizó el primer inventario del museo. Elaboró un dicta-
men sobre la Virgen del Refugio y un estudio estilístico de la Capilla de
Nápoles. Sobre este tema escribió junto con su hija Otilia, diversos artí-
culos para el periódico Orientación en 1932 y 1933, que incluyeron des-
cripciones arquitectónicas de varias fachadas de templos de la Ciudad,
tales como la Catedral.
En 1922, aproximadamente, dejó de ser director para convertirse en
miembro supernumerario del Museo, cargo que desempeñó como parte
de una Junta Directiva que tenía la capacidad de decisión junto con el
director, para el óptimo funcionamiento del inmueble.

Nombramiento de Manuel Pastrana como Nombramiento de Manuel Pastrana ratifica-


director del Museo de Antigüedades del Ex do como Conservador supernumerario del
Convento de Guadalupe por parte del Jefe de Museo de Guadalupe por el Presidente Cons-
Hacienda del estado de Zacatecas, Alfredo titucional de México, Venustiano Carranza,
Rentería, el 10 de diciembre de 1917. expedido el 24 de enero de 1919.
Manuel Pastrana: guardián del patrimonio cultural 119

Bajo el régimen de Victoriano Huerta el 6 de abril de 1914, se expi-


dió la primera Ley de Conservación de Monumentos Históricos y Artís-
ticos y Bellezas Naturales; en esa misma Ley se decretó la creación de
la Inspección de Monumentos Históricos y Artísticos, la cual tenía a su
cargo la vigilancia inmediata de los monumentos, su conservación y la
aprobación de proyectos sobre cualquier reparación, decoración o am-
pliación11. Derivado de esto surgió en los estados la figura de Inspector
Local Honorario y Conservador de Monumentos Artísticos. Entre 1917
y 1918, el Presidente en turno, Venustiano Carranza hizo tres nombra-
mientos de este tipo: al pintor Xavier Guerrero como Inspector en Tona-
lá en Jalisco en 1917; al ingeniero David Uribe Pevedilla como Inspector
en Tulancingo en 1918; y a Manuel Pastrana en Zacatecas el 5 de febre-
ro de 1917, labor que desempeñó incansablemente hasta 1937 a los 78
años.
Su trabajo como procurador del patrimonio lo dedicó al cuidado y
preservación de los inmuebles de lo que actualmente es el Centro Histó-
rico de la Ciudad, su preparación lo
hizo darse a conocer como un doc-
to en el campo de las artes, lo cual
colocó al pintor como un ejemplo
a seguir; fue un humanista, mul-
tidisciplinario, un maestro entre-
gado que supo defender, cuidar y
preservar el patrimonio de los za-
catecanos, pero también su propia
vida, así como su carrera. Como
Inspector principalmente procuró
la protección tanto de los inmue-
bles, como del paisaje urbano. En-
tre sus alumnos enseñó a dos per-
sonajes distinguidos de Zacatecas
a quienes infundió su gusto tanto
por la pintura, como por la protec-
ción del patrimonio cultural, me re-
Nombramiento de Manuel Pastrana como
Inspector Local Honorario y Conservador 11 Ramírez Morales, Leopoldo, Ley sobre la con-
de Monumentos Artísticos del Estado de servación de Monumentos Históricos y Artísticos
Zacatecas. y Bellezas Naturales promulgada el 6 de abril de
1914, boletín-cnmh.INAH.gob.mx.
120 Violeta Tavizón Mondragón

fiero a Pedro Coronel y Federico Sescosse. Tras una semana de padeci-


mientos respiratorios, Manuel Pastrana murió en su casa en 1938, a los
79 años en compañía de su esposa Mariquita Escobedo y de su hija Oti-
lia Pastrana, de un paro cardiorrespiratorio.
Gracias al especial cariño que Pastrana siempre tuvo por Guadalupe,
el Museo inició sus labores de forma continua a través de la Dirección
de Bellas Artes. Posteriormente en 1939, un año después de la muerte
del pintor, parte del inmueble fue declarado Monumento Nacional y el
recinto se dejó bajo el resguardo del Instituto Nacional de Antropología
e Historia, tal como continúa hasta la fecha. En 2003 se abrió la única
sala que existe en el país dedicada al pintor Manuel Pastrana, el primer
director del Museo de Guadalupe.

BIBLIOGRAFÍA
Archivo de la Escuela Normal “Manuel Ávila Camacho”
Gómez Robledo, Xavier. Gonzalo Carrasco el pintor apóstol, Col. México Heroico,
No. 53, Ed. Jus, México, 1959.
Los libros en los senderos de la Fe, Catálogo comentado de la Biblioteca del Co-
legio Apostólico de Propaganda Fide de Guadalupe, Zacatecas, editado por
ADABI (Apoyo al Desarrollo de Archivos y Bibliotecas de México, A. C.), Mé-
xico, 2010.
Maquivar, Consuelo, Tavizón, Violeta. Guion Científico del Museo de Guadalupe,
Zacatecas 2010.
Pedrosa, José, Memoria sobre la instrucción primaria en el Estado de Zacatecas
1887-1888. Zacatecas, Imprenta del Hospicio de Niños, 1888.
Ramírez Morales, Leopoldo. Ley sobre la conservación de Monumentos Históri-
cos y Artísticos y Bellezas Naturales promulgada el 6 de abril de 1914, bole-
tín-cnmh.INAH.gob.mx.
Rico, Luisa Fernanda. Exhibir para educar (objetos, colecciones y museos de la
ciudad de México, 1790-1910), Ed. Pomares, Barcelona, 2004.
Romero Terrero, Manuel. Catálogos de las exposiciones de la Antigua Academia
de San Carlos de México (1850-1890), Instituto de Investigaciones Estéticas
de la UNAM, México.
Tovar y De Teresa, Guillermo. Repertorio de artistas de México, Tomo 1, Ed.
Océano y BBVA Bancomer, México, 1995.
121

EL LABORATORIO EN LA INVESTIGACIÓN Y
CONSERVACIÓN DEL PATRIMONIO CULTURAL,
EJEMPLOS EN ZACATECAS
Alejandro Huerta Carrillo*
María Eugenia Berthier Villaseñor**

L a mayor parte de los centros de conservación que hay en el mundo,


tienen un laboratorio de apoyo, que se denomina “laboratorio de
conservación de patrimonio cultural”, que tiene como metas la aplica-
ción de la ciencia, o la investigación científica a la conservación del pa-
trimonio. En nuestro campo de estudio se entiende por ciencia la aplica-
ción de la física, la química y la biología en la conservación de nuestros
bienes culturales.
Estos laboratorios apoyan tanto a la conservación como a la restau-
ración de las obras que se encuentran en tratamiento o que llegan a es-
tos centros para su conservación, y tienen como finalidad investigar
la naturaleza, composición y estructu-
ra de los materiales que constituyen a
los bienes culturales; las causas, meca-
nismos y grado de alteración de estos
bienes, y sus posibilidades de conserva-
ción y restauración.
Identificar el material nos dice de
qué material se trata, cuál es su estabi-
lidad y cuáles son sus alteraciones. Con
esto obtenemos datos sobre el deterio-
ro del objeto, época de manufactura,
autenticidad, etc.
En cuanto a las causas (o agentes)
de deterioro (alteración), todos ellos
son originados principalmente, por el
medio ambiente, contaminantes en ge-
neral, seres vivos, el hombre y el tiem- Foto A: Pintura de caballete sobre ta-
bla con diferentes alteraciones, “La
*Investigador del Centro INAH Zacatecas Ascensión del Señor” firmada por
**Restauradora del Centro INAH Zacatecas Alonso López de Herrera, siglo XVII.
122 Alejandro Huerta Carrillo y María Eugenia Berthier Villaseñor

po. En nuestro campo, estos agen-


tes se han clasificado, de acuerdo
a su naturaleza y origen, como: fí-
sicos, químicos, físico-químicos y
biológicos.
Los físicos son: la luz, el ca-
lor (variaciones de temperatura),
el agua (humedad relativa, lluvia,
Foto B: Corte estratigráfico de pintura so-
hielos, humedad del suelo, inun- bre soporte de metal para determinar un
daciones, etc.), viento, polvo, cris- repinte de color gris verdoso sobre la capa
talización de sales, sismos, asenta- original de pintura de color verde. Fotomi-
crografía tomada por A. Huerta C.
mientos del suelo, etc.
Químicos y físico-químicos: aire
contaminado, agentes oxidantes (oxigeno, etc.), substancias corrosivas,
disolventes, etc.
Biológicos: árboles y plantas; algas, líquenes y musgos; hongos y
bacterias (micro-organismos); animales superiores e inferiores (ratas
y ratones, murciélagos, pájaros, animales domésticos, etc.); insectos y
factores humanos (negligencia; manejo de obras, embalaje y transpor-
te inadecuados; incendios provocados; vandalismo; robo; tráfico ilegal;
guerras, etc.).
Para llevar a cabo el análisis de materiales y la detección de alteracio-
nes en un laboratorio de conservación, los métodos de análisis se clasi-
fican en métodos destructivos y no destructivos. Los no destructivos
son aquellos en donde el estudio se hace directamente sobre la obra y
no se toman muestras para el análisis, ejemplos: examen a simple vista
y con microscopio; examen con luz IR, UV y con luz de sodio; fotografía
con luces especiales; etc.
Los métodos destructivos son aquellos en donde se toman muestras
del bien cultural y son destruidas durante el análisis, ejemplos: análi-
sis por microquímica y cristaloquímica (química microscópica); elabo-
ración y análisis de cortes estratigráficos; análisis óptico- mineralógico
de pigmentos colorantes y bases de preparación; flamometría; croma-
tografía de gases; difracción y fluorescencia de rayos X; espectrofoto-
metría IR y UV; etc. Con la conciencia plena y la necesidad de conser-
var el patrimonio cultural desde el punto de vista científico, en 1882
se funda el Museo de Berlín, Alemania, con su laboratorio de conserva-
ción. Y de ahí arranca la fundación de otros laboratorios en diferentes
El laboratorio en la investigación y conservación del patrimonio cultural, ejemplos en Zacatecas 123

países, especialmente en Europa y los Estados Unidos de Norte Améri-


ca (USA).
México no se queda atrás y en1966 se inicia el movimiento sobre la
aplicación de la ciencia en la conservación del patrimonio cultural y se
empieza a formar el laboratorio de conservación del entonces Depar-
tamento de Catálogo y Restauración del INAH, en México D.F., ahora
Coordinación Nacional de Conservación del Patrimonio Cultural. Y unos
años después, se abre la Escuela Nacional de Conservación Restauración
y Museografía “Manuel del Castillo y Negrete”, para la formación de es-
pecialistas en conservación, a nivel técnico, licenciatura y maestría.
En 1990 se forma nuestro laboratorio de conservación en el Cen-
tro INAH Zacatecas, y aprovechando los festejos del 75 aniversario del
INAH, dentro de la “Primera Jornada Académica del Centro INAH Zaca-
tecas”, el 4 de abril del año en curso, se presenta una semblanza de lo
que se ha logrado a los largo de 23 años de trabajos.
Actualmente en México, la Coordinación Nacional de Conservación
del Patrimonio Cultural, INAH, rige a nivel nacional, los lineamientos de
conservación. Y las Instituciones que funcionan actualmente a nivel in-
ternacional, algunas con talleres, laboratorios de conservación y con pu-
blicación de revistas científicas, son las siguientes:
• IIC: Instituto Internacional de Conservación (The International Ins-
titute for Conservation of Historic and Artistic Works), con sede en
Londres, Inglaterra.
• ICCROM: Centro Internacional de Conservación en Roma (Interna-
tional Centre for Conservation in Rome), con sede en Roma, Italia.
• GCI: Instituto Getty de Conservación (The Getty Conservation Insti-
tute), con sede en Los Angeles, California, USA.
• CCI: Instituto Canadiense de Conservación (Canadian Conservation
Institute), con sede en Ottawa, Canadá.
• IRPA: Instituto Real del Patrimonio Artístico (Institut Royal du Patri-
moine Artistique), con sede en Bruselas, Bélgica.
• Instituto Doerner (Doerner Institute), con sede en Múnich, Alemania.
• ICOM: Consejo Internacional de Museos (International Council of
Museums), con sede en New York, USA.
• ICOMOS: Consejo Internacional de Monumentos y Sitios (Interna-
tional Council Organization for Monuments and Sities), con sede en
París, Francia.
124 Alejandro Huerta Carrillo y María Eugenia Berthier Villaseñor

PROYECTOS Y PUBLICACIONES EN ZACATECAS, ENTRE 1990 Y 2014

Se presentan seis proyectos generales de trabajo, de los cuales el II,


III, IV y V son de investigación, el VI está relacionado con la atención a
denuncias y el I es sobre el montaje del laboratorio de conservación.

I: Montaje del laboratorio de conservación del Centro INAH Za-


catecas (1990). Se realizaron actividades para la organización, funcio-
namiento, selección de áreas adecuadas, material, equipo, reactivos y
mobiliario. También se elaboraron claves y se diseñaron fichas, para el
control de materiales y obras en estudio; selección de bibliografía bási-
ca y acuerdos con otros laboratorios para colaboración. Todavía care-
cemos de un microscopio de polarización de investigación, cámaras di-
gitales, equipo de cómputo actualizado y algunos reactivos especiales,
para funcionar lo mejor posible.
II: Análisis de la técnica de pintura e identificación de materia-
les, en la pintura colonial (colecciones de pintura) que se encuentra
en la pinacoteca del Museo de Guadalupe, Zacatecas. Para el arranque
de este proyecto (1990) se hizo un le-
vantamiento de las pinturas que se en-
contraban en exposición y las que es-
taban en bodega. Y se inició la primera
etapa de investigación en las coleccio-
nes de los pintores siguientes: Gabriel
José de Ovalle, Miguel Cabrera, Luis
Juárez, Basilio de Salazar, Cristóbal de
Villalpando, Juan Correa, Nicolás Rodrí-
guez Juárez, Antonio de Torres, Alon-
so López de Herrera y José de Ibarra.
Más adelante se hicieron las siguientes
publicaciones, relacionadas con este
megaproyecto:
Análisis de la técnica y materiales
en dos colecciones de pinturas encon-
chadas (ensayo científico) y Pinturas
enconchadas (artículo de divulgación) Foto C: Foto general de “El gran Moc-
tezuma recibe a Cortez”, Colección de
(1991). Este proyecto se inició en Méxi-
la conquista. Fotografía tomada por A.
co, pero aquí en Zacatecas se hicieron Huerta C.
El laboratorio en la investigación y conservación del patrimonio cultural, ejemplos en Zacatecas 125

las dos publicaciones. El estudio se hizo cuando las dos colecciones de


pintura se encontraban en restauración en los talleres de México D.F.,
una sobre El Credo, con seis pinturas y la otra sobre La Conquista, tam-
bién con seis pinturas; se hicieron los análisis para determinar si las
pinturas eran de origen mexicano, argentino o español. Como se men-
ciona en las publicaciones el análisis nos indicó que las pinturas son
mexicanas. (INAH, Análisis de la técnica y materiales de dos coleccio-
nes de pinturas enconchadas, 1991; Aquí Zacatecas, No. 40, 1991, p.29).
Evaluación de la acción de la luz sobre los bienes culturales, espe-
cialmente la luz del flash electrónico usado en la fotografía de obje-
tos arqueológicos (artículo científico) (1993). La investigación que se
planeó para esta publicación se realizó a petición de la Dirección del
Museo del Templo Mayor, para saber si la iluminación del museo era co-
rrecta y si se podía permitir el uso de flash electrónico. La investigación
y las recomendaciones se pueden ver en el artículo publicado. (Contras-
tes, Vol.1, No.3, 1993, p. 49).
Cartilla de prevención y combate de incendios en Bienes Cultura-
les (libro científico, 1989) y Prevención contra incendios en los mu-
seos de Zacatecas (artículos de divulgación, 1991). La investigación
de este proyecto se programó en dos sen-
tidos, primero para evitar que se produzca
un incendio y segundo, para seleccionar el
mejor agente extintor, que funcione ade-
cuadamente para los bienes culturales. En
ambas publicaciones se presentan los re-
sultados y las indicaciones de los agentes
extintores que se deben usar. (INAH, 1989;
Aquí Zacatecas, No. 44, 1991, p. 30.).
Notas sobre el pintor Cristóbal de Vi-
llalpando (artículo científico, 1977). El
titulo original del articulo era “El pintor
Cristóbal de Villalpando. Análisis quími-
co y estudio de sus firmas en varias pintu-
ras”, pero por algún error se publicó como
notas sobre el pintor y se eliminaron las
firmas; en el artículo original se hace men- Foto D: “La Anunciación de la Vir-
ción de las diferentes estilos en sus firmas, gen”, Colección del Museo de Gua-
dalupe, Zacatecas. Fotografía to-
desde el inicio hasta su muerte, de quien mada por A. Huerta C.
126 Alejandro Huerta Carrillo y María Eugenia Berthier Villaseñor

fuera uno de los pintores más importantes de la época colonial, y se


mencionan las acciones realizadas y lo que se está haciendo en el mo-
mento, con la intensión de organizar después una publicación mayor,
sobre su vida y obra. (Antropología, nueva época, No. 45, 1997, p. 54).
Análisis químico de las pinturas del pintor zacatecano Gabriel José
de Ovalle. (Artículo científico, 1993). Aunque el estudio se planeó para
conocer los materiales y técnica de pintura utilizada por el artista, tam-
bién nos interesaba, conocer quién era Ovalle y si realmente era de ori-
gen zacatecano. En el artículo se dan algunas opiniones al respecto, re-
sultados del análisis de materiales y calcas de sus diferentes firmas.
(Antropología, No. 40, p. 63, edición especial).
Análisis químico de las tres pinturas monumentales de la escalera
regia del Museo Regional de Guadalupe, Zacatecas. (Artículo científi-
co, 1997). Aprovechando la colocación de un andamio para la limpieza
y otros trabajos de conservación, de las tres pinturas monumentales de
8.0 m. de alto por 6.5 m de ancho, se planeó un muestreo parcial in situ
para realizar el análisis químico de las tres pinturas. Se trata de pintu-
ras sobre tela adosadas al muro; la del primer tramo de la escalera “Vir-
gen del Apocalipsis” está firmada por Miguel Cabrera, en 1765; la del
descanso “El Patronato de
Santa María de Guadalupe,
de San José y de San Juan”,
es anónima; y la del segun-
do tramo de la escalera “El
Triunfo del Santo Nombre
de Jesús”, está firmada por
José Ríos Arnaez, en 1722.
Como se pude ver en el ar-
tículo, Miguel Cabrera es el
pintor colonial que ha goza-
do del más resonante presti-
gio y su producción fue muy Foto E: Panorámica de las pinturas de la esca-
abundante; varios autores lera regia. http://rutazacatecas.com/municipios/
guadalupe/museos/museo-de-guadalupe/
opinan que la pintura anóni-
ma, del descanso de la esca-
lera es de Cabrera, pero el análisis de laboratorio nos indica que el autor
pude ser José de Arnaez. (Antropología, No. 47, 1997, p. 43).
El laboratorio en la investigación y conservación del patrimonio cultural, ejemplos en Zacatecas 127

Análisis químico de las pinturas de los claustros alto y bajo del


Museo Regional de Guadalupe, Zacatecas. La Pasión de Cristo y La
vida de San Francisco. (Artículo científico, inédito, 1996 y Ensayo
científico, en proceso). En el claustro de San Francisco se encuentran
veintiséis pinturas de 2.14 m de alto por 2.9 m de ancho. En el claustro
de La Pasión hay veintinueve pinturas la mayoría de 2.53 m. de alto por
2.85 m de ancho. En el ensayo se encuentran datos sobre los materiales
analizados, la técnica del pintor y varias opi-
niones sobre el posible autor de las pinturas.
Santa Catalina y Santa Marina en la Pina-
coteca del Museo de Guadalupe, Zacatecas.
(Artículo científico, 2002). Son parte de la co-
lección de ocho santas, que se encuentran en
el museo y ambas son atribuidas al pintor es-
pañol Francisco de Zurbarán (1598-1664). La
presencia de amarillo de Nápoles en el color
ocre de ambas pinturas, las sitúa en la segun-
da mitad del siglo XVIII; el amarillo de Nápo-
les es un pigmento artificial que se fabrica por
primera vez en 1758, después de la muerte de
Zurbarán. (Antropología No. 65, p. 93).
El deterioro y la conservación del Patri-
monio Cultural. (Artículo científico, 1999). Se Foto F: Santa Marina, Co-
presenta un resumen general de las causas y lección de Santas, Museo de
mecanismo de alteración, y contiene datos, re- Guadalupe, Zacatecas. Foto-
grafía tomada por A. Huer-
conocidos a nivel internacional, de humedad, ta C.
temperatura e iluminación, recomendados
para la conservación preventiva del patrimo-
nio cultural. (Antropología No. 56, 1999, p. 42).
Pirolusita. Un pigmento. (Capa negra en
huesos de entierros, de origen prehispánico;
sitio El Cóporo, Ocampo, Guanajuato, Méxi-
co). (Artículo científico, en proceso, en coau-
toría con la P.A.F. Olga Villanueva Sánchez y Foto G: Fragmento de fémur
el Arqlgo. Carlos Torreblanca Padilla). Al en- humano con pigmento negro,
sitio El Cóporo, Ocampo, Gua-
contrar los huesos cubiertos con esta pintura najuato, México. Fotografía
negra (pirolusita), aparentemente con fines ri- tomada por A. Huerta C.
tuales, nos inclinamos a consultar la bibliogra-
128 Alejandro Huerta Carrillo y María Eugenia Berthier Villaseñor

fía, ya que este material (pigmento), no lo hemos encontrado en objetos


prehispánicos, ni en pintura mural.
III: Investigación de materiales y técnicas de manufactura de có-
dices prehispánicos y coloniales. Continuación en Zacatecas en julio
1990. Este megaproyecto se inició en México, desde que estábamos la-
borando en la Coordinación Nacional de Conservación del Patrimonio
Cultural, debido a la inquietud expresada por varias historiadoras del
INAH (Constanza Vega, Carmen Aguilera y Luz María Mohar Betancourt,
etc.), especializadas en la investigación de códices, sobre la ausencia de
análisis científicos en México sobre este tema. Aquí en Zacatecas se con-
tinuó con el códice Azoyu 2.
Análisis y técnica de manufactura del Códice Azoyú 2. (Artícu-
lo científico, 2003). Tira (biombo) con 17 folios, de 22 cm. de alto por
27 cm. de ancho. Largo total 4.5 m. Pinta-
do por ambos lados, Constanza Vega, opi-
na que el reverso corresponde al s. XV y
el anverso al siglo XVI. Procede de Azoyú,
Guerrero y es de la cultura Nahua-Tlapa-
neca. (Antropología No. 69, nueva época,
2003, p. 50). Por medio del análisis se
pudo determinar que todos los materiales
usados en el anverso y reverso son de ori-
gen prehispánico.
Códice Cuetzpala original, y códice
copia (Artículo científico, inédito 1996)
y El lienzo de Cuetzpala Puebla. Un es-
tudio integral. (Libro científico, 2002).
La copia pertenece al Pueblo de Cuetzpa-
la, Puebla. Dimensiones: 1.72 m. de alto
por 1.53 m. de ancho; y es del siglo XX.
El original pertenece al Centro Cultural
de Arte Contemporáneo, México, D.F. Di-
mensiones: 1.78 m. de alto por 1.53 m de
ancho; y es de la primera mitad del siglo
XVI. (INAH, 2002)
Códice Moctezuma: Análisis y técni-
Foto H: Detalle de la séptima y par-
ca de manufactura (Ensayo científico, en te de la octava, escenas históricas.
proceso). Fotografía tomada por A. Huerta C.
El laboratorio en la investigación y conservación del patrimonio cultural, ejemplos en Zacatecas 129

Códices. La ciencia al rescate. (Artículo científico, 2000). El artículo


contiene comentarios y conclusiones de los códices estudiados a la fe-
cha, en relación a los materiales originales usados en su manufactura,
la técnica de aplicación de los pigmentos y el estado de conservación de
estos códices. Se comentan los resultados de los análisis en trece códi-
ces, diez estudiados en los laboratorios del INAH, uno en el Instituto de
Biología de la UNAM y dos en los laboratorios del Politécnico de Viena,
Austria. (Antropología No. 59, 2000, p. 45).
Códice de Huamantla. Investigación de materiales originales. (Artí-
culo científico, 2001). Rectángulo de papel amate de 8.5 m. de largo por
2.0 m. de ancho, pintado por un solo lado. Está formado por nueve frag-
mentos, siete están en México y dos en la Biblioteca Estatal de Berlín. Es
un códice cartográfico-histórico, de la cultura Otomí. La principal alte-
ración, dadas sus dimensiones, fue causada por el manejo y los doble-
ces a que ha sido expuesto. Todos los ma-
teriales encontrados son prehispánicos, sin
embargo, es uno de los códices en donde la
influencia de los españoles ha sido más in-
tensa, especialmente en la ejecución de la
pintura, como es la” intensión de volumen”
en algunas formas con colores grises y ro-
jos. (Antropología No. 61, 2001, p. 40).
Matrícula de tributos. Un análisis. (Artí-
culo científico, 2004). El códice está forma-
do por 16 hojas de papel amate, de 42-43.
cm. de alto por 29.0 cm de ancho, pinta-
das por anverso y reverso. Está clasificado
como económico y procede de la ciudad de Foto I: Matrícula de Tributos, hoja
14, anverso. Folio con faltantes en
México. Hace referencia a la periodicidad los extremos derecho e izquierdo,
de entregas tributarias realizadas a la tri- y deterioro por insectos. Fotogra-
ple alianza (Tenochtitlan, Texcoco y Tlate- fía tomada por A. Huerta C.
lolco) por las diferentes provincias bajo su dominio. Todos los mate-
riales usados en su elaboración, son de origen prehispánico, excepto la
tinta ferro-gálica de los textos en náhuatl y español. (Antropología, No.
73, 2004, p. 70).
IV: Rescate e investigación de la pintura colonial de la Parroquia
de San Gregorio Magno, en Mazapil, Zacatecas. Retablo de Jesús: Pri-
mera etapa. En proceso desde 1998. El megaproyecto se inicia por su-
130 Alejandro Huerta Carrillo y María Eugenia Berthier Villaseñor

gerencias del entonces Director del Centro INAH, Zacatecas, Dr. José Ro-
mán Gutiérrez, quien realizaba una investigación del archivo histórico
de la Parroquia. Además de la conservación, nos interesaba analizar los
materiales y la técnica de las pinturas, para tratar de emitir una opinión
sobre el autor de las mismas; se hicieron tratamientos de conservación
en las pinturas del lado dere-
cho e izquierdo del retablo.
V: Catalogación del Patri-
monio Cultural Mueble en los
Recintos Religiosos del Es-
tado de Zacatecas. Desde ju-
lio de 2001. Este megaproyec-
to se inició por sugerencias
del Área de Conservación del
Centro INAH Zacatecas y del
entonces Director del Centro,
Antropólogo José Luis Perea. Foto J: Variedad de algunos bienes muebles, de Za-
Se terminó el trabajo de cam- catecas, considerados patrimonio cultural. Fotogra-
po, que nos permitió el regis- fías tomadas por Francisco J. Gallardo Román.
tro de los bienes muebles que
se encuentran en los recintos religiosos y nos indicó: “que hay, cuánto
hay, dónde está, en qué estado está”, etc. Se registraron cuatrocientos
ochenta templos, siete mil doscientos ochenta y un bienes muebles, y
se tomaron cuarenta y siete mil setenta y tres fotografías. Se han pro-
cesado seis mil ciento setenta y nueve bienes muebles en la base de da-
tos, y se encuentran en proceso las correcciones en fichas y fotografías;
la investigación histórica de objetos, templos y autores; la investigación
iconográfica; estética; de materiales y técnica de manufactura; y la inte-
gración de toda la información en la base de datos digital.
VI: Atención a Denuncias. Se inició en julio de 1997. La atención
se hace a través de comisiones para acudir al lugar relacionado con
la denuncia, en donde se hace el peritaje o diagnóstico necesario que
nos permite hacer el informe o dictamen oficial correspondiente. To-
das las denuncias que se atienden por parte del laboratorio o talle-
res de conservación/restauración, están relacionadas con la conserva-
ción del patrimonio cultural. De 1997 a la fecha se han atendido 109
denuncias.
El laboratorio en la investigación y conservación del patrimonio cultural, ejemplos en Zacatecas 131

BIBLIOGRAFÍA
Huerta Carrillo, J. Alejandro, 1990.- “Evaluación de la acción de la luz sobre los bienes cul-
turales, especialmente la acción del flash electrónico, usado en la fotografía de obje-
tos arqueológicos” en Contrastes. México. Ed. INAH/SNIINAH. p. 49-56.
———— 1990.- “El laboratorio de conservación en la protección del patrimonio cul-
tural nacional”, Aquí Zacatecas, No. 35. México. Ed. Dr. José Carlos Perales Núñez. p.
28-30.
———— 1991.- “Pinturas Enconchadas” Aquí Zacatecas, No. 40. México. Ed. Dr. José
Carlos Perales Núñez, p. 29-31.
———— 1991.- “Prevención contra incendios en los museos de Zacatecas” Aquí Zaca-
tecas, No. 44. México. Ed. Dr. José Carlos Perales Núñez. p. 30-32.
———— 1991.- Análisis de la técnica y materiales de dos colecciones de pinturas en-
conchadas. México. Ed. INAH. Pp. 77.
———— 1991.- “Análisis de materiales del códice Azoyu I” (apéndice) en El Códice
Azoyu I. El Reino de Tlachinolan. México. Ed. FCE p. 125-135.
———— 1997.- “El pintor Cristóbal de Villalpando. Análisis químico de sus pinturas
en Zacatecas”, Antropología, boletín oficial del INAH, nueva época, No. 45. México. Ed.
INAH. p. 54-57.
———— 1993.- “Análisis químico de las pinturas del pintor zacatecano Gabriel de
Ovalle”, Antropología, boletín oficial del INAH, nueva época, No. 40. México. Ed. INAH.
p. 63- 79.
Huerta Carrillo, J. Alejandro y Vega Sosa, Constanza, 1999.- “Análisis de Materiales del
códice Azoyu I” en Antropología, boletín oficial del INAH, Nueva época No. 54. Méxi-
co. Ed. INAH. p. 35-45.
Huerta Carrillo, J. Alejandro y Berthier Villaseñor, Eugenia, 2004.- “Matrícula de Tributos.
Un análisis” en Antropología, boletín oficial del INAH, nueva época No. 73 México. Ed.
INAH. p. 70-84.
———— 1997.- “Análisis químico de las tres pinturas monumentales de la escalera
regia del Museo Regional de Guadalupe, Zacatecas”, Antropología, boletín oficial del
INAH, nueva época No. 47. México. Ed. INAH. p. 43-54.
———— 2003.- “Análisis y técnica de manufactura del códice Azoyu II”, Antropolo-
gía, boletín oficial del INAH, nueva época, No. 69. México. Ed. INAH. p. 50-60.
———— 2000.- “Códices. La ciencia al rescate”, Antropología, boletín oficial del INAH,
nueva época, No. 59. México. Ed. INAH. p. 45-52.
———— 1999 “El deterioro y la conservación del patrimonio cultural”, Antropología,
boletín oficial del INAH, nueva época, No. 56.México.Ed. INAH. p. 42-53.
———— 2001.- “Códice Huamantla. Investigación de materiales originales”, Antropo-
logía, boletín oficial del INAH, nueva época, No. 61.México.Ed. INAH. p. 40-58.
———— 2002.- “Santa Catalina y Santa Marina en la Pinacoteca del Museo de Guada-
lupe, Zacatecas”, Antropología, boletín oficial del INAH, nueva época, No. 65. Méxi-
co. Ed. INAH. p. 93-104. INAH 1974 Boletín INAH, No. 8 Época II, enero-marzo México
INAH 65 pp.
Pareyón, Eduardo; Huerta, Alejandro; Román, R. Lorena; Sánchez, Fernando; Herrera,
Emma, 2002.- El Lienzo de Cuetzpala, Puebla. Un estudio integral. México. Ed. INAH.
Pp. 116.
Ward, Philip, 1992.- La Conservación del Patrimonio: carrera contra reloj, U.S.A. The Getty
Conservation Institute.70 pp.
132

ÁREA DE MONUMENTOS HISTÓRICOS DEL CENTRO


INAH ZACATECAS, DESDE SU CREACION

J. G. Elías Corrales García*

E l área de Monumentos Históricos del Centro INAH Zacatecas, inició


labores en junio de 1992, siendo director del Centro el Arq. Raúl To-
ledo Farías, quien fungió al mismo tiempo y por más de un año, como
Presidente de la Junta de Protección y Conservación de Monumentos y
Zonas Típicas del Estado de Zacatecas.
La duplicidad o ambigüedad de funciones en la dirección del centro,
fue un obstáculo para el buen desarrollo institucional, debido a que los
dictámenes para las intervenciones se emitían por la dirección, lo que
motivó al área para tomar la determinación de promover y llevar a cabo
el proyecto de la Catalogación de los Monumentos Históricos Inmuebles
de la ciudad y posteriormente del estado de Zacatecas, acción que co-
adyuvó a definir la poligonal del Centro Histórico, así como conocer el
estado de su conservación de muchos inmuebles considerados monu-
mentos históricos dentro de la normatividad del INAH, algunos de ellos
en total abandono, propiciando con ello su destrucción. Buena parte del
material resultante de la catalogación lo retomaron el presidente de la
Junta y don Federico Sescosse, con la finalidad de conjuntar el expe-
diente e información requerida por la UNESCO para conferirle a Zacate-
cas el nombramiento de Patrimonio Cultural de la Humanidad.
Con el arribo de un nuevo director al Centro INAH Zacatecas, hacia
mediados del año de1993, se iniciaron las labores sustantivas para la
salvaguarda del patrimonio cultural edificado, propiciándose de esta
forma el salvamento de algunos monumentos históricos trascendentes
que se encontraban en total abandono, como fue el caso de la antigua
capilla de Mexicapan, la cual, tras su reconstrucción, se pudo reintegrar
a su uso original. Posteriormente y de acuerdo al plan de trabajo del
Área de Monumentos Históricos, así como de la integración del proyec-
to de Protección Técnica y Legal de Monumentos Históricos, se inició la
supervisión de las primeras intervenciones que se realizaban en otros

* Arquitecto perito del Área de Monumentos Históricos del Centro INAH Zacatecas.
Área de monumentos históricos del Centro INAH Zacatecas, desde su creacion 133

inmuebles históricos relevantes, tal es el caso de la Catedral Basílica de


Zacatecas, recinto que ha sido intervenido en diferentes etapas: entre
los años de 1993 y 94 se restauró su fachada principal, reintegrándole
las coronas de cantera del Padre Eterno y de la Virgen, al igual que al-
gunos remates y tramos de cornisas, además de la limpieza en seco y
acuosa para la consolidación, inyección y rejunteos de otros elementos
de la misma; en el año de 1996 se restauró la sacristía, la biblioteca y la
sala consistorial, además de la integración de sanitarios y la reestruc-
turación de la casa anexa (Rinconada de Catedral), que se adecuó para
albergar una galería de arte sacro; en el año 2004, se efectuó la restau-
ración parcial de la cúpula del crucero y de las puertas de acceso; se lim-
piaron las fachadas principal y laterales, se integró la iluminación escé-
nica de sus exteriores y se llevó a cabo la impermeabilización general
de las bóvedas por extradós; para el año de 2010 se realizó la incorpo-
ración en su interior del retablo mayor, con un diseño contemporáneo,
dándole el seguimiento necesario la Coordinación Nacional de Monu-
mentos Históricos del INAH; la obra consistió en la integración de un
retablo exento tanto de la estructura como de los elementos arquitec-
tónicos de dicho inmueble; asimismo, se remodeló el área presbiteral a
la que se le eliminó parte del piso de ónix gris Tepeaca -que no era ori-
ginal en el inmueble-, y se integró un firme de concreto con acabado en
duela de madera de alta calidad, al igual que la integración de la ilumi-
nación escénica del interior, instalándose un nuevo sistema de sonido
y seguridad. En el año 2012, se inició la restauración de la torre sur con
la restitución de la linternilla y cupulín de la misma, dado que presenta-
ba un deterioro avanzado no sólo en lo estructural, sino también en lo
ornamental, por lo que corría el riesgo de colapsarse en forma fraccio-
nada, poniendo con ello en peligro a los usuarios. Asimismo se restauró
de manera integral la cúpula principal y las bóvedas de las naves. (Ver
imágenes C1 y C2).
Debido a la necesidad de la atención adecuada de denuncias, ase-
sorías, inspección, revisión de proyectos y demás actividades sustanti-
vas del área de Monumentos Históricos, enfocadas a la conservación y
protección legal de los monumentos históricos, se gestionó el aumento
de plazas de arquitectos para fortalecer el área, lográndose dos nuevas
para el año de 1994, gracias a lo cual ha sido posible atender denun-
cias, realizar inspecciones y emitir dictámenes sobre proyectos de in-
tervención, así como supervisar un mayor número de inmuebles arqui-
134 J. G. Elías Corrales García

tectónicos y sitios considerados como monumentos históricos por los


artículos 6, 35 y 36, de la Ley Federal sobre Monumentos y Zonas Ar-
queológicos, Artísticos e Históricos, ubicados en los diferentes munici-
pios y comunidades del Estado de Zacatecas, con caracteres diversos,
que van desde lo religioso a lo civil, ya sea utilitario, conmemorativo o
de ornato.

CONSERVACIÓN Y RESTAURACIÓN INTEGRAL DE


ALGUNOS MONUMENTOS HISTÓRICOS

El Área de Monumentos Históricos ha contribuido en gran medida a


la conservación y preservación del patrimonio cultural construido del
estado de Zacatecas mediante la dictaminación, coordinación, asesoría
y la dirección de las intervenciones en un gran número de inmuebles y
sitios históricos en todo el estado, siendo algunos de los más importan-
tes los siguientes:
• El ex convento franciscano de Pinos, Zac. (S. XVIII), actualmente Casa
de Cultura.
• Los Templos de San Matías y de la Virgen de la Purísima Concepción
(Tlaxcalita), de Pinos, Zac. (S. XVII-XVIII)
• El ex templo de San Agustín, de Zacatecas (S. XVIII), el cual se hizo
acreedor al premio: General Electric Award, por la reconstrucción
hipotética.
• La Capilla de la Santa Veracruz de Sombrerete (S. XVIII)
• La ex alhóndiga, actual casa de cultura y mercado municipal de Za-
catecas (S. XIX).
• El mercado González Ortega (S. XIX)
• El teatro Fernando Calderón (S. XIX)
• El teatro Hinojosa de Jerez, Zac. (S. XIX)
• El Templo y ex convento de Guadalupe, Zac., actualmente Templo y
Museo de Arte Virreinal, respectivamente (S. XIX)
• La Capilla de Nápoles de Guadalupe, Zac. (S. XIX)
• El ex convento y ex templo de San Francisco, de Zacatecas, actual-
mente Museo Rafael Coronel (S. XVI-XVIII)
• El Templo de Santo Domingo de Zacatecas (S. XVIII), cuya interven-
ción se hizo acreedora al premio ”Francisco de La Maza”, otorgado
por el INAH en 2011.
• El Santuario del Santo Niño de Atocha, en Fresnillo, Zac. (S. XVIII)
Área de monumentos históricos del Centro INAH Zacatecas, desde su creacion 135

• La casa grande de la ex hacienda de Tacoaleche, Guadalupe, Zac. (S.


XIX)
• Los Templos de la Purificación y del Tránsito, en Fresnillo, Zac. (S.
XVIII)
• El Templo de San Gregorio Magno, de Concepción del Oro, Zac. (S.
XVIII)
• Los Acueductos de Nochistlán, Trancoso y Zacatecas.
• Algunas Presidencias municipales, junto con sus plazas, jardines y
kioscos.
• El panteón de Dolores en Jerez, Zac. (S. XIX)
• Diversas intervenciones de conservación y mantenimiento de la ima-
gen urbana en centros históricos de varios municipios.

Como ejemplo de esta titánica y permanente labor de conservación


de nuestro patrimonio edificado, mencionaré el rescate de la ex capilla
de indios de Mexicapan, así como dos inmuebles, cuya autenticidad e
importancia de su desarrollo y diversidad de intervenciones fueron ne-
cesarias para lograr su conservación y preservación adecuada, siendo
de carácter religioso el Templo de Santo Domingo, que originalmente
perteneció a La Compañía de Jesús y de carácter civil el Teatro Fernan-
do Calderón.

RESCATE DE LA EX CAPILLA DE INDIOS DE MEXICAPAN (1993)

Por los materiales constructivos, sus dimensiones, características es-


téticas y sus antecedentes históricos mencionados en diferentes docu-
mentos, se pudo determinar que corresponde a la época de finales del
siglo XVI y principios del XVII, con intervenciones posteriores en el si-
glo XIX.
El inmueble se encontraba sin techumbre, ni espadaña o campaniles,
con grandes grietas, los muros a media altura, sin puertas, sin el entre-
piso en la parte del coro, el piso muy deteriorado y sin enjarre en los
muros que aún quedaban; con muchas humedades, deterioros conside-
rables y desplomos muy severos tanto en los anexos, como en la sacris-
tía; la capilla lateral y la parte posterior al muro testero, con bastante
flora. Se detectaron cimientos de otro anexo que existió en el lado po-
niente, al que se accede por el pasillo de la parte posterior del mismo
templo. Se encontraba en abandono casi total; ocupándose únicamente
136 J. G. Elías Corrales García

una parte del atrio para catequesis y la celebración de una misa anual
por el aniversario de la advocación, para lo cual se colocaba en el inte-
rior alguna lona a manera de techumbre provisional.
Se inició con una limpieza general del conjunto, así como la reco-
lección de algunos elementos de cantera labrada que se encontraba
prácticamente sepultada; se efectuaron apuntalamientos de los muros
propensos a desplomarse y se realizaron diferentes levantamientos ar-
quitectónicos y fotográficos, calas estratigráficas, de deterioros, de ma-
teriales y niveles, posteriormente se procedió a la fabricación de adobes
similares a los existentes en los muros del mismo inmueble, mezclando
el material de los mismos derrumbes con material nuevo.
Se continuó con el retiro de los elementos de cantería que no corres-
pondían al templo. Finalmente se realizaron varios registros arqueo-
lógicos, localizando la forma y tamaño de la cimentación y algunos
entierros de poca profundidad con elementos óseos humanos, que per-
tenecieron a personas de poca edad, quedando señalados los sitios de
localización con material distinto al piso que se colocó.
Por carecer de datos precisos con respecto a la techumbre original,
se determinó techar con viguería de madera, un tablado y una losa ali-
gerada de concreto con malla electro soldada sobre una cadena perime-
tral colocándose un enladrillado en petatillo como acabado final. Entre
la nave principal y la capilla lateral se procedió a la reconstrucción de
un arco forjado a base de tabique recocido, sobre el que se recolocó el
muro faltante a base de adobe. Las grietas se consolidaron con la inyec-
ción de mortero a base de cal-arena; el muro testero se apuntaló con
pequeños arcos de medio punto, entre éste y el pasillo del fondo. El en-
trepiso del coro se reconstruyó con viguería de madera y tablones. (Ver
imágenes Núms.1, 2 y 3)
Con la finalidad de que el templo tuviera una mejor funcionalidad,
se determinó construir un espacio anexo y exento del mismo templo en
el lado poniente, para lo cual se abrió una puerta sobre ese mismo cos-
tado, adecuándolo para una sacristía y servicio sanitario, sirviendo para
ingresar a la nueva área para catequesis.

EL TEMPLO DE SANTO DOMINGO DE ZACATECAS (2008 -2010)

El templo fue construido por la orden de la Compañía de Jesús a me-


diados del siglo XVIII, en tan solo tres años, sustituyendo a otro anterior
Área de monumentos históricos del Centro INAH Zacatecas, desde su creacion 137

de menores dimensiones y jerarquía ornamental, que había sido cons-


truido a principios del siglo XVII.
Desde principios de la década de los 90’s y con la catalogación del
mismo, se detectaron algunas grietas estructurales de considerables di-
mensiones, por lo que se venía solicitando una intervención integral
desde dicha época. En los últimos diez años se han realizado varias in-
tervenciones en este inmueble considerado un Monumento Histórico re-
levante, la intervención de la reestructuración se realizó en el año 2009,
con la participación de las Secretarías de Turismo y Obras Públicas del
Gobierno del Estado.
El proyecto consistió en realizar un confinamiento de los dados de
cimentación, a base de un anillo de concreto armado, debido a que los
estudios previos desarrollados por la Empresa Geotecnia, a cargo del
Ing. Enrique Santoyo, revelaron un problema en el subsuelo al que de-
nominan fenómeno de “creep”, que consiste en el deslizamiento de las
capas geológicas a raíz de la acumulación de humedad.
Una vez realizada la excavación con métodos arqueológicos, se llegó
a la roca madre sobre la que se desplantaron las contratrabes de mam-
postería, se verificó el desplante tanto del dado como de la contratrabe,
se realizó limpieza de la tierra existente en el mamposteo para poder
detectar si existían grietas u oquedades. Las que se encontraron se tu-
vieron que consolidar para asegurar todos los elementos del mampos-
teo. Se movieron aproximadamente 300m cúbicos de relleno, mismos
que fueron cribados con la finalidad de detectar restos óseos y objetos
asociados, encontrándose figurillas de barro, monedas, canicas de vi-
drio, metal, y barro y restos de papel, clasificándose dicho material por
el equipo arqueológico, para su estudio y resguardo. Una vez liberadas
las mamposterías del dado y la contratrabe, así como detectadas las po-
sibles grietas, se procedió a colocar puertos de inyección, para rellenar
con morteros y aditivos como flowcable y pozzolite, y finalmente se le
agregó un zarpeado, con mortero de cal arena, para que no se continua-
ra disgregando el mortero de unión entre las piedras.
Para afianzar el confinamiento del dado, se tuvieron que realizar
cuatro pasos en las zapatas corridas. El proceso fue complicado, so-
bre todo en las secciones donde se tuvo que introducir el acero bajo
la contratrabe. Todos estos trabajos posteriores a la consolidación de
los dados de mamposteo, incluyeron la revisión de los armados tanto
en dimensión como en lo referente al proyecto, cumpliendo todos con
138 J. G. Elías Corrales García

las indicaciones del especialista en estructuras. El colado con concreto


premezclado bombeado f’c= 250 kg/cm2, con aditivo acelerante a tres
días, se vibró de forma adecuada, esto con el fin de garantizar que el
concreto fluyera por todo el armado, ya que éste era bastante denso,
como era requerido en el proyecto estructural. Previo al proceso de co-
lado se colocó una protección en los basamentos de las columnas con
el fin de proteger la cantera. En el resto de la excavación que se realizó
para el confinamiento de los dados se optó por realizar un vaciado a
base de relleno fluido con un f’c=150 kg/cm2, con aditivo acelerante a
3 días, este relleno permitió realizar un trabajo mucho más rápido, así
como mantener la limpieza de la obra y no perjudicar más con el polvo
los retablos existentes.
Debido a los problemas de asentamiento que ha sufrido el templo,
sobre todo en los muros del ala oriente -con un desplomo de 21 cm- y
con el fin de detener este movimiento, dentro del proyecto de reforza-
miento estructural, se contempló la colocación de tensores de acero ne-
gro, de 1½” con un sistema de soporte a base de placas de acero, estos
tensores fueron colocados en la nave central y laterales en la imposta
de los arcos y sujetos por su parte externa a los contrafuertes, esto con
el fin de dar una rigidez a toda esta zona la cual presenta mucho mayor
daño. Las barrenaciones de las naves laterales, tuvieron que hacerse del
interior hacia el exterior para no dañar la cantera y tener error en la sali-
da de la perforación se colocaran unos zunchos de cable de acero y unas
rozaderas, para no dañar las columnas de cantera. Para la realización
en el sistema de tensores de refuerzo estructural de apoyo en muros y
contrafuertes se suministró placa de ½” A-36, f’y=2530kg/cm2, estas
placas se cortaron de acuerdo a la norma; todo este taller de estruc-
turas se realizó in situ, ya que de lo contrario se corría el riesgo de te-
ner fallas y la necesidad de rectificar algunas medidas. Los sistemas de
apoyo en los contrafuertes fueron resultado de un cálculo estructural y
de diseño, por lo que se tenían que respetar los espesores geometría y
cualquier cambio de dimensión sería aprobado por supervisión de obra,
en la imagen vemos en proceso uno de los soportes de la nave central,
los cuales se colocaron en los contrafuertes, se observa cómo se punteó
para proceder a realizar el cordón de soldadura. Una vez realizados los
cordones de soldadura con las especificaciones indicadas se hicieron
pruebas de laboratorio para asegurar que el elemento de anclaje cum-
pliera con las normas y especificaciones solicitadas por el proyecto es-
Área de monumentos históricos del Centro INAH Zacatecas, desde su creacion 139

tructural. El sistema de pintura se hizo a base de epoxy-poliuretano de


alto espesor, estas piezas tienen un peso aproximado de 450 kg, los ten-
sores son dobles tanto en el interior como en el exterior de los pretiles
del crucero, debido a los niveles que presentaba la bóveda por intradós,
en algunas secciones se tuvo que abrir caja en la cornisa para permitir
el paso de las cajas. (Ver imágenes Núms. 4, 5 y 6)
La colocación de zunchos interiores fue a base de placa de acero y
cables de acero de alta resistencia, este zuncho se colocó en las naves
laterales, que cuentan con tres tensores por nave, las placas que se ven
son las rozaderas y la función de éstas es evitar el corte de los cables
debido a los esfuerzos de tensión a que estará sometido el sistema. Los
tensores ubicados en la nave central se integran cromáticamente con
los tonos de la cantera. Elemento de unión y tensado de los tres cables y
el tensor central a base de redondo de 1 ½”, se aprecia cómo los cables
son colocados con un elemento roscado para poder regular la presión
requerida por el proyecto, la cual es de 40lb, las visuales por el interior
del templo no se consideran agresivas ya que se mimetizan con los co-
lores de la cantera y la pintura de las bóvedas por el intradós, finalmen-
te se realizó una revisión por parte del Ing. Roberto Sánchez autor del
proyecto, quien ha tenido a su cargo trabajos de reestructuración tras-
cendentes como el de la Catedral Metropolitana.

TEATRO CALDERÓN (2009 – 2011)

Se trata de un Monumento Histórico relevante de carácter civil, tanto


por sus antecedentes históricos, como por su tipología y características
estéticas, construido en la última década del siglo XIX. Fue cedido en su
totalidad por el gobierno del estado de Zacatecas al Instituto de Cien-
cias del Estado, ahora la Universidad Autónoma de Zacatecas y restau-
rado en el año de 1986.
En el periodo de 2009 a 2011 se llevó a cabo una serie de interven-
ciones para la conservación y preservación del mismo, iniciando con la
rehabilitación de techumbres, y del segundo y tercer nivel, substitución
de techumbre en la primera crujía, sin retirar la estructura sustentante
que es a base de viguería de madera, la cual solo se trató y consolidó;
remodelación de plafones de las zonas de salas y vestíbulos, restitución
de pisos del vestíbulo principal y de algunas salas; cambio de mobilia-
rio y mamparas en sanitarios generales; además de la rehabilitación de
140 J. G. Elías Corrales García

la instalación eléctrica, pintura y huellas en escaleras con alfombra de


uso rudo, entre otras más.
Se integraron algunas instalaciones para dar un mejor servicio al pú-
blico en general: rampas y sillones especiales y un montacargas integra-
do en la escalinata del acceso principal, para personas con movilidad
reducida, con mecanismo electromecánico para ser convertible a esca-
lones cuando no se requiera ser utilizado. De igual forma se incorpo-
ró una plataforma levadiza para la fosa de la orquesta, que cuando no
se utiliza, se eleva para darle mayor área al escenario; también se inte-
graron nuevos sistema del manejo de luz y sonido, así como de ilumi-
nación estética y de cortesía en los pasillos; butacas nuevas adecuadas
al modelo original, restitución del piso de duela del área de luneta con
madera de fresno rojo, nuevos cortinajes en diferentes áreas y por cues-
tiones de seguridad una nueva subestación eléctrica, salidas de emer-
gencia, así como un sistema contemporáneo de mecánica teatral, in-
tercomunicación, voceo, iluminación escénica del escenario, sistema de
control, sonido y diagrama unifilar. (Ver imágenes 7 y 8).

LA INVESTIGACIÓN COMO ACTIVIDAD FUNDAMENTAL


PARA LA CONSERVACIÓN, PROTECCIÓN Y
DIFUSIÓN DEL PATRIMONIO EDIFICADO

Con la finalidad de salvaguardar el patrimonio cultural tangible e in-


tangible de forma adecuada y con bases científicas, el Área de Monu-
mentos Históricos ha desarrollado diversos trabajos de investigación
acerca de temas relevantes como:
• El Camino Real de Tierra Adentro.
• Las Haciendas Zacatecanas.
• Tipologías ornamentales de la arquitectura religiosa, trayecto del
camino real de tierra adentro.

EL CAMINO REAL DE TIERRA ADENTRO

En lo referente al proyecto El Camino Real de Tierra Adentro, se rea-


lizaron investigaciones y levantamientos de carácter arquitectónico,
arqueológico, fotográfico e histórico, en recorridos realizados por di-
ferentes comunidades, poblados, sitios y tramos del camino aún con
restos de los pavimentos originales que se realizaron en aquellas épo-
Área de monumentos históricos del Centro INAH Zacatecas, desde su creacion 141

cas, localizados dentro del trayecto de la ruta principal, partiendo des-


de Villa García que colinda con los estado de Aguascalientes y Jalisco,
hasta el municipio de Sombrerete y la comunidad con la que colinda, El
Calabazal, del estado de Durango, que corresponden a la ruta principal
de dicho camino real, así como de algunos ramales del mismo, siendo
los más importantes el de Pinos, Mazapil y el de Francisco R. Murguía
(Nieves) Zac., mismos que se confrontaron con las diferentes descrip-
ciones y referencias realizadas por algunos personajes como frailes, en-
comenderos y viajeros visitantes, en diferentes épocas.
El intercambio de experiencias entre los estados que forman parte
de este itinerario cultural es fundamental para la generación de conoci-
miento, por lo que se asistió a coloquios de carácter internacional reali-
zados en las ciudades de Zacatecas, Querétaro y Durango y se participó
en otros, celebrados en diferentes ciudades: el 6° en El Paso, Texas, Es-
tados Unidos de Norteamérica y el 7° en Aguascalientes, Ags; con la ex-
posición de las siguientes ponencias: La Traza urbana y su Evolución en
los principales Reales de minas del Camino Real, Dibujos petrográficos
en Pinos Zacatecas. (Ver imágenes 9 y 10)
Finalmente se elaboraron cédulas, con planos y los datos históricos
más importantes de algunos inmuebles y sitios principales, mismas que
se colocaron sobre mamparas metálicas en la parte frontal de cada Mo-
numento o sitio al que se hace referencia, dentro de la ruta principal.

LA CAPACITACIÓN Y FORMACIÓN COMO ACTIVIDAD


PERMANENTE EN LA DISCIPLINA DE CONSERVAR

Con la finalidad de contar con una mejor preparación para atender,


asesorar y supervisar de forma profesional las intervenciones que se
realizan en los Monumentos y Sitios Históricos del estado de Zacatecas,
personal del Área de Monumentos Históricos ha asistido y participado
con algunas ponencias a nivel nacional en diversos cursos, diplomados,
talleres de imagen urbana, en Centros Históricos, Paisajes culturales, de
Catalogación de Monumentos Históricos, de Accesibilidad, de Estructu-
ras aplicadas a monumentos históricos, de Iconografía, de Arte Sacro,
así como a los congresos académicos anuales que organiza el sindicato
de Profesionistas, Arquitectos y Conservadores del Patrimonio Cultural
del INAH.
142 J. G. Elías Corrales García

Asimismo se ha otorgado asesoría a pasantes de arquitectura que


han realizado proyectos integrales de restauración de monumentos his-
tóricos y sitios, con los cuales han obtenido su título de licenciatura.
Con carácter interinstitucional se han organizado –en vinculación
con instituciones académicas-, dos Diplomados sobre la conservación
del patrimonio cultural, donde han participado algunos ponentes del
INAH a nivel nacional y local, así como investigadores y profesionistas
de otras instituciones que han destacado en la conservación de nuestro
Patrimonio Cultural edificado e intangible, habiéndose celebrado el pri-
mero en el año 2001 y el más reciente en el año de 2013. (Ver imágenes
11 y 12).
Cabe destacar dentro de esta permanente y muy importante activi-
dad de capacitación la realización del Taller Internacional de Conserva-
ción y Restauración de Arquitectura de Tierra. (TICRAT) (2002)
Como antecedente a éste, participamos en algunos de los talleres in-
ternacionales de conservación y restauración de arquitectura de tierra a
partir del VI, que se realizó en octubre del 2000 en Casas Grandes, Chi-
huahua, en el cual se presentó la ponencia: La utilización y conservación
del adobe en el patrimonio cultural edificado.
Del 23 al 26 de octubre del año 2002 se llevó a cabo el Taller In-
ternacional de Conservación y Restauración de Arquitectura de Tierra
(TICRAT) en la ciudad de Chalchihuites, Zacatecas. Este encuentro ad-
quirió trascendencia por su contenido temático, enfoque, pluralidad y
sobre todo, por su continuidad.
La iniciativa de construir un intercambio binacional relacionado con
el patrimonio cultural construido en tierra, se gestó a mediados de los
años noventa por un grupo de académicos del Instituto Nacional de An-
tropología e Historia, el National Park Service y Cornerstones Commu-
nity Partnerships, en el que también participaron miembros de los Co-
mités Científicos de tierra del ICOMOS de ambos lados de la frontera,
hecho que ha ido conformando un espacio de reflexión y trabajo prácti-
co que incorpora a gobiernos locales, universidades, instituciones fede-
rales y organismos no gubernamentales, con el fin de promover la con-
servación del patrimonio cultural de tierra con un sentido social.
El objetivo fue desarrollar un marco de acción para generar, inter-
cambiar y difundir conceptos teóricos, estrategias metodológicas y téc-
nicas tendientes a la valoración y protección de estructuras patrimo-
Área de monumentos históricos del Centro INAH Zacatecas, desde su creacion 143

niales de tierra que vinculan al norte de México y el sur de los Estados


Unidos.
Normalmente las reuniones del seminario y taller se enfocan a la
presentación de resultados de investigación y visitas a inmuebles his-
tóricos. En fechas recientes, se enfocó hacia la ejecución de actividades
prácticas en las que se comparten experiencias de diversos orígenes.
A la fecha los talleres se han realizado de manera itinerante en algu-
nas ciudades de los estados de Sonora, Chihuahua, Coahuila, Zacatecas,
Arizona, Nuevo México, Texas, Durango y Aguascalientes; el proyecto
contempla extenderse hacia un territorio mayor que abarque todas las
entidades en las que la arquitectura de tierra forme parte de esta cultu-
ra compartida.
La reunión de octubre fue coordinada por el Centro INAH Zacate-
cas, en colaboración con el National Park Service, Cornerstones Com-
munity Partnerships, el Consejo Estatal de Turismo, el Instituto Tec-
nológico de Zacatecas, el Colegio de Bachilleres plantel “Chalchihuites”
y la Presidencia Municipal de Chalchihuites. Se contó con la asistencia
de académicos y profesionales de los estados de Baja California Norte,
Chihuahua, Durango, Nuevo León, Tamaulipas, San Luis Potosí, Aguas-
calientes, Jalisco, Querétaro, Distrito Federal, Oaxaca, Chiapas, así como
de Nuevo México y Texas. Hay que destacar la entusiasta participación
de la propia comunidad local, en especial un número muy importante
de estudiantes y profesores de bachillerato, notablemente interesados
en la conservación del patrimonio cultural.
Durante el Taller se presentaron conferencias con un amplio espec-
tro temático ejecutándose de forma paralela la consolidación de la pe-
queña capilla funeraria localizada en el antiguo cementerio de la loca-
lidad, construida con adobe, en la época virreinal. Bajo la guía de los
coordinadores del evento y con el apoyo de los albañiles locales, se pre-
pararon morteros de tierra, se reintegraron adobes y se revocaron las
superficies exteriores. (Ver imágenes 13 y 14)
Con diferentes proporciones de cal y aglutinantes, se prepararon y
aplicaron aplanados y pinturas con pigmentos minerales y se empezó a
integrar una cubierta de terrado en sustitución de la original, colapsa-
da décadas atrás.
El TICRAT culminó con la generación de un documento de conclusio-
nes en el que, de manera colectiva se estructuraron múltiples propues-
tas para conservar el patrimonio tangible e intangible de la localidad,
144 J. G. Elías Corrales García

así como recomendaciones para continuar con las labores en el inmue-


ble intervenido. Además se planteó la posibilidad de que el encuentro
del año siguiente se realizara en Durango. El evento de Chalchihuites re-
presenta un paso más hacia la valoración, recuperación y difusión de la
tradición constructiva con tierra y la búsqueda de alternativas que per-
mitan elevar la calidad de vida de las comunidades herederas de este
patrimonio cultural. Con la realización de esta reunión se logró además
de crear un espacio de intercambio teórico y práctico de especialistas;
brindar a la comunidad los conocimientos teóricos y prácticos de con-
servación, restauración y mantenimiento de los monumentos históri-
cos, así como el rescate de técnicas tradicionales de tierra, respetando
diseños y elementos culturales de la región, haciendo partícipes a las
instituciones de educación media y superior en promover la participa-
ción de la población regional en la protección y preservación de la Zona
Arqueológica de Alta Vista.

REFERENTE A LA DIFUSIÓN

Con el objetivo de dar a conocer parte de las actividades afines a la


conservación y preservación del patrimonio cultural tangible e intangi-
ble, que se han venido realizando dentro del Centro INAH Zacatecas, el
personal del Área de Monumentos Históricos ha participado en algunas
investigaciones, sobre los materiales de mayor uso en las intervencio-
nes del patrimonio edificado en la región, para su adecuada aplicación;
asimismo se han elaborado y presentado ponencias interinstituciona-
les, realización de concursos de fotografía alusiva a los Monumentos y
Sitios Históricos, en diferentes municipios, publicación de libros, artí-
culos y agendas, apoyando de esta forma la conservación y difusión del
patrimonio cultural edificado.
Área de monumentos históricos del Centro INAH Zacatecas, desde su creacion 145

Imagen C 1. Restitución de la co-


rona de la Virgen de los Zacatecas,
que se localiza en la parte superior
del acceso principal de la Catedral
Basílica de Zacatecas, con material
y características ornamentales si-
milares a la original, debido al de-
terioro y mal estado físico en que se
encontraba.

Imagen C 2. Retablo y esculturas con-


temporáneas que se integraron al
muro testero, exento de cualquier ele-
mento arquitectónico o estructural,
por carecer de datos y documenta-
ción del retablo original, que en otras
épocas ostentaba, integrándose de
igual forma el altar principal y toda el
área del presbiterio.
146 J. G. Elías Corrales García

Imagen 1. Ex -capilla de Mexicapan, antes de su intervención y rescate; en la cual se utiliza-


ba el área del atrio para actividades de catequesis, debido a que el resto de la construcción
lo conformaban sólo tapias de adobe, revestidas con piedra de mina.

Imágenes 2 y 3. Plano arquitectónico e imagen de la fachada principal del templo conoci-


do como la Ex – capilla de Mexicapan, ya reconstruida y reintegrada al servicio del culto
religioso.
Área de monumentos históricos del Centro INAH Zacatecas, desde su creacion 147

Imágenes 4 y 5 Integración de tensores y placas metálicas, en el proceso de la reestructura-


ción del Templo de Santo Domingo de Zacatecas. Tensores que enlazan a las tres naves para
contener el desplome de los muros de la fachada oriente, donde se aprecia una grieta.

Imagen 6. Proceso del confinamiento de los dados de cimentación, a base un anillo de concre-
to armado. Se procedió a colocar puertos de inyección, para rellenar con flowcable y pozzolite
y finalmente se le agregó un zarpeado para evitar su disgregación, anclándolos a la roca ma-
dre. Se colaron de noche, con concreto premezclado bombeado f’c= 250 kg/cm2, con aditivo
acelerante a tres días.
148 J. G. Elías Corrales García

Imagen 7. Teatro Calderón, al que se le integró además del piso de duela de madera, butaque-
ría nueva y una plataforma levadiza para la fosa de la orquesta, que cuando no se requiere su
utilización, se eleva para darle mayor área al escenario, o quedar a nivel de piso.

Imagen 8. Teatro Calderón. Se le integró un sistema contemporáneo de mecánica teatral, In-


tercomunicación, voceo, iluminación escénica del escenario, sistema de control, sonido y dia-
grama unifilar.
Área de monumentos históricos del Centro INAH Zacatecas, desde su creacion 149

LA TRAZA URBANA Y SU EVOLUCIÓN EN LOS


PRINCIPALES REALES DE MINAS DEL CAMINO REAL

Imagen 9. Plano N° 2 de la Di-


visión por cuarteles de la Ciu-
dad de Zacatecas de 1798, por
Ordenanza de José Fernán-
dez de Moreno, con la ayuda
de Don Fernando de Portugal.
(Archivo General de la Na-
ción. Fondo intendencias). (66
67 ó 128)

Imagen 10. Interpretación de


la división por Cuarteles, en
la Ciudad Actual, junto con
los antiguos barrios.
150 J. G. Elías Corrales García

En el marco del primer diplomado sobre la conservación del Patri-


monio Cultural Edificado, realizado por el Centro INAH Zacatecas, se
participó con el tema: Reutilización del patrimonio cultural construido

Imagen 11. Proceso de restau-


ración y adecuación de la casa
de la Rinconada de Catedral de
Zacatecas, inmueble considera-
do como Monumento Histórico y
con la cual colinda.

Imagen 12. Casa de la Rinconada de Catedral, restaurada y adecuada para una Galería de
Arte Sacro.
Área de monumentos históricos del Centro INAH Zacatecas, desde su creacion 151

RESCATE DE LA CAPILLA FUNERARIA EN EL


EX–PANTEÓN DE CHALCHIHUITES, ZAC. DURANTE
EL TICRAT QUE SE REALIZÓ EN EL SITIO

Imagen 13. Estado físico en que se encontró la Ex – capilla funeraria de Chalchihuites,


antes de su intervención.
152 J. G. Elías Corrales García

Imagen 14. Proceso de la intervención, en equipos que se alternaban, donde se realizaron ado-
bes con el material producto del desplome de los mismos, se integró la techumbre a base de
viguería y tableta de madera de pino, terrado con su enladrillado e impermeabilización con
jabón – alumbre.
153

EXPERIENCIAS EN TORNO AL PATRIMONIO CULTURAL


DE ZACATECAS
Héctor Castanedo Quirarte*

B uenas tardes, quiero comentarles que más que una ponencia esto
va a ser una especie de charla y me da mucho gusto compartir esta
mesa con Peter Jiménez, compañero y amigo desde hace más de 30 años
y con quien he trabajado en este mismo ámbito. Quiero agradecer al
Centro INAH y al Museo de Guadalupe la invitación que me hacen como
alguien externo al propio Instituto para hablar de las experiencias, que
de alguna manera y de forma conjunta hemos realizado desde 1980.
Quisiera iniciar esta plática con una anécdota, quizás un comentario
acerca del por qué y cómo llegué al servicio público. En 1980 yo era con-
tratista de obra en la ciudad de México y estudiaba la maestría de res-
tauración de monumentos y sitios. Era el mes de mayo de ese año y el
Lic. José Guadalupe Cervantes estaba por finalizar su gira política para
lograr la gubernatura de este estado cuando aún sin conocerlo, le pre-
senté dos proyectos que estaba terminando precisamente en la maes-
tría: uno era el rescate y restauración del Teatro Calderón que en manos
de la Universidad Autónoma de Zacatecas había ido en decadencia por
falta de recursos y uno más el de la ruina del antiguo convento de San
Francisco en Zacatecas.
Le presenté las carpetas y me dijo —“vamos a ver arquitecto, lo ten-
dremos en cuenta si llego a la gubernatura”—, y ahí quedó. En septiem-
bre de ese mismo año, el primero de septiembre, a través del Lic. Magda-
leno Varela, quien sería Secretario de Gobierno, me hacen la invitación
para formar parte de su gabinete como titular de la Dirección General
de Planeación y Desarrollo Urbano. A mí me sorprendió muchísimo, yo
no había vuelto a tener contacto con el entonces candidato y después
gobernador electo.
Evidentemente acepté y comencé a integrarme a ese nuevo esquema
de trabajo. Sin embargo, entendí que el perfil que el Gobernador vio en
mí para integrarme a su gabinete, fue precisamente el del rescate del
patrimonio. O sea que él ya tenía muy claro que parte integral de su go-

*Arquitecto Independiente.
154 Héctor Castanedo Quirarte

bierno giraría en torno al patrimonio y a la cultura para iniciar un nuevo


tránsito hacia el turismo.
Quiero comentar que una de las primeras experiencias que tuve y
que me sacó un poquito de onda fue en una ocasión que me dijo: —“ar-
quitecto, tenemos que tirar la manzana que esta frente a catedral para
hacer ahí una plaza”—; yo sabía que no era una nueva idea del Gober-
nador, ya que gobernadores anteriores lo habían intentado sin llevarlo a
efecto. Entonces, ¿qué era lo que había que decirle al Gobernador, cuan-
do yo estaba seguro de que era un sacrilegio participar en eso?
Le dije: —“Señor Gobernador, me parece que antes de destruir hay
que construir y en este caso tenemos mucho que rescatar en Zacate-
cas”—, y así inició el camino hacia lo que sería el esquema de turismo
y patrimonio.
En la administración anterior se había construido lo que hasta la fe-
cha era y sigue siendo uno de sus íconos: el teleférico de Zacatecas que
une al Cerro del Grillo con el de la Bufa, que daba una imagen especta-
cular y vistosa a esta ciudad. Entonces, al lado de esta obra, Zacatecas
necesitaba consolidar su centro histórico para lograr que se conociera
en nuestro país y en el mundo, así como por sus propios habitantes,
mostrando la importancia de sus monumentos, de su arquitectura y de
la calidad de su centro histórico.
Entonces se comenzó a pensar en cómo rescatar el centro; se hace un
proyecto integral que contempló el cambio de vocación, no así el con-
cepto, del antiguo mercado González Ortega, para dejar de lado lo del
abasto primario y adaptarlo como un centro de atracción turística en
Zacatecas.
En ese tiempo, los pocos turistas que nos visitaban se preguntaban
que podían comprar típico de este lugar y los mandábamos a Guadalupe
para ver si el señor Salmón tenía una cajita que le sobrara o con el señor
Ruelas para conseguir algún sarape que por ahí tuviera. Recuerdo tam-
bién que en la Avenida López Velarde, en Zacatecas, había una tiendita
que vendía geodas y pedacitos de piedra.
Fue entonces que se decidió hacer un centro de exhibición y venta
de la artesanía Zacatecana, lo que el estado producía; se pensó en la jar-
ciería de Jerez, en la charrería, en los vinos, etc., y es entonces que se
cambia la vocación del mercado. En tal virtud, se construyeron varios
mercados en la periferia de la ciudad de Zacatecas, de tal manera que
pudieran absorber lo que se generaba y vendía en el mercado principal;
Experiencias en torno al patrimonio cultural de Zacatecas 155

se hizo uno en la calle Arroyo de la Plata, otro en la colonia Díaz Ordaz


y uno más en la colonia Alma Obrera.
El proyecto integral incluyó también lo que es la actual Plazuela Goi-
tia y la Candelario Huízar, que se encuentra en la rinconada de Catedral.
La Plazuela Goitia en ese tiempo era una calle de abasto para el merca-
do, algunos de nosotros recordaremos esa calle donde transitábamos
continuamente.
La Plazuela Goitia, sin embargo, le vino a dar a Zacatecas una caracte-
rística tal, que en la actualidad no podemos concebir el centro histórico
de Zacatecas sin esa plazuela; es el lugar más concurrido para cualquier
tipo de actividad. Es una obra prácticamente nueva que tiene de 1984 a
la fecha, junto con la Rinconada de Catedral en donde existía un sitio de
taxis y que se transformó en una plazuela más.
Se cambió también la Presidencia Municipal, que se encontraba en el
edificio que ahora ocupa la Casa Municipal de Cultura, enfrente del Jar-
dín Independencia. Se trasladó a un edificio contemporáneo en la sali-
da norte de Zacatecas hacia Fresnillo con la idea de que fuera de mane-
ra provisional, ya que se contemplaba para tal fin el edificio en que se
encuentra actualmente el Instituto de Cultura, que entonces estaba en
manos de la Secretaría de la Defensa Nacional (SEDENA) y con la que el
Gobierno del Estado había hecho un convenio para que se construyera
la nueva Zona Militar en Tlaltenango y al momento de cambiar al bata-
llón se entregaría el edificio al Estado.
Se calcularon los tiempos, sin embargo, no se cumplieron, se tardó
poco más del tiempo calculado y no se logró que la Presidencia Munici-
pal se trasladara a un edificio emblemático, que se había iniciado como
la construcción del Hospital Civil de Zacatecas a principios del Siglo XX,
pero que no se llegó a concluir.
Entonces la Presidencia Municipal se queda en donde hoy la conoce-
mos con la idea de regenerar la zona de la Colonia Lázaro Cárdenas que
en ese tiempo eran casas de cartón y el hecho de haber asentado ahí la
presidencia municipal cambió el entorno, tanto de la Lázaro Cárdenas,
como de las Palmas y de la Colonia Minera.
En la administración siguiente, con Genaro Borrego como Goberna-
dor del Estado, se entrega este edificio y se cambia la visión anterior por
la de la cultura y se instala ahí el Centro Cultural hoy Instituto Zacateca-
no de Cultura “Ramón López Velarde”.
156 Héctor Castanedo Quirarte

Es este un lugar preponderante porque desde ahí se genera la cultura


que caracteriza a Zacatecas y su enlace con el desarrollo turístico y eco-
nómico. En esa época nació el Festival Cultural de Semana Santa, que en
la actualidad se ha transformado y se han creado nuevos festivales a lo
largo de todas las épocas del año.
Vale la pena hablar también de la restauración del antiguo edificio
del Cabildo en el Jardín Juárez, que se rescata y se le entrega a la Univer-
sidad Autónoma de Zacatecas para instalar ahí la Rectoría, así como del
rescate del antiguo rastro que se encontraba entre Zacatecas y Guada-
lupe, en el ahora Boulevard José López Portillo, para entregarlo también
a la Universidad para la Escuela de Minas; la restauración del Fuerte del
Patrocinio en el Cerro de la Bufa para construir el Museo de la Revolu-
ción llamado “Toma de Zacatecas” al que en la actualidad le están ha-
ciendo una ampliación para darle un carácter épico de lo que sucedió
en 1914.
En 1985 se hizo la primera restauración del Teatro Calderón al que
también posteriormente la UAZ, hace 3 años, hizo una segunda etapa de
intervención a este edificio.
Llevamos a cabo la construcción del nuevo edificio del Congreso del
Estado, en el último solar que tenía el centro de la Ciudad de Zacatecas.
Era un terreno de 2000 metros cuadrados, que se compró para poder
construir la nueva sede; antes de esto, el Congreso y el Tribunal de Jus-
ticia se encontraban en un mismo sitio, el edificio ubicado frente al Pa-
lacio de Gobierno y que es conocido como la “Casa de la Mala Noche”,
ahí convivían Jueces, Magistrados y Diputados.
El Gobernador Cervantes dijo: —“esto ya no puede seguir así, por or-
den constitucional, los poderes tienen que estar divididos”—. Se compró
entonces el terreno para llevar a cabo la construcción con un proyecto
que en esa época fue polémico ya que se intentaba hacer una obra con-
temporánea que no dañara el contexto; Federico Sescosse fue uno de los
pilares de este proyecto en cuanto a la imagen que tenía que mostrar.
Es por ello que Don Federico invita al Arq. Luis Ortiz Macedo y entre
los dos decidieron que lo más importante era restituir una portada que
ya en Zacatecas nadie conocía, la de la “Real Caja” o “Palacio Federal”
que fue destruido en la toma de Zacatecas en 1914.
Entonces se decide hacer una obra museográfica, una obra didáctica
que reviviera lo que muchos Zacatecanos no iban a poder conocer más
allá de las fotografías en libros. Ya tomada la decisión, se busca a los
Experiencias en torno al patrimonio cultural de Zacatecas 157

mejores canteros con la capacidad de reproducir esa obra, se tenía toda


la información en base a fotografías de la época y se restituye esa por-
tada en la fachada principal del nuevo edificio del Congreso del Estado.
Se rescata también la antigua “Casa del Conquistador” en la calle
Juan de Tolosa, dando pauta a lo siguiente: este edifico de valor histó-
rico, inició la primera desconcentración de las oficinas públicas del Go-
bierno del Estado, ya que hasta ese tiempo todo Gobierno del Estado se
concentraba en el edificio de Palacio de Gobierno en la Plaza de Armas,
en donde dos cuartitos eran para Obras Públicas, dos más eran para la
Procuraduría, otros tantos de Turismo, etc.
De esta manera se comienzan a rescatar edificios del centro histórico
para desconcentrar varias oficinas del Gobierno del Estado y la primera
que marca este inicio es el rescate de esta finca a donde se trasladaron
las Secretarías de Obras Públicas y de Programación. Actualmente se en-
cuentran las oficinas del Centro Regional del Patrimonio.
Se repone la Fuente de los Conquistadores, también en la calle Juan
de Tolosa. Vale la pena comentar que ésta es la segunda fuente, la pri-
mera se había hecho en el 400 aniversario de la fundación de Zacatecas
en 1946; pero a Don Federico no le gustaba esta fuente, hace un nuevo
proyecto que avala el Gobernador, dice: —“va”— y hacemos la nueva
fuente. La anterior se desmantela y se coloca en el centro de la Plazuela
de García, a escasas dos cuadras de su lugar original.
Se realiza el segundo museo que le da calidad al centro histórico de
Zacatecas. El primero fue el museo Goitia, en la antigua “Casa de Gobier-
no” y el segundo es el Museo de Pedro Coronel, con quien se hace un
importante acuerdo para que toda su obra conocida como “El Universo
de Pedro Coronel” se instalara en este lugar. El Gobierno del Estado se
compromete a rescatar el edificio del antiguo Colegio de San Luis Gon-
zaga y entregarlo para la exposición y exhibición de toda esta importan-
te obra que en el transcurso de su vida acumuló.
Todo lo anterior comienza a darle a Zacatecas un nuevo incentivo y
atractivo para la visita a un centro histórico con característica cultural.
Así también se hace el convenio con su hermano Rafael Coronel para
que donara su colección de máscaras, títeres, piezas arqueológicas y de-
más, que sería instalada en el Antiguo Convento de San Francisco.
Vale la pena destacar que de la obra de Pedro Coronel, su obra pós-
tuma la tenemos también en Zacatecas, en el Congreso del Estado. En
este edificio se encuentra coronando el cenit de su sala principal ese
158 Héctor Castanedo Quirarte

magnífico vitral que podemos apreciar y que él denominó como “Vida”.


Sin embargo, fue el último proyecto que el realizó y no alcanzó a verlo
terminado ni instalado; hizo “Vida” para morir, si bien sigue viviendo a
través de su obra.
En la administración del Gobernador Genaro Borrego (1986 – 1992)
es importante destacar que se continúa con la idea de cultura, patrimo-
nio y turismo y se le da una atención superior al turismo, pensando en
un turismo de nivel mundial y se hacen los primeros hoteles de cinco
estrellas. Fueron dos y ambos atendiendo al patrimonio: uno fue el Ho-
tel Radisson en lo que fuera el antiguo Hotel Reyna Cristina, frente a
Palacio de Gobierno y el otro, que es un ícono para Zacatecas, el Hotel
Quinta Real, en donde se rescata el antiguo coso de la Plaza de Toros
San Pedro, que pudo haber desaparecido unos años atrás, ya que una
empresa quería demolerla para hacer ahí una serie de edificios para
otro tipo de uso. Fue un rescate muy importante.
Otro aspecto destacable de esa administración, fue el inicio del ca-
bleado subterráneo en el centro histórico de Zacatecas. Se toca toda la
avenida Hidalgo y Zacatecas comienza a tener una imagen diferente.
En Guadalupe se rescató la antigua Hacienda de Bernárdez con un
nuevo concepto de desarrollo económico ya que se hace un convenio
con la empresa Tane Orfebres para instalar ahí el Centro Platero de
Zacatecas.
Posterior a todo lo ya comentado, llega el momento más importante
para Zacatecas, cuando después de un arduo trabajo entre el Gobierno
del Estado y el INAH en la integración del expediente para que Zacate-
cas figurara a nivel internacional por su riqueza patrimonial, se logró
finalmente que en el mes de Diciembre de 1993, la UNESCO declarara a
Zacatecas como “Patrimonio Cultural de la Humanidad”. A partir de ahí
viene un parteaguas, si vale la redundancia, un parteaguas para que Za-
catecas navegue sobre otras aguas en cuestión de Patrimonio y Cultura.
En la administración de Ricardo Monreal, ya cercano al cambio de mi-
lenio, de 1998 a 2004, la infraestructura se denota en materia vial y en
lo que corresponde al patrimonio se lleva a cabo la restauración en se-
gunda etapa de lo que fue el edificio del antiguo Seminario para instalar
la segunda etapa del Museo de Arte Abstracto del maestro Manuel Fel-
guérez, museo de envergadura internacional. La primera etapa se había
hecho con el gobierno de Arturo Romo donde se rescató solo la mitad
de este antiguo Seminario.
Experiencias en torno al patrimonio cultural de Zacatecas 159

Se rescató también la antigua Casa de Ensaye en el complejo de la


Casa de Moneda para instalar ahí lo que era un proyecto ambicioso, que
empezó también con polémica y poca credibilidad. Se le denominó “La
Ciudadela del Arte”, un espacio para artistas, para estudiantes, para la
población en general que emanara cultura desde el centro mismo de la
ciudad y se retomó el nombre de un edificio en el antiguo Convento de
la Merced, a los pies de la Bufa, en donde ahora se encuentra la escuela
Enrique Estrada. Cuando el convento de trasladó a su nueva sede, el an-
tiguo edificio fue usado como almacén de granos y municiones y se le
conocía como “La Ciudadela”.
Entonces se inicia este complejo cultural dedicado al arte con la idea
de seguir rescatando toda la manzana. En una primera etapa se rescata
lo que era la antigua Casa en Ensaye, instalando ahí las salas de autor
de diferentes artistas plásticos zacatecanos y posteriormente, ya bajo
la administración de Amalia García (2004-2010), se interviene la parte
correspondiente al soberbio inmueble que ocupaba la Secretaría de Fi-
nanzas a donde se traslada “El Museo Zacatecano”. Se logra así mismo
la creación e instalación de “La Cineteca del Estado” y “La Fototeca Pe-
dro Valtierra”.
Se restauraron en primera etapa la portada principal de Catedral, la
portada lateral de San Agustín y la principal de Santo Domingo y se ini-
cia con un programa de iluminación de edificios en el centro histórico,
en la actualidad se ha hecho una segunda etapa, que tiene la denomina-
ción de “Ciudad Luz”.
Se realiza una nueva intervención a la antigua Hacienda de Bernár-
dez en Guadalupe, en donde se tuvo la participación del INAH, el cual,
después de hacer una revisión minuciosa a un proyecto de obra con-
temporánea en el casco antiguo de la Hacienda, autorizó con algunas
restricciones y recomendaciones importantes el proyecto. Estas nuevas
instalaciones se construyeron para el Centro Platero en su segunda eta-
pa ya que el original se había cerrado por cuestiones fiscales.
Se restauran las instalaciones y se construye un nuevo edificio de ta-
lleres a base de acero y cristal que revive al Centro Platero. También se
construye un área de usos múltiples denominada “Sala Mayor” misma
que durante un tiempo le sirvió a la Ciudad de Zacatecas como Centro
de Convenciones a falta del mismo, hasta en tanto se construyó el ac-
tual “Palacio de Convenciones”, también en esa administración.
160 Héctor Castanedo Quirarte

Se consolida lo que es el proyecto de rescate del Templo de Santo


Domingo y podríamos pasarnos el día hablando de este rescate porque
existía una pequeña cantidad de dinero que le asignó la Federación para
rescatar su fachada y algunos de los retablos interiores. Sin embargo, al
momento de intervenir este edificio nos dimos cuenta de que la cimen-
tación estaba fallando, que el edificio se estaba moviendo, se tuvo que
tomar la determinación, le entrabamos a la obra o lo perdíamos, y se
tomó la decisión del rescate integral, costara lo que costara.
Sabíamos históricamente que este Templo de Santo Domingo se hizo
en tres años; nosotros teníamos tres años también para restaurar todo
el inmueble. Esto representó un trabajo titánico, mano con mano el
INAH y el Gobierno del Estado lo llevamos a cabo y se salvó el edificio.
En la actualidad, al Templo de Santo Domingo lo vemos tan normal, tan
bonito, tan hermoso… pero no sabemos lo que para ello se tuvo que in-
vertir realmente y así salvar este invaluable edificio. Me parece entonces
que al hablar de colaboración, al hablar de historia, este es el ejemplo
más valioso que tenemos entre el INAH y el Gobierno del Estado.
Quisiera terminar esta plática con un par de proyectos que causaron
una fuerte controversia, pero que considero también que son un inicio,
un parteaguas en la intervención de sitios históricos con una visión con-
temporánea. El primero fue la “Restauración Virtual” de la antigua Por-
tada Frontal de San Agustín, algo inimaginable porque no conocíamos
esta fachada.
Quiero comentarles que esta restauración comenzó en el año de
1980, con la fotografía de todas las piezas de cantera que nos encontra-
mos en San Agustín, producto de la intervención cuando se rescató la
nave principal, así como de las piezas que se encontraban en el antiguo
tiradero de basura de San Francisco, que también pertenecieron a San
Agustín; se fotografiaron cada una de estas piezas por uno, dos y algu-
nas hasta por tres lados, con la idea de que al tener todas las fotogra-
fías a una escala determinada, pudiéramos armar sobre una mesa lo que
sería un gran rompecabezas y de esa manera visualizar para restituir lo
que fue la antigua portada.
Sin embargo, un buen día Don Federico decide que era imposible,
que necesitábamos esperar a que existiera alguna máquina o equipo de
computación que nos ayudara a encontrar la solución a este problema y
así, en 1986, se cerró la carpeta del expediente de ese proyecto.
Experiencias en torno al patrimonio cultural de Zacatecas 161

Y fue entonces que hasta el año 2000, 14 años después, se reabre la


misma investigación. Esto nos llevó alrededor de 8 años de profunda in-
vestigación logrando finalmente la restitución virtual de una hipótesis.
Nosotros, el grupo de investigación, esperamos que algún día aparez-
ca mayor información al respecto. No existen fotografías, no hay des-
cripciones; investigamos en todos los archivos del país, tanto privados
como públicos y religiosos; investigamos en Europa, en España en el Ar-
chivo de Indias, no hay información de este templo, o sea que las Leyes
de Reforma acabaron en serio con los registros históricos de lo que fue
esta edificación, con la desaparición de todo tipo de información.
En esta investigación, Peter Jiménez tuvo mucho que ver, porque en
uno de sus viajes a Europa, encontró en Amberes, Bélgica, los grabados
de varias de las portadas Agustinas de los templos de México; enton-
ces ahí se volvió a abrir la luz para seguir investigando y poder llegar a
estas conclusiones hipotéticas. En la actualidad se está proyectando se-
manalmente esta hipótesis de manera virtual en la portada plana y lisa
del antiguo Templo de San Agustín.
Y para culminar con esta charla, hablaré del trabajo del Retablo y
Presbiterio para la Catedral de Zacatecas, un acto razonado y racional
que se hizo con la colaboración del INAH, de la UNAM, del Gobierno del
Estado, de ICOMOS y de algunas otras organizaciones que no permitie-
ron que se hiciera un retablo historicista. Sabíamos que un grupo den-
tro de la Iglesia de Zacatecas tenía un proyecto para copiar un retablo
de una de las iglesias de Salamanca en España, que coincidía muy bien
en proporciones y coincidía también con la descripción estilística de la
portada principal de la Catedral de Zacatecas: columnas salomónicas, la
misma época de creación y la verdad es que coincidía también con las
medidas del Ábside de Catedral y para colmo se veía bien.
Sin embargo era una mentira, una engañosa mentira en el tiempo. Es-
tas organizaciones decidieron que no, que se hiciera un retablo contem-
poráneo, que deje huella de la época real de su creación, siglo XXI, y que
para ello se hiciera un concurso a nivel nacional con los mejores expo-
nentes de la plástica mexicana; así se hizo y lo que se logró está plasma-
do en el muro testero de Catedral y en su Presbiterio.
Es una obra contemporánea del artista plástico Javier Marín quien
ganó dicho concurso y de la que la historia hablará. Con esto quiero ter-
minar mi participación, sobre todo dejar como ejemplo estas obras a
las que hice alusión, en las que colaboramos de una manera profesional
162 Héctor Castanedo Quirarte

una institución del Gobierno del Estado, otra Institución del Gobierno
Federal, con la colaboración de los Gobiernos Municipales, pero sobre
todo involucrando a la sociedad.
Muchas gracias por su paciencia, por su atención.
El rescate del patrimonio cultural del
estado de zacatecas.
Una responsabilidad compartida
164

LA PARTICIPACIÓN CIUDADANA EN EL RESCATE,


ESTUDIO Y CONSERVACIÓN DEL PATRIMONIO
ARQUEOLÓGICO ZACATECANO

Laura Solar Valverde*


Luis Octavio Martínez Méndez**

R ara vez se contempla lo decisiva que puede resultar la participación


ciudadana en la recuperación, el estudio y la conservación del patri-
monio arqueológico de esta nación.
Hablar de ello en Zacatecas es especialmente significativo, por tratar-
se de un estado históricamente preocupado por la preservación de su
pasado prehispánico y poseedor de una personalidad cívica que ha im-
pactado significativamente en el desarrollo de la arqueología regional.
El objetivo de esta contribución es compartir dos logros recientes en
el ámbito del trabajo institucional de campo en la entidad, dos experien-
cias de naturaleza muy distinta pero que tienen en común el papel pro-
tagónico que ha desempeñado la sociedad.
No nos referimos, por supuesto, al Programa de Empleo Temporal
(PET), tan de moda en los últimos años, en el que la “vinculación” con la
sociedad se reduce a acciones efímeras en la rama del mantenimiento,
a cambio de unos cuantos jornales sin posibilidad de estabilidad labo-
ral. Nuestro relato se encamina más bien a resaltar la intervención di-
recta que pueden llegar a tener las comunidades, por un lado al tomar
las riendas de la protección o rescate de vestigios arqueológicos en pe-
ligro, y por otro al poder participar en el trabajo especializado del ar-
queólogo, lo cual enriquece a los proyectos y amplía exponencialmente
sus alcances.

EL RESCATE DE UNA TUMBA MILENARIA

A partir del establecimiento de una oficina regional del INAH en Za-


catecas a principios de los años setenta, y gracias a que en los últimos
años ésta ha ido creciendo en recursos financieros, materiales y hu-

*Arqueóloga. Responsable de la zona arqueológica Las Ventanas, Juchipila Zac. y corresponsable del
proyecto arqueológico Cerro del Teúl.
**Colaborador del proyecto arqueológico Cerro del Teúl.
La participación ciudadana en el rescate, estudio y conservación del patrimonio… 165

manos, se vuelve cada vez más


factible dar atención a los múl-
tiples hallazgos arqueológicos y
paleontológicos que surgen de
manera casual como resultado de
obras de infraestructura, activi-
dades rurales, impactos natura-
les o acciones de saqueo en toda
la entidad.
Sin embargo, el conocimiento
de la existencia de un vestigio en Figura 1. Mapa de localización del Ejido de La
Florida, municipio de Valparaíso.
riesgo o en situación vulnerable
no se logra la mayoría de las ve-
ces por observación directa del personal del Instituto, sino gracias a que
un particular tomó la iniciativa de comunicarlo. Es entonces cuando la
llamada de un ciudadano preocupado por la preservación de un trozo
del pasado, que se encuentra en inminente riesgo de pérdida por afecta-
ción natural o antrópica, se convierte en la única posibilidad de conocer
y recuperar ese patrimonio.
Una situación de este tipo ocurrió a principios del verano de 2009,
cuando un vecino del Ejido de La Florida, municipio de Valparaíso (Fi-
gura 1), notificó vía telefónica al Centro INAH que en esos momentos
se estaba llevando a cabo el saqueo intensivo de una tumba antigua en
las afueras de la localidad. Al recibir la denuncia, Gema Elías Rodríguez,
entonces responsable del INAH en Zacatecas, nos encomendó una visi-
ta de inspección para verificar el daño, acción que poco después culmi-
naría en el rescate de una tumba milenaria cuya exploración y registro
aportaron información sin precedente para el estudio de las sociedades
zacatecanas más antiguas.
Durante la primera visita al lugar pudimos apreciar la remoción del
suelo y constatar que sí se había afectado una tumba antigua, porque
se encontraban en la superficie restos de osamentas despedazadas y
fragmentos de vasijas y figurillas de barro, además de otros artefactos
arqueológicos. Posterior a la inspección se indagó quién había sido el
responsable del saqueo y dónde se le podía localizar, y acudimos a bus-
carlo. Se trataba de un vecino de la cabecera municipal de Valparaíso,
quien sorprendido por nuestra visita justificó su acción argumentan-
do que él y su familia habían excavado para recuperar las antigüedades
166 Laura Solar Valverde y Luis Octavio Martínez Méndez

porque “el gobierno” nunca se había mostrado interesado en rescatar-


las. Después de aclararle que debió dar parte al Instituto del hallazgo,
en lugar de alterarlo por su propia mano, tomamos el tiempo para darle
una larga explicación sobre lo que significa el saqueo, no sólo como acto
ilícito sino principalmente en cuanto a su potencial destructivo.
El saqueo destruye los vestigios físicamente por la ausencia de una
excavación metódica con herramienta adecuada, pero especialmente
aniquila, de manera instantánea e irremediable, la información intangi-
ble contenida en los contextos a partir de los patrones de disposición
de los objetos. Es la relación entre los objetos, y no los objetos en sí
mismos, lo que tiene mayor capacidad de transmitir al investigador una
reminiscencia del ritual mortuorio emprendido por seres humanos de
otro tiempo. Al desmembrar los objetos de su ubicación original, se les
despoja de su posibilidad de comunicar.
Como era de esperarse, la mención al aspecto ilegal del saqueo no
causó mayor impresión en esta persona, quien tan mala opinión tenía
de las autoridades, pero al enterarse de lo segundo sí se mostró notable-
mente consternado y aceptó entregar los objetos extraídos. Nos expli-
có que su intención no había sido destruir sino lo contrario, y después
de hablarnos de la técnica empleada por él y sus hijos para localizar las
tumbas nos aseguró que aledaño al sepulcro profanado se encontraba
otro, pidiéndonos que se excavara como era debido. Después de la larga
plática acudimos con él a su domicilio, donde junto con su esposa nos
entregaron los fragmentos de piezas de cerámica, ornamentos de con-
cha y huesos retirados por ellos.
Como resultado de esa primera aproximación se elaboró una pro-
puesta para el rescate del vestigio afectado, con el objetivo de empren-
der una excavación más cuidadosa que permitiera recuperar infor-
mación residual del saqueo. Una vez autorizado el proyecto y con la
disposición del Centro INAH de absorber los gastos, emprendimos una
exploración que se prolongó veintiún días, durante los cuales se traba-
jó en campo de manera ininterrumpida por espacio de 12 horas conti-
nuas.1 El lugar del hallazgo es conocido entre los habitantes de La Flori-

1 Es importante mencionar que este trabajo no hubiera sido posible sin la contribución de nume-
rosas personas. De la comunidad de La Florida, principalmente Helena y Tere nos apoyaron duran-
te los procesos de excavación con mucha habilidad y además nos brindaron su amistad sincera. Los
vecinos de La Florida hicieron ameno el trabajo con sus visitas cotidianas para verificar los avances y
dejarnos dulces y botanas, y tanto el comisario ejidal, Don Juvenal, como el maestro rural, nos dieron
La participación ciudadana en el rescate, estudio y conservación del patrimonio… 167

da como “la puerta de las cuevas”, debido a que el trazo de un camino


de terracería dejó al descubierto, hace varios años, una serie de tumbas
del tipo denominado “de tiro y cámara”. Esta forma de sepulcro es ca-
racterística de una tradición cultural que tuvo su apogeo en los siglos
anteriores a nuestra era y durante los primeros siglos después de Cris-
to. Consiste en la excavación de un pozo de profundidad variable que,
al alcanzar un estrato del tepetate de condiciones determinadas, se am-
pliaba conformando una cámara frecuentemente abovedada donde se
depositaba a los muertos con sus ofrendas. Una vez concluido el ritual
funerario, se sellaba el orificio de acceso a la cámara desde el tiro. Por
último, el tiro se rellenaba hasta cubrirlo por completo y hacerlo invisi-
ble desde la superficie.
El rescate de la tumba saqueada tomó poco tiempo y consistió en el
cribado de toda la tierra removida y en la definición de las paredes del
sepulcro, lo que llevó a encontrar algunos huesos en su lugar original
que no habían sido afectados durante la profanación. Una vez concluido
el registro y retiro de todo el material remanente en este lugar, se reali-
zó un pequeño sondeo en el terreno inmediato hacia el oeste para veri-
ficar lo dicho por nuestro informante, ya que efectivamente era posible
apreciar en el tepetate un corte de apariencia cultural, que posiblemen-
te representaba el arranque de una bóveda. Poco después comenzaron
a aparecer los restos de un individuo, lo que obligó a ampliar la excava-
ción ya en forma extensiva hacia esa parte.
En cuanto a la bóveda, es evidente que durante la construcción de la ca-
rretera moderna que conduce a La Florida, como parte de los trabajos de
enrase, se retiró con maquinaria pesada lo que los operarios consideraron
un segmento de cerro, sin haber notado que éste había sido transformado
culturalmente en una cripta. Por fortuna, la nivelación quedó aproximada-

todo su apoyo además de organizar una plática para toda la comunidad para que les habláramos de
la importancia de los hallazgos y el proceso de investigación. Por su parte, el Lic. Raúl Rodarte, en-
tusiasta promotor del patrimonio cultural de su terruño, colaboró de mil formas y siempre extendió
su mano amiga, incluso proporcionando cobijo provisional a nuestro pequeño grupo. La Presidenta
Municipal, doctora Laura Isela Ruiz, y sus colaboradores, también apoyaron en todo lo que estuvo
en su mano, desde instalar un toldo de feria después de que un vendaval destruyó nuestro “toldito”,
hasta comisionar cuerpos de seguridad para cubrir la vigilancia nocturna. También al municipio le
debemos habernos adoptado como comensales en la cocina del DIF, donde las señoras nos cumplían
nuestros caprichos de almuerzos para llevar, con un esmero maternal. La hospitalidad de todos ellos
hizo del trabajo una experiencia placentera y gratificante, demostrando que la gente de Valparaíso
añora la recuperación de su riqueza arqueológica.
168 Laura Solar Valverde y Luis Octavio Martínez Méndez

mente sesenta centímetros por encima del piso de la cámara mortuoria, lo


que evitó que la máquina arrasara los contextos ahí depositados.
Los huesos y otros materiales se encontraron en un estado avanzado
de deterioro, debido a que fueron cubiertos por sucesivas avalanchas de
arcilla originadas por el desagüe de una acequia en este lugar, una vez
que el sepulcro había perdido su techo o el sello del tiro. El sedimen-
to que cubría los vestigios, básicamente una arcilla húmeda y pegajosa,
estaba muy adherido a ellos. Esto demandó una intervención en extre-
mo lenta y cuidadosa, empleando casi en su totalidad únicamente bro-
chas e instrumental de dentista. La recompensa fue poder apreciar los
adornos que portaron los cadáveres y que al desintegrarse los tejidos
permanecieron en su lugar, como pulseras, collares, pectorales y cintos
o faldellines, compuestos por centenares de cuentas de concha y pie-
dra (Figura 2). Otro hallazgo importante fue la presencia de tres caraco-
les marinos, el mayor de ellos de unos veinte centímetros de largo. Este
material da cuenta del alcance de las redes comerciales de la época, que
hacían posible la obtención de productos del mar en esta lejana región
de tierra adentro.
La reutilización de los sepulcros es un rasgo común en esta tradi-
ción funeraria, lo que dio como resultado la acumulación de múltiples
osamentas, además de la desarticulación y dispersión de otras. En to-
tal, se logró recuperar los restos de 28 individuos, en su mayoría per-

Figura 2. Proceso de rescate de la tumba de tiro.


La participación ciudadana en el rescate, estudio y conservación del patrimonio… 169

sonas adultas, aunque se identificaron tentativamente 2 adolescentes y


8 infantes.

EL SUR DE ZACATECAS Y LA TRADICIÓN DE TUMBAS DE TIRO

Desde el siglo XIX existen documentos que refieren la existencia en el


sur de Zacatecas de vestigios que hoy sabemos corresponden a este tipo
de sepulcros,2 y ya en tiempos modernos se han registrado varias tumbas
de tiro en sitios como el Cerro del Teúl y desde luego en La Florida, don-
de son muy abundantes (Figura 3). Sin embargo, entre los estudiosos de
esta tradición funeraria ha sido común excluir a Zacatecas de los mapas
que muestran la distribución de este rasgo cultural, asumiendo que su
presencia se limita a los estados de Nayarit, Jalisco, Michoacán y Colima.
Al igual que otros vestigios del mismo tipo en la localidad, este se-
pulcro fue saqueado hace muchos años, por lo que únicamente es posi-
ble conocer la configuración de la cripta pero no su contenido.

2 Laura Solar Valverde, “La extensión oriental de la tradición de tumbas de tiro. Algunos rasgos de los
complejos funerarios tempranos en el centro y sur de Zacatecas”, El sistema fluvial Lerma-Santiago du-
rante el Formativo tardío y el Clásico temprano: precisiones cronológicas y dinámicas culturales”, México,
D.F., Instituto Nacional de Antropología e Historia (Colección Científica 565) 2010, pp. 217-242.

Figura 3. Tumba de tiro ubicada en La Florida. Al igual que otros vestigios del mismo tipo en
la localidad, este sepulcro fue saqueado hace muchos años, por lo que únicamente es posible
conocer la configuración de la cripta pero no su contenido.
170 Laura Solar Valverde y Luis Octavio Martínez Méndez

La escasez de menciones sobre la participación del sur de Zacatecas


en esta tradición se debe principalmente a que hasta la fecha no se ha-
bía explorado sistemáticamente un contexto funerario de este tipo en el
estado, ya que los escasos vestigios conocidos fueron saqueados hace
tiempo, y también es consecuencia de que hasta hace pocos años su
existencia no se había difundido ampliamente entre la comunidad aca-
démica.3 En consecuencia, hasta la realización del rescate que aquí refe-
rimos se carecía de información concisa sobre los patrones de enterra-
miento o la composición de los ajuares de las tumbas zacatecanas, y ahí
radica, precisamente, la importancia de este hallazgo.
Si en el Centro INAH no se hubiera recibido y atendido cabalmente la
llamada de un ciudadano molesto frente a la afectación del patrimonio
de su comunidad, nunca hubiéramos tenido la oportunidad de recuperar
lo que hoy día constituye la primera tumba de tiro excavada sistemática-
mente en Zacatecas. Y esto ahora nos permite no sólo entender un poco
más de sus costumbres funerarias y de las redes de intercambio en las
que participó la región, sino también, a través de análisis de diversa ín-
dole, por ejemplo antropofísicos, hará posible llegar a algunas conclusio-
nes sobre el tipo de personas que eran los zacatecanos hace dos mil años.

SOBRE EL PROGRAMA DE ATENCIÓN A DENUNCIAS

El establecimiento en campo de proyectos de investigación y conser-


vación permanentes, que aborden en forma intensiva la problemática
de sitios o regiones concretos (como el ejemplo que veremos más ade-
lante), constituye la excepción que confirma la regla de una escasez pre-
supuestal y de recurso humano que limita considerablemente las posi-
bilidades de acción institucional en todo el país.
Con 75,484 kilómetros cuadrados distribuidos en 58 municipios, re-
sulta una tarea inalcanzable para la Delegación del INAH en Zacatecas

3 Una excepción es el trabajo de la arqueóloga María Teresa Cabrero, quien en los años ochenta inició
trabajos en La Florida y registró varias tumbas de tiro saqueadas. Sin embargo, sus trabajos posteriores
se centraron en la parte central del cañón de Bolaños, en Jalisco, donde sí tuvo la fortuna de explorar
tumbas intactas y cuyos resultados son los que permiten ubicar culturalmente y en el tiempo las tum-
bas del sur de Zacatecas. María Teresa Cabrero, Civilización en el norte de México, arqueología de la
cañada del río Bolaños (Zacatecas y Jalisco), México D.F., Universidad Nacional Autónoma de México,
1989. María Teresa Cabrero y Carlos López Cruz, Civilización en el norte de México, Vol. II, México
D.F., Universidad Nacional Autónoma de México, 2002. —,“La Florida: un centro de control en la
región de Bolaños, Zacatecas y Jalisco”, Arqueología Iberoamericana 3, 2009, pp. 5-19.
La participación ciudadana en el rescate, estudio y conservación del patrimonio… 171

atender en forma persistente las necesidades de estudio y protección


del patrimonio cultural en todos los rincones del estado. En ese sentido,
el Programa de Atención a Denuncias constituye muchas veces la única
forma de aproximarse a la realidad arqueológica y paleontológica en la
mayor parte de ese territorio. Cada salida a campo que surge en estas
condiciones constituye no solo una oportunidad de proteger sino tam-
bién de conocer el comportamiento arqueológico en los rincones de la
entidad, y permite obtener una pieza más del rompecabezas de la ar-
queología y la paleontología estatales.
Por ello es importante liberar a la Institución del prejuicio fomenta-
do en las últimas décadas por su propio personal, el cual muchas veces
transmite a la ciudadanía sólo una imagen institucional intransigente y
restrictiva. Debe ser el convencimiento, de la mano de la educación –y
no la imposición-, nuestra principal herramienta pública.

PROYECTO ARQUEOLÓGICO CERRO DEL TEÚL


“CINCO AÑOS DE EXPLORACIONES ”DESCRIPCIÓN
GENERAL DEL SITIO Y SUS HALLAZGOS

Durante los últimos cinco


años (2008-2013) la Delega-
ción del INAH en Zacatecas
ha llevado a cabo trabajos de
investigación, conservación
y difusión del sitio arqueo-
lógico “Cerro del Teúl”,4 el

4 Laura Solar Valverde y Peter Jiménez


Betts, El Cerro del Teúl. Desarrollo histó-
rico y contexto regional de un centro cere-
monial de la gran caxcana, Proyecto de
investigación arqueológica presentado al
Consejo de Arqueología, Archivo Téc-
nico de Arqueología del INAH, 2008.
Laura Solar Valverde, Peter Jiménez Be-
tts, Luis Octavio Martínez Méndez, En-
rique Pérez Cortés, Blanca Quintero
Figura 4. A) Mapa de localización del Teúl de Gonzá- Landeros, Juan José Bañuelos Zúñiga y
lez Ortega. B) Plano topográfico del Cerro del Teúl, Mariela Carrillo Díaz, El Cerro del Teúl.
realizado por Carl de Berghes en 1831. C) Cerro del Desarrollo histórico y contexto regional de
Teúl visto desde el sur. un centro ceremonial de la gran caxcana.
172 Laura Solar Valverde y Luis Octavio Martínez Méndez

cual, como su nombre lo indica, se encuentra en el sureño municipio de


Teúl de González Ortega, justo en el límite sur del valle de Tlaltenango
(Figura 4 A). Este sitio resulta relevante debido a la larga ocupación que
presenta, hipótesis planteada al principio del proyecto que ha sido con-
firmada con los diversos materiales que se han recuperado durante las
exploraciones
Se piensa que el uso de este cerro se remonta a los tiempos de caza-
dores-recolectores, muestra de ese episodio de ocupación podría ser un
abrigo rocoso que se ubica en la cara norte del cerro. En esta covacha
natural los antiguos teulenses dejaron plasmados varios motivos, en-
tre los que destacan diseños antropomorfos y zoomorfos, así como po-
sibles representaciones de artefactos culturales, huellas de animales y
motivos celestes. Hasta la fecha de esta edición no se han realizado ex-
ploraciones para conocer la secuencia ocupacional de este espacio, pero
sí se tiene previsto realizarlas en un futuro cercano para recuperar in-
formación acerca del uso del abrigo rocoso con más precisión.
Hablando estrictamente sobre las exploraciones realizadas en el si-
tio, los trabajos de excavación y conservación se han realizado en el
cuadrante noreste del cerro, sobre la ladera media del mismo, lugar
donde se localiza la mayor concentración de estructuras arquitectóni-
cas monumentales. Muchos de estos vestigios fueron registrados en-
tre los años de 1832 y 1834 por el ingeniero alemán Carl de Berghes, 5
quien visitó el Cerro del Teúl con el objetivo de realizar un plano topo-
gráfico de las ruinas (Figura 4 B) por órdenes de Francisco García Sali-
nas, quien fungía como Gobernador de Zacatecas en ese período y te-
nía el interés y la disposición de conservar el patrimonio arqueológico.
Los vestigios que se asocian a una etapa de ocupación sedentaria
temprana del sitio son las tumbas de tiro, mismas que se han ubicado
en esta región alrededor de los inicios de nuestra era y hasta aproxima-

Informe Técnico Parcial. Primera Temporada, Archivo Técnico de Arqueología del INAH, 2010. Lau-
ra Solar Valverde, Peter Jiménez Betts, Luis Octavio Martínez Méndez, Enrique Pérez Cortés y Ma-
riela Carrillo Díaz, El Cerro del Teúl. Desarrollo histórico y contexto regional de un centro ceremonial
de la gran caxcana. Informe Técnico Parcial. Segunda Temporada, Archivo Técnico de Arqueología del
INAH, 2012.
5 Carl de Berghes, Descripción de las ruinas de asentamientos aztecas durante su migración al Valle de
México, a través del actual Estado Libre de Zacatecas. Traducción, estudio introductorio y notas de
Achim Lelgemann, Gobierno del Estado de Zacatecas, Universidad Autónoma de Zacatecas y Cen-
tro Bancario del Estado de Zacatecas, A.C., México (Colección Joyas Bibliográficas Zacatecanas II)
1996 [1855].
La participación ciudadana en el rescate, estudio y conservación del patrimonio… 173

damente 400 d.C.6 Sobre éstas se tienen antecedentes que datan del si-
glo XIX, en los que se describen como “cuevas particulares que existen
todavía, donde se guardaban las osamentas amontonadas”.7 Lamenta-
blemente, cuando Carl de Berghes visitó el Cerro del Teúl las tumbas
que exploró ya habían sido saqueadas. Por su parte, a finales de 1950
el sitio fue visitado por el arqueólogo José Corona Núñez, quien llegó al
Teúl por una denuncia sobre el hallazgo fortuito de una tumba de tiro.8
Los trabajos realizados por el proyecto “Cerro del Teúl” enfocados a
esta ocupación temprana del sitio se han concentrado hasta el momen-
to en la ubicación, limpieza, registro y conservación de algunas tumbas
de tiro que ya se han encontrado saqueadas e incluso azolvadas por los
mismos ganaderos del lugar. De dos de estas tumbas se lograron recu-
perar bastantes fragmentos de hueso, cerámica e infinidad de cuentas
de distintos materiales como piedra, concha y hueso, además de algu-
nas lascas de obsidiana, riolita y pedernal. Mismo material que permite
conocer un poco sobre los pobladores de este tiempo pero solamente a
nivel descriptivo y comparativo, lo cual hubiera sido diferente si el con-
texto se hubiera conservado intacto.
Es de suma importancia resaltar la existencia de un manantial so-
bre el mismo cerro, ubicado a 600 metros al sur del conjunto ceremo-
nial. Este manantial provee un complejo sistema hidráulico que atravie-
sa los principales conjuntos arquitectónicos del sitio por medio de una
red de canales. Sobra mencionar que uno de los aspectos fundamenta-
les para la ubicación del sitio fue precisamente la presencia permanen-
te de agua.
El conjunto más trabajado en cuanto a excavación y consolidación es
la Plaza Principal (Figura 5)9, misma que desplanta sobre una nivelación

6 María Teresa Cabrero, El hombre y sus instrumentos en la cultura Bolaños, México, D.F., Universidad
Nacional Autónoma de México, 2005.
7 Berghes op. cit. pag. 36.
8 José Corona Núñez, Exploración en las ruinas del Teul de González Ortega, Archivo Técnico de
Arqueología del INAH, 1958 (mecanoescrito). —, “Exploración en las ruinas del Teul de González
Ortega, Zacatecas”, Estudios antropológicos en el occidente de México. Memoria de la Escuela de
Antropología, Jalapa, Veracruz, Universidad Veracruzana, 1972, pp. 29‐41.
9 Luis Martínez Méndez, “Excavaciones en la Plaza de los dos montículos”, El Cerro del Teúl. Desa-
rrollo histórico y contexto regional de un centro ceremonial de la gran caxcana. Informe Técnico Parcial.
Primera Temporada, Archivo Técnico de Arqueología del INAH, 2010, pp. 6-132. —, “Excavaciones
extensivas en la Plaza de los dos montículos”, El Cerro del Teúl. Desarrollo histórico y contexto regional
174 Laura Solar Valverde y Luis Octavio Martínez Méndez

Figura 5. Plaza Principal del Cerro del Teúl vista desde el suroeste.

artificial del terreno y se compone por dos pirámides; la mayor está ubi-
cada al oriente y tiene un simbolismo relacionado a los equinoccios. Du-
rante la excavación de dicha pirámide se lograron recuperar varias losas
de cantera finamente labradas que dan cuenta del sistema constructivo
y de la importancia que debió tener esta estructura. Por su parte, en el
extremo norte de la Plaza se localiza la pirámide menor, con un sistema
constructivo similar al de la pirámide oriental.
Delimitando la Plaza por los costados poniente y sur se localiza una
plataforma en forma de escuadra que cuenta con una serie de grade-
rías y con escalinatas de acceso hacia la parte superior. Otro elemento
importante es un altar circular de seis metros de diámetro aproxima-
damente, que se encontró al centro de la Plaza. A un costado de éste
en dirección sur a norte se ubica un canal que fue dispuesto en forma
serpenteante, del que se piensa tiene un simbolismo religioso o ritual.
A través de un largo pasillo y una escalinata, la Plaza se comunica
con el conjunto conocido como Patio Hundido, el cual constituye un es-
pacio bastante interesante ya que las primeras excavaciones realizadas
en él mostraron una secuencia estratigráfica en la que se ve representa-

de un centro ceremonial de la gran caxcana. Informe Técnico Parcial. Segunda Temporada, Archivo Téc-
nico de Arqueología del INAH, 2012, pp. 23-131.
La participación ciudadana en el rescate, estudio y conservación del patrimonio… 175

do el lapso de 400 a 900-1100 de nuestra era.10 Se detectaron los restos


de una construcción antigua que en algún momento fue abandonada y
sus muros fueron deteriorándose con el tiempo, hasta que se dio una
renovación de este sector del sitio mediante la colocación de una grue-
sa capa que tal vez funcionó como firme de la ocupación subsecuente, y
que selló por completo esa estructura. La implementación de graderías
elaboradas con chapa de cantera en el límite poniente del Patio muestra
que este espacio fue utilizado como una especie de anfiteatro, ya que al
parecer tuvo el objetivo de reunir bastante gente como espectadora de
los rituales o ceremonias que ahí se realizaban11.
Al sureste de este conjunto se realizaron exploraciones en una terra-
za que presentaba varios pozos de saqueo y en superficie pedazos de
barro cocido. Se realizó la limpieza y registro de los dos principales sa-
queos y durante estos trabajos se observó la presencia de un material
poroso de color negro o gris muy oscuro, el cual se conforma en algunas
pequeñas partes por un material muy brilloso que a simple vista pare-
cía metal. Al finalizar estas excavaciones se conoció que los saqueos se
habían realizado dentro de un horno de alta temperatura, posiblemen-
te destinado a la fundición de minerales12. Se han hecho algunas prue-
bas para saber si los fragmentos porosos contenían algún metal, pero
los resultados fueron negativos,13 de modo que hasta el momento no se
ha podido asegurar la función de este espacio como un horno para me-
talurgia, aunque tampoco se ha descartado la posibilidad. Lo que sí se
sabe con claridad es que este espacio, después de haber sido utilizado
como un horno, fue encerrado dentro de una terraza y rellenado para
desplantar sobre él una nueva etapa constructiva entre los años 900 a
1100 de nuestra era14.

10 Laura Solar Valverde y Blanca Quintero Landeros “Excavaciones en el conjunto arquitectónico del
Patio Hundido”, El Cerro del Teúl… 2010, pp. 329-385.
11 Peter Jiménez Betts “Las líneas de investigación del Proyecto Cerro del Teúl luego de la segunda
temporada”, El Cerro del Teúl… 2012, pp. 561-568.
12 Enrique Pérez Cortés, “Terraza sureste o ‘Techos Quemados’”, El Cerro del Teúl… 2010, pp.
174-252.
13 Estos estudios fueron realizados por los doctores José Luis Ruvalcaba Sil y Edith Ortiz Díaz de la
UNAM, con el apoyo de su equipo de colaboradores.
14 Enrique Pérez Cortés, El Cerro del Teúl. Desarrollo histórico y contexto regional de un centro ceremo-
nial de la gran caxcana. Informe Técnico Parcial. Tercera Temporada (en preparación).
176 Laura Solar Valverde y Luis Octavio Martínez Méndez

El último conjunto por descri-


bir es el Juego de Pelota, el cual fue
construido en forma de I. Su prime-
ra fase constructiva se pudo fechar
desde la primera temporada15 en-
tre los años 600 a 900 de nuestra
era, gracias a los materiales diag-
nósticos que se encontraron en el
relleno de la segunda etapa cons-
tructiva. Esta última se ve reflejada
no solamente en este conjunto sino
en todo el sitio, al ser una remode-
lación integral que es muy noto-
ria por los acabados en cantera fi-
namente labrada, además de que
Figura 6. Proceso de registro tridimensional se tienen analogías con el sistema
mediante el uso de la Estación Total. En la constructivo del sitio de Amapa, en
imagen se aprecia una de las esculturas mo- Nayarit, cuyo apogeo data aproxi-
nolíticas localizadas en el Juego de Pelota.
madamente de los años 900 a 1100
de nuestra era16.
El principal hallazgo en este conjunto ha sido el par de esculturas
con representaciones humanas de tamaño natural trabajadas en cantera
(Figura 6), las cuales por su ubicación parecen haber servido como mar-
cadores de la cancha del juego de pelota, ubicándose sobre las banque-
tas de los muros laterales en su extremo sur.
Estas esculturas parecen representar a jugadores de pelota por la in-
dumentaria que exhiben, como es el maxtlatl. En los pies se insinúan
sandalias, en las manos parece que llevan guantes y los hombros son
muy prominentes, lo que posiblemente significa que portan hombreras
o algún protector.
El ya mencionado Carl de Berghes y el ingeniero Ignacio Matute 17 en
sus crónicas muestran gráficamente otro par de esculturas que segura-

15 1 Peter Jiménez Betts y Luis Martínez Méndez, “Exploraciones en el Juego de Pelota”, El Cerro del
Teúl… 2010, pp. 133-173.
16 Peter Jiménez Betts, Luis Martínez Méndez y Pedro Enríquez Gaeta, “Excavaciones en el Juego de
Pelota”, El Cerro del Teúl… 2012, pp. 307-358.
17 Juan Ignacio Matute y Leñedo, Noticia geográfica estadística del Partido de Sánchez Román, Estado
de Zacatecas. Guadalajara, Jalisco, México, Tipográfica de M. Pérez Lete, 1881.
La participación ciudadana en el rescate, estudio y conservación del patrimonio… 177

Figura 7. A) Pictografías de esculturas realizadas por Carl de Berghes. Él mencio-


na que “Igualmente pude reunir, con bastante inversión de tiempo y costos, los frag-
mentos de las bases de las columnas que soportaban el techo del templo, pero sin po-
der averiguar cómo era la parte superior de estos pilares de soporte… Varios de estos
fragmentos, ante todo la figura humana arrodillada proporcionan la prueba de que
se trataba de recubrir las formas mediante su decoración con diversas pinturas […]”
B) Dibujo de Matute, en su Noticia Geográfica Estadística del Partido de Sánchez Román men-
ciona: “[…] se encontró ya quebrado, el año de 1866 la figura del tamaño natural cuya copia,
hecha entonces, representa el dibujo adjunto.”

mente pertenecían al cabezal norte y de las cuales se desconoce su pa-


radero (Figura 7).
Se puede apreciar la similitud entre el primer dibujo de Berghes y el
dibujo de Matute, que presenta a un personaje con los brazos o el brazo
llevado hacia el pecho, y las franjas que marcan las regiones pectoral y
abdominal. En las esculturas localizadas en la excavación se ha interpre-
tado esto como un peto protector.

IMPACTO SOCIAL

Los párrafos anteriores únicamente describen el sitio y los principa-


les hallazgos de manera muy general, pero es importante reconocer que
una tarea de esta magnitud no se hubiera logrado sin el apoyo de dece-
nas de teulenses quienes cotidianamente participan con entusiasmo en
el trabajo arqueológico de campo, aportando su capacidad intelectual
178 Laura Solar Valverde y Luis Octavio Martínez Méndez

Figura 8. A) Levantamiento tridimensional de conjuntos arquitectónicos mediante el uso de


Estación Total. B) Dibujo de perfiles estratigráficos. C) Restauración de escultura zoomorfa de
cantera. D) Excavación en altar circular de la Plaza Principal del sitio.

y sus habilidades técnicas. También es relevante mencionar que el Pro-


yecto Cerro del Teúl ha logrado mantenerse activo en trabajo de campo
durante más de cinco años consecutivos, con el apoyo de la Delegación
del INAH en Zacatecas y también de las áreas centrales del Instituto,
aunque la mayor parte del tiempo no se ha gozado de la tranquilidad
de saber que los recursos autorizados serán ministrados a tiempo por
el Instituto.
Las posibilidades de mantener un proyecto permanentemente en
campo durante varios años son muy reducidas, pero los beneficios son
incontables. Para nosotros, el fruto más relevante ha sido poder ofre-
cer una estabilidad laboral a los más de cincuenta integrantes, lo que ha
permitido constituir un verdadero equipo de colaboradores (Figura 8).
Con el paso del tiempo y gracias a que se ha logrado mantener el tra-
bajo en forma ininterrumpida, ha sido posible capacitar a mucha gen-
te y por qué no decirlo, “especializarla” en una o varias actividades del
quehacer arqueológico, involucrándolas primero en actividades senci-
La participación ciudadana en el rescate, estudio y conservación del patrimonio… 179

Fig. 9 Acciones enfocadas a la divulgación de hallazgos y del trabajo arqueológico en el sur


de Zacatecas.

llas como el desyerbe y limpieza y posteriormente en acciones comple-


jas como la excavación, el cribado o la restauración.
Como todos sabemos, los procesos de excavación requieren de un
registro especializado que por regla se asume como el trabajo del ar-
queólogo “de escuela”, y rara vez se deja en manos de otros. La expe-
riencia obtenida en el Cerro del Teúl es que el asombro y regocijo que
puede generar el desenterrar el pasado no se aprende en la universidad,
pero sí constituye el ingrediente fundamental para llevarlo a cabo pro-
fesionalmente. Con la debida capacitación y supervisión, la mayoría de
la gente puede involucrarse en ese estudio, especialmente si se trata de
sus antepasados.
Predicar con el ejemplo del respeto por el trabajo arqueológico en to-
das sus facetas genera en los otros el valor de la responsabilidad, ade-
más de obsequiarles referentes y criterios necesarios para la aprecia-
ción y valoración de su patrimonio cultural, pasado y presente. Esto se
ve proyectado en el orgullo y profesionalismo con el que los integrantes
de este equipo realizan las tareas que les corresponden.
180 Laura Solar Valverde y Luis Octavio Martínez Méndez

Para lograr esto y hacerlo extensivo a la comunidad teulense en ge-


neral, la cual heredará el reto y responsabilidad de conservar los valo-
res del Cerro para el futuro, han jugado un papel importante los esfuer-
zos dedicados a la divulgación y socialización del trabajo arqueológico,
a los cuales se ha dedicado bastante tiempo (Figura 9). De este modo, el
trabajo con la comunidad ha sido cercano e intenso, con lo cual el INAH
ha reforzado su presencia institucional en una porción del territorio za-
catecano que estaba prácticamente abandonada.

ALGUNAS REFLEXIONES FINALES

A 75 años de existir como la Institución que recibió la encomienda


descomunal de conservar el patrimonio cultural de una nación, y de
frente a las transformaciones estructurales que está experimentando el
INAH en esta etapa de su historia, vale la pena cuestionarse si el com-
promiso social de verdad se satisface con el ejercicio de un Programa
de Empleo Temporal, o si más bien se ha perdido en el camino aque-
lla vocación antropológica de su fundación, que implícitamente enten-
día la recuperación del pasado como una forma de utilidad social en el
presente.
Los autores de este texto no tenemos décadas haciendo arqueolo-
gía, pero en nuestra corta experiencia hemos constatado que se obtiene
más de la ciudadanía con una gota de miel que con un litro de sangre.
La actitud arrogante e impositiva de algunos colegas, quienes catalogan
al resto de la gente como ofensores del patrimonio y así los tratan, ha
interpuesto una distancia considerable entre nuestras limitadas posibi-
lidades de acción y nuestro principal aliado potencial.
Ni el pasado nos corresponde por decreto ni la sociedad está a nues-
tro servicio. Es tarea de todos recuperar y conservar los vestigios del pa-
sado prehispánico de México. Y es un honor y una responsabilidad estar
en el frente de batalla para hacerlo.

BIBLIOGRAFÍA
Berghes, Carl de. Traducción, estudio introductorio y notas de Achim Lelge-
mann, Gobierno del Estado de Zacatecas, Universidad Autónoma de Zacate-
cas y Centro Bancario del Estado de Zacatecas, A.C., México (Colección Joyas
Bibliográficas Zacatecanas II) 1996 [1855].
La participación ciudadana en el rescate, estudio y conservación del patrimonio… 181

Cabrero, María Teresa. Civilización en el norte de México, arqueología de la ca-


ñada del río Bolaños (Zacatecas y Jalisco), México D.F., Universidad Nacional
Autónoma de México, 1989.
—, El hombre y sus instrumentos en la cultura Bolaños, México, D.F., Univer-
sidad Nacional Autónoma de México, 2005.
Cabrero, María Teresa y Carlos López Cruz. Civilización en el norte de México,
vol. II, México D.F., Universidad Nacional Autónoma de México, 2002.
—,“La Florida: un centro de control en la región de Bolaños, Zacatecas y Ja-
lisco”, Arqueología Iberoamericana 3, 2009, pp. 5-19.
Corona Núñez, José. Exploración en las ruinas del Teul de González Ortega, Ar-
chivo Técnico de Arqueología del INAH, 1958 (mecanoescrito).
—, “Exploración en las ruinas del Teul de González Ortega, Zacatecas”, Es-
tudios antropológicos en el occidente de México. Memoria de la Escuela de
Antropología, Jalapa, Veracruz, Universidad Veracruzana, 1972, pp. 29‐41.
Jiménez Betts, Peter. “Las líneas de investigación del Proyecto Cerro del Teúl
luego de la segunda temporada”, El Cerro del Teúl. Desarrollo histórico
y contexto regional de un centro ceremonial de la gran caxcana. Informe
Técnico Parcial. Segunda Temporada, Archivo Técnico de Arqueología del
INAH, 2012, pp. 561-568.
Jiménez Betts Peter y Luis Martínez Méndez, “Exploraciones en el Juego de Pe-
lota”, El Cerro del Teúl. Desarrollo histórico y contexto regional de un centro
ceremonial de la gran caxcana. Informe Técnico Parcial. Primera Tempora-
da, Archivo Técnico de Arqueología del INAH, 2010, pp. 133-173.
Jiménez Betts Peter, Luis Martínez Méndez y Pedro Enríquez Gaeta, “Excavacio-
nes en el Juego de Pelota”, El Cerro del Teúl. Desarrollo histórico y contexto
regional de un centro ceremonial de la gran caxcana. Informe Técnico Par-
cial. Segunda Temporada, Archivo Técnico de Arqueología del INAH, 2012,
pp. 307-358.
Martínez Méndez, Luis Octavio. “Excavaciones en la Plaza de los dos montícu-
los”, El Cerro del Teúl. Desarrollo histórico y contexto regional de un centro
ceremonial de la gran caxcana. Informe Técnico Parcial. Primera Tempora-
da, Archivo Técnico de Arqueología del INAH, 2010, pp. 6-132.
—, “Excavaciones extensivas en la Plaza de los dos montículos”, El Cerro del
Teúl. Desarrollo histórico y contexto regional de un centro ceremonial de la
gran caxcana. Informe Técnico Parcial. Segunda Temporada, Archivo Técni-
co de Arqueología del INAH, 2012, pp. 23-131.
Matute y Leñedo, Juan Ignacio. Noticia geográfica estadística del Partido de Sán-
chez Román, Estado de Zacatecas. Guadalajara, Jalisco, México, Tipográfica
de M. Pérez Lete, 1881.
Pérez Cortés, Enrique. “Terraza sureste o ‘Techos Quemados’”, El Cerro del Teúl.
Desarrollo histórico y contexto regional de un centro ceremonial de la gran
caxcana. Informe Técnico Parcial. Primera Temporada, Archivo Técnico de
Arqueología del INAH, 2010, pp. 174-252.
Pérez Cortés, Enrique, Peter Jiménez Betts y Laura Solar Valverde. “Continua-
ción de las Excavaciones en la Terraza Sureste durante la Segunda Tempo-
rada (2010-2011)”, El Cerro del Teúl. Desarrollo histórico y contexto regional
de un centro ceremonial de la gran caxcana. Informe Técnico Parcial. Terce-
ra Temporada (en preparación).
182 Laura Solar Valverde y Luis Octavio Martínez Méndez

Solar Valverde, Laura. “La extensión oriental de la tradición de tumbas de tiro.


Algunos rasgos de los complejos funerarios tempranos en el centro y sur de
Zacatecas”, El sistema fluvial Lerma-Santiago durante el Formativo tardío y
el Clásico temprano: precisiones cronológicas y dinámicas culturales”, Méxi-
co, D.F., Instituto Nacional de Antropología e Historia (Colección Científica
565) 2010, pp. 217-242.
Solar Valverde Laura y Peter Jiménez Betts. El Cerro del Teúl. Desarrollo histórico
y contexto regional de un centro ceremonial de la gran caxcana, Proyecto de
investigación arqueológica presentado al Consejo de Arqueología, Archivo
Técnico de Arqueología del INAH, 2008.
Solar Valverde, Laura, Peter Jiménez Betts, Luis Octavio Martínez Méndez, Enri-
que Pérez Cortés, Blanca Quitero Landeros, Juan José Bañuelos Zúñiga y Ma-
riela Carrillo Díaz. El Cerro del Teúl. Desarrollo histórico y contexto regional
de un centro ceremonial de la gran caxcana. Informe Técnico Parcial. Prime-
ra Temporada, Archivo Técnico de Arqueología del INAH, 2010.
Solar Valverde, Laura y Blanca Quintero Landeros. “Excavaciones en el conjunto
arquitectónico del Patio Hundido”, El Cerro del Teúl. Desarrollo histórico y
contexto regional de un centro ceremonial de la gran caxcana. Informe Téc-
nico Parcial. Primera Temporada, Archivo Técnico de Arqueología del INAH,
2010, pp. 329-385.
Solar Valverde, Laura, Peter Jiménez Betts, Luis Octavio Martínez Méndez, Enri-
que Pérez Cortés y Mariela Carrillo Díaz. El Cerro del Teúl. Desarrollo histó-
rico y contexto regional de un centro ceremonial de la gran caxcana. Infor-
me Técnico Parcial. Segunda Temporada, Archivo Técnico de Arqueología
del INAH, 2012.
183

LA PARTICIPACIÓN MIGRANTE EN LA CONSERVACIÓN


DE LOS EDIFICIOS HISTÓRICOS DE ZACATECAS: UNA
PRÁCTICA CULTURAL TRANSNACIONAL

Adriana Cabrera Petricioli*

A gradezco inicialmente la invitación a participar en esta jornada de


trabajo en la cual se planteó compartir el quehacer institucional
del INAH, ya que resulta de interés revisar y dar sustento al rescate, pro-
tección y conocimiento del patrimonio cultural del estado de Zacatecas.
En la presente intervención se busca compartir algunas reflexiones
que parten del trabajo de investigación realizado sobre la participación
que tienen los migrantes en el cuidado del patrimonio histórico edifica-
do de sus lugares de origen. Una práctica que se ha venido presentando
a la par de la historia de la migración por más de un siglo, y que en mu-
chos casos a pesar de las limitaciones que se observan, ha sido el único
medio para que los edificios históricos de las comunidades de los mi-
grantes se sigan manteniendo en pie.

INTRODUCCIÓN

Al estudiar las tendencias actuales sobre el manejo del patrimonio


histórico, se percibe claramente que en las últimas décadas el interés
que mueve su protección se ha venido desvirtuando, y ha quedado evi-
denciada la falta de consenso en la actuación que deba otorgarse a los
bienes culturales por parte de las instituciones que participan en ello.
Consideramos que esta situación genera para el INAH la necesidad de
revisar si efectivamente en los proyectos de intervención sobre el patri-
monio se vigilan sus valores históricos y culturales, incluyendo enten-
der el proceso de identificación que existe entre los edificios y lugares
históricos con la población en la que están inmersos.
En el ámbito de la conservación del patrimonio, existe la continua
inquietud de precisar qué tipo de edificios se deben conservar, cómo
hacerlo y de qué forma se pueden preservar las manifestaciones arqui-
tectónicas y urbanas que no presentan un carácter relevante. En este

*Arquitecto. Perito del Área de Monumentos Históricos del Centro INAH Zacatecas
184 Adriana Cabrera Petricioli

sentido, podemos mencionar que gran parte de las decisiones tomadas


en las últimas décadas han dado poca atención a los conjuntos históri-
cos tradicionales, en especial los del ámbito rural.
Por lo anterior, nos dimos a la tarea de analizar la situación que se
presenta en el estado de Zacatecas, interesados en conocer en qué me-
dida se está logrando la conservación de su patrimonio histórico, y de
qué forma la población se identifica con este.
Las condiciones específicas del estado de Zacatecas, nos llevaron a
relacionar el ámbito del patrimonio arquitectónico con la migración a
los Estados Unidos, cuyos sujetos ya sea en forma individual o colecti-
va, constituyen un agente social que incide en su conservación pero que
también llegan a modificarlo.
Nos interesaba reflexionar sobre las acciones que se realizan y los
resultados obtenidos, que debido a la migración suelen presentarse con
respecto a la conservación del patrimonio edificado, considerando de
interés relevante exponer las ideas sobre los valores que éste representa
para los migrantes, haciendo énfasis sobre el valor identitario que con-
lleva; con ello pretendemos comenzar a explicar la razón de la partici-
pación de este grupo de población en la conservación. A la vez, resulta
conveniente revisar el papel que están desempeñando las dependencias
de los diferentes niveles de gobierno en la tarea de conservar el patri-
monio histórico, en relación a cumplir con este objetivo.

MIGRACIÓN Y CONSERVACIÓN DEL PATRIMONIO


HISTÓRICO DE ZACATECAS

El estado de Zacatecas, es una entidad rica en historia y en edificacio-


nes de la época virreinal e independiente marcadas por su importancia
minera, cuenta con monumentos históricos relevantes y con construc-
ciones tradicionales cuyas expresiones resultan más modestas, pero
que igualmente son manifestaciones tangibles de su historia, por lo que
desde el punto de vista cultural y social resultan de gran significación.
Esta arquitectura en su conjunto corresponde a las formas, espacios y
materiales que han acompañado la vida de su población hasta la actua-
lidad, la cual por sus características formales y culturales es reconocida
incluso a nivel mundial.
Por otro lado, el estado de Zacatecas ha presentado históricamente al-
tos índices de emigración a los Estados Unidos, siendo el estado de ma-
La participación migrante en la conservación de los edificios históricos de Zacatecas… 185

yor porcentaje de hogares con migrantes en Estados Unidos1, formando


parte de la Región Histórica de la Migración ubicada en el Centro-Occi-
dente de México, contándose dentro de sus principales causas la nece-
sidad que ha tenido gran parte de su población de emigrar con el fin de
conseguir recursos para la construcción o mejora de sus viviendas.

Cuadro 1. Región histórica de la migración internacional a Estados Unidos:


Estados ordenados de mayor a menor importancia relativa, 1990- 2000.
(%) Hogares con al menos un migrante Migrantes hacia EU
Estado 1990- 1995 1995-2000 1990-2000
Zacatecas 21.6 23.3 159,555
Michoacán 19.8 13.4 371,116
Guanajuato 18.1 12.3 375,118
Durango 12.7 9.1 98,136
San Luis Potosí 11.2 8.7 129,050
Jalisco 12.1 8.5 376,135
Aguascalientes 10.4 8.2 48,155
Colima 10.7 7.2 29,474
Región histórica 14.1 11.1 1,648,265

Fuente: Cálculos con información de las bases de datos del INEGI (1995, 2000a)2.

Sin embargo, se ha observado que cuando les es posible los migran-


tes no sólo se enfocan en destinar las remesas para incrementar su cali-
dad de vida, sino que es frecuente que personas de una misma localidad
que han emigrado, en cuanto han cubierto sus necesidades más apre-
miantes opten por colaborar en el mejoramiento de sus comunidades,
dotándolas de servicios y participando también de manera especial en
obras para conservar sus edificios históricos.
En el estudio que realizamos, consideramos que al conocer las accio-
nes que realizan los migrantes, nos permitirían descubrir la importan-
cia que representa para ellos este patrimonio, y a la vez identificar las
limitaciones que se están presentando en el manejo de su cuidado. Ha-

1 Zacatecas forma parte de la región histórica de la migración en México por diversas causas, entre
éstas ha venido presentando el nivel más bajo del país de población económicamente activa. DEL-
GADO WISE, Raúl,…“Organizaciones transnacionales de migrantes y desarrollo regional en Za-
catecas”, en: Migraciones Internacionales, Vol. 2, Núm. 4, Julio-Diciembre de 2004, pp.159-181.
2 Ídem
186 Adriana Cabrera Petricioli

bía la posibilidad de que precisamente por la difícil situación de vida de


los migrantes, se incrementara en ellos su interés en conservar el patri-
monio edificado, hecho que afianzaría su sentido de pertenencia hacia
sus lugares de origen.
Analizar los procesos y los resultados de las obras que se han reali-
zado en las últimas décadas con la participación de los migrantes, des-
de nuestro punto de vista resultaba urgente ya que solo así se podría
contar con el conocimiento necesario para generar estrategias y pro-
puestas orientadas a la conservación del patrimonio edificado; plantea-
mientos que al mismo tiempo tomen en cuenta las ideas, costumbres y
necesidades de la población migrante y la local, así como sus posibilida-
des reales de colaboración.
La investigación que realizamos partió sin antecedentes que abor-
daran el binomio: arquitectura-migración para el estado de Zacatecas,
y con incipientes aportaciones a nivel nacional sobre la migración y el
patrimonio edificado. Consideramos además, que era posible que en
los estados de alta migración esta sea un factor que incida en la trans-
formación de la arquitectura histórica, pero igualmente se presentaban
evidencias de participación en su conservación. Esto permitió justificar
La participación migrante en la conservación de los edificios históricos de Zacatecas… 187

la pertinencia de realizar el estudio, además era necesario retomar la vi-


sión sobre la conservación del patrimonio acercándonos a las realida-
des sociales, económicas y culturales que en la actualidad se presentan.
Las formas en que participan los migrantes parecían ser diversas,
desde proporcionar apoyo económico para el mantenimiento continuo
y algunas reparaciones en los edificios, su reconocida cooperación en
las fiestas patronales, y su participación en programas de gobierno. Es
decir, que existían evidencias de que gran parte de sus acciones estaban
dirigidas a conservar sus edificios pero también hubo casos en que los
modificaron o alteraron.
Para realizar nuestra investigación elegimos como género arqui-
tectónico el estudio de los templos históricos por su relevancia en la
vida de las localidades, tomando como muestra diecinueve edificios
ubicados en el municipio de Villanueva, Zacatecas, construidos entre
el siglo XVI y el XIX, considerados por ello monumentos históricos3;
los cuales se presentan tanto en el medio rural como urbano4.
Los diecinueve templos de la muestra de estudio, corresponden a
la distribución territorial de la época virreinal e independiente en una
región de vocación agrícola-ganadera cuyas tierras pertenecieron a
grandes haciendas que abastecían a la cercana y próspera ciudad de
Zacatecas.

FORMAS DE INTERVENCIÓN EN LOS EDIFICIOS HISTÓRICOS

El trabajo que se realizó para identificar los procesos y los resulta-


dos de las obras que se han hecho en las últimas décadas con la parti-
cipación de migrantes zacatecanos nos permitió llegar a su análisis, en
la intensión de generar propuestas orientadas a la conservación del pa-
trimonio edificado.
El tipo de obras realizadas en los edificios de la muestra en el muni-
cipio de Villanueva, Zacatecas, nos permitió agrupar y distinguir las di-
ferentes formas en que se realizan las intervenciones:

3 Conforme a la Ley Federal sobre Monumentos y Zonas Arqueológicos, Artísticos e Históricos.


4 La muestra elegida de los templos históricos en el municipio de Villanueva, cubre más del 80% del
total de estos inmuebles. CABRERA PETRICIOLI, Adriana, La participación migrante en la con-
servación y transformación de los templos históricos del municipio de Villanueva, Zacatecas. 1980-
2010. Zacatecas, Noviembre 2011.
188 Adriana Cabrera Petricioli

Obras de Restauración

En estas obras que implicaron la intervención física del inmueble


para estabilizar y consolidar las cubiertas, se sujetaron a los lineamien-
tos aprobados dentro de un proyecto por las instancias normativas,
los trabajos fueron realizados por personal capacitado y los migrantes
participaron dando su apoyo económico. Como ejemplos se realizaron
obras de restauración en los siguientes inmuebles dedicados al culto:
• Iglesia Parroquial de San Judas Tadeo, Cd. De Villanueva.
• Nuestra Señora de la Merced, Cd. De Villanueva.

Templos de San Judas Tadeo y el de Esquema de participación para las obras de restaura-
Nuestra Señora de La Merced con ción de la cúpula del Templo de San Judas Tadeo en la
antecedentes del siglo XVIII, ubica- ciudad de Villanueva, dentro del Programa 3x1 para
dos en la ciudad de Villanueva, Za- Migrantes año 2007. Hubo recursos Federales, Estata-
catecas. Se observan los trabajos les y Municipales, y participó el Club San Ignacio de la
de restauración realizados en el año Federación de Clubes Zacatecanos del sur de Califor-
2008, con la participación de los nia. Foto: ACP, mayo 2008.
migrantes. Fotos: ACP, mayo 2008.
La participación migrante en la conservación de los edificios históricos de Zacatecas… 189

Obras de Conservación

Los trabajos que se realizaron en el inmueble constituyen una activi-


dad preventiva sin afectar elementos originales, para mejorar sus con-
diciones y evitar la restauración5:
• Parroquia del Señor de la Ascensión, Malpaso.

Obras de Mantenimiento

Actividades que se realizan para mantener los edificios en condicio-


nes para dar servicio al público:
• Parroquia del Señor San José, Tayahua.
La Ascensión del Señor, en La Quemada.
• Templo Santa Anita, Villanueva
• Santuario de Nuestra Señora de la Soledad, Villanueva.
• La Ascensión del Señor, Laguna del Carretero.

Obras de Ampliación,
modificación de elementos y
partido arquitectónico originales

• Templo de la Santa Cruz en


Boca de Rivera.
• Templo del Sagrado Corazón
en Atitanac
• San Antonio de Padua, Las
Huertas.

5 Los tratados internacionales para el cuidado


del patrimonio, entre éstos la Carta de Venecia,
consideran que la conservación implica una acti- Templo del Sagrado Corazón en Atitanac,
vidad permanente, mientras que la restauración Villanueva. Edificio construido entre el siglo
es una operación excepcional. UNESCO-ICO- XVII y XVIII, modificado en 1997 para am-
MOS, Carta Internacional sobre la Conserva- pliarlo, construir la torre para el campanario
ción y la Restauración de los Monumentos y Si- y colocar una estructura metálica para te-
tios, Venecia, 1964 y 1966. char frente al atrio. Foto: ACP, octubre 2008.
190 Adriana Cabrera Petricioli

Inclusión de nuevos elementos

Trabajos y obras realizadas en la


última década en el estado de Zacate-
cas, siendo frecuente la colocación de
techos en los atrios y espacios centra-
les de las haciendas utilizando estruc-
turas metálicas.
• La Virgen del Refugio, en El Salto.
• La Santa Cruz, San Tadeo de las
Flores.
• Nuestra Señora del Carmen, Bo- Templo de Nuestra Señora del Carmen
del siglo XIX, en Boquilla del Carmen,
quilla del Carmen. Villanueva, Zacatecas. En el año 2000
• Sagrado Corazón de Jesús, en El se colocó una estructura metálica en la
Tigre. plaza. Frente al templo. Foto: ACP, mayo
2008.
• San Isidro Labrador, en Zapoqui.

Inmuebles en condiciones de abandono

Se detectaron dos inmuebles de la


muestra en estado de abandono, cau-
sado por el despoblamiento, en don-
de no hubo su intervención.
• Ermita de Gregorio López, La
Encarnación.
• Templo de la antigua Hacienda
de Palomas.

Las diferentes formas de interven-


ción mencionadas, cabe aclarar que
Ermita de Gregorio López, La Encarna-
rara vez se realizan de manera exclu- ción, Villanueva. Como se observa, se en-
siva, es decir, que un proyecto de res- cuentra en estado de abandono por lo
tauración puede incluir acciones de que ha perdido su cubierta, aplanados y
elementos de cantera. Foto: ACP, mayo
conservación y de mantenimiento, y
2008.
lograr tanto la recuperación como la
pérdida de testimonios históricos.
La participación migrante en la conservación de los edificios históricos de Zacatecas… 191

RESULTADO DE LAS OBRAS EN TEMPLOS


HISTÓRICOS APOYADAS POR MIGRANTES

El estudio de los templos históricos de Villanueva nos permitió co-


nocer que en este municipio el 80% están ubicados en el medio rural,
y más de la mitad de éstos (cerca del 60%), pertenecieron a las anti-
guas haciendas, las cuales por la modificación de la tenencia de la tie-
rra o circunstancias particulares como las divisiones en la propiedad,
en su momento fueron desmembradas y en muchos casos abandona-
das. Este abandono, se vio agravado durante el siglo XX por el proceso
migratorio, ya que fue generando el despoblamiento de las comunida-
des rurales.
Encontramos además, que el apoyo económico de los migrantes ha
estado presente en el mantenimiento y obras en dieciséis de los dieci-
nueve templos estudiados, es decir en el 84% de los casos, manifestan-
do su interés por conservarlos, a pesar de que existieron limitaciones y
errores en el manejo de los edificios.6
En el análisis que se realizó sobre las diferentes formas en que se
han intervenido los templos históricos, se fue observando que las nece-
sidades para el mantenimiento o conservación de los templos han pro-
piciado tradicionalmente la participación de los migrantes e incluso la
conformación de los clubes de migrantes.7
Se ha contado con su apoyo económico, y también han dado segui-
miento a la organización de los recursos y al desarrollo de las obras,
logrando subsanar en gran parte las necesidades materiales que se re-
quieren atender en éstos.
En suma, existe una gran participación por parte de los migrantes en
las obras que se realizan en los templos del municipio de Villanueva, ya
sea en forma directa, a través de la comunidad o por medio de los clu-
bes; entre los inmuebles de estudio en dieciséis de los diecinueve tem-
plos se observó su ayuda, y los tres templos en donde no intervinieron
son los que se encuentran en comunidades en estado de abandono.

6 Cabrera Petricioli, Adriana, Op. Cit., p. 356.


7 Las necesidades en los templos han sido un motor para la participación comunitaria, y en las re-
uniones de migrantes, han expresado que debido a éstas se han conformado un número elevado de
clubes, sin poder de momento precisar cuántos.
192 Adriana Cabrera Petricioli

Su contribución se realizó apoyando al mantenimiento cotidiano de


los edificios o alguna reparación de mediano alcance, y cuando los tra-
bajos fueron más especializados, sumando su aportación económica ya
fuera a los programas de obra a cargo de las diversas instituciones de
gobierno, a través de la parroquia, y en algunos casos de forma total-
mente independiente, como sucedió al incluir techos y bancas en el es-
pacio público.
En cuanto a los resultados obtenidos, fueron muy variados. Las obras
que se realizaron en los templos históricos debieron de partir de dar
solución a los requerimientos de cada edificio, y por lo mismo contar
con un diagnóstico y posteriormente un proyecto de intervención que
garantizara no afectar su carácter histórico; sin embargo, en los hechos
se observó que intervinieron otros factores, ya que no siempre ante ne-
cesidades similares se actuó de la misma forma, sino que en cada caso
se presentaron particularidades de acuerdo a las distintas personas que
los orientaron. Hubo casos en que lograron conseguir recursos suficien-
tes para llevar a cabo los trabajos, y sin embargo, sólo en los edificios
relevantes se contó con un proyecto en forma.
Fue así que con el apoyo de los migrantes se lograron realizar pro-
yectos y obras de restauración que mejoraron la conservación de los
templos, aunque también hubo casos en que se llegaron a modificar
sustancialmente los inmuebles, con la consiguiente pérdida de su valor
histórico y cultural.

El esquema de participación de cada obra se coloca para dar a conocer el monto aportado por
la Federación, el Estado, el Municipio y los migrantes a través de los Clubes conformados en
Estados Unidos. Fotos: ACP, mayo 2008.
La participación migrante en la conservación de los edificios históricos de Zacatecas… 193

Los primeros proyectos de restauración para los templos en el mu-


nicipio se realizaron en el año 2006: el de San Judas Tadeo, y los de La
Merced, Malpaso y Tayahua. Un factor para que esto se lograra fue que
la población estaba consciente de la necesidad de conservar el valor his-
tórico y cultural del edificio, como sucedió en la parroquia de San Judas
Tadeo; también ayudó el conocimiento que tenía el párroco de Villanue-
va en cuanto a la forma de conducir obras de restauración cumpliendo
con las normas y reglamentos en este campo. Debido a ello, se logró
que la participación económica de los migrantes se encausara a través
de un proyecto, que este fuera aprobado y tuviera seguimiento de las
instancias normativas y de las instituciones involucradas en el apoyo
económico.
Sin embargo, aunque en estos ejemplos se siguieron las normas es-
tablecidas, y se contó con la aprobación de las diferentes instancias de
gobierno y la asesoría de personal especializado, también se llegaron a
presentar limitaciones en cuanto a los resultados de las obras.

¿LIMITACIONES EN PROGRAMAS VS. VALOR


HISTÓRICO DE LOS EDIFICIOS?

En este sentido, cabe reflexionar sobre la pertinencia de este tipo


de obras dentro de programas que establecen límites económicos y de
tiempo, siendo que las obras de restauración tienen requerimientos es-
pecíficos en su proceso de realización, los cuales deben atenderse te-
niendo como principal objetivo la conservación del valor histórico del
inmueble. En este sentido es importante señalar que antes de iniciar una
obra en un edificio o lugar histórico se debe contar con los recursos ma-
teriales, humanos y técnicos necesarios para garantizar su correcta in-
tervención, y que a la vez se considere el tiempo necesario para que se
realicen los procesos adecuadamente.
Las obras de restauración no necesariamente son complicadas, me-
nos aun cuando los edificios han tenido cierto mantenimiento que ha
permitido su conservación. En el ámbito de la protección de monumen-
tos se reconoce que una obra apresurada que no parta de un real interés
en preservar el valor histórico del inmueble y que por desconocimiento
modifique, deteriore o se eliminen elementos originales, puede resultar
más dañina que la no intervención.
194 Adriana Cabrera Petricioli

Si en la ejecución de las obras mayores se tuvieron algunas limitacio-


nes, era de esperarse que en las obras realizadas en las comunidades:
sin diagnóstico para conocer las causas de los daños, sin proyecto, sin
conocimiento del manejo de edificios históricos y sin asesoría especia-
lizada, se presentaran daños y alteraciones, como la modificación de la
capilla en una antigua troje de hacienda que convirtieron en templo mo-
derno en la comunidad de Boca de Rivera.
Se han llegado a utilizar materiales y procedimientos que dañaron
los edificios, y a realizar obras de baja calidad, causando alteraciones
tanto en los templos como en la imagen tradicional de las poblaciones.
Sumado a esto, las acciones inadecuadas hicieron que el mantenimiento
de los edificios se complicara aún más, convirtiéndose en una carga de-
masiado pesada para los habitantes de las comunidades.
Es evidente, que estos edificios requieren de mantenimiento con cier-
to conocimiento sobre la forma en que éste deba realizarse, y ningún
templo de la muestra cuenta con un programa y lineamientos para ello.
En síntesis, a través de la revisión realizada de lo que ha sucedido en
las últimas décadas en los templos históricos en Villanueva, se pudie-
ron constatar los esfuerzos que han hecho para su conservación, prin-
cipalmente la comunidad local y migrante apoyados por el sacerdote;
sin embargo, la conservación de su valor histórico está lejos de cubrirse.
El conocimiento de las acciones que realizan los migrantes, nos fue
permitiendo identificar las limitaciones que se están presentando en el
manejo de la conservación del patrimonio, y a la vez descubrir la im-
portancia que representa para ellos. Es posible, que precisamente por la
difícil situación de vida de los migrantes, se incremente en este grupo
social su interés en conservar el patrimonio edificado, intentando afian-
zar su sentido de pertenencia hacia sus lugares de origen.
Es aquí donde toman sentido las reflexiones para comprender los va-
lores particulares del patrimonio en una determinada región cultural8,
ya que estos derivan de un proceso mediante el cual los edificios histó-
ricos se inscriben en la vida de la colectividad en virtud de la significa-
ción que ésta les otorga. Una significación que no surge por la atribu-
ción de un significado convencional, sino que emerge de la necesidad de
un grupo social de preservar la memoria del vínculo colectivo.

8 BENAVIDES SOLÍS, Jorge, “América y el patrimonio cultural del siglo XX”, en: Memorias, Se-
minario sobre la conservación del patrimonio del siglo XX, ICOMOS, UAM-Xochimilco, México,
1996, pp. 49-53.
La participación migrante en la conservación de los edificios históricos de Zacatecas… 195

En cuanto a los habitantes de las pequeñas localidades, aunque no


siempre queden suficientemente conformes con los resultados de las
obras, para ellos significa un gran avance ver que se repara algún edi-
ficio, ya que muchas de éstas carecen de los más indispensables servi-
cios. En mayor medida las obras se han logrado realizar gracias a la or-
ganización y apoyo de los clubes de migrantes de las comunidades, que
al enviar su parte para entrar al programa 3x1 logran que las diferentes
instancias de gobierno aporten las otras tres partes, aclarando que no
es el único programa en el que participan y a veces ellos son los únicos
que proporcionan los recursos para el mantenimiento de los edificios.9
Desafortunadamente, la mayor parte de los ejemplos estudiados
muestran que las obras no se han planeado adecuadamente, presentán-
dose dificultades para respetar el carácter histórico, mezclando en ellas
elementos y materiales que afectan los edificios y el carácter tradicional
de las poblaciones, y esto sucede en todo el estado. No sólo se han lle-
gado a modificar los edificios y espacios centrales de las comunidades,
sino que además se rompen las dinámicas de convivencia social propi-
ciando transformaciones profundas en la cultura local.
En el manejo de los inmuebles, queda evidenciado como a través de
la cultura material se reflejan los valores que les otorga cada grupo so-
cial a estas manifestaciones materiales de su cultura. Se puede recono-
cer el valor simbólico de los espacios y edificios, y la forma en que se
vinculan con la población, afianzando cuestiones de identidad, tanto in-
dividual como colectiva.10
En los ejemplos estudiados fueron las partes que aportaron los re-
cursos quienes tomaron las decisiones del proyecto, dirigiéndose en
mayor medida al aspecto económico y administrativo, no a los requeri-
mientos arquitectónicos y culturales que requieren vigilarse.
En el comité de validación del Programa 3x1, se aprueban los proyec-
tos si el municipio y el club ya los aprobaron, a veces con una pre-vali-
dación del INAH, sin que se llegue a evaluar la continuidad que se dé a

9 Para ahondar en el tema: FERNÁNDEZ DE CASTRO, Rafael,…, El Programa 3 x 1 para Migran-


tes ¿Primera política trasnacional en México?, ITAM- UAZ, México, 2006.
10 El concepto de apropiación, se comprende desde la Psicología Ambiental como un mecanismo
básico para el desarrollo humano, en donde “la persona se hace a sí misma mediante las propias ac-
ciones,....”. VIDAL Morante, Tomeu, Enric Pol Urrutia, “La apropiación del espacio: una propuesta
teórica para comprender la vinculación entre las personas y los lugares”, Facultad de Psicología, Uni-
versidad de Barcelona, Anuario de Psicología, vol. 36, nº 3, diciembre.
196 Adriana Cabrera Petricioli

los procesos de vinculación de este con las prácticas sociales que invo-
lucran su cuidado.

CONSIDERACIONES Y PROPUESTAS

La población migrante del municipio, constituye el grupo social que


pese a la distancia es el que mayor participación tiene en las obras en
los templos, y es un gran esfuerzo el que realizan. Además presentan
gran sensibilidad en el cuidado de los espacios y edificios históricos de
sus localidades.
Desde nuestro punto de vista, la tarea de conservar el patrimonio
histórico podría mejorarse si las dependencias de los diferentes nive-
les de gobierno encargadas de su cuidado, elaboraran propuestas en las
que por un lado se tomen en cuenta las necesidades y posibilidades de
la población local, sabiendo que ellos serán los mejores custodios de es-
tos edificios, y por el otro se les
facilite el apoyo técnico y organi-
zativo en las obras. De igual for-
ma, se requiere plantear estrate-
gias para decidir cómo abordar la
recuperación y cuidado de los in-
muebles abandonados, que se de-
terioran cada vez más y algunos
de ellos en pocos años se habrán
perdido completamente, como la
Ermita de Gregorio López, en el
municipio de Villanueva.
Los migrantes zacatecanos se
enfrentan a la experiencia de con-
vivir con nuevas prácticas socio-
culturales, sin embargo, lejos de
cancelar el apego a su región, en
su mayoría siguen identificándo-
se fuertemente con sus lugares Los migrantes zacatecanos, acostumbran
acudir a las fiestas patronales de sus luga-
de origen, o aún más, ya que la res de origen, para las que cooperan econó-
distancia y sus vivencias parecen micamente y se integran a las costumbres de
revitalizar la cultura y las iden- tal forma que siguen estando presentes. Foto:
ACP, Templo de San José, Tayahua. Villanueva,
tidades locales. Este comporta- 16 de marzo de 2008.
La participación migrante en la conservación de los edificios históricos de Zacatecas… 197

miento probablemente tenga relación con las experiencias de vida que


conlleva la migración, como las limitaciones para sentirse integrados a
la sociedad receptora, por lo que tienden a reforzar lazos generando co-
munidades transnacionales.
La organización que han logrado tener los migrantes a través de las
inversiones colectivas de los clubes, ha permitido generar numerosas
obras en sus localidades, y con ello algunos empleos; sin embargo, que-
dan evidenciadas las dificultades en la planeación y organización de las
obras, y el hecho de que no se llegue a revisar los resultados e impacto
que producen.
Coincidiendo con las valoraciones que han hecho otros investigado-
res,11 consideramos que se requiere que las diferentes instituciones in-
volucradas verifiquen que se revise el impacto que se puede causar no
sólo en los inmuebles patrimoniales y en los centros históricos, sino
también en las prácticas sociales vinculadas en su cuidado, antes de
aprobarlos.
Es un hecho que mientras diferentes organismos e instituciones en
México buscan realzar el valor cultural del patrimonio edificado y la ne-
cesidad de preservarlo, la mayor parte de sus recomendaciones y ac-
ciones se llegan a aplicar en edificios de carácter relevante localizados
en áreas urbanas; quedando relegadas en mayor medida, las acciones y
prácticas de grupos de población que sin mayores recursos se abocan
a realizar las obras necesarias para conservar los edificios de aparente-
mente “menor” importancia, pero de gran significación para ellos.
El migrante, alejado de su hogar y de su comunidad de origen, ha
presentado gran sensibilidad en el cuidado de los edificios históricos de
sus localidades. Este grupo social se ha constituido como un gran apo-
yo en la tarea de conservar el patrimonio histórico en el estado de Zaca-
tecas, sin embargo se requiere que las instituciones involucradas en los
programas mejoren el nivel de organización y los asesoren con criterios
accesibles en el seguimiento y definición de las acciones a realizar.12

11 SOTO Priante, Sergio,…, El proceso de institucionalización del Programa 3x1 para Migran-
tes, en: FERNÁNDEZ de Castro, Rafael, El Programa 3 x 1 para Migrantes ¿Primera
política trasnacional en México?, ITAM- UAZ, México, 2006.
12 En la investigación realizada en el municipio de Villanueva, se determinó que los migrantes han
proporcionado recursos en el 100% de las obras en templos históricos que reciben mantenimiento.
CABRERA PETRICIOLI, Adriana…, Op. Cit., p. 285.
198 Adriana Cabrera Petricioli

Nuestro interés, ha sido reflexionar sobre lo delicado, urgente y ex-


tenso del trabajo que conlleva la conservación de los edificios históri-
cos, por las particularidades que se presentan en las diferentes regio-
nes, poblaciones y ciudades del estado de Zacatecas, lo cual ha llevado
a que las instituciones y programas atiendan casi exclusivamente los
aspectos más apremiantes de los edificios relevantes. Esta situación ha
motivado al grupo de población migrante, a que participe en este resca-
te, pero requieren de mayor orientación y apoyo para obtener mejores
resultados.
Resulta necesario que todos los organismos involucrados de los di-
ferentes niveles de gobierno, retomen las finalidades primarias de la
conservación, dando mayor claridad a los objetivos y acciones que se
realicen, con una visión que incremente el respeto por los factores cul-
turales, que tienen que ver con la identificación de la población con
éstos.
Desde nuestro punto de vista, es importante reconocer el valor iden-
titario que representa esta práctica para los migrantes, y partir de ahí
para propiciar una revisión de los planteamientos y seguimiento de los
programas institucionales enfocados a realizar obras para “poner en va-
lor” el patrimonio edificado, pero que dejan al margen su vínculo a la
sociedad.
En la última década, los investigadores de la cultura han resaltado el
valor identitario del patrimonio cultural, enfatizando los motivos para
alejarse de las posiciones cada vez más frecuentes que quieren mediar
el valor histórico del patrimonio con el económico, señalando que, “Los
objetos culturales no tienen un valor en sí,… sino en la medida en que
se inscriben en un proceso colectivo, político y cultural que les impone
esa significación”.13
Los cambios que se presentan actualmente en la política migratoria
estadounidense, la crisis económica y los problemas de inseguridad,
han propiciado que las remesas bajen, por lo que se presenta incierto el
panorama en cuanto al apoyo que los migrantes puedan brindar a obras
sociales, y las condiciones en que se puedan mantener en pie los edifi-
cios históricos en estados de alta migración.

13 MIER, Raymundo, “Legislar sobre el patrimonio cultural: las falsas disyuntivas; La cultura como
significación y como valor en el proceso colectivo”, 1er Coloquio de Patrimonio Cultural: Antropo-
logía, Historia, Patrimonio y Sociedad; p. 83-8..
La participación migrante en la conservación de los edificios históricos de Zacatecas… 199

En el INAH, han habido reconocidos conservadores del patrimonio


cultural que posicionaron al Instituto internacionalmente, (Salvador
Díaz-Berrio, Chanfón Olmos, Bonfil Batalla, entre otros), resulta opor-
tuno retomar sus principios y aplicarlos a las realidades que presen-
ta nuestro país. En el caso de Zacatecas, es importante que se generen
propuestas que permitan incorporar las acciones de los grupos de gran
sensibilidad cultural, como los migrantes.

BIBLIOGRAFÍA
BENAVIDES SOLÍS, Jorge, “América y el patrimonio cultural del siglo XX”, en:
Memorias, Seminario sobre la conservación del patrimonio del siglo XX, ICO-
MOS, UAM-Xochimilco, México, 1996, pp. 49-53.
CABRERA PETRICIOLI, Adriana, La participación migrante en la conservación y
transformación de los templos históricos del municipio de Villanueva, Zaca-
tecas. 1980-2010. Tesis de Doctorado en Humanidades y Artes por la Uni-
versidad Autónoma de Zacatecas, Zacatecas, 2011, 486 p.
DELGADO WISE, Raúl, Humberto Márquez Covarrubias, Héctor Rodríguez Ra-
mírez, “Organizaciones transnacionales de migrantes y desarrollo regional
en Zacatecas.”, pp. 159-181, en: Migraciones Internacionales, julio-diciem-
bre, año/vol., número 004. Colegio de la Frontera Norte, Tijuana, México.
http://redalyc.uaemex.mx/redalyc/pdf/151/15102406.pdf (consultado: 15
enero 2010, 7 febrero 2014).
FERNÁNDEZ DE CASTRO, Rafael, Rodolfo García Zamora, Ana Vila Freyer
(coords.), El Programa 3 x 1 para Migrantes ¿Primera política trasnacional
en México?, ITAM- UAZ, México, 2006.
MIER, Raymundo, “Legislar sobre el patrimonio cultural: las falsas disyuntivas;
La cultura como significación y como valor en el proceso colectivo”, 1er Co-
loquio de Patrimonio Cultural: Antropología, Historia, Patrimonio y Socie-
dad; Comité y Comisión de la D-II-IA-1, Cámara de Diputados y Comisión de
Cultura, ENAH-UAM, México, 2001.
SOTO Priante, Sergio, y Marco Antonio Velásquez Olguín, “El proceso de institu-
cionalización del Programa 3x1 para Migrantes”, en: FERNÁNDEZ de Castro,
Rafael, El Programa 3 x 1 para Migrantes ¿Primera política trasnacional en
México?, ITAM- UAZ, México, 2006.
UNESCO-ICOMOS, Carta Internacional sobre la Conservación y la Restauración
de los Monumentos y Sitios, Venecia, 1964 y 1966.
VIDAL Morante, Tomeu, Enric Pol Urrutia, “La apropiación del espacio: una pro-
puesta teórica para comprender la vinculación entre las personas y los lu-
gares”, Facultad de Psicología, Universidad de Barcelona, Anuario de Psico-
logía, vol. 36, nº 3, diciembre 2005, pp. 281-297.
El tiraje de la presente obra consta de
250 ejemplares más reposición, fue impresa
el mes de diciembre de 2014 en los talleres de:

Centro Gráfico del Valle,


San Felipe No 595, Col. Centro.
Tel. 01(33) 3613 1404
Guadalajara, Jal.

Diseño:
Publidiseño, Consultoría Integral
C. 2a de Las Margaritas No 108
Col. Las Margaritas, C.P. 98017.
Tel. 01(492) 92 40 700
Zacatecas, Zac.

Вам также может понравиться